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LA VOZ EN OFF, DE MANUEL VILLANUEVA

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El poeta que se suicidó por una reseña de Marco Aurelio Denegri

Conocí a Manuel Meza a inicios de la década de 1990. Era un flaco, larguirucho, con algunas pecas y el cabello ensortijado; solía estar acompañado de su viejo amigo, el poeta Percy Hinostroza, con quien formaba una mancuerna litigiosa y bastante controversial cuando se trataba de disquisiciones, charlas o reuniones catárticas.

Fue así como empezamos nuestra amistad en el local del Museo de Arte, en una de las clases del profesor Baldeón, que se atareaba en enseñar las técnicas del subverso, la cultura helenística y el bermaniano “todo lo sólido se desvanece en el aire” a un grupo de bardos que encabezaba la musa utópica Milenka O’Brien.

Fui yo quien los invitó a formar parte de una asociación de poetas que funcionaba dentro de la desparecida ANEA, un grupo de intelectuales, pintores y amantes de las letras que editábamos la revista Aedosmil (AE2000), único órgano de difusión y propaganda de la Asociación de Poetas Dos Mil –esa era la única esperanza en aquella época: llegar como sea al segundo milenio– y de la cual llegué a ser su presidente en 1991. Mientras tanto, el poeta Manuel Meza –al que, en ese tiempo, llamábamos así y que, luego, por un asunto personal, devendría en Manuel Villanueva– solo vivía para escribir. Alguna vez me pasó sus textos para que los leyera y le diera mi opinión. Su lírica era bastante delicada, y sus versos y él mismo buscaban, anhelaban la perfección apolínea.

Alguna vez trabajamos juntos por unos días en la casa de un amigo que tenía una computadora 286, en la que teníamos que turnarnos para escribir, digitar por primera vez nuestros poemas en una CPU. La meticulosidad de Manuel lo hacía rodearse de libros de consulta, diccionarios, tratados, vademécums, y siempre se mostraba temeroso ante cualquier posible error o duda. Recuerdo que, después de patalear en el teclado y en sus, entonces, raros botones, leíamos, unos a otros, los primeros poemas cibernéticos. Pero Manuel insistía en la corrección y dudaba de la sugerencia que la máquina hacía sobre las palabras mal escritas: “La poesía viene del espíritu, y el espíritu es quien escribe nuestros textos. Hay que dudar de la máquina y hay que dudar de nosotros. Hay que dudar de todo”.

Quizás, por ello, se tardó muchos años en publicar su primer libro: Voz en off, que vio la luz recién en 2003 por la editorial Tránsito, a cargo de los escritores Julio Fabián y Claudio Ogosi, la misma que vino con un exordio del académico Marco Martos: “[…] solo un intenso amor por la palabra, solo una dedicación sin desmayos puede dar un fruto temprano y ya maduro como Voz en off, hermoso conjunto, del que se puede decir al bondadoso lector, como lo hizo Carlos Oquendo de Amat: abra el libro como quien pela una fruta”. Y es que Martos daba en el clavo con la primera expresión, pero el fruto no era temprano, era una planta con raíces, hojas y flores que le brindaba cierto camuflaje al autor; de ahí el título y los versos que arrancan con “Sí, a veces me he sentido una sombra/que persigue su cuerpo, su momento y su/camino…”, y la ausencia de datos del autor en la contratapa, solo esas palabras justas y a la medida de la austriaca Ingeborg Bachmann y que, por cierto –he ahí un guiño de atmósfera citadina–, había usado C. Rengifo en su cuentario urbanófobo Criaturas de la sombra: “Los datos personales siempre son aquellos que menos tienen que ver con uno mismo”.

Nuestra amistad en la desaparecida ANEA se incrementaba por los libros que intercambiábamos o recomendábamos unos a otros. Todos los viernes eran las reuniones en el viejo cafetín del fondo a la derecha en el jirón Puno 421 del Centro de Lima. Entonces, más de treinta poetas, narradores, pintores, filósofos, sofistas, etc., compartíamos una mesa larga como la de un buffet. Entre los comensales, estaban los jovencísimos Julio Aponte, Apu Runco, Juan Benavente, Ángel Izquierdo Duclós, Retamozo, César Días, Alfredo Cárdenas, Víctor Bradio, etc., y los pintores Galagarza, Theo, Ackerman, etc. El poeta Meza era tímido, en público solo hablaba lo necesario, pero, cuando se trataba de opinar sobre poesía, no dudaba en dar su crítica, siempre fraterna y aguda cuando el caso lo exigía.

Un tiempo se organizaron recitales internos, y todos escuchábamos la lectura de poemas como si fuera un mensaje presidencial o psicofonías de algún personaje famoso. Pero Manuel Meza siempre optaba por la autoexigencia y no se permitía errar en sus versos y mucho menos en alguna opinión que se intersecase con la poesía. Recuerdo que, cierta vez, cuando organizamos una exposición de poesía visual en la galería Pancho Fierro, el poeta inventó ciertas triquiñuelas para leer su texto vedado, para lo cual había que apertrecharse de un espejo y, mirando de espaldas, en ciertos grados longitudinales, el poema se manifestaba en su verdadera expresión. Y es que siempre estaba buscando nuevas formas de expresarse, nuevas formas de entender la poesía, su poesía. Las exposiciones que se hicieron luego en la galería El Túnel, en la UNI, en 1992, y las de la misma ANEA tuvieron cierta acogida, no fueron cantos en el desierto –como se pensaba en los cenáculos de entonces–, e incluso varios diarios, como La República o El Comercio, venciendo sus diletancias, hicieron reportajes y notas informativas en los que destacaban el trabajo que unía la poesía con las artes plásticas y la música de aquel grupo de rapsodas, que, con el tiempo, irían tomando diversos rumbos.

