Opinión
Mascotas literarias
Lee la columna de Rodolfo Ybarra
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4 días agoon
Los animales han sido parte del mundo literario. Desde Platero y yo, de Ramón Jiménez y más antes con textos del Ramayana cuando Rama forma una alianza con los monos; o de la biblia y todos los pasajes donde aparece el cordero, el asno o los cerdos, etc.; el mundo de los animales ha sido adaptado e incluido en la creatio humana ya sea como parte o como personaje en las fábulas con características impuestas: el zorro, la astucia; el león, la fuerza; el perro, la fidelidad; la hiena, el salvajismo; la paloma, la espiritualidad, etc.
Por estos lares, ante el decline y desgaste de textos como Coquito, Carlitos, Cholito, etc., hay una efervescencia de textos infantiles y juveniles, que han encontrado en los animales, poderosos alter egos o doppelgangers que nos hablan, nos cuentan sus historias demasiado humanas: El gallito que leía periódicos, de Jack Flores que nos trae a la memoria a Los Músicos de Bremen (hermanos Grimm), y esos animales que espantan a los cacos como el gallito travestido de fantasma. Chimpamono, de Manuel Raya, que sueña con viajar por el mundo y conocer la torre Eiffel, las pirámides egipcias o Machu Picchu. Chocodrilo (excelente título minimalista), de Santiago Risso que sublima a un predador y lo convierte en “amigo” casi una mascota que se alimenta de chocolates. Rum Rum, un lugar mejor, de Juan José Cavero que narra una historia real, la del zorro que fue confundido como perro y que roba gallinas, patos y cuyes. Otros títulos interesantes serían ¡Guau, guau! patita de perro, de Baldomero Hernández; y Rubia y Rayo, de Miriam López que narra una amistad entre una cerdita, un perro y una niña que dialoga desde la nostalgia.
Aunque hay poetas como Arturo Corcuera que nos han ilustrado en este mundo mágico vía su Noé Delirante; este desarrollo narrativo fabulesco está cada día más compacto y diverso. Quizás si se afina (o refina) un poco más podríamos revivir al perro que sueña en Niebla, de Unamuno que, salvando distancias, podría ser casi la misma visión de MVLL sobre los hipopótamos cuando este dice en una entrevista, que son animales pacíficos, que practican el sexo por horas y que no hacen daño a nadie. No obstante, la realidad nos dice que este herbívoro es el que más humanos mata. Y quizás la fantasía no debería ser antítesis de la realidad.
(Columna publicada en Diario UNO)
Rodolfo Ybarra. Ha estudiado matemática pura, física, electrónica y comunicaciones. Ha publicado una veintena de textos entre novelas, cuentos, poemarios y ensayos. Ha dirigido un programa de televisión de contracultura y política, y editado revistas y fanzines. Se expresa también vía el vídeo y la música. Desde el 2007 maneja el blog www.rodolfoybarra.blogspot.com.
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Opinión
Volumen de Geraldo
Lee la columna de Julio Barco
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6 horas agoon
04/01/2025By
Julio BarcoLa literatura como ensayo de la propia voz, del propio quehacer creativo, como una pizarra para dibujar los movimientos internos que preludian la forma literaria. Pensar la literatura como propuesta estética nos lleva a libros como El oficio de vivir de Pavese, con su registro diario del quehacer previo a la escritura, o La tentación del fracaso, de Julio R. Ribeyro, donde se muestran los peregrinajes de un escritor.
En esos afluentes se mueve Bajar el volumen (Sauvage Atelier, 2024) de Gonzalo Geraldo. Estructuralmente, viaja en la anáfora de “¿Cómo comienza una vida? ¿Cómo se escribe una vida?”, sintetizando su itinerario: dibujar la mente que hilvana la creatividad poética. Gastón Bachelard dijo que la poesía es el acercamiento a la infancia, el regreso necesario a ese cosmos. Así, el yo textual salta los límites de la realidad del adulto y se afirma como “niño anciano”
Bajar el volumen sigue la propuesta de Baudelaire, que se alegraba de alcanzar en la soledad su yo verdadero y aseveró que la genialidad es recuperar la infancia. Ese “ser” que solo puede mirarse en la representación de ideas, es decir, la palabra, manifiesta que: “La primera ficción de este dietario, /su contrato con la experiencia, su contrato/con los acontecimientos” (p. 7) Esos contactos serán los que revelen los límites infinitos de su identidad como escritura.
Los prolongados epígrafes o citas (Brecht, Barthes, Lihn, Macedonio Fernández, Piglia, Fontenelle, Roberto Bolaño, etc) son asideros que permiten colorear los estados anímicos y crear su mirada como consecuencia frontal del diálogo metaliterario. Pienso en un antecedente: Diario de la muerte de Barthes, un texto que se teje como un dietario, de pinceladas fragmentarias, tras la muerte de la madre del autor. Entre ambos libros, la búsqueda de un lenguaje frente al vacío y la realidad es la propuesta central. Esa costura a la intemperie, ese balbucear lo posible, el yo real, el literario.
¿Qué es la escritura de un diario? En principio, es un género abierto, también puede funcionar como un campo de autoobservación. Eso hace Bajar el volumen: observar de cerca el desasosiego de crear literatura.
(Columna publiada en Diario UNO)
Opinión
Carta abierta de Vladimir Cerrón a los perulibristas desde algún lugar del país
El lìder de Perú Libre se pronunció desde la clandestinidad.
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1 día agoon
03/01/2025Por Vladimir Cerrón
Muchos me han reprochado, a lo largo de las dos últimas décadas, por qué en lugar de hacer política no me concentré en enriquecerme con mi especialidad, la neurocirugía, puesto que varios de mis colegas, aun con sus limitaciones profesionales, lo habían hecho. Ante este permanente cuestionamiento de algunos camaradas, a quienes considero vale la pena explicarles, les he dicho que mi accionar en política responde a la lealtad de mi propia historia.
El secuestro de mi padre y su posterior asesinato por sus ideas; mi viaje, estudios y permanencia más de una década en Cuba; el haber vivido, forjado una familia y soportado junto a ese heroico pueblo el bloqueo norteamericano; y, el adquirir una cultura de resistencia para enfrentar los embates de la vida, hicieron de mí un producto consciente de la revolución, que jamás traicionaría.
Tampoco podría defraudar a quienes dejaron sus gotas de sangre en los surcos de lucha, tengo la obligación moral de continuar, sin el mínimo derecho a renunciar. Cada día soy más consciente de que nada de esto hubiera sido posible sin estas circunstancias. A esto responde la creación del movimiento regional Perú Libre, el mismo que posteriormente se transforma en partido nacional, como iniciativa de un pequeño colectivo de jóvenes huancas el año 2005.
