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Cultura

Falleció Luis Palao: esta fue su última entrevista

Ha muerto un grande… un mago de los pigmentos, un genio de la acuarela y de la pintura. El maestro Luis Palao Berastain acaba de partir a los 81 años. Lima Gris lamenta su partida, pero celebra su inmortal legado artístico. Aquí nos honramos en publicar su última entrevista realizada en Arequipa.

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Luis Enrique Graciano Palao Berastain (1943) es un excepcional dibujante y pintor realista que se pasó la vida retratando a los habitantes más modestos que merodean en el campo. Encontrarlo es muy difícil, ya que prácticamente es un ermitaño que se aleja de la civilización. Cuando le pregunté si podía visitarlo unos minutos, se puso arisco y me dijo que no, porque recién había regresado de Chumbivilcas. Felizmente y ante la insistencia de casi un año accedió a un encuentro en la Plaza de Armas de la Ciudad Blanca. A él le disgusta que le llamen maestro porque no se considera como tal.

Luis Palao solo viaja en camiones porque no le agradan los buses y los aviones. Su actitud respetuosa es inagotable, por ello, en algún momento pidió disculpas por tanto improperio y humildemente a pesar que estudió en la Universidad Nacional de la Plata de Argentina afirmó que su educación es solo al nivel secundario de un colegio nacional.

Señor Palao ¿qué lectura ha realizado últimamente?

A mi no me gustan esas cosas, ni revistas, libros, televisión o radio. Discúlpeme la expresión pero siempre lo he visto como una cojudez, que sé yo.

Entonces ¿cuál es su pasatiempo?

Para mí no es importante ni el tiempo, ni el destiempo. Pienso que lo único que tenemos los pobres es el tiempo nada más, o sea, veinticuatro horas al día. Creo que alguien se lo da a los ricos y a los pobres y ese es el único capital que tenemos.

¿Cómo hace con su pintura?

La pintura para mí no es importante. Yo no vivo para la pintura; no soy un pintor, y nunca he sido un pintor. Nunca he ido a una escuela de arte ni esas cojudeces, ni he querido ser pintor tampoco y nunca he comprado un libro de pintura para ver figuritas.

¿Y qué de las exposiciones?

Para qué voy a ir a una exposición si no voy a entender nada, ¿qué cosa podría entender allí?

Debe haber una explicación de que usted haya obtenido aquel trazo en su dibujo y en su pintura si no hubo una formación previa.

Oiga usted, en el Colegio Nacional Independencia Americana donde estudié el profesor de historia me llevó a las cuevas de Sumbay y ahí habían unos dibujos. Por supuesto yo hacia esos dibujos mientras que otros escribían y otros buscaban en la arena a ver si se encontraba algún vestigio cerámico para llevarlo al museo del colegio. El hombre de Sumbay tenía miles de años y ya dibujaba. El profesor lo dijo claramente, que una de las primeras expresiones del ser humano era dibujar y que después evolucionó mucho y entonces pudo escribir y hasta ahí no he llegado. Por eso es que nunca en mi vida he comprado un periódico o un libro porque no evolucioné. Solo quedé en las cuevas de Sumbay con un poco de tiza que yo mismo preparé creando mis colores y dibujé en cualquier superficie sea porosa o lisa porque soy de los Andes. Solo dibujaba al personaje que en ese momento pasaba por los parajes arriando a los guanacos. El que me enseñó eso fue Churajón Málaga un gran maestro de historia que de profesión era antropólogo.

Usted siempre apostó por lo nuestro.

