Francois Eugene Vidocq, ex ladrón y ex policía de la Sûreté , fue el primero que escribió sobre policías y ladrones. Él empezó a publicar en 1827, por volúmenes, las historias de sus investigaciones y capturas de criminales, que llamó Memorias. Años después, Edgar Allan Poe, que había leído a Vidocq, se animó a escribir un relato de ficción y publicó, en 1841, Los asesinatos de la calle Morgue, inaugurando de esta manera el género policial. Por muchos años, el cuento se mostró como el modelo más eficaz para contar un caso de intriga y tensión, hasta que, en 1862 apareció, por entregas, en la revista Once Week, El misterio de Notting Hall, considerada la primera novela policial. El autor prefirió mantenerse en el anonimato, y hasta ahora se está averiguando quién fue. La novela le dio mayor empuje al género y aparecieron los llamados novelistas policiales, aquellos que se dedicaban, a tiempo completo, a escribir historias un tanto más largas de enigmas e intríngulis. Arthur Conan Doyle publicó en 1887 Estudio Escarlata y se hizo sumamente famoso.
En realidad, más famoso que él llegó a ser su detective: Sherlock Holmes. Este investigador resolvía casos peliagudos sin hacer mucho despliegue físico, empleando básicamente su raciocinio y su lógica descomunal. Empleaba el método deductivo, iba de la parte al todo, de la punta del hilo a la madeja; cualquier cosa, un pañuelo, un mechón de pelo, un libro, le podía servir de pista para dar con el criminal. Borges lo llamó “rastreador de ceniceros”. Otro investigador deductivo, aparte de bonachón y cara de ingenuo, fue el padre Brown, de G. K. Chesterton. Pero el cura, a diferencia de Sherlock Holmes, perseguía a los delincuentes no tanto para meterlos presos sino para reformarlos, tal como se había reformado Flambeau, su ayudante. Chesterton también puso de moda la novela policiaca colectiva, como El almirante flotante (1932), que escribió en conjunto con sus colegas del London Detection Club. Agatha Christie inventaría al detective Hercules Poirot y utilizaría el método de whodunit (1) para identificar al autor del crimen. Ella, desde su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920), optaría por ofrecer una gran cantidad de pistas, al punto que cualquier personaje pudiera caer en sospecha, y, con ello, convirtió al lector en un detective más. En realidad, ella convierte el método en un proceso más inductivo que deductivo, que va del todo a la parte; crea una madeja de pistas, y, no obstante, de ahí debe escoger una sola, un solo hilo, para llegar al criminal.
En respuesta al detective caballeroso y racionalista europeo, en los Estados Unidos se desarrolló, de la mano de escritores como Dashiel Hammett y Raymond Chandler, la novela de espionaje, donde los personajes rebasan el escenario de una ciudad y se mueven por varios países, y la llamada hard-boiled, donde el detective es rudo, impasible, experto en armas y en combate, que no le hace ascos a la tortura ni al chantaje para llegar a sus objetivos, y la ficción está marcada por la violencia extrema, el sexo explícito, las parafilias, y envuelta en un ambiente político-social convulso.
En América Latina, la literatura policial ha tenido distintos rumbos y peculiaridades. Surgió recién en el último cuarto del siglo XIX, en Argentina, cuando Luis Varela publicó el cuento La huella del crimen (1878). Esta demora, con relación a Europa, se puede explicar en el hecho de que el género es preferentemente citadino (tanto detective como criminal necesitan de una ciudad para camuflarse en las calles, entre los edificios y la masa) y tiene como contexto una sociedad donde la burguesía se ha posesionado a raíz de un acelerado proceso de industrialización. La Revolución Industrial despobló el campo y transformó las ciudades del viejo continente, mientras que en el nuevo aún imperaba una economía de características feudal. No obstante, Buenos Aires, merced a las grandes oleadas migratorias, tuvo un crecimiento vertiginoso, caótico, y llegó a ser considerada la ciudad más europeizada de Latinoamérica. De ahí que en esa ciudad aparecieran los cuentos que, junto al antes nombrado, se consideran los primeros relatos policiales de esta parte del continente americano: El candado de oro (1884), de Paul Grousac, y La bolsa de los huesos (1896), de Eduardo Holmberg. El resto de ciudades tuvieron que esperar un rato más.
En Santiago de Chile, Alberto Edwards publicó, a partir de 1912, una saga de relatos detectivescos llamada: Ramón Calvo, el Sherlock Holmes chileno. Este Ramón Calvo es considerado el primer detective latinoamericano. En México, Antonio Helú escribió, entre 1920 a 1925, una serie de relatos que reunió en su libro Pepe Vargas al teléfono. En La Habana, a semejanza del London Detection Club, surgió el Grupo Minorista, el cual publicó, en 1926, en la revista Social, la novela Fantoches, la misma que por muchos años fue considerada la primera policial de naturaleza colectiva en América. Volviendo a la Argentina, diremos que Jorge Luis Borges y Bioy Casares publicaron, en 1942, bajo el seudónimo de Bustos Domecq, Seis problemas para Isidro Parodi, la que vendría a ser la primera obra dentro del género escrita a dos manos. Borges, precisamente, con los cuentos El jardín de los senderos que se bifurcan (1941) y La muerte y la brújula (1942), ambos aparecidos en la revista Sur, transgrediría los límites racionales demarcados por el relato policial europeo, y alcanzaría el llamado relato policial metafísico. Él llegaría a señalar: “Yo diría, para defender la novela policial, que no necesita defensa; leída con cierto desdén ahora, está salvando el orden en una época de desorden”. (2) Sin embargo, pese a sus buenos deseos, en adelante todo escritor se consideraría con derecho a la transgresión, y, en sociedades en desorden, donde el status quo a restablecer estaba regido por aparatos del Estado sumidos en la corrupción, manejados con violación de los derechos fundamentales, produjeron, en Iberoamérica, un cóctel molotov llamado relato neo policial. Además, para construir historias de policías y ladrones en un medio donde ambos tenían casi las mismas características, los nuevos autores echaron mano a ciertos elementos del arte posmoderno. Leonardo Padura señala algunos de ellos: “afición a los modelos de cultura de masas, visión paródica de ciertas estructuras novelescas, creación de estereotipos, el empleo de los discursos populares y marginales, y el eclecticismo, el pastiche, la contaminación genérica, y esa mirada superior, francamente burlona y desacralizadora, que lanzan sobre lo que, durante muchos años, fue la semilla del género: el enigma” (3).
