Literatura
METAMORFOSIS VAMPÍRICAS

“Nunca nadie no quiso de tal modo envejecer, esto es: morir. Por eso, tal vez, representaba y encarnaba a la Muerte. Porque, ¿cómo ha de morir la Muerte?”
La condesa sangrienta, Alejandra Pizarnik.
(Primera parte)
Creencias en demonios chupasangre las han tenido casi todas las culturas sin excepción. Solo para mostrar una criatura de ese pasado remoto podríamos citar no a Lilith (a despecho de los góticos, la bíblica Lilith es una súcubo antes que una chupasangre) sino a Sekhmet o Sejmet, diosa del Antiguo Egipto con cabeza de león, versión cruel de la bondadosa Hathor, que se pasó de sádica con la humanidad: como en una especie de versión alfa del mito de Noé, Ra (el mandamás de los dioses) ordena a Sejmet cargarse a cuanto hombre, mujer, viejo y joven encontrase en su camino, pero ella se muestra tan esmerada en su misión y en su deseo y necesidad de beber sangre que sobrepasa todas las expectativas de su jefe, al punto de casi acabar con la humanidad. La solución: los dioses, apiadados, aconsejaron a la humanidad, a la poca humanidad que quedaba, engañarla vertiendo cerveza roja en la tierra hasta formar un pozo para así poder emborracharla.
Hablar del origen de los vampiros es casi una tarea ociosa, pues la bibliografía es muy abundante. Encontrarán en muchos libros, y sobre todo en la red, etimologías, leyendas, referentes, películas de todo tipo, etc. Más bien en este artículo quisiera repasar los cambios que ha tenido el fenotipo vampiresco en las leyendas populares y en la ficción a lo largo de los siglos, desde que los vampiros aparecieron en el folclore y en la literatura occidentales.
VAMPIROS PRERROMÁNTICOS.
Los vampiros propiamente dichos fueron hijos del siglo dieciocho, del pre-romanticismo y convivieron al lado de las proclamas ilustradas de los defensores de la ciencia y de la razón, y fueron extremadamente populares, no obstante las airadas discusiones de los filósofos de la época, como Voltaire, y de religiosos como el padre Augustin Dom Calmet, que abordó el tema en su libro “Tratado sobre los vampiros”. En su libro podremos darnos una idea completa de los procedimientos legales de la época respectivos a las autopsias realizadas cuando se incluían las sospechas de vampirismo sobre algunos cadáveres, tal es así que cuando se tenía la idea de que algún vecino difunto era un vampiro, luego de auscultarlo y encontrar en él aparentes signos vitales, se le clavaba una estaca en el corazón, o se le rompía la quijada, o bien se le abría el pecho y se le extraía el corazón, además de decapitarlo para además colocar su cabeza entre sus piernas. En algunas regiones preferían añadir a estas vejaciones el fracturar la mandíbula del muerto insertándole, o tratando de insertarle, un ladrillo en la boca. Y si el terror era extremo, el cadáver mutilado era entregado a las llamas de una hoguera.
Dom Calmet hizo los reparos del caso, atendiéndose a la sola evidencia para descartar el vampirismo de los diagnósticos. Todo lo que los especiales de vampiros de Nat Geo dijeron sobre el particular, presentándolo en TV cual si fuera una novedad, el propio Calmet lo dijo trescientos años antes, es cierto que apelando a una ciencia rudimentaria, pero en esencia trataba de ilustrar la misma idea, que los engañosos signos vitales de los supuestos vampiros se debían más a un proceso de descomposición que a la sola voluntad de Satanás:
“Llego ahora a esos cadáveres llenos de sangre fluida cuya barba, cabellos y uñas siguen creciendo. Se pueden descontar los tres cuartos de esos prodigios; aún así, tengamos la bondad de admitir una pequeña parte. Todos los filósofos conocen demasiado bien cómo el pueblo, e incluso algunos historiadores, aumentan las cosas que parezcan por poco que sea(n) extraordinarias. Sin embargo, no resulta imposible explicar físicamente la causa de ello. (…) En cuanto al crecimiento de las uñas, los cabellos y la barba, es cosa que se percibe muy a menudo en diversos cadáveres. Mientras quede todavía mucha humedad en el cuerpo no tiene nada de sorprendente que, por algún tiempo, se vean algunos aumentos en partes que no exigen la conservación de los espíritus vitales.
La sangre fluida, corriendo por los canales del cuerpo, parece ofrecer una mayor dificultad; pero pueden darse razones físicas de ese flujo. Podría muy bien suceder que, recalentando el calor del sol, las partes nitrosas y sulfurosas que se encuentran en los terrenos aptos para conservar los cuerpos, y habiéndose incorporado estas partes en los cadáveres recién enterrados, empiecen a fermentar, descuajen la sangre coagulada, la vuelvan líquida, y le permitan así fluir poco a poco por los canales.”
El vampiro del siglo dieciocho es un ser nauseabundo, similar a un zombi, que según las regiones donde se le mitifica o usa los incisivos antes que los colmillos, o tiene un aguijón debajo de la lengua para succionar la sangre de la vena yugular (y a veces usa ambas cosas) y que, vestido siempre con su mortaja y sus roídas y mohosas ropas fúnebres molestaba a sus vecinos, empezando por su propia familia. El folclore europeo de la época está atiborrado de historias de vampiros que, haciendo caso omiso del consabido “hasta que la muerte nos separe”, se niegan a renunciar a sus derechos conyugales. Casi todas estas historias de vampiros acababan en la ya clásica escena de la turba con rastrillos y antorchas en mano en su busca, para hacerlos picadillo.
El libro de Calmet, publicado en 1746, fue una deliciosa recopilación de casos ejemplares sobre vampirismo, debidamente documentados, que lejos de lograr su objetivo avivó aún más entre el público la fascinación por estos seres. Lejos estuvo la gente de dejar de creer en los vampiros, incluso encontraron maneras de justificarlos, algunas muy bizarras, para dar un ejemplo adelantémonos un poco en el tiempo, vayamos a mediados del siglo XIX, a la época del surgimiento del gnosticismo moderno y del neopaganismo. Madame Blavatsky en su libro “los espíritus vampiros”, después de referirse al famoso episodio de La Odisea donde Ulises invoca, con sangre, el espíritu del adivino Tiresias, detalla: “La Epístola V a los Hebreos trata del sacrificio de sangre. “En donde existe un testamento –dice –necesariamente debe mediar la muerte del testador…Sin el derramamiento de sangre no hay remisión alguna…” La sangre produce fantasmas, y sus emanaciones proporcionan a ciertos espíritus los materiales necesarios para formar sus apariciones transitorias. “La sangre –dice Eliphas Levi es la primera encarnación del fluido universal, la luz vital materializada. Su producción es la más maravillosa de todas las maravillas de la Naturaleza; vive, porque se transforma perpetuamente, siendo el efectivo Proteo universal. La sangre procede de principios en los cuales antes no existía nada análogo, y que se convierte en carne, huesos, cabellos, sudor, lágrimas…La sustancia universal, con su doble movimiento, es el gran arcano del Ser, la sangre es a su vez el gran arcano de la vida.
“La sangre, dice el hindú Ramatsariar, contiene todos los secretos de la existencia; ningún ser viviente puede existir sin ella. El comer sangre es profanar la obra del Creador.” Por ello Moisés, siguiendo la universal tradición prohíbe hacerlo. Paracelso escribe que con los vapores de la sangre puede uno evocar cualquier espíritu que desee ver, puesto que con sus emanaciones se formará una apariencia, un cuerpo visible –pero esto es perfecta hechicería o necromancia. –Los hierofantes de Baal se inferían profundas incisiones en su cuerpo y con su propia sangre producían apariciones objetivas y tangibles.”
En otras partes de su libro, citando a otros autores:
“Al referirnos Maimónides en su obra Abodah Sarah que las gentes de su tiempo se veían obligadas a mantener íntimas relaciones con sus difuntos, describen las fiestas de sangre que en tales casos se celebraban. Cavaban al efecto un hoyo en el suelo en el cual vertían sangre fresca y, colocando encima del mismo una mesa, evocaban a los espíritus, quienes presurosos acudían, contestando a todas sus preguntas. No obstante de ello, Pierart, con toda su doctrina teurgista acerca del vampirismo, se muestra indignadísimo contra la superstición del clero al ordenar que se atraviese con una estaca el corazón de todo cadáver sobre quien hayan recaído sospechas de vampirismo. En tanto que la forma astral del muerto no esté completamente desprendida del cuerpo, existe, en efecto, cierta trabazón en virtud de la cual, mediante la atracción magnética, puede obligarse a aquella forma a que retorne y se posesione de nuevo del cuerpo. Acontece en ocasiones que la forma astral no se ha desprendido de éste más que a medias, por decirlo así, cuando el cuerpo es enterrado por presentar todas las apariencias de una muerte efectiva. En semejantes horribles casos, el alma astral, aterrada, retorna violentamente a su envoltura de carne, y entonces la desdichada víctima, o bien acaba de morir realmente tras el paroxismo de las atroces angustias de la sofocación, o bien, si durante su existencia terrestre, ha sido groseramente material, se convierte en un vampiro…
En este segundo caso, empieza para el mísero cataléptico, así enterrado en vida, una existencia verdaderamente bicorpórea, en la que el cuerpo que yace aprisionado en la tumba es sostenido con la sangre o fluidos vitales que sus cuerpos astrales fantasmáticos roban aquí y allá a los vivos, porque, es sabido, que esta última forma etérea puede ir donde le plazca y, en tanto que el lazo que la mantiene unida al cuerpo no se rompa, vagar en forma ya visible ya invisible, alimentándose arteramente de sus humanas víctimas.”
Entre los siglos XVIII y XIX se van configurando las características esenciales de los vampiros clásicos, la fotosensibilidad (todavía en el siglo dieciocho se asumía que el vampiro podía soportar la luz solar, aunque eso disminuía considerablemente sus poderes), la imposibilidad de reflejarse en superficies bruñidas, los clásicos colmillos (esto, producto más de la fantasía literaria, que se impuso sobre la musa popular), cierto control mental sobre sus víctimas, el terror al ajo, la cruz, al agua bendita, la capacidad de transformarse en otros seres, como los murciélagos, y la necesidad del difunto de no separarse de la tierra de su tumba. A esto último quería llegar.
Como ha sugerido la doctora en antropología Sharona Fredericko, gran parte de la imaginería asociada al vampirismo se nutre de los prejuicios antisemitas de la época. Por ejemplo, y citándola a ella (la transcripción es obra de Marcelo Kisilevski ): “La idea de empezar el día con la aparición de una o varias estrellas en el cielo es nítidamente judía. Drácula, de acuerdo con Bram Stoker, dormía en un ataúd. Y hete aquí que en Rumania, a partir del siglo XIII, de hecho hasta los principios del siglo XX, existía una costumbre de enterrar a los judíos, cuando morían, en un ataúd con un puñado de tierra debajo de la cabeza, representando la Tierra Santa, la Tierra de Israel. Si lees bien el libro de Bram Stoker, te encuentras con que Drácula dormía en un ataúd con un puñado de tierra de «su país de origen», país no nombrado. O sea que Stoker cita una costumbre nítidamente judeo-rumana, e insinúa que Drácula no era nativo del lugar, lo cual es lo más ridículo, porque el Drácula histórico no sólo era oriundo del lugar, sino que pertenecía a una de las familias dinásticas más insignes del país. Pero Stoker lo convierte en forastero. Y un forastero que duerme en un ataúd con un puñado de tierra debajo de su cabeza, perdóname, pero sólo puede ser un cadáver judío.”
