Paucartambo, en la historia y memoria andina, no sólo se suscribe a los días de la “festividad” por más de que hoy nos oprima el corazón la nostalgia. La Virgen del Carmen, es el ícono católico de una fe animista que reunían a pueblos milenariamente y como escenario es el punto de encuentro y desencuentro simbólico de dos grandes mayorías étnicas, que también se reúnen en Qoyllur Rit’i, los chunchos de la Amazonía, y los Qollas del Altiplano. El acto ritual, que este año no hemos podido vivir, puede ser la oportunidad para vestir a Paucartambo de otro traje y darle una máscara no como como disfraz, sino como el rostro vivo de nuestra identidad.
Desde los mitos Wachipayre del “Wanamey” o el “Inkarrí”, recopilado por Josafat Roel Pineda (versión de Don Viviano Wamancha) en la Nación Q’ero, hasta el registro étnico de cada danza, podemos afirmar que la etnohistoria de esta provincia cusqueña, permite entender un mundo más amplio y complejo más allá de los actos litúrgicos, los cargos, y las cofradías. Paucartambo es el escenario ritual de los pueblos y los personajes que la historia ha congregado. La arqueología, rescata de la época pre-Inca a los “Poques”, “Kauris” y “Wallas” entre otras minorías étnicas que habitaron esta región. En el incanato, las crónicas refieren a Pachacuteq Inca Yupanqui, conquistador de los “Chunchos, Mojos y Antis”, como también cuantiosas referencias a batallas o encuentros pacíficos con pueblos amazónicos como aconteció con Inca Tupac Yupanqui. Posteriormente, la relación con el Tawantinsuyo será de intercambio y así lo muestra la profusa red de caminos que se entretejen por todo el territorio.
Los “taquies, hayllis y arauis” cantan a través de instrumentos de viento y tambores, a los cuales sin problema y con alegría se le han sumado las cuerdas, percusión y ahora los instrumentos electroacústicos o sintetizadores. La danza es consustancial al rito, la devoción, pero también a la militancia con el ejercicio moral y práctico de un código de hermandad que se sigue desde “aspirante” a la comparsa como también al ser “caporal”. Me pregunto en qué momento se rompieron los tejidos más finos de este traje que este año al no vestirlo ni ostentarlo, tal vez promueva otra “danza”. Una más reflexiva donde los pueblos de Pillcopata como también de Hatun Q’ero, Q’ero Totorani, Japu, Quico, Marcachea, K’allakancha, Ccachupata y Pucara, vuelva a tomar el rol protagónico de lo nativo que le hemos arrebatado con el consumismo y la asunción de otras prácticas del mestizaje en su peor faceta. Me pregunto dónde está el equilibrio de los valores andinos que nos han permitido sobrevivir como pueblo. La reciprocidad, el trabajo, el amor y la comunidad son los nuevos tejidos que considero, deben revestir la festividad que en la actualidad, sólo se ha vuelto una oportunidad comercial para los propios paucartambinos.
Paucartambo debiera ser el gran centro cultural del Cusco todo el año. Donde se enseñe y practiquen las 19 danzas, pero también la historia y cultura de los pueblos que en nosotros todavía laten. Los Qhapaq Chuncho, Qhapaq Qolla, Qhapac Negro, Saqra, Contradanza, Qoyacha, Qachampa, Majeño, Waca Waca, Wayra, Aucca Chileno, Chucchu, Panadero, Chunchacha, Danzaq, Negrillos, Paucartampus, Misti Canchi y la cuadrilla de Maqtas, son la síntesis de naciones que pueden tener la oportunidad de revivir en esta festividad con sus propios mitos de origen y algunos con renovada intención.
PAVEL UGARTE CÉSPEDES
Cusco - Perú / La Convención, Quillabamba, 1985
Antropólogo, escritor y poeta. Premio Regional de Cultura Cusco 2015, con el libro de poesía “Repatriación de las Aves”. Su último poemario “Andesground” ha sido traducido al inglés, francés e italiano en una edición realizada por la editorial mexicana Valkiria el 2019.
Es parte de las antologías “El Color de las Palabras” (Antología del Festival Internacional de Poesía Jauría de Palabras, 2019); “5to Festival Caravana de Poesía” (Amarti, 2018) “PACHAMAR” (Antología de Poesía Latinoamericana, Chile, 2018), “Enero en la Palabra” (Municipalidad Provincial del Cusco, 2018), “Antología de los Ganadores del Premio Regional de Cultura Cusco” (DDCC, 2017); “Enero en la Palabra / Memoria Impresa”, (Biblioteca Regional Cusqueña, 2015), La Lira Rebelde Libertaria (Lima, 2014), “Tratado de la página en blanco” (Cusco, 2012) y “Convergencias / Muestra de Poesía Peruana Contemporánea”, Editorial Río Negro (Lima, 2011).
