Cultura
Entrevista a Nicolás López-Pérez, escritor y poeta chileno
Lima Gris conversó con el escritor chileno sobre el panorama de la poesía latinoamericana y la difusión de la cultura en la era digital.

Nicolás López-Pérez es una actualidad de las letras del sur latinoamericano. Nacido en Rancagua (Chile) hace treinta y dos años, representa, por su obstinado estudio y esfuerzo, una realidad y una figura a observar con detenimiento. Viene publicando poemarios de ambicioso estilo, traduciendo poesía y publicando a diferentes autores a través de su contraeditorial Astronómica. Realizamos esta entrevista vía online para todos los lectores de Lima Gris.
Hay una ausencia de lecturas y conocimientos de la poesía chilena en nuestro país; por eso mismo, me gustaría empezar con este punto: si un lector se aventura a conocer la poesía chilena de los últimos años, ¿cómo deberíamos orientarnos?
Me parece preocupante el diagnóstico de la ausencia. Es probable que el panorama lo tengas más claro que yo. A mí me da la impresión que, en cuanto a poesía, el Perú es un lugar bastante letrado. El hecho de conmemorar cada 15 de abril el día del poeta nacional es ya un logro, aunque sepamos que conmemorar —en estos tiempos— es un espectáculo a veces forzado, otras banal. La conmemoración termina agotándose en su continuidad repetitiva y en los procesos de individuación. En fin, de seguro en el Perú se conocen los monumentos de la poesía chilena como Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha y Pablo Neruda. En lo que respecta a la «poesía de los últimos años» me resulta impertinente empezar a chorrear nombres y, más aún, moldear a un lector a partir de un canon personal y basado en mis propias afinidades. Cada generación, cada década tiene su poeta institucional, su poeta polémico, su poeta meloso. Si el desconocimiento es cómo dices, sería un poco infructuoso partir por gente que está en el tramo de los cuarenta años como Héctor Hernández Montecinos o Ernesto González Barnert (ambos editados por la colección digital de la Municipalidad de Lima). Dos poetas que en nada se parecen. Uno rupturista que arma y desarma el poema y la poesía a gusto en vista de la obra. El otro, en cambio, que mantiene ese registro conversacional, coloquial y con chilenismos, aunque muy apegado a lo que se cree es o parece ser un poema. Casi un poeta pop, a veces con reminiscencias al imperialismo cultural gringo o inglés. Yo no lo leo desde la nostalgia. Mucho más infructuoso sería hablar de jóvenes posnoventistas (como dijera la escritora española Luna Miguel para los nacidos en la década finisecular) como Fernanda Martínez Varela o Marcelo Nicolás Carrasco, dos poéticas que han aprendido a construir sobre las ruinas lingüísticas de sus predecesores. De lo infructuoso, de lo improductivo, una poética como crítica del lenguaje, como vehículo de afectos politicos o bien, como una experiencia estética agradable. Nombres hay cientos, insisto, sin embargo, quien esté interesado podría bucear en la etiqueta “poesía chilena” o en cualquiera de las subetiquetas ad hoc, presentes en la mediateca la comparecencia infinita. Pienso que la curatoría es incompleta, pero útil para hacer conexiones. Los lectores se crean a partir de encuentros, casualidades e inquietudes. No quisiera darle a ninguno la excusa para guarecerse en una zona de confort. Los y las poetas están, lo próximo es descubrir y bailar.
En relación a tu trabajo poético, vemos que vienes de una etapa muy vanguardista, para irte decantando por una poesía más sencilla en apariencia, aunque no en hondura, ¿te gustaría contarnos sobre tu itinerario poético último? ¿Sigues trabajando en esa línea? Cuéntanos de tu presente literario.
La otra vez leía una entrevista a un poeta chileno cuyo oficio era el de soldador. Él contaba que un amigo suyo le hacía el paralelo entre la composición de un poema y el valor de la soldadura como enlace. Lo encontré ingenioso. Pensé en esas tareas de una asignatura escolar que se llamó técnico manual y luego, educación tecnológica. No sé si aún existirá, le he perdido la pista y solo ahora vuelve a mí retroproyectada para ilustrar. El profesor del ramo nos pidió una pistola para soldar y soldadura. A decir verdad, nunca fui bueno para las manualidades, pero sí me pareció interesante ver cuando la soldadura se calentaba y se derretía hasta ser una suerte de pegamento hecho de metal. En la adolescencia tuve un amigo que reparaba los audífonos que se echaban a perder de un lado. Lo hacía con soldadura. Parece una buena metonimia para explicar el trabajo poético, aunque yo solo he hecho cosas burguesas para sobrevivir. Cuando partí escribiendo en serio, en sociedad y con una consciencia crítica y nada autocomplaciente de lo que hacía, estaba bastante equivocado. Publiqué una plaquette-libro que iba en una dirección indeseada, obnubilada por un contramensaje, o sea, todo lo que no quería transmitir. Pareció que escribir poemas de amor, pero ya no buscar el amor en la realidad, hizo que el ejercicio escritural para mí no tuviera sentido. No obstante, de ahí comenzó una incursión literaria interesante y que dio paso, a lo que has dicho, a esta etapa vanguardista plasmada en un par de libros: De la naturaleza afectiva de la forma (2020) y Metaliteratura & Co. (2021). La verdad es que, como Oquendo de Amat, tuve miedo y me regresé de la locura. En esta década, pese a la parálisis de la pandemia, han pasado muchas cosas. El tránsito a esa poesía que dices más sencilla, fue una manera de aferrarme a una corriente en la que pudiera nadar y, tal vez, fruto de algunas lecturas como la poesía de Eielson, Kavafis, Larkin, Ashbery y Bolaño. Ferdydurke de Gombrowicz, recomendado por mi querida Virginia Benavides, me ayudó a pensar algunas cosas sobre la forma. Hoy, en realidad, me tomo la escritura con calma. No he cambiado esa idea de escribir libros & hacer libros, tengo muchos poemas escritos a mano, algunos archivos de Word que son semillas que de a poco toman forma. He bajado un cambio y creo que a veces me voy “con el vuelito”, sin acelerar ni mantener la velocidad. El trabajo es mi pan de cada día. Hasta ahí creo que es justo contar. El resto es la vida misma y, por supuesto, la esfera privada de una persona nada excepcional. Un weón más, como se diría en chileno.

