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Mario Vargas Llosa: El textualista

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Escribe: Eloy Jáuregui
Fotos: Miguel Mejía Castro

«Festejar a Vargas Llosa es celebrar la tradición literaria peruana y la universal que han permitido construir este gran y único universo vargasllosiano que es uno de los más reconocidos en el mundo». Así aseguran en la FIL 2019 de Lima respecto al nobel peruano homenajeado en esta versión. Pero el escritor es mucho más que eso. Porque fue periodista precoz cuando aún escolar y a los 14 años ingresó de reportero del diario La Crónica de Lima. Al mudarse a París, se incorporó en la Agencia France Press y también trabajó en la Radio Televisión Francesa. Dos libros sobre reportajes extensos alimentan su bibliografía periodística, Diario de Irak e Israel/Palestina. Hoy, su columna Piedra de Toque se sigue publicando en numerosos diarios del mundo.

«Un escritor tiene la ventaja de que puede convertir un fracaso en materia literaria, y eso lo alivia. La escritura es una venganza, un desquite de la vida”.

M.V.Ll

1.

Aquel solitario y frío invierno de 1983 cuando visitamos a Mario Vargas Llosa con el fotógrafo Severo Huaicochea a su casa, llegamos al nublado Barranco llenos de incógnitas. Y de pronto comprendí a cabalidad lo que era la soledad del escritor. Lo íbamos a atrapar en su misterio. Su soledad de solemnidad frente a la página en blanco. Cita para dos, el hombre y su máquina. Mejor, reunión de un dúo de a uno. Teclas a la espera de unos dedos. Dedos titilantes en ese afán de escribirlo todo. Escritura de un seducido deicida, solitario y final.

Vargas Llosa estaba sosegado y ya sospechaba por qué habíamos llegado a su dominio. Luego de una secretaria malgeniada, nos hizo ingresar a su espacioso estudio y escuchó todo aquello que le contaba de un encargo que le enviaba su entrañable amigo, Félix Arias Schereiber (1). Y aquella fue la llave para que nuestro Nobel se distendiera, hablase reposado y nos muestre los secretos de su carpintería literaria. Su escritorio, sus fichas, su colección de lapiceros, y su máquina eléctrica a quien llamaba “la mula”.

La primera impresión era la de un hombre en extremo ordenado. En sus reposteros de ingenios había retazos de periódicos y revistas atrapados a unos ganchos con etiquetas, breves libros de consultas con separadores que más parecía a un árbol de navidad, unas toallitas de mano, unos frascos de no sé qué, supongo lociones, algunos objetos como pisapapeles, y otras vituallas donde el escritor descargaba su furia como un boxeador frente a la bolsa de arena. Entonces estábamos frente a un ser especial pero luego la desilusión porque hablamos de fútbol y otros asuntos banales que terminaron cuando yo le explique mi teoría sobre el humor porcino de Ferrando. Y él se puso en guardia.

Muchos años después, también entre las brumas, encontraría al ya Nobel Vargas Llosa caminando en medio de las sombras en el campus de la Universidad de Lima. Era la víspera del estreno en Lima de “Las mil noches y una noche”, aquella adaptación de espectáculo multimedia donde él actuaba –y lo hacía muy bien– junto a la actriz peruana Vanessa Saba. Precavido, el hombre se había quedado la noche anterior en el campus para reconocer los misterios del escenario. Y lo asalté entre los jardines universitarios temiendo lo peor, pero no, Mario Vargas Llosa estaba distendido otra vez y me siguió la corriente.

Y hablamos de todo y de nada. Y él fue así, preguntón y curioso. Ora quería saber que para qué era ese pabellón, ora que cómo diablos era la conducta intelectual de los jóvenes estudiantes. Dos guardaespaldas prestos nos seguían a unos pasos y sin disimulo. Aquella vez comprobé que Vargas Llosa estaba nutrido de vida y sus consiguientes enigmas. De esa vez eran sus sentencias sobre que la cultura se había banalizado, que triunfaba la frivolidad en su peor sentido, que el erotismo había perdido en favor de la pornografía, que la posmodernidad era, en parte, un experimento fallido y pedante, que el periodismo amarilleaba sin piedad, que la política se degradaba irremediablemente, y que en ‘la civilización del espectáculo’, el cómico había terminado siendo el rey.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler en Arequipa.