A raíz de los modestos éxitos en el gobierno regional de Junín, en los campos social, económico e institucional, que la historia dará cuenta oportunamente, el enemigo decidió que no debíamos avanzar más, desatando una tormenta de ataque múltiple con sus operadores de justicia, llegando a ser el político más investigado del país, producto del cual enfrenté más de 220 procesos penales, de los mismos que se archivaron el 93 %, siendo sentenciado arbitrariamente en dos ocasiones.
En ambos casos, las causas eran jurídicamente simples, pero políticamente complejas, como podrán ver más adelante, los mismos que fueron anulados por la justicia constitucional, uno por uno, pero con daños irreversibles y perdurables en el tiempo. En ninguno de ellos se me acusó de extraer o recibir dinero, en las dos causas la sentencia fue ad portas de procesos electorales, a pocos años de prisión efectiva, que bien pudieron ser suspendidas, pero suficientes para conseguir una inhabilitación política.
Fui enviado a prisión el 5 de agosto de 2019, sentenciado por negociación incompatible en el caso Saneamiento La Oroya, destituido del cargo de gobernador regional, de la docencia universitaria, del hospital donde era médico especialista en neurocirugía, obligado a pagar una reparación civil onerosa e inhabilitado para ocupar cargos en el Estado, así provengan de elección popular, además de ser estigmatizado por la prensa como corrupto a nivel nacional. Esta sentencia me impidió postular en la fórmula presidencial el 2021. A los cinco años, el 18 de agosto de 2023, la sentencia fue anulada, pero el daño estaba consumado.
Cuando salí de prisión, el 18 de octubre de 2019, al variarse la sentencia de prisión efectiva a suspendida, decidimos que el partido debía continuar su rumbo, producto del cual, aun cuando me tacharon de la fórmula presidencial, ganamos las elecciones generales el año 2021, situación que desesperó a la oligarquía, quien decidió apretar nuevamente sus cuerdas judiciales, procediendo a una persecución brutal al partido y, posteriormente, al golpe de Estado militar-parlamentario del 7 de diciembre de 2022.
Recuperado mis derechos políticos y anulada la primera sentencia del caso Saneamiento La Oroya, el 18 de agosto de 2023, temerosa la oligarquía de que mi persona asuma cargo en el gobierno, inmediatamente propició una segunda sentencia. En la causa conocida como Aeródromo Wanka, alegando un “daño potencial”, en un proyecto que jamás se ejecutó, ni demandó un centavo al Estado, fui condenado el 6 de octubre de 2023, volviendo a mi condición de inhabilitado políticamente. Al año siguiente, el 3 de diciembre de 2024, esta condena también fue anulada por la justicia constitucional, pero con las infaltables secuelas colaterales.
Esta segunda sentencia me obligó a tomar el camino de la clandestinidad, condición que mantengo hasta la actualidad, resistiendo con mayor compromiso y realismo, puesto que, a diferencia de la primera, hoy tenemos que cuidar la moral no solo de la militancia, sino también del destacamento en el parlamento, representado por nuestra bancada congresal, única trinchera de lucha de la clase trabajadora, a quienes con mi encarcelamiento hubieran intentado doblegarla.
Empero, existe una condición vital para que la resistencia sea exitosa, por más prolongada que sea. Me refiero a la moral que debe acompañar a todo militante y simpatizante, la misma que debe permanecer intacta ante los embates, además de respaldada por la seguridad de tener la conciencia limpia, caso contrario, sería un fracaso por partida doble. No obstante, estar en la clandestinidad es un estado complicado, atrapado en el dilema de estar libre, pero sin poder moverte, enfrentando continuamente circunstancias más duras que estar en la propia prisión, esto lo afirmo con conocimiento de ambos indeseables espacios. Son los tiempos difíciles de los que hablaba Fidel, para saber realmente de qué estamos hechos.
Esta cruda realidad le permitió al partido despertar de su letargo, transitando de una etapa de triunfalismo nefasto a una de solidaridad, lucha y movilización, expresado en la reactivación de nuestros comités provinciales, difusión del órgano oficial, creación del canal por las redes sociales, reactivación de las escuelas políticas, difusión de murales, realización de banderolazos, plantones y vigilias, reclamando por mi libertad, lo que permitió elevar nuestra conciencia política.
En ninguna de las circunstancias tuvimos la solidaridad de ningún partido que aún conserva su membrete de izquierda, por el contrario, se percibía alguna satisfacción y, en el mejor de los casos, su neutralidad. Lo menciono no por resentimiento, sino para resaltar la ausencia del valor de la solidaridad, rasgo inequívoco que caracterizó a la izquierda de antaño, que al día de hoy no existe, producto de la psicología alienante, mercantilista e individualista, que como triunfo ideológico el neoliberalismo impregnó sobre la masa popular, logrando corromper nuestra conciencia de clase.
Sin embargo, como la dialéctica es la dialéctica, no deja de presentarnos escenarios contradictorios, nuevos, pero a la vez reales. En el plano nacional tuve el respaldo de quienes nunca hubiera esperado, como la del periodista Ricardo Uceda, primera personalidad en acreditar mi inocencia, ante la opinión pública nacional e internacional, en la sentencia del caso Saneamiento La Oroya, causa que consideró el primer caso típico de lawfare. Lo más curioso de la contradicción es que no solo denunció el nuevo poder político de los jueces y fiscales, sino que, además, lo escribió en la misma entraña del diario La República, órgano oficial de nuestro principal enemigo mediático.
Asimismo, el jurista, exjuez penal y docente, Guillermo Olivera Díaz, a quien nunca había conocido antes, totalmente ajeno a mi filiación ideológica, tomó la decisión de ayudarme ad honorem, enclaustrándose por una semana en los archivos de la Corte Suprema de Justicia para desentrañar el caso Saneamiento La Oroya a partir de sus elementos primigenios. Posteriormente, viajaría hasta Huancayo, para hacer lo mismo con el caso Aeródromo Wanka, llegando a la conclusión en los dos casos de la arbitrariedad de las sentencias.
En el plano internacional, la izquierda latinoamericana representados en el Foro de Sao Paulo, el Seminario Internacional de México del Partido del Trabajo, la Internacional Antifascista de Venezuela, entre otras organizaciones, además de personalidades continentales como José Mujica Cordano de Uruguay, Alberto Anaya Gutiérrez de México, Atilio Borón de Argentina, Esteban Silva de Chile, Ricardo Abreu de Brasil, Nidia Díaz de El Salvador, Carlos Aparicio Vedia de Bolivia, Ricardo Patiño Aroca de Ecuador, Carlos Zamora Rodríguez de Cuba, Alexander Yánez Deleuze y Rander Peña Ramírez de Venezuela, Gloria Flores y Marcelo Caruso de Colombia, siempre alzaron la voz de protesta ante esta injusticia, haciéndonos presente su solidaridad internacionalista.
