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Opinión

Frescuras

Lee la columna de Carlos Rivera

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Respondía Blanca Varela a un cuestionario de Jorge Coaguila acerca de sus comienzos en este bello arte y luego de explayarse en los grupos de su generación (la Generación del 50, Watanabe, Sologuren…) agregó algo con audaz categoría: “De la misma forma respondo cuando me preguntan si hay poesía femenina. La poesía es una sola, la buena, la que funciona».

De esta manera nos enfrentamos a este breve poemario Polaridades (2024) de Vanessa Ponce del Carpio quien aparece en el inquieto escenario poético arequipeño donde últimamente abundan pastiches y pocos sugestivos esfuerzos. Talvez merezcan   un poco de atención, pero ni asombro ni envidia por sus caridades creativas. Si a un simple repaso un poemario no cautiva nuestros sentidos o se pierden en los ejercicios retóricos, sobrecargas de figuras o verbalismos entonces es inútil su lectura o el esfuerzo en intentar capturar los valores que deben emerger de toda creación artística.

Pero en el poemario de Vanessa arremeten las cargas introspectivas, lo que ella denomina como “un código emocional catártico y revelador” en su presentación. Leamos unos de sus versos de este primer poema CORPOREA:

Mis sesos se fríen en aquella hornilla.

Soy un imán de tus mentiras

enamorada e infectada,

me alimentas con los restos de tu corazón.

Revestir un melodrama en un verso es un trabajo de énfasis y sentidos: de plasticidad, sencillez y armonía para capturar en aquella conmoción que trastoca la sinceridad de la poeta (su intimidad) pero no la utiliza para gritar su vulgar dolor cotidiano, sino que condiciona los versos que ha dispuesto a un horizonte de canto delirante que sea revelador, transgresor y sobre todo estético. Ese es el fin de la poesía. Todo lo demás son arrebatos o caprichos. En este trabajo vemos acercamientos sutiles, esfuerzos (aunque sencillos) de lenguaje. Leamos RETRUM:

Golpea más fuerte,

quiero entender tus puntos de vista

empuña mis pequeñas manos

 y agítame con fuerza

antes de arrojarme a la inconciencia.

Aquí vemos el yo poético construido sobre los cimientos de una experiencia. No redunda ni cae en el delirio de la sinrazón, sino que intenta su maravillosa revelación.

En los consecutivos versos desborda el amor, la mística, cromatografía, tradición, el cuerpo, la religión, el placer, la existencia y un primitivo erotismo que puede alcanzar en posteriores trabajos una interesante propuesta. Pero el candor o la nostalgia abrazan algunos versos, y con sencillas pero robustas metáforas logran capturar el mensaje:

No hay disfraz cuando estoy contigo

 y la luna tierna como madre

se esconde en su velo

para mostrarme el amanecer.

Este último verso me recuerdan a la mirada de miel que clamaba Abrahán Valdelomar en “El hermano ausente en la cena pascual”.

En este pequeño todo de palabras (amasijo de historias) hay un diligente oficio de creadora. Un comienzo motivador por la lozanía de sus versos y ensayo experimental. Su delicado estilo va germinando el nacimiento de una artista que asume que “cada poema es un instante” y esta poesía repitiendo a Blanca Varela, simplemente funciona. Por eso aplaudimos a esta “criatura eclosionada en primavera”

*Leído el martes 16 de abril en la presentación realizada en la Biblioteca Lee K’ana de la provincia de Espinar, Cuzco.

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Following, de Christopher Nolan (1998)

Lee la columna de Mario Castro Cobos

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Los caminos del Señor y los caminos del crimen son igual de extraños (con lo cual no deseo insultar a quienes tienen una pasión religiosa por el crimen, o por el cine criminal, como tampoco deseo insultar a quienes tiene una pasión, de tan intensa, casi criminal por la religión). Y el camino que seguiría Nolan, que se anuncia en Following de manera tan elocuente, tiene algo de milagro, de experiencia sumamente satisfactoria, aún más si se piensa en que fue hecha con nada, con tan poco. ¡Las condiciones desfavorables pueden favorecerte! Y lo contrario también es cierto…

En este trabajo, previo a Memento -y tengo que decir algo que tal vez suene obvio, y es que Memento a mi parecer señala la cumbre de su filmografía-, el cine negro despliega sus múltiples encantos (la película luce fresca y arraigada en una tradición) con una admirable economía de recursos. Si la trama es retorcida (preñada de fundidos en negro como suavísimos saltos al vacío) como cuando un alumno inteligente quiere deslumbrar al punto de olvidarse de las grandes posibilidades de lo que tenía entre manos, ya ves muy claramente la personalidad de Nolan. Se avizora al director ambicioso que con empeño y suerte puede comerse el mundo.

Pero nada o poco de la indagación de la mente de un escritor o, al menos, la mente de un voyeur muy decidido a husmear en los pliegues más sexys o más míseros del prójimo. La apertura de los primeros minutos es muy prometedora en este sentido. Como un inicio de novela justamente… y esa será la película que nunca veremos. Esa premisa de deliciosa e imparable voracidad que se siente tan atractiva y que creo que era el camino que había que seguir ¡adonde te llevara!, se queda atascada en dos personajes, el escritor inocente que sigue desconocidos para jugar a conocerlos y así llenar las inquietas páginas vírgenes; y el criminal de verdad, cuya curiosidad está subordinada a su muy fuerte y segura vocación delictiva.   

