“Antes de pensar en vivir feliz, hay que pensar en vivir” Jean-Jacques Rousseau
“Toda fabulación es una meditación ética” Michel Houellebecq
Sin importar la crudeza de los temas abordados o las
concesiones al esteticismo, todo novelista comparte con sus pares de oficio la
vocación literaria por ofrecer su literatura como el diagnóstico definitivo sobre
la realidad y los desencuentros con ella. Esa misión cercana al deber moral,
impone a la figura del escritor un riguroso sentido de pertenencia a la causa
común de ofrecer un retrato honesto y revelador del rostro verdadero de la
Humanidad. En ese proceso franco, la imaginación literaria jamás puede
desvincularse del propósito oculto de elevarse por encima de las mezquindades
de la sociedad y los silencios incómodos que la asfixian. En este sentido, la
historia de la literatura demuestra cómo el peso de la tradición se manifiesta
muy a pesar de las reticencias y apegos rupturistas de cualquier carrera
literaria. Un escritor francés jamás saldrá airoso de sus intentos de desviarse
del cauce marcado por figuras canónicas de la talla de Flaubert, Proust o
Balzac. Resulta casi imposible para cualquier novelista francés actual desligarse
de cierta ortodoxia y alzar su voz original sin hacerse eco de cinco siglos de
riqueza cultural. Al asumir el estilo satírico y humor negro con acento francés
abarca un recorrido involuntario por la pluma de Rabelais, Pascal, Molière y Voltaire.
Las novelas de Michel Houellebecq no escapan de ese impulso paradójico. El
escritor francés adopta un tono réprobo y cínico que a fin de cuentas termina
por hacer justicia reverente a la tradición cultural.
La obra singular del escritor Michel Houellebecq ha
sido prolija en afilados diagnósticos sobre la vigente coyuntura civilizatoria
de la cultura occidental y estancamiento moral de sus valores más entrañables. El
talante distópico de sus juicios sobre el presente, sin duda apuntan a brindar un
cuadro desesperanzado sobre la existencia banal del ser humano moderno, por eso
cualquier aproximación a su literatura debe tener en cuenta la revelación intimista
de las miserias del hombre común. Su trayectoria literaria abarca una serie de
novelas destinadas a servir de maniobras para quienes no tienen escrúpulos en
sumergirse en las fuentes del malestar en las sociedades occidentales. Cada una
de sus novelas parece alimentarse del anhelo de servir de guía a espíritus perplejos
dispuestos a emprender un descenso a los infiernos de la mano de un cínico
psicopompo. Las andanzas del héroe en sus novelas toman forma de viaje desvelado
en busca de revelaciones y verdades incómodas sobre el itinerario de la agonía
cultural de Europa. Ese declive y agotamiento vital de la tradición europea ha
sido lento, pero sin duda fue anticipado años atrás por muchos intelectuales.
En entrevistas el autor ha declarado, con su desenfado
proverbial, que la condición de poeta es asimilable a los trastornos de un
enfermo incurable, cuyos síntomas oscilan entre la amargura y la angustia, sólo
en estados de abandono pasajero de estos signos visibles del padecimiento se encuentra
la lucidez necesaria para la escritura. Tal vez esa fuente de inspiración y la polémica
carrera literaria han cedido espacios a una nueva concepción de la literatura comprometida.
En tiempos de Sartre, el compromiso del intelectual con la realidad y sus problemas
se concebía desde la plataforma ideológica de la lealtad y la fe a ideas
políticas, pero desde la mirada de Houellebecq el compromiso con la realidad se
expresa no mediante el apego a causas políticas o la denuncia, sino en la
adopción de la literatura provocadora y su uso satírico para exponer con ironía
las tendencias peligrosas del presente. En su caso, el compromiso ético con la
libertad de pensamiento supera cualquier adscripción ideológica o defensa a
ultranza de ideales abstractos, su causa pone en evidencia la desvergüenza de los
defectos de los actuales ejercicios de la democracia y los riesgos de mantenerse
en silencio mientras se extiende la dictadura de la corrección política.
A principios de año, el heterodoxo y provocador
escritor francés, volvió a irrumpir en la escena literaria con la aparición de
su nueva novela. La obra tiene por título, Serotonina, haciendo propio
el nombre de la famosa hormona de la felicidad. Es una sátira moral sobre la
felicidad artificial y las desventuras de los horizontes abiertos durante la
edad madura. El hastío de vivir es la consecuencia inevitable del paso del
tiempo, porque la vida adulta nos obliga a asumir con naturalidad el abismo
cotidiano que significa vivir sepultado bajo las capas de carne, porque tu
cuerpo sobrevive sin reparar en la pérdida de la capacidad de sentir placer.
Luego del controversial éxito de Sumisión (2015), una premonitoria
fabulación política de corte futurista, donde exploraba las implicaciones de
que facciones moderadas del islam llegaran al poder en Francia por la vía electoral,
existía gran expectación en la opinión pública sobre el rumbo de su narrativa,esa obra había sidopublicada días antes del ataque terrorista a la
revista satírica Charlie Hebdo. Sin duda, esos dotes de augur de pesadillas probables,
permitió al autor francés hacerse de un lugar dentro de la opinión pública, sin
ser un escritor de demasiados libros. Su fama ha crecido a la par de una
reputación de enfant terrible de las letras francesas. Sin duda, su
figura de intelectual ha estado revestida de un estilo controversial que, en
todo momento no ha dejado de avivar encendidos debates y hacerle su sitio
dentro de la sociedad francesa como agitador de consciencias y polemista
incómodo. Su humor satírico y ánimo desenfadado ha brindado nuevos horizontes a
la hora de abordar la actual coyuntura de la civilización occidental y el
futuro de Europa. Es una voz disonante que ha encontrado inspiración, desde
hace tiempo, en la apropiación de los sentimientos colectivos de disconformidad
y desconcierto que tienen su raíz en el malestar cultural frente a las
tendencias impuestas por fenómenos tan diversos como la globalización, el
transhumanismo, el multiculturalismo y la islamización de Europa.
