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La espada de Bolívar

Lee la columna de Tino Santander Joo

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Por Tino Santander Joo

La semana pasada fui al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, con mi sobrino Salvador del Río que acababa de llegar de Madrid. El animador cultural Vicente Quiñonez, explicaba la historia de la casa museo con erudición y pasión. Mi sobrino, lo escuchaba con atención y se imaginaba cómo sería la vida del Virrey Pezuela y La Serna; de los libertadores San Martín y Bolívar en esta casona solariega. El aposento de San Martin, la primera bandera; el cuadro del virrey La Serna y la espada de Bolívar donada por el gobierno venezolano impresionaron a Salvador.

Mientras observaba la espada del libertador, cavilaba sobre la revolución bolivariana convertida en una de las cleptocracias más abominables del continente. No es una revolución socialista, ni democrática, es una brutal dictadura que tiene el apoyo de los BRIC (Rusia, China, Brasil, Irán); el apoyo de Bolivia, Cuba y Nicaragua es contingente. La batalla por Venezuela es un asunto geopolítico los BRIC quieren controlar sus recursos naturales. No les interesa el hambre y la miseria de su pueblo. Los yanquis no tienen juego, están desacreditados y nadie los quiere en Latinoamérica. Es un asunto de los latinoamericanos, pero, nosotros solo existimos administrativamente, no tenemos ningún peso en el mundo. De pronto Salvador, me interrumpe y me dice vamos a ir a la sala colonial.

Veía a mi sobrino escuchar atento las explicaciones de Vicente Quiñonez y me preguntaba. ¿fueron los virreyes los mejores gobernantes que tuvo el Perú?   ¿El virrey Abascal de no haberse ido del Perú hubiera mantenido su integridad territorial? ¿fue la batalla de Ayacucho un pacto de masones realistas e independentistas? Vicente, nos explicó que muchas salas coloniales e Incas no podríamos visitarlas porque estaban restaurando los techos; por eso empezamos por los aposentos de los libertadores. Vimos la Higuera de Bolívar que va a cumplir 200 años y da frutos dulces y grandes que según Quiñones los trabajadores del museo disfrutan.

Llegamos a la Estela de Raimondi; Quiñones cuenta que la descubrió el campesino Timoteo Espinoza en 1840 alrededor del pueblo de chavín cuando el labraba la tierra para sembrar; la sacó con cuidado y la usaba de mesa en su humilde hogar hasta que llegó el sabio Antonio Raymondi e hizo el descubrimiento científico. La estela representa una figura antropomorfa de un felino. Es una historia maravillosa como el lanzón o las cabezas clavas de chavín. En el Perú, todo es mágico y misterioso me dijo Salvador admirado.

Finalmente fuimos al auditorio a ver las calezas y luego las cerámicas prehispánicas e incas. Nos detuvimos a ver la diferencia entre la cerámica Huari y Mochica; mientras los huari representan animales con motivos humanos los moches son globulares en las que pintan escenas de la vida. La cerámica inca es geométrica de colores amarillo negro, rojo destacan los queros y aribalo. La belleza del arte prehispánico y preinca es abrumadora para Salvador que me comentaba que estas piezas deberían exhibirse en el museo del Prado de Madrid.

¿Qué aprendiste? Me dijo Salvador. NO supe que responder. Vamos al Queirolo por un Sándwich y conversamos y mientras caminábamos las lágrimas se me caían pensando en Venezuela; Salvador Saltaba, es un niño feliz. No te engañes, América Latina, es una ficción. Los conflictos entre sus Estados; la furia nacionalista; las disputas fronterizas, políticas y comerciales; el racismo violento de sus pueblos que se dicen hijos de un mismo tronco. Olvídate por un momento y disfruta del relato que hace Salvador del Madrid -Barcelona.

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Nuevo mapa político del Congreso (parte 2)

En la primera parte hemos podido describir las ideologías y las agendas de las 13 bancadas del Congreso. Ahora vamos a llevarlo a la práctica, para poder aprender a realizar una proyección de votos.

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Por Edison Mamani

Un ministro pregunta a su coordinador parlamentario: ¿Se aprobará la moción de interpelación en mi contra? ¿Y con cuántos votos aproximadamente? ¿Con qué congresistas tenemos que hablar para evitarlo?

Un parlamentario pregunta a su asesor principal: ¿Se aprobará mi proyecto de ley? ¿Y con cuántos votos aproximadamente? ¿Con qué bancadas tenemos que hablar para promoverlo, primero en la comisión y luego en el pleno?

Un empresario pregunta a su “asesor legislativo”: ¿Se aprobará el proyecto de ley que afecta al régimen económico? ¿Y con cuántos votos aproximadamente? ¿Con qué bancadas tenemos que hablar para evitarlo?

Al momento de realizar una proyección de votos de un proyecto de ley o de una moción, si lo que buscas es un buen pronóstico, pues debes tener un buen diagnóstico, si lo que buscas es acercarte lo más posible al resultado anhelado, pues debes conocer bien la correlación de fuerzas dentro de este Congreso, a veces amado y a veces odiado; y si lo que buscas es conocer la realidad política pues debes dejar que tu corazón no nuble tu cerebro.

Pueden existir muchos criterios y todos pueden ser válidos teóricamente, desde la ideología que se le mire, pero mi labor es netamente práctica, empírica y utilitaria: si la proyección de votos no acierta, pues no sirve, y si acierta con un margen de error aceptable, pues es útil. Lo importante es la tendencia. La realidad política del Congreso no es tan impredecible como nos han contado aquellos que o bien no conocen o bien conociendo no quieren que conozcamos. Los resultados en mis proyecciones de votos en el Congreso respaldan mi trabajo, como por ejemplo en la última elección de la mesa directiva.

Primero, se debe leer el mapa político del Congreso para diferenciar entre derecha, izquierda, centro y progresistas (de derecha e izquierda). Por ejemplo, Fuerza Popular, Perú Libre, Somos Perú y el Bloque Democrático, respectivamente. Aclarando siempre que este es un ejercicio referencial porque dentro de cada bancada hay universos que ni se hablan.