Nunca me han interesado otros países, pero he conversado con gente que salía y alguna vez conversé con un payaso que se llamaba Szyszlo y que no llegaba ni a payaso. Él era patético, un admirador de la caca de las bacinicas de Nueva York y le encantaba la caca de las bacinicas de París. Lo despreciaba y me tuve que retirar porque no podía soportar que un peruano como yo se ponga debajo de un francés o debajo de un norteamericano y ni siquiera lo obligaban a hacerlo pero él se ponía debajo de ellos, como tantos pintores que se me han acercado y se han puesto automáticamente debajo de los pintores de Lima, cuando en Lima no hay ni mierda de pintura y si no he ido a Lima es porque no hay nada que ver. Tienen un Museo de Arte en Paseo Colón donde todos los pintores son de diferentes países, y estos hijueputas limeños se dan el gusto de decirnos que somos provincianos. Yo estudié geografía en tercer año de primaria y Lima solo tiene ocho provincias nada más y nosotros somos departamento pero nos tratan de provincianos. Y en el museo de Paseo Colón los pocos pintores peruanos son Daniel Hernández de Huancavelica, Ignacio Merino de Piura, Francisco Laso de Tacna, Teófilo Castillo de Carhuaz, Carlos Baca Flor de Islay de la tierra grande que está peleando hoy por el valle del Tambo, es decir, pintores de verdad.

Es cierto. Ninguno es de Lima

Y sigo: Sabogal fue de Cajabamba en Cajamarca, Camilo Blas y Horacio Urteaga también fueron cajamarquinos. Teodoro Nuñez Ureta fue de Arequipa, Mariano Fuentes Lira de Cusco, Carlos Dreyer era alemán pero pintaba en Puno. Digamos que las raíces del arte están enclavadas en los departamentos de esta patria, es por eso que siempre me gustó vagar e ir donde había nacido Vallejo y donde nació Sabogal, también visité el pueblo de Ichocán donde nació Yma Súmac que cantaba como un pajarillo y si fui a Piura fue para conocer la tierra de Merino y si fui a Carhuaz fue para ver la tierra de Teófilo Castillo y si fui a Cusco fue por sus grandes piedras y sus grandes hombres y pintores como Francisco Gonzales Gamarra. Nuestra patria está llena de pintores y grandes poetas. Nunca compré un libro porque lo escuché personalmente a Eleodoro Vargas Vicuña cuando escribió el Taita Cristo y conocí personalmente a José María Arguedas porque me gustaba escucharlo y si me decían que vaya a Puquio, iba hasta Puquio porque estaba ocioso y nunca he trabajado para nadie. Y me fui a caminar detrás de los caminos de Jorge Vinatea Reinoso, los de Orbegoso y los de Pantigoso. Y cuando fui a Huancayo fui a buscar al gran pintor wanka Guillermo Guzmán Manzaneda. Entonces no había motivo para subirse a un camión e ir a Lima, porque no había ni mierda en Lima. Y ellos empiezan a decir que nosotros somos provincia.

Entonces usted…

De qué quiere hablar conmigo si no vale la pena porque yo solamente soy un resentido social. Soy nada más un peruano que ama a su gente, a sus mendigos y campesinos sin tierra; como diría algún poeta: “Para pintar la belleza tenemos el corazón y para pintar el pueblo tenemos la sangre”

¿Se siente orgulloso de ser arequipeño?

Mire, yo no soy arequipeño. Mi padre era de Arequipa y mi madre era de Lima, yo debo haber nacido en Huacho en la hacienda Humaya y me he criado toda mi vida en Cusco. En Arequipa no ha pasado nada importante.

¿Qué significa eso?

En Arequipa solamente hay tres cosas importantes para mí: la tumba de mi padre, la tumba de mi madre y la tumba de mi hermana Rosa.

Entonces ¿Dónde se ha sentido usted más cómodo?

Nunca me he sentido cómodo. Me sentiría más cómodo de vagabundo para seguir y si es que llegara a un estado más grande cuando me reciba seré mendigo y después moriré en un basurero. Ahí sí me voy a sentir cómodo con los perros y con las moscas y con la basura. Y con las pinturitas que he hecho con esos colorcitos que yo mismo he  preparado, porque nunca he ido a una tienda a comprar chisguetes ni americanos ni franceses.

