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Literatura

“La noche de la fea”, un cuento de Gabriel Rimachi Sialer

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A todas las feas del mundo.

 

Estaba desnuda en la orilla, de pie, perdida la mirada en el cielo. La sal se pegaba en sus cabellos, en su pubis violento, en sus pestañas. Sonreía cuando las gaviotas bajaban la cabeza para admirarla. Vanidosa. Un temblor recorrió sus muslos y apretó dulcemente las piernas. Se tendió sobre la arena caliente, su espalda se estremeció. Modeló una almohada con la arena para recostar la cabeza y ver el horizonte adornado por sus senos redondos que remataban en dos pezones que gritaban por salir disparados al nirvana. Pellizcó uno de ellos. Luego ambos. Cerró los ojos. Mientras jugaba lentamente con uno de sus pezones, apretándolo y liberándolo, su otra mano descendió al ombligo. Trazó círculos suaves, delicados. Su respiración se agitó brevemente, acariciaba sus muslos entre sí. El sol se puso más fuerte. Dos gaviotas se posaron a sus pies. Abrió los ojos y les sonrió. ¿Qué miran? Las aves dieron un paso atrás. Ella se apoyó en sus codos. ¿Quieren ver? Las aves dieron otro paso atrás cuando ella separó las piernas, mostrándoles su jugoso misterio. Sonrió. ¿Les gusta? Las aves avanzaron lentamente, curiosas. ¡Fúchi, fúchi! Les gritó. Las aves desaparecieron entre las nubes, dejando caer una pluma que ella recogió. Sonriendo, deslizó la pluma por su piel y descubrió la textura de otra especie. Se volvió a echar sin cerrar las piernas. La pluma descendió hasta su parte más líquida y jugueteó con ese delicioso pedacito que la hacía extraviarse en el placer. El sol le calentaba los labios, pero la pluma era más fuerte que el calor. Apretó los ojos y entresacó la punta de la lengua. Su espalda se contorsionaba a cada instante y sus pezones parecían ondular a cada roce. La pluma bailaba alguna danza acompañada de su mano traviesa. Cada vez más rápido y, de pronto, más lento. Lágrimas asomaron entre sus pestañas, la pluma violenta se perdía entre la selva de su bajo vientre. Las gaviotas descendieron y la rodearon formando un círculo. Ella abrió los ojos y le gritó gimiendo: ¿Les gusta, ah? ¿Les gusta? Y sin detener el frenético arrebato de su mano, volvió a cerrar los ojos. Las aves alzaron vuelo y aquel aleteo la invadió, estremeciéndola aún más. Poco a poco, creyó que perdía la razón. Las imágenes que inventaba su mente desaparecieron con un estallido de luz. Sintió que una corriente volcánica descendía por su nuca, incontenible. Entreabrió la boca. La corriente continuaba su descenso, lentamente, gozando su camino. Y ella lloró entre gritos cuando sintió que la corriente se apoderaba de su cuerpo y de sus cabellos y sus uñas y sus dientes y sus pestañas y sus cejas y su ombligo y sus rodillas. Toda su piel se erizó. Quedó muda un momento y luego lanzó un grito que cubrió al cielo naranja de estrellas fugaces. La corriente no quería irse, y ella continuaba estremeciéndose de aquel terremoto de placer que le enviaba mil réplicas por minuto. Cuando al fin la corriente desapareció, acarició la arena todavía tibia y se estiró un poco. Entonces sonó la alarma.

Aquel ajetreo extraño, feliz, relajante, te recordó algún tiempo pasado, volando de brazo en brazo y tus cabellos perdidos en la noche como un petardo de alegría ¿Recuerdas? Aquel hombre te sostenía fuerte y era tan lindo estar así, su sonrisa tosca, sus manos enormes y descuidadas, su cabello ondulado. Luego otras manos más pequeñas como refugio, que se movían desesperadas a tu alrededor mientras volabas por los aires, cuidando que no cayeras, que no te marearas con el paseo sideral del hombre lindo. Cuidado, dijo ella, que acaba de comer. Las manos grandes te aprisionaron contra su pecho y te acurrucaste. Podías incluso sentir su corazón que ahora era tuyo, igual que el de ella que te adoraba, eras piel de sus pieles, sangre de sus sangres, amor de su amor. Señalaste hacia las luces que subían y bajaban y luego todo tuvo sentido de nuevo: el parque de diversiones recuperaba su presencia, los gritos de la gente, las risas, el olor del algodón de azúcar y tú de pronto ya cabalgabas sobre los caballitos que subían y bajaban con las luces, mientras la música parecida a tu cajita musical se perdía en la sonrisa de mamá, tan linda, con su gran lunar mágico en la mejilla, que con cada besito se ponía más lindo, pensabas, mientras decían ¡hola! Y ¡adiós! A papi, que desde la cerca metálica combatía con su nueva cámara de fotos instantáneas hasta que consiguió cuadrar bien el lente y el ¡ulb! De la foto captó tus negros ojos al desorbitarse ligeramente, pues pensaste que caerías, pero no, fue solo un susto porque ahí estaba Ella, para sostenerte cálidamente, y continuaste cabalgando como lo hacen las princesas, tranquila, y papi reía con la boca abierta y tú con él, feliz, viendo sus dientes gruesos, amarillos, sus labios estirados y esa mueca maravillosa de Rey; tú lo mirabas gigante y él gritaba ¡Mírame, princesa! Y sonreías con tu manita en alto saludando como su Barbie mientras tu otra manita se ocupaba de las riendas del corcel real que subía y bajaba y todos los demás caballitos del carrusel desaparecían y los demás niños desparecían y entonces mami era la Reina enseñándote a cabalgar y tú reías, reías como loquita y bajabas del caballito y  ya princesa, el Rey te volvía a subir por los cielos con sus manos sujetándote y mi adorada princesa, decía mientras abrazaba a la Reina, vamos a tomar un chocolate, que ya está haciendo frío…

