Connect with us

Cultura

Algunas ideas generales sobre Oswaldo Reynoso

Lee la columna de Julio Barco.

Avatar photo

Published

on

1

Borges, Vargas Llosa, Bolaño, Reynoso no se me van de la mente. Justo por estos días, a nivel Perú, hubo una polémica sobre Reynoso y la venta de sus libros para ser editados en Alfaguara.  Por estos mismos días, Vargas Llosa recordó que Borges se enojó con él porque le cuestionó la precariedad con la que vivía; o eso sentí; y Bolaño, pues, pienso en lo que solía decir sobre los escritores de su tiempo; que eran de la clase media más baja, y que en general, aspiraban a ser parte de la vida burguesa del momento.  Al final, estos tres escritores difunden su obra por todo el orbe; y esas posturas quedan solo como modo de entender la ubicación ideológica de cada autor en su tiempo; lo que me hace ver y leer las posturas en las que se ubicaron. Supongo que, en parte, ese discurso antisistema es lo atrayente de Bolaño, ahora que es industrializado en Alfaguara. Igual de curioso es lo que pasó con M. Gutiérrez y una de sus últimas novelas, editadas en el mismo sello.

2

De fondo, el texto anterior era una radiografía de un tiempo: el instante donde las novelas de temas contra el sistema se volvían parte del mismo. Yo lo miré desde lejos, pero sentí cólera. Habíamos perdido ese idealismo que todavía flotaba en los años finales de la segunda mitad del siglo XX.  Y hoy que retomo estos apuntes para pensar en algunas ideas sobre Oswaldo Reynoso aspiró la dulce nostalgia de un pasado que se va: ahora todo es vender y a ello se reduce lo que entendemos por éxito literario. Si tu libro vende, no lo dudes, es bueno; si nadie lo compra, escúchalo bien: es malo. Sin embargo, Reynoso vendía. Y vendía harto, incluso antes de ser devorado por las transnacionales. Lo vemos ahí en los colegios, sentado en carpetas toscas de madera marrón oscura, ofreciéndoles una charla sobre educación, arte, política y ortografía a un puñado de adolescentes aburridos y angustiados de tener que pasarse la hora del salón frente a un viejo canoso. Pero la imagen no es exacta: Reynoso tocaba fibras. Y, siendo un intelectual, gustaba. Las fibras de esos jóvenes inocentes se estremecían: que no sabían que la literatura trababa de ellos. Jóvenes como ellos, aunque de otros barrios, con el desorden de existir propio de la edad, reinan en esa novelita escrita por los cincuentas con epígrafe de Jean Genet. La importancia de Reynoso es descubrir la ciudad. Él pertenece a esa camada de arequipeños que aprovecharon a Lima como tema de trabajo. Mario Vargas Llosa, por ejemplo. En realidad, el tema de lo arequipeño no es baladí: hay una tradición muy enriquecida de autores del sur, de donde viene Reynoso. De Arequipa también son Hidalgo, Montesinos, A. Guzmán. Volviendo al literato: asimila la calle, la jerga, lo popular, pero con ojos de niño, de poeta, con ojos limpios. Como dijo el puneño Oquendo de Amat: con el lenguaje del primer hablar. Sigue, tal vez, la onda de Baudelaire: la genialidad es la infancia recuperada a tesón. O, de repente, lo que sugiere Bataille: solo en la infancia es posible la libertad. Habla de peluquerías y uno siente el sabor dulzón del lenguaje de las tijeras cortando una cabeza y ¡zas! ya estás andando por el centro de Lima, Plaza San Martín, y observas todo el lenguaje de la realidad más inmediata:

Diligente como dueña de casa desplegó un paño blanco, blanco. Limpió acomedido máquinas y tijeras. Abrió un frasco de perfume y aspiró, goloso, y, con disimulo coquetón, se miró en el espejo. Don Lucho, entre tanto, prendió un inca. (Fragmento de Los inocentes (1992) Editoria: Aladino)

      La Lima reynosiana tiene sinestesia: sabor, olor, textura: verde caramelo de menta, semáforos. La obra de Reynoso es fenomenológica: se acerca a la realidad, busca la belleza de lo concreto. No importa que su Lima no sea la Lima que observamos, porque lo enriquecedor de la literatura no es copiar la realidad, sino, interpretarla. Su arte prosístico no linda con lo denotado, busca connotar, interpreta: dice metafórico, dice en sublime. Hay algo de furioso gozo en su Ubre. La ciudad se dice en los colores, los sabores, en la virtud de los climas internos: en el monólogo. Es, como quería Barthes, una literatura del placer. Y un joven, al abrir este trabajo, como si pelará una fruta, siente la furiosa sinceridad de este libro y termina cobrando empatía por Cara de Ángel, el Príncipe, Manos Voladoras, entre otros. Degusta un libro vivo, un helado de sentires urbanos.

Reynoso termina de dar su charla y se sienta en una mesa. Pone una pila de sus libros y dice:

-Bueno jóvenes, a precio popular. Solo a 10 soles.

