Cultura
Las historias alucinantes de González Viaña
Un artículo de Edwin Sarmiento
Published
4 semanas agoon
Por Edwin Sarmiento (*)
Mi amigo Eduardo González Viaña es un escritor con alucinantes relatos. No hay manera de no reír o de no llorar o de recrear las historias que nos cuenta en sus novelas, cada cual más atrapadora. Es como leer un libro con música incorporada. Y no me dejará mentir, amigo lector, si digo que es, además, una buena persona, como buscaba ser otro grande como Gabriel García Márquez. Qué caray. Eduardo es autor de cerca 60 libros. Yo me demoro más en leerlos, que él en escribirlos. En los últimos años él ha publicado las novelas “El largo viaje de Castilla” (2021), “Kutimuy, Garcilaso” (2022) y “Kachkaniraqmi, Arguedas” (2023), inspiradas en las vidas de Ramón Castilla, Garcilaso Inca de la Vega y José María Arguedas, tres peruanos fundadores de la patria. Pero lo más reciente es su libro “Memorias. El poder de la ilusión” (2024), que no es otra cosa que su historia de vida relatada en 650 páginas. Es un libro mágico, lúdico, bien escrito, porque Eduardo, como dicen sus críticos, es un escritor que “sabe entregar magia en sus libros”. Y es lo que deseo compartir. ¿Me acompaña?
Una mañana, nuestra compositora Chabuca Granda, autora de verdaderas joyas musicales del criollismo, le confesó a Eduardo que vio llorar al mismísimo general EP, Juan Velasco Alvarado, el militar que condujo la revolución peruana, desde octubre de 1968, hasta que fue traicionado por Francisco Morales Bermúdez, siete años después. Ella había sido invitada a Palacio de Gobierno a una ceremonia oficial con el presidente, sus ministros de Estado, el cuerpo diplomático y otras personalidades. Rompiendo el protocolo, el general Jorge Fernández Maldonado le pidió a Chabuca interpretar algo de su repertorio. Ella no se hizo esperar. Tomó el micro y se mandó con varias de sus composiciones. Empezó con “Paso de vencedores”, inspirada por el ingreso de nuestro ejército a las instalaciones de Talara para recuperar nuestro petróleo, explotada, entonces, por la International Petroleum Company. Después vino las canciones inspiradas en el joven poeta y guerrillero Javier Heraud. En eso andaba, Chabuca, cuando al voltear vio que los ojos del general Velasco y de otros militares se habían humedecido y trataban de esconder el rostro. “Aprendí a creer en Velasco, cuando lo vi llorar”, le confesaría, años después, a nuestro escritor.
Marino Cock Rojas fue profesor de Eduardo, cuando cursaba quinto año de primaria en Pacasmayo de sus amores. Los alumnos le decían, sin que él supiera, malo, maligno, maloso, malsano, malhechor, malvado, maldito, malandrín. Y, usted, dirá por qué. Era, en realidad, todo eso, cuando dejaba tareas en el salón. Y tenían que hacerlo de inmediato, sin chistar ni menos murmurar. Eduardo recuerda una que le tocó una mañana: “describe el alba. Es el mejor consejo que puedo darte si de veras quieres ser escritor”, le dijo. “Se le había ocurrido que yo sería escritor, porque ese era el mejor oficio para niños como yo, distraídos, torpes para jugar el fútbol y con la cabeza colmada de pajaritos volando”, contaría el novelista en su “Memorias…”. El profesor Marino, malvado, malandrín etcétera, de origen asiático, solía aplicar castigos que eran verdadera torturas chinas. Los castigados tenían que permanecer arrodillados en un rincón del aula, durante horas, en unos casos; en otros, tenían que soportar el golpe de una gruesa palmeta en las manos, veinte, treinta veces, según su “merecimientos”, y, otras veces, eran depositados en el centro del patio del colegio para hacer “planchas”, cuando no eran estrujados por las orejas, hasta que se vuelvan rojas. “Si van a ser algo en la vida, tienen que ser los mejores”, les decía a los alumnos. Y Eduardo recuerda que dos mellizos, que estudiaban con él, resultaron ser “los más brillantes del hampa limeña”. Mauro Mina fue el mejor boxeador peruano del s. XX. ¿Y qué sospechan? Había sido alumno del profesor Marino. “Entrevistado por un diario, mi profesor Marino tuvo la bondad de citarme, junto a Mauro, como uno de sus mejores alumnos”, recuerda el escritor.
NI bien había llegado a Lima después de un viaje largo desde el otro extremo de los EEUU, Eduardo escuchó el timbre de la casa y sintió que lo buscaban. Eran dos jóvenes editores que se llamaban Harold Alva y Jorge Espinoza, ambos poetas. Tenían el proyecto de publicar diez obras que ellos consideraban “las más importantes en la literatura peruana”. El más joven, Harold le explicó: “queremos publicar cien mil ejemplares del libro suyo que hemos escogido, pero no tenemos dinero. Le rogamos que usted tome este sobre de manila como pago por sus derechos de autor. Contiene solamente mil dólares”, le dijo. ¿Y cómo piensan vender el libro?, preguntó Eduardo. “Somos conscientes de que el pueblo no lee, por eso vamos a vender su libro a un sol”, respondieron. “Me di cuenta de que estos chicos eran un poco soñadores y estaban un poco chiflados, o sea que pertenecían a mi club”, recuerda el novelista. Acepto, dijo Eduardo, pero con una condición: que me paguen un sol por derechos de autor, o sea el precio del libro. Y les devolvió su sobre de manila con los mil dólares. Meses después, Harold y Jorge, con ayuda de otros jóvenes habían extendido en la vereda de la Alameda de los Descalzos, en el Rímac, los libros publicados: ¡libros a un sol!, ofrecían con gran éxito de venta. Cuenta, Eduardo, que su obra salió como pan caliente.
Las “Memorias” de Eduardo contienen éstas y otras alucinantes historias., a gusto de todo tipo de público. Alfredo Bryce dijo del libro que “dan ganas de cantar, mientras se lee a González Viaña”. Algo más sobre él: estudió Literatura y Ciencias Políticas, Sociales y Jurídicas en la Universidad de Trujillo. Profesor universitario, abogado, periodista y diplomático en España durante los últimos dos años. En la década del 90 se instala en USA como profesor universitario en Oregon y Berkeley y a la vez se consagra a “la defensa de los derechos de los inmigrantes latinoamericanos al trabajo, a la conservación de su lengua y su cultura de felicidad y vida”. Es profesor emérito de Western Oregon University. Miembro de Número de la Academia Ricardo Palma. Asimismo, Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua y de la Academia norteamericana de la Lengua, así como Miembro Correspondiente de la Real Academia Española
(*) Periodista, cronista.
You may like
Cultura
Plantas Medicinales de los Andes para combatir la Farmacéutica Industrial
Lee la columna de Ccori Ocllo Arias
Published
1 día agoon
07/09/2024Cómo respuesta al constante bombardeo de las farmacéuticas a la salud humana, desde los
Andes del Perú continuamos con la difusión del conocimiento de nuestros antepasados en torno a la medicina natural.
Los Andes poseen un extenso banco de plantas con propiedades curativas de las cuales se usa y se conoce apenas un 30%, al igual que en la selva dentro de los bosques alto andinos y las llanuras de montaña podemos encontrar medicina a muchos males que la Farmacéutica industrial solo anestesia.
