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EL OTRO SENDERO

En mi familia la religión siempre se mantuvo cercana. Nunca la buscamos, sino ella se acercó a nosotros camuflada entre la casualidad y la coincidencia. Mi abuelo echó unos cachuelos durante su juventud en el seminario de Juan Luis Gonzaga de Ica y luego llegó a Lima, a pasar tiempo con los Salesianos. De ambos aprendió sobre la fe y la doctrina, virtudes que puso en práctica tiempo después, en los cuarentas, cuando de regreso a su tierra, trabajó como capataz para el servicio de caminos del Ministerio de Fomento, encargado de construir la el tramo de la carretera central que unía la sierra con la selva, entre Tingo María y el Boquerón del padre Abad. Tras la larga jornada de trabajo en campo, mi abuelo solía reunir a los indios y peones para leerles la biblia y revelarles la palabra de Dios. Durante los fines de semana, se tomaba un momento de la mañana para celebrar una sentida para liturgia.
Los peones le pusieron Mishu, que era el derivativo huanuqueño de la palabra española “Misionero”. Llegaron a tenerlo en alta estima. Mi abuelo se ahogó en el río Marañón, embravecido por las lluvias, al querer recuperar el bolso de una señora. Dejó a una esposa joven con dos hijos de menos de tres años a cuestas y uno más en camino.
Años después, cuando mi padre llegó a la pubertad, mi abuela se empezó a ganarse la vida lavando la ropa para los curas en el seminario conciliar de San Teodoro de Huánuco. Como favor adicional, los curas –españoles todos ellos- dejaron que mi padre hiciera los deberes del colegio en sus salones y ganara unas monedas pasando la escoba y manteniendo el orden. Después de unos meses, el sacerdote Mateo Diez le ofreció la posibilidad de quedarse para tener la posibilidad, a futuro, de ordenarse con ellos, pero mi abuela no quiso saber de perder a nadie más en su vida, y se marchó a trabajar a las haciendas de las afueras de la ciudad con sus tres hijos. Ya en lima y cumplida su mayoría de edad, mi papá volvió a tener la oportunidad de trabajar en el Arzobispado de Lima, cobrando la renta de las propiedades que la iglesia tenía repartidas por Lima, incluso la propiedad de un tal “Tatán”. Consiguió, además, un pequeño cuarto y el trabajo adicional como conserje en un edificio en Tambo de Belén, cortesía de unas monjas del Monasterio de Santa Rosa, unas manos benévolas que lo mantuvieron a salvo de la impiedad limeña.
En mi casa, desde pequeños, tuvimos el hábito de leer la Biblia todas las noches, se iba a misa los domingos y fiestas de guardar bajo amenaza de arresto y multa y, de vez en cuando, papá solía leernos la Historia Sagrada y la Biblia de los niños de Piet Wörn. Teníamos también un libro de oraciones para infantes, un librito minúsculo de color morado, en el cual podíamos escoger plegarias al azar para agradecer por algo específico noche a noche. Cuando cumplí los once años empecé a servir como acólito en la Iglesia. Un nuevo sacerdote jesuita había llegado, y decían que era rebelde de pensamiento y firme en sus convicciones. Cuando unos amigos del barrio me presentaron al cura recuerdo que me pidió, como único requisito para servir a Dios, ser un buen hijo y ayudar en casa, cosa que hacíamos desde siempre –bajo pena de arresto y multa-. Entonces mi hermano y yo quedamos unidos al grupo de acólitos más numeroso que jamás he podido ver en una iglesia.
