Hace unas semanas entré a la Biblioteca Central a ver novedades. Bajé al sótano y me perdí entre los estantes de publicaciones actuales. El título que más me encantó fue Por qué hacen tanto ruido (Intermezzo Tropical, 2015) de Carmen Ollé. Al salir, en medio del caos del tráfico y las muchachas que compran cabello en la avenida Abancay, aún sentía el tono de la voz literaria. Blanca Varela escribió en el colofón: “¿Qué género es? ¿Novela, autobiografía, crónica?” Y es que nos hace dudar. Lo más exacto sería afirmar que es una mezcla, donde se usa la autobiografía como eje, o simplemente decir que los géneros son una farsa. Ignacio (un alter ego de Verástegui) impone un modus vivendi ajeno a la razón del sentido común utilitarista. Ella trabaja de profesora, escribe, sufre. Las escenas con la madre de Ollé regañando su vida de escritor son memorables y prueban los choques con lo cotidiano. La novela profundiza en la forma radical de asumir el qué dirán, la otredad y su propia subjetividad. Es una ventana que muestra los contrastes de la pareja: vida bohemia vs aislamiento espiritual. El poeta sigue sumido en sus imprudentes elucubraciones y ella en penumbras existenciales. Así, el texto transpira una tristeza y apatía ante la vida universitaria (su trabajo de profesora la asfixia) y la realidad poética, tan divergente en cada autor. En el fondo, son una paradoja, pero se aman, y ahí está la bebé y el poeta imitando a Mozart luego de ver una película. El retrato de Ignacio es el de un irresponsable, aunque siempre conectado a su furor interno. Por todo ello, esta novela es un telescopio a un instante de una pareja de obras ineludibles en el proceso de la poesía latinoamericana. (¿Acaso el amor no es afín a los motivos espirituales?) Los poemas funcionan como la música y la prosa como el silencio donde se reflexiona la música. En este título Ollé me recuerda a Marguerite Duras, mientras habla desde la lucidez del adiós, la lucidez de la herida, la posibilidad de lo imposible. Y volví a casa.
Julio Barco Ávalos (1991) poeta peruano, nacido en el distrito de El Agustino, Lima-Perú. Fundador del grupo Tajo. Redactor de las revistas Literalgia, Asia Sur, The fucking Times. Sus poemas aparecen en diferentes revistas online de Latinoamerica. Autor de los poemarios Me da pena que la gente crezca (2012) , Respirar (2018), Arder (gramática de los dientes de león), La música de mi cabeza volumen 7 (lenguajeperueditores), Arquitectura Vastísima (2019) (Primer puesto Huauco de oro, 2019). Novela: Semen (música para jóvenes enamorados), Des(c)iertos (2020) (editorial Metaliteratura). Participó y participa activamente en ferias, eventos, talleres, recitales a lo largo de todo el Perú. Actualmente trabaja los espacios Poético Río Hablador y dirige la web lenguajeperu.pe. A su vez activa la editorial Higuerilla, colecciones de poesía y prosa.
En el 2022, Cancillería, identificó 10 áreas críticas en dominio amazónico, no considerando la zona costera andina del norte ni el sud andino peruana.
A la fecha, solo hay trabajo burocrático desde Cancillería, sin que exista presupuesto para implementar medidas ejecutivas desde el gobierno central y los sub gobiernos nacionales, en manifiesta ausencia de planificación con sostenibilidad, para con los compatriotas, que moran en aquellas zonas críticas y alcancen su calidad de vida con dignidad y satisfechos con los servicios indispensables en educación y salud, con prosperidad de las generaciones futuras.
En el norte peruano, costero y andino, sumido en problemas como el cambio climático, deforestación, minería ilegal y narcotráfico; hemos identificado cuatro corredores indispensables para el desarrollo integral de la región Piura, tanto en latitud como longitud y más allá de demonizar actividades productivas como la minería y la misma agricultura con siembra de productos como: caña de azúcar, arroz, algodón y palta; causantes del estrés hídrico inminente, amén de la corrupción imperante en los entes administradores del recurso agua; se requiere previamente, trabajo político del gobernador regional y de los congresistas piuranos, para incorporar las áreas de frontera de la Región Piura en el alcance del Decreto Supremo antes mencionado y ni que decir que este tema de cooperación de cruce de fronteras con Ecuador esté colocado en la agenda de los gabinetes binacionales Perú – Ecuador; permitiendo la integración territorial, creación de infraestructuras y la planeación de proyectos comunes.