Los muchachos, altos y entusiastas, hacen cola a borbotones. Y mientras el escritor pregunta, con antelación, los nombres, para sellar su firma, nosotros comprendemos de dónde viene la urgencia del trabajo diario. Nos da así un ejemplo en vida del ser escritor y comunicarse con la realidad. En algún diario, declarará que no hace literatura para los burgueses que pueden pagarse un libro de 50 soles. No, lo hace para los estratos populares. Así fue cercano al frágil imperio de los Populibros de Manuel Scorza, donde se publicó en un tiraje alto este libro con otro nombre: Lima en rock. Y puntualizo lo de tiraje largo porque en el Perú, señores, no se publica más de 500 libros, porque aquí la gente no lee y no se trata de desperdiciar el dinero, aunque para el poeta librero -o librero poeta- Ángel Yzquierdo Duclós esto sea vital: porque él desea sacar 50000 ejemplares de su Albatros o nunca sacarlo. Volviendo al tema. Sin embargo, hay que aclarar, que es este Reynoso, profesor en diferentes universidades del Perú e incluso de Venezuela, no es el único que recordamos. Su obra juvenil -que influenció a Sergio Galarza, Óscar Malca, Richard Parra, entre otros tantos autores-, y que dibujó a un Reynoso juvenil y escolar (o, mejor dicho, comprometido con la escolaridad, es decir, con la infancia) no es el único Reynoso. Está también el gran conversador de la bohemia de Lima, en las mesas del Queirolo, junto a poetas de la generación del 70, del 80, y en el mítico Don Lucho, que tuvo por años una foto del maestro de un homenaje hecho por Miguel Ildefonso, a pocos años de su muerte. Hombre de ideas donde se mezclaba su conocimiento de la Historia Peruana, la Literatura Francesa, la Guerra entre Sendero y el Estado… Ese rey de los diálogos, la buena charla, las citas exquisitas y los comentarios profundos de política y toda clase de temas. Este autor no era pues un vargasllosiano alejado de los bares, corriendo, religioso, por las mañanas y escribiendo bajo un horario. Le gustaba el ambiente: había una poesía en sentarse, beber una cerveza y desperdiciar algunas horas frente a una hermosa conversación. Sentir el gozo visual: la espuma dorada brotando de las mesas. En el Bar Ciro, por ejemplo, y donde estuvo hasta el final su cuadro. Hubo un tiempo donde se lo robaron, así que pusieron un segunda que ya nadie pudo robar porque llegó la pandemia y el bar fue clausurado. ¿Me preguntó dónde estará ese cuadro de marco negro y con vidrio que, en noches de bohemia, nos recordaba al escritor? Haciendo memoria, Reynoso también se me presenta en el parque de Huancayo, allá por el año 2013 en una Feria del Libro, donde fuimos junto a Omar Livano -poeta tajador- y su novia de entonces; y Nelcy, una amiga que estudiaba inglés y de reynosiana sensibilidad. Me acuerdo que en ese mismo evento conocí al poeta horazeriano Sergio Castillo, el del parche negro y de versos como:

Y eres un otorongo escapado de la noche
La sublime violencia de los justos
El signo dulce de aquellos extremistas
Eres tan denso que haces brillar la noche en tus ojos
Encendidos
(De “Los broches mayores del sonido (209) Mora, Tulio. Editorial: Cultura Peruana)

       Reynoso tenía facilidad de palabras y se movía entre ferias del libro y colegios, o en eventuales mesas de bohemia. ¿Será que el aliento lírico de su obra En octubre no hay milagros nace de aquella ráfaga de experiencias? Si Los inocentes es el gozo, este libro es la herida, el dolor. Prosa a cinceladas, a mordiscones dulces, como de fruta cortada en proporciones jugosas y geométricas. El fondo, el mismo, pero más pútrido: la realidad social, la corrupción, la hipocresía. ¿Qué milagros pedirle a la efigie del Señor de los Milagros si la sociedad limeña se ahoga en su propio caos? Hay una dualidad en los limeños: por un lado, le rezan y hacen pedidos a una efigie; por otro, tratan mal a sus semejantes. Un provinciano (como Reynoso o Vargas Llosa, los de Arequipa) pueden sumergirse en esa naturaleza axiológica. Sin embargo, la respuesta del autor no es solo ética, es estética: el valor de una novela sin moral ni principios es sostenerse por una poesía bruñida, por un lenguaje sonoro y ardiente de calles, de soledad, de morado: exceso de morado, que torna lila a veces el cielo, o color chicha morada… De fondo, claro, un golpe a la sociedad limeña, a sus hipocresía y sinsabores. Líneas arriba, el poeta horazeriano Castillo hablaba de otorongos, para referirse quizás a la propia intensidad: Reynoso eligió otro animal: un insecto: el Escarabajo. ¿Homenaje kafkiano? Este es su libro Metaliterario. Habla del propio esfuerzo del artista por convertir, como aquel insecto, su desperdicio diario en una sólida hoja de palabras. Literatura hablando de literatura. La metáfora es clara como la dorada cerveza: escribir es utilizar todos tus recursos internos, incluso los más miserables e ínfimos. El inicio, la oralidad del primer diálogo es importante: Reynoso capta el decir de la calle, escucha el ritmo del hablar diario, embalsamado de refranes, de ritmos, de palabras con más tono y peso, palabras que guardan una distancia con lo dicho y ofrecen contrastes; y, luego, escribe. En eso se diferencia de Ribeyro, pero se acerca a Cronwell Jara, otro autor de una furiosa poética escatológica. Sin embargo, Ribeyro, Jara, Reynoso son poetas a su manera de la Urbe, de la realidad más inmediata.  También entre los que le cantaron a Lima podemos ubicar al memorable Ladislao Plasencki, y a autores de su propia generación como Enrique Congrains.

         Durante todos estos años mis ejemplares de la obra de Reynoso han ido desapareciendo. Lo que resulta bastante positivo para saber qué la obra de este autor se mueve, se cambia, se vende, se pierde y encuentra: ese movimiento dice mucho de la vida de este libro. El último ejemplar que conseguí de Los inocentes fue editado en 1992; en principio este cuentario se publicó en 1961 y el último libro de Reynoso salió en el 2012. En busca de la sonrisa encontrada podemos afirmar este goce textual:

Leer estos textos es abrir una ventana para contemplar la aventura de la vida desde el goce fáustico de la palabra y de los sentidos. (Del libro En busca de la sonrisa encontrada (2012) Editorial: Cascahuesos Editores)