Segundo, se debe leer el cuadro de perfiles de los 130 congresistas, para distinguir los temas de interés de cada parlamentario, identificando su agenda política o tema bandera. Puede incluso bastar una frase que distinga al congresista del resto de los demás. Por ejemplo, Alfredo Azurín, su tema bandera es la seguridad ciudadana. Una forma rápida de saberlo es revisar en que comisiones son miembros titulares, en todas las legislaturas, y también sus proyectos de ley. Para un trabajo más especializado las entrevistas son la forma indicada. Sus intervenciones en las comisiones y el pleno también, pero en la mayoría de las veces los parlamentarios solo leen lo que sus asesores escriben.

Tercero, se debe diferenciar entre votos oficialistas y de oposición. El circuito en la derecha es el siguiente: Alianza para el Progreso (principal bancada oficialista), Fuerza Popular, Avanza País y Somos Perú, que tendrían una coalición tácita. En el segundo peldaño, a regañadientes, porque no forman parte de los beneficios de estar en el bloque anterior, pero apoyan a Dina Boluarte por ser un “mal menor”, Honor y Democracia y Renovación Popular. En el último peldaño, Acción Popular, parcialmente, que ahora sí puede tener una postura en bloque porque el partido manda. Podemos Perú, que tiene congresistas de izquierda, centro, progresistas y derecha, actualmente, es mayoritariamente oficialista y minoritariamente de oposición, y eso también puede cambiar constantemente, porque nunca tienen una postura en bloque. En la izquierda y el sector progresista: en el primer peldaño están Perú Libre, Bloque Democrático y la Bancada Socialista. En el segundo peldaño, Juntos por el Perú, donde algunos han tenido vinculaciones por el Gobierno, aunque en temas puntuales y excepcionales. En el tercer peldaño está el Bloque Magisterial, porque muchas veces no solo no apoyan las interpelaciones, sino que incluso algunos defienden abiertamente a un ministro en el debate.

Cuarto, se debe diferenciar los votos duros de los votos flexibles. El camino de un voto duro hacia uno flexible en la derecha es el siguiente: comenzamos con Renovación Popular (llamada por sus críticos como la “derecha radical”), Honor y Democracia, Fuerza Popular y Avanza País. En el segundo peldaño están Alianza para el Progreso, luego con Somos Perú, y terminamos en Acción Popular. Podemos Perú, que tiene de izquierda, centro, derecha y progresistas, pues es la “bancada de la inestabilidad del voto”, por excelencia. En la izquierda y el sector progresista, comenzamos con Perú Libre (llamada por sus detractores como la bancada “comunista” o “extremista”), continuamos con el Bloque Democrático (o bancada “caviar”, según sus opositores), seguimos con la Bancada Socialista, luego Juntos por el Perú (donde comienza la inestabilidad del voto), y finalmente el Bloque Magisterial. Podemos Perú y el Bloque Magisterial podrían recibir el título de ser las “bancadas semáforo”, porque muchas veces han votado en verde, rojo, amarillo, e incluso no han asistido al pleno (que en la práctica sería amarillo): es decir, cuatro posturas dentro de una misma bancada, al mismo tiempo. Eso también ha sucedido en otras tiendas políticas, pero en menor medida. El sector progresista se autodenomina de centro, pero llegado el momento no ceden ni un milímetro, en sus votaciones, por ejemplo, sobre la agenda de género, lo que evidencia que no son de centro, por lo menos no en el Perú. La distinción de un voto duro de uno flexible es muy importante, sobre todo en un tema polémico donde la presión mediática normalmente tiene más éxito en cambiar el voto de las cuatro bancadas de centro del Congreso: Alianza para el Progreso, Somos Perú, Acción Popular y Podemos Perú.

Quinto, se debe revisar los antecedentes de votaciones, ya sea del pleno o en las comisiones, analizando los gestos en la misma votación. Si son varias se podría tener una tendencia y centrarse en las más recientes, si son pocas o es una sola votación se tiene que revisar el debate completo de la sesión para conocer la coyuntura exacta. Se debe verificar si fue un voto en bloque de la bancada, mayoritariamente, o solo individual, si las demás bancadas que tienen una postura similar apoyaron o no, si fue por tablero electrónico o de forma oral, si realizó una intervención, leyendo un papel o de forma espontánea, antes de votar, o si cambió de voto en la misma sesión. La inasistencia es un signo de votar en abstención.

Sexto, se debe jugar con los números formales y materiales de las bancadas y los números formales y materiales de las votaciones requeridas para cada tema, planteando escenarios. En los medios de comunicación se comete frecuentemente el error al realizar proyecciones de contar numéricamente las cantidades formales de cada bancada, incluso para justificar su proyección señalan que ya hubo acuerdo de bancada, pero no tienen en cuenta todas las recomendaciones que he mencionado. Por ejemplo, en una interpelación se requiere de 20 firmas para presentarla, y 40 a 44, aproximadamente, para aprobarla. En una censura se requiere 33 firmas para presentarla, y 66 para aprobarla. Ahora imaginemos que la izquierda y el sector progresista, tienen las mismas agendas y los mismos intereses. Si se unieran tendrían 37, con lo cual podrían presentar dichas mociones, sin ningún problema, pero no lo hacen porque no quieren y porque no pueden, lo que demuestra que en su núcleo duro no tienen las mismas agendas ni los mismos intereses, sino más bien son opuestos, muchas veces. Eso significa que los votos duros no son 37 sino mucho menos. En la época de Pedro Castillo y de Vladimir Cerrón, se llegaba a 44 votos duros, aproximadamente, ahora solo tenemos 16 votos duros aproximadamente, que tal vez pueda crecer a 28 aproximadamente, como techo. Todo esto explica porque se sufre para presentar una simple moción de interpelación, a pesar que matemáticamente son 37. Debido a la “derechización” y/o “caviarización”, procesos que tampoco son estables ni conscientes, hay congresistas que los lunes son de izquierda, los martes de derecha, los miércoles del sector progresista, los jueves de centro, y los viernes descansan. Por otro lado, la derecha generalmente llega a los 50 votos duros, aproximadamente, tomando como referencia (aunque no necesariamente a todos sus integrantes) a Fuerza Popular, Renovación Popular, Honor y Democracia, Avanza País, Alianza para el Progreso y Somos Perú. Esto podría crecer a los 65, aproximadamente, si Alianza para el Progreso y Somos Perú (que son votos que defienden lo mismo que la derecha, pero con una posición más “institucionalista”, pensando en la “gobernabilidad” o en ser “moderados”), se comportaran más de derecha que de centro. Luego podríamos agregar a Acción Popular, incluso a una parte de Podemos Perú, pero con la misma lógica que APP y Somos Perú (no contando a todos), y llegar fácilmente a los 70 votos, aproximadamente. Podemos Perú, al ser la “bancada de la inestabilidad del voto”, genera desconfianza en la derecha y en la izquierda.