Polémico hasta sus cachas y volviendo a ese invierno de1983, aun recordaba mi curiosidad por su rutina. Qué cómo era que empezaba a escribir. Vargas Llosa me señaló entonces su batería de lapiceros Faber-Castell, Lucas Pens, bolígrafos, plumas fuente, lápices. Curiosos y majaderos, le hicimos una foto donde se le ve escribiendo a mano. Cierto, luego confesaría que todo lo empezaba a escribir siempre a mano limpia. Que así hacía bosquejos y una suerte de mapas conceptuales. Que sus primeras versiones siempre eran con tinta “seca” y en cuadernos. Luego venía lo mejor, contaba entre vergüenza y timidez, que empezaba el día a las 5 de la mañana –cuando no salía a correr– corrigiendo lo del día anterior. Y que a media mañana otra vez escribía, o un retazo de crónica, o un pedazo de novela o terminaba con un trozo de un ensayo. Y así hasta la 2 de la tarde. Que almorzaba reposado y bien relajado, una siesta luego y en la tarde a leer y preparar sus clases, charlas y conferencias. Que esa era su humilde rito de obrero de la abstracción y la fantasía.

2.

Existe la foto. Tiene la edad de la adolescencia. Y yo la guardo con un afecto especial. El retrato apareció rescatado en el blog del caricaturista Heduardo. Ahí Mario Vargas Llosa tiene 18 años (1,954) y escribe en una vieja máquina Remington en la redacción de La Crónica. Luce el mismo perfil. Narigudo y dientes de conejo. Camisa manga corta, reloj, lapicero en el bolsillo y la mirada amarrada a esa cuartilla palpitante –supongo– en medio del tráfago del diario, que aguardaba la escritura de esa impronta que, pasados 60 años, hoy se erigen como la mejor del mundo.

En otra foto y ya a colores lo observo a sus setentaitantos años en el Congo –acopiando información para su novela “El sueño del celta” –. Ahí luce canas y arrugas, pero tiene el mismo rictus de quien se juega la vida mientras escoge y registra cada palabra. Entre ésta y la otra foto de su juventud apurada pasó más de medio siglo. ¿Escribiendo? Sí. Y sigue, no se alarmen. Y es admirable. Y es ejemplo. Confieso que no comparto sus ideas políticas ni sus pataletas. Ya habrá tiempo para ese desahueve. Pero como periodista, Vargas Llosa es irreprochable. Y como deicida –ese que niega la creación de Dios— es genial al fundar un universo personal y propio. Cito: “El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes, y sus ojos ardían con fuego perpetuo…” Carajo, ni la Biblia.

Su creatividad desbordante había cumplido su servicio militar obligatorio de las redacciones –aquello que asemeja al relato de Alberto Fuget en Tinta roja– y las desventuras deljoven periodista. De ahí que escribí en un retrato anterior que aquello que me amotinaba era esa actitud de reverencia y su contrario que Vargas Llosa mantiene con cualquier escritura. Así, su rito no es mito. Es la observación de un hombre que está interesado en su entorno más insustancial y que lo lleva a la abstracción y de ahí al acto religioso de su escritura anti piadosa y mística.

El texto vargallosiano no tiene nada de enigma. Al contrario, en su transparencia es calistenia escribal, rigor por la precisión en la información y lecturas pasionales. Cierto, aquello que se le exige a todo buen periodista. La ecuación es: disciplina, severidad y una pizca de talento. Cito a Vargas Llosa en esta ‘caza’ de citas quien parafrasea a Flaubert: “Escribir es una manera de vivir y esa sentencia es absolutamente exacta. Mi manera de vivir es escribir, mi vida entera está organizada en torno a mi trabajo. Yo nunca dejo de escribir”. ¿Flaubert? ¿Sabrá algún profesor de colegio que a qué diablos sabe esa Madame Bovary? Bien, el escritor francés es (fue) la luz de ese y este Vargas Llosa. ¿Y un maestro de escuela conoce de aquella “La orgía perpetua”? Lo dudo, como cantan Los Panchos.

En su libro sobre Onetti (2), Vargas Llosa rememora una vieja e intensa conversación con el escritor uruguayo. Dice que Onetti sintió estupor cuando Vargas Llosa le confesó que escribía con horario, cada día, bajo una estricta disciplina, como “un oficinista”. Onetti, al contrario –le confesó– era caótico en su escritura, antojadizo, anotaba desordenadas notas sueltas y escribía cuando le venía la reverenda gana. Si Vargas Llosa mantenía una relación marital con la literatura, Onetti, era el perfecto adúltero. No obstante, algo hacía cómplices a estos excesivos escritores. El ceremonial libresco. Ante una duda, corrían a la biblioteca y ubicaban el libro y con el lapicero en la boca y mientras con una mano sostenían la página exacta, con la otra escribían o “tecleaban” la cita correcta. Hoy no es así. Para eso existe Google, y se acabó y punto.

Al ser hombre de sentencias, en su texto Elogio de la lectura y la ficción, Vargas Llosa sostenía: “Aunque me cuesta mucho trabajo y me hace sudar la gota gorda, como todo escritor, siento a veces la amenaza de la parálisis, de la sequía de la imaginación, nada me ha hecho gozar en la vida tanto como pasarme los meses y los años construyendo una historia, desde su incierto despuntar, esa imagen que la memoria almacenó de alguna experiencia vivida, que se volvió un desasosiego, un entusiasmo, un fantaseo que germinó luego en un proyecto y en la decisión de intentar convertir esa niebla agitada de fantasmas en una historia”.