El padre, por supuesto, me deslumbró por completo. Ya me deslumbraba mucho la sabiduría de mi madre, el conocimiento y los libros que mi padre atesoraba en su gran biblioteca, pero en el sacerdote pude ver por primera vez una demostración magna de inteligencia: Hablaba latín, inglés, francés, portugués e italiano, tocaba el órgano con maestría, y tenía en su cabeza una infinidad de citas textuales a las que solía acudir cuando tenía que explicarnos algo. Tenía la costumbre de citarlas siempre en el idioma original en el que las había leído, y lo traducía de inmediato al castellano. En las tardes, luego de la oración vespertina, solía mostrarnos fotos y recuerdos de su vida en Roma, ahí aparecía, joven y entusiasta, al lado de Juan Pablo II y otros notables obispos de una iglesia que a la que entonces la consideraba libre de toda mácula; aparecía también con Teresa de Calcuta y algunos miembros su orden. ¿Qué hace un sacerdote así en un lugar como este?, me preguntaba a menudo. Y así pasé los años cargando mi sotana negra, mi cíngulo y mi sobrepelliz, que el cura nos dejaba llevar a casa para remendar, lavar y planchar antes de toda misa, intentando contagiarme del entusiasmo y la devoción con el que el cura solía hacer todo en su vida. Empecé también a interesarme en las encíclicas, en los concilios y otros textos religiosos que explicaban de forma muy profunda la mística católica.
Pero el tiempo y la adolescencia fueron alejándome de la sacristía y mermando mis ganas de pasar una hora escuchando el disco repetido de todos los domingos por la noche –en el día me levantaba tarde-, y empecé a torcer el rumbo que mis padres me tenían destinado, cambiándolo por un poco de relojeo en el parque y las primeras pitadas al cigarrillo camuflado en alguna calle mal iluminada. Habría que sumar que mi interés por la lectura me llevó a tocar textos que confrontaban con procaz inteligencia todo aquello en lo que yo había creído desde siempre: la semilla que me habían sembrado desde niño. Recuerdo que no quise confirmarme, que las últimas veces que fui a la sacristía peleé con mis compañeros por tonterías y que empecé a enfadar demasiado al cura. Entonces decidí retirarme, antes que ser retirado.
No quise confirmarme, y mis padres pusieron el grito en el cielo y gastaron sus más viles amenazas para que no hubiera un hijo hereje en casa –siempre pensando más en el qué dirán de los vecinos que en mi propio juicio-. Y a pesar de las amables exhortaciones de mis tíos, que decían que no podría casarme si no me confirmaba, y de mis tías, que me decían que hiciera un sacrificio por mis padres, me empeciné en no hacerlo y dejé de ir a la preparación que daban en mi colegio. No recuerdo muy bien quién fue la persona que finalmente me convenció, pero para cuando acepté confirmarme la preparación estaba muy avanzada. Sin embargo, el sacerdote del barrio aceptó darme una clase intensiva. Me preguntó si lo hacía por mis padres y le dije que sí, entonces me dijo que en realidad debía hacerlo por Dios. “No estoy convencido de que Dios sea verdad, padre”, le dije. Volví a pensar en eso cuando el obispo me metió una pequeña bofetada en la iglesia, como lo hizo con el resto de mis compañeros de colegio, mientras mi padrino se cagaba de la risa.
Tiempo después, el cura jesuita fue destacado a una Iglesia mucho más pequeña y vieja, “un nuevo reto para su notable labor”, dicen que dijo el párroco miembro del Opus Dei, que lo veía como una amenaza; otros dijeron que se fue en medio de terribles calumnias que –conociéndolo- no eran más que infundios de viejas sin vida que majaban su pecho de rodillas frente al altar, pero sin una pizca de Cristo en ellas. Poco antes de marcharse el padre recibió una golpiza de unos supuestos ladrones. Le dañaron la rodilla para siempre y desde entonces tuvo que usar un bastón para soportar su cojera. Entonces preferí no complicarme la vida y olvidarme de Dios, su injusticia y todo eso que se supone no es su culpa y que no tiene remedio. Seguí mi juventud y tomé distancia por completo de todo aquello, hasta casi convertirlo en algo parecido a un sueño.
Por supuesto que mantuve un rezago de fe durante mucho tiempo, un rezago que se alimentó de la necesidad de mi madre de creer que había algo esperándola cuando la enfermedad hubiera terminado con ella. En sus últimos años la llevé a misa empujando su silla de ruedas y, otras veces, recibí en casa al nuevo sacerdote del barrio, que llegaba a darle la comunión cuando la enfermedad le impedía a mamá ir a la iglesia. La semana antes de que falleciera recuerdo que envié un email pidiéndoles a mis amigos que iniciáramos una cadena de oración por ella. Por supuesto y como era de esperarse ante tan mezquino emplazamiento, recibí mensajes totalmente sentidos y palabras muy nobles de amigos y gente que con todo amor sé que rezó por ella.
