La narrativa del Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, llega casi a la veintena de libros, sin contar las obras de teatro, ensayos y demás escritos publicados. Son diversas novelas que retratan al Perú del siglo XX en diferentes momentos, a lo que hay que agregar un libro de memorias “El Pez en el Agua” y un primer cuento o narración suya “Los Cachorros”, en las que el pisco está presente en diversas escenas como resultado de la realidad y de la ficción en una sociedad embebida por la idiosincrasia nacional acumulada por siglos.
En estas obras escritas
en el siglo XX se han realizado diversas menciones al destilado o sus cocteles
en diferentes momentos y lugares. Cada lector de los libros del Nobel, en los
diferentes idiomas en que ha sido traducida su obra, pudo encontrar en los
chilcanos de pisco de “Conversación en la Catedral” o los pisco sauers (o si
prefiere escribirlo “pisco sour” es lo mismo) de “La Tía Julia y el
Escribidor”, así como en las algarrobinas del “Héroe Discreto”, o los “capitanes”
del antiguo bar “El Triunfo” de Surquillo, o los piscos puros o las mulitas con
los que Lituma combatía el frío o disfrutaba el reencuentro con sus amigos
piuranos, una forma de conocer el Perú que nos presentaba nuestro escritor de
origen arequipeño. Más allá de la cerveza o el whisky, es este literato el que
ha dado a conocer al mundo –sin que necesariamente sea de su agrado personal, ser
un experto en su producción o un promotor contratado- la existencia de este destilado
de uva vinculado con la cotidianeidad de historias que suceden en el Perú
Algunos dirán “pero no
es la historia del pisco a través de unas novelas”, y otros dirán “Vargas Llosa
habló mal del pisco cuando estuvo en Chile el año 2003”. Yo saldré a defenderlo
como lector suyo y su gran desarrollo literario de historias maravillosas que
suceden a diario en nuestro territorio y, como bien ha señalado el Nobel, en
alguna cita que recogimos para un trabajo previo: “La memoria es el punto de
partida de la fantasía”, y es ahí donde la realidad debe haber servido de fuente
de inspiración al escritor para recrear escenas nacidas alguna vez de la vida
diaria.
Imaginar a los
cadetes del “Leoncio Prado” brindando con un pisquito en las noches frías que
imperaba en este antiguo colegio militar, mientras hacían fila para encontrarse
con “la pies dorados” a inicios de los 50s, cuando el destilado se encontraba
masivamente en lugares de dudosa reputación, o disfrutar la conversación entre
“el flaco” Higueras pidiéndole al reformado “Jaguar” sobre el final de “La
ciudad y los Perros” (en la novela y no en la película, donde el flaco Higueras
no aparece ni por asomo) que le pague el pisco tomado, es como revivir parte de
la cotidianidad que aún sobrevive en el siglo XXI en algunos bares limeños como
el antiguo Queirolo de Lima o el Rovira del Callao, o la contemporánea “La Botica”
de Petit Thouars, en San Isidro.
Por supuesto que
también existen –y hoy son los más-
sofisticados lugares donde el pisco ha pasado de la antigua trastienda y
del “seco y volteado” a encontrar nuevas alternativas de consumo conforme las
nuevas generaciones de productores pisqueros han ido perfeccionando sus
procedimientos de destilación, lo cual seguramente algunos lectores extranjeros
que descubrieron el Perú a través de la literatura del Nobel se animaron a
conocerlo de verdad a través del turismo, y no solamente leyendo las páginas de
un libro ubicado en su biblioteca junto a la de otros autores, mexicanos por
ejemplo, en los que se enarbola el tequila o el mezcal como la gran bebida del
mundo, mientras el nobel que pronto cumplirá 83 años lo presenta como algo
común de la vida diaria peruana.
Existe un
aguardiente de uva que se hace en el valle del Elqui, en Chile, a quienes los
vecinos del sur gustan nombrar equivocadamente pisco (recomendamos leer el
ensayo “Pisco-Elqui, el nombre engañoso”, del embajador Gonzalo Gutiérrez
Reinel, para tener claro el asunto y que se encuentra alojado en la web de la
página de la Academia Peruana del Pisco
y que otras tantas han compartido), para quienes estudiamos las raíces
históricas de nuestro destilado sabemos que el origen del pisco culturalmente
es peruano, aspecto que no necesariamente tiene que saberlo el Nobel y que por
eso, cuando estando en Chile alguna vez, para promover una novela sobre ese
gran personaje Flora Tristán (“El Paraíso en la otra Esquina”), recibió a
quemarropa una pregunta maliciosa respecto a una supuesta campaña del Estado
peruano para demostrar y difundir la peruanidad del pisco, de la cual él
desconocía. Los periodistas chilenos, por la razón o por la fuerza, querían que
él, Vargas Llosa, diera una respuesta al gusto de ellos. La campaña no existía
al momento (año 2003) en que se le hizo la pregunta, pues recién en los años
posteriores la agencia estatal PROMPERU se empezó a preocupar por su
reconocimiento y difusión a escala internacional, aunque principalmente
basándose en las fuentes tradicionales del pisco durante los casi 300 años que
duró el virreinato del Perú.
Para millones de
peruanos y gente de diversas partes del mundo (y lo dicen claramente viajeros
extranjeros de nuestro territorio como Miller, Salvin o Witt) durante los siglos
18 y 19 y previamente diversos cronistas cuando describen nuestro territorio y
sus costumbres, el pisco no solo es peruano sino que es parte de la historia
del Perú que ha venido acompañándonos como parte de esa extraña fusión entre lo
europeo y lo americano, y luego las llegadas de las culturas africanas y
asiáticas y donde siempre se llegó principalmente en Sudamérica fue al Callao y
por ende a Lima como eje de administración virreinal y de ahí a otros lares.