Como también sugiere Sharona Fredericko, la creación del fenotipo de la “vampiresa” es también obra de los prejuicios de la época. Y podría tener mucha razón, ya que no solo existieron relatos que respaldaban la idea de que los judíos sacrificaban niños cristianos en la pascua (llega súbitamente a mi memoria el relato “La rosa de pasión” de Bécquer) sino que la aparición del vampiro en la literatura comenzó con su metamorfosis de un cadáver casi irracional a una sensual y misteriosa forma femenina.
VAMPIROS(AS) LITERARIOS(AS).
Vampiros, mejor dicho, vampiras en la literatura antigua: tal vez la primera que se me viene a la mente sea la celebérrima Novia de Corinto, un episodio del historiador griego Filóstrato en su “Vida de Apolonio de Tiana”. Versiones de esta historia las hay muchas, productos de diversas fuentes, viejas leyendas populares de la era romana tratadas con variaciones por autores antiguos . De una versión similar del griego Flegón de Trales (de su libro “De las cosas maravillosas”) Goethe tomaría inspiración para crear su propia “Novia de Corinto.” La historia de Goethe es como sigue: dos familias hicieron un pacto de matrimonio entre sus dos hijos pequeños, pero la familia de la novia se vuelve cristiana y la lejanía entre familias hace que el pacto quede roto, al menos tácitamente, pero el joven, ya adulto, no se resigna y va a buscar a su prometida. Sus ex suegros lo hospedan, él pasa la noche allí, se le aparece la tan requerida novia y…
“En ese momento suena la hora lúgubre de los espíritus, y entonces, solamente, la joven parece sentirse a gusto. Ávidamente, de sus labios pálidos ella bebió el vino de un rojo sombrío como la sangre. Pero del pan de trigo que él le ofreció amablemente, no tomó la menor migaja.”
Es un muy buen poema, y lo que sigue es muy hot, cosa que me sorprende teniendo en cuenta la fama de fríos e insensibles que poseen los alemanes. El asunto deriva en que la madre de la muerta los escucha “jugar” tras la puerta, entra y reprende a su hija vampira, que no tuvo mejor idea para deshacerse de su virginidad que entregarse por sí misma al muchacho al que bajo juramento estaba prometida, a pesar de que ella, de antemano, estaba muerta. O sea que, encima de difunta, resbalosa.
Hacia fines del siglo dieciocho otro vampiro irrumpe en la imaginación popular, vía la literatura. Tal vez sea solo una coincidencia que se asocie al vampiro con la figura del hombre y la mujer nobles, pero recordemos que eran los tiempos de la revolución francesa, y no habría sido difícil la asociación de la riqueza y los blasones con la perversidad (Sade utilizaría esta figura para atacar a sus rivales políticos, nota aparte, la literatura pornográfica nació en Europa con la clara finalidad de desprestigiar a ciertas figuras de autoridad, nació en la Italia renacentista con Poggio Bracciolini y el Aretino, pero la encontramos también, y muy bien instalada, en la Francia revolucionaria).
Aún así, podría existir otros factores: las visitas a ruinas medievales que hicieron muchos escritores en el transcurso de sus viajes (el naciente romanticismo y su gusto por lo irracional, lo tenebroso y atormentado) y la existencia en el pasado de algunos serial killers famosos debidamente documentados (principalmente Giles de Rais y la condesa Báthory), o, ya que la literatura gótica tiene a la mayoría de sus mejores exponentes en Inglaterra, podemos simplemente deducir que se trataba de un gesto muy snob de la época. Como hubiese dicho Jane Austen de haber suspirado por un vampiro guapo y ricachón: “es una verdad universalmente aceptada que toda mujer soltera necesita un guapo vampiro que le ceda sus poderes y que la mantenga.”
John Sheridan Le Fanu nos regala su maravillosa y sexy “Carmilla” (1872) un relato romántico vampírico a toda regla, que no solo sorprende por la anécdota sino por los intensos guiños lésbicos que la acompañan. No es Carmilla, como se dice por allí, la primera vampira de la literatura (hubo muchísimas anteriormente en cuentos, y eso sin contar las vampiras de la literatura antigua¡y ni siquiera cito a las vampiras de Edgard Allan Poe, lo que seguramente me traerá la inquina de más de un lector!), pero sí es la primera (y corríjanme si me equivoco) en preferir a una mujer antes que a un hombre como su víctima predilecta.
“A veces, después de un largo período de indiferencia, mi extraña y bellísima amiga me cogía súbitamente de la mano, estrechándomela con pasión. Se sonrojaba y me miraba con ojos ora lánguidos, ora de fuego. Su conducta era semejante a la de un enamorado, que me producía un intenso desasosiego. Deseaba evitarla, y al propio tiempo me dejaba dominar. Carmilla me cogía entre sus brazos, me miraba intensamente a los ojos, sus labios ardientes recorrían mis mejillas con mil besos y, con un susurro apenas audible, me decía: serás mía…debes ser mía…tú y yo debemos ser una sola cosa, y para siempre.”
Uf, les dije que era intenso. Bueno, además de ello en Carmilla se dan casi todos los tópicos usuales hoy en las figuras vampirescas, fuerza prodigiosa y capacidad casi mágica para desvanecerse, por ejemplo, (“pero, antes de que yo pudiera gritar, el general descargó el hacha sobre ella con todas sus fuerzas. Carmilla pareció inclinarse hacia delante a consecuencia del golpe, pero en realidad lo que hizo fue coger la muñeca del general con su delicada mano. El anciano se debatió vigorosamente, luchando por soltarse, pero se vio obligado a abrir la mano y dejar caer el hacha. Carmilla desapareció como si se la hubiera tragado el aire”) pero resulta curioso que a Carmilla no la afecte la luz solar.
“La doble vida de los vampiros se mantiene gracias al sueño cotidiano en la tumba. Su monstruosa avidez de sangre de seres vivos les proporciona la energía necesaria para subsistir durante las horas de vigilia. El vampiro está propenso a ser víctima de vehementes pasiones, parecidas a las del amor, ante determinadas personas. Para obtener su sangre, pone en juego una paciencia infinita y recurre a toda clase de estratagemas a fin de superar los obstáculos que le separan del objeto deseado. No desiste de su empresa hasta que su pasión ha sido colmada y ha podido sorber la vida de la codiciada víctima. Llegan incluso a contraer matrimonio con ella, prolongando su placer criminal con el refinamiento de un epicúreo. Pero con más frecuencia se encamina directamente a su objetivo, vence por la fuerza y devora a su víctima en un solo festín.”
Carmilla parece ser la madre literaria de los seductores, ambiguos y atormentados vampiros de Anne Rice. Nótese que Carmilla es anterior al Drácula de Bram Stoker (1897), y que Drácula pondrá la misma paciencia, la misma vehemencia y el mismo ímpetu erótico en cazar a Mina Harker.
Muchísimos vampiros literarios no he mencionado, como el apuesto lord Ruthven de “El Vampiro” (1819) de John William Polidori, que además de ser antisociales, aristócratas y algo decadentes, y claramente reaccionarios frente a la burguesía, exacerban un rasgo que los vampiros hediondos del folclore habían tenido desde ya, el erotismo, es decir, la asociación erótica entre el sexo y la muerte. De los primeros vampiros no se sabe a ciencia cierta si pueden tener sexo o no, las opiniones difieren, ya que según las circunstancias se los comparaba con los íncubos y los súcubos de la demonología medieval. En todo caso, los escritores del siglo XIX llegaron a un acuerdo tácito y todo derivó en que no, en que los vampiros eran incapaces de tener sexo y de procrear, ya que básicamente se trataba de cadáveres andantes, y que la succión de la sangre del cuello de sus víctimas era el reemplazo esencial para aquel acto carnal que hace tan deliciosa, y justificable, la existencia en este mediocre planeta.
OTRAS FORMAS VAMPIRESCAS.
La literatura no es un corpus inmutable y se da en ella toda clase de hibridaciones esenciales. Para fines del siglo XIX e inicios del siglo XX irrumpían géneros literarios tales como el género policial, la novela de detectives, la ciencia ficción y el relato fantástico. Esto supuso un nuevo campo de acción para replantearse la figura del vampiro y darle a sus trilladas historias la tan ansiada vuelta de tuerca con la que todo escritor sueña. Tenemos, por ejemplo, el tan celebrado relato “El Horla” de Guy de Maupassant (1886) donde el vampiro ya no es ni hombre ni mujer, y ni siquiera tiene forma humana.
“Yo acechaba con todos mis sentidos excitados. Había encendido las dos lámparas y las ocho bujías de la chimenea, como si fuese posible distinguirlo con esa luz. (…) Como dije antes, simulaba escribir, pues él también me espiaba. De pronto, sentí, sentí, tuve la certeza de que leía por encima de mi hombro, de que estaba allí rozándome la oreja. Me levanté con las manos extendidas, girando con tal rapidez que estuve a punto de caer. Se veía como si fuera pleno día, ¡y sin embargo no me vi en el espejo! ¡Estaba vacío, claro, profundo y resplandeciente de luz! ¡Mi imagen no aparecía y yo estaba frente a él! Veía aquel vidrio límpido de arriba abajo. Y lo miraba con ojos extraviados; no me atrevía a avanzar, y ya no tuve valor para hacer un movimiento más. (…) De pronto, mi imagen volvió a reflejarse pero como si estuviese envuelta en la bruma, como si la observase a través de una capa de agua. Me parecía que esa agua se deslizaba lentamente de izquierda a derecha y que paulatinamente mi imagen adquiría mayor nitidez. Era como el final de un eclipse. Lo que la ocultaba no parecía tener contornos precisos; era una especie de transparencia opaca, que poco a poco se aclaraba.”
En “La floración de la extraña orquídea” (1895) de H.G Wells, el terror cede paso al humor, Wedderburn es un hombre anodino y simple, coleccionista de orquídeas, que con riesgo de su vida obtiene la que es quizá la mayor aventura de su vida, de la que termina jactándose vana e ingenuamente. El título ya nos da la idea de qué forma tiene el vampiro que protagoniza la historia.
En el célebre cuento “El almohadón de pluma” del libro “Cuentos de amor, de locura y de muerte” (1917) de Horacio Quiroga, el vampiro es una criatura monstruosa pero pequeña oculta en un artefacto doméstico, se lo describe como “una bola viviente y viscosa”, con patas velludas, y con trompa, que succionaba la sangre de su víctima en las sienes de la misma, apenas dejando marcas perceptibles.
Tal vez los vampiros, mejor dicho, las vampiras más interesantes de la literatura de fantasía sean las criaturas de “Las mujeres Flor” (1935) de Clark Ashton Smith. En un universo fabuloso describe los viajes de un poderoso mago llamado Maal Dweb, y su encuentro con unos extraños seres mitad mujeres, mitad plantas, sin piernas, arraigadas a la tierra por sus tallos y raíces y con los pétalos gigantescos alrededor de sus cinturas cual si se tratasen de tutús de ballet. Sus brazos terminan en tentáculos que se extienden para dar caza a sus víctimas y su forma de cazar, cantando, nos remite a las míticas sirenas de Odiseo.
Y en “Genius Loci” (1948) del mismo Clark Ashton Smith, el vampiro ya ni siquiera es una entidad espiritual o un bicho no humano, es un prado, un lugar.
Nos detendremos aquí, porque seguramente han de haber más vampiros en la sci fi y en la literatura fantástica que tengan formas sorprendentes y no humanas. Para ejemplos basta por el momento con los anteriores.
CONTINUARÁ.
Literatura
Roque Dalton, el poeta de América, a 50 años de su muerte
El poeta y ensayista salvadoreño Roque Dalton nació en 1935 y fue asesinado en mayo de 1975, a los 39 años. Perseguido y exiliado, vivió en Guatemala, México, Checoslovaquia y Cuba. En 1969 ganó el Premio Casa de las Américas.