Eres un conocedor de poesía latinoamericana, queremos saber más sobre ella. ¿Qué autores nos recomiendas leer?
Creo que aquí insisto con la remisión a la comparecencia infinita y a las distintas etiquetas que tiene esa mediateca, por nacionalidad (aunque no sea el dispositivo que me gusta más). Luego están las diferentes antologías al respecto, un poco para dar a elegir a los curiosos que en verdad quieran saber más. Por ejemplo, el precioso esfuerzo que es Medusario, al cuidado de Kozer, Echavarren y Sefami. Hay varias ediciones. Si mal no me equivoco pasó por las manos del Fondo de Cultura Económico, Mansalva en Argentina y RIL Editores en Chile y España. Esto ya para lectores que quieran dislocarse con la poesía latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Ahora si se quisiera un salto cuántico al siglo XXI, están las tres partes de 4M3R1C4 (de las que hay solo dos publicadas) compiladas por Hernández Montecinos. Para cosas más clásicas está la selección de Piedad Bonnett que tiene, entre otras, a las voces canonicas. No todo es hablar de lo que nace en las repúblicas y estados consolidados, por lo que una mirada a cualquier libro de poesía latinoamericana indígena vendría bien. Por ejemplo, a Los cantos ocultos, al cuidado de Jaime Luis Huenún, editada por LOM en Santiago de Chile el 2008. De todas maneras, la mayoría de estos libros están pirateados en la web, de seguro uno se encuentra con los archivos. Si el deseo es de realidad, quiero decir, para quienes tienen el fetiche del libro en papel, el llamado es ir donde el librero de confianza. En el centro de Lima por donde está el Queirolo hay varios negocios donde encontrar alguna antología para continuar. O bien, donde el poeta Ángel Yzquierdo Duclós que tiene su puesto en Gamarra. Esta es una recomendación que tomo de los textos y experiencias de Julio Barco. Cuando vuelva por Lima iré.
Manejas no solo un blog de difusión diaria de poesía, sino también uno de difusión de ensayos. ¿Qué tanto consideras que se puede hacer en tiempos de digitalidad por la cultura?
Depende de la voluntad y del tiempo para hacer activismo cultural. Detrás de cada esfuerzo virtual, hay, aunque sea ínfimo, un efecto en el mundo real. Sea individual, compartido o afín. Con lo último quiero decir, una puerta que abre otra. Preliminarmente, dos problemas. El financiamiento y el impacto. Por una parte, la gestión de un espacio cultural (incluso virtual) requiere, digámoslo en jerga leguleya, de un lucro cesante. O sea, de dinero que permita no solo ponerlo en movimiento, sino también cubrir o remunerar ese tiempo que emplea el gestor. La dificultad se ve caso a caso. De por sí, hay una inversión del recurso tiempo. Por otra, el impacto, el alcance de lo que se hace, por ejemplo, gestionar un espacio cultural frecuentado por cuatro gatos o por un número no despreciable de personas. Puede que esto sea balanceado la mayor parte de la vida del proyecto de que se trata. O puede que no. Tanto los espacios como los personeros que pertenezcan a un campo cultural (reconocidos o no como tales) son esencialmente pasajeros. El accidente es ya tener público y plata. Entre talón de Aquiles y el orgullo, por eso la autogestión se celebra, piensa que logra franquear esas barreras. Y sí, pero el asunto es la permanencia en el tiempo. Tanto la comparecencia infinita como los tiempos postergados son, desde un punto de vista, ejes desgastantes. No obstante, los veo como una dicha no solo para los que se han suscrito a las actualizaciones, sino para el archivo que se crea y al que cientos pueden llegar al día. Basta con una pequeña ayuda de Google y estamos. Me agrada la idea de que el encuentro sea fortuito. Luego están las redes sociales como plataforma, pero a decir verdad son otra inversión de tiempo y energía. Si el trabajo es cooperativo y no solitario, mejora. Aunque atraer a la gente implica participar de las dinámicas de entretención. Al final, todo es contra la cultura. Me conformo, a veces, con que haya algunos que no la miren como un adorno o un bien de consumo. Al menos eso es lo que está detrás de mi no-activismo, sino solo porfía e idealismo de que alguien sufra una catarsis con la poesía y con la literatura. El resto son asociaciones inusitadas, conexiones provisorias y puntos de llegada.
De tu experiencia en Italia, sumergiéndote en las fauces de otro idioma distinto del que has estado acostumbrado toda tu vida, ¿qué nos puedes decir de su literatura y de su cultura?
Siento que para mí sería un poco apresurado ya emitir juicios categóricos. De lo que he visto, es una aproximación más en términos de profundizar lo que se conoce o superficialmente o en modo caricaturesco. Desde fuera hay cosas que se ven luminosas o sombrías, pero es la distancia la que calibra el prejuicio y el juicio. La literatura de un país es siempre vasta y depende de donde la mires van surgiendo nuevas cosas. Hay un cauce canónico que forja la tradición de lo más conocido y allí puedes agrupar, al menos en Italia, a tipos como Torcuato Tasso, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, esos del Dolce stil novo y Giovanni Boccaccio que con su Decamerón logró transmutar la forma del derecho en la literatura. Al respecto hay un ensayo precioso de un querido profesor e intelectual chileno Raúl Rodríguez Freire. Y si sigues tirando del hilito te encuentras con obras fascinantes como las de Giacomo Leopardi con sus cantos y su sorprendente Zibaldone (una obra de ensayo escrita en 15 años y que agrupa más de 4500 páginas). O con una novela de culto que es I promessi sposi de Alessandro Manzoni que cuenta la historia de Renzo y Lucia, en una prosa y una trama que haría temblar al mismísimo Shakespeare. O poetas como Alda Merini o Chandra Livia Candiani que conjugan el erotismo y lo místico. O poetas como Sandro Penna o el gran Pier Paolo Pasolini que supieron lo que es reventar el margen. A mí la antología de Carlos Germán Belli de poesía italiana me enseñó mucho. Es un librito del 2018 de Casa de la Literatura Peruana. En general, el resto lo dejo a la experiencia, al escuchar con respeto a los demás y el idealizar en la justa medida. La cultura también es vasta, desde parques arqueológicos hasta modos de comer que tienen su historia. Otra lengua te pone a prueba cada día y, al menos en mi caso, me ha hecho seguir el consejo de Ezra Pound a propósito de la vanidad.

