Estamos en tiempos turbulentos y esa turbulencia basada en diferentes sucesos de confusión, generalmente es aprovechada por “agentes particulares” para amedrentar y censurar a sus más férreos críticos.
Esta vez, la censura se estaría ejerciendo contra el periodista Hugo Guerra Arteaga, quien enfrenta un proceso penal por difamación agravada, por haber llamado “basura” y “poder de cuarta” en las redes sociales al programa dominical “Cuarto Poder”.
El 39º. Juzgado Penal de Lima, a cargo de la juez Judith Villavicencio Olarte, admitió a trámite la denuncia el 10 de septiembre de 2018 y ordenó comparecencia simple para el periodista y tomar las declaraciones de las dos partes, antes de resolver definitivamente el proceso.
En esa línea, Guerra Arteaga, rindió su declaración hace un año, el 28 de enero de 2020; sin embargo, mañana, 25 de enero será la audiencia vía Google Meet y podrían sentenciarlo a prisión suspendida y a un pago de S/100 mil soles, por concepto de indemnización.
Aquí no se trata de hacer un espíritu de cuerpo colectivo con los ojos cerrados, porque incluso para eso, se tiene que ser responsable y estar informado. No obstante, en esta querella, existe una atipicidad feroz, porque habitualmente, las querellas son interpuestas por personas y entidades jurídicas por considerar que se ha afectado su honor, pero es raro y atípico que precisamente sea un medio de comunicación el que pretenda censurar a otro periodista a través de una querella por difamación; en especial si se trata de América TV, que es parte de la concentración periodística formada por el oligopolio del Grupo El Comercio, al cual Hugo Guerra estuvo vinculado por 35 años, incluso como directivo.
Algo que resulta incoherente, es saber que América TV también es parte del Consejo de la Prensa Peruana y, además, firmante de la Declaración de Chapultepec de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que precisamente, lucha incansablemente contra la criminalización de las faltas periodísticas y exige la despenalización de la querella, por haber servido en los últimos años como “arma” para amordazar a los profesionales de prensa críticos y sus investigaciones periodísticas.
Evidentemente, Guerra Arteaga no niega la publicación de los tuits que emitió sobre este tema; sin embargo, también aclara que lo hizo en un contexto de confrontación con el programa “Cuarto Poder”.
El contexto se dio a una semana de producirse la segunda vuelta electoral presidencial en junio del año 2016. Aquella vez, Cuarto Poder publicó un informe según el cual la entonces candidata “Keiko Fujimori habría lavado US$ 15 millones a través de (su asistente de campaña) Joaquín Ramírez, según investigación de la DEA”. Desde el programa “Las cosas como son”, que se transmitía en Panamericana TV, en calidad de panelista Guerra opinó que la denuncia era grave, que debía ser remitida a la fiscalía, pero que – basado en su amplia experiencia periodística- lo informado por “Cuarto Poder”, más que informe periodístico, tenía todos los visos de “operativo político” para hacer ganar electoralmente al candidato Pedro Pablo Kuczynski.
Inmediatamente, esta opinión la publicó en un artículo en el diario El Comercio (después de lo cual fue despedido como columnista) y la reiteró en su red social, opinando en Tuiter sobre lo ya mencionado (poder de cuarta y prensa basura).
No obstante, el periodista Augusto Thorndike que hoy se muestra incisivo porque es parte de Willax, pero que anteriormente fue parte del programa de América TV, confesó que el reportaje de la investigación de la DEA a Keiko Fujimori por lavado de activos en Cuarto Poder era falso y que fue armado por la colombiana Clara Elvira Ospina. Aquella declaración testimonial la hizo la noche del lunes 26 de abril de 2021, tras conducir interinamente el programa de “Beto A Saber”.
Asimismo, el pasado 16 de mayo de 2016, el diario El País a través de la periodista peruana Jacqueline Fawks, publicó: “La DEA ha asegurado este lunes que la candidata presidencial peruana Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, no se encuentra bajo investigación, ni ha sido nunca investigada por esa agencia estadounidense, encargada de combatir el tráfico de drogas a nivel internacional”.
Actualmente, esto nos devela que existió un vil ejercicio periodístico por parte de aquel programa dominical en 2016, y que también ha tenido otros cuestionamientos, como la presentación de un criptólogo, que lanzaba predicciones matemáticas con respecto a los resultados de las elecciones presidenciales de 2021.
Otra de las críticas que sirvió para que expulsaran a los dos noveles conductores de “Cuarto Poder” y a su productor, se debió a un reportaje en diciembre de 2021 que hablaba de un audio bomba-revelador (así lo promocionó el programa) entre Alejandro Sánchez y el exproductor del programa, Christian Sotomayor, que supuestamente implicaba al presidente Pedro Castillo.
Nuevamente somos testigos de una escaramuza que enfrenta a dos derechos fundamentales: el derecho al honor y el derecho a la libre expresión.
Ahora bien, en el delito de difamación, el bien jurídico protegido es el honor; sin embargo, la opinión es una idea o juicio que una persona tiene de algo o alguien, en tanto, emitir una opinión mediante cualquier medio, también es un derecho tutelado y protegido por La Declaración Universal de Derechos Humanos. En esa línea, la libertad de expresión es el derecho a pensar por cuenta propia, pero también es el derecho a compartir sentimientos e ideas sin ningún tipo de discriminación. Por lo tanto, es un pilar de la democracia, porque para conformar una sociedad libre, es necesario que esté debidamente informada.
Como se dice coloquialmente, Hugo Guerra “no es nuevo en el oficio”, porque además de periodista, es abogado y es cofundador del Consejo de la Prensa Peruana, y ha sido vicepresidente para el Perú de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa. Entonces, solo cabe inferir que —él sabía lo que hacía —cuando emitió los calificativos que hizo sobre “Cuarto Poder”, mientras ejercía su derecho de libre expresión; no obstante, si un periodista de larga data y experimentado como Guerra, es víctima de una “censura” y “amedrentamiento” arropados por la instancia judicial, no queremos imaginar ¿qué pasaría con un periodista en ciernes que ose emitir una opinión frontal?
Hugo Guerra, señala que no se rectificará, porque considera que no ha cometido agravio alguno, porque no ha sostenido nada que sea falso o calumnioso y que está dispuesto a probar y fundamentar sus opiniones. Asimismo, manifiesta que no pagará ninguna indemnización por ser injusta y porque carece de los medios económicos para hacerlo.
Y ante la eventualidad de una sentencia condenatoria en primera instancia, Guerra Arteaga manifiesta que apelará y como abogado recurrirá a la Exceptio Veritatis, (excepción de verdad) que consiste en la facultad para demostrar que todo lo que aseveró corresponde a la verdad. Y si esto es corroborable y demostrado en la instancia judicial, entonces, quedaría exento de toda pena.
En todo caso, América TV tendrá que demostrar que su “informe” en el caso de Fujimori-DEA se basó en hechos reales, comprobables y verificables… y es muy improbable.
Ahora bien, este caso es de interés público porque aborda un importante suceso político, que devela una manipulación periodística, ejercida por un desprestigiado programa de televisión, en pleno proceso electoral.
Finalmente, es menester remarcar del modo más enfático que en nuestro país, tal como establece nuestra Carta Fundamental: no hay persecución por razón de ideas, ni delito de opinión.