Poeta, guerrillero, luchador por la justicia social, nerudiano converso a la poesía de Vallejo. En este mundo plagado de vallejitos hiperbólicos, ha sido solo el salvadoreño Roque Dalton quien alcanzó a ser la superación dialéctica de la obra del poeta peruano. Ciertamente en Roque se vivió Centroamérica y la América latina de los años 70 como un cáliz amargo, a la que, sin embargo, no apartó al poeta de sus labios. En la tradición helénica, el aeda es quien recibe el mandato de Apolo, el de cantar, y eso es la obra de Roque, poesía que canta a pesar del dolor, porque, aunque las balas de Judas cerraron sus ojos, la cabeza de Orfeo que flota en las olas de Latinoamérica no deja de cantar. Cumplimos 50 años desde que nuestro Orfeo nos canta con la canción que no envejece, la que dice que el pan es la poesía de todos.
No hay mejor homenaje que leer a un poeta, salvo quizá traducirlo. Ya hace algunos años un erudito poeta italiano amante de nuestra literatura, Rossano Pestarino compartía algunas traducciones de los poemas del célebre poeta salvadoreño. A diferencia de las ásperas traducciones académicas, éstas surgen del amor incondicional (que palabra tan difícil y tan inusualmente hallable en la vida) de quien busca llevar a su lengua materna el amor por un poeta que atraviesa océanos y quién como una ola rompe en las rocas como espuma de emociones que se enhebran hasta petrificarse en el corazón de quienes lo leemos.

