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Literatura

José Rosas Ribeyro “Santiago Roncagliolo me dijo: estoy haciendo un guión sobre Javier Heraud, y no tengo ni idea quién es Javier Heraud”

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JOSÉ ROSAS RIBEYRO

“Santiago Roncagliolo me dijo: estoy haciendo un guión sobre Javier Heraud, y no tengo ni idea quién es Javier Heraud”

Entrevista Luis Chávez A.

Comencé a morir el cinco de marzo. Yo nací un cinco de marzo, y eso es estrictamente cierto, porque todo el mundo empieza a morir el día de su nacimiento. Te imaginas si es que fuéramos eternos; qué aburrimiento.

Por un instante, al oírle hablar así, me acordé que Jorge “Veguita” el librero más querido de Lima, que hoy no respira más el aire turbio de este mundo, decía: “La eternidad debe ser más aburrida que la puta madre”.

José Rosas Ribeyro piensa lo mismo al decir eso, y al escribirlo en su poemario “Contemplaciones” (Apuntes de un sobreviviente),  recientemente presentado a su paso por Lima, solo nos hace la más pura y esencial revelación de que somos todo y nada, vida y muerte, y sobre todo, más cuerpo que espíritu, porque eso sí, a la hora de escribir los versos, necesariamente tendrá que estar en un estado particular.

Luego de visitar a los amigos dejados en el tiempo limeño, Rosas Ribeyro en el fragor de la tertulia, nos habló de su pena de muerte que obviamente no se ejecutó, de su deportación en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, de su paso por el movimiento infrarrealista de México, y del bendecido Octavio Paz. Así como de su amistad con el desaparecido Roberto Bolaño, y su experiencia en la revista Marka, tanto como la maldición de los Ribeyro…en la que Julio Ramón le reveló sus impresiones en algún momento.

–          Háblanos de tu último poemario Contemplaciones. ¿Por qué, apuntes de un sobreviviente?

Porque como se ve en la foto que puse al comienzo del libro, estoy allí con tres personajes, Roberto Bolaño, Mario Santiago (Papasquiaro) y Cuauhtémoc Méndez, tres de los poetas que eran del movimiento infrarrealista en México, bueno, Roberto Bolaño chileno, pero formaba parte de ese grupo. Y un día me di cuenta al ver esa foto, y me digo, pucha Roberto está muerto, Cuauhtémoc está muerto, y yo soy el único sobreviviente, entonces creo que ahí quedó lo del sobreviviente. Soy el único sobreviviente de esta amistad con estos tres cuates. Y después hay otras cosas, pues, soy sobreviviente también de una pena de muerte que me puso el ejército de Liberación Nacional, por indisciplina, cuando hacía mi preparación para ser guerrillero, y nunca me fusilaron, pero el hecho formal es que se me condenó a muerte. Y soy sobreviviente de una “ahogada” cuando tenía doce años, donde casi muero.

–          En el poemario también veo que hay prosas que al parecer han estado guardadas para enfriar a través de tus años, en el que reflexionas sobre la vida, y en especial reivindicas al “cuerpo” como instrumento de vida.

Yo parto de la teoría de que toda la literatura es cuerpo. Es decir, que sin cuerpo no hay literatura, ahora, hay quienes dicen que no. La vez pasada cuando publiqué la novela País sin nombre, yo decía que una novela no es más que una confrontación de cuerpos, y no puedo escribir fuera del cuerpo, porque es lo único que tengo, porque yo no soy creyente, y no creo en espíritus, en las almas, ni nada; y lo único que tengo en esta vida, y por lo cual estoy vivo; es el cuerpo, y un día se muere el cuerpo, y desparezco yo. Y estos apuntes son los apuntes de este cuerpo en diferentes estados, sobre la vida, sobre el cuerpo, y mucho sobre la muerte, ahora hace un momento me llamó una periodista y me dijo: oye José, lo acabo de leer, y ¡no te mueras ah! Porque en tu libro hay mucha muerte.

–          Mucha muerte pero que está llena de vida

Sí, es una muerte llena de vida. Cuando dice: “comencé a morir el cinco de marzo” yo nací un cinco de marzo, y eso es estrictamente cierto, porque todo el mundo empieza a morir el día de su nacimiento, y yo tengo la teoría que dice que cuando hay una mujer que pare, da vida, yo digo que no, que se da muerte. Y justamente porque tenemos la muerte es que pues, vivimos, sino, te imaginas si es que fuéramos eternos; qué aburrimiento.

–          ¿Eres un escritor que escribe poesía, o eres un poeta que  escribe narrativa? ¿Crees en esas clasificaciones?

No. Yo escribo lo que convenga con el momento. La única diferencia que yo haría, es que quizá al escribir poesía, hay una mayor preocupación por la música, por el ritmo interno del texto, y de la misma manera que puedo escribir una crónica, o narrativa directamente, necesito un poco de disciplina y sentarme enfrente de la computadora, y ya está. Por el contrario, no puedo ser así para escribir este tipo de texto, y tengo que estar en un estado particular.

–          La deportación que sufriste en la época del general Velasco Alvarado ¿te hizo un bien? Pues luego pudiste viajar mucho.

Lo que no mata engorda, decían los antiguos, y es evidente que es negativo que un día te cojan del trabajo y te metan en una…y no sabes si te van a matar, y pasas unos días preso, pues hasta el día de hoy considero que ha sido uno de los momentos más horribles de mi vida, y si me condenaran a diez o quince años de prisión, no sé qué hago, me muero, o me suicido,  pero yo pasé diez días y fueron insoportables. Después te echan, y vas a un país, y caes bien, porque es el país que querías llegar, dónde tenías algunos amigos, etc. entonces finalmente no hay mal que por bien no venga, porque después te llegan cosas, y sin la deportación, probablemente nunca hubiera encontrado a esta gente, y mi vida no hubiera sido igual, y no sé si me hubiera ido a Europa.

–          Los infrarrealistas de tu época decían que tenían que volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial, y eran contestatarios y algo iconoclastas, ¿Crees que ha sido un fracaso para los jóvenes poetas y narradores de los sesentas o setentas que buscaban revertir el sistema desde el punto de vista político?

Desde el punto de vista político no. Porque desde ese punto de vista, todo ha sido una desgracia, toda la izquierda de América latina en esa época fue muy bonito, y nadie te quita lo bailado.

–          Porque fue una moda.  

Y claro, porque había algo que seguía interesando a los jóvenes, porque había vida, era intenso, había joda, había calle, había todo. Y eso no está mal, pero políticamente fue una desgracia, y el resultado es lo que pasa hoy, pero eso no quiere decir que no haya habido cosas positivas. De hecho, hoy día el mundo literario peruano no es el mismo que era cuando yo era chico, porque era un mundo de cuatro gatos, cuatro personas, y nadie entraba a ese mundo. Y ahora se ha abierto, ahora hay miles de poetas, de todas partes, que vienen de todo sitio, y en México igual, cuando antes del infrarrealismo, había unos pequeños grupitos de poetas alrededor de un mandarín, de un Papa, Octavio Paz, o fulanito, o sultanito, y se acabó. Y a partir del infrarrealismo, ya era toda una corriente, toda una serie de jóvenes; yo he ido a México a participar con dos infrarrealistas en las afueras, en una de esas ciudades enormes y muy populares, y hay  toda una cantidad de gente que te recibe, ¡pucha los infrarrealistas! Y no sé qué, y todos quieren escribir, hacen talleres de poesía, y todo el rollo,  y eso que decía Lautréamont “La poesía puede ser hecha por todos” y por eso los recitales de poesía no tienen  por qué ser cosa de niños “bien” en sus pequeños salones, sino que pueden salir a otros lugares.