Un día los Aedosmil decidieron que era tiempo de salir a pregonar los poemas en la calle, declamar los textos en La Parada, “a voz en cuello”, como decía el vate y librero Ángel Izquierdo Duclós; o ir de campamento a la playa solo y exclusivamente a escribir y leer poesía e intentar vivir como poetas aunque sea una semana. Fueron días felices para Manuel, quien no se perdía ninguna de estas salidas, que no eran planificadas al milímetro, sino que sucedían casi espontáneamente; por eso, la vez que estuvimos en Trapiche, ese pueblito que queda rumbo a Santa Rosa de Quives, tuvimos que dormir pegados unos a otros, porque nadie había llevado una carpa o una bolsa de dormir y la gélida noche nos agarró con lo que teníamos puesto; pero fácil hubiera sido regresarnos y perder esa hermosa Luna que empezaba a relumbrar en nuestras cabezas. Además, yo los alenté diciendo que el mejor hotel del mundo, el hotel de mil millones de estrellas era ese, el que se nos presentaba al aire libre y el que había que disfrutar solo con nuestras ropas puestas, leyendo poesía, inventando versos, cantando canciones, conversando del Conde de Maldoror, de Bretón o de los Black Mountain, de los surrealistas, los nadaístas, los situacionistas, la beat generation, los herméticos, etc.

Manuel reía y bailaba sobre los peñascos; escribía versos en la arena; le declamaba poemas a las olas, a los peces, nereidas o monstruos marinos. Por ratos se quedaba contemplando el horizonte. Su mirada se perdía en la inmensidad. El parnaso, la verdadera patria de los poetas, estaba muy lejos, pero tenía que seguir a pie y sin zapatos; el camino sería largo, tedioso y lleno de cambrones, pero la recompensa sería mayor.

La poesía valía la pena, y tendría que intentarlo aunque sea una vez. Era una de sus metas. Me lo dijo una noche mirando cómo se mecían unos barcos en altamar, una noche de esas en que uno habla dormido o duerme hablando: “Ybarra, querido amigo, no sirvo para nada más que para escribir versos, no sé si estará mal esto, lo siento por mi familia, pero es lo único que sé hacer bien o creo hacer bien. ¿Sabes lo que significa eso? Tengo que publicar mi primer libro de poesía”.

Cuando la ANEA perdió su local por un juicio con la Municipalidad de Lima y la Beneficencia, Manuel recaló junto a todos los sobrevivientes y náufragos del barco hundido –o secuestrado– en el jirón Quilca, en lo que, en ese tiempo, se denominaba “Bar Las Rejas”, en el Queirolo, o en los altos de don Lucho, más conocido como “La Rockola”, donde continuaban las reuniones como si fuera nuestro propio espacio. Incluso se pasaba lista, se firmaba un acta, y la lectura de poemas no dejaba de hacerse por ningún motivo. Los brindis y las conversaciones se alargaban hasta la madrugada. No obstante, el poeta no se sentía a gusto, había algo que no terminaba por convencerlo: lo dionisiaco no era lo suyo, el poeta no se sentía parte de. Algo dentro de él lo hacía irse temprano, alejarse del grupo, extraviarse en la noche.

Fue entonces que empezó a retraerse, ya no salía de casa, no le interesaba mucho el mundo. Los estados de depresión lo empezaron a asaltar en todo momento. Muchos años después, nos enteramos, por sus propios familiares, de que Manuel tenía cuadros severos de melancolía y angustia y de que se encerraba en su cuarto días de días para hacer la vida de un asceta o ermitaño; quería que lo dejaran solo. Sus familiares cercanos lo ayudaban, lo sosegaban, pero lo que tenía Manuel era una tristeza del mundo que se había hecho carne y uña con la poesía. Y solo la poesía lo podía regresar a la realidad. Él lo sabía, pero parece que nadie más.

Tarde nos enteramos de que Manuel ya había intentado varias veces quitarse la vida y, por cuestiones fortuitas –o porque “no era su hora”, según reparó una de sus hermanas–, lo habían auxiliado, y el susto no había pasado a más de un par de muñecas cortadas, ambulancias, el hospital y luego pastillas para la depresión: Frisium, Valium, Fluoxetina, para sentirse bien, y mucha atención de los que le rodeaban y, cómo no, de sus amigos. Aun así, esa gran ancla o palanca de la poesía seguía anidando en su espíritu, y Manuel le tenía mucho respeto, mucho amor; quizás por eso trató de alguna manera de alejarse, de comportarse y ser una persona normal, sin nada literario que decir y quizás con mucho que hacer. “Lo manual le podía ayudar a entender lo espiritual”, manifestó alguna vez, moviendo la cabeza como si fuera una verdad incondicional que tuviera que aceptar sin mayores reclamos.

Un día lo visité en su casa de Canto Grande, junto con el economista Javier Parra y el novelista Carlos Rengifo, y mayúscula fue nuestra extrañeza cuando Manuel, una de las más notables promesas poéticas que había tenido la ANEA-AE2000 en sus última fase, había decidido renunciar a las letras y convertirse en mecánico de carros, siguiendo la profesión de su señor padre. Cuando lo vimos con su overol manchado de grasa, la camisa arremangada rezumando el aceite quemado de mil motores, sentí la misma sensación cuando los canales de televisión mostraron al ajedrecista Julio Granda arando a puño limpio su chacra en Camaná, requintando a este mundo miserere que no podía entender a un iluminado. Ahí estaba Manuel, el que discutía de Hegel, el que podía hablar fluidamente de la poesía de Eliot o Ezra Pound, el que construía poemas con sistemas de relojería y entendía a Leonardo, a Tesla, a Baudrillard, a Todorov, a Roland Barthes y a todos los estructuralistas y posestructuralistas.