En lo que respecta al Perú, salvo una recién descubierta excepción, diremos que, en líneas generales, el desarrollo del género policial ha ido a la zaga con relación al de otros países de Latinoamérica. ¿Por qué sucedió de esa manera? Nos parece que hay dos explicaciones principales: La Guerra con Chile y el Indigenismo. La primera, que se llevó a cabo entre 1879 y 1885, destruyó la economía peruana, arrasó las haciendas y ciudades de la costa y dejó a Lima en ruinas. La población entera se dedicó a los trabajos de reconstrucción y a liquidar los enconos y enfrentamientos internos que brotaron a raíz de la debacle. No hubo tiempo para escribir, no hubo ciudades donde ambientar los relatos policiales. Aunque sin duda hubo ladrones, casi nadie pensaba en detectives para perseguirlos. En cuanto a la segunda, cabe señalar que, a raíz de la Revolución Mexicana, cobró gran vigor y se manifestó preferentemente en la literatura, la pintura y la música, incluso en la política, llegando a expandirse por casi todos los países de América Latina. En el Perú, país mayoritariamente indígena, tuvo una gran acogida; José Sabogal era el artista más destacado en la pintura, y Daniel Alomías Robles, autor de la sinfonía “El cóndor pasa”, lo era en la música. Enrique López Albújar, Ciro Alegría y José María Arguedas eran los escritores más reconocidos; ellos, en especial los dos últimos, propugnaban una literatura comprometida, donde el derecho a la tierra y la reivindicación del indio eran los temas primordiales, y llegaron a calar hondo en las preferencias y la conciencia de la gente, incluso en tiempos en que el modernismo ya se había impuesto en el resto del continente y en Europa.
En ese panorama, entre esos dos acontecimientos, llama a extrañeza que se haya producido una destacadísima excepción. El escritor e investigador Ricardo Sumalavia (4) descubrió,
en los archivos de la revista Variedades, que dirigiera Clemente Palma, la
novela El meñique de la suegra. Esta
obra fue publicada, con el subtítulo de Espeluznante
novela policial limeña, entre noviembre de 1911 y febrero de 1912, por
entregas, en los números del 195 al 207 de la indicada revista. Y lo más
sorprendente de todo es que, según la introducción, fue escrita por varios
autores “por un grupo guasón y anónimo de
diez malos escritores ansiosos de gloria”. Esto quiere decir, si comparamos
la fecha de su publicación con la de Fantoches,
que vendría a ser la primera novela policial americana escrita en conjunto. Asimismo,
es significativo hacer mención que en esta novela peruana se emplea algunos
recursos del neo policial, como el tono paródico y el pastiche, pues participan
el detective Sherlock Holmes y el ladrón Raffles, personaje este último del
escritor E. W. Hornung.
Otro caso a resaltar es el de Manuel Beingolea, escritor nacido en Lima y casi olvidado en el Perú, aunque, a decir verdad, se fue muy joven a España, donde hizo toda su carrera de novelista policial, empezando sus publicaciones en 1914, con la novela Mack Bull, seguida de La señorita Carlota, Una mano en las tinieblas de Constantinopla, La bola de sangre, entre otras. De ahí, hacemos un salto en el arco del tiempo y vamos a caer setenta años después, en 1985, cuando Mirko Lauer, con el seudónimo C. C. García, publica Pólvora para gallinazos. Ambientada en los primeros años de la década del 80’, la novela, que es muy sencilla en recursos narratológicos, narra la historia del secuestro y rescate de un joven perteneciente a la alta sociedad. No obstante, hay que reconocer que en el relato ya aparecen los síntomas de la corrupción en las fuerzas policiales y los primeros atisbos de la violencia subversiva. Como dato curioso, se debe advertir que, en el Perú, el género no ha hecho sus primeros pinitos en el cuento, sino que, directamente, se ha posesionado en la novela. Sin embargo, es necesario recalcar que, antes de retomar la senda de los libros, el género policial debutó en la televisión, con las series “Gamboa” y “Barragán”, nombres de detectives que entretuvieron a toda una generación con sus investigaciones siempre exitosas.