Usted mismo preparaba sus pigmentos

Desde que tuve siete años, porque tuve la suerte de conocer a mi profesor don Víctor Torres Cruz del barrio de Miraflores de la escuela Muñoz Najar. Al principio me había comprado unos libritos para dibujar, pero cuando el profesor me enseñó a hacer tiza, con agua, yeso cernido, cola de reses de animales y de los cachos hervidos, entonces dije: nunca más en mi vida gasto un centavo en un libro. Mejor buscaré un maestro y Víctor Torres también me enseñó a hacer acuarelas y oleos. Íbamos al camal a buscar unos pelos de vaca de las orejas y los metíamos en plumas de pato y ganso y lo amarrábamos en un palo y ya teníamos brocha. Y me dije: esto es mi patria, ahí estaba el milagro de este maestro porque me enseñó algo que aún lo tengo en mi memoria y como yo soy más primitivo que la escritura, me quedé en el dibujo en la época que el hombre recién estaba tratando de representar a un animal o a otro hombre y la primera letra que se hizo en Grecia fue la Alfa que representaba el ojo de un animal de ganado y el ojo de un ser humano. Así nació la escritura, por eso que yo nunca quise llegar a ella y solo me he quedado en el dibujo y el diseño.

¿Y alguna vez enseñó sus técnicas a otros alumnos?

Una vez un señor Eduardo del Pino del ministerio de Educación, me quería, porque yo trabajaba en el periódico Correo haciendo dibujos y caricaturas, me llevó a la escuela para que enseñara y un día salió en los periódicos que la Escuela de Bellas Artes estaba en desgracia, que cualquier pelucón y vagabundo era maestro sin ningún título, y por supuesto, me botaron ese mismo día. No llegué a tener ni cinco dias enseñando en la Escuela Baca Flor.

¿Qué sentido tiene la vida para usted?

Yo no sé si tiene sentido, no sé. No soy juez en esta vida. He vivido de vago nada más y he pintado solo a la gente que he admirado y no sé hacia dónde va la vida. Solo sé que hay muchísimas personas que me gustaría verlas dibujadas porque son admirables, me refiero a esos campesinos que no tienen tierras, mis hermanos los mendigos, los enfermos mentales, las casas que se caen, las obras de los albañiles que pusieron los adobes y ahora se caen. Ahora es triste pasar por Arequipa y si alguien tiene la costumbre que yo he tenido de chupar los pinceles, que no pinten acuarela en Arequipa porque el agua está envenenada por las mineras.

¿Qué piensa de esas grandes mineras que funcionan en Arequipa?

Yo no soy juez para hablar de esos adefesios y no sé ni qué significa minero. Alguna vez escuché a un profesor de botánica que cuando se destruye un árbol, Tambo ha perdido un árbol, por consiguiente, el departamento de Arequipa ha perdido un árbol también y consecuentemente el Perú ha perdido un árbol también y consecuentemente América Latina ha perdido un árbol y finalmente el mundo ha perdido un árbol. Ese árbol era del mundo más que del valle del Tambo.  Para que haya vida en el planeta solo se necesitan dos cosas: oxígeno y agua. No se necesitan Bancos, teléfonos, libros, maquinarias, ni autos. Y para que haya vida humana un feto también necesita oxígeno y agua, entonces nosotros somos como fetos de este planeta, nada más. Ahora esos señores que explotan millones de dinamita, y echan millones de litros de veneno a las aguas como arsénico, cianuros y cosas así, no le darían de beber esas aguas a sus hijos. Así es la cosa, pero según ellos se necesita dinero para sobrevivir en este planeta.

¿Qué opina de la gastronomía arequipeña?