¿Qué ensayistas de nuestros tiempos nos recomiendas leer?
No quisiera moldear y modular un lector en base a mis gustos. Depende también si hay quienes tienen las capacidades y desean dejarse interpelar por otra lengua. No siempre la traducción viene al rescate. Roberto Calasso, de fortuna que está disponible en español, es una persona que habla de su experiencia con los libros y el mundo editorial, te hace pensar que no todo es un negocio y que aún hay lugar para la cultura que se hace a partir de la porfía, la curiosidad y la persistencia. Los ensayos de Louise Glück, la última poeta laureada con el Premio Nobel de Literatura, son interesantes. En los tiempos postergados hay algo de eso. Trabaja la velocidad de la experiencia como si trabajase la piedra. No sé si está disponible en español, pero en inglés incluso se encuentra para descarga en plataformas digitales. El libro se llama American Originality. Tuve algunos sentimientos encontrados con un ensayo titulado I poeti sono impossibili: come fare il poeta senza diventare insopportabile que compré en una librería en Roma. Un poco tiene algo del oficio de poeta, eso de ser insoportable. Tal vez se encuentra algo de paz en un ensayo de Pierre Bayard: Cómo hablar de los libros que no se han leído. Es un antídoto no sé si tan eficaz a esa soberbia intelectual y al hecho de sentirse superior por ser una persona que lee (cuando en realidad no es tan así). El último ensayo que leí fue Elogio de la sombra de Junichiro Tanizaki. Lo conocía hace años. Es una edición pequeña, de bolsillo, que publicó la editorial Siruela. Tanizaki que es de vocación novelista, más en la línea de Soseki (el de la historia del gato), marca el límite entre occidente y Japón a propósito del tratamiento estético de la sombra. Y me ha golpeado un buen poco, toda vez que en occidente suele mitigarse, del mismo modo que sucede con el vacío. Cualquier ensayo es actual si produce la continuidad de una idea en quien lee. O si, digamos, pone preguntas donde antes había respuestas. Los ensayos no se quedan porque la tapa es bonita.
Dentro de tu editorial, llevas publicando tres libros del poeta peruano Julio Barco. ¿Qué te motiva a seguir difundiendo su arte?
Julio, como se decía de Marcelo Bielsa en Chile, es un loco lindo. Un tipo cuya pasión y desenfreno me parece excepcional. La relación entre publicar y ser publicado, yo la veo como un acto de confianza. Publicar un libro y, luego, en el mejor de los casos, volverlo público mediante un lanzamiento, es como organizarle la fiesta a un amigo que, a su vez, vela al cadáver que es el libro. Si bien no he estado detrás de las presentaciones de Julio, me ha hecho sentir bien la difusión de su trabajo, sobre todo en un mundo donde la poesía tiene tanto en contra. No es que yo pueda hacer mucho, pero seguiré contribuyendo a que ese fuego no se apague. Feliz. E incluso de abrir ventanas con una poética que sabe efectuar la combustión sobre los materiales que entrega la vida misma. Recuerdo que el trabajo editorial surgió espontáneamente. Era el 2020 y la pandemia nos mantenía con un ojo en la realidad y otro en la virtualidad, Julio me mandó el borrador de Mosaico y yo sentí que merecía la pena convertirse en un hermoso libro. Lo conversé con Ana Abregú de Metaliteratura y voilá, hicimos una preciosa coedición Chile-Argentina. Las siguientes aventuras corrieron más que nada por mi cuenta: Made in Perú y Siete arengas populares. Libros extraños, fragmentarios que transmiten un potente mensaje polifónico estético. El primero, en la antesala del viaje de Julio a Alemania invitado al festival Latinale, fue pensado como un panorama de su trayectoria de diez años en la literatura. Lo discutimos, nos reímos, pusimos manos a la obra y usamos como base una eventual antología de su poesía que se iba a publicar en México, incluso yo ya tenía el prólogo listo. El segundo, ahora en el contexto de la agitación social en el Perú, viene como una oportunidad de extender el pensamiento literario de Julio a modo de aforismos o, como le digo yo, pequeñas molotov intelectuales. Estoy contento que esta obra haya sido reeditada en Huaral. Julio es un romántico cree que el arte nos puede desempeorar como especie. Estoy de acuerdo con él.
Sabemos que manejas cinco idiomas y sueles traducir poesía. ¿Qué autores nuevos descubriste en este periplo? ¿Te gustaría darnos una recomendación?
Gracias por el piropo. Buceando en Internet se descubren tantas cosas. A veces por casualidad, un diario o una revista (de las que sigo) presentan tal o cual autor desconocido para mí. O incluso en librerías, en viajes o hasta mirando la Wikipedia que conecta gente con más gente. Hay otras veces en que algún amigo me habla de algún autor. El freno a la traducción es no lograr traerlo al español, digamos en palabras y sentido. O bien, cuando hay una traducción que creo inmejorable. Aunque sabiendo que podría llegar alguien —no yo— que haría una con otro ritmo, otra sintonía, pero siempre en esa áurea del poema. Para traducir no hay solo una receta, pero implica ser exigente con los propios conocimientos y el respeto al otro, porque podría eventualmente volverse público en un lugar hasta entonces desconocido para él. Todo gracias a uno. Me agrada la idea de traducir algunos autores que pese a estar traducidos, con una simple búsqueda en Google no aparecen los poemas con facilidad. Entiendo el asunto de la compra de los libros y el derecho de autor que se paga a los traductores, pero en el fondo se trata del acceso a la cultura. Si a veces puedo ser un mediador o un puente a un autor, me basta. Recientemente descubrí a Diane Seuss, una poeta gringa nacida en 1956, cuya poesía es un eco en loop. Fue por casualidad, creo que en The Poetry Foundation. Mi amiga Raquel Madrigal, incansable traductora del portugués al español, también me mantiene curioseando en la poesía lusófona. De hecho, gracias a ella he conocido a grandes poetas africanos de lengua portuguesa como Luís Carlos Patraquim, Hirondina Joshua, João Vário, Tânia Tomé, Zetho Cunha Gonçalves. Franco Arminio, un poeta italiano nacido en 1960, me pareció desde el inicio un buen desafío para establecer una conversación de lingua a idioma. Más que recomendación, un consejo a quienes son más curiosos, probar el estudio de un nuevo idioma, cuestionar también lo que se vaya leyendo y poner ojo en las expresiones locales y metafóricas. Lo último, tal vez una riqueza de la que va quedando menos. Me sorprenden algunas traducciones espléndidas de poesía latina publicadas a fines del siglo XIX, pero hay otras bastante dudosas de hace sesenta, setenta años. Fernando Pessoa todavía se traduce y traduce.
Finalmente, dados los últimos acontecimientos políticos y sociales de Latinoamérica, los giros a la izquierda, a la derecha, los movimientos sociales, ¿cómo crees que la poesía irrumpe en esas dinámicas?
Pese a que a mí entender la poesía latinoamericana es una gran galaxia, cada país, territorio, nación tiene sus particularidades históricas. Así también se refleja en las vicisitudes de la poesía a lo largo del tiempo. La poesía latinoamericana es un campo ubérrimo de batallas y experimentación. Y, en cierta medida, de contrapoder, esto es, de ser un discurso crítico respecto al poder, al establishment. Cuando me refiero a esto último, pienso en el poder del mundo editorial, de la industria cultural e, igualmente, en la política partidista y de la presunta representación popular. La dificultad aquí radica en saber qué es un poema político. Desde mi punto de vista es más o menos claro el qué no es un poema político. Porque la definición positiva es problemática y nos podemos quedar atrapados allí por quizás cuánto. Si político tiene que ver con la raíz griega, polis y polemos, depende de la instalación de un discurso y de la disputa por la hegemonía. La poesía, por lo menos en Chile, a nivel de la conducción política del país, durante los años ochenta dio una bofetada simbólica. En efecto, cómo la protesta durante la dictadura de Pinochet no podía ser explícita, gente como Raúl Zurita, Carmen Berenguer, Carlos Cociña, Rodrigo Lira o Elvira Hernández lustraron el poder de la palabra como una resistencia no solo al apagón del campo cultural, sino que a los lenguajes que instalaba paulatinamente el proyecto contrarrevolucionario del régimen autoritario. Con el estallido social de 2019, tengo mis serias dudas respecto al rol de la poesía. Bajo el influjo neoliberal y pos Guerra Fría la utopía se transforma en una fuerte zona de frontera. De un lado, la promesa de la libertad. Del otro, la esperanza (centrada en ese porvenir). La poesía se deja capturar por una suerte de neobucolismo (una romantización de la propia vida en el modelo) o por los procesos de individuación que en realidad buscan el reconocimiento (y seguir viviendo bajo el modelo) antes que la transformación radical de la sociedad. La palabra poética se debilita y obedece a las lógicas de una genuina despolitización o a un efectismo sentimental que busca que el poema y la poesía tengan como desembocadura un suspiro. Puede que todo esto sea impopular, pero si los poetas, la poesía y los poemas no pasan de moda, es que todavía es una zona estratégica para impulsar cambios. Lo importante es la astucia y saber que se trata de una tarea colectiva, más allá del relato o narrativa a defender, que de verdad trabaje los tres verbos que agrupó Antonio Gramsci en una columna del día del trabajo de 1919: instruirse, conmoverse y organizarse. Y aquí tenemos que estar casi todos, jamás podremos estar todos. Siempre hay quien está del lado del poder, un emplazamiento siempre incómodo para la poesía.
Cultura
Diego Lazarte presenta su novela “Última salida de Palomino” en la FIL de Lima
Una novela donde el delirio y la marginalidad son una forma de redención.