Con un tratamiento constante y de preferencia guiado por un médico tradicional se puede conseguir mejoras sorprendentes en la salud sin efectos secundarios como en el caso de las medicinas convencionales.
En el valle sagrado del Cusco las iniciativas sobre conservación del patrimonio natural y protección a los ríos sagrados como el Willkamayu inspiran proyectos educativos como los que se dan en Casa Artemisia Valle Sagrado con el Permacultor Alejandro Trevisan quien busca rescatar los saberes medicinales de las plantas pertenecientes al Valle Sagrado del Cusco.
Actualmente ambos trabajando en la recuperación de la información, y recordando a través de sus talleres a las personas aquella conexión del Humano con la Naturaleza que hace no solo que disminuyan los riesgos de enfermedad en las población sino ayuda a que las propiedades de las plantas incrementen previo a su cosecha.
La parte ritual de la Recolección de Plantas en los Andes
En antiguos tiempos nuestros curanderos y aquellas personas HampiqRuna que trabajaban con las plantas tenían formas, tiempos y rituales sagrados que empleaban para la recolección de medicina que más tarde transformarían para aplicar a los enfermos en el Perú. Siendo la
petición de permiso y la comunicación con el Espíritu de la Planta la parte más primordial en el proceso de trabajo con plantas medicinales.
“Muchas personas pierden la fe en las Plantas, ya no confían en su poder curativo más, aproximadamente el 40% – 50% de los recursos de la farmacéutica proviene de las Plantas” nos comparte el profesor Justo Mantilla.
Cultura
De Prada lo logró. La primera novela del siglo XXI
Un artículo de Hans Alejandro Herrera Núñez
Published
4 días agoon
05/09/2024Este año editorial Espasa ha presentado la primera entrega de la novela Mil ojos esconde la noche, de Juan Manuel de Prada. La novela es un mastodonte de 1600 páginas, una obra que no se compara a nada escrito en lo que llevamos del siglo, una obra mastodóntica. Además, la presente obra desmitifica la figura de artistas como Picasso (protegido por el régimen nazi en el París ocupado), rescata del olvido vidas de escritores y pintores españoles en el exilio francés, y todo a partir de una exhaustiva investigación de los archivos policiales de París. En la era de las novelas gruesas que no dicen nada, y de novelas sutilmente profundas que languidecen de raquitismo, ésta novela significa un terremoto literario que solo los lectores muertos y los que están por nacer comprenderán en su real magnitud. La Novela en mayúsculas ha vuelto. Esta es la historia de un estudiante de Derecho que no quería ser abogado.
Una novela para el siglo XXI
El s. XIX tiene a Los Miserables de Víctor Hugo, Madame Bovary de Flaubert, Guerra y Paz de Tolstoi, y a Crimen y Castigo como sus obras cumbres. El siglo XX al Ulises de Joyce, El extranjero de Camus, La familia de Pascual Duarte de Cela y a El juego de los abalorios de Herman Hesse como sus obras cumbres en el género. El siglo XXI en cambio tenía una novela que no se encontrara a sí misma. Algunos buenos exponentes han sido La carretera de Cormac McCarthy, 2666 de Bolaño, Septología de Fosse u Orbitor de Cartarescu. En resumen, nuestro siglo no tenía una primera gran novela en su haber… hasta ahora.
En lo personal creía que Cartarescu escribiría la primera gran novela del siglo, sin embargo, me he llevado una gran sorpresa este año.
La novela existe y se llama «Mil ojos esconde la noche». La primera novela del siglo XXI que no está escrita para este siglo complaciente, políticamente correcto y autocensurado. Esta novela es recia, es viril. Luego es un demonio de novela que nos arroja al callejón de gatos del alma, como diría del Valle Inclán, una calle llena de espejos para vernos perversos y ruines cada vez que nos reímos de las fechorías de su protagonista, el poeta camarada Fernando Navales.
«Mil ojos esconde la noche» de Juan Manuel de Prada es una obra sólida y temeraria. Escrita íntegramente a mano, algo que ha influido sin duda a una prosa más cuidada (escribir a mano involucra escribir más lento, escribir con el cuerpo reclinado hacia la hoja con los dedos apretando el bolígrafo, conlleva a su vez a poner más pensamiento en lo que se escribe y por ende más peso), es una novela de 1600 páginas, algo inédito para nuestro siglo de novelas famélicas escritas en ordenador a toda prisa. Por aspectos editoriales la novela se presenta en dos entregas, esta primera se subtitula “la ciudad sin luz” y es de unas ochocientas páginas, la siguiente parte se estrenará todavía el próximo año gracias a editorial Espasa.
Las razones de la importancia de esta novela son muchas, en lo formal su aparente barroquismo es una continuación de la tradición del esperpento pero también del tremendismo, abundan palabras que solo los más viejos recuerdan, esto por el propósito de que su narrador es un poeta y está ambientado en la década de 1940 en el París ocupado por los alemanes. Y precisamente este carácter de novela histórica es la otra razón de su primacía. A diferencia de Soldados de Salamina de Cercas o de las novelas de romanos de Posteguillo, la presente novela es el resultado de un estudio a profundidad de archivos. Es decir, es una novela con alma de historiador, o mejor dicho de expediente policial minucioso. Basado en archivos de la policía francesa, también en la correspondencia de escritores y pintores, así como de crónicas de prensa de la época, Mil ojos esconde la noche ofrece un repertorio de novelas de artistas reales atrapados en el París de Hitler, y todos los datos hasta los más anecdóticos no solo son verídicos sino históricos, reconstruidos en el marco de una novela, donde uno de los pocos personajes ficticios es el propio protagonista, Navales, a través del cual nos aproximamos a las miserias humanas de poetas que buscan sobrevivir aún a costo de complacer al poder.
Navales es un poeta en el que nos podemos identificar de sobra por más que lo neguemos. Navales es un alma carcomida por el resentimiento. Fracasó como poeta y fracasó como militante político. Después de sobrevivir a la guerra civil española pasó a un autoexilio de olvido en París a pesar de pertenecer al bando de los vencedores. No obstante, una oportunidad se abre con la llegada de los alemanes a París, la oportunidad de un resentido de vengarse de todos esos artistas liberales, marxistas, anarquistas, comunistas y progres de siempre, que de la noche a la mañana están a tiro de escopeta del destino. El policía Urraca (personaje real), le encomienda una tarea secreta, captar a los artistas republicanos exiliados de la guerra para que colaboren en las actividades culturales de Falange (organización fascista y brazo político del primer franquismo). Navales se convierte así en el que compra y vende prestigios entre los artistas hambrientos de esos primeros años en que todos daban por seguro que Alemania ganaría la guerra.
En un ambiente de hambre y pobreza, pero también de oportunismo, el poeta Navales cumplirá su trabajo con alegre eficiencia, y conoceremos en esta novela las minucias de unas vidas de artistas e intelectuales que han marcado la mitología de la historia y que Juan Manuel de Prada viene a desmontar con la minuciosidad de un policía de la Historia, sin caer jamás en la mentira de la memoria histórica (porque la memoria es engañosa y convenida). Veremos pasar por la novela a Picasso, a Gregorio Marañón, a Martínez Sagi, entre muchos otros.