Séptimo, al momento de elaborar una proyección se debe buscar más que una aproximación matemática una tendencia del voto, porque hay factores materiales que siempre ocurren. Por ejemplo, en la mayoría de bancadas, por cuestiones del azar, siempre hay por lo menos uno que no asiste, es decir, no son 130 los que votan, sino de 110 a 120, aproximadamente, y esto se complica cuando la sesión es obligatoriamente presencial. Esto le ocurre incluso a la bancada más disciplinada que es Fuerza Popular, aunque en menor medida.

Octavo, se debe revisar los pronunciamientos de las bancadas en bloque, primero, y luego los individuales, analizando más que la literalidad los gestos políticos de los protagonistas, distinguiendo entre voceros y congresistas que no ejercen ningún cargo. El vocero tiene más peso, pero solo en una bancada disciplinada.

Noveno, se debe revisar las entrevistas y las declaraciones de los protagonistas, distinguiendo entre lo accesorio y lo principal. Tener en cuenta que muchas veces los congresistas hacen una declaración en un sentido, pero algunas veces, legítimamente o no, para inducir a error. Lo mismo sucede con las llamadas “fuentes del Congreso”. Por ejemplo, en la última elección de la mesa directiva del Congreso, medios de comunicación aparentemente “serios”, publicaban que José Elías sería el candidato de consenso entre Alianza para el Progreso y Fuerza Popular, y que tenían más de 66 votos asegurados, cuando todo era una cortina de humo para ocultar a los verdaderos candidatos y evitar que puedan ser cuestionados antes de tiempo.

Décimo, se debe revisar las noticias sobre este tema, en el transcurso de la semana anterior. Si no hay alertas del Congreso significa que los votos no se han movido. La presión mediática es otro factor que toma relevancia en un Congreso sin formación ni experiencia política: un titular puede cambiar un voto, 10 titulares pueden suspender a un congresista de algún cargo, 100 titulares pueden cambiar, incluso, a un presidente del Congreso.

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Entre la utopía y el rock

Lee la columna de Julio Barco

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Hablar de generaciones poéticas resulta un desafío para pensar una tradición. El hecho de separar a los autores por años y tratar de consolidar un juicio de valor al respeto resulta un desafío. ¿Un autor pertenece a la época según la fecha de publicación o de nacimiento? Según Ortega y Gasset, una generación no es un puñado de hombres egregios: es como un nuevo cuerpo social íntegro. En ese sentido, el trabajo Poliedro (una muestra poética de la generación del 70) de Julio Solórzano Murga nos plantea un mural de lo que conocemos como la generación más explosiva del la mitad del siglo XX. Generación de las utopías, del rock y la necesidad de liberación mental -espiritual, consolidó un conjunto de voces que forman ya parte del coro general de nuestra lírica. Solórzano añade: fue una época de grandes cambios sociales y políticos, impulsados por la dictadura militar. Empezamos por Manuel Morales, el poeta del tambor, autor decisivo por sus poemas urbanos, cotidianos, que van a influir en otros autores, como los Hora Zero (HZ). La calle y las jergas se desatan en la encorsetada lírica nacional. El grupo más beligerante se presenta con Verástegui y Juan Ramírez Ruiz, sin embargo, quedan excluidos otros importantes como Pimentel, Ollé o Mora. Si bien HZ impone el estilo y la ética más hegemónico, apoyados en su manifiesto Palabras Urgentes, hay otras voces insulares que también dan cuenta de los movimientos de la época. Hablamos de Luz María Sarria, Enriqueta Belevan, Óscar Málaga o Luis La Hoz. Se trata de poéticas diversas, marcadas por el tono intimista, el uso del yo referencial y un ritmo bien desarrollado a nivel del verso: Y la poesía se ha vuelto un ejercicio de corsario, afirma Málaga. A diferencia de los HZ, no mantienen una postura ideológica detrás de su poética, solo una sed de aventura y emancipación. Por otro lado, es un acierto incluir a poetas periféricos y poco incluidos en antologías afines (Armando Rojas, Óscar Aragón, Juan Carlos Lázaro, Héctor Rosas Padilla o Mito Tumi) que gozan de aportes sui generis. Así, la segunda edición de Poliedro —gracias a la Sociedad de Poetas y Narradores de Lima—se inserta junto a otras antologías, como Estos 13 de Oviedo, que buscan una fotografía de la época setentera, aún viva e influyente.

(Columna publicada en Diario UNO)

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Las dictaduras que transformaron el Perú

Lee la columna de Tino Santander Joo

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Por Tino Santander Joo

La muerte del dictador Fujimori nos debe servir para reflexionar sobre la historia y el destino del Perú. Los peruanos vivimos en el laberinto del autoritarismo suicida. La república, la democracia, y el Estado de derecho son ficciones ideológicas que se han impuesto en la lucha política por el poder. No olvidemos que con los libertadores llegaron los principios abstractos de la revolución francesa que proponía instaurar una república igualitaria y constitucional sin tener en cuenta las diferencias económicas y sociales del virreinato peruano constituido por dos repúblicas: la de indios y españoles.

Ambas repúblicas convivieron y establecieron una alianza tácita entre Kuracas y encomenderos. Los Kuracas, buscaban acumular poder y riquezas para en el momento oportuno restaurar los viejos reinos y señoríos preincas y los encomenderos querían títulos nobiliarios y riqueza. Las reformas borbónicas y la rebelión de Tupac Amaru impidieron la consolidación de este original pacto político. La independencia criolla marginó al mundo indígena. Los libertadores querían instaurar una nueva Francia. Así, nació la republica minusválida conducida por el militarismo mesiánico. La oligarquía criolla tomo el control del Estado y de la ley para imponer su voluntad sobre la inmensa mayoría.