El imperialismo para controlar sociedades, potencialmente alienables, como la nuestra, crea su propia “oposición” política: la izquierda caviar, que no es más que la vieja socialdemocracia repotenciada, la careta humana del capitalismo. En nuestro país es conocida como la izquierda capitalina, limeña, oenegera o de las consultorías. Esta falsa oposición recibe un financiamiento externo a través de las oenegés, instituciones privadas que tratan de desvincular la paternidad política foránea. Para la comandancia de una de ellas, es indispensable reclutar a “connotados” izquierdistas, quienes claudicaron en sus aspiraciones, renegando de su ideología primigenia, convencidos de lo inviable de una revolución y dispuestos a engrosar las filas del revisionismo, postulando reformas o asistencialismo sin tocar el modelo neoliberal, para la perfecta operación encubierta de cara al pueblo.
Las oenegés, con el pretexto de combatir la violación de los derechos humanos, inseguridad ciudadana, corrupción de funcionarios, crimen organizado, feminicidio, crímenes de odio, trata de personas, racismo, xenofobia, migración forzada, etc., penetran nuestra sociedad, llegando a controlar los bolsones sociales más álgidos, los mismos que son organizados a la medida de sus intereses, prestos a la movilización cuando los convoquen, para simular un movimiento espontáneo y genuino del pueblo, habiendo logrado en ocasiones derrocar a gobiernos incómodos.
Sin embargo, si analizamos profundamente, nos daremos cuenta de que estos males, a que dicen combatir, no son más que engendros del propio capitalismo. Es así como, tras esta maniobra, en aparente democracia, se permite la existencia de una “oposición” política antimperialista, que en realidad es falsa, mediocre, domesticada y farisea, como dijera Mariátegui. Esta, a la vez produce una peligrosa “delimitación política” importante, puesto que para el neoliberalismo todo lo que queda fuera de este marco opositor creado por ellos mismos, son estigmatizados como terroristas, radicales o antisociales, llegando a criminalizarse a la verdadera oposición política.
No debemos perder de vista que esta falsa oposición tiene otra misión, quizá la más importante: asaltar el poder político estatal. Para lograr este cometido se infiltran en los órganos de justicia, los servicios de inteligencia y los medios de comunicación, a través de sus oenegés, usadas como el anzuelo perfecto, para luego de capturarlas y crear lo que se conoce como el Deep state, Estado profundo o Estado oculto, lo que les permite gobernar sin haber sido electos, de manera indefinida, independiente de cualquier gobierno de turno.
Nuestro partido no podía tolerar que estos demócratas burgueses, socialdemócratas o caviares, utilizaran el discurso marxista para engañar al pueblo, sirviendo a los empresarios y banqueros, por lo que comenzó una confrontación ideológica, política y programática, durante la campaña, logrando sobreponerse. La entrada de Perú Libre al Ejecutivo y Legislativo, como representante de la izquierda popular, provinciana o del campo, arrebató a la izquierda capitalina treinta y siete curules, la desenmascaró ante la opinión pública y puso en evidencia al Deep state caviar.
Esto los incomodó de mala forma, producto del cual pusieron en marcha a sus operadores judiciales, disponiendo un uso bélico no convencional de los instrumentos legales y creando los falsos positivos judiciales, con la única misión de liquidar al partido. Así, empezó una persecución sin precedentes, motivo por el cual tenemos presos a los camaradas Arturo Cárdenas, Waldir Vilcapoma, Eduardo Reyes y Eduardo Bendezú, además de cientos de procesados, todos cuadros políticos destacados, de quienes quedan afectados gravemente su esfera familiar, laboral, económica y judicial. Ni siquiera la derecha conservadora o burguesía burocrática, había sido tan implacable.
Esta circunstancia permitió evidenciar las debilidades de los que se proclamaban connotados revolucionarios, quienes terminaron renunciando a su militancia tras la primera notificación fiscal, al primer cuestionamiento de los medios de comunicación, al primer allanamiento domiciliario, decidiendo abandonar la bancada y posteriormente el partido. Sufrimos bajas que afectaron cuantitativamente la combatividad de la izquierda popular en el parlamento e indudablemente fortalecieron a nuestros enemigos de clase, la izquierda caviar.
El número de bajas que sufrió la bancada es histórico, de los treinta y siete congresistas que ingresaron con Perú Libre al día de hoy renunciaron veintiséis, lo que constituye una de las traiciones parlamentarias más grandes que pudo experimentar la izquierda popular. Los motivos son múltiples, desde ambiciones políticas personales de quienes formaron su propio partido, las prebendas más tristes que permitió el transfuguismo hacia partidos de extrema derecha como Podemos Perú hasta la franca traición ideológica que permitió cebar las magras filas de la izquierda caviar en Juntos por el Perú.
Este desequilibrio permitió que la derecha y su facción mimetizada de la izquierda caviar, se fortalecieran en el parlamento, producto del cual se conspiró con éxito para el golpe de Estado militar-parlamentario deponiendo a Castillo y, posteriormente, aprobando leyes como la amnistía tributaria y menores impuestos a las grandes empresas o bancos, la prescripción de los delitos de lesa humanidad, la legalización para que los policías utilicen sus armas de reglamento sin ser detenidos ni procesados, entre otras.
A pesar de haber sido reducido en la representación parlamentaria, el partido supo tener más conciencia de su misión en el Legislativo, optimizando lo que los neoliberales desprecian. Está de más reafirmar que Perú Libre seguirá flameando sus cuatro principales banderas de lucha como son la asamblea constituyente, la revisión de los contratos ley, la nacionalización de nuestros recursos y la lucha contra los monopolios. Nunca renunciamos a ellas, nunca renunciaremos.
Muy a pesar de los golpes a nuestro partido, el pueblo ahora logra identificar a los caviares, sector enemigo de sus aspiraciones genuinas, pues al día de hoy son sinónimo de aprovechados, traficantes, aburguesados y enemigos del pueblo. En provincias, donde pasaban desapercibidos, hasta admirados por el sector intelectual, ahora son meridianamente identificados. Esta izquierda caviar que, finalmente, no es más que un destacamento político de la propia derecha, es la que abandera la lucha antiperulibrista, encargada de difamarnos, procesarnos, encarcelarnos y eliminarnos por encargo.
En esta obligada clandestinidad, la policía multiplicó exponencialmente su agresión, pretextando la orden de captura por la sentencia arbitraria del caso Aeródromo Wanka, con el único fin de amedrentar al partido, coaccionarnos a renunciar a nuestra ideología, programa y acción política, para neutralizar o eliminar lo que sus patrones consideran una amenaza viable. Inclusive, han tratado de doblegarme a través de mi madre, allanando su domicilio, apuntándola con metralletas, amenazándola con prisiones preventivas, haciéndole seguimientos e incautándole sus pensiones.