Estos corredores de Cooperación en el borde de la frontera peruano-ecuatoriana, garantizan que todas las actividades productivas, en su conjunto, sean adecuadamente manejadas, con transparencia política y participación pública, de cara, al bienestar socio-económico-ambiental. En sentido contrario solo será malestar con degradación social, económica y ambiental.
Una vez en una película un narco dijo que él solo vende droga no la consume. De esa forma quería expresar la diferencia entre el fin y el medio, porque mantener esa premisa le permitía hacer las cosas bien, ya que no perjudicaba su trabajo. Esto se puede aplicar a la vida diaria.
Últimamente hay varios políticos que usan las redes sociales, y eso es bueno. En tanto la tecnología se use para expresar tu agenda todo está muy bien. El tema está cuando sin saberlo te conviertes en un instrumento de las redes sociales, en donde ya no generas tu agenda, sino que solo te limitas a seguir la agenda de la mayoría de las redes sociales, a pesar que sabes que esto va en contra de la mayoría de la población. Pensar que los deseos de los adolescentes son derechos humanos, o que las políticas públicas se deben hacer en función de su inestabilidad emocional, es un ejemplo de ello.
Las redes sociales influyeron en los empresarios a tal punto que por ejemplo apoyaron el golpe contra Manuel Merino, y también promovieron a Sagasti y Vizcarra, sin embargo, los resultados de las elecciones les dijeron que estaban en la luna: Los candidatos (caviares) de las redes sociales perdieron. El ganador no tenía ni twitter.
Keiko Fujimori, López Aliaga, Vladimir Cerrón y Guido Bellido, están haciendo buen uso de las redes sociales, en el marco de las próximas elecciones. Sin embargo, deben recordar que en tanto generen su agenda propia todo estará muy bien, pero si solo son instrumentos de la moda, todo irá mal. ¿Cuál es el límite? No hay algo claro, sino solo mirar sus raíces, la ideología que defienden, y la agenda que promueven. Por ejemplo, si defienden o atacan el modelo económico, la situación económica de los más pobres o la lucha contra la corrupción, el medio ambiente de unos pocos o el derecho al desarrollo de la mayoría, la ideología de género, los derechos del consumidor, etc.
El presocrático Heráclito sentenciaba: —Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos—. Aquel aforismo nos enseña que, en la vida todo fluye y cambia constantemente. Es decir, nunca podremos repetir, ni presenciar una misma situación en otro momento, mes o año.
Las oportunidades siempre tocarán nuestra puerta, pero solo estarán disponibles una vez, y nunca más las veremos pasar por nuestro orbe. Vendrán otras; pero nunca serán las mismas.
¿El destino determina nuestra vida? Probablemente, si optamos por dejarlo al ‘azar’ de manera inconsciente, aquel camino de vida esté predestinado. Sin embargo, en el plano religioso, Dios es quien determina el destino de nuestras vidas. Asimismo, grandes pensadores y filósofos le han atribuido diversas dimensiones traducidas en una amalgama de circunstancias y visiones.
¿Acaso escogemos nuestro nombre, elegimos a nuestros padres y hermanos? Y en última instancia ¿pudimos elegir nuestro sexo y fisonomía? Quizá ello sea parte del destino como predeterminación de lo que nunca podremos controlar. Pero, por otro lado, podemos elegir a nuestros amigos y en qué lugar vivir, así como qué profesión y oficio ejercer y finalmente adónde viajar.
Es decir, todos somos dueños de nuestras ideas y pensamientos y por lo tanto, tenemos la capacidad de tomar decisiones, aunque estas sean grandes o pequeñas… muy relevantes o quizá menos importantes, lo cierto es que jugarán un papel muy influyente en nuestras vidas.