Houellebecq, casi sin proponérselo, es heredero
involuntario de la tradición novelística francesa, en parte gracias a ello no
escapa del todo del peso de la historia y patrones establecidos por el canon.
La novela Serotonina, lanzada al mercado cuando el autor ya es considerado escritor de renombre, aborda la historia de un hombre de mediana edad, sumido en la depresión, que decide darse a la fuga de su aborrecible vida actual. Desaparece voluntariamente de su entorno conocido para hundirse en un proceso introspectivo sobre su pasado, ese viaje retrospectivo lo lleva a examinar amores y desamores de su itinerario sentimental, con miras a pasar revista de las oportunidades desperdiciadas de ser feliz. Podría establecerse paralelismo con los ejercicios de memoria involuntaria descritos en las páginas de En busca del Tiempo perdido de Marcel Proust, pero en este caso el estímulo exterior no es el sabor de panecillo de magdalena, sino un fármaco antidepresivo de última generación. Todo el curso de la novela de Houellebecq puede considerarse el Itinerarium mentis o circunloquio de un hombre deprimido, luego de llegar a la certeza de que nada, y mucho menos nadie, prepara al ser humano para sobrellevar la vida posterior a la pérdida de la vitalidad. El retrato agónico de la “muerte en vida” a la que sume la depresión al individuo moderno encuentra su explicación en la historia del protagonista Florent-Claude Labrouste. Este personaje adopta el tono confesional y reniega de sí mismo, desde las primeras líneas de la novela, apelando al prosaico lugar común de describir por qué detesta el nombre dado por sus padres.
Ese es el simbolismo inicial de su lucha interna contra el determinismo biológico y el pulso con la muerte de un hombre en descomposición. A lo largo de esta autopsia espiritual de la vida de hombre de 46 años, la pérdida de la libido se convierte en fuente de inspiración, cuando pasa revista de los amores del pasado y las oportunidades desechadas se cuestiona respecto a las indecisiones que pudieron salvarlo de la soledad. Sin embargo, una idea omnipresente parece apuntar hacia reprochar a la sociedad y el entorno social de conspirar contra cualquier posibilidad de ser feliz y sentirse amado por alguien. Estamos programados para trabajar y dar cuerda a nuestra propia desdicha, como si el impulso de aniquilación fuese el claroscuro del instinto de supervivencia. Mientras el curso del tiempo nos sorprenda con vida y el cálculo egoísta reproduzca el automatismo que solemos denominar “ganas de vivir”, la calidad de nuestros cuerpos de acumular experiencia se resiente hasta perder la sensibilidad y la capacidad de sentir el placer. La interrogante fundamental del libro tiende a identificar como error aferrase a falsas esperanzas de felicidad cuando el cuerpo transita fuera de los linderos de la juventud.
En uno de sus soliloquios, la crisis existencial del
personaje construye imágenes poderosas para el retrato de su desamparo y
desarraigo. Apelando a paralelismos con el mundo polar del Ártico, se advierte
en un episodio, que cuando la noche se cierne sobre la conciencia y la
oscuridad se han hecho cerradas en una cabeza abocada a la introspección, el
recuerdo de la luz del sol sólo existe como maquinación mental elaborada al
servicio de la autocompasión. El miedo al futuro y sus incertidumbres son
angustias de juventud, en realidad la edad madura convierte al pasado en el
verdadero fantasma y agente de presión de la conciencia. Acaso “morir de pena” manifiesta
su condición de insano determinismo en momentos en que tu cuerpo carece de
reservas para sentir otra cosa que no sea dolor físico.
La sensibilidad peculiar de la depresión abre
horizontes que hacen posible cualquier táctica de evasión. En Houellebecq, la
depresión oscila entre dos concepciones contradictorias: la expresión en el
hastío y el inesperado estado de iluminación, pero en realidad el examen
testimonial que hace el personaje sobre la enfermedad de los taciturnos termina
por tornarse en reproche a la excesiva expectativa de felicidad, cuando no es
posible disfrutar la vida en el estricto sentido de su dimensión material y
biológica. Un verdadero error de concepto y fuente hemorrágica de la desdicha nos
lleva a vivir ignorantes del mecanismo vital más connatural: la falta de
esperanza no corroe tanto como el exceso de ella. Tener esperanza puede ser un
vicio adictivo alimentado por la nostalgia. Abandonar el deseo de ser feliz y
trocarlo por estrategias de evasión del dolor son las prédicas del narrador, entre
líneas se lee el influjo agrio de Schopenhauer.
El alegato inserto en Serotonina, no se entrega a
explicaciones, pero describe bien cómo en el contexto de una sociedad hedonista
marcada por el materialismo moderno la pérdida de la capacidad de disfrutar la
vida equivale a un estado de muerte absoluta o vida vegetativa. Bajo la
perspectiva del escritor francés, la naturaleza destructiva de la depresión del
hombre moderno oculta su verdadero rostro absurdo detrás del contrasentido de llamar
asesinato o suicidio a un crimen perpetrado con la intención arrebatarle la
vida a quien ya ha muerto.
La tentación de perderse en los vértigos abiertos por los abismos de la madurez no conoce freno y significa adentrarse en un espejismo que no permite distinguir los matices. Entre otras cosas, el envejecimiento nos convierte en testigos ineptos de la juventud y la belleza, manifestaciones ambas de la otredad y conceptos equivalentes que son reducidos por obra del tiempo a la condición de sinónimos superpuestos hasta la indistinción. Por otro lado, resulta casi un tópico literario usar la muerte o asesinato de un niño para hacer el retrato de la pérdida de la inocencia, Houellebecq en Serotonina propone el recorrido inverso, su pesimismo se vale del retrato del ocaso de la juventud como la mejor analogía para la denuncia del colapso y desgaste de la civilización occidental. Una civilización, en sus palabras, asqueada de sí misma, exhausta del escrutinio de la autoconciencia y arrinconada por el miedo a las nuevas amenazas exteriores que tocan a su puerta, por enemigos que intuyen los evidentes signos de su decadencia. Cuáles son las condiciones de vida de un individuo, y por extensión toda una sociedad, cuando el porvenir se revela escaso y reduce tus expectativas a la existencia post-mortem sobrevenida de la conciencia del propio fracaso y el abandono manifiesto de la vitalidad.