Sentada en la cama, pensaba entre salir de ella o dormir un rato más. Aquel sueño la había desconcertado, no solía tener ese tipo de sueños, curioso, pensó. Su entrepierna estaba muy húmeda, se tocó por sobre la trusa y sintió la textura del goce. Luego por debajo de ella, se frotó torpemente, buscando sentir lo que en su sueño, sin éxito. Después de todo no fue tan malo, susurró. La habitación estaba desordenada. Encendió la tele con el control remoto. Vio al relator de noticias que siempre le había gustado, esperó a la sección de espectáculos, se estiró nuevamente, relajando todos sus músculos. Al entrar al baño se miró en el espejo: estaba con los párpados hinchados, el cabello desordenado, le habían aparecido tres pelos gruesos en un extremo del lunar, cogió la pinza, los arrancó, se lavó los dientes y al salir del cuarto de baño se vio reflejada en el espejo de cuerpo entero, que estaba al lado del ropero. No le gustó nada lo que sintió, sus senos caídos, desganados, la ropa de dormir gastada, los vellos de las axilas que asomaban indiscretos, se sintió vieja y fea, ¡pero no! Se dijo, solo tengo cincuenta y tres… aún puedo conseguir algo… La casa era pequeñísima, apenas dos ambientes desordenados a los que nadie llegaba de visita nunca, un baño con la manija desvencijada y la pintura hinchada por la humedad. De pronto sintió que todo encajaba como al salir de un sueño, era demasiado caos en el entorno y tal vez por eso no podía intentar nada. Suspiró y empezó a ordenar las cosas, separó la ropa sucia de la limpia, la colocó en la canasta que ganó en uno de los sorteos navideños del mercado, pasó la franela sobre el televisor y el equipo de música, inevitable sentirse bien en medio de tanto desorden. Poco a poco, la habitación empezó a tomar forma, los espacios necesarios para caminar iban quedando limpios, la escoba bailaba al ritmo de una canción tarareada con entusiasmo. Por fin todo estaba en su sitio. Tomó la franela y se dirigió a los cuatro portarretratos que descansaban sobre la radiola enorme que heredó de su padre, que no funcionaba para la música, pero sí para planchar la ropa. Al momento de quitar la gruesa capa de polvo descubrió los congelados rostros sonrientes en la imagen: ella y su ex marido sentados en un bote, qué será de tu vida, Daniel… por qué tuviste que irte así, de esa manera… antes de que el desánimo le ganara, frotó rápidamente el cristal, sacudió la franela y tomó el otro portarretrato, sus dos hijos aparecieron con toga y los diplomas de la graduación, tan míos, queridos, y tan lejos… por qué no se acuerdan de su madre… pasó la franela rápidamente y luego tomó las dos restantes, ya sin mirarlas, no quería recordar lejanos tiempos felices, pasos perdidos, memorias ajenas. El ropero fue su siguiente meta, lo ordenó de arriba abajo, era lo único que faltaba para completar la misión, pero al ordenar los zapatos descubrió una pequeña caja, sellada con cinta adhesiva, cubierta de telarañas y tiempo perdido. No recordaba aquella caja por lo que la llevó a la cama, se acomodó y la abrió. Fue como destapar la caja de Pandora. Fotografías de su marido y ella, de ella desnuda (con todo en su sitio), cartas que ya le eran ajenas, recuerdos íntimos, un broche y un prendedor que él le dio la noche en que cumplieron veinte años de casados… un tul negro que usaba para bailarle antes de hacer el amor, en qué momento se nos rompió el amor, Daniel, algunos cassettes que contenían las voces entrecortadas de ambos cuando se entregaban al frenesí de la pasión, tal vez te acepté demasiadas locuras, fui demasiado tuya, y un vibrador envuelto en varias capas de tela, que se conservaba intacto. Esto último la sumió en la más profunda de las fantasías, hacía tanto que no sentía estremecer su piel, hacía tanto que no se disolvía en el infinito… y el sueño de hoy, el sueño, quizás era un aviso, una señal de que algo nuevo empezaría pronto, de que como mujer aún estaba viva y deseable, viva… y deseable… 

El chocolate estuvo delicioso ¿recuerdas? Tenías los bigotes más dulces y lindos del parque de diversiones; Él te acariciaba el cabello recogido con dos cintas azules que resaltaban tu vestido rosado de princesa que Ella había cosido justo a tu medida, eres la única princesa en este reino de las diversiones, mi vida, te decía Él mientras disfrutabas golosamente del algodón de azúcar y Ella, presurosa, buscaba el pañuelo en su cartera para limpiarte los labios, las princesas son delicadas, linda, no te embarres la cara de dulce, pero tú estabas tan feliz que solo atinabas a sonreír y mirar a todos lados para no perderte ni por un segundo la diversión que te producía el ver a la gente bajar a velocidad luz por la montaña rusa, gritando como locos y te morías de la risa, mientras el Rey te cargaba nuevamente para que la aglomeración de curiosos no fuera a arrugar tu vestido hecho de rosadas alas de mariposas, y te miraba bobo los hoyuelos que nacían de tu sonrisa linda y la Reina lo abrazaba por la cintura mientras reflejaban el cuadro perfecto de la familia feliz, qué locura la de estos muchachos, ¿no, mi amor?, la Reina sonrió y le murmuró algo al oído, algo que no alcanzaste a oír por las risas de aquella noche y la felicidad que te embargaba, Él te bajó de sus brazos y caminaron tomados los tres de la mano rumbo a la salida, ya era tarde ¿recuerdas? Tus párpados caían lentamente a pesar de lo feliz que estabas pero algo te llamó mucho la atención: una pequeña fila de niñas que esperaban el turno para algo, y quisiste ir a ver y sonreíste y papi murió de amor nuevamente y vamos, pues, princesa, vamos, y mami fue con ustedes hasta la pequeña carpa donde un señor muy simpático con una señora igual de simpática estaban pintando mariposas y gatitos y tigres y flores y Ángelitos en los rostros de las demás niñas, y tú quisiste que tus mejillas también brillaran con la escarcha que se desprendía de los pinceles que cuidadosamente bailaban sobre los pequeños rostros, y le pediste a papi que por favor, por favorcito, y papi miró a mami y ambos sonrieron, murmuraron algo y sólo faltan tres niñas para que le toque el turno, mi amor, y ella está bien, mi amor, vamos por un dulce mientras espera su turno, y tú feliz cuando viste que papi pagaba con monedas brillantes al señor que pintaba las caritas tan lindas con esos colores tan lindos y esperaste tu turno pacientemente porque algunas veces, las princesas también tienen que esperar, y te dijeron que estuvieras sentadita porque solo irían por un dulce y tú, loquita, esperaste en la cola mientras mami no te perdía de vista cuando se alejaba para buscar un dulce que seguro también sería para ti, y llegó tu turno y pediste una mariposa linda, linda, que combine con el vestido que mami había cosido para ti, pero el señor simpático no te hizo caso y llamó a otra niña, y pensaste que a lo mejor la señora simpática sería la que pintara la mariposa pero cuando acabó con la niña de rostro de gatito, llamó a la otra, y no te hizo caso cuando le dijiste que era tu turno y pasaron cuatro niñas más mientras veías que en una mesa, no muy lejos, papi y mami se tomaban de la mano tomando algo caliente sin perderte de vista, pero no te atreviste a decirles nada, te faltó valor, ¿verdad? A lo mejor la demora se debía a que aún los señores simpáticos no encontraban la imagen ideal para ti, pero no te hacían caso, y cuando llegaba nuevamente tu turno, el señor simpático llamaba a otra niña que estaba detrás de ti, y no soportaste el desplante porque a las princesas no se las hace esperar tanto, y el señor simpático te miró de una manera extraña y luego miró a la señora simpática que hacía dibujos lindos y sonreíste pidiéndoles cortésmente que dibujaran una mariposa en tu rostro lindo, y la señora simpática dijo algo acerca de tu lunar igual que el de mami, linda y el señor se pasó la mano por la frente y te tomó del mentón y ensayaste la mejor de tus sonrisas, que estalló en mil pedazos cuando dijo que era imposible arreglar con pintura algo tan feo y no entendiste al principio, ni aún después, cuando papi te cargaba rumbo a casa, que desde ese día no fue más el palacio, y mami sollozaba en el asiento del auto que no fue más el carruaje, y aprendiste lo que era la realidad, mientras te cubrían con la frazada, y papi, mordiéndose los dientes contenía las lágrimas mientras que las tuyas, de un dolor universal, se perdían inexorablemente en el infinito…