En el Perú los sentimientos se imponen a la razón; la moral al derecho, y los derechos a los deberes. La mayoría silenciosa se acostumbró a vivir en un mundo de conmiseración y generosidad de las clases dominantes. Los revolucionarios mesiánicos buscan una república de derechos sociales producto de la razón ideológica y no de la realidad. Estas son las circunstancias históricas, en la que surgen los “hombres fuertes” que buscan transformar la realidad de explotación y miseria, y convertirse en los “salvadores de la patria”.

El chino Velasco, no surgió de la nada, fue producto de la guerra fría entre la ex URSS y los norteamericanos. El Apra, el partido de la revolución social y de la reforma agraria había arriado banderas y pactado con la oligarquía agraria. El programa antimperialista y nacionalista había sido olvidado. La oligarquía agraria mantenía a millones de campesinos indígenas en la servidumbre. Los enclaves mineros gobernaban extensas zonas del territorio nacional. La revolución cubana, las tesis cepalianas, y el aprismo auroral penetraron en los militares a través del CAEM y se convirtieron en el programa de la revolución Velasquista.  

Velasco Alvarado, hizo una de las reformas agrarias más radicales de América Latina. Nacionalizó el petróleo, la minería y creó un endeble capitalismo de Estado que se vio interrumpido con el golpe de Morales Bermúdez. Los indígenas se transformaron en campesinos; los cholos en obreros y la oligarquía fue derrotada momentáneamente.

El gobierno revolucionario que presidia el Chino Velasco violó sistemáticamente los derechos humanos. Censuró a la prensa y desterró a sus opositores políticos.  El 22 de junio de 1969 asesino a 14 estudiantes y encarceló a cientos de padres de familias y dirigentes campesinos en Huanta provincia ayacuchana que se rebeló contra el intento de acabar con la educación pública.[1].

El 5 de mayo la policía desalojó violentamente a miles de familias que había invadido en Pamplona alta una parte de los terrenos del colegio Jesuita “Inmaculado Corazón”. Murió Edilberto Ramos un humilde trabajador que visitaba a su madre y hubo 64 heridos entre niños y mujeres. En Cobriza-Huancavelica- la Federación Minera demandaba en una huelga aumento de salarios y la nacionalización de la Cerro de Pasco Corporation. El 5 de noviembre de 1971, los sinchis ataviados de uniformes de obreros ingresaron a la asamblea de los trabajadores y asesinaron al líder sindical Pablo Inza Basilio.

El estatismo asfixiante y la guerra iniciada por Sendero Luminoso fue fundamental para que fracasaran los partidos democráticos y tradicionales como Acción popular, el Apra, y la Izquierda Unida. Sus gobiernos fueron incapaces de enfrentar el terrorismo demencial; la ideología no les permitía ver y entender la realidad. La democracia y la república seguían siendo una ficción. El hambre y la miseria agobiaban a la inmensa mayoría que hastiada de violencia y corrupción exigía un nuevo rumbo.

Alberto Fujimori, no nació para ser el salvador del Perú, las circunstancias lo llevaron a ser candidato a presidente y senador. El chino que pregonaba “Honradez, tecnología, y trabajo” fue elegido presidente sobre Vargas Llosa, representante del liberalismo limeño. Fujimori, se convirtió en dictador e implementó el programa del consenso de Washington; acabó con la hiperinflación y estabilizó la economía nacional insertándola en el sistema financiero mundial.

El dictador Fujimori, no nace de las corrientes liberales peruanas, menos de los grupos de derecha nacional que lo despreciaban por su origen étnico; es producto de la tecnocracia liberal inspirada en el thatcherismo inglés y el militarismo que quería una guerra total contra el senderismo demencial. La dictadura fujimorista apuntaló la república oligopólica de los bancos que controlan la economía nacional al margen de la Constitución que ellos impusieron al Perú en 1993.

Ambas dictaduras transformaron el Perú radicalmente; cambiaron las formas de pensar, sentir, y actuar de la inmensa mayoría. Velasco murió acompañado de inmensas multitudes llorosas hasta su última morada y es recordado con nostalgia por los campesinos. Fujimori, recibe honores de Estado y el reconocimiento de las elites políticas que sienten que su mariscal ha muerto. Fue una dictadura corrupta y violadora de los derechos humanos.

Hegel decía que “todos los grandes hechos (y personajes) de la historia universal, aparecen dos veces”. Marx amplió esta sentencia: “una vez como tragedia y otra como farsa”. ¿La violencia y corrupción generalizada en el Perú actual nos traerá un dictador más violento y corrupto o haremos una revolución social que conduzca al país a la democracia social? He allí el dilema nacional.


[1]Ricardo Dolorier Urbano (1940-2020) fue un músico, poeta y compuso “Flor de Retama”. En homenaje a la heroica lucha de los campesinos ayacuchanos contra el militarismo velasquista.

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MINCUL: semana de cambios

Lee la columna de Edwin Cavello

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Han pasado dos semanas desde la llegada del ministro Fabricio Valencia Gibaja al ministerio de Cultura, dos semanas donde la nueva gestión ha estado evaluando los cambios más urgentes que necesita el sector. Tras conformar un nuevo equipo técnico y analizar el desastre dejado por la exministra Leslie Urteaga, esta semana se inicia un nuevo ciclo en el MINCUL.

Es un hecho que volarán cabezas, ya que es la única forma de purgar un organismo parasitado durante 15 años.   Hace unos días, el primero en irse fue el exsecretario general Marco Antonio Castañeda Vinces, hombre de confianza de Leslie Urteaga, pero él no será el único. Dentro del sector se ha detectado funcionarios en los viceministerios y en las diferentes direcciones que ya tienen fecha de caducidad.

