Es muy cómodo ver a algunos millennials hacer estados en Instagram o Tik Tok desde sus zonas de confort, calificando a los policías de asesinos; sin saber que ellos se enfrentaron a los terroristas en zonas de emergencia, mientras sus padres los procreaban gracias a la tranquilidad que vivían en la capital.
En Perú se vive uno de los relatos más ucrónicos jamás vistos en la historia nacional. Prácticamente, ha surgido una cruzada de voces que pretenden proclamar que las fuerzas policiales y armadas, se han convertido en los enemigos de la patria desde que dieron batalla a dizque “dos partidos comunistas armados” (SL y MRTA) que tenían todo el derecho a ejercer sus proselitismos políticos.
De ahí que una Comisión de la Antiverdad calificó en su informe final que aquella encarnizada lucha se denominaba conflicto armado y/o guerra interna, y no TERRORISMO, basándose en el artículo 3º de los cuatro Convenios de Ginebra.
Es decir, la alcahuetería surgió luego de haber vencido al terrorismo y de la caída del dictador Alberto Fujimori, al inicio de la proclamada transición del gobierno de Valentín Paniagua. Y a pesar que lo niega recurrentemente, durante su gestión en el Ministerio de Justicia, Diego García Sayán permitió la liberación de condenados por terrorismo y eso sin contar que autorizaron nuevamente el libre tránsito de los cabecillas terroristas en los patios penitenciarios para que se junten con sus subordinados, por considerarlos una violación de sus derechos humanos. Hoy podemos colegir porqué en los siguientes años este abogado fue designado Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Entre tanto, hace tres días siete policías fueron emboscados y salvajemente acribillados en la zona del VRAEM, en la provincia de la Convención, en Cusco, por remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso, según declaraciones del jefe de la Dircote; sin embargo — aquí no pasa — y el asesinato de policías ya no le incumbe a nadie, porque vivimos en la “época” en que a nuestros jóvenes se les inculca que los policías son asesinos y, por tanto, nuestros enemigos.
Atrás quedaron las frases cívicas —El policía es tu amigo —porque gracias a la propaganda de varios actores sociales, los policías se han convertido en enemigos de la sociedad. Prácticamente, un pensamiento similar a los malditos subversivos, que cada vez que aniquilaban a un policía, le colgaban un cartel que decía: —Así mueren los perros—.
Los científicos sociales que se erigen como especialistas en gobernabilidad, en realidad esconden sus ideologías y se basan en sus “academicismos” para salir en tribunas televisivas y confundir a incautos. Entre ellos, el tal Jaime Antezana hoy proclamado senderólogo y narcorólogo y el exministro del Interior del morado Sagasti, Rubén Vargas que como buen enemigo de la Policía ordenó ilegalmente el pase al retiro de 18 generales; pero al poco tiempo, Vargas tuvo que salir del Mininter por haber negado ser hermano de un alto dirigente de Sendero Luminoso que purgó condena por terrorismo.
¿Quiénes son los verdaderos enemigos del Perú?
Sin duda, no solo los terroristas y sus remanentes son los enemigos de la patria… también lo son todo ese grupete de ONGs que reciben millones del extranjero para patrocinar los derechos humanos. Pero habría que preguntarles ¿los derechos humanos de quién? ¿Acaso esas ONGs no interpusieron demandas masivas contra el Estado peruano ante la CIDH para indemnizar con millones a terroristas?
Todo este grupo de alcahuetes se ha organizado y articulado en el país desde hace muchos años; ellos tienen brazo legal, periodístico y político y por eso bombardean en el tuiter y otras redes sociales, así como en medios de comunicación hegemónicos para cambiar la narrativa de las cosas.
¿Cómo olvidar la estrategia marketera de los Morados que se lanzó en las calles en noviembre de 2020? El objetivo era poner en Palacio al admirador del terrorista Néstor Serpa Cartolini, Francisco Sagasti, y también en aquel tiempo, proclamaban que los policías eran asesinos e inventaron 47 desaparecidos que nunca desaparecieron, mientras que la CNDDHH y la Defensoría del Pueblo se prestaron para el embuste. ¿Acaso la Defensoría del Pueblo al mando de la señora Revollar hoy no se ha convertido en la Defensoría de vándalos y criminales?
Es penoso ver cómo el país se viene cayendo a pedazos gracias a esta comunión de fuerzas ideológicas que nunca lucharán por el bienestar de todos los peruanos; sino, más bien, —POR LA CAUSA — que lo único que pretende es lograr su hegemonía para ostentar el poder y destruir toda estructura estatal.
