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CON LA FREDDY EN EL CAPRI DE LA HABANA

1.
Al mediodía, las ‘guaguas’, sí, los buses del transporte público, siguen cruzando la calzada Infanta en los linderos de Centro Habana que luce su edificio emblemático en tono azul y que sigue manteniendo el viejo letrero: Radio Progreso. Cuanta memoria tiene el oído porque desde aquí y hasta el Perú uno escuchaba esos programas en vivo gracias a los receptores marca Philips en el distrito de La Perla en El Callao, en la década del cincuenta, en la casa de mi padrino Juan Rioja. Y unos metros más allá del edificio, como quién avanza a la calle San Lázaro que viene desde La Habana Vieja, está todavía erecta la fachada de la boite Las Vegas. Es un frontis sin mucha gracia pero se anuncia que esa noche habrá show. El ingreso cuesta tres CUC –la moneda de Cuba para los extranjeros equivalente a 0.90 dólares— y me cuenta un vecino que el sitio se ha venido a menos. Que solo llama la atención el show de transformistas y que es punto de reunión para los gay de cerca al malecón habanero.
Debo confesarlo, estoy tras los rastros de Fredesvinda García Herrera, la cantante llamada La Freddy (el “La” se lo puse yo, de puro cariño), una negra como lucero fugaz en las noches de La Habana, a pesar de sus 150 kilos de peso y una increíble voz de contralto, y que se había ganado la vida hasta que llegó al sitio desde su empleo como trabajadora doméstica. A principios de 1959, La Freddy ingresó tanto más al corazón que a los oídos de los habaneros como un tifón poderoso, igual y más que la revolución de Fidel Castro. La figura era tal pero la figura era su voz. Un sonido sobrenatural similar a un terremoto o a una erupción volcánica en el Caribe. Estremecía porque era una voz sin género, ni de mujer ni de hombre, una voz degenerada. Era el canto de mulata aconchabada para enternecer y que venía desde los sótanos más profundos de esa ballena negra que mostraba una sabiduría musical y una avenencia armónica como jamás se había escuchado desde el malecón y más allá de los montes crespos de la isla.
En esos años en que aparece La Freddy en Cuba, el cielo musical era de mujeres. Brillaban con resplandor inusitado cantantes como Elena Burke, La Lupe, Olga Guillot, Omara Portuondo, Celia Cruz, Leonora Rega, Marta Valdés, Celeste Mendoza, Doris de la Torre, Moraima Secada, Marta Strada, Francis Nápoles, Esther Borja, Marta Justiniani, Xiomara Alfaro, Paulina Álvarez, Gina Martín, Ela Calvo, Amelita Frades, Gina León, Juana Bacallao, Isolina Carrillo, Merceditas Valdés, Celina González, Olga Rivero, María Luisa Chorens y Clara Morales ¿sigo? Lo cierto es que ellas fueron verdaderos emblemas de la canción cubana y si La Habana tenía música, esta era cantada por mujeres, más vaginal que visceral y en ritmo de bolero.

La Freddy en los estudios del sello Puchito. La Habana 1960.
2.
Afuera llueve. Siempre llueve en La Habana. Y habíamos llegado con los amigos del barrio del Coppelia en el Vedado. Comenzaba la media noche y nos instalamos en Las Vegas. Alguien me dijo que el sitio es el “Tropicana del pobre”. Le creí, y no era tanto, porque una noche en aquel cabaret no salía menos de 150 CUC. Y de pronto la orquesta se suelta con un bolero y aparece Silvia Calderón, una morena bellísima entrada en años y a quien el presentador llama, “La emperatriz del amor”, y se instala en el tema “Alma con alma” que en realidad no es un bolero sino que está en clave de feeling y que fue compuesto por el maestro Juanito Márquez: “Todo lo que sueño es tan dulce, tan dulce como tú/ Sueño con cositas tan lindas, tan lindas como tú/ Todo lo que ansío es delicias, delicias tan aquí/ Pienso en la más tierna caricia, que darte con amor”. Entonces pedimos otra de ron de 7 años y ya parece la propia eternidad.
Por ratos alucinaba estar en el Casino del Hotel Capri habanero donde Códac, el personaje de la novela Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, encuentra a La Freddy, y era una mujer imaginada y que al mismo tiempo no pertenecía al universo de la ficción sino que fue una mujer de carne y hueso –más de carnes, casi 300 libras, como dicen aquí— y que desgraciadamente fue poco conocida fuera de Cuba. Y que solo grabó un solo disco: “Noche Y Día” con la Orquesta de Humberto Suárez para el sello Puchito Nro. 552, y que fue editado en La Habana en Abril de 1960. La Freddy nació en Céspedes, en la provincia de Camagüey en 1933 y murió en San Juan de Puerto Rico, no de un infarto sino atacada por el corazón, su propio traicionero corazón el 31 de Julio de 1961.
La Freddy cantaba boleros y no necesitaba ni micros ni acompañamiento musical y hago mías las imágenes del buen Códac: “Yo conocí a La Estrella (La Freddy) cuando se llamaba Estrella Rodríguez y no era famosa y nadie pensaba que se iba a morir y ninguno de los que la conocían la iba a llorar si se moría. Es verdad, ella era una mulata enorme, gorda, de brazos como muslos y de muslos que parecían dos troncos sosteniendo el tanque de agua que era su cuerpo”. Así escribe Cabrera Infante o también, mal llamado G. Caín en el español habanero, quien sí se hizo amigo de La Freddy en sus días de noctámbulo y en sus noches de amanecidas y se inspiró en la cantante para crear el mítico personaje de La Estrella: “Todo lo que yo cuento en mi libro Tres tristes tigres y luego en Ella cantaba boleros es muy ficcionalizado. Hay elementos que son imaginarios, como aquello de que se negaba a cantar con orquestas. Eso no era así. Ella quería triunfar. Cantaba con cualquiera. Yo nunca pude establecer con certeza algunos detalles de su vida. O de su muerte”, dice Cabrera Infante.

