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Santiago López Maguiña sobre «El valle de las esmeraldas», de Carlos Enrique Freyre

Hace algunos años Carlos Enrique Freyre irrumpió en la escena literaria nacional con «El fantamoscopio» una novela que lo puso inmediatamente en la palestra por su gran calidad narrativa y el manejo del tema de lo fantástico. Pero Freyre es además un militar destacado y no podía dejar de ficcionar sobre su experiencia como testigo presencial de uno de los momentos más álgidos en la historia reciente del Perú. «Desde el valle de las esmeraldas» es solo una muestra de su enorme talento, que fue premiado hace poco por la novela «El semental» que se hizo del premio de novela breve de la Cámara Peruana del Libro. Esta vez, el escritor Santiago López Maguiña nos envía un texto dedicado a esta interesante e intensa novela.
Una novela sobre la lucha antisubversiva: «Desde el valle de las esmeraldas» novela de Carlos Enrique Freyre: una ficción militar de la guerra interna en el Perú de fines de los ochenta y comienzos de los noventa.
El interés de esta novela radica en que es una narración sobre sucesos de la guerra interna que el Perú experimentó, y aun experimenta de una manera muy debilitada, realizada desde el punto de vista de un oficial del Ejército. Se ocupa de hechos ocurridos en los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado, cuando Sendero empezaba a ser derrotado y antes de que Abimael Guzmán fuera capturado. Es una novela de aprendizaje. El narrador se centra en sus experiencias en la lucha antisubversiva, y a lo largo de la narración hace contrapuntos evocativos acerca de su infancia y de su juventud, acerca de la vida en la ciudad y la vida familiar. Ocupan un lugar prominente en esos recuerdos, las vivencias de su vida sentimental y de su vocación militar.
Las acciones de combate en las que interviene el oficial recién egresado de la Escuela Militar durante los dos años que pasa en la Selva Central constituyen la parte central del relato. Ellas se presentan como un aprendizaje que comprende dos prácticas: la del conocimiento y adaptación a un mundo extraño, enrevesado, incoherente, que se va ir haciendo familiar, claro y lógico, y, en segundo lugar, la de la adquisición de las técnicas del camuflaje y el ocultamiento en la lucha con un enemigo que sabe mimetizarse con la selva y con sus habitantes. Son prácticas para cuyo ejercicio no se recibe instrucción previa y cuya experiencia permite un dominio y una cierta integración en un medio ambiente hostil, que engloba también a los subversivos. El oficial, los soldados, el Ejército en su conjunto comprometidos en esas prácticas no llegan a una integración plena, que correspondería a una identificación con lo diferente, con lo Otro. Siempre se mantiene una distancia y marcada diferencia que hace posible el sentido y la significación de la vida militar. El mundo natural que se llega a conocer nunca es asimilado y a pesar que se consigue descubrir sus regularidades, la circularidad de su clima, acercarse a él afectivamente, todo ello no alcanza para unirse en una integración identificadora y amorosa. La selva siempre es un lugar ajeno, apartado y completamente separado del mundo propio. El ejército, en este sentido, aparece como un actor que opera allí en un espacio respecto al cual no mantiene sentimientos de pertenencia, ni de ajuste afectivo, y con respecto al cual tampoco desea acomodarse, ni acomodarlo hacía sí mismo. Su relación con ella corresponde a una misión, a un encargo o a una obligación que debe cumplirse transitoriamente, fuera de los territorios amados del hogar y la familia.