Desde que el remedo de golpista Pedro Castillopateó el tablero y rompió el orden constitucional en el país, un sinnúmero de miserables “aprovecharon el río revuelto, y emprendieron su ganancia” y aún continúan utilizando a tontos útiles para satisfacer su trasnochada lucha de clases.
En honor a la libertad de culto y elección, no tiene nada de malo ser simpatizante o militante de izquierda o derecha, porque es legítimo; sin embargo, es repulsivo volver a ver a filosenderistas que se esconden en un ropaje incoloro, para evitar ser detectados como rojos. Pero hay que decirlo con claridad: Claro que existen izquierdistas ecuánimes por convicción doctrinaria, pero ¿qué podemos decir de toda esa horda de izquierdistas filosenderistas que guardan admiración por Sendero? Y aquí no vengan a manipular con la eterna queja de la batalla entre Keikistas e Izquierdo-comunistas… ¡que me terruquean por aquí y por allá!
El terruqueo es un neologismo peruano que los caviares sin bandera han sabido capitalizar en contra de los conservadores para seguir contribuyendo a esta polarización. Sin duda, varios sectores de la derecha bruta y achorada (DBA) han metido en un mismo saco a todos y solo han sabido terruquear; pero, no es menos cierto que los filosenderistas hoy han encontrado el escenario adecuado y hasta se organizan con orgullo y sin temor para mostrar sus corazones anarquistas.
Prácticamente, seguimos en un desgobierno, porque a pesar que se decretó Estado de Emergencia Nacional, los violentistas y criminales que siguen bloqueando carreteras continúan haciendo de las suyas, con una Policía desbordada y sin que las Fuerzas Armadas aún puedan tomar el control del orden interno.
Sin duda, el mandato por sucesión continuará de brazos caídos, porque no debemos olvidar que la mandataria Dina Boluarte es de izquierda y sigilosamente estaría identificada con la causa, y por más que sus excorreligionarios la tilden de traidora, ella es más de lo mismo, porque vino en el “paquete completo” de Pedro Castillo a través de su plancha electoral. Y hoy podemos vislumbrar que no moverá un dedo para proteger la integridad de los 33 millones de peruanos y los activos críticos que por mandato constitucional, está obligada a defender. Esta señora de izquierda que llegó al aparato estatal como parte de Perú Libre, pretende quedarse sentada en Palacio y lo peor, viendo desde el balcón como destruyen al Perú.
Hasta hoy, la noticia de más de 60 fallecidos producto de los enfrentamientos entre violentistas y policías es sin duda desalentadora; sin embargo, se pretende culpar solo a la Policía Nacional de aquel fatídico saldo y también se ha invisibilizado el asesinato de un efectivo policial que fue quemado por criminales violentistas.
Es cierto que ha habido excesos y probablemente, en algunos casos no se cumplieron con los debidos protocolos; pero eso es inevitable en las asonadas ¿acaso en un Estado de Emergencia Nacional no se suprimen algunas garantías constitucionales? Incluso, se ha restringido el libre tránsito, pero aquí nadie cumple la ley y se hacen las víctimas; y para colmo se organizan para tomar aeropuertos, y eso no es otra cosa que TERRORISMO.
Así las cosas, es exigible estar del lado de nuestras fuerzas del orden porque ellos se enfrentaron y nos defendieron de la lacra terrorista que dejó un saldo de 25 mil muertos. ¿Cómo es posible que le demos la espalda a nuestros defensores que lograron la pacificación?
Es muy cómodo ver a algunos millennials hacer estados en Instagram o Tik Tok desde sus zonas de confort, calificando a los policías de asesinos; sin saber que ellos se enfrentaron a los terroristas en zonas de emergencia, mientras sus padres los procreaban gracias a la tranquilidad que vivían en la capital.
Los peruanos contamos las horas para que todo esto acabe y los verdaderos enemigos del Perú pierdan esta infausta batalla, que ha sido organizada desde hace muchos años, y que ha tenido resonancia gracias a foros como el de Sao Paulo y el grupo de Puebla; y qué decir de aquellos presidentes entrometidos de países vecinos, que con atrevimiento continúan organizando los destinos del Perú.
Basta de alcahuetes vendidos que proclaman el discurso embustero de la defensa de los derechos humanos; porque los derechos humanos son para todos, y en especial para nuestros efectivos de la Policía y la Fuerza Armada; y no para un grupito de políticas de izquierda y caviares que solo manipulan para seguir mamando del Estado.
