En la Bienal de Cusco que se realizó del 9 de mayo al 9 de junio, participaron más de 100 artistas. Entre las diversas exposiciones y actividades culturales, también se inauguró “Magna Peccatrix / Ego Peccatrix” en el Museo de Arte Contemporáneo del Cusco. En esta exposición colectiva participaron 11 mujeres cusqueñas, artistas contemporáneas que mostraron un alto nivel de producción en cada una de sus obras.
La bienal es organizada por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, la Municipalidad de Cusco, la Universidad de Arte Diego Quispe Tito y el Museo Qorikancha.
El talento de las artistas cusqueñas nos permite no solo voltear la mirada hacia el Cusco, sino también, entender que diversas obras de arte de alta calidad se están desarrollando fuera de la capital peruana. Lo lamentable es que los medios de comunicación de Lima, no les ofrece un espacio para dar a conocer su arte, una realidad que ya están acostumbradas a batallar día a día, es por eso que esta Bienal para ellas representa una importante vitrina cultural.
Andrea Florez García, Arlet Vera Núñez, Lissette Vera Otazu, Valería Salinas Yabar, Andrea Flores Olivera, Stephani Orihuela Alegría, Harumi Suenaga, Yanet Echarri Hanco, Lenyan Veka Pantigoso, Delfina Nina Pinchi y Amira Prada Eslachin, son las artistas cusqueñas que con gran talento están despertado los intereses de diversos críticos de arte, galerías y coleccionistas nacionales e internacionales.
Once mujeres que a base de mucho trabajo vienen demostrando que en el arte cusqueño también existe el talento femenino. Desde Cusco conversamos con cada una de ellas. Además, Lissette Vera Otazu, lanzó esta petición:
“Todas estamos de acuerdo en hacer una petición, ya que se está intentando homenajear a la mujer artista, creemos que sería más coherente y justo que en vez de recibir homenajes y premios, sería perfecto que se instaure un concurso para mujeres, o una especie de exposición anual femenina. Ese sería nuestro pedido al Ministerio de Cultura de Cusco”.
Aquí las preguntas con algunas de las participantes.
ANDREA FLOREZ GARCÍA
Andrea Florez.
¿Qué estás presentando en la Bienal de Cusco?
Estoy presentado 1667 Self-por-trait, es un videoarte que permite al espectador ingresar a mis recuerdos, además, es como un experimento de fotografías, videos y preguntas que me hago a mí misma y también a otras personas. Por otro lado, también lo considero como un videocollage, que es muy reflexivo y además, íntimo. Lo que he hecho es dividirlo en siete capítulos, que es desde mi niñez hasta el presente.
¿Por qué elegiste el video como soporte?
Soy comunicadora audiovisual, y me gusta mucho la fotografía y hacer videos, eso es lo que me apasiona. Quise hacerlo así porque quería que exista un video en toda esta sala, y eso como que ya lo tenía totalmente definido. Además, ha sido una oportunidad muy grande el hecho de exponer éste video aquí, y es muy emocionante que muchas personas puedan ver qué piensas.
De alguna forma el video sirve como una ventana para ingresar a tu interior
Sí, por eso te decía te decía que es un collage muy íntimo, que de alguna forma quiero que la gente lo vea, porque se podría sentir identificado(a).
¿Qué significa para ti participar de la Bienal de Cusco?
Cuando me dijeron para participar, me sentí muy emocionada, yo hecho exposiciones en Lima y estar aquí en el lugar donde nací es muy emocionante. Es una experiencia que me va a marcar mucho a nivel profesional y también como persona. Además, está la experiencia de conocer nuevas artistas que son contemporáneas a mí y eso me hace muy feliz.
¿Crees que las artistas cusqueñas están ganado más espacio en el Cusco?
Sí, y creo que eso es bastante importante, ya que la sociedad donde vivimos es bastante cerrada, ahora que hay una sala en la Bienal especialmente para la mujer, más allá del tema del género, es porque es mucho más sensible como vemos el arte nosotras, y creo que eso aquí en Cusco permite a la gente también mostrarle que no solo hay artistas hombres, sino también artistas mujeres que pueden hacer cosas mucho más chéveres o mejor que un artista reconocido.
ARLET VERA NÚÑEZ
Arlet Vera.
Arlet, háblanos de tu propuesta que estás presentado aquí en la Bienal
Como la muestra se trataba sobre el autorretrato, quise representar un episodio de mi vida que me marcó bastante, entonces, yo lo separo cronológicamente, es por eso que cada pieza tiene fecha, y eso representa un episodio especial, sea con imágenes o con textos que contengan el mensaje de lo que he vivido.