Ha publicado los libros “Animal Urbano y la Otra Ópera” (Cascahuesos Editores, 2011), “Vermut” (Compilación del Premio Nacional Juvenil de Poesía Javier Heraud, 2012), “Rareza Dura” (Cusco, 2012), y plaquetas como Cementerio de Hallazgos (2009), Vermut (2008), Animal Urbano en la Noche Mineral (2007). Recientemente, el escritor Juan Alberto Osorio, ha reseñado su poesía en el libro “Literatura Cusqueña”, editado por la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco (Chaska Mayu, 2018).
Ha escrito para museos de suma importancia en la ciudad del Cusco y también a nivel nacional, como el Lugar de la Memoria de Huancayo (2015), el Coro Alto del Templo de Santo Domingo Qorikancha (2016) y el Museo de la Capilla Loreto en la Compañía de Jesús el 2018.
Ha vinculado sus estudios de antropología con la producción literaria editando publicaciones como el Mapa Literario del Cusco (2017, 2018) donde cristaliza una apuesta por la historia, antropología y cultura impresa. Es columnista de la revista cusqueña Ideario como también de la revista web Lima Gris. Junto a otros jóvenes profesionales ha conformado el Centro de Investigaciones Bibliográficas CVSCO, con quienes realiza el rescate bibliográfico de la ciudad capital histórica del continente. Parte de su trabajo se encuentra registrado en el fanpage Pavel Ugarte / Poesía Peruana como en diversos sitios de la web. En la actualidad se desempeña como gestor en el Área Cultural de la Corporación Educativa Khipu en el Cusco.
Aunque a Roald Dahl se le conoce mucho más por sus libros infantiles, el escritor también trabajó en el mundo del cine. Su participación más famosa fue en la película You Only Live Twice, donde fue uno de los coguionistas en la quinta entrega de la saga de James Bond junto a Harold Jack Bloom.
Un escritor infantil en el mundo del espionaje cinematográfico
Para muchos, Dahl es sinónimo de Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda, pero antes de ser reconocido por sus grandes obras infantiles, el escritor ya había tenido una trayectoria… distinta. Dahl, con experiencia previa en la inteligencia militar británica, era un candidato muy interesante para adaptar una novela de espionaje de Ian Fleming. Al haber servido en la Royal Air Force y en el servicio de inteligencia británico durante la Segunda Guerra Mundial, no era una persona ajena al mundo del espionaje.
Esto nos lleva a 1967, cuando Dahl fue uno de los encargados de adaptar la novela You Only Live Twice de Fleming para la gran pantalla. No era un reto menor, ya que tenía que transformar la compleja narrativa de la novela en un guion que mantuviera la esencia de Bond y que atrajera al público con un argumento dinámico. De hecho, fue la primera ocasión en la que se descartaba gran parte del libro original para la gran pantalla, por lo que tenía que mantener muchas claves para intentar que la película final siguiera pareciendo una de James Bond. La seducción, los Aston Martin, la acción, los juegos clásicos de casino online… todo ello tenía que estar presente para poder hacer una versión para el cine creíble del Agente 007.
Dahl aportó su propio estilo al proyecto, simplificando la trama donde pudo y creando algunas de las escenas más impactantes de James Bond. Eliminó los elementos más oscuros de la novela y se enfocó en una historia que capturara la esencia del espionaje y las aventuras exóticas, centrando la trama en la lucha de Bond contra la organización Spectre. Fue un James Bond mucho menos introspectivo, pero aún heroico, adaptado a la gran pantalla y accesible para todo el público.
Roald Dahl.
Lo que nos deja Roald Dahl en «You Only Live Twice»
La participación de Dahl en You Only Live Twice trajo uno de los primeros cambios en el enfoque del mítico James Bond. Se introdujeron elementos y personajes muy recordados, como el villano Ernst Stavro Blofeld, con una imagen que consiguió consolidarse en la saga gracias a esta entrega. También marcó la estética visual de Bond, gracias a los momentos de gran suspense que enfatizan el riesgo constante de las misiones de 007.
Gracias a su trabajo en esta película, el escritor demostró que su creatividad iba mucho más allá de la literatura infantil. Aunque la crítica recibió el filme con opiniones divididas, You Only Live Twice es una de las películas más recordadas de la saga y el papel de Dahl tuvo bastante que ver. Este proyecto es un ejemplo de cómo un autor reconocido es capaz de adaptarse a otros géneros, aportando su propio estilo y profundidad a proyectos que quizás nunca imaginó realizar.
En el marco de la 15ª Bienal de La Habana, la artista peruana Sonia Cunliffe revive la magia del cine ambulante reanimando el último camión, alma de las proyecciones nómadas en la isla durante los años sesenta.
El 26 de diciembre de 1960, la mayor de las Antillas se llenó de inconmensurable dolor: en un acto orquestado por la iglesia Católica de Cuba y la CIA norteamericana, más de 14 mil niños fueron enviados a Miami bajo el pretexto de que los barbudos, comandados por Castro, los «secuestrarían». La mayoría de esos niños nunca volvieron a ver a sus padres, quedarían atrapados en un limbo de promesas incumplidas y serían conocidos como «Peter Pans».