Los cambios se darán de manera progresiva, y una de las regiones donde se trabajará con urgencia es Cusco. Es de conocimiento público que la ciudad imperial tiene varios temas importantes por solucionarse en agenda, entre ellos están la demolición de la construcción del hotel Sheraton, el proyecto de los teleféricos en Choquequirao, Machu Picchu y el caso Joinnus, la reestructuración de la FIL de Cusco y el reciente escándalo provocado por el proyecto de la obra de la Av. Collasuyo, entre otros. En este último caso el cuestionado director de la DDC de Cusco, Guido Byron, hace unos días se evidenció como una persona que no le interesa la protección de nuestro patrimonio. Dejó en claro que por el bien de la modernidad él no se hace problema si desaparecen parte del muro inca que se encuentra en la UNSAAC. Incluso, hizo una interpretación absurda de la Carta de Venecia.

Además, en el MINCUL se ha conformado equipos de transferencia, quienes se encargarán de poner la lupa a la gestión saliente de Leslie Urteaga. Así se conocerá el mal uso del presupuesto, el despildarro de dinero, situación de todos los expedientes, entre otras perlas de la nefasta gestión pasada.

Hay que dejar en claro que, si continúan en el Ministerio de Cultura personajes como Luis Elías Lumbreras Flores, Shirley Mozo, José Rodríguez Cárdenas, Rafael Varón Gabai, José Bastante Abuhadba, Claudio Poma Hermoza, Leonardo Dolores y Guido Byron, entre otros. De nada servirá el cambio de ministro. Es tiempo que el MINCUL deje de ser la caja chica de un puñado de impresentables.

(Columna publicada en Diario UNO)

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Hacia el abismo, de Carlos Trujillo Ángeles

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Carlos Trujillo es ya un conocido escritor en Huancayo, es común verlo en las ferias y presentaciones del centro del país y también en Lima. Su obra se extiende entre el romanticismo puro y duro hacia la poética donde su yo consciente escarba sobre el dolor, la miseria y el amor incomprendido; pero esta vez nos sorprende con un libro oscuro, tenebroso con una mirada puesta en el abismo, tal cual la carátula de un hombre parado en el precipicio o lo que diría Nietzsche: “No mires al abismo porque puedes caer en él”.  Este es su ofrecimiento literario: no leas, no sigas la narración porque tú mismo te puedes descubrir en uno de los personajes, en alguna parte de la narración y nada ni nadie podrá asistirte o defenderte.

El libro está partido en cuatro como una fruta podrida alcanzada por la espada de un Samurái. Y es “Hacia el abismo” el texto que nos abre las puertas para entregarnos un relato cinematográfico a lo Quentin Tarantino donde un exconvicto busca redimirse ante la sociedad y contra todo pronóstico decide rescatar a una meretriz en un bar perdido en la frontera. No se sabe qué exactamente pasa en la consciencia de este antihéroe que decide dar la vida por alguien que no conoce. Pero a base de fuerza, astucia y balas huye con su protegida. Muchos delincuentes y gente de malvivir irán tras de él, le dispararan, lo acorralaran, pero nada lo hará desistir.

La mujer salvada no entenderá bien lo que está pasando o quizás solo sea una lección de vida y tendrá que completar la clase cambiando su derrotero: “¿Por qué había ocurrido todo ello? Hace un par de semanas Susan estaba resignada a su suerte, creyendo que todos los hombres eran malvados y, de repente aparece un extraño dispuesto a salvarla, que le da la oportunidad de comenzar de nuevo y le devuelve la fe en la humanidad. ¿Se habría apiadado Dios de ella? ¿Acaso Hans había sido un enviado suyo? Aunque desagradable y todo, quizás en el fondo, de verdad era un ángel”.

En “Campamento maldito”, siguiendo con la cartelera cinematográfica, Trujillo nos pone al frente de un grupo de jóvenes que deciden divertirse saliendo de la ciudad y yendo a un lugar descampado, pero para su mala suerte se topan con unos asesinos crueles, un perro devorador llamado “Máximus” y un puma. Lo alucinante de esta historia es que en pleno conflicto de intereses y muerte aparece un ser mitológico, el Chulla chaqui, para (im)poner el orden y colocarnos en otro tipo de terror sobrenatural y de paso nos entrega un by pass para la siguiente historia.

“Retrato de un niño llorando” nos muestra a un hombre obsesionado con un cuadro que fue regalado por su abuelo. No obstante, la aureola de malditez del cuadro, el personaje no cree en fantoches ni pantomimas, pero todo a su alrededor va conspirando hacia un abismo personal dominado por el insomnio o el sonambulismo tangente a la locura. Y de pronto, un incendio lo atrapa y lo que parecía ser el producto del retrato del niño llorando se convierte en un terror psicológico, en el producto de una conciencia afectada por sus propios demonios: “Todo había sucedido un solo día. El día que, tras revisar en mis libros sobre el retrato, una noche de apagón en la soledad de mi sala, horas en las que a veces se confunden el estado de vigilia con la del sueño, me quedé profundamente dormido. Por último, lloré la pérdida de la casa y súbito deseo de abandonarlo todo me vino a la mente”.

“Muerte al anochecer” nos narra una persecución, una trampa donde nuestro personaje es cercado por alguien, un demonio, una entidad maléfica, que sabe perfectamente todo lo que pasa a su alrededor y dentro de él mismo. Así el cerco se va estrechando. “¿Y, Jean? ¿Ahora adivinas quien soy? -Croe que sí. Sí, ahora estoy más seguro de quién es, no hay duda -¿Y ahora me puedes decir a qué quieres llegar? -Ya falta poco para que lo sepas. Más bien, ¿te gustaría acercarte un poco para que estos individuos te reconozcan?”

El texto cierra con un “Epílogo a modo de despedida post mortem: “¡Aaah! Si todavía después de muerto / Haya una oportunidad de conciliación, / Aunque sea algo macabro y sombrío, / me gustaría que leyeras esto, / Si es que antes de esto no te has enterado, / Y según lo que pienses / Pongas un comentario, a puño y letra escrito, / Sobre el frío mármol de mi tumba, / Si es que antes no has ido al velorio / Y lo dejas sobre el lecho de mi fúnebre ataúd”.

Carlos Trujillo de esta forma nos sumerge en este mundo cuasioscuro de entidades retorcidas o doppelgangers que se apoderan de una vida y lo licuefactan, trayendo la desgracia y casi siempre la muerte que contrafácticamente no es un alivio ni un punto final, sino el momento de la reflexión, del reinicio lectural porque casi siempre el abismo al que se refiere Trujillo, es uno mismo y no nos damos cuenta.

