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Festival Biarritz Amérique Latine 2019: entrevista con Arpi, actriz principal de la película “Canción sin nombre”
Published
5 años agoon
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Anouk Guiné
Escribe: Anouk Guiné
La ópera prima de la directora peruana Melina León, co-producida con Michael White -en la cual actúan Tommy Párraga y Lucio Rojas, con Inti Briones en la dirección de fotografía y producción, y Pauchi Sasaki en la música- acaba de recibir la mención especial del jurado de largometrajes en el Festival Biarritz Amérique Latine, que tuvo lugar del 30 de septiembre al 6 de octubre.
Arpi, como quiere que se la llame en honor a su madre ayacuchana, o Pamela Mendoza Arpi, interpreta el personaje de Georgina Condori, una mujer andina, quechuahablante, joven y embarazada, vendedora- ambulante de papas en un mercado popular de Villa El Salvador. Georgina a finales de los 80s, durante el conflicto armado y la presidencia de Alan García, acude en pleno invierno a la “Clínica San Benito” donde había escuchado en la radio, se ofrecía servicio de atención médica gratuita a mujeres gestantes. Luego de ser atendida su recién nacida -que nunca llega a ver ni a tocar- es robada por el personal de la falsa clínica, una red mafiosa que en ese entonces, con la complicidad de los jueces, vendía bebés en el extranjero, principalmente a parejas francesas que pensaban estar adoptando a huérfanos de guerra.
En
la vida sentimental de Georgina hay que agregar que Leo, su esposo, danzante de
tijeras y estibador, interpretado por Lucio Rojas, se junta a una guerrilla. De
todas formas y frente a la pasividad e indiferencia de las autoridades del
Estado peruano, Georgina busca a los periodistas. En la vida real, el
periodista es Ismael León, padre de la directora Melina León -aquí interpretado
por Tommy Párraga- quien trabajaba en “La República” y fue el primero en cubrir
esta historia real. No fueron casos aislados. Doscientos bebés fueron robados a
partir de 1983. La mafia involucrada fue apresada y una de las niñas robadas,
Céline Giraud, francesa, enterada del caso a través de los artículos de Ismael
León, logró después de años encontrar a su madre biológica, una mujer
ayacuchana, y trata hoy de conectar a otras madres peruanas con sus hijas
robadas. Gracias a sus gestiones, dos de las mujeres afectadas pudieron
encontrarse, pero se desconoce el paradero del resto de los niños, hoy adultos.
Una película necesaria que narra el desgarro de lo que fue la época oscura del Perú de los 80s.
El 7 de octubre, entrevisté a Arpi en Biarritz.
– Para la antropóloga que eres, ¿qué ha significado interpretar este rol?
Para mí ha significado deconstruir a la antropóloga, porque cuando yo experimento la universidad, no había tenido los ojos apropiados para mirar mi entorno, mi familia, de donde venía, y más bien me había estado mirando desde la antropología. Y cuando me miraba desde esa disciplina y desde los libros, me sentía muy ajena, porque te hablan acerca de la identidad, y de la migración o las historias de movilización del campo a la ciudad. Encuentras textos donde se habla de “invasores” e “invasoras”, y era una historia muy diferente a escuchar como se auto-referenciaban mis padres y las personas del entorno donde yo vivo. Ellos usan otros términos para hacer referencia a su proceso de movilización campo-ciudad, que son “fundadores”, “fundadoras”, en Villa el Salvador, “dirigentes”, “dirigentas”. Nunca encontré estos términos en los libros. Y muchos de los relatos orales con los que yo he crecido, los encontraba en el libro como “psicosociales”. Entonces lo que hice fue reducir a la antropóloga, porque estaba además atravesada por los grandes textos meta-narrativos desde afuera, y no tanto por una epistemología desde adentro, desde el Perú. Siento que soy la hija que ha ido a chismear en la universidad, qué se dice de nosotros allá, y regresa a contárselo a las vecinas, a los maestros. Siento que el conocimiento antropológico, o las conclusiones a las cuales puedo llegar, las miro, las siento y las racionalizo de manera más honesta, cuando leo por ejemplo a Silvia Rivera Cusicanqui, o a los compañeros que están creando conocimiento en Bolivia. En todo caso estos serían mis referentes para poder dar una respuesta a lo que he leído y escuchado en la ciudad.