Como no podía ser de otra manera, Mario Vargas Llosa viene a apuntalar el género policial peruano y publica, al año siguiente, ¿Quién mató a Palomino Molero? Considerada por muchos, junto con Lituma en los Andes, una de las obras más modestas del laureado escritor, la novela, centrada en la vida y posterior investigación acerca de la muerte de Palomino, en realidad no descubre nada y deja a todos en ascuas. Cantante de boleros, valses y tonderos, recluta de la Fuerza Aérea, el personaje central es encontrado muerto, con signos de haber sufrido horrible tortura. A partir de ese momento, su historia es reconstruida por los relatos de los demás personajes, en una suerte de coro o polifonía alrededor del cadáver. Algo parecido a Mientras agonizo, de Faulkner. Con manejo de elementos de la cultura de masas, Vargas Llosa se vale de la estructura de la novela policial, no para descubrir el enigma, sino para mantenerlo como dato escondido, pues la historia acaba insinuando que los que habrían matado a Palomino no serían los subversivos de Sendero Luminoso, sino sus mismos compañeros de armas, pues este habría cometido la osadía de enamorarse de la hija de un oficial de alta graduación. En realidad, la novela resulta demasiado grande para móvil tan insulso. Ya no estamos en la época de las novelitas románticas del siglo XIX; ahora cualquiera se enamora de cualquiera, y, si el mundo se opone, se manda a mudar con su pareja y sanseacabó el asunto. Empero, se debe reconocer que el autor, como maestro en el arte de la narración, hace gala de sus destrezas y ofrece una serie de recursos narratológicos, como los vasos comunicantes, el dato escondido, los discursos directo, indirecto e indirecto libre, los diálogos telescópicos, el multiperspectivismo, la prolepsis, los flash backs, y orienta los temas hacia el racismo, la subversión, la violencia, la corrupción y las diferencias sociales.
Carlos Calderón Fajardo publica, en 1990, La conciencia del límite último, un híbrido entre crónica periodística y relato policial. La historia es sencilla: a un periodista, el Flaco, le encargan narrar todos los días una historia en la sección policial. Y el narra y narra hasta que se le agota la sesera. Entonces, misteriosamente, cuando ya no tiene qué contar, le llegan unos sobres con nuevas historias. Las firma un tal Cazador de moscas, personaje que nunca aparece. Los relatos se publican y, a los pocos días, los crímenes que se cuentan se producen en la realidad. La lógica se invierte. El criminal anticipa sus delitos. De pronto, deja de mandar los sobres. Y todo hace suponer que la policía, siguiendo el iter críminis del próximo delito, lo ha esperado en el lugar anunciado, y lo ha capturado. Historia sencilla pero interesante, sumamente ingeniosa.
Las novelas posteriores, aparecidas en la década del 90’, tienen en común el trasfondo de la dictadura de Alberto Fujimori, la presencia de Sendero Luminoso y el MRTA, los atentados, los cochebombas, los apagones, y la guerra sucia desatada por el Estado en su lucha contra la subversión. Ese es el contexto de la novela de Fernando Ampuero Caramelo verde, publicada en 1992, el best sellers de las policiales, pues ya se han realizado siete ediciones de ella. Una femme fatale, Mabel, engatusa y seduce a un joven e inexperto Carlos Morales, quien se desempeña como cambista de dólares en la calle Ocoña (primera cuadra del jirón de La Unión, en Lima). Desde que se involucra con ella, el cambista es perseguido y atacado, se libra de varios atentados, vive a salto de mata. Al final, termina con ella, y todo cesa. Y él, y los lectores, se quedan con la sensación de que algo faltó, pues, aunque sospechan que todo se debía a su relación con Mabel, no saben quién ni por qué desataba la violencia.
En el año 2006, Santiago Roncagliolo gana el premio Alfaguara con la novela Abril rojo. Ambientada en la década de los 80’, en la ciudad de Ayacucho, cuando esta se convirtió en el punto neurálgico de las acciones de Sendero Luminoso, la novela cuenta las peripecias del fiscal Chacaltana, que investiga una serie de crímenes, sin lograr resolver ninguno, y, al final, termina loco, confeccionando atestados disparatados. Empieza como whodunit y acaba como un thriller, aquella vertiente que intenta restablecer el orden social, aunque, en la novela, el orden nunca es restablecido. Chacaltana fracasa en su misión (qué orden puede restituir un hombre que va perdiendo la razón), es rebasado por los hechos, envuelto en un torbellino de violencia y terror. La novela también queda pequeña en relación al conflicto, a la realidad, no tiene el poder de verosimilitud, no es creíble; se hace evidente que el autor no conoce Ayacucho, no conoce de investigación policial, no sabe de jerarquías militares (un sargento da órdenes a un comandante), no sabe cómo funcionan las máquinas (un helicóptero retrocede en el aire), no sabe cómo hablan los pobladores de la zona (los ayacuchanos se expresan como limeños miraflorinos), y, lo más desconcertante, Chacaltana no es un fiscal en lo penal sino en lo civil. Con razón acabó loco.
Isaac Goldemberg, escritor de ascendencia judía, presentó, en el 2010, su novela Acuérdate del escorpión. Se trata de la historia del capitán cocainómano Simón Weiss, encargado de investigar la muerte de dos ancianos, un judío y un japonés, miembros de dos minorías étnicas en Lima. En sus pesquisas, el policía recorre los distritos marginales de la capital, Barrios Altos, El Rímac, Breña, y descubre que los ancianos difuntos estaban vinculados con las mafias judías, japonesas y de nazis en retiro. Al final, asqueado de lo que encuentra, decide pedir su baja de la policía. Quizá lo más interesante del relato, más incluso que la trama y los enredos amorosos de Weiss, es la descripción de Lima, del Perú, que se presenta como un espacio en ruinas, infestado de ratas y cucarachas, donde la corrupción y la violencia ya es imposible de revertir. Como nota nostálgica, se puede apreciar que el detective también canta, a lo igual que Palomino Molero, y acompaña el desarrollo de la narración con la música de fondo de valses criollos de Felipe Pinglo, como “Sueños de Opio” y “El Plebeyo”, propios de una Lima que se fue.