Una breve selección de poemas de Rossano Pestarino y algunas traducciones al italiano
«Roque Dalton para los guanacos, y para todos los hijos de Latinoamérica que todavía trabajan y mueren trabajando en los Países “ricos” y sin corazón, como en la caída del puente de Baltimore. QEPD» Rossano Pestarino.
HORA DE LA CENIZA, Roque Dalton
Finaliza Septiembre. Es hora de decirte
lo difícil que ha sido no morir.
Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé cuando niño.
Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.
Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que eligió la esperanza.
Hace frío sin ti. Cuando yo muera,
cuando yo muera
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.
Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto
como hoy.
Siento unas ganas locas de reír
o de matarme.
ALTA HORA DE LA NOCHE, de Roque Dalton
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.
(Según el erudito Georges Vello Rosell, es éste un “bello poema. Me dio escalofríos”).
ELEGÍA VULGAR PARA FRANCISCO SORTO, por Roque Dalton
[Francisco Sorto es un reo común de la Penitenciaría Central de El Salvador que perdió la razón a causa de un encierro de cuatro años en la terrible celda número nueve. Loco como está, deambula hoy silencioso entre los reos del Presidio Preventivo, y por las tardes, al ver pasar las golondrinas y los pericos desde el patio del Penal, canta con los ojos llorosos y la voz sin ritmo, viejos tangos de Gardel…]
Francisco Sorto tiene
nueve años de estar preso.
Mató porque tenía que matar.
Porque tenía que ser duro y terrible
en su tierra reseca donde el pan no se nombra,
en su tierra reseca, reseca, reseca,
donde tan sólo cae el polvo sobre la risa ciega
y el cerebro sin letras
grita su calcinada música y su innumerable llanto.
Francisco Sorto tiene
nueve ojos de estar preso.
Nueve gritos de luz donde los siglos bailan
como niños pequeños.
Nueve «mil novecientos tantos» espantosos.
Nueve rascarse el corazón con piojos
y darse miedo de uno
con una palabrota a flor de dientes.
Nueve lágrimas negras de silencio y de frío.
Nueve tenientes altos
riendo después de fusilar al aire,
haciéndonos llorar
como que hablan de ríos con fresca palazón en las riberas,
como que hablan de llanos que no tienen ni cercos de piedra
donde uno puede dormitar con la barriga ante los astros.
Nueve, carajo,
nueve años disfrazados de pescozón
y uno amarrado;
nueve años, nueve años,
nueve años que no le caben en la boca al mundo,
nueve años de los que se diría
que solamente son setenta y ocho mil
ochocientas cuarenta horas
si uno supiera de pupitres y números.
Francisco Sorto, hermoso
con su cara de mono
y limpio
como la húmeda tierra que nos escucha por los pies.
Francisco Sorto, solitario
en el centro de ochocientos penados.
Francisco Sorto sin visitas los domingos.
Francisco Sorto curándose los golpes
con el excremento de las gallinas.
Francisco Sorto cuatro años a oscuras
y esposado, bien duro, en la celda de castigo.
Francisco Sorto,
¡qué grande,
qué maravilloso y hombre eres,
para que todavía no se te olvide cantar!
***
ELEGIA VOLGARE PER FRANCISCO SORTO, di Roque Dalton
[Francisco Sorto è un detenuto comune del Penitenziario Centrale di El Salvador che ha perso la ragione a causa di una detenzione di quattro anni nella terribile cella numero nove. Impazzito, passeggia adesso silenzioso fra i detenuti del Presidio Preventivo e la sera, quando vede passare le rondini e i pappagalli dal cortile del Penitenziario, canta, con gli occhi pieni di lacrime e la voce stonata, vecchi tanghi di Gardel…]
Francisco Sorto sono
nove anni che sta dentro.
Ha ammazzato perché doveva ammazzare.
Perché doveva essere duro e terribile
nella sua terra assetata dove il pane non si nomina,
nella sua terra assetata, assetata, assetata,
dove cade soltanto la polvere sopra il sorriso cieco
e il cervello, ma senza le parole,
grida la sua calcinata canzone e il suo innumerevole pianto.
Francisco Sorto sono
nove occhi che sta dentro.
Nove gridi di luce dove i secoli ballano
come piccoli bimbi.
Nove «mille novecento e tanti» spaventosi.
Nove grattarsi il cuore che ha i pidocchi
e aver paura di un tizio
con una brutta parola a fior di denti.
Nove lacrime nere di silenzio e di freddo.
Nove tenenti alti
che ridono dopo aver sparato in aria,
e che ci fanno piangere
se parlano di fiumi con fresche palizzate sulle rive,
se parlano di campi che non hanno muraglie di pietra
dove puoi sonnecchiare con la pancia davanti alle stelle.
Nove, cazzo,
nove anni travestiti di coppini,
e uno all’ancora;
nove anni, nove anni,
nove anni che non stanno in bocca al mondo,
nove anni dei quali si direbbe
che non sono che settantottomila
ottocento quaranta ore
se uno ne sapesse di banchi di scuola e numeri.
Francisco Sorto, bello
con la faccia da scimmia
e pulito
come la terra umida che ci ascolta attraverso i piedi.
Francisco Sorto, solitario
in mezzo a ottocento galeotti.
Francisco Sorto senza visite le domeniche.
Francisco Sorto che si cura le botte
con gli escrementi delle galline.
Francisco Sorto quattro anni al buio
e in manette, ben stretto, nella cella di rigore.
Francisco Sorto,
quanto grande,
quanto meraviglioso e uomo sei,
per non dimenticarti ancora di cantare!
A propósito de este poema Georges Vello Rosell mencionó: “Me gusta mucho esta poesía por la forma, la musicalidad y la expresividad simple de los versos. Si diría que Astor Piazzolla se inspiró de ese suceso para crear su obra maestra, la canción “Balada para un Loco” ¿La conoces?
También parece un “resumen poético” de la vida en prisión de Jean Valjean. No me gusta el mensaje que conlleva. Es una poesía “a descarga”, quiero decir, que intenta modelar el pensamiento del lector, para hacerle pensar que no es justo que NADIE viva lo que Francisco Sorto vivió. Yo no conozco la historia de ese hombre y no sé si se merecía o no estar preso.
También estoy de acuerdo que muchas prisiones son verdaderos infiernos.
(Yo he conocido las de Castro). Pero, de todo eso, un poeta NO debe deducir, que NUNCA se debe enviar a un ser humano a la prisión. Algunos la merecen y al estar en ellas, la sociedad vive mejor”.
YO QUERÍA, de Roque Dalton
Yo quería hablar de la vida de todos sus rincones
melodiosos yo quería juntar en un río de palabras
los sueños y los nombres lo que no se dice
en los periódicos los dolores del solitario
sorprendido en los recovecos de la lluvia
rescatar las parábolas deshojadas de los amantes y dároslas
al pie de los juegos de un niño
elaborando su dulce destrucción cotidiana
yo quería pronunciar las sílabas del pueblo
los sonidos de su congoja
señalaros por dónde le cojea el corazón
dar a entender al que sólo merece un tiro
por la espalda contaros de mis propios países
imponeros de los éxodos de las grandes
emigraciones que abrieron todos los caminos del mundo
del amor aun del arrastrado por ahí
por las acequias hablaros de los trenes
de mi amigo que se mató con un puñal ajeno
de la historia de todos los hombres desgarrada
por la ceguera por los arrecifes del mito
del siglo que acabarán mis tres hijos varones
de la lengua del pájaro y la espuma furiosa
en la estampida del gran cuadrúpedo
y quería hablaros de la Revolución
y de Cuba y de la Unión Soviética
y de la muchacha a quien amo por sus ojos
de mínima tormenta
y de vuestras vidas llenas de amaneceres
y de personas que preguntan quién lo vio quién dijo eso
cómo podría hacerse yo llegué
antes que tú
y de todas las cosas de la naturaleza
y del corazón y sus testimonios
de la última huella digital antes del aniquilamiento
de los animalillos y la ternura
quería sí deciros todo eso y contaros
muchas historias que sé y que a mi vez me contaron
o que aprendí viviendo en la gran habitación del dolor
y cosas que dijeron otros poetas antes que yo
y que era bueno que supierais.
Y no he podido daros más — puerta cerrada
de la poesía —
que mi propio cadáver decapitado en la arena.
***
IO VOLEVO, di Roque Dalton
Io volevo parlare della vita di tutti i suoi angoli
melodiosi volevo congiungere in un fiume di parole
i sogni e i nomi quello che non si dice
sui giornali i dolori del solitario
sorpreso nei ripari dalla pioggia
riscattare le parabole sfogliate degli amanti e darvele
ai piedi dei giocattoli di un bimbo
che studia la sua dolce distruzione quotidiana
volevo pronunciare le sillabe del popolo
i suoni della sua angoscia
segnalarvi per dove gli sfarfalla il cuore
far capire a quello che si meriterebbe solo un colpo
alla schiena raccontarvi dei miei paesi
infliggervi gli esodi le grandi
emigrazioni che aprirono tutte le strade del mondo
e anche l’amore del diseredato di qui
dei bassifondi parlarvi dei treni
del mio amico che si uccise con un pugnale altrui
della storia di tutti gli uomini dilaniata
dalla cecità dalle scogliere del mito
del secolo che vedranno finire i miei tre figli maschi
della lingua dell’uccello e la schiuma furiosa
nella fuga del grande quadrupede
e volevo parlarvi della Rivoluzione
e di Cuba e dell’Unione Sovietica
e della ragazza che amo per i suoi occhi
di piccolissima tempesta
e delle vostre vite piene di mattine
e di persone che domandano chi l’ha visto chi l’ha detto
come è possibile io sono arrivato
prima di te
e di tutte le cose della natura
e del cuore e delle sue testimonianze
dell’ultima impronta digitale prima dell’annichilimento
degli animaletti e della tenerezza
volevo sì dirvi tutto questo e raccontarvi
molte storie che conosco e che a mia volta mi raccontarono
o che ho imparato vivendo nella grande abitazione del dolore
e cose che hanno detto altri poeti prima di me
e che era bene che sapeste.
E non ho potuto darvi di più – porta sbarrata
della poesia –
che il mio proprio cadavere decapitato sulla sabbia.
(traduzione Rossano Pestarino)
Roque Dalton sulla paura.
VIEJA CON NIÑO
Con miedo y encorvada
buscando los últimos secretos de la vida
al nivel de los pasos
con el infinito cansancio de no poder intentar
ni el esfuerzo
toda apagada por las burlas de la luz
sin nada que olvidar todo presente
pesando cada día más usando
el argumento del temblor
y él con su vestido marinero todavía impecable
soberanamente preocupado por todos los pájaros que pasan
***
EL PRIMOGÉNITO
Lo peor no es tener miedo.
El miedo puede estudiarse como un bicho
o como un depósito de estiércol
hurgándole
con un palito.
Lo peor es abrazarse al lastre amargo
que las tripulaciones lanzan hacia el fondo del mar,
entre aplausos.
***
VECCHIA CON BAMBINO
Spaurita e ingobbita
mentre cerca gli ultimi segreti della vita
al livello della strada
con la stanchezza infinita di non poter fare
neanche più lo sforzo di tentare
tutta ormai spenta dalle beffe della luce
senza niente da dimenticare tutto presente
ogni giorno più pesante invocando
l’argomento del tremare
e lui con il suo vestitino
da marinaretto ancora immacolato
supremamente preoccupato
per tutti gli uccellini che attraversano
***
IL PRIMOGENITO
Il peggio non è aver paura.
La paura si può studiare come un insetto
o come una letamiera
che uno può rimestare
con un paletto.
Il peggio è abbracciarsi alla zavorra amara
che gettano le ciurme in fondo al mare,
tra gli applausi.
Diálogos de eruditos
Georges Vello Rosell : No comprendo la frase : «Lo peor es abrazarse al lastre amargo
que las tripulaciones lanzan hacia el fondo del mar,
entre aplausos» Puedes explicarla, por favor?
Rossano Pestarino : Si tú no la comprendes, ¿cómo puedo explicarla yo?
Que lo peor no es tener miedo, sino cuando tu miedo te empuja a hacer eso: abrazarte al lastre que las tripulaciones tiran por la borda.
Georges Vello Rosell : Sí , tu sentido me gusta mucho y le da cuerpo a lo que no comprendía.
En todo caso, esa “idea feliz” que interpretas, no es evidente en los versos originales en español.
Se comprueba otra vez que posees ese “don” particular de los verdaderos poetas.
Yo soy demasiado “racional” para poder aprehender la poesía como tú.
Gracias por ayudarme a mejorarme.
Rossano Pestarino : Pourquoi «se tenir dans le bras amers» ? Je pense qu’il veut dire quand on embrasse ce qui va être déchargé et par conséquent suit le même destin de s’enfoncer dans les abysses de la mer…
….
MI DOLOR, por Roque Dalton
Conozco perfectamente mi dolor:
viene conmigo disfrazado en la sangre
y se ha construido una risa especial
para que no pregunten por su sombra.
Mi dolor, ah queridos,
mi dolor, ah querida,
mi dolor es capaz de inventaros un pájaro,
un cubo de madera
de esos donde los niños
le adivinan un alma musical al alfabeto,
un rincón entrañable
y tibio como la geografía del vino
o como la piel que me dejó las manos
sin pronunciar el himno de tu ancha desnudez de mar.
Mi dolor tiene cara de rosa,
de primavera personal que ha venido cantando.
Tras ella esconde su violento cuchillo,
su desatado tigre que me rompió las venas desde antes de nacer
y que trazó los días
de lluvia y de ceniza que mantengo.
Amo profundamente mi dolor,
como a un hijo malo.
***
IL MIO DOLORE
Conosco perfettamente il mio dolore:
viene con me mascherato nel sangue
e si è fabbricato una risata speciale
perché non gli domandino della sua ombra.
Il mio dolore, ah cari miei,
il mio dolore, ah cara mia,
il mio dolore è capace di inventarvi un uccello,
un cubo di legno,
quelli dove i bambini
scoprono un’anima musicale all’alfabeto,
un angolo invitante
e tiepido come la geografia del vino
o come la pelle che mi ha lasciato le mani
senza intonare l’inno della tua estesa nudità di mare.
Il mio dolore ha faccia di rosa,
di primavera privata che è arrivata cantando.
Dietro di lei nasconde il suo violento pugnale,
la sua tigre slegata che mi spezzò le vene fin da prima di nascere
e che ha tracciato le giornate
di pioggia e cenere che ho ancora con me.
Amo profondamente il mio dolore,
come un figlio cattivo.
…
ESTUARIO, por Roque Dalton
Hoy has bajado desde el monte negro
otra vez sin tu lámpara.
(Vienes a mí en sigilo de dulce delincuente
evadiendo las miradas curiosas de la aldea
la envidia de las viejas hundidas en el calor
los gritos de los niños tratando de prenderse de tu frescura.)
Nos hemos quedado desnudos mirándonos en la suave oscuridad
recordando los viejos días que siempre renacen en la sangre
y a la hora de amar hemos sido tiernos como nunca
poblados de pequeñas palabras como nunca
todos nuestros sentidos abiertos como una flor al sol.
He despertado antes del amanecer
y veo que ha quedado la forma de tu cuerpo
retenida en la almohada.
Y he salido a lavarme con el agua de la lluvia de anoche
y se me ha olvidado cantarle a las gaviotas
como todos los días…
Literatura
Escritor Antonio Muñoz Monge: “Londres está más cerca del Perú que Lima”
Para graficar la indiferencia de Lima hacia el Perú, el escritor y periodista Muñoz Monge, aseveró que “A Lima nunca le ha interesado el Perú”. Asimismo, reveló que en el bar Palermo que quedaba cerca al Parque Universitario conoció a Oswaldo Reynoso, a Eleodoro Vargas Vicuña y a Jorge Acuña, entre otros intelectuales.