La Freddy frente al frontis del Casino de Capri y atrapando su cerveza.
3.
Me escapo de Las Vegas como la ‘gran fuga para clave en la menor’ de J.B. Bach. Y tomo Infanta con dirección al malecón en la madrugada y llego a la esquina con Humbold. Ahí está el edificio ahora de tono blanco con ribetes y antes de color verdusco. Ahí, en los bajos, descubro lo que era el Bar Celeste. Ahí, donde La Freddy se aparecía a esta hora, pedía su trago doble y que apaguen la rockola y con su voz andrógina, se ponía a cantar no uno, decenas de boleros. Y se hizo conocida porque la zona además de Radio Progreso –que tenía shows en vivo hasta la medianoche–, estaba rodeada de otros bares, antros y cafés donde ella cantaba hasta que amanecía con ese tinte angustioso del sacudimiento, sólo para que la escuchen que estaba viva y todos los mortales cubanos, de las trasnoches habaneras, sabían de su contralto increíble, y que luego iba a quedar grabado en su refugio personal, y que la compositora Ela O’Farrill plasmó en un tema que se llamó “Freddy” y que ahora lo escucho, sordo de todas sorpresas, aunque ya no haya nadie y ya amaneció.
En la revista Show, la biblia de los noctámbulos de La Habana de mayo de 1959, aparece una crónica donde ya se anuncia la llegada de aquella mesías del bolero: “No era nada ni nadie. No podía serlo. Era sólo una cocinera. Negra y gorda. Descomunalmente gorda. Para colmo, se llamaba Fredesvinda García Valdés. Trabajaba en la cocina de la mansión del Doctor Arturo Bengochea, el presidente de la Liga Cubana de Béisbol Profesional. Cada noche, con un vestido barato y sus enormes sandalias sin tacón, sentada en el Bar Celeste, tomaba ron y escuchaba la máquina de la música. Una noche, apagaron la victrola y le pidieron que cantara. No tuvieron que insistirle. Freddy se sabía todos los boleros. Con su voz de contralto, venida directamente de Dios, los cantaba como nadie. Era como si hubiera vivido todos aquellos amores desdichados. Como si se le fuera la vida en ponerle melodía a los pesares del alma. El bar era frecuentado por artistas y músicos que recalaban en él cuando terminaban de trabajar en los cabarets cercanos. Freddy no permitía que la acompañaran. No necesitaba piano ni guitarra. Le bastaba con su garganta. Cantaba a cappella. Con una insoportable dulzura triste que casi te reventaba el corazón. El que la oyera cantar un bolero, ya no podía olvidar esa voz. Tenía algo que nadie podía explicar con palabras”. (*)
Pero físicamente, qué impresión dejaba La Freddy. Guillermo Cabrera Infante logra su retrato: “Con un vaso en la mano, moviéndose al compás de la música, moviendo las caderas, todo su cuerpo, de una manera bella, no obscena pero sí sexual y bellamente, meneándose a ritmo, canturreando por entre los labios aporreados, sus labios gordos y morados, a ritmo, agitando el vaso a ritmo, rítmicamente, bellamente, el efecto total era de una belleza tan distinta, tan horrible, tan nueva”. Digo yo, que seguramente ella estaría cantando el tema de Ela O’ Farrill: “No era nada ni nadie, ahora dicen que soy una estrella, / Que me convertí en una de ellas / para brillar en la eterna noche”. Cuando la pianista Aida Diestro le dijo que le encantaba su voz y que estaba dispuesta a montarle un buen repertorio y a proponerla para el gran show del Capri, había empezado otra historia. Fue un cuento de hadas rollizas y melancólicas. Ambientado en una Habana que ya había sido condenada por los que se decían sus redentores y que no podía tener un final feliz.