El Caballero Nolan parecía querer ser un super héroe del cine, luego resulta que solo quería ser un super héroe de la taquilla, eso sí, con su maleta llena de trucos, algunos mejores que otros… pero el genio y el ingenio, aunque se crucen en los caminos no son lo mismo.

Película

https://m.ok.ru/video/678479202950

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Vagabunda, Sin techo ni ley, de Agnès Varda (1985)

Lee la columna de Rosa Cáceres Hernández

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Por Rosa Cáceres Hernández

“Sin techo ni ley” es una película de ficción realizada por la cineasta francesa Agnès Varda. El film nos hace reflexionar sobre la libertad, a través del cuerpo de Mona, quien es hallada muerta apenas empieza la película.

Luego el film recapitula, a través de algo semejante a la entrevista documental de quienes la conocieron, sus últimos meses de vida. Ellos miran la cuarta pared, a la cámara, a nosotros, los cómplices de todo, acerca de sus impresiones de quién fue esta especial mujer.

-Mona es una chica francesa marginal que vive en la calle, lleva lo puesto y su mochila y una carpa para acampar por donde la pille la noche-.

Su inadaptación la lleva a andar sin rumbo, algo que, sin embargo, pese a su precariedad, disfruta, pues ella no transa su autonomía, algo que reitera con frecuencia en el transcurso de la película.

Sus vínculos y sus amigos generalmente son gente pobre como ella, campesinos y migrantes, con quienes intercambia pan, vino y protección.

El personaje, construido magistralmente por Sandrine Bonnaire, dibuja un carácter arisco, pero en busca de un silencio iconoclasta y volátil que roza el aura angelical. Las personas con las que se encuentra en su periplo parecieran crueles y despiadados, materialistas, muertos en vidas rutinarias y esclavizantes, sobre todo cuando hablan de ella, que pareciera cada vez más viva en sus memorias.

Pese a que no se baña, Mona parece más liviana y fresca en comparación con los otros personajes que llevan una vida “normal”. Mona huele peor pero los otros son corruptos y ladrones con perfumes caros.

Agnès Varda a través de Mona, boicotea el proyecto de progreso y trascendencia narcisista, y por lo tanto representa todo lo opuesto a lo que la mayoría pretende: bienes materiales, estabilidad, trabajo. Su planteamiento es vivir el presente, sin intentar ningún tipo de exitismo; al contrario, el personaje se enfoca en el silencio constante, desprovisto de demandas. Su única pretensión es el aquí y ahora, sin pasado, su biografía es borrada de la película, no sabemos de dónde viene y por supuesto, sin proyecto de futuro, pues menos sabemos a dónde va.

Encontramos una analogía en el libro Calibán y la bruja de Silvia Federici. (2004), apología que describe a las tribus indígenas errantes en el medievo, quienes fueron perseguidas y exterminadas por la élite y la iglesia católica por tener conocimientos de brujería, no ser productivos, llevar una vida nómada y creer en distintos dioses.

El título “Sin techo ni ley” funciona como una analogía en la que justamente en este proceso se llevaron a cabo los primeros juicios de la inquisición, instaurando el refinamiento en el área de las leyes y el conocimiento de la legalidad como institución monopolizada por el poder.

Por tanto, podríamos decir que la directora recrea en Mona un personaje atemporal, situándolo antes de este hecho histórico, pero en un contexto contemporáneo, es decir desfasada y por lo tanto desencajada de todo el engranaje del sistema biopolítico actual.

El cuerpo de la marginal es violado y agredido constantemente, es obvio que Mona morirá, por cualquier motivo, porque los seres que han tenido contacto con ella apenas pueden entender la inmensidad de una revolución en sus vidas, dejarlo todo y lanzarse a un mundo lleno de riquezas y gozo, cual paraíso terreno, que perfectamente podría ser el actual; pero que, lamentablemente, está bajo la jurisdicción de la propiedad privada de unos pocos.

 Es por ello que Varda hace un relato circular y toma la muerte como punto de partida, como diciendo: “No voy a darles la sorpresa de que Mona muera repentinamente. Mona ya está muerta porque entre todos la hemos matado”.

Lejos de darnos una lección altruista, Mona es el despojo del sí mismo a la suerte del universo; entrega su cuerpo al sacrificio, haciendo autostop, “creyendo siempre en el otro” ofrece la inocente libertad, sus ganas de llegar a aquel lugar donde pueda cultivar papas sin horario. Mona se entrega a los dioses para agonizar en una zanja invadida por el frío, que le congela por fin la vida terrena -por la cual tampoco siente tanto aprecio- después de una fiesta dionisíaca en un pueblo perdido al norte de Francia, y luego de mendigar algo de pan, algo que por supuesto nadie (nosotros) le da.

Lo que percibimos a través de este personaje, es nuestro arquetipo libre y rebelde, que pareciera absolutamente inalcanzable en un mundo patriarcal y egoísta.