Para esta indeseable gentuza ese es su único objetivo, obtener el poder para destrozar al Estado y eso no se puede permitir. Por ello honor y gloria a nuestras fuerzas del orden.
Luis Felipe Alpaca es egresado de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas y estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza; asimismo estudió en la Escuela de Escritura Creativa del CCPUCP, y tiene un Diplomado de Especialista en Derecho Comercial por la Escuela Superior de Negocios. Ha sido Editor de Cultura del Diario 16, y actualmente es Editor General del Grupo Editorial Lima Gris, y es conductor del programa radial Lima Gris Radio por La estación Planicie 91.5 de la FM. Como gestor cultural ha organizado y curado exposiciones de arte y eventos ligados a los derechos culturales. Asimismo es corrector de estilo, y ha escrito más de 400 artículos relacionados a cultura, actualidad y política. Como activista social ha sido miembro de la Red del Patrimonio Cultural con el afán de defender patrimonios inmateriales y materiales como el desaparecido Palais Concert, y el Complejo Arqueológico Puruchuco. Actualmente es miembro del Colectivo Antropoceno Identidad, y ha recorrido distintas regiones del país para brindar apoyo, encuentros y conferencias en universidades con temas relacionados al arte ancestral y la cultura originaria.
Asistimos en los últimos días a casos públicos de violencia vecinal, pese a que hay otros hechos graves que no llegan a los medios de comunicación y menos a convertirse en denuncias ante la Policía Nacional, el serenazgo o la Fiscalía. Es decir, hay una cifra negra que se mantiene fuera de la estadística.
Miraflores es uno de los distritos que más ha sufrido un cambio en su fisiognomía vecinal, pues hace treinta años no tenía la proliferación de edificios en zonas residenciales, tampoco recibía de lleno el vertiginoso incremento del parque automotriz o la multiplicación de mascotas, existiendo nuevos vecinos con tres, cuatro y hasta cinco canes o gatos.
No obstante, es el mundo y la sociedad en general los que se han visto más violentos sobre todo a causa de una falta de educación del carácter y de manejo del estrés laboral, por lo que Miraflores no es la excepción, pero los últimos acontecimiento sobre vecinos díscolos pueden ayudarnos a dar una clarinada de alerta y ejecutar ya mismo planes piloto con las principales autoridades de una comuna muy caracterizada que es guía o referente en muchos aspectos para otros distritos del país.
Por eso la Municipalidad de Miraflores debe liderar una campaña masiva de valores y coordinar planes específicos de prevención del delito con la Policía Nacional, teniendo el antecedente positivo -por ejemplo- de que en el último 2024 y en lo que va del 2025, se ha visto una importante labor con líderes policiales que aman a la comunidad y que tienen vocación de servicio como el comisario Cmte. PNP Jhon Luján, pero al otro lado de la moneda lamentablemente hay una enorme cantidad de vecinos, de familias miraflorinas e instituciones públicas que no han tomado verdadera conciencia de sus responsabilidades.
En este contexto, sobre la base de la labor del municipio miraflorino, de la Policía y la familia, vienen otros actores como la escuela (ya sea pública o privada), el sector salud distrital con especial cuidado en la prevención de las salud mental y en ello deben trabajar juntos la UGEL 07 y el MINSA con el objetivo de detectar desde temprana edad en la comunidad educativa los posibles casos de riesgo y violencia potenciales.
No obstante, hay un área capital y es el de las juntas vecinales, que en Miraflores tendrán una renovación en abril, pues con vecinos líderes y con la comunicación oportuna se pueden evitar actos no solo vergonzosos sino peligrosos para la vida de los buenos vecinos, a fin de no repetir las noticias recientes donde una persona arroja un objeto contundente desde el balcón de su departamento a la edificación del frente o cuando una mujer patea a una joven paseadora de perros, aunque existe un tercer caso resiente de acoso y agresividad de una mujer contra un joven publicista reconocido que con su trabajo apoya a grupos musicales, artísticos y culturales no solo en el distrito sino en el Perú.
En conclusión, unidos las autoridades municipales, la Policía Nacional, el Serenazgo, la Fiscalía, los líderes educativos y el personal del MINSA, entre otras instituciones públicas y privadas, se puede evitar que nuestro distrito deje lo que le ha caracterizado siempre, la residencialidad, la paz pública, el apoyo al arte y la cultura, así como el respeto a sus autoridades y buenos vecinos.