Con Jesús Goris del sello Puchito y con el maestro Humberto Suárez.
4.
En agosto de 1959 debuta en el Casino del hotel Capri. Luego, en los carnavales de 1960, ya formaría parte de un show presentado por la cerveza Cristal en una de las tarimas creadas para realizar bailables y presentar espectáculos durante los festejos. En ese show, la cantante compartió cartel con el cuarteto Los Rivero, Rolando Laserie, la pareja de bailes Anisia y Rolando, Pototo y Filomeno (Sí, Tres Patines y El Tremendo Juez), Las Mulatas de Fuego y Merceditas Valdés, nada menos. En ese marzo, La Freddy está también en Televisión actuando en un programa estelar patrocinado por la marca de tabaco Partagás, nada menos que con Benny Moré y Celia Cruz. Eran sus días felices y seguía cantando “The Man I Love”, de Gershwin y “Night and Day”, de Cole Porter, ambas con letra en español, algo desatinadas, pero según la crítica, ‘convertidas en melodías muy sentidas’. Y en esos días, simultáneamente comenzó la grabación de su único disco que demoró un poco más de tres meses.
Jesús Goris, dueño del sello Puchito, sabía del potencial de La Freddy y la había contratado para grabar un long play con el respaldo de la orquesta de Humberto Suárez. Al principio se editaron sus temas en formato de 45 rpm. Así se producen dos discos con “El hombre que yo amé” (The Man I Love) y “Noche de Ronda”, y otro con “Bésame mucho” y “Tengo”. Pero no todo era felicidad. Ya la revista Bohemia anunciaba, en su edición del 24 de abril de 1960, la salida al mercado del LP-556 del sello Puchito bajo el título “Freddy”, con un penoso diseño de carátula, que en nada hacía justicia a la riqueza musical que contenía. La compositora y columnista Marta Valdés que escribía con el seudónimo de M. Elevé, desde su columna en el diario “Revolución” cuenta que el LP de Freddy ya salió y expon: “Estimamos que para ser un primer intento de sacar esta voz a la calle, el disco se ha concebido con dignidad, se nota en la elección del material el deseo de llegar a todos los gustos –tal vez con demasiada tendencia a caer en lo que pudiéramos llamar “clásicos” de la canción latina”.
Y ahora es mediodía y estoy sentado en el bar “Toke” de la calzada Infanta y 25, converso conmigo mismo sobre La Freddy. Aquí moran los versátiles protagonistas de Tres tristes tigres, aquí se dan cita los otros músicos y los habaneros con noche. Aquí anduvieron los personajes del ocio, el juego y el entretenimiento que hicieron de la isla ese “burdel de los EE.UU:” y recordé que una noche, en el Bar Celeste le pidieron que cantara, apagaron todo y todo fue distinto desde esa vez. Y cierto, y yo estoy aquí, tratando de escucharla y es verdad, la voz potente de La Freddy se escapa por esta, La Habana bombardeada por la belleza de la memoria, y la música de la melancolía. Sin duda, fue en ese mismo tiempo en que se producían las noches íntimas de la Elena Burke con Portillo de la Luz en el Gato Tuerto. En los años que la desenfrenada, La Lupe, alborotaba a todos en el Club La Red, o cuando nacía con todo esplendor en el Salón Rojo del Capri la gran Gina León o en El Sherezada con sus cojines en el piso, sitio habitual de Ela Calvo y de José Antonio Méndez,
5.
Eran los primeros meses de 1959 y el ejército revolucionario de Fidel Castro había llegado al poder. La Habana, no obstante, seguía con su mismo ritmo de vida. Aunque parezca increíble, mientras que La Freddy cantaba en el Bar Celeste, Castro, el líder de los barbudos, descansaba en una suite del piso 23 del hasta ahora llamado, hotel Habana Hilton que quedaba a menos de tres cuadras, en lo que fue su primer cuartel oficial. La sociedad cubana había ingresado a la transición del capitalismo al socialismo. Muchos artistas entonces decidieron emigrar a Miami o México. En esas circunstancias es que La Freddy contó con el apoyo de Jesús Goris, propietario del sello Puchito. A finales de 1960, Goris se mudó a Hialeah, Florida y no retornó jamás a Cuba. Aquel tránsito hacia el socialismo implicó el cierre de numerosos locales. Había que imponer un nuevo modelo y aquel mundo del espectáculo habanero que era uno de los más desarrollados del planeta, se tuvo que cambiar, esa ruptura significó el cierre de muchos puestos de trabajo, no solamente para los artistas, también para los que vivían de ellos.
En esa La Habana mítica, solo quedaba el sonido de su memoria, con su club el Pico Blanco donde Teresita Fernández hacía volar la imaginación, en su Coctel de calle 23 y N, o cuando mucho más temprano, compartía la cena en el bar del Monseñor con el gran Bola de Nieve y mientras que Frank Domínguez descargaba en el Imágenes y la Elena Burke lo hacía con Meme al piano en el Club 21. Así era La Habana de los boleros inmarcesibles donde La Freddy está ahora presente como cuando su voz deambulaba por los portales de calzada Infanta repartiendo su canto raro y hasta el Tropicana, el Sans Souci o el Montmartre, mientras que el Benny Moré hacía de las suyas por el Alí Bar y aquella fiesta parecía de nunca acabar.
Esta parece una posta sepia de La Habana bohemia hasta el tuétano del amanecer, cuando las grandes figuras del espectáculo terminaban su faena desayunando en el Bar Celeste con su rockola o comiendo algunos asados en la plaza de Cuatro Caminos. Y entonces aparece en el bar, con su barra larga, abierta a la vista de la calle y ahí está la mulata gorda, sin otros afeites que no fueran la pulcritud y la sencillez de su atuendo y una seriedad callada, portando siempres un trago de algo ‘en las rocas’ y una caja de cigarrillos Salem, como alguna vez la descriera Marta Valdés. Y yo me presento y ahora me está cantando un bolero allí, a voz en cuello, entonces sólo por el placer que me producía su interpretación, llena de creatividad y explosiones dulces y de jadeos alcanforados en esta noche habanera que jamás quedará olvidada y menos callada.
(Fragmento del libro “El son de La Habana” 2017).
(*) Fuentes y fotos: cortesía de Jairo Grijalba Ruiz, Marta Valdés y Rosa Marquetti Torres.
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Mineros informales bloquean siete carreteras tras ser excluidos del REINFO
La exclusión de más de 50 mil mineros del REINFO expone el fracaso de una política de formalización que nunca llegó a los territorios.