Mi madre murió tras tres días de agonía por un infarto al miocardio. Para entonces había perdido la pierna derecha y tenía unas terribles heridas que estaban comprometiendo la izquierda. Le hacían hemodiálisis tres veces a la semana, sufría de incontinencia y su ceguera era casi completa. Por las noches a veces le caía sangre por la nariz de forma incontrolable –nunca puedo olvidar mis manos intentando contenerla- y otras veces perdía la razón por pequeños colapsos hipoglucémicos, lo cual le impedía hablar y reconocernos. Yo recibí su muerte como al acto más piadoso que una cadena de oración pudo hacer por ella. Cualquier otra circunstancia hubiera resultado simplemente la satisfacción de un acto enteramente egoísta, que era el de anhelar que ella permaneciera con nosotros a pesar de todo su sufrimiento. Un año después, para la misa de honras, mi fe había muerto por completo. Hay quienes piensan que es debido a la muerte de mi madre, porque desconocían la lucha que había cargado durante años, pensando en cuál es la verdad y el camino a seguir. No pretendo hacer aquí comentario alguno al respecto de esa disyuntiva, pero sí confesar que no ha habido nada más difícil en mi vida que dejar la religión de lado, cortar un cordón umbilical al que estuve atado casi toda mi vida. Todavía me recuerdo en las noches rezando sin querer hacerlo, y sentir esa incomodidad y culpa que recorría mi cuerpo al pasar frente a una imagen o iglesia sin persignarme. Quitar de mi boca palabras como “Dios no quiera”, “Dios mediante”, “gracias a Dios” y consolar el luto de las personas con palabras más profundas que “ahora has ganado un ángel”. No ha sido solo un ejercicio de rechazo –en absoluto, sino de un nuevo e interminable aprendizaje. Y aunque parece a todas luces un camino de soledad, no es sino todo lo contrario. Ya no remanece en mí la idea de que Dios está conmigo, sino de que yo estoy conmigo mismo, en completa y perpetua conexión con mi pensamiento y –perdonarán el tonito coelhiano- con el mundo que me rodea. Haberme liberado de la esperanza de otra vida después de la muerte me hace vivir esta con más intensidad, pues considero esta vida como única y finita, y el provecho que pueda sacarle a cada momento me parece sustancial. Pero, por encima de todo, valoro mucho haberme librado del juicio y la amenaza, de la idea de obrar con bondad para no recibir la condena divina, sino hacer lo debido en base a mis convicciones y mi propio criterio, alimentado de la humanidad que dejan en mí la lectura y los pocos pero nutridos pasatiempos que tengo.
Hay días, como este, en que la vida se pone cuesta arriba, el mundo se vuelve injusto y me hace recordar aquellos tiempos de la infancia, y el legado de mi padre y de mi abuelo. Todavía conservo todos los libros religiosos en casa, sin bien ya no recurro a ellos como fuente, sino como complemento. Las señoras de la hermandad a veces dicen que he torcido mi sendero y que estoy extraviado, que no debo esperar a que la adversidad me golpee para voltear mi cara hacia Dios. Siempre les sonrío con amabilidad. No les cuento, por supuesto, de mi infarto, de aquel momento cercano a la muerte en el que me sentí completamente libre y ante el cual aguardé mi final sin miedo alguno. No elevé ninguna oración ni pensé en el cielo o el infierno, y me sentí libre y pleno, satisfecho de haber llevado una buena vida y sabiéndome amado.
No morí, por supuesto. Y aquí estoy, listo para seguir caminando.
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A propósito del Día del Campesino, ¿cuándo llegará la tan ansiada segunda reforma agraria?
Más de medio siglo ha pasado desde la gran Reforma Agraria y poco se ha hecho por mejorar la condición del hombre de campo.