Todas estas novelas parecen, en el fondo, que están en busca de algo mayor, de algo que no logran alcanzar, y aprovechan el tránsito para criticar a la sociedad, al orden, y a las dictaduras instauradas supuestamente para devolver la legalidad al país. Pareciera que, aunque soterrado, ese es el verdadero propósito de la literatura policial peruana. Sin embargo, como obra de arte, la novela, más que retratar a la sociedad, debe representarla y, si se puede, reinventarla. Los autores mayores siguen aún muy impresionados por Piglia, y los más jóvenes por Bolaño. Es legítimo que tengan sus preferencias, sus gustos, pero el policial peruano debería tener sus propias características. Hasta ahora, las novelas policiales peruanas han pecado de superficiales, de inacabadas e ingenuas.
Los novelistas peruanos están mirando mucho afuera para configurar la trama, y solo miran adentro para el telón de fondo. Y la trama que más le gusta es la de Piglia, la de Plata quemada, y no se dan cuenta de que esa novela es absurda, un mal sampleo de La muerte y la brújula. A ningún jefe policial de verdad se le puede ocurrir, sabiendo adónde van a ir a refugiarse los delincuentes, dedicarse a sembrar el lugar de micrófonos, en vez de poner efectivos para realizar la captura. Pero se le ocurrió a Piglia, por su prurito de hacerse el artificioso y meterse en la historia, como el escucha Roque Pérez, y provocó una mortandad innecesaria y, de paso, convirtió en héroes a una gavilla de descerebrados. Si eso hubiera sucedido en la realidad, ese jefe de la policía debió ser dado de baja y conducido a la cárcel. Para alguien que haya estudiado algo de investigación criminal, esa acción es sencillamente inconcebible. Pero la gran mayoría de lectores no son peritos en investigación criminal, y se tragan todo lo que el autor les da. En realidad, muchos de ellos, más que en sus conocimientos detectivescos, basan su éxito en la excesiva confianza que tienen en la ingenuidad del lector.
En La muerte y la brújula Borges también abusa del lector pero en grado menor. ¿Si Lonnrot sabía que Scharlach el Dandy iba a cometer un cuarto crimen en una casa solitaria, por qué no se le ocurrió ir a ese lugar con refuerzos, por qué no pensó que el delincuente estaría acompañado de sus secuaces? Una máxima de la operatoria policial es no hacer intervenciones en inferioridad de condiciones con el delincuente. Ni siquiera en igualdad de condiciones. Las intervenciones, cuando son planeadas, siempre se hacen sobre seguro. Lonnrot debió haber pedido ayuda, al menos, a su colega Treviranus, e ir a hacer una captura segura. No lo hizo así y pagó esa estulticia con su vida. En cambio, el criminal Scharlach el Dandy fue más inteligente. Sabiendo que el detective iba a ir a la escena del próximo crimen, lo esperó con otros delincuentes. Eso hubiera hecho la policía en Plata quemada, y se hubiera ahorrado tanta muerte. O, en todo caso, se hubiera ahorrado la novela.
¿Qué hace falta para alcanzar una literatura policial peruana, no digamos auténtica —en literatura no se puede hablar de autenticidad, menos en la policial—, pero sí representativa? En primer lugar, mirar menos a los costados. Después, crear, recrear la realidad, no como telón de fondo sino como protagonista. Cuesta decirlo, pero en el Perú se vive una especie de thriller eterno: el intento de restablecer un orden que no se conoce. No se puede restablecer la justicia porque, lamentablemente, el orden que debería representarlo es injusto. Las personas se mueven en un status quo viciado, contaminado de corrupción, de violencia, de mentiras. El status quo peruano es lo más parecido al caos. Pero ahí pululan las historias. Basta ir a un juzgado y revisar los expedientes. En el Perú funcionó la PIP (Policía de Investigaciones del Perú), el cuerpo de detectives más eficaz de Latinoamérica; sus archivos alimentaron la serie televisiva “Gamboa”. Hay que ir a esos archivos y volver a leer cómo se resolvieron los casos más intrincados. Las historias que vamos a encontrar, y las que vemos a diario, son más sórdidas, más lacerantes, pero, a la vez, más intensas y convincentes que las que nos cuentan nuestros vecinos; hay que recrearlas y llevarlas a los libros. Después de más de cien años de mirar a los costados, es hora de hacer novelas policiales a la peruana.
(Artículo publicado en la revista impresa Lima Gris 17)
Inventado
por Poe en su primer relato, y que se deriva de la reducción de la pregunta en
inglés Who has done it?, who’s done it? –Quién lo hizo?
Declaración
aparecida en el capítulo El cuento policial, del libro Borges oral, publicado por Bruguera, Barcelona, 1980, pag. 88.
Modernidad y posmodernidad: la novela
policial Iberoamericana, texto de Leonardo Padura, revista
Hispanoamérica, Año 28, Número 84, 1999, pag. 37-50.
El meñique de la suegra y los
orígenes de la novela policial en el Perú, texto de Ricardo
Sumalavia, aparecido en la revista Quehacer, Número 134, Lima, enero-febrero
2002, pag. 122-124.
BIBLIOGRAFÍA
Ampuero, Fernando 2006 Caramelo verde. Lima. Alfaguara.
Borges, Jorge Luis 1980 Borges oral. Barcelona. Bruguera.
Calderón Fajardo, Carlos 1990 La conciencia del límite último. Lima. Mosca Azul.
Goldemberg, Isaac 2010 Acuérdate del escorpión. Lima. Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
Lauer, Mirko 1985 Pólvora para gallinazos. Lima. Mosca Azul.
Padura, Leonardo 1999 Modernidad y posmodernidad: la novela policial en Iberoamérica. Revista Hispanoamericana. Año 28. Número 84.