“Escribir es una manera de vivir”, decía Flaubert. Sí, muy cierto, una manera de vivir con ilusión y alegría y un fuego chisporroteante en la cabeza, peleando con las palabras díscolas hasta amaestrarlas, explorando el ancho mundo como un cazador en pos de presas codiciables para alimentar la ficción en ciernes y aplacar ese apetito voraz de toda historia que al crecer quisiera tragarse todas las historias. ¿Solo en la ficción? No. Llegar a sentir el vértigo al que nos conduce una crónica o una novela en gestación, cuando toma forma y parece empezar a vivir por cuenta propia, con personajes que se mueven, actúan, piensan, sienten y exigen respeto y consideración, a los que ya no es posible imponer arbitrariamente una conducta, ni privarlos de su libre albedrío sin matarlos, sin que la historia pierda poder de persuasión. Y así remataba con una ‘Media Verónica’ –el pase con el capote y no la actriz mexicana– el Nobel: “Es una experiencia que me sigue hechizando como la primera vez, tan plena y vertiginosa como hacer el amor con la mujer amada días, semanas y meses, sin cesar”.

3.

De aquel día de la visita a la casa de Barranco, el ritual de Vargas Llosa cambió diametralmente. Lo sé. Alguna vez leí en una de sus entrevistas que alertaba sobre el efecto negativo que Internet está produciendo en nuestras vidas. Reconociendo muchas cosas buenas que nos han traído las nuevas tecnologías de la información y comunicación, Vargas Llosa cuestionaba el impacto en la gestión propia de nuestros conocimientos y señalaba, a modo de resumen, que “más información significa menos conocimiento”. Exagerado afirmaba que Internet afectaba a nuestra forma de procesar la información y el conocimiento, y, por ejemplo, nos llevaba a un manejo diferente de la memoria – “para qué ejercitarla si tengo un disco duro para almacenar la información– o a despreciar la lectura completa de libros –“para qué leer un libro si puedo encontrar múltiples reseñas y citas en Google. Entonces, cuanto más inteligente sea nuestro ordenador más tonto seremos” –.

Pero vamos por partes, hoy un periodista sin Internet es como un cóndor sin alas. Recuerdo así un texto de Daniel Arjona en el suplemento El Cultural (3): “Los escritores se enredan”, de cómo Facebook y Twitter unen ya a autores y lectores. El autor pone un breve ejemplo: “Tengo salmorejo para cenar, con jamón y huevo duro picado. Y son las 21,15. Una poderosa razón para despedirme por hoy” Gracias y un abrazo”. 140 caracteres con espacios –parece un haiku de Matsu Basho–. Es un ‘twitt’ que escribe el novelista español Arturo Pérez Reverte. Así, despide su día con tan trivial y apetitosa anotación a sus más de 20.000 lectores-seguidores de su perfil en la red social Twitter, para que se enteren que un escritor también come y hasta se alimenta por no decir otras cosas. 

Entonces, si el periodista vive en las redes del enredo, y Pérez Reverte es carne de prensa, entonces Vargas Llosa confesaría en diferentes ocasiones que las Redes Sociales ni le va ni les viene. Algo así como “no tengo tiempo”. Rodeado de secretarias, auxiliares y la familia –hasta en eso es atípico rebelde–, no es un pez en el agua precisamente con esto de los Blogs, el Twitter y el Facebook. Que, para muchos analistas en comunicación, resultan hoy de acompañante ideal para un contador público o un dentista. Para otros sería un callejón o quinto patio. Así, este tejido de redes de ciudadanos hablantines, es un coro donde uno lee a un hijo del vecino mandarnos a los quintos infiernos porque a uno le gusta los toros, por ejemplo, a otros nativos digitales que se enamoran en nuestras narices, proferir una sentencia contra el poeta Arjona porque prefieren a un ‘metalero’. Así ante esta versión del ‘Gran Hermano’ –como dice el otro Arjona– adolescente con espinillas, los escritores, editores, libreros y todo el mundillo literario en pleno conviven ahí, con mayor o menor fortuna.

Sin embargo, tiempo después confesaría su pecado en el diario El Tiempo: “Tengo una computadora que utilizó como una máquina de escribir. Excepcionalmente, cuando estoy fuera, en Nueva York, por ejemplo, no hay más remedio que entrar a Internet para leer los periódicos. Si quiero saber qué pasa en España, qué pasa en el Perú tengo que ir a Internet, a Google. Pero no me siento en mi elemento, definitivamente no estoy en mi elemento. Tengo verdadero terror al ver gente que solo vive para las pantallas”.

