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Festival Biarritz Amérique Latine 2019: entrevista con Arpi, actriz principal de la película “Canción sin nombre”

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Escribe: Anouk Guiné

La ópera prima de la directora peruana Melina León, co-producida con Michael White -en la cual actúan Tommy Párraga y Lucio Rojas, con Inti Briones en la dirección de fotografía y producción, y Pauchi Sasaki en la música-  acaba de recibir la mención especial del jurado de largometrajes en el Festival Biarritz Amérique Latine, que tuvo lugar del 30 de septiembre al 6 de octubre.

Arpi, como quiere que se la llame en honor a su madre ayacuchana, o Pamela Mendoza Arpi, interpreta el personaje de Georgina Condori, una mujer andina, quechuahablante, joven y embarazada, vendedora- ambulante de papas en un mercado popular de Villa El Salvador. Georgina a finales de los 80s, durante el conflicto armado y la presidencia de Alan García, acude en pleno invierno a la “Clínica San Benito” donde había escuchado en la radio, se ofrecía servicio de atención médica gratuita a mujeres gestantes. Luego de ser atendida su recién nacida -que nunca llega a ver ni a tocar- es robada por el personal de la falsa clínica, una red mafiosa que en ese entonces, con la complicidad de los jueces, vendía bebés en el extranjero, principalmente a parejas francesas que pensaban estar adoptando a huérfanos de guerra.

En la vida sentimental de Georgina hay que agregar que Leo, su esposo, danzante de tijeras y estibador, interpretado por Lucio Rojas, se junta a una guerrilla. De todas formas y frente a la pasividad e indiferencia de las autoridades del Estado peruano, Georgina busca a los periodistas. En la vida real, el periodista es Ismael León, padre de la directora Melina León -aquí interpretado por Tommy Párraga- quien trabajaba en “La República” y fue el primero en cubrir esta historia real. No fueron casos aislados. Doscientos bebés fueron robados a partir de 1983. La mafia involucrada fue apresada y una de las niñas robadas, Céline Giraud, francesa, enterada del caso a través de los artículos de Ismael León, logró después de años encontrar a su madre biológica, una mujer ayacuchana, y trata hoy de conectar a otras madres peruanas con sus hijas robadas. Gracias a sus gestiones, dos de las mujeres afectadas pudieron encontrarse, pero se desconoce el paradero del resto de los niños, hoy adultos.

Una película necesaria que narra el desgarro de lo que fue la época oscura del Perú de los 80s.

El 7 de octubre, entrevisté a Arpi en Biarritz.

– Para la antropóloga que eres, ¿qué ha significado interpretar este rol?

Para mí ha significado deconstruir a la antropóloga, porque cuando yo experimento la universidad, no había tenido los ojos apropiados para mirar mi entorno, mi familia, de donde venía, y más bien me había estado mirando desde la antropología. Y cuando me miraba desde esa disciplina y desde los libros, me sentía muy ajena, porque te hablan acerca de la identidad, y de la migración o las historias de movilización del campo a la ciudad. Encuentras textos donde se habla de “invasores” e “invasoras”, y era una historia muy diferente a escuchar como  se auto-referenciaban mis padres y las personas del entorno donde yo vivo. Ellos usan otros términos para hacer referencia a su proceso de movilización campo-ciudad, que son “fundadores”, “fundadoras”, en Villa el Salvador, “dirigentes”, “dirigentas”. Nunca encontré estos términos en los libros. Y muchos de los relatos orales con los que yo he crecido, los encontraba en el libro como “psicosociales”. Entonces lo que hice fue reducir a la antropóloga, porque estaba además atravesada por los grandes textos meta-narrativos desde afuera, y no tanto por una epistemología desde adentro, desde el Perú. Siento que soy la hija que ha ido a chismear en la universidad, qué se dice de nosotros allá, y regresa a contárselo a las vecinas, a los maestros. Siento que el conocimiento antropológico, o las conclusiones a las cuales puedo llegar, las miro, las siento y las racionalizo de manera más honesta, cuando leo por ejemplo a Silvia Rivera Cusicanqui, o a los compañeros que están creando conocimiento en Bolivia. En todo caso estos serían mis referentes para poder dar una respuesta a lo que he leído y escuchado en la ciudad.

Inti Briones, Pamela Mendoza Arpi y Melina León.

– ¿En qué medida esto te ha influenciado para actuar en la película?

Bastante, porque yo tenía el conocimiento de la identidad, de la ruralidad desde lo que había leído, pero no me estaba funcionando porque cuando ensayaba, cuando quería sentir y hablar, estaba muy mediada por el texto antropológico, entonces dije, vamos a poner un paréntesis e ir a escuchar como estos mismo temas, estos miedos, los han pensado mi mamá, mi tía, como lo piensan en Puquio. Me fui a escuchar este otro pensamiento crítico desde ellas. Ahí por ejemplo doy con el tema de que este miedo que se vive en la película, que es el tráfico y robo de los niños, en la antropología se cuenta como la racionalización del miedo en la guerra interna, como los mitos orales del campo que se revitalizan, son pishtacos, son saca ojos. Entonces cuando voy a Villa, reviso nuevamente porqué mi mamá no me permitió, por ejemplo, tener amigos varones hasta los 17 años. Siempre me contaba ella que había conocido chicas en los noventas a las cuales les habían quitado los órganos, muertas, y me hablaba de los saca ojos y de los pishtacos. Las vecinas también hablaban de que tenían miedo a las personas que eran muy extrañas, que se materializaba en los hombres blancos. Decían: “Seño, un carro ha estado pasando a las 4 de la mañana”. Siempre ese terror a lo foráneo. Igual en Villa, cuando yo trabajaba en el Área de la Mujer, me hablaban de cómo había sido su experiencia de dar a luz en un escenario donde no había servicios, y el terror que sentían cuando iban a las postas. Personas de ONGs les decían: “Seño, no me quieres vender tu bebito?” Les daban tickets y les decían: “no te quieres atender ahí?” Entonces ellas no utilizan los términos técnicos que manejamos desde el lado urbano y educativo, como “tráfico de niños”, “tráficos de órganos”. Me decían: “había un montón de pishtacos o saca ojos rondando”. No han tenido las madres a las cuales les han robado su bebé, esta experiencia de nuclearse, de organizarse. Eso no se ha verbalizado con los términos que conocemos en las ciencias sociales, pero se ha mantenido en la memoria, y eso no quiere decir que sea fantasía o que sea ficción, o que sea psicosocial puro. Tiene de realidad material concreta y tiene de memoria. Entonces me ha permitido ser consciente de este otro tipo de racionalidad que muchas veces se subestima. Desde la academia decimos: “no tienen escritura, no tienen pensamiento critico”, y luego voy y escucho como cantan, voy al cementerio de Nueva Esperanza y veo a las señoras decir: “Somos fundadoras. Nosotros hemos marchado y somos heroínas políticas”, mientras enterraban a una de ellas, Felicita Sinche, mientras entonaban a Flor Pucarina, de la cual dicen que es una mujer política que las representa, y desde acá, desde el otro lado, las vemos más bien como  un “movimiento de mujeres” que más o menos sospechamos, pero de ellas se dice que han perpetuado los roles tradicionales, si eran conscientes de su condición de subalternidad con los hombres, si eran feministas o no. Por el otro lado empiezo a ver que sí, hay una conciencia. Veo por ejemplo que las hijas de los artistas ayacuchanos de Sarhua están escribiendo esta consciencia crítica. No la escriben con palabras, en castellano, pero lo están pintando, haciendo una denuncia y pidiendo transformación. Descubro esta racionalidad. Entonces ahí en mí despierta una emergencia por tratar de que hagamos un reconocimiento de esta otra agencia política.

