Bernardo Roca Rey (Presidente de APEGA)
Luego de los reclamos de parte del ciudadano Sebastián Bravo que se vio vulnerado por la rareza del cobro por derecho de estacionamiento que consumió el día 06 de septiembre en el espacio que usufructúa Los Portales en los exteriores del evento Mistura; muchas personas se preguntan ¿hasta qué punto el afán de lucro se sale de lo razonable?
En términos crematísticos; la respuesta es afirmativa, pues, en su mayoría, no existen límites para lucrar, así te lleves contigo todo lo que esté a tu alrededor.
Con respecto, al citado malestar del señor en mención, se dilucidaron una serie de aspectos concretos que evidencian un tipo de estafa de parte de Los Portales hacia terceros; si bien La estafa constituye en este caso una conducta engañosa con ánimo de lucro injusto, ya sea por error de una persona en desmedro de un usuario; no obstante, se sabe que la tarifa plana que se publicita antes de ingresar al parqueo de Mistura es de veinte soles; y efectivamente, cualquier usuario que ingrese con su vehículo, sí abonará esa cantidad, empero, el señor Bravo, muestra en las redes sociales el váucher que se le emitió, cuyo concepto a cobrar es únicamente diez soles. Por lo visto, aquí hay indicios de defraudación, simplemente, por ejercer engaño, o falsedad en las relaciones con terceros.
Vale preguntar, ¿acaso se está defraudando al ente recaudador tributario Sunat? Asimismo: ¿qué sabe la comuna de magdalena al respecto? Pues, se cobra veinte soles, pero en los recibos se consigna diez soles.
Entre tanto, APEGA fiel a su estilo “Pilatoniano” siempre saca el cuerpo, y deslinda responsabilidad al respecto de manera olímpica; aquí citamos parte de su comunicado:
“APEGA cumple así mismo con dejar en claro que el área de estacionamiento es gestionada por la empresa Los Portales, por lo que el cobro de la tarifa no ha sido convenido con APEGA ni constituye recurso de nuestra institución”.
Llamada de Los portales al señor Sebastián Bravo
Otro tema que disgusta enormemente, es la ingrata práctica que han venido cometiendo en los accesos de la feria gastronómica. Sucede que la empresa Bitel en los alrededores externos de Mistura ha venido obsequiando al público globos de color amarillo con el logo de su marca, sin embargo, al momento que las familias ingresaban con sus menores hijos portando los globos de Bitel, el personal de seguridad, les pinchaba el globo, o simplemente, les indicaban deshacerse de ellos para así poder ingresar.
Aquí nuevamente se configura una flagrante Competencia desleal. Si bien en nuestro país existe una Libre competencia (incluso señalado en el artículo 61° de la carta magna) cuyo objetivo es respetar los modos y las formas cómo las empresas competidoras en un mercado deben captar la atención de los consumidores sin afectar a terceros; la competencia desleal está siempre al acecho.
Todos sabemos que la empresa Claro es patrocinadora oficial de Mistura 2016; entonces, como tal ¿debemos creer que Mistura no debe permitir el acceso de globos que lleven el logo de la competencia Bitel? Tal como se observa en el video publicado por Pepe Torres, allí se configura una flagrante competencia desleal.
Sin embargo, y como siempre aquí no pasa nada, y APEGA una vez más, mediante su comunicado intenta deslindar responsabilidades, pero lo que no sospecha es que en lugar de sacar el cuerpo, contrariamente de lo que pretende, ratifica que defiende a su empresa patrocinadora Claro; citamos otro extracto de su comunicado:
“La empresa Bitel viene realizando diversas actividades de promoción de su marca frente a la entrada principal, en el espacio que arrienda a Los Portales, valiéndose del reconocimiento y prestigio de Mistura.
APEGA reconoce el libre derecho de los anunciantes a promover sus productos. Sin embargo, dado el reconocimiento internacional y nacional de Mistura, debe evitar actos que vayan en contra de la imagen y prestigio de MISTURA, consagrada por una reciente encuesta nacional como la marca que mejor representa a la peruanidad”.
Si intentamos analizar la literalidad de los párrafos superiores, concretamente vislumbramos que Bitel se está aprovechando, y por lo tanto, valiendo del prestigio de Mistura, lo cual no les causa ninguna satisfacción; pero, en el colmo de las contradicciones, afirman que ellos respetan el libre derecho de las marcas de anunciar sus productos; sin embargo, seguidamente le dan con palo a Bitel, al admitir que su marca de telefonía daña la imagen y prestigio de su evento mediante tales actos (entregar a los usuarios globos amarillos de Bitel). En pocas palabras, Mistura defiende a Claro y margina a Bitel.
Asimismo, hay un detalle que pasa desapercibido; nadie tiene derecho a despojar de un patrimonio personal, o su equivalente a propiedad privada (así sea un simple globo) a una persona. En este caso, se comete dicha vulneración contra niños que desconocen las triquiñuelas corporativas que abusan de la fe de los usuarios. Cabe resaltar que muchos eventos organizadores se protegen legalmente con la típica frase: “La casa se reserva el derecho de admisión”; empero, en este caso sí se ha cometido gran vulneración en contra del patrimonio de los usuarios; sobre todo, si no existe un cartelito colocado en el ingreso de Mistura que diga: “se prohíbe el ingreso a las personas que porten un globo amarillo de la marca Bitel”. Por lo tanto, si no figura materialmente dicho cartelito, entonces no existe sustento alguno para despojar a los niños de sus globos amarillos.
Más allá de los malestares colectivos; aquí existe un problema de fondo. El problema es la casi nula cultura del reclamo. Muchos usuarios no reclaman porque en sus percepciones intrapersonales consideran que tales mega-eventos les están haciendo un favor al hacerles partícipes de productos y servicios “magnánimos”, por llamarlo de alguna manera. Además, existe un temor de intentar lidiar con monstruos corporativos, e instituciones dizque de gran envergadura.
El hecho es que dichas denuncias no solo deberían existir en el terreno de las redes sociales, es exigible que ellas se formulen mediante los canales respectivos, individualizando a los responsables, y en los órganos pertinentes. En este caso, la competencia, en principio administrativa: la tienen Indecopi, Osiptel, y asimismo, la Municipalidad de Magdalena del Mar.