Un cuento del escritor mexicano Juan Rulfo, donde expresa la percepción de su vida, y refleja su tristeza por el sufrimiento de los pobres ante las injusticias sociales.
Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabán, viendo como el agua fría que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.
Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río.
El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.
Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.
A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen La Tambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta. La Tambora iba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algún lugar donde no les llegara la corriente.
Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río en muchos años.
Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a la Serpentina, la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.
No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral, porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.
Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que la ayudaran. Bramó como sólo Dios sabe cómo.
Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él estaba y que allí dio una voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.
Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.
La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas las más grandes.
Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando los llamaban a altas horas de la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima.
Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para dónde, pero andan de pirujas.
Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va estar difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quién se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita.
La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere.
Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vuelta a todos sus recuerdos y no ve claro dónde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: «Que Dios las ampare a las dos».
Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aquí, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención.
«Sí,» dice, «llenará los ojos a cualquiera donde quiera que la vean. Y acabará mal; como que estoy viendo que acabará mal.»
Ésa es la mortificación de mi papá.
Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí, a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.
Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición.
Manongo Mujica, músico, percusionista y un explorador de lo intangible, presenta Ruinas Circulares, ciclo de conciertos gratuitos y al aire libre, un encuentro profundo con la historia a través de la música en dos escenarios icónicos: las pirámides de Túcume en Lambayeque y el complejo de Mateo Salado en Lima. Con cada presentación, Mujica busca hacer que estos espacios ancestrales se conviertan en el epicentro de una experiencia sensorial que traspasa lo visual y lo auditivo.
Estos lugares no solo actúan como escenarios; son protagonistas silenciosos. Manongo, junto a músicos como Fil Uno, Gabriela Ezeta y Terje Evensen, crea una atmósfera en la que los sonidos dialogan con el entorno, como si cada interpretación trajera consigo fragmentos de épocas pasadas, permitiendo que el espectador sienta una conexión íntima con esas voces que aún parecen susurrar en el viento.
Inspirado en el cuento de Borges, Mujica convierte la creación musical en un ritual de memoria y presencia, donde cada interpretación establece un diálogo entre el pasado y el presente. Mujica invita al oyente a no solo escuchar, sino a percibir cómo la música se convierte en un vehículo para entender y recordar, con cada compás cargado de simbolismo y propósito.
Este ciclo de conciertos, impulsado por Luis Alvarado de Buh Records y en colaboración con el Complejo Arqueológico de Túcume, representa un compromiso por difundir el arte en entornos patrimoniales, fusionando conservación y creatividad. Los asistentes también podrán explorar los sitios a través de actividades complementarias que los ayudarán a vivir el lugar en toda su dimensión histórica.
Proyección de cortometrajes
Como complemento, entre septiembre y noviembre se realizarán proyecciones itinerantes de los cortometrajes «Escucha Paisaje Escucha» y «Ruinas Circulares». Estos trabajos, producidos por Mujica y dirigidos por V. Checa y Diego Cendra W., serán presentados en ciudades como Chachapoyas, Trujillo, Chiclayo, Puno, Cusco, Arequipa e Ica, gracias a una alianza con Edward De Ybarra, director de Corriente – Encuentro Latinoamericano de Cine No Ficción.
Ciencia, filosofía, historia, política, religión, tecnología, literatura y demás temas serán debatidos en la Ciudad Blanca. El ‘Hay Festival Arequipa’ 2024, uno de los eventos culturales más importantes del país, cumple 10 años y en su décima edición presentará a un centenar de intelectuales, entre los que destacan los galardonados por el Premio Nobel Adulrazak Gurnah (Literatura 2021), Carlos Umaña (Paz 2017), así como de la destacada filóloga autora del libro ‘El infinito en un junco’, Irene Vallejo. Este festival, que empezó hoy y durará hasta el próximo 10 de noviembre, surgió como una iniciativa de nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa y del diplomático Hernando Torres – Fernández.
Cabe mencionar que este evento se realizará presencial, pero varios eventos serán transmitidos a través de su página web. Los estudiantes universitarios y personas mayores de 65 años podrán disponer de hasta 10 entradas gratuitas.