Cuéntame de tu experiencia en el teatro popular y cómo se vincula a estos temas.

Yo siempre había querido encontrar un espacio de participación, tanto académico como político, pero cuando llego a la universidad, experimento la verticalidad, la censura y la traición partidaria que hay en esos espacios, donde no hay espacio para decir las cosas que yo pensaba. Termino dejando la universidad durante tres años por violencia experimentada ahí. Después amo a una mujer, yo me enamoro y amo profundamente a una mujer, y quería saber lo que estaba viviendo, racionalizarlo, procesarlo, entonces voy al Movimiento Homosexual de Lima, al MHOL, y había un taller de Teatro del Oprimido. La compañera que lo estaba facilitando me invita a Pamplona Alta donde conozco a otras compañeras que venían de Comas, de Villa María del Triunfo, de San Juan de Miraflores. Estábamos tratando de hacer un Teatro de la Oprimida para hablar de la violencia de género que habíamos sufrido. Siempre estamos utilizando las historias de otros para hablar de nuestras historias y de nuestros miedos. Empezamos a quitarnos las máscaras y a sacar obras de teatro como Cuerpos en subasta,  basta; Mujer erizo; Misión condon. Al cabo de un año, cada una regresa a sus espacios. La compañera viajó a Colombia, en este momento yo tenia cercanía con el local comunal de Micaela Bastidas e invito a las amigas a trabajar en este local. En los dos, tres años que estuvimos ahí, nos integramos a espacios culturales en Villa María y Villa El Salvador, y es ahí donde descubro la experiencia política y artística de resistencia de Villa El Salvador. Empiezo a conocer otros espacios que se habían apropiado de las formas de arte del circo, del teatro, del ballet, de la batucada, para hablar de lo que pasa en el barrio. Entonces el teatro para hablar de la fundación de Villa El Salvador en obras de los años 80s. Se empezaba a hablar de “cultura comunitaria” en términos de gestión cultural, pero lo que yo realmente vi fue que en los años 90s, después del asesinato de dirigentes vecinales como María Elena, entre otras y otros que fueron perseguido, asesinados, doblemente, en el cuerpo, en el símbolo y en el recuerdo, es que es un peligro seguir siendo un dirigente vecinal, y más para las mujeres. Entonces creo que ese ha sido el mecanismo, la capa, la máscara para seguir haciendo organización política desde el arte, porque el arte es subestimado por el Estado y la subversión. Era menos peligroso hablar de agencia desde ahí. Para mí, esa es la forma en que los jóvenes o la generación de los 90s encontraron la manera de seguir organizando, nucleando, resistiendo, pero seguir trabajando por el barrio. Yo me quedo reflejada ahí, los abrazo como referentes míos. Pero descubro que hay una ruptura, porque al habernos apropiado de estas formas de arte en nuestro procesos de ser hijos de la primera generación de migrantes haciendo política en el barrio, hay una ruptura con las formas más tradicionales de hacer política de la primera generación, de fundadores y fundadoras. Mientras se está resistiendo en los locales provinciales, en las fiestas tradicionales, en los comedores populares, veo la desconexión entre la organización popular política tradicional de esta etapa del desplazamiento y de la movilización del campo, y las nuevas generaciones. La ciudad, el colegio, los institutos nos han atravesado de tal manera que nosotros mismos no reconocemos a nuestros padres o mayores como agentes políticos. Y luego digo, hay que trabajar en un puente, en formas en que la tabla de Sarhua se conecte con el teatro popular, en que la fiesta de la Cruz de Mayo que se hace en Comas y en Lima Sur, se conecte con el festival de memoria y arte en el barrio. El teatro popular me sirvió bastante porque me miro como hija, y entiendo porque subestimé a mi mamá. Cuando estaba en la universidad y haciendo teatro, yo decía: “Porqué están haciendo la Cruz de Mayo? Porqué están cantando así? Esto es la colonialidad, están adorando a un cristo que es la colonialidad”, y luego entiendo de que son máscaras, de que han resistido así, entonces empiezo a mirar con otros ojos y profundizo en esa memoria. Pero al escucharlas a ellas, tanto a mis compañeras que han estado haciendo teatro en el barrio y que son ahora gestoras culturales barriales, veo las violencias a las que se enfrentan en el espacio público, las canchas del barrio. Se enfrentan a los hombres dirigentes que quieren jugar fútbol mientras ellas quieren dar otro uso a las canchas. Y veo, escucho la memoria y la voz de las señoras, de mis tías, como ellas se enfrentaron a los matrimonios forzados, a los matrimonios compulsivos para ser sujetas de derechos y tener derecho a la vivienda y ser propietarias de un lote. Son las mismas violencias, son las mismas limitaciones que viven las mujeres del campo, las mujeres movilizadas en la ciudad, y las mujeres de las nuevas generaciones en el barrio. Tenemos que ser conscientes de toda esa cadena porque todavía no lo hemos superado. Me permite haber visto el dolor, la exclusión, las condiciones bien particulares de nuestra marginalidad, pero también el poder que tenemos desde este lado.

Durante el debate con el público que siguió la película, escuché que se hace una distinción entre actriz natural y actriz, ¿porqué esa diferencia y cómo te defines?

Se ha empleado varios términos para definir la condición de mi participación escénica en CSN. Se ha escuchado el término actriz natural para definir la participación de compañeros como Lidia Quispe, cantante ayacuchana de Chihuire, del maestro Gregory y Víctor, de Lucio Rojas, pero a qué nos conlleva el empleo de estos términos. Yo me sé actriz, mi ruta no es el de la academia tradicional sino el del teatro que yo llamo popular, y con ello hago referencia a la experiencia de laboratorios y creaciones en los locales comunales, con montaje e incidencia en calles, plazas y espacios públicos; en Lima Sur hay toda una gran escuela, centros culturales, teatros, grupos, asociaciones y redes que han desarrollado desde una apropiación de estas formas escénicas, contenidos e historias que dan cuenta del proceso de migración y fundación, entre otros grandes temas de memoria. Esto además ha implicado una forma nueva de enseñar, una epistemología nueva de la creación, del uso del espacio, y el público responde muy bien a eso. Pero además quiero resaltar que también venimos de una escuela escénica tradicional, mi ruta va por mi socialización a temprana edad viendo danzantes de tijeras los fines de semana bailar al lado de mi casa (mi vecina Rosa Garibay una capaza de estas fiestas), negritos, y la dramatización e intervención de personajes que salen a interactuar con la comunidad en fechas de fiesta como el llamichu y el nakachu, que veía en la fiesta de Sequia en Puquio. Son jóvenes que representan el mundo del agro y el mundo minero, pero además la última vez que visité, se han incorporado personajes travestidos de mujeres desde una representación erótica. Sospecho que tiene que ver con la vinculación de trabajo sexual o quizás trata cuando hay presencia de mina, bueno a lo que voy es que hay un mundo de la dramatización, de la escena y del guión desde el lado de la provincia y de la movida cultural en las urbanizaciones populares, nuestra ruta ha sido distinta pero a la hora de encontrarnos en escena, nuestro trabajo es el mismo y aportamos tanto como el compañero o compañera que viene de una formación estrictamente académica. No debería emplearse los términos para que sean entendidos como unos menos que otros, a mí sí me gusta evidenciar el proceso cuando digo teatro “popular”. No ha sido mi caso en CSN, pero sí a otras compañeras artistas del rubro textil, plástico, se les llama, mal nombra como artesanas e injustamente con este término se les desconoce el derecho a la remuneración, a condiciones de retribución por el servicio prestado, con el argumento de que son artesanas y no cuentan con los pergaminos de la academia. Es algo muy muy injusto, no debemos ser mezquinos. Espero esta situación se pueda transformar. En Lima Sur solía pasarnos que se nos acercaban instituciones para trabajar o nos invitaban a presentarnos, pero desde las instituciones o el tercer sector creen que nos hacen un favor con su logo. Es bien conocido que el trabajo del artista se tiende a precarizar mucho más aún cuando somos artistas de origen popular o provinciano, por eso es necesario que cuidemos nuestros procesos, que no nos precaricemos, y sobre todo que sistematicemos nuestras experiencias y la escribamos. Somos actrices y actores, esto es teatro, tenemos dramaturgos, y como dice el amigo Fernando Bacilio, no es cine regional y cine, es cine peruano.