Es interesante el formato que utilizas, ya que te alejas del lienzo cuadro
Justamente era para no hacer lo tradicional que siempre se hace, también para que tenga un poco más de movimiento, ya que la línea del tiempo siempre es algo recta. Mi trabajo tiene una forma que baja, y eso es porque empecé bien en un momento y tuve una caída, al final vuelve a salir, es por eso que busco la forma de usar éste formato. Por qué no pueden ser cuadros, pues, porque si pongo los cuadros en esta disposición no tendrían el mismo mensaje.
¿Qué significa para ti la bienal como artista y como cusqueña?
Para ser la primera bienal después de tanto tiempo, es bastante importante, quizá se ha demorado mucho en realizarse, porque han pasado otros artistas antes que nosotros que quizá también pudieron ser partícipes, pero la bienal es algo que va cambiar mucho nuestro camino, ya que nos va abrir puertas por otros lados y eso nos hace sentir que tenemos un sitio más dentro de lo que es la sociedad.
¿Crees que la mujer se está empoderando en el arte cusqueño?
En realidad, yo no comparto mucho ese concepto del feminismo, soy muy imparcial en ese sentido, esta muestra se trata solo de mujeres, porque es el homenaje a la artista mujer, y no por el hecho que allá estos movimientos ahora. Pienso que siempre han existido artistas mujeres, pero nunca hubo una muestra así, por eso se ve intensificado todo esto.
LISSETTE VERA OTAZU
Lissete Vera Otazu
Me encanta tu cuadro, siento que existe una fuerte crítica.
Jorge Flores llevó a cabo este proyecto que trata de homenajear a la mujer artista en Cusco, y sabemos que lamentablemente la historia no cuenta toda la verdad, es porque que no se tiene registros de artistas cusqueñas en ningún libro, entonces, la propuesta que él nos dio fue crear un personaje de ficción ideal nuestro, y cuando meditábamos la idea, la mayoría de las chicas concluían que necesariamente no era muy atractivo crear algo, más bien dijeron que era mucho más directo que nosotras mismas tomáramos ese papel de mujeres artistas homenajeadas. Entonces, hicimos un autorretrato o una interpretación de nosotras mismas, en este caso he realizado una interpretación, ya que lo que quiero mencionar en la obra, es sobre los pensamientos de una mujer, que son la falta de libertad de pensamiento en todos los ámbitos de la vida, la limitación cultural y social, la limitación con su cuerpo. Es por eso que vemos a mi personaje con los pájaros ahí atrapados con su cabello, como una especie de cautiverio. En la parte de abajo he querido desligarme un poco de lo feminista o de mí en este caso. También he querido hablar sobre la muerte, la soledad, la multitud y el miedo a lo distinto.
¿Qué tal tu experiencia en esta bienal?
En realidad estoy muy agradecida de que me hayan invitado, para participar en la bienal primero hubo un concurso, yo me presenté para el concurso y extrañamente no salí calificada, pero salieron mucha gente que me pareció un poquito cuestionable. Felizmente me doy con la sorpresa de que Jorge Flores me invita para la exposición de mujeres. Invitó a varias chicas, incluso algunas tiraron la toalla en el proceso, y de alguna manera me siento muy privilegiada, porque yo quería participar de la bienal. Ahora si pensamos en una crítica a la bienal, creo que hay muchos puntos que se podrían mencionar, desde el homenaje que se está realizando a tres personajes masculinos pintores, y que solo imaginamos que por ir con lo políticamente correcto han intentado abrir una sala para las mujeres.
¿Sientes que esto ha sido la cuota femenina?
De alguna manera sí, aunque también es contradictoria, ya que obviamente tiene que existir, sin embargo, sería mucho peor que no exista. Quiero también felicitar el trabajo de Jorge Flores, porque no sé si te has dado cuenta, creo que esta sala y las propuestas de la chicas, ha sido la más atractiva e interesante.
Sin duda, no solo por las obras, sino también por la curaduría
Exacto, por eso menciono a Jorge, porque cuando nos invitó, él nos hizo propuestas, y nos incentivó a ir un poquito más allá para no hacer un arte convencional, sino más bien hacer propuestas que tiren más al arte conceptual. Yo no he podido desligarme de eso, pero las chicas han trabajado muy bien, hay obras que me encantan y que les he tenido un poco de envidia, porque han expresado algo que no es común en nuestro medio cultural cusqueño, ya que algunas nos limitamos a un cuadro o una escultura. Yo soy escultora, y en realidad para mí ha sido todo un reto pintar, estudiado pintura pero hago escultura en realidad.