Estas son algunas actividades que destacan en la agenda del Hay Festival Arequipa 2024.
Jueves 7: Pablo Vierci en conversación con Federico Rosado
El escritor y periodista uruguayo es conocido por su libro ‘La sociedad de la nieve’, en donde se relata los difíciles días de un grupo de jóvenes varados en los Andes luego de un accidente de avión. La historia recobró popularidad tras el estreno de la cinta dirigida por J.A. Bayona y nominada a dos Premios Oscar.
Viernes 8: Irene Vallejo y su pasión por los libros
La autora de ‘El infinito en un junco’ continúa difundiendo su pasión por los libros. El aplaudido libro que le valió el Premio Nacional de Ensayo celebra su quinto aniversario de publicación en la ciudad blanca. “No todos los libros son valiosos ni nos convertirán en mejores personas”, fueron algunas de las declaraciones que ofreció a Infobae Perú previo a su llegada al Perú.
Carlos Umaña y su labor por la paz mundial
Ese mismo día, en el Teatro Municipal de Arequipa, se presenta Carlos Umaña, costarricense, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2017 junto con la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés).
Él conversará con el periodista y comunicador Pablo Cateriano sobre ambientalismo y la necesidad latente de erradicar el armamento nuclear en los países del primer mundo, así como de su labor específica como científico y activista en favor de la paz mundial.
Sábado 9: Encuentro con Abdulrazak Gurnah
El novelista y académico británico de origen tanzano galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2021 y finalista del Booker Prize, es reconocido por su habilidad para indagar sobre la condición humana entrelazando temas como el exilio, la migración, la identidad, la exploración de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados entre culturas y continentes.
Domingo 10: Conversatorio por los diez años del festival
Uno de los eventos culturales del Perú celebra sus primeros diez años con una conversación entre el editor Dante Trujillo, el escritor Jeremías Gamboa, el fotógrafo Daniel Mordzinski, la escritora Karina Pacheo y la periodista Clara Elvira Ospina.
Escritores rendirán tributo a Sandro Bossio en Huancayo
El Primer Encuentro de Narradores ‘Sandro Bossio Suárez’ se llevará a cabo del 6 al 8 de diciembre en las instalaciones del ICPNA Región Centro. Escritores de diversas partes del Perú y el mundo podrán interactuar en jornadas gratuitas para el público en general.
Con la participación de destacados escritores de diversas partes del país y el extranjero, se llevará a cabo del Primer Encuentro Nacional e Internacional de Narradores ‘Sandro Bossio Suárez’, que se llevará a cabo del 6 al 8 de diciembre, en las instalaciones del ICPNA Región Centro.
El Primer Encuentro de Narradores ‘Sandro Bossio Suárez’ busca difundir y promover la literatura independiente del Perú, además de generar un espacio de creación literaria a través de la identidad y las manifestaciones socioculturales. “Somos fruto de una cultura histórica que se va perdiendo en el tiempo entre la población de nuestra región y el país en general, por lo que es importante fortalecer la producción creativa a través de las obras del escritor Sandro Bossio Suárez, y así dar alternativas a niños, jóvenes y adultos en un arte que fortalece la conciencia crítica y la inclusión social”, comenta el poeta Giosué Chico, miembro de la organización del evento cultural.
Entre los escritores confirmados al Primer Encuentro Nacional de Narradores ‘Sandro Bossio Suárez’ destacan: Cronwel Jara, Rodolfo Ybarra, Carlos Rengifo, Sergio Castillo Falconí, Juan José Sandoval, Lilia Figueroa, María Teresa Zúñiga, Kerbi Prieto, Lita Velasco, Gerardo Garciarosales, Mario Suárez, francisco León, Marlet Ríos, Gianinna Sovero, Ugo Velazco, Gino Damas Espinoza, entre otros exponentes de la literatura peruana.
