Hace varios años que, en el centro de Lima, el rezago de la movida subterránea nos ha entregado excelentes poetas. Muchos de ellos, es cierto, derivaron en cierto conformismo o en integrarse al establishment y “combatir al monstruo desde adentro” y bla bla bla. Lo cierto es que un grupo de poetas, músicos y artistas undergrounds, todavía siguen haciendo lo que se hacía en los ochenta y el “hazlo tú mismo” con fanzines hechos a mano (El Poste del desaparecido Máskara, Los Poetas del Asfalto de Richi Lakra y Primo Mujica que va en el nro. 170!, etc.,) y en eventos callejeros con gran cantidad de público que abarrota sus convocatorias.
Una de estas personalidades, salida de esta poesía citadina y subte destroy hasta la médula, es Natalie Celio. Su poesía es venal, vivencial, con rasgos de saliva, lágrimas y sangre. Aunque su profesión tiene que ver con la salud, eso no es escollo para (de)mostrarnos que puede hacer de soprano al lado del mismo Chinaski: Me gustaría ser Bukowski, // haberte amado como conocido // una templada noche de mayo, unos centavos, un hotel // un corazón que termina, // cuando los perros rondan el infierno. O cantarnos de forma cruda y sin delay y sin reverb: Pensé que mi corazón se perdió en Lima // Bajo bolsas de plástico y periódicos amarillos. Eso y muchas figuras y metáforas salen como navajas de sus textos y uno no queda invicto ni sale ileso. Mejor leamos lo que ella nos dice de sí misma:
“Nacida en Comas, Lima un 7 de Setiembre. Enfermera de profesión y escritora por frustración, miembro del colectivo artístico independiente Poetas del Asfalto, donde colabora con artículos hasta la fecha. Fundadora y exintegrante del colectivo Poetálica, cantante de la banda de rock Cirko Terror; sin libros ni poemarios publicados pero no descarta en algún momento publicar algo cuando su odio o amor por Lima lo ordenen.
A veces suele hacer relatos cortos con alter egos masculinos, el mejor toma el nombre de «Vito » o «Miguel», dueña de una página virtual poética llamada » La ventana de Jezabel» en honor a la reina fenicia que en algún momento también se convierte en su alter ego en su mayoría en sus reflexiones filosóficas.
Seguirá escribiendo hasta cesar, bien su vida o su frustración.
Natalie Celio”
LIMA, LA PERDIDA
Guarda los pocos recuerdos que tuvimos,
ausculta, por ratos
los latidos perdidos,
La rabia de los perros,
circulación mayor de los vicios.
Pensé que mi corazón se perdió en Lima
Bajo bolsas de plástico y periódicos amarillos,
Oliendo lo poco que queda del ayer
De su terrible colonización,
de virreyes,
tapadas y reformas borbonas,
de su quechua
sin signos.
Ayer bajo un vaso,
pensé verte en esta Lima,
Pero sólo fue un recuerdo más en el vacío,
que sació este vehemente olvido.
Lima, de tristes poetas,
negados
abatidos de mentes,
con forma y sin contenido,
círculos religiosos
de «buena y mala poesía»
disfrazados de intelectuales,
enfermos de conceptos.
Eres aquello que amo y odio,
eres la madre enferman que cuido y protejo
Querida Lima mía, no te mueras
Aún guardas buenos tiempos
de Revolución,
de Inkarri,
de bohemia
de tus niños limeños,
Si tu palacio no te salva, te salvarán los insatisfechos.
3,1416 DE TODO
Un beso es ahora
como contemplar una estrella,
Pero no por la excelencia
sino por la distancia,
Como aquella canción,
la delicadeza
el recuerdo de su melodía
años luz de tus sensibles tímpanos.
Recuerdo, un ósculo, no común, ni muchos,
Aquél que pueda hacer sentir a la muerte perderse miles de vidas.
Como unas alas,
como el regalo de la tierra
hacia el cielo.
Aún sueño …
Un beso ¿Qué no daría por un beso?