Así las cosas, todos podemos forjar nuestro destino con las decisiones que tomemos y en parte, el futuro podría estar determinado. Sin embargo, es inevitable confrontar al ‘azar’, porque siempre aguardará en algún pasaje de nuestras vidas, y estará allí como el boleto de lotería que alguna vez quisimos comprar para cambiar nuestro futuro. Simplemente es un fenómeno ‘aleatorio’ que rompe con todo determinismo.
Generalmente, todos los mortales asentimos y nos rendimos ante la ‘casualidad’ y creemos fielmente en ella. Nos encomendamos a la suerte y esperamos grandes réditos de ella. Sin embargo, muy poco hablamos y evocamos a la ‘causalidad’ como parte de nuestra vida. Toda causa encuentra un efecto y cada acto que emprendamos tendrá una consecuencia.
La vida tiene sentido y es maravillosa en la medida que cobres conciencia y la hagas mejor con cada acción que le prodigues. Ergo, ¡El destino es uno mismo!
No cabe duda que este par de señoras, Dina-Nadine, ostentan el repudio de todas las mujeres del Perú, que rechazan verse reflejadas en ellas y que no pierden la esperanza de ver que la justicia existe. Asimismo, no habrá un Congreso que dure ‘de por vida’ para seguir protegiendo a la aún inquilina de Palacio. Así las cosas, el destino de ambas, tarde o temprano, sin duda será el encierro en un establecimiento penitenciario.
Si algo tienen en común Nadine Heredia Alarcón y Dina Boluarte Zegarra, es ese afán de angurria desmedida, con harta capacidad de trepamiento, con el único propósito de conseguir el poder, para así poder saciar sus dizques exquisiteces; llámese, viajes por el mundo, vestidos de diseñador, cirugías estéticas y joyas costosas.
Sin embargo, la más estrecha simbiosis que une en cuerpo y alma a estas dos mujeres, es la capacidad de mentir y el embuste que tienen arraigados en sus entrañas. Es decir, ambas se han convertido en dos bacterias que se han beneficiado de ello, como una especie de mutualismo.
Las dos mintieron groseramente con el afán de satisfacer sus oscuros fines. Boluarte Zegarra, lo hizo en diciembre del 2022 desde que asumió la Presidencia de la República, cuando prometió que renunciaría al cargo para luego convocar a nuevas elecciones generales; sin embargo, nunca lo hizo y de pronto pateó el tablero y con la complicidad parlamentaria se quedó el Palacio de Gobierno.
Posteriormente, aseguró que los relojes Rolex que lucía en eventos oficiales, eran de antaño. “Lo que tengo es fruto de mi esfuerzo y de mi trabajo. Es un artículo de antaño (…). He entrado al Palacio de Gobierno con las manos limpias y saldré con las manos limpias, como lo he prometido», refirió, hasta que se descubrió que las joyas que tanto ostentaba le habían sido entregadas por el investigado gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.
Y así continúo mintiendo al país entero, al mencionar que su hermano Nicanor no tenía nada que ver con el aparato estatal; sin embargo, a través de informes periodísticos se reveló que habría introducido a sus amigos cercanos a puestos claves en el Estado, a través del IPD y otras entidades. Asimismo, la mandataria mintió sobre su operación estética y la negó desde el principio. Y tras meses de investigaciones fiscales no le quedó más remedio que reconocer que había sido intervenida quirúrgicamente; aunque, continúa insistiendo que fue por un tema de salud.
Dina Boluarte se autodestruyó desde que empezó su mandato presidencial.
Por su parte, Nadine Heredia Alarcón siempre le mintió al país, desde que estuvo en campaña electoral apoyando a su marido. Y en 2011, al momento de ascender a ser Primera Dama de la Nación, continuó mintiendo, al decir que, desde el Gobierno de su esposo, el condenado Ollanta Humala, no habría espacio para la corrupción.