Y me voy al otro extremo. En el caso de Gabriel García Márquez, su Facebook reunía en sus últimos días a más de 400.000 seguidores y el “Gabo” ni andaba enterado de esa masa turbia que se enfrascaban en Tiempo Real en incansables discusiones sobre sus libros, listados de obras preferidas y entrañables declaraciones de amor por sus personajes. Y si Vargas Llosa ha declarado su fobia a este tejido malhecho de advenedizos y atorrantes, pues no puede negar que a pesar de ser el Nobel 2010-2011, luce apenas 20.000 seguidores en Facebook contra los 6.000.000 que persiguen a Lady Gagá, por ejemplo.

4.

Con enredos y sin la red, la escritura real y la de ficción de alguna manera se hacen poesía como los registros periodísticos de Mario Vargas Llosa que ha hecho que las noticias –esa materia prima del acto de facto– viajen codo con codo junto a sus desafíos literarios. En su libro El lenguaje de la pasión (4) que reúne 46 crónicas-ensayos, brilla uno, el dedicado a Octavio Paz, que precisamente origina el título del libro y que, al referirse al poeta mexicano, explica que sucumbió ante el afán de la novedad descritas en sus conferencias de Harvard y que luego lo obligó a publicar Los hijos del limo (5) “como un sutil veneno para la perennidad de la obra de arte”.  El comillado es mío.

Para los que amamos la crónica periodística como un pretexto para escribir literatura encontramos en El lenguaje de la pasión una original provocación. Sé escribe como se vive. Unos de manera turbia y otros tratando a sangre y fuego encontrar la luminosidad. En Vargas Llosa cito tres libros que rasuran la pelambre de lo cotidiano. Son artículos abigarrados de rabia y belleza, tres conjuntos de ensayos –aquella literatura de las ideas–, agrupados en Contra viento y marea, Desafíos de la libertad y, por cierto, El lenguaje de la pasión.

De éste dirá Vargas Llosa. “Los textos que componen este libro son una selección de los artículos que aparecieron en mi columna *Piedra de Toque*, en el diario El País, de Madrid, y en una cadena de publicaciones afiliadas, entre 1992 y 2000. “Desde niño me fascinó la idea de esa «piedra de toque» que, según el diccionario, sirve para medir el valor de los metales, una piedra que nunca vi, que todavía no sé si es real o fantástica. Pero el nombre se me impuso de inmediato a la hora de bautizar mi columna periodística. Una columna en la que, un domingo sí y otro no, me esfuerzo por comentar algún suceso de actualidad que me exalte, irrite o preocupe, sometiéndolo a la criba de la razón y cotejándolo con mis convicciones, dudas y confusiones”. Se entiende. Vargas Llosa está jodidamente condenado a escribir cada día. ¡Pero, vamos! Es una orgiástica penitencia.

En el Perú, César Vallejo y José Carlos Mariátegui –dúo ilustre entre tríos de fuste– fueron antes que cualquier cosa, también periodistas. ¿Merecían el Nobel? Sí. Entonces me aseguro: El periodismo mejora la calidad de vida e incluso, educa. ¿Y en el Perú de hoy? Otra vez, en bolero, lo dudo. Qué hacer, como diría Lenin. Leer a Flaubert y harto Vallejo. Pensar que se puede ser feliz trabajando en periodismo. Qué se convierta en una pasión. Que obligue a ser honesto. Que disuelva las intolerancias. Que nos atiborre de sensibilidad, ternuras y libertad. ¿Se puede? Sí. Vargas Llosa lo acaba de instituir. 

En otras oportunidades Vargas Llosa ha dicho: “Muchas cosas de mi escritura se las debo a todo lo que he vivido con el periodismo, por ejemplo, Conversación en La Catedral no la hubiera podido escribir sin el periodismo. El periódico es una fuente extraordinaria de temas”. Pero yo recuerdo aquella frase “vuelta de espaldas a la problemática más viva y urgente de la sociedad peruana”, que pronunció Vargas Llosa en 1997, cuando recibió el título de doctor honoris causa en la Universidad de Lima. En esa ocasión su discurso fue conmovedor.