Donde estemos inculquemos los valores morales, el diálogo, el dominio de sí mismo y el respeto al otro, pues con acciones simples se construye una mejor sociedad, por ejemplo, cuando se pasea a una mascota con su correa obligatoria, y si hay alguien que no lo hace pues debe aplicársele la multa municipal correspondiente. Recordemos que tenemos derechos, pero también deberes. Igualmente, no permitamos la prepotencia contra nuestros amigos policías, serenos o buenos vecinos, y menos la discriminación, el acoso y el racismo. No dejemos que esas taras se conviertan moneda corriente en nuestro distrito.
Jaime de Althaus, el intelectual más lúcido de la oligarquía se ha convertido en el operador político más importante de los partidos, movimientos, colectivos y membresías de la derecha conservadora, liberal y neofascista del Perú. Althaus anunció la semana pasada en El Comercio —vocero de las dictaduras y de los grupos de poder económico— el «programa común» de la derecha peruana en materia de seguridad ciudadana. Presentó una serie de medidas administrativas desde la visión oligárquica que, supuestamente, acabarían con el crimen organizado y mejorarían la seguridad ciudadana. Incluso señaló que este «programa común» podría extenderse a educación, salud, transporte, entre otros ámbitos. Lo importante es el compromiso político de estos sectores con los intereses económicos de la oligarquía peruana.
Althaus tomó prestado, coincidentemente, el nombre de «programa común» de la izquierda francesa que, en 1972, anunció la unión entre socialdemócratas y la izquierda marxista de entonces.[1] Dicho programa consistía en:
Nacionalización de sectores estratégicos (banca, industria pesada).
Reformas sociales: reducción de la jornada laboral y aumento del salario mínimo.
Mayor justicia fiscal: impuestos progresivos a los ricos.
Mejoras en servicios públicos: educación y salud.
Política exterior independiente, crítica al capitalismo y al imperialismo.
Este programa común de la izquierda francesa de 1972 no ha perdido vigencia para muchos sectores de la «Francia insumisa» y de los socialistas franceses.
Por otro lado, en el Perú, los sectores populares están construyendo un «programa común» de la revolución social, que ya está en marcha y es indetenible. Este programa propone:
Democratización del crédito mediante la libre competencia, acabando con el oligopolio de los «cuatro jinetes del apocalipsis» (BBVA, BCP, Scotiabank, Interbank).
Reformas sociales: eliminar el monopolio farmacéutico.
Reforma del Estado: acabar con la burocracia corrupta, haciéndolo más eficiente y empoderando a SERVIR; suspender el proceso de regionalización durante un año para, junto a los gobernadores actuales y las organizaciones sociales, económicas, educativas y gremiales, construir un verdadero proceso de descentralización.
Convertir la minería en «el salario de los peruanos», es decir, ponerla al servicio del país, promoviendo proyectos mineros por cincuenta mil millones de dólares para financiar el déficit en infraestructura agraria, educativa y de salud.
El programa común de la revolución contempla también:
Construir carreteras, trenes y conectar al país con la revolución digital mundial.
Organizar al pueblo junto a las Fuerzas Armadas y Policiales para combatir la delincuencia común y la corrupción política y empresarial.
Reformar los organismos reguladores controlados por las empresas que deberían ser reguladas (el caso de la Superintendencia de Banca es escandaloso).
Promover la cultura como instrumento para afianzar la diversidad y construir una gran industria multicultural que produzca reconocimiento y riqueza.
Diez millones de peruanos sin agua ni desagüe no pueden vivir en la indignidad, ni millones de mineros artesanales pueden permanecer al margen del país. El programa de la revolución social plantea incorporarlos al Estado a través de empresas en las que este pueda asociarse con ellos para producir valor agregado y riqueza para todos.
El programa del pueblo no excluye a nadie, a diferencia de los grupos de derecha capitaneados por Althaus y los grupos de poder económico. El mundo enfrenta una guerra comercial desatada por Norteamérica con el fin de afianzar su hegemonía. Frente a esto, el programa del pueblo promueve una política de paz, libre comercio y unidad entre los hispanoamericanos y los pueblos del tercer mundo.
Estas son las diferencias entre el «programa común de las derechas fascistas peruanas» y la revolución social en marcha que construye el pueblo y que está abierto a todos los peruanos. La alternativa es clara: o avanzamos al futuro con la inmensa mayoría popular o retrocedemos con los opresores y corruptos de siempre. ¡De usted depende de qué lado quiere estar!
En la Cali de los años setenta, un grupo de jóvenes cinéfilos, escritores y cineastas se rebeló contra las convenciones del arte y la cultura, dando origen a un movimiento que hoy conocemos como Caliwood. Luis Ospina, Carlos Mayolo y Andrés Caicedo fueron los principales exponentes de este fenómeno que combinó cine, literatura y un espíritu contestatario.