Entre tanto, su más abominable embuste lo lanzó el pasado martes 15 de abril, precisamente, el día que fue condenada a 15 años de prisión por lavado de activos. Y justificó su ausencia en la audiencia de adelanto de lectura de sentencia, utilizando como coartada su estado de salud. Y en lugar de encontrarse en una clínica local, Heredia Alarcón estaba orquestando su fuga del país y se refugió en la embajada de Brasil para pedir un asilo que de manera exprés le fue otorgado por el gobierno de su amigo Lula da Silva, con la venia del Gobierno de Dina Boluarte, quien, con las gestiones del todavía presidente del Consejo de Ministros Gustavo Adrianzén, le emitieron el salvoconducto en tiempo récord.
No olvidar que este sujeto, anteriormente fue esbirro de la prófuga exprimera dama y cumplió con la ‘consigna’ de “protegerla” y tras deshacerse de la procuradora Julia Príncipe para que no continúe investigando a Nadine Heredia, él también salió por la puerta falsa. Como se recuerda, el 20 de octubre de 2015 este oscuro personaje renunció al cargo de ministro de Justicia y huyó para nunca más volver. No obstante, volvió para ser arropado en el mandato de Dina Boluarte Zegarra.
Un vasallo de Nadine que se convirtió en Premier.
La justicia tarda, pero llega
No cabe duda que este par de señoras, Dina-Nadine ostentan el repudio de todas las mujeres del Perú, que rechazan verse reflejadas en ellas y que no pierden la esperanza de ver que la justicia existe. Y pese a que la mandataria, quizá habría allanado el camino para ir corriendo a la embajada de Brasil en un futuro próximo también para solicitar asilo político y huir al país carioca como la típica fugitiva que se resiste a pagar sus cuentas con la justicia peruana; tampoco es menos cierto que, tras el término del periodo presidencial de Lula en 2027, quizá Nadine ya pueda ser extraditada a nuestro país, para que cumpla su condena de 15 años por el delito de lavado de activos y para que continúe siendo procesada por el delito de ‘colusión agravada’ por el caso Gasoducto Sur Peruano.
Poder Judicial rechazó casación interpuesta por Nadine Heredia y seguirá siendo procesada por colusión agravada, por el caso Gasoducto Sur Peruano.
Asimismo, no habrá un Congreso ‘vitalicio’ que dure ‘de por vida’ para seguir protegiendo a Dina Boluarte Zegarra y tampoco habrá ‘tiempo que lo resista’. Es decir, en menos de lo previsto, la aún inquilina de Palacio de Gobierno, perderá la inmunidad presidencial y tendrá que permanecer en el país—si es que antes no se fuga—para afrontar sus acusaciones fiscales por presuntos delitos de corrupción, encubrimiento, violaciones de derechos humanos y hasta abandono del cargo. Así las cosas, “todos los caminos conducen a Roma” y el destino de ambas señoras, sin duda será el encierro en un establecimiento penitenciario.
El gobierno de Lula da Silva, otrora sindicalista y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, acaba de dar un golpe mortal a su propia credibilidad al conceder asilo político a Nadine Heredia, esposa del traidor y corrupto Ollanta Humala y figura central en los escándalos de corrupción que mancharon su gobierno.
Con esta decisión, Brasil no solo abre sus puertas a una de las caras más conocidas del entramado corrupto del humalismo, sino que envía un mensaje claro a los delincuentes de la región: aquí encontrarán refugio.
Lula, quien en el pasado se presentó como un defensor de los pobres y un luchador contra la impunidad, hoy se desdibuja como otro cómplice más de la podredumbre política que azota a América Latina. ¿Dónde quedaron esos discursos sobre justicia social y transparencia? ¿En qué momento el líder obrero se convirtió en el protector de los corruptos? La respuesta es simple: el poder corrompe, y Lula no es la excepción.
Nadine Heredia, sentenciada a 15 años de cárcel en nuestra patria por lavado de activos y vinculada a la red de Odebrecht, ahora podrá vivir tranquilamente en Brasil, protegida por un gobierno que alguna vez criticó a las élites depredadoras. La ironía es cruel. Mientras el pueblo peruano exige justicia, Lula le ofrece impunidad. Mientras las víctimas de la corrupción claman por reparación, Brasil se convierte en el santuario de quienes saquearon las arcas del Estado.