Michel Houellebecq
El historiador británico Sudhir Hazareesingh asumió la tarea de catalogar a la nueva generación de intelectuales franceses que tiene en Houellebecq su más genuino estandarte. Según su parecer el peso de la grandeza de la sabiduría de los antepasados y la monumental obra filosófica de Rousseau, Voltaire o pensadores de la talla de Descartes sólo ponen en evidencia la decadencia cultural y la pérdida de los intelectuales franceses de su capacidad de ejercer influencia de vanguardia, o simplemente reclamar su sitial como faro de las ideas del mundo. Hazareesingh identifica a Houllellebecq con parte de una atmósfera literaria o momento cultural en Francia en el cual cierta “sensibilidad mórbida” parece copar la esfera intelectual. Ese estado de sensibilidad es el resultado de la enorme consciencia de la degradación cultural o decaimiento histórico que abate a la civilización occidental.
La condición de vulnerabilidad de los valores de la cultura francesa encuentra su expresión en un enfermizo regusto por exhibir sin pudor la incurabilidad de los síntomas y la conciencia de la agonía traída por el agravamiento del cuadro y el pésimo pronóstico de la crisis. La muerte y los signos de decadencia de una cultura que parece exhausta y agotada de su propia longevidad, paradójicamente parece dar señales de identidad a la última generación de intelectuales franceses. Por eso el retrato de un hombre deprimido, elevado a la categoría de antihéroe cínico, da muestras de la insuperable enfermedad colectiva y el impulso seductor del vértigo de quien percibe placentera la caída. Se juzga más digno sumergirse en el éxtasis contemplativo de describir con frialdad el patetismo de la propia ruina. El reblandecimiento del vigor y el abandono de la aspiración a la felicidad del personaje forman parte de una alegoría que sirve de analogía del quiebre civilizatorio que implica la pérdida de la universalidad de la cultura occidental. Es el retrato de un hombre superfluo, que abraza con ánimo conformista la pérdida de su libido, es decir, los atributos de su virilidad, la mejor baraja para denunciar cómo solo existen curas imperfectas al declive físico y la carrera hacia la indignidad que significa la aceptación de la obsolescencia de su presencia en el mundo.
Probablemente, en Serotonina, cuando se
acaricia la idea del suicidio, vendida como única alternativa digna a la muerte
interior, se tiene la pretensión de ironizar sobre el sentido del honor
involucrado en el acto de acabar con la propia vida. Se trata del mejor
epitafio a la juventud perdida o un recurso desesperado de quien sobrevive a la
contemplación obligada de los signos evidentes de la decadencia. Todos los antihéroes
las novelas de Houellebecq tienen en común su corrosivo cinismo. El heroísmo
del cínico reside en enorme capacidad para desnudar con desvergüenza el
carácter mezquino y precario de las falacias del mundo circundante. Colmado por
la asfixia, la toma de conciencia del héroe cínico, forma parte del paso febril
hacia adelante en una ascesis autodestructiva, que encuentra inspiración en la propia
condición de enfermo.
De igual forma, la historia de Serotonina revisita muchos los planteamientos del libro más célebre de Aldous Huxley, Un mundo feliz (Brave New World, en su idioma original), en el cual dentro de una atmósfera distópica se trazaban las coordenadas de una sociedad futurista marcada por la hiperorganización, dirigismo social y la reproducción asexual. Uno los elementos llamativos del relato de Huxley es la anticipación del papel de los antidepresivos y la bioquímica como herramienta de control social y manipulación de las emociones entre los espíritus más inconformistas. Uno de los personajes en la novela abre los ojos frente al Estado fascista y lo hace mientras reclama su derecho a sentirse enfermo y vociferar las razones de su desdicha. La pastilla de la felicidad que permite inducir un estado pasajero de amor y beatífica alegría se llama “Soma” y vende en sus dosis la posibilidad de tomarse unas vacaciones de la realidad.
La ingesta de drogas es sinónimo de aceptación conformista del aborrecible status quo y las injusticias de una sociedad esclava sumida en la estupidez. De manera semejante, el protagonista de Serotonina asume el costo de la falsa cura a su cuadro crónico de depresión tomando la única alternativa brindada por el sistema: los fármacos de la felicidad. En realidad, el fracaso del personaje en la superación de su decadencia confirma el alegato más crudo de Houellebecq contra la sociedad de nuestro tiempo. Parece querernos alertar, al horadar con deliberación la grieta del inconformismo, que la única forma de felicidad posible es aquella que se vale de los atajos artificiales. Desde su perspectiva, la desdicha es nuestro destino y estado natural. Ambas obras literarias coinciden en abordar la enfermedad de la tristeza como representación de la toma de consciencia y método involuntario para la revelación de la naturaleza verdadera del mundo y sus engranajes despreciables. La lección desmoralizante es que la única manera de seguir amando el mundo es cerrar los ojos, es decir, entregarse a los paraísos artificiales de drogas, todas ellas diseñadas como estrategias de poder para adormecer las ganas de sentir y sumir al individuo en la existencia sonámbula de la inhibición de cualquier deseo.