La esencia de Caliwood se gestó en espacios como la mítica Ciudad Solar, donde estos artistas encontraron refugio e inspiración en la colectividad y la transgresión. En palabras de Ospina, eran “hijos de lo que pasó en mayo del 68”, una generación que rechazaba el statu quo y buscaba nuevas formas de expresión. Más que un simple grupo de cineastas, eran una comuna artística que desafiaba su origen de clase acomodada para sumergirse en la marginalidad de su país.
La propuesta de Caliwood se caracterizó por su estilo irreverente, su sentido del humor negro y su crítica mordaz a las estructuras de poder. Películas como Agarrando Pueblo (1978) de Ospina y Mayolo denunciaban la “pornomiseria”, término acuñado para cuestionar la explotación de la pobreza en el cine documental de la época. Lejos de la complacencia del cine comercial, estas producciones buscaban incomodar y abrir un debate sobre la ética de la representación cinematográfica.
Andrés Caicedo, por su parte, aportó la visión literaria y cinéfila al movimiento. Su pasión por el cine se reflejó en la creación del Cine Club de Cali y en su mítica revista Ojo al Cine. A pesar de su temprana muerte a los 25 años, su legado sigue vivo en obras como Que viva la música, traducidas a varios idiomas y reconocidas internacionalmente. Ospina, su amigo y compañero, defendió su genio asegurando que no fue un simple mito construido por su círculo, sino una voz excepcional cuya influencia ha perdurado por más de tres décadas.
El término “Caliwood” nació como una broma entre copas, pero se convirtió en un emblema de la identidad cinematográfica caleña. Desde su origen espontáneo hasta la actualidad, ha dejado huella en la cultura popular, al punto de inspirar museos, canciones y hasta letreros de negocios locales. Lo que comenzó como una pequeña revolución de cinéfilos terminó consolidándose como un hito del cine latinoamericano, demostrando que la verdadera transgresión artística es aquella que no solo desafía, sino que también perdura.
El marqués de nacionalidad peruana-española y dominicana, leonciopradino, y barranquino de corazón, Mario Pedro Vargas Llosa, ha cumplido 89 años de vida ininterrumpida, oficiosa, disciplinada, periodística, literaria, política, ensimismada, y apátrida.
Varguitas, como le llamó su tía y ex mujer Julia Urquidi, como fiel pupilo de Raúl Porras Barrenechea, quien le formó en las dotes del saber, se dedicó al periodismo y escribió sesudos artículos para ‘La Crónica’ y ‘La Industria’, hasta que en 1977 encalló en la columna propia: ‘Piedra de Toque’. Incluso, estrenó programa televisivo ‘La Torre de Babel’.
El autor de las vigentes ‘Conversación en la Catedral’ y ‘La Casa Verde’, es uno de los autores supervivientes del boom latinoamericano.
Y a propósito de la canción de Paul Anka “como un día domingo”, hace cuatro meses—un día de noviembre—Varguitas fue trasladado hasta la avenida Alfonso Ugarte N° 206, en el lugar que actualmente reposa un basural convertido en letrina pública.
Y—como recordar es volver a vivir—el Nobel se tomó una foto en el frontis de aquel vetusto lugar de lo que fue el ‘Bar La Catedral’; una taberna que en los cincuentas era esplendorosa y acogía a las luminarias de la literatura peruana.
No cabe duda que la vida de MVLL superó a las memorias de ‘El pez en el agua’. Él soñó con ser presidente; sin embargo, perdió las elecciones en 1990 en manos de un profesor nipón. Vargas Llosa se exilió en Europa y no quiso saber nada del Perú. Su derrota política quizá haya significado una de las más grandes frustraciones en su vida, aunque él lo haya negado en reiteradas ocasiones. Pero entendió que la vida también consiste en fracasos y se reconcilió con la tierra que lo vio nacer.
Hoy se afinca en Lima y en Arequipa, donde goza del cariño de los amigos, e incluso de los que no lo son, porque, siempre tendrán algo qué decir de él. Y en honor a las celebraciones por su cumpleaños número 89, el pasado viernes 28 de marzo se realizaron lecturas dramatizadas de sus principales obras, en cuatro distritos de Lima capital.
En la mesa estuvieron presentes los congresistas Montoya, Muñante y Barbarán, y como ponente especial desde el Tribunal Constitucional, Hernández Chávez. Curiosamente el viernes desde el TC se anuló la condena que recaía sobre Vladimir Cerrón por el caso la oroya.