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2006 Abril
rojo. Lima. Alfaguara.
Sumalavia,
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2002 El
meñique de la suegra y los orígenes de la novela policial peruana. Revista Quehacer. Lima. Número 134.
Vargas Llosa, Mario 1992 ¿Quién mató a Palomino Molero? Barcelona. Seix Barral-Biblioteca Breve.
Todo por ‘Facu’: madre de niño con distrofia muscular camina de Tacna a Lima solicitando apoyo [VIDEO]
Brenda Barazorda camina más de mil kilómetros llevando un chaleco con un QR para que los buenos ciudadanos le donen un poco de dinero y así recaudar 15 millones de soles lo que vale el tratamiento.
Madre solo hay una. No cabe duda de que el amor de una madre no conoce límites ni barreras, tampoco impedimentos físicos o mentales, y mucho menos las distancia. Brenda Barazorda ha iniciado una larga caminata desde Tacna hasta Lima llevando consigo un chaleco con un enorme QR para que las personas le puedan colaborar. El único propósito es salvarle la vida a su hijo que sufre una rarísima enfermedad llamada distrofia muscular de Duchenne.
Según Barazorda, Facundo fue diagnosticado con este mal genético cuando tenía seis años, y desde entonces viene recibiendo terapias físicas y medicamento; sin embargo, los únicos que son aprobados en el Perú ocasionan efectos secundarios.
En setiembre del 2024, la campaña ‘Todo por Facu’ se formó con el objetivo de acceder a un tratamiento genético llamado Elevidys, uno de los más costosos del mundo y que promete retrasar e incluso detener el avance progresivo de la enfermedad.
Luego de hacer rifas pro fondos y pedir colaboraciones voluntarias para lograr su meta, Brenda y su familia decidieron promover la recaudación de donaciones por medio de un reto: caminar por más de 15 días desde Tacna hasta la ciudad de Lima.
Brenda Barazorda lleva su quinto día de caminata y ya se encuentra en la región Moquegua. La madre de Facundo publica videos en la página oficial de Facebook ‘Todo por Facu’, donde registra sus avances y explica en qué parte de la ruta se encuentra.
fuente: bdp.
Ya que el monto es muy alto, Barazorda calculó que una donación de S/ 15 hecha por al menos un millón de personas que conozcan el caso de su hijo, es suficiente para lograr su meta. Así lo hizo saber en su primer video publicado luego de iniciar su reto.
Las personas de buen corazón que deseen enviarle un pequeño donativo pueden hacerle a la cuenta de la madre de Facundo.
Yape: 995648500, a nombre de Brenda Barazorda Valer
Cuenta BCP S/: Cuenta Ahorro Soles 19122064504077 y CCI 00219112206450407758, a nombre de Brenda Barazorda Valer
Cuenta BCP $: Cuenta Ahorro Dólares 19196562381156 y CCI 00219119656238115652, a nombre de Jorge Luis Ordóñez Ruiz
Cuenta Fifth Third Bank $: Cuenta de Cheques 7992611793, Código Swift ftbcus3c, dirección 38 Fountain Square Plaza, Cincinnati, OH, 45263
Cuenta PayPal: (i) Usuario: @jorgeordonezruiz (ii) Correo: jorge.ordonez.ruiz@hotmail.com (iii) Paypalme: www.paypal.me/jorgeordonezruiz
A alentar, pero desde casa. Desde que asumiera Dina Boluarte a la presidencia del Perú los lazos con el gobierno del dictador venezolano Nicolás Maduro se encuentran en una constante tira y afloje entre ambos países debido a discrepancias políticas.
Bajo ese contexto, la Cancillería peruana emitió recientemente un comunicado desaconsejando a los ciudadanos viajar a Venezuela para alentar a la ‘Bicolor’ en su partido válido para las Eliminatorias al Mundial 2026.
El encuentro, programado para el martes 25 de marzo en el estadio Monumental de Monagas, en la ciudad de Maturín, enfrenta a Perú contra la Vinotinto en un contexto de tensión política y limitaciones logísticas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores reiteró las recomendaciones emitidas el 28 de diciembre de 2024, destacando que la ausencia de funcionarios consulares peruanos en Venezuela, expulsados tras el quiebre diplomático, dificulta cualquier tipo de apoyo a los connacionales.
“Se desaconseja el viaje de peruanos a Venezuela debido a las limitaciones para prestar asistencia”, señala el comunicado oficial.
fuente: 24 horas.
El Perú no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela
Cabe recordar que desde el pasado 28 de julio del año pasado nuestro país no reconoce a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela, debido a un presunto fraude electoral.
La postura peruana derivó en la ruptura de relaciones y la expulsión mutua de cuerpos diplomáticos y desde agosto de 2024, Brasil asumió la representación consular peruana en Venezuela, conforme a la Convención de Viena.
A la fecha y desde septiembre de 2024, tres peruanos permanecen detenidos en Venezuela, de los cuales no se recibe ninguna información de parte del régimen chavista.
A inicios de febrero, el canciller peruano Elmer Schialer dijo que, al no contar con representación diplomática en Caracas, se ha recurrido a las autoridades diplomáticas como intermediarias, sin resultados favorables hasta el momento. Los peruanos detenidos en Venezuela fueron identificados como Renzo Huamanchumo Castillo, Ricardo Meléndez Guerrero y Carlos Madrid Martínez.
Como manda la Ley. El Tribunal Constitucional (TC) ha emitido una sentencia que obliga al Banco Central de Reserva (BCR) a cumplir con las disposiciones legales sobre el uso correcto del escudo nacional y el lema “Firme y Feliz por la Unión” en la acuñación de monedas y billetes.