No hay que ir tan lejos para tener registro sobre la manera tan denigrante en que era tratado el campesino en nuestro país. Aquel hombre oriundo, proveniente de los Andes, era considerado poco menos que una bestia de carga en las grandes haciendas de toda la costa del Perú. Vejados, humillados, explotados física y psicológicamente, tenían que agachar la cabeza y pedir permiso, extendiendo ambas manos, al gran hacendado. No estamos hablando que eso sucedía hace siglos, sino, increíblemente, hasta hace menos de un siglo.
El primer intento reivindicativo ocurrió cuando el presidente Augusto Bernardino Leguía estableció en 1930 el Día del Indio, pero tal fecha llevaba consigo una postura paternalista, donde el indígena seguía siendo considerado como un sujeto que requería de protección y tutela del Estado, y por ende continuaban bajo la sombra de los grandes señores terratenientes.

Varias décadas después, en 1969, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, ocurrió un verdadero trato hacia el hombre indígena. El ‘Taita’ impulsó lo que en los libros de historia es considerada la gran ‘Reforma Agraria’, la misma que consistía en transferir tierras a los campesinos, sin soslayar su importantísimo rol en la sociedad. Fue con el Decreto Ley 17716 que se reemplazó el término ‘indio’ por el de ‘campesino’, buscando así extirpar el término peyorativo de la anterior denominación, dotándole un significado más activo y protagonista al hombre de campo, sin excluir a los hombres de la selva y los migrantes, así como los descendientes de otras culturas. “El patrón ya no comería más de la pobreza del campesino”, pronunció Velasco Alvarado, pero su discurso quedó estancado en el tiempo.
Para las Elecciones Generales del 2021 se presentaba como candidato el profesor sindicalista y rondero Pedro Castillo, quien durante la segunda vuelta repetía que con él iba a llegar finalmente la segunda reforma agraria. Las personas creyeron en él, pues era la representación fidedigna de un hombre de campo, el mismo que usaba botas de hule y en una mano llevaba una hoz para trabajar en la chacra. “Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino”, profirió Castillo durante su primer mensaje a la Nación. La población ilusionada aplaudía hasta que le quedarán rojas las palmas de las manos, pero el tiempo pasó y esas mismas manos ahora hacían un puño en señal de indignación.
Pasaron los días y los meses y la tan ansiada reforma nunca llegó. Muy por el contrario, los costos de producción se incrementaron, pero no los ingresos para el agricultor, quien más adelante se sumó también a las protestas contra el chotano.
Hoy, 24 de junio, debería de celebrarse y no conmemorarse el Día del Campesino, pero lamentablemente poco se ha avanzado desde que el ‘Taita’ Velasco decidiera cambiar la realidad de miles de peruanos que son los que verdaderamente dan de comer a todo el país.

Con accesos viales deficientes, carencia en los sistemas de riego, poca valorización de sus productos, la nula o inexistente presencia del Estado en las zonas más remotas, donde es un milagro encontrar al menos una posta médica y que la misma tenga personal, hace que todo se convierta cuesta arriba para el campesino, que no ve un verdadero apoyo desde el gobierno de turno.
El cambio climático tampoco ayuda y cada año se ven friajes más prolongados o sequías que terminan destruyendo toda la cosecha. Sin una mayor participación del gobierno, con capacitaciones sobre las nuevas tecnologías, poco se puede esperar de una mejoría para combatir el efecto del cambio climático.
Mientras llegue un presidente, varón o mujer, que realmente camine al lado del campesino, este día solamente no pasará más allá de una conmemoración y un mensaje de reconocimiento por parte del Midagri y el Ejecutivo en sus redes sociales.
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Minedu separa a más de 1000 docentes y administrativos por violación, terrorismo y otros delitos
Medida forma parte de la estrategia Escuelas Seguras, impulsada por el Gobierno para garantizar entornos escolares libres de violencia.

En el marco de las acciones orientadas a garantizar espacios seguros para los estudiantes, el Ministerio de Educación (Minedu) separó, entre el 1 de abril de 2024 y el 19 de junio de 2025, a 1031 personas (889 docentes y 142 trabajadores administrativos) que tienen condenas o procesos en curso por delitos como violación a la libertad sexual, terrorismo, homicidio, feminicidio, parricidio, entre otros. Estas personas ejercían funciones en 897 instituciones educativas públicas y 134 privadas en todo el país.
Del total, 163 personas con sentencia firme del Poder Judicial fueron separadas definitivamente del sistema educativo. Asimismo, 868 personas con procesos judiciales vigentes fueron separadas de manera preventiva, conforme a la normativa vigente.
El delito con mayor número de implicados corresponde a violación a la libertad sexual, con 868 personas (755 docentes y 113 administrativos). Le siguen los delitos de terrorismo y apología del terrorismo, con 80 personas (67 docentes y 13 administrativos), y el tráfico ilícito de drogas, con 22 personas (18 docentes y 4 administrativos).
“El Minedu trabaja de manera permanente para identificar y retirar del sistema educativo a quienes representen un riesgo para nuestros estudiantes. Nuestro compromiso es claro: las escuelas deben ser espacios seguros y protegidos”, afirmó el ministro de Educación, Morgan Quero.

La estrategia Escuelas Seguras es una prioridad del Gobierno de la presidenta de la república, Dina Boluarte, para garantizar aulas libres de violencia y asegurar la integridad de nuestros niños, niñas y jóvenes. Por ello, desde el primero de enero a la fecha se ha separado a más de 1819 docentes y personal administrativo con sentencia firme o procesos judiciales abiertos por delitos graves, como violencia sexual, homicidio y terrorismo, consolidando así una política firme y sostenida de protección a los estudiantes.
Adicionalmente, el Minedu mantiene bloqueados en el Sistema de Administración de Plazas a más de 2000 docentes denunciados por presuntas faltas muy graves, como violación sexual y terrorismo. Esta medida impide su contratación o nombramiento en instituciones educativas del país, como parte del compromiso del sector con la seguridad e integridad de los escolares.
Estas acciones se desarrollan en cumplimiento de la Ley 29988, que establece medidas extraordinarias para separar del servicio a personal docente y administrativo implicado en delitos de terrorismo, violación sexual y tráfico ilícito de drogas en instituciones educativas públicas y privadas.
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Guerra entre hermanos: Arturo y Carlos Álvarez se lanzan ‘puyazos’ por su progenitor
Arturo no le perdonaría que su hermano haya difundido un informe psiquiátrico sin su autorización, acusándolo de ser un “trome” para la imitación: “Es hora de quitarle la careta”.