VALERIA SALINAS YABAR
Valeria Salinas.
Háblanos de tu obra que se titula “Reinventar el hilo negro”
Mi obra es una muestra entre el bordado y la animación que son ahorita mis intereses principales, el bordado es un poco porque he crecido con la tela y la fibra, mi abuelita cose, mi mamá cose, entonces, usar el hilo y darle textura a lo que de alguna manera sería un dibujo sencillo. Entonces, estoy tratando de proponer el bordado como otra técnica de dibujo. También me interesa mucho la animación, porque creo que en general a todos los grandes exponentes del arte los podemos encontrar en lo que es animación, tano en dibujos, películas y videojuegos. Mi idea fue platear una visión personal, como hemos todas para esta muestra, tratar de mostrar un poco de nosotras, esa cara que todo el mundo ve, y que todos piensan lo que uno es, y demuestro que probablemente hay otra debajo. Es otra manera también de mostrar que todos nos vemos diferentes, pero en el fondo todos somos iguales.
Tu obra es una especie de fotogramas que van mostrando la desfiguración del rostro del personaje
Exacto. Comienza de espaldas y es como lo que uno ve a primera vista y luego vas conociendo más a una persona y al final te das cuenta que no se conoce completamente a nadie. Es ese proceso incluso de conocerse a uno mismo, generalmente es u punto de quiebre cuando algo pasa por algo que suele ser malo, a veces es algo bueno, pero tocar tus puntos de quiebre es lo que te obliga a ver cosas que quizá no querías verte antes, entonces, te obliga a reconocerte y mostrarte como nadie te había visto antes.
¿Qué representa para ti esta bienal en Cusco?
Como cusqueña, artista y mujer, para mí ha sido muy importante, porque es difícil vivir de esto, tener reconocimiento es muy complicado acá, y la bienal ha sido una gran oportunidad para nosotras, es la segunda vez que tengo una exposición así, relativamente grande, hace un par de años, gané un concurso de arte, y expusieron un trabajo mío, y desde esa vez recién estoy volviendo a exponer. Repito, es complicado tener reconocimiento y vivir del arte en el Cusco, y esto me parece una iniciativa muy buena, ya que estoy viendo a chicos y chias que entre nosotros nos conocemos, conocemos nuestro trabajo, pero la gente no, entonces, es una plataforma increíble para darnos a conocer a todos. Acá que estamos solo chicas, incluso entre nosotras no nos conocíamos, nadie conocía el trabajo de las demás, y ver que hay más gente que piensa como tú, te hace sentir que no estás sola y que puedes trabajar en conjunto, es una muy buena experiencia.
ANDREA FLORES OLIVERA
Andrea Flores.
Andrea, en la bienal estás presentado tu obra K’ anchariq, que significa “El que ilumina”, háblanos sobre tu trabajo
Mi trabajo es un homenaje a las mujeres andinas, ya que durante muchos años mediante los textiles transmitieron una información sobre cómo la cultura andina sintetizaba las formas y la naturaleza. Lo que hice es un autorretrato, en uno de ellos hay una equis, y eso demuestra que yo soy del Cusco, que es mi lugar de nacimiento. En el segundo cuadro hice iconografía de Pitumarca, son flores de papa sintetizada, yo traté de enlazarlo con los hilos, la iconografía traté de unirlo con mis manos, porque es un poder que tengo dentro mío, ya que es mi identidad que ha ido desarrollándose desde que soy niña. A lo largo de los años me ido identificando más con la cultura y me siento sumamente orgullosa de la cultura andina. Todos los bordados de mi obra son a mano, yo misma los he bordado y también he realizado la sesión fotográfica para mis trabajos.
¿Qué significa para ti la Bienal de Cusco?
Me siento muy contenta de que ya exista una bienal en Cusco, es el modo de que los artistas cusqueños nos hagamos conocer en Perú y en el mundo. También me alegra que hayan dado un espacio para las mujeres, ya que este es un trabajo de la tenacidad y el sacrificio de las artistas que nos antecedieron, gracias a ellas es que hoy estamos aquí y estamos exponiendo nuestras obras.
Muchas veces cuando los artistas van a las galerías de arte reciben como respuesta: “tu trabajo no vende”. ¿Cómo trabajan desde el Cusco ese tema comercial?