– ¿De qué manera piensas que la película este contribuyendo al debate sobre el conflicto armado?

Yo creo que contribuye en la medida en que no representa blancos y negros. Muestra como las desigualdades, la exclusión, atraviesa de acuerdo a tu condición, si eres un periodista, si estás en la ciudad, si eres un hombre de barrio, una mujer, y como realmente experimentar eso, y el hecho de que ya no hayan vías para resolverlo. El hecho de que vayas al poder judicial, vayas a la comisaría y no te escuchen, te cierren la puerta, ni siquiera te miren, realmente te están empujando hacia un punto de que ya no sabes qué más, y termina pasando lo que le pasa al esposo de Georgina. Qué más te da que tienes que tomar la carretera, poner la carne y el cuerpo? Porque no te están mirando, no te están  reconociendo y no te están escuchando. Entonces no es una guerra de demonios y de ángeles. Es una guerra de falta de comunicación, de falta de empatía, de falta de reconocimiento, de exclusión, de callar al otro, a la otra, es esto lo que está polarizando. Leo, en la película, cuando agotaron todas las vías para pedir auxilio al Estado, y cuando los golpean y los expectoran,  ya que para el sistema, no existen, él trata de decir “existo, esta es mi tragedia”, y explota ese triciclo, ese coche bomba. Es su forma de buscar justicia cuando los niegan. Es necesario que podamos tener este mirada profunda para  poder trabajar en reconocernos.

Pamela Mendoza Arpi, Inti Briones y Melina León.

– ¿Qué nos dice la película sobre el terrorismo de Estado, la violencia de Estado en el Perú, tanto en esa época como en la actualidad?

El terror del Estado es un terror de larga data, es un terror viejo, de hace siglos. Es una institución que ha sido creada, fundada sobre la exclusión de una nación hacia otra, de un pueblo hacia otro, a una ruralidad, un espacio geográfico, un idioma. Es ese viejo terror que se ha institucionalizado y que está trabajando para tratar de abrir mecanismos, que conocemos como los ministerios que han ido creciendo, que al inicio era uno de asuntos indígenas, el SINAMO, la reforma agraria, ahora la educación intercultural. Pero es esa diferencia de poder, y todavía estamos tratando de asimilar, y con ciertos miedos, a las otras poblaciones, es decir al resto que venimos de otras comunidades. Tenemos que hacer una revisión total del Estado, de cómo se maneja, de cómo algunos accesan y otros no, de porqué no hay autonomías en las naciones wankas, shipibo. Están subalternizadas, subordinadas al mercado, a las decisiones políticas desde lo que se cree la modernidad, el progreso y la idea del Estado-nación, el hecho de que tenemos que ser homogéneos, que todos debemos tener una identidad mestiza, chola. Tenemos que repensarnos.

– ¿Cómo explicas que en la película no se haya visibilizado la violencia de los militares durante el conflicto?

Hay muchas partes del relato y de escenas que se quisieron narrar, que quizás estaban en el guión, pero por un tema de presupuesto de locaciones, en la edición no llegan a estar. Hay escenas que hemos hecho en Ventanilla, en el poder judicial, en el periódico, y que muestran esa represión, pero imagino que en la edición, que se hizo en Brasil, se han tenido que sacar muchas cosas por el tema del tiempo, para que funcione. No se ha contado esa parte.

– Sabes si La Mula, que apoyó a nivel financiero, puso condiciones en relación con el contenido de la película?

No, no lo sé.

– Se dijo de la película, en una crítica escrita, aquí en Francia, que es “miserabilista”. ¿Qué opinas al respecto?

Yo creo que es por la falta de referentes. Es que esta realidad es bien cruda. Creo que tiene que ver con el tema de sensibilidad. Nos ven como zona deprimida aunque nosotros no nos sentimos deprimidos. Pero sí, estamos atravesados por condiciones de exclusión, de pobreza y de marginalidad, lo que se conoce, pero no nos vemos ni nos sentimos así. Claro, los golpes que hemos experimentado han sido bien fuertes, pero hemos logrado una resistencia a la medida de eso, bien fuerte. Nuestra sensibilidad tiene un callito, es un poco más áspera a ciertas cosas que nos hacen. Yo más bien he visto que acompañando la película al hacer festivales acá, a las personas que van y miran les parece: “que bestia! Que bestia de sufrimiento!” E incluso se asustan y me dicen: “Como has podido hacer esas escenas? Que brutal! Qué humanidad puede soportar eso?” Y creo que también es por la lejanía de la experiencia de las guerras que han pasado generaciones. Me ha pasado un poco eso hablando con jóvenes de aquí, en Biarritz. Creo que la sensibilidad de aquí se ha hidratado, y es por eso que de repente al mirar, ven mucha depresión, mucho mundo miserable, y quizás no decodifican la forma de agencia política que tiene Georgina Condori. Ella irrumpe en la sede del periódico, está llorando pero grita pues, grita, incomoda, es ajena, es un edificio. Acaba de venir una mujer blanca y le dice “no puedes pasar”, pero Georgina golpea con la voz. No va a levantar el puño, y no lo va a decir como si fuera un señor sindicalista, pero es su manera, son sus términos. Y luego va al comedor popular y las mujeres del comedor tienen esta agencia de organizar. No se cristaliza en la película como organización de mujeres al estilo de las Abuelas de Mayo, pero se juntan y van en grupo al periódico. Quizás aquí no lo lean como una agencia. Y la acción de Leo es una agencia, pero quizás no se ha percibido, porque precisamente acá no se tienen esos referentes de agencia.

Pamela Mendoza Arpi y Anouk Guiné.

– Las escenas comunitarias son escasas en la película. ¿Puedes hablarnos de ellas?