Nos decía a los que escribimos y que ayudamos a que los jóvenes aprendan a manejar también aquel “lenguaje de la pasión”, que ese alejamiento de otrora entre la ley de la calle y el rigor de la cátedra, hoy felizmente habían desaparecido. Tenía toda la razón. Yo lo vivo a diario al conversar con los alumnos que llegan ásperos desde Los Olivos y fragantes de allá al sur, en “Eisha”. Entonces termino con una de sus frases: «Un escritor tiene la ventaja de que puede convertir un fracaso en materia literaria, y eso lo alivia. La escritura es una venganza, un desquite de la vida (…)” Para hacer todo eso ha sido preciso «mantenerse en forma, cuidarse, viajar, a Palestina, a Irak, a Afganistán, ha sido preciso ir al Congo, al Amazonas, al Pacífico en busca de Gauguin. La verdad es que no he parado. Y no pienso parar. Mientras tenga ilusión y curiosidad y me funcione la cabeza, que de momento creo que me sigue funcionando. La vejez no me aterroriza mientras pueda seguir desplazándome. Me acerco a la muerte sin pensar en ella, sin temerla. Mientras trabajo me siento invulnerable». Eso y esto es el amor a la página en blanco, aquella que tenemos que embarazar dulcemente con ‘el sutil veneno de la perennidad’.

Pie de página

(1) MVLl. y Arias Schreiber había militado en “Cahuide”. Base universitaria del Partido Comunista Peruano en la UNMSM. MVLl se hacía llamar “Camarada Alberto”, Arias Schreiber era el “Camarada Jacobo” y Lea Barba, luego esposa de Arias Schereiber era la “Camarada Aída”. Ver Conversación en la Catedral.

(2) El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti. Mario Vargas Llosa Alfaguara. Madrid, 2008.

(3) Elcultural.es: http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/27860/Los_escritores_se_enredan

(4) El lenguaje de la pasión.  Santillana, Barcelona 2007.

(5) Los hijos del limo. Seix Barral, 1974.

(TEXTO PUBLICADO EN LA REVISTA IMPRESA LIMA GRIS N° 17)

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Dictan 6 meses de prisión preventiva a sujeto que vandalizó la Piedra de los 12 Ángulos [VIDEO]

En tanto, el Mincul solicitó más de 5 millones de soles como reparación civil contra Gabriel Roysi Melanio.

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Durísima sanción. Seis meses de prisión preventiva de la libertad dictó ayer el Poder Judicial (PJ), a través de la Corte del Cusco, contra Gabriel Mariano Roysi Melanio, de 30 años, investigado por atentar contra la Piedra de los Doce Ángulos en el centro histórico de la ciudad del Cusco.

La decisión fue dispuesta por el Segundo Juzgado Penal de Investigación Preparatoria Transitoria de Flagrancia del Cusco.

Será investigado por el delito de destrucción de bienes culturales, daño ocasionado con un martillo. Cabe recordar que la ciudad del Cusco es protegida al ser Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972 y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1983.

Por su parte, el Ministerio de Cultura (Mincul), a través del procurador público Henmer Alva Neyra, solicitó como reparación civil e indemnización 5 millones 350,000 soles al imputado de dañar con un martillo la Piedra de los 12 Ángulos.

El fiscal del caso sustentó la medida coercitiva a partir de las pericias del Mincul y de la Policía Nacional que confirman que tras el impacto metálico hubo pérdida de material y hendiduras, que fue calificado como “muy grave” al haber “alteración irreversible en un bien arqueológico de alto valor histórico y cultural”.

Además, hubo “una alteración en la fisura superficial comprometiendo la estabilidad del elemento y exponiendo a un deterioro. El daño compromete no solo la integridad física del bien, sino también su valor histórico, estético cultural al modificar su percepción visual y su autenticidad”.

fuente: tv peru.

El dato:

Un turista que observó los daños reportó la agresión a una tienda de la zona y tras visualizar los registros se constató que Roysi Melano golpeó tres veces el bien cultural y luego se fue. El mismo día, alrededor de las 10:40 horas, la Policía Nacional y la fiscalía ubicaron y detuvieron al causante en la calle Suytuhatu del barrio de San Blas.

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Norvial anuncia que suspenderá temporalmente el cobro de peajes en Pasamayo y Serpentín [VIDEO]

Desde primeras horas de la mañana de hoy se observa a los vehículos pasar sin pagar el peaje.

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Luego de varias protestas por parte de los transportistas que usualmente se dirigen hacia el norte del país, denunciando que la empresa concesionaria Norvial aún continuaba cobrando el peaje en la Variante de Pasamayo y el Serpentín de Pasamayo, pese a que más adelante se encuentra derrumbado el puente Chancay, Norvial informó la suspensión temporal de dicho cobro.

La concesionaria de la Red Vial 5 de la Panamericana Norte precisó que la medida estará vigente por seis días calendario o hasta que se culmine con la instalación del puente modular que permita recuperar la transitabilidad en el kilómetro 76+200 donde se ubicaba el colapsado puente Chancay.

Sostuvo que la medida se adoptó en virtud del Oficio N° 0658-2025-MTC/19 expedido por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en aplicación del numeral 9.9 del Contrato de Concesión.

A través de su cuenta oficial en Facebook Norvial dio a conocer este comunicado donde reiteró su compromiso por la seguridad y transitabilidad en la vía.