Las tensiones en el sector minero estallaron este lunes 7 de julio, luego de que el Gobierno excluyera a más de 50.000 mineros de la pequeña minería y minería artesanal del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO). La medida ha desencadenado bloqueos en al menos siete vías nacionales, interrumpiendo el tránsito en regiones clave como La Libertad, Arequipa, Cusco e Ica.
El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, señaló que solo 31.500 mineros han cumplido parcialmente con los requisitos del REINFO y deberán completar cinco etapas adicionales antes de diciembre de 2025. Estas incluyen la formalización laboral, acuerdos de acceso a superficie, firma de contratos con los titulares de concesiones y la incorporación al nuevo Fondo Minero, un mecanismo diseñado para canalizar recursos hacia el desarrollo sostenible del sector.
Por su parte, la presidenta Dina Boluarte justificó la exclusión afirmando que cerca de 45.000 mineros llevaban más de cuatro años sin avanzar en su formalización, a pesar de una prórroga otorgada desde noviembre de 2024. Además, se identificaron 1.500 casos de uso irregular de permisos, incluyendo su alquiler o tercerización en zonas ya concesionadas, lo que habría generado conflictos legales y sociales.
Siete carreteras bloqueadas
De acuerdo con el último reporte de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), todas las interrupciones en vías nacionales están vinculadas directamente a protestas por parte de mineros informales y pequeños productores. El monitoreo realizado en coordinación con la Policía Nacional, Defensa Civil y concesionarias viales muestra las siguientes rutas afectadas:
Trujillo – Agallpampa – Quiruvilca (km 121), La Libertad: interrumpida por huelga de mineros.
Longitudinal de la Costa Sur (km 443), Ica, Nasca: bloqueada por protesta de la Confederación Nacional de Pequeña Minería.
Mara – Velille (km 37+600), Cusco, Chumbivilcas: vía cerrada por manifestación de mineros artesanales.
Mara – Velille (km 121), Cusco, Chamaca: nuevo punto de bloqueo reportado por la misma confederación.
Costa Sur (km 619), Arequipa, Chala: interrupción por movilización de pequeños mineros.
Costa Sur (km 782), Arequipa, Camaná: manifestación de pobladores vinculados a la minería informal.
Sierra Norte (km 129+500), La Libertad, Quiruvilca: protesta de mineros artesanales.
La situación genera serias afectaciones al transporte de carga, alimentos y personas, además de evidenciar un problema estructural no resuelto: la informalidad minera y la incapacidad del Estado para implementar una política de formalización efectiva y sostenida en el tiempo.
Desde el Gobierno, el mensaje es claro: quienes no cumplan con los pasos establecidos quedarán fuera del proceso. Sin embargo, la falta de acompañamiento técnico, la demora institucional y la débil presencia estatal en zonas mineras explican en parte el fracaso de la formalización. Hoy, esa deuda estalla en las carreteras.
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Miguel Ángel Requejo: una ‘tentativa de homicidio’ que exige justicia
La jueza Kharla Orellana Sánchez dictó nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo, acusado de embestir con su camioneta en el restaurante ‘El Charrúa’.