Aparte de la olla común, la reunión de Leo, hay el Pachatinka. Ahí hay una representación familiar, a puertas cerradas claro, de la comunidad. Y quiero rescatar eso porque Melina trabajó 10 años el guión, es como cuando haces tu tesis, trabajas por años en ella y a veces uno por ego puede ser celoso con eso, pero tenemos que reconocer que ella, cuando empezamos a trabajar juntas, en los ensayos que tuvimos con Lidia Quispe que es cantante, el maestro Gregory, el maestro Victor, violinista, danzante de tijeras, y mi compañero Lucio Rojas, cuando empezamos a trabajar el mundo de Georgina, el mundo de los desplazados, de los provincianos, de Villa El Salvador, del barrio, Melina venía con una lectura de lo que era, una lectura que había visto en los 80s y 90s, entonces en los ensayos a veces ella nos decía: “Esto es un cumpleaños. Están alegres pero están un poquito tristes”. Y Lidia decía: “pero porqué vamos a estar tristes? Si estamos festejando! Al contrario, yo agarro mi chela! He hecho la comida, estamos sirviendo patasca! Si o no compadre?!” Melina escuchaba y rápidamente desmontó ese referente que tenía. Empezaba a escuchar, a aprender, tan al punto de que Lidia le dice: “Ay Melina pero un cumpleaños!! Porqué esa escena va a ser un cumpleaños? Más bonito es Pachatinka!” dijo Lidia buscando apoyo, “si el esposo de Georgina es danzante de tijeras! Hay que hacer mejor Pachatinka!” Melina escuchó, empezó a tomar nota, y no hubo una actitud de soberbia en ese lado. Le cambiaron el guión. Y también Melina tomó la decisión de trabajar con nuestra oralidad porque transmite poesía y realidad. Eso ha sido la negociación, el dialogo, la concertación para que la comunidad y el barrio se vean en la película. Quizás no vemos a toda la comunidad, a cien personas, pero está ahí. Es un primer largo metraje, para mí, para Lydia, para Melina. Me gustaría ver más de esta actitud en varios realizadores, que no nos implanten, que no nos utilicen tanto.

– Pero, ¿porqué esta ausencia de colectividad en la película?

Yo creo que se siente así por la decisión que expresa la cámara. No es una cámara como en Roma que es bien amplia, bien abierta. Aquí la cámara responde a la decisión de mirar desde la sensibilidad que se sentía en los 80s. Estábamos reprimidos y a veces se sentía que no había esperanza, desde la provincia hasta los jóvenes que estaban en la ciudad y en las universidades. Eso en el camino termina haciendo estrecho mirar el barrio, mirar la comunidad y el mundo.

– ¿Piensas que la película podría tener un impacto sobre las mujeres que vivieron este drama en los años 80s?

No te lo digo como actriz, sino como vecina. Ojalá que logre, más allá de la apreciación estética, ojala que movilice desde las instituciones, un acompañamiento, la apertura de un espacio, las condiciones para que se pueda escuchar, y ojalá que genere, aunque haya pasado tanto tiempo, una movilización y una decisión en las mujeres, de juntarse, organizarse. Así como las mujeres que han vivenciado las esterilizaciones forzadas y se juntaron, así como las Abuelas de Mayo, ojalá logre movilización, porque finalmente creo que todo aporte creativo busca eso. Y más allá del robo en sí, del Estado, este es el perpetuo etnocidio. Mestízalos, y mejor si es Occidente, menos pobres, menos provincianos, menos indios, o ya, cuerpos de andinos, cuerpos de provincianos, pero con mentalidad occidental. Este es el perpetuo etnocidio de querer implantarnos un progreso y una modernidad. Y quisiera tener la oportunidad de conversar con compañeras de mi generación, de que revisemos la forma de cómo la escuela y el feminismo nos han dicho que podemos hacer política, de que tratemos de revisar eso para quedarnos con lo que nos sirve, y escuchemos a las mayores, a nuestras madres, y reconozcamos el poder que ellas han conquistado, decantándolo, porque ahí ha habido mucha tensión, incluso generacional, porque siempre hay eso de que las mayores recelan y no le entregan la batuta a las demás generaciones, y encima eso está atravesado por esa soberbia que nos dan los libros: “yo sé más de feminismo, tu no, tu sigues cocinando, lavando, replicando los roles tradicionales de la mujer”. Ellas están sobreviviendo, ella han sobrevivido para que nosotras hayamos podido tener, aunque sea un poquito más de reflexión, de tiempo de reflexión. Nosotras también estamos sobreviviendo, no tenemos estas oportunidades para crear pensamiento crítico; Hemos accedido a la academia pero estamos en las posiciones operativas del ejercicio académico, en la chamba en diferentes espacios e instituciones del Estado, en el tercer sector. Pero hagamos este ejercicio y juntémonos, juntémonos.

– ¿Y esta programada una función de Canción sin nombre en Villa El Salvador y Ventanilla?

Sí, y eso fue lo primero que conversamos con Melina. El Festival de Lima ya lo estrenó, pero nosotras lo que queríamos hacer era estrenarla primero en Lima Sur. Ya hubo conversaciones con compañeros de teatro, como nosotros vivimos el arte con su pasacalle, con sus zancos, su carnaval, y mis amigas dicen “vamos a hacer nuestra alfombra roja!” Yo quisiera hacer eso,  con festejo previo, y que pase mi mamá, que pasen los que participaron en la película, las señoras de los 72 comedores populares, el amigo marrón de los negritos de Puquio que baila por mercado CUAVES, los danzantes, nuestras familias, mis vecinas, mis amigos artistas sarhuinos de ADAPS, las maestras de Cantagallo, la madrina Angélica y mis compañerxs. Eso sería muy chévere. Es otra forma de vivir el cine. Hemos hablado con compas que tienen cine comunitario y lo vamos a hacer. Estamos esperando el otro año porque se estrena en marzo 2020, y eso se hace de cajón.

– ¿Piensas realmente que la película necesita brillar afuera, en el extranjero, para tener éxito adentro?

Sí y no, esta historia no es solo de una película peruana, las creaciones peruanas en el cine se enfrentan a la estrechez de los medios de exhibición en términos de tiempo y salas para lograr colocar una película peruana. El 2017 que se estrenó Wiñaypacha, salí de mi trabajo en Villa y me fui al Mall Nueva Esperanza de VMT, pero en la cartelera no había Wiñaypacha. Sí recuerdo que habían colocado una película como Av. Larco o Guerrero antes, y junto a ella otras taquilleras de Hollywood. Cuando pregunté a los jóvenxs que allí trabajan me dijeron que para ir a ver ese “tipo” de películas tenía que ir al Cineplanet de Óvalo Gutiérrez y/o al de San Miguel, el que está por la universidad Católica. Y así pasó reiteradas veces que quería ver producciones peruanas, éstas nunca se exhiben por los cines de Lima Sur, Norte o Este, siempre es Óvalo Gutiérrez, Larco o San Miguel, ah y Centro Cultural de la Católica. Imagínate eso es un viajesote, entonces mi sobrina que fue a ver Cancion sin nombre al cine de Salaverry me decía, “tía cuando tu película salga en mall del Sur va a rayar porque es la historia del barrio”, pero lastimosamente no depende del vecino y la vecina, no depende de mí, tampoco la gran decisión se define por los realizadores de la película, sino por los dueños de las cadenas de exhibición, y parecer ser que hay una suerte de concentración de las películas peruanas en estos distritos centralizados, la pregunta es ¿Por qué solo en estos distritos? ¿qué podría hacer que cambien de opinión y decidan que puedan proyectar CSN en el Mall de Nueva Esperanza? Quizá antes de lanzar un estreno en Perú a manera de estrategia podríamos recorrer fuera y quizá los galardones puedan ser considerados al momento de ampliar nuestro marco de exhibición en Perú y CSN pueda ser proyectada en mi barrio, en el cine del barrio de mi amigo. Esto me lleva a otra pregunta, ¿Por qué debemos hacer las cosas así? Es casi lo mismo que nos pasa a nivel personal laboral, el mérito parece ser una ficción cuando a la hora de escuchar y prestar atención solo atendemos a quienes nos han hecho creer que tienen la verdad, la luz y el poder, nos validamos desde otros, ojalá y no nos toque con esta experiencia reafirmar eso ¿no? Sería triste, ojalá le perdamos el miedo y la subestimación a nuestros vecinxs, a nuestras producciones peruanas, ojalá mis vecinos no tengan que hacer un viaje de dos horas como pasó en el Festival de Cine de Lima para ver CSN, ojalá pueda ser proyectada en las otras Limas, ojalá mi sobrina pueda verla esta vez completa y no llegar después de 40 minutos a Cine Salaverry desde el paradero Pesquero en Lima Sur.