Como se recuerda, el jueves 13 de febrero, cerca de la medianoche, se produjo el colapso de una de las vías (de norte a sur) del puente Chancay lo que provocó la caída de un bus interprovincial lleno de pasajeros y de un automóvil particular. El accidente dejó tres personas fallecidas y cerca de 40 heridas, algunas de ellas aún se encuentran internadas.

Ante el colapso del puente, que obligó a suspender el tránsito en ese tramo de la Panamericana Norte, el titular del MTC, Raúl Pérez Reyes, anunció que un puente modular reemplazará a la infraestructura dañada. La instalación del citado puente demandaría entre ocho a 15 días.

fuente: exitosa.

Ante la suspensión del tránsito vehicular en Chancay, los transportistas que salen o se dirigen a Lima toman como ruta alterna el camino que conduce a la ciudad de Huaral para luego dirigirse a Aucallama y en este lugar retomar la Panamericana Norte.

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Concesionaria Norvial continúa cobrando peajes en Ancón y Huacho pese a colapso de puente Chancay [VIDEO]

Choferes se muestran disconformes en cobro de peaje, tomando en consideración el derrumbe del puente y la altísima congestión vehicular en la zona.

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Siguen cobrando pese a un servicio deficiente. El director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte (CIT), Martín Ojeda, denunció que se sigue cobrando peaje a pesar de las limitaciones del tránsito vehicular, tras el colapso del puente Chancay, en Huaral, que se registró la noche del jueves, 13 de febrero.

En entrevista para RPP, Ojeda señaló que persiste el cobro en los peajes de Ancón y Huacho, por lo que exigió la suspensión del pago hasta que culminen los trabajos de remediación después la caída del puente Chancay, a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte.  

También dijo que los transportistas son desviados del peaje de Ancón hacia Huaral, por una vía de trocha que dificulta el tránsito y, además, genera una congestión vehicular de entre una a cuatro horas.

fuente: exitosa.

Para ejemplificar el panorama que brindó Ojeda, un conductor se comunicó en vivo con RPP y relató que, en su trayecto de Lima a Chancay, estuvo más de tres horas atascado en el tráfico. 

“Y en el mejor de los casos, cuando no hay tráfico, se demora hora con veinte minutos. Y el día de ayer, en la noche, se ha demorado de tres a cuatro horas. Hay una larga fila de buses porque nos meten por calles que no son carreteras, no son autopistas, es una ciudad… lo peor de todo, que nos cobran los peajes”, declaró Martín Ojeda.

“La fluidez y la conectividad se rompió y están cobrando el peaje de norte a sur y de sur a norte en Huacho; y están cobrando el peaje en Ancón, norte y sur, sur y norte”, agregó.

El director de la CIT comentó que en los peajes se cobra 10.40 soles por eje y los camiones tiene hasta seis; por lo que un transportista podría llegar a pagar 62.40 soles.

“Eso es lo que nos están cobrando: por nada”, enfatizó.

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Atentado cultural en Cusco [VIDEO]

‘La piedra de los doce ángulos’ forma parte de un Palacio Inca en la calle Hatun Rumiyoq y hoy fue seriamente vandalizada por una persona que con un objeto contundente la golpeó fuertemente. Como se recuerda, hace 11 años dos vándalos chilenos pintaron el gran bloque e hicieron un grafiti con sus iniciales.

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La madrugada de este martes la ‘piedra de los doce ángulos’ ubicada en la zona monumental de la ciudad de Cusco, sufrió un grave atentado. Lima Gris accedió a imágenes exclusivas del momento del acto vandálico, cuando una persona en aparente estado de ebriedad golpea fuertemente la piedra con un objeto sólido que sostiene en su mano. Funcionarios del Ministerio de Cultura llegaron hasta el lugar para evaluar los daños.

¿Dónde está ubicada exactamente la ‘Piedra de los doce ángulos’?

La piedra de los doce ángulos es un bloque de piedra de la cultura inca que forma parte de un palacio ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Hatun Rumiyoq (que junto con otras calles se unen a la plazoleta de San Blas con la plazoleta de la Almudena) en la zona monumental de Cusco, Perú.

El gran bloque de arquitectura inca y que está compuesta por una formación diorita presenta un gran acabado y bordeado perfeccionista, al no existir asimetrías en sus uniones. Y actualmente es considerado Patrimonio Cultural de la Nación del Perú. Asimismo, la piedra forma parte de la sede del Palacio Arzobispal de Cusco, que anteriormente fue la residencia de Inca Roca, el sexto soberano del Curacazgo del Cusco.

Hace 11 años sufrió un acto vandálico

Como se recuerda, el 8 de marzo de 2014 la piedra sufrió un grave atentado mediante una irresponsable pinta que significó un acto vandálico, pese a la constante vigilancia de los ciudadanos cusqueños. En dicha fecha, dos sujetos chilenos desadaptados hicieron un grafiti con sus iniciales. Felizmente, los servidores de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco lograron borrarlas sin dañar la superficie.

