Fotos Margot Simons
Mario Jursich, periodista, poeta, escritor y traductor colombiano. También fue director y miembro fundador de la revista El Malpensante de Bogotá. Actualmente, es editor del Fondo de Cultura Económica en Colombia.
Jursich fue uno de los invitados que participó ayer en la Cátedra Vargas Llosa, que se realizó en el Centro Cultural Católica, en la mesa de “El periodismo frente a la viralización de la mentira: poder, populismo y redes sociales” estuvo acompañado de Juan Jesús Armas, Marianela Balbi, Pedro Salinas, Gustavo Gorriti y Raúl Tola.
En esta entrevista conversamos con Mario sobre el rol del periodismo digital, la corrupción de Odebrecht en América Latina, y sobre lo que él denomina “nuevo boom” latinoamericano.
Participar de la Cátedra Vargas Llosa en una coyuntura política bastante agitada por el caso Odebrecht, resulta interesante ¿Cuál es tu visión como periodista colombiano?
Mira, todo lo que tiene que ver con Odebrecht es como una especie de sueño bolivariano de la corrupción, habido a lo largo de la historia latinoamericana muchos proyectos continentales, pero al parecer el único que triunfó de manera apabullante en todas partes cumpliendo de manera perversa el sueño de Bolívar, fue lo que hizo esta empresa brasileña. En el caso colombiano lo que ha puesto el presente es que durante muchos años vivimos en la ficción de que el gran problema de Colombia era la guerrilla, la existencia de las FARC, y esto ha develado que evidentemente lo de las FARC tenía su importancia pero el verdadero mal de un país como Colombia es evidentemente la corrupción.
Precisamente, por ese mal una gran cantidad de políticos en Sudamérica están siendo encarcelados
El otro día leí una cifras que me pareció escalofriante, la mitad de los gobernadores que hay en Colombia, han sido investigados por asuntos relaciones con la corrupción, y ya como ampliando el marco de análisis de toda América Latina, creo que en todos los países habrá matices. La corrupción está minando la democracia. En países donde pasa este tipo de cosas no es posible que la gente crea incluso de manera tibia en la democracia.
Lo que ha logrado Odebrecht es institucionalizar de forma Estatal la corrupción, en el caso de Perú son más de cuatro gobiernos a los cuales se les está investigando, en Colombia sino me equivoco son tres gobiernos.
Ha pasado casi exactamente lo mismo, entonces en esa coyuntura o hay un cambio o un rumbo muy dramático. Realmente yo soy pesimista sobre el futuro de la democracia en un país como Colombia, sino se toman correctivos importantes, además del caso de Odebrecht hay otros tipos de corrupción, por ejemplo, el caso de una refinería en Cartagena que tiene sobrecostos multimillonarios, y a lo largo de estos años el cáncer que nos carcomía se llamaba FARC, pero resultó que no.
¿En esta coyuntura cómo ves el papel de periodismo digital y las redes sociales?
Ya desde un tiempo tengo un problema general con el periodismo, es que me parece que el periodismo perdió la confianza en sí mismo, perdió convicción, fíjate que en varios lugares incluso en el Perú se hacen medios que desde el comienzo están dirigidos para gente que se supone que no lee, ese solo hecho ya demuestra que la autoconfianza que tuvo el periodismo se perdió por completo, así que si hace unos años atrás trabajar en un gran diario o en una gran revista era muy estimulante para alguien que estaba empezando en el oficio, hoy en día ese sentido de emoción de aventura, de riesgo, lo estás encontrando en internet por muy diversas razones, una de ellas tiene que ver con la extensión, medios que por la crisis económica y también por propia convicción han ido cada vez recortando más el espacio a los periodistas, e internet a ofrecido frente a eso un gran campo para explorar, todavía es un medio en formación, no sabemos cuál va ser su forma definitiva, pero lo que está pasando en la web es mucho más interesante que lo pasa en los diarios de papel.
¿Con el tiempo cómo crees que se logrará financiar esa voz independiente de los medios digitales?
Me parece que el periodismo en su versión excelsa que hemos conocido, solo va poder vivir si acaba siendo financiado por los gobiernos. Es decir, así como tenemos bibliotecas públicas que prestan os servicios, creo que en algún momento aparecerá un periódico que pagan los gobiernos y que hace de la mejor manera posible lo que antes hacían los diarios privados, no te digo que vaya ser exactamente así, pero hay tardes como hoy que creo que ese va ser el destino del periodismo.