–          Y hablando de Octavio Paz, en esa época, ustedes detestaban su imagen, ¿llegaron a  sabotear algún evento de él?

Allí hay diferentes cosas, porque yo siempre he respetado a Octavio Paz, y me parece uno de los más grandes ensayistas de América latina, y pueden decir lo que sea sobre su posición, pero como ensayista tiene libros absolutamente fundamentales, y el libro sobre Sor Juana Inés de La Cruz, es una maravilla absoluta; “Los hijos del Limo” sobre la poesía contemporánea, o sea, la tradición y la ruptura en la poesía, es magnífico, y como poeta; nunca me gustó demasiado, salvo sus poemas largos, tiene unos largos que son bastante buenos. Entonces, yo nunca detesté a Paz, pero ellos detestaban a Paz porque lo habían sufrido, y lo sufrían en la medida de que ellos no venían, ni estaban en la mafia, y si no estás en su pequeña mafia, en fin. Aunque Octavio Paz, yo creo que tenía valores, pero estaba rodeado de una mafia de mediocres y aduladores, y esos no dejaban entrar a nadie, y entonces Mario Santiago, alguna vez fue a una lectura de Octavio Paz, y Paz leía, y entonces él (Santiago) se levanta con sus propios versos y se pone a leer a gritos al mismo tiempo que Octavio Paz.

–          Era todo un provocador

Y por eso lo sacaron a patadas y le rompieron una pierna. Y Bolaño, era menos; él hablaba mal de Paz y todo, pero también lo admiraba, y cuando se fue a España, ya comenzó a reivindicar a Paz, etc.  El personaje además tampoco ha sido lo más abominable que hay en el mundo, por todas partes hay peores que Octavio Paz.

–          ¿Algo muy singular o entrañable que puedas recordar de Roberto Bolaño, en el grupo que ustedes conformaban?

Mira, en realidad fue una imagen. Cuando yo llegué, todos eran poetas inéditos, pero ahí se las había arreglado Roberto para hacer una pequeña publicación, y entonces sacó una pequeña plaqueta que se llama Reinventar del amor, creo. Y entonces, vamos a la imprenta, y no puedo olvidarme la escena cuando sale de allí con sus plaquetas en la mano saltando como un niño, y me agarra de los brazos, y allí me escribe una dedicatoria, pues yo tengo un ejemplar de Reinventar el amor con un texto de él muy extraño que se pone a escribir, y algún día lo publicaré, y no es exactamente una dedicatoria para fulanito de tal, pues, él se puso a escribir un texto así raro sobre mí, y eso no lo olvidaré porque parece ahí un niño, y estaba tan feliz, y allí me di cuenta de la diferencia que había entre Roberto Bolaño  y este otro Mario Santiago. Roberto Bolaño empezaba una carrera literaria, y la rebeldía, y la oposición a todo; era para hacer una carrera literaria, y el otro, Mario Santiago, también era la rebeldía,  pero para autodestruirse.

–          Bolaño se fue a Europa y le fue muy bien

Sí, además siempre quiso publicar, mientras que el otro no quería publicar, no quería hacer nada, casi lo forzaban, y se perdían los poemas.

–          Hablando de las anécdotas que nos cuentas, ¿tienes un diario personal?

Así es, desde 1977 tengo un diario. Cuando llegué a París, y estaba jodido, éste me permitió sobrevivir porque me daba cierta distancia frente a las cosas, porque estaba muy deprimido, de repente yo creí que sabía el francés, y no entendía nada, y entonces este diario comenzó a volverse una especie de manía, y eso es lo que necesitas, plasmar allí, y en el fondo un diario es un poco absurdo, porque es como reproducir la vida en el papel. Pero para mi ha sido fundamental para poder existir, y sigue ahí, aumentando el volumen. Preparé también dos volúmenes como para publicarlos, corrigiéndolos, etc., porque hay ciertas normas frente a un diario, no se puede traicionar por ejemplo, corregir todo, y si dijiste fulano de tal es una mierda, y después dices, no era tan mierda, pero pones fulano de tal es formidable; y eso es traicionar, y no se puede hacer eso, porque si antes lo pusiste, y después diez años después ya no lo crees, pero tiene que aparecer que fulano es una mierda, sino no tiene sentido. Por eso que en el diario de Ribeyro dice que yo soy una mierda, en algún momento “este sobrino es un cabrón”, y Oscar Málaga también dice horrores. Y el diario es eso, pero yo quisiera publicarlo, pero ¿quién me publica un diario?

–          Pero, Ribeyro lo hizo.

Sí, claro. Ha publicado tres, y son once volúmenes de diario inéditos que están atracados, y no se pueden publicar, porque la familia se opone, la mujer sobre todo.

–          Como no lo hizo la María Kodama viuda de Borges.

Se supone que no lo tiene ni la mujer, ni el hijo, porque si no lo queman. Y a mí me dijo Julio Ramón, que se lo había encargado a una persona.

–          Y la experiencia de Estación Reunida, ¿crees que marcó el quehacer literario de los setentas?

Ahora si nos fuimos a la prehistoria (risas). Bueno, allí publicó por primera vez José Watanabe, y hoy Watanabe es un poeta muy reconocido, también lo hizo Tulio Mora, que también es más o menos reconocido, publicó Elqui Burgos, entre otros. En ese sentido sirvió para algo, y yo impulso a lo que llamo el segundo aliento de la generación del 68, porque yo no creo en eso de que haya generación del 60 y 70, sino un solo grupo como el del 68, más o menos como ha hecho Flores Galindo para la historia, y las ciencias sociales.  Él habla de una generación del 68, y no veo por qué ese tema no sería aplicable a la literatura, porque es exactamente lo mismo. Entonces hubo el grupo de Heraud, Cisneros, y Hernández, y allí viene una nueva ola, y en esa ola sale primero Estación Reunida. El problema es que Estación Reunida no quiere ser grupo, y casi se diluye, y entonces viene Hora Zero, y ellos se llevan las banderas, porque si hacen grupo, y se ponen parricidas, nosotros (Estación Reunida) nunca quisimos ser parricidas con nadie.

 

–          Hicieron mucho ruido entonces.

Sí, claro. Y nosotros no hicimos ruido, porque nuestra intención era otra, Estación Reunida era mucho más política, además, por algo estaba financiada por Cuba.

–          ¿Y tu paso por la revista Marka?

–          Te causó los problemas que ya todos sabemos.

Sí. Era un lío también todo eso.  Yo llegué a la revista Marka porque me llevó Leoncio Bueno, y Jorge Flores Lama, un ingeniero buena gente que era el que la dirigía, era muy amigo de Leoncio.

–          Que hoy increíblemente recibe una pensión de algo de 250 soles.

