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Gustavo Faverón rompe su silencio y lo niega todo

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Aquí reproducimos la respuesta de Gustavo Faverón, después  de días de silenció, el denunciado por acoso  en la redes sociales se pronuncia en su blog Puente Aéreo.

ESCRIBE GUSTAVO FAVERÓN

Queridos amigos, seguidores y lectores.

 

Me veo forzado a dar una respuesta ante la avalancha de acusaciones falsas contra mí, las que, pese a no estar avaladas por evidencias apropiadas, inundan en estos días las diferentes redes sociales e incluso la prensa. Escribo no solo para rechazar las acusaciones de acoso, lo que ya había hecho antes, sino también para detallar lo que realmente sucedió en los casos donde quienes acusan han colocado un nombre (sea este real o inventado), y han descrito circunstancias y actos que nunca ocurrieron, o que ocurrieron de maneras completamente distintas.

 

Muchos se han preguntado, razonablemente, por qué mi primera reacción ante las acusaciones de los últimos días fue cerrar mis cuentas en redes sociales. Las razones son muchas. La más obvia: a lo largo de los últimos años yo he denunciado en varias oportunidades públicamente el hackeo de mis cuentas, mis lectores lo recordarán.

 

Las consecuencias de un hackeo son incalculables: alguien que tiene acceso a una cuenta ajena no solo puede tomar de ella toda la información que encuentre, desde conversaciones hasta fotografías privadas (como la fotografía de mi hija de cinco años que circula photoshopeada en Twitter desde hace varios días, y que estaba en un álbum restringido), sino que también puede borrar todo lo que quiera, añadir todo lo que quiera, sostener conversaciones y luego borrarlas e incluso sostener conversaciones, borrarlas y acto seguido bloquear al destinatario de las conversaciones (e incluso desactivar la cuenta del destinatario, si es una cuenta abierta por el hacker), de modo que no quede huella alguna, en la cuenta hackeada, de la actividad sostenida.

 

Como mis lectores recordarán sin duda, mis denuncias de hackeo de mis cuentas se han dado a lo largo de años, la penúltima en el 2015 y la última durante la reciente campaña electoral. También recordarán que hubo un periodo en el 2014 cuando denuncié que no tenía acceso a mi propio muro de Facebook, y otro momento en que denuncié que mi página desapareció durante dos días y que, al recuperarla, encontré notificaciones de Facebook de que ciertos posts habían sido removidos por tener contenidos censurables (eran posts sobre política, dicho sea de paso).

 

Por otro lado, despertarse un día y encontrar una cantidad inimaginable de mensajes insultantes, amenazas (incluidas amenazas de muerte), chismes, un ejército de trolls y cuentas robot de Twitter, una multitud de cuentas de Facebook falsas con mi nombre y un sitio online en el que se pedía que cualquiera “compartiera” sus historias de haber sido acosado por mí resulta abrumador y materialmente imposible de responder. No puedo contestar a miles de acusadores simultáneamente, más allá de decir lo que dije en mi único post sobre este tema, que estuvo publicado en Facebook varias horas.

 

Pasaré ahora a describir la naturaleza de las acusaciones y cuál ha sido la reacción mediática frente a ellas. En primer lugar, la enormidad de acusaciones y de rebotes.

 

Las acusaciones estaban basadas en conversaciones de Twitter, conversaciones de Facebook, mensajes directos y mensajes de texto que yo no había sostenido —por eso mi primer cálculo, ingenuo, fue que tan pronto como se descubriera la falsedad se desmoronarían los rumores—. A esto debo añadir una cosa que quizás mis críticos no han considerado nunca: mis cuentas en redes sociales sumaban 120 mil personas, entre “amigos” y “seguidores”, además de decenas de miles de personas que me escriben mensajes a través de mi cuenta de “figura pública”. Yo no soy capaz de identificar sino a una proporción muy pequeña de esas 120 mil personas, pero mis lectores saben que hago el intento de contestar los mensajes que recibo, salvo que sean estrambóticos o impracticables o excedan mi capacidad de respuesta.

 

A una cantidad enorme de personas que fueron admitidas en mis redes les di la bienvenida personalmente, con mensajes de saludo que muchas veces derivaron en breves conversaciones. Mis lectores que recuerden eso pueden dar fe de que es verdad. Eso lo vi siempre como un gesto de cortesía, y así fue visto, creo, por la mayor parte de quienes recibieron esos comentarios. Sus primeras respuestas casi siempre fueron “gracias, por admitirme, señor Faverón”. Mi réplica, casi sin excepciones fue: “el único requisito en este muro es que no me llames señor, llámame Gustavo”. En los últimos días me he encontrado, tristemente, con mucha gente que dice que eso era un comentario malintencionado. No lo era. Era, simplemente, una muestra de cordialidad, que fue idéntica para hombres y mujeres.

 

También hay algunas personas que dicen que les pedí que me enviaran selfies. Es cierto. Mi Facebook contenía, de hecho, un álbum público en el que reunía fotografías de mis lectores, muchas veces posando con algún libro mío. Como ahora hay que aclararlo todo, debo decir que esas fotografías eran de hombres y mujeres, en algunos casos de grupos, casi siempre de gente a la que yo no conozco y cada vez que recibí una fue una gran alegría para mí, porque me entusiasma que la relación entre un escritor y sus lectores pueda ir más allá de la lectura.

 

Mucha gente me escribe para que les dé una mano promoviendo campañas de derechos humanos o causas afines, para denunciar casos de corrupción, para que les explique o les dé mi punto de vista sobre cosas que ocurren en la política peruana. Como saben ustedes, en un número enorme de casos, no solo los he atendido, sino que además me he comprometido con sus causas: ustedes han visto esos posts. Mucha gente joven me escribe para preguntarme cosas sobre sus carreras: chicos y chicas que quieren ser escritores o que estudian literatura o periodismo y a veces se quejan del mal nivel de sus universidades (sobre todo los estudiantes de periodismo), chicos que quieren postular a hacer estudios en el extranjero y quieren que los aconseje. A esas personas les hago caso de manera especial. No exagero al decir que alrededor de un centenar de estudiantes de periodismo solo en los últimos dos o tres años me han escrito para hacerme entrevistas para sus cursos, y que he concedido una gran cantidad de ellas.

 

Cuando he estado en Estados Unidos, he pedido que me manden las preguntas por correo; cuando me han pedido que les hable por Skype les he insistido en que sean por escrito: mis amigos saben que le tengo aversión a tres cosas: las llamadas telefónicas (nunca hago llamadas telefónicas salvo casos de emergencia); los celulares (que incluso me negué a tener hasta que nació mi hija y se hizo necesario); y aparecer en pantallas, razón por la cual me he negado sistemáticamente durante toda mi vida a entrevistas televisivas, excepto cuando han sido programadaspor los editores de mis libros como parte de las campañas de lanzamiento (y han sido muy pocas).

 

Por ahí alguien ha escrito sobre mi irrefrenable deseo de ser famoso. En los últimos años, sin embargo, he rechazado entrevistas de casi cualquier canal de televisión debido a mi fobia a esos medios de comunicación. Los productores que me invitaron saben que es cierto. Sé que esto lo están leyendo muchas personas que me han pedido conversaciones vía Skype, incluso por trabajo, y a quienes les he dicho que no. Lo menciono porque entre las acusaciones contra mí existen algunas que dicen que los supuestos acosos fueron vía Skype. Soy conocido mediáticamente, pero soy naturalmente adverso a los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, tan paradójico como eso pueda sonar. Alguien que quiere ser famoso no rechaza entrevistas televisivas de modo sistemático, y alguien que quiere acosar mujeres no rechaza sus conversaciones vía Skype.

 

Por cierto, algunas de las acusaciones hablan de llamadas o chats vía smartphone desde el año 2009. Yo nunca tuve un teléfono celular hasta febrero del 2011, y solo en Estados Unidos, y quien quiera rastrear si eso es cierto o falso, supongo yo, tendrá maneras de hacerlo. Cuando he estado en Lima, he respondido esas entrevistas en persona. Dado que yo, cuando paso un tiempo en Lima, me quedo en casas de amigos o en hoteles, he pedido que esas entrevistas sean en cafés, en bares o incluso en parques, por razones obvias. Sin embargo, algunas veces he aceptado que las entrevistas sean en la casa donde me estuviera quedando. Y periodistas y chicos y chicas universitarios han acudido, y casi siempre han conocido allí a mi familia.

 

Otra razón para cerrar mis cuentas y dejar de responder debería ser clara para quienes saben cuáles han sido mis actividades mediáticas relacionadas con la crítica de la política y de la cultura peruana en los últimos años, actividades que están más que ilustradas en mi libro más reciente: Puente aéreo (2016). Casi no hay un solo medio de comunicaciones relevante en el Perú al que yo no haya criticado en los últimos años, por su mediocridad, por su apoyo a la dictadura fujimorista, por la banalización que operan sobre temas serios, por su parcialidad con candidatos que representan la corrupción en el Perú, etc. Y, fiel a mi estilo, mis críticas no han sido a media voz, sino en voz alta y con nombres propios. Si quieren hacerse una lista mental de las personas que me detestan en el Perú por mis críticas pueden comenzar ahora y no acabarán hasta dentro de varios días. Eso me hizo ver que cualquier cosa que yo dijera a un medio de comunicaciones podría ser tomada en mi contra.