Conversamos con Antonio Muñoz Monge, escritor sanmarquino de alma andina, a sus 83 años lleno de palabras sabias. Periodista, difusor del quechua y la memoria ancestral, ha tejido con veinte libros los hilos del Perú profundo. La charla fluyó con calidez: nos habló de su infancia, de los cerros que le enseñaron a escuchar el viento, de la política, los amigos que partieron, y ese amor intacto por la tierra que nunca olvida.
Aquí la entrevista:
Toño, tú vienes de una región que no es la capital y te has formado conociendo la cosmovisión andina, el terruño, el clima, las costumbres y las lenguas, ¿eso marcó tu niñez y juventud?
Definitivamente. Yo nazco en la ciudad de Pampas, capital de la provincia de Tayacaja, en el departamento de Huancavelica, donde viví hasta los 8 años de edad. Y a la muerte de mi madre viajé a Coracora, en Ayacucho, donde mi papá era juez. De ahí estuve con mi papá en Abancay, donde fue vocal de la corte y luego viajé a Moyobamba, en San Martín, donde también fue vocal. Todos esos lugares y muchos otros más me han marcado y han influido en lo que yo escribo. Es una suerte de que haya conocido tantos lugares y después, ya como periodista conozco casi todo, más del 50% del Perú.
Cuando llegaste a Lima ¿cuáles fueron tus primeros escarceos para escribir artículos o colaborar en medios?
Yo estudié hasta el tercer año de media en el Colegio Serafín Filomeno de Moyobamba, en San Martín, y después llegué a Lima a estudiar el cuarto y quinto año de media en la Gran Unidad Escolar Ricardo Palma de Surquillo. De ahí ingresé a la Universidad San Marcos y a los dos años comencé a escribir en el diario La Prensa. Es el primer diario donde escribí, y dejé la universidad porque ya me metí de lleno al periodismo. Escribí en todos los diarios, en El Comercio, en La República, en Expreso, en El Peruano.
¿A qué edad entras a la universidad, a San Marcos?
Ingresé a los 19 años de edad.
¿Anécdotas con la gente del Patio de Letras, poetas que recuerdes?
He tenido la suerte de conocer a César Calvo, Reynaldo Naranjo y a Washington Delgado, que era profesor. El Patio de Letras era un símbolo de un grupo, no solamente de escritores y artistas, porque además uno sentía que ahí se difundían las ideas.

En esa época la Católica todavía no…
Era un poco lejana. Pero en San Marcos sentía que en la conversación, en la amistad con tus compañeros había una idea. Había ideas que flotaban en el ambiente, ideas sobre un Perú, sobre nuestra patria. Y de ahí, junto con estos mismos amigos sanmarquinos conocí El Palermo, que era otra “universidad”, El bar Palermo quedaba en La Colmena; en verdad era un anexo de San Marcos. Cada mes era un grupo literario, o, un partido político.
Porque quedaba al frente de la Casona San Marcos
Junto al Parque Universitario. Ya no existe. Ahí tuve la suerte de conocer a todos, a Oswaldo Reynoso, a Eleodoro Vargas Vicuña, a Jorge Acuña Paredes, y a todos los grandes…
Los profesores también eran ilustres ¿te acuerdas de Raúl Porras Barrenechea?
Mucho antes. Porras también estaba ahí, pero también se iba al jirón Azángaro, donde Juan Mejía Baca, el editor. Ahí también era un sitio de reunión de los consagrados, de los catedráticos.
¿Y el otro bar ‘Chino Chino’?
El ‘Chino Chino’ estaba al frente del Palermo.
¿Por qué le pusieron ‘Chino Chino’?
Pancho Izquierdo López, el gran pintor, estaba en tragos y le puso ‘Chino Chino’ porque siempre atendía un chino. Llegó en tragos y vio dos. Y dijo: este chino… es otro chino.
Estábamos en el Palermo y cerraban a determinada hora, a la 1 o 2 de la madrugada, y alguien gritaba, la revolución está al frente, y nos íbamos al ‘Chino Chino’.
Pero había otros bares como el ‘Negro Negro’, que quedaba en el sótano de los portales de Plaza San Martín
Sí, pero en la calle Quilca también estaba ‘El Queirolo’. De ahí nacían ideas, nacían grupos literarios, Hora Zero es de ahí.
¿Llegaste a ver a Martín Adán?
Lo conocí. Era difícil, casi imposible hacerle entrevistas. Pero en El Palermo todo el mundo sabía quién era Martín Adán. Y me acordé que Oswaldo Reynoso, Miguel Gutiérrez y Eleodoro Vargas, hablaban siempre de él, incluso discutían. Y una noche, Oswaldo se fue al fondo y se sentó. Había una mesa privilegiada que le decían ‘Los dioses del Olímpico’, donde estaban sentados los que te he mencionado, los escritores consagrados, Reynoso, Vargas Vicuña, Naranjo, Antonio Gálvez Ronceros y Miguel Gutiérrez. Entonces, Oswaldo se puso de pie y se acercó a Martín Adán, que se estaba retirando, y le dijo: “Poeta, después de César Vallejo, sin ninguna discusión, usted es el más grande poeta. Pero en esta mesa que estoy sentado, hay una discusión permanente, no sobre su poesía, como le digo, después de Vallejo es usted. La discusión es sobre su prosa”.
Y Adán se hizo el sordo y le dijo: ¿qué me está diciendo? “Que estamos discutiendo sobre su prosa, no sobre su poesía, porque usted es un gran poeta”. “Fíjese usted”, dijo Adán. Y se fue caminando con prosa y se despidió.
“Esto es mi prosa”, respondió.

Has mencionado a escritores de otras regiones, que radicaban en Lima, pero no has hablado de ningún escritor, vamos a decirlo, criollo. De un limeño.
Julio Ramón Ribeyro y Toño Cisneros. Con Toño he sido amigo, con Julio Ramón, lo entrevisté porque yo trabajé con uno de sus hermanos y gracias a él lo pude entrevistar a Julio. Y otro limeñísimo, como tú dices… muy pocos. A Lucho Loayza no lo alcancé.
Eres un aficionado de la música andina y conociste a muchos artistas ¿Podrías mencionar de repente a Flor Pucarina? ¿Qué te recuerda?
Leonor Chávez Rojas, ‘Flor Pucarina’ nació en Pucará, a 10 kilómetros de la ciudad de Huancayo. Y hay 9 Pucarás en todo el Perú. Pero el Pucará, de ‘Flor Pucarina’ de Huancayo fue cuartel general y baluarte de Andrés Avelino Cáceres en la guerra con Chile. El entierro de Flor Pucarina aquí en Lima, tuvo más de 10 cuadras de gente, y al día siguiente se preguntaron, ¿quién es este personaje, porque ni un presidente logra reunir a tanta gente?
Algo parecido al funeral de Chacalón
Claro. Ese es el otro Perú, el Perú negado, el Perú del Cholo, del indio, que es nuestra cultura verdadera. Tenemos cientos de leyendas y mitos que conforman nuestra ideología, nuestra manera de ser.
Por fortuna entrevisté al gran pintor Luis Palao y mencionó literalmente que “no había ni mierda en Lima”. Que las luminarias de arte, literatura y poesía nacieron en diferentes regiones del Perú ¿Qué opinión te merece eso?
Muy bien; la pregunta es importantísima. Hay un libro de Teófilo Altamirano, es un libro escrito hace más de 35 años, que decía, entre otras cosas, lo primero que hace un provinciano cuando llega a Lima es buscar su institución, su club, su referencia. ¿Quién es el secretario de la institución? ¿Por qué? Porque en el mundo andino hay un concepto no individual. Hay una comunidad del aire, de reciprocidad. Hoy por ti, mañana por mí. El mundo andino vive en comunidad, no vive dentro de un egoísmo. Justamente es la condición humana del mundo.
Muy diferente a la visión del capitalino
Exacto. Y ahora dicen que hay cerca de cien mil instituciones de provincianos. Yo he estado infinidad de veces, en todos los coliseos donde se hacían huaynos; en el Coliseo Nacional, en el Coliseo del Puente del Ejército, en la carretera central.
Hace muchos años coincidimos en una premiere para ver la película ‘Coliseo’, que trataba sobre el mundo del Huaylas. Y la vimos contigo y con el gran director de fotografía Jorge Vignati
Qué buena memoria la tuya. Con Jorge Vignati, con José Huamán Turpo, con la familia Rosenthal, con Christine y Kurt Rosenthal, hicimos un documental sobre el hombre que llegó de Coracora; sobre un músico charanguista coracoreño, Roberto Tevez. Después viajamos casi por todo el Perú, con Vignati, Javier Silva Meinel, y Huamán Turpo para registrar las fiestas costumbristas del Perú andino, especialmente.
Solamente pensar en la Virgen del Carmen en Paucartambo en el Cusco, es una locura. Los grupos de teatro de Lima van a aprender a estudiar allá, en la fiesta. Por ejemplo, hay unos personajes que son los diábolos que están prendidos en los techos, en los árboles, que no pueden ver a la Virgen, y están llorando por no poder verla.
Y hay un momento en el que están bailando varias danzas, casi a empujones, alrededor de un árbol tendido en el piso. Yo pregunté, y me dijeron: “vienen a robarse la Imilla” ¿Y qué cosa es la Imilla? “Es la madre de las semillas”. Tú te llevas esa Imilla a tu pueblo y producen todos los productos. Es casi mágico.