Increíble eso con Leoncio. Entonces Flores Lama, le dijo a Leoncio que se encargara de la sección de cultura, y éste salió con que era un obrero, y que no es así. Y algo de cierto tiene eso, y al mismo tiempo es un excelente poeta. Entonces Leoncio le dice a Flores Lama, –yo te voy a traer a alguien—entonces me busca y me dice –José, tú eres el hombre—eres un jodido para esto—entonces me lleva, y Jorge Flores lo que dijera Leoncio lo aceptaba, porque le tenía una adoración. Y así entré yo a trabajar ahí, como un pelo que cae en la sopa, con gente que nunca había visto, como Humberto Campodónico, que era el que ponía la plata, que tenía estas ediciones Horizonte, y entonces comenzaron hacerme la vida imposible, puesto que iba a ser una revista con fuerte presencia de cultura, y yo tenía la responsabilidad de 4 o 5 páginas, cada quince días, pero tenía que pelearme para que me dejen una o dos páginas, porque con la política invadían todo, y faltaba espacio, y como yo era minoritario y había votado en contra en el consejo de redacción cuando se fundó la revista para escribir el editorial de fundación, y la mayoría planteó un apoyo crítico al gobierno, y entonces votaron por el apoyo crítico, y yo voté en contra, y dije critica sí, ¿por qué vamos a poner apoyo?, critiquemos, y si está mal, no me caso, y nadie me obliga, y todos trataron de sobrevivir, pero igual los echaron a todos, porque la deportación les llegó a todos. Yo era muy joven, tenía 25 años, pero fue bastante difícil, porque cada quince días había unas peleas para tratar de mantener mi página.

–          José Miguel Oviedo te antologó en “Estos trece”. Dime ¿Cómo se gestó la antología?

Mira, yo nunca hablé con Oviedo en mi vida, salvo, hace unos años en París que encontré a un Oviedo viejo que arrastraba los pies, pero en aquella época de la antología nunca hablé con Oviedo,  pero no sé exactamente como fue, porque Oviedo tuvo esa idea, aunque creo que fue Mirko Lauer y su gente, pero la idea estaba simpática, y Oviedo no conocía a nadie, salvo a Abelardo Sánchez León, que era de buena familia, entonces a él si lo conocía, y quizá a Cillóniz también, y tampoco conocía a los salvajes de Hora zero, pero sin embargo trabajó con Jorge Pimentel, que era algo increíble. Y un buen día me llegó la noticia, y mandé los poemas, y luego envió un cuestionario, y mandé a la mierda diciendo que yo no respondía ese cuestionario, porque era infantil, y nos trataba como niños, con preguntas ¿cómo hace usted deporte? -¿tiene algún hobbie?, etc. y algunos respondieron, y Balo Sánchez León respondió: -sí, yo nado- y quiso hacerlo bien a la americana con esas preguntas ingenuas, pero yo me negué, de esa gran boludez.

–          Y hablando de boludeces. En Biarritz, esa ciudad al suroeste de París, te encontraste con Santiago Roncagliolo, y te dijo que él pensaba que los poetas sesenteros no eran “folladores” y que Javier Heraud había muerto virgen. 

Mira, él (Santiago) estaba escribiendo un guión para una película sobre Javier Heraud, y no tenía la menor idea de quién era Heraud. Y él estaba invitado a un festival de cine, y de cultura latinoamericana, y entonces nos encontramos con Santiago, a quien yo no conocía particularmente, y al salir nos fuimos a conversar y a tomar unas cervezas hasta tarde, y entre conversa y conversa, le pregunto qué estás haciendo ahora, y me dice: estoy haciendo un guión sobre Javier Heraud, y no tengo ni idea quién es Javier Heraud, pero me han encargado el guión y he comenzado a averiguar. Y a quién has encontrado- le dije- a Arturo Corcuera y a Hildebrando Pérez, y le dije: trata de ver a otros también, porque ahí estás viendo a todos los viudos, pero también anda a ver a Rodolfo Hinostroza que tiene otra versión, porque él estuvo en Cuba con Javier Heraud; y admitió que no tenía idea de que Hinostroza había estado en Cuba con Heraud, y allí me dijo: -oye, yo creo que estos poetas del sesenta no cachaban– y por qué dices eso le pregunté, -por Heraud- respondió. Y le admití lo que yo pensaba sinceramente, -mira, yo creo que era homosexual- pero eso no me ha dicho Corcuera- (insistió Santiago)  y le dije – y si Corcuera sabía que era homosexual, tampoco te lo diría, y menos Hildebrando- -pero tenía una noviecita- insistía –sí le dije, una noviecita para ir de la manito, pero no creo que para más. Y la verdad, luego no se qué fue de ese guión, y si puso algo de esa conversa, que fue un poco extraña.

–          José tienes un hijo al que le gusta más la matemática que la literatura.  

Mira, él ya tiene dieciocho y sí lee, pero su locura son las matemáticas, y también ha habido poetas que han sido matemáticos, en Francia hay un gran poeta que es matemático Jacques Roubaud, y quizá por allí podrá llegar algún día.

–          ¿Qué pasa con la prensa local con respecto a tu nombre, es una maldición llamarse JRR?

Me dio una rabia cuando vi eso, y lo puse en el facebook. Y de repente me acordé cuando un día conversaba con Julio Ramón Ribeyro en  París, y hablando de sus ediciones que habían sido siempre una porquería, y habían salido horribles, llena de errores, y entonces él me dice: es la maldición de los Ribeyro en la literatura peruana.

–          ¿Y lo has tomado deportivamente que te llamen José Ruiz Rosas?

Sí, porque dije mi pobre hígado va a sufrir por esto, y creo que sí, es la maldición de los Ribeyro, porque en verdad somos tres Ribeyro afectados por la maldición. Uno fue Julio Ramón, que publicó mal, las ediciones llenas de faltas, incluso hubo edición que hizo Scorza, que fue una desgracia, pues le faltaban páginas, toda una desgracia. Y yo tuve otro tío que se llamó Eduardo Ribeyro, que quiso ser cuentista toda su vida, y fracasó rotundamente, y se le cerraron todas las puertas, era periodista, trabajaba en La Crónica, y publicó un par de libritos por ahí, que nunca nadie le hizo caso, y se murió hace poco.  El otro día encontré no sé adónde, una antología de cuentos peruanos, y noté que le habían antologado; si él hubiera sabido eso, creo que renace, porque el pobre hombre fracasó absolutamente en la literatura, pues, nunca nadie le hizo caso, y ese es otro Ribeyro, y allí en esa antología le ponen un cuento. Y el otro Ribeyro pues, soy yo, que me cambian el nombre, y las cosas que pasan el jueves, la anuncian el viernes, y así me pasa siempre.

–          ¿Qué opinas de la movida cultural limeña, crees que ha crecido?

Mira, a mí lo que más me choca de todo esto es que en los años setenta cuando alguien leía, todos estábamos allí, y nos quedábamos, y había un dialogo. Ahora, haces una lectura, y no va casi nadie, no va ningún poeta, y si van, escuchan, y después se mandan a mudar. A mí me llamó mucho la atención eso. Yo participé en la sala Alcedo, había un festival de poesía, que ya no sé si se hace, donde estaban invitados cantidad de poetas, y vi que llegaban algunos poetas, y leía uno, y ya está, y se iba. Y ahí debo reconocer que el único que se quedó para escuchar a cuatro o cinco poetas, fue Arturo Corcuera. Pero ya no hay un espíritu pues, y en eso debo reconocerle a Hora zero, porque yo soy amigo de Hora zero, aunque muchos creen que no, y reconozco cosas que hicieron ellos, de llenar el auditorio de la Biblioteca Nacional para lectura de poesía, más de doscientas y tantas personas, que estaban allí, y que venían, y los otros poetas venían, y estábamos todos, y aquí, y el otro, y nos escuchábamos unos a los otros, y nos interesaba lo que hacían los otros. Ahora, aquí a nadie le interesa lo que hace el otro, es una especie de incomunicación; claro que hay muchos más lugares para la cultura, que en lo que había en el setenta que no había nada, o casi nada, pero ahora todo el mundo anda incomunicado, es una especie de individualismo, pero exacerbado, porque yo también  soy individualista, pero les falta interés sobre lo que hacen los demás, y eso es algo que me choca bastante.