Algunas citas de
nuestro nobel como esta que presentamos del libro de memorias “El Pez en el Agua” nos dice:
“(…)
Aunque nací en el Perú, mi vocación es de un cosmopolita (ciudadano del mundo-
anotación nuestra- t) y un apátrida, que siempre detestó el nacionalismo y que,
desde joven, creyó que, si no había manera de disolver las fronteras y
sacudirse la etiqueta de una nacionalidad, ésta debería ser elegida, no
impuesta. Detesto el nacionalismo, que me parece una de las aberraciones
humanas que más sangre ha hecho correr y también sé que el patriotismo, como
escribió el doctor Johnson, puede ser “el último refugio del canalla”. He
vivido mucho en el extranjero y nunca me he sentido un forastero total en
ninguna parte. Pese a ello, las relaciones que tengo con el país donde nací son
más entrañables que con los otros, incluso aquellos en los que he llegado a
sentirme en mi casa, como España, Francia o Inglaterra. (…) Quizá decir que
quiero a mi país no sea exacto. Abomino de él con frecuencia y, cientos de
veces, desde joven, me he hecho la promesa de vivir para siempre lejos del Perú
y no escribir más sobre él y olvidarme de sus extravíos. Pero la verdad es que
lo he tenido siempre presente y que ha sido para mí, afincado en él o
expatriado, un motivo constante de mortificación. No puedo librarme de él:
cuando no me exaspera, me entristece, y, a menudo, ambas cosas a la vez. Sobre
todo desde que compruebo que ya sólo interesa al resto del mundo por los
cataclismos, sus récords de inflación, las actividades de los narcos, los
abusos a los derechos humanos, las matanzas terroristas o las fechorías de sus
gobernantes”. (pág. 35).
Y esto lo dijo hace
más de 25 años, cuando sufría la persecución del Gobierno de Fujimori y
Montesinos, sin saber que el destino le depararía para él, el premio Nobel de
literatura el año 2010. Vargas Llosa es sin duda un gran cosmopolita que nunca
se pudo desarraigar del Perú, por eso escribía sobre él y sus vivencias o las
de sus familiares o amigos, ello a pesar de vivir en Europa, lo cual se explica
porque el ciudadano europeo quería conocer el Perú descrito por el Nobel y qué
mejor que a través de su literatura en tiempos en que el internet todavía era
una esperanza más que una realidad de comunicación, y cuando lo hizo siempre
tuvo al pisco presente, es más su tutor o mentor, aquel que le ayudo a conseguir
numerosos trabajos era don Raúl Porras Barrenechea, nacido en la ciudad de
Pisco, en Ica, historiador peruano que aparece en la foto de los billetes de 20
soles para quien lo quiera ubicar, ex senador de la República, ex Ministro, extraordinario
diplomático.
Porras Barrenechea,
quien lo ayudó cuando él más lo necesitaba y compartieron tardes con su amigo y
compañero de estudios, el respetable historiador Pablo Macera, disfrutando
seguramente esas tazas de chocolate que de acuerdo a las narraciones de Vargas
Llosa eran convidadas por Porras. Al terminar sus jornadas como asistentes de
Porras, probablemente cruzaban de Miraflores a Surquillo, al bar más próximo.
Acaso serían los viernes por la tarde, quizás a “El Triunfo”, un bar de barrio
cerca al mercado de Surquillo ya desparecido al igual que ese concurrido antro
de la bohemia capitalina llamado “La
Catedral”, donde atendían unas chinitas y que coincide con las descripciones de
los lugares regentado por descendientes de chinos que fueron desapareciendo
conforme el siglo XX avanzaba.
Seguramente a Porras
tampoco le gustaba el pisco, tal vez prefería el vino, eso lo saben quienes
compartieron con él como el nobel interesantes conversaciones, pero tal vez
estaría orgulloso que el destilado nacional lleve el nombre de su ciudad natal
y a la vez tendría pena porque el Estado peruano hace poco, muy poco por
nuestro producto bandera, y más pena da porque lo saca solo para exhibirlo y
compartirlo en el Día Nacional del Pisco que –irónicamente se creó durante el
Gobierno del antagónico candidato y luego dictador que venció al escritor
convertido en político en la elección popular de 1990: Alberto Fujimori
Fujimori.
Efectivamente en
1990 se realizaron democráticamente las elecciones generales en el Perú y
resultó elegido Presidente de la República, contra todo pronóstico, Alberto
Fujimori Fujimori, quien triunfó en segunda vuelta ante el líder de la protesta
civil contra el intento en 1987 de estatización de la Banca del entonces
Presidente Alan García Pérez y hoy investigado por el caso Odebrecht durante su
segundo Gobierno. Coincidentemente ese año (1987), el historiador Lorenzo
Huertas descubre el testamento de un hombre de origen griego llamado Pedro
Manuel, que vivió en el Perú entre fines de los siglos XVI e inicios del XVII.
La atención de la prensa por esos días se encontraba en la dura e intensa
campaña electoral entre ambos contendores, y la preocupación de García se
encontraba en buscar un candidato que pudiera oponerse al inminente triunfo del
escritor. El gran descubrimiento de Huertas
había pasado casi desapercibido.
En 1988 el entonces
Instituto Nacional de Cultura (INC) declaró al pisco como Patrimonio Cultural
de la Nación. A fines de la década de los 80, el Perú enfrentaba una grave
crisis de seguridad nacional por el crecimiento del flagelo terrorista
encarnado por los grupos armados Sendero Luminoso y el Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru.