En un país donde la impunidad muchas veces se confunde con indulgencia, el Poder Judicial ha ordenado nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo Astochado, el sujeto imputado por tentativa de homicidio calificado, omisión de socorro y otros cargos, tras haber embestido con su vehículo el restaurante «El Charrúa», en La Molina. Este hecho, que dejó cuatro heridos y cuantiosos daños materiales, pudo haber terminado en una tragedia de dimensiones mayores.
La noche del miércoles 2 de julio, Requejo Astochado —según la acusación fiscal— condujo y estrelló su automóvil directamente contra el establecimiento gastronómico, poniendo en grave riesgo la vida de comensales y trabajadores. Entre los lesionados figuran Augusto Fernando Ramengui Quintanilla, Mario Rodolfo Barbacci Quintanilla, Aníbal Aliaga Masías y Dante Ricardo Consiglieri Chávez. Más allá del impacto físico y económico, lo ocurrido revela una profunda irresponsabilidad criminal que hoy intenta disfrazarse de arrepentimiento.
Durante la audiencia, la fiscal Karen Rosario Cueva Quispe fue categórica: el acusado no solo huyó de la escena sin brindar auxilio a los heridos —lo cual evidencia su desprecio por la vida ajena— sino que además tiene antecedentes por lesiones dolosas. A pesar de autodenominarse empresario, no presentó prueba alguna de arraigo laboral. ¿Cómo confiar entonces en que no intentará fugar del país?
Lo más llamativo, sin embargo, fue el cambio de actitud del imputado al escuchar la decisión de la jueza Kharla Orellana Sánchez, quien finalmente acogió el pedido fiscal, dictando 9 meses de prisión de preventiva y dispuso su reclusión hasta abril de 2026. En ese momento, el acusado rompió en llanto y pidió perdón entre balbuceos, apelando a la conmiseración con frases como «El restaurante es como mi casa» o “no sé qué pasó, perdí mis lentes”.
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Técnicos de la FAP son investigados por robar componentes aeronáuticos en Iquitos
Grave escándalo en la Fuerza Aérea del Perú: red de corrupción, robo de componentes aéreos y presuntos vínculos con sicarios comprometen al Grupo Aéreo N.º 42 en Iquitos.

Por Jorge Linares
El pasado 7 de enero del presente año fue hallado el TIP FAP Boris Meléndrez Seminario en una situación comprometedora con una caja conteniendo diversas piezas pertenecientes a las aeronaves DHC6-Twin Otter Series 300/400, dentro de uno de los almacenes del Grupo Aéreo N° 42 en la ciudad de Iquitos.
Asimismo, se pudo comprobar que no es la primera vez que el TIP FAP Meléndrez incurre en estos actos perniciosos contra la Fuerza Aérea del Perú, como consta en la carpeta fiscal N° 1328-2024, donde se le investiga por ser el único responsable de la pérdida de 4 componentes aéreos: 2 unidades FCU (unidad de control de combustible) y 2 unidades gobernadores de hélices, valorados aproximadamente en medio millón de dólares.
Según las investigaciones de este caso, llama la atención que dos de los testigos claves —el TIP FAP Ronal Borbor Reátegui y el TC3 FAP César Vega Paredes— expresan contradicciones con respecto a la presencia de ambos en un área restringida como es el almacén de alto costo.

De acuerdo con las investigaciones por parte de la Policía y el Ministerio Público, se viene descubriendo más nombres relacionados a otros hechos similares y se puede vincular con una organización criminal dentro de la institución aérea, porque estas personas se han valido de los servicios de un sicario para atentar contra la vida del personal denunciante o de cualquier persona que atente contra sus intereses. Esta afirmación lo corroboró el SO3 FAP Gonzalo Jesús Espinoza Camacho en una colaboración notarial (16 de julio de 2024) al verse descubierto y ser parte de esta estructura criminal, como consta en la carpeta fiscal 17-2025, derivada de la carpeta fiscal 1161-2024.
El SO2 FAP (r) Carlos Andrés Burgos Huapaya, quien en su momento fue abogado de los implicados, manifestó que había dejado de llevar la defensa legal del SO3 FAP Anghelo Albornoz Córdova porque era indefendible ante las evidencias que hay en su contra por haber envenenado al perro guardián para ingresar sin autorización al hangar del Escuadrón de Mantenimiento N° 426 del Grupo Aéreo N° 42 el 13 de julio del 2024 a las 3:40 a.m. y que contó con la participación de los técnicos TC3 FAP César Vega Paredes, SO2 FAP Julio Gonzáles Ramírez y el sicario, quien hasta la fecha no está identificado; pero hay una probabilidad de que sea un mal miembro de la PNP del grupo terna. Burgos también aseveró que este robo de piezas de aviones es una práctica antigua en el Grupo Aéreo N° 42.