– ¿En qué medida esto te ha influenciado para actuar en la película?
Bastante, porque yo tenía el conocimiento de la identidad, de la ruralidad desde lo que había leído, pero no me estaba funcionando porque cuando ensayaba, cuando quería sentir y hablar, estaba muy mediada por el texto antropológico, entonces dije, vamos a poner un paréntesis e ir a escuchar como estos mismo temas, estos miedos, los han pensado mi mamá, mi tía, como lo piensan en Puquio. Me fui a escuchar este otro pensamiento crítico desde ellas. Ahí por ejemplo doy con el tema de que este miedo que se vive en la película, que es el tráfico y robo de los niños, en la antropología se cuenta como la racionalización del miedo en la guerra interna, como los mitos orales del campo que se revitalizan, son pishtacos, son saca ojos. Entonces cuando voy a Villa, reviso nuevamente porqué mi mamá no me permitió, por ejemplo, tener amigos varones hasta los 17 años. Siempre me contaba ella que había conocido chicas en los noventas a las cuales les habían quitado los órganos, muertas, y me hablaba de los saca ojos y de los pishtacos. Las vecinas también hablaban de que tenían miedo a las personas que eran muy extrañas, que se materializaba en los hombres blancos. Decían: “Seño, un carro ha estado pasando a las 4 de la mañana”. Siempre ese terror a lo foráneo. Igual en Villa, cuando yo trabajaba en el Área de la Mujer, me hablaban de cómo había sido su experiencia de dar a luz en un escenario donde no había servicios, y el terror que sentían cuando iban a las postas. Personas de ONGs les decían: “Seño, no me quieres vender tu bebito?” Les daban tickets y les decían: “no te quieres atender ahí?” Entonces ellas no utilizan los términos técnicos que manejamos desde el lado urbano y educativo, como “tráfico de niños”, “tráficos de órganos”. Me decían: “había un montón de pishtacos o saca ojos rondando”. No han tenido las madres a las cuales les han robado su bebé, esta experiencia de nuclearse, de organizarse. Eso no se ha verbalizado con los términos que conocemos en las ciencias sociales, pero se ha mantenido en la memoria, y eso no quiere decir que sea fantasía o que sea ficción, o que sea psicosocial puro. Tiene de realidad material concreta y tiene de memoria. Entonces me ha permitido ser consciente de este otro tipo de racionalidad que muchas veces se subestima. Desde la academia decimos: “no tienen escritura, no tienen pensamiento critico”, y luego voy y escucho como cantan, voy al cementerio de Nueva Esperanza y veo a las señoras decir: “Somos fundadoras. Nosotros hemos marchado y somos heroínas políticas”, mientras enterraban a una de ellas, Felicita Sinche, mientras entonaban a Flor Pucarina, de la cual dicen que es una mujer política que las representa, y desde acá, desde el otro lado, las vemos más bien como un “movimiento de mujeres” que más o menos sospechamos, pero de ellas se dice que han perpetuado los roles tradicionales, si eran conscientes de su condición de subalternidad con los hombres, si eran feministas o no. Por el otro lado empiezo a ver que sí, hay una conciencia. Veo por ejemplo que las hijas de los artistas ayacuchanos de Sarhua están escribiendo esta consciencia crítica. No la escriben con palabras, en castellano, pero lo están pintando, haciendo una denuncia y pidiendo transformación. Descubro esta racionalidad. Entonces ahí en mí despierta una emergencia por tratar de que hagamos un reconocimiento de esta otra agencia política.
– Cuéntame de tu experiencia en el teatro popular y cómo se vincula a estos temas.
Yo siempre había querido encontrar un espacio de participación, tanto académico como político, pero cuando llego a la universidad, experimento la verticalidad, la censura y la traición partidaria que hay en esos espacios, donde no hay espacio para decir las cosas que yo pensaba. Termino dejando la universidad durante tres años por violencia experimentada ahí. Después amo a una mujer, yo me enamoro y amo profundamente a una mujer, y quería saber lo que estaba viviendo, racionalizarlo, procesarlo, entonces voy al Movimiento Homosexual de Lima, al MHOL, y había un taller de Teatro del Oprimido. La compañera que lo estaba facilitando me invita a Pamplona Alta donde conozco a otras compañeras que venían de Comas, de Villa María del Triunfo, de San Juan de Miraflores. Estábamos tratando de hacer un Teatro de la Oprimida para hablar de la violencia de género que habíamos sufrido. Siempre estamos utilizando las historias de otros para hablar de nuestras historias y de nuestros miedos. Empezamos a quitarnos las máscaras y a sacar obras de teatro como Cuerpos en subasta, basta; Mujer erizo; Misión condon. Al cabo de un año, cada una regresa a sus espacios. La compañera viajó a Colombia, en este momento yo tenia cercanía con el local comunal de Micaela Bastidas e invito a las amigas a trabajar en este local. En los dos, tres años que estuvimos ahí, nos integramos a espacios culturales en Villa María y Villa El Salvador, y es ahí donde descubro la experiencia política y artística de resistencia de Villa El Salvador. Empiezo a conocer otros espacios que se habían apropiado de las formas de arte del circo, del teatro, del ballet, de la batucada, para hablar de lo que pasa en el barrio. Entonces el teatro para hablar de la fundación de Villa El Salvador en obras de los años 80s. Se empezaba a hablar de “cultura comunitaria” en términos de gestión cultural, pero lo que yo realmente vi fue que en los años 90s, después del asesinato de dirigentes vecinales como María Elena, entre otras y otros que fueron perseguido, asesinados, doblemente, en el cuerpo, en el símbolo y en el recuerdo, es que es un peligro seguir siendo un dirigente vecinal, y más para las mujeres. Entonces creo que ese ha sido el mecanismo, la capa, la máscara para seguir haciendo organización política desde el arte, porque el arte es subestimado por el Estado y la subversión. Era menos peligroso hablar de agencia desde ahí. Para mí, esa es la forma en que los jóvenes o la generación de los 90s encontraron la manera de seguir organizando, nucleando, resistiendo, pero seguir trabajando por el barrio. Yo me quedo reflejada ahí, los abrazo como referentes míos. Pero descubro que hay una ruptura, porque al habernos apropiado de estas formas de arte en nuestro procesos de ser hijos de la primera generación de migrantes haciendo política en el barrio, hay una ruptura con las formas más tradicionales de hacer política de la primera generación, de fundadores y fundadoras. Mientras se está resistiendo en los locales provinciales, en las fiestas tradicionales, en los comedores populares, veo la desconexión entre la organización popular política tradicional de esta etapa del desplazamiento y de la movilización del campo, y las nuevas generaciones. La ciudad, el