 

La verdad es que mi decisión de no dar entrevistas (decisión que tomé pero que no hice pública) fue inútil, porque, de todas maneras, todos los medios que han publicado sobre este tema (excepto uno) lo han hecho sin siquiera pedirme una entrevista, una conversación, un descargo, o al menos mi punto de vista general sobre el asunto (recién hoy he recibido dos correos en ese sentido). Los estudiantes de periodismo saben que eso es una falta ética elemental: cuando alguien es acusado se entrevista al acusador y también al acusado. No hacerlo es una violación de la ética periodística: los periodistas peruanos parecen no haber pasado nunca por el curso de deontología periodística, cuya primera lección es esa.

 

Ustedes han visto cómo varios de los periodistas más poderosos del Perú han escrito columnas en las que han asumido que toda acusación en mi contra es real, pero ninguno de ellos ha investigado si lo es (uno de ellos publicó una columna horas si no es que minutos después de que estalló el escándalo, lo cual resulta, además, sospechoso). Eso se llama linchamiento mediático. No se llama periodismo. Más aun cuando la acusación en la que se basaron fue la de alguien llamado «Julieta Vigueras», cuya existencia, hasta donde sé, sigue en duda. La única publicación peruana que pidió entrevistarme fue la revista Caretas. Yo decliné la entrevista por un solo motivo: confié en que esa revista escribiría un reportaje neutral, sin encender hogueras, escuchando las denuncias, sí, pero también haciendo notar sus puntos débiles. No me equivoqué. Pero la reacción general al artículo de Caretas fue decir que era un artículo parcializado en mi favor. Si ese artículo hubiera sido acompañado por una entrevista a mí, la reacción de la masa de acusadores de las redes sociales hubiera sido afirmar que la revista se había vendido a mí. Me alegro de no haber dado esa entrevista.

 

En este momento la ley de facto parece otra: cualquiera que exprese una duda sobre las acusaciones es inmediatamente acusado de algo. Le ha pasado a la periodista María Luisa del Río, le ha pasado al novelista Juan Manuel Robles (que cambió de opinión), le ha pasado al escritor Alonso Cueto, le ha pasado a la periodista Mariella Patriau, le ha pasado al escritor Fernando Ampuero, le ha pasado al periodista César Hildebrandt por permitir que un columnista y (según entiendo) un redactor suyos no se sumen al coro de atacantes, le ha pasado a la periodista Pía Hildebrandt y le ha pasado a todos los intelectuales, artistas y escritores que han expresado una defensa mía o una posición neutral o simplemente no se han sumado al ataque lo suficientemente rápido. No solo eso: ahora algunas de las personas que me han defendido están siendo acusadas (sin mencionar sus nombres, de la manera más baja) de acoso sexual, así, simplemente, por no haber contribuido al linchamiento. Debo hacer notar, por cierto, que, aunque algunas de esas personas son amigos míos, varias otras no solo no lo son, sino que son personas con las que he tenido ásperas discusiones públicas a lo largo de los años, gente a la que, en resumen (como dijo María Luisa del Río), le caigo muy mal.

 

En segundo lugar, quiero destacar que, a pesar del cargamontón, hay un tipo de acusaciones que no han aparecido, pese a lo cual se han hecho circular como rumor, sin basarse en nada, y se han repetido hasta el agotamiento.

 

Yo enseñé mi primera clase de literatura en una academia universitaria en marzo de 1984, es decir, un mes después de ingresar a la universidad y cuando tenía diecisiete años. Desde entonces, todos los años de mi vida he dictado clases, incluso durante el tiempo en que era estudiante universitario y también cuando era periodista. Calculo que debo haber tenido cuatro mil estudiantes en mi vida, en La Casona, en La Academia, en la Benab, en el Instituto Peruano de Publicidad, en el Instituto John Logie Baird, en la Pre-Universidad de Lima, en la Pre-Cayetano Heredia, en la misma Universidad Cayetano Heredia, en la Pontificia Universidad Católica del Perú (como jefe de prácticas), en Cornell University, en la escuela de lenguas de Middlebury College, en Stanford University, en Bowdoin College y en muchas otras instituciones. Dado que, estadísticamente, la mayor parte de la gente que estudia literatura y literatura en lenguas extranjeras son mujeres, supongo que al menos dos mil quinientas mujeres han sido mis estudiantes. Incluso a pesar de la gigantesca campaña en mi contra de estas semanas, los cazadores de acusaciones han sido completamente incapaces de encontrar a una sola alumna mía que declare que yo he tenido alguna vez cualquier tipo de conducta impropia hacia ella. Ni una sola.

 

Una cosa debo añadir, y cualquier periodista de verdad podrá averiguarlo: en mis treinta y dos años enseñando, ninguna de las instituciones en las que he trabajado ha recibido jamás una queja de ningún estudiante por mi conducta hacia ellos, ni por motivos de género, ni por motivos raciales, ni por motivos de identificación sexual, ni siquiera por motivos estrictamente académicos. Ni una sola queja. Jamás. Ninguna campaña de desprestigio va aquitarme eso. En el Perú, sin embargo, hoy se habla de mí como alguien que acosa a sus estudiantes peruanas y a sus estudiantes americanas, pese a que no hay una sola estudiante que haya dicho tal cosa, ni en un país ni en el otro, y pese a un dato incluso más obvio: yo no he tenido estudiantes en el Perú desde el año 1999.

 

Permítanme finalmente regresar a los detalles de las acusaciones y de quienes las han presentado.

 

Hace unos catorce días comenzó esta campaña. En el momento en que estalló fue para mí muy evidente que no podía tratarse de una sola persona o dos personas denunciándome por algo, sino que tenía que ser un movimiento mucho más orquestado y mi primera suposición fue que debían conjugarse en él, por un lado, gente relacionada con medios de comunicación (porque los rebotes fueron demasiado inmediatos); por otro lado, gente que tuviera algún tipo de inquina personal en mi contra (porque los insultos eran desmedidos); y por último gente con capacidad de organizar de manera sistemática un ataque viral, con cuentas robot (todos las han visto), con identidades falsas (todos las han visto), con perfiles fingidos en redes sociales (todos los han visto), con páginas web y cuentas de Twitter que explícita y descaradamente llamaban a que otros voluntarios y espontáneos se sumaran a los ataques y las denuncias, los cuales eran publicados inmediatamente sin ningún filtro, ninguna comprobación de su veracidad, ninguna investigación previa, en el clásico estilo de los fujitrolls.

En el cargamontón propiciado de esa forma las denuncias fueron decenas, con lo cual se volvió para mí materialmente imposible responderlas, y adicionalmente hubo centenares de denuncias que fueron publicadas y después borradas: literalmente, fueron piedras arrojadas contra mí para de inmediato esconder la mano.

 

En medio de todo eso, yo, que ya había cerrado mis cuentas de redes sociales, me encontré de pronto incomunicado y apenas conté con la información que me pudieron transmitir terceras personas por correo electrónico. Una persona me habló de una cuenta llamada @mssalinger, que me sonó completamente desconocida. En Twitter, una vez eliminada mi cuenta, pude solo buscar al usuario y no encontré nada. Tengo entendido que esa cuenta ha aparecido y desaparecido varias veces en estos días. Tiempo más tarde encontré otras cosas: primero, las denuncias de Tania Sotelo; después, alguien que decía en Twitter que @mssalinger era el mismo usuario llamado en otra cuenta @solanea. El nombre @mssalinger no me decía nada, pero sí el nombre de Tania Sotelo, que había estado en mi lista de amigos de Facebook años atrás, hasta que la borré de mis contactos después de una serie de incidentes que detallaré más adelante. Y también identifiqué de inmediato el nombre @solanea, porque a lo largo de los años he recibido mensajes de correo electrónico desde el email solanea@hotmail.com, cuenta a nombre de una persona llamada Mayra Galdo.

 

Los mensajes que recibí desde este último email fueron siempre extraños (aquí pueden ver los que he podido recuperar). Eran de una persona que unas veces me escribía para contarme que era lectora de mi blog y que me admiraba. Otras veces escribía para contarme cosas de su vida y de su aparentemente incómoda relación con sus compañeros de la universidad. Otras veces escribía que quería verme. Sabía, por mi blog y después por mis posts en Facebook, cuándo estaba yo en Lima y cuando estaba en los Estados Unidos, porque yo nunca he guardado ningún secreto sobre mi ubicación y porque, por lo común, durante el tiempo que paso en Lima, a veces anualmente y a veces cada dos años o más, participo en actividades públicas que mis seguidores de Facebook conocen perfectamente.