Esa historia de ausencia y separación, que sigue viva en la memoria colectiva cubana, fue recreada en una instalación multimedia por la escritora, fotógrafa y artista visual Sonia Cunliffe: “Operación Peter Pan: De ausencia en ausencia” remezcla imágenes de la propaganda anticomunista con la historia clásica del personaje creado por J.M. Barrie. Lo extraordinariamente singular es que la artista hizo que cobre vida en un viejo camión que en los años de la Guerra Fría había recorrido los recónditos pueblos de la isla alfabetizando con el cine.
Ocurre que Alberto Sedeño, su conductor y proyeccionista, comenzó a recorrer Cuba cuando apenas tenía 22 años. Y hoy, a sus 84, todavía conserva el añejo motorizado como el último vestigio de una época en la que esa luz móvil sobre una pantalla retráctil llegaba a las plazas desiertas y a los campos olvidados. Cunliffe lo encontró e hizo que la magia del cine ambulante regrese. Que la gente se congregue alrededor del vehículo atraída por una fuerza casi mística.
Este fenómeno, que comenzó en los años 20 en Italia y recorrió América Latina en los años 30, revivió con fuerza en Cuba durante los primeros años de la revolución. Los proyectores itinerantes traían consigo una promesa de cambio, de esperanza. Ese mismo espíritu que terminó convirtiendo al automotor en una de las principales atracciones de la 15ª Bienal de Arte: bajo el cielo habanero brilló el videoarte, un trabajo que no solo homenajea a los niños que cruzaron el mar: es una poderosa reflexión sobre los recuerdos perdidos y las cicatrices de la historia.
Así, el redivivo cine ambulante terminó siendo un oráculo de la memoria que proyectaba algo más que imágenes. Los rostros de cientos de espectadores, atrapados en ese rayo de luz, se fueron iluminando con la fuerza de un pasado que nunca se olvida. Porque no solo se proyectaba una película, era la memoria misma de Cuba, esa que no puede ser borrada, que sigue viva en las historias de aquellos que partieron y en los susurros de aquellos que se quedaron.
Lo cierto es que el viejo camión ya es un símbolo de resistencia cultural y, aunque la Bienal de Arte ha terminado, seguirá recorriendo los lugares más emblemáticos de la capital cubana: su andadura continuará durante el 45 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano a realizarse del 5 al 15 de diciembre en esa ciudad. Un recordatorio tangible de las ausencias que no pueden ser olvidadas. Que en cada fotograma proyectado, en cada imagen que cobra vida bajo la luz del proyector, se revive un pedazo de historia, se da voz a los recuerdos silenciados.
Lo que antes era un acto de olvido, ahora es un puente entre el pasado y el presente, entre lo perdido y lo recordado. Y mientras el camión sigue su ruta, llevando su mensaje a cada rincón de Cuba, la memoria de aquellos que partieron y nunca regresaron seguirá latiendo bajo las estrellas.
“Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada; que febril la mirada, errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez”. Jugando con la nostalgia y un deseo de volver a sus pasos andados, el renombrado escritor Mario Vargas Llosa, un día de noviembre vio como buen momento aceptar que le tomen una instantánea en el frontis de lo que fue el Bar La Catedral, ese espacio ubicado en la avenida Alfonso Ugarte que ahora luce como un basural y urinario público, pero que en su época de esplendor cobijaba a luminarias de la literatura peruana.
Ahora, luciendo un enorme cartel amarillo que dice “Se vende”, aquel espacio fue merecedor de uno de los mejores libros de la historia del Perú, obviamente bien retratada por uno de sus más famosos visitantes.
Sería en una de esas tantas tertulias que nuestro premio Nobel se cuestionara, cual vidente de lo que iba a pasar dentro de treinta o cuarenta años, sobre la decadencia de nuestra sociedad, plasmándola en tinta negra en su libro ‘Conversación en La Catedral’ (1969) la icónica frase “¿En qué momento se jodió el Perú?”
Todo indicaría que nuestro octogenario escritor fue solamente al frontis de lo que fue el bar La Catedral a constatar que efectivamente el Perú se jodió durísimo, pues en su mirada otoñal aquello que alguna vez fue uno de sus lugares preferidos para interactuar con mentalidades tan brillantes como él ahora representa la metáfora más hiriente de lo que es nuestra sociedad: orinada e ignorada por todos, con las puertas abiertas de par en par para el placer de los pillos y truhanes, de los embusteros y vendedores de humo, de los vendedores de cebo de culebra y los abatidos por el alcohol, ese mismo que terminó embriagando a toda una nación.
Fue su hijo Álvaro quien lo convenciera a posar, 55 años después, en ese sitio donde solo quedan sombras y ecos de una Lima que ya se fue hace mucho.
«55 años después, retorno al (ex) bar La Catedral, en busca de los fantasmas de Zavalita y el zambo Ambrosio», escribió en sus redes sociales el hijo del universal escribano.
Cabría preguntarle al célebre arequipeño si el Perú dejará de joderse en algún momento o terminará ‘vendiéndose’ como tierra y aires nada más.