colegio, los institutos nos han atravesado de tal manera que nosotros mismos no reconocemos a nuestros padres o mayores como agentes políticos. Y luego digo, hay que trabajar en un puente, en formas en que la tabla de Sarhua se conecte con el teatro popular, en que la fiesta de la Cruz de Mayo que se hace en Comas y en Lima Sur, se conecte con el festival de memoria y arte en el barrio. El teatro popular me sirvió bastante porque me miro como hija, y entiendo porque subestimé a mi mamá. Cuando estaba en la universidad y haciendo teatro, yo decía: “Porqué están haciendo la Cruz de Mayo? Porqué están cantando así? Esto es la colonialidad, están adorando a un cristo que es la colonialidad”, y luego entiendo de que son máscaras, de que han resistido así, entonces empiezo a mirar con otros ojos y profundizo en esa memoria. Pero al escucharlas a ellas, tanto a mis compañeras que han estado haciendo teatro en el barrio y que son ahora gestoras culturales barriales, veo las violencias a las que se enfrentan en el espacio público, las canchas del barrio. Se enfrentan a los hombres dirigentes que quieren jugar fútbol mientras ellas quieren dar otro uso a las canchas. Y veo, escucho la memoria y la voz de las señoras, de mis tías, como ellas se enfrentaron a los matrimonios forzados, a los matrimonios compulsivos para ser sujetas de derechos y tener derecho a la vivienda y ser propietarias de un lote. Son las mismas violencias, son las mismas limitaciones que viven las mujeres del campo, las mujeres movilizadas en la ciudad, y las mujeres de las nuevas generaciones en el barrio. Tenemos que ser conscientes de toda esa cadena porque todavía no lo hemos superado. Me permite haber visto el dolor, la exclusión, las condiciones bien particulares de nuestra marginalidad, pero también el poder que tenemos desde este lado.
Durante el debate con el público que siguió la película, escuché que se hace una distinción entre actriz natural y actriz, ¿porqué esa diferencia y cómo te defines?
Se ha empleado varios términos para definir la condición de mi participación escénica en CSN. Se ha escuchado el término actriz natural para definir la participación de compañeros como Lidia Quispe, cantante ayacuchana de Chihuire, del maestro Gregory y Víctor, de Lucio Rojas, pero a qué nos conlleva el empleo de estos términos. Yo me sé actriz, mi ruta no es el de la academia tradicional sino el del teatro que yo llamo popular, y con ello hago referencia a la experiencia de laboratorios y creaciones en los locales comunales, con montaje e incidencia en calles, plazas y espacios públicos; en Lima Sur hay toda una gran escuela, centros culturales, teatros, grupos, asociaciones y redes que han desarrollado desde una apropiación de estas formas escénicas, contenidos e historias que dan cuenta del proceso de migración y fundación, entre otros grandes temas de memoria. Esto además ha implicado una forma nueva de enseñar, una epistemología nueva de la creación, del uso del espacio, y el público responde muy bien a eso. Pero además quiero resaltar que también venimos de una escuela escénica tradicional, mi ruta va por mi socialización a temprana edad viendo danzantes de tijeras los fines de semana bailar al lado de mi casa (mi vecina Rosa Garibay una capaza de estas fiestas), negritos, y la dramatización e intervención de personajes que salen a interactuar con la comunidad en fechas de fiesta como el llamichu y el nakachu, que veía en la fiesta de Sequia en Puquio. Son jóvenes que representan el mundo del agro y el mundo minero, pero además la última vez que visité, se han incorporado personajes travestidos de mujeres desde una representación erótica. Sospecho que tiene que ver con la vinculación de trabajo sexual o quizás trata cuando hay presencia de mina, bueno a lo que voy es que hay un mundo de la dramatización, de la escena y del guión desde el lado de la provincia y de la movida cultural en las urbanizaciones populares, nuestra ruta ha sido distinta pero a la hora de encontrarnos en escena, nuestro trabajo es el mismo y aportamos tanto como el compañero o compañera que viene de una formación estrictamente académica. No debería emplearse los términos para que sean entendidos como unos menos que otros, a mí sí me gusta evidenciar el proceso cuando digo teatro “popular”. No ha sido mi caso en CSN, pero sí a otras compañeras artistas del rubro textil, plástico, se les llama, mal nombra como artesanas e injustamente con este término se les desconoce el derecho a la remuneración, a condiciones de retribución por el servicio prestado, con el argumento de que son artesanas y no cuentan con los pergaminos de la academia. Es algo muy muy injusto, no debemos ser mezquinos. Espero esta situación se pueda transformar. En Lima Sur solía pasarnos que se nos acercaban instituciones para trabajar o nos invitaban a presentarnos, pero desde las instituciones o el tercer sector creen que nos hacen un favor con su logo. Es bien conocido que el trabajo del artista se tiende a precarizar mucho más aún cuando somos artistas de origen popular o provinciano, por eso es necesario que cuidemos nuestros procesos, que no nos precaricemos, y sobre todo que sistematicemos nuestras experiencias y la escribamos. Somos actrices y actores, esto es teatro, tenemos dramaturgos, y como dice el amigo Fernando Bacilio, no es cine regional y cine, es cine peruano.
– ¿De qué manera piensas que la película este contribuyendo al debate sobre el conflicto armado?
Yo creo que contribuye en la medida en que no representa blancos y negros. Muestra como las desigualdades, la exclusión, atraviesa de acuerdo a tu condición, si eres un periodista, si estás en la ciudad, si eres un hombre de barrio, una mujer, y como realmente experimentar eso, y el hecho de que ya no hayan vías para resolverlo. El hecho de que vayas al poder judicial, vayas a la comisaría y no te escuchen, te cierren la puerta, ni siquiera te miren, realmente te están empujando hacia un punto de que ya no sabes qué más, y termina pasando lo que le pasa al esposo de Georgina. Qué más te da que tienes que tomar la carretera, poner la carne y el cuerpo? Porque no te están mirando, no te están reconociendo y no te están escuchando. Entonces no es una guerra de demonios y de ángeles. Es una guerra de falta de comunicación, de falta de empatía, de falta de reconocimiento, de exclusión, de callar al otro, a la otra, es esto lo que está polarizando. Leo, en la película, cuando agotaron todas las vías para pedir auxilio al Estado, y cuando los golpean y los expectoran, ya que para el sistema, no existen, él trata de decir “existo, esta es mi tragedia”, y explota ese triciclo, ese coche bomba. Es su forma de buscar justicia cuando los niegan. Es necesario que podamos tener este mirada profunda para poder trabajar en reconocernos.