La desastrosa
política económica de García Pérez, sumada a la gran carga económica y
administrativa del Estado, motivó que se crearán diversas propuestas de
salvataje económico. Las encuestas colocaban a Vargas Llosa como virtual
ganador de las elecciones y la alianza electoral que encabezaba FREDEMO había
desarrollado un Plan de Gobierno que enfrentaba los males económicos y de
seguridad tal cual el escritor lo narra en su libro autobiográfico “El Pez en
el Agua”. Un plan económico y de seguridad contra el terrorismo que, salvo
algunas pequeñas diferencias, luego
sería aplicado por el equipo de Gobierno de Fujimori para recuperar la
economía peruana y combatir el terrorismo.
El 26 de julio de
1990, es decir dos días antes que culminara el gobierno aprista, el entonces
ministro de Industria, Carlos Raffo, emite una resolución ministerial que con
posterioridad permitiría el desarrollo legislativo y económico de manera
organizada de la industria vitivinícola, la cual como casi toda la industria
nacional se encontraba casi quebrada, y como las industrias del campo tras la
reforma agraria prácticamente en abandono.
A raíz de la derrota
electoral el escritor retornó al mundo literario y en 1993 publicó tres libros:
“La Verdad de las mentiras”, ensayo sobe la
novela moderna que contiene diversos artículos o ensayos escritos entre 1987 y
1989, es decir escritos antes y durante la campaña electoral de 1990. Este
mismo ya se había publicado en 1990 pero fue relanzado en 1993.
El libro de memorias y autobiográfico “El Pez
en el agua”.
La novela “Lituma en los Andes”, la cual
contiene una extraordinaria narración y
presentación de la crisis de seguridad
que, en la realidad, afrontaba la industria minera peruana y de
seguridad con el fenómeno terrorista senderista, entre ellas la muerte de la ecologista
Bárbara D´Achille, quien es presentada bajo otro nombre en la novela (señora
D´Harcourt). Sobre el final de la misma el escritor presenta en los últimos
capítulos a Lituma en el bar del campamento minero regentado por un hombre
llamado Dionisio y donde el aguardiente de uva
-el pisco- es presentado por el
escritor desde un enfoque distinto a sus anteriores novelas, donde va
demostrando un conocimiento más desarrollado del mismo y donde habla por primera
vez en toda su obra del “pisco iqueño”, aromas, lagares, pisa de uva, o sea
elementos tradicionales de la producción de nuestro destilado nacional.
En cuanto a Lituma, en la
narrativa finalmente es ascendido de cabo a sargento, se casa y retorna a su
pueblo natal, Piura, lugar donde se desarrollaría la novela
histórica “La Casa Verde”, publicada veinticinco años antes. Esta sería su segunda gran novela, la primera
es “La ciudad y los perros”, y previamente había publicado un libro de cuentos
cortos titulado “Los jefes”, en el que aparece la narración “Los cachorros”. En
estas primeras experiencias literarias el escritor presenta diversas historias y
en diferentes atmósferas. En varias de ellas el pisco figura como un elemento en
parte decadente y distorsionante.
En “El Pez en el agua” presenta una breve
mención en la historia de su vida a un escritor muy talentoso llamado Pedro del
Pino pero carente de disciplina para el trabajo literario, lo cual lo llevó a
reflexionar sobre su vida y la literatura
y el exceso de bohemia. ¿Dedicarse a la política, dejar de escribir, fue
una falta de disciplina para el escritor?
Aquí un pedazo de
esa historia que aparece en “El Pez en el agua”:
“Pedro del Pino Fajardo (…) Veía con
benevolencia mi vocación y la alentaba, pero la verdadera ayuda que me prestó
fue de índole negativa, haciéndome presentir desde entonces el peligro mortal
que para la literatura representa la bohemia. Porque en su caso, la vocación
literaria, como en el de tantos escritores vivos y muertos de mi país, había
naufragado en el desorden, la indisciplina y, sobre todo, el alcohol, antes de
nacer de verdad. Pedro era un bohemio incorregible, podía pasarse el día entero
–noches enteras– en un bar, contando anécdotas divertidísimas, y absorbiendo
inconmensurables cantidades de cerveza, de pisco o de cualquier bebida
alcohólica (…)”. (pág. 121).
Si bien hoy en día
el pisco es un producto que puede adquirirse en supermercados, licorerías o
bodegas, detrás de este producto hay una cultura y tradición indesligables que
se remontan a más de 480 años, es decir a la llegada de las primeras uvas
viníferas al Perú. Es una cultura pisquera que casi nadie conoce por la poca
promoción del Estado durante sucesivos gobiernos. Esta cultura se expresa en
una fusión de conocimientos entre lo europeo, con la llegada de los españoles,
los detalles del clima y de la tierra que hicieron posible que las parras se
adaptaran al suelo sudamericano. El pisco ha convivido con culturas como la
africana (en un inicio esclava), y con posterioridad con la asiática, que
masivamente llegó para reemplazar la mano de obra esclava. No por algo la
figura del “chino de la esquina” que retrata Vargas Llosa en “Los Cachorros”,
al que los jóvenes miraflorinos piden 5 cocteles capitán, tiene mucho mensaje
pues son las tiendas de chinos las que reemplazan las viejas pulperías del
virreinato que retratadas en las acuarelas de Pancho Fierro pasaron a la
posteridad, todo ello sin olvidar la imagen en tiempos republicanos de los
migrantes italianos tras el mostrador expendiendo pisco, migrantes que
protestaron ante la autoridad por la existencia de una calle llamada 20 de
setiembre (día de la reunificación italiana) donde abundaban los burdeles y
prostíbulos y ante la protesta cambió su nombre a jirón Huatica en la Victoria
y luego se llamó “Renovación” (hasta ahora se llama así).