Álvarez contra Álvarez. En pantallas todo es risa y espectáculo, pero apagadas las luces los hermanos Arturo (54) y Carlos Álvarez (61) no pueden verse frente a frente por unas recientes declaraciones del candidato a la presidencia de la República, quien dejó muy mal parado al progenitor de ambos, calificándolo como un “lastre” y resaltando sus problemas con el alcoholismo durante toda su vida.
Ante ello, Arturo, comediante e imitador al igual que su hermano, salió en defensa de su padre fallecido, acusando a su hermano que en realidad todos los actos que viene realizando, supuestamente benéficos, tienen un trasfondo calculador, dirigidos para mejorar su imagen en campaña. “Mi hermano ayuda mucho a los niños, no sé si para tener réditos o lo hace de corazón”, indicó.
Mientras que Arturo ha decidido mantenerse en el mundo del espectáculo y la comedia, su hermano Carlos durante los últimos meses viene probando suerte en la política, anunciando su candidatura presidencial. Al respecto, Arturo viene mostrando su desacuerdo con la idea de que la gente vote por su hermano solo porque es un gran artista, sin considerar su esfera privada, la misma que viene siendo revelada por su propio pariente.
“Muchos lamentablemente votan porque como es un gran artista debe ser presidente, entonces disculpa, yo tengo amigas, entonces mi amiga la Pánfila va a ser ministra”, expresó Arturo con ironía.

La situación ha pasado de ser un mero conflicto familiar a una disputa judicial cuando se supo que Carlos le habría entregado un informe psiquiátrico de su hermano a un programa de farándula, con la intención de desacreditarlo.
“Es un golpe bajo y un delito que mi abogado va a tomar cartas en el asunto. Me duele porque lo hace gente de su campaña. Pero si él está jefaturando esto, él debe dar el visto bueno a eso (…) No es malo. Creo que estamos en una sociedad enferma. Lo malo sería no acudir estando mal”, indicó.
“Más que en contra mía, está en contra de todo lo que le impida llegar al poder. Carlos es un trome en la imitación, entonces mucho ojo, oiga con lo que voy a decir. Es muy trome, pero es hora de quitarle la careta”, advirtió Arturo sobre su propio hermano, deslizando la idea de que efectivamente todo se trataría de una enorme puesta en escena para ganarse el apoyo de los ciudadanos en su postulación.
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Perú al borde del abismo: solo un milagro la mantiene con vida rumbo al Mundial 2026
La blanquirroja en la cuerda floja.