– ¿Qué nos dice la película sobre el terrorismo de Estado, la violencia de Estado en el Perú, tanto en esa época como en la actualidad?
El terror del Estado es un terror de larga data, es un terror viejo, de hace siglos. Es una institución que ha sido creada, fundada sobre la exclusión de una nación hacia otra, de un pueblo hacia otro, a una ruralidad, un espacio geográfico, un idioma. Es ese viejo terror que se ha institucionalizado y que está trabajando para tratar de abrir mecanismos, que conocemos como los ministerios que han ido creciendo, que al inicio era uno de asuntos indígenas, el SINAMO, la reforma agraria, ahora la educación intercultural. Pero es esa diferencia de poder, y todavía estamos tratando de asimilar, y con ciertos miedos, a las otras poblaciones, es decir al resto que venimos de otras comunidades. Tenemos que hacer una revisión total del Estado, de cómo se maneja, de cómo algunos accesan y otros no, de porqué no hay autonomías en las naciones wankas, shipibo. Están subalternizadas, subordinadas al mercado, a las decisiones políticas desde lo que se cree la modernidad, el progreso y la idea del Estado-nación, el hecho de que tenemos que ser homogéneos, que todos debemos tener una identidad mestiza, chola. Tenemos que repensarnos.
– ¿Cómo explicas que en la película no se haya visibilizado la violencia de los militares durante el conflicto?
Hay muchas partes del relato y de escenas que se quisieron narrar, que quizás estaban en el guión, pero por un tema de presupuesto de locaciones, en la edición no llegan a estar. Hay escenas que hemos hecho en Ventanilla, en el poder judicial, en el periódico, y que muestran esa represión, pero imagino que en la edición, que se hizo en Brasil, se han tenido que sacar muchas cosas por el tema del tiempo, para que funcione. No se ha contado esa parte.
– Sabes si La Mula, que apoyó a nivel financiero, puso condiciones en relación con el contenido de la película?
No, no lo sé.
– Se dijo de la película, en una crítica escrita, aquí en Francia, que es “miserabilista”. ¿Qué opinas al respecto?
Yo creo que es por la falta de referentes. Es que esta realidad es bien cruda. Creo que tiene que ver con el tema de sensibilidad. Nos ven como zona deprimida aunque nosotros no nos sentimos deprimidos. Pero sí, estamos atravesados por condiciones de exclusión, de pobreza y de marginalidad, lo que se conoce, pero no nos vemos ni nos sentimos así. Claro, los golpes que hemos experimentado han sido bien fuertes, pero hemos logrado una resistencia a la medida de eso, bien fuerte. Nuestra sensibilidad tiene un callito, es un poco más áspera a ciertas cosas que nos hacen. Yo más bien he visto que acompañando la película al hacer festivales acá, a las personas que van y miran les parece: “que bestia! Que bestia de sufrimiento!” E incluso se asustan y me dicen: “Como has podido hacer esas escenas? Que brutal! Qué humanidad puede soportar eso?” Y creo que también es por la lejanía de la experiencia de las guerras que han pasado generaciones. Me ha pasado un poco eso hablando con jóvenes de aquí, en Biarritz. Creo que la sensibilidad de aquí se ha hidratado, y es por eso que de repente al mirar, ven mucha depresión, mucho mundo miserable, y quizás no decodifican la forma de agencia política que tiene Georgina Condori. Ella irrumpe en la sede del periódico, está llorando pero grita pues, grita, incomoda, es ajena, es un edificio. Acaba de venir una mujer blanca y le dice “no puedes pasar”, pero Georgina golpea con la voz. No va a levantar el puño, y no lo va a decir como si fuera un señor sindicalista, pero es su manera, son sus términos. Y luego va al comedor popular y las mujeres del comedor tienen esta agencia de organizar. No se cristaliza en la película como organización de mujeres al estilo de las Abuelas de Mayo, pero se juntan y van en grupo al periódico. Quizás aquí no lo lean como una agencia. Y la acción de Leo es una agencia, pero quizás no se ha percibido, porque precisamente acá no se tienen esos referentes de agencia.