Detrás de la cultura del pisco subyace una identidad en la producción del destilado que ha sido transmitida de generación en generación, de padres a hijos, por eso muchos de los pisqueros se indignan cuando algunos buscan hacer patria con sus productos denigrando esa riqueza cultural que fue recogiendo tradiciones, costumbres, es decir un bagaje cultural inmenso mientras “la gente” sin saber ¿Cómo? Hoy prefiere el whisky (y están en su derecho), cuando hace 400, 300, 200 y 100 años los peruanos o habitantes del virreinato del Perú preferían el pisco al whisky y en algún momento todo cambió; sin duda, ello como consecuencia del incremento de las rutas comerciales y avances tecnológicos en el transporte de bebidas extranjeras. Un libre mercado con sus previstas consecuencias.
Hay que decir que,
sin importar la época de la que se trate, cuando una persona adquiere un pisco,
uno que respeta la tradición de su producción, adquiere parte del conocimiento
de una familia que lo produce, de un pueblo, de una nación que se identifica
con ese producto, y es desde esa perspectiva que vale reconocer que la obra de
Vargas Llosa ¿probablemente involuntariamente? contribuyó y contribuye a
mostrar en diversas ocasiones la peruanidad del pisco al mencionar esta bebida
en varias de sus novelas de diversas formas. En los últimos 30 años, a raíz del
descubrimiento del testamento del griego Pedro Manuel por parte de Lorenzo
Huertas, el pisco tomó un impulso de reconocimiento y notoriedad nacional e
internacional que forma parte de la bohemia en muchos lugares del
planeta, y que no hace mucho fue reconocida en la India favorablemente al Perú
pues se demostró su origen peruano, y presentada el ultimo 8 de marzo ante las
autoridades de Tailandia por el profesor Dr. Eduardo Dargent Chamot conjuntamente con
las autoridades del INDECOPI.
Parte de su cultura se encuentra de manera
omnipresente en las obras de Vargas Llosa, quien sin saber de alguna manera ha colaborado con el consumo
de esta bebida y los cocteles que con este se elaboran en los turistas
extranjeros que visitan el Perú motivados por la lectura de sus obras, lo cual tal
vez resulta una contradicción pues por confesión suya sabemos que aparte de ser
disciplinado en su trabajo es una persona que apenas bebe vino, pero que de
alguna manera supo retratar la figura del piscos y algunos de sus cocteles en
historias de ficción que partían de algún lugar de su memoria.
Los que
se encuentran en el ámbito del mundo pisquero no necesariamente se desenvuelven
en la bohemia, pues su vinculación está más ligada al desarrollo de esta
industria que se empezó a reorganizar a raíz de la estabilidad económica
lograda en la década de los años 90 con la aplicación del Plan de Gobierno que
había elaborado el equipo de Vargas Llosa pero irónicamente ejecutó Alberto
Fujimori. Es decir que el plan lo había diseñado el equipo de MVLL pero lo implementó
el equipo de su antagonista porque era lo único que había que hacer ante el
desastre del predecesor de Fujimori.
Muchas de las historias que rodean el pisco en
la obra de Vargas Llosa confirman lo dicho por historiadores de esta bebida en
cuanto a que este destilado antes de los años 50 pasaba por una etapa de
decadencia en cuanto a las cantidades de su producción y algunos de los lugares de su consumo pues había sido
desplazado por otras bebidas como el Whisky, el Vodka, el Gin o el Ron, salvo
algunas menciones que destaca los lugares de su consumo que recoge en 1929 al Club Nacional (Plaza
San Martín) donde se brindaba con algún extraordinario Moscatel. Ya en los
recientes años, a fines del siglo XX, pasó a ser un producto bandera y siempre ha
sido de orgullo nacional. Resulta curioso que ambos productos (escritor y pisco)
son originales expresiones culturales del Perú y que el fraude chileno de cambiar
el nombre del pueblo de la Unión por el de Pisco Elqui se consolidara en 1936,
año en que nacería nuestro nobel, y cuya principal crítica fuera la primera
nobel de literatura chilena Gabriela Mistral quien criticara duramente el
cambio de nombre de la Unión por el de Pisco Elqui, pues como bien señala
Gonzalo Gutiérrez en su extraordinario ensayo, el nombre de la Unión se debía a
la confluencia de dos ríos en aquel valle, en cambio el nombre Pisco ha
sobrevivido en el Perú al de su fundación española (Santa María Magdalena de Pisco) pues ya era
conocido este lugar como un lugar de riqueza aviar desde antes de la época
precolombina y que fue retratada en los enseres, telares de las culturas Nazca
y Paracas, así como los Chavín retrataron las figuras felinas por ser naturales
de su zona.
En “La Verdad de las mentiras” encontramos
algunas claridades respecto a realidad y ficción. Veamos qué nos dice el
escritor entre los párrafos de esta su obra.
“(…)
las novelas mienten –no pueden hacer otra cosa- pero esa es solo una parte de
la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que solo
puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es(…)todas
las novelas rehacen la realidad embelleciéndola o empeorándola- (…) no es la
anécdota lo que en esencia decide la verdad o la mentira de una ficción. Sino
que ella es escrita, no vivida, que está hecha de palabras y no de experiencias
concretas(…) De lo que llevo dicho, pareciera desprenderse que la ficción es
una fabulación gratuita, una prestidigitación gratuita sin trascendencia. Todo
lo contrario: por delirante que sea, hunde sus raíces en la experiencia humana
de la que se nutre y a la que alimenta. Un tema recurrente en la historia de la
ficción es: el riesgo que entraña tomar lo que dicen las novelas al pie de la
letra, creer que la vida es como ellas la describen (…). (págs. 7-11). “La Verdad de las
mentiras”.
Tener pisco en casa
es como tener un pedazo de la bandera peruana en el hogar. No quiero pecar de
nacionalista o patriotero, algo que como el Nobel muchos detestan, sino que lo
digo en recuerdo de los amigos o de la familia que ya no están y que crecieron
con uno, como los pequeños productores de esos que andan aun por las rutas y
los caminos de los arrieros.
