Rigoberto Zúñiga acaba de publicar su cuarto libro de poesía titulado Incoexistencias. Un poemario que destaca por su fuerte prosa poética.
Zúñiga es abogado y Magister en Derecho de la Empresa por la PUCP, obtuvo el título de abogado con mención sobresaliente. A los 13 años publicó su primer libro titulado «Sueños y Realidades», el libro tuvo un prólogo escrito por el critico literario Manuel Baquerizo.
En el 2013 publicó su tercer poemario titulado «Despedesencuentros y Esperencuentros», el libro cuenta con un elogioso prólogo del poeta Enrique Verástegui. Aquí la entrevista con Lima Gris.
Comenzaste a escribir poesía desde niño sin tener ningún referente en tu familia, ¿Hubo alguna imagen o situación que te llevó a ser poeta?
Creo que fue una cuestión innata, poco a poco con el pasar del tiempo a temprana edad pude descubrir. Comencé a escribir poesía a los ocho años de edad, y lo que recuerdo de esa época es que empecé a jugar con la sonoridad del lenguaje, jugar con las palabras que podrían rimar y comencé a hacer estructuras cada vez más largas y escribí sobre temas propios de la edad, la familia y la naturaleza. Me di cuenta que el secreto para escribir poesía estaba en el ritmo y poco a poco me adentré en eso.
En La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, su personaje “el poeta” vende poemas a sus compañeros, ¿alguna vez escribiste poemas a pedido y lo vendiste?
Sinceramente sí me pidieron ayuda, pero debo confesar que siempre he sido muy celoso con mi poesía. No egoísta, pero no quería compartirla mucho. Accedía cuando veía que el amigo era bastante cercano o se le notaba desesperado, pero así a cualquier persona no. Recuerdo también haber hecho algunos tipos de favores con desgano y por insistencia de amigos, pero creo que más que ayudarlos les causaba un problema.
Mencionaste que el secreto para escribir poesía estaba en el ritmo, ¿tienes algún otro secreto?
El poeta es un observador del mundo y entiende su propia profundidad como ser humano, o sea, siento que el poeta puede contemplar mucho la vida, a partir de eso es como una suerte de traductor. Hace un tiempo leí un artículo de un poeta español, decía que el poeta siempre debe mantener intacta su capacidad de asombro. Creo que eso está ligado con que el poeta tiene que descubrir el significado de las cosas que normalmente no son susceptibles a los ojos de la cotidianidad. El poeta lo que hace es trasladar toda esa información a través de la palabra hablada o escrita y manifestarla al mundo.
Tu primer libro lo publicaste a los 13 años y actualmente acabas de publicar tu cuarto libro titulado Incoexistencias, un libro mucho más maduro y pulido, donde curiosamente en sus páginas se siente la presencia de Alejandra Pizarnik.
Sí, considero que Alejandra Pizarnik es la mejor poeta mujer que he leído recientemente, de hecho es muy difícil poner un orden de gustos, pero de esta en mi top tres. Es una poeta que le traslada un sentimiento al lenguaje de forma clara, como si los sentimientos estuvieran clavados en la palabra como una aguja. Sin duda hay una influencia gran de Pizarnik en este libro. Valoro mucho que ella haya realizado una labor de contemplación bastante intensa, que es algo que pocos poetas han hecho.
En el libro señalas el tema de la existencia y recuerdo uno de los versos de Pizarnik “Si digo agua, beberé. Si digo pan, comeré”.
Ese es el poder del lenguaje para hacer que las cosas existan o se manifiesten, ella siempre ha tenido esta concepción del lenguaje creador, donde ella se encuentra a través de su propio lenguaje. Me parece que tuvo un sueño donde se le aparece una imagen revelándole un lenguaje desconocido. Entonces ella siempre ha tenido una concepción bastante interesante del lenguaje como casi un Dios, que se revela ante los hechos del poeta.
Se ha hablado muchas cosas de Pizarnik, una de ellas es que era muy tímida y que tapaba los espejos en su casa.
Reflexionando creo que se debe a que ella ha jugado mucho con el ser y no ser, y el poder encontrarse en cada espejo era quizás algo que quería evitar. También era una mujer que disfrutaba mucho su soledad. También puede ser una manera de alejarse de los espejos para así sentirte sola.
En estos tiempos dedicarse a la poesía no es económicamente rentable, tú eres abogado e imagino que te dedicas a la poesía no con la finalidad de ganar dinero, sino con realizar algo que te gusta que es crear con el poder de la palabra. Lamentablemente el poeta y la poesía están siendo mal pagados.