La selección peruana atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente en las Eliminatorias Sudamericanas. Con los resultados de la fecha 16 ya definidos y el empate sin goles ante Ecuador en el Estadio Nacional de Lima el pasado 10 de junio, la Bicolor se encuentra en una situación desesperante que requiere de un verdadero milagro para mantener vivas sus aspiraciones mundialistas. Al 13 de junio de 2025, Perú ocupa la novena posición de la tabla con apenas 12 puntos, producto de dos victorias, seis empates y ocho derrotas en 16 partidos disputados. La diferencia de gol de -11 refleja las dificultades ofensivas que han caracterizado el proceso dirigido por Óscar Ibáñez.
El nuevo panorama sudamericano
El panorama actual de las Eliminatorias Sudamericanas presenta un escenario donde solo Argentina ha asegurado matemáticamente su clasificación al Mundial 2026, liderando la tabla con 35 puntos y una diferencia de gol de +19. Detrás del combinado albiceleste, Ecuador y Brasil están bien posicionados en la tabla, pero aún no han asegurado matemáticamente su pase al mundial tras el empate conseguido en Lima, sumando 25 puntos que los mantienen en los primeros lugares. La nueva realidad del Mundial de 48 equipos ha ampliado las posibilidades para Sudamérica, que ahora cuenta con seis cupos directos más uno adicional para el repechaje intercontinental, una ventaja que paradójicamente no ha beneficiado a Perú debido a su pobre rendimiento.
Paraguay ocupa la quinta posición con 24 puntos, mientras que Uruguay se ubica cuarto con la misma puntuación pero mejor diferencia de gol. Colombia, que empató 1-1 con Argentina en la misma fecha, mantiene 22 puntos en el sexto lugar, cerrando momentáneamente la zona de clasificación directa. Venezuela, con 18 puntos en la séptima posición, controla actualmente el cupo del repechaje, seguida por Bolivia con 17 puntos. La eliminación matemática ya tocó la puerta de Chile, que suma apenas 10 puntos tras su derrota 2-0 ante Bolivia en El Alto, convirtiéndose en el primer país sudamericano prácticamente fuera de la carrera mundialista.
Las casas de apuestas internacionales han ajustado dramáticamente las cuotas relacionadas con las posibilidades peruanas de clasificación, reflejando el pesimismo generalizado tras los últimos resultados. Las probabilidades de clasificación directa de Perú han caído por debajo del 5%, mientras que las opciones de alcanzar el repechaje oscilan entre 15% y 20% según diferentes operadores. Betano, una de las plataformas más populares entre los aficionados peruanos, ha lanzado promociones especiales para atraer nuevos usuarios durante esta fase decisiva de las eliminatorias, ofreciendo bonos de bienvenida atractivos para quienes se registren durante junio. Los interesados pueden acceder a estas ofertas revisando el código promocional Betano términos y condiciones, donde se detallan los requisitos y beneficios disponibles para apostadores primerizos. Estas estimaciones reflejan tanto el rendimiento reciente del equipo como las proyecciones de los modelos estadísticos utilizados por las casas de apuestas.
La ecuación matemática casi imposible
La matemática cruel muestra que Perú necesita una combinación casi perfecta de resultados para mantener vivas sus esperanzas. Con solo dos fechas restantes en las eliminatorias, la selección nacional debe ganar sus dos partidos restantes (ante Uruguay de visita y Paraguay de local). Sin embargo, estos resultados por sí solos no garantizan nada, ya que Venezuela debe tropezar significativamente en sus compromisos pendientes para que Perú pueda desplazarla del séptimo puesto que otorga el repechaje.
El equipo dirigido por Ibáñez ha mostrado cierta solidez defensiva en condición de local, manteniendo la portería en cero en tres de sus últimos cinco partidos en Lima. Pedro Gallese continúa siendo una figura confiable bajo los tres palos, liderando las estadísticas de pases completados entre los arqueros de la competición con 34 intentos exitosos en la última jornada. La dupla defensiva central formada por Carlos Zambrano y Renzo Garcés ha demostrado experiencia y carácter, aunque la falta de gol sigue siendo el talón de Aquiles de un equipo que promedió menos de un tanto por partido durante todo el proceso eliminatorio.
Venezuela, el principal rival directo de Perú en la lucha por el repechaje, afronta sus partidos restantes con la ventaja psicológica de manejar su destino. La Vinotinto recibe a Paraguay y visita a Colombia en sus dos compromisos finales, encuentros donde un triunfo y un empate le garantizarían mantener su posición privilegiada. Bolivia, aunque matemáticamente viva, enfrenta un calendario complejo que incluye visitas a Brasil y Argentina, lo que reduce considerablemente sus opciones reales de alcanzar los 20-21 puntos que históricamente han sido suficientes para el séptimo lugar.
La historia no acompaña a la Bicolor
El factor histórico tampoco favorece a Perú en esta recta final. La selección nacional no logra vencer a Uruguay en Montevideo desde 1999, mientras que Paraguay siempre se ha mostrado como un rival incómodo en Lima. Ecuador, que ya tiene su clasificación prácticamente asegurada, podría presentar un equipo alternativo en la última fecha, aunque tradicionalmente los equipos sudamericanos mantienen la competitividad hasta el final de las eliminatorias por respeto al torneo y a sus propios procesos formativos.
Un futuro incierto
La realidad indica que las posibilidades peruanas de clasificar al Mundial 2026 son mínimas, requiriendo una conjunción de resultados favorable que bordea lo imposible. La eliminación matemática podría confirmarse incluso antes de la próxima fecha si Venezuela suma puntos ante Paraguay. Para una selección que alcanzó el repechaje en dos procesos consecutivos bajo la conducción de Ricardo Gareca, la actual situación representa un retroceso doloroso que obliga a una reflexión profunda sobre el futuro del fútbol peruano y la urgente necesidad de renovación generacional que permita recuperar el nivel competitivo perdido en los últimos años.
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Estudiantes de la UNFV toman desde anoche la sede principal [VIDEO]
Universitarios denuncian que muchos de ellos hasta la fecha no aparecer registrados como matriculados, y exigen una mayor celeridad de parte de la administración de esa casa de estudios para regularizar sus matrículas.