Un villano que cae bien como el personaje de la Conjura de los necios
Navales es un hijo del fracaso, es el resultado del desastre del 98, su vida es una secuela de la Historia en forma de veneno. Su resentimiento, aunque acre se hace digerible a través de su humor, también acre, pero humor al fin al cabo
En palabras del director de cine, Alex de la Iglesia, la última novela De Prada no solo es mejor que Las máscaras del héroe (obra referencial de fin de siglo donde Navales es co protagonista), que es decir mucho, sino que estamos ante “el texto más deliciosamente bruto, agrio e incómodo desde La familia de Pascual Duarte”. Toda esa turba multa de artistas que aparecen en el libro son históricos y los sucesos relatados son sorprendentemente reales, de una minuciosidad policial.
Navales es un falangista de pata negra y camisa vieja, miembro de las falanges de la sangre, consagrado en persona por El Ausente, pero que por circunstancias de la vida tuvo que mantener oculta su labor a costa de perder las mieles del triunfo político de su bando, el nacional, para finalmente pasar a un ostracismo junto a los derrotados. Estar en el bando ganador y acabar con los perdedores esa es la doble amargura de Navales. Es capaz por alcanzar su objetivo de lo más miserable y mezquino que se pueda ser con los débiles. Como dice Alex de la Iglesia sobre él, “Navales arruina vidas, destroza carreras, insulta y menosprecia a cualquiera que se interponga en su camino, los cuales no son pocos. Sin embargo, nos encanta escuchar a Navales, porque disfrutamos como enanos la libertad de pensar lo que él piensa. Navales no miente, aunque mienta. Navales nos embauca diciendo la verdad. Navales sabe que nos encanta a pesar de nuestra incapacidad para aceptarlo. Nos ofrece generoso diversos sentimientos en bandeja de plata. Navales disfruta mezclando el sexo, la comida y la muerte. Es el monstruo definitivo De Prada, que se devora a sí mismo”.
Este poeta negro se deslumbra tanto por el genio de los otros que los detesta. Solo tolera los talentos menores, apagados, moribundos. Pero no sé conforma con ello, detesta la vida, detesta la literatura y detesta el amor. Maltratar escritores y artistas es su diversión, puede ser todo lo miserable que queramos, pero todos, de alguna manera al leerlo, participamos de esa miseria.
Navales tiene el más gratificante de los trabajos para un resentido, compra y vende prestigios. En una era de autocensura, como la nuestra, la cruda crapulencia de Navales nos resulta molestamente agradable, cómoda en su ruindad. Y lo que nos ofrece De Prada es la muestra de un cadáver moral por dentro. Ser sincero en la infamia en esta época de cobardes es lo más valiente que se puede hacer, de ahí la recompensa de la impunidad con que los lectores le pagamos al protagonista. Porque no nos engañemos, es fácil acostumbrarse a tener zurraspas en los calzoncillos.
La novela tiene por recursos el uso de la hipérbole y la sinécdoque. Es esperpéntico, hijo de la tradición de Quevedo y De Valle Inclán. Narrado en primera persona, leerlo te hace cómplice y participe del regodeo en su crapulencia. En la era de los resentidos este libro llega como un martillazo que rompe las paredes de nuestra conciencia bien pensante, para dejar entrar aire fresco, y también algo de luz.
El resentimiento de Navales ha carcomido su alma, las cuatro esquinas de su corazón, son esquinas negras. Pero no hay maldad absoluta, presenta resquebrajaduras solo ante dos mujeres, una actriz y una poeta, por supuesto, también reales. Como explica De Prada: «No sé puede ser absolutamente maligno como tampoco se puede ser sublime sin interrupción». Y en efecto hay momentos en que Navales tiene momentos de debilidad, en que la compasión vence su malignidad. Siente debilidad por dos mujeres, una vergonzosa debilidad llamada ternura.
«Fernandito, tu también puedes sanarte, Fernando, aunque tal vez ya no vuelvas a escribir tan brillantemente como lo haces ahora. El perdón es la mejor obra de arte que podemos completar en esta vida». Le dice Ana de Pombo, la cantante y actriz, que le abre el camino a la puerta de la redención del resentimiento del poeta.
Hay algo mefistofélico a la inversa, en un sentido cristiano en esto: entregar el genio literario a cambio del perdón. Algo difícil para Navales quien en un momento dice: «Renunciar al estilo se me antojaba más difícil que renunciar a la honra». Sin embargo, sea la actriz Ana de Pombo o la poeta anarquista Ana María Martínez de Sagi, algo empieza a operar en su espíritu.
Solo a ellas dos Navales respeta por encima de los demás, incluso por encima de El Ausente, incluso por encima de las ideologías. “Tal vez todas las ideologías se alimentan del despecho humano, del fracaso, del odio, del resentimiento. De todas esas inmundicias morales en dónde la ideología penetra como un nido de alegres víboras, acostándose con ellas y haciéndolas fecundas”. Serán la actriz y la poeta la que le descubrirán a Navales la tercera vía, el perdón de los pecados. Solo el amor extirpa la envidia y el odio. Atestiguamos el cambio, como dice Alex de la Iglesia, “el hombre ya no es un monstruo es tan solo un animal herido”.
La historia de Navales es la génesis de un resentido, de un relegado, porque no convenía que se conociera cierta parte de la historia. De ahí su exilio en París.
Dentro de la novela hay también otra novela, El Tiberio de Gregorio Marañón, una biografía sobre el resentimiento en el que Navales se verá como en un espejo. Es con Marañón, un liberal que, progresado al conservadurismo, con quién más se encona, y sin embargo será testigo del regreso tranquilo de Marañón a su cátedra en el Madrid franquista, cosa que Navales le resulta insoportable. Su resentimiento es también bíblico, es el resentimiento del hijo primogénito de la parábola del hijo pródigo, que ve regresar a su hermano perdonado por el Padre.
En resumen, esta novela es una novela salvaje, de una franqueza cruel, en que se refleja lo peor de nosotros los poetas. Los vituperios de Navales a esa caterva de poetas y pintores hambrientos, son como diría Cernuda, «las formas amargas del elogio».
Escribir a mano
Lo más increíble de esta novela de 1600 páginas es que su autor la escribió a mano. De Prada es muy posiblemente el único novelista que ha escrito toda su obra a mano. Este ejercicio hoy solo lo hacen los poetas, pero De Prada ha retomado una costumbre que diferencia su prosa y ha contribuido a acercarla más a la poesía. Como él menciona: «La tecnología abrevia nuestras decisiones morales, abrevia nuestro discernimiento. En cambio, escribir con bolígrafo es una actividad más física y más lenta, y al ser más lenta te da tiempo a poner en cada frase más pensamiento que un ordenador. Quizás los poetas sois los únicos que siguen escribiendo a mano. Yo escribo a mano porque pongo más de mí, pongo más conexiones entre las palabras. En cambio, cuando tecleas ante una pantalla, el lenguaje es siempre más expeditivo, es más directo. Cuando escribes a mano el puro arabesco de la caligrafía te permite escribir de forma más demorada y permite que en cada palabra concentres una mayor intensidad mental, y por tanto una mayor posibilidad de inspiración».
En efecto escribir a mano es más físico, hacerlo con regularidad hace que las yemas de los dedos acaben deshechas, torcidas, y el dedo medio acabe torcido también como los amanuenses egipcios, porque mientras uno escribe, con la espalda encorvada y el cuerpo recogido, volcado sobre sí mismo, te sale un cayo en el dedo. Pero escribir es como decía el maestro Emilio Alarcos, el ofrecer bellas palabras que han de generar un placer inmediato, puro y desinteresado. El libro auténtico de literatura es, por consecuencia, aquel que te da un calambrazo, porque en la página tal te encuentras con un cortocircuito, y en esa prosa nerviosa hay algo de la vieja poesía.