     Aquí vemos un pasaporte al gozo textual: riqueza de imágenes, prosa mística y sinestésica. Sin embargo, también en este trabajo podemos encontrar algo de filosofía fenomenológica:

y entonces descubrí que su sonrisa y el resplandor de su mirada venían también de una milenaria cultura refinada que no solo había dejado huellas en su cerámica, en sus tejidos o en sus monumentos de piedra o de barro, sino también en la belleza de los rostros de los muchachos pobres, indios, mestizos, selváticos o afroperuanos, de mi patria, sin futuro. (Del libro En busca de la sonrisa encontrada, ibidem)

 Sobre la publicación de Los inocentes, Arguedas dijo que:

Quisiéramos afirmar que con “Los inocentes”, de Oswaldo Reynoso, se inicia el hallazgo de las formas de revelarlo. Reynoso ha creado un estilo nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándome. Nos recuerda un poco a Rulfo, en esto. (Del libro Los Inocentes, ibidem)

Cierto: la prosa del mexicano Rulfo mantiene un estilo bastante cuidado, donde la prosa logra atmósferas solo concebidas por la poesía. No es pues tiempo de clasificar un género en otro: Reynoso hace poesía haciendo prosa, como Vila-Matas hace ensayo haciendo novelas, o Balzac (o Palma) hacen historia haciendo novelas. Reynoso escribió sus obras con pulso poético, lo que impide que su fulgor pereza y su música nos siga encantando. Entre los vídeos y documentos que hay en internet, sorprende encontrar uno (https://www.youtube.com/watch?v=8LA7IzH1j2Y) donde el escritor regresa a Arequipa, junto al narrador Orlando Mazeyra; en este vídeo se observa al autor tocando puertas y descubriendo una donde estaba una sobrina de su profesora, la señorita Alicia, y que nos permite entrar más a fondo en la vida adolescente del autor. Y ver más a fondo de donde parte la obra de Reynoso, como joven mataperros silbando sus versos cerca al Río Chili… con seguridad riendo, porque aquí en el Perú el gozo es rebeldía, la sonrisa imposible y la inocencia un crimen. Sin embargo, y aquí la prédica de Reynoso, era necesario cambiar esos parámetros luchando por una mejor educación, alimentándonos de libros y de rebeldía.

(Publicado en la revista Poetas de Asfalto número 171-172)

Comentarios

Julio Barco Ávalos (1991) poeta peruano, nacido en el distrito de El Agustino, Lima-Perú. Fundador del grupo Tajo. Redactor de las revistas Literalgia, Asia Sur, The fucking Times. Sus poemas aparecen en diferentes revistas online de Latinoamerica. Autor de los poemarios Me da pena que la gente crezca (2012) , Respirar (2018), Arder (gramática de los dientes de león), La música de mi cabeza volumen 7 (lenguajeperueditores), Arquitectura Vastísima (2019) (Primer puesto Huauco de oro, 2019). Novela: Semen (música para jóvenes enamorados), Des(c)iertos (2020) (editorial Metaliteratura). Participó y participa activamente en ferias, eventos, talleres, recitales a lo largo de todo el Perú. Actualmente trabaja los espacios Poético Río Hablador y dirige la web lenguajeperu.pe. A su vez activa la editorial Higuerilla, colecciones de poesía y prosa.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cultura

Mario: una leyenda

Lee la columna de Alexander Campos Soto

Published

on

Conocí a ese señor por mi papá. Vivíamos lejos de la ciudad, en medio de unas colinas que tocaban el paraíso. Y solo los fines de semana íbamos al pueblo por suministros. A mí me gustaba ir, sobre todo, por las películas que pasaban en televisión abierta los sábados y domingos después del mediodía. Y siempre me llevaba alguna sorpresa. Mi hermano Haya —quien vivía con los abuelos— me esperaba en la puerta, corría hacia mí y sacaba de adentro de su polo (holgado como esos que usan los jugadores de béisbol) un VHS. Le he robado a doña Dorila…, me decía riéndose. Doña Dorila era una señora flaquita, de cabeza pequeña como la de un gorrión, y temperamento de hierro. En su casa, estaba nuestro Cinema Paradiso. Ella vendía y alquilaba películas en VHS y, desde luego, las que nos gustaban tratábamos de hacerle olvidar y, rara vez, se la devolvíamos.

En uno de esos fines de semana, papá cogió su carcacha y fue al pueblo sin nosotros. Recuerdo que me enojé mucho pues la semana anterior habían anunciado una película sobre un perro gigante que volaba. Y ya no la podía ver. Entonces, mamá me llevó hasta la casa de la familia Sánchez Quiroz (los únicos que tenían paneles solares en sus techos de teja); pero una lluvia intensa, acompañada de granizo, hacía bailar a la antena parabólica y era imposible terminar de ver la película. La pantalla se veía como bolitas de granizo que estaban golpeando sobre los vidrios de las ventanas.

El lunes, por la mañana, escuchamos la carcacha de papá estacionarse en el patio de la escuela. Yo no lo quería ver, por supuesto; pero Coco, mi otro hermano, se levantó de su cama y fue corriendo a su encuentro. Escuchaba su voz y la voz de mi mamá y la de mi hermano pequeño diciendo: ¿Me has traído el rompecabezas del hombre araña? Y papá se lo entregó y él llegó hasta mi cuarto y me decía: ¡Mira lo que me han regalado! Y bailaba dando vueltas de alegría.