Al respecto del derecho por nacer el magistrado Hernández Chávez señaló:
«No hemos conocido en la historia del TC un caso donde se haya presentado algún atentado respecto al derecho por los niños por nacer vinculado a una figura tan deplorable como el aborto (…) y sin embargo, no ha estado exenta de los pronunciamientos jurisprudenciales del TC».
Por su parte, el congresista Muñante refirió sobre los avances legislativos para la protección del niño por nacer así como el fortalecimiento de la protección a la madre gestante así como han venido archivando proyectos que buscan liberalizar el aborto en Perú, como el caso del proyecto de ley 954 «Que pretendía despenalizar el aborto y que fue rechazado contundentemente con todos los votos en contra de ese proyecto menos uno, el de su autora».
Si bien perú parece un país seguro para los niños por nacer, no obstante la realidad semántica jurídica es más compleja de lo que se espera.
Ya en la España post franquista en los debates sobre el derecho a la vida para la Constitución de 1978, el diputado de la corte y constituyente Gregorio Pérez Barba, se refirió a dicho derecho la cual discutían los antiabortistas proponiendo para la fórmula el uso de la palabra «Todos», mientras los abortistas querían se usará el sintagma «Todas las personas». Esto último porque en el código civil se establece que es persona aquel que vive 24 horas fuera del claustro materno. Siendo así, Pérez Barba intervino en el debate constitucional y con cinismo dijo:
«Desengáñense sus señorías, todos sabemos que el problema del derecho es el problema de quién está detrás del poder político y de la interpretación de las leyes (…) si hay un TC y una mayoría pro abortista «Todos» permitirá una leyenda del aborto y si hay un TC y una mayoría antiabortista «Persona» Impedirá una ley del aborto».
Entonces, lo que sucede es una cuestión de quien tiene el poder y no de qué dice la Constitución. Caso cerrado.
El tranquilo Uruguay es la víctima perfecta para la expansión de una nueva corriente terrorista. Centros comerciales y universidades fueron amenazados desde el sábado hasta este jueves en Uruguay.
Los hechos acontecen a menos de un mes de asumir la presidencia el frenteamplista Orsi. La amenaza se da cuando acaban de cambiar las autoridades policiales y la propia cabeza del ministerio de interior del Uruguay.
“Les informo que mañana iré a una facultad de la Udelar a primera hora a cometer una masacre. Iré armado con armas de fuego y cuchillos”. El marte por la noche un mail anónimo de una persona que aseguró ser integrante de una supuesta red extremista internacional llamada “764” llegó a la Udelar.
“Trataré de matar a la mayor cantidad de gente posible y luego me suicidaré. Además, transmitiré la masacre en directo por TikTok. Ustedes me causaron dolor, yo se los devolveré aumentado. Yo les demostraré a todos ustedes que Ninguna vida importa”, señala el texto, junto a una foto de armas y de municiones que forman el número 764.
Además, dicho correo, contenía un link a un canal de Telegram que, de acuerdo con El País, está inactivo desde hace 11 meses pero que servía para que sus miembros compartan contenido pornográfico y fotos de cortes autoinflingidos.
De acuerdo a la información policial, además de las amenazas de bomba a centros comerciales y a la Facultad de Medicina, se conoció el caso de una adolescente de 13 años que asistió a clases al liceo 48 de Montevideo, ubicado en Puntas de Manga, con una pistola. Además, el liceo de San Carlos,en Maldonado, tuvo que suspender las clases tras recibir un correo electrónico de una persona que amenazaba con cometer una “masacre” porque estaba “harto de tanto bullying”.
Por las amenazas en la Udelar, las facultades de Derecho, Economía y Arquitectura tuvieron que ser evacuadas este miércoles, en tanto que los centros comerciales afectados por las amenazas son el Montevideo Shopping, Punta Carretas y Portones.
La Policía Nacional de Uruguay se declaró este 26 de marzo “en alerta plena” mientras avanzan las investigaciones. El grupo 764, vinculado a la explotación infantil y la incitación a la violencia, podría ser responsable de estas amenazas.
La red 764 es una organización extremista vinculada a la explotación infantil y la incitación a la violencia y está considerada como una amenaza terrorista de nivel uno por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI.
Fue fundada por Bradley Cadenhead, un adolescente de Texas en 2021 quien tomó el código postal de su ciudad, Stephenville. En 2023, Cadenhead fue declarado culpable de posesión de imágenes de abuso sexual infantil y condenado a 80 años de prisión.