Desde el inicio de las investigaciones hasta la fecha, ninguno de los investigados se presentó a dar sus declaraciones, dejando entrever una posición obstruccionista y sospechosa para esclarecer estos hechos execrables que son materia de investigación, a excepción del SO3 FAP Gonzalo Jesús Espinoza Camacho, quien se ratificó de su primera manifestación en la sede policial y fiscal. Todos los implicados pertenecían al área de mantenimiento de motores del Grupo Aéreo N° 42 y ya fueron dados de baja, a excepción del TIP FAP Ronal Borbor Reátegui, quien pidió de manera voluntaria su pase a retiro, despertando mayor sospecha en su persona ya que tenía una carrera militar ascendente.
Es de mucha valía que las autoridades del Ministerio de Defensa y de la Fuerza Aérea del Perú, brinden importancia a este escándalo de corrupción dentro de la institución aérea, porque más allá del evidente robo millonario que le vienen haciendo al país estos malos efectivos, perjudican de manera directa la gran labor social que realiza el Grupo Aéreo N° 42 en la Amazonía peruana.
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Pisaq y Tipón bajo amenaza: turistas defecan en nuestro patrimonio por falta de baños
Una denuncia ciudadana revela que, por falta de baños y señalización, turistas estarían utilizando zonas arqueológicas como letrinas

Hay actos que no solo denotan ignorancia, sino un desprecio inconsciente –y por eso más brutal– por la historia que nos sostiene. Lo que está ocurriendo en los Parques Arqueológicos de Pisaq y Tipón no es una simple anécdota escatológica, como algún burócrata desganado podría resumir en un parte olvidable. Es, en verdad, una forma sutil y cruel de profanación.
El 29 de junio, según denuncias de guías turísticos, visitantes defecaron y orinaron entre las piedras sagradas de nuestros ancestros. Y no lo hicieron por rebeldía o vandalismo gratuito, sino porque no hay baños. Así de sencillo. Así de grotesco.
La escena sería cómica si no fuera tan trágica: turistas desesperados, buscando dónde aliviarse, mientras la brisa andina arrastra los ecos de un pasado glorioso convertido en letrina. ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo es posible que un país que se llena la boca hablando de su riqueza patrimonial no sea capaz de instalar un baño seco, una letrina digna, un mísero cartel que diga “por aquí no”?
El problema no es nuevo. Lo nuevo es la frecuencia con la que se repite, la indiferencia con la que se recibe, y la absoluta desidia de quienes deben solucionarlo. La Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, órgano que debería velar por estos santuarios, parece vivir en un letargo administrativo. La escasa señalización, la falta de personal de resguardo y la inexistencia de puntos de información para los visitantes no son fallas técnicas: son síntomas de una renuncia institucional a proteger lo que nos define.

Pero la responsabilidad no termina ahí. El Ministerio de Cultura, que debería ser la conciencia vigilante del país, se ha convertido en una oficina de trámites opacos, más preocupada en sostener convenios insólitos con asociaciones ufológicas que en evitar que las ruinas se llenen de heces.
Lo que ocurre en Pisaq y Tipón no es solo un atentado físico contra las piedras: es una erosión simbólica. Cada micción entre muros incas es una bofetada a nuestra identidad. Cada excremento, una prueba de que el Estado se desentiende de su misión civilizatoria. Porque eso es, al final, el patrimonio: un recordatorio de que venimos de algo más alto que nosotros mismos.
No basta con declarar la indignación. Urge que el Estado reaccione, que asigne presupuesto, que entienda –de una buena vez– que la defensa del patrimonio no es un lujo, sino una urgencia nacional. Que los caminos del turismo no pueden estar sembrados de basura, ni los templos ancestrales convertidos en urinarios.
Si no somos capaces de proteger ni siquiera las huellas de quienes nos precedieron, ¿cómo aspiramos a dejar alguna huella nosotros?
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Respuesta a Carta Notarial de Hotel Casa República
El gerente general del ‘Hotel Casa República’ envió una carta notarial requiriendo que se rectifiquen las supuestas expresiones falsas y difamatorias publicadas en una nota periodística del 17 de junio en nuestra web. Esta es la respuesta de Lima Gris.