Pero esto no es solo una traición a su pasado, es una señal peligrosa. Si Brasil está dispuesto a blindar a figuras como Heredia, ¿quién más encontrará cobijo bajo el manto del «asilo político»? ¿Qué otros prófugos de la justicia llegarán próxima mente? Tal vez Vizcarra? kuczynski o Dina Boluarte? El mensaje es claro: la justicia en América Latina sigue siendo selectiva, y los poderosos siempre tendrán una puerta giratoria que les permita evadirla.
Lula ha tirado al tacho de basura su propia historia. Ya no es el sindicalista que enfrentó a las dictaduras, ni el presidente que impulsó políticas sociales. Hoy es el hombre que protege a los corruptos, el que normaliza la impunidad. Y Brasil, bajo su mandato, se perfila como el nuevo paraíso de los delincuentes.
Atención, delincuentes peruanos! Brasil los espera con los brazos abiertos.
Cuando se habla de Vittorio De Sica, la conversación suele detenerse –casi automáticamente– en El ladrón de bicicletas (1948), pero el verdadero corazón, la obra cumbre, el punto de inflexión emocional y estético del cineasta, personalmente pienso que es El techo (1956). Es allí donde se conjugan el humanismo, la sencillez narrativa, y una ternura que golpea más que cualquier drama.
Esta película, escrita junto a Cesare Zavattini –compañero de batallas neorrealistas–, sigue a una joven pareja que, al casarse, no tiene más remedio que construir su propio hogar en una Roma hostil, en un barrio donde la ley es clara: si el techo está terminado antes del amanecer, no pueden echarlos. Esta historia retrata la dignidad humana cuando se encuentra en su forma más vulnerable.
La pasión de De Sica por esta película fue tal que durante la filmación insistió en que todo fuera auténtico: desde los ladrillos hasta el polvo de las calles. El director quería que el sudor fuera real, que el cansancio no fuera actuación. Y se nota. Cada plano huele a cemento fresco y desesperación.
El techo en comparación con El ladrón de bicicletas ofrece una mirada más matizada, más madura, sin renunciar al dolor. Es un retrato de la esperanza que no se grita, se susurra. Y en ese susurro, hay más verdad que en muchos discursos sociales.
Vittorio De Sica fue actor antes que director, y quizás por eso comprendía tan bien la expresión humana. Nació en 1901 en Sora, y aunque gozó de la fama gracias a filmes como Milagro en Milán o Umberto D., jamás se olvidó de los que vivían en los márgenes. Él mismo decía: “He sido un privilegiado, pero siempre filmé como si no lo fuera”.
De Sica murió en 1974, pero su legado se niega a marcharse. En tiempos donde las historias parecen hechas en serie, El techo nos recuerda que el cine puede ser pequeño en presupuesto y gigante en emoción.
Quizás lo que más nos falta en Latinoamérica –y en Perú, particularmente– no son recursos, sino cineastas dispuestos a mirar de verdad. A vivir con sus personajes. A ensuciarse los zapatos. A construir techos a punta de sudor y lágrimas. Espero que algún día en el Perú tengamos un mejor cine.
Entre los ecos subterráneos que se rastrean en Vocación de Náufrago –Premio Juan Gil-Albert XLII– nuevo poemario de Nilton Santiago, intuimos una relación con el mundo griego. En la reunión de poemas, en cuatro columnas ejes, observamos la relación de diálogo con la cultura clásica. Evoquemos Edipo Rey.
En esta obra, Sófocles plantea un hecho policiaco con el fin de conocer al culpable de la peste de Tebas. Los poemas de Santiago siguen la anagnórisis: buscan una reflexión epifánica, una respuesta ante la crisis interna.
Es decir, muestran el punto donde yo poético descubre su verdad. En ese sentido esos poemas se encuentran empapados en una pesquisa. Por un lado, podemos rastrear que se busca comprender las dimensiones de la poesía (A); por otro, la identidad del propio sujeto poético(B); finalmente, la dimensión familiar (C). En esos ejes, lo poético se vuelve prosa y reflexión. Nos recuerda al de la poeta Premio Nobel de literatura Wisława Szymborska.