–          Sobre tu próximo proyecto “No recomendado para señoritas” ¿está en gestación?

Eso sí, está en gestación, por eso va a dejar de ser señorita (risas).

–          ¿Y el erotismo va a jugar un papel importante?

Sí, hay algunas cosas que son medio eróticas, pero tampoco hay que esperarse que sea un libro erótico, el título es un poco provocador, hay un cuento que se llama “La hija del diablo” que tiene bastaste erotismo, es una mujer que cuenta su historia sexual, son relatos en forma de monólogos, algunos, y hay otra historia: “Salir de pobre” que es una jovenzuela que se casa con un hombre mayor, y termina matándolo para cobrar su seguro, y cosas así, y están basadas en historias reales, porque yo no tengo imaginación para escribir cien por ciento ficción, y en este libro me he basado en historias de mujeres que me tienen confianza y me cuentan sus historias, y las utilizo para escribirlas. Por ejemplo, una cosa que publiqué, hice una experiencia que no había hecho nunca, publiqué una crónica sobre una aventura en Berlín, cuando me metieron preso en el muro de Berlín, era una historia muy particular, y la publiqué  en El hablador, creo que fue mi primera colaboración allí, en tipo de crónica, contando como pasaron las cosas; y aquí en el libro, lo transformo en un monólogo, porque ya no soy yo el que narra, la que narra es la chica de la historia, y se llama “El ponja y la fea” , el ponja, porque es un antiguo narrador que se llama Toshihico, que es el personaje; y la fea, que es una peruana que vivía en París, y que estaba haciendo estudios de germanística, pero no conocía nada de alemán, y nos metió en un lío del carajo en Alemania, y terminamos todos presos. Esa es la historia real, y a partir de allí yo me meto en la cabeza de ella, para que sea la que cuente su versión. Y después hay cuatro partes sobre la madre, es un hijo que habla sobre ella, en cuatro momentos de la vida, el nacimiento, la adolescencia, el resto, y la muerte.

 

–          El ministro de Comercio Exterior José Luis Silva afirma que se marketea bastante al Perú en Francia. ¿Qué de cierto es? ya que tú radicas por allí

Mira, en mi ausencia salió la revista aquella Vogue, sobre el Perú, y esta revista se vende mucho, y está en ciertos círculos, pero luego pasa por las peluquerías, en el consultorio del doctor, pero por lo general es una revista de modas, para pitucos. Pero aparte de eso, no sé dónde está lo que se marketea al Perú en Francia, dime ¿en dónde?

–          Los medios hablan de Perú en Francia.

¿De Perú? Perú no existe. El Perú hace años que no existe para nada. El Perú después de Sendero Luminoso, dejó de existir en Francia, o sea se supone que ahora la Marca Perú es Sendero Luminoso, pero ahora nadie habla del Perú.

 

–          ¿A qué huele París?

Me preguntas a qué huele París…ummm. Mira, París no tiene olor, es una ciudad sin olor, es una ciudad que le falta un poco de vida también, aunque antes olía un poco a mierda, porque había mucha mierda de perros, pero ahora toda la gente tiene que llevar su bolsita a la hora de salir con sus mascotas. Pero es muy difícil decir a qué huele París hoy día. En primavera huele porque florecen los arboles, como en el tango: “florecen las plantas, un himno a la vida” como dice lo que cantaba Gardel.

–          ¿Y Lima, a qué huele Lima?

No sé. Antes olía a meado, en todo caso he estado mucho en Miraflores, y allí los camiones pasan con manguera y limpian las calles por las noches, pero en otros lugares sigue oliendo a meado, pero aparte de eso, huele a fritanga, a pollo a la brasa, hay mucha fritura, Lima tiene cierto olor, y en ese sentido tiene una cierta vida a través de ese olor, ahora si pudiera ser más agradable que el de los escapes de las combis.

–          ¿Cuándo te tenemos de vuelta por el Perú?

El próximo año quizás, porque he decidido vengarme del Perú, viniendo cada vez y publicar un libro. Y me falta corregir, pero me falta dos; una historia que es la de un transexual, y la otra que es la historia de una prostituta que era escritora, que se basa en hechos reales, y estoy en esas dos que tengo que terminar, y luego ya podré publicar, y vendré a martirizar al pueblo peruano con mi literatura. Y después tengo que escribir el libro sobre México, y los infrarrealistas.

–          Mucha gente lo está pidiendo

Allí tengo cosas inéditas y algunas fotos inéditas, y tengo hasta el título, pero aún se me queda porque hasta ahora no lo he publicado, y últimamente se me ha ocurrido otra historia que ya tiene titulo también, que se va llamar “La verdadera historia de Pepito Ramos” que habla sobre la historia de un niño en Lima.

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Literatura

Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa cumple 88 años

Amado por muchos y odiado por algunos, el premio Nobel de Literatura disfruta su cumpleaños con su familia en plena semana santa.

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Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 28 de marzo de 1936), conocido como Mario Vargas Llosa, sin duda es uno de los personajes más connotados en la historia peruana, por su calidad literaria y por haber alcanzado la cumbre en las letras, al cosechar a lo largo de su carrera diversos premios y en especial por ser designado como Premio Nobel de Literatura 2010.

Por ello, es considerado como uno de los novelistas contemporáneos más importantes y es uno de los autores supervivientes del boom latinoamericano.

Tapa de la novela La ciudad y los perros, publicada en 1963 por Seix Barral.

Varguitas como le llamó su tía y ex mujer Julia Urquidi, también se dedicó al periodismo y tuvo un programa televisivo ‘La Torre de Babel’ con interesantes entrevistas a personajes destacados, como Jorge Luis Borges y Corín Tellado; pero antes ya había incursionado en la prensa peruana, escribiendo para los diarios La Crónica y La Industria, hasta encallar en la legendaria columna propia, surgida en 1977 y llamada ‘Piedra de Toque’.

El Nobel peruano, soñó con ser presidente del Perú y estuvo a punto de lograrlo con el Fredemo, porque contaba con todo. El financiamiento millonario para su campaña, los mejores técnicos para aplicar las mejores políticas públicas y todo un equipo multidisciplinario de comunicación que lo colocaron como el candidato favorito; sin embargo, por decir la verdad en plena campaña electoral, al afirmar que su eventual gobierno tendría que aplicar la medida del schock económico para lograr estabilizar la economía peruana que García Pérez destrozó, perdió las elecciones en 1990, gracias a la campaña devastadora que le interpusieron los apristas para “allanarle” el camino a un profesor universitario de origen nipón, que luego de tomar el poder presidencial terminó siendo un dictador.

Tapa de la edición número 17 de la revista impresa Lima Gris publicada en 2019.

Entre tanto, Vargas Llosa se exilió en Europa y no quiso saber nada del Perú. Se sintió decepcionado y su derrota política quizá haya significado una de las más grandes frustraciones en su vida, aunque él lo haya negado en reiteradas ocasiones.

Sin embargo, el autor de Los Cachorros supo reponerse y reconciliarse con la tierra que lo vio nacer y tras vivir en Europa, siempre se afinca en Arequipa y en Lima, donde goza del cariño de los amigos, e incluso de los que no lo son, porque finalmente, siempre tendrán algo qué decir de él.