Rutas que en la
novela “Lituma en los Andes” transitaba
Dionisio rumbo a Naccos con damajuanas para abastecer al campamento
minero donde las noches andan abarrotadas de misteriosos pistacos, de huaycos,
y de senderistas que asesinan gente inocente como la señora D´Harcourt en las
páginas de la novela -donde Lituma es un cabo antes de convertirse en sargento
y vuelve a Piura casado con Bonifacia. Y disfrutar del arpa de don Anselmo en
la segunda “Casa Verde” porque la primera había sido quemada por el padre
García (mientras irónicamente Vargas Llosa enfrentaría en la realidad a otro
García del 87 al 90 del siglo XX, cuando el escritor salió a protestar en
nombre de la libertad) porque era un
lenocinio donde nació La Chunga y
en la segunda, la Chunga es la que manda
mientras el arpista viejo lleva el arpa pintada de verde en memoria del pueblo
que lo vio nacer en la Selva, y por eso la “Casa Verde” era verde en pleno
desierto piurano, sólo puede suceder en la imaginación del escritor.
Por eso nos animamos
a escribir este trabajo y compartir nuestro punto de vista sobre la obra de un
escritor peruano, el más laureado de su historia y la presencia del pisco
dentro de su obra narrativa contextualizada en el siglo XX, tomando como punto
de partida que Vargas Llosa había nacido en 1936, año en que los chilenos
cambiaron de nombre un pueblo con la finalidad de arraigar su producto a la
historia de ese producto que nació en otro país con mucha antelación y sobre el
cual, tanto su empresariado como su Gobierno si han desarrollado políticas de
consumo del mismo mientras el Perú, sigue caminando como Zavalita frente al
Crillón, pensando en que momento se había jodido el país.
Curiosamente en el
país del pisco el dueño de la palabra es el Estado y es el que menos invirtió
durante años, aunque parece que la figura está cambiando de a pocos. Pero a
pesar de ello ¿Puede llamarse acaso una industria exitosa y de bandera nacional,
aquella que exporta algo menos u algo más cifras cercanas a los de 10 millones
dólares al año? Un grifo en la avenida Javier Prado de Lima o en la
Panamericana Sur debe de vender más gasolina al año que toda la industria
pisquera junta exporta en todo un año.
¿Puede salir adelante una industria donde los que definen si un pisco es bueno
o no, saben apenas algo de las raíces
culturales del producto al que catalogan de bueno o malo, si apenas poco más de
una década atrás se fueron definiendo los cánones de cata de la misma? ¿O donde
el amiguismo sigue prefiriendo a la meritocracia para nombrar a sus
representantes? No lo creo, pero así es el Perú donde a veces los políticos y
los que no lo son encuentran entre las viñas de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua o Tacna (las zonas
de la Denominación de origen Pisco) o
los campos de diferentes pueblos sometidos (o capturados) por la corrupción de
sus autoridades son como los caminos
retratados o descritos por el nobel hace
casi medio siglo en “Conversación en la Catedral”.
“Avanzaron
a oscuras, por calles ondulantes y abruptas, entre chozas de caña y esporádicas
casas de ladrillo, viendo por las ventanas, a la luz de velas y lamparillas,
siluetas borrosas que comían conversando. Olía a tierra, a excremento, a uvas” (p. 97).
En fin, historias
para recordar también cómo es el Perú, y cómo es nuestro destilado y como un
escritor lo tuvo presente al retratar al país que lo vio nacer, y al que donó
gran parte de su biblioteca personal que se encuentra alojada en su ciudad
natal Arequipa. Ojalá algún día puedan haber dos o tres escritores peruanos más
de su calidad y capacidad intelectual que le permitió en el año 2010 ganar el
Premio Nobel de Literatura.
Lo vemos en cualquier parte de la ciudad, abrazando a una niña, como mochila, en una taza, en los cuadernos, como almohada, reloj, vincha, aretes, etc., los capibaras han inundado todos los mercados de Lima y provincias por su ternura, figura rechoncha y peculiar actitud. Tanto grandes y chicos quieren para esta Navidad recibir como regalo un capibara de peluche o en cualquier otra de sus presentaciones, siendo beneficiados cientos de emprendedores.
Sin embargo, Liao Yue, un empresario chino registró la palabra “Capibara” como marca ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi).
Dicho registro del nombre, correspondiente a la clase 16, le concede a Yue derechos exclusivos sobre el uso comercial en productos de papelería, útiles escolares y artículos relacionados.
La comunidad de comerciantes locales se encuentra en alerta ante la posibilidad de que el registro de Liao Yue se expanda a otras categorías de productos. Especialistas en derecho de marcas advierten que esta situación podría limitar aún más las oportunidades de los pequeños empresarios. “El registro podría ampliarse a otros productos, lo que generaría más restricciones”, indicó un experto en la materia.
“Esto nos afecta directamente. Los productos que traemos con imágenes de capibaras podrían ser incautados en Aduanas. Incluso podrían destruirlos bajo el argumento de violación de propiedad industrial”, manifestó Renzo Quispe, representante de los comerciantes de Mesa Redonda, quien teme que a futuro sus productos encuentren obstáculos a la hora de ingresar al mercado peruano.
En tanto, Liao Yue insiste en que su registro es legítimo y que no busca perjudicar a los competidores, pero señaló que en algún momento pedirá una “mínima compensación”.
El ronsoco o capibara, la sensación del Parque de las Leyendas
Olenka Túpac, subgerente de Marketing del Parque de las Leyendas, comenta que debido a inusitada moda de esos enormes roedores se viene registrando un incremento de visitantes al área que le corresponde a los capibaras del zoológico.
A propósito de su vertiginosa subida de popularidad, el Parque de las Leyendas viene preparando para enero del próximo año el ‘Capibara Fest’, el evento que pondrá más que contentos a toda una legión de seguidores del apacible animalito que puede llegar a pesar hasta 60 kilos.