No me gustan los cocineros, nunca en mi vida he entrado a un restaurante, y nunca nadie ha limpiado las babas de mi plato. Toda mi vida yo mismo me he cocinado. Toda la gastronomía deliciosa hoy día se la comen y mañana se convierte en caca y todos los camarones que matan también. Mi profesor Germán Coaguila creador de hermosos tratados de biología y de química nos explicó cómo es que el camarón pone sus huevos en las orillas de los ríos y el mar, y cómo es que esos huevos luego transitan por las corrientes marinas pegados en las orillas durante meses hasta convertirse en larvas donde son comida para los peces y esas larvas se convierten en alevinos y luego empiezan a tomar forma de camarones cuando desarrollan sus antenas que son su sentido del tacto y después verán qué desembocadura del río les conviene más por los nutrientes y los helechos pegados en los baches de las piedras que vienen desde las alturas de los nevados es el alimento de los camarones, de los ispis y los carachis, y ellos empiezan a trepar para ver dónde hay mejores algas y así sobreviven hasta que llega el ser humano para ponerles una trampa y después de cazarlos los venden en cualquier puente y luego esos camarones van a parar a un restaurante, o a una chichería arequipeña para que los grandes señores se los traguen. Nunca en mi vida he comido un camarón porque ese alevino sobrevive solo y es un ejemplo de vida. En Tambo he buceado en el río con esos camarones porque mi abuela, la madre de mi padre era de Tambo.

Eso es un verdadero ecosistema entre el hombre y la naturaleza

El ser más elevado de la especie humana es el campesino. Es el único indispensable en este mundo y cuando el ser humano después de las cavernas rupestres tuvo que buscar un cobijo, luego evolucionó y encontró que el milagro de la vida estaba en la semilla que fue la gran primera reforma de la especie humana al domesticarla. Después de ese chispazo de luz no se ha creado nada importante en el mundo.

¿Por qué dice que nunca le interesaron las galerías de arte? si usted antes exponía muy bien.

No es que no me interesaran las galerías de arte. Cada uno tiene el derecho de poner el negocio que le dé la gana y no me meto en el trabajo de nadie. Quizás lo puedo decir por lo resentido social que soy, porque hace como diez años que ninguna galería de arte me ha invitado a exponer. En Arequipa no me han invitado hace cincuenta años. Y usted es el único loco que quiere hablar con un loco.

Pero solo hace unos años yo he visto obras suyas en la galería de Eduardo Moll en Miraflores, incluso él mismo me explicó el chorreado de su obra.

Cuando el señor Moll iba a Calca o a Chinchero a buscarme me pidió algunas pinturas, por supuesto que se las proporcioné. Hace quince años en Calca él se llevó unos cuadros y yo nunca le pregunté de qué se trataba porque creo que de acuarela no sabía nada y de pintura tampoco. Pienso que era un comerciante nada más. 

Entonces, usted sí ha pintado a pedido.

Yo nunca lo he buscado… y nunca he trabajado para ningún cliente, ni para una galería, ni para un señor o señora. Pinto para mi propia recreación nada más. Me interesa recrear lo que veo; mañana cuando salga no sé por dónde iré y qué cosa dibujaré con mis cartones, mis carbones, y mis cuatro pigmentos.

Usted es un resentido social ¿Acaso es por la gente que le ha rodeado?

Bueno, si a uno le chancan el dedo, el dedo se resiente ¿no? Soy resentido no por lo que me han hecho a mí, sino por lo que la sociedad le hace a la naturaleza y por lo que hace con los animales y con las diferentes especies como los camarones, los peces, los pájaros y por lo que hacen con las chacras y sembríos. Cuando voy por cualquier camino y encuentro a una señora con un sombrero de chacarera y cuando converso con ella y me dice: “Esta era mi chacra pero mi hijo se ha recibido de médico y ahora no tengo dónde estar porque la ha vendido a otros y ahora la han convertido en una urbanización y ahí estaba antes mi casita”. Gente así encuentro casi siempre en mis caminos. Por supuesto que eso me tiene que resentir, pero como mi trabajo no es ser resentido social y solamente pintar y dibujar, eso es lo que tengo que hacer.

¿Cuál es la obligación de un pintor?

Pienso que la obligación de un pintor, si es que verdaderamente llegara a ser un pintor es dejar un testimonio pintado de la época que ha vivido. Entonces esa mujer campesina así sin campo qué sembrar es mi testimonio y la bronca que yo tengo me la guardo para mí porque lo único que tengo que hacer es dibujar a esa señora con toda la dignidad que se merece y con todo el respeto que me enseñaron mis padres por mis semejantes. Ese es mi oficio al final, dejar ese documento visual y pintar a esa señora apoyada al borde del camino sin nada qué hacer todo el día, solamente esperando la muerte.