 

Nunca acepté ninguna invitación de Mayra Galdo para verla en persona, pero hay testigos (incluida mi esposa y amigos) de que Mayra Galdo solía asistir a mis presentaciones públicas, sentarse en primera fila delante de mí, mirarme durante toda la reunión y no decir palabra. Yo recién descubrí que esa persona era la misma Mayra Galdo la única vez en que se identificó, al final de un taller que dicté para una asociación de estudiantes de literatura (RedLit) en un local de la Residencial San Felipe hace unos cinco o seis años. Los organizadores de ese evento quizá hayan guardado su nombre en alguna parte, porque, si no me equivoco, el evento se organizó con inscripción previa. Los otros eventos en los que apareció fueron públicos. Cuando, al final de mi charla en ese taller de literatura, se presentó, solo dijo: “Hola, soy Mayra”. Varios de los demás asistentes también se presentaron (fue un taller muy pequeño, con no más de quince personas, según recuerdo). Cuando me dijo que se llamaba Mayra supuse que era la misma Mayra que para entonces llevaba al menos un año enviándome mensajes, y precisamente por eso no le dije nada más. Ella me envió poco después un correo electrónico en el que parecía molesta de que yo no la hubiera reconocido o prestado atención. Debo aclarar que sus mensajes, hasta ese tiempo, variaban entre el tono amistoso y el tono insultante. Cada vez que Mayra Galdo encontraba un post de Facebook en el que alguien decía algo negativo sobre mí, me lo enviaba, como una burla; sin embargo, en otras ocasiones me enviaba afectuosos saludos de cumpleaños. Yo respondí pocos y solo durante los primeros meses, cuando parecía una persona que simplemente me contaba sus problemas.

En algún momento sus mensajes se volvieron más bien bochornosos, hablaban de sus relaciones sexuales con chicos, acerca de su sentimiento de ser rechazada por la demás gente de su edad, decía que leerme era para ella una compañía, que se sentía afín a las personas mayores y no a las personas de su generación. En algún momento fueron mensajes soeces, en otros momentos fueron francamente delirantes. Me escribía, por ejemplo, que se había rapado el pelo y renunciado a tener una vida sexual. Yo le escribí pidiéndole que no me mandara más mensajes y le dije que sus correos electrónicos me parecían “creepy” (fue mi palabra, textualmente). En más de una ocasión pidió disculpas por los mensajes anteriores. En otras ocasiones enviaba fotografías de ella. En otras ocasiones enviaba mensajes disculpándose también por esos otros y diciendo que las fotografías no eran de ella sino de otra chica. Yo ya no respondía.

También me mandó una serie de emails en los que hablaba de que yo la había “desadmitido” de mi vida al no responder sus mensajes (y bloquearla en redes). En otros decía que quería verme porque sabía que estaba en Lima. Cuando yo me iba de Lima sin haber respondido a sus mensajes, me enviaba otros mensajes diciendo que en el fondo le parecía mejor no haberme visto. Con cierta frecuencia se refería a una supuesta amistad entre nosotros (que no existía) y hablaba de una “reconciliación”. (Me llamaba «Conde» debido a la caricatura que yo solía colocar en mi foto de perfil en las redes sociales). Eso duró muchos años, desde el 2009 hasta el 2015, y fue durante esos años que Mayra Galdo acudía a mis presentaciones públicas, silenciosamente, sentada en primera fila. Después de mi presentación en la RedLit, yo ya conocía su rostro y era capaz de identificarla. Por eso es que mis familiares saben de quién estoy hablando.

Como se pueden imaginar, cuando descubrí que las denuncias de Tania Sotelo habían sido publicadas, en efecto, tanto en la cuenta @mssalinger como en la cuenta @solanea, supe de inmediato que al menos una de las personas detrás de todo esto era la misma persona que me había estado acechando por años. Entonces entra en la escena Tania Sotelo, su amiga. Quienes hayan leído las entrevistas que Tania Sotelo, usando ese y otros nombres, ha ofrecido a diversos medios de comunicación, recordarán que ella dice haberme visto dos veces en persona: eso es falso, me ha visto solo una vez, hasta donde yo soy capaz de saber (o al menos yo a ella la he visto solo una vez). También dice que yo nunca hice nada por verla en persona: eso es cierto y quienes me acusan de acoso deben tenerlo en mente. Pero Tania Sotelo miente en diversas medidas con respecto a las dos ocasiones que menciona.

 

Según ella, la primera vez en que me vio fue en un restaurante “por Miraflores” donde ella estaba comiendo y donde yo me “aparecí”. También dice que no hubo ningún contacto entre los dos: eso es mentira. Yo había quedado en reunirme con el escritor Leonardo Aguirre. Como Leonardo y yo somos fumadores, quisimos buscar un lugar donde pudiéramos tomar algo y fumar sin problema. Yo, que no vivo en Lima, no pude pensar en ninguno. Él propuso un par que quedaban demasiado lejos de mi casa. Entonces hice lo que suelo hacer: coloqué en Facebook un post pidiéndole a mis lectores que me recomendaran sitios (estoy seguro de que algunos lo recordarán, porque recibí una larga serie de recomendaciones). Uno de los sitios que mencionaron fue el restaurante Pitahaya, junto a las Brujas de Cachiche, en el óvalo Bolognesi de Miraflores. Como ese lugar está a un paso de la librería El Virrey, decidí que fuéramos ahí, de modo que pudiera pasar antes por la librería. Y coloqué en mi Facebook que iría a ese sitio. Eso es importante: publiqué en Facebook que en un rato estaría en el restaurant Pitahaya, como hacen miles de usuarios y como yo mismo he hecho varias veces. Cuando Leonardo y yo llegamos al lugar, el restaurante estaba cerrado. Un empleado nos dijo que abriría en diez minutos, de modo que hicimos tiempo y apenas abrieron entramos. Como es obvio no había absolutamente nadie más en el lugar. Después llegaron dos mujeres que se sentaron en una mesa relativamente próxima a la nuestra. Más tarde me di cuenta de que una de ellas era Mayra Galdo. Como se imaginan, su presencia me resultó molesta y la percibí como lo que era: una instancia más de su persecución. (No le comenté nada a Leonardo por una razón simple: mi relación con Leonardo, como saben los que me siguen desde hace años, está lejos de haber sido una gran amistad. Hemos tenido múltiples enfrentamientos y esa era, me parece recordar, la primera vez que nos veíamos para limar asperezas. No era alguien a quien yo le fuera a contar un problema personal). Cuando Leonardo y yo nos despedimos en la puerta del restaurant, yo entré de regreso y me acerqué a la mesa. Le pregunté a Mayra Galdo si estaba ahí porque había visto mi post en Facebook. Me dijo que sí y ofreció que me sentara con ellas. Le pregunté a la otra mujer su nombre y me dijo que se llamaba Tania. Me fui. Ese día busqué a Tania Sotelo en mi Facebook y la bloqueé.

 

Ustedes recordarán que, en sus entrevistas, Sotelo dice que yo la bloqueé después de haberla acosado por años. De eso, lo único cierto es que la bloqueé, inmediatamente después de ese incidente en el restaurant Pitahaya. En las mismas entrevistas dice otra cosa que a todos ustedes les debe haber parecido rara: dice que tiempo después yo la “añadí” al Facebook y seguí acosándola. Como todos saben, nadie puede “añadir” a alguien al Facebook: una persona puede invitar a otra y la persona invitada puede perfectamente ignorar la invitación, o rechazarla, o incluso bloquear a quien la ha invitado. Muchos se han preguntado en estos días dos cosas: por qué un supuesto acosador bloquearía a la persona acosada y por qué la persona acosada aceptaría una invitación posterior, cuando al fin se ha librado del supuesto acosador. La norma en las respuestas ha sido que nadie debe cuestionar las acciones de Sotelo porque ella es una mujer acosada. Esa norma suena correcta (incluso a mí me suena correcta). No cuestionar sus acciones, sin embargo, no está en contradicción con esforzarse mínimamente por confirmar la verdad de lo que está diciendo. Esto es indispensable precisamente para evitar que esa norma se convierta en un instrumento de abuso, y desvirtúe por tanto la justa causa a la que sirve.

 

Sotelo también ha declarado que (en enero del año 2015) ella y un grupo de amigas me mandaron mensajes invitándome a que me juntara con ellas, alrededor de las 2 de la madrugada, en el pub Sargento Pimienta de Barranco. Es justo preguntarse por qué una mujer supuestamente acosada por un hombre lo invitaría a reunirse con ella a las 2 de la madrugada en un bar, y más aún, por qué revelaría ese detalle que cuestiona su historia de presunto acoso. La verdad es que Sotelo revela eso porque sabe muy bien que en efecto yo recibí esos mensajes, los que, como ella misma ha dicho, fueron enviados desde su celular. Es decir, Sotelo sabe muy bien que es ella la que me estaba enviando mensajes no solicitados.