¡Pandemonio en Mesa Redonda! Rejas colocadas por la MML son burladas por miles de ambulantes, desatando un caos infernal en todas sus calles [VIDEO]
Gestión de López Aliaga colocó rejas de manera improvisada en los alrededores del emporio comercial, generando que ese lugar se convierta en una trampa mortal para los miles de compradores.
Incapacidad total. Desde tempranas horas del día, personal de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) enrejó, de manera improvisada y sin ningún estudio previo, 15 vías de acceso al emporio comercial de Mesa Redonda y el Mercado Central, mostrándonos en un primer momento que se habían erradicado a los ambulantes de manera exitosa, sin embargo, lo que realmente hicieron no fue erradicar la venta ambulatoria, la cual podía y puede trasladarse a los lugares aledaños a Mesa Redonda, sino enrejar a los comerciantes en una inmensa jaula, algo que a la postre podría desatar una catástrofe como la ocurrida en el año 2001.
Si ya caminar por Mesa Redonda en fechas cercanas a la Navidad es toda una odisea, ahora imagínese que para ingresar o salir tenga que pasar por unas rejas metálicas que más se parecen a barreras para evitar que los presidiarios salgan.
Esas rejas no significaron obstáculo alguno para los miles de ambulantes que a empujones y fuerza bruta consiguieron ingresar, a vista y paciencia de los policías y efectivos del serenazgo, a las calles que desde hace semanas ya estarían lotizadas por mafias.
De acuerdo a las imágenes televisivas se puede apreciar que esas rejas ‘están pintadas’ para todos los vendedores informales, colocando su mercadería en el suelo a tan solo unos metros delante de las rejas.
Los más afectados de todo ese descontrol resultan evidentemente los compradores y peatones que tienen que atravesar las calles del Mercado Central.
“Solo vamos a tener el ingreso peatonal por Abancay con Ucayali y Abancay con Santa Rosa. Y la salida será por Abancay con Jirón Cusco”. Este es un plan piloto y posteriormente procederemos al cierre total con otro tipo de elementos”, manifestó Mariella Falla, gerente de Fiscalización de la MML.
Según las autoridades municipales, el acceso vehicular se ha restringido a una sola vía, permitiendo la entrada únicamente por el jirón Santa Rosa en su intersección con la avenida Abancay, mientras que la salida se realizará por el jirón Cusco, también en conexión con la avenida Abancay.
Además, se ha establecido un horario específico para el ingreso de estibadores, quienes podrán acceder a la zona desde las 9:00 a.m. hasta las 21:00 horas.
Una vez más se puede constatar el nivel de improvisación de la gestión de ‘Porky’ Aliaga, que más está concentrado en presentar motos y anunciar la adquisición de vagones de tren que operarían de aquí a diez años, todo ello pensado para ganar votantes para su futura postulación a la presidencia de la República, pero si no puede poner orden a unos cuantos kilómetros cuadrados, no se puede uno imaginar cómo hará para gobernar un país.
Tierra de nadie. Mesa Redonda es una ‘bomba de tiempo’ por donde se le mire, superponiéndose más el interés económico que la integridad de uno mismo. Ahí no interesa si una bomba de agua esté tapada por cajas o estantes, no importa si el cableado se encuentre expuesto, o si los pasillos se encuentran obstaculizados de los productos. Tampoco interesa si las calles y veredas estén lotizadas a vista y paciencia de todas las autoridades. Lo único que importa, en estas fechas como hace más de 30 años, es vender, vender y vender.
Si uno acude a las calles que conforman el emporio comercial de Mesa Redonda tiene que ir preparado a los empujones, al griterío desenfrenado de los vendedores, a la carreta que con tal de no detenerse te golpea los pies. Uno ahí tiene que estar con los cinco sentidos activados, pues nunca falta el ‘amigo de lo ajeno’ que aprovecha la aglomeración para sustraer nuestras cosas de valor.
Noche Buena y Año Nuevo están a la vuelta de la esquina y los vendedores ambulantes hacen lo que se les da la gana ante la falta de fiscalizadores y personal de serenazgo; y aquellos serenos que se puede observar solo voltean la mirada hacia otro lado. Qué importa si dos ambulantes se pelean a mitad de la calle por un pedazo de pista, qué interesa si uno de ellos saca un cuchillo para amenazar al otro. Mesa Redonda es un caos y no es una exageración.
El supuesto plan ‘Navidad Segura’ anunciado por ‘Porky’ es papel mojado y arrojado dentro de un inodoro de uno de esos edificios que en sus últimos pisos almacenan todo lo que se pueda guardar, así estén en contra de las disposiciones técnicas de Defensa Civil. A simple vista se pueden observar edificaciones elaboradas de drywall donde se guarda toda la mercadería de los negociantes. Una simple chispe es capaz de desatar el más de los dantescos incendios.
Román Nazario, presidente de la Cámara de Empresarios de Mesa Redonda, criticó la falta de acción de las autoridades y señaló que el problema se repite cada año sin soluciones concretas.
“A pesar de que el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunció una reorganización de seguridad con bombos y platillos, nuevamente Mesa Redonda está invadida por ambulantes”, afirmó, destacando que existe una ordenanza municipal contra la informalidad que aún no se ha ejecutado.
El representante también reveló que han solicitado apoyo policial al gobierno, con compromisos asumidos tanto por el Consejo de Ministros como por el Ministerio del Interior, pero hasta el momento no han recibido respuesta.
“Estamos en un riesgo total. Si ocurre una desgracia, no será dentro de los locales formales, que cuentan con medidas de seguridad, sino en las calles, donde la gente será aplastada por la multitud y los ambulantes”, advirtió.
Al parecer a nadie le interesa que ocurra un nuevo incendio como en el 2001.
