Foto: Andina.
Uno de los eventos que se realiza en Lima en el mes de julio es la Feria del Libro, una feria que es organizada por la Cámara Peruana del Libro, que supuestamente es una asociación gremial y cultural de derecho privado y sin fines de lucro. Sin duda es toda una fachada, porque lo único que buscan es lucrar, sin importarles la promoción de la lectura ni el tema cultural.
Dentro de toda la mala gestión que está teniendo Germán Coronado (Presidente de la Cámara Peruana del Libro) lo más criticado en la actualidad es el costo que la entrada que tendrá la feria, ya que este año se cobrará 7 soles. Además, los que no son socios tendrán que pagar 250 soles si desean presentar algo en la Feria del Libro de Lima. Algo que nunca ocurrió.
El rechazo contra los nuevos precios es masivo, muchos escritores, críticos literarios y editores se han pronunciado en redes sociales y en artículos de opinión, incluso se está realizando una feria del libro paralela que lleva de nombre ANTIFIL. Sin duda, una respuesta clara contra el abuso de la Cámara Peruana del Libro.
Aquí escritores, editores y críticos se pronuncian sobre el costo de la entrada a la Feria del Libro de Lima.
ELOY JÁUREGUI
La cultura y los libros, es en el Perú como una muchacha bella, delicada muy frágil. Los fenicios la han ultrajado de siempre. Desde los imprenteros inclementes hasta los usureros de la librería Crisol pasando por Manuel Scorza. Han cambiado las directivas de la Cámara Peruana del Libro, han purificado el ambiente pero la roña continua. Imaginación, qué falta de imaginación señores para evitar que el comprador de libros sea el perjudicado con una entrada que la FIL anuncia que sube a 7 Soles. Si fuese Mistura donde los comerciantes lucran con el Chancho al palo, acepto que por el ingreso se pague 25 Soles. Eso es cosa de cerdos. Pero que en una FERIA de libros se asalte a los lectores que asistimos a comprar obras no a precio de librería sino con el descuento natural de la muestra y exposición, tengo que decirlo, es también una chanchada. Si no fuese por no fallarle a mis amigos, NO VOY CARAJO.
GABRIEL RUIZ ORTEGA
Gastar siete soles en una entrada a una feria internacional del libro en Perú sí es percibida como un abuso y una medida por demás pendeja por las miles de personas que frecuentan las ediciones de esta feria, por las miles de personas que ahorran para gastar lo ahorrado en precisamente libros durante los días feriales. Ni hablar de las personas que no tienen los suficientes recursos económicos, ni hablar ni discutir al respecto, porque, aparte de ser la mayoría, son las que percibirán la feria como un espacio al que solo puede ingresar una élite, una clase privilegiada que sí puede acceder al consumo cultural. Sorprende para mal una medida como esta, pero también es un fiel reflejo, una radiografía sin afeites de las personas que componen el llamado poder cultural en Perú, quedando en evidencia su desconexión con la realidad social peruana, atarantados en gestiones para ser celebradas en cámaras y lejanos del discurso cultural que suelen predicar hasta el cansancio. Es decir, por donde se le mire, esta medida de comerciante a lo bestia hace quedar muy mal a toda la CPL y, de taquito, a las instituciones que apoyan esta edición de la FIL.
RODOLFO YBARRA
Siete soles cuesta un kilo de huevos, un kilo de pollo o un kilo de espinacas (si eres vegetariano). Siete soles cuestan dos cervezas en lata, dos kilos de arroz, un pasaje a Canta, Mala o a Huacho, o un menú en cualquier restaurante proleta del centro de Lima. Siete soles es la cuarta parte del jornal que gana un obrero al día; e incluso, en muchos casos, es todo el ingreso que recibe un jubilado para subsistir un día cualquiera en un país de ficción llamado «Perú».
ALINA GADEA
Me parece inconveniente porque hay una afluencia de gente que se va a retraer. No asistirán o en todo caso no llevaran a su familia o irán un solo día. La feria es un espacio inclusivo. Eminentemente popular y masivo, permite la divulgación de la cultura. Un bastión en medio de una sociedad con difícil acceso al libro.