El premiado escritor Carlos Enrique Freyre va consolidando con cada nueva entrega una sólida carrera literaria. (Foto: Diario Correo),
Por eso las acciones del combate son presentados como un sacrificio. El sacrificio en un contexto ritual es un intercambio en el que se brinda un bien a un ser superior a cambio de otro mayor. En el contexto de la vida militar, en cambio, el sujeto que participa en el sacrificio se desprende de un bien propio a favor de otro, sin esperar nada a cambio o con un fin elevado y trascendente. Es un desprendimiento noble y generoso, que no aguarda recompensa, ni beneficio. El militar entrega la vida al servicio de una serie de valores concretos y abstractos: la familia, la amistad, la vida honrada, pacífica y gozosa, las tradiciones, la institucionalidad disciplinada y protectora, el mundo perfecto o casi perfecto tal cual existe en los barrios de clase media de Lima (la familia del narrador vive en San Miguel, donde ha pasado su infancia y juventud), la patria. Y la entrega por vocación, por una vocación que implica una forma de vida sacrificada y una disposición al riesgo, una voluntad que lleva a comprometer la existencia a situaciones de peligro.
No podría decirse por eso que se trata de un personaje aventurero. Si ha elegido ser militar es porque el riesgo que ello implica supone una apuesta a favor de conservar la vida, no de revalorarla porque haya perdido importancia, como Jacques Fontanille percibe el comportamiento aventurero. El que se lanza a las aventuras o el que se entrega a ellas pone en riesgo propiedades y posesiones que han perdido estima a fin de recuperar el valor que antes se sentía por ellas. El jugador, por ejemplo, que apuesta grandes cantidades de dinero en la sala de juegos es un aventurero que en cada jugada en que arriesga perderlo todo experimenta que el dinero que ya no significa mucho para él vuelve a ser importante. La demasía convierte los valores en cosa degradada, en resto inmundo, del que su propietario quiere desprenderse, y que solo al verse en el aprieto de su posible privación, renueva el aprecio que hacia ellos había guardado. En los relatos de aventuras precisamente los personajes se someten a pruebas riesgosas con el fin de revalorar la excesiva vitalidad que les resulta desdeñable. (Fontanille: 2001: 105). El personaje principal de esta novela no experimenta los goces de la vida como algo excesivo y desdeñable. Le duele la separación con lo que más ama, pero ello es parte de las pruebas de valor que comporta la carrera militar.
El hombre de armas es un tipo de actor que se somete a riesgos para afirmar y consolidar su propia existencia y la existencia de lo que más valora. En tal medida ni siquiera desea alcanzar honra y prestigio. Por eso quienes se hunden en las selvas enmarañadas y salvajes lo hacen premunidos de una decisión firme, inquebrantable, que en el fragor de la lucha se fortalece y contribuye a que aquellos que dudan, se muestran débiles o se han enrolado por razones distintas se entusiasmen y comprometan. Muchos personajes que son parte de la tropa están allí porque han fracasado en algún empeño o porque les corroe algún resentimiento, como el de un desengaño amoroso. Pero todos ellos se implican en la lucha. Sin embargo ha de precisarse que si la emulación juega un papel importante, también hay una inexplicable y oscura voluntad que surge en el enfrentamiento con el enemigo, que no es rabia ni deseo de venganza, ni un regusto por lo que se hace, sino una determinación por vencer o meramente por combatir.
Esa tipología actoral contrasta con la que presentan los subversivos. Estos son individuos que actúan de una manera camuflada y no previsible. No son soldados. No son actores preparados para lides francas y abiertas, que luchan de acuerdo a los sistemas, estrategias y códigos de la guerra militar. Están organizados para atacar desde las sombras, a traición, sin aviso. Los subversivos forman grupos que para empezar lidian sin haber hecho ninguna declaración oficial de guerra. Lo peor es que sus motivaciones son incomprensible y absurdas. Están empeñados en un proyecto que no tiene asidero concreto ni efectivo. Desean una sociedad igualitaria, donde todos tengan los mismos derechos, donde no haya jerarquías, sin mandos ni subordinados. Pero todos ellos son individuos reservados, cerrados para la vida social, que no aman a sus familiares, que carecen de amistades verdaderas.