Todas las determinantes que nos separan,
aquél 3,1416 de todo,
La agonía de la mentira,
y la verdad absoluta
Penúltima gota de vino
para saciar la beodez
del cinismo,
Eso es un beso, somos.
La máscara del amor, encono profundo y
después,
soñar despiertos
SER BUKOWSKI
Me gustaba ser Bukowski,
viajar en un carro elegante y rojo,
desgastar mis poemas en perecederos amores,
de esquinas, procaces
como aquello que me diste.
Me gustaría ser Bukowski,
así no prometer nada que no llegue a los 15 dólares,
costaba mi vida diaria,
decaer en Lima
eructar vapores etílicos,
como las piernas de las esquinas
quejarme por intentar dolerme.
Me gustaba ser Bukowski,
vomitada de las sectas poéticas,
que no den un centavo por mí,
graznan, escépticos
mientras me dicen: ¿Por qué tú?
yo respondo: Por ustedes.
Me gustaría ser Bukowski,
haberte amado como conocido
una templada noche de mayo, unos centavos, un hotel
un corazón que termina,
cuando los perros rondan el infierno.
Me gustaba ser Bukowski,
aún tengo una jaula,
un pájaro azul en mi pecho,
en proceso de adaptación.
Me gustaría ser Bukowski,
y vivir bajo una niñez presente
entre mis demonios, evaporarse bajo alma de bovino,
caminar, pensante, por la ciudad
a punto de fagocitarme.
Me gustaba ser Bukowski.
tragarme la guerra,
mi leucemia,
mis otras dolencias,
acariciar mis personajes,
viciosos
perpetuos
pedófilos,
sudando el oficio errante del cartero;
Lima carece de muchos,
los pocos que quedan, piensan en volarse los sesos.
Me gustaría ser Bukowski,
no sería tercermundista
tal vez me compraría un rifle,
mi escuela se afilaría de cadáveres,
el patio del recreo,
a la última campanada de clase.
Me gustaba ser Bukowski
y aún no era Bukowski,
ni la última letra de su apellido
sólo fui la sensación, al pasar la hoja de su libro;
orean a mi, el amor infiere,
como gatos que visten de negro en invierno
aún no conozco el infierno,
y lo mejor de conocerlo,
es no serlo.
Me gustaría ser Bukowski,
no decirte aquello que destella mis labios
cuando desnudos, quiera encontrar,
tus ojos,
cuando desnudo, quieras huir,
de mis labios.
Tomaría el tinto, sin vaso
y a tu primera palabra interrumpiría
intenta
intenta
solo soy una puta,
con sus propios poemas.
Don ´t try.
AYER, HOY… SIEMPRE
Hoy,
hay sinnúmero de cartas,
en mi cabeza,
llenas de perversiones.
Ayer, hoy
siempre.
Supongo que esta mierda de aparato siempre me habla,
y no sé si será real
compadecer la figura,
o darlo por hecho.
Y entonces,
vuelve la paranoia
tomar, patear,
cerrar mis ojos,
escuchar el silencio
de los viejos edificios.
Mañana,
se encenderá una luz que
ayer tal vez ya no encienda.
(ven, huye descalzo y en puntillas) vete.
Bebe inalcanzablemente
mi cuerpo,
no olvides vaciar la botella,
suele caminar triste,
sin tu vacío dentro.
COMO PARA DECIRTE ADIÓS
Actúo, como para decirte adiós
sin preguntar con quién estás,
sin mirarte a la cara cuando tus ojos brillan
sin brillar, cuando tu sonrisa me ilumina.
Actúo, para decirte adiós
sin que te des cuenta,
y sonrío, mientras me tocas
y me iré contigo, sin que me lo pidas
para despedirme, sin que me des la bienvenida.
Te digo adiós, sin marcharme
buscando las manijas de nuestras horas,
no estaré cuando la noche te conozca
y llegaré cuando vea el día.
Te digo adiós,
esperaré al amor antes de darte un beso,
en nuestras despedidas malas,
al cerrarme la reja de tu casa.
Y mientras me dices te quiero,
No pienses en amarme mientras las aves regresen,
porque
mientras no estén, aún podemos amarnos.