Fui a comer y papá seguía en la mesa. Y cuando me vio, me dijo: Para ti, he traído el mejor regalo. Está ahí, en esa caja. Era una caja pequeña, aún más pequeña que una caja de zapatos de los que él compraba. Inmediatamente, sentí una ligera exaltación. Me había dicho que, si ese año aprendía a resolver una raíz cuadrada, me compraba un minitelevisor, de esos que funcionaban a pilas y tenían la pantalla pequeña, casi como de unas gafas de sol. No podía ser otra cosa; mi sueño se había hecho realidad. Abrí la caja apresuradamente y encontré, en vez de un minitelevisor, un libro de carátula blanca con la fotografía y el nombre de ese señor. Seguí buscando y había más libros parecidos. Entonces, miré a papá y le dije sorprendido: Pero, yo pensé que era el minitelevisor. Y papá, muy sereno, me dijo: Sí, de alguna manera, lo es. Si lees con cuidado y te concentras bien, esas páginas se van a transformar en imágenes, en colores, en voces, en sensaciones; y las podrás ver más claras y reales que las del televisor. Y, ¿dónde las podré ver?, le dije. Enseguida, respondió: Dentro de tu cabeza. Además, puedes tú participar en la historia. Pero, ¿cómo?, le dije. Arreglándola a tu modo, así como de los dramas que inventas con tus compañeros o los cuentos que mamá te leía de más pequeño. Y mamá dijo: ¿Te acuerdas de Ernesto, el niño que andaba a caballo con su papá y era huérfano de madre? Claro que me acuerdo, mamá: el que asistía a un internado y lo cuidaban unos curas. Mamá asentía con la cabeza. ¿Y recuerdas, también, que creábamos otras cosas sobre Ernesto?; que tenía mamá y papá y hermanos y amigos que lo querían. Sí, claro; me acuerdo, mamá. ¿Y quién las inventó? No lo sé, le dije. Y luego, ella pronunció su nombre: Arguedas. Sí, él; claro, mamá. Y ahora, ese señor que ves en las carátulas de esos libros hace lo mismo, inventa muchos Ernestos. Y luego, me alcanzó un libro: Los cachorros, de Mario Vargas Llosa, ese hombre entrecano de mirada seria e imperturbable.

Desde entonces, Mario, me has acompañado toda la vida. Te conozco más de lo que tú crees. Tú no me has visto crecer porque estabas demasiado ocupado pensando sobre este desafortunado país en cual nos tocó nacer. En cambio, yo sí te he visto andar como actor de cine, llevando el nombre del Perú por todos los confines de la tierra; andando como un sol entre las élites académicas más importantes del mundo; diciendo el Perú existe, yo soy el Perú. Y, en verdad, lo eres. Has dado luz al mundo a través de tus historias. Me alumbraste en la etapa más triste de mi vida porque, en algún momento, en mi sueño más irrealizable, quise ser como tú. Pero, un amigo de Arequipa —que te quiere tanto o más que yo— me dijo: Mario solo hay uno. Y aterricé en la realidad.

                Y te cuento, brujo de las palabras, que fue papá quien me hizo conocerte. Y también, hace un par de horas, fue papá quien entró a mi cuarto, con celular en mano y me dijo: Vargas Llosa ha muerto. Lo primero que se hace frente a la incertidumbre es no creer, que es algo imposible que el Perú haya muerto. Y, desde ahora, es demasiado triste saber que ese sol ya no nos alumbra. Saber que ya no te podemos buscar para mirarte desde lejos por los malecones de Barranco o Miraflores. Y Orlando, con sus dos metros de estatura y señalando con su dedo índice a tu casa, ya no me podrá decir: Hoy, veremos a Mario. Pero nunca nos acercamos. Te respetábamos mucho y también sabíamos que el sol nos puede quemar.  Ahora, todos los peruanos —aquellos que fueron tus críticos y nosotros, los devotos— quisiéramos ser cómo tú, Mario: ¡una leyenda!

Comentarios
Continue Reading

Cultura

Mario Vargas Llosa falleció en Lima

Su familia confirmó su deceso.

Avatar photo

Published

on

La literatura hispanoamericana ha perdido a uno de sus más grandes exponentes. Mario Vargas Llosa, novelista, ensayista, polemista y Premio Nobel de Literatura 2010, falleció este domingo en Lima a los 89 años, según informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana. Su muerte cierra un capítulo trascendental de la narrativa en español y deja un vacío imposible de llenar.

Nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, Vargas Llosa fue un autor universal. Desde sus primeras obras como Los jefes y La ciudad y los perros hasta su despedida con Le dedico mi silencio, su producción literaria moldeó el imaginario colectivo de generaciones de lectores. Dueño de un estilo poderoso y de una inteligencia feroz, supo retratar los entresijos del poder, la violencia y la resistencia con una lucidez pocas veces vista en la literatura contemporánea.

No solo fue novelista, sino también un intelectual en el sentido más clásico: comprometido, activo y provocador. Desde su tribuna en la prensa, como su recordada columna Piedra de Toque en El País, abordó con valentía y convicción los grandes debates de su tiempo, sin temor a contrariar sensibilidades ni a polemizar con sus propios lectores. Fue, hasta el final, un defensor apasionado de la libertad individual, aún a costa de las críticas que sus posturas políticas —liberales en lo económico, progresistas en lo moral— le granjearon.

Su partida, según sus hijos, será despedida en la más estricta intimidad, como él mismo lo pidió: sin ceremonias públicas, con la serenidad que caracterizó su madurez. “Deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, dice el comunicado. Y no hay frase más certera. Vargas Llosa ya era inmortal mucho antes de morir.

Obras como Conversación en La Catedral, La casa verde, La guerra del fin del mundo o La fiesta del Chivo consolidaron una carrera marcada por el rigor narrativo y la ambición temática. Fue parte del célebre boom latinoamericano, junto a Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, pero también un autor que se distanció de modas, que evolucionó hacia nuevos territorios sin perder la fidelidad a su esencia: contar la verdad a través de la ficción.

El Nobel, que muchos creían esquivo por razones ideológicas, le fue otorgado en 2010 por su “cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Recibió también los más altos honores literarios: el Cervantes, el Rómulo Gallegos, el Príncipe de Asturias, el Planeta. Fue miembro de la Real Academia Española y, desde 2021, inmortal de la Académie Française. Su ambición no fue solo literaria: aspiraba a incidir, a influir, a incomodar.