En la Lima de hoy, donde la violencia se ha vuelto tan habitual como el humo de las combis, aún hay quienes insisten en escribir. No se trata de la escritura industrial de comunicadores con redes sociales, sino de la otra, la secreta, la solitaria, la que nace del encierro y la paranoia. Tal es el caso de Diego Lazarte (Lima, 1984), poeta y agitador cultural que ahora se lanza al ruedo narrativo con su primera novela, Última salida de Palomino (Narrar, 2025), un artefacto literario que parece haber sido armado en el taller de un mecánico punk: con herramientas oxidadas, piezas robadas y una belleza sucia y palpitante.
La novela será presentada el sábado 2 de agosto a las 7:00 p. m. en la sala Laura Riesco de la 29.ª Feria Internacional del Libro de Lima. Acompañarán al autor el escritor Enrique Carro y el periodista Marco Gonzales, quienes lo empujarán, probablemente sin mucha resistencia, a revelar los entretelones de una obra que se ha escrito entre la desesperación y la ironía, con ecos de El Lazarillo, acentos de Viernes 13, y guiños al videojuego Donkey Kong.
El protagonista de esta historia es Kennedy, un joven que vive en una Lima derruida, no por el terremoto que todos esperan, sino por una violencia más sutil, más constante, más nuestra. Su vida —gris, regular, periférica— se ve trastocada por la aparición de Dulcinea, una criatura extravagante con acento español impostado, que irrumpe en su casa y convierte lo cotidiano en una guerra absurda por la supervivencia doméstica. Desde allí, la novela se dispara como un pinball, como lo ha descrito el escritor español Alberto Guirao, rebotando entre el castellano castizo y el argot callejero, del cine slasher a la sátira política, del registro íntimo al periodístico, sin pedir permiso ni disculpas.
Última salida de Palomino es una obra que mezcla la tradición picaresca con la estética del desfogue contemporáneo. En ella, los márgenes de Lima no son un escenario decorativo, sino un personaje más, brutal, histérico, entrañable. La crítica de cine Mónica Delgado ha visto en la novela un retrato coral de la juventud precarizada en un país posconflicto, esa generación que se crió entre el miedo y la televisión por cable, que juega videojuegos mientras carga heridas invisibles, que se automargina como forma de resistencia.
Lazarte, quien debutó en poesía hace ya más de dos décadas con La clavícula de Salomón, y cuya obra Calaveras retóricas fue reeditada en México, se encerró en el piso 15 de un condominio en Lima Norte para parir esta novela entre maratones de películas de serie B y fantasmas personales. Estudió Derecho, aunque amenaza con ejercerlo, y dirige el Festival de Poesía de Lima, además de la productora Cinemapoesía, desde donde prepara documentales sobre figuras como Enrique Verástegui o José Ruiz Rosas, esos poetas tan intensos como clandestinos.
El libro es, en cierto modo, su testamento generacional, su ajuste de cuentas con una ciudad que ya no existe, o que existe solo como pesadilla compartida. Porque en la Lima de Diego Lazarte, uno no entra para vivir: entra para sobrevivir. O para escribir, que en estos tiempos viene a ser lo mismo.
Cultura
Libro «La ciudad de los cerdos» de Rodolfo Ybarra se presenta en la FIL de Lima
Una obra visceral que sacude los cimientos del sistema desde la narrativa policial y neorrealista.