JAMES QUIROZ
Una barbaridad. Tomando en cuenta el concepto elitista y selectivo que tengo de esa feria, el precio no hace sino alargar la brecha que existe entre los actores y los directores de este espectáculo que es el mundillo literario. A esto hay que sumar la supuesta calidad de los participantes y que es lo q verdaderamente representa para el Perú. Las ferias deberían ser gratuitas. O a lo sumo tener un valor simbólico.
LUIZ CARLOS REÁTEGUI DEL AGUILA
Opino que no es acorde con nuestra realidad, ni económica porque estamos en crisis de decrecimiento, ni cultural, porque seguimos siendo uno de los últimos países en comprensión lectora, la cultura debe estar al alcance de la gente, ponerle precio es ser excluyente y hasta discriminatorio. No frivolicemos la cultura, el verdadero interés es el colectivo, no el provecho de propio de unos pocos.
MARTÍN ROLDÁN
Que es antipopular. Siete soles afecta a una familia, que si quieren ir todos por lo que pagan ya se está perdiendo la compra de un libro, que es se supone el objetivo de una feria.
ALEXIS IPARRAGUIRRE
Debería ser más barato si la función es difundir la adquisición de libros. 7 soles es un taxi de tramo medio.
FRANCISCO JOAQUIN MARRO
La Cámara Peruana del Libro es una institución con fines de ultra lucro, ellos pueden cobrar lo que les dé la gana, es capitalismo, es el sistema. El problema está que la FIL se promociona y basa todo su capital simbólico en el prestigio de los escritores y en una falsa percepción que brinda al público sobre su aporte cultural, cosa que esta subida de precio demuestra como una falsedad enorme. Los escritores nóveles, aparte de pagar por publicar sus novelas, deben incrementar el precio de sus ejemplares si es que desean que la imprenta, digo, la editorial que los ha publicado aparezca en ese evento, cuya oficialidad toda la ciudad letrada critica más nunca sabotea. Todos, incluso el menos conocido, incluso el menos «talentoso», todos sin excepción, con su sola presencia, ratifican y avalan el poder de representación cultural que ha obtenido la FIL Lima, y por supuesto callan por temor a la censura y el ninguneo, con la esperanza de un día ser reconocidos, aunque bien pueden esperar sentados y pudrirse en el intento. La verdad es que los escritores no necesitamos una feria del libro, yo pienso que necesitamos una feria de literatura, así no tendríamos que competir por acaparar a un público que solo busca el último libro de Walter Riso, un libro de ilustraciones de Barney o las futuras memorias de Mario Hart o Mayimbú.
MIGUEL RUIZ EFFIO
Creo que es una medida que afectará, sobre todo, 1) a quienes en los últimos años se han acercado a la feria respondiendo al impulso que se ha querido dar a la lectura y al libro (nuevo público) y 2) a quienes acuden más de una fecha, porque están interesados en las actividades culturales. Por lo tanto, contraproducente.
MARTÍN ZUÑIGA
Pues si ves la oferta de escritores que llegan esta vez, me parece justificado, más cuando cuesta casi lo mismo cada evento del Hay Festival en Arequipa. Por otro lado, lo que sí tendrían que medir son los expositores como el costo de la entrada afecta sus ventas. En la FIL de Arequipa cuando cobraron un sol, las ventas cayeron un montón.
PEDRO FÉLIX NOVOA
Estoy en contra, muy caro la entrada. Deberían dar en todo caso bonos o vales de descuento especial con la entrada para comprar libros de oferta o algo así.
JUAN PABLO MEJÍA
Creo que el asunto de fondo no es el precio en sí, sino la oferta cultural por la que pagas ese monto. Es decir, si a tu programa le integras conferencias (para público en general y especializadas), muestras gráficas y pictóricas, proyecciones, conciertos, etc, además de solo presentaciones de libros, estoy seguro que no habrían argumentos para reclamar. Creo, además, que una forma de poner en valor el trabajo de un creador, es asignarle un precio. Acá se acostumbra que todo sea gratis, o que tenga un valor simbólico a lo mucho. Por eso ambas cosas deben ir de la mano: una buena oferta, justifica un incremento en el costo.