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Nuevo mapa político del Congreso

Lee la columna de Edison Mamani

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Por Edison Mamani

En el Congreso tenemos 13 bancadas: En la derecha están Fuerza Popular, Renovación Popular, Honor y Democracia, y Avanza País. Esta última bancada con un tinte progresista. En el centro tenemos a Alianza para el Progreso, Somos Perú, Acción Popular y Podemos Perú. En la izquierda tenemos a Perú Libre y el Bloque Magisterial, que a veces parece de centro. A partir de aquí hay una transformación lenta, ambigua pero cambiante hacia el progresismo y/o una derechización: Juntos por el Perú, a veces es más de izquierda otras veces más progresista, la Bancada Socialista es casi en su mayoría progresista de izquierda, y finalmente, el Bloque Democrático, la bancada progresista por excelencia, con su vertiente de izquierda (Sigrid Bazán, por ejemplo), pero también de derecha (Susel Paredes).

Fuerza Popular, es una bancada de derecha, que tiene como bandera el modelo económico y la defensa de la Constitución y, si vemos sus votos frente a Dina Boluarte, es oficialista, aunque con sentido de oportunidad. Es la más numerosa y la más disciplinada, bajo la batuta del partido con Luis Galarreta y Miguel Torres, y por supuesto Keiko Fujimori. En otras circunstancias merecería aspirar a la presidencia del Congreso, pero no lo han hecho por la narrativa de la polarización. Los cuadros que más resaltan son Patricia Juárez, Martha Moyano y Alejandro Aguinaga. En un segundo peldaño estarían Héctor Ventura, Arturo Alegría, Rosangella Barbarán y Eduardo Castillo. Todo en ese orden.  

Renovación Popular, es una bancada de derecha, que se centra en la defensa de la vida y la familia, aunque hay dudas en María Córdova (que ahora es presidenta de la Comisión de la Mujer) y Cheryl Trigozo. Incluso en menor medida en Diego Bazán y Norma Yarrow. Ahora está reorganizada bajo el mando del partido, de López Aliaga. Es oficialista en la medida que apoyan la permanencia de Dina Boluarte, aunque con críticas, y sumado a que han tenido la postura “más dura” o “más principista”, de la derecha, han tenido algunos desencuentros con el resto de las bancadas de derecha, como en la última elección de la mesa directiva del Congreso. Los cuadros que más resaltan son Alejandro Muñante, Esdras Medina, y los ya mencionados Bazán y Yarrow.

Honor y Democracia, es una bancada de derecha, cuya mayoría de integrantes proceden de Renovación Popular. Todos defienden la vida y la familia, excepto Segundo Acuña, quien se ha cambiado de bancada en cuatro oportunidades, y tiene una postura más de centro o “ambiguo” y hasta “progresista de derecha”. Los cuadros que más resaltan son Jorge Montoya y Gladys Echaíz.

Avanza País, es una bancada de derecha, aunque con un ligero tinte “ambiguo” y/o “progresista de derecha”, en los casos de Alejandro Cavero, Karol Paredes y Edward Málaga. El partido no ejerce poder sobre la bancada, y en consecuencia no hay algo que unifique de manera compacta su ideología, aunque todos están a favor de la defensa del modelo económico, siendo Hernando de Soto un referente para algunos. No se puede hablar de cuadros resaltantes porque todos lo son, en mayor o menor medida, aunque Patricia Chirinos y José Williams han tenido un mayor protagonismo político, el segundo incluso fue presidente del Congreso con una postura más de centro, y la primera es más de derecha con un tinte “populista”. La bancada también sería oficialista respecto a Dina Boluarte, bajo la teoría del “mal menor”. A los ojos de los que promueven la “tecnocracia” y la “meritocracia”, serían los “favoritos” del Congreso.

Alianza para el Progreso, es una bancada de centro derecha, la principal bancada oficialista que por el momento apoya al Gobierno, con el argumento de la “gobernabilidad” y la “institucionalidad”, y que casi se ha desligado completamente de la izquierda, o de Pedro Castillo, a quien en algún momento salvaron de la vacancia, o apoyaron su gestión con algunos de sus votos. Los lunares son Roberto Kamiche y Jorge Marticorena (que son progresistas de izquierda, por eso votaron en abstención en el tema Venezuela), Roberto Chiabra, el eterno independiente, y Juan Lizarzaburu y José Elías, también autónomos, pero en menor medida. Los cuadros más resaltantes son Eduardo Salhuana, Lady Camones, Alejandro Soto, y los mencionados Marticorena, Chiabra y Elías. Salhuana siempre ha sido el candidato ideal pero sus diferencias con la dirigencia del partido de APP, en algún momento, le hicieron perder la confianza de César Acuña.

Somos Perú, es una bancada de centro derecha, porque defienden la economía social de mercado, pero también apoya la “gobernabilidad” y la “institucionalidad”, al igual que Alianza para el Progreso, por eso algunos de sus votos en la época de Pedro Castillo fueron en ese sentido, pero en menor medida que APP. Es una bancada descentralista junto a Alianza para el Progreso, por la presencia regional de sus partidos. Su cuadro más resaltante es José Jeri, su vocero natural.

Acción Popular, ahora es una bancada de centro derecha, que hasta antes de la “reorganización”, impulsada desde el partido con Julio Chávez, tenía una relativa vinculación con la izquierda y Pedro Castillo, pero ahora hay una leve inclinación hacia la derecha, con el argumento de que han expulsado a Darwin Espinoza, y ya no hay “manchas de corrupción”, a pesar que todos siguen teniendo investigaciones y denuncias, sin embargo otra hipótesis podría ser que tenían el mote de ser “Los Niños” de Pedro Castillo, al ser la bancada de centro que más apoyó su gestión, siendo este el pecado original a los ojos de la derecha. En concreto, ahora manda el partido y no la bancada, porque se han alineado para poder postular a las elecciones del 2026. Los cuadros más resaltantes son Elvis Vergara, Ilich López, Luis Aragón y Edwin Martínez.