El ciclo de vida es inexorable. Acaban de partir a la eternidad el Nobel Mario Vargas Llosa, el modelo artístico Rodolfo Muñoz, y el actor-mimo Jorge Acuña ¿Qué impresiones?
Mario Vargas Llosa innegablemente era un trabajador insaciable. Tiene más de veinte y tantas novelas. Era un gran escritor. Debe haber algún problema, no sé si de entendimiento; pero un problema humano con Arguedas. Él tiene un libro: ‘La Utopía Arcaica’. Es un amor-odio. Reconoce a Arguedas, aunque también le pone algunos peros. Yo creo que es uno de sus pocos defectos. Pero sí rescata la memoria nuestra en varias de sus obras. No solamente en Lima, no solamente en el Colegio Leoncio Prado. Él habla también, por ejemplo, de la selva, del norte, de Piura. Realmente es un gran escritor.
Algunos entendidos admiran sus ensayos. Sin embargo, ¿crees que su visión política fue errada?
Él perteneció al grupo Cahuide en San Marcos, que era un grupo de izquierda en la universidad, donde estaba Héctor Béjar, Félix Arias Schreiber y el padre de los Humala, Don Isaac.
Estamos hablando cuando MVLL era admirador de Fidel Castro
Y de ahí renuncia. Pero tenía ese defecto, no sé si congénito. Choleaba mucho. Yo tengo testigos presenciales, entre ellos Félix Arias Schreiber que cuenta que les decía: ¡Quédense ustedes en este país de indios, de cholos, y yo me voy a Europa! Tenía ese problema.
Antes era casi una institución cholear.
Actualmente, no se va del todo eso de cholear
Se ningunea al indio, al cholo. Eres buena gente, pero eres serrano. Eres tal cosa, pero eres serrano. Augusto Salazar Bondy escribió un libro: ‘La cultura de la dependencia’.
La gran metrópoli, en este caso Estados Unidos, antes Europa, impone en ti una conducta de ser y entonces copias hasta la manera de caminar. Me lo dijo Luis Millones Santagadea, no cambio una sola palabra: “La Plaza de Armas de Lima fue construida deliberadamente para que los que caminaran por ahí, caminaran sacando el pecho”. Y me dijo: ¿tú sabes lo que es prosa como provinciano? Sí, le respondí. En provincias prosa es sinónimo de limeño. El limeño camina sacando pecho y mirando arriba. Pero ahora ya no encuentras ni un limeño.
¿Cuál fue esa frase del polimata alemán que llegó a Perú?
Ah, Alexander von Humboldt, decía: “Londres está más cerca del Perú que Lima del Perú”. Yo tuve que leer eso cuatro veces para entender que Londres, la capital de Inglaterra, de Gran Bretaña, está más cerca del Perú que Lima del Perú, para graficar la indiferencia de Lima hacia el Perú. A Lima nunca le ha interesado el Perú; es un anexo. Está en otra parte. Lima siempre ha admirado al extranjero. Cuando José de San Martín vino aquí, el grupo de poder económico de Lima le dijo: ¿qué independencia? hay que buscar un príncipe europeo.
Y lo más sorprendente es que Lima sigue creyendo que es el Perú
En la guerra con Chile no participó un limeño ¿Por qué? Porque era una guerra de indios. Y ese prejuicio existe. Es la gran metrópoli. Nosotros imitamos todo lo que dice y lo que come Estados Unidos. Es la moda. Todo es un complejo de dependencia.
No nos olvidemos de Jorge Acuña. Acaba de fallecer y era tu amigo
Con mucha pena.Para mí era un niño grande, un genio maduro. Era un espíritu pleno. Jorge Acuña estaba permanentemente creando, pero sin olvidarse de su origen.Y todo lo hacía con metáforas, con juegos. Yo me acuerdo, por ejemplo, que viajamos a un pueblo y él nos apostó a Maynor Freyre y a mí, que íbamos a llegar a Huancayo sin gastar un medio. y le dije: ¿cómo vamos a hacer eso?Entramos al tren y comenzó a actuar. El público le daba dinero y nos sobró dinero.
A pesar que fue un actor de la calle, Jorge Acuña tenía formación académica y fue muy estudioso del arte dramático
En una oportunidad, en los ochentas yo llevé a Jorge Acuña y a Ricardo Blume, a ver la ‘Maqtada de Cáceres’ en un campo en Huachipa, que es una obra de teatro que representa un pueblo de Jauja. No eran actores profesionales. Es el pueblo que viene a Lima a representar la guerra con Chile donde estaban las Rabonas. Estábamos Jorge Acuña, Ricardo Blume y yo. Ellos apuntaron con una delicadeza todos los datos y toda la obra que estábamos viendo. Entonces, en una escena los actores iban a cruzar un río, y arrojaron un plástico para simular el río y lo cruzaron. Terminó la obra y Blume me dijo: “ni el mejor teatro griego hace esto”. Y Jorge se agarró el pantalón y dijo: “mi pantalón sigue mojado; yo también quería cruzar el río.
¿Qué más decía Ricardo Blume de Jorge Acuña?
Que era en potencia un actor inacabable. ¿te habrá contado alguna vez cómo es que descubre el arte? Y nadie cree. Y es cierto; a mí me lo juró.
Me dijo: “Yo tenía 5 o 6 años y escuché una voz como si me llamaran. Abrí la puerta de mi casa en la selva y vi un zapato puntiagudo y además grande, inmenso el zapato. Y seguí buscando el cuerpo, y era un señor que estaba apoyado en la acera de enfrente, con una bocina en la mano, apoyado en los techos; era un gigante. Y le dije, ¿quién es usted, señor? Y me dijo: -yo soy el que anuncio la llegada de los circos a tu pueblo-. Y ahí nació todo”.

¿Qué ha pasado con los gobernantes en los últimos años que han ido menoscabando el aparato público?
Yo creo que esto es una mafia. No es que creo. Existe la mafia, sinceramente. A veces tenemos miedo, vergüenza, prejuicios, y no queremos hablar las cosas con su nombre propio. Yo no sé, que me critiquen, pero tú no puedes aceptar a un japonés como Fujimori, que no solamente hizo contrabando con drogas, y ha esterilizado, no sé si la palabra es correcta, a más de 400.000 mujeres andinas para que no puedan tener hijos. Todas son andinas, de Huancavelica, Ayacucho, Huánuco, y Cerro de Pasco. Eso es un crimen. Pero lo veías cargando al Señor de los Milagros. Entonces, yo pregunté a mucha gente humilde, ¿por qué han votado por Fujimori? Es el famoso asistencialismo. Nos llevaba zapatos, nos llevaba pan, me decían.
Tu pregunta me sirve para decir que nos falta identidad. Por ejemplo, el poema de Vallejo dice: “¿Hasta cuándo estaremos esperando lo que no se nos debe?” Y nadie espera lo que no se nos debe. Hasta cuándo estaremos esperando. Lo que quería decir Vallejo, era: hasta cuándo vamos a esperar esta situación. Y en qué momento estiraremos nuestra pobre rodilla para siempre.
Tampoco hay mal que dure mil años
Ahora, hay un fenómeno importantísimo que yo lo he aprendido en los viajes y lo he aprendido de los campesinos cuando salíamos muy de niños y a cualquier edad al campo. Me parece un sueño cuando nos decían: “Niño, a este animalito no hay que matarlo”. ¿Por qué? le decíamos: “Porque se llama, zara-pojochi”. Zara es maíz y pojochi con su canto hace madurar el maíz. Por eso teníamos maíz.
¿Es todo un ecosistema?
Hay un diálogo con la naturaleza. Hay fiestas al agua, a la Luna, al Sol. Hay fiestas. En Huancayo, parte del Huaylas es la cosecha de la papa. Don Zenobio Dagha Sapaico, que ha dejado más de 500 composiciones, tiene un huayno… que mucha gente me dice: “Me encanta ese huayno que se llama Yo soy huancaíno”.
Eres barranquino de corazón. ¿Qué opinión te merece el barrio de Barranco?
Lindo. Ha sido inundado, ahora sí lastimosamente por un turismo equivocado, pero es hermoso.
En los últimos años ha tenido mala suerte con sus alcaldes
Eso parece que es un fenómeno. No se puede caminar, todas las calles han sido levantadas, cambiadas.
Se supone que se tiene que ejecutar las obras
Es para robar pues. Yo facturo el presupuesto para arreglar estas veredas, las triplico y listo.
Nuevamente te acaban de condecorar en la Asociación de Clubes Departamentales. Cuéntanos eso
La Asociación de Clubes Departamentales en Lima ha clasificado a las regiones. Cada departamento ha presentado a la persona que dignamente representa. A mí me ha presentado Huancavelica, pero además de ser representante de los escritores huancavelicanos, me acaban de dar un diploma de personaje ilustre de Huancavelica. Yo soy, como te digo, de Pampas de Tayacaja.
Tienes varias publicaciones. Has escrito prosas, narrativa, poesía, has hecho una especie de ensayo sobre el análisis de algunos exponentes andinos. Actualmente, a tus 82 años ¿hay un nuevo proyecto?
Sigo escribiendo.

