Juan Bonilla (España), ganador de la I Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, acompañado de J.J. Armas Marcelo, director de la Cátedra Vargas Llosa. Foto: Lima Gris
La noche del jueves último se celebró en Lima la clausura de la I Bienal Mario Vargas Llosa, acaso el evento cultural-literario más importante de este año, dada la significación y trascendencia del mismo a nivel mundial. Fue el escritor español Juan Bonilla, autor de la novela “Prohibido entrar sin pantalones” quien se llevó el premio equivalente a 100,000 dólares y una escultura realizada por Fernando De Szyszlo en una noche inolvidable.
Pocas veces se ha podido tener en Lima una reunión tan importante de escritores como la que se dio la semana pasada: Javier Cercas, Juan Gabriel Vásquez, Alberto Salcedo Ramos, Camilo Hoyos, Leila Guerriero, Piedad Bonet, Rosa Montero, Sergio Ramírez, Arturo Fontaine, Héctor Abad Faciolince, Edmundo Paz-Soldán, J.J. Armas Marcelo, Fernando Iwasaki, Pilar Reyes, Jorge Eduardo Benavides, Alonso Cueto, entre tantos otros escritores y cronistas nacionales y extranjeros, todos ellos en plena vigencia creativa e importante presencia en el medio literario internacional.
Alberto Salcedo, Mario Vargas Llosa, Rosa Montero, Raúl Tola, Piedad Bonet y Leila Guerriero. Foto: Lima Gris
Las mesas que se armaron a lo largo de la semana estuvieron de lo más interesante: El reto de la lectura en el mundo actual, El futuro de la literatura, La creación literaria hoy, La novela latinoamericana: balance y perspectivas, Crónica y narrativa autobiográfica, Escribir literatura en un mundo tecnológico, La nueva narrativa latinoamericana, Vivir para escribir, La creación literaria en el mundo contemporáneo, Literatura de la violencia, y, finalmente, Literatura, historia y política, esta última previa a la ceremonia de clausura y que reunió a Javier Cercas, Sergio Ramírez, Alonso Cueto y Fernando Ampuero, quien actuó de moderador.
Javier Cercas, Fernando Ampuero, Sergio Ramírez y Alonso Cueto, en la mesa sobre literatura, historia y política. Foto: Lima Gris.
Tras la última mesa de la Bienal salió al escenario la extraordinaria Cecilia Barraza, que coqueteó con el nobel al recordarle que había leído “El héroe discreto” con emoción, pues en sus páginas el personaje principal estaba enamorado de Cecilia Barraza, a quien escuchaba por la radio, y que tenía (en la ficción) 20 años. Pues bien, dijo, ahora que tengo 61 años recién cumplidos, vuelvo a esas páginas para seguir siendo joven y hermosa. Y entonces cantó, como solo sabe hacerlo ella, “Cardo y ceniza” de Chabuca Granda, “El membrillito” del maestro Andrés Soto, y “Silvia”, un yaraví escrito por el poeta arequipeño Mariano Melgar, que mereció posteriormente las palabras del Nobel por los recuerdos evocados.
La extraordinaria cantante Cecilia Barraza deleitó al público con tres temas donde lució su voz. Foto: Lima Gris.
Mención aparte merece la presentación del Grupo Nacional de Folklore, que deleitó al público con una serie de bailes tradicionales que, presentados en un gigantesco retablo ayacuchano, terminó con un Huaylas impresionante, un derroche de energía, coordinación y talento de todos los muchachos y muchachas que conforman este gran elenco.
El Grupo Nacional de Folclor en impresionante despliegue artístico. Foto: Lima Gris.
Fueron 324 novelas escritas por autores de 17 nacionalidades diferentes las que se presentaron a esta primera edición de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, premio que aspira a convertirse en uno de los más importantes en lengua española y que ya ha sido comparado en prestigio con el Booker Prize. En este concurso participaron los títulos originales en español publicados entre 2012 y 2013, siendo las finalistas «Prohibido entrar sin pantalones«, de Juan Bonilla; «En la orilla«, de Rafael Chirbes; y «Las reputaciones«, de Juan Gabriel Vásquez.
Fue el Presidente de la Universidad Técnica de Ingeniería, Eduardo Hochschild Beeck, quien inició el acto de premiación contando la forma en que nació la idea de convocar a una Bienal de calidad, alcance y prestigio internacional; le tocó luego el turno a la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, para darle luego paso a José Manuel Blecua, Director de la Real Academia de la Lengua Española, quien fue interrumpido por Mario Vargas Llosa para “prolongar el suspenso”. En su intervención, MVLL bromeó sobre su amistad ya longeva con J.J. Armas Marcelo, director de la Cátedra que lleva el nombre del Nobel peruano y responsable también de la coorganización de esta I Bienal. Finalmente entonces se dio a conocer el nombre del ganador, elegido por un jurado compuesto por la escritora brasileña Nélida Piñón; José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española; Christopher Domínguez Michael, ensayista y crítico mexicano; David Gallagher, ensayista y crítico chileno; y Marco Martos, presidente de la Academia Peruana de la Lengua: el escritor español Juan Bonilla, quien se acercó al estrado en medio de un mar de aplausos del público asistente.
Momento de la premiación a Juan Bonilla, por su novela «Prohibido entrar sin pantalones», que obtuvo la bolsa de 100,000 dólares y una escultura de Szyszlo. Foto: Lima Gris.
En su breve discurso, un emocionado Bonilla dijo citando el poema “Ello es que el lugar donde me pongo” de César Vallejo: “En lo que es la vida, / no puedo evitar de decírselo a Georgette, / a fin de comer algo agradable y salir, / por la tarde, comprar un buen periódico. / Guardar un día para cuando no haya, / una noche también, para cuando haya”. Tras los aplausos del público, agregó: «En España tenemos un dicho para explicar algo inconmensurable; por ejemplo, cuando comparamos a Messi con Cristiano Ronaldo, decimos: ´Messi es mejor que Cristiano Ronaldo de aquí a Lima´. Bueno, esta noche yo soy el hombre más feliz de aquí a Lima».
Foto: Peru.com
Nosotros también estamos felices, porque se acaba de instaurar en Lima un evento internacional que cada dos años la convierte en la capital de las letras hispanoamericanas, y todo esto gracias a la Cátedra Vargas Llosa. Sin embargo hay que mencionar que a pesar de la presencia de estos autores y de lo interesante de las mesas, la afluencia del público joven fue escasa, tanto en el auditorio del MAC como en las Universidades, una lástima porque este tipo de eventos es algo que se ha venido reclamando desde hace muchísimos años, y ver entonces este desinterés (incluso en las facultades de letras de las Universidades donde se dictaron varias de las mesas), o ver la inexplicable (por ahora) asistencia a la premiación en el Gran Teatro Nacional (donde tuvieron que pedirles a los desperdigados asistentes de los pisos superiores que bajaran a la primera planta porque se veía francamente vacía) es algo que a uno lo pone a pensar en cuán importante es recuperar espacios culturales mediante eventos que no solo generen atención sino que además promuevan el debate y el enriquecimiento intelectual de cada uno de los asistentes. Esta primera edición de la Bienal Vargas Llosa deja otras preguntas en el aire, pero nos ha dejado sobre todo, esa emoción positiva de haber participado de un evento cultural histórico, y que se repetirá en el tiempo para los nuevos lectores.
Se espera más asistencia en una próxima edición de la Bienal. Foto: Lima Gris.
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