¡Feliz cumpleaños Mario y que sean muchos más!

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Literatura

Hijos del premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez lanzan al mercado la novela póstuma ‘En agosto nos vemos’

Tras diez años de la partida del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, el 6 de marzo se realizará el lanzamiento de su novela inédita ‘En agosto nos vemos’.

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Finalmente se cumplirá lo que Gabo García Márquez les prometió a sus hijos, Gonzalo y Rodrigo; que, después de su muerte, ellos podían disponer de su obra como quisieran. Por ello, este miércoles 6 de marzo de 2024, llegará a las librerías de todo el mundo “En agosto nos vemos”, la novela póstuma del premio Nobel de literatura, justamente el mismo día que habría cumplido 97 años.

Precisamente, a mediados de 2023, Rodrigo García Barcha adelantó:

“Pensamos que el libro tenía muchos méritos y yo creo que de verdad los lectores van a apreciar el libro, porque es muy de Gabo, y eso se extraña. Él siempre nos dijo a Gonzalo y a mí que cuando ya no estuviera más, nosotros podíamos disponer de su obra como quisiéramos. De manera que, le tomamos la palabra”.

“Nuestra impresión, de mi hermano y yo, es que la falta de facultades que le impidió a Gabo acabar el libro, su pérdida de memoria, su pérdida de la concentración, también le impidió darse cuenta de que el libro estaba mejor de lo que él pensaba. Yo creo que cuando él decía que no funcionaba, era también porque estaba luchando por entender el libro, pero su estado se lo impedía. Volvimos a leer el libro y nos dimos cuenta de que estaba en mejor estado del que recordábamos. Entonces, decidimos que valía la pena rescatarlo y lo que se hizo fue una edición óptima de todas las varias versiones que él tenía. En ningún momento se alteró el texto, no hay nada allí que él no haya escrito. El libro es la mejor versión de lo que él escribió”, reveló a Infobae Rodrigo García Barcha.

Con esa respuesta, sus hijos, años después de revisar el manuscrito que escribió íntegramente su padre, y con las correcciones pertinentes, tras compararlo con las distintas versiones que alcanzó a escribir Gabo, decidieron rescatarlo.

Portada de la nueva y póstuma novela de Gabriel García Márquez.

La publicación saldrá a la luz, justo antes del décimo aniversario del fallecimiento de Gabo, el 17 de abril de 2014 y la revista “Lengua” de Penguin Random House dio un adelanto de “En agosto nos vemos”

Aquí las primeras líneas de la nueva novela inédita de Gabo:

“Volvió a la isla el viernes 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba pantalones vaqueros, camisa de cuadros escoceses, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso, su bolso de mano y cómo único equipaje un maletín de playa”.

Penguin España anunció el lanzamiento de la nueva novela “En agosto nos vemos”.

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Literatura

NUEVA EDITORIAL DE ARTURO DELGADO GALIMBERTI

Lee la columna de Rodolfo Ybarra.

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El reconocido escritor y periodista Arturo Delgado Galimberti (La Ruptura, Los Espejos del Infierno, Karma Instantáneo para John Lennon, etc.) ha decidido inaugurar una novísima línea editorial: Nuevos Artesanos Editores. Al respecto, aprovechamos para conversar con el autor de este y otros temas trascendentes en la industria editorial.

1.-¿Cómo así y bajo qué parámetros, un escritor decide fundar una editorial?

La idea de fundar una editorial siempre ha sido algo latente. Incluso en los años noventa creé una de similar nombre para publicar mi primera novela, La Ruptura, y a un par de poetas. De algún modo estoy retomando ese antiguo proyecto con Nuevos Artesanos Editores, pero con las exigencias de esta época marcada por las nuevas plataformas digitales. Por otro lado, no es para nada insólito que un escritor sea al mismo tiempo editor, como sabes acá en el Perú están los casos de Scorza y Congrains, para no remontarnos a uno de los mayores pensadores que tuvimos, José Carlos Mariátegui. Y hay muchos ejemplos más.

2.-¿No crees que el mercado editorial está copado de alguna manera, hay una atomización de editoriales pequeñas y medianas que no logran hacer el balance con las editoriales mainstream?

Creo que, para decirlo deportivamente, pertenecen a ligas diferentes. No es posible competir con las transnacionales en ningún rubro, no solo editorial. Sin embargo, a pesar de la atomización de las pequeñas y medianas editoriales, la demanda a esa escala aún no ha sido cubierta del todo, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos autores optan por editoriales con cierta presencia mediática, pero que no satisfacen los mínimos criterios de calidad y credibilidad.

3.-¿Qué es lo nuevo o lo novedoso que estaría ofreciendo tu editorial?

En principio, algo que parece elemental, pero de las que muchas carecen, un verdadero sentido editorial. No es una editorial para todo el mundo, sino para cierto tipo de autores. Y una clave la da el nombre del sello: Nuevos Artesanos. Toma la idea de las vanguardias, que irrumpían contra el concepto de Arte como institución y que reivindicaban el rol de artesano del verdadero creador. A partir de allí, mi intención es que la labor de editor y el compromiso con el autor sea permanente, y eso incluye la preocupación por la difusión de su obra en todos los medios y canales posibles. Por esa razón, un objetivo de esta primera etapa es tener un catálogo de obras que pueda cimentar el prestigio y la identidad del sello. Eso presupone, por supuesto, un filtro en relación con las propuestas estéticas que me parecen pertinentes y se condicen con el enfoque de la editorial. Si bien no se puede renunciar a la posibilidad de hacer un servicio por el servicio mismo, desde ya sólo me interesa incluir dentro del catálogo y las colecciones del sello a los autores y obras que se desmarcan de quienes tienen un prurito comercial y nulo pensamiento crítico.

4.-¿Estaríamos hablando de una editorial de culto (que no es lo mismo que una editorial de élite)?

Bueno, la identidad de la editorial se irá perfilando en su catálogo, pero repito, sí hay una intención de ser una vitrina de escritores en la medida de lo posible con una postura crítica ante la realidad y un trabajo ficcional sobresaliente.

5.-¿Estarías dispuesto a hacer alguna alianza con otras editoriales o trabajar en plataformas anchas, red editoras, etc.?

Por supuesto, eso ya ha sido conversado por el equipo que me acompaña en este proyecto, pero considero que ese tipo de alianzas pueden darse a mediano plazo. A corto plazo, creo que la tarea que queda por desarrollar es constituir un catálogo mínimo que deje en claro para los lectores y los autores la identidad y singularidad de la editorial.

6.-El trabajo de un editor es más amplio que el de un impresor, esto parece que se confunde cuando el escritor busca precios bajos y se encuentra con los “manchapapeles”. Y al parecer, es difícil para un neófito ver las diferencias. ¿Podrías explicarnos este punto?

Sí, es muy común que muchos autores, por ahorrar costos, prefieran prescindir de editores y recurrir directamente a una imprenta. Es cierto también que a veces es difícil distinguir entre algunos “editores” y un simple impresor (lo digo negativamente). Y como escritor, editor, corrector y ante todo lector, formado en Literatura en la universidad de San Marcos, ese lastre lo he notado incluso entre editores muy solicitados. Y me refiero a la falta de pulcritud de los textos publicados, que usualmente están llenos de erratas, algunas bochornosas. Además, un buen editor garantiza que el libro impreso no se deshoje a la segunda leída y que el diseño de portada y diagramación no sea realizado de manera chapucera. Y finalmente interviene en todo el proceso de edición del texto, que no solo ve la corrección gramatical y ortográfica, sino por ejemplo la pertinencia del título con relación a la obra, observaciones sobre el contenido, y los llamados paratextos. Obviamente para esa tarea, un prerrequisito es leer con ojo crítico cada obra presentada, lo cual en nuestro medio no es lo común entre los editores, que apenas leen los libros que publican, aunque sí facturan. Y entre los que sí leen, la mayoría quizá son buenos escritores o poetas, pero no son gramáticos, y por tanto, suelen cometer pifias tras pifias.