Se ha catalogado a esta película como cine feminista y es verdad, son innumerables las mujeres violadas por querer vivir sus vidas en solitario, haciendo autostop pero, más allá de eso, “Sin techo ni ley”, es una oda a la libertad, hacia una utopía ya muerta, representada por Mona, congelada en una zanja.

Película

https://m.ok.ru/video/7852403722809

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Mario Vargas Llosa (1936-2025)

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Ha muerto Vargas Llosa nuestro premio Nobel y también de España y República Dominicana, último país que le entregó la nacionalidad en 2023.  Escritor de libros emblemáticos como La ciudad y los perros, la casa verde, Conversación en la Catedral y otros. Y gran propagandista de las ideas liberales desde Tatcher hasta la derecha chicha de Alberto Fujimori, su antiguo rival electoral en 1990. Escritor monárquico como Eliot o ultra-francoderechista como Cela.

Fue participe de escándalos como el premio “Rómulo Gallegos”, dinero que habiendo prometido donar a Cuba y que más bien le sirvió para comprarse una casa en Los Pulpos, barrio residencial playero al sur de Lima. El caso Uchuraccay donde MVLL era el presidente de la comisión investigadora llegó a conclusiones inverosímiles: los comuneros asesinaron a los periodistas porque confundieron las cámaras fotográficas con armas de fuego, controversia que se acentuó cuando se revelaron los rollos de Willy Retto (periodista del desaparecido “Observador”) y se ve en la foto que hubo diálogo previo a la matanza; esta visión cavernícola nunca fue aceptada por los especialistas ni por la opinión popular y marito se ganó las críticas por su ineficiencia.

Su apoyo a los banqueros en el sonado caso de la estatización de la banca empujado por Alan García en su primer desastroso gobierno. Quizá otro hecho escandaloso fue el que se nacionalizara español cuando perdió las elecciones de 1990 —y motivo por el cual también lo celebraran allá— cuando más se le necesitaba como intelectual en la lucha contra Fujimori. Otros escándalos menores quedan en la memoria, el asunto del ojo moreteado que le dejó a García Márquez o el caso de la tía Urquidi con quien tenía un entuerto por asuntos de derecho de autor con la novela “La tía Julia o el escribidor”. Su fracaso como político (y, también, como cineasta) terminó por empujar al novelista a no salirse de la pluma y el papel en una perseverancia que ha merecido el saludo de muchos escritores y de quienes lo admiran.

En este último tiempo, después de su fracaso con la socialité Isabel Preysler, se la pasó revisitando sus otrora lugares emblemáticos como La Catedral, ese célebre bar de la avenida Alfonso Ugarte, el colegio militar “Alfonso Ugarte” y también el jirón Huatica. Antes de morir dejó dicho que quería una ceremonia fúnebre en privado sin ceremonias.
Sus libros le sobreviven. 

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Vargas Llosa: La dictadura del resentimiento. ¿Por qué callan las escritoras?

Son innumerables los homenajes a Mario, pero resaltan también unos silencios casi paradigmáticos. Escritoras canónicas y autores jóvenes develan un hedor en el ambiente literario progresista. ¿Por qué?

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¿Mario en la era de la cancelación?

Especial sorpresa genera no ver en los perfiles de Instagram de autoras canónicas como Enríquez, Ojeda o Schweblin una minina referencia a la partida Mario. Quiero pensar que tal vez en otra red social se me desmiente, pero resulta hiriente esta aparente ley del hielo al suceso cultural del año, la muerte del último sobreviviente del Boom. Quiero pensar que me equivoco y que la autora de Huacoretrato, la peruana Wiener si posteó un storie que sus 24 horas de vida no me ha permitido encontrar a ver. A ella a la que Mario abrazó con cariño una vez hace no tanto tiempo.

Me objeto el considerar la memoria como algo obligatorio, pero soy rencoroso y al tratarse de un autor al que otro autor difícilmente puede resultarle ser ignorado (¿Qué escritor hispanoamericano ignoraría el aprecio literario que merece Conversación en la Catedral?), me resulta todo esto sintomático de otra cosa. De la brecha de autores jóvenes y no tanto que viven felices el puritanismo asfixiante de la cancelación hacia todo lo que discrepe con un pensamiento unidimensional. Y esto no se trata de izquierdas y derechas, va más allá, es la creación de un culto al resentimiento hecho dictadura. Y cuando hablo de resentimiento se muy bien de lo que hablo. Hay algo de Fernando Navales en todo esto.

Incluso el acérrimo Hildebrandt compartió una evaluación dura pero justa hacia el escritor: «Inevitable y necesario comenzar por MVL (…) De su conservadurismo extremo no va quedar sino la pena de quienes queríamos admirarlo sin fisuras y en todo momento (…) Es evidente que nadie alcanzó las alturas narrativas de Mario, ni Mario mismo, Ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en la catedral (…)  Yo estudié en colegio militar pero recién cuando leí La ciudad y los perros me enteré de que se trataba el colegio militar».

Tal vez ese querer amar una memoria sin fisuras es la razón que devela tanto odio. Las personas no son monumentos, esa es la gracia de ser humano. Y por último las estatuas más bellas son las griegas, precisamente porque están rotas como nosotros por dentro y fuera. Cómo nos hace falta leer a De Prada, para vernos en un espejo negro tal y cuál somos.