Por aquellos días del siglo XVI, se encontraba en el antiguo reino de los Sipanes y Chimús, el clérigo español Miguel Cabello de Valboa o Balboa, mientras recorría el majestuoso valle de Lambayeque, llamado en el mochica colonial Ñampaxllaec, escuchó una singular historia que contaba la leyenda de un hombre llegado a esas cálidas tierras desde el norte, al frente de un conjunto de balsas.
El magnífico Señor, cubierto con regias vestiduras, no era otro que aquél misterioso Naylamp, quien habitó aquellas tierras y gobernó a las gentes que encontró en ellas. Después, como el profeta Elías de la Biblia cristiana, dicen los lugareños que repiten esa leyenda, se internó en el firmamento, subido a un carro de fuego.
Lambayeque, en cuyas tierras nacieron las culturas Sipán y Chimú, hacia los siglos VIII y XIV d.C, atrajo en tiempos sucesivos a muchos foráneos, no solo por el paisaje, la lengua muchik trasladada quizá de manera simbólica a los famosos pallares y cuya misteriosa iconografía revela un sistema semiótico de lenguaje, como también por sus restos arqueológicos, los museos de Bruning, las tumbas Reales de Sipán.
Una de esas cautivas de aquellos parajes, es la limeña Eldi Toro López, egresada de la Maestría en Literatura Peruana e Hispanoamericana, por la Universidad Nacional Federico Villarreal de Lima, Perú.
“Hace veinte años, voy caminando por la calles pre hispánicas de Lambayeque, junto a mi adorado Giovanni y a mi hijo Javier.” Ese andar la llevó a editar recopilaciones de versos y de autores autóctonos, con el título de Lambayeque Evocadora, Espacio y Poesía-Huella e imagen de la Memoria.
La poeta, ha trabajado como docente universitaria en entidades estatales y particulares y fue antologada en diversas ediciones como Umbral, revista de letras y Arte de Centro Cultural Antares (2000), La Tortuga Ecuestre (2018), Cartas a Diana (2017) Colectivo Macondo, Palabra Libertad, 2017-18-19, Un&versos del Círculo Andino de Cultura (2018).
Es una de las creativas que fue recogida en NosOtras fugas y resonancias en la poesía hispanoamericana (2023) editada en Chile por Escaparate Editores, trabajo realizado por Margarita Bustos Castillo.
También encontramos sus poemas en XXX años del Encuentro Nacional e Internacional de Mujeres Poetas en Cereté, Colombia, como en Ediciones digitales en la WEB, así como Pájaros Errantes de Chile (2020-21), Ablusionistas (2020), México y otras.
Eldi, tiene dos poemarios personales, LUD&kA (2018), Angeles de Papel, editores, que obtuvo una mención honrosa en el VI Concurso Nacional de Poesía Scriptura 2017.
Su último poemario BLUE,( noviembre del 2023) Kimochi Soluciones Editoriales, con prólogo de la poeta Rocío Silva Santisteban, obtuvo una gran acogida en los eventos de Colombia, Ecuador y Chile, a los que fue invitada su autora.
Otros dos poemarios, Travesía Moche (2018) y Lambayeque Evocadora Espacio y Poesía. Huella e Imagen de la Memoria (abril 2020), libro multimedial, fueron construidos en co autoría con Tetralogos, grupo cultural experimental que-tuvo una corta pero sentida duración.
Como narradora, Eldi también fue tomada en cuenta por diversas antologías, así Como una Espada en el Aire, (2015) Ultima Estación, narrativa peruana contemporánea (marzo del 2020), entre algunos.
Es conductora del Programa En la Voz del Poeta, por la plataforma Guíame Sur Cultura-Lenyan Art Concept.
Participó en el V Encuentro Latinoamericano de Escritoras, realizado en octubre en la Casa de la Literatura Peruana.
La poeta, de verso elegante, ha conseguido un puesto de honor en el universo literario de Lambayeque junto a autores autóctonos como los románticos Emiliano Niño Pastor, José Clodomiro Soto, los vanguardistas Nicador de la Fuente, Armando Bazán, modernistas, Lorenzo Cubas Barboza, Carlos Novoa López, costumbristas, Jesús Alfonso Tello, Orlando Gonzáles García.
Conversamos con la maestra y poeta, Eldi, para conocer sus motivaciones en la elaboración de su escritura.
¿Cuánto ha influido en tu escritura aquellas leyendas de Lambayeque como la Leyenda de Naylamp, o de Aka Fala, el mito del dios Kon?
Llegar a la Huaca Chotuna y encontrarme con los frisos que cuentan la leyenda de Naylamp y de Ceterni, su compañera, fue para mí muy importante y lo refiero en “Visión de Ceterni” y “Naylamp”, ambos poemas presentes en Travesía Moche. Así también, sentir el influjo magnético de Túcume, la imponente maestría de las tumbas de altos dignatarios en Sipán, etc. El tejido de las historias que se van desentrañando en cada hallazgo sobre estos Señoríos como Sipán, Sicán, Chot, Cao, etc. nos conducen al conocimiento y respeto por el pasado. Los testimonios de tiempos pretéritos nos demuestran que un nivel más alto en civilización sólo se logra si la espiritualidad manifestada mediante el arte se respeta, y conserva.