– Las escenas comunitarias son escasas en la película. ¿Puedes hablarnos de ellas?
Aparte de la olla común, la reunión de Leo, hay el Pachatinka. Ahí hay una representación familiar, a puertas cerradas claro, de la comunidad. Y quiero rescatar eso porque Melina trabajó 10 años el guión, es como cuando haces tu tesis, trabajas por años en ella y a veces uno por ego puede ser celoso con eso, pero tenemos que reconocer que ella, cuando empezamos a trabajar juntas, en los ensayos que tuvimos con Lidia Quispe que es cantante, el maestro Gregory, el maestro Victor, violinista, danzante de tijeras, y mi compañero Lucio Rojas, cuando empezamos a trabajar el mundo de Georgina, el mundo de los desplazados, de los provincianos, de Villa El Salvador, del barrio, Melina venía con una lectura de lo que era, una lectura que había visto en los 80s y 90s, entonces en los ensayos a veces ella nos decía: “Esto es un cumpleaños. Están alegres pero están un poquito tristes”. Y Lidia decía: “pero porqué vamos a estar tristes? Si estamos festejando! Al contrario, yo agarro mi chela! He hecho la comida, estamos sirviendo patasca! Si o no compadre?!” Melina escuchaba y rápidamente desmontó ese referente que tenía. Empezaba a escuchar, a aprender, tan al punto de que Lidia le dice: “Ay Melina pero un cumpleaños!! Porqué esa escena va a ser un cumpleaños? Más bonito es Pachatinka!” dijo Lidia buscando apoyo, “si el esposo de Georgina es danzante de tijeras! Hay que hacer mejor Pachatinka!” Melina escuchó, empezó a tomar nota, y no hubo una actitud de soberbia en ese lado. Le cambiaron el guión. Y también Melina tomó la decisión de trabajar con nuestra oralidad porque transmite poesía y realidad. Eso ha sido la negociación, el dialogo, la concertación para que la comunidad y el barrio se vean en la película. Quizás no vemos a toda la comunidad, a cien personas, pero está ahí. Es un primer largo metraje, para mí, para Lydia, para Melina. Me gustaría ver más de esta actitud en varios realizadores, que no nos implanten, que no nos utilicen tanto.
– Pero, ¿porqué esta ausencia de colectividad en la película?
Yo creo que se siente así por la decisión que expresa la cámara. No es una cámara como en Roma que es bien amplia, bien abierta. Aquí la cámara responde a la decisión de mirar desde la sensibilidad que se sentía en los 80s. Estábamos reprimidos y a veces se sentía que no había esperanza, desde la provincia hasta los jóvenes que estaban en la ciudad y en las universidades. Eso en el camino termina haciendo estrecho mirar el barrio, mirar la comunidad y el mundo.
– ¿Piensas que la película podría tener un impacto sobre las mujeres que vivieron este drama en los años 80s?
No te lo digo como actriz, sino como vecina. Ojalá que logre, más allá de la apreciación estética, ojala que movilice desde las instituciones, un acompañamiento, la apertura de un espacio, las condiciones para que se pueda escuchar, y ojalá que genere, aunque haya pasado tanto tiempo, una movilización y una decisión en las mujeres, de juntarse, organizarse. Así como las mujeres que han vivenciado las esterilizaciones forzadas y se juntaron, así como las Abuelas de Mayo, ojalá logre movilización, porque finalmente creo que todo aporte creativo busca eso. Y más allá del robo en sí, del Estado, este es el perpetuo etnocidio. Mestízalos, y mejor si es Occidente, menos pobres, menos provincianos, menos indios, o ya, cuerpos de andinos, cuerpos de provincianos, pero con mentalidad occidental. Este es el perpetuo etnocidio de querer implantarnos un progreso y una modernidad. Y quisiera tener la oportunidad de conversar con compañeras de mi generación, de que revisemos la forma de cómo la escuela y el feminismo nos han dicho que podemos hacer política, de que tratemos de revisar eso para quedarnos con lo que nos sirve, y escuchemos a las mayores, a nuestras madres, y reconozcamos el poder que ellas han conquistado, decantándolo, porque ahí ha habido mucha tensión, incluso generacional, porque siempre hay eso de que las mayores recelan y no le entregan la batuta a las demás generaciones, y encima eso está atravesado por esa soberbia que nos dan los libros: “yo sé más de feminismo, tu no, tu sigues cocinando, lavando, replicando los roles tradicionales de la mujer”. Ellas están sobreviviendo, ella han sobrevivido para que nosotras hayamos podido tener, aunque sea un poquito más de reflexión, de tiempo de reflexión. Nosotras también estamos sobreviviendo, no tenemos estas oportunidades para crear pensamiento crítico; Hemos accedido a la academia pero estamos en las posiciones operativas del ejercicio académico, en la chamba en diferentes espacios e instituciones del Estado, en el tercer sector. Pero hagamos este ejercicio y juntémonos, juntémonos.
– ¿Y esta programada una función de Canción sin nombre en Villa El Salvador y Ventanilla?
Sí, y eso fue lo primero que conversamos con Melina. El Festival de Lima ya lo estrenó, pero nosotras lo que queríamos hacer era estrenarla primero en Lima Sur. Ya hubo conversaciones con compañeros de teatro, como nosotros vivimos el arte con su pasacalle, con sus zancos, su carnaval, y mis amigas dicen “vamos a hacer nuestra alfombra roja!” Yo quisiera hacer eso, con festejo previo, y que pase mi mamá, que pasen los que participaron en la película, las señoras de los 72 comedores populares, el amigo marrón de los negritos de Puquio que baila por mercado CUAVES, los danzantes, nuestras familias, mis vecinas, mis amigos artistas sarhuinos de ADAPS, las maestras de Cantagallo, la madrina Angélica y mis compañerxs. Eso sería muy chévere. Es otra forma de vivir el cine. Hemos hablado con compas que tienen cine comunitario y lo vamos a hacer. Estamos esperando el otro año porque se estrena en marzo 2020, y eso se hace de cajón.
– ¿Piensas realmente que la película necesita brillar afuera, en el extranjero, para tener éxito adentro?
Sí y no, esta historia no es solo de una película peruana, las creaciones peruanas en el cine se enfrentan a la estrechez de los medios de exhibición en términos de tiempo y salas para lograr colocar una película peruana. El 2017 que se estrenó Wiñaypacha, salí de mi trabajo en Villa y me fui al Mall Nueva Esperanza de VMT, pero en la cartelera no había Wiñaypacha. Sí recuerdo que habían colocado una película como Av. Larco o Guerrero antes, y junto a ella otras taquilleras de Hollywood. Cuando pregunté a los jóvenxs que allí trabajan me dijeron que para ir a ver ese “tipo” de películas tenía que ir al Cineplanet de Óvalo Gutiérrez y/o al de San Miguel, el que está por la universidad Católica. Y así pasó reiteradas veces que quería ver producciones peruanas, éstas nunca se exhiben por los cines de Lima Sur, Norte o Este, siempre es Óvalo Gutiérrez, Larco o San Miguel, ah y Centro Cultural de la Católica. Imagínate eso es un viajesote, entonces mi sobrina que fue a ver Cancion sin nombre al cine de Salaverry me decía, “tía cuando tu película salga en mall del Sur va a rayar porque es la historia del barrio”, pero lastimosamente no depende del vecino y la vecina, no depende de mí, tampoco la gran decisión se define por los realizadores de la película, sino por los dueños de las cadenas de exhibición, y parecer ser que hay una suerte de concentración de las películas peruanas en estos distritos centralizados, la pregunta es ¿Por qué solo en estos distritos? ¿qué podría hacer que cambien de opinión y decidan que puedan proyectar CSN en el Mall de Nueva Esperanza? Quizá antes de lanzar un estreno en Perú a manera de estrategia podríamos recorrer fuera y quizá los galardones puedan ser considerados al momento de ampliar nuestro marco de exhibición en Perú y CSN pueda ser proyectada en mi barrio, en el cine del barrio de mi amigo. Esto me lleva a otra pregunta, ¿Por qué debemos hacer las cosas así? Es casi lo mismo que nos pasa a nivel personal laboral, el mérito parece ser una ficción cuando a la hora de escuchar y prestar atención solo atendemos a quienes nos han hecho creer que tienen la verdad, la luz y el poder, nos validamos desde otros, ojalá y no nos toque con esta experiencia reafirmar eso ¿no? Sería triste, ojalá le perdamos el miedo y la subestimación a nuestros vecinxs, a nuestras producciones peruanas, ojalá mis vecinos no tengan que hacer un viaje de dos horas como pasó en el Festival de Cine de Lima para ver CSN, ojalá pueda ser proyectada en las otras Limas, ojalá mi sobrina pueda verla esta vez completa y no llegar después de 40 minutos a Cine Salaverry desde el paradero Pesquero en Lima Sur.
¿Que proyectos tienes después de Canción sin nombre?
He revisado como he construido mi mestizaje en tanto vecina de Villa María del Triunfo, en tanto hija de una señora de Ayacucho y un señor de Cuzco, y esto me está marcando la ruta para las cosas que quiero hacer. Tengo que sobrevivir llegando a Lima. Tengo que gestionar mi pobreza, ver cachuelos, pero tengo que crear, tengo que conquistar la palabra escrita, nuevamente estoy recuperando el quechua, vamos con un compañero a hacer una obra suya que se llama Dos almas en el mundo y que va a ser movilizada por Lima Sur, espero por provincias también. Y estoy esperando alguna respuesta de una compañera que se me ha acercado para hacer una creación de cine, que no es de Perú; espero que se de porque yo voy poniendo el corazón creativo y el corazón escénico en aquellas creaciones que van con las causas en las que yo creo. Esta obra trata de una mujer muy poderosa de la provincia en los años 1900, que se enfrentó al poder del latifundio.
¿Cómo fue tu experiencia en Biarritz?
Lo máximo. Me encantó. Me encanta lo que he conocido del País Vasco. Gracias en serio. Aprendí un montón! Reconocí la provincianidad que viven acá, la resistencia que han tenido, justo les comentaba a las dos compañeras vascas que el País Vasco y el euskera es como el aymara. Ha resistido a muchos momentos de colonialidad. No está arraigado al latín o al parentesco de otras lenguas, pero yo les dije, que orgullo porque eso significa que los euskeras han resistido a muchos proyectos de Estado desde hace mucho tiempo, igual que el aymara ha resistido, desde el mundo precolombino, el colonial y hasta el Estado imperialista que tenemos ahora. Entonces hay que encontrarnos, porque en América Latina, tenemos la mirada de que aquí no existen pueblos ni etnicidad, y que todos son blancos, burgueses e imperialistas. Pero aquí tienen un drama y una historia de fuerza y de resistencia y de resiliencia como la que tenemos nosotros. Entonces yo me he reconocido en las compañeras vascas. Me han hecho conocer el símil de los mercaditos, de los agachaditos, los barrios, y me encantó el País Vasco.
Anouk Guiné es socióloga y poeta francesa. Ha sido Investigadora asociada del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) en Lima, Profesora invitada del departamento de Historia de la Universidad Nacional de San Marcos, en Ciencias Políticas de la New School (USA), y en Estudios de Género en la Universidad para la Paz, Costa Rica. Fue también consultora para agencias de Naciones Unidas en Costa de Marfil y Costa Rica. Es especialista en estudios de género, multiculturalismo, interseccionalidad, ciudadanía, movimientos sociales, feminismos, memoria y conflictos armados en sociedades hispanófonas y anglosajonas. Ha co-dirigido el libro Género y Conflicto Armado en el Perú (La Plaza Editores, Lima & GRIC Université Le Havre Normandie, 2019) y ha publicado varios artículos sobre el tema. Es redactora en la revista francesa Mediapart (Club Mediapart en español), ha publicado críticas, ensayos, notas de lectura, narrativa (cuentos) y poesía en Vericuetos, La Otra Ribera, Poésie 1 y Universo Latino (París), Sieteculebras (Cusco), El Peruano, Limagris y Maestra Vida (Lima), La Otra y Archipiélago (México), Ómnibus (Madrid) e INTI, Revista de Literatura Hispánica (USA), Le Monde diplomatique y L’Humanité. Participó en el proyecto literario y museo Shoes Or No Shoes (SONS) en Bélgica. En 2009 ha obtenido un postdoctorado en sociología en el Institut National d’Etudes Démographiques (INED, Paris). Desde 2009, es profesora titular en la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Le Havre Normandie (Francia), miembro permanente del Groupe de Recherche Identités et Cultures (GRIC) de la misma universidad, miembro de la Red Iberoamericana Resistencia y Memoria (RIARM) y Jefa de Redacción de EOLLES, Epistemological Others, Literature, Languages, Exchanges and Societies, revista internacional en letras y ciencias sociales. En poesía, publicó Voz Nuda/Voix Nue (El Propio Bolsillo (ed.), Medellín, 2004) y próximamente Extrema unción / Onction extrême en Francia. Vive entre el Perú y Francia. Pagina Web: https://anoukguine.academia.edu