Por el otro flanco, evidenciamos las indiscutibles deficiencias en la inteligencia estratégica, táctica, operacional y tecnológica de la policía, que no ha dado con mi paradero, a pesar de estar permanentemente en las redes sociales en contacto con el pueblo. Las especulaciones fantásticas, informes de ajenos a la realidad, operativos mediáticos fallidos, entre otros, nos pone a concluir la existencia de un nivel profesional mediocre de la inteligencia policial, cuya génesis tiene dos factores principales, en el siguiente orden: la politización y la corrupción institucional. En este caso, las únicas motivaciones operacionales fueron una sentencia política y los onerosos viáticos pagados con las partidas secretas exentas de fiscalización.
El partido puede exhibir logros en su gestión como Ejecutivo regional, inclusive comparables a un gobierno nacional y obtener mejores resultados. En las dos gestiones al frente del Gobierno Regional Junín (GRJ), se construyeron cuatro hospitales especializados, puentes emblemáticos, carreteras interprovinciales, cientos de centros educativos, museo de la memoria, además de los programas sociales como Médico de la Familia, Odontólogo por Colegio, Psicólogo por Colegio, Movilización por la Alfabetización, Residentado Médico Regional y Especialización Hospitalaria.
Lo que debemos resaltar de esta experiencia es que el Estado regional puede hacer obras que, en la actualidad, ya dejaron de ser prioridad para el Estado nacional neoliberal. Esta es la razón del porqué Junín, luce hospitales modernos en contraste a los penosos edificios nosocomiales de Lima. Asimismo, en su política de transportes, para poner un solo ejemplo, el partido entregó el 15 de diciembre de 2024 una megaobra en Huancayo, el puente Comunero II, sobre el río Mantaro, con una longitud de 730 metros de luz, cuya ejecución fue con recursos públicos, construida por dos entes estatales: el GRJ y los Servicios Industriales de la Marina (SIMA), sin necesidad de concesiones, ni peajes, propio de una administración socialista.
Esta sola obra demuestra que muchas de las obras ejecutadas en Lima, podían haberse construido como en Junín, pero el Estado neoliberal, municipal o nacional, prefiere entregarlos a las empresas privadas como Odebrecht, obteniendo coimas, concesionándolos por décadas, imponiendo peajes abusivos, concertando adendas criminales, perdiendo arbitrajes e indemnizándolos.
Para hacer más obras con estas características, necesitamos que Perú Libre llegue al gobierno nacional, pero escoltado por una mayoría congresal, lo que le permitirá modificar los regímenes de propiedad, de empresa, de concesión, monetaria y tributaria. No existe otra forma, pero debemos tener claro que estos cambios deben estar sujetos a condiciones políticas coyunturales favorables, sin las cuales simplemente es mejor no jugar con fuego, hasta que se creen las condiciones necesarias.
Aprovecho para dirigirme a los que dicen que las obra son gracias a los impuestos del pueblo y nada se debe a los líderes. En parte tienen razón, pero ellos deben saber que para hacer realidad los grandes desafíos, como los puentes interprovinciales Comunero I y II, no basta contar con recursos económicos, sino que hacen falta hombres que encarnen la misión de ejecutarlo, de llevar las cosas a término, dispuestos a correr todo tipo de riesgos, desde incomprensiones, persecuciones, juicios, prisiones, hasta conspiraciones perpetuas y sus consecuencias. La frustración de más de 70 años en la construcción del Gran Aeródromo Wanka, a pesar de tener presupuesto, es una muestra tangible de lo que afirmo.
El partido necesita conducir una revolución y, en caso no pudiera darse, por lo menos, acercarse a un acto revolucionario para con la patria. Para ello, debemos estar claros en cuál será la misión en el gobierno y, en el mejor caso, en el poder. Precisamente esta consiste en optimizar todo lo que los neoliberales desprecian, nos referimos a mejorar la educación, erradicando el analfabetismo; mejorar los índices de salud, reduciendo la mortalidad materna e infantil; mejorar la cultura, desalienando la escuela pública; eliminar la desnutrición, tecnificando la agricultura popular; mejorar la vivienda, con programas propios; erradicar la explotación laboral, permitiendo la constitución de sindicatos; descongelar los sueldos, redistribuyendo nuestras reservas económicas; generar valor agregado, industrializando el país; dignificar las pensiones, terminando con las mafias de las AFP; dignificar la patria, nacionalizando nuestros recursos estratégicos; superar el déficit fiscal, renegociando los contratos ley; en resumen, reemplazar la economía social de mercado por la economía popular con mercados.
Los peores indicadores en el índice de desarrollo humano en nuestro país, dan fe de que el Estado se hizo a un lado, abdicando su misión de protección al pueblo, sin constituir un obstáculo para el mercado, sin interferir ante el saqueo y estando ausente en su regulación para evitar la explotación. Estas variables interpretadas políticamente también significan la ausencia de socialistas o comunistas.
La mejor prueba de que tres décadas de neoliberalismo han fracasado en el Perú, es la existencia de las tareas pendientes mencionadas, pues seguimos enfrentando los mismos problemas que cualquier país tercermundista de Asia o África. Los gobiernos que se han ido sucediendo a partir de Alberto Fujimori hasta Dina Boluarte, siguen manteniendo un 16,7 % de desempleados, más del 30 % de peruanos sin agua potable, un alarmante 43 % de anemia infantil, el país en el último lugar en comprensión lectora y matemática, los servicios básicos precarios, entre otros, pero destinando fondos millonarios para la compra de armas y aviones de guerra.
Perú Libre no es enemigo del empresariado nacional privado, puesto que para alcanzar el objetivo de la industrialización del país es imprescindible el concurso de ellos, a quienes el Estado debe brindar todo tipo de apoyo. Nunca podrían vencer las barreras y techos impuestos a su crecimiento por el gran poder empresarial y financiero transnacional, multinacional o global, si no cuentan con el concurso estatal.
Para que este apoyo sea planificado y efectivo, son necesarios dos puntos. Primero, en el plano objetivo, el Estado debe recuperar el control sobre sus materias primas, pues la supremacía sobre ellas en manos privadas ha generado el monopolio u oligopolio. Una vez resuelto la titularidad, es más fácil regular el mercado nacional, los medios de producción, las patentes intelectuales, los derechos laborales, los intereses de la banca, etc., en favor del empresariado nacional.
Segundo, en el plano subjetivo, la clase trabajadora empresarial nacional, estratégicamente denominada por la burguesía como emprendedores, debe ser consciente que es la nueva clase obrera explotada por el gran capital. A diferencia del empresariado tradicional, esta emerge del pueblo, por consiguiente, su crecimiento económico tendrá un techo. Es natural que, en el proceso de desmarcarse de su pasado, eviten alienadamente reconocerse como tal, asumiendo que ser emprendedor es escalar irreversiblemente la pirámide social, donde aparentemente el proletariado se extinguió al no existir fábricas ni sindicatos, pero en realidad, solo han mutado. Esta clase, si no se organiza políticamente en un partido, en defensa de sus intereses, jamás podrá reivindicarse.