Simplemente, se había dejado ganar por el mundo. Había subido un poco de peso y, contradictoriamente a lo que cualquiera de nosotros pudiera pensar, se mostraba feliz. Era el vivo ejemplo del yo es otro rimbaudiano, de la metamorfosis kafkiana, del homus novis de Mariátegui en El alma matinal. Esa tarde comimos y brindamos. Tratamos de no hablar de poesía, tampoco queríamos hablar de fierros y motores Perkins, Cummins o Volvo; conversamos de la vida, un poco de política y del tiempo, que es el tema en el cual todos podemos echarle la culpa de nuestras penas a ese organismo estéril que es el Senamhi y fingir una sonrisa, un “salud” con tintinear de copas rebosantes de vino cuitado. Antes de irnos, Manuel nos confesó que estaba de amores con una linda chica, una Maga morelliana, y, al parecer, el asunto iba para mayores. “Blasfemia”, “profanación” y “anatema”, fueron las palabras que Manuel había establecido para definir su actual situación. No lo dijo ese día, pero se sentía en el ambiente, era tácito, y todos tratamos de ignorarlo.

Por ese entonces, me crucé varias veces con él, abrazado de su musa, acompañándola por las calles de Lima, entrando a un fast food, al cine o a comer algunos bocadillos en ese viejo cafetín republicano que funcionaba al frente del cine Le Paris. No sabíamos si a su Nadja le gustaban las artes o era amante secreta de la poesía. Lo que sí sabíamos era que Manuel, Manuelito –como le decíamos– estaba cada vez más lejos de las letras. Su mundo se había vulgarizado, el amor había echado por la borda todos esos años de trabajo secreto, todas esas amanecidas de lecturas obligadas y de escritura cuasi automática por la poeisis, por todo lo que él consideraba sagrado.

Unos años después, y cuando ya imaginábamos a Manuel como un obeso mecánico apretando las tuercas de una llanta con una llave inglesa o metido para siempre debajo de esos armatostes, manejando tecles y gatas hidráulicas, al lado de una esposa exigente y convencional que le lavaba las ropas y le servía los alimentos, nos dimos con la sorpresa de que nuestro amigo había ingresado a la Universidad San Marcos y asistía puntualmente a las clases del taller de poesía que amable y solícitamente dirigían y dirigen Marco Martos y Hildebrando Pérez Grande. Ahí terminó por perfilar y darle forma a su primer libro: Voz en off, y regresar otra vez al redil.

Una tarde de invierno, por la avenida Colón, cuando salía de un conocido cineclub, me alcanzó su libro y me hizo una rápida dedicatoria. En una revisada a vuelo de pájaro, mientras conversábamos de los viejos tiempos y eludíamos a la masa de estudiantes presurosos que salían de las academias, quedé confundido por no haber incorporado ninguno de los textos que le había leído en las épocas de la ANEA. El nuevo Manuel Villanueva –ese era su nombre ahora– se había encargado de sepultar al antiguo Manuel Meza. Los poemas de Voz en off no eran tan largos, no había retruécanos o vallas ni triquiñuelas que eludir. Todos sus nuevos textos habían sido pasteurizados, homogeneizados y pasado por un control de calidad ISO, que incluía a varios profesores universitarios. Pero, aun así, aun después de publicado su libro, Manuel seguía teniendo serias dudas. Su espíritu inconforme volvía a torturarlo. Recuerdo que, cuando puso el libro en mis manos, me pidió que lo leyera varias veces y le diera mi opinión sincera, que no le perdonara ningún error o falencia, así sea este de carácter de imprenta. Le dije que lo haría, que no se preocupara y que no se dejara llevar por los decires y menos si esos provenían de un “crítico literario” o de algún letrateniente a sueldo fijo. Reímos de esto a carcajadas y nos despedimos en la avenida Wilson con un gran abrazo.

Marco Aurelio Denegri. Foto: El Comercio.

Quizás por esa inseguridad que funcionaba como un autoflagelo, Manuel decidió alcanzarle su texto al polígrafo Marco Aurelio Denegri, a quien veía todos los fines de semana y a quien escribía secretamente al correo que aparecía en la pantalla del televisor, aun cuando nunca recibía respuesta; de repente, escucharle decir alguna palabra celebratoria, algún aliento o venia de aceptación hubiera sido un espaldarazo para él.

Pero pasó lo que tenía que pasar y cierto viernes en la noche, cuando Manuel encendió el viejo televisor, ilusionado por una crítica que lo empujase hacia delante y continuar así el camino trazado, Marco Aurelio cogió el libro, como una mantis religiosa coge a su víctima, y se despachó una de las peores reseñas a un libro de poesía, que terminó por sepultar a gargajos no solo un buen primer texto, sino todo un futuro que podría haber sido brillante.

Manuel entró en crisis, sus amigos cercanos, que sabíamos lo que había pasado, tratábamos de darle aliento. Le dijimos, lo que es verdad, que el señor Denegri no es ninguna autoridad en poesía, que no entiende las metáforas, que no sabe nada de imágenes ni de figuras literarias y que quiere aplicar un racionalismo cartesiano protofascista a algo que solo puede entenderse a través de los sueños o de las quimeras. Además, cómo es posible que MAD crea que una paloma no puede hincarse porque no tiene rodillas, o que el sol, astro regente, no tiene fauces y no se puede tragar a un hombre, o que es imposible hacer poesía con coprolalia, escatología o con elementos salidos de una teoría de los esfínteres, etc. Pero nada funcionó.

Manuel empezó a sentir que el mundo no tenía sentido, que si él no podía aportar siquiera un buen verso a esta realidad decadente, pues, entonces nada tenía razón de ser y que, sin poesía, no había futuro y todo estaba perdido, al menos para él, que había vivido para la poesía durante años, que había renunciado al mundo feliz de Huxley, a la felicidad convencional de El secreto y del casa-mujer-auto-perro y que, en estos momentos en que empezaba a dar sus primeros pasos, no tenía mayor opción que agarrarse a los versos y caminar hacia la luz, seguir intentando el logos, la hybris desencadenante, o apagar el interruptor.