Si hasta los políticos lo han conmemorado:

Boric lo retrató como «escritor gigante y demócrata». Sheimbaun reconoció lo obvio, «hay que reconocer a un gran escritor», Sánchez de España lamentó la perdida del «maestro universal de la palabra». Y Macron dijo algo no dicho sobre ningún otro autor latinoamericano, «Mario Vargas Llosa fue de Francia, por la Academia, por su amor a nuestra literatura y a lo universal». Esto solo demuestra lo pequeña que es la mezquindad de quienes se aferran a la discrepancia sacrificando la literatura. Porque en lo político Mario era demócrata, denunció años atrás al libertario Alex Káiser al rechazar una dictadura menos mala pues Castro y Pinochet resultaban lo mismo frente a la libertad.

Quizá es el periodista Federico Castillo de Uruguay quien deja claro la naturaleza del ataque a MVL en este tiempo, como lo dejo bien claro en su cuenta en X:

«Si vas a poner algo sobre la muerte de Vargas Llosa fíjate que quede recontra bien claro que vos lo bancabas como escritor pero no por sus ideas políticas, no sea cosa que haya confusión y la gente se quede con la idea de que al final sos un falso progre. Ojo».

Pero especial atención genera el encono a veces expreso, pero sobre todo tácito en el silencio de algunas autoras mujeres comercialmente establecidas pero al parecer políticamente adversas. Es como si reconocerle algo de mérito a Mario fuese una causa de vergüenza.

Más allá de lo político, lo que los culturetas no le perdonan a MVL es haber tenido éxito. Traducido a 30 idiomas con millones de lectores. En fin, este es un oficio lleno de envidiosos. 

Hay quienes reclaman un boom también de mujeres que no ha terminado al sobrevivir un par de nombres, sin embargo… Desengáñense sus señorías, el boom eran 4 personas, Fuentes de México, Cortázar de Argentina, Márquez de Colombia y Vargas Llosa en Perú. Ese movimiento es una creación impulsada por Barral y la señora Carmen Balcells. El boom terminó. 

Escritores y periodistas fieles a la honestidad intelectual 

Escritores como la española Irene Vallejo que lo recordó con gran afecto, la peruana Mariana de Althaus que compartió esa entrañable foto de Mario con su pandilla de autores peruanos. La también peruana Kareen Spano que lo recordó cuando Mario fue a verla actuar en la obra el loco de los balcones. Hay muchos, son muchos los que lo celebran, lo recuerdan con cariño más allá de toda polémica. Son más las personas que lo han querido en este último momento por encima de toda diferencia política para quedarse con Mario Vargas Llosa el escritor. Aquí un breve recuento de algunos escritores del mundo que lo despidieron con afecto:

El periodista uruguayo Fernando Medina tuvo palabras preciosas para Mario: «se terminó la segunda mitad larga del siglo XX para las letras”. Lo describió como un autor biblioteca y además destacó su faceta de novelista histórico de Latinoamérica.

Magaly T. Ortega, la chica de Chismesito literario no estuvo ajena a conmemorarlo en redes en sus stories. Tan solo ver lo que nos compartió, el quiosco mexicano con todas las portadas de los periódicos mexicanos con el rostro de Mario Vargas Llosa. Es un gran homenaje, nos hizo ver a todos sus lectores dispersos lo imponente que resulta su ausencia. México lo celebraba en su prensa como si el que hubiese muerto Octavio Paz. Perú puede ver en esas impresiones algo que no volverá a tener en poco o mucho tiempo, y es haber gozado de un Embajador como ninguno.

Simón Soto escritor de Chile compartió un artículo brillante:

«Uno se pregunta cómo llegaba a esos entramados, qué ocurría en la cabeza del escritor para encontrar el diseño estructural de Conversación en La Catedral, por ejemplo, donde las temporalidades se deforman, se pliegan y se abren en torno a esa jornada de cervezas y revelaciones, saltando al pasado y volviendo otra vez al que es posiblemente el diálogo más indeleble de la literatura latinoamericana, ese donde las palabras agrias de Zabalita y el negro Ambrosio exponen el horror latinoamericano como una condena persistente y arquetípica».

En Perú pocos son los jóvenes lectores valientes que le rinden un homenaje con tanto amor como es el del periodista y poeta Martin Carrasco, quien jamás renegó de su amor a la obra de Mario. Quizá las suyas sean las palabras más sentidas, las que estoy seguro perdurarán una vez el odio que ennegrece a tantos lectores peruanos haya muerto:

«Hablo de esa generación que se atrevió a soñar con Macondo, a buscar a la Maga en las calles más húmedas, a cuestionar las victorias y las derrotas de la Revolución mexicana desde los ojos de Artemio Cruz. Hablo también de esa generación que nos hizo asomarnos a los muros del colegio castrense Leoncio Prado para hablarnos de sus miserias y heroísmos, al lado del Poeta, el Jaguar y el Esclavo (…) Lo leí con esmero desde que descubrí las primeras páginas de Zavalita cruzando la Colmena. Continué con el barrio de Huatica y con la Pies Dorados. Compré y leí todo cuanto pude de él. Varias veces me pregunté por qué me sentía tan atraído hacia su biografía y su obra. Y es que me hacía feliz pensar que uno puede escapar de las garras de un padre tirano. Me hacía feliz compartir sus novelas con amigos. Me hacía feliz ver un amor tan desmedido por una vocación: la literatura. Y lo perseguí cuantas veces pude. En la Universidad de Lima, en librerías o en cuanta presentación tuviera en el Perú. Salté de mi cama aquella vez que me enteré de que había ganado el Nobel, y el país parecía haberse reconciliado con su escritor más premiado. Alguna vez pude darle la mano un par de veces y hablarle cuanto me lo permitió la timidez y la emoción. Aquella segunda vez fue en la firma de libros de una novela suya. La presentación era abierta al público, pero antes hubo una reunión privada a la que fui invitado por el jefe de la librería. Recuerdo que regresé emocionado a contarle a mi abuelito mi gran hazaña, y él me sonrió: sabía cuánto significaba para mí. Hoy ya no están ninguno de los dos, pero les agradezco haber estado».

Finalmente, el escritor católico chileno Rafael Gumucio describe en Mario a la naturaleza del escritor hispanoamericano, es decir de escritor y político:

«Una sola cosa en común tienen todos los premios Nobel latinoamericanos: fueron o quisieron ser escritores de vanguardia y fueron o terminaron por ser hombres políticos. Es, por lo demás, lo que suele reprochárseles: a Neruda su comunismo, a Paz su lucidez, a Vargas Llosa su liberalismo. Es lo que les impide ser figuras de consenso en sus propios países. Si todos esos genios se hubiesen dedicado solo a escribir –dicen los amantes de la literatura pura, de la pura literatura–, si no hubiesen cantado a Stalingrado, no hubiesen sido candidatos a presidente, si no hubiesen pasado su tiempo alimentando polémicas y fatigando cuerpos diplomáticos, si les hubiese gustado menos el poder y más los libros otro gallo nos cantaría a todos sus seguidores (…) El boom solo se puede comparar a la llamada edad de oro de la novela rusa. Vargas Llosa, Donoso, Edwards y García Márquez solo tienen parangón con Gógol, Tolstói, Turguénev y Dostoievski, una generación o dos de escritores y de libros que de un momento a otro pusieron en primer plano de la historia una literatura, la rusa, hasta entonces completamente marginal. La censura a los libros de ensayo (que se disfrazaron de novelas) y la crítica básicamente política de Belinski marcó ese brusco florecimiento. En Rusia, como sucedería entre nosotros, la conspiración política fue una forma de arte, y la literatura una forma de conspiración política. (…) ¿Es de verdad la política el pecado que debemos perdonarles a nuestros premios Nobel o es quizá la marca de fábrica de nuestra literatura? Lo que la hace la heredera más leal de las preocupaciones y los sueños del siglo XIX es que la novela pretendía contar la vida privada de las naciones. En Bélgica la vida interior puede ser apasionante y la política banal. Sucede todo lo contrario en Perú, Venezuela e incluso Chile. En el centro cívico de sus respectivas capitales es difícil no encontrarse con la vitalidad desnuda, temible a veces, apasionante, que en otras latitudes algunos buscan en drogas alucinógenas y en pesadillas intertextuales. (…) La vitalidad de la literatura latinoamericana nace en parte de su relación convulsa con esa otra rama de la ficción que es la política. Vitalidad es quizás, justamente, lo único que uno podría echar en falta en las nuevas generaciones de escritores latinoamericanos, llenas de talentos seguros y probables. A primera vista, y a riesgo de apresurarme, diría que en ella sobran aciertos y faltan errores. La consagración de Mario Vargas Llosa, con sus logros y sus extravíos, sus obras de teatro, sus candidaturas, sus novelas y sus reportajes, vuelve a probar que no hay otro destino para quien escribe en este continente y en este idioma que asumir todos los riesgos hasta el final. Vargas Llosa confirma así que toda la gracia –y mucha de la desgracia– de nuestra literatura consiste en que escribir aquí es todavía una aventura».

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Opinión

Ministro Morgan Quero fracasa frente a la deserción escolar

Politólogo con estudios en Francia tiene una mediocre gestión en el Ministerio de Educación. Cifras demuestran que solo 180 000 peruanos han retomado sus estudios, frente a casi 9 millones que aún carecen de una educación básica concluida.

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En el marco del vigésimo aniversario de la Educación Básica Alternativa (EBA), el Ministerio de Educación (MINEDU) ha difundido con entusiasmo una nota de prensa destacando que “más de 180 000 personas retoman sus estudios gracias a la Educación Básica Alternativa”. Lo que evidencia el reconocimiento del fracaso y el desinterés que le han puesto a la gestión de Morgan Quero a la política educativa de deserción escolar, que debería ser protagonista para la lucha contra la pobreza y la precariedad del empleo.

Sin embargo, más allá de la cifra que pretende ser alentadora, urge analizar con objetividad y crudeza el verdadero alcance de la modalidad Educación Básica Alternativa y el papel que el Estado ha desempeñado —o dejado de desempeñar— en la reducción de la brecha educativa en el Perú. ¿Se dan cuenta de la magnitud de este fracaso? Solo 1 de cada 55 ciudadanos en situación de deserción escolar ha logrado reincorporarse al sistema.