La tarde se mostró generosa, tibia, al parecer sabía lo que vendría, imaginaba la escena final, la explosión y mil estrellas. Las personas que caminaban a su alrededor, sumidas en sus propias preocupaciones le parecieron aves perdidas, con destinos distintos y tan lejanos. En su mente solo se atiborraban las imágenes posibles de esa noche. Compró lencería, gastó lo que hacía tanto tiempo no gastaba en ella. La peluquería le quitó más tiempo del debido, pero valía la pena esperar, se acomodó el moño delantero en el espejo y el maquillaje disimuló algunas cicatrices del acné. Llegando a la bodega compró dos botellas de vino dulce y seis pilas grandes. Las escaleras le parecieron más cortas aquella vez, subía danzando, el choque entre las botellas producía un ritmo a su caminar y ella lo seguía. Cuando abrió la puerta vio que todo estaba impecable y ordenado, como si la habitación la estuviera esperando y ya supiera para qué.

De pronto ya estabas enamorada, ¿recuerdas? Aquel príncipe maravilloso, de sonrisa tierna y ojos claros, lindo cuando pronunciaba tu nombre y de pronto entraba en tus sueños y él te rescataba de los monstruos, ya eras una señorita, ya tenías las vergüenzas del fin de mes y los cólicos que te acercaban más a tu condición de mujer y de pronto todo era tan claro, tan sencillo, había tanto sol en tu camino, y esa sensación de creerte correspondida te invadió como una ola de alegría, te llenó. Nunca te diste cuenta de las miradas que te observaban esperando ver en qué momento caer sobre ti, jamás pensaste que el príncipe pudiera haberte hecho eso, que las cosas más simples a veces pueden ser las más crueles, ¿verdad? Y nunca olvidaste la tarde aquella en que el mundo se terminó de caer por segunda vez y para siempre, cuando él te dijo que te quería y tú cerraste los ojos esperando con el corazón a mil que esos labios se posaran sobre los tuyos, que lo habían esperado trece años, la blusa de tu uniforme se estremecía de los nervios y entreabriste la boca cuando oíste las risas y las burlas y sentiste que el mundo giraba locamente y sentiste miedo y pensaste en papi y el entierro y las lágrimas y la falta de protección y sus últimas palabras, nunca estarás sola, princesa, nunca, y de pronto sentiste que tu falda se levantaba y que te tomaban de los brazos y te resististe pero ellas eran más y el príncipe se tornó en monstruo y te arrancaron la toalla higiénica y la viste pegada en la pizarra mientras todos estallaban en risas y palmeaban la espalda del monstruo mientras los vítores invadían tu alma y la voz de aquellos labios que hubieras querido para siempre decían que estabas loca, que jamás habría podido compartir contigo ni uno solo de sus besos, mientras las demás chicas gritaban enloquecidas entre risas que estaban sorprendidas, pues acababan de descubrir que los monstruos también sangraban…

La habitación estaba iluminada por tres velas que despedían un suave olor a coco, ya el vino había trepado lo suficiente como para otorgarle aquel halo de magia que extrañaba tanto, ya la conversación en la gran fantasía de su sueño se había tornado en un coqueteo descarado. La imagen que compartía con ella aquellos momentos ya la había invitado a estremecerse nuevamente, a vivir, a sentirse… Lentamente inició el rito perdido de tocarse, a cada deslizamiento de sus dedos aparecía una corriente eléctrica que la obligaba a imaginarse aún situaciones más intensas, pero en el juego erótico el truco de la gran explosión está en el control. Retardó lo más que pudo ese momento, hasta que no pudo más y descubrió la tela que envolvía el vibrador, lo acarició de arriba abajo, mientras sus palmas se estremecían bajo aquel temblor permanente, lascivo, ya no era dueña de la situación, ya era la hora de la entrega, el frenesí exhalaba a golpes cortos y continuos entre sus labios. Acercó el aparato de látex a su piel y percibió que necesitaría de toda la concentración posible para hacer de aquel momento un recuerdo eterno. Tal vez fue su premura, su necesidad de sentirse lo que desvió su atención por unos segundos, los suficientes para hacer que el vibrador resbalara entre sus manos y en su afán de atraparlo, cayera de la cama volcando los platos donde descansaban las velas. La botella de vino se quebró y el líquido le empapó las medias nylon, la copa que descansaba sobre el velador se volteó y fue a dar sobre su rostro, la llama de una de las velas había iniciado su lenta expansión sobre el aparato de látex que aún vibraba, y a cada vibración se desprendían pequeñas gotas fundidas que se perdían en el suelo, hasta quedar convertido en un charco negro al que tuvo que ahogar con la almohada. La habitación quedó a oscuras. Lentamente se incorporó frotándose los ojos, fue hasta la puerta y presionó el interruptor de la luz. Vio su cuarto como había estado antes de arreglarlo, salvo que ahora una mancha negra de lo que pudo haber sido un recuerdo eterno adornaba el suelo. Apagó la música y corrió al baño, en el lavabo se enjuagó el rostro, su corazón latía fuertemente, recién empezaba a darse cuenta de todo. Al salir, quedó petrificada con la imagen que le devolvió el espejo de cuerpo entero: tenía las medias corridas por algún pedazo de vidrio, la gran mancha lila del vino había estropeado su baby doll, un seno pobre se desbordaba de la copa izquierda, y al frotarse los ojos había convertido su maquillaje de peluquería en un disfraz de mapache. Le causó mucha risa ver todo aquello. Daniel, por qué te fuiste así, sin más ni más, por qué… y entonces recordaste de golpe todo lo ocurrido, ¿verdad? Apretaste los puños y caminaste hacia la radio, intentaste asimilarlo todo como una jugarreta del destino, princesa derrotada, falsa princesa, tu pequeño reino jamás existió, ¿cierto? Y entonces te sentaste en el piso, muerta de risa hasta que no pudiste mentirte más y decidiste ser sincera contigo misma, aunque sea por una sola vez en tu vida; y cogiéndote desesperadamente los cabellos, empezaste a llorar…

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Gabriel Rimachi Sialer. Escritor y periodista. Autor de los libros de cuento "Canto en el infierno", "El color del camaleón", "El cazador de dinosaurios", "Historias extraordinarias", "La increíble historia del capitán Ostra" y de la novela "La casa de los vientos". Responsable de antologías de narrativa fantástica, cuentos suyos han sido incluidos en importantes antologías. Dirige el podcast "Libros que arden" en Spotify y el Círculo de Lectores Perú www.circulodelectores.pe

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Literatura

Presentación de libro Gaza ante la historia, de Enzo Traverso

Conoce una de las novedades de la Feria Internacional del Libro de Lima.