Llegó a nuestra redacción una carta notarial fechada el 25 de junio de 2025, recibida con fecha 2 de julio del presente, enviada por el gerente general del Hotel Casa República, señor Juan José Mendoza Arredondo, en la que se nos requiere la rectificación de una nota periodística publicada el 17 de junio de 2025 en el portal digital de la revista Lima Gris, titulada: “Barranco y el ruido del Hotel Casa República”, bajo el argumento de que la misma contendría afirmaciones «falsas y difamatorias».
Al respecto, como medio de comunicación debidamente constituido y en ejercicio legítimo de la libertad de prensa, respetuosamente expresamos lo siguiente:
- Libertad de información y de expresión protegidas constitucionalmente
La publicación realizada por Lima Gris responde a la labor periodística de informar sobre hechos de interés público, en este caso, las quejas y preocupaciones de vecinos del distrito de Barranco respecto al impacto de ciertas actividades nocturnas en su entorno urbano y patrimonial. Esto se encuentra amparado por el artículo 2 inciso 4 de la Constitución Política del Perú, que reconoce el derecho fundamental a «buscar, recibir y difundir información de toda índole por cualquier medio de comunicación». Este derecho no solo ampara a los periodistas, sino también a la ciudadanía que tiene derecho a ser informada.
- Veracidad y sustento de la información publicada
Contrario a lo afirmado en su carta notarial, la publicación en mención no contiene expresiones difamatorias ni afirmaciones falsas. La información difundida ha sido elaborada con base en fuentes verificables, incluyendo testimonios directos de residentes, material audiovisual y reportes ciudadanos disponibles en redes sociales y otras plataformas. En ningún momento se ha atribuido de manera maliciosa o con intención de dañar, la generación de «escándalos nocturnos» al hotel sin fundamento fáctico.
- No existe animus difamandi
El contenido publicado se enmarca en un ejercicio legítimo de crítica y fiscalización periodística. Como lo ha sostenido reiteradamente el Tribunal Constitucional del Perú y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el debate público admite expresiones incluso severas cuando se trata de asuntos de interés común. La publicación no ha tenido como propósito afectar la imagen de su representada, sino evidenciar un problema urbano percibido por un sector de la comunidad.

- Exigencia desproporcionada y amedrentamiento a la prensa
La amenaza de iniciar acciones penales y civiles en caso de no acceder a un pedido de «rectificación total en 24 horas» constituye una forma de censura indirecta y presión indebida sobre la libertad de prensa, prohibida por el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Resulta preocupante que un actor privado pretenda condicionar la labor informativa mediante la judicialización de contenidos críticos.
- Posibilidad de réplica o descargo
Como corresponde a un medio que respeta el pluralismo, reiteramos que el Hotel Casa República pudo ejercer su derecho a réplica en el mismo portal, en vista que pudimos comunicarnos telefónicamente con el gerente Juan José Mendoza Arredondo, y cuyas versiones fueron debidamente transcritas en la misma publicación en calidad de descargo.
Por lo tanto, no existe obligación legal de rectificar contenidos que han sido redactados de buena fe, con base en hechos y bajo un interés informativo legítimo. En consecuencia, rechazamos el requerimiento de rectificación exigido en su carta notarial.
Sin otro particular, reafirmamos nuestro compromiso con el periodismo independiente, crítico y respetuoso del estado de derecho.
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Sujeto embiste su camioneta en conocido restaurante porque local lo había expulsado debido a que se encontraba presuntamente bajo los signos del alcohol [VIDEO]
Miguel Ángel Requejo Astochado ahora será denunciado por tentativa de homicidio.

Un demente al volante. La noche de ayer, comensales del restaurante ‘El Charrúa’, ubicado en el distrito de La Molina, previo el incidente, indicaron que Miguel Ángel Requejo (51 años), había discutido con los mozos del local, quienes procedieron a expulsarlo ya que el sujeto había ingerido bastante alcohol y estaba incomodando a los demás comensales.
Minutos después, el sujeto se sube en su moderna camioneta para conducir sin frenos hasta la fachada del local, colisionando sin importarle que adentro se encontraban personas consumiendo.
Producto del salvaje impacto resultaron heridas dos personas, además del daño material ocasionado por el irresponsable conductor.
Uno de los afectados mencionó que procederá a denunciar penalmente a Requena, calificando el hecho de tentativa de homicidio, tildando además de “enfermo mental” al ebrio chofer, quien no paraba de gritar en todo momento, relata el agraviado, que era un magnate y podía hacer cualquier cosa.
«Ya está detenido. Es un enfermo mental. Esto es un intento de homicidio. Nosotros estamos pidiendo la cuenta y pagando. En un principio estaba sentado y me levanté no sé cómo segundos antes de que el carro se empotre por eso que estaba a un costado e igual me hizo volar», detalló a Canal N.
En tanto, el restaurante ‘El Charrúa’, lamentó el incidente ocurrido anoche, manifestando que colaborará directamente con la Policía para suministrar las grabaciones dentro del local.
«Desde ‘El Charrúa’, reafirmamos nuestro firme compromiso con la seguridad y el bienestar de todos nuestros clientes y colaboradores. Como medida preventiva y con el objetivo de reforzar nuestros protocolos internos, hoy miércoles 3 de julio permaneceremos cerrados», indicaron.
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Clínica Delgado-Auna responde a sanción de Susalud por filtración del historial médico de Shakira
Centro de salud privado indicó que el caso se encuentra en “proceso de revisión” y que apelará multa de más de 600 mil soles.