Es lo que ocurre coincidentemente con el hermano del protagonista de la novela. Es un brillante estudiante de ingeniería que a lo largo de su vida universitaria va mostrando en la casa signos que indican un distanciamiento, que poco a poco se convierte en encierro, en distanciamiento y en separación definitivamente. Al mismo tiempo se va haciendo extraño y oscuro, en contraste con el oficial del ejército, que cada vez es más familiar y claro. Aquel adquiere rasgos de anormalidad y hasta características perturbación psicótica, éste, en cambio, se muestra completamente normal, integrado en la familia, en la vida social.
Así se presentan dos modalidades de ofrecer la vida en sacrificio. La modalidad militar y la modalidad subversiva. La primera es una donación generosa para mantener la forma de vida implantada en el Perú se diría que por siglos, la forma de vida criolla, de la clase media tradicional. Dicho sea de paso, el personaje principal lleva un nombre muy sonoro, que hace pensar en lustres de algún abolengo: “Leoncio Goycochea de la Flor”. La segunda es una entrega taimada y extraviada por un ideal incomprensible. Sobre este punto ha de apuntarse que los objetivos enrevesados de los subversivos, conjugan con el medio ambiente intrincado del mundo amazónico en el que se libran las hostilidades de la guerra contra la subversión. En segundo lugar, que por ello las acciones que se desarrollan tienen un sentido absurdo, de ocurrencias insólitas e inverosímiles, todo lo cual termina en la producción de efectos irreparables: pérdidas de vida, rupturas amorosas, destrucción de familias, arraigo de sentimientos de rencor, odio, sed de venganza, aunque el militar verdadero no se ve afectado por estas pasiones. Es un individuo capaz de sobrellevar y superar las llagas que la guerra ilógica le ha dejado en el cuerpo y en el espíritu.
No es propósito de este texto hacer “crítica literaria”. No se hacen aquí valoraciones. Para concluir es necesario señalar, sin embargo, que esta la primera novela sobre la guerra interna vivida en el Perú debido a la insurgencia de Sendero Luminoso, al cual, dicho sea de paso, no se nombra, y que presenta un punto de vista militar, que ofrece una visión de los hechos que se contrapone al que aparece en muchas novelas sobre el mismo asunto, las que pintan la intervención de las fuerzas armadas como una participación solo represiva y destructiva, con personajes abusadores, que apuntan al exterminio. En esta novela las fuerzas armadas y las fuerzas del orden no violan, no abusan, no masacran. Por el contrario, son actores honestos y honrados, que respetan al otro, que luchan porque ese es el designio que han elegido y porque esa es la vicisitud que les toca asumir. El oposición los subversivos son innobles y perversos, aunque sus acciones estén movidas por ideales altruistas. Ideales que, sin embargo, están a la vez cargados de odio y desquiciados delirios, lo que se hace patente en las formas despiadadas y salvajes con que actúan, en la saña y salvajismo con que tratan a sus enemigos o a quienes juzgan traidores, componentes de su actuación que dejan marcados en los cuerpos que abiertos y troceados ofrecen a la vista como signos y enseñas de la voluntad fanática y fundamentalista que los anima.
La configuración tipológica del oficial del ejército que hace su aprendizaje de lucha antisubversiva recuerda a dos célebres oficiales de la ficción narrativa peruana, el teniente Gamboa y Pantaleón Pantoja, que destacan por su apego a las normas, como por su honradez e irreprochable conducta, muy alejada de la que exhiben las prácticas y los discursos revelados en los videos acuciosos de Vladimiro Montesinos y los procesos de corrupción en los que se vieron envueltos los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Junio, 2014.
BIBLIOGRAFIA
Fontanille, Jacques. Semiótica del discurso. (2001) Lima: Fondo editorial de la Universidad de Lima y Fondo de Cultura Económica.
Freyre, Carlos Enrique. Desde el valle de las esmeraldas (2013) Segunda edición. Lima: Editorial Estruendomudo.
BLOG DE SANTIAGO LÓPEZ MAGUIÑA: http://slopezma.blogspot.com/
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Condenaron a 20 años de prisión a integrantes de ‘Los injertos del Tren de Aragua’
Proxenetas venezolanos pensaron que en el país la impunidad aún manda.