En uno de los episodios memorables de la novela, el
protagonista hace una analogía entre los mecanismos de concentración del
francotirador y la práctica del yoga. Quien apunta a la diana y templa el pulso
antes de disparar debe meditar valiéndose del control de la respiración. Como
si la convergencia del espíritu de aniquilación y la paz necesaria para el
ejercicio sereno del amor propio bebieran de la misma fuente nutricia. El amor
por la vida y el instinto de muerte mantienen un pulso, largo e infatigable,
que parece confirmarnos la naturaleza vana de cualquier esperanza de eludir la
derrota definitiva de nuestro cuerpo. En igual medida, la supervivencia de la
lucidez y la apuesta por la conciencia parecen depender de ese extraño balance
entre el deseo de vivir y las pulsiones autodestructivas. Es difícil vencer a
la esperanza cuando en tu interior siempre prevalece un indescifrable instinto
de autoconservación.
En el camino de la construcción del desenlace,
Houellebecq se vale de las ideas del filósofo Blaise Pascal y su famosa comparación
entre los ángeles y los animales para definir la condición humana. Según él, el
espíritu habita en esa zona gris intermedia en la cual los naturales impulsos
egoístas del ser humano son devorados por el exceso de esperanza y buenas
intenciones. Houellebecq reinterpreta la frase del filósofo Pascal “Quien desea
obrar como ángel termina por actuar como animal” en el ánimo de exponer los
males evidentes de todo optimismo y los efectos perjudiciales de las
expectativas en el accionar humano. Todas las reflexiones de la novela Serotonina
se hacen eco del juicio de Pascal sobre la identificación del dolor y la
infelicidad como fuentes esenciales de la naturaleza humana. Porque la lucha
contra la depresión del hombre moderno es una causa perdida. A su modo de ver
la desdicha tiene su origen en la esperanza de satisfacer deseos imposibles. La
aspiración a elevarse como ángeles más allá de las posibilidades materiales sólo
aporta revelaciones sobre los instintos terrenales que gobiernan nuestra
voluntad, porque caemos presos de la búsqueda ideal de alternativas de escape y
nos entregamos a vanos intentos de apartarnos demasiado del suelo.
El tema del suicidio también es recurrente en los
derroteros que acompañan la travesía del personaje. Pero el abordaje de la
acción suicida a lo largo de la novela se aproxima a la apuesta existencialista
de despreciar la vida por razones de índole filosófico. La valoración del acto
de terminar la vida por propia mano se convierte en proclama de renuncia y
desprecio a los términos que manejan el mundo. Una alternativa desesperada de
escape a los callejones de la supervivencia adquiere el valor de acto de
rebeldía y valiente paso adelante. El sentimiento de no pertenencia en un mundo
carente de sentido personal, convierte al suicidio en un juicio filosófico sobre
la realidad. Resultado de un cálculo
mental y material, su perpetración fría se convierte en el símbolo perfecto para
el retrato de las razones lógicas para el abandono del mundo. El suicidio
filosófico es la consecuencia lógica del deseo de libertad, resultante de una
apuesta definitiva por recobrar la dignidad perdida. Por ello, la idea
seductora del suicidio se presenta en el personaje como el curso inevitable de
un viaje de emancipación, es decir, el manifiesto de un individuo humillado que
busca despojar al mundo de sus máscaras, al extremo de decidir dejar de tomar
parte de la lógica farsante de las condiciones externas al individuo, la exacerbación
del sufrimiento o la pérdida de horizontes vitales. En realidad, el acto de
acabar con la propia vida, sea por razones de ética o bien producto del
arrebato, tienen su origen en el contrasentido de hacer del nihilismo una
postura de defensa de la autenticidad. Esta postura forma parte de una
tradición literaria que acaricia esa posibilidad, encarnada de forma indirecta
en las voces de personajes de diversa estirpe como es el caso de Iván de Los
Hermanos Karamazov o la absurda inmolación de Meursault en El extranjero
de Albert Camus. Esta perspectiva intelectual del suicidio es fruto de la
convergencia entre el desprecio por la vida y el juicio axiológico sobre los
entramados de la realidad. Como si el gesto teatral de despedida de una voz,
solitaria y cínica, emitiera su fallo solemne sobre la inhumanidad del mundo y,
al mismo tiempo, buscara enfatizar con el gesto la negativa del individuo a
seguir pagando el precio de permanecer con vida.
Desde otro punto de vista, Houellebecq con toda
deliberación e intencionalidad hace suyo las maneras y estilos del “cuento filosófico”,
un singular sub-género novelesco, de marcado influjo en la opinión pública, ahora
obsoleto, pero cultivado durante la Ilustración francesa en tiempos de los
grandes enciclopedistas. Esa época que parece existir para recordar la
decadencia de la cultura francesa a los intelectuales actuales. La presencia
tangencial de las maneras de la Ilustración sirve de recordatorio de la nula
influencia de los pensadores franceses actuales en el mundo de las ideas y cómo
cada uno hace poca justicia a la sabiduría de sus antepasados. Sin duda,
Voltaire, el gran agitador de consciencias, es el máximo exponente del cuento
filosófico, a medio camino entre el Tratado filosófico y la novela de
aventuras, que tenía por variante estilística fundamental valerse de una trama
insólita para usarla de pretexto al servicio de la demostración de una idea. En
el Cándido de Voltaire, mediante el ardid de una fabulación intrincada, se
verifica la invalidez e irrelevancia de una idea, en particular la refutación
de las doctrinas optimistas de Leibniz y su frase “Vivimos en el mejor de los
mundos posibles”. Desde este ángulo inusual, la historia del Cándido
pasaba a un segundo plano dando mayor protagonismo al proceso digresivo de argumentación
y contraargumentación, dentro de un juego de esgrima intelectual inclinado a
revelar luces y sombras de una postura filosófica. Quizás en Serotonina
la vocación caustica y el desenfado del protagonista brindan pocos indicios de
ese linaje estilístico y, ciertamente, podría considerarse las trazas y ecos de
Voltaire muy sutiles, pero ciertamente ambas novelas transitan el lenguaje
común de dos escritores franceses convencidos en sacar brillo a la lógica del
pesimismo y su amplio valor de lucidez clarividente.