 

También ha dicho que la idea fue de una amiga suya, que estaba en ese bar con ella y cuyo nombre ella no ha mencionado, pero que todos ustedes imaginan: Mayra Galdo. La prueba de eso también la tengo, porque no todos los mensajes de esa noche llegaron desde el celular de Tania Sotelo: algunos llegaron desde el correo de Mayra Galdo, el mismo correo de casi siempre: solanea@hotmail.com (en otras ocasiones Galdo ha usado correos corporativos de las empresas donde labora). Sotelo dice que yo fui al Sargento Pimienta esa noche, pasadas las 2 am. Eso es mentira. Lo que yo hice, conociendo ya que Sotelo y Galdo actuaban juntas y que Sotelo se había sumado a la persecución de Galdo (por lo menos desde el incidente en el restaurant Pitahaya) fue preguntar quiénes estaban en el Sargento Pimienta y pedir que me enviaran una fotografía para asegurarme de tener la prueba. Mayra Galdo dijo que Tania Sotelo la enviaría desde su celular y esa fue la última comunicación que tuve con Galdo. Después de eso, en meses siguientes, solo recibí algunos correos adicionales con la tónica anterior: mensajes en los que Mayra Galdo me retransmitía insultos contra mí publicados por terceras personas en redes sociales.

 

 

Cuando hace un par de semanas me encontré con toda esta red de denuncias y poco a poco fui comprendiendo que venían de Mayra Galdo, me enteré también de que la misma Mayra Galdo había coordinado que otras personas se sumaran a ello. Luego se me hizo evidente que había personas en la prensa y en las redes sociales preparadas para rebotarlo todo en minutos, publicar artículos de opinión instantáneos, reproducir los posts de tal manera que el post original pudiera desaparecer sin dejar rastro, y, por supuesto, incentivar a que otras personas, unas con nombre, otras con seudónimo, otras con identidades fraguadas y perfiles falsos, otras simplemente con apodos, se sumaran a la operación.

 

Entre ellas, claro, la más notable y notoria fue una persona que ha dado varias versiones de su nombre: «Julieta Vigueras», «Giulietta Vigueras Rodríguez», «Giulietta Vigueras Rodríguez Pasquel», etc. No he logrado que nadie verifique su existencia real. Luchar contra un nombre del que no se sabe nada no solo es terriblemente difícil sino también angustiante. He leído investigaciones publicadas que parecen dejar en claro que “Julieta Vigueras” mantiene varios perfiles distintos de Facebook (en una investigación leí que eran cinco, en otra leí que eran cerca de diez, en otra leí que son dos decenas, casi todos ellos hombres, y casi todos tienen en común una amistad compartida con una mujer que sí parece ser una persona real, y al menos uno de esos perfiles está involucrado en otra falsa acusación de acoso sexual contra otra persona).

Yo supe del nombre “Julieta Vigueras” por primera entre la primera y la segunda vueltas de la reciente elección presidencial. Me enviaba mensajes vía Facebook y su imagen del perfil era un símbolo de PPK. Decía ser personera de Peruanos por el Kambio y enviaba mensajes estrictamente políticos. A veces eran denuncias de fraudes fujimoristas, otras veces eran noticias publicadas en YouTube. En esos días mi página de Facebook había excedido el límite de amigos y yo había abierto otra y mis contactos, solo en esa red, sumando mis dos páginas personales y mi página pública, superaban los cien mil. Pueden imaginar la cantidad de mensajes que recibía, porque ustedes recordarán mi febril actividad durante la campaña electoral. Debe haber cientos de personas que pueden declarar que yo respondí a muchos de esos mensajes, y miles que dirán que me escribieron sin obtener respuesta. Normalmente respondía a quienes me ofrecían datos e información, y “Julieta Vigueras” era uno de esos casos.

 

Un día me dijo que tenía un video que quería mostrarme. Le pedí que lo enviara. Me dijo que era muy pesado. Le pedí que me enviara el enlace (porque normalmente eran videos ya publicados en alguna parte). Me dijo que era un video grabado por ella misma y que me lo quería enviar por correo. Le di mi correo de Gmail. Me dijo que demoraba mucho en cargar. Le pedí que lo posteara en su muro de Facebook y me mandara el enlace. Minutos más tarde me dijo que ya estaba y que entrara en su muro a mirar. Lo hice pero no había ningún video. Entonces me dijo que me iba a invitar al Facebook (hasta ese momento solo era una seguidora mía) para que pudiera verlo. Me invitó y acepté. Entré en su muro y lo que encontré fue un video pornográfico en el que aparecía una mujer rubia masturbándose. Me dijo que era ella (aunque ahora es claro que también eso debió ser falso). Le pregunté cómo se le ocurría publicar una cosa así en Facebook y que por qué me pedía que lo viera. Se rio y me preguntó si acaso no me gustaba y me dijo que no me preocupara porque el video era privado. Entonces vi que el video estaba etiquetado con mi nombre y con el nombre de otra persona. Le dije que lo borrara de inmediato y además le pregunté quién era esa otra persona. Me dijo que era su novio. Quizá dijo que era su exnovio, no lo puedo recordar con precisión. Pero sí tengo el nombre de la persona enlazada. Como pueden suponer, bloqueé a “Julieta Vigueras” esa misma noche.

 

Un tiempo después ocurrió algo que muchos lectores míos recordarán: publiqué un post criticando el racismo de un aviso del canal de televisión Plus TV. Entonces Rafo León, uno de los conductores de ese canal, republicó mi post y puso un comentario afirmando que mi crítica era banal, una especie de racismo inverso contra los blancos, etc. (por cierto, hasta pocos días antes yo había publicado defensas cerradas a favor de Rafo León por el absurdo juicio de difamación al que fue sometido hace poco, y lo volvería a hacer). Un amigo me hizo notar que, entre los comentarios al post de Rafo León, había uno de una persona que me insultaba de maneras atroces, que decía que yo tenía una especie de complejo contra los blancos, que decía conocerme y que además me acusaba de haberme propasado con ella en mensajes privados. Entré a ver y no encontré nada. Mi amigo me insistió en que ahí estaba el comentario. La única explicación lógica era que la persona que comentaba estuviera bloqueada en mi cuenta de Facebook. Entonces entré desde mi otra cuenta, mi cuenta principal, y vi que el comentario existía y que era de “Julieta Vigueras”. Poco después publicó por primera vez su denuncia de acoso sexual contra mí. Curiosamente, esa denuncia no fue atendida por nadie. La borró. De manera mágica, cuando @solanea y @mssalinger iniciaron el escándalo con los supuestos screen shots de Tania Sotelo, el post de “Julieta Vigueras” reapareció y se volvió viral en minutos. De manera no menos mágica, días más tarde, “Julieta Vigueras” me acusó de haber hackeado su cuenta y haberla cancelado. También su cuenta de Twitter desapareció y fue reemplazada, como su cuenta de Facebook, por otra.

 

Pero entre el momento en que esas denuncias aparecieron y el momento en que fueron desmontadas, muchas otras denuncias fueron publicadas. La mecánica fue similar: alguien las ponía, cientos o miles de perfiles de Twitter las rebotaban, páginas de Facebook ilícitamente abiertas con mi nombre proliferaban, voluntarios comentaristas pegaban las denuncias en esas páginas, etc. Entre todas ellas fui capaz de leer, gracias a amigos míos, denuncias de todo tipo: que yo acosaba a mis alumnas en el Perú, que yo acosaba a mis alumnas en Estados Unidos, que yo les pegaba a las mujeres, que yo tenía la costumbre de acosar a mis alumnas de la PUCP cuando era profesor ahí (nunca fui profesor ahí; fui jefe de prácticas, si no me equivoco, hasta 1991, es decir, entre los diecinueve y los veinticuatro años). También leí varias denuncias que decían que yo había enviado fotografías y videos de mí mismo desnudo a diversas personas. Todas esas denuncias aparecían y desaparecían junto con las cuentas en las que eran publicadas. Cuando lo de “Julieta Venegas” fue desmontado, la mayoría de esas cuentas dejaron de existir. Pero no todas.