Cierto día, aprovechando que había pocas personas en casa, Manuel cerró con llave la puerta de su cuarto, sacó su deshojado cuaderno de apuntes, que guardaba debajo de su colchón, y se puso a leer; las lágrimas le empezaron a caer por el rostro y lloró como cuando era niño, lloró hasta sentir que sus ojos estaban secos como un desierto. Lloró y lloró hasta encontrarse con la risa o con la desesperación. Y, entonces, quizás cuando veía solo su fracaso como poeta –porque eso es lo que había dicho ese viejo aristarco de la televisión en cuyas opiniones confiaba ciegamente– sacó una filuda cuchilla, le pidió perdón a todos los dioses de las letras, la música y las artes, Apolo, Bragi, Ganesha, etc., y se hizo unos tajos profundos en los antebrazos, unos cortes estudiados y perfectos, como para que nadie pudiera hacer nada por él. Y se sentó a escribir, ahora sí seguro, sin dudas y sin trastabilleos, lo que sería su último e insondable poema.

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Rodolfo Ybarra. Ha estudiado matemática pura, física, electrónica y comunicaciones. Ha publicado una veintena de textos entre novelas, cuentos, poemarios y ensayos. Ha dirigido un programa de televisión de contracultura y política, y editado revistas y fanzines. Se expresa también vía el vídeo y la música. Desde el 2007 maneja el blog www.rodolfoybarra.blogspot.com.

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Jóvenes prefieren tener una mascota que criar un hijo [VIDEO]

En México, España, Perú y demás países del mundo población demográfica se viene reduciendo considerablemente.

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Existen muchos motivos por los que los jóvenes entre los 18 y 34 años de edad prefieren cuidar un perro o un gato a cambiar pañales, despertarse de madrugada, acudir periodicamente a los chequeos médicos del menor, y demás gastos que implica el cuidado de un nuevo ser. Queda claro que cuidar a una mascota no se compara en lo más mínimo a todas las diligencias que corresponden al desarrollo físico y mental de un hijo.

Los Millenials, nacidos entre 1981 y 1996, y la Generación Z, aquellos nacidos entre 1997 y 2012, tienen ciertas particularidades como es ser los primeros nativos digitales, así como priorizar sus carreras profesionales y salud mental, relegando casi al final de su edad reproductiva el tener hijos.

La edad media a la que las mujeres son madres por primera vez supera los 30 años y de hecho España es líder en la lista de países con más bebés nacidos de embarazadas mayores de 40 años.

Uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 34 años no se plantea tener hijos. Esta es una de las conclusiones de un reciente informe de OnePoll, realizado con encuestas a más de 1.000 personas en Estados Unidos, con unos resultados desoladores. Así, solo el 55 % de los miembros de la generación Z y algunos millennials planean tener niños en el futuro. Otro 20 % no está seguro de si lo hará o no.

Entre los motivos principales que los encuestados aludieron, en un 47 %, citaron problemas económicos y en menor medida (un 38 %) temores sobre el estado del mundo. La mitad de ellos, un 49 %, simplemente quieren tener todo el tiempo para centrarse en sí mismos, y otro 35 % le preocupa el impacto que tendría tener hijos en el medioambiente. Por otro lado, un 28 % de los jóvenes ha decidido priorizar su carrera profesional antes que tener descendencia, mientras que un 22 % no lo planea por motivos de salud existentes.

A pesar de esto, aproximadamente tres de cada cuatro (el 71 %) cree que existe sobre ellos una presión social para tener hijos. Según el 40 % esta provendría por parte de miembros directos de su familia. Las madres son las más propensas a ejercerla, seguida de las abuelas y, por último, los padres.

fuente: latina.

Esta encuesta también ha desvelado que casi la mitad (un 49 %) de los jóvenes considera que tener hijos es importante para sentirse realizado en la vida. No obstante, incluso los que planean formar una familia, solo sumarían dos miembros nuevos. No engendrarían más de un dúo de bebés y el 56 % citó limitaciones financieras de no poder formar una familia más grande. Además, más de cuatro de cada diez temen no poder brindarles a los niños toda la atención que necesitan.

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23 años después del fatídico ‘11 de septiembre’ en Estados Unidos

El país que tenía fama de ser el más poderoso del mundo, dejó de serlo la mañana del 11 de septiembre del 2001, debido a simultáneos ataques terroristas que arrebataron la vida de casi 3 mil personas que ardieron en llamas y se quedaron atrapadas en los pisos superiores de las emblemáticas Torres Gemelas.

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Este 11 de septiembre se cumplen veintitrés años del atentado terrorista que les cambió la vida a los estadounidenses y al mundo entero, debido al secuestro de cuatro aviones comerciales norteamericanos que fueron tomados por 19 criminales, logrando un saldo total de 2 977 fallecidos en los ataques terroristas en Washington, Nueva York y en las afueras de Shanksville, Pensilvania.

A las 8:46 de la mañana, el vuelo 11 de American Airlines impactó contra los pisos 93 al 99 de la Torre Norte del World Trade Center (WTC) en Nueva York. Al principio, se pensó en un accidente, pero diecisiete minutos después, otra aeronave de United Airlines se estrelló contra los pisos 77 al 85 de la Torre Sur.

El horror era trasmitido en simultaneo en todo el planeta, mientras las emblemáticas Torres Gemelas ardían en llamas y miles de personas quedaban atrapadas en los pisos superiores con la resignación de no ponerse a salvo, mientras otros, presas de la desesperación decidían lanzarse al vacío. De los que perecieron durante los ataques iniciales y los colapsos posteriores de las torres, 343 eran bomberos de Nueva York, 23 eran policías de la ciudad y 37 eran agentes de la Autoridad Portuaria.

En tierra firme, el caos reinaba, con decenas de personas desorientadas y equipos de emergencia trabajando incansablemente. A las 9:37 de la mañana, otro avión, el vuelo 77 de American Airlines, se estrelló contra el Pentágono, en Washington sumando más horror a la jornada, con 184 fallecidos.

Un cuarto avión, que se dirigía al Capitolio, se estrelló antes de llegar a su objetivo gracias a la valiente intervención de sus pasajeros. Los ataques del 11 de septiembre, generaron un saldo de cerca de tres mil víctimas, incluyendo cinco peruanos. Aquel día marcó el inicio de una cacería global contra Osama bin Laden y Al-Qaeda, que llevó a la invasión de Afganistán y una guerra que se prolongó por veinte años.