Este partido, que incluye la alianza del obrero, campesino, clase media y la burguesía nacional patriota, debe ser dirigido por los hijos más preparados y representativos del pueblo, pero que mantengan incólume su conciencia de clase. Una vez constituido, debe participar dentro del marco legal vigente, sometiéndose al voto popular, alcanzando distintos niveles de gobierno y, por ende, cierto grado de poder. No hay dirigentes de arriba, ni dirigentes de abajo, por lo que no existen gobiernos de arriba, ni gobiernos de abajo, todos los niveles son igualmente importantes.
Como nos han enseñado los camaradas chinos, debemos aprender a luchar en un mundo real y con los medios reales. Esto quiere decir que debemos participar del proceso electoral nacional, a pesar de quienes piensan que esto es un método reaccionario, pues nosotros no pensamos así, la práctica nos ha demostrado que el pueblo peruano es tradicionalmente un pueblo electoral, participa disciplinadamente, respeta a sus elegidos, aunque ocasionalmente no los respalde en el gobierno, salvo excepciones.
En esta circunstancia, nuestro partido ingresa a la lucha política, lo que significa actualmente lidiar en el campo comunicacional, donde las armas convencionales son los celulares y las redes sociales, quienes asumirán el rol de guerrilleros mediáticos cercando a la gran televisión, radio y prensa hegemónica. Una vez triunfado, deberá poner en marcha el programa político a favor de las mayorías, no de todos, debiendo recordar siempre que: en una sociedad de clases, uno no es electo por todos, ni gobierna para todos.
El partido debe apuntar a estructurar un Estado moderno, esto implica contar con cuatro pilares: un sistema financiero estatal fuerte, una defensa militar óptima, una seguridad jurídica garantista y una democracia sólida. En el plano internacional, debe incorporarse a la lucha por la integración latinoamericana, lo que implica tener una conciencia antimperialista e integrarse al movimiento antifascista, garantizando nuestra seguridad alimentaria, energética e hídrica, cuyas fuentes nuestro continente estratégicamente garantiza, y, lo más importante, preservar nuestra la zona de paz, desenvolviéndonos acorde a las demandas del nuevo mundo multipolar.
Estoy convencido, ahora más que nunca, que dedicarse a la política de verdad, con la misión que esta significa, conlleva ineludiblemente a un deterioro económico personal, riesgos en tu seguridad y pérdida de la comodidad social, pero a la vez, encauza hacia una gran satisfacción histórica cuando los objetivos políticos se han logrado, quedando como un legado. Contrariamente, los que utilizan la política como medio de enriquecimiento, presos de sus compromisos subrepticios y al ser conscientes de sus inmoralidades, vislumbrarán cercanamente su final nada deseable.
“Aún con el nudo en la garganta, con la gasa sobre la herida, sobreviviendo una vez más, frente a los acechos perpetuos que forjan nuestra cultura de resistencia y convicción de victoria. Hoy más consciente de mi necedad: «Yo me muero como viví»”.
¡Hasta Más Allá de la Victoria!
En algún lugar de mi gran país, 3 de enero de 2025.
Vladimir Cerrón
Secretario General Nacional
Partido Político Nacional Perú Libre
Opinión
La IA transforma experiencias turísticas
¿Qué sienten los viajeros? La inteligencia artificial lo revela con detalles.
Published
1 día agoon
03/01/2025En la era digital, la experiencia turística ya no se limita al viaje en sí, sino que comienza desde el momento en que un usuario busca reseñas, compara destinos o comparte sus vivencias en redes sociales. Este vasto flujo de datos emocionales se ha convertido en oro para la industria turística gracias al análisis de sentimientos, una herramienta basada en inteligencia artificial (IA) que permite interpretar las emociones detrás de las palabras de los viajeros.
El análisis de sentimientos consiste en identificar todas las emociones, sean positivas, negativas o neutras, mediante la lectura de reseñas, comentarios o publicaciones en las redes sociales. Estas, a través de algoritmos de procesamiento del lenguaje natural (PLN), permiten medir la satisfacción de los turistas en tiempo real, proporcionando una retroalimentación valiosa para las empresas. IBM ha sido pionera en esta tecnología a través de su servicio Natural Language Understanding, una inteligencia artificial que está disponible para el público en general.
Pongamos un ejemplo: María viaja al Cusco, recorre las principales calles, visita restaurantes, hoteles y diversos lugares arqueológicos. Luego toma el tren rumbo a Machu Picchu y, finalmente, sube muchas historias y publicaciones sobre su experiencia turística. Es aquí donde entra la inteligencia artificial, analizando cada lugar visitado mediante el uso de etiquetas, hashtags o reconociéndolos a través de las imágenes publicadas, para luego identificar cuál fue la satisfacción del turista, cuáles fueron sus principales sentimientos, comentarios positivos y negativos, si hubo alguna queja o crítica, si el lugar estaba limpio o si hubo buen clima. No importa si subió un video o publicó comentarios, la IA tiene la capacidad de procesarlos para luego elaborar un informe en tiempo real con todos los detalles. Este análisis se puede hacer con una o miles de personas, no hay límites para la creatividad y el buen uso de la IA.
Las principales empresas, como Airbnb, son consideradas casos de éxito en el uso de esta tecnología, al identificar todos los aspectos positivos y negativos de las estadías. Si varios huéspedes mencionan que una determinada propiedad es muy cómoda y atractiva, Airbnb puede considerar ese atributo como clave para sus búsquedas. Si alguna propiedad tiene quejas frecuentes en aspectos como la limpieza o el ruido, Airbnb puede advertir a los propietarios para que realicen ajustes con la finalidad de mejorar la experiencia de los usuarios.
El análisis de sentimientos está revolucionando la industria turística en el mundo y el Perú no debe quedar atrás.
Opinión
Computadoras Cuánticas: ¿El cerebro definitivo de la IA?
El futuro de la Inteligencia Artificial es cuántico.
Published
2 días agoon
02/01/2025Sin duda, durante el 2024 hemos sido testigos de un avance colosal en la Inteligencia Artificial. Modelos como ChatGPT, Sora, Copilot, Gemini, IBM Watson, entre otros, están resolviendo tareas y tomando decisiones a una velocidad increíble, todo gracias al poder de las supercomputadoras de IA.