Según informó la oficina de imagen institucional del TC, esta decisión responde a la demanda interpuesta por el experto en protocolo de Estado, Carlos Tenicela Ninamango, quien denunció al BCR en el año 2022 a que respete las normas vigentes.
La resolución, emitida en el marco del expediente 01303-2023-PC/TC, declara fundada en parte la demanda de Tenicela Ninamango, quien argumentó que el BCR no ha cumplido con lo establecido en el artículo 7 del Decreto Ley 11323 de 1950 y la Resolución Legislativa de 1825. Estas normativas exigen el uso correcto del escudo nacional y el lema en las monedas y billetes emitidos por la entidad.
El TC ordenó que el cumplimiento de esta disposición se materialice en el próximo circulante de monedas y billetes que emita el BCR, con forme a la Ley 32251.
“Está constituido por un timbre una corona cívica de encina, cerrada, vista de plano, y el blasón está sostenido a cada lado por dos estandartes nacionales con la bandera nacional, uno pequeño adelante y uno grande atrás, y las banderas nacionales entrelazadas en la parte inferior”, decía la referida norma.
Tenicela Ninamango argumentó que el artículo 49 de la Constitución Política de 1993 establece los símbolos de la patria y sus características, y que el BCR ha venido utilizando un escudo nacional que no se ajusta a lo dispuesto en la Resolución Legislativa de 1825. Asimismo, señaló que tanto esta resolución como el Decreto Ley 11323 son normas vigentes, y que el BCR no ha demostrado que hayan sido derogadas.
▶️ La Sala Primera del Tribunal Constitucional ordenó al @bcrpoficial dar cumplimiento al mandato contenido en la Ley 32251 y hacer uso correcto del escudo nacional y el uso del lema nacional “Firme y Feliz por la Unión” en la acuñación de las monedas y billetes que emite. pic.twitter.com/3Ax9VyYd2p
— Tribunal Constitucional del Perú (@TC_Peru) March 19, 2025
Con esta sentencia, el BCR se encuentra obligado a ajustar sus prácticas en la emisión de monedas y billetes para alinearse con las normativas que regulan los símbolos patrios. Esto implica que el próximo circulante deberá reflejar fielmente el escudo nacional y el lema “Firme y Feliz por la Unión”, tal como lo establece la legislación vigente.
Cifras para morir.Resulta increible que todavía se debata un moción de censura para el titular del Ministerio del Interior (Mininter), Juan José Santiváñez, cuando las cifras les son totalmente contrarias y por ello ya debería de estar botado sin tanto rodeo.
La criminalidad se ha convertido en un problema que afecta a la población sin distinción alguna, cobrándose la vida de cientos de personas en lo que va del año. Las cifras del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) revelan un escenario inquietante: hasta el 18 de marzo de 2025, se han reportado 475 homicidios en todo el país. Este aumento de la violencia ha superado los registros de años anteriores y refleja un fenómeno que las autoridades no han logrado contener.
Las cifras del Sinadef muestran que los homicidios en el Perú han alcanzado niveles alarmantes. Solo en los dos primeros meses del año se registraron 368 asesinatos, una cifra significativamente mayor a la de periodos similares en años anteriores. Con los homicidios reportados hasta el 18 de marzo, el promedio actual indica que cada cuatro horas una persona es asesinada en el país.
El estado de emergencia decretado por la presidenta Dina Boluarte, ese mismo 18 de marzo, fue solo tinta en papel, pues en el transcurso de 24 horas 15 personas fueron asesinadas en distintas partes del país, incluyendo siete en la capital y el primer puerto, y otras ocho en provincias. La violencia continúa escalando, poniendo en jaque a las estrategias gubernamentales. Mientras tanto, las extorsiones y amenazas se han convertido en una realidad cotidiana para los peruanos, quienes sienten que la inseguridad sigue ganando terreno.
Cifras a nivel regional
Lima encabeza la lista de homicidios con 160 casos, seguida de La Libertad con 49, Callao con 42, Piura con 34 e Ica con 20. Estos datos reflejan que la violencia se ha extendido a diversas regiones, impactando en la vida de miles de ciudadanos. La mayor parte de las víctimas han sido atacadas con armas de fuego, lo que demuestra la facilidad con la que los delincuentes acceden a este tipo de armamento.
Cantarán por la paz. Aparte de la comida, al peruano le gusta mucho la cumbia y la reciente muerte de Paul Flores, conocido como el ‘Russo’, les ha tocado en el corazón; no solo su trágica partida, sino las razones de la misma la cual es la extorsión, el común denominador de miles de peruanos que viven el día a día con temor a que un delincuente les arroje una granada a sus viviendas o negocios.
La reacción de la población ya pasa como un hecho sociológico, pues su incomodidad es una respuesta casi inconsciente a que los extorsionadores choquen contra las agrupaciones de cumbia. Ese género musical asociado con alegría, celebración, reunión entre amigos y familiares, festejo; y arrebatarles eso se podría decir que es una línea que atravesaron los extorsionadores.
Es por ello que este viernes miles de peruanos, de todas las clases, ideologías y movimientos sindicales, saldrán a protestar contra la inseguridad. En esa movilización civil se sumarán además las agrupaciones musicales de cumbia, en evidente apoyo a la población que al igual que ellos se sienten indefensos.
De acuerdo a los anuncios que se vienen difundiendo en las redes sociales la marcha se congregará a partir de las 5 de la tarde en la plaza San Martín, en el Centro de Lima, no mencionándose cuál será su ruta o si posteriormente habrá un pronunciamiento de los organizadores.