 

Una que quedó en pie fue la denuncia anónima de una mujer que decía que yo supuestamente le había enviado fotografías pornográficas mías (por cierto, “Julieta Vigueras” dijo exactamente lo mismo y después quiso probarlo con montajes tan absurdos que ni sus seguidores y defensores quisieron republicarlos. En otra ocasión publicó como «prueba» una fotografía mía que está publicada hace años en mi website personal y dijo que esa era solo parte de lafotografía, pero que en verdad en la imagen completa yo estaba desnudo: busquen mi website y verán la imagen –vestido, por cierto). Volvamos a la otra denunciante. El nombre de la mujer era distinto en cada ocasión, pero la historia era la misma. Yo no reconocía los nombres (porque casi siempre eran solo nombres de pila, muy comunes). En un comentario en Facebook, un amigo mío leyó el nombre y el apellido de la persona y entonces sí lo reconocí. En los diarios ha asumido diversos alias, aquí la llamaré X. X era una persona que años atrás me había escrito por Facebook para hablarme de literatura y pedirme consejo sobre una revista que quería publicar. X me escribió muchas veces, conversaciones siempre cordiales sin ningún asomo de la agresividad y los desvaríos de los comentarios de Mayra Galdo. Con el tiempo, me contó cosas de su vida: que era estudiante de literatura, que era muy católica y practicante, que cantaba en el coro de una iglesia. Un día me contó que tenía una amistad particular con un sacerdote de su iglesia. Cuando me describió esa amistad, sin embargo, me di cuenta de que era algo más. Me dijo que el sacerdote la invitaba a lugares donde estaban solos, que la abrazaba y que se quedaban horas abrazados, que le gustaba mucho y, por último, que no sabía si se estaba enamorando del sacerdote o el sacerdote de ella. Yo le dije que esa no era una relación normal con un sacerdote pero ella me dijo que era completamente normal. También dijo que solamente se abrazaban y nada más, que nunca se habían besado ni ninguna otra cosa. Le dije que podía ser una situación de abuso, dado que era un sacerdote de la parroquia a la que ella asistía. Me dijo que no había nada de eso. Poco después me escribió para decirme que no quería hablar nunca más conmigo. No sé que cosa ocurrió entre la penúlitma conversación y ese último mensaje. No supe nada más de ella hasta que vi su nombre asociado con las denuncias de estos días. En su caso, también había hablado de fotografías pornográficas que yo supuestamente le había enviado. Después dijo que no había tales fotografías. Después dijo que eran imágenes de Skype. Según tengo entendido por los comentarios de un periodista de la revista Hildebrandt en sus Trece, en la entrevista que ella le concedió a esa publicación mostró capturas de pantalla de una conversación de Skype que supuestamente probaban lo que ella contaba (esas entrevistas fueron hechas bajo seudónimos, pero me parece inferir que era ella la testigo que mostró esas imágenes). Ese periodista, según comprendo, rechazó esas pruebas y escribió en un post que él vio las capturas de pantalla y que era evidente que la persona en esas imágenes no era yo. También dijo que todas las declarantes habían mentido y/o mostrado pruebas falsas. (He leído comentarios acerca de que César Hildebrandt es mi amigo, mi pariente y que haría todo por defenderme: quienes dicen eso deberían darle una ojeada a mis blogs y a mi último libro: nadie ha criticado a César Hildebrandt más duramente que yo en los últimos diez años).

 

En los días siguientes me he enterado de que hay todo un grupo de complotadores entre los cuales están Mayra Galdo y el periodista más rápido del Perú y se me ha dicho que son esas personas quienes estarían manipulando estos testimonios y posiblemente fraguando otros más. Dado que en el Perú las campañas de destrucción suelen ser exitosas, y dado que yo tengo la cantidad de enemigos que ustedes perfectamente conocen, no me sorprendería que fuera verdad ese complot y no me sorprendería tampoco que la catarata de falsedades se multiplique. Yo sigo preguntándome qué cosa puedo hacer para defenderme de una campaña de esas dimensiones, cuando está claro que he sido encontrado culpable de antemano, mucho más en circunstancias en las que, cada vez que la falsedad de una acusación queda demostrada, la respuesta es que eso no importa porque hay otra acusación que aparece de inmediato, como por arte de magia. Cualquier sugerencia es bienvenida.

 

Para terminar, casi no necesito subrayar que yo no soy la única víctima en este lío y que todas estas acusaciones han puesto a mucha gente al borde del colapso. También están mis amigos, quienes ven sus vidas invadidas sin razón alguna, o que se ven atacados por el solo hecho de dudar de las acusaciones o defenderme. Inclusive me atrevería a decir que eso es lo que más me pone triste en todo este asunto. Porque si no fuera por eso, todo no pasaría de haberme convertido en el personaje ficticio de una mala novela. Pero el sufrimiento que a ellos le han causado es real. Y déjenme asegurarles que haré todo lo que esté a mi alcance para que éste cese.

PD.- Anoche se comunicó conmigo una abogada que dijo haber estado apoyando a Mayra Galdo en su «lucha» contra mí pero que se había dado cuenta de que Mayra le había mentido. Yo no menciono el nombre de esta persona porque no estoy autorizado a hacerlo, pero estoy seguro de que tendrá el aplomo de decir en público lo que me ha escrito a mí en privado.

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Chiclayo en el corazón del Papa peruano León XIV

Lee la columna de Leonardo Serrano Zapata

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Ayer, el mundo ha sido testigo de un hecho histórico para la Iglesia católica y para el Perú: Robert Prevost, de nacionalidad peruana y estadounidense, ha sido elegido Papa, tomando el nombre de León XIV. Esta noticia ha llenado de orgullo a millones de católicos alrededor del planeta, pero especialmente a la ciudad de Chiclayo, en el norte del Perú, que guarda un vínculo especial con el nuevo pontífice. Robert Prevost, miembro de la Orden de San Agustín, ha vivido, trabajado y soñado junto a este pueblo, al que conoce profundamente y por el que siente un gran afecto.

Durante su primer discurso como santo padre, manifestó en un español muy fluido:

“Se me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”

Desde que se hizo público el anuncio, millones de personas en todo el mundo han buscado en Google y en redes sociales dónde queda Chiclayo, curiosos por conocer la tierra que ha marcado la vida espiritual del nuevo Papa. Chiclayo, conocida como “La Capital de la Amistad”, ha sido puesta hoy en los ojos del mundo en un día histórico que, sin duda, quedará grabado en la memoria colectiva de los peruanos.

Sin embargo, este acontecimiento es mucho más que una noticia emocionante; es también una oportunidad para reflexionar sobre lo que estamos haciendo por nuestra ciudad y por nuestra diócesis. El Papa León XIV no es ajeno a nuestras alegrías y dificultades. Conoce de primera mano la realidad chiclayana: sus necesidades, sus desafíos, pero también su fe inquebrantable, su generosidad y su espíritu comunitario. Que Chiclayo esté hoy en la mirada internacional nos llena de alegría, pero también nos plantea un desafío: ¿cómo estamos contribuyendo a construir una ciudad y una diócesis más justas, solidarias y fraternas?

El nombramiento del Papa Prevost nos interpela a todos: autoridades, líderes sociales, sacerdotes, religiosas, empresarios, estudiantes, familias. Cada uno, desde su lugar, puede preguntarse qué está haciendo por Chiclayo. ¿Cómo estamos cuidando a los más pobres? ¿Cómo estamos apoyando a los jóvenes para que tengan oportunidades? ¿Cómo estamos fortaleciendo nuestras comunidades y parroquias? Este es el momento de despertar, de salir de la indiferencia y renovar nuestro compromiso por el bien común.

La tradición agustiniana a la que pertenece el Papa León XIV nos recuerda que la fe no es solo un sentimiento privado, sino una fuerza transformadora que nos impulsa a actuar en favor de los demás. Como católicos, y como ciudadanos, tenemos la misión de trabajar por una sociedad más humana, donde nadie quede excluido. Chiclayo tiene hoy una oportunidad única de convertirse en ejemplo, no solo de fervor religioso, sino también de compromiso social.

Este día histórico nos recuerda que no estamos solos. Tenemos un Papa que lleva a Chiclayo en su corazón, que conoce nuestras calles, nuestras parroquias, nuestros barrios, y que seguramente no dejará de tener presente a esta tierra en sus oraciones y decisiones. Pero ahora nos corresponde a nosotros, los chiclayanos a estar a la altura. Debemos cuidar nuestra ciudad, fortalecer nuestra diócesis, acompañar a quienes más lo necesitan y construir, entre todos, un Chiclayo más solidario y fraterno.

Hoy, Chiclayo ha sido puesta en el mapa del mundo gracias a un hombre que ama profundamente esta tierra. Que esta alegría no se quede solo en la emoción del momento, sino que nos impulse a renovar nuestro compromiso para construir un futuro mejor. Chiclayo está llamada a brillar, no solo por su historia o por su fe, sino por su capacidad de trabajar unida por el bien de todos.

La declaración de Dina Boluarte: “El mal no prevalecerá, construyamos puentes del diálogo para alcanzar la paz” refleja una estrategia comunicativa calculada en un momento político complejo para Perú. Al enmarcar la situación en términos morales absolutos, Boluarte intenta posicionarse como defensora de valores positivos frente a fuerzas antagonistas indefinidas. Su llamado al diálogo busca proyectar una imagen conciliadora, aunque contrasta con las tensiones políticas que han caracterizado su mandato.

El pueblo católico vuelve a mirar al Perú con ojos de amor y alberga también la esperanza de que las 50 muertes ocurridas durante el gobierno de Dina Boluarte, en 2023, no queden impunes. Felizmente su gobierno va llegando a su final. El Papa prevalecerá. ¡Dios nos tenga en su gloria!