De Prada que ganó a lo largo de su vida más de trescientos concursos de relato corto, ha llegado a vivir de ello. Porque escribir se hace, como él dice, «con el culo, no hay otra manera, se hace atornillado a la mesa».
Todo lo que escribe De Parada en este libro como él mismo menciona, lo consiguió de los archivos. Y ¿dónde están los archivos de los poetas y pintores? En la policía, en este caso de la prefectura de París, porque esos poetas y pintores exiliados eran sospechosos de andar en malos pasos o de no tener moral. Es una obra nacida de los archivos, un rescate de la historia de nuestra literatura en español. Según ha declarado en varias entrevistas el autor, el noventa por ciento de esta novela son hechos reales, salvo un par de personajes, todos los demás han existido en esa ratonera que era el París ocupado por los alemanes.
Historia de un escritor
La historia de Juan Manuel es el sueño de todo estudiante de Derecho que no quiere ser abogado, sino escritor. Antes que existiesen las facultades de comunicaciones o las de literatura, mucho antes que viera nacer el mundo a la universidad de Lima o al TUC, a los que tenían esa sospechosa inclinación de ser escritores, sus familias los mandaban a enmendar la vida a la gloriosa facultad de Derecho. De Derecho han salido políticos, asesores, criminales, santos, filósofos, aprendices de carnicero, periodistas y hasta abogados, pero también alguno que otro escritor. Derecho era el nido de víboras donde se empollaba el corazón venenoso del escritor. Porque no nos engañemos, rara vez un escritor es una buena persona, pero acaso ¿quién es inocente entre los culpables? Y ya sé que escribo mal, pero es así como hablo, peores defectos tengo, lo sabe Antonio que es abogado, pero gracias a Dios no ejerce, solo se dedica una vez a la semana a ensuciarse el oído escuchándome, eso y a escribir libros buenos, que son de la raza de los libros peligrosos. A él le dedico mi entusiasmo. Y ya sé que las dedicatorias van al comienzo, pero ni modo, soy desordenado hasta en esto.
Juan Manuel de Prada es nieto de un taxista, su padre se superó como lo hacen en la clase trabajadora, estudiando a distancia para ascender a abogado y seguir trabajando para mantener a su familia. Juan Manuel que creció en una mejor condición social, fue mandado como se debe a la universidad, a estudiar Derecho, porque como sabemos el mundo es de los licenciados. Sin embargo, el joven De Prada tenía otros planes, pero poco tiempo para realizarlos. Tenía un plan B para su vida, huir al destino de los legajos fatuos donde la vista se pierde leyendo riadas de artículos y sentencias vinculantes. De Prada quería ser escritor. Dios o el Diablo sabrán de donde le nació la idea, en qué mala hora se dispuso a buscarse arruinar la vida. Tan bien que iba avanzando la familia.
Lector fanático sobre todo de autores olvidados. Entre sus tempranas aficiones estaban los poetas malditos. En específico la generación de La Bohemia, los poetas españoles de 1920. Un puñado de pobres desgraciados, letras heridas como los llaman en Cataluña, gente envenenada por la literatura y que solo podían vivir dedicados a ello en un permanente viernes santo. Sus lecturas de autores que hacía mucho no eran reeditadas, pero que los más viejos y conspicuos de los escritores godos recordaban con especial estupefacción, lo inspiraron a escribir un primer libro: Coños, inspirado en el famoso y casi totalmente olvidado libro, Senos de Gómez de la Serna. Este libro lo llevaría a ser reconocido entre los escritores mayores y ya consagrados como fue el caso de Paco Umbral, quien apoyó su trabajo, a modo de un protector y patrocinador y quien sabe si también como un maestro.
No obstante, las cosas se torcerían para mal, porque solo hay algo peor entre escritores que robarse versos, y eso es escribir bien, pero muy bien. El triunfo literario ajeno (y no me refiero a los premios sino a la obra en sí), sabe mal entre los escritores.
De Prada cometió el pecado mortal de escribir una novela, su primera novela, «Las máscaras del héroe», que no solo le ameritó el primer premio de un certamen de literatura de segunda línea, sino que fue en sí misma esa novela una gran novela, y esto a los 26 años de edad, algo que Paco Umbral, nuestro gran Paco Umbral, no lo pudo soportar.
Paco Umbral pasó de dedicarle a De Prada en su diccionario de literatura cuatro páginas (donde menciona que lo más importante en De Prada es que escribe y no redacta, que lo que hace es escribir páginas artísticas), a hacer llamadas telefónicas a redactores y periodistas para ennegrecerle la vida a un autor que recién empezaba.
Anna Caballé, periodista, recuerda que la primera vez que supo de Las máscaras del héroe De Prada, fue en una cena con varios compañeros de la facultad de periodismo en que invitaron a Paco Umbral, y quién en toda la velada no dejó de hablar mal de Juan Manuel y de su libro. Y claro, nadie había leído el libro, pero de inmediato se precipitaron a buscarlo, comprarlo y leerlo. De tomas maneras todos comprenderán que Umbral que nunca tuvo el aliento largo de la novela se halló ante una novela escrita por un crío, pero no cualquier novela, sino la novela que, a él, a Paco Umbral, le hubiera gustado escribir. Y claro, la reacción de Umbral no fue generosa sino resentida. Las máscaras del héroe es una gran novela que debemos leer, donde aparecen Huidobro, un Borges joven, Pio Baroja y muchos más. Pero Mil ojos esconde la noche, es algo más, mucho más.
Para Pérez Reverte, De Prada es “quizás el más brillante prosista de su generación”. ¿Por qué quizás?
Lo cierto es que nadie escribe como él.
Cultura
Ministro de Cultura Fabricio Valencia ¿reafirmará su defensa respecto del patrimonio cultural?
El nuevo ministro de Cultura participó de la conferencia de la PCM junto al premier Adrianzén. En su intervención frente a la prensa señaló importantes puntos que trabajará desde el MINCUL.
Published
4 días agoon
05/09/2024Tras la reciente sesión de Consejo de Ministros, el nuevo titular de Cultura habló sobre el Archivo General de la Nación y advirtió que trabajará para defender y preservar el patrimonio cultural. Asimismo, indicó que el Mincul tendrá un diálogo abierto con todas las culturas y sobre todo se trabajará en la protección de la mujer indígena, cuyo grupo representa alrededor de un 10% de la población nacional y anunció una agenda de actividades gratuitas para el público para brindar el acceso al derecho a la cultura para todos.
Como se sabe, el Ministerio de Cultura, durante la gestión de Leslie Urteaga Peña en los últimos 20 meses ha sido una institución que prácticamente abandonó la misión para la que fue creada. Es decir, diversos destinos turísticos y arqueológicos declarados patrimonios culturales de la Nación, continúan abandonados a su suerte, como el caso de Kuélap, entre otros.
Asimismo, la problemática institucional y administrativa del Museo Nacional del Perú (Muna), se acrecentó aún más en este “elefante blanco” que pretende inaugurar muy pronto, en el mes de diciembre. Y ni qué decir, de la cuestionada negociación entre el Mincul y la empresa Joinnus, del grupo Credicorp, que pretendía manejar y controlar la venta de boletos electrónicos en la llacta del santuario de Machu Picchu. Por esa razón la exministra Urteaga Peña se ganó el repudio de los ciudadanos cusqueños.