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Exigen justicia por la muerte cerebral de Alejandra Landers en la clínica SANNA: ¿negligencia e impunidad?

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7 horas agoon
31/03/2025
La tragedia que ha golpeado a la familia de Alejandra Landers ha dejado una profunda herida no solo en sus seres queridos, sino también en la sociedad, que observa con creciente indignación la posible negligencia médica que pudo haber causado su muerte. Alejandra, de solo 26 años, ingresó a la clínica SANNA de San Borja con un simple resfrío. Sin embargo, tras recibir un suero fisiológico contaminado, su estado empeoró rápidamente hasta llegar a la muerte cerebral. Su padre no escatima en palabras: “Mi hija llegó sana y me la entregaron muerta”, declaró, denunciando la aparente falta de cuidado y vigilancia médica en el tratamiento de su hija.
La historia de esta joven, que parece un error evitable, plantea serias dudas sobre la gestión de la clínica y el control de calidad de los insumos médicos que se suministran a los pacientes. De acuerdo con el relato de la madre, Eliana, la joven fue admitida en urgencias a las 9:17 p.m. Sin embargo, horas después, presentó síntomas graves, como convulsiones y pérdida de conciencia. La desesperación de los padres aumentó al ver que la clínica tardó tres horas en realizarle exámenes, a pesar de la evidente gravedad de su condición. “Cuando la toqué, su cara estaba mojada de saliva y su cuerpo orinado”, narró Eliana entre lágrimas, destacando la falta de una respuesta rápida y adecuada.
La situación no solo pone en evidencia una aparente falta de protocolos médicos adecuados, sino que también subraya un sistema de salud que parece proteger más a las instituciones involucradas que a las víctimas. La familia de Alejandra ha denunciado, además, la burocracia que ha rodeado la posibilidad de iniciar acciones legales contra los responsables de este trágico suceso. Su abogado denuncia que, a pesar de los esfuerzos por presentar una denuncia penal, las autoridades se niegan a aceptar el caso, alegando problemas de competencia. Es un ejemplo más de la obstrucción al acceso a la justicia, en la que las víctimas y sus familias se enfrentan a un laberinto legal que favorece la impunidad.
Para colmo, el Ministerio de Salud cambió en 2024 la normativa relacionada con la notificación de reacciones adversas a medicamentos, extendiendo el plazo para reportarlas de 24 horas a 7 días. Esta medida, que podría haber sido pensada para aliviar la carga administrativa, en la práctica podría favorecer la impunidad, al dificultar el rastreo oportuno de situaciones como la ocurrida con Alejandra, donde la contaminación del suero fue el detonante de su muerte cerebral.
A pesar de la gravedad de los hechos, tanto la clínica SANNA como la farmacéutica Medifarma han ofrecido cubrir los gastos médicos y han mencionado la posibilidad de una indemnización. Sin embargo, el padre de Alejandra rechazó cualquier compensación económica, buscando únicamente la verdad. “No queremos dinero, queremos la verdad”, afirmó contundente, dejando claro que la justicia y la responsabilidad de los involucrados son lo que realmente importa para la familia.
Este caso plantea una reflexión profunda sobre la falta de responsabilidad y el sistema de salud que parece más preocupado por proteger su reputación que por rendir cuentas ante hechos tan graves. La familia de Alejandra y la sociedad en su conjunto exigen justicia y que este tipo de tragedias no queden impunes. Es esencial que se asuman responsabilidades, se tomen medidas preventivas y se garanticen los derechos de los pacientes, para que casos como este no se repitan.
Panorama conversó con los padre Alejandra. Aquí todos los detalles.
Actualidad
La soberbia mata señores de Poderosa: tres asesinatos más en Pataz
Hace unos días, las Rondas Campesinas de Pataz llegaron hasta Lima con un pedido desesperado: apoyo para enfrentar a la delincuencia que azota su tierra. Armados apenas con varas y palos, estos hombres y mujeres, guardianes de sus comunidades, buscaron ayuda en las mineras y el Estado. La respuesta de Minera Poderosa fue fría, indiferente: les cerraron la puerta en la cara. Hoy, la sangre vuelve a teñir la tierra de Pataz.

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16 horas agoon
30/03/2025
Por Jorge Paredes Terry
Tres jóvenes trabajadores de Poderosa han caído en una emboscada de la delincuencia organizada y muchos más ciudadanos anónimos en toda la provincia están siendo masacrados.
¿Cuántos muertos más hacen falta para que la soberbia de unos pocos se derrumbe? ¿Cuántos ataques, cuánto dolor debe soportar la población antes de que las empresas y las autoridades entiendan que sin la unión con la gente organizada, la batalla contra el crimen está perdida?
Las Rondas Campesinas no piden limosnas, piden herramientas, recursos, colaboración. Son la primera línea de defensa en una zona donde el Estado brilla por su ausencia. Mientras tanto, la delincuencia avanza, mejor armada, más violenta, más audaz. Cada rechazo, cada desdén, es una victoria para las hordas criminales que ven cómo sus enemigos están divididos.
La soberbia mata. Mata cuando las empresas privilegian sus protocolos sobre la vida de las personas. Mata cuando el Estado responde con burocracia a una emergencia. Y mientras tanto, en Pataz, los ronderos siguen plantando cara a los balazos con nada más que coraje y palos.
¿Hasta cuándo? La respuesta debería ser hoy. Porque mañana, el costo será mas. Comparto con ustedes parte de la propuesta entregada a las compañías mineras y al gobierno central.
Propuestas para una Estrategia Integral
1. Comités de Seguridad Mixtos
– Crear mesas de trabajo conformadas por líderes ronderos, mandos policiales, representantes del Ejército y delegados de las mineras. Estos comités diseñarían operativos conjuntos con inteligencia compartida, evitando la duplicidad de esfuerzos y garantizando una respuesta rápida ante ataques.
2. Financiamiento Compartido
– Las mineras, en vez de gastar millones en seguridad privada para sus instalaciones, deberían destinar un porcentaje a fondos mancomunados con el gobierno regional. Estos recursos financiarían:
– Equipamiento básico: Radios, chalecos antibalas, drones de vigilancia y botiquines de emergencia para las Rondas.
– Infraestructura: Puestos de control en zonas críticas, con tecnología de monitoreo y alerta temprana.
3. Capacitación y Legalidad
– La Policía y el Ejército deben entrenar a los ronderos en:
– Primeros auxilios.
– Protocolos de detención sin violencia excesiva.
– Uso de tecnologías de rastreo.
– Uso de armamento no letal o escopetas
– A cambio, regularizar su estatus jurídico para que su labor sea reconocida y protegida, no criminalizada.
4. Operativos «Escudo Andino»
– Desplegar unidades móviles combinadas (Policía, Ejército y Rondas) para patrullajes en zonas de alta peligrosidad, con apoyo aéreo en casos de enfrentamientos.
– Establecer un número de emergencia exclusivo para alertas rápidas, con geolocalización.
5. Programas Sociales como Prevención
– Las mineras y el Estado deben impulsar proyectos en las comunidades para cortar el reclutamiento de jóvenes por el crimen: becas, talleres técnicos y empleos formales en lugar de migajas asistencialistas.
Nos unimos o nos derrotan
La soberbia empresarial y la indiferencia estatal ya han costado demasiadas vidas. Pataz no necesita discursos, necesita acción. Si las mineras y el gobierno no se unen hoy a las Rondas, mañana no habrá operativo que detenga el avance de las hordas criminales.
La pregunta no es si pueden hacerlo, sino si quieren. Porque mientras deliberan, los pobres siguen poniendo los muertos.
Actualidad
Repugnante: encuentran vellos en comidas enlatadas del programa Wasi Mikuna, ex Qali Warma
Producto enlatado fue abierto en presencia de los padres de familia, causando la sorpresa e indignación.

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3 días agoon
28/03/2025
Primero carne de caballo, luego alimentos en mal estado, y ahora ¡vellos! Un terrible caso se ha dado en la Institución Educativa n.° 016 del Centro Poblado Puentecillos, distrito de Santa Rosa, en Jaén, donde padres de familia han denunciado la presencia de vellos en las conservas de pollo distribuidas por el programa Wasi Mikuna (ex Qali Warma).
El incidente fue reportado durante la preparación de los alimentos escolares, en presencia de los padres de familia, docentes y personal de cocina del centro educativo.
«Se han encontrado vellos supuestamente. Son pequeños. Delante de padres de familia, de la directora y de las profesoras vimos. Yo pensé que eran gusanos. Al momento en que nosotros abrimos el pollo enlatado era prácticamente vellos», aseveró una madre de familia.
Ante la situación, los padres han solicitado la presencia de las autoridades responsables para inspeccionar los productos y garantizar que los alimentos sean aptos para el consumo. Advirtieron que, de no obtener una solución, rechazarán la recepción de estos productos en futuras entregas.
El caso ha reavivado cuestionamientos sobre el control de calidad en la distribución de alimentos escolares y la supervisión de los proveedores encargados del abastecimiento.