Cabe señalar que Sandro Bossio Suárez (1970 – 2023), fue un joven escritor huancaíno autor de cuentos y novelas, a quien la crítica lo destacó como un autor sobresaliente en la narrativa que emergió en la década de los 90.
Tras su sensible fallecimiento, el Ministerio de Cultura le otorgó el reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura “por su destacada trayectoria como escritor, especialmente en el género de narrativa histórica”. Además, “por contribuir a enriquecer la literatura regional y nacional, respaldada por los reconocimientos recibidos gracias a su trabajo creativo en favor de la literatura, especialmente de Huancayo”.
Entre sus libros destacan: ‘Crónica de amores furtivos’, ‘Sabatorio: reflexiones de un buen salvaje’, ‘La fauna de la noche’, ‘Kassandra y nueve mentiras menores’, ‘Territorio Muerto’, ‘El aroma de la disidencia’ y ‘Noche de ronda’. Además, ejerció el periodismo en los diarios El Peruano y Correo, y fundó el diario Primicia.
El evento cultural ofrecerá una amplia variedad de actividades, ponencias, debates, presentación de libros y revistas, talleres, música en vivo con la agrupación ‘Los Viejitos de Barrón’ y el merecido homenaje al escritor huancaíno Sandro Bossio Suárez. «Parafraseando al gran escritor, fallecido también recientemente, Oscar Colchado Lucio: lo único que nos falta para ser ciudadanos del mundo, aunque parezca paradójico, es conservando nuestra marca de identidad, para lo cual los escritores y artistas debemos tomar conciencia y actuar, viajando por nuestro país, nutriéndonos del alma popular, sensibilizándonos con sus padecimientos, sus necesidades e inquietudes y contagiándoles nuestra propuesta de desarrollar su arte y su cultura», menciona el poeta Giosué Chico, miembro de la organización del evento cultural.
Barrio Calavera lanza disco con conocidos artistas
Banda nacional de fusión estrena álbum con invitados nacionales e internacionales, entre ellos Erick Elera, Wendy Sulca, La Pegatina, Rapper School y muchos más.
Tras una larga espera, la agrupación peruana de rock fusión Barrio Calavera presenta su nueva producción musical “Loco corazón”, considerado como un disco de gran proyección por la cantidad de colaboraciones que han realizado con artistas nacionales e internacionales, entre ellas con Erick Elera, cantante y popular actor de la TV peruana; Wendy Sulca, cantante y figura de las redes sociales; los populares La Pegatina de la escena española, así como la banda Rapper School muy conocida en la escena hip hop iberoamericana.
“Loco corazón” es el álbum más cumbiero de la banda Barrio Calavera y contiene diez temas donde el grupo peruano también transita en una fusión entre el bolero, el pop, el ska e, incluso, la música urbana. La temática del disco aborda canciones con letras de amor y desamor, pero también presenta temas de crítica social. Títulos como “Lo bonito del camino”, “Te he venido mintiendo”, “Aquí no baila el Presidente”, “No caminas solo”, “El poder de tus abrazos”, entre otros, dan vida a este álbum.
“Este disco “Loco corazón” es una forma de mostrar nuestra locura que tiene que ver con la pasión por crear y creer en la música que hacemos. Si contáramos todas las locuras que hemos hecho, ya necesitaríamos un libro”, afirma Winsho, vocalista de Barrio Calavera. “Loco corazón” ha sido producido musicalmente por Juan Carlos Fernández, productor musical de la popular serie “Al fondo hay sitio”.
Entre otros conocidos invitados internacionales del disco también figuran Juanito Ayala, ex del grupo Juana Fé y voz del boom de la nueva cumbia chilena; así como la cantante colombiana Cumbia Queen, una voz emergente de la fusión en Colombia.
La larga lista de colaboraciones la complementan los nacionales el ‘Macha’, voz de los Aeropajitas, una de las bandas punks más importantes del Perú y Gala Brie, una de las voces más importantes del nuevo pop peruano.
Barrio Calavera, con 17 años de carrera en la escena musical peruana, retorna así a la música con el disco “Loco corazón” que estará disponible en todas las plataformas digitales desde el próximo 15 de noviembre.