Casa tomada. Ya estamos a mitad de año, pero increíblemente decenas de estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) se encuentran en una condición sui géneris. Van a clases, rinden exámenes, ingresan a sus facultades con sus libros y anotaciones, pero en papeles ¡no son estudiantes de esa casa de estudios!
A pesar de que las clases en la sede de la UNFV, ubicada en la avenida Nicolás de Piérola, iniciaron en el mes de abril, increíblemente los universitarios no cuentan con una matrícula formal y es que, según cuentan los manifestantes, el área administrativa de esa universidad no los tiene registrados. Ellos, explican, que esto le trae una serie de inconvenientes como el acceso al comedor universitario o el beneficio del medio pasaje en el transporte público que le otorga su carné universitario.
“Estamos a mitad de año, ya pasaron los exámenes parciales y aún no se ha abierto la matrícula para estudiantes de segundo a quinto año en la Facultad de Humanidades. Sin matrícula, nuestros esfuerzos no serán reconocidos, perderemos el acceso a servicios y corremos el riesgo de perder el año académico”, expresó uno de los dirigentes estudiantiles a través de un megáfono durante la protesta.
Pero eso no es todo. Los manifestantes sostienen que ese problema también se da en la facultad de Ciencias, donde se estarían perjudicando alrededor de 300 estudiantes de esa universidad nacional.
Los estudiantes indicaron que tras varias semanas de marchas pacíficas y reclamos decidieron tomar una medida más drástica para exigir una mayor celeridad en la regularización de sus matrículas. Indicaron que esperan en la brevedad un pronunciamiento de la rectora Cristina Alzamora, caso contrario continuarán de manera indefinida con la toma de esa sede.
Además, mostraron preocupación por las próximas elecciones estudiantiles, ya que no existe un padrón claro de alumnos habilitados para participar. “Se vienen las elecciones a cogobierno y no se sabe quiénes son oficialmente los estudiantes. Ya hicimos más de tres plantones, pero las autoridades no nos dan solución, por eso tomamos la sede central”, indicaron.
Por su parte, la UNFV anunció a través de su página oficial en Facebook que las clases se desarrollarán de manera remota hasta el domingo 22 de junio, como medida temporal para evitar mayores inconvenientes en las actividades académicas y administrativas mientras se resuelve el conflicto.
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En menos de tres meses, mueren profesor y estudiante tras caídas en la UTEC de Barranco [VIDEO]
La UTEC asegura activar protocolos de seguridad, pero en poco más de dos meses hay dos fallecidos. Mientras tanto, la universidad guarda silencio, limita la información pública y alega que los casos aún están en investigación.

Un nuevo incidente enluta a la comunidad de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). Un estudiante falleció este miércoles 19 de junio tras caer desde un piso alto dentro del campus ubicado en el jirón Medrano Silva, en el distrito de Barranco. La noticia fue confirmada por la propia universidad mediante un breve comunicado en sus redes sociales, donde anunció la suspensión de todas las clases presenciales y virtuales por dos días.
“Dada esta triste situación, hemos activado los protocolos correspondientes”, indicó la institución, agregando que las actividades se retomarían de forma virtual el sábado 21 de junio. Además, señalaron que “se continuará colaborando con las autoridades para esclarecer los hechos”.

No obstante, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el manejo comunicacional ha sido altamente hermético. No se han brindado detalles sobre las circunstancias del suceso, ni se ha explicado qué tipo de protocolos se han activado específicamente. Esta falta de transparencia genera preocupación y desconcierto, especialmente considerando que este es el segundo caso similar en apenas dos meses y medio.
En abril pasado, un docente también falleció al caer desde uno de los edificios del mismo campus. En esa ocasión, la UTEC emitió un comunicado casi idéntico, anunciando una investigación, suspendiendo clases y expresando condolencias, pero sin ofrecer explicaciones claras ni asumir responsabilidad alguna.

Ambos casos, aunque en investigación, reflejan un patrón preocupante. Si la universidad asegura seguir protocolos de seguridad, ¿por qué no se han reforzado las medidas preventivas en los diferentes pisos y estructuras del campus?
Las muertes trágicas de un profesor y ahora un estudiante no pueden quedar reducidas a comunicados breves y silencios institucionales. La comunidad universitaria y la opinión pública merecen respuestas claras, acciones visibles y un compromiso real con la prevención y la seguridad.
Estudiante de la UTEC cae al pavimento en las instalaciones de la universidad y fallece. @UTECuniversidad pic.twitter.com/HF9l8aZOVV
— Revista Lima Gris (@Limagris) June 19, 2025
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Jesús María vivió su propia Champions League: exitosa primera edición reunió a más de 200 vecinos
16 equipos compitieron por la Copa “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚”.