Quiso ser presidente del Perú y perdió. Escribió sobre dictaduras, corrupción, historia y pasiones privadas con idéntica intensidad. En El pez en el agua, sus memorias, relató tanto su educación sentimental como su derrota política, con la honestidad de quien entiende que todo, incluso el fracaso, forma parte de una obra mayor.

Su vida fue una novela en sí misma, atravesada por amores, rupturas, amistades rotas (como la célebre con García Márquez) y pasiones ideológicas. Pero nunca se convirtió en estatua, como temía. Siguió escribiendo hasta el final, como si la literatura fuera una forma de derrotar a la muerte.

En su discurso del Nobel afirmó que “la lectura inocula la rebeldía en el espíritu humano”. Vargas Llosa fue, hasta el último aliento, un rebelde que eligió la palabra como su arma más poderosa. Y como los grandes escritores, vivirá mientras lo lean. Ha muerto el hombre; queda el legado.

Comentarios
Continue Reading

Cultura

Francisco de Zela, una cuestión pendiente con Panamá ¿Es hora de repatriar su cadáver­?

Hay algo que Dina Boluarte debería hacer, y es lo que hizo el alcalde del Cusco con la repatriación simbólica del hijo de Tupac Amaru, y es traer de vuelta a Francisco de Zela, prócer que murió en una cárcel de Panamá.

Avatar photo

Published

on

La leyenda cuenta que el 28 de julio de 1821 moría en una oscura cárcel en Panamá el prócer de la patria Francisco de Zela. Aunque en la década de 2010 el entonces embajador de Perú en Panamá, intentó buscar los restos del prócer, esto de manera autónoma y sin apoyo de la Cancillería peruana, las circunstancias resultaron en su momento infructuosas. Cabe mencionar que es muy probable que Zela en condición de traidor a la madre patria fuera enterrado en una fosa común. Cabría esperar del actual gobierno una búsqueda más infructuosa de dichos restos o al menos repatriar simbólicamente a Zela como se hizo con el hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas recientemente. No debemos olvidarnos que el grito de Zela en Tacna fue el primer grito de independencia en Perú desde el grito ahogado en sangre de Tupac Amaru, esto en 1811. Grito que fue condenado en una mazmorra realista en Panamá.

Un héroe olvidado

Zela fue después de Tupac Amaru el primero luego de treinta años de silencio en lanzar el primer grito libertario del Perú en la ciudad de Tacna el 20 de junio de 1811. Eso lo hace meritorio de ser considerado el líder de la primera insurrección armada por la independencia del Perú. Su rebelión de Tacna estuvo en estrecho contacto con la Revolución Argentina, que se inició en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Si bien los argentinos enviaron un ejército a la Provincia de Charcas (Bolivia), al mando del general Antonio González Balcarce y del abogado (¿Quién envía a un abogado?) Juan José Castelli. Los rioplatenses enviaron proclamas a varias ciudades del sur del Perú, invitándolos a continuar con la revolución.

Zela, tal vez apresuradamente fue el primero en responder y en un «Bando al pueblo de Tacna» declaró su adhesión a la Junta de autogobierno de Buenos Aires y su fidelidad al rey de España, de acuerdo con la posición de la Junta (recuérdese que Fernando VII estaba apresado por Napoleón y en España reinaba José Bonaparte que no era reconocido ni por los españoles americanos ni por los peninsulares) y pretende asumir la jefatura político-militar de la plaza militar imponiéndose él mismo el título de «Comandante Militar de las Fuerzas Unidas de América». 

Zela quien tuvo un apoyo tanto de criollos, mestizos e indígenas, como es el caso del cacique de Tacna, Toribio Ara, y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja. No obstante, su insurrección no tuvo éxito.

Derrotado a causa del fracaso de la campaña de los rioplatenses que fueron aplastados por los realistas en Charcas se vio finalmente apresado por los españoles.

Así los principales dirigentes de la rebelión fueron sometidos a juicio, entre ellos Zela, quien fue llevado a Lima. Allí, gracias al nepotismo (algunas costumbres no cambian), es decir las influencias de su familia y a la mediación (compadrazgo) de importantes personajes se le conmutó la pena de muerte por la de encierro perpetuo en el morro de La Habana. No obstante, se consiguió modificar aún más la sentencia: una pena de diez años de presidio en la cárcel de Chagres, en Panamá, y terminados éstos, expatriación perpetua. Su prisión en Lima duró cuatro años y en 1815 fue trasladado a Panamá. Afectado por el clima tropical y las duras condiciones de su encierro, falleció algunos años después, en 1819. Una versión muy difundida que más huele a leyenda romántica afirma que su fallecimiento se produjo el 28 de julio de 1821, el mismo día de la Proclamación de la Independencia del Perú. Lo cierto es que murió en 1819, un 18 de julio, a la edad de 50 años.

La búsqueda del cuerpo del prócer

Allá por la década del 2010, el embajador de Perú en Panamá, Guillermo Russo Checa recordó la historia de Zela y se propuso encontrar sus restos. Sin instrucciones ni directrices o apoyo de Torre Tagle, buscó por las iglesias de Panamá y entré archivos donde podría descansar los restos del héroe. Consultó incluso con el entonces presidente de Panamá, el locuaz y alangarciesco presidente Martinelli. Finalmente, y tomando en cuenta que en su condición de traidor a la corona muy probablemente Zela fuera enterrado en una fosa común, hubo de parar sus investigaciones. No obstante, en un parque de Panamá se rindió homenaje a la memoria del héroe a través de un busto que recuerda al paseante distraído que en algún lado de Panamá todavía duerme el ilustre tacneño que espera el retorno a su patria libre.

Considerando la reciente repatriación simbólica al Cusco desde Madrid, del hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas, es momento, aprovechando la visita del presidente Mulino en Perú, de recuperar los restos, aunque sea simbólicamente de Zela. Es momento que Zela regrese al Perú independiente tal y como un día de 1811 soñó.