Detengámonos aquí, ¿cómo así la poesía de la segunda mitad del siglo XX de Polonia se empapó de la reflexión filosófica? Si algo caracteriza esta vertiente –con autores como Czeslaw Milosz o Zagajewski – podemos notar que la poesía recae en la mirada de la experiencia sobre la realidad. Entre la idea A y la B hay una intersección simple: la poesía se piensa a sí misma. En cambio, la C resulta más expansiva.
Nilton Santiago escribe: Yo leo a Szymborska//y es como si una medusa inmortal//me leyese la suerte. Aquí la recreación de la mente del artista en la del lector, nos acerca al diálogo de la poesía. Ambos, se conectan por el escepticismo: no es posible conocer qué es la palabra, qué es la verdad o la poesía. Estamos destinados al naufragio, oficio más necesario que la del marinero. A la vacuidad. El autor pregunta: ¿Son los libros, entonces, los que nos pasan página?
El nuevo trabajo de Nilton Santiago apuesta por imponernos una intersección entre el poema del lenguaje y el juego. Es un trabajo embalsamado de dudas y preguntas, pero también certezas: Los libros no hacen más que esparcir nuestras cenizas…
Los atacantes o seudo críticos del periodista Ricardo Belmont Cassinelli (RBC), le achacan repetitivamente la devolución de acciones del canal Red Bicolor de Comunicaciones SAA y al hacerlo solo demuestran una supina ignorancia y absoluta mala fe.
Las personas que proceden así, lanzando ataques sin fundamento, solo dan pena y vergüenza ajena, pues buscan vulgarmente descalificar a RBC con el manido tema de las “acciones” que ellos o sus supuestos familiares adquirieron como parte de la propuesta del accionariado difundido lanzada en 1986.
Esos críticos evidencian su chatura intelectual y su falta de argumentos pues no son personas que se hayan informado oportunamente o investigado adecuadamente el caso, recurriendo solo a muletillas, clisés y leyendas urbanas inventadas bajo el libreto fujimontesinista del SIN, hace treinta años, con el objetivo de evitar que un alcalde exitoso y reelecto democráticamente por la ciudad de Lima, como RBC, postule a la presidencia del Perú ya que de ganar entonces hubiera terminado malográndole la película y el negocio al dúo Fujimori-Montesinos en las elecciones presidenciales de 1995.
Porque sin fraude, como el que hubo en esas elecciones de dicho año, RBC le ganaba la presidencia de la República a Alberto Fujimori. Precisamente, bajo ese contexto es que desde el SIN se buscó y organizó a tres o cuatro accionistas “errebecistas”, quienes cual Felipillo, o cual Judas Iscariote, se prestaron traidoramente para crear la leyenda negra o urbana de las “acciones”, y así con cartulinas, portátiles y la logística montesinista se presentaban frente a los medios de la prensa chica con el objetivo de lanzar improperios contra RBC, todo según el libreto de los psicosociales del SIN, aduciendo falsamente que habían sido “estafados”.
Hoy, esa clase de descalificaciones a través de las redes sociales, formulada por unos cuantos despistados, que en su mayoría son bots, hackers o troles contratados, solo constituyen mentiras y son improperios pedestres que se lanzan con el fin perverso de desprestigiar a RBC, y no tienen más argumentos que esos. Por eso solo producen hilaridad y pena, vergüenza ajena, al comprobar cómo puede haber gente tan ignorante y con tanta mala leche, ya que las “acciones” están ahí, intactas y al alcance de sus dueños o de sus herederos, pudiendo acudir al canal tomado a la fuerza por el hijo de Ricardo y su socio inquilino Butters.
De manera que más que doler o indignar a todo espartano, esa clase de ataques lo que nos produce es un deber moral y pedagógico para desasnar a los críticos y que les entre en la sesera la verdad de los hechos: nunca hubo estafa. Pero quienes repiten como loros esa clase de expresiones de “devuélveme la palta” son gente pobre de espíritu, evidenciándose que todavía falta mucho en el Perú por educar, por elevar el nivel intelectual y por saber debatir con verdad y fundamento. Y así no lo hacen los detractores de RBC.