¿Se volverán a limpiar las manos? La cuarta víctima del suero fisiológico resultó nada menos que una bebé de tan solo un año y dos meses, la cual ingresó a la clínica SANNA con un cuadro de fiebre y diarrea, pero durante el tratamiento se le suministró el suero defectuoso ocasionándole convulsiones que la llevaron a la muerte.
Cuentan los afligidos padres de Kayla que cerca de 15 médicos estuvieron junto a su menor hija sin hacer más que mirarla mientras convulsionaba. Ellos denuncian negligencia por parte del personal médico que estuvo presente, adelantando que presentarán una denuncia contra la clínica y “los que resulten responsables”.
«Cuando estaba en hospitalización, ya habían pasado más de 4 horas con el suero, mi bebé empieza a temblar y convulsionar fuerte. El personal médico que estaba con nosotros no sabía qué hacer. El papá de mi bebé es quien presiona el botón de emergencia para que se puedan acercar a auxiliar a mi bebé, pero todos los que ingresaban solo miraban. No tenían varios implementos», declaró la joven madre.
Asimismo, aseguró que la clínica estaba más preocupada en que pague por los medicamentos que se utilizaron para la atención de su bebé, detallando que el gasto total fue de 2 mil soles.
«La clínica de lo que más se preocupaba era por el tema del pago (…) La clínica lo más preocupado que estuvo era de que yo firmara o que cancelara. Estaban preocupados por anotar qué medicamento terminaron de usar en UCI pediátrico, o sea todo. Lo primero para ellos era el cobro (…) Más de dos mil hemos gastado en mi bebé», agregó.
fuente: latina.
Minsa ordena el “cierre temporal” de Medifarma
En tanto, el Ministerio de Salud (Minsa), a través de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), ha ordenado el “cierre temporal” del laboratorio Medifarma S.A. luego de detectarse que habría más de un lote defectuoso del suero fisiológico.
Según el escrito, para confirmar la calidad del producto, el laboratorio de control de calidad Hypatia S.A. realizó pruebas en las que se detectó una alteración en la concentración de cloruro de sodio. Los análisis revelaron que los niveles de sodio en el suero variaban entre 63.8 % y 644.0 % por encima del estándar permitido.
La recomendación es no consumir ningún lote de esta marca por precaución. En tanto, Medifarma informa que retirará todos los lotes de suero fisiológico de su marca en circulación.
La tragedia que ha golpeado a la familia de Alejandra Landers ha dejado una profunda herida no solo en sus seres queridos, sino también en la sociedad, que observa con creciente indignación la posible negligencia médica que pudo haber causado su muerte. Alejandra, de solo 26 años, ingresó a la clínica SANNA de San Borja con un simple resfrío. Sin embargo, tras recibir un suero fisiológico contaminado, su estado empeoró rápidamente hasta llegar a la muerte cerebral. Su padre no escatima en palabras: “Mi hija llegó sana y me la entregaron muerta”, declaró, denunciando la aparente falta de cuidado y vigilancia médica en el tratamiento de su hija.
La historia de esta joven, que parece un error evitable, plantea serias dudas sobre la gestión de la clínica y el control de calidad de los insumos médicos que se suministran a los pacientes. De acuerdo con el relato de la madre, Eliana, la joven fue admitida en urgencias a las 9:17 p.m. Sin embargo, horas después, presentó síntomas graves, como convulsiones y pérdida de conciencia. La desesperación de los padres aumentó al ver que la clínica tardó tres horas en realizarle exámenes, a pesar de la evidente gravedad de su condición. “Cuando la toqué, su cara estaba mojada de saliva y su cuerpo orinado”, narró Eliana entre lágrimas, destacando la falta de una respuesta rápida y adecuada.
La situación no solo pone en evidencia una aparente falta de protocolos médicos adecuados, sino que también subraya un sistema de salud que parece proteger más a las instituciones involucradas que a las víctimas. La familia de Alejandra ha denunciado, además, la burocracia que ha rodeado la posibilidad de iniciar acciones legales contra los responsables de este trágico suceso. Su abogado denuncia que, a pesar de los esfuerzos por presentar una denuncia penal, las autoridades se niegan a aceptar el caso, alegando problemas de competencia. Es un ejemplo más de la obstrucción al acceso a la justicia, en la que las víctimas y sus familias se enfrentan a un laberinto legal que favorece la impunidad.
Para colmo, el Ministerio de Salud cambió en 2024 la normativa relacionada con la notificación de reacciones adversas a medicamentos, extendiendo el plazo para reportarlas de 24 horas a 7 días. Esta medida, que podría haber sido pensada para aliviar la carga administrativa, en la práctica podría favorecer la impunidad, al dificultar el rastreo oportuno de situaciones como la ocurrida con Alejandra, donde la contaminación del suero fue el detonante de su muerte cerebral.
A pesar de la gravedad de los hechos, tanto la clínica SANNA como la farmacéutica Medifarma han ofrecido cubrir los gastos médicos y han mencionado la posibilidad de una indemnización. Sin embargo, el padre de Alejandra rechazó cualquier compensación económica, buscando únicamente la verdad. “No queremos dinero, queremos la verdad”, afirmó contundente, dejando claro que la justicia y la responsabilidad de los involucrados son lo que realmente importa para la familia.
Este caso plantea una reflexión profunda sobre la falta de responsabilidad y el sistema de salud que parece más preocupado por proteger su reputación que por rendir cuentas ante hechos tan graves. La familia de Alejandra y la sociedad en su conjunto exigen justicia y que este tipo de tragedias no queden impunes. Es esencial que se asuman responsabilidades, se tomen medidas preventivas y se garanticen los derechos de los pacientes, para que casos como este no se repitan.