Comentarios
Continue Reading

Cultura

La princesa Gominola

La nueva tragicomedia escrita por Helen Hesse.

Avatar photo

Published

on

Tras años de ausencia, Alejandra regresa al Perú con un único propósito: recuperar a su hijo Santi, a quien dejó al cuidado de sus abuelos cuando apenas tenía 7 años. Lo que parecía una sencilla reunión familiar se convierte en un escenario cargado de emociones, secretos y revelaciones inesperadas. En una cena familiar donde los recuerdos y las emociones están a flor de piel, una dolorosa verdad saldrá a la luz, ¿será capaz Alejandra de reconstruir lo que perdió?

“La princesa Gominola” es una tragicomedia escrita por Helen Hesse y forma parte de una serie de tres obras breves que forman parte de un innovador ciclo de microteatro inmersivo. Presentada por Paso de Gato Teatro, cada obra está diseñada para sumergir al espectador en una experiencia única, donde no solo serás testigo, sino también protagonista de las historias que se desenvuelven ante tus ojos.

Disfruta de una propuesta teatral en la que los límites entre el público y los personajes se desdibujan, creando una conexión emocional profunda y momentos inolvidables.

El dato

Estreno: Miércoles 09 de abril  a las 8:00 pm

Dirección: Milagros López Arias

Dramaturgia: Helen Hesse

Actrices: Pilar Delgado, Milagros López Arias y Sergio Velasco.

Las obras estarán todos los miércoles y jueves de abril hasta 01 de mayo a las 8:00 pm.

Lugar: La Residencia (Sáenz Peña 107 Barranco)

Entradas: Joinnus o al 959528540.

No te pierdas esta oportunidad de vivir el teatro como nunca antes lo habías hecho.

Comentarios
Continue Reading

Cultura

De la orilla al lienzo

Camila Rodrigo regresa a Lima con un sobrio conjunto de abstractos. La forma resignificada se inaugura el 9 de abril en La Galería de San isidro.

Avatar photo

Published

on

El inicio de su travesía en la abstracción surgió de manera intuitiva. Un día en la playa, conversando con su madre, recordó la pared vacía de su departamento y decidió pintarla. A partir de esa carencia física nació un proceso que convirtió el vacío en superficie, la nada en estructura. Fue un encuentro con el orden y la proporción, donde líneas y formas geométricas empezaron a definir un lenguaje propio.

Camila Rodrigo (Lima, 1983) concibe el lienzo como un espacio de transformación. Su proceso creativo está marcado por una metódica construcción de capas, donde el color y la textura emergen en un rito de serenidad y concentración. La tela, en su estado inicial, yace en el suelo, expectante. El negro, un tono fundamental en su obra, se convierte en un eje transcendente y el pigmento, diluido en agentes fluidos, se asienta sobre la superficie como una piel que se va formando en un orden temporal que la artista organiza y supervisa con exigente minuciosidad.

Geometría líquida

La artista recuerda con nitidez los diseños limpios de su abuelo y su padre, arquitectos. Su conexión con la materialidad se remonta a su infancia, cuando paseaba por La Punta y recogía piedritas en la orilla del mar. Hoy, esos recuerdos se transforman en una serie de obras que exploran la textura y la composición, como se evidencia en La forma resignificada, muestra que inaugura el 9 de abril en La Galería de San Isidro. Sus pinturas, de una estética minimalista, sugieren paisajes internos y una rigurosa investigación sobre la materia.

No en vano su obra transita entre el diseño y la pintura, el instinto y la precisión geométrica. Formada en Diseño Gráfico en la Universidad San Ignacio de Loyola (2010), complementó su aprendizaje con estudios de fotografía en el Centro de la Imagen de Lima (2006) y en el Rhode Island School of Design (2009). Su carrera ha estado marcada por una evolución que la llevó del arte figurativo y la ilustración infantil hacia una exploración profundamente abstracta, donde la forma y el equilibrio son el núcleo de su lenguaje visual.

Lenguaje que madura y desarrolla en su estudio en Las Condes, Santiago de Chile, donde trabaja de 8:30 a.m. a 3 p.m., cuando sus hijos están en el colegio. Allí se entrega por completo al proceso creativo, sin interrupciones. En ese silencio ha descubierto que su pintura es una traducción de su percepción de la vida. «Después de pasar tiempo en el taller, mirando los cuadros en soledad, empiezas a pensar lo que hay detrás de lo que pintas», reflexiona.

Así, las piedras, recurrentes en su imaginario, se convierten en una metáfora del lastre vital, de esas formas que, convertidas en peso, se resisten al cambio. En su pintura, Rodrigo busca liberarse de esas imposiciones, recuperar la espontaneidad y la ligereza de la infancia. Su taller, más que un espacio de trabajo, es un refugio donde la libertad toma forma y color, como alguna vez imaginó de niña. Este 2025 su obra ha sido seleccionada para ser presentada en el Stand de La Galería en la feria Pinta PArc, un reconocimiento a su creciente impacto en la escena artística contemporánea.

Comentarios
Continue Reading

Cultura

Seminario: «De los griegos a los juglares: la naturaleza antropológica del poeta en occidente como cantor sagrado en la épica, la lírica y el teatro»

Un seminario que recorre la poesía, el teatro, lo regioso y político.

Avatar photo

Published

on

El Centro Cultural de la Universidad de Piura los invita a participar de este seminario en el que se abordará las raíces de la civilización occidental en su poesía, la naturaleza del poeta desde un sentido antropológico/esotérico (los poetas arcaicos como mediums de la divinidad), la configuración del relato político, y la aparición del teatro como síntesis religioso y político.

Especial énfasis se dará en los vínculos del teatro trágico griego y su influencia en el drama moderno «Historia de una escalera» de Antonio Buero Vallejo. Así como también una comparativa de dos obras de tragedia clásica: La Electra de Sófocles frente a la Electra de Eurípides.