La Inteligencia Artificial tiene un cerebro o supercomputadora que se encarga de procesar grandes cantidades de información para obtener respuestas en tiempo real. En el mundo, tenemos dos tipos de tecnología que están creciendo y dominando el mercado actual. La primera es bien conocida: la arquitectura tradicional, que podemos encontrar en nuestra computadora personal, basada en procesadores y tarjetas gráficas de empresas reconocidas tales como Intel, AMD y Nvidia. Este tipo de computadoras llevadas a una escala mayor vendrían a ser las denominadas “supercomputadoras”. Tanto las computadoras personales como las supercomputadoras trabajan con bits, que son unidades mínimas de almacenamiento de datos. Los bits representan valores numéricos binarios, es decir, 0 y 1. Esta es la base de la computación actual.
Por otro lado, tenemos a las computadoras cuánticas, las cuales, en lugar de bits, poseen qbits. Los qbits trabajan con la superposición, es decir, pueden tener valores de 0, 1 o ambos al mismo tiempo. Esta propiedad permite que las computadoras cuánticas procesen tareas extremadamente complejas en cuestión de milisegundos.
Por ejemplo, el algoritmo de encriptación RSA utiliza complejas operaciones matemáticas para encriptar una contraseña y hacerla indescifrable. Sin embargo, teóricamente, la computación cuántica podría descifrarla en cuestión de minutos, lo que podría tomar miles de años actualmente. Esto ha motivado que grandes compañías ya empiecen a trabajar en modernos sistemas de seguridad debido al crecimiento acelerado de la computación cuántica.
Las computadoras cuánticas pueden ser usadas en la simulación de moléculas para desarrollo de fármacos, la mejora de algoritmos de aprendizaje automático, la predicción de patrones financieros, la resolución de problemas matemáticos complejos, entre otros.
Sin embargo, actualmente presentan una gran limitante: la estabilidad de los qbits. Cualquier tipo de interferencia, radiación electromagnética, vibraciones mecánicas, cambios de temperatura, entre otros, pueden afectar el procesamiento y generar errores.
La estabilidad y procesamiento en computadoras cuánticas pueden durar desde segundos hasta minutos, a diferencia de una supercomputadora de IA que puede trabajar durante días, semanas o meses. También son caras: un minuto de cálculo puede costar más de 90 dólares. No obstante, su poder ya es parte del presente, y su perfeccionamiento será cuestión de tiempo.
(Columna publicada en Diario UNO)
Por Edwin A. Vegas Gallo
A siete años del V Centenario de la fundación hispánica de la ciudad de Piura, ella se encuentra en estado de abandono deplorable, sobre todo en su entorno urbano.
En tiempo pasado reciente al ex alcalde JUANJO, a días de culminar su mandato (2022), en proyecto solo en el papel, dispuso el retiro de la carpeta asfáltica de la Plaza de Armas y de las calles aledañas del cuadrado central, con gasto presupuestal que Contraloría debió hacer seguimiento.
Desde ese entonces, el corazón de la ciudad, luce totalmente ahuecado, con feo aspecto en su ornato, sin que el gobierno local actual enfrente la situación.
Al parecer la presidenta Boluarte y sus ministros, en sus tantas *visitas” políticas no han llegado siquiera al edificio edil, para que comprueben las peripecias de los conductores, por evadir los huecos del “paisaje lunar” piurano.
Hasta donde se conoce el Ministerio Público, abrió carpeta fiscal al susodicho JUANJO; quién ya se prepara para volver a la escena política de la mano de su querida protectora; pero la justicia tarda.
Es tanto el abandono de la ciudad piurana, que, a las primeras lluvias estacionales, la capital regional está hecha un asco de lodo y zancudos, sin que los “inteligentes” decisores políticos del gobierno regional y local, hagan algo por la limpieza del cauce del río Piura, en el tramo que atraviesa la ciudad, lleno de maleza y ecosistema ideal para los zancudos, que dominan la ciudad, en círculo epidemiológico con el dengue y paludismo.
Así pues, en este tiempo de estrés hídrico y de inseguridad citadina, más temor infunde la sequía cultural y de sentimientos de estos decisores políticos, que poco o nada hacen, por forjar identidad regional, de cara al V CENTENARIO FUNDACIONAL.
Opinión
La educación en Finlandia: secretos y pilares
Lee la columna de Marisol Verónica Giordano Silva
Published
2 días agoon
02/01/2025Por Marisol Verónica Giordano Silva (*)
El sistema educativo finlandés es uno de los mejores del mundo. Finlandia es un país de Europa del norte que tiene alrededor de seis millones de habitantes y limita con Suecia, Noruega y Rusia. Helsinki es su capital.
En Finlandia las escuelas están rodeadas de áreas verdes y jardines, buscando equilibrar la nieve que existe en una gran parte del año. En las escuelas no se necesitan grandes cercas ni gruesas paredes porque los niños saben que no deben de salir del recinto educativo.
Los alumnos no usan uniforme, sobre todo en primaria. Hay una zona del aula que se denomina “lugar sin teléfono”, otra área es para el aparcamiento de bicicletas y patines. Los niños ingresan descalzos al aula, solo con medias. El 97 por ciento de los colegios de Finlandia son del Estado y la enseñanza es verdaderamente gratuita, al alcance de cualquier familia. Ningún niño se queda sin escuela en ese país europeo.
Sobre estos pilares se erige la pedagogía finlandesa. Además, su currículo se basa en las competencias transversales, antes que en la materia o los cursos en sí. En estas competencias transversales están las reglas de oro del trabajo educativo finlandés en equipo: Escuchar a los demás y comunicarse bien; no dejar de lado a los compañeros del aula; concentrase en el trabajo; llegar a tiempo a clase; respetar las opiniones de los demás; tomar decisiones colectivas y democráticas.
Esto es así y se inculca a los escolares desde la niñez para que cuando el infante y adolescente crezcan sean personas cabales, ciudadanos íntegros que exigen derechos porque antes cumplieron sus deberes. El niño a partir del 5to grado de primaria empieza a aprender matemática y antes del mismo grado no tiene evaluaciones. A los padres se les informa continua y detalladamente acerca del avance educativo de sus hijos.
Un elemento importante del currículo es la autoevaluación. Es decir, el alumno toma conciencia de su propio aprendizaje, siendo el mismo estudiante quien se evalúa constantemente frente a cada materia porque así se da cuenta desde dónde parte, cómo avanza y qué cosas más tiene por aprender.
Otro pilar clave dentro del aula es que existe mucha honestidad entre el maestro y el alumno, y viceversa. Así, con cada logro en el trabajo escolar, al estudiante se le asigna un objetivo más, pero hasta el 5to grado no se le pone notas, pues el sistema pondera la autoevaluación y la convivencia con los demás, valora la interacción maestro-alumno que debe basarse siempre en la honradez.