Peor aún, el discurso institucional peca de triunfalismo: se habla de “oportunidades”, de “certificaciones” y de “beneficio económico para las familias”, pero nada se dice sobre la alarmante tasa de deserción dentro del mismo sistema EBA, CEBAs públicos con aulas vacías, son el reflejo de la ausencia de una política sostenida de seguimiento y acompañamiento a quienes retornan.

¿Acaso el Ministerio de Educación busca deliberadamente el fracaso de los CEBA para justificar su futuro cierre? ¿Están preparando el terreno para culpar a los CEBA por una política pública deficiente que nunca tuvo el apoyo real del Estado?

El Ministerio de Educación prefiere ignorar una realidad, mientras celebra «logros» que son apenas gotas en un océano de negligencia, lo cierto es que los CEBA siguen operando con recursos escasos, infraestructura limitada, escasa difusión pública y una planificación curricular descontextualizada, la actual es similar a la de Educación Básica Regular y nada tiene que ver con las necesidades de la modalidad. ¿Cómo puede una política educativa ser efectiva si quienes deberían beneficiarse de ella ni siquiera conocen su existencia?

La realidad es aún más escandalosa cuando profundizamos en los números. Si consideramos que existen 1,400 CEBAs públicos y solo 18,000 estudiantes regresaron a las aulas durante el 2025, estamos hablando de un promedio de 12 estudiantes por CEBA al año. ¡Doce!

¿Dónde está la inversión real? ¿Dónde están las campañas masivas de información? ¿Dónde está el presupuesto digno para la modalidad EBA, y para docentes que trabajan en condiciones precarias? Si una persona se desangra y le ponemos una curita, ¿merecemos felicitaciones? Eso es exactamente lo que hace el Ministerio con su nota de prensa triunfalista. El paciente — la Educación Básica Alternativa— necesita cirugía de emergencia, no banditas ni publicidad engañosa.

La deuda educativa de este gobierno, se refleja en vidas truncadas, en talentos desperdiciados, en generaciones condenadas a la precariedad laboral. Es preocupante que, a 20 años de su creación, la EBA siga siendo tratada como una solución paralela y no como parte integral del sistema educativo. El Ministerio de Educación no puede seguir presentando como éxito lo que en realidad es el reflejo de un Estado ausente, incapaz de atender con justicia a quienes fueron históricamente excluidos de la educación básica regular.

Las cifras no mienten: el 98% de las personas que abandonaron a la Educación Regular aún permanecen fuera del sistema educativo. No basta con abrir aulas o firmar convenios; se necesita una política nacional intersectorial de gran escala, sostenida, con inversión, seguimiento y enfoque territorial. Conmemorar 20 años del servicio sin una autocrítica profunda, sin un plan de emergencia nacional, y sin escuchar a los propios estudiantes y docentes que luchan día a día en condiciones adversas, es no solo una omisión, sino una burla.

Necesitamos un plan de emergencia nacional para la Educación Básica Alternativa, un presupuesto real, docentes capacitados, ¿Cuántas capacitaciones promovió el Minedu para los docentes de Educación Básica Alternativa en el año 2024 y 2025? Ninguna.

Los CEBA necesitan dejar de estar albergados en IE del nivel secundaria. Es urgente una infraestructura exclusiva para los 1400 CEBA públicos, y un currículo que responda a las necesidades reales de la EBA. Porque si no actuamos ahora, dentro de otros veinte años estaremos lamentando las mismas cifras, celebrando los mismos fracasos, mientras millones de peruanos siguen esperando que algún día su derecho a la educación sea más que un artículo olvidado en una constitución que nadie cumple.

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Opinión

La caída de los traidores: Justicia histórica para Ollanta Humala y Nadine Heredia 

Hoy es un día que quedará grabado en la memoria del Perú. La justicia, esa que tantas veces nos ha fallado, esa que ha sido burlada por los poderosos, hoy ha hablado con firmeza. Quince años de prisión efectiva para Ollanta Humala y Nadine Heredia no son solo una sentencia; son un mensaje claro: las traiciones, la corrupción y el abuso de poder tienen consecuencias.

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Por: Jorge Paredes Terry

Ollanta Humala llegó al poder vendiéndose como el adalid del nacionalismo, como el defensor de los más pobres, como el hombre que iba a cambiar el Perú. Pero su gobierno no fue más que una farsa. Traicionó sus ideales, traicionó los preceptos del nacionalismo que decía defender y, sobre todo, traicionó al pueblo peruano.  Junto a Nadine Heredia, convirtieron la política en un negocio sucio, en un mecanismo para enriquecerse a costa de los sueños de millones. 

El dinero de Odebrecht manchó sus manos, pero también manchó su alma. No contentos con haber defraudado al Estado, intentaron burlar a la justicia, creyendo que su impunidad sería eterna. Pero hoy, la verdad ha triunfado. Hoy, los fiscales valientes, aquellos que no se doblegaron ante el poder, aquellos que investigaron sin miedo, han logrado lo que muchos creían imposible: que los corruptos paguen**. 