El escultor peruano Miguel Ángel Velit nuevamente vuelve a asombrar con una escultura de una combi en metal gigante y colores primarios. La obra se inauguró el día lunes 28 de octubre por la noche en el Polideportivo del barrio Tupac Amaru B.
Este gran distrito se encuentra ubicado a 10 minutos de la ciudad de Chincha. La inauguración se la obra se desarrolló gracias a la iniciativa del alcalde César Carranza Falla, el cual se ha preocupado mucho por modernizar el distrito, impulsando trabajos de infraestructura, entre pistas y veredas.
A esto se suma la modernización de la Plaza de Armas y el mejoramiento del nuevo polideportivo en homenaje al gran Fernando Acevedo, gran fondista y atleta peruano chinchano, Justamente en ese espacio se encuentra ubicada la obra de Velit, titulada la “Última Combi llega a Chincha”.
La escultura mide aproximadamente 4 metros de alto x 3 metros de ancho por 1. 30 cm de ancho. Sin duda, esta gran escultura la podrán apreciar y disfrutar los vecinos y turistas que semana a semana llegan a Chincha.
Para realizar la escultura, Velit tardó todo un año en soldar y armar esta escultura y agradece a sus amigos que la pintaron con colores primarios para enaltecer la obra.
El artista ha creado esta combi en Fengliang Art College en China, en el Museo de Arte Contemporáneo de San Marcos, en el barrio latino de Nashua Boston y ahora en Chincha.
Chincha actualmente ha cambiado bastante, de lo que era una ciudad rural y agrícola, ahora se ha convertido en una ciudad moderna. Velit viene ubicando más de 5 esculturas públicas de gran formato en metal en estos últimos cinco años en diferentes barrios de esta provincia, la cual es la tierra de sus ancestros.
Contacto: Artista Plástico. Tel 949706522. Mail: miguelavelit@yahoo.com / www.miguelangelvelit.com
“PIURA, LO PIURANO Y LA PIURANIDAD. IDENTIDAD Y COMPROMISO CON LA TIERRA DE GRAU”
Tratar de entender, que es Piura para mí, sin exagerar es como si tratara de desentrañar un misterio. Y eso es, precisamente un MISTERIO, LA PIURANIDAD, que nos embarga a los nacidos en esta santa tierra, en cada una de las 8 Provincias y 65 distritos que políticamente conforman, la Región Piura, con su borde costero marino, su zona y meseta andina, además del dominio amazónico legal.
Ello me trae a colación el discurso de Investidura de Doctor Honoris Causa de nuestro nobel Mario Vargas Llosa, en la Universidad Nacional de Piura, en la cual tuve el honor de ser su rector (2000-2005), allá por 2002; cuando señaló (por cierto este antecedente académico se mencionó en la lectura de su Hoja de Vida, en la Ceremonia de Premiación en Estocolmo, Suecia), al referirse a los 18 meses que vivió en la ciudad de Piura y que lo marcó para siempre, «las relaciones que tienen las personas con las ciudades son tan misteriosas como las que tienen con otras personas, hay ciudades que nos caen simpáticas y hay ciudades que nos caen antipáticas, hay ciudades que pasan en nuestra vida sin dejar casi una huella en la memoria y hay otras en cambio que se graban profundamente y se quedan para siempre allí, ciudades cuyos recuerdos luego se incorporan y pasan a formar parte como un ingrediente esencial en nuestras vidas». Así son las ciudades de Piura para el Nobel, ciudades simpáticas y agradables. Y así son las ciudades piuranas para todos aquellos que las descubren.