Hackearon Twitter de la Biblioteca Nacional y la convirtieron en página para adultos
La nueva cuenta institucional de la BNP adquirió el nombre de You Porn y subió algunos contenidos de alta temperatura. Sin embargo, este miércoles 27 de noviembre la entidad estatal envió un comunicado manifestando que, tras detectar el ataque cibernético, vienen trabajando para recuperar su red social.
La cuenta oficial de X, antes Twitter, de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) sufrió un ataque cibernético, e incluso subieron contenidos para adultos alusivos a su nueva denominación de cuenta cuyo nombre era You Porn @peruporn69. Asimismo, en su encabezado de la biografía se lee: “best porn here”, que en idioma español significa: “el mejor porno está aquí”.
Sin embargo, desde la entidad librera estatal emitieron un comunicado en el que informan que efectivamente fueron hackeados y que dicho incidente fue detectado este miércoles 27 de noviembre. Asimismo, indican que han tomado las medidas inmediatas para superar dicho impase y que se encuentran trabajando para recuperar el control de la cuenta X que fue tomada.
Como se recuerda, hace dos semanas también hackearon el canal de You Tube de Latina Noticias y todo el contenido audiovisual que contenía dicha cuenta transitoriamente se perdió. No obstante, la televisora privada también emitió un comunicado e informó a sus seguidores y televidentes que iniciaron los trabajos para restablecer su plataforma digital y finalmente, tras unos días de labores de seguridad cibernética, se pudo restablecer las habituales trasmisiones, así como recuperar los videos noticiosos sustraídos.
El presidente del Poder Judicial (PJ), Javier Arévalo Vela, expresó su confianza de que las próximas autoridades de este poder del Estado continuarán apoyando al canal institucional Justicia TV, durante su mensaje por el décimo aniversario del medio de comunicación institucional.
“Creo que todos debemos apoyar porque Justicia TV no es de un presidente, de un Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, es de la institución, para la institución, creo que el que me suceda va a seguir con este proyecto”, indicó el titular del PJ.
En ese sentido, resaltó la decisión que tuvo el expresidente del PJ, Enrique Mendoza Ramírez, durante su gestión, de desarrollar y sacar adelante el proyecto de Justicia TV.
“Justicia TV permite que llegue a los hogares peruanos la información judicial que se produce en los tribunales de justicia y también cultura jurídica (…) es un medio de comunicación, a través del cual los magistrados publicitan los alcances de sus sentencias y la ciudadanía conoce los procesos”, agregó.
Además, “contribuye a fortalecer la transparencia informativa; a través de sus pantallas, la ciudadanía puede conocer cómo trabajan los jueces y juezas”.
El titular del PJ hizo estas reflexiones durante el acto central por el 10.º aniversario de canal institucional de televisión Justicia TV.
Este evento contó con la participación de jueces supremos, expresidentes del PJ, presidentes de cortes superiores; los ministros de Trabajo, Daniel Maurate; de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana; del alcalde del distrito de San Martín de Porres, Hernán Sifuentes; la procuradora general de la república, María Caruajulca Quispe; la presidenta de la Asociación de Damas del Poder Judicial (Adapoj), Patricia Sáenz de Arévalo.
Premiación a difusores del Justicia TV
En la ceremonia fueron premiados los jefes de Comunicaciones e Imagen de diferentes cortes superiores que contribuyeron con sus noticias, informes especiales y coberturas a Justicia TV.
En la categoría mejor creación audiovisual fue reconocido Nemio Mamani Jilari (Corte de Puno); en mejor producción de contenidos Lenny Fernández Juárez (Corte de Arequipa); y en mayor producción de contenido informativo, Cynthia Salirrosas Flores (Corte de La Libertad).
Asimismo, fueron premiadas los jefes de Comunicaciones e Imagen de las cortes de San Martín, Deysi del Pilar Tuesta Tuesta, y, de Puno, Nemio Mamani, por haber obtenido el primer puesto en el Concurso Nacional Interno de Fotografía.
También fueron reconocidos los responsables de Comunicaciones e Imagen de las cortes de Cajamarca y Cusco, Juan Carlos Liza Olivos y Eva Ramos Muriel, por haber ocupado el segundo lugar, y a Marcelo La Torre Casanova (Corte de Loreto) por obtener el tercer lugar en este certamen.
Por otra parte, el alcalde del distrito de San Martín, Hernán Sifuentes, y la presidenta de Adapoj, Patricia Sáenz, entregaron presentes simbólicos a la gerenta de Comunicaciones e Imagen Institucional del Poder Judicial, Raquel Palomino Zárate, en reconocimiento a su labor al frente de esta unidad.
Alertan que fresas contienen un alto nivel de pesticidas en cinco mercados de Lima y Callao [VIDEO]
Más mercados de la ciudad estarían vendiendo fresas con niveles alarmantes de agroquímicos; en cambio las que exportamos sí cumplen con todos los estándares sanitarios.
Mucho cuidado con lo que nos llevamos a la boca, especialmente si es una fruta de temporada de sabor agradable que le encanta a grandes y chicos. Cómo no disfrutar de un jugo de fresas, o agregarla a nuestra ensalada de frutas, o tal vez licuarla para disfrutarla en los populares ‘marcianos’, creyendo que estamos comiendo saludablemente, sin embargo, los resultados del Tercer Monitorio Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos nos van a quitar la venda de los ojos.
Según el informe, realizado en cinco conocidos mercados de Lima y Callao, casi la mitad de los productos analizados superar enormemente los Límites Máximos de Residuos (LMR) establecidos por la normativa, resaltándose los altos niveles de pesticidas en las fresas.
El estudio, liderado por el ex congresista Jaime Delgado en colaboración con el laboratorio Mérieux Nutrisciences, publicado en Salud con Lupa, analizó fresas de mercados como Lobatón (Lince), San José (Jesús María), Magdalena (Magdalena del Mar), el Mercado Mayorista de Frutas (San Luis) y Minka (Callao).