Creyeron que en el Perú todo se podía hacer sin consecuencias. Pero no fue así. Cuatro integrantes de la banda criminal venezolana ‘Los injertos del Tren de Aragua’ fueron condenados a 20 años de prisión por el delito de explotación sexual de 10 mujeres extranjeras en el distrito limeño de San Martín de Porres.
Tony Suárez (22), María Griman (27), Izmaury Galindo (26) y Yohan Pedra (34) deberán además pagar, de forma solidaria, una reparación civil de S/ 20 000 a favor de las víctimas, según informó la Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Trata de Personas de Lima Norte.

La investigación reveló que las mujeres habían sido engañadas con la promesa de trabajo en Chile. Pero al llegar a Lima, se les informó que no podían continuar su viaje. Allí comenzó la pesadilla: fueron retenidas y obligadas a ejercer la prostitución, bajo amenazas de muerte.
Ante la gravedad de los hechos y tras recibir pedidos de auxilio, las autoridades lograron ubicar el 3 de septiembre de 2022 un inmueble en la urbanización Fiori, en Lima norte, donde operaba esta red criminal. Allí fueron detenidos los delincuentes venezolanos y se rescató a las víctimas.
La fiscal Luisa Inés Quispe Asmat presentó pruebas contundentes en el juicio: peritajes psicológicos, testimonios, actas de intervención, informes policiales y documentos incautados. Todo confirmó el accionar violento y sistemático del grupo criminal.
Este caso deja una lección clara: el Perú no es tierra sin ley, y quienes llegan del extranjero a delinquir creyendo que no habrá castigo, se equivocan. La justicia puede tardar, pero llega. Y en este caso, fue firme contra quienes buscaron lucrar con el sufrimiento humano.
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Más de 140 mil escolares se benefician con mejoras en 168 colegios
El Ministerio de Educación invierte más de 14 millones de soles para garantizar ambientes seguros y adecuados para el aprendizaje.

El Ministerio de Educación (Minedu) ha destinado más de S/14 millones para mejorar las condiciones de 168 colegios públicos en 31 distritos de Lima Metropolitana, beneficiando directamente a casi 140 mil escolares. Esta intervención incluye desde reparaciones estructurales hasta la entrega de mobiliario escolar, con el objetivo de asegurar entornos seguros y funcionales para estudiantes y docentes.
Las obras se vienen realizando de forma progresiva durante todo el año y contemplan la instalación de mallas raschell contra la radiación solar, renovación de carpetas, sillas y mesas, mantenimiento de estructuras metálicas, y acondicionamiento de puertas, ventanas y otros ambientes. Ante las lluvias persistentes, se ha priorizado la atención en los distritos más afectados, como San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo. En estos sectores ya se trabaja en instituciones como Sol de Los Milagros, Juan Guerrero Quimper, José Olaya Balandra y Bartolomé Mitre.
La intervención se ha dividido en cuatro etapas. Las dos primeras, desarrolladas entre marzo y mayo, beneficiaron a más de 57 mil estudiantes en 61 colegios con una inversión de S/4.5 millones. Actualmente, se ejecuta una tercera fase en 51 instituciones, con S/4.7 millones destinados para mejorar la educación de más de 40 mil escolares. A partir del 7 de julio, arranca una cuarta etapa que atenderá a 56 colegios adicionales, con una inversión similar y más de 41 mil beneficiarios.

Estas acciones del Minedu se respaldan en las leyes 32272 y 32260, que permiten intervenciones inmediatas y financiamiento directo en instituciones educativas públicas afectadas por daños estructurales o emergencias climáticas.
Los colegios intervenidos están ubicados en distritos como Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Lurín, Ate, Los Olivos, Comas, Chorrillos, Ventanilla, entre otros, abarcando un amplio sector de Lima Metropolitana.
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Mineros informales bloquean siete carreteras tras ser excluidos del REINFO
La exclusión de más de 50 mil mineros del REINFO expone el fracaso de una política de formalización que nunca llegó a los territorios.