Cuando tuve el honor de acompañar al Nobel y compartir su periplo por Sullana, Paita y Chulucanas, aquél quedó gratamente encantado con la gastronomía, la cerámica y la belleza paisajística de sus escenarios (que no han gestionado sus autoridades para locaciones de películas). Este pensamiento vargasllosiano, es lo mismo que les sucede a las personas nativas o no, que visitan la Región Piura y que particularmente me sucede y conmueve. Confieso que he estado en ciudades de cinco de los seis continentes del Planeta, muchas con historia y cultura antigua, con esplendor y magnificencia, sin embargo, no despiertan en mí, el gusanillo que me envuelve cuando retorno a las ciudades de Piura. Parafraseando vivencialmente a López Albújar, necesito volver a Piura para oler su yucún, necesita mi cuerpo bañarse con su arena y como el gigante mitológico recuperar mis fuerzas al pisarla. Así son las ciudades de Piura envueltas en un misterio cósmico.
Piura para mí, es una cuestión de Credo de fe en el Cautivo de Ayabaca, el Señor de Chocán de Querecotillo, la Virgen Mechita de Paita, la Auxiliadora y la del Perpetuo Socorro.
PIURA REGIÓNMILENARIA
Los primeros rastros del poblamiento humano de la actual Región Piura según Uhle, Tello o Puig; datan en Talara, hace 9 mil años atrás ¿?, hallazgo circunscrito a la zona ubicada entre el río Chira y Punta Rico en la quebrada de Máncora. La Región Piura ambientalmente es heterogénea, con ecosisistemas costeros, andinos y amazónicos, que han permitido que la vida humana se haya desarrollado en un espacio geográfico con clima variable y oscilante, entre sequías e inundaciones, influenciado por los Andes y dominado por dunas y médanos del desierto de Sechura, que con las lluvias de El Niño, reverdecen y recobran vida con el piuranísimo símbolo del algarrobo, «verdes mis algarrobos verdes, verdes como la fe de la esperanza». En esos 9 mil años atrás el ¿H.sapiens talarensis?, siguió caminando y caminando, dejando sus huellas en los Chusis, Tallanes, Vicus, Capullanas, Huancapampas y Guayacundos (con tres curacazgos proto-jívaro-amazónico). Esta heterogeneidad ambiental costera-andina-amazónica, hizo que las razas, las costumbres, la lengua y la dieta alimenticia de los diversos grupos señalados anteriormente, se vieran influenciados por el clima, con la consecuente transformación de la diversidad cultural regional. Nueve mil años después del ¿H.sapiens talarensis?, la franja costera se desertificó y las comunidades de bosques tropicales por sucesión ecológica se convirtieron en bosques secos de algarrobo y arena, que es donde se ubicaron los asentamientos humanos prehispánicos y que incluso llega a nuestros días con ciudades intermedias poco desarrolladas como las ciudades de Piura, Sullana, Talara y Paita, dejando a los territorios andinos y andino-amazónico a espalda de la realidad socio política, situación que en la actualidad persiste. Humboldt, hace poco más de 200 años, cuando visitó Ayabaca señaló «Ayabaca está hecha, por otro lado, para dar una idea ventajosa del Perú. Se ve allí todos los oficios, el doble de habitantes que Loja, Ecuador, señoras bien puestas…». Hoy Ayabaca junto a Huancabamba, están dentro de las provincias de extrema pobreza del país y Loja dentro de las más prósperas del país del Norte.
La miopía de los sucesivos gobernantes no permite que la riqueza ambiental, la estabilidad ecológica de nuestro territorio, no sea manejada racionalmente con política de ordenamiento territorial y con políticas públicas de gestión de su biodiversidad terrestre, marina y cultural mediante enfoque integrado, lo que genera indicador de desarrollo humano pobre, a pesar de la riqueza biológica y geológica de la Región.
Hoy que se habla con cierto sarcasmo de Piura y de los piuranos, parafraseando el verso del tondero piurano, danza de creación oriunda de la Provincia de Morropón, recuerdo «si alguien habla mal de Piura le rompería hasta la sien»; allí nos incluimos; o como el verso de ese otro hermoso tondero, La Perla del Chira, «aunque lejos yo me encuentre no te olvidaré Sullana…he de volver a mi tierra en busca de mi gallada recordando viejos tiempos para seguir la jarana».