Este fallo es histórico. No solo por la condena en sí, sino por lo que representa: el Perú ya no aguanta más la corrupción.  Ya no somos un país donde los poderosos roban y salen impunes. Esto es un triunfo de todos los peruanos honestos, de aquellos que denunciamos cuando nadie más lo hacía, de aquellos que no nos callamos ante la injusticia. 

Hoy el Perú celebra porque hay esperanza. Porque, a pesar de todo, la justicia peruana ha dado un paso firme hacia la recuperación de nuestra dignidad.

Los que luchamos desde el principio, los que no nos vendimos, los que creímos en un país mejor, hoy podemos decir con orgullo: No fue en vano! La justicia tarda, pero llega. Y hoy, por fin, ha llegado.

El largo proceso judicial contra Ollanta Humala y Nadine Heredia: Crónica de una condena histórica.

Los orígenes del caso: Dinero de Odebrecht y campañas sucias

Todo comenzó a destaparse con los escándalos de Lava Jato y las confesiones de ejecutivos de Odebrecht, que revelaron una red de sobornos a políticos latinoamericanos. En el Perú, se descubrió que la constructora brasileña había entregado millones de dólares en coimas para ganar contratos públicos. 

En el caso de Humala y Heredia, las investigaciones se centraron en los US$ 3 millones que Odebrecht habría entregado para financiar sus campañas electorales de 2006 y 2011. Estos fondos nunca fueron declarados, violando las leyes de transparencia y financiamiento político. 

El Ministerio Público, liderado por fiscales como Germán Juárez Atoche y Rafael Vela, recopiló pruebas contundentes: 

– Testimonios clave: Excolaboradores de Odebrecht, como Jorge Barata, confirmaron los pagos ilegales. 

– Documentos financieros: Se rastrearon transferencias y cuentas opacas vinculadas a Humala y Heredia. 

– Declaraciones de arrepentidos: Exmiembros del Partido Nacionalista admitieron el manejo irregular de fondos. 

A pesar de las defensas dilatorias y los intentos de Humala y Heredia por desacreditar a los fiscales, la investigación avanzó.

El proceso judicial, que comenzó formalmente en 2017, estuvo lleno de obstáculos: 

– Intento de sobreseimiento: La defensa argumentó falta de pruebas, pero el Poder Judicial rechazó sus pedidos. 

– Cambios de estrategia: Humala y Heredia pasaron de negar todo a alegar que los fondos eran «donaciones privadas». 

– Presión mediática: Hubo acusaciones de persecución política, pero los jueces mantuvieron su independencia. 

Finalmente, el Tercer Juzgado Penal Colegiado condenó a 15 años de prisión al expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia por lavado de activos, en el caso de los aportes ilícitos al Partido Nacionalista Peruano. Ambos estarán recluidos en penales hasta el 28 de julio de 2039.

Esta sentencia es histórica porque: 

Demuestra que ningún poder es intocable (ni siquiera un expresidente) Refuerza el trabajo de fiscales y jueces independientes, sienta un precedente para otros casos de corrupción.

Aunque Humala y Heredia apelarán, el Perú ha dado un paso gigante en su lucha por la justicia. Hoy, más que nunca, queda claro: el que roba y traiciona, tarde o temprano, cae. 

¡Viva la justicia! ¡Viva el Perú!

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Catedral Vargas Llosa

Lee la columna de Julio Barco

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A veces me pregunto qué épocas fueron positivas para los escritores. Pensemos en el Siglo de Pericles o el Renacimiento, donde el apoyo de los mecenas pudo conseguir un buen afianzamiento artístico, y facilitar el desarrollo del arte.

Sin tiempo para realizar el arte, no hay arte. Y la sociedad actual no da tiempo para el proceso artístico. En ese sentido, se observa que la vida de un escritor es una lucha contra la adversidad. Y eso es lo que pienso hoy sobre Vargas Llosa: cómo luchó contra todo lo que impedía que su obra se realizara. Si bien Mario tuvo un talento extraordinario, también la suerte lo ubicó en el camino. Si suerte y talento van de la mano, el resultado es genial.
No todos los escritores peruanos tuvieron la suerte del Nobel. Ahí donde un escritor vive de sus obras, hay otros miles que malviven y que aguardan en las sombras. Sin ir muy lejos: ahora mismo hay un escritor peruano llamado Guillermo Gutiérrez que después de ocho días sigue en la Morgue a la espera de saber si será enterrado o arrojado a una fosa, ¿qué pasa con el Ministerio que no realiza una gestión al respecto? Y ningún canal de televisión sacará la nota, ni reproducirá el caso. Así son los matices de la realidad. Y esto no implica mezclar lo público con lo artístico: lo que interesa es el arte, la obra artística.

El Nobel fue neoliberal acérrimo, el Tío Factos un anti sistema. Y lo que interesa, al final de cuentas, es su trabajo artístico. Porque uno puede ser comprometido con cualquier causa, pero carece de talento. Este Perú tiene tantos contrastes. Y esta noche, en la muerte de Vargas Llosa, los siento, huelo, palpo, sintetizo. ¡Cuántos talentos se perdieron en esta realidad hostil! El Perú se devora así mismo. Y eso es lo que me fascina de la vida de Vargas Llosa: el triunfar como escritor en un mundo donde pocos lo consiguen. Entre sus obsesiones de juveniles —la obra de Sartre, las novelas de literatura erótica francesa, la prosa de los surrealistas, los poemas de Germán Belli, las obras de Borges— el acercamiento a Rubén Darío fue significativo.
Tanto Darío (padre del Modernismo) como Mario (fundamental en el Boom) fueron lectores de Víctor Hugo (iniciador del romanticismo francés). Mario le dedicó su tesis universitaria, un trabajo apadrinado por Porras Barrenechea. Y si uno lee esa tesis con pausa se dará cuenta de los vínculos entre ambos creadores: búsqueda de un mestizaje creativo, forma sobre fondo, reinvención de la tradición, escritura desde la lectura constante y creativa.