¿Qué fue lo más impactante de tu relación con los escritores y poetas de Lambayeque? ¿fuiste acogida? Noto que no hay muchos nombres femeninos. ¿Podrías nombrarme a algunas escritoras o poetas?
Los escritores y poetas de la región, se sorprendieron por nuestra iniciativa en TetraLogos al organizar el Festival de la Palabra en el mundo y colaboraron con el logro de nuestros proyectos.
Desde que llegué a vivir a Lambayeque, la presencia de poetas mujeres como Matilde Granados, Maríe Linares, Nevenka Waltersdorfer, Carla Buendía, Carmen Lezcano, Madeleini Sosa, estuvo muy relacionada con lo que pudiéramos llamar, acertadas ocasiones poéticas. Debo mencionar que la participación que tuvimos en el importante Encuentro de Poetas “Una habitación propia” organizada por las poetas Granados y Linares, conformantes del colectivo Palabras para un canto, en el año 2018, nos puso en contacto con voces líricas muy destacadas como la de Mariana Llano, muy tempranamente desaparecida. Luego están Mercedes Uriarte, Blanca Katiuska Loayza, Karla Gil, Claudia Incháustegui, Cecilia Gastelo , poetas talentosas que aún no alcanzan una visibilización mayor por carencias diversas como festivales ,recitales
Leo en algunos de tus versos, cierto desencanto y una constante auto introspección. ¿Te defines como una poeta existencialista o simplemente es una manera de demostrar tu desencanto por una realidad que te perturba?
Desde joven, tengo una actitud introspectiva motivada por la observación de sucesos tanto de índole personal como externos a mí. Creo que por ello se da este desencanto, pese a mi optimismo original. La soberbia nos desborda debido a los avances científicos y hemos perdido lo que da sentido a nuestra existencia, la tranquilidad espiritual.
Antes de Charles Bukowski, fueron otros los poetas malditos que fueron acogidos y celebrados así Verlaine, Mallarme, Rimbaud, Tristán Corbiere, despertaron igual pasión por los poetas. Tú misma, citas a Bukowski, ¿qué ofrecen estos poetas que tanto te fascinan?
Creo que quienes escribimos poesía, amamos a los simbolistas por su capacidad de sugestión mediante las palabras. Cada una de ellas, cada figura y hasta cada silencio produce significación. En mi escritura aparecen figuras que a veces, creo, no llegan con mucha claridad a quienes la leen. Y es que en la subjetividad que envuelve la expresión, el sentido otorgado no siempre es recibido con la intención o intensidad en él o la lectora.
En ese sentido, en el de la respuesta a su inquisiciones poéticas, te puedo decir que admiro la rotundidad en Bukowski y en Ezra Pound, pero también la fuerza sutil en Moro, el onirismo y economía en Oquendo, la mesura en la trabajada emotividad en B. Varela, la pasión y añoranza en R. Valcárcel, el telurismo en G. Mendoza Borda, la sensualidad y rebeldía en Ana Bertha Vizcarra, la audacia en la lírica del cuerpo de Ollé y… acabo de descubrir a Lucía Ocampo de Huancayo, podría continuar pues referentes tengo en abundancia, admiradas y admirados igual…así también en narradores(as)
¿Crees que los poetas que no publican en un medio físico, no tienen valía? Tú eres una de las pocas cuya mayor producción se encuentra de manera virtual; ¿el no hacerlo físicamente descalifica a estos autores?
No creo en lo propuesto en la primera pregunta. Los Poetas lo son así no hayan escrito materialmente. Existe poesía oral, sólo pronunciada.
Tú, María Luz tienes tantos textos que conozco sólo virtualmente y admiro tu poesía de la cotidianeidad, de la añoranza, de la ternura súbita… ¿Quién se atrevería a descalificarte como poeta?
Lo publicado de modo virtual, digital, revistas on line, e-mail, blogs, páginas web, tiene el mismo mérito que lo publicado físicamente en un volumen, en un libro.
¿Crees que estos logros de la Apec, podrían servir de apoyo a las nuevas producciones literarias y de qué manera?
No soy muy optimista al respecto. Pienso que en APEC sólo las ganancias dinerarias y el poder económico son lo que priman.
¿Qué alistas para el 2025?
Tengo prevista la publicación de una plaquette personal y junto a un grupo de escritoras, vamos tejiendo sueños, anhelos y proyectos que como no son sólo míos, no me es permitido divulgar, pero que te los comentaremos cuando estemos a punto de realizarlos.