Lima Gris accedió a estas exclusivas imágenes captadas por Darwin Santander.

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Taxis por aplicativo sí podrán ingresar al nuevo aeropuerto Jorge Chávez, según nuevas indicaciones de la ATU

Asimismo, precisaron que los buses “AeroDirecto” estará permitido el traslado de maletas tipo ‘carry on’.

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Taxis y malestas, sí, pero ahora solo falta cómo ingresar. La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) informó el pasado fin de semana que los taxis por aplicativo sí podrán ingresar al nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez, que se inaugura este 30 de marzo.

A través de un comunicado, precisó que este tipo de autos sí podrán ingresar con pasajeros al nuevo terminal de Lima y que “el control y la seguridad de estos vehículos estarán a cargo tanto de la entidad como de la Policía Nacional del Perú”.

Es así que vehículos de los aplicativos como como Uber, Yango, Cabify, Didi y Easy Taxi podrán ingresar al terminal con pasajeros.

Para operar en el nuevo terminal aéreo, los taxis por aplicativo deberán cumplir con varios requisitos de seguridad y formalización. Las unidades deben estar debidamente identificadas con la placa correspondiente al servicio de taxi y contar con la autorización de la ATU.

Además, los conductores deberán tener una licencia de conducir vigente, contar con el SOAT obligatorio y pasar una inspección vehicular actualizada. Entre los implementos de seguridad exigidos se incluyen un botiquín de primeros auxilios, un extintor y señales distintivas como casquete y cartilla informativa.

Detalló asimismo que los buses de “Aerodirecto” son vehículos de transporte público urbanos de pasajeros, como los que prestan servicio en la ciudad, en los cuales está permitido el traslado de maletas tipo carry on (con ruedas) y mochilas de viaje, es decir, el equipaje que suele ir en la cabina de los aviones”.

Finalmente, la ATU reiteró su compromiso de apoyar los servicios de movilidad urbana hacia y desde el nuevo aeropuerto Jorge Chávez dentro de los estándares de formalidad que la autoridad exige, a la par de ir implementando nuevos servicios que permitan un desplazamiento seguro de los ciudadanos y visitantes.

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A propósito del Día del Amor y la Amistad: cada vez más peruanos prefieren casarse pasados los 30 años

El año pasado se realizaron 68,559 matrimonios, situándose casi a cifras prepandemia.

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Dar el “sí, acepto” es una de las decisiones más importantes de la vida y para muchos se tienen que dar ciertas condiciones para pasar el resto de sus vidas que su ser amado. Los tiempos han cambiado y ya no se frecuenta ver bodas entre jóvenes veinteañeros, sino a dos adultos de 35 años para arriba.

Y es que varios factores entran a tallar para la unión ante Dios. Muchos jóvenes dan prioridad a su vida profesional y laboral, dejando en segundo plano las nupcias. Otro factor importante es el soporte económico ya que muchas de las nuevas parejas buscan un hogar donde habitar que no sea el segundo piso de la casa de sus padres. Otro detalle a considerar es que muchos de los encuestados no se sienten emocionalmente preparados para “dar el salto” a la fila de los recién casados, prefiriendo entre otras cosas su libertad como solteros, su juventud y su etapa donde no son tan responsables.

Según información del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) en 2024 se han registrado 68,559 matrimonios; lo que indica una recuperación con respecto a los números prepandemia. En 2019 la cifra fue de 73,802, y evidentemente por la coyuntura de la crisis por Covid-19 en 2020 se redujo a 43,608 bodas. En años posteriores la cifra se fue recuperando, teniendo un pico alto en 2022 con 80,605 matrimonios.

En los años posteriores esa cifra no se mantuvo, reduciéndose considerablemente: 2023 con 66,142 bodas, y 2024 con 68,559.

El año anterior más de 39 mil peruanos se casaron entre los 30 y 59 años; siendo Lima, Arequipa y Cusco las regiones que lideran este ranking por rango de edad.

Ciudadanos ahora priorizan otros aspectos de su vida como la profesional, emocional o económica antes de casarse. Foto: El Peruano.

Día del Amor, día de casarnos

Por otro lado, Reniec informó que en el 2024 se registraron 757 matrimonios el 14 de febrero, fecha en la que se celebra el Día del Amor o Día de San Valentín. Esto representa una disminución del 25.6% versus el 2023, cuando se casaron 1018 parejas a nivel nacional.

En comparación con el año prepandemia (2019), se experimentó una caída del 38.7% en el número de matrimonios inscritos que fueron 1234.