¿Que proyectos tienes después de Canción sin nombre?

He revisado como he construido mi mestizaje en tanto vecina de Villa María del Triunfo, en tanto hija de una señora de Ayacucho y un señor de Cuzco, y esto me está marcando la ruta para las cosas que quiero hacer. Tengo que sobrevivir llegando a Lima. Tengo que gestionar mi pobreza, ver cachuelos, pero tengo que crear, tengo que conquistar la palabra escrita, nuevamente estoy recuperando el quechua, vamos con un compañero a hacer una obra suya que se llama Dos almas en el mundo y que va a ser movilizada por Lima Sur, espero por provincias también. Y estoy esperando alguna respuesta de una compañera que se me ha acercado para hacer una creación de cine, que no es de Perú; espero que se de porque yo voy poniendo el corazón creativo y el corazón escénico en aquellas creaciones que van con las causas en las que yo creo. Esta obra trata de una mujer muy poderosa de la provincia en los años 1900, que se enfrentó al poder del latifundio.

¿Cómo fue tu experiencia en Biarritz?

Lo máximo. Me encantó. Me encanta lo que he conocido del País Vasco. Gracias en serio. Aprendí un montón! Reconocí la provincianidad que viven acá, la resistencia que han tenido, justo les comentaba a las dos compañeras vascas que el País Vasco y el euskera es como el aymara. Ha resistido a muchos momentos de colonialidad. No está arraigado al latín o al parentesco de otras lenguas, pero yo les dije, que orgullo porque eso significa que los euskeras han resistido a muchos proyectos de Estado desde hace mucho tiempo, igual que el aymara ha resistido, desde el mundo precolombino, el colonial y hasta el Estado imperialista que tenemos ahora. Entonces hay que encontrarnos, porque en América Latina, tenemos la mirada de que aquí no existen pueblos ni etnicidad, y que todos son blancos, burgueses e imperialistas. Pero aquí tienen un drama y una historia de fuerza y de resistencia y de resiliencia como la que tenemos nosotros. Entonces yo me he reconocido en las compañeras vascas. Me han hecho conocer el símil de los mercaditos, de los agachaditos, los barrios, y me encantó el País Vasco.

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Anouk Guiné es socióloga y poeta francesa. Ha sido Investigadora asociada del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) en Lima, Profesora invitada del departamento de Historia de la Universidad Nacional de San Marcos, en Ciencias Políticas de la New School (USA), y en Estudios de Género en la Universidad para la Paz, Costa Rica. Fue también consultora para agencias de Naciones Unidas en Costa de Marfil y Costa Rica. Es especialista en estudios de género, multiculturalismo, interseccionalidad, ciudadanía, movimientos sociales, feminismos, memoria y conflictos armados en sociedades hispanófonas y anglosajonas. Ha co-dirigido el libro Género y Conflicto Armado en el Perú (La Plaza Editores, Lima & GRIC Université Le Havre Normandie, 2019) y ha publicado varios artículos sobre el tema. Es redactora en la revista francesa Mediapart (Club Mediapart en español), ha publicado críticas, ensayos, notas de lectura, narrativa (cuentos) y poesía en Vericuetos, La Otra Ribera, Poésie 1 y Universo Latino (París), Sieteculebras (Cusco), El Peruano, Limagris y Maestra Vida (Lima), La Otra y Archipiélago (México), Ómnibus (Madrid) e INTI, Revista de Literatura Hispánica (USA), Le Monde diplomatique y L’Humanité. Participó en el proyecto literario y museo Shoes Or No Shoes (SONS) en Bélgica. En 2009 ha obtenido un postdoctorado en sociología en el Institut National d’Etudes Démographiques (INED, Paris). Desde 2009, es profesora titular en la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Le Havre Normandie (Francia), miembro permanente del Groupe de Recherche Identités et Cultures (GRIC) de la misma universidad, miembro de la Red Iberoamericana Resistencia y Memoria (RIARM) y Jefa de Redacción de EOLLES, Epistemological Others, Literature, Languages, Exchanges and Societies, revista internacional en letras y ciencias sociales. En poesía, publicó Voz Nuda/Voix Nue (El Propio Bolsillo (ed.), Medellín, 2004) y próximamente Extrema unción / Onction extrême en Francia. Vive entre el Perú y Francia. Pagina Web: https://anoukguine.academia.edu

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Estado peruano responde a la Corte IDH que indulto a Alberto Fujimori fue conforme a ley

El ministro de Justicia Eduardo Arana argumentó que la decisión del estado peruano no desacata los fueros internacionales, porque se basó en el marco constitucional y en defensa de la soberanía nacional. En esa línea, solicitó que la CIDH respete la soberanía nacional.

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El Estado peruano ha presentado un informe a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), asegurando que el indulto concedido al expresidente Alberto Fujimori fue conforme a la ley y que no se ha desacatado los fueros internacionales. 

El informe enviado sobre los casos Barrios Altos y La Cantuta, ante la CIDH, recalcó y concluyó que no cometió desacato, al ejecutar la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que, en diciembre del 2023, restituyó el indulto humanitario concedido al expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski en diciembre del 2017.

El ministro de Justicia, Eduardo Arana, mediante una conferencia de prensa comunicó que el Perú ha cumplido con las normativas tanto internas como externas y argumentó que la decisión no fue impulsada por motivaciones políticas o ideológicas; sino basada en el marco constitucional y en defensa de la soberanía jurídica nacional e internacional. En esa línea, Arana solicitó que la CIDH respete la soberanía nacional.

En el encuentro hoy en Miraflores, se enfatizó la adhesión del Perú a la Convención Americana y al sistema interamericano, al tiempo que se destacó la importancia del reconocimiento internacional del respeto a las instituciones judiciales peruanas.

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Ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuellar designó a funcionario denunciado por agresión física a su esposa

A pesar que Hania Pérez de Cuellar está al tanto de la denuncia por actos de violencia e intentos de ahorcamiento, realizados por Juan Pablo Araníbar Osorio contra su esposa; la titular de Vivienda responde que, tras los resultados de las investigaciones, recién tomarían las medidas respectivas.

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La Ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, nuevamente nombró en un cargo importante de su cartera a una persona cuestionada. La primera vez fue Jonatan Ríos, que fue colocado, como director ejecutivo del Programa de Saneamiento Urbano (PNSU), a pesar que no cumplía con los requisitos exigidos por el ROF; (incluso, por eso Pérez de Cuellar está siendo investigada por la Fiscalía); y luego por designar a una persona que tiene denuncias por agresiones físicas y psicológicas hacia su pareja.

El contratado por la ministra es Juan Pablo Araníbar Osorio, quien asumió el cargo de Director de la Oficina de Cooperación y Asuntos Internacionales de la Oficina General de Planeamiento y Presupuesto de la institución, el 10 de enero de 2023, y que actualmente continúa despachando en el puesto.

Ante ello, la ministra Pérez de Cuéllar fue informada del asunto y en respuesta a esta denuncia, ella asevera que ya se ha iniciado una investigación al respecto.