Este sábado 2 de agosto, a las 4 p.m. en la sala “Clorinda Matto de Turner” de la Feria Internacional del Libro de Lima, el escritor peruano Rodolfo Ybarra presentará su más reciente novela La ciudad de los cerdos, una obra que consolida su estilo irreverente, provocador y profundamente crítico del sistema.
El evento marcará también la reedición de Matagente y Secreto de Estado por la Editorial Apogeo, formando así una trilogía de literatura neorrealista que se atreve a enfrentar la podredumbre estructural de la sociedad peruana desde la narrativa.
La ciudad de los cerdos es una novela policial negra, pero también una crónica feroz del deterioro moral, político y urbano de Lima. A través de un lenguaje afilado y un ritmo narrativo intenso, Ybarra nos introduce en un universo donde la violencia no es solo callejera, sino institucional. Es una ciudad en la que el crimen, el poder y la impunidad conviven y se retroalimentan. Pero no estamos ante una simple denuncia literaria: se trata de una obra antisistema, en el sentido más radical del término. Aquí no hay redención, ni héroes, ni esperanzas ingenuas. Hay confrontación.
Rodolfo Ybarra no es un autor que busque agradar. Es, más bien, un escritor incómodo, inclasificable y necesario. Su literatura se resiste al encasillamiento y se alimenta del caos, del dolor social y de la desesperanza convertida en arte. Con influencias que van del punk al existencialismo, y de la crónica urbana al cine de autor, Ybarra ha construido a lo largo de los años una obra coherente en su rebeldía. En un panorama literario a menudo domesticado por la corrección política o por las modas editoriales, su voz suena como un disparo.
La portada de La ciudad de los cerdos ha sido realizada por el artista y fotógrafo Juan Carlos Michilerio, cuya estética transgresora dialoga perfectamente con el contenido de la novela. La presentación estará a cargo del escritor y periodista Enrique Sánchez Hernani y del crítico literario Arturo Delgado Galimberti, dos nombres que conocen el ámbito cultural nacional.
Esta no será solo una presentación de libro, sino una celebración de la resistencia cultural, una provocación intelectual y un llamado a mirar de frente lo que muchas veces preferimos ignorar. La trilogía formada por Matagente, Secreto de Estado y La ciudad de los cerdos no solo representa un hito en la narrativa contemporánea peruana, sino también una advertencia: la literatura no siempre debe confortar; a veces, debe incomodar, sacudir, cuestionar.
La invitación está hecha. Este sábado, quienes buscan una literatura que no pacta con el poder ni con la complacencia tienen una cita obligada. Rodolfo Ybarra no escribe para entretener, sino para resistir. Y esa es, quizá, su mayor virtud.
Cultura
Ministro de Cultura desconoce intervención irregular en Sacsayhuamán [VIDEO]
Una intervención irregular en Sacsayhuamán revela la permisividad del Ministerio de Cultura frente a actores pseudocientíficos y proyectos sin control efectivo.

El ministro de Cultura, Fabricio Valencia, declaró no tener conocimiento de la reciente intervención realizada por guardaparques en el parque arqueológico de Sacsayhuamán, donde dos ciudadanos extranjeros y un peruano fueron sorprendidos manipulando un georradar sin autorización. La escena, más cercana a una expedición clandestina que a una investigación formal, ha reabierto las críticas sobre el manejo del patrimonio arqueológico y la permisividad con ciertos actores que operan al margen de la normativa.
El ministro ante la pregunta del periodista Néstor Larico, mencionó: “Bueno, no estoy al tanto de ese dato. En todo caso, de haber alguna vulneración al ordenamiento jurídico, tendrá que sancionarse”, fue la escueta respuesta del titular de Cultura, esquivando una situación que involucra directamente a su sector.
Los hechos ocurrieron días atrás, cuando personal de vigilancia del parque detectó a los visitantes realizando estudios técnicos con maquinaria especializada. Según explicaron los guardaparques, los intervenidos no contaban con ninguna autorización del Ministerio. Sin embargo, el jefe del parque arqueológico mencionó que los sujetos presentaron un convenio suscrito con una entidad, sin mayores precisiones.
Uno de los arqueólogos a cargo del proyecto formal en la zona, Jorge Calero, se deslindó por completo del hecho. Aclaró que las personas intervenidas no pertenecen a su equipo y que el convenio que exhibieron los extranjeros no guarda relación con el proyecto “La Chincana”, oficialmente autorizado. “Ese convenio no es vinculante para las actividades que realizaban estos extranjeros. No tienen autorización para intervenir el sitio”, declaró enfáticamente.
Consultado sobre este mismo proyecto, el ministro Valencia optó nuevamente por la distancia. “Entiendo que la Chincana es un proyecto privado. Nosotros, más allá de autorizar su ejecución, no participamos del caso”, afirmó.
La postura oficial levanta suspicacias, sobre todo al conocerse que la Asociación Pi Rambla Heritage, dirigida por el español Anselm Pi Rambla —quien ha sido cuestionado por promover teorías pseudocientíficas y hacer uso indebido de tecnología en sitios patrimoniales sin rigor arqueológico—, estaría vinculada a estas actividades.
El proyecto “Chincana”, impulsado formalmente por los arqueólogos Jorge Calero y Nildrer Fernández, busca rastrear el legendario túnel incaico que conectaría Sacsayhuamán con el templo del Qoricancha, una idea que pertenece tanto a la tradición oral como a una serie de relatos históricos difíciles de comprobar. Pese a su atractivo mediático, la iniciativa se ha visto contaminada por la presencia de operadores no autorizados que, amparados en convenios oscuros, avanzan sin control institucional efectivo.
El incidente deja en evidencia no solo la falta de fiscalización del Ministerio de Cultura, sino también la existencia de vacíos normativos y permisividad con actores que utilizan el patrimonio nacional como terreno de especulación y aventura privada, sin garantías de un trabajo serio y científicamente validado.
Aquí el video de las declaraciones del ministro de Cultura.
Cultura
Presentan libro con material inédito de Wáshington Delgado
‘Mi tía Carolina y otros parientes. Cuentos y manuscritos’ es el libro inédito del poeta y escritor peruano Wáshington Delgado, que se presenta el 5 de agosto, en la Feria Internacional del Libro de Lima.