¿Qué estás escribiendo?
Justamente, estoy escribiendo una conversación de… Hay un homenaje a unas aves, donde participan los árboles, las flores, los picaflores, los ríos. Y es un homenaje en el cual están esperando la llegada de la pachamanca. Es una pachamanca viajera que está recorriendo todo el Perú para ir al homenaje. Y por los lugares que pasa, cada pueblo le entrega el plato típico.
Y es el homenaje también al maíz. Entonces, es la participación de un entendimiento de la naturaleza, del ser humano y la afirmación. Porque, en algún momento, estos árboles gigantes y abusivos quisieron abusar de los pajaritos y se convirtieron en nada, se convirtieron en musgo en el suelo. Y cuando reaccionaron luego de lo que habían cometido, ahora son ellos los que han invitado a todos a la fiesta.
¿Cuál sería el género del texto?
Una novela ficción. Pero, además estoy terminando la vida de Amanda Portales.
Mejor dicho, ya está terminado el libro. Yo le puse a ella ‘La Novia del Perú’.
Tú eres un hombre de pluma literaria y periodística ¿Qué le sugerirías a las nuevas generaciones de periodistas?
Conocer, sinceramente. Con todo respeto y cariño conocer al Perú. Amar al Perú. Profundizar, estudiar sus mitos y sus leyendas. A José María Arguedas, en una oportunidad le dieron un premio ‘Garcilaso de la Vega’, y el discurso se llamó: “Yo no soy un aculturado”. En técnica nos puede ganar Europa, o Estados Unidos. Y eso es momentáneamente, pero en cultura, decía Arguedas, tenemos para regalar. Por ejemplo, el departamento de Puno tiene más de 250 danzas. Y cada danza significa algo, representa algo, ¡dice algo!
¿Entonces que nos falta?
Estamos hablando de Perú y todo lo que es el Perú es un entendimiento. Si rescatamos eso y si tenemos, no solamente la entrega, la militancia y la responsabilidad de querer a este país, cambia todo, pero estamos ajenos. Parece que no viviéramos en el Perú.
Literatura
Alex J. Chang: “Es una proeza hacer literatura en nuestros países latinoamericanos”
Entrevista al escritor y promotor cultural Alex J. Chang.

En el desafío de crear literatura en tiempos de inteligencia artificial destacamos el esfuerzo de los escritores que, desde diversas plataformas digitales, difunden la literatura viva del país. Tal vez para muchos es una batalla perdida y el futuro de los escritores sea volverse lenguaje binario creado por las corporaciones capitalistas; mientras tanto, destaquemos el trabajo de los escritores peruanos. Conversamos con Alex J. Chang, un destacado escritor y promotor cultural.
Escribes y tienes un programa cultural virtual, cuéntanos, ¿cuáles son los problemas más visibles para construir tu arte en el Perú?
Son muchos problemas que impiden construir una obra de arte; casi todo está en contra del quehacer artístico en Latinoamérica. El más obvio de todos es la cuestión económica: ¿cómo financiar la obra artística? Muchas veces toca sacar de tus ahorros, pedir prestado, endeudarse o simplemente olvidarse de crear tal obra por falta de recursos. Bueno, eso es, por un lado. Por otro, debemos tener en cuenta que después de invertir con nuestros bolsillos, muchas veces no hay retorno de lo invertido en nuestro trabajo artístico porque el mercado, este mercado toma poca importancia a los productos artísticos/culturales a menos que seas muy mediático. En pocas palabras: es una proeza hacer arte, sobre todo arte literario, en nuestros países latinoamericanos.
Se habla mucho de la democratización de la cultura en los medios digitales, ¿qué beneficios y problemas encuentras usando estos espacios?
Tiene sus ventajas y desventajas, como todo en la vida. Por un lado, permite dar visibilidad a quienes no tengan acceso a los medios tradicionales como la televisión, radio o prensa escrita. Sin embargo, no todos llegan a tener el éxito masivo, ni mucho menos se hacen más conocidos como artistas, por la alta competencia que existe hoy en día en los medios digitales. No es tan sencillo como parece. Muchas veces estas plataformas le dan mayor cabida al contenido banal, al morbo, al relleno, que, para muchos usuarios sirven como entretenimiento efímero y vacío. El reto consiste en ser creativos e impactar a nuestra potencial audiencia sobre nuestros contenidos artísticos/culturales. Yo, por ejemplo, siempre estoy intentando renovarme en mi programa virtual Cruzada Cultural, pero a veces siento que es difícil competir con un sistema que promueve lo fútil.
Acabas de publicar la segunda edición de tu primera novela La mujer de los tacones de oro y un libro de cuentos para niños. ¿Te gustaría contarnos más sobre tus libros?
El primer libro, La mujer de los tacones rojos, se trata sobre una agente encubierta, que, gracias a la magia de sus tacones rojos, recupera su salud y se libra de sus enfermedades y de sus múltiples discapacidades, para luchar contra varias organizaciones criminales que azotan el país. Sí, como verán es la clásica novela policial con su toque mágico, surrealista, y, sobre todo, humano, 100% humanístico como César Vallejo.
El segundo libro, Las aventuras de Tobi y Pompón, es un cuento largo para niños que trata sobre un perro de raza Beagle llamado Tobi que aburrido de su hogar y de su familia escapa para vivir esos miles de aventuras en todo el país, pero termina perdiéndose y sin saber cómo regresar a casa. Están a la venta directamente conmigo y también disponibles en la tienda virtual de la editorial Ameleer.pe.
Vargas Llosa es una figura ineludible para la literatura peruana, ¿qué otros autores peruanos recomiendas leer?
Hay muchos autores peruanos dignos de ser considerados. El primero que viene a mi mente es Miguel Gutiérrez, un novelista en plenitud, innovador y apasionado por la buena literatura, siempre en busca de escribir la gran novela de su vida. Luego pienso en el maestro Cronwell Jara, un genio del cuento, la novela y la poesía, además de un profesor y tallerista sabio en el arte literario. También destaco a Edgardo Rivera Martínez, cuya monumental País de Jauja puede situarse junto a La violencia del tiempo y Conversación en La Catedral, gracias a su calidez, musicalidad y su prosa poética inconfundible. Entre los relatos que releo con frecuencia están El ángel de Occongate de Rivera Martínez, Agnus Dei de Cronwell Jara, entre otros.
Literatura
Euler Julca: “Hay una sensibilidad especial en la gente de mi tierra, un vínculo con la naturaleza que no se ha perdido del todo”
Una conversación con el poeta Julca.

Por Julio Barco
La poesía peruana se renueva: una voz poética cae a la tierra fértil de la hoja y empieza la metamorfosis. En ese sentido, la poesía vive como una sabia subterránea, viajando de mente en mente; quiebra el espacio-tiempo y florece. De Chocano a Vallejo, de Vallejo a Verástegui y seguimos. Hoy vamos a conocer a Euler Julca Sánchez, joven poeta de Chachapoyas, que se inicia el mar literario con Balsamario poético (Ed. Higuerilla, 2025).
1. Al leerte, siento un trabajo de métrica, sin embargo, a nivel de fondo, ¿qué temas abordas en tu primer libro?
Como bien ha observado, maestro Barco, el tiempo está marcadamente presente: no como una línea cronológica austera o rígida, sino como un zumo emocional, una bruma que amalgama afectos, recuerdos, ausencias. Por lo que, la memoria, que fija en sus esquemas lo que se vive y lo que se sueña, se forja como materia prima del poemario. Así, en los poemas, quizás, está latente los intentos de atar lo fugaz, de salvar alguna cuestión de la corriente etérea del tiempo. Además, la naturaleza –esa gran musa sacra con la que convivo, combato, amo…– destila de su alambique el símbolo, el personaje, el espacio: árboles, pájaros, cielos chachapoyanos, lluvias, están presentes no solo como contenido, sino como la esencia viva del discurso poético.
2. Eres de Chachapoyas, una parte del Perú poco explorada a nivel literario. Me gustaría que nos des una idea de los valores que encuentras en tu comunidad y que sientes que se deben conocer a nivel internacional.
San Juan de la Frontera de los Chachapoyas, la fidelísima ciudad, tiene una riqueza espiritual y cultural que merece mayor visibilidad. Hay una sensibilidad especial en la gente de mi tierra, un vínculo con la naturaleza que no se ha perdido del todo. Aquí, el tiempo tiene otro ritmo, y esa lentitud nos permite escuchar, observar y recordar con mayor profundidad.El valor de la palabra, por ejemplo, es algo que permanece en las familias, en los cuentos o tradiciones orales, en las conversaciones largas. Cabe mencionar, que hay un autor nacido en Levanto, pueblo aledaño a Chachapoyas, el sacerdote y cronista Blas Valera, referido en los Comentarios reales, que es muy referido en las escuelas con el fin de motivar la escritura de los jóvenes.
4. Me interesa conocer cuáles son los desafíos para desarrollarse, ¿cuáles son las ventajas y las desventajas que encuentras para desarrollarte como escritor en tu localidad?
Como he escuchado mencionar a usted en algunas ocasiones, concuerdo con que uno de los desafíos principales es la falta de oportunidades de espacios de crítica o difusión, más si se da en zonas de provincia, o la falta de circuitos literarios activos, de editoriales locales, de librerías independientes. Eso puede generar una sensación de aislamiento, como si lo que se escribe aquí no poseyera eco. No obstante, ese mismo contexto puede volverse una ventaja. Hay más libertad creativa, menos presiones del mercado o de las modas. Asimismo, escribir desde mi pueblo chachapoyano o más específicamente desde mi pueblo natal o desde las tierras donde laboro como profesor, desde estos valles o cumbres que rodean lo inasible del sentimiento que me alberga y que muchas veces no logro concebir lingüística o literariamente porque es ahí, entre otros escenarios de esta realidad, donde radica la sustancia poética, me permite tener una voz más auténtica.
5. Todo primer libro de un poeta refleja la deuda con sus lecturas. En tus lecturas intuyo que hay mucho del modernismo de Rubén Darío, de la poesía clásica de José Martí y los poetas españoles. Cuéntanos, ¿qué autores son importantes para tu primera producción’
Sí, Rubén Darío ha sido una figura fundamental: su musicalidad, su sentido del símbolo, su capacidad para renovar. De la poesía española, me conmueve la claridad de Antonio Machado, la hondura de Miguel Hernández, la complejidad barroca de Quevedo y Góngora, e incluso lo trascendente de Garcilaso de la Vega. Entre los peruanos, hay una influencia ineludible de César Vallejo, por Valdelomar y Manuel Gonzáles Prada.