Actualmente existen medios financiados por el gobierno, pero son medios que no investigan al propio gobierno…
Lo que pasa que hay gobiernos que nos demuestran que sí es posible, en el caso de Estados Unidos tenemos la radio pública norteamericana, y es extraordinaria, y no es nada raro que una de las cosas que Trump quiso hacer apenas entró al gobierno fuera retirarle buena parte de los fondos. La radio pública ha demostrado que también puede investigar a los gobiernos, de modo que yo soy optimista en eso. Tengo la esperanza de ver el periodismo entendido como un servicio público y financiado con recursos gubernamentales en algún momento pueda ser una realidad.
¿Crees que el papel principal del periodismo es cuestionar el poder?
Bueno siempre lo fue. No veo porque en las circunstancias actuales deberíamos renunciar a esa misión. De hecho, el periodismo cumple un papel crucial en la democracia, vigilando y haciendo una veeduría ciudadana del poder, esa misión es irrenunciable.
¿Por qué crees que cada vez se hace menos periodismo de investigación en estos tiempos?
Porque es costoso, es costoso en varios sentidos, materialmente implica que las instituciones como los diarios y revistas hagan una inversión grande de recursos, y también es costoso políticamente, cuando tú investigas en serio, siempre te sancionan, de modo que hay una retirada en ese aspecto, te lo decía al comienza y te o vuelvo a decir ahora, no podemos renunciar a eso. El periodismo casi por naturaleza debe ser investigativo, renunciar a eso es como renunciar a la misión para la cual fue creado el periodismo.
Lo interesante de Latinoamérica es que sucede de todo, y estás historias con el tiempo se ven reflejadas también en la literatura, ¿cómo escritor qué piensas de estas publicaciones?
Mira, hay dos caminos que tienen numerosos puntos de contacto pero que van en direcciones diferentes, por un lado hay muchos libros de ficción que citan episodios de la vida de cada uno de los países y lo incorporan en la ficción, yo tengo la impresión que eso no ha sido tan afortunado, en cambio, me gusta más la otra vertiente, que es el periodismo de largo aliento, que es el que investiga sobre estos temas. En mi opinión estaríamos viviendo una especie de segundo boom, pero a diferencia del primero no estaría en la literatura propiamente dicha, sino en ese periodismo narrativo.
Juan Jesús Armas y Mario Jursich.
¿Y quienes conforman este segundo boom para ti?
Pues depende de donde quieras empezar el corte, pero esta puede tener una trilogía de dioses mayores que podría ser Martín Caparrós, Juan Villoro y Leila Gerreiro, y luego en la segunda división pues podemos mencionar bastantes nombres, en cada uno de los países hay por lo menos tres a cuatro personas que han escrito al menos un libro muy notable en este sentido.
En tu selección de estos tres personajes mencionas a dos argentinos Caparrós y Gerreiro, de alguna forma Argentina mantiene esa buena tradición.
Lo que pasa que es una tradición que viene desde el modernismo latinoamericano, ya a comienzos del siglo XX en el periódico La Nación se estaba escribiendo cierto tipo de prosas que hoy en día pudiéramos agrupar como periodismo narrativo. Eso no solo ocurrió en los diarios sino también en las revistas ha sido una tradición constante, yo empecé digamos una genealogía con estos tres personajes pero si uno retrocede, está por ejemplo Tomás Eloy Martínez, que es una figura insoslayable si vamos hablar de periodismo narrativo. De todas maneras en cada uno de los países si uno escarba un poco siempre hay una figura que responde a esta característica. Argentina ha tenido la suerte de haber contado con Rodolfo Walsh, y muchas veces se hablado de que Walsh empezó hacer esto antes de que Truman Capote, de modo de que la tradición latinoamericana del periodismo no viene de EE.UU, aunque se halla alimentado en unos momentos del periodismo norteamericano, sino que tiene su propia tradición y de ahí es donde bebe.
Colombia también lo tiene, García Márquez es uno de los ejemplos.
Así es, pero antes de García Márquez hubo muchos periodistas, a mí en particular siempre me gustó mucho Luis Tejeda, un periodista que murió joven, pero desde sus inicios hacía un periodismo literario.
¿Algunos escritores peruanos que te interesen?
Mira, yo he tenido como un papel dual, he sido editor de revistas pero también he sido editor literario, y hace más de 25 años Julio Ramón Ribeyro parecía una figura indispensable, luego también por amistad toda la generación que se nucleó en torno a Etiqueta Negra, siempre los he seguido como mucho y los sigo ahora, y más que la narrativa a mí me interesaba mucho l poesía peruana, siempre me gustó mucho Javier Sologuren, yo edité un par de libros con Fernando de Szyszlo, que se hicieron en Bogotá, y siempre me había asombrado que Szyszlo no se dedicara más a la literatura, y bueno la publicación reciente de sus memorias creo que nos reveló un imaginaria que es un magnifico escritor. También esta Lucho Hernández, y si uno quiere entender la poesía latinoamericana uno tiene que hacer una estación larga en el Perú.