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En el marco de la 28° Feria Internacional del Libro de Lima (FIL), gracias a la librería Contragolpe, se llevará a cabo la presentación del libro Gaza ante la historia, del reconocido historiador Enzo Traverso. El evento se realizará el lunes 29 de julio, en el auditorio José María Arguedas, a las 3 p.m. La presentación del libro estará a cargo del politólogo Alberto Adrianzén y la artista Daniela Ortiz.

¿Es la destrucción de Gaza una consecuencia del ataque del 7 de octubre o el epílogo de un largo proceso de opresión y erradicación? ¿Tienen los palestinos derecho a resistirse a la ocupación? ¿Hablar de genocidio es antisemitismo? En Gaza ante la historia, Enzo Traverso, uno de los historiadores más autorizados de nuestro tiempo, va a la raíz del conflicto israelopalestino poniendo en cuestión la historia del conflicto y ofrece una interpretación crítica que da la vuelta a la perspectiva unilateral desde la que nos hemos acostumbrado a observar lo que ocurre en Gaza.

Se suele describir a Israel como una isla democrática en medio de un océano oscurantista y a Hamás como un ejército de bestias sedientas de sangre. La historia parece remontarse al siglo XIX, cuando Occidente perpetró genocidios coloniales en nombre de su misión civilizadora. Sus supuestos esenciales siguen siendo los mismos: civilización frente a barbarie, progreso frente a atraso. Junto a las declaraciones rituales sobre el derecho de Israel a defenderse, nadie menciona nunca el derecho de los palestinos a resistir una agresión que dura desde hace décadas. Pero si en nombre de la lucha contra el antisemitismo permitimos que se desate una guerra genocida serán nuestras propias orientaciones morales y políticas las que se vean empañadas, serán los supuestos de nuestra conciencia moral los que se verán socavados: la distinción entre el bien y el mal, el opresor y el oprimido, los perpetradores y las víctimas.

Fecha: lunes 29 de julio

Hora: 3 pm

Lugar: auditorio José María Arguedas de la FIL (Parque Próceres de la Independencia, Jesús María, alt. cd. 16 de av. Salaverry)

Presentan:

– Alberto Adrianzén

– Daniela Ortiz

Organiza: librería Contragolpe  

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Literatura

“Por Facebook”, un cuento de Giovanna Gutierrez Narrea

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Por Giovanna Gutierrez Narrea

Te miro por el face y vienen a mí los años de esplendor al lado tuyo. Una relación amorosa de tres años: compartiendo anécdotas, viajando juntos, experimentando emociones, conociendo un poco de ingeniería mecánica y tú aprendiendo un poco más sobre el sistema de la lengua (tú en la UNI y yo en la UNE-Cantuta). Dé repente, tu ausencia se empezó a justificar porque tenías que estudiar para tus prácticas calificadas, luego los trabajos de grupo y, finalmente, tus exámenes parciales y finales. Un par de meses después me dijiste haber conocido a una chica (rubia superficial, por cierto, tez blanca, delgada, caderona y bien tarrajeada; la típica mujer por la que el 99.9 % de hombres pierden la cabeza). Enamoramiento que te duró menos de un año, puesto que tu nueva conquista terminó yéndose con un hombre, muchos años mayor que tú; interesante cargo en la política de la universidad y de atractiva billetera. Supongo que mi poco atrevimiento sexual y la falta de coquetería fueron en gran parte, también, las causas del enfriamiento sentimental, razones por las que terminaste conmigo.

Anoche vi a Javier -me contó Mary-. Pensé que eras tú la que estaba con mi primo (estos chicos no cambian, terminan y luego regresan -me dije-…). Yo estaba comprando salchipapas en la esquina de mi casa, cuando pasaron por detrás mío, y mi primo ni cuenta se dio, y al voltear miré a la chica, quien tenía tu misma estatura, el cabello negro y lacio como lo tienes tú, y de perfil muy parecido a ti (pudiendo tener una original, se buscó una copia), pero por la oscuridad no la pude ver con exactitud. Sin embargo,  esa relación no le duró mucho tiempo, porque luego lo vi salir con su actual pareja, un poco feíta la nueva prima, pero es odontóloga. Ni modo amiga, será mi primo pero que se joda… Mejor estabas tú.

Aquí el cuento completo: https://cuentroversia.blogspot.com/2024/06/por-facebook-te-miro-por-el-face-y.html

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Literatura

Invitación a comer un chaufa: el nuevo libro de Julio Barco

Lee la columna de Nicolas López-Pérez

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Por Nicolas López-Pérez

A la industria editorial en crisis: lo primero es tomar por sorpresa a la hegemonía con un ramo de dientes de león. Luego, al ver los rostros entre la confusión y el estupor, soplar con dulce violencia cada una de las partículas que componen la flor. Esa es la fuerza literaria de Julio Barco (1991), señoras y señores. El poeta de El Agustino que viste y calza. No me detendré en la identidad de qué género o de qué tipo es el último libro publicado. Lo cierto es que Chaufa es un homenaje a la opacidad de la palabra y el lenguaje. En sus páginas se narra, se ensaya, se canta, se baila y se come. Como si la literatura peruana y su estado actual fuese el tema de un banquete digno de Platón, una reunión que armoniza reflexión y sentimiento.

A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, huelga deciros que este libro es una incisión en las maneras de leer el insalvable abismo entre lo popular y lo culto; entre la periferia y el centro; entre el margen y el cuadro. Al mismo tiempo, su prosa nos muestra a un escritor audaz y resiliente ante el histórico vapuleo contra quien no tiene santos en la corte. Un escritor que se desenreda, como si fuera un ovillo de lana, para golpear la mesa y declarar una nueva profesión de fe literaria. Tal vez, señoras y señores de la industria editorial en crisis, la literatura que os presentáis es, a grandes rasgos, ominosamente homogénea y continúa a mostrarnos un Perú desconectado de sus bases. Puede que esta afirmación categórica se malinterprete, pero ante un mar de literatura pituca y aspiracional en que la finalidad es conmover o divertir con historias más o menos fascinantes, escribir desde las entrañas de nuestras ciudades es un ejercicio de resistencia y estrategia. Chaufa articula la palabra como un antídoto contra la apatía que vuestra literatura vierte sobre la clase trabajadora peruana.