Podemos Perú, es una bancada de centro donde se unen todas las ideologías, desde la derecha (Juan Burgos), izquierda (Guido Bellido y Edgar Tello), centro derecha (José Luna y Kira Alcarraz) y hasta progresistas de izquierda (Heidy Juárez y Francis Paredes). En el partido han acogido a personas que estaban en el entorno de Pedro Castillo, pero en la bancada no hay coherencia alguna como bloque, limitándose a defender, de forma individual, temas populistas sin ningún norte concreto, aunque inicialmente defendían temas de derechos del consumidor, pero que ahora son agendas más del partido que de la bancada. En alguna oportunidad José Luna habló de “institucionalidad” y “gobernabilidad”. El transfuguismo los ha favorecido.

Perú Libre, es una bancada de izquierda, la principal bancada de oposición al Gobierno, a pesar de compartir la mesa con el fujimorismo. Representó para la izquierda lo que Renovación Popular significó para la derecha cuando ingresaron en el 2021: un cambio de perspectiva, más radical para algunos, más principista para otros. Por eso ambas bancadas son el principal “dolor de cabeza” del sector progresista. Es la antípoda de Fuerza Popular, en cuanto al modelo económico. No son antifujimoristas, per se. Es la madre de las izquierdas en el Congreso, cuyas ovejas no quieren volver al rebaño como hijos pródigos, por eso fue la más afectada por el transfuguismo (y por las elecciones 2026), porque empezó con 37 y ahora tiene 11 integrantes: esta es la consecuencia de la ausencia del liderazgo de Vladimir Cerrón y Pedro Castillo. Los cuadros más resaltantes son Waldemar Cerrón, Kelly Portalatino, Flavio Cruz y Américo Gonza.

Bloque Magisterial, es una bancada de izquierda, que ahora parece más de centro por su acercamiento al Gobierno de Dina Boluarte, en algunos casos, y que en su oportunidad era considerada la bancada de Pedro Castillo, por la “lucha sindical”. El Bloque Magisterial materialmente en este momento no existe como ideología, porque sus integrantes están acercándose a partidos con tendencias políticas distintas. Su vocero natural es Alex Paredes.

Juntos por el Perú – Voces del Pueblo, es una bancada que tiene una inclinación al progresismo de izquierda, pero a veces también a la izquierda, propiamente. Esa es la disyuntiva, además del tema de la disciplina partidaria, que por ejemplo provocó que la mayoría de sus congresistas primero hayan salido de Perú Libre, que luego se acercaran a lo que hoy es el Bloque Democrático, y que posteriormente se alejaran de estos últimos, por el factor Antauro, entre otros motivos. Sus cuadros más relevantes son Roberto Sánchez y Guillermo Bermejo, ambos pragmáticos, el primero más inclinado al progresismo de izquierda, el segundo más a la izquierda, y que son los máximos líderes de sus partidos políticos, Juntos por el Perú y Voces del Pueblo, este último en proceso de inscripción. Esta bancada ha tenido un acercamiento con Antauro Humala.

La Bancada Socialista también está en la disyuntiva anterior pero su proceso ya está más avanzado, y más definido, por eso podría afirmarse que son una bancada progresista de izquierda (aunque también hay de izquierda propiamente, como Alfredo Pariona), cuyos integrantes no se han unido al Bloque Democrático, para no recibir el mote de “caviar”, no obstante, tienen más vinculaciones y más coordinaciones con el sector progresista que con Perú Libre. Su cuadro más resaltante es Alex Flores.

Finalmente, el Bloque Democrático, es la bancada progresista por excelencia, de izquierda (como Sigrid Bazán) y de derecha (como Susel Paredes). Es la madre del sector progresista en el Congreso. Su ideología principal es la socialdemocracia. De forma despectiva tienen el mote de “caviar”: derechos humanos, ambientalismo, género, LGTB, aborto, etc. El transfuguismo los hizo crecer en cantidad, pues habían creado Juntos por el Perú, y eran más, pero lo ideológico los ha regresado a donde estaban, por temor a Antauro. Al igual que Avanza País, donde hay algunos progresistas de derecha, en esta bancada tampoco no se puede hablar de cuadros resaltantes, porque todos tienen un liderazgo y protagonismo, incluso cada uno podría ser candidato a la presidencia del Congreso. Promueven el adelanto de elecciones, aunque ya no necesariamente el cambio de la Constitución ni mucho menos del modelo económico. Su agenda tiene presencia mediática, por ello son mayoría en las redes sociales, en algunos medios de comunicación e instituciones, por ese motivo han sacado adelante algunas de sus banderas, constituyendo su mayor logro haber llegado a la presidencia del Congreso con Mirtha Vásquez en parte del periodo 2020-2021, siendo minoría en el Parlamento.

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Opinión

Alberto Fujimori y el Congreso

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Por Edison Mamani

Hoy, jueves 12 de setiembre, el Congreso suspende sesión del pleno tras guardar minuto de silencio por el expresidente Alberto Fujimori. El presidente del Congreso había adelantado que la Mesa Directiva acudirá a su velorio. Ayer, Juan Burgos (Podemos Perú), mediante una moción, había propuesto declarar duelo nacional por dos días, pero el Gobierno decretó tres días de duelo nacional.

Las reacciones fueron las mismas de siempre con un personaje que polariza. Esto se da en medio de la comunicación de Eduardo Salhuana a los 130 congresistas, donde “se les exhorta a suspender y reprogramar las actividades programadas para estos días“.

La derecha consternada y triste, resalta la lucha contra el terrorismo, el control de la inflación y el crecimiento económico, señalando que fue el “mejor presidente en la historia”, y que con su fallecimiento nació la “leyenda”, recordando la captura de Abimael Guzmán, pero no su muerte que coincide con la de Fujimori. En la derecha, Fuerza Popular, Renovación Popular, Honor y Democracia y Avanza País, han emitido comunicados en bloque.

El sector progresista, que domina las redes sociales, lo recuerda como “dictador, genocida, asesino y corrupto”, responsable de “graves violaciones a los derechos humanos”, y de la “década oscura”. Ni siquiera le dieron un minuto de silencio en el Congreso. El Bloque Democrático se pronunció.

En el centro, se publicaron frases como “descanse en paz presidente”. Se limitaron al pésame y no a los “logros” del personaje.

La izquierda también ha criticado y, además de lo mencionado por el sector progresista, hacen referencia por ejemplo a la “privatización del Estado”, pero no son muy visibles ni viscerales.