Y para usted ¿Qué significa la muerte?

En el colegio nos enseñaron que había tres muertes. La muerte natural que es cuando los bichos que tenemos en el organismo nos van matando naturalmente como tiene que ser. La muerte accidental que es cuando viene alguien con un auto se sube a la vereda y atropella y mata a tres niñas, a eso le llaman accidente aunque se haya quitado la vida a otro ser humano, pero eso ya no es una muerte accidental, eso se llama asesinato. Por supuesto odio a todos los que conducen automoviles porque son temerarios nada más. Y la tercera muerte es cuando alguien decide matarse, y se arroja de un puente y se autoelimina. Pienso que la muerte tiene que ser natural y me parece que está bien.

¿Siempre tuvo ese afán de recorrer los senderos del Perú a pie?

De Cusco a Abancay son dieciocho días a pie, de Abancay a Ayacucho o al menos hasta Chinchero son diecisiete días. Yo no conozco el camino Inca, he caminado sencillamente porque tenía una orden de captura en la PIP (Policía de Investigaciones del Perú). He llegado a pueblos que si no tenían puestos de policía era lo perfecto para mí y ahí me he quedado.

¿Por qué lo persiguió la policía?

El único título que yo tengo son atestados de vagancia. En cualquier puesto y en cualquier pueblo me bajaban y me decían: “Adónde va ese pelucón, a qué se dedica, para quién trabaja, dónde queda su domicilio”“Me gusta hacer dibujos y no tengo domicilio” les respondía y el comisario decía: “¡Mientras lo vamos a averiguar este hombre se queda carajo! Y háganle un atestado de vagancia”.

Eso suena estúpido pero es cierto. Antes existía el atestado de vagancia y las levas de parte del Ejército.

Tengo más de 40 atestados de vagancia.

Me da la impresión que a usted no le gusta hablar de pintura.

Podemos hablar pero usted no me pregunta mucho de pintura.

Está bien ¿Alguna vez ganó mucho dinero con la pintura?

Nunca me he preocupado por esa cojudez. Dinero es lo más fácil de conseguir porque si pinto un camión me dan una propina y nunca le he puesto precio a nada. Cada vez que le hacía un dibujo callejero a alguien, me decían ¿Cuánto le debo? Su voluntad señor. Siempre he vivido de las voluntades y nunca le he puesto precio a nada y de eso me siento muy tranquilo. Algunos tenían buena voluntad y otros la tenían más pequeña.

¿Con Eduardo Moll pasó lo mismo? ¿Pagaba con buena voluntad?

Con Moll siempre fue así. Yo le decía: “Usted ponga precio”. Y cuando debía dinero yo les decía a mis acreedores: esto es todo lo que tengo y entonces escogían mis cuadros y ellos les ponían un precio equivalente a mi deuda y se iban satisfechos con sus cuadros.

¿Dónde estarán esas obras?

Por ahí me han dicho: Palao estás exponiendo en Trapecio, en Borkas, en Corriente Alterna; tu obra está ahí. Pero yo nunca he ido a esas galerías.

Es cierto, hay muchos Palao en la capital limeña.

Yo he pintado más de sesenta años. La primera exposición fue en Buenos Aires en 1965. Hace cincuenta años mi padre don Mariano me pidió un cuadro para presentarlo aquí en su tierra porque yo nunca me he identificado con Arequipa y tenían que evaluarme porque era un concurso municipal y ganó el primer premio y el segundo fue declarado desierto. Que quede claro: “He gastado mi vida para pintar, no he usado la pintura para vivir. He usado mi vida para pintar” que es completamente diferente. 

Usted valora al hombre del campo ¿Qué opina de la Reforma agraria?