Dirigido a actores, dramaturgos y público en general.

SOBRE EL DOCENTE:

Alejandro Herrera. Bachiller de Derecho de la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica. Periodista cultural especializado en poesía y narrativa. Es corresponsal del medio Contrapunto El Salvador Centroamérica, es también asesor literario, ghostwriter y editor. Cronista parlamentario en Perú para la revista Lima Gris.

SESIONES:

  • Narrando el Mito Griego: poetas épicos, líricos y autores trágicos
  • Roma, tuyo es el poder y la gloria: La política como teatro. De poetas bucólicos a oradores políticos.
  • La Espada, la Dama y la fe: de los cantares de gesta a los juglares y el ideal caballeresco medieval y la reaparición del teatro como evento sagrado.

Inicio: 3 Sesiones: martes 22 y 29 de abril, 06 de mayo
De 7:00 p.m. a 8:30 p.m.
Modalidad presencial: Casona Pardo (Calle Coronel Inclán 120, Miraflores – Lima)
Certificación a nombre de la Universidad de Piura
Inversión: 150 soles
Inscripciones: enlace:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScL44vg3O9kHpn4I4mojzBJBm9kPxzC3W0T49rK9uBVCX33-A/viewform?fbclid=PAY2xjawJeQbVleHRuA2FlbQIxMAABp8dcK4M01J7Dn8FaYp9SEwmQfiBwr1kitAZzKqxvSaUF8ywzNruEr8JXZ105_aem_-Ad4HYI_aFr0M8Tqp7THag

Comentarios
Continue Reading

Cultura

Festi CIX 2025: Feria del libro “Letras sin límites” se inauguró en Chiclayo

Gestión municipal chiclayana promueve la cultural con inauguración de feria del libro.

Avatar photo

Published

on

La ciudad de Chiclayo inició una fiesta cultural en el mes del aniversario y de las letras. El miércoles pasado al mediodía se inauguró el I FESTI CIX 2025 FERIA DEL LIBRO “LETRAS SIN LÍMITES”, un evento cultural que reunirá a escritores, editoriales, librerías y amantes de la literatura en un espacio de encuentro y aprendizaje.

La ceremonia de inauguración se llevó a cabo en el recinto ferial ubicado en la cuadra 1 de la Avenida Elías Aguirre, con la presencia de la alcaldesa de la Municipalidad Provincial de Chiclayo Janet Cubas, autoridades locales y representantes del sector cultural. Durante el evento, se anunciarán las actividades programadas, que incluyen presentaciones de libros, conferencias, talleres, shows artísticos, entre otros.

EL  FESTI CIX 2025 FERIA DEL LIBRO “LETRAS SIN LÍMITES” busca promover la lectura y el acceso a la cultura, ofreciendo una variada oferta a precios de promoción desde los 10 soles. Además, de publicaciones para todas las edades y gustos. Asimismo, contará con espacios dedicados a la literatura infantil, presentaciones de libros, recitales de poesía y las publicaciones académicas.

La organización invita a toda la comunidad chiclayana a participar de esta celebración cultural y disfrutar de una experiencia única en torno a los libros y el conocimiento.

Comentarios
Continue Reading

Cultura

Ollantaytambo: atentado al Patrimonio Arqueológico revela presuntos actos de corrupción, tráfico de influencias y abuso de Autoridad

En un nuevo escándalo en Cusco estarían implicados funcionarios de la Municipalidad de Ollantaytambo y del Ministerio de Cultura.

Avatar photo

Published

on

La construcción ilegal del hotel Sol Ollantaytambo Boutique, no solo revela graves irregularidades administrativas y un daño irreparable al patrimonio, sino que expone una red tráfico de influencias, posibles actos de corrupción, un preocupante abuso de autoridad por parte de funcionarios municipales, un serio riesgo ambiental y una activa defensa del alcalde por parte del principal implicado. 

Entre los implicados aparecen el actual alcalde de Ollantaytambo Paul Palma, funcionarios municipales, la dueña del hotel Lucinda Miranda Farfán y su administrador Derik Miranda Farfán. Según fuentes cusqueñas, nuestra anterior publicación generó un temblor en las oficinas de la Dirección Desconcentra de Cultura de Cusco y en las instalaciones del municipalidad de la ciudad inca.

Se colapsó muro correspondiente a la canalización del Rio Calicanto  provocado por la  construcción de fierro y cemento realizada gracias a la autorización irregular de Restitución Volumétrica otorgada por la Municipalidad Distrital de Ollantaytambo.

Escandalosas irregularidades

El permiso de restitución volumétrica, base de la construcción ilegal, presenta fallas cruciales: se la documentación a la cual hemos tenido acceso, se otorgó sin pasar por las comisiones técnicas correspondientes, se anuló tardíamente y hasta la fecha no existe una orden de demolición. Estas omisiones representan una grave falla en el proceso administrativo y una flagrante vulneración de las leyes de protección del Patrimonio Cultural de la Nación.  La tardanza en la anulación y la ausencia de una orden de demolición sugieren complicidad o negligencia por parte de las autoridades, permitiendo que el daño al patrimonio continúe.

Esta situación se agrava por la evidencia de que la Gerencia de Desarrollo Urbano, bajo la dirección del Arq. José Carlos Cárdenas Chamorro, ha venido otorgando autorizaciones de obra de manera irregular, sin pasar por las comisiones técnicas correspondientes, como lo exige la norma.  Estas autorizaciones se han emitido en el centro histórico de Ollantaytambo y en sectores protegidos por la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. 