Panorama conversó con los padre Alejandra. Aquí todos los detalles.
La soberbia mata señores de Poderosa: tres asesinatos más en Pataz
Hace unos días, las Rondas Campesinas de Pataz llegaron hasta Lima con un pedido desesperado: apoyo para enfrentar a la delincuencia que azota su tierra. Armados apenas con varas y palos, estos hombres y mujeres, guardianes de sus comunidades, buscaron ayuda en las mineras y el Estado. La respuesta de Minera Poderosa fue fría, indiferente: les cerraron la puerta en la cara. Hoy, la sangre vuelve a teñir la tierra de Pataz.
Tres jóvenes trabajadores de Poderosa han caído en una emboscada de la delincuencia organizada y muchos más ciudadanos anónimos en toda la provincia están siendo masacrados.
¿Cuántos muertos más hacen falta para que la soberbia de unos pocos se derrumbe? ¿Cuántos ataques, cuánto dolor debe soportar la población antes de que las empresas y las autoridades entiendan que sin la unión con la gente organizada, la batalla contra el crimen está perdida?
Las Rondas Campesinas no piden limosnas, piden herramientas, recursos, colaboración. Son la primera línea de defensa en una zona donde el Estado brilla por su ausencia. Mientras tanto, la delincuencia avanza, mejor armada, más violenta, más audaz. Cada rechazo, cada desdén, es una victoria para las hordas criminales que ven cómo sus enemigos están divididos.
La soberbia mata. Mata cuando las empresas privilegian sus protocolos sobre la vida de las personas. Mata cuando el Estado responde con burocracia a una emergencia. Y mientras tanto, en Pataz, los ronderos siguen plantando cara a los balazos con nada más que coraje y palos.
¿Hasta cuándo? La respuesta debería ser hoy. Porque mañana, el costo será mas. Comparto con ustedes parte de la propuesta entregada a las compañías mineras y al gobierno central.
Propuestas para una Estrategia Integral
1. Comités de Seguridad Mixtos
– Crear mesas de trabajo conformadas por líderes ronderos, mandos policiales, representantes del Ejército y delegados de las mineras. Estos comités diseñarían operativos conjuntos con inteligencia compartida, evitando la duplicidad de esfuerzos y garantizando una respuesta rápida ante ataques.
2. Financiamiento Compartido
– Las mineras, en vez de gastar millones en seguridad privada para sus instalaciones, deberían destinar un porcentaje a fondos mancomunados con el gobierno regional. Estos recursos financiarían:
– Equipamiento básico: Radios, chalecos antibalas, drones de vigilancia y botiquines de emergencia para las Rondas.
– Infraestructura: Puestos de control en zonas críticas, con tecnología de monitoreo y alerta temprana.
3. Capacitación y Legalidad
– La Policía y el Ejército deben entrenar a los ronderos en:
– Primeros auxilios.
– Protocolos de detención sin violencia excesiva.
– Uso de tecnologías de rastreo.
– Uso de armamento no letal o escopetas
– A cambio, regularizar su estatus jurídico para que su labor sea reconocida y protegida, no criminalizada.
4. Operativos «Escudo Andino»
– Desplegar unidades móviles combinadas (Policía, Ejército y Rondas) para patrullajes en zonas de alta peligrosidad, con apoyo aéreo en casos de enfrentamientos.
– Establecer un número de emergencia exclusivo para alertas rápidas, con geolocalización.
5. Programas Sociales como Prevención
– Las mineras y el Estado deben impulsar proyectos en las comunidades para cortar el reclutamiento de jóvenes por el crimen: becas, talleres técnicos y empleos formales en lugar de migajas asistencialistas.
Nos unimos o nos derrotan
La soberbia empresarial y la indiferencia estatal ya han costado demasiadas vidas. Pataz no necesita discursos, necesita acción. Si las mineras y el gobierno no se unen hoy a las Rondas, mañana no habrá operativo que detenga el avance de las hordas criminales.
La pregunta no es si pueden hacerlo, sino si quieren. Porque mientras deliberan, los pobres siguen poniendo los muertos.
Primero carne de caballo, luego alimentos en mal estado, y ahora ¡vellos! Un terrible caso se ha dado en la Institución Educativa n.° 016 del Centro Poblado Puentecillos, distrito de Santa Rosa, en Jaén, donde padres de familia han denunciado la presencia de vellos en las conservas de pollo distribuidas por el programa Wasi Mikuna (ex Qali Warma).
El incidente fue reportado durante la preparación de los alimentos escolares, en presencia de los padres de familia, docentes y personal de cocina del centro educativo.
«Se han encontrado vellos supuestamente. Son pequeños. Delante de padres de familia, de la directora y de las profesoras vimos. Yo pensé que eran gusanos. Al momento en que nosotros abrimos el pollo enlatado era prácticamente vellos», aseveró una madre de familia.
Ante la situación, los padres han solicitado la presencia de las autoridades responsables para inspeccionar los productos y garantizar que los alimentos sean aptos para el consumo. Advirtieron que, de no obtener una solución, rechazarán la recepción de estos productos en futuras entregas.
El caso ha reavivado cuestionamientos sobre el control de calidad en la distribución de alimentos escolares y la supervisión de los proveedores encargados del abastecimiento.
Foto: Radio Marañón.
La respuesta de Wasi Mikuna
En tanto, el programa Wasi Mikuna, a través del encargado de imagen institucional, mencionó que se vienen realizando las indagaciones en el centro educativo de conformidad a los protocolos, adelantando que se pronunciarán oficialmente cuando haya resultados.
Asimismo, el Ministerio de Inclusión Social y Desarrollo (Midis) pidió que no se consuma el producto hasta que exista un pronunciamiento al respecto.