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Cultura

Mi epitafio lleva tus versos

Lee la columna de Joe Guzmán

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A fines del año pasado, Nectandra Ediciones publicó el poemario “Dedicatorias” de Carlos Tataje, gran referente de la poesía liberteña y recientemente fallecido. Carlos Santa María, director de la editorial, tuvo la gentileza de pedirme un texto que sirviera como prólogo para dicha edición. He aquí el texto:

Conservo su imagen como la descubrí aquella noche del 2010, mientras recitaba a Martín Adán en un bar del centro de Trujillo. Conservo su imagen severa, presuntuosa, insobornable y arrogante como la de alguien que sabe que no es profeta en su propia tierra. En ese entonces, yo tenía diecinueve años y él cincuenta y uno; yo acababa de ingresar a la universidad y él de ganar el Copé de Plata en Poesía. Él se hallaba en camino de ser un autor consagrado; yo, de intentar alcanzar una vocación que hasta el día de hoy me es un poco esquiva. Ahora, recordando todo esto, comprendo que el tiempo no es más que una metáfora inefable, extraña e intraducible.

Él podía ser todas las épocas, los lugares y los escritores que amó hasta el fin de su vida (Homero, Borges, Cervantes, Vallejo, Wilde, etc.); pero a veces simplemente solía ser Carlos Tataje: pintor, declamador, poeta, narrador y estudioso de las civilizaciones primitivas y de la filosofía inca.

Su postura artística me hace recordar a los escritores poco reconocidos que formaron parte de las insurgencias provincianas (el grupo “Norte” en Trujillo, “Aquelarre” en Arequipa, “Orkopata” en Puno) y que cuestionaron un modernismo desgastado en las primeras décadas del siglo XX, para luego explorar e iniciar los nuevos caminos de la vanguardia peruana y reivindicar el mundo andino. Esto último conllevó a que, en el 2018, saque a la luz, fruto de una investigación de más de treinta años, unos pocos ejemplares de “Fundamentos y pensamiento mágico”, la primera parte de su monumental obra llamada “Mundo Inca”. En ella nos mostró distintos elementos que sirven como herramientas para una mejor interpretación de la cosmovisión prehispánica. Cabe decir que tampoco está exento de polémicas y discusiones.

Pero el objetivo de este texto es comentar su obra poética, aunque esta también tenga como punto de referencia lo histórico.  Son tres los poemarios que se conocen de él: “Dedicatorias”, “Epitafios” y “Kay Pacha”. Los dos primeros formaban uno solo, pero los tuvo que dividir para poder participar en distintos concursos. Así que uno lo envió a Madrid y el otro a Lima. Los dos salieron ganadores. Con “Dedicatorias” recibió en el año 2002 el Premio Gastón Baquero, convocado en Madrid por la editorial Verbum. Con “Epitafios”, siete años después, ganó el Premio Copé de Plata. Asimismo, Kay Pacha” quedó finalista en el Premio Copé del 2015.

En “Dedicatorias” y “Epitafios” se poetiza la vida y obra de personajes que pertenecen a distintos ámbitos: filósofos, matemáticos narradores, conquistadores, políticos, poetas, religiosos, pintores, cantantes, emperadores, reyes, científicos, etc. En cada discurso poético, Tataje demuestra el amplio conocimiento que posee, además de su gran habilidad para construir imágenes simples y herméticas. La escritura, entonces, consolida un gran diálogo histórico, a través de una apropiación estilística, rítmica, musical y, en algunos sentidos, psicológica.

En “a Isidore Ducase, Conde de Lautreamont”, por ejemplo, refleja la energía de la agresión (la violencia es un pretexto en el proceso de aprendizaje) y la exaltación de una vida no convencional y enjuiciadora que caracterizaba la poética del escritor uruguayo:

Ya tengo las armas, Isidore:

he pulido el brillo de las navajas de dientes de escualo,

arden las hogueras de ginebra y el aroma

               ya embriaga a los querubines más apetitosos.

Adelante, falso Conde Maldoror, ¡adelante! …

¡Eah!, atrás Escrúpulos,

aliaos con la aristocracia para terminar con ella

En “a Zhuang Zé”, construye un juego verbal a partir del texto “Sueño de mariposa”, siguiendo la premisa junguiana de que las creaciones literarias pertenecen al mundo onírico y que un autor no es inventor, sino un explorador que se sumerge en su propio inconsciente y en su propia tradición literaria.

Soñé que soñaba contigo

un sueño que no tuviera testigos.

Sueño de vigilia y de absoluto

silbos y luciérnagas, todo junto.

La luna sosiega los campos,

Y el mundo duerme tan cansado.

Mención aparte merecerían “a César Vallejo” y “a Arthur Rimbaud”, dos de los poemas más logrados de “Dedicatorias”. Los títulos indican un destinatario en específico, generando una atmósfera más íntima y personal entre el sujeto empírico, el locutor y los enunciadores.

El texto que sirve como el núcleo de su poética es la dedicada a Edgar Lee Masters (se encuentra en “Epitafios”), autor de Spoon River, gran obra polifónica que reúne a más de doscientos poemas en forma de epitafios.

Son tres las influencias que puedo percibir en Tataje:

  • El recurso de la simultaneidad de voces que forman parte de su corpus poético, descubriendo el carácter polifacético de la vida y la complejidad de las vivencias humanas.
  • La Antología Palatina, colección de poemas, en su mayoría epigramas, escritos durante el periodo clásico de la literatura griega. Resaltan por su brevedad, de dos a ocho versos, aunque hay unos pocos que son extensos. Fueron escritos para ser grabados en inscripciones de tipo sepulcral. Esta obra sirvió como influencia para otros poetas como Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Fray Luis de León, entre otros.
  • Los poetas satíricos romanos que en el pasado enjuiciaron a sus contemporáneos. En algunos poemas, Tataje recurre a la ironía y al sarcasmo para generar una crítica severa hacia algunos personajes.

Los hablantes líricos se adecuan al tono y contexto del poema, la gran mayoría de ellos están en segunda persona, generando un desdoblamiento de la personalidad en el campo de la ficción. Además, encontramos una variedad de propósitos (homenajes, admiración, crítica, acusación, etc.) hacia cada uno de los destinatarios. Lo curioso es que el único que aparece en ambos poemarios es Borges. Quizás por compartir la fascinación hacia el intelecto y encontrar la verdad en lo estilístico.

“Epitafios” y “Dedicatorias” se ven enriquecidos por la confrontación entre discursos ilustrados y populares, demarcando una gran heterogeneidad poética y enalteciendo la labor de un poeta auténtico, ambicioso y crítico que exige conocimientos a sus lectores. Para Tataje es un acierto no elegirse uno mismo como materia de su obra. La despersonalización requiere de una gran destreza, y en ella demuestra su talento y singularidad en la tradición de la poesía peruana. 