En un hadiz islámico se lee que el estómago es el centro de todas las enfermedades. Desde ahí, una ética del cuidado de lo que se come. En el Perú, no obstante, todavía se habla de hambre; todavía hay poblaciones enteras donde escasea la comida y no solo por el aumento en el costo de la vida ni por la falta de empleos, sino por el individualismo y, además, la insuficiencia de las políticas públicas para llegar a cada rincón de una escandalosa, pero preciosa geografía. Recuerdo un dossier de 2018, publicado en Unidiversidad, una revista de pensamiento y cultura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y titulado “Perú: los poemas del hambre”. Paolo de Lima, el compilador, enfatiza el hambre como tópico en los versos de un considerable número de autores. Y esos poemas y poetas no son los primeros que orbitan en torno a la comida, también obras como “Primicias de cocina peruana” (2005) de Rodolfo Hinostroza, “Comer en los mercados peruanos” (2019) de Mirko Lauer o incluso “Tratado de la yerbaluisa” (2012) de Enrique Verástegui son ejemplos del vínculo entre literatura y comida. El estómago se conecta con el corazón y el cerebro, ¿y ustedes señoras y señores de la industria editorial qué hacen al respecto con las problemáticas sociales de las mayorías? Una paradoja: Perú, potencia gastronómica a nivel mundial e incapaz de erradicar el hambre en su territorio.

Barco nos encuentra en el Chifa, aunque puede que otros platos que nos acomunan sean el ceviche o la salchipapa. Lo encomiable está en el imaginario popular que este escritor construye: precisamente, en ese punto en que todos los archivos se tocan y donde no originan una identidad que confronta los ánimos, sino una capaz de generar una potencia solidaria donde el Perú se construye con tradiciones, afectos y palabras. Barco apuesta, en definitiva, por un manifiesto que conjura un sentimiento social, bullendo desde un problema inmanente y trascendente: el sentido de seguir luchando juntos por un mejor Perú. A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, ¿cuántos libros tenéis que ingeniosamente pueden remecer a los sectores más populares? Una fuerte resistencia contra la literatura pequeño-burguesa, tanto como guiones que tienen éxito en Netflix y Hollywood. Barco escribe como se prepara un chaufa. Auguro que su lectura tendrá sabor a la simpleza y santidad de ese plato. Girados y apreciad la maestría del verbo. Chaufa es imperdible en este 2024 de las letras peruanas. Imperdible.

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Literatura

“Controversia”, un cuento de Giovanna Gutierrez Narrea

Un triangulo amoroso en medio de próximo casamiento.

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Por Giovanna Gutierrez Narrea

6:00 a.m. (riiin, riiin, riiin)

_ Aló

_ Hola, ¿eres Iván?

_ Sí, ¿quién habla?

_ Soy, José Carlos, el novio de karla.

_ ¿El novio de Karla? ¿Es una broma?

_ No es broma. Te llamo porque he visto en su celular que la llamas y le escribes, y quiero hacerte unas preguntas.

_ Uff…, está bien, pero antes respóndeme: ¿desde cuándo estás con ella y de dónde la conoces?

_ Estamos desde el 2022 y trabajamos juntos en la misma oficina.

_ Mmm…, bueno, pregúntame ahora.

_ Te preguntaba, ¿por qué la llamas tanto y escribes mensajes?

_ Lo hago, porque hasta donde yo sé, somos pareja, desde el 2022, también. En todo caso, creo que es a ella a quien le tendrías que preguntar.

_ Karla y yo nos vamos a casar. Así que, por favor, ya no te entrometas en mi relación.

_ Eso dícelo a ella. No soy yo quien está en falta.

_ No entiendo por qué me engañó contigo si a mi lado tiene  amor, comprensión, detalles, sexo. Por favor, ya no la busques.

Lee el cuento completo aquí https://cuentroversia.blogspot.com/2024/05/alo-ivan-600-a.html

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Literatura

23 de abril, Día Internacional del Libro, ¿por qué se celebra en esa fecha?

En ese día, a nivel mundial, también se conmemora el Derecho de Autor.

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Leer o no leer, he ahí el dilema. Cada 23 de abril el mundo celebra el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, una fecha que destaca la importancia de la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual.

Esta conmemoración encarna el esfuerzo colectivo por promover el libro como pilar fundamental de la cultura y el progreso social. Además, durante esta fecha, distintas organizaciones buscan instruir a las personas sobre los derechos de autor, fundamentales para asegurar que los creadores reciban el reconocimiento y los beneficios económicos por sus obras.

El Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor tiene su origen en una iniciativa de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que se remonta a 1995.

La UNESCO promueve esta jornada no solo como un acto de celebración sino también como un llamado a la acción para que gobiernos, instituciones educativas, bibliotecas, grupos culturales, autores y editores trabajen de manera conjunta en pro de la difusión del libro y la defensa de la propiedad intelectual.

23 de abril, la fecha elegida

La elección de esta fecha se debe a varios acontecimientos históricos relacionados con la literatura que coinciden en este día. El 23 de abril de 1616 murieron tres grandes escritores: Miguel de CervantesWilliam Shakespeare y Garcilaso de la Vega, aunque cabe mencionar que las fechas no son exactamente contemporáneas debido a la diferencia entre los calendarios juliano y gregoriano. Además, la fecha también coincide con el nacimiento o fallecimiento de otros destacados autores en diferentes años.

La celebración tiene como propósito principal incentivar a las personas a descubrir el placer de la lectura y respetar la invaluable contribución de los autores a la cultura y al progreso social.

La decisión de trasladar la Fiesta del Libro al 23 de abril de manera definitiva se tomó en España en 1930. La propuesta fue iniciativa del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, quien sugirió establecer una fecha específica para celebrar y fomentar la lectura entre el público de su país.

En 1995, después de varios años, la propuesta de la Unión Internacional de Editores, presentada por el gobierno de España a la Unesco, buscaba designar esa fecha como el Día del Libro a nivel global. El organismo especializado de las Naciones Unidas respondió rápidamente y aprobó la propuesta en el mismo año.

Biblioteca Ateneo, en Argentina, considerada con una de las más hermosas del mundo.

Actividades por el Día del Libro

Dentro de este marco festivo, la Alianza Francesa de Lima ya empezó a tejer una serie de eventos que se vienen desplegando desde el 13 y culminan este sábado 27 de abril en sus sedes de Miraflores, Jesús María y La Molina, marcando el inicio de las conmemoraciones.