La relación de los protagonistas en la película The Master (Paul Thomas Anderson, Studio City, California, EE. UU., 1970), tiene algo extraño, es compleja, se hace difícil definirla con exactitud. Una mezcla de situaciones cercanas, de cierto modo, al afecto parental, a la devoción que se le hace a una figura casi sagrada, a la entrega irracional –y pasional- a un líder, a la confianza puesta en alguien que se cree puede salvarte –redención moral-, o sacarte de los aprietos que se pasan –el desempleo, la carencia de recursos. De manera confusa y a veces tirante, estos aspectos forman la relación entre Freddie Quell, el ex soldado que transita entre el alcohol y la demencia, y Lancaster Dodd, el líder religioso de “La Causa”.
Una relación surgida del “azar”, planificada por el director-escritor y su equipo, lleva la marca inicial de la conveniencia. Quell, después de una serie de empleos de los que ha sido despedido o se ha ido –huye del último para evitar una denuncia por envenenamiento, preparaba licor adulterado-, se introduce en un barco en donde se lleva a cabo una fiesta de compromiso -un matrimonio-, con el objeto de comer algo y quizás seducir a una chica. Allí será descubierto, pero al mismo tiempo “rescatado” por su benefactor, el patriarca de la familia, quien le dará la bienvenida a su clan e iglesia. Una simpatía instantánea, podría decirse. No hay detalles sobre lo que los une, ni explicaciones puestas en palabras de los personajes, más allá de vagas referencias a la caridad cristiana y al gusto por el trago. En el proceder de cada uno, se contraponen la elocuencia y extravagancia del predicador, frente a la cortedad e iracundia del soldado. De todas maneras Quell aceptará su guía. Realiza tareas y ejercicios “espirituales”, defiende a Dodd, ataca a quienes lo cuestionan, incluso si son su propia familia o colaboradores. La idea de “salvación” parece tentar al análisis, pero es difícil mantenerla cuando el ex soldado es evidentemente repudiado por la mayoría en el entorno del predicador, incluyendo a la esposa, que lo soporta muy a su pesar, y quien es además el sostén racional de la iglesia, no solo en lo organizativo, sino encargándose también de controlar los excesos de su esposo.
Pero algo parece atraer a los personajes, más allá de la necesidad inicial en Quell, o del apego casi paternal de Dodd hacia su nuevo protegido. A cada uno lo impulsan objetivos distintos: sustento, darle sentido a su vida, obtener reconocimiento. Un personaje explora su espacio con una mirada extraviada y curiosa, que al mismo tiempo muestra desconfianza; mientras que otro, narcisista y con una retórica desbordada, no parece preocuparle la incoherencia. La “cura” que ofrece el predicador (algo así como sacar al verdadero yo que hay en uno), basada en ejercicios interminables e inexplicables, se diluye en sus repeticiones, agotando el sentido, así como agota a sus participantes, quienes aparentemente, vencidos por el cansancio, parecen asumir todo aquello que diga su líder. Es una puesta en escena que intenta forzar los límites de una realidad que fácilmente podría ser reconocible. La película transmite una sensación de ensueño en las reuniones, fiestas y conversaciones grupales, en las que solo parece despertarse cuando Dodd es confrontado por alguien. (La cámara filma con movimientos lentos, y se ubica en muchas secuencias ligeramente debajo de la línea en que se encuentran los personajes, como si el ojo que los viera fuera el de un niño sentado, alguien al mismo tiempo cercano, que está aprendiendo y observando, pero que aún no está totalmente integrado. Quell podría ser ese muchacho aprendiz, solo que mira su propio deseo, al imaginar a una joven prendada de él o a los invitados desnudos disfrutando de la música).
Así el encuentro entre estos dos personajes, los ayuda a satisfacer ciertas “necesidades”, al menos por un rato. Dodd tendrá una fidelidad –que le permitirá también una relación de dominio incuestionable-, que no podrá hallar en ninguno de sus colaboradores. (Quizás solo en su esposa, aunque ella sea más bien una “convencida” por cuenta propia y no está sojuzgada). Pero sus “teorías” se volverán cada vez más obtusas, disparatadas, incluso contradictorias, lo cual es señalado por varios de sus seguidores en diversos momentos. De ahí que la “tarea” autoimpuesta de “sanar” a Quell sea parte de su propio desvarío, de su delirio omnipotente. Por su parte, el ex soldado transita desde una actitud pragmática –material-, hasta el intento de volverse creyente, a pesar de que el discurso del “maestro” no tiene sentido para él. (Los primeros planos evidencian al hombre enredado en sus propias palabras –gozando-, frente a aquel otro confundido, forzándose a aceptar algo que no puede entender). De este modo, la película va discurriendo en un conjunto de hechos-secuencias en donde la crisis del “movimiento religioso” se ve como producto de una serie de problemas legales, con la policía, financieros, de convocatoria y personales (los vicios de su propio líder). Al mismo tiempo, la recurrencia del alcoholismo y la violencia de Quell, aparecen como signos del vínculo resquebrajado. Roto el encanto, nada queda de lo que vivieron discípulo y maestro. (Y tampoco parece supervivir ninguna clase de afecto. Una discusión entre ambos, estando en la cárcel, resulta esclarecedora respecto a sus mutuas decepciones). Después de un corto “periodo de prueba”, Quell será expulsado de la secta, como un último gesto de autoridad de Dodd sobre él.