Es decir, hacen mal algunos malos peruanos que actúan bajo el signo del odio, de su ignorancia supina o de su falta de atención, por lo que preocupa el saber que hoy, en el primer cuarto del siglo XXI, todavía existe demasiada incultura y harta mala fe, pues la verdad más contundente sobre el caso de las acciones de RBC Televisión, es que nunca hubo estafa, nunca existió ningún engaño, y quienes aún siguen hablando de lo mismo son tontos útiles de la campaña de desprestigio iniciada desde el SIN de Montesinos hace tres décadas para robarle la elección al fundador del entonces Movimiento Cívico Obras, hoy llamado Partido Político Cívico Obras, ya que ponía en peligro la reelección de Fujimori, que usó al Ejército para pintar cerros con su nombre y dividió al JNE en tres partes, apareciendo el RENIEC y la ONPE, con el objetivo de concretar el fraude de 1995.
Así, el fujimontesinismo orquestó un plan siniestro para atacar a Ricardo y al Canal 11 y le dio pantalla a tres o cuatro malos “errebecistas”, felones, que resultaron incluso candidateando al Congreso por los partidos afines a la dictadura; y desde el SIN se les financió para que salieran en la prensa chicha con el cuento chino de la estafa de las acciones. No obstante, desde entonces, amén de 2,200 carpetas fiscales abiertas contra Ricardo, de decenas de procesos judiciales, de peritajes e informes bursátiles especializados, al final, después de 18 años, hacia el 2014, todo quedó absolutamente esclarecido y el Poder Judicial concluyó que nunca hubo estafa. Además, las acciones están ahí y a la mano de quien las quiera reclamar.
Otra cosa muy distinta, como ocurre en cualquier parte del mundo, es que las acciones produzcan utilidades, y eso depende de muchos factores. En el caso de nuestra patria, hubo un boicot para que la propuesta del accionariado difundido de RBC, lanzada entre 1985 y 1986, sea obstaculizada porque no le convenía al poder corruptor de turno ni a sus canales tradicionales de televisión que la misma tuviera éxito.
Así, el fujimontesinismo sumó sus ataques a los hechos de la hiperinflación y del terrorismo, factores que ya habían impedido que crezca el valor de las acciones de RBC Televisión, y procedió a ejecutar encima un plan de demolición mediante denuncias y protestas callejeras para desprestigiar al Canal 11 y a su fundador Ricardo, pero no solo eso sino que como estaba el fujimontesinismo unido a los dueños del poder, de consuno orquestaron con sus canales de TV que solían ir al SIN a recibir dinero, el bloqueo de la publicidad a RBC Televisión, porque el canal luchaba contra el poder corruptor, pues para los intereses de los cuatro o cinco canales de señal abierta, y para el fujimorismo, RBC Televisión era una piedra en el zapato ya que con su señal le abría los ojos a la gente.
Por eso da mucha pena comprobar la ignorancia de algunas gentes que hasta hoy reclaman por sus supuestas acciones, descontextualizando la hiperinflación, el terrorismo y el boicot desde el poder contra un medio de comunicación transparente como Canal 11. Además, ninguna empresa, ya sea una cervecera, automotriz o financiera puede hacer crecer sus acciones en la bolsa, si está sometida a un boicot desde el poder de turno, y eso es lo que pasó contra RBC Televisión y peor cuando el fujimontesinismo con sus canales que tenía arrodillados en el SIN, impidió que la publicidad llegara al Canal 11. Y sin publicidad ningún medio de comunicación puede sobrevivir.