La respuesta de Wasi Mikuna
En tanto, el programa Wasi Mikuna, a través del encargado de imagen institucional, mencionó que se vienen realizando las indagaciones en el centro educativo de conformidad a los protocolos, adelantando que se pronunciarán oficialmente cuando haya resultados.
Asimismo, el Ministerio de Inclusión Social y Desarrollo (Midis) pidió que no se consuma el producto hasta que exista un pronunciamiento al respecto.
«Ante esta alerta (…) sobre una presunta materia extraña en la conserva de pollo, el programa Wasi Mikuna informa que (…), al tomar conocimiento de manera inmediata, acudió a la institución educativa donde, en presencia de los integrantes del comité de alimentación escolar y comunidad educativa procedió a verificar el lote del producto. Se procedió a revisar el muestreo de los alimentos; en tanto, se suspendió el uso y consumo del lote involucrado», se puede leer en el documento.

Actualidad
Odisea en el circuito de playas por ‘cierre total’ de bajada de Armendáriz
Tras varios meses de paralizar una obra turística en Miraflores-Barranco, y luego del robo en la grúa abandonada en la quebrada de Armendáriz, los conductores no solo sufrieron congestión vehicular durante el verano, sino, que la supuesta fecha de entrega del puente peatonal, según informa la comuna miraflorina tras el reinicio de las obras, sería en junio.

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3 días agoon
28/03/2025
En la bajada de Armendáriz una gigantesca grúa generó el rechazo y el malestar de transeúntes y conductores vehiculares no solo miraflorinos y barranquinos, sino de la capital, por encontrarse abandonada y varada hace varios meses en el lugar que ya debía haberse inaugurado un puente peatonal que uniría los distritos de Miraflores y Barranco. Sin embargo, gracias a la improvisación, esta obra quedó paralizada debido a las disputas y desencuentros entre la Municipalidad de Miraflores liderada por el alcalde de Renovación Popular, Carlos Canales y la compañía INCOT SAC Contratistas Generales.
Caos en el circuito de playas hasta el 01 de abril Así las cosas, la bajada de Armendáriz ha sido cerrada totalmente al tránsito vehicular desde altas horas de la noche del jueves 27 de marzo, hasta el martes 01 de abril. ¿Las razones? La municipalidad de Miraflores anunció que reiniciaron las obras del Corredor Turístico, que enlazará Miraflores con Barranco, con el puente tubular en la quebrada mencionada. En tanto, la Municipalidad miraflorina informó que, el cierre será total hasta las 5:00 a. m. del martes 1 de abril.

A partir de esa fecha, las restricciones continuarán según el horario aprobado por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML): de lunes a domingo, se restringirá el tránsito de 5:00 a. m. a 9:00 p. m., y el cierre será total de 9:00 p. m. a 5:00 a. m. del día siguiente. Según informan, la medida es requerida debido al movimiento de la gigantesca grúa que ocupará parte de los carriles. Se espera que una vez finalizadas las obras—anunciaron que sería dentro de tres meses, a fines del mes de junio—la vía será completamente reabierta.
Alcalde Canales en 2024 canceló contrato y perjudicó a vecinos
Como se recuerda, en diciembre del 2024, la Municipalidad de Miraflores resolvió el contrato con INCOT S.A.C. Contratistas Generales debido al incumplimiento en la culminación de un puente peatonal en los malecones que uniría a los distritos de Miraflores y Barranco, el cual se denomina: proyecto “Mejoramiento y ampliación de los servicios turísticos del Corredor Turístico Malecón de la Reserva”. Sin embargo, INCOT se defendió y le echó la culpa a la subcontratista, la empresa metalmecánica AMENPROD STELL S.A.C. tildándola como la verdadera responsable de la paralización de la obra, por no cumplir con la entrega de la estructura metálica, pese a que estaba pagada en un 95%. E incluso, porque pedían más dinero para cumplir con la entrega.

Rutas alternas durante el cierre
Mientras dure el cierre, los conductores deberán tomar rutas alternas para aminorar en algo el congestionamiento que ya viene perjudicándolos. Para el desplazamiento de norte a sur, se debe tomar la Subida San Martín hacia la Av. Del Ejército, girar a la izquierda en la Av. José Pardo, continuar por la Av. Ricardo Palma y luego acceder a la vía auxiliar de la Vía Expresa en dirección sur. Otra alternativa es usar la Bajada Balta desde el Circuito de Playas, girar a la derecha en la Av. Óscar R. Benavides (Diagonal) y seguir hasta la Av. José Pardo.

De sur a norte, quienes vengan de Barranco pueden tomar la salida 2 (Av. 28 de Julio) hacia la vía auxiliar de Paseo de la República, girar a la izquierda en la Av. Ricardo Palma, seguir por la Av. José Pardo hasta la Av. Del Ejército y continuar hasta la Subida San Martín. Otra opción es tomar la Av. Reducto, continuar por la Av. 28 de Julio, girar a la derecha en la Av. José Larco, luego girar nuevamente a la derecha en la Calle Shell, lo que llevará directamente a la Bajada Balta en dirección norte.
Los vecinos miraflorinos y barranquinos y los ciudadanos en general, esperan que la municipalidad de Miraflores, con supervisión de la MML, esta vez cumplan con los plazos de entrega, ya que se han visto dilatados durante meses y es exigible que el famoso puente peatonal realmente sea culminado en el mes de junio, de acuerdo a lo anunciado.
Actualidad
Minsa emite alerta sanitaria por suero fisiológico defectuoso que hasta el momento ya habría causado la muerte de 3 personas [VIDEO]
En tanto, lote defectuoso de suero del laboratorio Medifarma se encuentra inmovilizado hasta determinar responsabilidades.

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4 días agoon
27/03/2025
Muertes en los quirófanos. El Ministerio de Salud (Minsa) emitió la “alerta sanitaria” n.° 38 -2025 ante el reporte de varios casos de pacientes que registraron reacciones adversas al suero fisiológico proveniente de un lote en específico; la situación se agravó aún más cuando se informó sobre la muerte de tres personas de distintas regiones del país a consecuencia de la aplicación de ese suero. A detalle se trata de dos pacientes de la Clínica Sánchez Ferrer de Trujillo y uno más de una persona en Cusco que se había sometido a una liposucción.
De acuerdo con el Minsa, la alerta se activó tras la identificación de cuatro casos iniciales de reacciones adversas “no graves” en clínicas de Lima y Cusco, registrados el 22 de marzo de 2025 en la base de datos nacional de farmacovigilancia. Posteriormente, al 24 de marzo, el número de casos ascendió a diez, distribuidos en las regiones de Lima (4), Cusco (4) y La Libertad (2). Entre estos, dos casos graves fueron reportados en Cusco, lo que incrementó la preocupación sobre la seguridad del producto.
En tanto, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), entidad adscrita al Minsa, ha ordenado la retirada inmediata de todas las unidades de este lote en particular y procederá a su evaluación.
Clínicas deslindan responsabilidad
Por su parte, la clínica de Cusco Medical Network 02 emitió un comunicado donde deslinda toda responsabilidad médica en relación al fallecimiento de una paciente tras someterse a una liposucción. La clínica aclara que el médico que atendió a la paciente “no forma parte del staff permanente de nuestra clínica, sino que fue contratado directamente por la propia paciente para la realización de un procedimiento específico”. Asimismo, el mencionado centro médico indicó que tomará “acciones legales” contra Medifarma y M&M Productos Médicos y Farmacéuticos SRL”.
La clínica Sanna informó que desde el lunes se conoció que el laboratorio farmacéutico Medifarma había anunciado la presencia de un lote defectuoso de suero fisiológico. En ese sentido precisaron que este producto fue retirado ya de su red de clínicas.
Actualidad
Este 28 de marzo artistas confirman nueva manifestación ¡Marchamos todos! ‘No queremos Morir’
La movilización iniciará en el Parque Bustamante y Rivero, en San Isidro desde las 5 p.m. y se dirigirá hacia el Ministerio del Interior, con el fin de exigir al Gobierno de Dina Boluarte que tome medidas inmediatas contra la criminalidad.