Al final, descubrí que mi verdadera vocación no era la de actor de cine, la de ingeniero de computadoras, ni la de escritor; sino algo más fascinante: la de espía. Nunca le dije a nadie porque se habrían reído en mi cara. Pero, desde niño, soñé ser parte de la CIA o la KGB o el MI5. Será por eso que Putin es mi presidente favorito o será porque sé que tiene el poder: si aplasta un botón, desaparece a toda Europa occidental. Para mí, no es un dictador o un tirano. ¿Saben lo que es? Un verraco, como dicen los hermanos colombianos, un Benel super Saiyajin, un Zuloeta mezclado con sangre eslava. Hasta tiene la misma cara alargada, la mirada penetrante y analítica de mis tíos, los cophiscos. Y el color de sus ojos es igual al de mis tíos; o sea, de perro Siberiano con hepatitis. En mis ratos de lucidez más extrema, me ha venido una hipótesis: que puede ser descendiente de cualquiera de mis bisabuelas y tatarabuelos. Sí, se ha demostrado que, antes que lleguen los pobretones españoles en busca de oro y plata, nosotros, los incas, ya habíamos tenido contacto con Europa, con los vikingos. Las pruebas están ahí, en la cultura Chachapoyas. El año pasado, fui con mi novia magistrada y visitamos todas sus ruinas. Y terminé más que convencido. Entonces, ¿por qué Putin no puede ser un Zuloeta eslavo? Nada es imposible en este mundo, señores.
Hasta ahora, no sé por qué mis padres no me dejan mezclarme con esa parte de la familia; si yo los veo tan próximos, tan cercanos: la nariz de mi abuela, la cara pálida de mi abuela y el olor a muerte de Putin. Son mi familia y la sangre no se niega y tampoco es motivo de vergüenza. Tal vez, piensen que debo estar alejado de ellos porque yo les puedo dar ideas más ortodoxas que Rasputín, el brujo de los Zares. Como ellos también saben que soy muy listo y, tal vez, mis tíos de escasa habilidad, a lo mejor creen que terminemos formando un grupo subversivo y lleguemos a palacio y nos adueñemos de todo el país. ¿Quién puede saber las ideas que pasan por las cabezas de mis viejos?
No fui actor de cine porque nunca reuní las condiciones: cuerpo esmirriado, talla de hormiga y corazón de poeta. Tampoco, ingeniero de computadoras porque me di cuenta que, al final, esa tecnología terminará por cosificarnos. Solo llegué a ser escriba; ni siquiera, escritor. Tan solo porque el diablo me dicta lo que escribo y yo no soy quien escribe. Es una cosa sobrenatural que apenas entiendo. Pero, a los hermanos de mamá y a la madre de mamá les y las espié hasta con detector de mentiras. Incluso, sé lo que piensan antes que ellos. Los conozco también como el recorrido que hace todos los días mi mano derecha para limpiarme el culo.
Literatura
Alejandra Pizarnik, la poeta de la mirada melancólica
Su muerte prematura representó una dura pérdida para la literatura latinoamericana.

Ella no escribía para agradar ni para que la recuerden como una persona confundida, triste y solitaria, sino que lo hacía para exteriorizar todo su sufrimiento; era el claro ejemplo de que la poesía era el instrumento más idóneo para mitigar de alguna manera sus pesares y tribulaciones. Flora (o Alejandra) Pizarnik nació un 29 de abril, entre dos mundos, dos realidades tan disímiles, tan contrarias como el día y la noche.
Desde que nació su vida estuvo marcada por una serie de cuestionamientos existenciales. Hija de inmigrantes ucranianos judíos, Flora desde muy niña siempre se sintió una extranjera en su propia tierra debido a las raíces que la unían con aquella parte de Europa de la post guerra.
Toda esa sensación de no pertenencia se vio severamente potenciada debido a sus problemas con el acné y el sobrepeso, lo que finalmente terminó derivando en sus trastornos de ansiedad, depresión y posterior suicidio a la edad de los 36 años, en 1972.
A lo largo de su vida pudo viajar a Paris, ciudad donde conoció al pintor Juan Batle Planas, quien llegara a convertirse más adelante como su primer maestro en la pintura, pues sí, ella también, a la par de la poesía, buscaba otras artes para plasmar su dolor, teniendo como temas recurrentes el mundo onírico, la muerte, la desesperación y el vacío existencial.
Todo ello se puede ver de manera desgarradora en sus escritos y pinturas, tan perceptibles como si se tratara de un grito de desesperación que quisiera atravesar el papel, un manuscrito de auxilio o de ruego que busca incesantemente la atención del lector. Todo ello representa un crudo testimonio de toda su angustia, tan crudo y visceral que es imposible no identificarse. Y es que en ciertas ocasiones los escritores y poetas se alimentan del dolor propio, de las experiencias vividas, para poder escribir.
Retraída de la sociedad y amante de la soledad, Pizarnik supo llamar la atención de escritores consagrados como Julio Cortázar y Octavio Paz, quien estaban pendiente de su salud mental.
En una ocasión, el autor de Rayuela, consciente de sus dos intentos de suicidio y los remolinos de su mente, le imploró que no decaiga en sus oscuros pensamientos.
Lastimosamente, el 25 de setiembre de 1972, Alejandra se quitó la vida producto de una sobredosis de barbitúricos.
“No quiero ir
Nada más
Que hasta el fondo”, fue el mensaje que dejó en el espejo de su habitación.
Aunque breve fue su estadía en este mundo, gran parte de sus escritos y poemas han conseguido mantenerse vigentes con el paso de los años, no solo en su natal Argentina, sino en gran parte de Latinoamérica y el mundo hispanohablante.
Literatura
Restos del ‘Tío Factos’, uno de los fundadores del Movimiento Kloaka, han ido a parar a una fosa común
Rodolfo Ybarra, poeta y amigo cercano de Guillermo Gutiérrez, afirmó para Lima Gris que restos del escritor no pudieron tener una cristiana sepultura.

Durante los últimos años de su vida Guillermo Gutiérrez fue conocido gracias a las redes sociales como el ‘Tío Factos’, aquel viejito áspero y crítico de la realidad social y cultural del país en el programa de Youtube ‘La RoRo Network’, espacio donde supo conectar muy bien con las nuevas generaciones.
Sin embargo, Gutiérrez Lymha, era un digno representante de la contracultura peruana, considerado como uno de los fundadores del Movimiento Kloaka, aquel colectivo poético surgido en la década de los ochenta donde también estuvieran los vates Roger Santiváñez y Mariela Dreyfus, entre otros.
El pasado 5 de abril lamentablemente falleció y hasta anoche sus restos mortales permanecían en la Morgue Central de Lima. Lima Gris se comunicó con el poeta Rodolfo Ybarra, uno de sus amigos más cercanos del recordado ‘Tío Factos’, indicándonos que lamentablemente no se pudo completar el trámite legal para retirar su cuerpo debido a que una tía política del difunto no contaba con su partida de nacimiento digitalizada. Ybarra nos contó que sus amigos desde hace más de cuatro décadas intentaron desde el primer día reclamar el cuerpo de Gutiérrez, sin embargo, la aparición de ese familiar terminó truncando todos los trámites avanzados.
“Te cuento que su cuerpo ya fue arrojado a una fosa común”, se lamentó su amigo Ybarra, quien añadió que el ex integrante del Movimiento Kloaka habría fallecido de asfixia dentro de su domicilio.
“Vivía en Villa El Salvador. Él era una persona muy solitaria; el año pasado había fallecido su mamá y sufría de depresión”, añadió. El también escritor también recordó que la última vez que lo vio fue en el mes de febrero en una feria de libros cerca al Congreso de la República.

El dato:
Guillermo Gutiérrez logró imprimir tres poemarios: ‘Ulkadi’ (1987), ‘La muerte de Raúl Romero’ (2007), y finalmente ‘Infierno Iluminado’ (2022).
Literatura
Petroperú presentará libros ganadores del Premio Copé 2023
Como parte de su compromiso con el fomento de la literatura peruana, Petroperú presentará cinco nuevas publicaciones en la Casa de la Literatura Peruana.

Las obras premiadas en la XXI Bienal de Poesía y la IX Bienal de Novela del Premio Copé 2023 serán publicadas bajo el sello Ediciones Copé. Los títulos incluyen La memoria hila de Elma Murrugarra (Copé Oro en Poesía), Río dormido sobre escombros de memoria de Alejandro Mautino Guillén (Copé Plata en Poesía), Entre los límites de una vela de Alex Ramos Arancibia (Copé Bronce en Poesía), una antología de poemas finalistas y mencionados honoríficamente, así como la novela Los espectros de Christian Elguera (Copé Oro en Novela). Durante la presentación, los autores leerán fragmentos de sus obras, que serán analizados por los críticos Ricardo González Vigil y Luis Fernando Chueca.
El jurado de la Bienal destacó la variedad temática y la calidad expresiva de los libros seleccionados. La memoria hila fue elogiada por su estilo sutil y su fusión entre prosa y verso al abordar aspectos de la cultura peruana. Río dormido sobre escombros de memoria sobresale por su enfoque técnico y estilístico, estableciendo un diálogo entre la tradición y la modernidad. Entre los límites de una vela ofrece una mirada introspectiva sobre la existencia en el mundo actual. Por otro lado, Los espectros, de Christian Elguera, reconstruye episodios clave del siglo XX a partir de la figura de Eudocio Ravines, explorando los mecanismos del poder político con gran destreza narrativa.
Los libros están disponibles de forma gratuita en la Biblioteca Virtual de Petroperú (https://cultura.petroperu.com.pe/servicios/biblioteca-virtual/) y serán distribuidos en todo el país como parte del programa de apoyo a bibliotecas que promueve la empresa.
El Premio Copé, instaurado por Petroperú en 1979, es considerado el galardón literario más importante del país, consolidándose como un pilar en el impulso y difusión de la literatura nacional. Con esta iniciativa, la empresa renueva su compromiso con la cultura y la creación literaria en el Perú.
El evento se realizará el jueves 24 de abril a las 7:00 p. m., con ingreso libre.
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