«Ante esta alerta (…) sobre una presunta materia extraña en la conserva de pollo, el programa Wasi Mikuna informa que (…), al tomar conocimiento de manera inmediata, acudió a la institución educativa donde, en presencia de los integrantes del comité de alimentación escolar y comunidad educativa procedió a verificar el lote del producto. Se procedió a revisar el muestreo de los alimentos; en tanto, se suspendió el uso y consumo del lote involucrado», se puede leer en el documento.
Odisea en el circuito de playas por ‘cierre total’ de bajada de Armendáriz
Tras varios meses de paralizar una obra turística en Miraflores-Barranco, y luego del robo en la grúa abandonada en la quebrada de Armendáriz, los conductores no solo sufrieron congestión vehicular durante el verano, sino, que la supuesta fecha de entrega del puente peatonal, según informa la comuna miraflorina tras el reinicio de las obras, sería en junio.
En la bajada de Armendáriz una gigantesca grúa generó el rechazo y el malestar de transeúntes y conductores vehiculares no solo miraflorinos y barranquinos, sino de la capital, por encontrarse abandonada y varada hace varios meses en el lugar que ya debía haberse inaugurado un puente peatonal que uniría los distritos de Miraflores y Barranco. Sin embargo, gracias a la improvisación, esta obra quedó paralizada debido a las disputas y desencuentros entre la Municipalidad de Miraflores liderada por el alcalde de Renovación Popular, Carlos Canales y la compañía INCOT SAC Contratistas Generales.
Caos en el circuito de playas hasta el 01 de abril Así las cosas, la bajada de Armendáriz ha sido cerrada totalmente al tránsito vehicular desde altas horas de la noche del jueves 27 de marzo, hasta el martes 01 de abril. ¿Las razones? La municipalidad de Miraflores anunció que reiniciaron las obras del Corredor Turístico, que enlazará Miraflores con Barranco, con el puente tubular en la quebrada mencionada. En tanto, la Municipalidad miraflorina informó que, el cierre será total hasta las 5:00 a. m. del martes 1 de abril.
A partir de esa fecha, las restricciones continuarán según el horario aprobado por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML): de lunes a domingo, se restringirá el tránsito de 5:00 a. m. a 9:00 p. m., y el cierre será total de 9:00 p. m. a 5:00 a. m. del día siguiente. Según informan, la medida es requerida debido al movimiento de la gigantesca grúa que ocupará parte de los carriles. Se espera que una vez finalizadas las obras—anunciaron que sería dentro de tres meses, a fines del mes de junio—la vía será completamente reabierta.
Alcalde Canales en 2024 canceló contrato y perjudicó a vecinos
Como se recuerda, en diciembre del 2024, la Municipalidad de Miraflores resolvió el contrato con INCOT S.A.C. Contratistas Generales debido al incumplimiento en la culminación de un puente peatonal en los malecones que uniría a los distritos de Miraflores y Barranco, el cual se denomina: proyecto “Mejoramiento y ampliación de los servicios turísticos del Corredor Turístico Malecón de la Reserva”. Sin embargo, INCOT se defendió y le echó la culpa a la subcontratista, la empresa metalmecánica AMENPROD STELL S.A.C. tildándola como la verdadera responsable de la paralización de la obra, por no cumplir con la entrega de la estructura metálica, pese a que estaba pagada en un 95%. E incluso, porque pedían más dinero para cumplir con la entrega.
Rutas alternas durante el cierre
Mientras dure el cierre, los conductores deberán tomar rutas alternas para aminorar en algo el congestionamiento que ya viene perjudicándolos. Para el desplazamiento de norte a sur, se debe tomar la Subida San Martín hacia la Av. Del Ejército, girar a la izquierda en la Av. José Pardo, continuar por la Av. Ricardo Palma y luego acceder a la vía auxiliar de la Vía Expresa en dirección sur. Otra alternativa es usar la Bajada Balta desde el Circuito de Playas, girar a la derecha en la Av. Óscar R. Benavides (Diagonal) y seguir hasta la Av. José Pardo.
De sur a norte, quienes vengan de Barranco pueden tomar la salida 2 (Av. 28 de Julio) hacia la vía auxiliar de Paseo de la República, girar a la izquierda en la Av. Ricardo Palma, seguir por la Av. José Pardo hasta la Av. Del Ejército y continuar hasta la Subida San Martín. Otra opción es tomar la Av. Reducto, continuar por la Av. 28 de Julio, girar a la derecha en la Av. José Larco, luego girar nuevamente a la derecha en la Calle Shell, lo que llevará directamente a la Bajada Balta en dirección norte.
Los vecinos miraflorinos y barranquinos y los ciudadanos en general, esperan que la municipalidad de Miraflores, con supervisión de la MML, esta vez cumplan con los plazos de entrega, ya que se han visto dilatados durante meses y es exigible que el famoso puente peatonal realmente sea culminado en el mes de junio, de acuerdo a lo anunciado.
Muertes en los quirófanos. El Ministerio de Salud (Minsa) emitió la “alerta sanitaria” n.° 38 -2025 ante el reporte de varios casos de pacientes que registraron reacciones adversas al suero fisiológico proveniente de un lote en específico; la situación se agravó aún más cuando se informó sobre la muerte de tres personas de distintas regiones del país a consecuencia de la aplicación de ese suero. A detalle se trata de dos pacientes de la Clínica Sánchez Ferrer de Trujillo y uno más de una persona en Cusco que se había sometido a una liposucción.
De acuerdo con el Minsa, la alerta se activó tras la identificación de cuatro casos iniciales de reacciones adversas “no graves” en clínicas de Lima y Cusco, registrados el 22 de marzo de 2025 en la base de datos nacional de farmacovigilancia. Posteriormente, al 24 de marzo, el número de casos ascendió a diez, distribuidos en las regiones de Lima (4), Cusco (4) y La Libertad (2). Entre estos, dos casos graves fueron reportados en Cusco, lo que incrementó la preocupación sobre la seguridad del producto.