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Vendedoras ambulantes denuncian agresión y abuso de poder del alcalde Jesús Maldonado [VIDEO]

En el desalojo del mercado San Hilarión en SJL, alrededor de 300 agentes del serenazgo golpearon a adultos mayores, mujeres, e incluso niños. “Hay videos, hay pruebas. Él con lo primero que nos enamoró, fue que nos dijo que sus padres eran ambulantes, y que él es hijo de ambulante. Y nosotros caímos en sus mentiras y ahorita estamos pagando las consecuencias”, aseveró una comerciante, sobre el alcalde Jesús Maldonado cuando éste aún era candidato.

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¡Abuso de poder! La madrugada del viernes 6 de septiembre, centenas de efectivos del Serenazgo desalojaron a cientos de ambulantes, en su mayoría mujeres y adultos mayores en los alrededores del mercado San Hilarión, en San Juan de Lurigancho. Lo más insólito de esta abusiva intervención, es que nunca fueron notificados, ni avisados previamente. Y lo más sorprendente es que los comerciantes desalojados de mañera violenta, cumplían diariamente con el pago de la tasa de la Sisa y previamente tuvieron acuerdos para poder permanecer en la zona intervenida, con el compromiso de mantener el lugar en óptimas condiciones y debidamente limpio.

Los comerciantes se sienten desconcertados y sobre todo decepcionados, con el alcalde de San Juan de Lurigancho, Jesús Maldonado, porque cuando era candidato a la comuna y recorría los mercados del distrito durante su campaña para pedir que voten por él, con la promesa de que los dejaría trabajar tranquilos en los mercados, el argumento que utilizaba era afirmar que sus padres también eran ambulantes. Es decir, como buen hijo de ambulantes, pedía que confíen en él, y eso fue lo que pasó, porque finalmente los comerciantes lo apoyaron y le dieron su voto, para que sea elegido burgomaestre del distrito más poblado de Lima.

Lima Gris, a través de su programa de radio, tocó este sensible tema y entrevistó a dos mujeres comerciantes que precisamente fueron desalojadas aquel día viernes. María Gonzales y Beatriz Salvador, representantes de la Asociación Paradero 15 de San Hilarión, revelaron diversos detalles de lo que fue el desalojo y cómo los agentes del serenazgo de manera violenta arremetieron contra mujeres y adultos mayores, e incluso, se llevaron mercadería.

Los tomaron por sorpresa luego de prometerles que los apoyarían

“Nosotros hemos sido sorprendidas con un desalojo nada pacifico, al ver primero la visita de la PNP dándonos un respaldo, diciendo que no va a haber violencia y que nos van a apoyar. Entonces nosotros nos hemos tranquilizado. Han pasado 2 minutos y llegaron los serenazgos, un aproximado de 300 personas, y mi persona lo que pidió al representante de la municipalidad, que queremos dialogo y no agresión, pero el representante hizo caso omiso a nuestras palabras y lo primero que hizo fue agredirnos. Han golpeado a adultos mayores, mujeres, incluso hasta a niños, y por eso nos han desalojado.

Nosotros cuando tuvimos la visita de nuestro alcalde a nuestro mercado, nosotros le dimos nuestro voto, nuestra confianza para que él nos represente, como el pueblo que somos. Y ahorita nos sentimos decepcionados porque el alcalde nos está dando la espalda. No solamente nuestro mercado ha sido desalojado, son muchos mercados y esas personas ahora no trabajan, dos meses, siete meses. Estamos hablando del mercado de Jardines, estamos hablando de Bayóvar, estamos hablando de Banchero y de muchos mercados. Hemos sido afectados y agredidos. Hoy día en mi mercado le han robado a la gente, se han llevado carretas, se han llevado papas, cebollas; han golpeado a mujeres, por más que hemos pedido que queremos dialogo, hemos sido agredidos”, aseveró la comerciante María Gonzales.

Cuando se le preguntó si el Ministerio Público se hizo presente, la señora María respondió que no: “Han venido serenazgos que no son de San Juan de Lurigancho, son serenazgos de otra zona. Incluso, yo he trabajado en otro mercado y he reconocido que son gente de La Victoria y gente del Rímac, que han venido a agredirnos. Yo creo que el alcalde está haciendo mal asesorado por personas que no lo representan, más bien que le están haciendo daño a su gestión. Lo que nosotros pedimos es que el alcalde converse con nosotros los ambulantes y que nos dé una solución, solamente le pedimos que nos dé la mano”.

¿Antes que suceda esto, llegó alguna carta o un aviso?

“Ninguna. Hace tres semanas atrás vino una persona de la municipalidad y nos dijo que nos teníamos que ordenar y que teníamos que pintar la pista para puedan entrar los vehículos y usar chalecos. Hemos comprado los chalecos, que es un gasto de los ambulantes y no de la municipalidad. Aparte, hemos baldeado y pintado las pistas, hemos hecho todo lo que nos han pedido con tal de trabajar tranquilamente. Hemos estado trabajando tranquilamente y nos sorprendió este desalojo. Estamos hablando de 100 personas, pero tenemos entre ellos a más de la mitad de adultos mayores. Incluso, tenemos una señora que no tiene su piecito y también ha sido agredida. O sea, la municipalidad no quiere darnos una solución.

No decimos que no queremos ordenarnos. Queremos ordenamos, queremos trabajar tranquilamente, pero sin agresión, sin golpes, porque nosotros somos gente de bien. Hay que recordar que en SJL ahorita hay muchas muertes, delincuencia. ¿Por qué nuestro alcalde no va a esas zonas donde ahorita hay tanta muerte? Ahorita nos extorsionan, con lo mínimo que ganamos nos extorsionan. ¿Por qué no van contra ellos? que queremos trabajar sin hacer daño a los demás”.

Cuando el alcalde Maldonado era candidato ustedes le dieron su apoyo ¿Qué fue lo que les prometió?