Resolución Ministerial N° 013-2023-Vivienda que designa a Juan Pablo Araníbar Osorio

Ministra Hania de Pérez de Cuellar no separará al funcionario hasta que sepa el resultado de indagaciones

«Sí tengo esa información. Ya se están haciendo las investigaciones del caso. También se le ha pedido los descargos al señor. Así que, si en función de las investigaciones a las cuales llegaremos, tomaremos las medidas respectivas», refirió.

«[Evaluar su salida] Por supuesto que sí. Lo que es importante es que haya el derecho a la persona a ofrecer su descargo y derecho a la investigación, en función a lo que resulte se le retirará la confianza. Eso ténganlo por seguro. No vamos a mantener a ninguna persona que tenga una inconducta ya sea como trabajador o funcionario, obviamente en el seno personal», añadió, la titular de Vivienda.

Según el registro de denuncias policiales de Araníbar Osorio, a las que accedió Latina, fue acusado de ejercer violencia psicológica y física y de hasta abandonar su hogar, según consta en los documentos. La primera denuncia se registró el 19 de enero del 2018 en la comisaría de Chacarilla del Estanque, en Surco y según lo narrado por la esposa (denunciante) de Araníbar Osorio, la violencia psicológica se daba a través de insultos, menosprecios, hostigamiento y difamaciones y con respecto a la violencia física, la víctima afirmó que registró moretones por intento de ahorcamiento y agresiones muy violentas en todo el cuerpo:

«Respecto a la violencia física se ha dado mediante arrastres, jalones del cabello, arañones, moretones, intento de ahorcamiento, intento de romperle los brazos, golpes de patadas en todo el cuerpo luego de derribarle al piso y cada vez las agresiones son más violentas llegando incluso a intentar electrocutarle con una máquina pasa corriente, así como también ha intentado botarle del carro en movimiento», se esgrime.

Araníbar Osorio continuó con sus agresiones y fue detenido Los actos de violencia de Juan Pablo Araníbar continuaron aún más y el 7 de julio del 2019 fue nuevamente denunciado por su esposa, quien declaró ante la Policía haber recibido golpes en la cara y constantes insultos, así como hostigamiento y amenazas, semejantes a los hechos ocurridos en el 2018 y producto de la nueva golpiza, trasladaron a la denunciante al Instituto de Medicina Legal y se le practicó las pericias correspondientes; entonces, al lugar llegó el funcionario del Ministerio de Vivienda, e inmediatamente fue detenido por los efectivos de la Policía por haber cometido el presunto delito contra la vida, cuerpo y la salud; sin embargo, Araníbar Osorio se negó a firmar el acta de detención y la constancia de buen trato, como se dejó constancia en la comisaría de San Borja.

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Técnico del Ejercito muere en enfrentamiento contra terroristas de Sendero Luminoso

El técnico tercero del Ejercito, Edgar Tiburcio Espinoza, es el valeroso militar caído en acción en el Vraem.

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El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas este lunes 15 de abril mediante un comunicado informaron que un militar murió durante enfrentamientos contra los remanentes terroristas de Sendero Luminoso, ocurrido en el VRAEM.

El técnico tercero Edgar Tiburcio Espinoza, es el valeroso militar caído en acción.

El VRAEM: Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, es una zona ubicada en la selva de las provincias de Huanta (Ayacucho), Satipo (Junín) y La Convención (Cusco), donde se ocultan las actividades del narcotráfico vinculado a los remanentes de Sendero Luminoso.

Comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas

15 de abril 2024- 3:35 pm.

“El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas comunica a la ciudadanía:

Desde las 3.30 horas del día de hoy, se han intensificado las operaciones militares conjuntas, con el objetivo de neutralizar los campamentos de la fuerza principal de la organización terrorista Sendero Luminoso en el VRAEM.

Durante estas operaciones, lamentamos informar el sensible fallecimiento nuestro compañero de armas, el Técnico Tercero MGP, Edgar Tiburcio Espinoza, quien ofrendó su vida en la lucha contra los remanentes terroristas, en defensa de la democracia y la paz de nuestra Nación. Expresamos a sus familiares, con profundo pesar, nuestras condolencias.

A la emisión del presente comunicado nuestro personal de las fuerzas especiales conjuntas, continúan operando en la zona, con apoyo del Comando Operacional Aéreo y el Comando Especial VRAEM, además de la participación del representante del Ministerio Púbico”.

¡Unidos, firmes y dignos al servicio de la patria!

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Cambio climático: nevado Huaytapallana pierde más del 70% de su masa glacial

Deshielo de la cordillera de Huaytapallana, ubicada en Junín, pone en riesgo provisión de agua en Huancayo.

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Esas hermosas cumbres cubiertas de nieve, las preferidas por los turistas para tomarse una foto, poco a poco serán solo un recuerdo irreparable. Un llamado de alerta lanzó el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) al advertir que la cordillera Huaytapallan en la región Junín ha perdido el 72 % de su masa glaciar debido al cambio climático ante la acumulación de contaminantes atmosféricos como el hollín que afectan los ecosistemas de la zona.

La situación es de alta preocupación debido a que el Huaytapallana colinda con el drenaje de ácido de roca, así como la formación de nuevas lagunas que avivan el temor de desembalses además del impacto del recurso hídrico del que depende la ciudad de Huancayo, capital de la región Junín.

Al respecto, Vladimir Yáñez Rodríguez, titular de la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, de la región Junín, declaró que se busca enfrentar dicho problema con proyectos de inversión.

Indicó que la pérdida de glaciares es un tema de alta preocupación y que se ha propuesto la creación de una Dirección Especializada en Recurso Hídricos para generar proyectos sostenibles con miras al año 2050.

De acuerdo al informe del Inaigemdesde el año 1962 al 2020, los andes peruanos han perdido el 56.2% de su masa glaciar y en el caso de la cordillera Huaytapallana la pérdida de su masa es del 71.6%, lo cual es una situación bastante crítica.

El Inaigem, organismo adscrito al Ministerios del Ambiente (Minam), mediante el “Proyecto Carbono Negro” realiza monitoreo de la cordillera Huaytapallana, a fin de determinar el estado situacional del glaciar debido a la acumulación de los contaminantes atmosféricos como el hollín y el cambio climático, que afectan sus ecosistemas.

Gigante blanco en proceso de desaparición. Investigadores pronostican que nevados como el Huaytapallana podrían desaparecer en el año 2050.

Al respecto cabe señalar que la dinámica glaciar se estudia con equipos especializados que permiten realizar mediciones en el aire y en la superficie glaciar. 

Para el primer caso (aire), se observa las fases de la precipitación, la temperatura del aire, la humedad, y las concentraciones de contaminantes atmosféricos. 

 En el caso de la superficie glaciar, se realiza mediciones mensuales para observar la densidad de la nieve y su profundidad, la acumulación de materiales como el hollín producto de la actividad humana (quema de pastizales y de desechos agrícolas, contaminación del parque automotor), lo cual tienen un impacto negativo al provocar un derretimiento acelerado del glaciar.

La nieve es una de las principales variables influyentes durante el proceso de acumulación de un glaciar pues actúa como un reservorio temporal de agua en forma sólida, desempeñando un rol importante en el volumen de agua en las cuencas altas. La nieve al ser un manto blanco, actúa como un aislante térmico para el campo de hielo.