Además, para vergüenza de los detractores y atacantes de RBC, mejor sería que se laven la boca con jabón antes de hablar de las acciones y que se informen mejor pues la propuesta del accionariado difundido pasó por todos los controles oficiales del Estado ya que se hizo con presencia de la CONASEV (hoy llamada SMV), de notarios, de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) y del BCP. De modo que jamás hubo estafa, pero sí la valentía de Ricardo para resistir en pie ante la dictadura, pues cuando RBC lanzó la tesis del accionariado difundido el año 1986, en realidad hizo una propuesta patriótica, loable y revolucionaria, porque democratizaba las comunicaciones, y debería de ser premiada esa clase de propuestas ya que le da voz al pueblo.
Sin embargo, para el fujimontesinismo que le regalaba millones de dólares a los otros canales, no le convenia que triunfe la tesis del accionariado difundido, ya que se le acababa el negocio al poder mediático al transparentarse la información en el Perú y, además, Fujimori y los canales tradicionales que le eran adictos no querían competencia, por eso había que secar de recursos a RBC Televisión y sacarlo del aire, orquestando la negación de la publicidad, aumentando el cerco, la censura, el silenciamiento y la muerte civil que perdura hasta el presente contra RBC.
Si no se le hubieran amarrado los brazos y las piernas a Ricardo, en este momento el accionariado difundido sería una realidad y hasta serviría de modelo para otros países e industrias; pero esa clase de propuestas, que democratizan las comunicaciones, que le dan voz al pueblo, que empoderan al accionista, que le dan más independencia y libertad al ciudadano, dignidad y justicia, no le conviene al poder de turno, a los malos, a los codiciosos; y ese mal debía evitar por todos los medios que el accionariado difundido triunfe porque eso sería un buen ejemplo no solo en el Perú sino en toda América Latina.
Por eso invoco, exhorto y pido a los peruanos de buena voluntad para que les abran los ojos a los mediocres atacantes de Ricardo y les expliquen a esos ignorantes, si es posible con manzanitas, para que no vuelvan a cometer el error de hablar de acciones y de estafas, pues así solo demuestran su ignorancia y su poca información, por no decir mala fe. Es decir, deben documentarse mejor antes de tocar ese tema, de lo contrario seguirán haciendo el ridículo, y peor si no son troles, bots o hackers. Basta de odio entre peruanos, de violencia verbal que es la antesala de la “vis compulsiva” y basta de división entre peruanos porque el Partido Cívico Obras busca la fraternidad y la paz entre peruanos.
Después de casi dos décadas de juicios, orquestados desde los tiempos más crudos del montesinismo, uno a uno esos juicios se cayeron, venciendo Ricardo y la verdad, pues nunca hubo estafa, y lo digo con conocimiento de causa ya que tuve el honor de integrar el directorio de Red Bicolor de Comunicaciones SAA, y las acciones están ahí para quien las quiera, así sean sus herederos, y solo deben acudir al canal, ahora ubicado en San Isidro, el mismo que se le despojó a Ricardo papá y que hoy lo tienen su hijo Ricky y el socio-inquilino de este de apellido Butters Rivadeneyra.
De manera que un buen peruano, en espíritu y en verdad, bien nacido y que actúa de buena fe, no puede seguir hablando o repitiendo cojudeces, acerca de “devuélveme mi plata”, “devuélveme mis acciones” o dizque alguien fue “objeto de una estafa”. Eso es, absolutamente, falso a la luz de las resoluciones judiciales y de la historia.
Es más, si hubiera buena fe institucional esta es la hora en que la tesis de Ricardo Belmont, sobre el accionariado difundido, debería de ser premiada o promovida por las bondades que encierra en sí misma, para democratizar las inversiones, la propiedad y las comunicaciones. Igualmente, si hubiera transparencia en el país, esta es la hora en que Ricardo Belmont, por esa tesis de su accionariado difundido, sería reconocido con doctorados honoris causa entregados por alguna universidad de nuestra patria.
Pero la maldad es tan grande que hasta ahora al poder le interesa que Ricardo no tenga el Canal 11 y así sucede en el presente, pues siendo el accionista mayoritario y teniendo el derecho de propiedad de su lado, hoy no tiene al Canal 11 bajo su administración; y eso no es posible debido al poder oculto, a malos fiscales y mediocres funcionarios del INDECOPI, quienes demoran interesadamente poner las cosas en su sitio.