Artista Diego Bejar denuncia presunta estafa y agresión en exposición «Maravillarte» del Ministerio de Cultura
Artista retiró su obra de la exposición del Ministerio de Cultura porque la encontró en una pared llena de agujeros y junto a un extintor con tubos de luz y un letrero. Además viene denunciando una presunta estafa y agresión. También compartimos la respuesta de la organización.
Lo que debió ser un concurso y exposición que albergue y difunda el trabajo de los artistas que postularon a Maravillarte 2023, se convirtió en el epicentro de una nueva polémica en el circuito cultural. La denuncia del artista Diego Bejar Luksic comenzó a recorrer las redes sociales evidenciando las carencias de una muestra de arte que se realiza con graves errores en las instalaciones del Ministerio de Cultura.
La muestra Maravillarte es organizada por la Asociación de Fomento y Apoyo al Arte Peruano (AFAP), y es liderada por Sandra Mavila, fundadora y directora. Dentro de AFAP también aparece Pedro Pablo Alayza como asesor honorario, y Antonio Zegarra Ávila como curador. Esta asociación por segundo año consecutivo contó con el apoyo del Ministerio de Cultura para realizar el mencionado concurso y exposición en la sede central del MINCUL.
Página web de AFAP.
En el video publicado por el artista Diego Bejar, quien postuló para ser parte de la muestra colectiva de Maravillarte, se observa claramente la paupérrima curaduría en uno de los salones de la exposición. Esto motivó que Bejar Luksic decidiera retirar su obra que formaba parte de la exposición colectiva en el Ministerio de Cultura.
Es así que el sábado 20 pasado, Diego Bejar llegó junto a la artista Nataly Salazar (enoramorada) hasta el MINCUL con la finalidad de desmontar su cuadro que se encontraba junto a un extintor y en una pared llena de agujeros, tubos de luz y una letrero. Para el artista la mala curaduría y museografía representa una falta de respeto. En medio de los reclamos e intercambios de palabras con la organizadora Sandra Mavila; Diego Bejar y Nataly Salazar denunciaron una presunta agresión por parte del señor Fernando Nakaya (pareja de Sandra Mávila).
Obra de Diego Bejar junto a un extintor, tubo de luz y letrero de «Exit».
Lo sorprendente es que hasta hoy, la ministra de Cultura Leslie Urteaga no se ha pronunciado sobre el caso y tampoco desde el MINCUL se han comunicado con el artista que señala que se ha sentido estafado y agredido. Lo concreto es que por un grave error en la curaduría, Maravillarte termina convirtiéndose en un evento decepcionante.
Además, a la organizadora se la cuestiona por exponer sus obras dentro de la muestra Maravillarte sin haber postulado. Es decir, Sandra Mávila, utiliza la exposición que organiza para promover su propio trabajo. Un accionar antiético que en los últimos años algunos personajes han tratado de normalizar.
Para conocer mejor de lo que pasó en las instalaciones del Ministerio de Cultura, nos comunicamos con el artista Diego Bejar Luksic, quien nos contó detalles de su decisión y de lo sucedido en la discusión con la organizadora. De la misma manera, también conversamos con Sandra Mavila, quien nos dio su versión de los hechos.
Aquí la entrevista con Diego Bejar:
Diego, lo que veo es que te has quedado sorprendido por la manera en que terminó siendo expuesta tu obra y la obra de los otros artistas. En ese sentido ¿por qué tomaste la decisión de retirar tu cuadro de la exposición?
Tomé esa decisión porque soy un artista profesional de pintura, licenciado de la Universidad Católica, estoy llevando una maestría de curaduría de Historia del Arte. Respecto al retiro de mis obras me percaté que la exposición no guardaba un espacio prudente entre los cuadros para que se puedan apreciar de una manera más óptima; y por otro lado, el hecho de los QR era uno de los motivos principales para que se pueda difundir el arte de los artistas de provincia; y otro de los motivos fue el hecho de no tener la capacidad de poder brindar un espacio adecuado para la muestra de las obras, por ejemplo, las paredes son de cemento o solo se pintaron de blanco, sin embargo están llenas de huecos. No han cubierto las cajas de luz ni los tubos de aluminio, los cuales se encontraban entre los cuadros, sumado a ello los extintores que también se encontraban entre las muestras de pintura, especialmente al costado de mi obra. Mi cuadro terminó en una esquina, al costado de un extintor rojo y un anuncio que decía “Exit”.
Entonces, la organización ni el Ministerio de Cultura han sabido elegir el espacio. Aparte de eso claramente se observa una curaduría deficiente
Lo que yo reclamo es que no hubo un disclaim museográfico profesional, y lo que me dijo la señora Sandra Mavila es que todo lo hizo con su propia plata, sin embargo, en la primera página del catalogo aparece la marca Dinners Club. Atiborra los cuadros, no coloca los QR, y cuando yo le pido una explicación me contestó que las señoras de limpieza al ver los QR en el piso los habían barrido. Cuando fui a dejar mis obra, ella me dijo que las obras se encontraban listas para ser instaladas; es más, mencionó que el curador Zegarra, ya había curado las obras.
Obras atiborradas sin criterio curatorial.
¿Qué pasó luego de eso?