En ese sentido, la incursión del nuevo ministro de Cultura, Fabricio Valencia se da en medio de un escenario de desolación por las razones antes expuestas. Por el hecho de saber que los problemas en esa cartera cada vez más se acrecientan. Entre tanto, Valencia Gibaja, prácticamente, ha cogido una “papa caliente”; entonces nos preguntamos ¿Podrá darle un giro bienhechor y deseable al Ministerio? ¿Hay competitividad y capacidad? ¿El reciente Ministro dará la talla? Lo que sabemos del nuevo ministro Valencia, es que, durante los últimos años, ocupó distintos cargos inherentes al sector; esperemos que su gestión sea para defender el patrimonio cultural que, de acuerdo con la normativa nacional e internacional es intangible bajo todo concepto.
En una entrevista pasada, el actual ministro de Cultura se pronunció a favor de la demolición de la construcción del hotel Sheraton en el Cusco.
El nuevo ministro Fabricio Valencia Gibaja en su calidad de experto en patrimonio cultural ha litigado contra la Municipalidad Metropolitana de Lima, específicamente, contra el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima), empresa municipal que en 2022 ordenó tumbarse las rejas perimétricas que tienen como fin garantizar su protección, lo cual fue condición impuesta por UNESCO para su inclusión en la Lista Mundial y parte de los muros de la Basílica de San Francisco en el centro histórico de Lima. Como se sabe, Valencia Gibaja antes de ser ministro de Estado, se desempeñaba como abogado de la orden Franciscana de los Doce Apóstoles cuando demandaron a la Municipalidad Metropolitana de Lima, quien aparentemente tuvo el apoyo del Ministerio de Cultura. Lo cierto es que, hasta el momento, la Sala en segunda instancia del Poder Judicial hace un par de meses declaró improcedente la demanda presentada por los franciscanos; y ante esa decisión, el entonces abogado de la orden religiosa anunció que recurrirían al Tribunal Constitucional (TC), por cuanto se trata de un bien inmueble que cuenta con doble reconocimiento, en primer lugar, por ser un bien integrante del patrimonio cultural de la Nación y en segundo lugar, por estar inscrito en la Lista Mundial con un valor único excepcional, el cual debe estar protegido por el estado peruano quien tiene la condición de estado – parte en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y natural – UNESCO 1972, insertada en nuestro ordenamiento jurídico, habiendo asumido obligaciones en cuanto a la protección del patrimonio mundial ubicado en su territorio nacional.
Finalmente, el ministro Valencia Gibaja, durante la sesión del Consejo de Ministros también se refirió a las amenazas que viene sufriendo la arqueóloga Ruth Shady, de parte de inescrupulosos traficantes de terrenos; y anunció que el Ministerio de Cultura le brindará toda la ayuda que sea necesaria, por el respeto que se tiene por su trabajo realizado durante años, pero también, por el respeto a la memoria de lo que representa la milenaria Ciudad Sagrada de Caral.
Cultura
Klauz N’ Cherry lo nuevo del pop peruano
Dos jóvenes que llegan para apoderarse del mundo con su talento y música.
Published
5 días agoon
04/09/2024Klauz N’ Cherry, es un dúo nacido en Perú, para ser exactos ambos son oriundos de la ciudad de Lima y cultivan el género Pop Rock & Electro Latino. Esto debido a la gran influencia que han tenido presente en su Familia.
Conformado por los jóvenes hermanos“Claudio y Danae (Klauz N’ Cherry)”. Ellos deciden unir sus voces para llevar a cabo este proyecto musical con el que nos traen nuevos matices. Para este dúo el haber crecido en una familia llena de arte, los colma de influencias musicales que siempre tienen presente; por el lado Paterno tienen como referente a un gran músico y compositor, en el lado Materno tienen una artista plástica y visual increíble.
El dúo se formó a inicios de 2023 y están elaborando su primer álbum, para el cual ya tienen terminado los tres primeros sencillos “Reflejos” “Mi Estrella” y su primer lanzamiento “Aún”el cual viene acompañado de un hermoso vídeo grabado en los campos de la ciudad de Chaclacayo. Este primer sencillo ya está disponible en todas las plataformas y el vídeo completo lo pueden disfrutar en la plataforma global de Youtube, este MV apunta a convertirse en todo un suceso. El primer corte musical nos sumerge en una poesía que nos narra acerca del amor profundo que no se olvida, de aquellos corazones rotos, la vida de la gente joven y sus emociones encontradas cuando experimentan el primer amor / desamor, aquel que no es fácil de olvidar.
El nuevo álbum, tiene como compositor a Fernando Valeriano (Padre) y en la producción musical a Los Magos Récords. El área visual está bajo la batuta de María Talledo (Madre).
Klauz N’ Cherry promete apoderarse de todo el Perú con una nueva propuesta musical y original, con un refrescante sonido desean obtener el reconocimiento del respetable público.
Cultura
Llegada del ministro Fabricio Valencia genera optimismo en el sector cultural
El especialista en patrimonio cultural tiene la misión de erradicar la nefasta gestión de Leslie Urteaga, quien no llegó ni siquiera a inaugurar el MUNA.
Published
5 días agoon
04/09/2024Ayer en Palacio de Gobierno juramentó Fabricio Valencia Gibaja, como nuevo titular del MINCUL. Su llegada a la cartera de Cultura genera optimismo en el sector. Dentro de su hoja de vida se menciona que es abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, especialista jurídico en patrimonio cultural y, además, cuenta con estudios de Maestría en Museología y Gestión Cultural por la Universidad Ricardo Palma y con un Posgrado Internacional en Patrimonio y Turismo Sostenible en la Universidad Nacional Tres de Febrero, Buenos Aires – Argentina. También es Miembro Experto del Comité Científico Internacional de Asuntos Legales, Administrativos y Financieros de ICOMOS.
Valencia Gibaja es reconocido como un profesional que permanentemente ha defendido nuestro patrimonio cultural y durante los últimos años ha cuestionado la mala gestión de diversos ministros, incluyendo a la saliente Leslie Urteaga Peña.
En una entrevista pasada en el portal Lima Gris, el actual ministro se refirió a la fortaleza Kuélap, señalando: “En Kuélap no se ha hecho ninguna intervención sería, y se está abriendo por un tema de presión, y eso está mal. Tratemos seriamente el patrimonio cultural, por favor. No nos burlemos de la memoria de nuestros ancestros. No podemos tratar esto como cualquier cosa. A mí honestamente me fastidia que en vez de tomar las acciones de conservación pro patrimonio se abre Kuélap para satisfacer algunos intereses de por medio, y seguramente los muros van a seguir colapsando y van a seguir cayéndose”.
También en otra entrevista, el actual ministro habló sobre el caso de la construcción del Hotel Sheraton en Cusco y la presunta corrupción: “Escuchado que hay toda una red de corrupción, y que existe una mano negra. A mí lo que me queda claro, es que es lamentable que haya caducado todo este procedimiento, ya que el ministerio sabe perfectamente los plazos de caducidad, no es que no los conozca. Todas las personas involucradas tendrán que ser investigadas, y si se les encuentra responsabilidad se les va tener que sancionar por la vía administrativa, civil o penal, según corresponda”.