Finalmente termino señalando que la querida y amada Piura, está muy por encima de unos cuantos desadaptados o de un mal gobernante. Tengamos confianza que la Región Piura, cual Ave Fénix, resucitará y recuperará el esplendor de su cultura, forjada hace más de nueve mil años.
QUE ES LO PIURANO, FACTORES QUE TIPIFICAN A LOS PIURANOS HISTORIA TRADICIONES
DIVERSIDAD CULTURAL
Costumbres piuranas
Desde hace 40 años la Organización Mundial del Turismo, consagró el 27 de setiembre, como el Día Mundial del Turismo, DMT. En el año de pandemia (2021), el lema y tema elegido es “Turismo y desarrollo rural”, por la importancia del turismo para la promoción del patrimonio cultural y natural en todo el mundo; evitando la degradación ambiental y la pérdida de la identidad local.
A propósito de este DMT, la Región Piura ha sido favorecida con paisajes naturales, que van desde el borde costero, entre el mar frío y el mar tropical hasta la montaña amazónica, cruzando los andes. En este espacio geográfico, hay usos, costumbres y tradiciones ancestrales que rescatar y ponerlas al servicio del desarrollo turístico rural, con criterio de sostenibilidad, en perspectiva ética y social.
Una costumbre ancestral es la relacionada con el chucaque, que afecta a las personas con “malestar, angustia o bochornoprovocados por situación embarazosa”. Es un vocablo quechua que significa “susto o vergüenza que genera dolores de cabeza”. Para aliviar el chucaque fuerte se llama a un rezador o curandero para que con rezos, masajes y la pasada del huevo, consigan el alivio.
Otra técnica considerada en la medicina ancestral, para la cura del chucaque, consiste en enrollar una pequeña porción de cabello y tirar fuerte de el.
La cultura medicinal y mítica de la Región Piura costera, andina y amazónica; es el resultado de la interacción entre los tallanes e incas, con dominación de éstos. Aquellos, profesaban poco aprecio a los incas y estos un gran desprecio a ellos. En la Región andina piurana, el saber ancestral, es producto de los guayacundos de Caxas y Ayabaca y los huancapampas, que mantuvieron hasta la conquista inca, su sistema productivo agrosilvopastoril, con el uso de hierbas medicinales para el curanderismo.
Esta fortaleza de las raíces culturales profundas, de nuestros antepasados, matizadas con la influencia hispánica del misticismo, se están perdiendo en el tiempo y es tarea mantenerlas y conservarlas.
Otra afección es el llamado “el mal del ojo”, causado por la mirada de algunas personas que tienen “ojo fuerte”, afectando a lactantes e infantes. Para aliviar esta dolencia se llama al “santiguador” o “santiguadora”, quienes rezando frotaban un huevo fresco de gallina negra de corral alimentada naturalmente y lo pasan por todo el cuerpo, en forma de cruz y para para sacar las lagañas y mejorar la visión, colocan en los ojos pañitos de tela de gasa, embebida en agua de manzanilla fresca. Otro uso es colocar en la muñeca “una cinta roja”, para que “no nos ojeen”.