He ahí el eco de las figuras que representaron cada uno en su época. Víctor Hugo tuvo una despedida multitudinaria, igual Darío, pero Mario afirma que desea algo privado. Los tres son escritores que pueden iluminar tres siglos de literatura, y destacan por sus aportes literarios como por la vastedad de su literatura. A ese dúo podemos agregarle un mar de influencias y lecturas que se sintetizaron en La verdad de las mentiras y sus ensayos literarios Historia de un deicidio, La utopía arcaica, La orgía perpetua, etc.

Pienso en los escritores que no tienen ni tumba donde apretujar sus huesos, pienso en el Perú sin Ministerio de Cultura, pienso en el Perú lleno de sicarios, pienso en la escritura como una liberación al caos social y la realidad que vivimos, pienso en la literatura en medio del infierno. Pienso en lo mucho que me fui alejando de su obra, en cómo mi vida cambió al leer algunas de sus tantas obras, y después me alejé. Pienso que el último libro que leí de Vargas Llosa me enojo. Me enojó porque dejaba mal parado a los poetas. Pienso en lo fácil que resulta atacar al Vargas Llosa anciano recibiendo una medalla de Dina y pienso en también lo difícil que resulta separar al autor de la obra y valorar solo las obras y dejar al autor de lado. Pienso en Borges anciano. Pienso en Vargas Llosa anciano. Pienso en la curiosa coincidencia de que Vargas Llosa haya muerto el mismo día en que nació Jorge Eduardo Eielson.

Pienso en este Perú dividido entre fujimoristas y el resto. Y si no piensas igual, no perteneces ni eres válido. Pienso en muchos escritores con mucho talento que ninguneaban a Vargas Llosa por ser de derecha, o por escribir “baja literatura”, o por envidia. Pienso que si perdemos la palabra (es decir, la literatura) estamos jodidos. Pienso, ¿en qué momento se jodió el Perú?
¿Y qué importa eso?

Lo que importa es qué hacer al respecto. Y cómo seguir. Eso.

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Opinión

Vargas Llosa y Piura una simbiosis de vida

Lee la columna de Edwin A. Vegas Gallo

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La partida física al eon eterno, del peruano universal y Laureado Nobel de Literatura JORGE MARIO PEDRO VARGAS LLOSA, deja un vacío difícil de llenar en la novela peruana y latinoamericana.

Él mismo, con ocasión de su investidura de Doctor Honoris Causa, en la Universidad Nacional de Piura, reconocía la influencia de Jean Paul Sartre (filósofo, dramaturgo y escritor francés, autor de El ser y la nada, que en 1964 rechazó el Premio Nobel concedido por la Academia Sueca); como su gran maestro e inspirador por su pasión sobre la novela.

Asimismo, en su clase doctoral hace 23 años atrás, explicó el cordón umbilical que lo unía a Piura, a pesar que solo vivió 18 meses, en distintas etapas de su vida adolescente y juvenil. Fue precisamente en Piura la inspiración señera para sus primeras contribuciones literarias como Los Jefes, Los Cachorros y la Casa Verde, que hicieron entrar a Piura, en la historia de la literatura universal.

Piura y el Nobel mantuvieron una relación simbiótica, que el Laureado en su discurso de investidura, lo explicó así: “las personas con las ciudades son tan misteriosas, como las que tienen con otras personas. Hay ciudades que nos caen simpáticas y hay ciudades que nos son antipáticas. Hay ciudades que pasan en nuestra vida sin dejar casi una huella en la memoria y hay otras en cambio que se graban profundamente y se quedan para siempre allí, ciudades cuyos recuerdos luego se incorporan y pasan a formar parte como un ingrediente esencial en nuestras vidas”.

Así eran las ciudades de Piura para el Nobel, a quién acompañé en su periplo por Paita, Sullana, Chulucanas, Morropón; quedando gratamente encantado con la gastronomía, cerámica y el escenario paisajístico de sus valles, a decir de él no gestionados por sus autoridades para locaciones de películas.

Gracias MAESTRO MARIO VARGAS LLOSA, por tu obra literaria fecunda llena del misticismo de las ciudades piurana en la que alternas te y que te encumbraron a la eternidad.

Ahora sólo queda que las generaciones jóvenes conozcan y les enseñen tu obra, tal como desde la Universidad Nacional de Piura creamos la cátedra MARIO VARGAS LLOSA, para que tu pensamiento literario y político, inspirado en la libertad pregonada por tu mentor Sartre, quede en la memoria hasta la última generación de peruanos.

DESCANSA EN LA PAZ ETERNA LAUREADO NOBEL.

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