El día de la inauguración, en la tercera sala, iban a dar la premiación a los primeros puestos, y justo en el medio de la sala, donde es muy visible para todos los que acudieron, se encontraba un cubo acrílico con la obra de la señora Sandra Mavila, y al costado de esa obra estaba el único QR que se salvó. Ese QR te llevaba a una tienda virtual de la organizadora.
¿Y el 20 de mayo que retiraste tu obra pudiste conversar con algún representante del Ministerio de Cultura?
En realidad, con los únicos que pude conversar fue con la señora Sandra Mavila y con su pareja Fernando Nakaya, el cual es su asesor legal.
¿Qué sucedió exactamente con el señor Fernando Nakaya?
Hubo una agresión de parte de la pareja de la señora Mavila, quien, al ver que yo me encontraba con mi enamorada Nataly Salazar desmontando mi cuadro, intentó arrancar de manera violenta la placa de la ficha técnica de mi obra, pero mi enamorada le ganó el movimiento, siendo ella quien se encargó de retirar la placa pero de manera cuidadosa. Entonces, en ese ademán de querer retirar la placa, se dio un roce entre Fernando y mi enamorada, luego de ello el tipo empezó a gritar como si lo hubiese atropellado un camión, vociferando “agarren a la chiquitita”, en clara alusión a mi enamorada. Yo que en ese momento me encontraba en la sala contigua me percato del incidente por los gritos, voy y le encaro por la falta de respeto hacia mi pareja. Todo eso lo vio un señor de seguridad y él mismo le dijo al señor Nakaya que no le falte el respeto a Nataly.
¿Qué pasó después?
Luego se aparece la señora Mavila, sosteniendo que toda la exposición era ad honorem, pero en su catálogo en la primera página aparece la publicidad de Dinners Club, y muy aparte de eso, ella también cobra una comisión por cada cuadro expuesto. Lo que a mí me sorprende es que hasta ahora no se haya acercado ni un funcionario del Ministerio de Cultura para dar solución, porque el evento se realizó dentro de sus instalaciones. Ni un funcionario me ha llamado y tampoco he tratado de comunicarme con ellos porque no sabemos como realizar la denuncia y que llegue a las cabezas de esa institución.
¿Cuántos artistas fueron a exponer?
Ahí hubo otro problema porque metieron a más de 300 artistas, y también le reclamé eso porque la museografía no aguantaba a tantos, a lo que ella me contestó que lo hacía para dar cabida a todos los artistas, sin embargo, en el día de la inauguración no había ni un QR a excepción del que había en la obra de Sandra Mávila.
En el video que publicaste, mencionas que te sientes estafado por el Ministerio de Cultura.
Sí, porque es un concurso nacional de pintura y debería tener cierto nivel de curaduría y de profesionalismo. Deberían de contratar a la gente idónea y también deberían de darle el correcto seguimiento a la puesta. Cómo vas a poner cuadros en un edificio brutalista.
¿Para ti esta exposición fue realizada al caballazo?
Exacto, al ‘caballazo’, y echándoles la culpa a las señoras de limpieza por la pérdida de los QR. Yo no le creo esa versión.
¿Qué le pedirías a la ministra de Cultura Leslie Urteaga?
Que en el Perú hay personas calificadas para poder generar una muestra nacional de arte, que no humille al artista, que verdaderamente difunda su obra, y que dos personas no lucren con un concurso nacional y con Marca Perú. Ella, sin participar en el concurso, terminó exponiendo su obra y justo en el día de la premiación.
Parte de la exposición de Maravillarte en el MINCUL.
Luego de conversar con Diego Bejar, también nos comunicamos telefónicamente con la organizadora Sandra Mavila. Aquí su descargo sobre lo sucedido en el Ministerio de Cultura.
Sandra Mávila.
El espacio no se prestaba para ese tipo de exposiciones, ¿faltó una persona para que haga la curaduría?
Si hubo curaduría y estuvo a cargo del curador Antonio Zegarra, y también se encontraba una persona del Ministerio de Cultura. Es verdad que hubo un espacio, sobre todo en el tercer piso, donde las obras se pusieron muy juntas. Esa critica la aceptamos, pero tendrías que saber primero qué es Maravillarte, qué brindamos. Se ha hecho un concurso a nivel nacional y esta es nuestra segunda edición; más de 600 participantes se llegaron a inscribir y nosotros seleccionamos a 300, tal como el año pasado. Este año nosotros solicitamos otro piso más porque el año pasado también tuvimos ese problema y por querer darle oportunidad a más artistas nos quedó chico ese lugar. Si bien este año convocamos a menos artistas a la exposición, también convocamos a consagrados como Gerardo Chávez, Ramiro Llona o por ejemplo, el maestro José Coronado.
¿Quién organiza Maravillarte?
Lo organiza la AFAP, Asociación de Fomento y Apoyo al Arte Peruano, de la cual yo la dirijo. Nosotros hacemos casi el 100% de la organización y tenemos un convenio con el Ministerio de Cultura para poder usar sus instalaciones. En este convenio de apoyo hay claro un poco de marketing que sale del propio ministerio, pero todos los recursos los financiamos nosotros. El Ministerio de Cultura no nos da ni un sol. Yo soy la que pago los sueldos y tengo que buscarme un recurso para poder premiar con seis mil soles cada categoría.
¿Esas obras que se exponen se encuentran a la venta?
Por supuesto, eso es lo que buscamos.
¿De esa venta ustedes se quedan con un porcentaje?