Quieren ir hasta las últimas. La Clínica Delgado-Auna recientemente emitió un comunicado respondiendo a la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) por el caso que los involucra con la cantante colombiana Shakira. Al respecto, indicaron que dicho caso aún se encuentra en “proceso de revisión”, pues no existe hasta el momento una resolución final.
Como se recuerda, en febrero pasado, el historial clínico de la cantante barranquillera fue divulgado públicamente por personal de ese centro de salud privado, constituyéndose una grave vulneración a la confidencialidad de los datos de las personas, sean nacionales o extranjeras.
Es así que Susalud le impuso una multa a la clínica equivalente a S/668,750 por la difusión no autorizada del parte médico de la cantante Isabel Mebarak Ripoll, mejor conocida como Shakira.
Al respecto, la Clínica Delgado-Auna también indicó que apelará la millonaria sanción, argumentando que el caso se encuentra bajo evaluación por el Tribunal de Susalud, contando para ello con 15 días hábiles para presentar formalmente su impugnación.
“Clínica Delgado presentará la impugnación correspondiente para que el caso sea evaluado por el Tribunal de SuSalud, conforme lo establece el debido proceso, confiando en la solidez de los argumentos que nos respaldan. Cabe señalar que contamos con un plazo de 15 días hábiles para impugnar”, concluye el comunicado.

Actualidad
Fiscalía investiga a Johny Isla y a Jeanette Águeda Gutiérrez por caso ‘Líneas de Nasca’
El Ministerio Público abrió una investigación preliminar contra los dos funcionarios de la DDC de Cultura de Ica y el alcalde de Nasca, William Jorge Bravo Quispe, por presunto atentado contra las Líneas y geoglifos de Nasca, Patrimonio Mundial de la Unesco.

El Primer Despacho de la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de Nasca, a cargo del fiscal provincial José Alejandro Meléndez Curasi, ha iniciado una investigación preliminar de 60 días —con posibilidad de ampliarse— contra dos funcionarios de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Ica y el alcalde de la Municipalidad Provincial de Nasca. Están siendo investigados por los presuntos delitos de atentado contra monumentos arqueológicos, omisión de deberes funcionales y abuso de autoridad, en agravio del Estado Peruano.

Los involucrados son la arqueóloga Jeanette Águeda Gutiérrez Achulla, responsable interina de la DDC de Ica, Johny Augusto Isla Cuadrado, arqueólogo responsable del Sistema de Gestión Nasca-Palpa de dicha dirección; y William Jorge Bravo Quispe, actual alcalde de Nasca.

La investigación se origina tras la modificación del área de reserva arqueológica de las Líneas y geoglifos de Nasca y Palpa, declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco. Esta zona protegida fue delimitada inicialmente en 1993 y reafirmada en 2004, cubriendo un total de 5,633.47 km². Sin embargo, una reciente resolución viceministerial —la N° 000128-2025-VMPCIC/MC, firmada a fines de mayo por la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa Silva— redujo esta área a solo 3,235 km². Es decir, se recortaron 2,397 km² de territorio protegido.
La denuncia sostiene que esta reducción no cumplió con los procedimientos legales requeridos. Además, acusa que la resolución habría sido emitida como una “maniobra falaz” para encubrir posibles irregularidades.

El Ministerio Público investiga si la resolución favoreció intereses mineros. Se han detectado petitorios mineros en las zonas que quedaron fuera de la protección, así como posibles vínculos familiares y políticos entre los involucrados. También se denunció la exclusión de más de 100 sitios arqueológicos, y se presume la existencia de una red político-económica que habría actuado para facilitar la reducción del área protegida con fines de lucro y tráfico de terrenos.
Este caso surge semanas después de que el ciudadano Leonardo Favio Rojas Escajadillo denunciara ante la Fiscalía Especializada de Restos Arqueológicos y Monumentos de Nasca y Palpa a varios altos funcionarios, incluyendo al ministro de Cultura, Fabricio Valencia, y a la viceministra Novoa Silva.

En la acusación también figuran el director de la DDC de Ica, Injante Tipismana; Miriam Moquillaza Ramos; Johny Isla; Henmer Alva Neyra; el gobernador regional Jorge Hurtado Herrera; Javier Borjas Olaechea; el alcalde William Bravo Quispe y el ministro de Energía y Minas, Jorge Luis Montero Cornejo. Sin embargo, la Fiscalía por el momento inició investigación preliminar contra las tres personas indicadas en la introducción de esta nota.
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