Su postura estética evita la protesta personal, la catarsis y la retórica, iniciando una gran búsqueda hacia la poesía crítica y clásica, en su forma erudita, minimalista, atemporal, extravagante, vitalizadora, trágica, irónica y acusadora.

Sinceramente a mí me creen escritor, pero yo solo soy un poeta, que es una extraña especie de la que no encuentro muchos ejemplares, me comentó alguna vez.

Gaston Bachelard menciona que el ser humano debe sufrir una metamorfosis con la verdadera poesía y que esta tiene una tendencia, casi invencible, de regresar a la vida.

En este libro, Tataje nos demuestra que el fenómeno poético pertenece al espacio de la antropofagia y de la ritualización, ya que, en cada texto, el sujeto lírico manifiesta una invocación sagrada para reconstruir el mundo y reconstruirse a sí mismo, a consta de los demás. 

Tu poesía, querido Carlos, es una pakarina andina que siempre arrojará cenizas, verbos y huesos al viento y hacia nosotros, tus lectores.

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Literatura

Mario Vargas Llosa anuncia su retiro de la literatura

‘Le dedico mi silencio’ será su última obra del Nobel de Literatura del año 2010.

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Considerado el mejor escritor peruano de todos los tiempos, merecedor de un Nobel de Literatura en el año 2010, virtuoso con su pluma para crear historias notables sobre un hombre corriente o de un dictador extranjero. El escritor arequipeño Mario Vargas Llosa ha decidido poner el punto final a su extensa carrera literaria con una última obra próxima a publicarse.

El escribidor. Nobel peruano cierra una magnifica producción literaria. Foto: redes sociales.

El autor de ‘Conversación en la Catedral’ aseguró que el ensayo ‘Le dedico mi silencio’ dirigido al filósofo Jean Paul Sartre será su carta de retiro para la literatura de ficción. Dicho ensayo se encuentra anunciado que llegará a las librerías el próximo 26 de octubre.

Cabe mencionar que la última obra de ficción del octogenario escritor será publicada por la editorial Alfaguara simultáneamente en todos los territorios de habla hispana. El libro cuenta la historia ambientada en el Perú sobre un hombre que soñó un país unido por la música y que enloqueció queriendo escribir un libro perfecto que lo contara.

El escritor contó que terminó de escribir el borrador de su novela en Madrid, en abril de 2022, comenzó a corregirla en mayo y que, desde entonces hasta final de ese año, estuvo haciendo pequeños cambios.

Hace unos meses, tras estar por unos días en el Perú, Vargas Llosa manifestó que pudo dar por concluida su novela. “Ahora, me gustaría escribir un ensayo sobre Sartre, que fue mi maestro de joven. Será lo último que escribiré”, resaltó Mario Vargas Llosa al término de la nota final de su libro.

Última obra de Vargas Llosa dejará un largo ‘silencio’ en el ambiente literario. Foto: Alfaguara.

‘Le dedico mi silencio’ es una obra que mezcla ficción y ensayo, para hablar de un tema que obsesiona al autor desde hace años: la utopía, aunque, en este caso, aborda una utopía cultural con la música peruana como núcleo y pretexto.

La novela, que dedica a su exesposa, prima y madre de sus tres hijos, Patricia, transcurre a principios de la década de los noventa, en plena ofensiva terrorista de Sendero Luminoso, en un país fracturado y asolado por la violencia.

‘Le dedico mi silencio’ es la vigésima novela del laureado escritor de raíces arequipeñas, que publicó la primera de ellas, La ciudad y los perros, hace 60 años, en 1963.  Entre las obras más icónicas del académico peruano figuran: Conversación en la catedralLa casa verdeEl pez en el aguaLa fiesta del chivoLa guerra del fin del mundo, entre otras.

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Literatura

Jon Fosse es galardonado con el premio Nobel de Literatura 2023

Dramaturgo noruego fue reconocido por la Real Academia Sueca “por sus innovadoras obras de teatro y prosa”.

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El maestro de los silencios. El dramaturgo noruego Jon Fosse obtuvo este jueves el premio Nobel de Literatura 2023 concedido por la Academia Sueca, que destacó sus obras “innovadoras” que se han representado en escenarios de todo el mundo.

Fosse, de 64 años, fue galardonado “por sus innovadoras obras de teatro y prosa, que dan voz a lo indecible”, declaró la Academia con sede en Estocolmo. “Estoy abrumado y agradecido. Lo veo como un premio a la literatura que ante todo pretende ser literatura, sin otras consideraciones”, declaró Fosse en un comunicado. “Me sorprendí cuando me llamaron, pero tampoco tanto”, agregó al canal público noruego NRK.

Nacido el 29 de septiembre de 1959 en la ciudad de Haugesund (sudoeste), Fosse es un escritor polifacético y poco accesible para el gran público.

Sin embargo, es uno de los autores vivos cuyas obras de teatro más se representan en Europa.

Comparada a menudo con Samuel Beckett, la obra de Fosse es minimalista, basada en un lenguaje sencillo que transmite su mensaje a través del ritmo, la melodía y el silencio.

Fosse emergió como dramaturgo en la escena europea con su obra “Alguien va a venir”.

Se dio a conocer también por “Naustet” (1989, no traducido al español), que le valió aplausos de la crítica, y “Melancolía” I y II (1995-96), otro de sus grandes trabajos.

Su nombre circulaba desde hacía años entre los favoritos para alzarse con el premio.

Cuando se enteró de la noticia, “iba conduciendo por el campo, hacia el fiordo al norte de Bergen, en Noruega”, dijo Mats Malm, Secretario Permanente de la Academia Sueca, tras el anuncio.

“Tuvimos la oportunidad de empezar a hablar de cuestiones prácticas y de la semana del Nobel en diciembre”, añadió.

Entre sus obras más importantes figuran “Boathouse” (1989), bien recibida por la crítica, y “Melancolía” I y II (1995-1996).

Su último libro, “Septología”, una obra magna semiautobiográfica -siete partes repartidas en tres volúmenes sobre un hombre que conoce otra versión de sí mismo-, tiene 1.250 páginas sin un solo punto y aparte. El tercer volumen fue finalista del Premio Booker Internacional en 2022.

Septología, de Fosse, está compuesta por tres volúmenes.

Aunque sus obras son notoriamente difíciles de representar, Fosse ocupó el puesto 83 entre los 100 genios vivos más importantes en una lista elaborada por el Daily Telegraph en 2007.

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Cultura

Un bolero chileno: reflexiones sobre Bolero de Patricio Contreras

Lee la columna de Julio Barco

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Mi viaje a Chile duró más de un día, cruzando el largo desierto en bus. Era el 2018 y yo acaba de publicar Respirar. No tenía para el almuerzo y tuve que resignarme al plástico y cruel almuerzo de bus. El paisaje parecía un vasto cementerio de cuerpos prehistóricos. No importaba, iba a llegar a la capital. Di una lectura en la Fundación Pablo Neruda, con poetas como Rosabetty Muñóz en una de las mesas de lectura, bajo la dirección de Ernesto González Barnert. Y vagué por el centro y disfruté de un para luego visitar Valparaíso. Los recitales y talleres fueron hermosos e inolvidables. Junto a Gonzalo Geraldo, llegamos a Valparaíso y recorrimos las calles en una larga caminata. Yo diría que Valparaíso tiene algo de Barranco, el balneario cultural de nuestra capital, solo que con un aire más vetusto. Creo que llovió. Sí, llovía una salvaje lluvia del sur. Para resguardarnos, nos paramos bajo el toldo de una tienda, al pie del teleférico.