Según el FBI, “estas redes utilizan amenazas, chantaje y manipulación para coaccionar o extorsionar a las víctimas para que produzcan, compartan o transmitan en vivo actos de autolesión, crueldad animal, actos sexualmente explícitos o suicidio. Las grabaciones se difunden entre los miembros de la red para continuar extorsionando a las víctimas y ejercer control sobre ellas”.
En febrero de este año, la Guardia Civil española detuvo a un hombre de 23 años, identificado como H. F. P., acusado de amenazar con atacar varios colegios en Valencia y quien aseguró ser miembro del 764.
El FBI emitió el 6 de marzo una advertencia pública sobre un “fuerte aumento de la actividad del ‘764’ y otras redes violentas en línea que operan en Estados Unidos y en todo el mundo”.
Dicha organización forma parte de un entramado global muy activo en redes que sigue una filosofía nihilista expresada en el aceleracionismo, una corriente que propugna el cambio radical a través de atentados aislados que perpetran lobos solitarios.
Por su parte la policía como la ciudadanía de Uruguay ha demostrado no estar preparado para posibles atentados reales. Uruguay se caracteriza por una sólida democracia desde 1985. Estos atentados ocurrieron en EEUU y en un país tan tranquilo como Nueva Zelanda. Algunos analistas políticos uruguayos señalaron que las amenazas consecutivas podrían ser usadas para probar los tiempos de respuesta de los sistemas de seguridad en el país antes de ejecutar un ataque real.
Destaca también la brecha generacional en Uruguay entre los mayores y los jóvenes al abordar este fenómeno. Existe un tráfico de información diferente entre los jóvenes más sensibles y mejor enterados de estos temas. Esto genera una distancia con sus interlocutores adultos pues no saben de qué están hablando. Mientras los jóvenes uruguayos siguen hablando de estas amenazas los adultos hablan de cualquier otra cosa.
A este punto cabe preguntarse cuáles son los protocolos que tiene Uruguay al respecto para enfrentar una situación así. También hace falta saber si cuentan con la tecnología o la misma tipificación penal respecto a esta nueva forma de terrorismo que emerge en el horizonte rioplatense. ¿Es este grupo realmente un peligro para Latinoamérica y acaso estaban probando los sistemas de seguridad para desencadenar un ataque a gran escala?
Estos grupos se organizan en foros extremistas como 4chan y se caracterizan por el uso de un lenguaje y referencias crípticos a través de copypastas y memes de texto dirigidos a solo los iniciados en una subcultura de internet. Su codificación semiótica es todavía inaccesible para la policía de países como Latinoamérica poco acostumbrados a esta cultura que nació en EEUU.
Cuál o cuáles son nuestras bases como personas, individuos, o lo que sea que seamos si lo somos… Nuestro mito fundacional, nuestro mito de origen… Nuestra narrativa. Qué tal si esa base se basa a su vez en un ocultamiento, una mentira. Algo que nos contaron, que no era así… O algo que nunca nos contaron… Pero que flota en el aire. Tú y quienes te rodeaban son vistos desde una luz nueva. Esta es una cuestión relevante en esta película.
Hay una admirable capacidad de insistencia en la inmersión, segura y progresiva del director, es un tema intensamente personal, urgente, en carne viva (impostergable, largamente postergado). Y lo personal es extraño, y lo propio se siente como ajeno… ¿no es curioso? Ninguna historia está nunca completa, y al no estarlo….
Somos (¿en qué medida? ¿cada vez más?) lo que hemos perdido, está en la base misma de lo que somos. Que es duro reconocerlo… Si somos ‘eso’, justo eso que hemos olvidado, que entrevemos en sueños, que sospechamos e intuimos y que no podemos formular correctamente, para lo que no tenemos un lenguaje que le haga al fin justicia.
La ausencia de alguien, que ni sabías que existió alguna vez, pero sí que sentiste de alguna manera esa ausencia, informulada, el tabú, el miedo de preguntar, eso va tomando forma, inunda tu conciencia, transmuta tu ánimo. Alguien cercano a ti, una hermana, en este caso. Ahí se verá cómo las historias de las familias se relacionan con las historias de las naciones: lo que se gana ocultando, el precio que se paga.
Una madre, sensible y dura a la vez, negando a su hija, como por una cuestión de principios, escamoteando datos del pasado, esa lucha sutil para ir ganando terreno, para que se vaya desvelando la trama que está en el corazón de la existencia de una familia, y de cuántas más con secretos semejantes.
La película es sobria, serena y no tan oscura como creo que podría haber sido, atemperada por la tristeza y la melancolía. Y sucede que la reconciliación, la recuperación de alguna armonía y de mayor aceptación de la realidad, se hace posible ante nuestros ojos.