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Comisión de Ética anuncia que iniciaría indagación preliminar contra presunto ‘chapafirmas’ Darwin Espinoza

El presidente de la Comisión de Ética del Congreso Diego Bazán, tras la denuncia periodística que sindica al legislador Darwin Espinoza de haber utilizado recursos públicos para beneficiar a su agrupación política, comunicó que propondrán indagación por posibles faltas a la ética parlamentaria.

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El presidente de la Comisión de Ética del Congreso, Diego Bazán, anunció a través de su red social, la intención de iniciar una investigación preliminar contra el congresista Darwin Espinoza, luego de ser acusado de utilizar recursos públicos y personal del Congreso para beneficio de su agrupación política.

Bazán se pronunció, tras la denuncia presentada por Punto Final, que detalla presuntas acciones irregulares por parte de Espinoza Vargas en su intento por registrar al movimiento regional «Adelante Áncash».

«Ante denuncia presentada por el dominical Punto Final, que involucra a congresista Darwin Espinoza, anuncio que la Comisión de Ética propondrá iniciar de oficio el procedimiento de indagación preliminar por presuntas faltas a la ética parlamentaria», se lee en su cuenta de X.

Congresista Diego Bazán de la Comisión de Ética, anunció indagación contra Espinoza Vargas.

Darwin Espinoza niega todo

Sin embargo, el parlamentario Darwin Espinoza ha negado ser líder del partido político «Adelante Áncash» y desconoció que en su despacho se impriman planillones y que sus trabajadores estén recolectando firmas y que su cuenta de Reniec haya sido usada en reiteradas ocasiones para verificar datos de los afiliados.

«No, yo no lidero ningún movimiento. Yo soy congresista y pertenezco a Acción Popular, es más, soy vocero de la bancada. Te agradecería que me puedas dar esos videos y me puedas corroborar qué fechas han sido porque ellos han ido para tareas específicas», dijo el también denominado ‘Niño’.

«A las justas estoy yendo. Hoy día he venido por acá, ayer tampoco he ido. Si tú me puedes corroborar, cómo tú dices, con imágenes, con videos, que ellos están haciendo otra labor, yo tomaré cartas en el asunto. ¿Está bien?», concluyó.

Darwin Espinoza habría cometido el presunto delito de peculado doloso y podría enfrentar una pena de hasta 8 años de cárcel.

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Pese a que le gritan ¡Fuera mentirosa! Dina Boluarte responde: ¡No nos vamos y aquí estamos firmes; hoy tienen un gobierno que actúa!

Hoy en una ceremonia en el Hospital Loayza fue abucheada por un grupo de pacientes y trabajadores que le exigieron su renuncia; sin embargo, con actitud testaruda la presidenta les dijo: “Los gritos, o los odios no nos van a detener. Acá no hay espacio para mediocridades y aquí estamos, avanzando”.

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La presidenta Dina Boluarte con motivo del lanzamiento del ‘Plan Hospitales Bicentenarios’ en el Hospital Arzobispo Loayza, hoy reapareció públicamente y fue abucheada por un grupo de pacientes, familiares y trabajadores, que hicieron un acto de protesta pidiendo su renuncia de la presidencia de la República.

En la señal en vivo del canal TVPerú, que transmitió todo el discurso de inauguración de la presidenta que se dio durante la mañana de este lunes 15 de abril, no se pudo controlar los gritos en su contra que se escucharon como fondo de la trasmisión, en el que la mandataria inicio sus primeras declaraciones, desde el escándalo del caso Rolex con la frase: “No nos vamos y aquí estamos firmes, dignos y fuertes”.

Participación de la presidenta Dina Boluarte por el Lanzamiento del ‘Plan Hospitales Bicentenarios’ en el Hospital Arzobispo Loayza.

Durante discurso de Dina Boluarte los trabajadores le gritan: “¡Fuera mentirosa!”

El evento contó hoy con la participación de todo el plantel médico del hospital Arzobispo Loayza, que se encontraba atento a las declaraciones de Boluarte Zegarra. Sin embargo, los gritos de pacientes, familiares, técnicos y trabajadores de la salud sobresalían ante los anuncios presidenciales, ya que aprovecharon el discurso de la mandataria para exigir su renuncia: “¡Fuera, mentirosa!”, gritaban al unísono.

Ante ello, la presidenta se mostró desafiante y les respondió: “Los gritos, o los odios a la patria no nos van a detener y aquí estamos firmes por la salud de todos los peruanos. (…) Acá no hay espacio para odios, acá no hay espacio para mediocridades y aquí estamos, avanzando en el desarrollo de la patria”, exclamó Boluarte a los presentes.

Sin embargo, no dejaba de contestar a las acusaciones masivas de las personas que le mostraban su rechazo: “Donde antes había desidia y olvido, hoy tienen un gobierno que actúa, que trabaja, que destraba. Un Gobierno comprometido, responsable y al que nada le distrae y nada distraerá, y que, la lucha contra la corrupción y los corruptos se mantiene con las manos limpias”, respondió Boluarte Zegarra.

Nadie le cree: 9 de 10 peruanos no cree versión de Dina Boluarte respecto a que relojes Rolex eran “prestados”

Última encuesta de Datum corrobora que ciudadanía no le cree a la jefa de Estado Dina Boluarte.

Desde que se reveló el escándalo de denominado caso Rolex que involucra a la presidenta de la República Dina Boluarte y al gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, donde se estaría evidenciando un presunto enriquecimiento ilícito por parte de la mandataria, esta última ha preferido optar por el silencio y explicaciones que solamente enturbian más la versión original.

Tras salir de su última visita a la Fiscalía, la dignataria, a través de una breve conferencia de prensa, afirmó que todas esas joyas que orgullosamente exhibía en eventos oficiales se trataban solamente de un “préstamo” de su “wayki” Oscorima. Evidentemente, la población no le creyó ni una sola palabra.

Según lo detallado por la última encuesta de Datum, publicada este domingo 14 abril, las explicaciones brindadas por Boluarte Zegarra en un intento de aclarar su ya complicada situación, no son del todo creíbles. Apenas un 4% de peruanos ha afirmado creer la historia que la mandataria brindó en un Mensaje a la Nación tras haber declarado ante la Fiscalía de la Nación el pasado 5 a de abril.

Credibilidad cero. Dina Boluarte ha perdido la conexión con la población.

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Mincul: Denuncian ante fiscalía a Rossana Acuña por presunta colusión y negociación incompatible

Rossana Acuña Delgado mostró un inusitado interés de suscribir el Contrato con el Consorcio G-Wagner, a pesar que dicho proceso de selección en la adjudicación presentaba vicios que han sido confirmados por la Contraloría.

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La Jefa de la Unidad Ejecutora N° 008-Proyectos Especiales del Ministerio de Cultura, Rossana Beatriz Acuña Delgado ha sido denunciada por abuso de autoridad, omisión y demora funcional; así como por suplantación de identidad y presunta negociación incompatible.

La denuncia ante la Fiscalía Provincial Penal Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, fue interpuesta por el trabajador CAS de la Unidad Ejecutora 008, del Ministerio de Cultura, Piyo Félix Celestino Lázaro, contra Acuña Delgado y los que resulten responsables de los delitos imputados. 

Denuncia contra Jefa de Unidad Ejecutora 008, Rossana Acuña Delgado.