Con la llegada de Valencia Gibaja se espera cambios profundos en todo el MINCUL, ya que durante los últimos años el Ministerio de Cultura solo ha servido como caja chica para un grupo de personas vinculadas al sector caviar. Esperemos que el ministerio ya no parezca un holograma en la avenida Javier Prado y que pronto se inaugure el MUNA, tarea que jamás pudo cumplir Leslie Urteaga.
Cultura
Fitzcarraldo, el restaurante amazónico que sorprende con sus comidas y bebidas típicas en Iquitos
En la selva peruana un histórico espacio gastronómico administrado por Óscar Funes se ha convertido en el epicentro de la cultura amazónica.
Published
5 días agoon
03/09/2024Por Margot Simons
Lima Gris llegó hasta la ciudad de Iquitos para conocer la diversidad cultural y gastronómica de la región de Loreto, pero también para conversar con el empresario gastronómico Óscar Funes, dueño del restaurante Fitzcarraldo, ubicado en el corazón de la isla bonita.
En esta entrevista conoceremos la historia y la propuesta de uno de los puntos gastronómicos más representativos de la ciudad de Iquitos. Aquí la entrevista.
Señor Funes ¿por qué tenemos que venir a Fitzcarraldo?
Bueno, Fitzcarraldo es una opción de las tantas que hay en Iquitos. Nosotros tratamos de mantener las raíces de la comida loretana, pero también le damos una impronta nuestra, y generamos un poco de fusión en algunos platos. Nosotros mantenemos la tradición de cómo se preparan los platos, y otros fusionados, con técnicas e insumos de otros lados pero básicamente manteniendo la raíz del plato regional. Es una propuesta diferente nada más. No digo que sea mejor ni peor que otra, solo digo que es diferente.
¿Qué platos regionales encontramos en Fitzcarraldo?
Por ejemplo, esta la Patarashca, que es un plato tradicional de la Amazonía. También el Inchicapi, que es otro plato tradicional que los mantenemos según la tradición. Hay otros platos que ya fusionamos, usamos insumos locales pero ya jugamos un poquitito con técnicas de cocina de otros lados. Por ejemplo, tenemos otro de los platos bandera acá del restaurante, es el medallón de paiche. Ese plato es un pescado típico de aquí de la Amazonía, pero nosotros lo preparamos con una reducción de mantequilla y alcaparras, usando una técnica francesa. Y lo acompañamos con maduros al horno, es la mezcla que hacemos del insumo, utilizando técnicas de otros lados.
Costillar de paiche.
¿También se puede encontrar platos internacionales?
También hacemos pastas. Todas nuestras pastas y los panes lo hacemos nosotros. El costo quizás sea más alto, pero le damos nuestra propia personalidad al producto. La gente sabe que la pasta que come acá, no la come en otro lado. No digo que sea mejor, ni peor que en otro lado, es diferente. Tratamos de diferenciarnos con otros lugares.
Medallón de paiche.
¿Con qué insumos trabajan?
Nuestros insumos lo compramos en el mercado regularmente. Ahora, en el caso de las carnes, tanto pescado como carne de monte, trabajamos con comunidades. Tratamos de mantener un equilibrio, digamos que no haya una depredación de los recursos que aquí es complicado. La gente muchas veces no toma conciencia de lo importante que es tratar de mantener ese equilibrio. Acá nosotros hemos dejado de comprar, por ejemplo, doncella, que es uno de los pescados más comunes, porque los tamaños no se estaban respetando. Venían tamaños cada vez más chicos, porque ya estaban explotando de manera complicada. Nosotros dejamos de comprar hasta que conseguimos un contacto con una comunidad que nos abastece.
¿Qué bebidas podemos encontrar en Fitzcarraldo?
Tenemos algunos macerados, como el vodka Fitzcarraldo, que es un macerado de clavo huasca y chuchuasi. Lo maceramos durante tres semanas en vodka. Después lo reducimos para preparar el trago. Entonces, este trago es justamente la reducción de ese concentrado, de ese macerado, con ginger ale, un poco más de vodka y un poquito de kion (jengibre). Después, hay huitochado, que también es otra fruta amazónica que se prepara. El huitochado se encuentra en todos lados. El macerado de coca, digamos que la hoja de coca no es de acá, pero se consume bastante. Hay otro trago gindra, que se prepara con el limón sidra. Es una mezcla de Gin con la sidra. Un trago muy simple, pero muy sabroso.
¿Y cuál es su coctel bandera?
Depende del lugar, pero la verdad no es que siempre sale el mismo trago. Es por temporadas. Hay uno que se llama vodka raicar, por ejemplo, que se prepara dentro del hielo, le ponemos ají charapita y lleva sachaculantro también. Entonces queda muy perfumado y el ají va entero, a medida que se va disolviendo el hielo empieza a largar su aroma y también la parte su picante. Entonces, le da otra textura.
¿Qué diferencia a Fitzcarraldo de otros restaurantes de la zona?
Bueno, creo que somos los únicos en la Amazonía que estamos haciendo catas de vino. Anoche, casualmente tuvimos una, cada 15 días hacemos cata y armonía. Se trata de una cata con distintos platos regionales. Es un evento que está teniendo mucha aceptación en Iquitos, porque se está generando una cultura del vino que muchas veces piensan que por ser una zona caliente el vino no se da, pero sí, el vino se da para esta zona. La gente está aprendiendo, está conociendo también un poco más sobre sus platos, porque utilizamos muchas cosas de acá que son platos nuestros, con carne del monte, pescados, tratamos de valorizar eso. Le estamos dando valor al vino peruano, ya que en Perú tenemos muchos vinos que están siendo premiados internacionalmente.
¿Vinos de qué países podemos encontrar en Fitzcarraldo?
Creo que tengo una muy buena propuesta en cuanto a vinos. Tenemos vinos en Perú, Chile, Argentina, Italia, Francia, España, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Estados Unidos. Tenemos más de 70 etiquetas diferentes. No cualquier restaurante las tiene.
Veo que también cuentan con una variedad de piezas de arte…
Tenemos toda la colección de un pintor americano, pero como verás son todos retratos de mujeres de la Amazonía. Él es un pintor que ha sido formado en Italia y trabajó en El Vaticano. Acá tratamos de fomentar el arte, anoche casualmente en la cata estuvo Christian Bendayán y lo que hablamos con Christian es tratar de incluir en la cata un apartadito de arte. Es decir, hablar como se habla de los vinos y los platos, agregando dos o tres obras de algún artista local y explicar cuál es la técnica, los materiales que se utilizan, el motivo de la obra. Es importante darle un poquito más de difusión al artista local que tenemos en Iquitos.
¿También realizan otras actividades culturales como presentaciones de libros?
Sí, hemos hecho un par de presentaciones con escritores locales, tratamos de darle cabida al arte en todas las expresiones que se puedan. Obviamente no tenemos un lugar tan grande como para hacerlo pero a la medida que se pueda lo hacemos, también hay una pequeña biblioteca, pequeñita, pero lo importante es que este presente. En nuestra biblioteca tenemos distintos libros de distintas cosas, justamente hay libros de Christian Bendayán mostrando sus trabajos, pero también están libros de escritores locales, cuentos cortos, como para quien venga a comer o tomar algo y pueda leer un pedacito y conocer a algún escritor local.