Nosotros firmamos un contrato con el artista donde indica que el precio del cuadro que quieren poner a la venta le tienen que sumar un 10%, ese 10% es lo que nos corresponde. Sin embargo, hay casos en donde el potencial comprador esta interesado en contactarse con el artista, ya sea para pedirle una rebaja o para que le elabore otra obra, en esa gestión yo no intervengo para nada.
Sandra Mávila en la premiación de Maravillarte.
¿Qué sucedió con los QR que se iban a colocar al costado de las obras?
Eso fue en caso de algo más de 10 o 15 QR que se perdieron. Esa idea yo les sugerí a los artistas porque ya se han dado casos en que me piden más datos de ellos, como su número de contacto o su página web o de Instagram; eso era para que tenga un contacto directo con el mismo creador. Nosotros hemos tratado de mantener los QR siempre al costado de la obra, pero cuando ya se colgaron los cuadros algunos de esos QR quedaron en el piso, debajo de la obra, más o menos uno o dos días antes de la inauguración. Ya cuando quisimos colocar los QR en las obras nos percatamos que no estaban. Haciendo las indagaciones a los de seguridad empezamos a preguntar si tal vez el personal de seguridad los recogió pensando que era basura. Ahora, no sé si Diego (Bejar) trajo ese día su QR porque cuando vino acá estaba gritando; no se podía hablar con él.
Diego me comentó que su novia Nataly Salazar que también es artista, fue agredida por el señor Fernando Nakaya, que es tu pareja.
Esas son versiones. En ningún momento se ha agredido a alguien, al contrario, ellos vinieron con la cámara prendida, esa señorita era la que más se ponía a filmarme, diciendo que era medallista, que la habíamos ofendido, y cuando intentaba hablar con ellos seguían gritando que los habíamos tratado mal por poner su obra al costado de un extintor. Nosotros cuando clasificamos a los exponentes lo hacemos por porcentajes, es decir, hay medallistas, hay maestros, y también hay personas nuevas, autodidactas. Los artistas presentan dos formularios, uno con el nombre de la obra y su seudónimo, y otro donde sí se muestra la información completa pero eso lo vemos mucho después.
Entonces, en un principio nosotros, vemos el primer formulario. Por ejemplo, hay un cuadro calificado con “Mención honrosa” ubicado al costado de una escalera, así que probablemente el curador lo colocó ahí por una cuestión de espacios, así como el caso de la obra de Diego, que no era muy grande.
Respecto a mi pareja que es Fernando Nakaya, al ver que tanto Diego como su enamorada no paraban de gritar, se acercó hacia ellos para decirles solamente: “yo creo que todo tiene un límite”, a lo que Diego le contesta: “¿me estás amenazando? Si quieres nos agarramos afuera”.
Yo entiendo la molestia de Diego, pero el detalle es que ellos no dejaban de gritar sin que yo pueda responderles. Por último, ellos podían gritar todo lo que querían porque me parece democrático y están en todo su derecho. En un momento le digo a Diego si lo que realmente le molestaba era la ubicación de su obra y si deseaba que la recoloque en una pared escogida para los maestros, pero él igual no entraba en razones. Entonces, le digo que él había venido con una sola intención, porque nada le parecía conforme, es por eso que terminó llevándose su cuadro. Ahora, tú sabrás que en cada piso del edificio no es que haya un solo extintor sino varios, así que era inevitable que en algún momento se choque con uno de ellos, eso sumado al estilo brutalista de las paredes, las cuales de por sí ya tienen varios huecos y enchufes.
Sede central del Ministerio de Cultura
¿No crees que este tipo de espacios no es adecuado para esta exposición? Así como Diego, otros artistas también pueden llegar a sentirse ofendidos.
Acepto que el montaje está algo apretado, ahora no toda. Las luces del ministerio no me ayudan, el mismo lugar en sí, estamos hablando del ex Museo de la Nación.
Si se trataba de un concurso nacional ¿por qué una de tus obras se encuentra en la exposición?
Esa escultura ha sido creada para recaudar fondos para la AFAP. Solamente nosotros tenemos un solo auspiciador, el cual es Dinners Club, y por supuesto que esto es una tienda porque vendemos los cuadros y ese dinero va para los artistas.
¿No te parece que al colocar tu obra en esta exposición que organizas despierta suspicacias antiéticas?
Tengo que hacer un montón de cosas como pagar el camión para que recoja determinada obra, pagar al personal, al curador, gestionar permisos, hacer trámites, etc. y todo eso para el beneficio de los artistas no tan conocidos. Yo quisiera recaudar la mayor cantidad de fondos y eso por eso que está “La destapada”. A mí me da mucha pena lo de Diego, y si él me hubiera dado la oportunidad en ese momento, le hubiera pedido disculpas si se sintió ofendido por estar al lado de un extintor; lo entiendo perfectamente. Ahora, lo que para uno es una ofensa, créeme que para otro es una oportunidad; eso es muy relativo. Que malinterpreten el tema de mi obra “La destapada” me da mucha pena, porque yo tengo que buscarme los recursos para pagar a toda la gente que está detrás del concurso.
«La destapada» obra de la organizadora Sandra Mávila.
Lamentablemente exposiciones decepcionantes se vienen arrastrando en diferentes puntos a nivel nacional, y desde Lima Gris creemos que si este tipo de eventos se hace en las instalaciones del Ministerio de Cultura, la cual es una institución del gobierno peruano, no debería existir carencias curatoriales ni museográficas. Pasar por alto esto, es contribuir con la mediocridad y el conformismo que por mucho tiempo le viene haciendo daño al desarrollo del arte en nuestro país.