Como señalas soy abogado, pero tomo la poesía como una necesidad vital, no concibo mi vida sin crear poesía. También creo que el compromiso del poeta es la difusión de lo que crea. Como bien señalas es lamentable que el Perú que no apueste por la poesía. Aunque realmente la poesía en el mundo entero está un poco venida a menos a comparación de otro género literario. Sobre todo en el Perú hay una dejadez por parte del Estado y las entidades que fomentan la cultura, no hay un apoyo sostenido. Creo que deben comenzar por crear fondos editoriales, que puedan solventarla publicación artística de muchos poetas. Porque es muy triste cuando tú conoces a un amigo poeta que no puede publicar, y esa buena poesía nadie la va conocer ni valorar. Creo que los poetas deben disfrutar de la valoración de sus poemas en vida.
Actualmente vives en Huancayo y sin duda es una fuente para tu creación, ¿Qué te da Huancayo para tu poesía?
Por ejemplo en Princesas, que es mi segundo libro, me di cuenta que Huancayo me da mucho paisaje, verde, cielo, árboles. También los eucaliptos menciono mucho en algunos poemas de Princesas. Siento que me ha dado por momentos una suerte de poesía bucólica. También el tema de la lluvia, como tormenta, como fuerza de la naturaleza, ya que la lluvia te limpia pero te deja algo nuevo. Y como mencionas uno se impregna mucho de la ciudad, en Incoexistencias se encuentran paisajes mucho más grises como Lima. Sin duda el paisaje de la naturaleza y lo que te rodea entrar a tallar cuando concibes la narración de las cosas.
Incoexistencias también es uno de tus libros publicado en tu etapa de padre, ¿cómo has notado ese cambio en tu proceso creativo?
Creo que la paternidad es una fuente de inspiración muy grande, es como si pudieras contemplar lo más bello y lo más hermoso del mundo, creo que en ese sentido como lo plasmo en el libro en unos poemas a mi hija, la paternidad hace que contemplas algo que jamás pensaste que podías contemplar, y es el amor personificado, uno puede enamorarse de una mujer y casarse con la mujer que ama, pero ese amor humano no va ser ni por asomo tan perfecto y tan puro como es el amor que uno puede tener hacia un hijo. Creo que contemplar esa clase de sentimiento es una fuente de poesía bastante extraordinaria.
Cuando te preguntan a qué te dedicas, ¿dices primero poeta o abogado?
Es algo muy curioso eso, pero siempre digo poeta de nacimiento y abogado de profesión, porque es la verdad, yo nací poeta y me hice abogado. Siento que es lo más sincero que puedo decir, de hecho siempre lo digo. La gente tiene que entender que la poesía es una ocupación. Es importante que la gente comprenda que la poesía merece un espacio y un reconocimiento.
¿A qué poeta peruano regresas siempre?
Me gustan varios poetas peruanos, definitivamente Vallejo es un poeta muy importante para mí. Me gusta mucho Mariela Dreyfus también, Domingo de Ramos, Enrique Verástegui, quien además ha tenido la gentileza de dedicarme dos bonitos comentarios.
Es interesante lo que menciona Verástegui en la contratapa de tu libro, señala algo que escribiste “La nada existe, pero tiene sentido”.
Sí, de hecho Verástegui tiene una agudeza tremenda. En mi poemario anterior también menciona cosas que ni yo mismo me percato. Creo que cuando él afirma eso, tiene mucha relación con el título. Y como mencionaste Coexistencia es un elogismo, en resumen lo que el libro plantea es que ser es un modo de no ser, y no ser es la forma de ser. Siempre hay como una contraposición de las cosas.
Siempre he escuchado que la poesía está en todos lados, ¿se puede encontrar poesía en el Congreso de la República?
La verdad no creo, porque escucharlos lastima los oídos, y sobre todo el alma patriótica que uno pueda tener, da mucha pena que las cosas estén como están en el Congreso. Creo que estos congresista solo se representan sí mismos. Lo que causa extrañeza es que la gente sea tan masoquista, tenemos una mayoría en el Congreso que ha sido elegido por el propio pueblo peruano, qué tan poco se quiere. He leído muchas cosas estos días, la plata de la Teletón que donaron ha salido de nuestros bolsillos y no de ellos, encima se han comprado sus súper canastas, han gastado el presupuesto en turrones, más de un millón en el alquiler de cochera. Todo esto en un país en donde hay mucha gente que no tiene para llevarse un pan a la boca. Los congresista lo único que hacen es aprovecharse del cargo.
Entonces, estamos de acuerdo que el Perú duele…
Yo creo que sí, por eso también tengo un poema, que tiene que ver con cómo el pueblo no es escuchado, que las voces del pueblo no lleguen a sentirse. Es como si los clamores del pueblo fueran gritos al vacío.
¿Dónde podemos encontrar tu libro?
El libro Coexistencias lo pueden encontrar en El Virrey, Sur, Cultura, La Libre y pueden también encontrarlo a través de mi fanpage que es Rigoberto Zuñiga Maravi, para todos lo que quieran conectarse con mi poesía.