Hábleme de Fitzcarraldo y su relación con la película del cineasta alemán Werner Herzog…
Justamente el nombre del restaurante es por la película, es un tributo que se le hace a la película porque hay dos historias vinculadas. Hay dos fuentes para utilizar el nombre, por un lado la película, y por otro lado esta casa que es una casa de la época del caucho, un empresario boliviano vinculado al caucho, Antonio Vaca Diez, compró esta casa para asociarse con Carlos Fermín Fitzcarrald, no es el personaje de la película, porque en la película se llama Fitzcarraldo y este es Fitzcarrald, pero es el inspirador para que se haga esta película.
Entonces, este boliviano vino acá al Perú para asociarse con Fitzcarrald para trabajar en el tema del caucho, pero lamentablemente a los pocos días que se conocieron viajaron hacia la zona donde trabajaba Fitzcarrald y murieron ahogados en un accidente. Nunca pudieron trabajar allí. Pero quedó el legado de esta casa. Y el dueño de la casa revolviendo cajones encontró una escritura donde aparecía el nombre de Vaca Diez, y ahí es donde él empieza a investigar sobre Fitzcarrald y termina escribiendo un libro que se llama “Fitzcarrald. Pionero y depredador de la amazonia”. Es muy interesante, lamentablemente se agotó el libro, pero si bien es una novela, está basado en muchísima información de la vida, está muy bueno.
Klaus Kinski en la película Fitzcarraldo de Werner Herzog.
¿Ahora usted es el propietario?
Exacto. Si bien esta es una casona de la época del caucho, yo no sé por qué, pero no está considerada dentro del patrimonio arquitectónico. O sea, yo tranquilamente podría modificar esto, pero la idea es mantenerlo como un monasterio cualquiera. La parte exterior por lo menos se conserva tal como está. Lo adornamos, lo decoramos, pero no lo modificamos.
¿Cuál es el mensaje final para el público?
Los esperamos por aquí cuando estén en Iquitos para ofrecerle nuestras comidas y bebidas.
Cultura
Universidad de Lima: Rectora Patricia Stuart desaparece el Centro de Creación Audiovisual (CREA)
Un duro golpe a la creación audiovisual y cinematográfica. A pesar de 7 años de realizaciones audiovisuales con un equipo de profesionales que logró destacadas producciones, como la película “El corazón de la luna”, ganadora de diversos festivales internacionales; la nueva gestión de la rectora Patricia Stuart Alvarado decidió desactivar el CREA. Profesores y alumnos cuestionan esta decisión que atenta contra la creación artística.
Published
5 días agoon
03/09/2024El Centro de Creación Audiovisual de la Universidad de Lima (CREA), surgió en 2017 como un espacio de innovación que forma parte de la Facultad de Comunicación. En su ideario señalaban que unían ciencia, arte y práctica en la producción de contenidos audiovisuales y servicios relevantes para la sociedad. Y que su objetivo era innovar con propuestas originales en el ámbito del entretenimiento, la cultura y el desarrollo, realizando investigaciones y consultorías para proyectos audiovisuales, tanto nacionales como internacionales.
Sin embargo, los diversos proyectos orientados al uso y la convergencia de la tecnología para la generación de contenido audiovisual y educativo y alineados con las nuevas tendencias en la industria audiovisual, ya no va más.
El CREA era un proyecto ambicioso
Como se sabe, contaba con espacios e infraestructuras, como el Estudio, un espacio de 21 por 16 metros cuadrados y 8 metros de altura, habilitado con cámaras Sony 4k de televisión, parrilla de luces y switcher. Así como, salones adecuados para capacitaciones, talleres y diversos usos, e Islas de posproducción y colorización con computadoras aptas para posproducción de proyectos audiovisuales; así como múltiples equipos audiovisuales de alta gama, aptos para desarrollar ideas creativas y producciones profesionales.
Incluso obtuvieron el premio DAFO en la categoría Proyectos de Largometraje en Construcción, para el desarrollo del filme “El corazón de la luna”, de Aldo Salvini. Prácticamente, la primera película desarrollada enteramente por una universidad. Desde el Centro de Innovación Tecnológica (CIT), que colaboró con el desarrollo de personajes, hasta la participación de docentes de la Universidad de Lima y miembros del CREA para la realización de la película. Y que por si fuera poco ganó algunos festivales de cine internacionales, como mejor película, en el Festival Sci-Fi London en 2021; y el premio a la mejor actriz en los festivales de Sydney Science Fiction Film, también en 2021. Y en 2022, en los festivales de Cine Fantástico de Porto Alegre; y The Boston Science Fiction Film Festival. Asimismo, la película fue prenominada a los premios Oscar como mejor película extranjera.
Película “El corazón de la luna”.
El Crea estaba conformado por Julio Wissar, como su director, Macarena Coello como Productora general; Luciana Franco como Social media manager; y los realizadores audiovisuales y docentes de la Ulima: Raúl Santiváñez, Eduardo Ojeda, Martín Haro, Alexei Lock, Carlos Quiroz, Sandra Rodríguez, Álvaro Iparraguirre, Ricardo Vizcarra, Adriano Moreno, Jimmy Johnson, Alberto Matsuura y el técnico Juan Carlos Pariona, entre otros.
Administración de la nueva rectora Stuart Alvarado desactiva el CREA
Como se recuerda, el 1 de junio del 2019, la Asamblea Universitaria eligió a los doctores Óscar Quezada Macchiavello y Patricia Stuart Alvarado como las nuevas autoridades de la Universidad de Lima para el período 2019-2024. El doctor Quezada, fue reelegido como rector, y la doctora Stuart, asumió el vicerrectorado, y comenzaron su gestión el 19 de junio de 2019. No obstante, transcurridos cinco años, desde el 19 de junio del presente año, Patricia Stuart Alvarado fue elegida como rectora para el periodo 2024-2029: “Agradezco a los miembros de los Consejos Consultivos de todos los programas académicos por el apoyo que nos brindan al acercarnos al mundo empresarial”, fueron las primeras palabras de la doctora Stuart, al asumir el cargo de rectora.
Rectora Patricia Stuart Alvarado.
El CREA desaparece
Desde la propia universidad diversos estudiantes y docentes de la Universidad de Lima, se han manifestado ante una publicación en la red social del Centro de Creación Audiovisual de la Universidad de Lima, que aun no queda muy claro. Es decir, ¿Qué significa que durante el 2024 pasen a una etapa? ¿Acaso desaparecerá?
En la publicación desde el Crea señalan: “Durante este tiempo, Crea ha sido un espacio de aprendizaje, creatividad y colaboración que ha dejado una huella importante. Juntos, hemos innovado y crecido como una comunidad apasionada por contar historias. Agradecemos a todos los estudiantes, profesores, personal administrativo y amigos que formaron parte de este viaje. Sus proyectos, ideas y energía nos inspiraron a diario y nos recordaron por qué amamos lo que hacemos. Hoy, damos un paso hacia una nueva etapa. Seguiremos produciendo contenidos para la Universidad con la creatividad que siempre nos ha caracterizado”.
Desde Lima Gris nos comunicamos con un funcionario del área de administración de la Universidad de Lima, para recoger el descargo de la institución universitaria y nos confirmó que el CREA deja de existir y pasará a ser parte de otra área. Además, nos señaló que la decisión fue tomada por la gestión de la rectora Patricia Stuart Alvarado.
Esto es un precedente negativo para la universidad, ya que atenta contra la gestión cultural que durante años ha sido impulsada por gestiones anteriores que apostaron por la producción cinematográfica. Con este mal paso, la U de Lima retrocede como institución a nivel cultural. Desde las propias aulas de la universidad, los estudiantes y docentes vienen rechazando de manera rotunda la torpe decisión de desaparecer el CREA.