Las tensiones en el sector minero estallaron este lunes 7 de julio, luego de que el Gobierno excluyera a más de 50.000 mineros de la pequeña minería y minería artesanal del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO). La medida ha desencadenado bloqueos en al menos siete vías nacionales, interrumpiendo el tránsito en regiones clave como La Libertad, Arequipa, Cusco e Ica.
El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, señaló que solo 31.500 mineros han cumplido parcialmente con los requisitos del REINFO y deberán completar cinco etapas adicionales antes de diciembre de 2025. Estas incluyen la formalización laboral, acuerdos de acceso a superficie, firma de contratos con los titulares de concesiones y la incorporación al nuevo Fondo Minero, un mecanismo diseñado para canalizar recursos hacia el desarrollo sostenible del sector.
Por su parte, la presidenta Dina Boluarte justificó la exclusión afirmando que cerca de 45.000 mineros llevaban más de cuatro años sin avanzar en su formalización, a pesar de una prórroga otorgada desde noviembre de 2024. Además, se identificaron 1.500 casos de uso irregular de permisos, incluyendo su alquiler o tercerización en zonas ya concesionadas, lo que habría generado conflictos legales y sociales.
Siete carreteras bloqueadas
De acuerdo con el último reporte de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), todas las interrupciones en vías nacionales están vinculadas directamente a protestas por parte de mineros informales y pequeños productores. El monitoreo realizado en coordinación con la Policía Nacional, Defensa Civil y concesionarias viales muestra las siguientes rutas afectadas:
Trujillo – Agallpampa – Quiruvilca (km 121), La Libertad: interrumpida por huelga de mineros.
Longitudinal de la Costa Sur (km 443), Ica, Nasca: bloqueada por protesta de la Confederación Nacional de Pequeña Minería.
Mara – Velille (km 37+600), Cusco, Chumbivilcas: vía cerrada por manifestación de mineros artesanales.
Mara – Velille (km 121), Cusco, Chamaca: nuevo punto de bloqueo reportado por la misma confederación.
Costa Sur (km 619), Arequipa, Chala: interrupción por movilización de pequeños mineros.
Costa Sur (km 782), Arequipa, Camaná: manifestación de pobladores vinculados a la minería informal.
Sierra Norte (km 129+500), La Libertad, Quiruvilca: protesta de mineros artesanales.
La situación genera serias afectaciones al transporte de carga, alimentos y personas, además de evidenciar un problema estructural no resuelto: la informalidad minera y la incapacidad del Estado para implementar una política de formalización efectiva y sostenida en el tiempo.
Desde el Gobierno, el mensaje es claro: quienes no cumplan con los pasos establecidos quedarán fuera del proceso. Sin embargo, la falta de acompañamiento técnico, la demora institucional y la débil presencia estatal en zonas mineras explican en parte el fracaso de la formalización. Hoy, esa deuda estalla en las carreteras.
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Miguel Ángel Requejo: una ‘tentativa de homicidio’ que exige justicia
La jueza Kharla Orellana Sánchez dictó nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo, acusado de embestir con su camioneta en el restaurante ‘El Charrúa’.

En un país donde la impunidad muchas veces se confunde con indulgencia, el Poder Judicial ha ordenado nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo Astochado, el sujeto imputado por tentativa de homicidio calificado, omisión de socorro y otros cargos, tras haber embestido con su vehículo el restaurante «El Charrúa», en La Molina. Este hecho, que dejó cuatro heridos y cuantiosos daños materiales, pudo haber terminado en una tragedia de dimensiones mayores.
La noche del miércoles 2 de julio, Requejo Astochado —según la acusación fiscal— condujo y estrelló su automóvil directamente contra el establecimiento gastronómico, poniendo en grave riesgo la vida de comensales y trabajadores. Entre los lesionados figuran Augusto Fernando Ramengui Quintanilla, Mario Rodolfo Barbacci Quintanilla, Aníbal Aliaga Masías y Dante Ricardo Consiglieri Chávez. Más allá del impacto físico y económico, lo ocurrido revela una profunda irresponsabilidad criminal que hoy intenta disfrazarse de arrepentimiento.
Durante la audiencia, la fiscal Karen Rosario Cueva Quispe fue categórica: el acusado no solo huyó de la escena sin brindar auxilio a los heridos —lo cual evidencia su desprecio por la vida ajena— sino que además tiene antecedentes por lesiones dolosas. A pesar de autodenominarse empresario, no presentó prueba alguna de arraigo laboral. ¿Cómo confiar entonces en que no intentará fugar del país?
Lo más llamativo, sin embargo, fue el cambio de actitud del imputado al escuchar la decisión de la jueza Kharla Orellana Sánchez, quien finalmente acogió el pedido fiscal, dictando 9 meses de prisión de preventiva y dispuso su reclusión hasta abril de 2026. En ese momento, el acusado rompió en llanto y pidió perdón entre balbuceos, apelando a la conmiseración con frases como «El restaurante es como mi casa» o “no sé qué pasó, perdí mis lentes”.
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Técnicos de la FAP son investigados por robar componentes aeronáuticos en Iquitos
Grave escándalo en la Fuerza Aérea del Perú: red de corrupción, robo de componentes aéreos y presuntos vínculos con sicarios comprometen al Grupo Aéreo N.º 42 en Iquitos.