“Él nos dijo que nosotros íbamos a trabajar tranquilamente. Con lo primero que nos enamoró, fue que nos dijo que sus padres eran ambulantes, y que él es hijo de ambulante. Vino con sus lapiceritos y nos dijo: ‘denme su apoyo y ustedes van a trabajar tranquilamente’. Y nosotros caímos en sus mentiras y ahorita estamos pagando las consecuencias de esa confianza que le hemos respaldado al señor. El señor es alcalde ahorita porque nosotros le dimos nuestra confianza; nosotros confiamos en él. Nos habló tan bonito y por ser hijo de ambulante pensamos que él nos entiende, pero realmente no ha sido así, nos ha dado la espalda al 90% de ambulantes que somos en San Juan de Lurigancho”.

Por su parte, la otra representante de la Asociación Paradero 15 de San Hilarión, Beatriz Salvador confirmó que emplearon demasiada violencia: “Ente los que estamos afectados hay embarazas, hay adultos mayores y hay menores de edad; incluso a una menor de edad le han dado con la vara en la cara por defender a su hermano. Hay videos, hay pruebas. Nosotros no estamos hablando porque lo estamos inventando, hay pruebas de esa violencia que han atacado sin piedad a las mujeres. A mi compañera le han reventado el labio, sin piedad le han metido puñetes por defender su toldo para que no se lo lleven”.

Según lo narrado por las dos señoras comerciantes, aquí hubo una especie de discriminación contra gente humilde.

“Nosotros somos gente de bien, pero el alcalde no nos quiere dar ni siquiera 5 minutos para hablar con él. Él ahorita está dañando a su pueblo porque le hemos dado la confianza y nos hace daño porque la mayoría de ambulantes llevamos el día a día para nuestros hijos. 

Nosotros pagamos una Sisa, que es un sol por metro y las personas que tienen 2 metros pagan dos soles. Nosotros pagamos todos los días y a ellos no les importa si tú vendes o no vendes, tú les tienes que pagar su plata”, respondió María Gonzales.

¿Entonces, ese es el cupo que se le tiene que pagar a la municipalidad?

“Ahora ellos dicen, que es porque nosotros dejamos basura. Y yo les digo que nosotros recogemos nuestra basura; no solamente pagamos una Sisa por recoger la basura de los ambulantes. Nuestras casas también pagan impuestos. Y los adultos mayores también pagan su sol, vendan o no vendan”.

¿Ustedes por qué creen que la municipalidad ha tomado esta medida de desalojarlos?

“Sinceramente desconocemos, porque hemos hecho todo lo que nos han pedido. Hemos trabajado como ellos nos han pedido, como sus representantes nos han pedido. Y nosotros con tal de trabajar hemos hecho caso a todo lo que ellos nos han pedido. Y ahora yo le digo al señor alcalde, esa gente que viene a ser su representante no lo representan y más bien lo están haciendo quedar mal, porque el pueblo en vez de apoyarlo como ya lo apoyó una vez, ahorita lo están repudiando, porque él nos está dando la espalda a mucha gente.

Hay mercados que no trabajan siete meses, dos meses, tres meses, como en Metro de Hacienda, que han sido desalojados siete meses sin trabajar. La pegunta es ¿quién les da a ellos? Y nosotros tenemos ese miedo, que ya comenzamos prácticamente el día número 2 sin trabajar. ¿Quién nos va a dar para nuestros hijos?, ¿quién nos va a apoyar a nosotros? Porque el alcalde paga a su gente para que nos agredan y ellos tienen un sueldo ¿pero nosotros? Y por último que nos reubiquen, pero que no nos dejen a la deriva”.

El alcalde Jesús Maldonado arremete contra los ambulantes, pero no ataca a la delincuencia

¿Ellos por qué no van contra los delincuentes? Porque los delincuentes sí van a atacarlos a ellos y los van a agredir. ¿Por qué no va contra la delincuencia y la extorsión? Porque no tiene los pantalones para agredirlos a ellos, pero sí tiene los pantalones para agredirnos a nosotras las mujeres. El alcalde no tiene los pantalones y nosotros estamos 100% seguros que tiene que ser retirado de la alcaldía, y necesitamos que sea retirado ya, para que nosotros, el pueblo de San Juan de Lurigancho podamos seguir adelante. Nosotros no pedimos que nos regale nada; lo que nosotros pedimos es trabajar. ¿Por qué él no nos da trabajo a nosotros que no tenemos ningún antecedente policial? Yo he recorrido esos serenazgos y hay gente que he conocido y gente que tiene muchos antecedentes policiales ¿Por qué a esa gente? ¿Por qué no a nosotros la gente limpia, que no tenemos ningún tipo de antecedente? ¿Por qué no nos da trabajo a nosotros, en vez de botarnos de un trabajo limpio que tenemos?  ¿Por qué contratar a delincuentes para botarnos a nosotros?  No pedimos regalos, no pedimos apoyo, no pedimos nada. Necesitamos solamente trabajo y más trabajo, concluyó María Gonzales.   

 Finalmente, las acusaciones vertidas por las dos representantes de la Asociación Paradero 15 de San Hilarión, en San Juan de Lurigancho, contra la gestión del burgomaestre Jesús Maldonado son muy graves, en especial, porque habría una presunta contratación de agentes del Serenazgo que además de no ser del distrito, porque habrían sido traídos desde el Rímac y La Victoria, también tendrían antecedentes policiales, condición suficiente para que no deban ser contratados en una comuna publica distrital.  

Aquí el video completo de la entrevista con las vendedoras ambulantes.

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Indecopi admite demanda por derechos de propiedad intelectual contra Chef Jorge Muñoz

El caso ha sido admitido en Indecopi, después de revisar documentos probatorios de la propiedad intelectual del nombre San Telmo, y los actos de competencia desleal que vendría realizando Producciones Cantuarias SAC.

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El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual – INDECOPI admitió la demanda por la infracción de los derechos de propiedad intelectual y competencia desleal, en contra de Producciones Cantuarias SAC, y el chef peruano Jorge Muñoz. Debido al uso indebido del nombre ‘San Telmo’, que le pertenece a San Telmo Restaurant – Lounge Café, una prestigiosa marca de gastronomía que desde hace más de 25 años opera en dos de exclusivos clubes del país, y que cuenta con los registros de propiedad intelectual del nombre comercial.