Los cachacos conmigo no van porque 1950 tiraron una ráfaga contra la Municipalidad y ahí estaba mi tío Arturo Villegas Romero que cayó muerto con Bellido a su costado. Y cuando mi padre fue a recoger el documento de necropsia de mi tío, este decía que tenía tierra en los pulmones y lo enterraron detrás del cuartel Salaverry estando vivo.  Era la Revolución de Arequipa y los del colegio Independencia también hicieron su paro porque siempre quisieron cerrar el colegio, pero los militares se impusieron cuando crearon grandes Unidades Escolares y Colegios Militares. Y nosotros los “Independientes” porque estudiábamos ahí sabíamos que aquel colegio fue creado por el libertador Simón Bolívar, como también creó el Educandas de Cusco y el Glorioso San Carlos de Puno. Fuimos creados por un libertador, no por un dictador. 

Se nota que admira mucho a Bolívar.

No solamente a Bolívar, sino a todos los hombres que estuvieron con él. Y no sé si se llame gesta, pero he caminado por todos los lugares donde caminó él, y seguido los pasos de cada uno de ellos, y les tengo una admiración impresionante.

Bien por eso, pero también sabemos que ellos emprendieron la campaña libertadora porque fueron muy bien pagados.

Oiga, yo veo que usted pertenece a los explotadores y yo a los explotados, y está muy bien, somos enemigos personales y yo tengo muchos enemigos. Yo soy del pueblo, usted no es del pueblo.

¿Y usted por qué se precipita a opinar así?

Porque usted me acaba de levantar la misma tesis que levanta cualquier reaccionario de acá, cualquier chico que estudia en los kindergarten que se llaman universidades particulares.

Yo solo aplico lo que usted antes me dijo, cuándo le enseñaron a desconfiar de todo.

Un momento. Yo desconfío de todo, pero cuando tengo un maestro y veo en la biblioteca del colegio que Corbacho el primer director del Independencia en la revuelta donde fue fusilado Mariano Melgar en Umachiri donde Mateo Pumacahua murió casi sin apoyo porque los masacraron, Corbacho porque era doctor lo sacaron del país y lo mandaron a España como a muchos, pero él quería seguir luchando y fue el primer peruano que cruzó toda la Amazonia a pie y cuando llegó se puso inmediatamente a las órdenes de Bolívar y fue el primero en pelearse y una vez que luchó dijo: “Ahora hay que educar al pueblo”. Entonces ahí empezaron a crear los Colegios Nacionales de Artes Ciencias y Letras como le mencioné y aquí se creó el Colegio Nacional de la Independencia Americana.

Pero usted dijo que había abandonado los libros.

Yo nunca he vuelto a leer un libro desde los trece años, ni un periódico, ni una revista.

A pesar de eso tiene mucha información histórica.

No. Yo solo le estoy hablando del colegio y de mi profesor de historia cuando decía: “Ustedes están entrando al Colegio de la Independencia Americana y el que entra a este colegio nunca sale”, y verdaderamente nunca salí de la “I” todavía.

Luis Palao Berastain, 25 de Mayo de 1965 – Primera Exposición de Pintura «Acuarelas Peruanas»- Municipalidad de Salto – Provincia de Buenos Aires -Argentina.

¿Y qué me dice de la literatura?

Acá también vino un payasito que se llama Mario Vargas Llosa para hablar huevadas y yo vine de Cusco y sencillamente vi que él era un niño de kindergarten. Porque acá hemos tenido poetas y escritores de verdad, como el mono Alberto Hidalgo, el poeta cusqueño Luis Nieto Miranda, el poeta Raúl Brozovich Mendoza que acaba de morir. Hemos tenido el gran poeta en quechua Andrés Alencastre, cuyo seudónimo era Killku Huaraka. Ya vieron que en el Perú hay maestros no cojudecitas como Varguitas Llosa.

Nadie habla lo que usted dice. Se está refiriendo a un Premio Nobel de literatura

Por supuesto que le tuvieron que dar un Nobel, si la primera función para eso es arrodillarse delante de un rey. Y él se arrodilla como lo hacen aquí cuando vienen diez turistas y en el hotel se arrodillan.

Para finalizar ¿Alguna vez ha tenido amigos?