El sistema educativo finlandés no fomenta la competencia individual, no promueve la individualidad por encima de los demás. Pero sí se promueve el desarrollo personal dentro del marco del trabajo en equipo. De esta manera, en el aula los alumnos tienen muy claras las siguientes preguntas: ¿Escucho las instrucciones del profesor?; ¿participo positivamente con mi grupo?; ¿respeto a los demás?; ¿cuido mi material educativo y el de la escuela?; ¿participo en la clase?; y ¿respeto el turno de la pelota?
No deja de ser puntual y necesario destacar el hecho de que, en la escuela de Finlandia, no es costumbre que una persona cuando está hablando sea interrumpía por otra al mismo tiempo. Nadie habla por encima de su interlocutor. Se respeta el turno para expresarse dentro del aula. Otras preguntas que son parte de la actuación diaria de los escolares en el aula finlandesa son: ¿Sé expresar mi opinión?; ¿acepto las decisiones de mi grupo?; ¿lo he conseguido?; ¿necesito mejorar?; y ¿no lo he conseguido?
Sobre esta base, Finlandia ha tenido una buena participación en las pruebas PISA porque se aprende en un ambiente donde se tiene presente las siguientes ideas fuerza:
-Somos amigables con los demás.
-Intento y soy perseverante.
-Respetamos que todos somos iguales.
-Escuchamos al profesor.
-Se puede cometer errores, pero se puede mejorar.
-Tratamos con respeto a las personas y los bienes de la escuela.
Es importante anotar que los niños con necesidades especiales hacen la clase junto con los demás niños y tienen actividades de consuno. En concreto la escuela refleja la esencia de la cultura nórdica y en particular de los finlandeses, porque tienen mucha confianza en su sociedad. Un finlandés confía en otro finlandés, no piensa en sacarle la vuelta a su sociedad. Confían en que todos van a respetar la convivencia social y sus reglas. Esto implica también que se confía en el gobierno.
El ciudadano que tiene un hijo en Finlandia tiene la ayuda del Estado, que le otorga descanso laboral para que esté más cerca, precisamente, de su hijo. Por eso hay permisos laborales coordinados y alternados para el padre y la madre, todo esto gracias a los elevados conceptos y mecanismos de su seguridad social. En Finlandia prácticamente no existen escuelas privadas.
Los niños ingresan a la escuela a las 8:30 am y salen de clases a las 2 pm. La clave en esas horas de trabajo son dos ejes: el respeto a los valores y el respeto a los profesores, que son los profesionales considerados con mayor prestigio en el país. Es decir, los maestros socialmente son muy reconocidos.
Si bien el profesor está mejor pagado en comparación con otros países, lo esencial de su prestigio no pasa por su situación socioeconómica sino porque la carrera de Educación está más valorada desde la universidad y son los universitarios más talentosos quienes van a la carrera de pedagogía.
La sociedad finlandesa respeta y admira mucho a sus profesores porque enseñan, porque son guías importantes y porque promueven la lectura y generan el hábito por las actividades culturales en la comunidad, liderando o promoviendo, por ejemplo, que los padres de familia, los vecinos y el público en general acudan a las bibliotecas públicas los fines de semana. Esta forma de ver las cosas, de cara a la mejora continua de la educación en la comunidad, es un valor diferencial frente a cualquier otra sociedad. Es una fortaleza que se transmite de generación en generación, de padres a hijos.
El eje de la educación finlandesa es la buena actitud, la buena conducta, los valores y el respeto a los profesores, ya que estos son los mejores alumnos en las universidades, los que tiene mejores notas y más habilidades, pues para ingresar a la carrera de educación deben superar pruebas difíciles, a la par de poseer un liderazgo innato o adquirido, una aptitud comunicativa, una buena base lógica y matemática; y son los más conscientes sobre la importancia de la excelencia en todos nuestros actos.
Y los profesores de Finlandia tienen que ser así porque ellos son los que enseñarán a los niños a pensar, a hablar, a leer, a debatir democráticamente, a tolerar y negociar. Consideran y son conscientes que, prácticamente, todo lo bueno de una sociedad nace del aula y si esto se hace en equipo, todo será mucho mejor.
Para profundizar sobre la temática expuesta te dejo el siguiente enlace web: https://www.youtube.com/watch?v=aJuJLG64ToQ. Agradezco a la Revista Lima Gris por su liderazgo informativo y su especial incidencia en la educación y la cultura en el país.
(*) Doctora en Gestión Pública y pedagoga (mvgiordano0313@gmail.com)
Opinión
Plastic semiotic, de Radu Jude (2021)
Lee la columna de Mario Castro Cobos
Published
2 días agoon
02/01/2025¿Pregunta tonta? ¿Los juguetes tienen alma? O solo se las prestamos, si es necesario. ¿Pero no es verdad que siempre, o casi siempre, es necesario? ¡Pusimos tanto de nosotros en ellos! Oh juguetes, ¡grandes compañeros, que persisten en la memoria! ¡Están aunque ya no estén! ¡Guardianes de secretos! ¡Cuánto fue lo que aprendimos de nosotros, al jugar con ellos! Luego crecemos y nos apartamos de los juguetes; lo que no significa que el juego no continúe.
Teóricamente, Plastic semiotic resulta mejor que en la práctica, quiero decir que las bonitas y superabundantes imágenes concretas (los traviesos juguetes que nos dicen que somos juguetes), las vistosas composiciones (el juego adulto de mostrarlo todo con sorna), no están a la altura de las posibilidades latentes de la idea, sin despreciar para nada sus razonablemente ingeniosos resultados (no suficientemente punzantes, en mi opinión).
¿Pero cuál es la idea? Creo que se trataba de ‘jugar hasta no jugar’, de jugar hasta romper el juego, de llegar a lo absolutamente incómodo, a lo nada divertido, a la crítica cruel de las costumbres, de la entraña del pacto social (donde nadie no es cómplice). Denuncia de la condición humana viene a ser una expresión algo antipática. Lucidez sin freno podría sonarle mejor a los muy sensibles.
Jude fabrica un juguete con juguetes, una sucesión torrencial de pequeñas escenas, ‘con cuadros plásticos vivos’, con situaciones más o menos tópicas y divertidas, abarcando las etapas o las edades de las que se compone la existencia humana. Persiste la sospecha, y a riesgo de reduccionismo hay que hacerse la pregunta. ¿Nos parecemos a los juguetes tanto como ellos se parecen a nosotros? Somos clichés que respiran, podemos ser esquematizados con bastante realismo como juguetes puntualmente colocados en acciones y posiciones…
La distancia cómica e irónica funciona a medias, los chistes no me producen mucho más que leves sonrisas. No se trata de demostrar nada, sino solo contemplarnos en el espejo de lo que ya sabemos… Cabe la pregunta siempre inquietante de cuán condicionados estamos. Biológica, genética, socialmente. Si nuestros modelos de representación no serán apropiadamente, sin exageración alguna, juguetes o muñecos, si somos, en suma, máquinas biológicas. Lo que no deja de ser interesante.
