Anouk Guiné, la autora francesa que estará en la ANTIFIL.
ESCRIBE MIGUEL RODRIGUEZ*
Antes de hincarle el diente analítico a los versos de la poeta francesa Anouk Guiné, quiero imaginar, esclarecido por lo que hay de inagotable en Borges, que la teología es una de las ramas o vertientes de la literatura fantástica. Pero que se trate de literatura naturalista, realista, surrealista, histórica, autobiográfica, fantástica o mística, el sustrato poético que la mantiene en vida y le permite atravesar el tiempo, tiene una terrible razón de ser y transmite un significado, un mensaje si se quiere, cifrado o evidente.
Quiero igualmente imaginar que tal significado, tal mensaje, va en el sentido de la vitalidad, de la vigencia de la vida y la salud. La diosa es la vida; y la manera en que ella se manifiesta según el temperamento de cada artista, siempre será en su atributo de belleza, aunque se trate de los tétricos versos de un George Trakl o de un César Vallejo, allí está la belleza, allí está la vida, qui potest capere capiat.
Extremaunción. La unción in extremis. Sacramento para los que están gravemente enfermos o agonizantes. Para esos literatos fantásticos de la Edad Media, los teólogos, la unción de los enfermos con aceite era el sacramento que preparaba al inminente cadáver a su encarnación en el cuerpo glorioso. Strictu sensu, se trata del cuerpo crístico después de la resurrección, del cuerpo inmune a la corrupción, eso que el gran arquitecto del cristianismo, Pablo de Tarso, expresa en su Epístola a los Filipenses 3, 21: « El Christos transfigurará nuestro cuerpo para hacerlo semejante a su cuerpo de gloria ».
Además, la palabra mesías significa el ungido. Ojo, pues, con el cuerpo glorioso de esta rama de la literatura fantástica. Sus principales atributos son: la impasibilidad, el brillo, la agilidad y la sutileza. Tal es la poesía en su atributo crístico, o sea, una suerte de cuerpo glorioso e incorruptible; en su atributo griego pagano, se trata del placer, del doble placer, el físico y el mental en esta institución sagrada, el cuerpo. Extremaunción. Es muy probable que el sacramento esté relacionado con las curaciones operadas por el Christos en su lucha contra la enfermedad y la muerte, entiéndase pecado, curiosa palabra que quiere decir: flecha que no da en el blanco: flecha equívoca cuyo destino es la nada.
Sigamos con esto de la literatura fantástica. ¿Y qué tal si en el plan salvífico, y sobre todo secreto, de Dios, tanto vida y poesía, su gran expresión, trataran de emular al Christos en su encarnación, muerte y resurrección? Ya instalados por fin en el cuerpo glorioso, podemos aventurar la siguiente hipótesis: en el título del poemario, la autora opera un corte significativo; la palabra es dislocada; el significado es negado por tal escisión, aunque yo siento que mantiene su carga sacramental. Y también: lo que surge de esta nueva obra de Anouk Guiné puede ser sentido como un grito ávido de amor y también como un recipiente lleno de éste… ¿Y qué tal si en el último estertor agónico también anidara el grito de amor ungido de aceite, antes del gran viaje a Plutón? Ya empecé a mordisquear los versos. Para empezar, y como para mostrar el poemario como un cuerpo muy sensible, la poeta hija del aire se identifica a flores y perfumes, ¡y siente la mefítica megápolis como un limón!