Es bastante complicado, existía una galería que se llamó Tawa, y era el espacio que nos apoyaba con el arte contemporáneo. Lastimosamente en Cusco, en todas las galerías que encuentras en San Blas o en la Plaza de Armas, la mayoría son trabajos muy comerciales, repetitivos, casi se podría decir como estampas. Entonces, cuando viene el turista o la gente del exterior para ver lo que se hace en Cusco, no hay un lugar donde se muestre que sí existe gente trabajando y no realizando lo repetitivo que siempre vemos.
STEPHANI ORIHUELA ALEGRÍA
¿Qué buscas transmitir con tu obra?
Mi trabajo lo he basado en utilizar los medios contemporáneos, que en este caso es una instalación hecha de radiografías, la cuales constan de un retrato de mi cabeza, mi mano mostrando el dedo medio y una radiografía de mi pelvis. En esta obra intento plasmar mi cuerpo como mujer en esta exposición de artistas mujeres. En Cusco no tenemos espacios en donde presentar este tipo de obras, y creo que la bienal es un buen espacio para mostrar este tipo de trabajos contemporáneos.
Ese dedo medio con el anillo es bastante provocador
En lo que yo me baso es en la desconceptualización de las palabras, que mayormente las personas toman como insulto o cosas que no son agradables. Para mí mostrar el dedo medio con el título de mi obra Lil Slut, que significa pequeña «perra», es desconceptualizar todo el significado que tiene como tal y transfórmalo en algo diferente.
¿Qué representa para ti esta bienal?
Esta bienal es demasiado importante aquí en Cusco, y ya nos hacía falta para poder mostrarnos y tener un espacio en el cual podamos participar con nuestra obra, ya que en Cusco somos pocas mujeres artistas jóvenes. Es importante que conozcan lo que hacemos.
HARUMI SUENAGA
Háblanos sobre tu obra
Con el tema de autorretrato de artistas jóvenes cusqueñas, en la obra toco el tema de identidad cultural, en el caso particular siendo nikkei (descendiente japonés) en Cusco como característica más notable. Utilizo la estética japonesa de la pintura kaiga y me plasmo como una ekeka, la idea del ekeko en este caso representa que llevo varias cosas entre las cosas que hago, cosas que me gustan y cosas que anhelo, podría decir que en vez de abundancia llevo mis deseos.
¿Qué significa para ti esta bienal de artes visuales?
Considero que es un evento cultural y artístico muy importante para la ciudad de Cusco sobre todo para la labor de los artistas locales, de trayectoria profesional y también para artistas que recién se insertan en este rubro. Es muy motivador no sólo para mostrar mi obra sino por el intercambio que puede aportar a todos.
YANET ECHARRI HANCO
¿Qué representa tu obra “Vuele bajo”?
Mi obra es un globo del hombre araña, y este globo representa a mi hijo, y el personaje en miniatura soy yo jalando de la cuerda a mi hijo, es como una lucha entre la ficción y la realidad, por otro lado es como si mi hijo quisiera llevarme a su mundo de ficción entre dibujos animados, es por eso que yo jalo la cuerda para tratar de traerlo a esta realidad. El título “Vuele bajo” es de una canción dedicada a los hijos, vuele bajo porque el mundo o la realidad es otra, ya que los adultos al mundo le hacen daño. Propongo este tema porque sabemos cómo es la sociedad, ya que el niño en su inocencia vive un mundo de fantasía, pero al crecer se va dando cuenta que es otra la realidad de la sociedad. Además, esa cuerda también representa el cordón umbilical que una vez nos unió.
¿Qué significa esta bienal para ti, como artista pero sobre todo como madre?
Esta bienal ha sido una gran oportunidad, porque a mí me han invitado. Años antes estaba buscando otros proyectos un poco alejada de la pintura, y para mí esto es una experiencia maravillosa el participar en esta exposición de artista cusqueñas y sobre todo jóvenes. Esta es una puerta que se nos abre para poder mostrar nuestro trabajo. Creo que un cuadro dice más que mil palabras.
Es una pena que no existan muchos espacios para exponer en Cusco
Dentro del Cusco tenemos salas como el Museo de la Municipalidad y el Museo Qorikancha, también el de la misma escuela, y otras salas que no tiene la acogida del público. Pero exponer en esta sala del Museo de Arte Contemporáneo en Cusco nos permite un espacio para poder mostrarnos, ya que esta sala esta incluida en el boleto turístico. Las personas que vienen de otros países tienen que saber que en el Cusco hay arte contemporáneo hecho por mujeres cusqueñas jóvenes.