Diego Bejar, con su denuncia y retiro de su obra de la exposición, se atrevió a dar el primer paso para generar una ola de protestas en contra de las negativas exposiciones. A estas alturas no se puede permitir que estas cosas suceden en una institución del gobierno.
Hubiéramos querido tener el descargo de la ministra de Cultura Leslie Urtega, responsable de los que pasa en el MINCUL, pero desde hace varias semanas ella se niega a conversar con Lima Gris.
Edwin Cavello Limas. Periodista y cinéfilo. Es CEO y director de la revista, radio y TV Lima Gris. Fue editor de la revista ONCE, Actualmente es columnista del diario La Razón, Editor de Cultura de Diario UNO y conductor del programa Lima Gris que se transmite por Radio Planicie 91.5.FM.
Día Internacional del Libro 2025: en promedio, menos de dos libros al año lee un peruano
Este 23 de abril se celebrará importante fecha en distintos países del orbe y en comparación con otros países de la región estamos muy por debajo en lectura.
Uno de los inventos más grande de la humanidad no requiere de electricidad, ni de modernas tabletas, y tampoco del pago de una suscripción, solo sostener en sus manos aquellas hojas que conforman una historia fascinante, misteriosa, reveladora o sumamente intrigante.
Cada libro es una historia diferente, puede que el tema sea el mismo, pero la manera y estilo de escribirlo, y sobre todo de imaginar cómo se desarrolla la trama, hace que ninguno de ellos sea idéntico. También influye la etapa en que lo leamos, ya sea de muy jóvenes, ya adultos o en nuestros años otoñales.
En épocas de inteligencias artificiales, mega computadoras, plataformas que encadenan a las personas a deslizar su dedo de abajo hacia arriba, los libros han quedado relegados en algún rincón de la casa. Ya pocas personas se toman el tiempo de ‘desconectarse’ de la vorágine del mundo entrampado a un enchufe y una conexión a internet; podría calificarse como ‘rara avis’ a aquellas personas (hombres, mujeres o niños) que están en la calle concentrados en algún capítulo de su novela favorita.
A propósito del Día Internacional del Libro a celebrarse este miércoles 25 de abril, cabe recordar que menos del 50 % de peruanos ha leído un libro, según la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) realizada en el año 2022, teniendo como universo de encuestados a personas entre los 18 y 64 años.
En estricto, de acuerdo a las cifras arrojadas por la ENL, el peruano en promedio lee 1.9 libros al año, cifra sumamente baja a comparación de otros países en la región. Por ejemplo, en Argentina sus ciudadanos leen 6.4 libros año, de acuerdo a la Cámara Argentina del Libro. En tanto, en Brasil se lee 4.7 libros. Nuestro vecino país de Chile lee en promedio 3.9 libros al año, de acuerdo a data recabada por la Biblioteca Nacional de Chile.
Nuevas generaciones optan por los contenidos digitales. Foto: Gobierno del Perú.
Factores del bajo nivel de lectura en el Perú
Una crítica que se tiene que realizar a todos los padres de familia es el no acostumbrar a sus hijos a coger un libro en su tiempo libre, optando por entregarles un celular para su distracción lo que hace que a la larga se pierda el hábito de la lectura de manera voluntaria.
Otro de los factores es la aparición de distintos medios digitales. Los peruanos se han ‘mal acostumbrado’ a leer solo las portadas y un poco de texto, desechando cualquier otro tipo de información más detallada.
Y cómo no soslayar el hecho de los altos precios de algunos libros, espantando a muchos ciudadanos de querer adquirirlos. Cabe recordar que nuestro país es mayoritariamente informal y acceder a un libro, ganando solamente el sueldo mínimo, puede representar un gasto considerable en la economía de una persona.
Mariana Enríquez: «El Papa era el poderoso más compasivo»
«Una cosa que sí me enseñó Francisco fue a bajar diez cambios con el anticlericalismo» la escritora argentina Mariana Enríquez se despide del Papa Francisco en sus redes con un mensaje de una agnóstica que deja de lado el orgullo y reconoce que hay puntos de encuentro y aceptación en las discrepancias que el magisterio de Francisco dejó. Tal vez aquí empieza el milagro.