Sin duda, los comentarios más relevantes han llegado del anti fujimorismo (sector progresista), y de la izquierda.

Sector progresista.

Sigrid Bazán (Bloque Democrático) dice que “no se trata de odio, se trata de memoria”, sobre cosas que esta “mayoría congresal” busca desaparecer con “leyes de amnistía”.

Ruth Luque (Bloque Democrático) y Jaime Quito (Bancada Socialista), se niegan a suspender sus actividades parlamentarias. Luque: “Alberto Fujimori fue responsable de graves violaciones a los derechos humanos y su gobierno estuvo signado por la mayor corrupción de nuestra historia. Fue beneficiado con un indulto ilegal pese a tener sentencias firmes en Barrios Altos y La Cantuta, y pendientes como Pativilca. Mi abrazo y solidaridad eterna a las familias de sus víctimas, quienes hoy recordarán a sus muertos sin haber alcanzado justicia”.

Representando al sector progresista de derecha, Flor Pablo, sorprende: “Mis condolencias a la familia Fujimori. Todos tenemos el derecho de despedirnos y honrar a nuestros fallecidos”.

En la izquierda.

Vladimir Cerrón (líder de Perú Libre): “Con la muerte de Alberto Fujimori comienza el cierre de un período tres décadas de la política peruana, marcado por la institucionalización de la corrupción, la violación de los DD. HH. y la privatización del Estado; así como también, el pretexto ideal de los caviares para su enriquecimiento y la captura del Estado”.

Guido Bellido (Podemos Perú): “Durante su gobierno, eran pan de cada día los abusos de poder, las violaciones de derechos humanos y la corrupción que corroyó nuestras instituciones”.

Guillermo Bermejo (Juntos por el Perú), también habla de dictadura, pero pide que “construyamos el país que soñamos sin rencores ni revanchas, pero con memoria, justicia y verdad”.

Margot Palacios (no agrupado): “Falleció el ex dictador Alberto Fujimori. Le puso su apellido a un periodo nefasto para la historia del Perú. Irónicamente, se fue el 11 de setiembre, sin que sea juzgado por todos sus crímenes y eludiendo las sentencias aplicadas por la Justicia, y sin resarcir a sus víctimas, ni al país. Su mal gobierno desestructuró hasta hoy a la sociedad peruana. Con todo respeto a la temporalidad del ser humano, decimos: Fujimori, nunca más”.

Por otro lado, en la derecha sorprendió un comunicado de Diego Bazán (Renovación Popular): “Falleció el expresidente Fujimori y pasa a la historia del Perú, dónde se realizará, sin apasionamientos, el verdadero juicio de su obra”.

Recordemos un poco su historia vinculada al Congreso.

El 5 de abril de 1992, dio un golpe de Estado. Disolvió el Congreso, que era bicameral, argumentando que era “obstruccionista”. No tenía mayoría en ninguna de las cámaras, 32 diputados de 180 y 14 senadores de 62. Instauró un “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”. Convocó a un Congreso Constituyente que promulgó una nueva Constitución Política en 1993. Con la denominada ley de interpretación auténtica postuló a los comicios del 2000 y, en medio de denuncias de fraude, obtuvo la victoria.

Renunció después de la revelación del primer “vladivideo”, donde se ve al exasesor Montesinos entregarle US$15 mil al excongresista Alberto Kouri, a fin de que este pase al fujimorismo; pero dicha dimisión fue rechazada por el Parlamento, que declaró su vacancia por “permanente incapacidad moral”. Decidió aceptar postular como candidato al Senado del Japón, sin ningún resultado. Fue condenado por los pagos ilegales a los congresistas tránsfugas, entre otros temas.

Tras su salida en libertad, solicitó al Congreso que se le comience a pagar una pensión vitalicia como expresidente. Ahora esa pensión se dejaría de abonar, debido a que no tiene una viuda o un hijo menor de edad al que le correspondería recibir el pago.

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Opinión

Simón del desierto, de Luis Buñuel (1965)

Lee la columna de Mario Castro Cobos

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En el pingüe negocio de la fe, y no de la fe en uno, y ya que se trata de lograr la salvación -en tiempos el artículo más codiciado- no hay ningún problema en creer de todo corazón lo más absurdo porque se trata de una prueba puesta por Dios ante la cual no es nada la humilde razón que presuntamente él mismo nos ha dado. ¿Para no creer en ella? Siempre se le puede dar a lo que sea un giro aparentemente lógico. Y ajustarse así a la verdad revelada. En realidad, estoy hablando de poder, de política, de control de las masas. De esclavos obedientes. Y en cuanto a esto, el ojo de Buñuel no falla. Simón es parte de la gran campaña publicitaria en una sociedad que renuncia a darse el trabajo de pensar.

Años van, en mi caso, y veo esta película tan llena de sensatez y con una vocación de juego y diversión (sin perder por eso rigor), más que nunca como un chiste, aunque amable, muy feroz, un dibujo, un dibujo animado que nunca me desanima, que va con divina paciencia desgranando a su personaje y sus relaciones con los otros y consigo mismo. Siento en Simón del desierto casi una textura de novela gráfica, de manga, de comic. De exposición constante de casos. Un disfrute de irrealidad, que por supuesto golpea y acaricia con ejemplos muy reales. Figuritas que se mueven, bonitos juguetes que producen placer viviendo su fantasía. La película se me ha vuelto amable, no amarga, creo que ahora capto mejor el vaciamiento de su contenido religioso, en el acto de dinamitar el mecanismo desde dentro, luego de meterse provista de sana ironía en las entrañas del monstruo, de la fábrica de terrores de la religión cristiana.

Olvidé decir que también me parecía un sueño lúcido. A la vez que una máquina trituradora. Tenemos aquí a un héroe de la negación del mundo, que niega una larga lista de placeres, que busca una vida supuestamente más alta en lo alto de su columna. Pequeña, ridícula, irreal, poética, sublime. O solo tonta.

Así, la tentación diabólica no podía ser más que una mujer… En una sociedad machista, autoritaria, patriarcal, que le atribuye prácticamente el origen del mal… ¿Cómo controlar al demonio? ¿Inventando a Dios?

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