En tanto, destacados grupos como Los Hermanos Yaipén, Corazón Serrano, y Armonía 10 se unirán a otros artistas y grupos musicales que ya confirmaron su asistencia.
Las mencionadas agrupaciones en un principio habían mencionado que no participarían de las protestas, pues consideraban que estaba “politizada”, sin embargo, ante la presión pública, las agrupaciones se retractaron y confirmaron su participación en la protesta, reafirmando su compromiso en la lucha contra la creciente violencia en el país.
fuente: exitosa.
Por otro lado, Agustín Távara, mánager de Armonía 10, manifestó que la orquesta ha decidido no volver a presentarse en Lima debido al alto riesgo que representa la creciente ola de criminalidad en la capital.
En declaraciones para Latina, el mánager confirmó la determinación de la banda y enfatizó que la seguridad de sus integrantes es la principal prioridad. “La orquesta no tocará más en Lima mientras persista esta ola de crímenes y extorsiones. No hay presentaciones programadas y no las habrá hasta que la situación mejore”, expresó, dejando en claro la gravedad del problema que enfrenta el grupo.
¡Alarmante! Aulas con grietas y sin expediente técnico: padres denuncian gestión irregular en colegio PNP Santa Rosa
Tuvimos acceso a documentación donde la directora admite que la construcción fue realizada por un ‘maestro albañil de la zona’ y justifica la falta de estudios técnicos por costos excesivos.
El colegio Santa Rosa de Lima 2001 administrada por la Policía Nacional del Perú podría terminar en escombros. La construcción, avanzada en su estructura, no tiene techo ni puertas y presenta rajaduras. Fue iniciada en la cuestionada gestión de la actual directora, ST1 PNP Flor Betzabé Cama Trebejo, sin contar con expediente técnico.
Lima Gris tuvo acceso a una carta de julio de 2024, donde la propia directora admitió que: “En lo que respecta al pedido de información relacionado al expediente técnico, la presencia de un ingeniero residente, el estudio de suelo, el diseño arquitectónico; son requerimientos que generarían costos excesivos que no forman parte del Plan anual 2024. No obstante a ello se cuenta con los planos de construcción y la experiencia de un maestro albañil que labora muchos años por la zona”.
La directora priorizó la reducción de costos en la construcción de las aulas, pese a no contar con los estudios técnicos exigidos por ley, dejando en manos de un “experimentado albañil” la edificación de aulas para albergar a 180 alumnos menores de edad.
La respuesta de la directora Flor Cama, demuestra el total desconocimiento de la normativa y una omisión al criterio de salvaguardar la vida de sus estudiantes. La normativa vigente para todo tipo de edificaciones establece que antes de la construcción debe existir un expediente técnico aprobado por la municipalidad del distrito correspondiente. Este expediente no existe, pues según la directora, generaría un costo excesivo.
El peligro de construir sin estudios técnicos
Además de ello, la Sub Oficial que ejerce el cargo de directora, incumple varios de los lineamientos que constan en la norma técnica “Criterios Generales de Infraestructura Educativa”, que establece el Ministerio de Educación para la edificación de escuelas. Aquí precisa que “los estudios más relevantes para el diseño de infraestructura educativa son el estudio topográfico y el Estudio de Mecánica de Suelos (EMS)”.
Según la directora Cama Trebejo de la Institución Educativa PNP Santa Rosa 2001, el estudio de suelos “no forma parte del Plan anual 2024”. Sin embargo, para el Ministerio de Educación, el estudio de suelos es imprescindible antes de edificar. Las rajaduras en las paredes generan preocupación sobre la seguridad estructural de la edificación, que actualmente, está pintada de blanco, sin techo ni puertas. Literalmente, la obra es un elefante blanco y además representa un peligro latente.
Las tres aulas en construcción presentan grietas preocupantes.
El Ministerio de Educación, se manifestó en este sentido el 06 de setiembre del 2024, mediante una carta afirmó que “el proceso regular para la construcción, ampliación o remodelación de una infraestructura es solicitar una licencia de construcción presentando un expediente técnico; una vez regularizada la licencia, se solicitan las visitas técnicas a la municipalidad”.
Fuente: Minedu.
Las obras iniciadas el 26 febrero de 2024 fueron paralizadas en julio pasado. Las tres aulas siguen deshabitadas desde entonces y los alumnos tienen que ocupar aulas de material pre fabricado instalas en el patio del colegio. Según un grupo de padres de familia, se ha gastado en la construcción de estas tres aulas alrededor 16 mil soles del presupuesto aportado por los padres.
El colegio Santa Rosa de Lima 2001 tiene una población estudiantil que bordea los 900 alumnos, los cuales aportan, cada uno en la actualidad 400 soles anuales. Por lo que se calcula que el aporte de los padres el año pasado fue de 360,000 soles.
Además, es importante señalar que en el año 2023, un informe que realizó la empresa Group Hesti Arcon S.A.C a las estructuras del colegio Santa Rosa de Lima 2001, en sus conclusiones y recomendaciones mencionó que el centro educativo se encuentra con deficiencias en la estructura y que se recomienda la demolición de la infraestructura existente.
¿Quién responde por estas irregularidades?
Estos hechos evidencian una grave deficiencia en la gestión de la suboficial PNP Flor Betzabé Cama Trebejo al frente de la I.E. Santa Rosa de Lima 2001. Los padres de familia reclaman la inspección urgente de la Municipalidad de San Martín de Porres, Defensa Civil, el Ministerio de Educación y la Policía Nacional del Perú, para que evaluen la seguridad de la obra y determinen las responsabilidades antes de exponer a los estudiantes a un riesgo mayor.