Recientemente vimos un post en la cuenta de la escritora argentina Mariana Enríquez que no pudo dejar de sentir la muerte de Francisco como algo propio:
«Una vez, o dos, lo vi cuando era arzobispo de Buenos Aires en el subte E yendo para la villa. No me caía bien entonces: Jorge Bergoglio tuvo posiciones cuestionables. Cuando lo anunciaron como Papa me asusté. Con los años no me hice más ni menos católica, pero si me di cuenta de que se convirtió en un enorme líder y un buen pastor para sus fieles. Gente que jamás hubiese imaginado que podría siquiera respetar a un Papa le tenía afecto. Me incluyo. Solo conozco las acciones más visibles de su pontificado, porque no me pasé estos años prestando atención: no soy religiosa. Pero me da mucha pena su muerte y me da orgullo que haya sido alguien como Francisco el primer papa de América Latina. Se que estaba en contra de muchas cosas que me parecen elementales, pero está bien, no le pido a la Iglesia que vaya en contra de su doctrina, es un capricho eso. Sí me acuerdo que su primera misa fuera de Roma fue en Lampedusa y habló de los migrantes, una situación que sigue igual y que permanece bastante afuera de la conversación pública. Una vez, en Roma, en una heladería, se dieron cuenta de mi acento, gritaron «como el Santo Padre» y me regalaron un gelatto BENDECIDO. ¿Qué es esa pavada de ahora, de que hay que hablar del muerto y no de uno? ¿Cómo se hace eso? Esas son las necrológicas y las hacen los profesionales. Habrá muchos, espero, que puedan escribir sobre Francisco y dimensionar su figura. Lo normal es recordar lo personal, qué más vamos a hacer, y más aún en la despedida de un gran hombre. Me alegra por él y por los creyentes que haya podido dar la bendición de Pascua en la Plaza. Una cosa que si me enseñó Francisco fue a bajar diez cambios con el anticlericalismo y ser tolerante con los demás, con su fe y sus contradicciones. Los agnósticos somos muy arrogantes y nos creemos por encima del barro humano, a veces. Esta foto del Vaticano en la pandemia es mi favorita. Y ahora CONCLAVE: que DÍAS por delante. Espero que sea mejor que esa película horrenda que le gustó a todo el mundo. Un gran abrazo a mis amigos católicos y a todos los que sentimos que el Papa era el poderoso más compasivo y con más criterio de este Occidente».
Conocí a ese señor por mi papá. Vivíamos lejos de la ciudad, en medio de unas colinas que tocaban el paraíso. Y solo los fines de semana íbamos al pueblo por suministros. A mí me gustaba ir, sobre todo, por las películas que pasaban en televisión abierta los sábados y domingos después del mediodía. Y siempre me llevaba alguna sorpresa. Mi hermano Haya —quien vivía con los abuelos— me esperaba en la puerta, corría hacia mí y sacaba de adentro de su polo (holgado como esos que usan los jugadores de béisbol) un VHS. Le he robado a doña Dorila…, me decía riéndose. Doña Dorila era una señora flaquita, de cabeza pequeña como la de un gorrión, y temperamento de hierro. En su casa, estaba nuestro Cinema Paradiso. Ella vendía y alquilaba películas en VHS y, desde luego, las que nos gustaban tratábamos de hacerle olvidar y, rara vez, se la devolvíamos.
En uno de esos fines de semana, papá cogió su carcacha y fue al pueblo sin nosotros. Recuerdo que me enojé mucho pues la semana anterior habían anunciado una película sobre un perro gigante que volaba. Y ya no la podía ver. Entonces, mamá me llevó hasta la casa de la familia Sánchez Quiroz (los únicos que tenían paneles solares en sus techos de teja); pero una lluvia intensa, acompañada de granizo, hacía bailar a la antena parabólica y era imposible terminar de ver la película. La pantalla se veía como bolitas de granizo que estaban golpeando sobre los vidrios de las ventanas.
El lunes, por la mañana, escuchamos la carcacha de papá estacionarse en el patio de la escuela. Yo no lo quería ver, por supuesto; pero Coco, mi otro hermano, se levantó de su cama y fue corriendo a su encuentro. Escuchaba su voz y la voz de mi mamá y la de mi hermano pequeño diciendo: ¿Me has traído el rompecabezas del hombre araña? Y papá se lo entregó y él llegó hasta mi cuarto y me decía: ¡Mira lo que me han regalado! Y bailaba dando vueltas de alegría.
Fui a comer y papá seguía en la mesa. Y cuando me vio, me dijo: Para ti, he traído el mejor regalo. Está ahí, en esa caja. Era una caja pequeña, aún más pequeña que una caja de zapatos de los que él compraba. Inmediatamente, sentí una ligera exaltación. Me había dicho que, si ese año aprendía a resolver una raíz cuadrada, me compraba un minitelevisor, de esos que funcionaban a pilas y tenían la pantalla pequeña, casi como de unas gafas de sol. No podía ser otra cosa; mi sueño se había hecho realidad. Abrí la caja apresuradamente y encontré, en vez de un minitelevisor, un libro de carátula blanca con la fotografía y el nombre de ese señor. Seguí buscando y había más libros parecidos. Entonces, miré a papá y le dije sorprendido: Pero, yo pensé que era el minitelevisor. Y papá, muy sereno, me dijo: Sí, de alguna manera, lo es. Si lees con cuidado y te concentras bien, esas páginas se van a transformar en imágenes, en colores, en voces, en sensaciones; y las podrás ver más claras y reales que las del televisor. Y, ¿dónde las podré ver?, le dije. Enseguida, respondió: Dentro de tu cabeza.Además, puedes tú participar en la historia.Pero, ¿cómo?, le dije. Arreglándola a tu modo, así como de los dramas que inventas con tus compañeros o los cuentos que mamá te leía de más pequeño. Y mamá dijo: ¿Te acuerdas de Ernesto, el niño que andaba a caballo con su papá y era huérfano de madre?Claro que me acuerdo, mamá: el que asistía a un internado y lo cuidaban unos curas. Mamá asentía con la cabeza. ¿Y recuerdas, también, que creábamos otras cosas sobre Ernesto?; que tenía mamá y papá y hermanos y amigos que lo querían. Sí, claro; me acuerdo, mamá. ¿Y quiénlas inventó?No lo sé, le dije. Y luego, ella pronunció su nombre: Arguedas. Sí, él;claro, mamá. Y ahora, ese señor que ves en las carátulas de esos libros hace lo mismo, inventa muchos Ernestos. Y luego, me alcanzó un libro: Los cachorros, de Mario Vargas Llosa, ese hombre entrecano de mirada seria e imperturbable.