Continúan actos de presunta corrupción al interior de la DDC-Cusco y el Ministerio de Cultura que muestran la decadencia de esta institución. Ahora resulta que, funcionarios cuestionados, designaron al bachiller Saúl Asrilop Ricalde Padilla, en un “Concurso CAS” N°227-2024-MC, convocado por el Mincul, para el puesto de Especialista en Inversión Pública con un jugoso sueldo de S/ 8,114.19 Soles mensuales. Esto ha indignado a los profesionales del sector y la comunidad en general que cuestionan cómo un baciller obtiene el mayor puntaje frente a profesionales con amplia experiencia, capacitaciones, especializaciones y con grados académicos de Maestros. Sin duda, dicho concurso llevaba nombre propio como se verifica en los siguientes cuadros de resultados y condiciones:
Esta irregularidad la hicieron conocer diversos medios de comunicación de la región Cusco, destacando además que SAÚL RICALDE ya fue denunciado por no cumplir con el perfil profesional dentro de la comisión evaluadora de proyectos de inversión que presentan las municipalidades y que son financiados con el fondo del BTC (boleto turístico), designación realizada a través del Memorando Múltiple N°000093-2024-DDC-CUS/MC, situación que pone en tela de juicio la idoneidad de los concursos y designaciones de los servidores dentro de la DDC-Cusco y del MINCUL, dado que, tratándose de una labor tan especializada en la gestión de proyectos de inversión pública; es irregular y cuestionable la presencia de servidores que no cumplen el perfil, teniendo en la entidad cultural, profesionales idóneos que podrían participar con mayor expertis en dichas funciones.
Está demás decir, que el reciente favoritismo para SAÚL RICALDE, se traduce en el menosprecio a los profesionales de la DDC-Cusco y el MINCUL, considerando que, en la gestión de la Ex Directora de la DDC-Cusco, Maritza Rosa Candía, éste mismo bachiller SAÚL RICALDE, fue designado como “Asesor Técnico de la DDC-Cusco”, a través del Memorando N°000287-2023-DDC-CUS/MC, asumiendo funciones desde el año 2015 hasta la fecha como ASISTENTE en la Coordinación de Gestión de Monumentos, con una remuneración de S/ 3,100 Soles mensuales, remuneración ostentosa, para quien realiza labores de asistencia, teniendo profesionales cuya remuneración se encuentra por debajo de dicho monto como se muestra a continuación:
Estos hechos dolosos no quedan allí; el premiado SAÚL RICALDE (ganador del concurso en mención), sería parte de presunta mafia de la DDC-Cusco, cuyas principales aliados serían la Arq. Claudia Miranda y la Eco. Vivian Quevedo, artífices y con poder de decisión en el Área Funcional de Obras de dicha entidad.
La pregunta viene a colación ¿Cómo es posible que una persona que desde el año 2015 realizó labores como ASISTENTE en una Coordinación de la DDC-Cusco haya resultado ganador de un proceso de convocatoria en el puesto de ESPECIALISTA EN INVERSIÓN PÚBLICA?, ¿Qué tan capacitado estaría que no pudo sustentar una Tesis de Investigación en casi una década para graduarse, y que ahora realizará labores de suma importancia como la emisión de informes técnicos en la Gestión de Inversiones del MINCUL y ELABORAR Metodologías en la formulación y evaluación en la Programación Multianual de Inversiones?.
La situación laboral de este personaje y su nuevo sueldo de más de S/ 8,000 mil soles sin cumplir un perfil de alta especialización, es solamente la designación de un “TUKUYRIKUY” en LIMA, para tener mayor control económico y laboral de la DDCC.
El bachiller SAÚL RICALDE, tendría inclusive, mucho mayor poder que el Director Interino de la DDC-Cusco, ya que desde la Oficina de Recursos Humanos, se autorizó una licencia presentada por dicho personaje, tal como se evidencia en el numeral 3.3. de las Conclusiones del Informe N°000341-2024-AFRH-PAD/MC. ¿Quién apadrina al bachiller y con qué fines?.
Queda demostrado, que el favoritismo impera en la DDC-Cusco y en el MINCUL, donde otro personaje, don José Bastante (quien cometió actos de presunta corrupción con el tema del boleto turístico de Machupicchu); fue también premiado destacándolo a Lima en un mejor puesto laboral y con un alto sueldo.
La DDCC y el MINCUL ahora son tierra de nadie y gobernadas por grupos oscuros que lo único que buscan es lucrar con los recursos del Estado.
Por primera vez, la Casa de la Literatura Peruana participará con un stand en la Feria del Libro Ricardo Palma. La feria iniciò el viernes 22 pasado y va hasta el sábado 9 de diciembre en el Parque Kennedy de Miraflores. El stand será el número 43 y tendrá como temática su 15° aniversario de vida institucional, que se conmemoró el pasado 20 de octubre pasado.