El denunciante, quien es jefe de la Oficina de Administración de la Unidad Ejecutora a N° 008, argumenta, que respecto a una denuncia ingresada a Mesa de Partes de la Unidad Ejecutora referida, por la empresa Consultores y Constructores M&M EIRL, para que se anule el proceso de selección debido a que en el mismo se incluyó el concepto “Carta Fianza de Seriedad de Oferta”, lo que generó el incremento del valor referencial de la convocatoria para la Ejecución de la Obra de IOARR “Reparación de Edificación, Adquisición de Capacidad Organizacional, en la Torre Exenta de la Iglesia de La Jalca”, en Chachapoyas, departamento de Amazonas. 

Entre tanto, la oficina de Celestino Lázaro, a solicitud del Comité de Selección, envió dos memorandos el 2 de febrero y el 12 de febrero de 2024 a la Oficina de Inversiones solicitando que emita un pronunciamiento, debido a los cuestionamientos en dicho proceso de selección.

Y efectivamente, la Oficina de Inversiones se pronunció con documento escrito confirmando que, tras revisar el expediente técnico, se percataron que la “Garantía de Seriedad de la Oferta” no es exigida por la ley y por tanto, dicho concepto generaría un monto mayor en las ofertas del mercado; sin embargo, a pesar del vicio detectado, dicha oficina recomendó proseguir con el Procedimiento de Selección de la Adjudicación Simple N° 11-2023-UE-008-PE-1.

La Oficina de Inversiones a pesar de detectar el vicio, recomendó seguir con el proceso de selección de la adjudicación.

No obstante, Celestino Lázaro elaboró un informe (N° 000031-2024-UABS/MC de fecha 20 de febrero del presente, advirtiendo a la Jefa de la Unidad Ejecutora, Rossana Acuña la existencia de un vicio que afectaba la validez del valor estimado del Procedimiento de Selección, y que dicha “carta fianza de garantía” incrementaba el valor referencial de la obra. Y demás le solicitó declarar la nulidad, o en todo caso, conservar el acto, previo análisis conforme a la Ley de Contrataciones del Estado.

Y en respuesta, Rossana Acuña, le envía un memorando el 23 de febrero, y le manifiesta su extrañeza respecto del tenor de su carta, porque la encuentra irrespetuosa y no acorde al cargo.

Posteriormente, Celestino Lázaro mediante su Oficina de Administración emitió el Informe N° 000041-2024-OAD/MC, de fecha 28 de febrero, donde comunicó a la Jefa de la Unidad Ejecutora 008 Rossana Acuña Delgado, los vicios de nulidad del Procedimiento de Selección de la adjudicación mencionada. Y seguidamente, el 01 de marzo, Celestino emitió otro informe dirigido nuevamente a Acuña Delgado, pidiendo ya la nulidad del procedimiento.

Sin embargo, la señora Acuña Delgado mostró un inusitado interés de suscribir el Contrato con el Consorcio G-Wagner (conformado por W&W Constructores SAC y DL Group SAC) y además de manera calumniosa señaló conductas inexactas sobre él.

Memorando enviado por Rossana Acuña a Celestino Lázaro, indicándole que sus observaciones son erradas.

Finalmente, Celestino Lázaro argumenta que la Jefa de la Unidad Ejecutora Acuña Delgado en su calidad de funcionaria no solamente estaba interesada en suscribir el contrato con dicha entidad, sino que también habría suplantado el nombre del servidor Manuel Cubas Peña, constituyéndose ello un delito penal, una falta administrativa y constitucional.

Y tras presentar todos los medios probatorios, mediante una veintena de documentos, solicita que se inicien las investigaciones correspondientes, y se formalice la denuncia ante la autoridad jurisdiccional, conforme al Código Penal vigente y la Ley de Delitos Informáticos.

Asimismo, Piyo Félix Celestino Lázaro ha pedido protección a su integridad física y laboral, porque teme represalias laborales y un probable atentado contra su vida; ya que recibió amenazas de muerte, mediante una llamada a su celular, el 18 de enero del presente año a las 3.52 de la tarde.

Medios Probatorios presentados ante la Fiscalía por Piyo Félix Celestino Lázaro.

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¡Condena ejemplar! Dictan 28 años de prisión efectiva a asesinos de dirigentes de la comunidad asháninka Tamaya -Saweto [VIDEO]

En el año 2014 cuatro líderes asháninka fueron torturados y asesinados por denunciar la tala ilegal en su comunidad.

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Diez largos años tuvieron que esperar los deudos de los dirigentes de la comunidad asháninka Tamaya -Saweto para encontrar un poco de justicia, pues ayer fue un día histórico para aquellas personas que se encuentran dispuestas a dar la vida para defender nuestros recursos naturales de manos de taladores de árboles ilegales.

El Poder Judicial (PJ) sentenció a 28 años y 3 meses de cárcel a las personas implicadas en el asesinato del jefe de la comunidad asháninka Tamaya – Saweto, Edwin Chota Valera, y de los dirigentes Jorge Ríos Pérez, Leoncio Quintisima Meléndez y Francisco Pinedo Ramírez.

Así, la Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada de Ucayali logró una condena por el delito de homicidio calificado en contra de Hugo Soria Flores y José Estrada Huayta, en calidad de autores mediatos; y Eurico Mapes Gómez, Josimar Atachi Félix y Segundo Atachi Félix, sindicados como coautores.

De acuerdo con la acusación fiscal, las víctimas fueron emboscadas y asesinadas con un arma de fuego cuando se dirigían a la comunidad Apiutxa, en Brasil, para participar en una reunión de coordinación con otros líderes indígenas.

La fiscal provincial a cargo del caso, Vannie Robles, indicó que apelará la decisión tomada por el PJ durante la lectura integral de la sentencia que llevará a cabo el próximo martes 23 de abril. Según la abogada, el pedido que había realizado era de 35 años de pena privativa.

“Estamos tranquilos, satisfechos del trabajo responsable que se ha hecho, porque todavía nos queda una segunda instancia, la cual tenemos que trabajar con mucha responsabilidad. Ya tenemos el antecedente en la cual se anuló. Nos vamos a permitir que esto nuevamente ocurra, vamos a trabajar de manera responsable y vamos a solicitar esa confirmación de la sentencia en segunda instancia”, manifestó el abogado de la parte civil, Yusen Caraza, a Unidos por los Bosques/FCDS Perú.

fuente: tv peru.

Caso Saweto

El 1 de setiembre del 2014, cuatro líderes asháninka fueron torturados y asesinados luego de denunciar la tala ilegal que sufría la comunidad nativa Alto Tamaya-Saweto, ubicada en la región Ucayali, cerca de la frontera con Brasil.

Los verdaderos héroes del país. Dirigentes asháninka fueron cruelmente asesinados hace 10 años; ellos solo defendían la naturaleza.

Gracias a las reiteradas gestiones impulsadas por las viudas de los fallecidos, el 20 de junio del 2022, inicia el juicio oral del caso, casi nueve años después del atentado.

Luego, el 27 de febrero del 2023, el Poder Judicial condenó a 28 años de cárcel a los cinco implicados en el crimen, entre los que se encontraban autores materiales e intelectuales.

Sin embargo, el 29 de agosto, la Primera Sala Penal de Apelaciones de Ucayali anuló la sentencia bajo el argumento de que hubo “irregularidades” en el proceso. En consecuencia, determinan que debía iniciarse un nuevo juicio oral.

Luego, el 2 de noviembre del año pasado, el Juzgado Penal Colegiado Conformado de Ucayali comenzó el nuevo juicio oral, en el que dos de los acusados no se presentan, por lo que son declarados como reos contumaces. Finalmente, este 11 de abril, diez años después, el Poder Judicial volvió a sentenciar a los involucrados.

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