Desde entonces, Mario, me has acompañado toda la vida. Te conozco más de lo que tú crees. Tú no me has visto crecer porque estabas demasiado ocupado pensando sobre este desafortunado país en cual nos tocó nacer. En cambio, yo sí te he visto andar como actor de cine, llevando el nombre del Perú por todos los confines de la tierra; andando como un sol entre las élites académicas más importantes del mundo; diciendo el Perú existe, yo soy el Perú. Y, en verdad, lo eres. Has dado luz al mundo a través de tus historias. Me alumbraste en la etapa más triste de mi vida porque, en algún momento, en mi sueño más irrealizable, quise ser como tú. Pero, un amigo de Arequipa —que te quiere tanto o más que yo— me dijo: Mario solo hay uno. Y aterricé en la realidad.
Y te cuento, brujo de las palabras, que fue papá quien me hizo conocerte. Y también, hace un par de horas, fue papá quien entró a mi cuarto, con celular en mano y me dijo: Vargas Llosa ha muerto. Lo primero que se hace frente a la incertidumbre es no creer, que es algo imposible que el Perú haya muerto. Y, desde ahora, es demasiado triste saber que ese sol ya no nos alumbra. Saber que ya no te podemos buscar para mirarte desde lejos por los malecones de Barranco o Miraflores. Y Orlando, con sus dos metros de estatura y señalando con su dedo índice a tu casa, ya no me podrá decir: Hoy, veremos a Mario. Pero nunca nos acercamos. Te respetábamos mucho y también sabíamos que el sol nos puede quemar. Ahora, todos los peruanos —aquellos que fueron tus críticos y nosotros, los devotos— quisiéramos ser cómo tú, Mario: ¡una leyenda!
La literatura hispanoamericana ha perdido a uno de sus más grandes exponentes. Mario Vargas Llosa, novelista, ensayista, polemista y Premio Nobel de Literatura 2010, falleció este domingo en Lima a los 89 años, según informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana. Su muerte cierra un capítulo trascendental de la narrativa en español y deja un vacío imposible de llenar.
Nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, Vargas Llosa fue un autor universal. Desde sus primeras obras como Los jefes y La ciudad y los perros hasta su despedida con Le dedico mi silencio, su producción literaria moldeó el imaginario colectivo de generaciones de lectores. Dueño de un estilo poderoso y de una inteligencia feroz, supo retratar los entresijos del poder, la violencia y la resistencia con una lucidez pocas veces vista en la literatura contemporánea.
No solo fue novelista, sino también un intelectual en el sentido más clásico: comprometido, activo y provocador. Desde su tribuna en la prensa, como su recordada columna Piedra de Toque en El País, abordó con valentía y convicción los grandes debates de su tiempo, sin temor a contrariar sensibilidades ni a polemizar con sus propios lectores. Fue, hasta el final, un defensor apasionado de la libertad individual, aún a costa de las críticas que sus posturas políticas —liberales en lo económico, progresistas en lo moral— le granjearon.
Su partida, según sus hijos, será despedida en la más estricta intimidad, como él mismo lo pidió: sin ceremonias públicas, con la serenidad que caracterizó su madurez. “Deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, dice el comunicado. Y no hay frase más certera. Vargas Llosa ya era inmortal mucho antes de morir.
Obras como Conversación en La Catedral, La casa verde, La guerra del fin del mundo o La fiesta del Chivo consolidaron una carrera marcada por el rigor narrativo y la ambición temática. Fue parte del célebre boom latinoamericano, junto a Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, pero también un autor que se distanció de modas, que evolucionó hacia nuevos territorios sin perder la fidelidad a su esencia: contar la verdad a través de la ficción.
El Nobel, que muchos creían esquivo por razones ideológicas, le fue otorgado en 2010 por su “cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Recibió también los más altos honores literarios: el Cervantes, el Rómulo Gallegos, el Príncipe de Asturias, el Planeta. Fue miembro de la Real Academia Española y, desde 2021, inmortal de la Académie Française. Su ambición no fue solo literaria: aspiraba a incidir, a influir, a incomodar.
Quiso ser presidente del Perú y perdió. Escribió sobre dictaduras, corrupción, historia y pasiones privadas con idéntica intensidad. En El pez en el agua, sus memorias, relató tanto su educación sentimental como su derrota política, con la honestidad de quien entiende que todo, incluso el fracaso, forma parte de una obra mayor.
Su vida fue una novela en sí misma, atravesada por amores, rupturas, amistades rotas (como la célebre con García Márquez) y pasiones ideológicas. Pero nunca se convirtió en estatua, como temía. Siguió escribiendo hasta el final, como si la literatura fuera una forma de derrotar a la muerte.
En su discurso del Nobel afirmó que “la lectura inocula la rebeldía en el espíritu humano”. Vargas Llosa fue, hasta el último aliento, un rebelde que eligió la palabra como su arma más poderosa. Y como los grandes escritores, vivirá mientras lo lean. Ha muerto el hombre; queda el legado.
Francisco de Zela, una cuestión pendiente con Panamá ¿Es hora de repatriar su cadáver?