Un extraordinario rescate literario, a cargo de la Editorial Bisonte, se presentará el martes 5 de agosto, a las 4:00 PM, en el auditorio José María Arguedas de la FIL Lima. Se trata de la reunión de cuentos y manuscritos inéditos del poeta y escritor peruano Wáshington Delgado Tresierra (1927-2003). ‘Mi tía Carolina y otros parientes. Cuentos y manuscritos’ recoge un valioso material de una de las voces más importantes de la década del 50 de las letras peruanas.
Cabe señalar que Wáshington Delgado anunció este libro a mediados de los noventas, durante una entrevista, habló de un libro de cuentos cuya estructura y temática dio a conocer en 1996 en aquella nota periodística. Si bien buena parte de los cuentos fueron apareciendo en importantes medios de habla hispana, se publica el libro este 2025, con la inclusión de dos cuentos inéditos (con sus versiones manuscritas).
“Los manuscritos fueron cuidadosamente escaneados por su hija y heredera, Sonia Delgado. Este es un rescate y un homenaje al maestro Wáshington Delgado, autor polifacético que se desenvolvió con suma maestría como poeta, narrador, periodista, catedrático, ensayista y otras disciplinas intelectuales”, comenta Carlos Morales Falcón, quien estuvo a cargo de la compilación del libro, publicado y distribuido a nivel nacional por Editorial Bisonte.
‘Mi tía Carolina y otros parientes. Cuentos y manuscritos’, de Wáshington Delgado, será presentado en la 29° FIL Lima 2025, ubicada en el Parque Los Próceres de la Independencia en Jesús María. Los comentarios estarán a cargo de Carlos Morales Falcon y Rafael Ramírez Mendoza.
Datos:
Presentación del libro ‘Mi tía Carolina y otros parientes. Cuentos y manuscritos’
Día y Hora: martes 5 de agosto 4:00 PM.
Lugar: Auditorio José María Arguedas – FIL Lima 2025 (Parque Los Próceres de la Independencia en Jesús María).
Comentarios: Carlos Morales Falcon y Rafael Ramírez Mendoza.
Organiza: Editorial Bisonte.
Cultura
Nuestra respuesta a la Asociación Pi Rambla Heritage tras el cuestionamiento del convenio con el MINCUL
El Ministerio de Cultura abre las puertas a una asociación liderada por Anselm Pi Rambla, un autodenominado investigador sin título profesional, vinculado a teorías de extraterrestres, túneles ocultos y mitos celtas en el Cusco.

Referente a nuestra publicación de que el Ministerio de Cultura ha suscrito un convenio con la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE, avalando investigaciones pseudocientíficas en sitios arqueológicos de Cusco, esta afirmación se sustenta en los antecedentes del señor Anselm Pi Rambla, quien dirige dicha asociación. Esta es una organización familiar que recoge las ideas trasnochadas y pseudocientíficas del señor Pi Rambla; por lo cual, la asociación, como parte de su denominación, considera la palabra HERITAGE, que significa herencia, develando que esta asociación hereda lo del señor Anselm Pi Rambla.
Solamente al citar la publicación de la revista Más allá de la Ciencia, en la cual el propio señor Anselm Pi Rambla afirma haber llegado a Perú por recomendación del ufólogo Erich Von Däniken, autor de varios libros que afirman influencias extraterrestres en el origen de la humanidad, personaje conocido internacionalmente, dueño de teorías de visitantes ancestrales, llenas de extraterrestres y teorías pseudocientíficas.

Foto de Erich Von Däniken tomada de Infobae con el rotulo “Sobre alienígenas ancestrales y estafas: vida y obra del bestseller que busca cambiar la historia de la humanidad”.

Página de la revista española Más Allá: la parte marcada en rojo es donde Anselm Pi Rambla relata cómo empieza la investigación de la Chincana de Cusco en el año 2000, continuando las investigaciones del ufólogo Erich Von Däniken, que afirma las influencias extraterrestres en el origen de la humanidad, autor de la teoría de los visitantes ancestrales, llena de extraterrestres y teorías pseudocientíficas.
También, en una entrevista a la revista española Más Allá, afirma buscar el Avalon en los Andes. El Avalon se asocia con una isla legendaria de la mitología celta, conocida por ser el lugar de descanso del Rey Arturo y un paraíso con abundancia de manzanas. ¿Esta afirmación de Anselm Pi Rambla no es acaso una afirmación pseudocientífica? ¿Qué tiene que ver la cultura celta con la cultura andina?
A todo este bagaje de experiencia pseudocientífica de Pi Rambla se suma la entrevista en el programa Sintonía Secreta, donde en el mismo rótulo del programa aparece Pi Rambla tras la pista hiperbórea, ovnis, lamas y el mundo subterráneo andino. Si esto no es pseudociencia, el océano Pacífico es solo un pequeño charco de agua.
Entrevista a Anselm Pi Rambla en el programa Sintonía Secreta, donde en el mismo rótulo del programa aparece Pi Rambla tras la pista hiperbórea, ovnis, lamas y el mundo subterráneo andino.

Página 27 de la revista española Más Allá nótese el titular Anselm Pi El Buscador del Avalon.
La carta notarial a la que estamos dando respuesta afirma que el señor Anselm Pi Rambla es un investigador profesional con más de 40 años de experiencia en investigación científica en la especialidad de culturas precolombinas. Al respecto, hemos revisado una serie de listas de artículos científicos, así como la producción académica de dicho señor, no encontrando ni un solo artículo académico o científico. Tampoco el referido señor es citado dentro de la comunidad académica y científica que se ocupa de las culturas precolombinas.
Esta búsqueda no hubiera sido necesaria si antes no nos hubiéramos cerciorado de que dicho señor no posee título profesional de ningún tipo; así consta en su hoja de vida publicada. Para un mejor entendimiento y aclarar que el señor Anselm Pi Rambla sorprende a la ciudadanía peruana indicando que es un investigador profesional, le aclaramos que un título profesional es un documento oficial que certifica que una persona ha completado con éxito los estudios requeridos para ejercer una profesión específica. Este título demuestra que el individuo posee los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse profesionalmente en su campo. Ser profesional, dentro de la normativa de Perú y de todas partes del mundo, es cuando una persona ha cursado la universidad y logrado un título profesional, el cual no tiene el señor Anselm Pi Rambla y, por consiguiente, miente al indicar que es un profesional.