Published
4 días agoon
27/03/2025
Así como ocurrió el pasado viernes 21 de marzo, ciudadanos a través de diferentes plataformas han difundido una nueva convocatoria para manifestarse este viernes 28 de marzo, a las 5 de la tarde, en el Parque José Luis Bustamante y Rivero, en San Isidro. La protesta lleva como nombre ¡Marchamos todos! y en el cual los asistentes partirán desde el parque sanisidrino y se dirigirán a la sede del Ministerio del Interior, ubicada en la Av. Canaval y Moreyra.

Marcharán los artistas
Distintos artistas de salsa, cumbia, DJs, cantantes solistas y otros representantes del ámbito musical han compartido y difundido publicaciones sobre la convocatoria, e hicieron un llamado a la población a sumarse a la protesta. El objetivo de esta manifestación es exigir al Gobierno de Dina Boluarte, que tome acciones contra la criminalidad que día a día somete a la población a los más viles vejámenes y los asesina a mansalva, tal como ocurrió con la tragedia por el reciente homicidio del cantante Paul Flores.

Hace 11 días asesinaron a Paul Flores
Apenas hace una semana, la reconocida agrupación Armonía 10 compartió un mensaje en redes sociales en memoria de Paul Flores (39 años), conocido como ‘Ruso’, quien perdió la vida la madrugada del domingo 16 de marzo, tras ser víctima de un atentado armado. Se presume que el crimen estuvo vinculado a extorsionadores que habrían amenazado a la banda de cumbia.
Por causa de este execrable suceso, la ola de indignación en la comunidad artística y en la ciudadanía en general creció enormemente, y se organizó una primera marcha (21 de marzo) en la que cientos de personas salieron a las calles para exigir al Gobierno que tomen acciones rápidas y efectivas contra el crimen organizado, para que “no los sigan matando”.
Actualidad
Nombramiento de sub oficial PNP en colegio Santa Rosa de Lima violaría convenio con Ministerio de Educación
Graves irregularidades frente a los ojos del Ministerio de Educación y del Ministerio del Interior.

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4 días agoon
27/03/2025
En menos de diez días, una serie de denuncias sobre la gestión de la directora del colegio Santa Rosa de Lima, la suboficial PNP Flor Betzabé Cama Trebejo, ha llegado a la redacción de Lima Gris. Hemos publicado aquellas respaldadas con documentos oficiales y testimonios de fuentes involucradas, entre ellas: la asignación irregular de vacantes, la construcción de tres aulas sin un expediente técnico con dinero de los padres de familia y la manipulación del proceso de contratación docente.
Ahora, hemos accedido al documento titulado Convenio Marco N° 002-2019-MINEDU entre el Ministerio de Educación y la Policía Nacional del Perú. Este convenio establece que la designación de directores en colegios administrados por la PNP debe recaer exclusivamente en un oficial PNP. Es decir, el nombramiento de la suboficial Cama Trebejo sería irregular y contrario a la normativa vigente.
En la cláusula quinta del documento, titulada “Compromiso de las Partes”, se especifica que la Dirección de Bienestar de la Policía Nacional del Perú tiene la obligación de designar en el cargo de Director, a un Oficial PNP. El convenio claramente señala: «podrán celebrar Convenios de Cooperación Institucional con la Dirección de Bienestar y Apoyo al Policía siempre, reconociendo como Director de II EE PNP, al Oficial designado por el Mininter (Ministerio del Interior)».

El nombramiento irregular de la suboficial Cama Trebejo no es un asunto menor; sería una violación directa a un convenio que busca garantizar una gestión adecuada en los colegios administrados por la PNP. Permitir que estas irregularidades se normalicen pone en riesgo no solo el cumplimiento de la normativa, sino también la calidad educativa de cientos de estudiantes.
En el mismo convenio, en la cláusula décimo segunda se señala: «En caso de incumplimiento, dentro de los 15 días calendario de producido el mismo, la parte afectada requerirá a la otra el cumplimiento de los compromisos asumidos, otorgándole un plazo de 15 días hábiles, bajo apercibimiento que el convenido quede resuelto de pleno derecho».

Es importante señalar que el convenio fue firmado por los exministro Daniel Alfaro y Carlos Morán. La educación no es un juego ni un espacio para la improvisación o el favoritismo. Es un derecho fundamental que debe ser protegido con responsabilidad y transparencia, y en este caso, es el Ministerio de Educación y el Ministerio del Interior quienes deben responder con acciones concretas.
No es posible que algunos integrantes de la Policía Nacional del Perú manejen espacios educativos como si fuera una chacra. Lo que más sorprende que esto sucede frente a los ojos del Ministerio de Educación y del Ministerio del Interior.
Actualidad
Urgente: Peruanos en el exterior necesitan ayuda para adolescente accidentado en EE.UU.
Aviso de servicio público.

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5 días agoon
26/03/2025
Por Rafael Romero
El pasado jueves 20 de marzo cuatro alumnos de la institución educativa Pinson Valley High School, en Alabama (EE.UU.), viajaban en una camioneta rumbo a sus casas cuando sufrieron un accidente por fallas mecánicas, estrellándose contra un árbol.
Las edades de los estudiantes fluctúan entre los 15 y 16 años y entre los heridos está nuestro compatriota Víctor Guerrero Marchena, quien se encuentra hace seis días en cuidados intensivos del Childrens Hospital de Alabama USA, con lesión cerebral y múltiples fracturas en la cara, nariz y cuerpo, necesitando múltiples cirugías y un proceso de recuperación largo y costoso.
No dejemos solos al adolescente Víctor Guerrero Marchena y la ayuda la pueden enviar a su familiar Javier Hip Marchena: cuenta ahorro soles Scotiabank Cuenta Ahorro Soles N° 0023473010 y Código de Cuenta Interbancario N° 00920220002347301037
Sus padres son músicos y como tantos peruanos hace unos años emigraron a Estados Unidos de Norteamérica en busca de mejores oportunidades. Este es el momento de ser solidarios con un chico estudioso y talentoso cuya vida está en riesgo y tiene tan solo 16 años.

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