Por Jorge Linares
El pasado 7 de enero del presente año fue hallado el TIP FAP Boris Meléndrez Seminario en una situación comprometedora con una caja conteniendo diversas piezas pertenecientes a las aeronaves DHC6-Twin Otter Series 300/400, dentro de uno de los almacenes del Grupo Aéreo N° 42 en la ciudad de Iquitos.
Asimismo, se pudo comprobar que no es la primera vez que el TIP FAP Meléndrez incurre en estos actos perniciosos contra la Fuerza Aérea del Perú, como consta en la carpeta fiscal N° 1328-2024, donde se le investiga por ser el único responsable de la pérdida de 4 componentes aéreos: 2 unidades FCU (unidad de control de combustible) y 2 unidades gobernadores de hélices, valorados aproximadamente en medio millón de dólares.
Según las investigaciones de este caso, llama la atención que dos de los testigos claves —el TIP FAP Ronal Borbor Reátegui y el TC3 FAP César Vega Paredes— expresan contradicciones con respecto a la presencia de ambos en un área restringida como es el almacén de alto costo.

De acuerdo con las investigaciones por parte de la Policía y el Ministerio Público, se viene descubriendo más nombres relacionados a otros hechos similares y se puede vincular con una organización criminal dentro de la institución aérea, porque estas personas se han valido de los servicios de un sicario para atentar contra la vida del personal denunciante o de cualquier persona que atente contra sus intereses. Esta afirmación lo corroboró el SO3 FAP Gonzalo Jesús Espinoza Camacho en una colaboración notarial (16 de julio de 2024) al verse descubierto y ser parte de esta estructura criminal, como consta en la carpeta fiscal 17-2025, derivada de la carpeta fiscal 1161-2024.
El SO2 FAP (r) Carlos Andrés Burgos Huapaya, quien en su momento fue abogado de los implicados, manifestó que había dejado de llevar la defensa legal del SO3 FAP Anghelo Albornoz Córdova porque era indefendible ante las evidencias que hay en su contra por haber envenenado al perro guardián para ingresar sin autorización al hangar del Escuadrón de Mantenimiento N° 426 del Grupo Aéreo N° 42 el 13 de julio del 2024 a las 3:40 a.m. y que contó con la participación de los técnicos TC3 FAP César Vega Paredes, SO2 FAP Julio Gonzáles Ramírez y el sicario, quien hasta la fecha no está identificado; pero hay una probabilidad de que sea un mal miembro de la PNP del grupo terna. Burgos también aseveró que este robo de piezas de aviones es una práctica antigua en el Grupo Aéreo N° 42.

Desde el inicio de las investigaciones hasta la fecha, ninguno de los investigados se presentó a dar sus declaraciones, dejando entrever una posición obstruccionista y sospechosa para esclarecer estos hechos execrables que son materia de investigación, a excepción del SO3 FAP Gonzalo Jesús Espinoza Camacho, quien se ratificó de su primera manifestación en la sede policial y fiscal. Todos los implicados pertenecían al área de mantenimiento de motores del Grupo Aéreo N° 42 y ya fueron dados de baja, a excepción del TIP FAP Ronal Borbor Reátegui, quien pidió de manera voluntaria su pase a retiro, despertando mayor sospecha en su persona ya que tenía una carrera militar ascendente.
Es de mucha valía que las autoridades del Ministerio de Defensa y de la Fuerza Aérea del Perú, brinden importancia a este escándalo de corrupción dentro de la institución aérea, porque más allá del evidente robo millonario que le vienen haciendo al país estos malos efectivos, perjudican de manera directa la gran labor social que realiza el Grupo Aéreo N° 42 en la Amazonía peruana.
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Pisaq y Tipón bajo amenaza: turistas defecan en nuestro patrimonio por falta de baños
Una denuncia ciudadana revela que, por falta de baños y señalización, turistas estarían utilizando zonas arqueológicas como letrinas