En tanto, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), entidad adscrita al Minsa, ha ordenado la retirada inmediata de todas las unidades de este lote en particular y procederá a su evaluación.
fuente: latina.
Clínicas deslindan responsabilidad
Por su parte, la clínica de Cusco Medical Network 02 emitió un comunicado donde deslinda toda responsabilidad médica en relación al fallecimiento de una paciente tras someterse a una liposucción. La clínica aclara que el médico que atendió a la paciente “no forma parte del staff permanente de nuestra clínica, sino que fue contratado directamente por la propia paciente para la realización de un procedimiento específico”. Asimismo, el mencionado centro médico indicó que tomará “acciones legales” contra Medifarma y M&M Productos Médicos y Farmacéuticos SRL”.
La clínica Sanna informó que desde el lunes se conoció que el laboratorio farmacéutico Medifarma había anunciado la presencia de un lote defectuoso de suero fisiológico. En ese sentido precisaron que este producto fue retirado ya de su red de clínicas.
Este 28 de marzo artistas confirman nueva manifestación ¡Marchamos todos! ‘No queremos Morir’
La movilización iniciará en el Parque Bustamante y Rivero, en San Isidro desde las 5 p.m. y se dirigirá hacia el Ministerio del Interior, con el fin de exigir al Gobierno de Dina Boluarte que tome medidas inmediatas contra la criminalidad.
Así como ocurrió el pasado viernes 21 de marzo, ciudadanos a través de diferentes plataformas han difundido una nueva convocatoria para manifestarse este viernes 28 de marzo, a las 5 de la tarde, en el Parque José Luis Bustamante y Rivero, en San Isidro. La protesta lleva como nombre ¡Marchamos todos! y en el cual los asistentes partirán desde el parque sanisidrino y se dirigirán a la sede del Ministerio del Interior, ubicada en la Av. Canaval y Moreyra.
Convocatoria ArtistasXlapaz para el viernes 28 de marzo.
Marcharán los artistas
Distintos artistas de salsa, cumbia, DJs, cantantes solistas y otros representantes del ámbito musical han compartido y difundido publicaciones sobre la convocatoria, e hicieron un llamado a la población a sumarse a la protesta. El objetivo de esta manifestación es exigir al Gobierno de Dina Boluarte, que tome acciones contra la criminalidad que día a día somete a la población a los más viles vejámenes y los asesina a mansalva, tal como ocurrió con la tragedia por el reciente homicidio del cantante Paul Flores.
Dina Boluarte advierte: “No descansaremos hasta devolverle al pueblo la seguridad que merecen”.
Hace 11 días asesinaron a Paul Flores
Apenas hace una semana, la reconocida agrupación Armonía 10 compartió un mensaje en redes sociales en memoria de Paul Flores (39 años), conocido como ‘Ruso’, quien perdió la vida la madrugada del domingo 16 de marzo, tras ser víctima de un atentado armado. Se presume que el crimen estuvo vinculado a extorsionadores que habrían amenazado a la banda de cumbia.
Por causa de este execrable suceso, la ola de indignación en la comunidad artística y en la ciudadanía en general creció enormemente, y se organizó una primera marcha (21 de marzo) en la que cientos de personas salieron a las calles para exigir al Gobierno que tomen acciones rápidas y efectivas contra el crimen organizado, para que “no los sigan matando”.
En menos de diez días, una serie de denuncias sobre la gestión de la directora del colegio Santa Rosa de Lima, la suboficial PNP Flor Betzabé Cama Trebejo, ha llegado a la redacción de Lima Gris. Hemos publicado aquellas respaldadas con documentos oficiales y testimonios de fuentes involucradas, entre ellas: la asignación irregular de vacantes, la construcción de tres aulas sin un expediente técnico con dinero de los padres de familia y la manipulación del proceso de contratación docente.
Ahora, hemos accedido al documento titulado Convenio Marco N° 002-2019-MINEDU entre el Ministerio de Educación y la Policía Nacional del Perú. Este convenio establece que la designación de directores en colegios administrados por la PNP debe recaer exclusivamente en un oficial PNP. Es decir, el nombramiento de la suboficial Cama Trebejo sería irregular y contrario a la normativa vigente.
En la cláusula quinta del documento, titulada “Compromiso de las Partes”, se especifica que la Dirección de Bienestar de la Policía Nacional del Perú tiene la obligación de designar en el cargo de Director, a un Oficial PNP. El convenio claramente señala: «podrán celebrar Convenios de Cooperación Institucional con la Dirección de Bienestar y Apoyo al Policía siempre, reconociendo como Director de II EE PNP, al Oficial designado por el Mininter (Ministerio del Interior)».
El nombramiento irregular de la suboficial Cama Trebejo no es un asunto menor; sería una violación directa a un convenio que busca garantizar una gestión adecuada en los colegios administrados por la PNP. Permitir que estas irregularidades se normalicen pone en riesgo no solo el cumplimiento de la normativa, sino también la calidad educativa de cientos de estudiantes.
En el mismo convenio, en la cláusula décimo segunda se señala: «En caso de incumplimiento, dentro de los 15 días calendario de producido el mismo, la parte afectada requerirá a la otra el cumplimiento de los compromisos asumidos, otorgándole un plazo de 15 días hábiles, bajo apercibimiento que el convenido quede resuelto de pleno derecho».
Es importante señalar que el convenio fue firmado por los exministro Daniel Alfaro y Carlos Morán. La educación no es un juego ni un espacio para la improvisación o el favoritismo. Es un derecho fundamental que debe ser protegido con responsabilidad y transparencia, y en este caso, es el Ministerio de Educación y el Ministerio del Interior quienes deben responder con acciones concretas.
No es posible que algunos integrantes de la Policía Nacional del Perú manejen espacios educativos como si fuera una chacra. Lo que más sorprende que esto sucede frente a los ojos del Ministerio de Educación y del Ministerio del Interior.