La Alianza Francesa abrirá sus puertas en sus sedes de La Molina y Miraflores para acoger dos imperdibles ventas de libros de segunda mano. Estos eventos no solo presentan una excelente oportunidad para encontrar libros a precios inigualables, sino que también brindan la posibilidad de explorar una diversidad de géneros literarios. Con la promesa de hallazgos únicos y joyas escondidas entre sus estantes, estas ventas se convierten en el escenario perfecto para aquellos ávidos de aventuras literarias y tesoros ocultos.

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Literatura

40 años de poesía y terquedad

Entrevista a Ángel Yzquierdo Duclós por Julio Barco

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Por Julio Barco

Hace 40 años, Ángel Yzquierdo Duclós tomó la decisión más importante de su vida: dedicarse a vender libros en el Perú. Y no solo eso, sino a venderlos en la calle, y no en cualquier calle, sino en el mismo corazón de La Victoria, a unos metros de Gamarra, en la misma avenida Aviación. El poeta popular, cantautor de fina estirpe, promotor de la literatura peruana, entonces miembro de la ANEA, no se imaginaba que los siguientes años viviría, a puro esfuerzo, de la venta de libros y sus derivados. Esta es la historia de una pasión desesperada, pero también de un ejemplo para todos los pesimistas ilustrados.

1.Ángel, celebramos contigo, estos cuarenta años de entrega a la cultura del libro en el Perú, ¿qué significa para tu este casi medio siglo?

Hasta ahora no me he puesto a pensar, ah… yo vine acá solamente para ver si podía hacer un vals, una canción, un poema, un cuento. Ya pasaron 40 años, pero todavía no los he culminado. A lo mejor sí, pero en estos cuarenta años me sorprende descubrir que este sitio sigue siendo mágico. De tal forma, uno viene a diferentes sitios de Lima, pero algo me decía que acá estaba mi futuro no en dinero, porque en dinero podíamos hacerlo en otra parte, pero acá sucedía algo extraño, pero positivamente hablando. Así que hace tres (o dos años) me di cuenta de que habían pasado cuarenta años, y me siento contento conmigo mismo, como si fuera el primer día que empecé a vender libros en esta calle, entre la Avenida Aviación y con 28 de Julio. Un primero de abril de 1984.

En recientes encuestas, observamos que nuestra sociedad no consume más de cinco libros al año. En ese sentido, ¿cómo ves actualmente la realidad del libro en el Perú?

¿Eso es antes del celular o después del celular?

Después del celular…

Si antes del celular la gente leía poco, y como decía San Agustín, de lo poco, poco. Pero, no, es una mentira. Si nadie lee en el Perú entonces cómo me explicas que hay infinidades de editoriales, cómo me explicas, por ejemplo, que una sola obra alrededor del país lo masifiquen por dos mil, tres mil ejemplares; y los pongan como gancho en el Plan Lector. La gente lee, uno por obligación hablando en términos escolares, y hay que ser realista ahora es menos, pero siempre hay ese batallón humano que muere en su ley, que se desespera por los libros. O sea, hay pocos, por el celular disminuyó bastante, en el término escolar, universitario; pero realmente hay un buen ejercito humano que lee. Por ejemplo, tú lees, tú devoras libros y tienes una computadora en tu cerebro- Así como tú hay chicos que vienen y se alegran cuando viene, papá mira ese libro…Qué bacán, ¿no? Y su mamá y su papá le compran con cariño su libro, caray, y son pocos, escasos. Hay que ser bien tercos para seguir trabajando como librero, te das cuenta. Yo puedo poner otra chamba y ganar mil veces más que como librero, pero… me gusta pues. Además, los libros mientras yo todavía esté con vida, todavía van a seguir existiendo. ¿Por qué? ¿Qué es mejor? ¿Hacer el amor en la pantalla o en persona? Así es el libro con uno. Tú lo ves, tú lo palpas, sientes su vibra. Yo no sé qué conclusiones podrás sacar.

3.Al margen de tu faceta de librero legendario, sabemos que tú gran pasión es la escritura, de versos y valses, ¿Cuándo los lectores conoceremos tu hasta la fecha inédito poemario Albatros de la Esperanza?

Yo quisiera que sea este año, pero es bien difícil. Primero porque yo quiero hacer una edición de cincuenta mil ejemplares. Todos dicen que es una obra pero, ¿qué son cincuenta mil ejemplares para todo el país? Somos como veinte millones de lectores, te das cuenta… Yo quisiera imprimirlos, creo, pero económicamente hablando, no puedo… no puedo… yo quisiera publicarlo, pero como no he podido publicar mi libro Albatros en pleno campo de Agramante, y el otro que tú sabes, Pequeña garua del cielo limeño…lo pude publicar. Uno ya esperaba listo para publicarlo, mil ejemplares… pero quinientas ejemplares son de los amigos nomás. Si yo he rechazado la portada de los mil ejemplares. He roto las portadas. Y a ti te consta. Yo he pedido por mi libro tres mil dólares, porque con eso se iba a hacer una especie de ONG, con el auspicio de la Cachina peruana podíamos publicar más de cien poetas, escritores, de Piura, Tumbes, Ayacucho… O sea, nuestro país es rico en literatura, en narrativa. Yo quizá me muera y sin publicar, piña pues, pero estoy contento conmigo mismo. Ya si Dios quiere, si la doña dama me sorprende, están mis amigos que van a publicar mi obra póstumamente. Ya hay proyectos empaquetados para que vayan a la casa y simplemente después los editen. Ahora, ¡mis canciones! Quizás también me vaya de este mundo y lamente, valga la redundancia, que después de muerto me conozcan como compositor. Yo estoy contento conmigo mismo. Me voy a cualquier parte del Perú y recorro las pistas y comienzo a cantar mis propias canciones y es un placer de la putamadre, ¿no?

Ángel, el futuro es ahora: ¿Qué le dirías a los chibolos de nuestro país, lo que sueñan con los universos de los libros?

Pueden estar pegados a los celulares, porque es un buen material de información. Pero nuestros libros son como nuestros perritos fieles: los puedes tirar, abandonar, pero llega un momento donde ese libro te va a ser un bálsamo para ese día. Porque tu ánimo va a estar de acuerdo a lo ya escrito. Por más que venga la tecnología puedes tener tu libro en un rincón de cuatro paredes, hay que amar a los libros. Gracias a los libros estamos acá.

Vendes libros en una zona empapada de comercio textil y alimenticio, ¿Cuánto te ha costado mantenerte durante tantos años?

¿Qué es mantenerse en este rico oficio? ¿Cuánto me ha costado? Me ha costado. Yo he mantenido esto. La venta de libros. Mi función como librero me ha mantenido a mí. Recuerda ese poema El buen samaritano. Ya. Tuve un amigo que generosamente me ayudaba a cubrir los gastos que la poesía demanda placer dinero tiempo y dinero para compartirlo a los demás gracias a este negocio pude estilizar algunos textos. Y he sido monstruo en ventas. He sido varias veces vendedor de artefactos eléctricos en los setentas… Desde 1976, como tú que te enamoras y haces unas cuantas letras, sin pensar en tu puta vida que con el tiempo se iba a convertir en un oficio. Y me convertí en poeta y me convertí en compositor. Yo me voy a morir y estoy alegre conmigo mismo, pero eso no sirve como conformismo, sino que también hay que seguir sacándole jugo a la vida. Por eso, en un poema digo, hazte amigo de la muerte; por eso, cuando te vea simplemente te dé una oportunidad.