Entre las autorizaciones otorgadas de forma irregular se encuentran las siguientes: autorización N° 001-2023-GDUR – MDO, autorización N° 016-2024-GDUR – MDO, y la autorización N° 020-2024-GDUR – MDO.  Además,  la ejecución de obras no cumple con la normativa vigente, donde los propietarios deberían presentar el expediente respectivo al procedimiento administrativo, en concordancia al Reglamento de Intervenciones Arqueológicas vigente aprobado mediante Decreto Supremo Nº 011-2022-MC, de fecha 23 de Noviembre del 2022. 

La omisión de la calificación de los expedientes por los delegados AD HOC del Ministerio de Cultura agrava la situación. Lo curioso es que desde la sede central del Mincul hay un silencio sepulcral.

Derik Miranda Farfán dirigiendo personalmente la construcción que atenta contra el Patrimonio Cultural de la Nación.

¿Colusión, Enriquecimiento Ilícito y Tráfico de Influencias?

La denuncia pública y ante la Policía Anticorrupción de Cusco realizada por el Presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Distrito de Ollantaytambo, Andrés Fabián Bravo Pinedo, revela una red de influencias que conecta al alcalde Paul Palma, funcionarios municipales, y la dueña del hotel en construcción Lucinda Miranda Farfán y su administrador Derik Miranda Farfán, este último  ha recibido pagos de la Municipalidad Distrital de Ollantaytambo por un total de S/. 67,265, según información del portal de transparencia.

Este monto se desglosa de la siguiente manera:

  • Adquisición de KIT de incentivos: S/. 38,625.00
  • Refrigerios y almuerzos: S/. 8,160.00
  • Contratación de jueces: S/. 1,760.00
  • Contratación de personal para mesa de partes: S/. 720.00
  • Refrigerios S/. 18,000.00 

Fuente: OSCE.

Estos pagos, especialmente habrían sido destinados a “Jueces”, “refrigerios” y “kits de incentivos”, generan serias dudas sobre su legitimidad y transparencia, apuntando a una posible sobrefacturación o pagos ficticios. La denuncia de Bravo Pinedo destaca la estrecha relación entre Miranda y el alcalde Palma, así como lo evidencia una foto donde esta Miranda con las hermanas del alcalde, sugiriendo una red de influencias que ha facilitado la obtención de contratos municipales de manera irregular. Esta relación de amistad y/o parentesco, combinada con los pagos sospechosos, refuerza la hipótesis de un presunto contubernio para beneficiar a Miranda a expensas del patrimonio arqueológico y el erario público.  La denuncia pública de Bravo Pinedo proporciona un testimonio crucial que debe ser considerado en la investigación.

Derik Miranda Farfán, proveedor estrella de la Municipalidad de Ollantaytambo junto a las hermanas del Alcalde de Ollantaytambo.

Activa Defensa del Alcalde por parte de Carlos Miranda

Más allá de los indicios de corrupción y enriquecimiento ilícito, se evidencia una activa defensa a favor del alcalde Paul Palma por parte de Carlos Miranda.  Publicaciones en redes sociales del 12 de abril de 2024, mostradas por Andrés Fabián Bravo Pinedo, Presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Distrito de Ollantaytambo,  demuestran que Miranda defiende  públicamente al alcalde de Palpa contra las críticas a la gestión municipal ante el bloqueo de calles en Ollantaytambo por ciudadanos que organizados comenzaron a tapar los huecos de las avenidas de esta ciudad inca viviente ante la inoperancia municipal. 

Esta defensa pública, realizada por un proveedor municipal con contratos cuestionados, evidenciaría una estrecha relación y complicidad entre Miranda y el alcalde, socavando la transparencia y la imparcialidad en la gestión municipal.

Llamado a la Acción y Exigencias

La situación en Ollantaytambo exige una respuesta inmediata y contundente. Se debe emitir de inmediato una orden de demolición para detener el daño al patrimonio arqueológico. La Contraloría General, la Fiscalía y la Policía Anticorrupción deben investigar a fondo las irregularidades en el proceso de concesión del permiso, la anulación tardía y la falta de orden de demolición, así como los pagos sospechosos a Carlos Miranda y la gestión irregular de las autorizaciones de obra por parte del Arq. José Carlos Cárdenas Chamorro.

La investigación debe incluir el análisis de todos los contratos otorgados por la municipalidad a Miranda para determinar la existencia de otros posibles casos de corrupción. Las organizaciones vivas del Pueblo de Ollantaytambo deben exigir la rendición de cuentas por parte del alcalde Paul Palma y el gerente municipal José Carlos Cárdenas Chamorro, y se debe garantizar que los responsables sean sancionados con el peso de la ley.

Publicación en redes sociales realizada por Derik Miranda Farfána a favor del alcalde de Ollantaytambo.

La protección del patrimonio cultural de Ollantaytambo y la lucha contra la corrupción son responsabilidades ineludibles para las autoridades. La denuncia de Andrés Fabián Bravo Pinedo debe ser considerada como evidencia clave en la investigación, y su testimonio debe ser protegido.  La pregunta realizada por Bravo al refereise a los comentarios vertidos en las redes sociales por Carlos Miranda  de ¿por qué se defiende tanto a esta gestión, si por amistad, desarrollo del pueblo o enriquecimiento personal?, queda abierta a la investigación, pero las pruebas presentadas apuntan fuertemente hacia un presunto enriquecimiento ilícito y abuso de poder.

Nos comunicamos con el alcalde de Ollantaytambo Paul Palma y con el gerente Carlos Cárdenas para recoger sus descargos, pero hasta el cierre de este informe no hemos recibido sus respuestas.

Imaginamos que el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja ya tomó conocimiento de este nuevo escándalo, y su preocupación debería ser mayor ya que su familia también tiene un hotel en Ollantaytambo. Nos preguntamos ¿el ministro actuará ante lo sucedido o se quedará de brazos cruzados?

Comentarios
Continue Reading
Advertisement

LIMA GRIS TV

PUBLICIDAD

PRNEWS

PARTNER

 

CONTACTO

Síguenos en Twitter


LIMA GRIS RADIO

Trending