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Estudiantes de la UNSAAC toman Facultad de Ciencias Sociales y denuncian nepotismo del rector Eleazar Crucinta

Continúan los cuestionamientos al rector de la universidad cusqueña. Universitarios denuncian irregular contratación de la esposa del rector en la UNSAAC. Además, en un comunicado exponen la problemática de la actual gestión.

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Ayer por la tarde, estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSAAC se levantaron y tomaron el local de dicha facultad, declarando un paro indefinido presentando su plataforma de reclamos. Los estudiantes exigen: habilitación de servicios básicos (baños), implementación de los horarios de atención de la biblioteca especializada y el rechazo a prácticas de nepotismo y favoritismo.

“Expresamos nuestro total rechazo a los presuntos casos de tráfico de influencias, nepotismo y favoritismo en los procesos de contratación y nombramiento docente, tanto en la facultad como en el ámbito universitario en general. Exigimos transparencia, meritocracia y respeto a los principios de la función pública”, se lee en el comunicado de la plataforma de lucha.

Estudiantes de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC) han denunciado un caso grave de presunto nepotismo que involucraría directamente al rector de esta casa de estudios, Eleazar Crucinta Ugarte, quien además es docente de la Escuela Profesional de Historia. En resguardo de su seguridad, se mantiene en reserva la identidad de los estudiantes denunciantes. No obstante, ellos han proporcionado documentos oficiales —resoluciones internas— que revelarían indicios concretos de una designación irregular en favor de la esposa del rector.

Estudiantes tomaron la Facultad de Ciencias Sociales.

En este informe periodístico que Lima Gris pone en conocimiento de la opinión pública, se suma una serie de actos que configuran un patrón preocupante del manejo arbitrario del poder por parte del rector y su entorno político, agrupado bajo los nombres «MI UNSAAC» y «UNIDAD ANTONIANA». Todo parece indicar que Eleazar Crucinta ha convertido la universidad pública en su bastión personal.

Ante esta situación, surgen interrogantes que las autoridades competentes no pueden seguir ignorando: ¿Qué dirá la Contraloría General de la República? ¿Intervendrá la Fiscalía Anticorrupción? ¿La Policía Anticorrupción investigará estos hechos? ¿SUNEDU tomará cartas en el asunto frente a estas posibles irregularidades que afectan directamente a la institucionalidad universitaria?

La esposa del rector en la UNSAAC

El presunto caso de nepotismo en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), tiene como protagonista al rector Eleazar Crucinta Ugarte. Documentos oficiales muestran cómo el rector habría favorecido a su esposa, Enna Evelyn Aragón Ramírez, durante un concurso de promoción docente.

El 14 de septiembre de 2021, mediante la Resolución N° CU-278-2021-UNSAAC, el rector Crucinta aprobó el proceso para la promoción en la carrera docente. Esta resolución, respaldada por la Ley N° 31349, definió las reglas del concurso, incluyendo el reglamento, la tabla de puntajes, las plazas disponibles y el cronograma.

Lo cuestionable del proceso es que la esposa del rector, Enna Evelyn Aragón Ramírez, participó como candidata. Esto plantea un claro conflicto de intereses, ya que el rector tenía el poder de influir directamente en un concurso en el que su cónyuge era postulante.

El reordenamiento de Crucinta

Apenas dos semanas después de aprobarse el concurso, el 30 de septiembre de 2021, el rector emitió la Resolución N° R-0764-2021-UNSAAC, mediante la cual se autorizó el reordenamiento de cargos del régimen especial. En esta resolución, una plaza de docente asociada a tiempo completo fue trasladada desde la Facultad de Ciencias de la Comunicación hacia la Escuela Profesional de Historia, la misma área en la que postulaba Enna Evelyn Aragón, esposa del rector.

El cambio de ubicación de la plaza, posterior a la convocatoria oficial, ha generado sospechas fundadas sobre una posible maniobra para beneficiar directamente a la esposa de la máxima autoridad de la UNSAAC.

En octubre hay milagros

El 4 de octubre de 2021, la Resolución N° CU-303-2021-UNSAAC oficializó los resultados del concurso. Enna Evelyn Aragón Ramírez fue declarada ganadora y ascendida a la categoría de docente asociada a tiempo completo.

Nepotismo a la carta

La secuencia de resoluciones firmadas por el propio rector Crucinta, que incluyen la aprobación del concurso, el reordenamiento de plazas y la validación final de resultados, plantea serias dudas sobre la legalidad y ética del proceso. En términos claros, se trataría de nepotismo: el uso del cargo público para beneficiar a un familiar directo.

El Código de Ética de la Función Pública y la Ley prohíben expresamente este tipo de conductas. El rector, al no inhibirse del proceso donde su esposa era candidata, habría vulnerado principios fundamentales de imparcialidad y transparencia. Algo tan grave que dentro de la propia Sunedu han quedado con la boca abierta.

Evelyn Aragón, esposa del rector Eleazar Crucinta.

Eleazar Crucinta en la cuerda floja

Estas acciones del rector mencionadas líneas arriba, podrían conllevar sanciones administrativas, incluida la destitución del cargo, así como la apertura de procesos penales por presunto abuso de autoridad y presunta corrupción. Es responsabilidad de las autoridades competentes —Contraloría, Fiscalía Anticorrupción, SUNEDU— investigar con prontitud y profundidad este caso.

La universidad pública no puede convertirse en patrimonio personal de quienes la dirigen. Es urgente garantizar procesos meritocráticos y libres de favoritismos en todas las instituciones del Estado, especialmente en el ámbito académico.

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Habemus Papam desde Chulucanas, Piura, Perú

Lee la columna de Edwin A. Vegas Gallo

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Por Edwin A. Vegas Gallo

El hoy Papa de la Iglesia Católica, León XIV, forjó su vocación social cristiana, como misionero, entre 1985 a 1986, en la entonces Prelatura de Chulucanas, Piura, Perú; con su mentor agustiniano Juan MC Nabb, siendo su canciller de la entonces creada Catedral de Chulucanas, con área pastoral en las provincias andinas de Ayabaca, Huancabamba y Morropón.

Con apenas 30 años, en estas tierras andinas piuranas, con mucha escasez de economía, fraguó su carácter y personalidad.

Escasez, por cierto, resultado de la mala ejecución de la reforma agraria y de la economía hiperinflacionaria del primer gobierno del extinto García.

Es en ese lustro, que el futuro León XIV, conviviendo con la desigualdad social, la pobreza, pero con mucha esperanza y alegría con el tondero y cumananas de Chulucanas, los “bocadillos” de Ayabaca, con la fiesta del Santo Patrón de Ayabaca, que se acercó a la Rerum renovarum (1891, época de la revolución industrial), del papa León XIII, de quién ha tomado su nombre.

En mi época de estudiante de secundaria (1967), estudiamos la Rerum renovarum, que significa “cosas nuevas”, o “de los cambios políticos”. Es una carta abierta dirigida “a los obispos y catedráticos universitarios, para acercar la iglesia a la ciencia, abordando la dimensión social, especialmente las condiciones de los trabajadores con derecho al trabajo y al salario justo, pero reafirma está encíclica papal, su apoyo al derecho de la propiedad privada.

Un acápite no menos importante, de Robert Prevost Martínez, nombre secular del ya LEÓN XIV, es su grado obtenido en Ciencias Matemáticas y que ha desempeñado docencia en las ciencias exactas, amén de crear el centro de formación de Chulucanas.

Incluso con el Papa Francisco, comentando su Laudato si y como buen científico, hizo una crítica al hiper consumismo y al rol de los ultrarricos en el cambio climático, sin tomar en cuenta los límites de los recursos naturales.

Es de esperarse que este Papa, con actividad pastoral en Piura, Trujillo y el Callao, que se ha alimentado material y espiritual de las iglesias andinas piuranas, se construya un Perú, más unido con amor, esperanza, democracia y el mejor homenaje que se le puede hacer a LEÓN XIV, es que los políticos se dejen de politiquería absurda y barata y se acerquen más a la social democracia, con cambios políticos serios, para evitar la tragedia del bien común de esta generación y de las futuras.

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Robert Prevost, el papa de orígenes migrantes

Nombrado este mediodía como León XIV, el nuevo papa es un claro ejemplo de las migraciones en todo el mundo.

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Todas las sangres. Nacido en Chicago, Estados Unidos, y también DNI peruano desde el 2015, Robert Prevost, hoy bautizado como León XIV, se muestra contrario a la política de Donald Trump al pretender cerrar las fronteras de su país a los migrantes, pues él en carne propio es un claro ejemplo de que nadie debe de ser mirado o juzgado por sus raíces.

Su padre fue Louis Marius Prevost, un ciudadano de ascendencia francesa e italiana, mientras que su madre fue Mildred Martínez Prevost, de procedencia española. En 1982, Robert se nombró como sacerdote y tres años después dejo los Estados Unidos para viajar al Perú, país donde ejercería como obispo hasta el 2023. Ese mismo año el papa Francisco lo nombre como cardenal.