Hay actos que no solo denotan ignorancia, sino un desprecio inconsciente –y por eso más brutal– por la historia que nos sostiene. Lo que está ocurriendo en los Parques Arqueológicos de Pisaq y Tipón no es una simple anécdota escatológica, como algún burócrata desganado podría resumir en un parte olvidable. Es, en verdad, una forma sutil y cruel de profanación.
El 29 de junio, según denuncias de guías turísticos, visitantes defecaron y orinaron entre las piedras sagradas de nuestros ancestros. Y no lo hicieron por rebeldía o vandalismo gratuito, sino porque no hay baños. Así de sencillo. Así de grotesco.
La escena sería cómica si no fuera tan trágica: turistas desesperados, buscando dónde aliviarse, mientras la brisa andina arrastra los ecos de un pasado glorioso convertido en letrina. ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo es posible que un país que se llena la boca hablando de su riqueza patrimonial no sea capaz de instalar un baño seco, una letrina digna, un mísero cartel que diga “por aquí no”?
El problema no es nuevo. Lo nuevo es la frecuencia con la que se repite, la indiferencia con la que se recibe, y la absoluta desidia de quienes deben solucionarlo. La Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, órgano que debería velar por estos santuarios, parece vivir en un letargo administrativo. La escasa señalización, la falta de personal de resguardo y la inexistencia de puntos de información para los visitantes no son fallas técnicas: son síntomas de una renuncia institucional a proteger lo que nos define.

Pero la responsabilidad no termina ahí. El Ministerio de Cultura, que debería ser la conciencia vigilante del país, se ha convertido en una oficina de trámites opacos, más preocupada en sostener convenios insólitos con asociaciones ufológicas que en evitar que las ruinas se llenen de heces.
Lo que ocurre en Pisaq y Tipón no es solo un atentado físico contra las piedras: es una erosión simbólica. Cada micción entre muros incas es una bofetada a nuestra identidad. Cada excremento, una prueba de que el Estado se desentiende de su misión civilizatoria. Porque eso es, al final, el patrimonio: un recordatorio de que venimos de algo más alto que nosotros mismos.
No basta con declarar la indignación. Urge que el Estado reaccione, que asigne presupuesto, que entienda –de una buena vez– que la defensa del patrimonio no es un lujo, sino una urgencia nacional. Que los caminos del turismo no pueden estar sembrados de basura, ni los templos ancestrales convertidos en urinarios.
Si no somos capaces de proteger ni siquiera las huellas de quienes nos precedieron, ¿cómo aspiramos a dejar alguna huella nosotros?
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Respuesta a Carta Notarial de Hotel Casa República
El gerente general del ‘Hotel Casa República’ envió una carta notarial requiriendo que se rectifiquen las supuestas expresiones falsas y difamatorias publicadas en una nota periodística del 17 de junio en nuestra web. Esta es la respuesta de Lima Gris.

Llegó a nuestra redacción una carta notarial fechada el 25 de junio de 2025, recibida con fecha 2 de julio del presente, enviada por el gerente general del Hotel Casa República, señor Juan José Mendoza Arredondo, en la que se nos requiere la rectificación de una nota periodística publicada el 17 de junio de 2025 en el portal digital de la revista Lima Gris, titulada: “Barranco y el ruido del Hotel Casa República”, bajo el argumento de que la misma contendría afirmaciones «falsas y difamatorias».
Al respecto, como medio de comunicación debidamente constituido y en ejercicio legítimo de la libertad de prensa, respetuosamente expresamos lo siguiente:
- Libertad de información y de expresión protegidas constitucionalmente
La publicación realizada por Lima Gris responde a la labor periodística de informar sobre hechos de interés público, en este caso, las quejas y preocupaciones de vecinos del distrito de Barranco respecto al impacto de ciertas actividades nocturnas en su entorno urbano y patrimonial. Esto se encuentra amparado por el artículo 2 inciso 4 de la Constitución Política del Perú, que reconoce el derecho fundamental a «buscar, recibir y difundir información de toda índole por cualquier medio de comunicación». Este derecho no solo ampara a los periodistas, sino también a la ciudadanía que tiene derecho a ser informada.
- Veracidad y sustento de la información publicada
Contrario a lo afirmado en su carta notarial, la publicación en mención no contiene expresiones difamatorias ni afirmaciones falsas. La información difundida ha sido elaborada con base en fuentes verificables, incluyendo testimonios directos de residentes, material audiovisual y reportes ciudadanos disponibles en redes sociales y otras plataformas. En ningún momento se ha atribuido de manera maliciosa o con intención de dañar, la generación de «escándalos nocturnos» al hotel sin fundamento fáctico.
- No existe animus difamandi
El contenido publicado se enmarca en un ejercicio legítimo de crítica y fiscalización periodística. Como lo ha sostenido reiteradamente el Tribunal Constitucional del Perú y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el debate público admite expresiones incluso severas cuando se trata de asuntos de interés común. La publicación no ha tenido como propósito afectar la imagen de su representada, sino evidenciar un problema urbano percibido por un sector de la comunidad.