Hay algo que Dina Boluarte debería hacer, y es lo que hizo el alcalde del Cusco con la repatriación simbólica del hijo de Tupac Amaru, y es traer de vuelta a Francisco de Zela, prócer que murió en una cárcel de Panamá.
La leyenda cuenta que el 28 de julio de 1821 moría en una oscura cárcel en Panamá el prócer de la patria Francisco de Zela. Aunque en la década de 2010 el entonces embajador de Perú en Panamá, intentó buscar los restos del prócer, esto de manera autónoma y sin apoyo de la Cancillería peruana, las circunstancias resultaron en su momento infructuosas. Cabe mencionar que es muy probable que Zela en condición de traidor a la madre patria fuera enterrado en una fosa común. Cabría esperar del actual gobierno una búsqueda más infructuosa de dichos restos o al menos repatriar simbólicamente a Zela como se hizo con el hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas recientemente. No debemos olvidarnos que el grito de Zela en Tacna fue el primer grito de independencia en Perú desde el grito ahogado en sangre de Tupac Amaru, esto en 1811. Grito que fue condenado en una mazmorra realista en Panamá.
Un héroe olvidado
Zela fue después de Tupac Amaru el primero luego de treinta años de silencio en lanzar el primer grito libertario del Perú en la ciudad de Tacna el 20 de junio de 1811. Eso lo hace meritorio de ser considerado el líder de la primera insurrección armada por la independencia del Perú. Su rebelión de Tacna estuvo en estrecho contacto con la Revolución Argentina, que se inició en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Si bien los argentinos enviaron un ejército a la Provincia de Charcas (Bolivia), al mando del general Antonio González Balcarce y del abogado (¿Quién envía a un abogado?) Juan José Castelli. Los rioplatenses enviaron proclamas a varias ciudades del sur del Perú, invitándolos a continuar con la revolución.
Zela, tal vez apresuradamente fue el primero en responder y en un «Bando al pueblo de Tacna» declaró su adhesión a la Junta de autogobierno de Buenos Aires y su fidelidad al rey de España, de acuerdo con la posición de la Junta (recuérdese que Fernando VII estaba apresado por Napoleón y en España reinaba José Bonaparte que no era reconocido ni por los españoles americanos ni por los peninsulares) y pretende asumir la jefatura político-militar de la plaza militar imponiéndose él mismo el título de «Comandante Militar de las Fuerzas Unidas de América».
Zela quien tuvo un apoyo tanto de criollos, mestizos e indígenas, como es el caso del cacique de Tacna, Toribio Ara, y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja. No obstante, su insurrección no tuvo éxito.
Derrotado a causa del fracaso de la campaña de los rioplatenses que fueron aplastados por los realistas en Charcas se vio finalmente apresado por los españoles.
Así los principales dirigentes de la rebelión fueron sometidos a juicio, entre ellos Zela, quien fue llevado a Lima. Allí, gracias al nepotismo (algunas costumbres no cambian), es decir las influencias de su familia y a la mediación (compadrazgo) de importantes personajes se le conmutó la pena de muerte por la de encierro perpetuo en el morro de La Habana. No obstante, se consiguió modificar aún más la sentencia: una pena de diez años de presidio en la cárcel de Chagres, en Panamá, y terminados éstos, expatriación perpetua. Su prisión en Lima duró cuatro años y en 1815 fue trasladado a Panamá. Afectado por el clima tropical y las duras condiciones de su encierro, falleció algunos años después, en 1819. Una versión muy difundida que más huele a leyenda romántica afirma que su fallecimiento se produjo el 28 de julio de 1821, el mismo día de la Proclamación de la Independencia del Perú. Lo cierto es que murió en 1819, un 18 de julio, a la edad de 50 años.
La búsqueda del cuerpo del prócer
Allá por la década del 2010, el embajador de Perú en Panamá, Guillermo Russo Checa recordó la historia de Zela y se propuso encontrar sus restos. Sin instrucciones ni directrices o apoyo de Torre Tagle, buscó por las iglesias de Panamá y entré archivos donde podría descansar los restos del héroe. Consultó incluso con el entonces presidente de Panamá, el locuaz y alangarciesco presidente Martinelli. Finalmente, y tomando en cuenta que en su condición de traidor a la corona muy probablemente Zela fuera enterrado en una fosa común, hubo de parar sus investigaciones. No obstante, en un parque de Panamá se rindió homenaje a la memoria del héroe a través de un busto que recuerda al paseante distraído que en algún lado de Panamá todavía duerme el ilustre tacneño que espera el retorno a su patria libre.
Considerando la reciente repatriación simbólica al Cusco desde Madrid, del hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas, es momento, aprovechando la visita del presidente Mulino en Perú, de recuperar los restos, aunque sea simbólicamente de Zela. Es momento que Zela regrese al Perú independiente tal y como un día de 1811 soñó.
Tras años de ausencia, Alejandra regresa al Perú con un único propósito: recuperar a su hijo Santi, a quien dejó al cuidado de sus abuelos cuando apenas tenía 7 años. Lo que parecía una sencilla reunión familiar se convierte en un escenario cargado de emociones, secretos y revelaciones inesperadas. En una cena familiar donde los recuerdos y las emociones están a flor de piel, una dolorosa verdad saldrá a la luz, ¿será capaz Alejandra de reconstruir lo que perdió?