LENYAN VEKA PANTIGOSO
Lenyan Veka.
Háblanos de esta instalación que presentas aquí en la bienal
En principio la propuesta que teníamos nosotros era el tema de retrato, si bien es cierto yo quise expresarlo de otra manera, no con el retrato de mi rostro, sino con el retrato de mi habitación y mis elementos. Yo hice un retrato más intrínseco conmigo mismo, mi parte interna de cómo pienso, cómo actúo, y cómo me siento en el ámbito social y amoroso, entonces, comencé a jugar con los elementos que conozco y son parte mía, con temas que tiene que ver mucho con el erotismo, tiene que ver con los encajes las medias, las faldas traslucidas, también use un corsé, es decir todo netamente erótico. Igual tengo como elementos mis poemas, que son poemas que construyo, también está la tina que para mí representa el baño, y el baño es purificar. Básicamente construyo un rito, el bailar es una catarsis de mi misma. Mi trabajo consiste en cómo yo misma rompo con ciertos estereotipos, con dolores, con pesares, y termino como limpiando mi corazón. Algunas cosas las conservo en el frasco ya que son parte mía, pero también voy dejando y voy limpiándome.
Es curioso el color de los elementos que utilizas, está el blanco, negro y rojo.
En este caso he usado una trusa con la cual me baño, es decir, alguien sale del público y me baña con eso mismo y cambia le frasco, y también me entrega mi corazón para librarme a mí misma lo corto, al final hay un grito liberador, es un grito de desgarro.
¿Qué nos puedes decir de tu experiencia en esta bienal?
Para mí y creo que también para muchas de mis compañeras esta bienal es una oportunidad, una ventana para que podamos tener un espacio y para que la gente conozca nuestro trabajo. Así podrán ver esta generación y conocer cuál es el papel de la mujer. Si bien es cierto que tenemos antecedentes únicos y maravillosos que despiertan en nosotros también inspiración, entonces hay una Sylvia Plath, una Mercedes Sosa, una Patti Smith. Juego mucho con estos personajes que me inspiran, que me gustan y rodean desde mi niñez. De igual forma esta Coco Chanel, personajes únicos que se han dispersado. Entonces, siempre vamos con el tema de la fluidez del arte.
Cómo percibes la mirada del público hacia las instalaciones en el Cusco
Bueno creo que todavía es algo que se está abriendo, el público cusqueño está acostumbrado a ver pintura, escultura, que es lo tradicional que tenemos. Pero creo que también se necesita darle un enfoque diferente, donde mezclas el teatro, la danza, la poesía, entonces, son otros lenguajes que articulan el arte. Creo que la gente recién está despertando en eso, a veces ven con extrañeza o juzgan de otra manera. Creo con el tiempo se van acostumbrar, van a entender y van a conectarse más.
DELFINA NINA PINCHI
Delfina Nina.
Delfina estás presentado tu obra “Comunión”, de gran formato que impresiona a simple vista. Cuéntanos sobre tu trabajo.
En esta muestra de mujeres presento un mural efímero llamado “Comunión”, lo he ejecutado en siete días, el proceso ha sido muy importante. Trabajé el rostro con alfileres que es una especie de vudú, la cara de esta imagen soy yo. Tenía una bisabuela que era sanadora y partera, pero ella fallece cuando yo tenía siete años. Una vez que fallece comienzan a comentar que ella había hecho brujería a varias personas, yo como niña no podía aceptar todo esto que le decían.
Entonces, tomo esta forma como queriendo ayudarla inconscientemente. Yo me vuelvo bruja, tomo esa identidad y crezco de esa manera, sintiendo que lo que yo hago es de brujas. Esta imagen la he tenido hasta el día antes de ejecutar esta obra, y el haberme creado esta imagen me ha causado problemas de todas maneras, uno porque después me iba enterando que se hacía con la brujería, entonces, yo renegaba por gusto, ocultaba cosas, pero cada vez que no aceptaba me volvía más oscura, eso es lo que yo sentía.
La única manera de querer ser yo sin toda esta creación, era unirme a mi bisabuela. Por esta razón estos alfileres que se ven, están colocados bajo un mapa de acupuntura facial. Son dos conocimientos totalmente distintos, una vez terminado el mural se puede ver la persona, ni buena ni mala. Ya depende como lo vea el espectador desde su conocimiento. Esto no terminada aquí, este es un mural inconcluso, el 9 de junio que fue el cierre de la bienal ella volvió a su oscuridad para seguir tal cual es sin cuestionarse. Todo está registrado.