     Al rato, pudimos llegar al departamento donde vivía el poeta Patricio Contreras. El día era húmedo y claro. Diáfano. Con la generosidad de viejos amigos, nos invitó un café y charlamos de poesía en su sala. La vista, en la ventanita del baño, era hermosa: podíamos ver todo el balneario y el mar plomizo y brillante en el horizonte. Contreras no solo escribía poemas y daba talleres, sino que vendía libros, encima de una manta de tela roja, en los parques de Valpo.

     Son estas calles las que recuerdo cuando leo el bello poemario Bolero, cuyo tema es justamente las calles de su ciudad, los amores, la intensidad que nace de la palabra y el fuego de la poesía. No me sorprende encontrar dos epígrafes de autores que aprecio al pie de este trabajo -Valera y Caicedo- sino que confirma mi propia reflexión sobre la idea de este libro: el bolero, que es música intensa de nuestro sentimentalismo latinoamericano, expresa la intensidad, el fuego verbal, la música del lenguaje. Estos poemas me saben a la calle empinada donde se encontraba la mítica librería Concreto Azul, donde dicté un taller de poesía peruana. 

     Cuando pienso en poesía, necesariamente imagino intensidades; o, en todo caso, las siento: la voz de Vallejo y de Neruda tienen una intensidad particular; la de Nicanor Parra o de Eguren, otra. Cada una, claro, es un color marcado, una máscara del ser. Una música. (1) En Bolero de Contreras esta intensidad es urbana, callejera, beoda y transgresora. Hay un ánimo de mirar los vacíos de la sociedad de capitalismo radical, donde toda relación entre los cuerpos no deja de ser un movimiento bursátil. Así, en ese movimiento de vivir y poetizar, de observarse poetizando en la vereda, en el asfalto, en las madrugadas pegadas a las mesas de los bares, de los vasos de vino, en las noches gélidas y de garúa, Contreras afirma que:

 de cada palabra

aprendida por vivida en los costados

de la ciudad o de la página donde

crece esta flor sanguínea y la canción

de los cuerpos contra el pavimento

(poema Periférica)

     Así, Bolero es un canto de la vida del poeta urbano en la sociedad contemporánea. Del poeta que sabe que vivir es la teórica perfecta para esbozar los nuevos lenguajes; porque estos nacen tanto de lo leído como gozado, de lo sentido como bailo en ese bolero eterno de la sangre que mana de nuestros vecindarios.  es que, aquí, en estas zonas del mundo, donde la desigualdad y violencia triunfan, también se mantiene el incendio de los sentimientos. Pese a su longevidad, cada nueva generación encuentra un nuevo espejo en el bolero; se siente afín a ese encanto, a ese modo de tocar el corazón y de sumergirnos en el romanticismo. Así, el bolero se mantiene como clásico. Amar es necesario frente al infierno. Amar es el poema. Amar es la poesía misma. Amar y escribir es cerrar un círculo sagrado. Contreras dice:

Pero no importa / tú no te preocupes

yo te escribo un beso en tus manos amables

nunca seré ese traidor que le roba a los vecinos

sólo te quiero dedicar a contratiempo

una vieja canción de los noventa

(poema Mamá)

     Termino de escribir esta reflexión sobre Bolero escuchando Sabor a mí en versión de piano de Alexis Gonzáles, y pienso en lo que afirma, a modo de epílogo Codarlupo: la relación literaria entre el Perú y Chile se ha ido incrementado.  No lo dudo. Y así será. Y me atrevería a pensar que en la literatura podemos encontrar no solo los hilos que unen a Chile y a Perú, sino a estos dos países y a todos los países del mundo. La literatura rompe fronteras, mostrando la similitud entre los sentimientos humanos. La poesía, el relato del corazón del hombre, nos ayuda a observar las semejantes -como diferencias- humanas, a través de la lupa de la mente del que versa. Quizás una de las mejores formas de generar empatía entre todos los países sea conocer su cultura, dar una lectura a la poesía de cada localidad, para así comprender más sobre los deseos y las subjetividades.   

(1) Esto se discute porque algunos creen que la poesía no es música. Otros afirman que sí. Lo cierto es que originalmente la poesía surgió de la lira, que era una forma de hacer música. Y si mantuvo la métrica por siglos fue para darle un compás y ayudar en la memorización de los poemas. Pero, a estas alturas de la vanguardia y posvanguardia, podemos afirmar que la poesía tiene un ámbito de búsqueda donde se muestra como una secuencia del estado mental, más que sonoro. Sin embargo, yo creo que ese estado mental poético es necesariamente sonoro. Esto nos debe llevar a discutir que entendemos por armonía. 

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Literatura

Milan Kundera acaba de partir a los 94 años de edad

Escrito checo, autor de la magnífica obra “La insoportable levedad del ser”, falleció en Francia tras una penosa enfermedad.

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La insoportable pérdida de una mente ilustrada. El escritor checo Milan Kundera falleció este miércoles en Francia a los 94 años de edad, informó la emisora pública Radio Praga.

El prosista, dramaturgo y poeta, que desde los años 1980 escribía en idioma francés, alcanzó fama mundial en la segunda mitad del siglo XX con obras como “La insoportable levedad del ser”, “La broma” y “El festín de la insignificancia”.

El escritor, nacido el 1 de abril de 1929 en Brno, al sureste de la República Checa, vivía exiliado en Francia con su esposa Vera desde mediados de los años 1970.

En 1979, el entonces régimen comunista le retiró la nacionalidad checoslovaca aunque dos años más tarde el entonces presidente galo, François Mitterrand, le concedió la nacionalidad francesa.

El primer éxito de Kundera fue “El libro del amor ridículo” en 1969.

El punto cumbre lo alcanzó en 1984 cuando salió “La insoportable levedad del ser”, considerada su obra maestra y que llegó al cine. El libro narra la fragilidad del destino de una persona, resaltando cómo la vida de un solo individuo carece de importancia dentro del concepto del eterno retorno de Friedrich Nietzsche. Su profundidad filosófica realmente conmueve.

Siguieron los premios, también las obras. El de Jerusalén en el 85, por destacarse en la lucha por la libertad dentro de la sociedad actual, y el Premio Nacional Checo de Literatura, por nombrar dos más. Su última obra es “La fiesta de la insignificancia”, publicada en 2014. Como suelen ser sus textos, mezcla ensayo, introspección y teología dentro del género clásico de la novela.

Los papiros, la crítica y sobre todo el gran público lo han puesto en lo más alto de las letras contemporáneas.

Kundera aceptó en 2019 de nuevo un pasaporte checo y las autoridades checas le pidieron perdón por el trato que recibió de la dictadura comunista.

Desde los años 1980 recibió numerosos premios, desde el Médicis, por la mejor novela extranjera publicada en Francia, el Commonwealth de EE.UU., el Europa o el Jerusalén, además, su nombre ha sonado en varias ocasiones para el Nobel.

Tras la transición democrática checoslovaca, Kundera publicó en 1993 en su país natal “La inmortalidad”, lo que supuso un reencuentro literario amistoso con su nación, pero algo efímero.

Su pasado checo lo ha perseguido con alguna polémica, como si fuera el personaje de alguna de sus propias novelas.

En 2008 el Instituto checo para el Estudio de los Regímenes Totalitarios lo acusó de delatar en 1950 a un espía que acabó durante 14 años en prisión.

El escritor rompió entonces su silencio -con un comunicado- para calificar las acusaciones de “puras mentiras”.

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