Así, su durante su primer discurso convertido en León XIV, le dedicó unas breves palabras en español a su querida Chiclayo al Perú, pues pasó más de dos décadas difundiendo la palabra de Dios en ciudades como Chiclayo, Trujillo, Lima e Iquitos.

“Si se me permite, también un saludo a todos aquellos, y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo, en Perú”, mencionó ante la multitud de fieles que se habían congregado en la plaza de San Pedro.

Con su nombramiento la Iglesia Católica ha querido dar un mensaje de apertura y renovación, pues se trata del segundo papa en la historia no europeo, abriendo la posibilidad para que todos los cardenales aptos puedan convertirse en el nuevo representante de Dios.

“El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”, fueron las palabras de Prevost antes de convertirse en el papa número 267.

Con esto, León XIV continuará el camino de su predecesor al defender a los migrantes y caminar junto a ellos y no permanecer desde una posición privilegiada.

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Ronderos de Pataz exigen inmediata justicia por la muerte de 13 trabajadores de La Poderosa

Comunidades además se muestran en contra de suspensión por 30 días de las actividades mineras.

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Alzaron su voz de protesta. A través de un comunicado, la Central Única Provincial de Rondas Campesinas de Pataz, se ha mostrado en contra de las medidas adoptadas por la presidenta de la República, Dina Boluarte, al querer suspender por 30 días la actividad minera en Pataz.

En su comunicado indican que esa medida no será una solución efectiva contra la criminalidad, “sino una maniobra para desviar la atención de los verdaderos responsables del saqueo de nuestro oro y de la masacre de 13 jóvenes, cuyas muertes siguen impunes”.

Ante ello, le exigen al Gobierno Central las siguientes medidas:

  • Justicia y verdad para los 13 jóvenes
  • De suspenderse la actividad minera, también debería de suspenderse la actividad artesanal, así como la pequeña y mediana minería.
  • No más persecución a los mineros artesanales.
  • Salida inmediata de las Fuerzas Armadas y de la Policía de sus comunidades.

Ese comunicado es firmado por las bases ronderas de Pataz, las comunidades campesionas, las asociaciones de mineros artesanales y el pueblo organizado. Finalmente, indican que convocarán un paro provincial indefinido de no mediarse una solución.

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¡Vaticano eligió a papa con DNI peruano! Cónclave nombró a Robert Prevost como nuevo representante de Cristo en la tierra

Cardenal protodiácono francés Domenique Mamberti anunció para los miles de fieles la famosa frase “habemus papam”.

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Al promediar las 11: 20 de la mañana (horario del Perú) una tenue fumata blanco finalmente emergió de la estufa de la Capilla Sixtina, señal inconfundible de que el Cónclave cardenalicio había elegido al nuevo sucesor de San Pedro. En tercera oportunidad, luego de las tres fumatas negras, la Iglesia Católica tiene a León XIV como el papa número 267, tras el sensible fallecimiento de su predecesor Francisco, el primer papa argentino en toda la historia.

Alrededor de 250 mil asistentes que se congregaron en la Plaza de San Pedro escucharon las primeras palabras del nuevo pontífice.

“La paz sea con todos”, inició su discurso el santo padre ante una multitud que esperaba ansiosa desde varias horas su aparición en el balcón.

Sobre Robert Prevost, el papa León XIV

Nacido en Chicago (Estados Unidos) el 14 de setiembre de 1955, en el año 2015 obtuvo la nacionalidad peruana. Se ordenó como sacerdote en el año 1982 y posteriormente fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas (Piura) del 1985 al 1986. Un año después viajó a los Estados Unidos para ser el director de las misiones de la Provincia agustiniana “Madre del Buen Consejo”. En 1988 regresó al Perú para ser enviado a la misión de Trujillo, laborando cerca de dos décadas en nuestro país.

En el año 2014, el papa Francisco lo nombra obispo y administrador apostólico de Chiclayo.

Fuente: Reniec.

Cuestionamientos

En el año 2023 el sacerdote de Chiclayo, Eleuterio Vásquez Gonzáles, fue denunciado por presunto abuso sexual infantil ante el Ministerio Público y el Obispado de Chiclayo. La denuncia fue en abril del año 2022 cuando estaba como arzobispo Robert Prevost, quien se mantuvo a cargo de esa diócesis desde el año 2015 hasta marzo del 2023. A Prevost se le critica por no tomar acciones contra esa denuncia, indicando que en ese momento que no existían las pruebas suficientes para culpabilizar a Vásquez Gonzáles, archivando su caso.

Los retos del nuevo papa

Tras la elección del mensajero de Dios, este tendrá una dura tarea para recuperar o atraer nuevamente a la fe católica a millones de personas que han visto últimamente escándalos de agresión sexual por parte de algunos de los más altos representantes del Vaticano. Asimismo, tendrá que dar a conocer la postura que tendrá su ministerio, si será conservador o tendrá una visión más abierta con relación a las nuevas generaciones. ¿Continuará con la ideología de inclusión del papa Francisco o se inclinará por reforzar la doctrina católica?

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Docentes contratados de la UNSAAC denuncian violación de derechos laborales y exigen cumplimiento de la Ley 32171

La arqueóloga Mildred Fernández denunció los abusos y las vulneraciones que se viene comentiendo en la gestión del rector Eleazar Crucinta en la UNSAAC.

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En una contundente conferencia de prensa realizada esta mañana en la ciudad de Cusco, la arqueóloga Mildred Fernández, vocera del colectivo de docentes contratados de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), denunció una serie de vulneraciones a los derechos laborales y humanos por parte de la autoridad universitaria, en el marco de la aplicación de la Ley 32171.

La Ley 32171, promulgada el 21 de noviembre de 2024, autoriza de manera excepcional el nombramiento de docentes contratados como profesores auxiliares y asociados, sin exigir requisitos adicionales a los ya establecidos en la norma. Sin embargo, según Fernández, la UNSAAC implementó un proceso de nombramiento a través de un concurso público, contraviniendo lo dispuesto en dicha ley.

El colectivo intentó establecer diálogo con la universidad, pero fue rechazado, por lo que optaron por recurrir al Poder Judicial. La respuesta fue favorable: se emitieron 23 sentencias de amparo y dos medidas cautelares que paralizaron el concurso, además de dos sentencias de acción popular que declararon nulas las resoluciones universitarias que contradecían la ley.

Pese a ello, la autoridad universitaria emitió en febrero de 2025 la Resolución CU-152-2025, que excluye de los procesos de evaluación a los docentes que tengan procesos judiciales en curso contra la institución. Esto, según Fernández, constituye un acto de “persecución, amedrentamiento y discriminación”. Como consecuencia, 27 docentes fueron retirados de sus funciones, pese a que ya se encontraban dictando clases.

Fernández también denunció la participación de un pequeño grupo de docentes contratados que actuaron como opositores en los procesos judiciales, sin éxito, ya que el Poder Judicial falló a favor del colectivo.

Finalmente, anunció que, tras la presión legal, la universidad emitió el Comunicado N° 17-2025, en el que se compromete a convocar al Consejo Universitario para discutir la implementación efectiva de la Ley 32171. Fernández hizo un llamado a la comunidad universitaria y a la ciudadanía a mantenerse vigilantes para evitar una nueva vulneración de derechos.

“El Poder Judicial nos ha dado la razón. Exigimos respeto a nuestros derechos y que se cumpla la ley tal como fue promulgada”, concluyó Fernández, antes de ceder la palabra al asesor legal del colectivo.

El boicot

Durante la conferencia de prensa ofrecida esta mañana por el colectivo de docentes contratados de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), en defensa de la Ley 32171, se produjo un incidente con la irrupción de cuatro docentes nombrados.

Este grupo interrumpió el evento alegando que sus propios derechos también estaban siendo vulnerados y que no existían plazas disponibles para nuevos nombramientos en la universidad. La presencia y el accionar de estos docentes, aparentemente vinculados a la autoridad universitaria, fue interpretada por los organizadores como un intento deliberado de boicotear la conferencia.

Docente nombrada de la UNSAAC que intentó boicotear la conferencia.

El colectivo denunció que esta acción se suma a una serie de actos de amedrentamiento y persecución contra los docentes contratados que defienden la implementación íntegra de la Ley 32171. Según indicaron, dicha norma reconoce el derecho al nombramiento excepcional sin exigencias adicionales, derecho que consideran vulnerado por las autoridades de la UNSAAC.

Aquí el texto completo de lo mencionado por Mildred Fernandez en la conferencia del caso UNSAAC.

«Señores periodistas, muy buenos días, gracias por haber escuchado nuestro llamado, gracias por estar aquí, quiero empezar esta conferencia con voz fuerte y Clara,

Diciéndole a la autoridad universitaria basta de violar los derechos humanos fundamentales, basta de marginar, basta de estigmatizar a nosotros los docentes contratados de la UNSAAC que defendemos la ley 32171.