Gracias Ángel.

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Literatura

30 años de “Sieteculebras”, revista andina de cultura (1991 -2021)

“Publicar en Perú es cosa de locos… pero me gusta ser loco y seguiré con mi locura hasta que mi cuerpo y mis energías lo permitan”.

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Por: Mario Guevara Paredes.

En 30 años de «Sieteculebras» hemos publicado 50 números. Somos una revista independiente que no recibe patrocinio ni estatal ni privado, se mantiene vía publicidad, en un medio como el peruano donde las revistas culturales mueren en los primeros números porque el Estado no tiene una política cultural en torno a las revistas. Somos la revista independiente más longeva de Perú después de «Hueso Húmero» que todavía continua editándose.

En cifras, son más de 3000 páginas editadas hasta el momento. Hemos publicado desde artículos de ciencias sociales, como historia, arqueología, folklore, política y cine. Como también textos de crítica literaria, lingüística, ensayos sobre literatura peruana y latinoamericana, poesía, cuento, crónicas, entrevistas, fotografía. Y sobre todo hemos resaltado el trabajo de nuestros artistas plásticos peruanos. En 21 de las 50 carátulas ilustraron pintores cusqueños de varias generaciones, como también de otras ciudades fuera de Cusco, como Lima, Arequipa, Iquitos y Puno. Asimismo ilustraron pintores de Bolivia, Ecuador y México.

Articulos sobre poetas  peruanos  publicados en Sieteculebras

En los 49 números editados, se han publicado más de 70 artículos sobre la poesía de los peruanos: Juan del Valle Caviedes, César Vallejo, José Emilio Westphalen, Ángela Ramos, Carlos Oquendo de Amat, Washington Delgado, Gamaniel Churata, Alejandro Romualdo, Efraín Miranda, Javier Heraud, Juan Ramírez Ruiz, Enrique Rosas Paravicino, Vladimir Herrera, Antonio Cisneros, Ricardo Quesada, Boris Espezua, Andrés Alencastre (Kilku Waraka), Luis Nieto Miranda, Alberto Mostajo, Gustavo Pérez Ocampo, Raúl Brozovich, Ángel Avendaño, Jorge Flores Aybar, Ana Bertha Vizcarra, Edwin Segovia, Juan Alberto Osorio, Rosina Valcárcel, Leoncio Bueno, Yvan Yauri, Juan Gonzalo Rose, Domingo de Ramos, Sonia Luz Carrillo, Antonio Cilloniz, Carlos Velásquez Iwaki, Monica Carrillo, Catalina Bustamante, Enrique Verastegui, Houdini Guerrero, Dida Aguirre, Jesús Cabel, Amaro Nay, Mario Pantoja, Shelma Guevara, Antonio Cisneros, Ángel Avendaño Farfán, Alejandro Romualdo, Víctor Alvarado, Gloria Mendoza Borda, Leopoldo Chariarse.

Articulos sobre poetas  extranjeros  publicados en Sieteculebras

Como también de poetas de otras nacionalidades como: Octavio Paz (México), Jorge Luis Borges (Argentina), Pablo Neruda (Chile), Gabriela Mistral (Chile), Ernesto Cardenal (Nicaragua), Vicente Huidobro (Chile), Atila József (Hungria), Alejandra Pizarnik (Argentina), José Martí (Cuba), Alfonsina Storni (Argentina), Diamela Eltit (Chile), Juan Antonio Alix (Dominicano), Bernardo de Balbuena (España), Carmen Bruna (Argentina), Dulce María Loynaz (Cuba), Haroldo de Campos (Brasil), Allen Ginsberg (USA), Jorge Teillier (Chile), Vicente Hidobro (Chike), Sheyla Bravo (Ecuador), Nicanor Parra (Chile), Vinicius de Moraes (Brail), Roque Dalton (Salvadoreño), Nelson Romero Guzmán (Colombia), Raúl Zurita (Chile), Elvira Hernández (Chile), Tomas Tranströmer (Suecia), José Ángel Cuevas (Chile), Alvaro Mutis (Colombiano), Bruno Pino (Ecuador), Paul Celan (Rumania), Santiago Montobio (España).

Entrevista  a escritores peruanos y extranjeros

Ángel Avendaño, Alejandro Romualdo, Luis Figueroa Yábar, Pablo Guevara, Raúl Brozovich, Cronwell Jara Jiménez, Vladimir Herrera, Horacio Villanueva, Gustavo Pérez Ocampo, Oswaldo Reynoso, Luis Nieto Miranda, José Tamayo Herrera, Juan Zevallos Aguilar, Tomás G. Escajadillo, Feliciano Padilla, Francisco Lombardi, Miguel Gutiérrez, Zein Zorrilla,  Eduardo Gonzales Viaña, Alfredo Herrera, Mario Curasi, Feliciano Mejía, Pedro Granados, Tulio Mora, William Rowe (Ingles), Eraclio Zepeda (México), Martín Lienhard (Suizo), Luis Beiro Álvarez (Cuba), José Luis Iturrioz (España), Jorge Miguel Cocom Pech (México), César Itier (Francia), Pedro Antonio Valdez (Dominicano), Juan Villoro (México), Raúl Zurita (Chile), Bernardo Carvalho (Brasil).

Artículos sobre narradores peruanos

José María Arguedas, Oscar Colchado, Feliciano Padilla, Walter Lingan, Socrates Zuzunaga, Mario Guevara Paredes, Enrique López Albujar, Manuel Scorza, Enrique Rosas Paravicino, Francisco Izquierdo Ríos, Inca Garcilaso de la Vega, Ricardo Palma, Clorinda Matto, Julio Ramón Ribeyro, Miguel Arribasplata, Carlos Calderón Fajardo, Gregorio Martínez, Jorge Flores Aybar, Mercedes Cabello, Gregorio Martínez, Mario Vargas Llosa, Luis Nieto Degregori, José Carlos Mariátegui, Miguel Garnet, Luis Enrique Tord, Tomás G. Escajadillo, Alonso Cueto, Ciro Alegría, Carlos Rengifo, Houdini Guerrero, Gamaniel Churata, Antonio Cornejo Polar, Christian Reynoso, Ruben Sueldo Guevara.