Sí, claro que sí, Anouk, me acuerdo muy bien de esos papeles esparcidos en el piso, allá en París con aguacero, y de mis pasos incesantes cerca de Beaubourg, de peregrinajes delirantes a la iglesia de Saint-Merri, donde el Salvajón festejó –en la hermosa cava– su cumple de medio siglo, que allí mismo queda, cerquita de tu jaus, en la misma rue de la Verrerie pero más adelante, yendo hacia Châtelet. Y sigo leyendo. No sé si los poemas fueron escritos en castellano o en francés, por ambos territorios la poeta transita con paso firme y con una linterna, sobre todo cuando da tremendos saltos memoriales, sobre todo en ciertas rupturas sintáxicas, como cuando deja retazos de su historia personal en la frente del azúcar, y sigue y sigue, como una respiración agónica y digna de extremaunción, o de unción extrema, sigue el aliento entrecortado de su lirismo, el ahogo transfigurado en canto para no morir, para seguir respirando, sabiendo que sólo una respiración, una simple respiración, nos separa del otro reino, se siente la falta de oxígeno, pero quiero seguir respirando, quiero seguir dándole zarpazos a las aguas de la existencia, y las palabras parecen impregnadas de olores –anticuchos, picarones, chicha morada–, allá en Lima la bella, allá en Lima la horrible, y allá también, allá en Lutecia, allá en París con aguacero.
De esos grandes viajes dentro de sí misma, y aunque parece territorial por la ilusión de la palabra, la casa de la poeta es la casa del viento como empujada por otros vientos, y por la hermandad de la memoria, esa cancerbera. Sigue la escritura como sincopada por vaivenes emotivos, las facciones del mundo, la injusticia, la pobreza, la violencia, la vida, la muerte, el absurdo, la eterna cantinela, y sin embargo estamos en manantiales observados por orquídeas, inmersos en la neblina, entre campos y campos de yuca y quinua, y cerros, y flores.
En todo caso, hay convulsión, de índole política u otra, también en el tratamiento del verbo, mente y cuerpo ahora van en alianza como comprendiendo y por eso sobrevolando la existencia pasajera, como sobrevolando el mundo componiendo poemas, y como para decirle al mundo cual es su idea de la belleza que podrá salvarlo de sí mismo, o sea, de nosotros mismos, porque cada quien es el mundo, no se trata de materia salvífica como quisiera la literatura fantástica, lo que salvifica es uno mismo en nuestra confrontación y aceptación del mundo, en nuestra relación con él. Una materia tenaz, perseguidora, se cierne en torno a la autora, es una materia tangible, es el Perú. En un espacio geográfico o de cartografía mental, surgen caseríos de la sierra seguramente asolados durante la violencia:
Atupampa y Mollepampa
Quirinchima y Hierba Buena
Shin shin Seg seg Illambe
Nitubamba y Mamagpampa (Kañaris)
Pero retengamos la gracia y belleza de estas palabras engarzadas en los versos: pumas, manantiales, montes, bosques, neblina, orquídeas, bromelias, capulí, culebra, guacamaya, albahaca, toronjil…
Ahora, cambio de cuadrante, de continente, de espacio y tiempo. Sigo leyendo y llego al poema titulado Aire, elemento que, por ser el más sutil de todos los elementos, me parece como indispensable en el mundo evocado. En el poema que lleva por título Lima, vemos una flecha sensitiva lanzada hacia la noche, hacia la invisibilidad del ser amado. Ojo con esta gran institución, el ser amado; a mi entender, sólo lo encontraremos, y en nosotros mismos para empezar, después de nuestro combate contra los dioses. Antes de la eternidad, con epígrafe de Sylvia Plath, me parece un notable poema de corte metafísico, o mejor dicho en la vena de Georges Bataille. Sólo la fuerza todopoderosa del sexo, parece decir, es capaz de darnos el regalo a los mortales –regalo de los dioses precisamente–, esa pequeña muerte del goce máximo, cuando la santidad del cuerpo parece tocada por un rayo.
En la parte de los poemas europeos resurge con impacto el espectro de la soledad, por contraste a los poemas peruanos que parecen concebidos en función de un entorno, de una colectividad. Tal quiebre se expresa en el oximoron del poema titulado Alsacia, « a lo largo de la sombra luminosa », figura que por lo demás parece corresponder muy ajustadamente a las dos orillas de nuestras vidas, que la poeta expresa con su experiencia personal. Luego la necesidad o casi súplica de amor va creciendo, va ramificándose, avanza creciendo, hay momentos de gran exaltación sulamita : « Tengo para tí los vientos / los astros y el mar / la Chambre d’Amour / y la playa de los reyes » en el poema titulado Biarritz: chispazos de la memoria y los aguijonazos del amor. La sensualidad o una especie de himno a ella, es constante, Alsacia, La hora en que, Cual lagarto lascivo, Un jardín tibetano, y también un canto a la maternidad latente, Hay un pueblo dormido en mi vientre… El amor y su correlato la unión sexual, luego el olvido, luego la nada, luego la muerte, luego la vida, y así sucesivamente, como en el poema La caída, que tiene fulguraciones místicas. ¿Sólo importa el amor en este mundo pasajero? Así es. Sólo importa el amor. Sólo el amor, o sea, la vida, la diosa, o sea, el dios.