Honrar a nuestros muertos, por los que, por lo menos en parte, en buena parte, vivimos.
En los pasillos del INDECOPI corren las apuestas acerca de si regresará Paolo del Águila a esa institución o no volverá jamás. El referido abogado fue presidente de la Sala Especializada en Procedimientos Concursales del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual hasta el 2024.
Del Águila se hizo tristemente célebre frente a una jugada elaborada (por personas que tendrán que pasar por la Fiscalía) contra el actual presidente del Partido Cívico Obras, Ricardo Belmont Cassinelli, mediante la cual el curtido periodista resultó impedido de conducir y dirigir su televisora fundada en 1986, Red Bicolor de Comunicaciones, conocido popularmente como RBC Televisión o el querido Canal 11 de La Victoria.
Para nadie es un secreto que, en medio de desaguisados, enjuagues y tropelías contra la ley, se llevó a ese emblemático canal ante el INDECOPI, donde existe todavía mucha tela que cortar por parte de la Secretaría Técnica de Fiscalización y por parte de la propia Comisión de Procedimientos Concursales, siendo Paolo del Águila una pieza clave para conocer toda la verdad sobre el despojo a Ricardo Belmont y a los legítimos trabajadores de un medio de comunicación que hoy prácticamente está en cuatro manos, las del primogénito de Ricardo Belmont y Phillip Butters.
Algunas fuentes oficiales dicen que la PCM ya no le quiso renovar el contrato a Del Águila en una entidad como el INDECOPI, donde los funcionarios tienen un pie dentro del Estado y otro pie en el sector privado.
Por años, malos presidentes del INDECOPI y sus súper especialistas, construyeron una entidad a la medida de los intereses de los grandes bufetes y las corporaciones, incluso se ocuparon de tener una gigantesca puerta giratoria para salir y entrar fácilmente sirviendo con absoluta impunidad a grandes entidades privadas y hasta se han dictado normas para permitirles firmar como apoderados, lo cual es injusto, antiético, contrario a la idoneidad e integridad, pues los expedientes contra esos grupos económicos resultan al final en manos de esa clase de personal del INDECOPI, no solo en el tema concursal sino también en la defensa del consumidor (basta conocer el Exp. 0553-2022/CC2 como botón de muestra, donde este escriba denunció a Coca-Cola y Arca Continental Lindley).
No obstante, volviendo al caso de Paolo del Águila, nos enteramos que en otro tema diferente al de RBC Televisión ha sido denunciado por la comisión del presunto delito de omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales en agravio del señor Arturo Erick Malo Rabanal. Pero ante ello, como suelen hacer los funcionarios del INDECOPI, con mayor frecuencia e incidencia que en otras entidades del Estado, Del Águila solicitó que dicha institución le pague un estudio de abogados para que lo defienda frente a la carpeta fiscal que le ha abierto la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Trujillo – Equipo de Investigación N° 8.
Por cierto, el INDECOPI de inmediato le aprobó tal requerimiento, lo que implica que Del Águila puede contratar si desea al estudio jurídico más caro del Perú, y la citada entidad igual se lo va a pagar, gracias a los impuestos que pagamos los contribuyentes al fisco.
Sea como fuere, Del Águila está bajo investigación fiscal en Trujillo, pero cabe la pregunta, ¿qué elementos existen frente al caso de Red Bicolor de Comunicaciones y el proceder funcional de Del Águila cuando era vocal y luego presidente de la Sala Especializada de Procesamientos Concursales del Tribunal del Indecopi? Parafraseando a Julio Cortázar, ¿no estaremos frente a un interesante “modelo para armar” en el horizonte de la lucha contra el despojo de un medio de comunicación, el abuso y la impunidad?
Revisando documentación de fuente abierta, recordemos que una vez el abogado Brigham Young planteó la necesidad de que, en torno a Paolo del Águila se investigue si cometió desatinos legales, institucionales y morales, al permitir que el hijo de Ricardo Belmont Cassinelli siga al frente de una ilegal, ilegítima y fraudulenta junta de acreedores. Para entonces Brigham Young indicó que Paolo del Águila bien pudo en dos minutos solucionar un caso donde el Estado de derecho —Poder Judicial, SMV y Bolsa de Valores (Cavali)— ya le dio la razón al fundador y propietario de Red Bicolor de Comunicaciones S.A.A., Ricardo Belmont padre, pero optó por privarlo de su canal. Seguiremos atentos a este caso.