Página personal de Anselm Pi Rambla donde claramente se refiere que no alcanza un título profesional.
A esto se suma que los estudios de culturas precolombinas son propios de arqueólogos, etnógrafos, antropólogos, historiadores y sociólogos. En este caso específico, Anselm Pi Rambla no cuenta con ningún grado ni título académico o profesional que acredite que está expedito para realizar estudios precolombinos. Es así que concluimos que Anselm Pi Rambla es un aficionado a dichos estudios, lo cual refuerza y justifica por qué sus afirmaciones son carentes de datos científicos, pasando a ser Anselm Pi Rambla un aficionado.
Asimismo, en la carta en referencia hacen constar tanto el señor Anselm Pi Rambla como su hijo Marcos Qumran Pi Peret que la Asociación Pi Rambla Heritage dispone de importantes pruebas científicas realizadas en detección de última generación (georradar) sobre la localización exacta del túnel Chincana. Esta afirmación es sumamente preocupante, pues últimamente Anselm Pi Rambla y la Asociación Pi Rambla Heritage no cuentan con permiso alguno para realizar ningún tipo de prospección arqueológica en la ciudad de Cusco y zonas aledañas.
Esto es una muestra clara de que la Asociación Pi Rambla Heritage y Anselm Pi Rambla vienen realizando investigaciones arqueológicas sin conocimiento del Ministerio de Cultura, so pretexto del convenio que firmaron con el Ministerio de Cultura-Cusco, pues los convenios no autorizan nada, solo promueven y fomentan. ¿Cómo realizaron estas investigaciones con georradar en territorio cusqueño si el ufólogo Anselm Pi Rambla y su asociación no tienen ningún proyecto de investigación arqueológica aprobado por el Ministerio de Cultura, y por consiguiente ningún permiso para nada? Esto es una evidencia clara del actuar incorrecto de los miembros de esta asociación y de que están tomando el Cusco y el Perú como si fuera parte de su feudo personal, realizando investigaciones arqueológicas violando el reglamento de intervenciones arqueológicas aprobado por el Decreto Supremo 011-2022-MC.
Anselm Pi Rambla, claramente en una conferencia (cuyo enlace copiamos a continuación), manifiesta querer sobrescribir la historia y que muros de factura inca inicial o estilo Killke no son incas, y que se tiene que reescribir la historia de la humanidad. Asimismo, manifiesta que los muros del Coricancha tienen 4000 años de antigüedad, cuando la sociedad más antigua del Cusco con alfarería tiene una antigüedad de 1000 años antes de Cristo, y todos los arqueólogos, tanto cusqueños como extranjeros, ratifican que el Coricancha es de construcción inca. ¿De dónde saca Anselm Pi Rambla que dichos muros tienen 4000 años de antigüedad cuando los incas se desarrollaron en el siglo XIV e inicios del XV? Si esto no lo llamamos delirios pseudocientíficos, ¿qué podrían ser estas afirmaciones que al parecer son parte de un programa de minimización de la cultura andina? Para lo cual el gobierno peruano tiene que tener sumamente cuidado, pues pronto, gracias al convenio suscrito entre el Ministerio de Cultura-Cusco y la Asociación Pi Rambla Heritage, que, como ya demostramos, da continuidad a las lucubraciones pseudocientíficas de la Asociación Pi Rambla Heritage y Anselm Pi Rambla, pronto correrá la noticia de que el Rey Arturo, enterrado en el Avalon, se encuentra en el Cusco y que el Coricancha fue construido por los celtas con apoyo de visitantes extraterrestres, y que los incas solo reocuparon dichas construcciones pétreas, agrediendo severamente la historia y la identidad nacional de nosotros los peruanos. ¿Se imaginan a un peruano, pseudocientífico sin formación académica, ufólogo autodenominado profesional que en España indique que el Paitití, la legendaria ciudad mítica de la selva y los Andes peruanos, se encuentra debajo de una ciudad española y que uno de los principales lugares arqueológicos de España tiene una antigüedad mucho mayor, no correspondiendo a los desarrollos sociales de la zona? ¿Qué dirían los arqueólogos españoles, las autoridades españolas? ¿Le darían permisos para realizar excavaciones, firmarían convenios y avalarían actividades pseudocientíficas con dicho pseudoprofesional?
En dicha carta también se niega el vínculo con el gobierno fujimorista. Nos preguntamos: ¿cómo es posible que un alto funcionario del gobierno fujimontesinista, en aquel entonces director del Instituto Nacional de Cultura (que hoy día vendría a ser el Ministerio de Cultura), haga un viaje a Cusco para dar una conferencia en defensa de un proyecto privado y pseudocientífico?, autorizando el gobierno fujimorista el gasto de pasajes y viáticos de dicho funcionario, así como los usados por su comitiva? Si esto no es tener un vínculo tan evidente, ¿qué es?

Luis Enrique Tord director del Instituto Nacional de Cultura del gobierno fujimontisista en la conferencia de prensa realizada en Cusco el 20 de diciembre del año 2000 en la que defendió las excavaciones realizadas por Anselm Pi Rambla que pusieron en peligro el templo de Santo Domingo.
Anselm Pi Rambla y su hijo Marcos Qumran Pi Peret, presidente de la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE, en la carta notarial que respondemos afirman textualmente: “sabemos quiénes son las personas y exfuncionarios que están detrás de la propagación de información falsa y agraviante contra la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE y el señor Anselm Pi Rambla, incluyendo la carta que el señor Gregorio Cano, presidente de la Unión de Comunidades Indígenas del Parque Arqueológico, dirigió al Ministerio de Cultura con fecha 3 de enero de 2025. Estas personas y exfuncionarios pretenden conseguir de manera absolutamente desleal, artera e ilegal la resolución de nuestro convenio y la desaprobación de nuestro Proyecto de Investigación Arqueológica porque quieren atribuirse ilícitamente el mérito de nuestros descubrimientos. Tenemos pruebas de la sustracción de información confidencial de los trabajos realizados por el señor Anselm Pi Rambla sobre la Chincana de Cusco e información confidencial de los informes arqueológicos presentados a la dirección desconcentrada de Cultura de Cusco por parte de la Asociación Pi Rambla Heritage, pruebas que en su momento haremos valer ante las autoridades civiles, penales y administrativas correspondientes en resguardo de nuestro derecho para que se apliquen las sanciones de ley”.
La afirmación de supuestas personas y exfuncionarios que estarían detrás de las presunta denuncias falsas y calumniosas en contra Anselm Pi Rambla y su ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE es totalmente descabellada, pues solo hay que ver la conferencia dada por Anselm Pi Rambla y su ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE en Europa, donde, en otras palabras, da permiso a la empresa… para hacer escaneos satelitales en territorio cusqueño y peruano sin el consentimiento y permisos de las autoridades peruanas, así como lo hemos mencionado en el artículo.
Asimismo, indican que han sido objeto de un robo de información clasificada y que prontamente harán las denuncias pertinentes. Al respecto, hace 7 meses los arqueólogos peruanos Mildred Fernández Palomino y Jorge A. Calero Flores dieron una conferencia en la cual anunciaron el descubrimiento de la Chincana, y que en unos meses iniciarían las excavaciones arqueológicas para demostrar las pruebas físicas de la existencia de dichos túneles. En aquel tiempo, Anselm Pi Rambla y su ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE mantuvieron un silencio sepulcral.