Cultura
Eduardo Borjas: “Disfruto mucho leyendo poesía, el problema es intentar escribirla”
Entrevista al reciente ganador del Premio Huauco de Oro.
Published
2 semanas agoon
28/08/2024By
Julio BarcoEduardo Borjas camina solitario. Plaza San Martín. 2024. Avenida Nicolás de Piérola. Colmena. La ciudad ya no es la Lima gótica de sus veinte años; sin embargo, todavía es un lienzo vivo para captar versos. El poeta observa y anota mentalmente. Traza: los versos surgen del barullo de los autos en las avenidas, de los ojos tristes de una niña vendiendo caramelos de limón, de una nube pálida. Ester andar es vital en el bardo: su poesía es violenta, como luminosa.
Entre sus cursos en la Facultad de Educación y los recitales poéticos de Quilca, floreció su cantata. De esa belle époque, trajo dos trofeos: el premio de poesía Viernes Literarios y el premio Hora Zero, convocado por su casa de estudios. A finales del 2010, en las mismas aulas por donde pasaron tantos grandes, se contactó con el grupo Tajo. Para sellar el itinerario pedregoso, fue premiado en el 2011 por el SENAJU. Pasaron los años, y hoy nos encontramos para cenar un chifa en la avenida Tacna. Y celebrar-comentar su más reciente triunfo, el Huauco de Oro 2024.
Eduardo, llevas años en el oficio, tantas lecturas y poemas, ¿qué significa la poesía para ti a estas alturas de tu vida?
Quizás suene trillado, pero siempre he concebido la poesía como un acto solitario y silencioso que, con los años, se convierte en una persistencia (también solitaria y silenciosa). Eso, una persistencia silenciosa.
Disfruto mucho leyendo poesía, el problema (y el sufrimiento) es intentar escribirla. Es una trampa inevitable o como diría Collins: el problema con la poesía es que incita a escribir más poesía.
Acabas de ganar el Premio Huauco de Oro, ¿qué sabor tiene para ti recibir este premio? Sabemos de que, en tu carrera poética, (disculpa por el término, pero se ajusta a lo que observo), tienes varios trofeos.
No creo que la poesía sea una carrera; en todo caso, es un destino (parafraseando a Pizarnik).
Siempre es grato que un jurado conformado por escritores, cuya trayectoria uno respeta, valoren tus textos. Más allá de ello, nunca he escrito pensando en los concursos. Si me he animado a participar en las últimas convocatorias es porque (creo que) tengo un libro terminado.
Son pocas las opciones que existen en el medio para ver publicada tu obra (sin mencionar la autoedición o las ediciones digitales, claro). Un concurso de poesía es una de esas pocas opciones. Hace muchos años (más de diez) que no enviaba un manuscrito a alguna convocatoria; y, por entonces, la razón era la misma que ahora: tenía un libro terminado pero no tenía ni los recursos ni los contactos para concretar la publicación.
Te conozco hace años, compartimos lecturas y recitales, desde las épocas universitarias. ¿Qué recuerdos guardas de los días donde nacieron los versos de tu libro Trendelermburg?
Los mejores. Fue una época maravillosa y triste para mí. Era apenas un adolescente cuando ingresé a la Villarreal, pero enfermé gravemente y tuve que abandonar los estudios. Cuando retomé la universidad me encontré con ustedes en las aulas y en los patios. Ese mismo año fundaron el colectivo Tajo y éramos una manada que lateaba por el Centro, bebía un café malísimo en un hueco frente a la universidad y hablaba incansablemente de poesía.
Por entonces, yo sólo quería caminar, caminar mucho, para llegar tarde y cansado a casa, leer un poco y quedarme dormido escuchando la repetición de las noticias en la radio. Recuerdo eso con claridad. Tenía la salud resquebrajada, pero tenía una ciudad en el corazón, un lugar donde tomar café y unos amigos para charlar de poesía. Y la vida era bella por eso (y a pesar de todo). En esos años, y en ese estado, fue escrito Trendelemburg.
Sé que todos tus últimos libros son parte de una obra orgánica, ¿te gustaría hablar de eso?
Se trata de un solo libro que vengo trabajando desde hace algún tiempo. Titula Libro de organelas y está conformado por tres apartados: Manuscrito de Albuferas, Reinos In-dominios y Epílogo.
Queramoslo o no, todo poeta es hijo de sus lecturas. ¿De dónde nace tu canto?
Trato de leer todo lo que cae en mis manos. No tengo una lectura programática, o algo parecido. Leo desordenadamente; pero trato de leer a los clásicos e intercalar mis lecturas con obras de autores contemporáneos.
Creo, sobre todo, como diría Emilio Adolfo Westphalen, que no es concebible la existencia de una poesía, de una auténtica poesía, que no tenga sus fundamentos en la más profunda y desgarradora experiencia vital. Esa experiencia vital se nutre de las lecturas y se enriquece con el tiempo.
Purga en el Ministerio de Cultura
Los 143 años de Leónidas Yerovi
Confirman la muerte de la excanciller Ana Cecilia Gervasi
Teoría de las probabilidades: Ejecutivo vs. Legislativo
Incluir a Taiwán en el sistema de la ONU para garantizar la paz en el Indo-Pacífico
Universidad de Lima: Rectora Patricia Stuart desaparece el Centro de Creación Audiovisual (CREA)
Consorcio pretende construir ‘estacionamientos subterráneos’ en zona monumental de Barranco
Respaldo a la profesora y periodista ante amenazas del militar Elías Torres
‘Plumas en mis cornisas’ de Liliana Miranda
Las historias alucinantes de González Viaña
‘Diáz’ grises: Perú de local empató ante Colombia y deja ir 2 puntos vitales [VIDEO]
Capitán ‘Culebra’ reitera que Vladimir Cerrón es protegido por militares cubanos [VIDEO]
A los 83 años fallece Sérgio Mendes, ícono de la música brasileña [VIDEO]
Arrojan orina a Rafael López Aliaga durante su visita a Juliaca [VIDEO]
Canciller Elmer Schialer ratifica postura del Perú no reconociendo resultados de las elecciones en Venezuela
LIMA GRIS TV
PUBLICIDAD
PRNEWS
PARTNER
CONTACTO
Síguenos en Twitter
LIMA GRIS RADIO
Trending
-
Política4 años ago
Las licencias de Benavides [VIDEO]
-
Política4 años ago
La universidad fantasma de Benavides
-
Actualidad4 años ago
Richard Swing: “Con esta conferencia he dado un gran aporte a nuestra institución y a la humanidad”
-
General4 años ago
Dan ultimátum de 48 horas al presidente Sagasti para derogar Decreto que atenta nuestra Soberanía Nacional
-
Política3 años ago
Altos oficiales de FF.AA a través de comunicado exigen la salida de Jorge Luis Salas Arenas
-
Actualidad1 año ago
Carlos Alcántara: “Crees que voy a pretender hacer una película como Tarantino. Hay que ser huev… para pensar que voy a querer algo así”
-
Cultura4 años ago
MINISTERIO DE CULTURA PAGÓ 175 MIL SOLES AL CANTANTE RICHARD SWING
-
General4 años ago
El doctor Óscar Ugarte firmó una ley que favoreció a los consorcios extranjeros que tienen el monopolio del oxígeno