POEMA INÉDITO
KAÑARIS
Iré por la vida quebrada
De tu cabecera de cuenca
Kañaris mi niña herida
Sangra la falda de tu cerro
Despojada de su ornato
Ruge el gran macizo andino
Gimen los pumas
Vociferan los manantiales
Sin voz las cumbres de tus montes
Vejados tus húmedos bosques
Destruido el arbol de la quina
En los cantos de neblina
Disturbadas las orquídeas
Ahogadas las lianas
Ya avisaron las bromelias
Escamados tus cultivos
De yuca y quinua
Mama sara y mashua
Llora tu meseta andina
Tan suavemente ondulada
Asustados tus caseríos
Atumpampa y Mollepampa
Quirichima y Hierba Buena
Shin shin Seg seg Illambe
Nitubamba y Mamagpampa
Humillados los mitimaes
Va herida su pachamama
Sin amaranto miso o tazo
Sin tauri sin capulí
Enojado está el Inti
Siento aguas que fraguan luchas
En zonas yungas y zonas quechuas
Por los espíritus protegidas
Descendientes son los Kañaris
De la culebra y guacamaya
Contra dolores un manteo
Flor de mil mil y albahaca
Flor de mil mil y toronjil
A la minera coser la boca
Que no salga muy habladora
No ganarán oro con engaño
Si un día brota la violencia
Resistirá el yanacona
Cantará la guacamaya
Morderá la culebra
sobre Anouk Guiné:
Socióloga y poeta francesa. Ha sido Investigadora asociada del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) en Lima, Profesora invitada del departamento de Historia de la Universidad Nacional de San Marcos, Profesora invitada del departamento de Ciencias Políticas de la New School en USA, y Profesora de Estudios de Género en la Universidad para la Paz, Costa Rica. Fue también consultora para la UNICEF en Costa de Marfil, así como para el United Nations Development Programme (UNDP) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) en Costa Rica.
Ha publicado críticas, notas de lectura, narrativa (cuentos) y poesía en Vericuetos, La Otra Ribera, Poésie 1 y Universo Latino (París), Sieteculebras (Cuzco), El Peruano y Limagris (Lima), La Otra y Archipiélago (México), Ómnibus (Madrid) e INTI, Revista de Literatura Hispánica (USA). Participó en el proyecto y museo Shoes Or No Shoes (SONS) en Bélgica. Integró el colectivo francés de poesía @rt-chignaned, creado por Serge Mathurin Thébault.
Desde 2009, es Profesora titular en la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Le Havre (Francia), miembro permanente del Groupe de Recherche Identités et Cultures (GRIC) de la misma universidad, y jefa de redacción de EOLLE, Est Ouest Langues Littérature Échanges, revista internacional en letras y ciencias sociales.
En poesía, publicó Voz Nuda/Voix Nue (El Propio Bolsillo (ed.), Medellín, 2004) y próximamente Extrema unción / Onction extrême, en Francia.
*Miguel Rodriguez Liñan nació en Trujillo en 1961. Es traductor, novelista y poeta. Cursó estudios superiores en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de Provenza (Francia). Residente en Francia desde 1984, en París, Aix-en-Provence, actualmente en Marsella. Algunas publicaciones en un diario de Mérida (Venezuela), en salsapaca.com, Cyberayllu y Círculod.m.
Algunos títulos: Leyenda del Padre, Río Santa Editores, Chimbote, Perú, 2001; Eva Nibelunga, Pasacalle Editorial, Lima, 2008; Calcinación, Pasacalle, 2013.