Como afirmaba Oscar Wilde, el arte no refleja a la vida sino al espectador.
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Opinión
El adiós a Jorge Lanata: el periodismo se sigue extinguiendo
Lee la columna de Umberto Jara
Published
3 días agoon
01/01/2025Por: Umberto Jara
En Argentina ha ocurrido un hecho insólito. Un periodista recibió, tras su fallecimiento, homenajes reservados para las estrellas de la música o los astros del fútbol. Le han tributado homenajes a su talento, a su trayectoria y a su enorme personalidad. El hecho adquiere relevancia porque el periodismo es una de las profesiones más desprestigiadas en distintos lugares del planeta. Entonces, ¿por qué el argentino Jorge Lanata ha recibido en su patria, y en otros países, un adiós cargado de respeto y admiración?
La respuesta contiene inevitable nostalgia: murió uno de los últimos representantes del periodismo ejercido por profesionales con cultura, con seriedad en sus investigaciones y con un aporte de creatividad para convocar la atención del público.
En 1987, Lanata fundó el diario Página12. Tenía apenas 26 años de edad pero una personalidad suficiente para liderar un plantel integrado por figuras de la cultura argentina y latinoamericana: Osvaldo Soriano, Tomás Eloy Martínez, Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer, Juan Sasturain y una larga lista de talentos.
Aquel diario, hoy convertido en una piltrafa por el kirchnerismo, brilló por su originalidad. Lanata no era un militante ni un hombre ideologizado y, por lo mismo, ajeno a la solemnidad y, más bien, cultor del humor. Dejó a un lado las proclamas y el dramatismo que tan inútilmente le encantan a la izquierda y eligió responder al poder con ingenio.
Cuando el presidente Carlos Menem concedió el indulto a los miembros de la Junta Militar de Gobierno, Página12 salió a los quioscos con su primera plana en blanco y, en medio, un pequeño texto en el que Lanata escribió: “Nada puede quedar en blanco. Ni siquiera esta hoja de papel. La historia de un país tampoco puede quedar en blanco. La memoria no puede quedar en blanco por decreto”. Muy cierto: nadie debe pretender, como el progresismo intentó también en Perú, reescribir la historia. La respuesta de Menem fue tildarlos de prensa amarilla y Lanata no respondió con solemnidades, ni editoriales ni agravios. Su diario salió bajo el nombre de Amarillo12 y todas sus páginas en color amarillo. El humor deshace al oponente más que el discurso solemne o de protesta.
Su talento, su cultura y su personalidad lo hicieron brillar en todos los géneros. Hizo prensa escrita y fue el mejor; pasó a la televisión y generó un cambio notable al alejarse del acartonado periodismo televisivo para incorporar un estilo con matices de espectáculo que atrajo al televidente. En la radio su éxito fue un ciclo de doce años en radio Mitre que ha concluido por su muerte. Cuando ingresó al oficio de escritor publicó ocho libros, uno de ellos titulado “Argentinos, quinientos años entre el cielo y el infierno”, un best seller basado en sus lecturas y su mirada sobre la historia de su país.
Si bien el adiós que le han tributado estuvo arropado de justos y emotivos homenajes, su biografía no está hecha toda de aplausos como corresponde a un hombre que decía las cosas como las pensaba. Lo elogiaron y lo odiaron. Tuvo millones de seguidores y millones de odiadores. Cuando se alejó del progresismo porque percibió la grotesca corrupción de Cristina Kirchner, le lanzaron gruesos cuestionamientos. No se inmutó.
Todo aquel que ejerce un oficio con exposición pública sabe que es algo inevitable. Habitamos sociedades irracionales ahora azuzadas por los medios de comunicación y las redes sociales que permiten la presencia de hordas de ignorantes y el ignorante lo único que sabe es juzgar, criticar o insultar. Lanata tuvo la lucidez de saber dónde estaba. Su mirada sobre la televisión es imperdible: “No hay nada peor en la humanidad que la televisión. Es peor que la guerra y las enfermedades. Te peleas a muerte por espacios de poder como si en ellos se te fuera la vida”.
Lanata, como todos, tuvo aciertos y errores y fue, además, un provocador pero los cuestionamientos hacia él no se basaron en razones sino en una característica muy de este tiempo: te elogio si piensas como yo, te insulto si piensas distinto. Si un día pensabas de una manera y luego cambiaste, te llamo traidor y si soy progresista y me criticas, entonces, te llamo facho. Detrás de estas posturas existe un absurdo autoritarismo: tienes que ser como yo quiero que seas y si no lo eres te disparo. El espectáculo de la estupidez mayor. Muy de este tiempo.
Lanata recibió ese vendaval pero nunca cambió. Fiel a sí mismo, no hizo concesiones en su estilo. Su mejor respuesta fue esta: “A mí desde que nací, todo el mundo trata de moldearme. La gente, por ejemplo, quiere que deje de fumar, pero lo que les molesta no es, en realidad, que fume, sino que no les obedezca. Nos admiran porque no nos dejamos tocar el culo en un mundo tan mierda como la televisión, pero en el fondo nos odian porque estamos ahí, refregándoles en la cara que hay tipos que pueden resistir”.
Murió apenas con 64 años. Ingresaba con frecuencia a las clínicas. Un trasplante de riñón, un infarto, diabetes. Hace un año, al superar un mes en cuidados intensivos, lo escuché decir algo conmovedor: “Se me ha perdido un mes en mi vida”. Ese era su espíritu: la vida está hecha para vivirla, no para que perdamos un mes o un día.
Me apena su muerte porque su adiós es también un adiós al que fue el hermoso oficio del periodismo hoy en extinción. Nadie dice en ninguna redacción lo que él afirmaba: “Hay que leer ficción y hay que leer poesía. ¿Por qué? Porque te vuelven mejor persona”.
Me apena también porque le tengo gratitud. Aprendí de él en los años que viví en Buenos Aires. Durante dos meses destiné horas para tomar el subte hasta la estación Perú —curiosa coincidencia—, cruzar a la avenida Belgrano 671 e ingresar al local de Página12. El jefe de archivo, Aron Cytrynblum, me permitía leer los ejemplares del periodo de Lanata y sacar copias de los brillantes artículos e informes que iba eligiendo sean de Lanata o de otros grandes de aquella redacción que hoy es tan solo un recuerdo. Así aprendíamos antes: leyendo a los que sabían.
No sé si estas líneas sirvan en este árido país. Tampoco tengo interés en su utilidad. Tan solo, si cabe, quisiera que se sientan como un abrazo a un hombre alto, gordo y talentoso, que hizo posible que durante tres décadas nos sintamos orgullosos de ejercer un oficio hoy en ruinas.
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