“La princesa Gominola” es una tragicomedia escrita por Helen Hesse y forma parte de una serie de tres obras breves que forman parte de un innovador ciclo de microteatro inmersivo. Presentada por Paso de Gato Teatro, cada obra está diseñada para sumergir al espectador en una experiencia única, donde no solo serás testigo, sino también protagonista de las historias que se desenvuelven ante tus ojos.
Disfruta de una propuesta teatral en la que los límites entre el público y los personajes se desdibujan, creando una conexión emocional profunda y momentos inolvidables.
El dato
Estreno: Miércoles 09 de abril a las 8:00 pm
Dirección: Milagros López Arias
Dramaturgia: Helen Hesse
Actrices: Pilar Delgado, Milagros López Arias y Sergio Velasco.
Las obras estarán todos los miércoles y jueves de abril hasta 01 de mayo a las 8:00 pm.
Lugar: La Residencia (Sáenz Peña 107 Barranco)
Entradas: Joinnus o al 959528540.
No te pierdas esta oportunidad de vivir el teatro como nunca antes lo habías hecho.
El inicio de su travesía en la abstracción surgió de manera intuitiva. Un día en la playa, conversando con su madre, recordó la pared vacía de su departamento y decidió pintarla. A partir de esa carencia física nació un proceso que convirtió el vacío en superficie, la nada en estructura. Fue un encuentro con el orden y la proporción, donde líneas y formas geométricas empezaron a definir un lenguaje propio.
Camila Rodrigo (Lima, 1983) concibe el lienzo como un espacio de transformación. Su proceso creativo está marcado por una metódica construcción de capas, donde el color y la textura emergen en un rito de serenidad y concentración. La tela, en su estado inicial, yace en el suelo, expectante. El negro, un tono fundamental en su obra, se convierte en un eje transcendente y el pigmento, diluido en agentes fluidos, se asienta sobre la superficie como una piel que se va formando en un orden temporal que la artista organiza y supervisa con exigente minuciosidad.
Geometría líquida
La artista recuerda con nitidez los diseños limpios de su abuelo y su padre, arquitectos. Su conexión con la materialidad se remonta a su infancia, cuando paseaba por La Punta y recogía piedritas en la orilla del mar. Hoy, esos recuerdos se transforman en una serie de obras que exploran la textura y la composición, como se evidencia en La forma resignificada, muestra que inaugura el 9 de abril en La Galería de San Isidro. Sus pinturas, de una estética minimalista, sugieren paisajes internos y una rigurosa investigación sobre la materia.
No en vano su obra transita entre el diseño y la pintura, el instinto y la precisión geométrica. Formada en Diseño Gráfico en la Universidad San Ignacio de Loyola (2010), complementó su aprendizaje con estudios de fotografía en el Centro de la Imagen de Lima (2006) y en el Rhode Island School of Design (2009). Su carrera ha estado marcada por una evolución que la llevó del arte figurativo y la ilustración infantil hacia una exploración profundamente abstracta, donde la forma y el equilibrio son el núcleo de su lenguaje visual.
Lenguaje que madura y desarrolla en su estudio en Las Condes, Santiago de Chile, donde trabaja de 8:30 a.m. a 3 p.m., cuando sus hijos están en el colegio. Allí se entrega por completo al proceso creativo, sin interrupciones. En ese silencio ha descubierto que su pintura es una traducción de su percepción de la vida. «Después de pasar tiempo en el taller, mirando los cuadros en soledad, empiezas a pensar lo que hay detrás de lo que pintas», reflexiona.
Así, las piedras, recurrentes en su imaginario, se convierten en una metáfora del lastre vital, de esas formas que, convertidas en peso, se resisten al cambio. En su pintura, Rodrigo busca liberarse de esas imposiciones, recuperar la espontaneidad y la ligereza de la infancia. Su taller, más que un espacio de trabajo, es un refugio donde la libertad toma forma y color, como alguna vez imaginó de niña. Este 2025 su obra ha sido seleccionada para ser presentada en el Stand de La Galería en la feria Pinta PArc, un reconocimiento a su creciente impacto en la escena artística contemporánea.
El Centro Cultural de la Universidad de Piura los invita a participar de este seminario en el que se abordará las raíces de la civilización occidental en su poesía, la naturaleza del poeta desde un sentido antropológico/esotérico (los poetas arcaicos como mediums de la divinidad), la configuración del relato político, y la aparición del teatro como síntesis religioso y político.
Especial énfasis se dará en los vínculos del teatro trágico griego y su influencia en el drama moderno «Historia de una escalera» de Antonio Buero Vallejo. Así como también una comparativa de dos obras de tragedia clásica: La Electra de Sófocles frente a la Electra de Eurípides.
Dirigido a actores, dramaturgos y público en general.
SOBRE EL DOCENTE:
Alejandro Herrera. Bachiller de Derecho de la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica. Periodista cultural especializado en poesía y narrativa. Es corresponsal del medio Contrapunto El Salvador Centroamérica, es también asesor literario, ghostwriter y editor. Cronista parlamentario en Perú para la revista Lima Gris.
SESIONES:
Narrando el Mito Griego: poetas épicos, líricos y autores trágicos
Roma, tuyo es el poder y la gloria: La política como teatro. De poetas bucólicos a oradores políticos.
La Espada, la Dama y la fe: de los cantares de gesta a los juglares y el ideal caballeresco medieval y la reaparición del teatro como evento sagrado.