De acuerdo al expediente de la Secretaría Técnica de la Comisión de Signos Distintivos del Indecopi, Producciones Cantuarias SAC y el chef peruano Jorge Muñoz, desde abril de este año, vienen usando indebidamente el nombre ‘San Telmo Social Club’.

“Esta presunta nueva marca pretendió inscribirse bajo una clasificación referida a publicidad y gestión de actividades comerciales. Sin embargo, en redes sociales, el chef Jorge Muñoz ha estado promocionando el espacio con una temática de coctelería y platos a la carta. Además, bajo la denominación ‘San Telmo’, han estado requiriendo personal de cocina y atención al público. Lamentablemente, hay gente que ha asistido a dicho local pensando que se trataba de nuestro restaurante. Toda esta confusión viene ocasionando una serie de perjuicios en contra nuestra”, detalló la empresaria Mariella Gonzales, gerente general de San Telmo Restaurant – Lounge Café.

Cabe señalar que el San Telmo Restaurant – Lounge Café fue fundado hace 28 años, destacando por su calidad tanto en el servicio como en la comida.

Actualmente este restaurante cuenta con dos locales en exclusivos clubes de la capital, labrando una reputación de marca que los hace reconocidos por el público comensal.

San Telmo Restaurant – Lounge Café cuenta con todos los registros respectivos para operar como restaurante y todas las actividades conexas que involucran al negocio. Y forma parte de la Asociación Peruana de Hoteles, Restaurantes y Afines – AHORA Perú, institución que ha manifestado su solidaridad con San Telmo Restaurant –Lounge Café.

“El establecimiento, ubicado en la calle Cantuarias 175, Miraflores, bajo el nombre de ‘San Telmo Social Club’, no forma parte de la marca San Telmo Restaurant – Lounge Café, por lo que lamentamos toda confusión que viene generando en nuestros clientes. Somos una marca que ha labrado su prestigio en base a esfuerzo y sacrificio, y somos reconocidos por nuestra calidad de cocina y servicio. Próximos a cumplir 30 años de fundación, vamos a realizar todas las acciones necesarias para hacer respetar nuestro derecho a una buena reputación”, mencionó Mariella Gonzales, gerente general de San Telmo Restaurant – Lounge Café.

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Universidad Telesup cerró sus puertas tras 20 años de funcionamiento

Sunedu le denegó licencia tras incumplir las Condiciones Básicas de Calidad (CBC).

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En 2019, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) decidió negar la licencia institucional a la Universidad Privada Telesup, que contaba con más de 20 mil estudiantes, debido a que no cumplía con las Condiciones Básicas de Calidad (CBC) establecidos en la Ley Universitaria.

Según la resolución  N° 068-2019-SUNEDU/CD emitida por la SUNEDU, la universidad debía iniciar un cierre ordenado en un plazo máximo de dos años y, desde ese momento, se le prohibió la admisión de nuevos alumnos.

Entre las deficiencias detectadas se encontraron la falta de infraestructura adecuada, problemas en la gestión y administración, y un plan docente que no cumplió con los requisitos mínimos de titulación y experiencia.

Sede de SJL se hizo conocida por tener una fachada ‘cascarón’.

Transcurrido ese periodo de cierre, la SUNEDU ha comunicado el cierre definitivo de la Universidad Telesup el pasado 4 de setiembre. Ante ello, los cerca de 20 mil estudiantes de esa casa de estudios tendrán que continuar con sus carreras en otros institutos y universidades, convalidando algunos de los cursos completados.

Pese a la clausura, SUNEDU ha salido a aclarar que los títulos y grados académicos otorgados durante el periodo de cierre seguirán siendo válidos y reconocidos.

Otras universidades que no consiguieron el licenciamiento

Asimismo, la SUNEDU ha llevado a cabo un riguroso proceso de licenciamiento para asegurar que todas las universidades en el Perú cumplan con las condiciones básicas de calidad requeridas por la Ley Universitaria. Este proceso ha resultado en la denegación del licenciamiento a varias instituciones de educación superior, lo que ha generado un impacto significativo en el panorama educativo del país. Otras universidades que no consiguieron su licenciamiento son: Universidad Alas Peruanas (UAP), Universidad Científica del Perú (UCP), Universidad Privada Juan Pablo II (Ujpii), o la Universidad Privada de Pucallpa.

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Solo un tercio de los postulantes aprobaron examen de Serum elaborado por el Minsa [VIDEO]

Titular del Minsa, César Vásquez, responsabiliza a las universidades por bajas calificaciones.

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Resultados para morirse. No solo el sistema de salud en nuestro país está para llorar, con citas médicas que pueden durar meses de espera, con escasez de medicamentos, indiferencia de algunos malos profesionales para atender a sus pacientes, pésima infraestructura en algunos centros médicos, o el sobrecosto de los medicamentos, algunos imposibles de costear para alguien que alcanza a duras penas el sueldo mínimo; sino que los futuros profesionales no vienen dando la talla para tan importante responsabilidad.

El pasado domingo se llevó a cabo la evaluación para el Servicio Rural Urbano Marginal de Salud (Serums) 2024 -II, y el lunes el Ministerio de Salud (Minsa), publicó los terribles resultados.

El examen, en el que participaron más de 13 mil profesionales de salud, fue clave para la asignación de plazas en las áreas de medicina, enfermería, nutrición, obstetricia, odontología y química farmacéutica.

Según el reporte, los resultados arrojaron un panorama mixto, con un rango de notas aprobatorias entre 10.6 y 15.6. La evaluación reveló que solo el 31% de los postulantes, pertenecientes a diversas carreras de salud, lograron obtener una calificación aprobatoria.

La carrera de enfermería destacó por tener el mayor número de desaprobados, con notas que oscilaron entre 1 y 10.4. De los más de 2 mil postulantes de medicina, apenas 1,195 lograron aprobar con notas entre 10.6 y 15.6, destacando las regiones de Lima Sur, La Libertad y Lima Norte como las que más profesionales aprobaron.