- Exigencia desproporcionada y amedrentamiento a la prensa
La amenaza de iniciar acciones penales y civiles en caso de no acceder a un pedido de «rectificación total en 24 horas» constituye una forma de censura indirecta y presión indebida sobre la libertad de prensa, prohibida por el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Resulta preocupante que un actor privado pretenda condicionar la labor informativa mediante la judicialización de contenidos críticos.
- Posibilidad de réplica o descargo
Como corresponde a un medio que respeta el pluralismo, reiteramos que el Hotel Casa República pudo ejercer su derecho a réplica en el mismo portal, en vista que pudimos comunicarnos telefónicamente con el gerente Juan José Mendoza Arredondo, y cuyas versiones fueron debidamente transcritas en la misma publicación en calidad de descargo.
Por lo tanto, no existe obligación legal de rectificar contenidos que han sido redactados de buena fe, con base en hechos y bajo un interés informativo legítimo. En consecuencia, rechazamos el requerimiento de rectificación exigido en su carta notarial.
Sin otro particular, reafirmamos nuestro compromiso con el periodismo independiente, crítico y respetuoso del estado de derecho.
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Sujeto embiste su camioneta en conocido restaurante porque local lo había expulsado debido a que se encontraba presuntamente bajo los signos del alcohol [VIDEO]
Miguel Ángel Requejo Astochado ahora será denunciado por tentativa de homicidio.

Un demente al volante. La noche de ayer, comensales del restaurante ‘El Charrúa’, ubicado en el distrito de La Molina, previo el incidente, indicaron que Miguel Ángel Requejo (51 años), había discutido con los mozos del local, quienes procedieron a expulsarlo ya que el sujeto había ingerido bastante alcohol y estaba incomodando a los demás comensales.
Minutos después, el sujeto se sube en su moderna camioneta para conducir sin frenos hasta la fachada del local, colisionando sin importarle que adentro se encontraban personas consumiendo.
Producto del salvaje impacto resultaron heridas dos personas, además del daño material ocasionado por el irresponsable conductor.
Uno de los afectados mencionó que procederá a denunciar penalmente a Requena, calificando el hecho de tentativa de homicidio, tildando además de “enfermo mental” al ebrio chofer, quien no paraba de gritar en todo momento, relata el agraviado, que era un magnate y podía hacer cualquier cosa.
«Ya está detenido. Es un enfermo mental. Esto es un intento de homicidio. Nosotros estamos pidiendo la cuenta y pagando. En un principio estaba sentado y me levanté no sé cómo segundos antes de que el carro se empotre por eso que estaba a un costado e igual me hizo volar», detalló a Canal N.
En tanto, el restaurante ‘El Charrúa’, lamentó el incidente ocurrido anoche, manifestando que colaborará directamente con la Policía para suministrar las grabaciones dentro del local.
«Desde ‘El Charrúa’, reafirmamos nuestro firme compromiso con la seguridad y el bienestar de todos nuestros clientes y colaboradores. Como medida preventiva y con el objetivo de reforzar nuestros protocolos internos, hoy miércoles 3 de julio permaneceremos cerrados», indicaron.
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