Artículos sobre narradores extranjeros

Alejo Carpentier (Cuba), Jorge Luis Borges (Argentina), Eduardo Galeano (Uruguay), Carlos Fuentes (Mexicano), Italo Calvino (Italia), Augusto Céspedes (Bolivia), James Joyce (Irlanda), Augusto Monterroso (Guatemala), Sergio Pitol (México), Juan Bosch (Dominicano), José Saramago (Portugal), Gabriel García Márquez (Colombia), Alberto Blest Gana (Chile), Michael Foucault (Francia), Ernesto Sábato (Argentina), Lucio Cabañas (México), Victoria Ocampo (Argentina), Juan Rulfo (México), Juan Gabriel Vásquez (Colombia), Mo Yan (Chino), Patrick Modiano (Francia), Miguel de Cervantes Saavedra (España), Jorge Amado (Brasil), Eduardo Barrios (Chile), Eustaquio Rivera (Colombia), Gunter Grass (Alemania), Walter Benjamin, Gilles Deleuze (Francia), Ludwig Wittgenstein (Austria), Reinaldo Arenas (Cuba), Julio Cortázar (Argentina), Elisa Lerner (Venezuela), Carlos Monsiváis (México), Manuel Puig (Argentina), Sergio Ramírez (Nicaragua).

Poetas cusqueños cuyos textos fueron publicados en Sieteculebras

Carlos Velásquez Iwaki, Ana Bertha Vizcarra, Raúl Brozovich, Juan Alberto Osorio, Shelma Guevara Zamalloa, Beatriz Salas, Hugo Contreras Rosas, Martín Moya Delgado, Miguel Ángel Fuentes, Pasos Paz, Odi Gonzales, Luis Nieto Miranda, Harry Marmanillo , Juan Mescco, Yvan Yauri, Mario Pantoja, Orlando Granda, Willny Dávalos Orduña, Franklín Sequeiros Soto, Soledad Araóz Cartagena, Martín Zúñiga, Ángel Avendaño Farfán, Pavel Ugarte, Elías Jara, Jorge Vargas Prado, Luis Vargas Cereceda, Gonzalo Valderrama Escalante, André Chacón Santander, Luz María Crevosier, Américo Yábar Zevallos, Luis Calderón Ugarte, Jhon Paucar, Frida Ibañez Ayerve y Carlos Candia Muriel.  

Publicar revistas culturales es cosa de locos

Publicar una revista de cultura en Perú es cosa de locos porque en un país que no lee, que tiene pocas bibliotecas y contadas librerías, y que para el Estado la cultura no es asunto de prioridad nacional, es simplemente cosa de locos. Además, si esta publicación no recibe patrocinio alguno de una municipalidad, gobierno regional, universidad, organización no gubernamental, o de la empresa privada; es también cosa de locos.

Sin embargo, ¿qué motiva publicar una revista y que esta se mantenga durante años a sabiendas de los problemas económicos que ocasiona cada edición? Posiblemente es la simple vanidad de lograr algo que muchos quisieran realizar pero no lo hacen por la sencilla razón de que publicar no es rentable; es perder el tiempo, es de ácratas, de bohemios, de idealistas, de vagos; y sobre todo, no es considerado un trabajo. Así de simple, como no es trabajo, lo nuestro es cosa de locos.

Ahora bien, dicen que el tiempo es dinero, y tienen toda la razón del mundo: el tiempo es dinero. ¿Por qué creen que existen los ricos? Por el simple hecho de que no pierden tiempo, y menos editando revistas que pocos compran. Además la gente las quiere gratis, porque el trabajo intelectual es cosa de locos, y como es cosa de locos, no debe costar dinero. ¿Observaron alguna vez que un panadero les done sus panes, que un taxista no les cobre la carrera, que el peluquero les corte gratis el cabello, o que el canillita les obsequie el diario? Pero sí quieren que un escritor, poeta o editor de revistas les regale su producto de trabajo, algo que les cuesta interminables noches de insomnio, acompañado de febriles horas de desasosiego. Asimismo, el editor de revistas hace y consigue artículos, diagrama, corrige textos, vende publicidad, reparte revistas, etcétera, etcétera, etcétera.

Entonces, me reafirmo en lo mismo, publicar en Perú es cosa de locos. Debo estar bien loco, como muchos editores de mi país, para mantener “Sieteculebras” durante treinta largos años. Pero me gusta ser loco y seguiré con mi locura hasta que mi cuerpo y mis energías lo permitan.

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Literatura

Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa cumple 88 años

Amado por muchos y odiado por algunos, el premio Nobel de Literatura disfruta su cumpleaños con su familia en plena semana santa.

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Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 28 de marzo de 1936), conocido como Mario Vargas Llosa, sin duda es uno de los personajes más connotados en la historia peruana, por su calidad literaria y por haber alcanzado la cumbre en las letras, al cosechar a lo largo de su carrera diversos premios y en especial por ser designado como Premio Nobel de Literatura 2010.

Por ello, es considerado como uno de los novelistas contemporáneos más importantes y es uno de los autores supervivientes del boom latinoamericano.

Tapa de la novela La ciudad y los perros, publicada en 1963 por Seix Barral.

Varguitas como le llamó su tía y ex mujer Julia Urquidi, también se dedicó al periodismo y tuvo un programa televisivo ‘La Torre de Babel’ con interesantes entrevistas a personajes destacados, como Jorge Luis Borges y Corín Tellado; pero antes ya había incursionado en la prensa peruana, escribiendo para los diarios La Crónica y La Industria, hasta encallar en la legendaria columna propia, surgida en 1977 y llamada ‘Piedra de Toque’.

El Nobel peruano, soñó con ser presidente del Perú y estuvo a punto de lograrlo con el Fredemo, porque contaba con todo. El financiamiento millonario para su campaña, los mejores técnicos para aplicar las mejores políticas públicas y todo un equipo multidisciplinario de comunicación que lo colocaron como el candidato favorito; sin embargo, por decir la verdad en plena campaña electoral, al afirmar que su eventual gobierno tendría que aplicar la medida del schock económico para lograr estabilizar la economía peruana que García Pérez destrozó, perdió las elecciones en 1990, gracias a la campaña devastadora que le interpusieron los apristas para “allanarle” el camino a un profesor universitario de origen nipón, que luego de tomar el poder presidencial terminó siendo un dictador.

Tapa de la edición número 17 de la revista impresa Lima Gris publicada en 2019.

Entre tanto, Vargas Llosa se exilió en Europa y no quiso saber nada del Perú. Se sintió decepcionado y su derrota política quizá haya significado una de las más grandes frustraciones en su vida, aunque él lo haya negado en reiteradas ocasiones.

Sin embargo, el autor de Los Cachorros supo reponerse y reconciliarse con la tierra que lo vio nacer y tras vivir en Europa, siempre se afinca en Arequipa y en Lima, donde goza del cariño de los amigos, e incluso de los que no lo son, porque finalmente, siempre tendrán algo qué decir de él.

¡Feliz cumpleaños Mario y que sean muchos más!

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