LA “PICANTERÍA” PIURANA Y LA CONSERVACIÓN
Parafraseando un refrán, usado desde la época de Cervantes, en España; diremos “del mar piurano el mero, de la tierra piurana el cabrito de leche”. Esta frase resume a los dos ases muy usados en la vieja picantería piurana. Sin duda, degustar el mero, por sobre la caballa, el pez más “humilde del mar piurano”; es un lujo gastronómico. Por cierto, la “caballa sechurana”, casi está extinguida, como ya se extinguió la sardina de nuestras noches de bohemia. Hasta hace poco se importaba caballa china, la cual tuvo problemas de larvas detectadas en lotes congelados. Que no quepa la menor duda, la gastronomía piurana terrestre y marina, nos presenta un plato diferente para cada ocasión; pero no se ha potenciado a la misma. Lo peculiar, que recuerdo de la vieja picantería sullanera, de la década del ’70 del pasado siglo, era la irreverencia de sus nombres tales como la “sin calzón”, la “panza rota”, la “burra amarrada”, la “caprichosa”, el “cholo Jesús”. Se caracterizaban por presentar a los meros colgados de garfios y que fácilmente medían 1,50 metros. En el “cholo Jesús”, el mero se preparaba en forma de sudado o pasado por agua caliente y se servía en lapas grandes, que son calabazas recortadas. Se asentaba con chicha de jora o clarito, servido en “poto” o en un “chirihuaco”. No se usaba el vaso de vidrio. Otra historia, es el copús (vasija de arcilla enterrada y cocinada en la tierra como la pachamanca), preparado con cabezas de “cabrito de leche”, que se podía comer con las manos y hasta “chuparse los dedos”. Traemos a colación estos recuerdos gastronómicos porque hoy la pesca artesanal piurana, en especial la del mero, está en problemas de manejo por falta de ordenamiento pesquero, ya que aquella no está dentro de las prioridades políticas y porqué ellas están dirigida a la industria de la pesquería de la anchoveta y merluza. Otra causa del declive de la pesca artesanal, es que los pescadores artesanales han aumentado el esfuerzo pesquero. Se calcula que a la fecha hay cerca de veinte mil embarcaciones artesanales, lo cual es “un incremento explosivo”, que lleva a la sobrepesca de los recursos costeros. Otro problema es la faena ilegal que se hace a menos de una milla de la costa, que ahonda la depredación. Ni que decir de los derrames accidentales de la explotación petrolera en el litoral piurano que deja al borde de la extinción a los recursos tradicionales como el mero (hoy reducido a 30 centímetros de tamaño de captura), el peje blanco, que están severamente afectados y que son la base de la gastronomía regional y nacional, a la usanza de la vieja picantería piurana. Se hace necesario un ordenamiento específico de estas pesquerías costeras, para la conservación y uso de la pesquería artesanal. De lo contrario el mero en su garfio de hace 50 años quedará en la anécdota, en el recuerdo gastronómico y en la foto.
Bajo el slogan “Tradiciones que trascienden generaciones” el Centro Cultural Peruano Japonés viene realizando la 52 Semana Cultural del Japón. Con un renovado programa de actividades y experiencias multidisciplinarias, este evento anual no solo busca preservar y promover la cultura japonesa en nuestro país, sino también favorecer el diálogo intercultural y en esta edición se recuerdan los 125 años de la inmigración japonesa al Perú.
La vigencia de este evento a través del tiempo da fe del impacto positivo en la cultura peruana y de su capacidad para adaptarse, integrarse y renovarse de manera constante.
«La Semana Cultural del Japón celebra la riqueza cultural del país del sol naciente con expresiones artísticas que van desde las tradicionales hasta las contemporáneas. Además, tendremos como invitada internacional a la reconocida artista japonesa, Sayo Komada, quien ofrecerá un concierto al ritmo de su tsugaru shamisen y en compañía de músicos peruanos, fortaleciendo así el estrecho vínculo entre el Perú y Japón”, comenta Gianmarco Higuchi, director de Cultura de la Asociación Peruano Japonesa.
Para este año el programa incluye 25 actividades dirigidas a familias y públicos de diversos rangos etarios, las cuales serán gratuitas a excepción del Matsuri, con la finalidad de que más personas puedan acercarse a la cultura japonesa desde diferentes manifestaciones artísticas.
La Semana Cultural del Japón también será un espacio para difundir la cultura japonesa contemporánea. En J-Stage, se pondrán de manifiesto expresiones como el J-pop, las figuras de Gundam y los videojuegos, a través de charlas y espectáculos que mostrarán su evolución e impacto en la cultura global.
Asimismo, el Fondo Editorial de la APJ presentará El diario de Kagerō. Apuntes de una efímera, obra pionera de la literatura japonesa de la época Heian. Ceremonia del té, desfile de kimonos, cine, exhibición de artes marciales, festival artístico de música y danzas de Japón y mucho más completan la fiesta cultural que tiene como cierre el XXXII Matsuri.