Arqueólogos Jorge Calero y Mildred Fernández en el descubrimiento de la Chincana.
Es curioso que dicha supuesta denuncia de robo de información, aún no presentada, sea mencionada cuando el proyecto arqueológico dirigido por Calero y Fernández está aprobado por el Ministerio de Cultura y está en plena ejecución, ya mostrando resultados de sus excavaciones arqueológicas. Es sintomático que la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE de Anselm Pi Rambla, quien realizó excavaciones durante tres años en busca de la Chincana de Cusco sin obtener ningún resultado favorable, presente un proyecto paralelo al de los arqueólogos peruanos Calero y Fernández, entorpeciendo sus investigaciones y contraviniendo la resolución que los autoriza a investigar la Chincana en Sacsayhuamán y la ciudad de Cusco.
Era de esperar que, si Anselm Pi Rambla no tiene la formación académica para realizar trabajos de investigación arqueológica, como podía tener resultados en su búsqueda de la Chincana de Cusco o Avalon, durante los años 2000, 2001 y 2003, que según nuestras fuentes utilizó más de 700.000 € (euros) en dicha búsqueda, dinero que no se sabe de dónde vino y cómo se gastó. Este proyecto, según la carta notarial del señor Anselm Pi Rambla y su hijo, presidente de la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE, afirman que el proyecto que dirigieron los años 2000, 2001 y 2003 fue realizado junto al gobierno peruano, a quien rindieron cuenta de ese dinero.
Al finalizar esta nota, nos comunicamos con el arqueólogo Jorge A. Calero Flores y le pedimos que se pronuncie referente a las graves acusaciones en contra de él y de su equipo vertidas en la carta de Anselm Pi Rambla y su hijo, presidente de la ASOCIACIÓN PI RAMBLA HERITAGE. Calero indicó enfáticamente que ya cursó carta a Anselm Pi Rambla dándole un plazo prudente para que se rectifique; caso contrario, junto al equipo del PROYECTO DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA CHINCANA SACSAHUAMÁN (CUSCO), dará una conferencia donde mostrará evidencias contundentes que desmienten las afirmaciones calumniosas vertidas en su contra y su equipo de investigación.
Cultura
Revista Tiempos presenta su edición bicentenario en la Librería de Lima
La edición de la revista trae artículos de Federico Kauffmann Doig, José Chaupis Torres, Arnaldo Mera, entre otros. La presentación será el 1 de agosto a las 7:30 pm.

En el marco de las noches culturales de la librería de Lima, primera librería anticuaria del Centro Histórico de Lima, el Taller de Investigaciones Históricas y el Instituto de Investigación y Desarrollo Andino, presidido por el historiador Juan San Martín, presentará la revista Tiempos.
La publicación en su año 18 exhibe un número doble 17-18 en conmemoración del bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho. Este número doble presenta 10 artículos de los más diversos temas vinculados a la historia y cultura del Perú, elaborados por destacados académicos como Federico Kauffmann, José Chaupis Torres, Arnaldo Mera, entre otros.
Lo acompaña un dossier cuatro artículos en conmemoración del bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, destacando los trabajos de Raúl Chanamé, Juan San Martín, etc. Lo complementan 7 entrevistas a destacados estudiosos de nuestro pasado como Nelson Pereyra, Omar Esquivel, entre otros. Finalmente, la revista brinda 71 reseñas de importantes libros publicados en los últimos años.
La revista se presentará el viernes 1 de agosto a las 7:30 p.m. en la Librería de Lima, ubicada en el Cercado de Lima en Jirón Cailloma 843. Nos acompañarán en la mesa principal: El doctor Juan San Martín (editor y docente universitario), José Chaupis (historiador sanmarquino y director Académico y de Investigación del Centro de Estudios Andinos Jurídico-Sociales), Luz Ramos Dolorier (fundadora del Colectivo de Estudios Feministas y Género UNFV); y el historiador y youtuber Merlín Chambi.
Ingreso libre.
Cultura
Editorial CEDET: La voz de la literatura afroperuana en la FIL de Lima
El stand 241 trae una variedad de publicaciones de literatura afroperuana en la feria del libro.

En el vasto laberinto de stands de la Feria Internacional del Libro de Lima, hay uno que parece resistirse al anonimato y a la indiferencia. Es el de la editorial CEDET, un pequeño pero luminoso refugio de libros que, más que vender, parecen reclamar una memoria. Lilia Mayorga, habla con la convicción de quien sabe que lo que tiene entre manos es más que un catálogo: es un archivo vivo de la cultura afroperuana.
Allí reposan, como joyas discretas, los ensayos de Victoria Santa Cruz y el imprescindible “Con mi propia voz”, junto a poemarios, novelas, investigaciones y libros de ensayo que reconstruyen siglos de olvido. CEDET es, en esta feria dominada por el vértigo comercial, el único stand consagrado por entero a la literatura afroperuana. Quien se acerca, intuye de inmediato que no solo está hojeando libros: está escuchando las voces de una historia que se negó a morir.
Puedes ubicar la editorial CEDET en el stand 241. Aquí la entrevista con Lilia Mayorga.
Cultura
Fondo Editorial Abraham Valdelomar: poesía y nuevas voces en la FIL de Lima [VIDEO]
El stand 146 de la FIL de Lima se ha convertido en uno de los espacios más atractivos de la feria de libros.

En la bulliciosa Feria Internacional del Libro de Lima (FIL), donde los visitantes se mueven entre interminables pasillos de novedades editoriales, el stand del Fondo Editorial Abraham Valdelomar se erige como un punto de referencia para los amantes de la buena poesía y la literatura nacional. Ubicado en el stand 146, este espacio destaca por ofrecer ediciones cuidadas y por convertirse en una vitrina de autores peruanos con propuestas sólidas y contemporáneas.
César Panduro, director del fondo editorial, recibe a los lectores con la serenidad de quien conoce el oficio y la pasión de un verdadero curador literario. Bajo su guía, las estanterías revelan títulos que van desde Orkopata —una de las poéticas realizada por Ricardo González Vigil— hasta reediciones de clásicos imprescindibles. Cada ejemplar, explica Panduro, es trabajado con el máximo rigor editorial: tipografía clara, papel de calidad y corrección minuciosa. “Nuestro compromiso es con el lector y con el autor. No solo publicamos libros; buscamos que cada edición sea un objeto digno de ser preservado”, afirma.

El stand del Fondo Editorial Abraham Valdelomar se ha convertido en una parada obligatoria para quienes buscan poesía de calidad, ediciones bien trabajadas y voces emergentes de la literatura peruana. Allí conviven libros que apuestan por la exploración estética con otros que rescatan la memoria cultural del país. “Publicar es resistir al olvido”, dice Panduro, convencido de que la edición independiente juega un papel clave en el panorama literario nacional.
En medio del ruido de la feria, el stand 146 ofrece un respiro: un espacio donde el libro vuelve a ser protagonista. Los lectores hojean, conversan, se detienen. Valdelomar, cuya obra inspira el nombre del fondo editorial, parece estar presente en cada página, recordando que la literatura sigue siendo un refugio frente a la prisa y el ruido.
Finalmente, César Panduro también nos da su opinión sobre el recorte de la Líneas de Nasca y Palpa que pretendió realizar el Ministerio de Cultura.
Aquí el video de nuestra visita al stand 146.
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