Entre las sustancias detectadas, el clorfenapir y el fipronil destacan por su alta toxicidad. El clorfenapir está vinculado a riesgos cancerígenos, mientras que el fipronil puede causar daño a la tiroides, riñones y hígado. Además, el isocloseram y el lufenurón, aunque menos estudiados, generan preocupación por su capacidad de bioacumulación y efectos sobre órganos clave.
Jaime Delgado advirtió que estos alimentos no son aptos para el consumo humano y cuestionó la falta de fiscalización en el uso de agroquímicos. “El abandono de los agricultores y la omisión de funciones por parte de las autoridades agravan esta crisis alimentaria”, afirmó. La falta de acción concreta del gobierno pone en riesgo la salud de millones de consumidores, mientras el uso indiscriminado de pesticidas continúa afectando la calidad de los alimentos y la seguridad pública.
🚨🍓Un análisis de laboratorio a 5 muestras de #fresas recogidas en los mercados Lobatón (Lince), Mayorista de Frutas (San Luis), Magdalena (Magdalena), San José (Jesús María) y Minka (Callao) revela la presencia de altas cantidades de residuos de #pesticidas en estas frutas.👇 pic.twitter.com/8LMLUd0R5h
Paro Nacional de EsSalud contra gobierno de Dina Boluarte [VIDEO]
Los profesionales de la salud marchan para exigir la derogatoria del reciente Decreto Legislativo 1666 emitido por el Ejecutivo, que privaría a EsSalud de su autonomía administrativa, financiera y presupuestal, porque sus fondos pasarían a ser administrados por el MEF.
Diversos gremios de profesionales pertenecientes al sector salud acatan este miércoles 20 de noviembre en los exteriores del Hospital Almenara un paro nacional para exigir al gobierno de Dina Boluarte la derogatoria de la ley (Decreto Legislativo 1666) publicada en el mes de septiembre, denominada ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’, que en realidad vulnera sus derechos laborales.
La protesta social del personal de salud inició en horas de la mañana y durará 24 horas. Según los trabajadores, esta huelga responde al Decreto Legislativo del gobierno que privará a EsSalud de su autonomía administrativa financiera presupuestal.
«Hoy, los gremios unidos del Seguro Social, estamos realizando esta medida de fuerza como es una huelga nacional de 24 horas. Estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666, que en el mes de septiembre el Gobierno de Dina Boluarte ha indicado que EsSalud va a pasar a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas», declaró Manrique Puelles y luego advirtió: “Nosotros tenemos autonomía de acuerdo a lo que establece la Ley de Creación del Seguro Social de Salud (EsSalud Ley N° 27056). Por ello estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666”.
¿Qué dice el Decreto Legislativo 1666?
La norma firmada el 24 de septiembre de este año por la presidenta Dina Boluarte, el premier Gustavo Adrianzén y el ministro de Economía y Finanzas José Arista, se denomina ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’ y textualmente señala lo siguiente:
“El presente Decreto Legislativo tiene por objeto consolidar el marco normativo vigente para fortalecer la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público, así como regular sobre la asignación y utilización eficientes de los fondos públicos destinados a los ingresos correspondientes a los recursos humanos del Sector Público, la Planilla Única del Sector Público y otros aspectos relacionados con la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos, en el marco de la sostenibilidad y responsabilidad fiscal”.
Los trabajadores de EsSalud sostienen que el Gobierno de Dina Boluarte pretende que los fondos económicos del Seguro Social sean administrados por el Ministerio de Economía y Finanzas. Así, EsSalud sería considerado como una entidad pública lo cual «perjudicaría en un mal manejo de las aportaciones». La lista de hospitales que han decidido acatar esta huelga incluye al Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, Hospital EsSalud Alberto Sabogal Sologuren y Hospital Edgardo Rebagliati Martins, así como todas sus redes. Cabe precisar que, en caso de no ser escuchados, prolongarían a un paro indefinido.
Por su parte, EsSalud lanzó un comunicado mencionando que han adoptado todas la medidas necesarias para asegurar el funcionamiento continuo de los servicios en todos los establecimientos.
Un paseo por la tierra del Sol Naciente. Tuvo que salir el ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, para confirmar la información sobre la eliminación del requisito de visado para ingresar a Japón. Cabe precisar que esa modificación corresponde a la visa de turismo para los ciudadanos peruanos que posean pasaportes ordinarios. Asimismo, esta noticia también fue ratificada por el primer ministro japonés Shigeru Ishiba durante la visita oficial del mandatario japonés a Palacio de Gobierno el pasado 17 de noviembre.
“Japón ha anunciado que ha levantado unilateralmente esa condición (visa) para poder ingresar a su país para aquellos detentores de los pasaportes ordinarios y para visitas de corta duración, lo que nosotros conocemos como visita de turismo”, dijo Schialer a RPP.
Según el canciller, la implementación de esta medida podría tardar un par de meses debido a los ajustes necesarios en los sistemas administrativos y migratorios de Japón, conocidos por su alta eficiencia. El canciller peruano expresó su expectativa de que la medida entre en vigencia antes de marzo de 2025.
“Toma un par de meses para poder implementar todo esto en los sistemas administrativos y de migraciones japoneses. Los sistemas japoneses de migraciones y administración interna son altamente eficientes. Agradecemos la decisión de levantar la necesidad del visado en los pasaportes peruanos ordinarios”, manifestó al mencionado medio.
El regreso de la exención de visa supone una señal de fortalecimiento en las relaciones entre Perú y Japón, países que comparten una larga historia de cooperación en diversas áreas, desde la migración japonesa a territorio peruano a inicios del siglo XX, hasta proyectos actuales en economía, tecnología y cultura.