Dicho esto, señores periodistas pongo en su conocimiento los siguientes hechos:

1.- El jueves 21 de noviembre de 2024 fue promulgada la Ley que autoriza excepcionalmente el nombramiento de los docentes contratados en las universidades públicas para las categorías de profesores auxiliares y profesores asociados, Ley N° 32171.

2.- Dicha ley en su Art. 2 establece los requisitos para que los docentes contratados se acojan a la mencionada ley.

2.1) Los docentes contratados en las universidades públicas que se acojan a la presente ley deben acreditar a la entrada en vigor de la presente ley lo siguiente:

a) Experiencia en docencia universitaria y/o en el ejercicio profesional no menor de 5 años.

b) Vínculo laboral hasta el semestre académico 2023-2.

c) Adjudicación de una plaza por concurso público.

Dicha ley en su Art. 2, numeral 2, dispone para el nombramiento excepcional queda prohibida toda exigencia adicional que no esté establecida en esta ley.

3.- La referida ley en su Art. 3, nombramiento por categorías, establece dos categorías de la siguiente forma:

a) Para el nombramiento en la categoría de profesor asociado, el docente debe tener siete años o más de experiencia en docencia universitaria, consecutiva o alternada y contar con el grado de doctor.

b) Para el nombramiento en la categoría de profesor auxiliar, el docente debe tener un mínimo de cinco años de experiencia en la docencia universitaria y/o en el ejercicio profesional, consecutiva o alternada, y contar con el grado de maestro.

4.- Pese a la claridad de la presente ley, la autoridad universitaria de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), dispuso la realización de un concurso incumpliendo totalmente la disposición de la Ley 32171, so pretexto de una autonomía universitaria.

5.- El colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la Ley 32171, buscó el diálogo con la autoridad universitaria, el que fue negado manifestándonos que el poder judicial se encargará de darnos la respuesta.

6.- Al ver vulnerados nuestros derechos constitucionales y, consiguientemente, derechos humanos fundamentales como el derecho al trabajo y a la igualdad, nos hemos visto obligados a entablar una denuncia penal por abuso de autoridad en contra de la autoridad universitaria, asimismo, planteamos medidas cautelares, acciones de amparo y acciones populares.

7.- El Poder Judicial ha dado la razón al colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la Ley 32171, es así que el Segundo y Sexto Juzgado Civil – sede central, de la ciudad de Cusco, ha otorgado la admisión de dos medidas cautelares paralizando el ilegal concurso, camuflado en el supuesto cumplimiento de la Ley 32171, convocado por la autoridad universitaria de la UNSAAC, en fecha 18 de diciembre de 2024.

8.- Así también, el Poder Judicial de Cusco ha sentenciado, a favor, de los miembros del colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la Ley 32171, siendo 23 las sentencias de acciones de amparo, disponiendo y declarando que el Consejo Universitario de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco al emitir la Resolución N° CU-629-2024-UNSAAC, de fecha 18 de diciembre de 2024,  ha vulnerado los derechos fundamentales al trabajo y a la igualdad, asimismo, declara inaplicable la resolución referida, en aplicación de la Ley 32171.

9.- El poder judicial ha sentenciado dos acciones populares a favor del colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la Ley 32171, declarando fundadas las demandas de acción popular interpuestas en contra de la UNSAAC, por ende se declara nula y sin efecto legal la resolución que aprueba los lineamientos y cronograma para la aplicación de la Ley 32171, que autoriza excepcionalmente el nombramiento de los docentes contratados de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, desde la vigencia de dicha disposición, es decir, en efectos retroactivos y generales para todos los involucrados en dicho nombramiento.

10.- En respuesta a todas estas acciones legales, en defensa de la Ley 32171, la autoridad universitaria ha emitido la Resolución N° CU-152-2025-UNSAAC, en la que, en un acto de persecución, de amedrentamiento y violación de derechos humanos la autoridad universitaria, en el literal segundo de dicha resolución dispuso que los docentes que tengan conflictos judiciales con la institución ante el Poder Judicial o el Ministerio Público no serán considerados en dicho proceso de evaluación.

11.- Al amparo de esta resolución discriminatoria y atentatoria a los derechos humanos han sido retirados 27 docentes contratados de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, pese que ya se encontraban dictando clases por tres semanas.

12.- Asimismo, informamos a la opinión pública a través de ustedes señores periodistas que un minúsculo grupo de docentes contratados de la UNSAAC, cual felipillos, a favor, de la autoridad universitaria presentaron oposiciones a nuestras demandas judiciales, asimismo se presentaron como litisconsorte en muchos de los procesos, pero el poder judicial nos ha dado la razón, anulando el concurso ilegal que venía haciendo la autoridad universitaria.

13.- El Poder Judicial a través de las sentencias y resoluciones ha dado la razón al colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la Ley 32171, por lo que la autoridad universitaria, recientemente, en fecha 01 de mayo del presente, ha lanzado el Comunicado N° 17-2025, indicando que convocará a Consejo Universitario para ver las medidas de implementación de la Ley 32171.

14.- Por último, pedimos a la comunidad universitaria y a la ciudadanía que estén alertas en el desarrollo del proceso convocado por la autoridad universitaria de la UNSAAC que hasta el momento nos ha discriminado, violando nuestros derechos humanos fundamentales como es el derecho al trabajo y a la igualdad, al haber intentado, so pretexto de la Ley 32171, politizar dicho nombramiento excepcional.

Los miembros del colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la ley 32171.

Señores periodistas agradezco su presencia, agradezco ese fino gesto de ustedes de acompañarnos en nuestra lucha por eso sin miedo digo y que la autoridad universitaria escuche a los miembros del colectivo de docentes contratados de la UNSAAC, en defensa de la ley 32171, ¡siempre estaremos de pie y nunca de rodillas…!

Gracias señores periodistas dicho esto cedo la palabra al doctor Bravo para que también le dé algunos alcances legales respecto a este proceso».

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Nuevo aeropuerto Jorge Chávez recién iniciaría operaciones medio año después

De acuerdo al MTC, el 1 de junio recién entrará en funcionamiento el nuevo aeropuerto.

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¿Será la fecha definitiva o habrá que esperar hasta fin de año? Mucho más que un dolor de cabeza viene resultando el inicio de las operaciones del nuevo aeropuerto Jorge Chávez, trayendo consigo un malestar por parte de los conductores debido al intenso tráfico generado en la avenida Morales Duárez, así como las complicaciones al momento de querer ingresar al aeropuerto.

Al respecto, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha anunciado que el próximo 1 de junio finalmente se dará inicio a las operaciones del nuevo aeropuerto.

«El aeropuerto actual va a estar vigente hasta el 30 de mayo a las 23:59. Va a haber un periodo de doce horas, las primeras doce horas del 1 de junio, va a estar cerrado el aeropuerto, tanto el actual, como este. No va a haber operación aeronáutica. Y a partir de la 12 del mediodía del 1 de junio, este aeropuerto toma el total de operaciones de las aerolíneas en nuestro país, tanto nacionales como internacionales».

Es así que el nuevo aeropuerto, a partir del mediodía del 1 de junio, asumirá la totalidad de las operaciones aéreas, tanto nacionales como internacionales, explicó el titular del MTC, Raúl Pérez-Reyes.

Es importante mencionar que esta transición implicará una serie de reprogramaciones de vuelos que las aerolíneas comunicarán a sus pasajeros. Por ello, el MTC y los actores de la industria trabajarán para minimizar el impacto, estableciendo exenciones en horarios y adaptaciones rápidas, especialmente durante la primera semana.

Incluso, se instalarán luces portátiles en ciudades como Piura, Cajamarca y Ayacucho para permitir operaciones nocturnas y facilitar la reprogramación de vuelos cancelados durante el cierre.

El ministro resaltó que esta transición con un cierre temporal es una práctica común en aeropuertos que se trasladan a nuevas ubicaciones.

Ministro de Transportes informa que el 1 de junio operará el nuevo aeropuerto. Foto: Gobierno.

Se alista “marcha blanca” a partir de quincena de mayo

Asimismo, se indicó que se realizará una «marcha blanca» (operación de prueba con vuelos limitados) a partir de la quincena de mayo.

«Aproximadamente, hacia la quincena de mayo, vamos a iniciar una marcha blanca con un número pequeño de vuelos controlados que nos van a permitir ir viendo cómo los servicios se van prestando y haciendo los ajustes», precisó Pérez Reyes.

Pérez Reyes también destacó los significativos beneficios del nuevo aeropuerto en comparación con el actual. Mientras el terminal existente tiene una capacidad para 15 millones de pasajeros al año, el nuevo aeropuerto arrancará con una capacidad de 30 millones y en menos de un año alcanzará los 40 millones. 

El nuevo terminal es descrito por el ministro como «mucho más grande, más espacioso, más cómodo, sin duda moderno, sin ninguna duda».

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