En el área de nutrición, solo 125 profesionales alcanzaron una nota aprobatoria, con un rango de 10.6 a 14.2. Por otro lado, la carrera de obstetricia vio a 219 postulantes aprobar, con una nota máxima de 14.8. 

En odontología, la tasa de aprobación fue particularmente baja, con solo el 33.2% de los postulantes alcanzando una calificación aprobatoria, mientras que el 66.8% desaprobó con notas entre 2 y 10.4.

Titular del Minsa responsabiliza a las universidades por baja calificación

Conocidos los resultados, el ministro de Salud, César Vásquez, ofreció una breve declaración a los medios de prensa tras su salida de Palacio por el cambio de cuatro ministros de Estado.

El ministro Vásquez manifestó que la responsabilidad de la formación de los profesionales no es del ministerio, sino de las universidades, por lo que invocó a los representantes de estos centros de estudio a reunirse a fin de tratar este tema. “De acuerdo a una encuesta, el 67% de peruanos se atiende en centros de salud; entonces lo que estamos haciendo no es una improvisación, es parte de la política de gobierno de fortalecer el primer nivel de atención, lo cual implica infraestructura, equipamiento y personal”, expuso.

fuente: exitosa.

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Ripley anuncia el cierre de su tienda en el edificio Palais Concert

Conocida tienda por departamentos la había inaugurado en el año 2012 pese a que edificación es un patrimonio cultural.

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La conocida tienda por departamentos Ripley anunció el cierre de 2 de sus 33 locales a nivel nacional, quedándose ahora con 31. La primera de ellas se encontraba ubicada en el centro comercial Plaza del Sol, en Piura; mientras que la segunda se ubicaba en pleno jirón de la Unión, en Cercado de Lima.

Mediante un comunicado, Ripley explicó que esta decisión se tomó como parte de una evaluación constante del desempeño de sus puntos de venta.

Según indicó la compañía, las tiendas cerradas representaban una porción menor de las ventas en el retail peruano. 

De los dos cierres resalta más por su valor histórico la que se ubicaba en el Palais Concert, lugar emblemático donde se reunía la literatura peruana así como intelectuales de la primera década del 1900.

“El Perú es Lima, Lima es el jirón de La Unión, el jirón de La Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”, señalaba el escritor peruano Abraham Valdelomar para describir a ese café que sirvió como punto de encuentro de intelectuales, artistas y periodistas de la época.

A propósito de ello, Lima Gris público hace 12 años que la conocida tienda habría sido autorizada para la remodelación del Palais Concert en presunta confabulación con la entonces gestión de la Municipalidad de Lima y el Ministerio de Cultura. En esa oportunidad logramos comunicarnos con la entonces regidora de la comuna limeña Mónica Erazo Trujillo, advirtiendo que dicha tienda por departamentos no contaba con las autorizaciones respectivas, ya que se trataba de un inmueble considerado como patrimonio cultural.

Aquí el video de la entrevista:

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ATU convoca a ‘Consejo de Estado’ para impulsar medidas contra extorsiones a transportistas

Ante los recientes casos de extorsión que reciben las empresas de transporte público y ante los tres asesinatos de transportistas por negarse a pagar cupos, la Autoridad de Transporte Urbano convocó con carácter de urgencia a una sesión de Consejo de Estado.

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La Autoridad del Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) envió un oficio al Ministerio del Interior (Mininter) en el que se convoca a una sesión de Consejo de Estado, con el objetivo de plantear medidas urgentes para enfrentar a la extorsión y evitar más crímenes, como los asesinatos de tres transportistas realizados durante las últimas semanas.

A través de un comunicado, la entidad adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) remarcó el carácter de urgencia para adoptar estrategias entre los tres Poderes del Estado con el fin de salvaguardar la seguridad del sistema de transporte en beneficio de los ciudadanos.

“La ATU hoy ha remitido al Ministerio del Interior el oficio N° D – 000082-2024-PE, solicitando la elevación al Ejecutivo de la propuesta de convocatoria a ‘Sesión de Consejo de Estado”, se lee en el comunicado.

Comunicado de la ATU.

El Consejo de Estado deberá frenar la ola de extorsiones

En el documento, también se precisa que los crecientes niveles de inseguridad han originado que el servicio de transporte urbano se vea seriamente afectado; por ello, promueve mesas de trabajo entre operadores de transportes y la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional del Perú (Dirincri). Asimismo, la ATU resaltó que su pedido tiene el propósito de “aunar esfuerzos con la PNP, que permita intensificar las acciones preventivas en puntos álgidos, así como las investigaciones que contribuyan a la desarticulación y lucha contra la criminalidad”.

Extorsionadores asesinaron a chofer de combi de empresa “El Mandarino”.

Como se sabe, en los últimos días, varias empresas de transporte público han sufrido ataques por parte de extorsionadores. El más reciente tuvo como víctima a un conductor de un bus de la empresa Etul 4. Los hechos se dieron la noche del último viernes, a la altura del sector de Nueva Esperanza, dejando al conductor herido y a los pasajeros en estado de pánico. Dos delincuentes a bordo de una motocicleta interceptaron el bus de la línea P, que cubre la ruta hacia Huaycán.

Este es el cuarto ataque registrado en las últimas semanas contra empresas de transporte público, lo que apunta a una posible campaña de extorsión por parte de organizaciones criminales. Otras empresas afectadas incluyen Etuchisa, conocida como “El Chino”, y “El Ubita”, cuyos vehículos, al igual que el “Naranjito” y “El Mandarino”, han sido blanco de atentados similares.

La reiteración de estos ataques ha generado que muchos conductores teman por sus vidas, al ser víctimas de posibles ajustes de cuentas o extorsiones; un método comúnmente utilizado por mafias para exigir pagos de cupos a cambio de “protección”. No obstante, hasta la fecha, los extorsionadores, mediante sicarios ya han asesinado a tres transportistas.

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