Reniec también señaló que, en los últimos seis años, un total de 4892 parejas eligieron contraer matrimonio el Día de San Valentín.

Las parejas que han unido sus vidas y sellado su amor en esta fecha especial son las siguientes: en 2019 (1234), 2020 (1476), 2021 (14), 2022 (393), 2023 (1018) y en 2024 (757).

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Dos personas fallecidas y decenas de heridos tras caída de Puente de Chancay [VIDEO]

Bus interprovincial cayó al turbulento río Chancay. Entre los heridos se encuentran tres menores de edad.

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Un país sin puentes. Resulta sumamente preocupante la falta de planificación y monitoreo de los puentes del país. Han pasado más de dos años y un puente en Huachipa aún no se puede terminar de construir; peor aún, no existe un puente de acceso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez; diversos puentes vienen siendo golpeados en sus bases por buses y tráileres de carga pesada, dificultando la transitabilidad de los demás vehículos; y qué decir de los demás puentes en el interior del país que cada año son debilitados tras la llegada de un huayco, sin que exista un control posterior de las autoridades competentes sean distritales, regionales o centrales; y ahora último el Puente de Chancay se ha caído al río, llevándose consigo dos personas inocentes fallecidas.

De acuerdo con información del titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), Raúl Pérez – Reyes, un bus interprovincial cayó a las aguas del río Chancay a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte, luego de que el puente se desplomara. Posteriormente, se tuvo conocimiento de que un auto particular también cayó a la corriente fluvial.

El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:55 p.m. del último jueves, cuando la infraestructura cedió justo en el momento en que una unidad de la empresa Cruz del Norte y un automóvil de color negro transitaban por la vía.

Bomberos y agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) trabajaron en conjunto para rescatar a los pasajeros atrapados dentro del ómnibus, algunos de los cuales quedaron entre los fierros retorcidos. Con herramientas especializadas, lograron abrir paso entre los restos del vehículo, mientras otros socorristas brindaban primeros auxilios. Los afectados fueron trasladados a los hospitales de Chancay y Huaral.

Por otro lado, se conoció que en el mes de noviembre se realizó mantenimiento al puente derrumbado, sin embargo, no se han brindado mayores detalles sobre el tipo de mantenimiento. Desde el año 2003 la empresa encargada del mantenimiento del puente es Norvial.

fuente: latina.

Ministro de Transportes acudió hasta el puente derrumbado

Ante esta emergencia, el ministro de Transportes llegó hasta Chancay en horas de la madrugada para intentar buscar alternativas de vías de comunicación debido a que se ha paralizado la carretera en sentido norte a sur producto del colapso del puente. 

Los pobladores de la zona se mostraron totalmente indignados con su presencia y llegaron a increparle en el lugar. Sin embargo, el titular del MTC se concentró en mencionar que lo importante era salvaguardar la vida de las víctimas

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Usuarios del Metropolitano se bajan de los buses debido al asfixiante calor [VIDEO]

Unidades de transporte no cuentan con aire acondicionado, eso sumado a la gran conglomeración en hora punta hace que muchos de esos vehículos vayan repletos de pasajeros.

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El sofocante calor se siente en muchas partes de la capital, registrándose en algunos distritos temperaturas por encima de los 30 grados, teniendo sensaciones de calor los 33 o 34 grados. Si eso calor se suma estar en un lugar cerrado y con poca ventilación como los buses del Metropolitano dicha temperatura fácilmente puede bordear los 37 o 38 grados, resultando para muchos una “olla a presión”.

Anoche, en la estación Naranjal del Metropolitano, decenas de usuarios de ese servicio de transporte no pudieron más el intenso calor y decidieron bajarse de las unidades a modo de protesta por la escasa implementación de aire acondicionado o sistemas de ventilación.

Y a pesar que anoche se registró una intensa lluvia en gran parte de la capital, la sensación de calor no se redujo, teniendo una media de 25°C incluso hasta altas horas de la noche.

“No es ventilado, la verdad. Como todos los días, es algo normal que haya aglomeraciones. El calor está muy fuerte”, dijo a Panamericana TV una pasajera que aguardaba abordar en la estación Naranjal. Otra usuaria agregó: “Es un horno estar en el trayecto. La gente está apiñada, no hay ventilación. Las ventanas no sirven de mucho porque son pequeñas y algunas están malogradas”.

fuentes: bdp.

En esa estación los pasajeros debieron esperar al menos 45 minutos debido a la congestión generada por el mal tiempo. Sin embargo, el panorama se replicó en otros puntos, donde usuarios reportaron que la lluvia generó desorden y acumulación de suciedad en los embarques.

Los peatones también manifestaron que las estaciones no están diseñadas para soportar precipitaciones prolongadas. En varias de ellas, se registró acumulación de agua en el piso, lo que dificultó el acceso y generó riesgo de resbalones.

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