Con emoción, goles y espíritu vecinal se vivió la primera edición del campeonato relámpago “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚!”, organizado el pasado sábado 14 de junio como parte de las celebraciones por el Día del Padre. El evento, que congregó a más de 200 vecinos y vecinas, se convirtió en una verdadera fiesta deportiva con transmisión y narración en vivo, almuerzo comunitario y una final de infarto definida por penales.
Aunque inicialmente se tenía previsto realizar el torneo en las canchas del Club Lawn Tennis, los equipos fueron sorprendidos al llegar y encontrarse con la negativa de uso del espacio por “orden superior”, sin explicación clara. No es la primera vez que ocurre algo similar: ya durante el Día de la Madre, otra actividad vecinal programada en el restaurante “Megapollo” fue suspendida tras una clausura de última hora por parte del área de fiscalización del municipio. Sin embargo, gracias a la rápida reacción y buena organización del equipo de Luiz Carlos Reátegui, aquella actividad logró realizarse exitosamente en otro local, reuniendo a más de 600 madres jesusmarianas.

Este campeonato relámpago pese a los intentos vanos de impedirlo y obstaculizarlo, siguió adelante gracias a la buena predisposición, apoyo, cariño, respaldo vecinal y el entusiasmo de los participantes. En total, más de 16 equipos de categoría libre (conformados por vecinos de distintas edades y zonas del distrito) disputaron partidos intensos y llenos de camaradería. La gran final fue digna de una Champions League: ambos equipos ingresaron en formación por el centro de la cancha, ante los aplausos de los asistentes, y el título se definió con goles que son amores, elevando la emoción al máximo.
El evento fue transmitido en vivo a través de la fanpage oficial de Luiz Carlos Reátegui, quien además animó la jornada junto al narrador deportivo del evento, con humor, cercanía y mucho carisma. El stream(transmisión) obtuvo miles de reproducciones.

Durante la premiación, los campeones alzaron la Copa a escala real en medida y peso oficial de la Champions League, que simbolizó el esfuerzo y la pasión de todos los vecinos participantes. Luiz Carlos Reategui cerró el evento anunciando que este campeonato se repetirá cada año, como parte de su propuesta de convertirlo en una tradición deportiva para Jesús María durante su próxima gestión.
El equipo de Reátegui de la mano de su liderazgo ha vuelto a salir airoso una vez más, demostrando con resultados evidentes la capacidad de dirección, organización y gestión.
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Paro Nacional de Transportistas: más asesinatos y un gobierno ausente
Mientras las mafias siguen matando a transportistas en todo el país, Dina Boluarte guarda un silencio cómplice. La falta de acción y de liderazgo ha convertido las carreteras en territorios sin ley. Los transportistas paralizarán el país este 18 de junio exigiendo lo que siempre se les garantizó: seguridad y justicia.

Los gremios de transportistas han anunciado un paro nacional para este miércoles 18 de junio, en protesta por la alarmante ola de violencia que azota a su sector. La medida, que iniciará a las 00:00 horas y se extenderá hasta las 23:59, incluirá concentraciones en puntos clave de Lima, Callao y otras regiones.
La Confederación Nacional de Transportistas del Perú (CNTP), la Asociación Nacional de Transportistas (ANTRA) y otros colectivos lideran esta jornada de protesta, tras registrar al menos 15 conductores asesinados en lo que va del año. Las mafias que cobran cupos y extorsionan operan con total impunidad en las rutas del país, mientras el Ejecutivo, encabezado por Dina Boluarte, guarda un silencio cómplice.
Los puntos de movilización en Lima incluyen el Óvalo Santa Anita, el puente Los Ángeles (SJL) y la Plaza Bolognesi. En el Callao, el Óvalo La Perla será el epicentro. El impacto será grave: rutas interprovinciales y urbanas paralizadas, con serias consecuencias para el transporte de pasajeros y mercancías.
Los gremios exigen un plan nacional de seguridad para el sector transporte, mayor presencia policial en zonas críticas y, sobre todo, una respuesta política firme. Pero hasta el momento, el Gobierno no ha emitido ningún pronunciamiento, demostrando su total desconexión con la realidad que viven miles de trabajadores diariamente.
El silencio del Ejecutivo frente a las extorsiones, asesinatos y amenazas sistemáticas refleja una grave irresponsabilidad. Dina Boluarte ha optado por mirar a otro lado, mientras los transportistas mueren en las carreteras y los ciudadanos quedan a merced del crimen organizado.
La protesta no es solo por ellos, advierten los voceros de los gremios. La seguridad en las vías es un problema nacional que afecta la economía, la movilidad y la vida misma de todos los peruanos. Si no hay una respuesta inmediata, el paro podría volverse indefinido.
La indiferencia del Gobierno de Dina Boluarte ya no es tolerable. La ciudadanía exige acción, no excusas.
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