El Matsuri es el término japonés para referirse a los festivales tradicionales, que se celebran en diversas regiones de Japón y están profundamente ligados a la cultura y religión del país, especialmente al sintoísmo. En el Perú, la Asociación Estadio La Unión (AELU) ha sido la sede de esta celebración que une a nikkeis y apasionados de la cultura nipona.
La 52 Semana Cultural de Japón va hasta este sábado 9 de noviembre.
Lugar: Centro Cultural Peruano Japonés (Av. Gregorio Escobedo 803, Res. San Felipe, Jesús María).
Ingreso libre, capacidad limitada (a excepción del XXXII Matsuri AELU).
La notable escultora peruano-japonesa Michiko Aoki presenta Luces y sombras, su nueva serie sobre granito. Va del 6 de noviembre al 7 de diciembre en La Galería de San Isidro.
Punteros, cinceles, martillos, gradinas y bujardas son extensiones de su cuerpo. Con cada golpe, la piedra se abre, se pliega y libera una narrativa muda que habla de fuerza y fragilidad en una relación que va más allá del contacto físico: la artista explora el mineral y revela sus secretos. Ocurre que la de Michiko Aoki (81), más que una técnica, es un ritual que transporta al espectador hacia espacios de contemplación y asombro.
De lo cual puede dar cuenta la respetable audiencia que ha contemplado con auténtica fruición sus exhibiciones en Japón, Argentina, Estados Unidos y, claro, el Perú, donde vive desde 1979. La artista ha vivido una evolución marcada por hitos personales. Desde la pérdida de su esposo, el chef Toshiro Konishi, su obra ha adquirido una profundidad espiritual inédita, en la que el vacío y la ausencia se transforman en presencia tangible. En cada bloque de mármol o granito belga, en cada veta de alabastro, la dureza de la piedra convive con la transparencia, y el silencio mineral se convierte en un espejo de su diálogo interior.
Razón por la cual cada escultura que sale de sus manos se presenta como un umbral que nos permite ver más allá de lo visible, donde la densidad se desvanece y la luz emerge pura, casi mística. En sus palabras, la piedra guarda una «esencia» que espera ser desvelada; en sus manos, lo mineral se vuelve un eco de su fe creadora, un reflejo de un diálogo ancestral que nos habla desde el silencio.
Michiko está inaugurando su nueva individual, «Luz y sombra», en La Galería de San Isidro. En esta exhibición, la dureza del granito y la delicadeza del alabastro son aliados en un ritual que revela lo oculto. La japonesa-peruana, inspirada por maestros como Isamu Noguchi y Eduardo Chillida, ha hecho de su técnica una exploración espiritual tocando las fibras intangibles del mineral como si de un oráculo se tratase. Cada bloque que transforma parece latir y respirar, y sus superficies se llenan de claroscuros donde la luz y la sombra se entrelazan como símbolos de la condición humana.
Michiko sabe que la piedra es paciente, que guarda un secreto antiguo, y lo arranca de la quietud sin violencia, casi como quien abre una puerta hacia una verdad desconocida. La piedra, más que un material de trabajo, es una compañera de viaje, una presencia que la acompaña en su camino hacia la introspección y el autoconocimiento. Con su mirada aguda y sus manos expertas, logra que el granito y el alabastro no sólo se moldeen, sino que también narren una historia de resiliencia, de la lucha entre la rigidez y la suavidad, de la belleza que habita en el equilibrio de los extremos.
Así, sus esculturas se convierten en poemas de piedra, en versos sin palabras que, al igual que los bloques de mármol de Brâncuși o las formas esculpidas de Hepworth, invitan al espectador a reflexionar sobre la naturaleza misma de la creación y el diálogo entre el ser humano y la materia. Así, “Luz y sombra” es una oda a lo eterno, una celebración de la dureza y la fragilidad que conviven en cada fragmento de roca. Esa alquimia sublime en la que el arte transforma la piedra en un susurro que contiene toda la eternidad.
Lugar: La Galería.
Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro.
Fechas: Del 6 de noviembre.al 7 de diciembre.
Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.