El colapso del techo del Real Plaza en Trujillo, que causó 8 muertes y dejó 82 personas heridas, es un ejemplo de las consecuencias fatales de la falta de supervisión técnica en construcciones. La comunidad educativa espera respuestas concretas. Mientras tanto, las aulas con grietas son un recordatorio alarmante de los riesgos de construir sin planificación ni supervisión profesional.
El silencio de la directora Flor Cama
Nos contactamos con la directora Flor Betzabé Cama Trebejo para recoger su versión pero hasta el cierre de este informe no hemos tenido respuesta. Mediante un mensaje de WhatsApp, el día de ayer le enviamos algunas preguntas que debe responder con urgencia. Aquí algunas de ellas:
¿Por qué construyó tres aulas el año pasado sin haber realizado primero un expediente técnico y un estudio de suelos?
¿Conoce usted la normativa vigente para la edificación de escuelas?
¿La Municipalidad de San Martín de Porres le aprobó algún estudio?
A pesar de que han pintado de blanco las paredes, son evidentes las grietas. ¿Serán habitables las tres aulas construidas en su gestión?
Sabemos que el ingeniero que firma los planos no está habilitado por el colegio de ingenieros ¿Por qué lo contrató?
¿Cuánto presupuesto demandó esta edificación?
¿Hasta cuándo van a estudiar los alumnos en aulas pre fabricadas instaladas en el patio?
Son solo algunas preguntas que necesitan respuestas.
La situación del colegio Santa Rosa de Lima 2001 es alarmante y evidencia una gestión negligente que pone en riesgo la seguridad de la comunidad educativa. La falta de un expediente técnico y de supervisión profesional en la construcción deja en evidencia una grave irresponsabilidad, agravada por la admisión de la directora de que la obra se lleva a cabo sin estudios esenciales. Si no se toman medidas urgentes, la estructura inacabada y debilitada podría convertirse en un peligro inminente, transformando lo que debería ser un espacio de educación en un símbolo del abandono y la incompetencia institucional.
Es importante que el ministro de Educación Morgan Quero y el ministro del Interior Juan José Santiváñez tomen cartas en el asunto para no lamentar una tragedia en el centro educativo de la familia policial.
En pleno siglo 21 y homofóbico. El Poder Judicial (PJ) declaró consentida la condena contra el ex integrante de la orquesta Zaperoko, Juan Carlos Paz Lobatón, por burlarse de un miembro de la comunicada LGBT en el año 2018.
Paz Lobatón, quien no presentó ningún recurso para revertir la decisión judicial, es condenado a dos años de pena privativa de la libertad suspendida, así como el pago de una reparación civil equivalente a dos mil soles y el cumplimiento de reglas de conducta, según Sergio Cruz abogado y asesor de litigio estratégico de Promsex.
El fin del proceso judicial ocurre luego de 6 años y cuatro meses. Como se recuerda, el 30 de noviembre de 2018, el ciudadano Antonio Gálvez denunció haber sido víctima de burlas homofóbicas por integrantes de la orquesta de salsa conocida como Zaperoko.
Antonio Gálvez, joven discriminado por ex integrante de Zaperoko. Foto: Promsex.
“Uno de los integrantes se encontraba parado parodiando sus movimientos de forma burlona y exagerada, y era apoyado con burlas y risas ruidosas por los demás integrantes y el dueño de la orquesta musical”, detalló Promsex sobre el caso. Las grabaciones de Gálvez sirvieron para identificar a sus agresores.
El representante de Promsex recordó que la denuncia de Gálvez fue vital para que las autoridades atendieran el caso, así como el apoyo que recibió de miles de internautas quienes condenaron lo ocurrido. Sobre el agresor Paz Lobatón, “lo último que supimos es que ya no formaba parte de la orquesta, pero había periodos en los que trabajaba con ellos, otros en que no. Ha estado trabajando de manera intermitente”.
El Gerente Regional de Transportes y Comunicaciones de Loreto, Dr. Pío Flores Tang, visitó la provincia fronteriza del Putumayo para coordinar acciones con las autoridades locales y promover proyectos de infraestructura vial. Uno de los principales temas abordados fue el mantenimiento de la carretera Flor de Agosto – Puerto Arica, una vía clave que podría reducir la distancia entre Iquitos y la localidad de El Estrecho.
Durante la reunión con el alcalde provincial, se acordó gestionar una visita conjunta a Provías y al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) con el objetivo de solicitar mayor atención para el mantenimiento de esta ruta estratégica.
Además, se resaltó la importancia de un trabajo articulado entre el Gobierno Regional y las autoridades locales para impulsar el desarrollo de la provincia. En ese sentido, Pio Flores Tang reafirmó el compromiso del gobernador René Chávez de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de esta zona fronteriza, considerada un bastión de patriotismo y peruanidad.
Actualmente, la región Loreto enfrenta grandes desafíos en su infraestructura vial debido a la falta de mantenimiento y las condiciones climáticas adversas. Muchas de sus carreteras y caminos rurales se encuentran en estado de deterioro, lo que dificulta el transporte de personas y productos. En varias localidades, la conexión terrestre es prácticamente inexistente, obligando a los pobladores a depender del transporte fluvial, lo que encarece costos y limita el acceso a servicios básicos.
Pese a estos problemas, el Gobierno Regional ha anunciado la priorización de proyectos de infraestructura vial en diversas zonas, con el objetivo de mejorar la conectividad y dinamizar la economía local. Sin embargo, el avance de estas iniciativas sigue dependiendo del apoyo del Gobierno Central y de una mejor asignación de recursos, algo que las autoridades locales buscan gestionar con urgencia.