El público podrá recibir gratuitamente publicaciones editadas por la Casa de la Literatura, como El viaje al cielo; El Ave Rey, de Juan Carlos Yáñez y Carlos Vásquez, ganadora del 5º Concurso Nacional de Narrativa Gráfica; Al heródico modo. Ejercicios tempranos (1954 – 1959), de Javier Heraud; así como otras publicaciones.
En esta ocasión, el jueves 28 la Casa de la Literatura Peruana presenta el libro “Fauna y madre naturaleza. Antología de relatos amazónicos”, del escritor loretano Róger Rumrrill, que reúne seis relatos que permiten a los lectores sumergirse en la narrativa del autor. La publicación, ilustrada por César Chujutalli, se centran en la fauna amazónica, ofreciendo diversas perspectivas desde sus hábitats y explorando el vínculo místico entre animales y seres humanos, así como la cosmovisión de los pueblos amazónicos. En la mesa de presentación participan Ana Luisa Ríos, Róger Rumrrill (Virtual) y Gary Marroquín en el auditorio Pilar Dughi de la feria Ricardo Palma a las 4:00 p.m. El ingreso a ambas actividades es libre.
El impresionante relato de Gaspar de Carvajal nos advierte de la tamaña labor de la mujer indígena, ellas conocían y adoptaban técnicas para guardar las carnes o pescados en vaciante o creciente; asimismo, eran las responsables de la buena producción de los sembríos de las chacras. Es decir, el hombre amazónico no padecía de hambre y desde ese enfoque se puede determinar lo adelantado que estaba el nivel de organización de los primeros pobladores de esta región, el buen uso que daban a las riquezas naturales, al bosque y al río, sobresaliendo la exuberancia de los platillos amazónicos.
Este pasaje histórico del siglo XVI, no hace más que recrear en la actualidad el legado y la importancia del perfil de la matriarca amazónica a lo largo del tiempo que se encuentra bien representado en la actualidad por Ramona Hualinga Mucushua, mujer Achuar de 68 años que vive en la comunidad de Nuevo Andoas, a orillas del río Pastaza, cerca a la frontera con Ecuador. Ella es madre de ocho hijos y esposa del primer Apu de la zona, Miguel Zúñiga, quien consiguió energía eléctrica y otras atenciones para su comunidad. Ramona, entre murmullos Achuar, nos cuenta que todos los conocimientos que ha adquirido fueron heredados por su madre cuando ella tenía 7 años de edad; basta contemplarla y escucharla, te contagia su vitalidad; su vibra esta protegida por el “Nunkui”, espíritu de la fertilidad de la mujer y la chacra, encargado de enseñar a la mujer Achuar a sembrar, como lo hace ella en su huerta llena de cultivos de plátano, macambo, cacao, piña, papaya, ají charapita, pijuayo, cocona y yuca. Escrupulosamente, ella sigue una costumbre Achuar, bebe todas las madrugadas la guayusa, que es una infusión de hojas de esta planta que tiene un contacto espiritual, que primero le limpia el cuerpo para luego llenarle de energía y darle las fuerzas para desenterrar las yucas, y con el cintillo en su frente carga a su espalda el cesto de chambira con la abundante cosecha; y así, emprende el recorrido con los pies descalzos por todo un camino cubierto de malezas, lleno de espinas, raíces y alimañas, que ella sabe sortear hasta llegar a su choza y empezar a preparar el masato para que beban sus hijos y nietos.
Ramona nos ha demostrado con una sonrisa y una paciencia prodigiosa, que los insumos, frutos y elaboración de potajes amazónicos son vastos y aún desconocidos por los citadinos, pues muchos de nuestros restaurantes repiten el estereotipo de la cecina con tacacho y el chaufa amazónico, siendo totalmente adverso a una realidad que se encuentra en las recetas de las mujeres indígenas que hasta ahora conservan dentro de su patrimonio alimentario, como son la misma guayusa, el tucupí, el casabe, el aradú, el shirumbi, el shibe, la shicana, el inchicucho, el uchu manga, el puchucuy y los diferentes envueltos en hojas, ahumados y parrillas entre otros platos elaborados. Todos estos secretos mencionados, Ramona ya transmitió a su nuera Soraida Silva y a su nieto Jean Pierre Zúñiga para que ellos continúen esa gran labor con sus demás generaciones.
Sin lugar a dudas, en casi toda la Amazonía peruana existen más “Ramonas” que no están visibilizadas por los diferentes entes del Estado o de los gobiernos locales; representativamente, ellas están arrinconadas en un cofre lleno de oro por la sabiduría invaluable que poseen en cuanto al modo alimenticio, costumbres, danzas, artesanía y cosmovisión. Por tanto, la academia o el Estado deberían primar un diálogo con ellas antes que desaparezcan aquellos saberes y que los gobernantes de Lima y de las regiones amazónicas den una mirada seria y atención profesional con personas técnicas que puedan recopilar e inventariar estas valiosas informaciones en la extensa Amazonía que cuenta con 51 pueblos originarios de los 55 que tenemos en el Perú.