Si de algo estoy seguro en la vida es que nunca he mantenido amistad con nadie, nunca he tenido ningún amigo porque mantener una amistad quiere decir mantener de verdad y como le comenté mi madre siempre me dijo que desconfíe de todo el mundo y he funcionado toda mi vida desconfiando de todo el mundo; entonces, amistades no tengo. Así he subido solo al Misti, al Chachani, al Ampato y he caminado por todos lados y nunca he necesitado de esa cojudez que la gente llama amistad y hasta el día de hoy duermo por ahí o donde alguien me cobije.

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Luis Felipe Alpaca es egresado de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas y estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza; asimismo estudió en la Escuela de Escritura Creativa del CCPUCP, y tiene un Diplomado de Especialista en Derecho Comercial por la Escuela Superior de Negocios. Ha sido Editor de Cultura del Diario 16, y actualmente es Editor General del Grupo Editorial Lima Gris, y es conductor del programa radial Lima Gris Radio por La estación Planicie 91.5 de la FM. Como gestor cultural ha organizado y curado exposiciones de arte y eventos ligados a los derechos culturales. Asimismo es corrector de estilo, y ha escrito más de 400 artículos relacionados a cultura, actualidad y política. Como activista social ha sido miembro de la Red del Patrimonio Cultural con el afán de defender patrimonios inmateriales y materiales como el desaparecido Palais Concert, y el Complejo Arqueológico Puruchuco. Actualmente es miembro del Colectivo Antropoceno Identidad, y ha recorrido distintas regiones del país para brindar apoyo, encuentros y conferencias en universidades con temas relacionados al arte ancestral y la cultura originaria.

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Cultura

Pieter Van Dalen sobre el escándalo de las Líneas de Nasca: «En esta área que se está retirando existen evidencias arqueológicas»

El Decano del Colegio de Arqueólogos del Perú exige la renuncia del ministro Fabricio Valencia, debido a que su gestión viene empujando a nuestro patrimonio cultural al borde del abismo.

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En medio de una creciente polémica por la reciente decisión del Ministerio de Cultura de reducir el área protegida de las emblemáticas Líneas de Nasca, el Colegio de Arqueólogos del Perú ha adoptado una posición firme y crítica. Su decano, Pieter Van Dalen, alza la voz en defensa del patrimonio arqueológico nacional y exige la renuncia del ministro de Cultura, Fabricio Valencia, a quien acusa de promover una medida arbitraria y sin sustento técnico, que expone al sitio declarado Patrimonio Mundial a riesgos irreparables, como la expansión de la minería informal.

En esta entrevista, Van Dalen denuncia una serie de omisiones y retrocesos en la gestión del ministerio, señala la falta de diálogo con el Colegio de Arqueólogos, y advierte sobre una institucionalidad cultural en crisis. Con preocupación, sostiene que la reducción del perímetro no solo es técnicamente insostenible, sino que responde a intereses ajenos a la protección del patrimonio. La situación —dice— sienta un peligroso precedente: hoy son las Líneas de Nasca, mañana podrían ser Caral o Machu Picchu.

En un comunicado, la posición del colegio de arqueólogos ha sido firme, y están pidiendo incluso la renuncia del Ministro de Cultura Fabricio Valencia.

Así es. El sustento que tiene el Ministro de Cultura para reducir el área de reserva del patrimonio cultural, líneas y geoglifos de Nasca, es su extensión, que es casi del tamaño del Departamento de Tumbes, pero esta no es una razón convincente; eso tiene que hacerse en base a estudios previos, trabajos de investigación, proyectos de evaluación arqueológica y otros que permitan corroborar que efectivamente en esa área no existen evidencias arqueológicas.

Ahora, nosotros hemos revisado el SIGDA y hemos revisado la bibliografía existente y estamos verificando que efectivamente en esta área que se está retirando existen evidencias arqueológicas, no solamente relacionadas con los geoglifos de Nasca, sino sitios de diferentes períodos culturales.

Entonces, lo que se está cometiendo es un atentado contra nuestro propio patrimonio. Y este atentado que viene desde la institución que debería defenderlo.

Así es. Es una situación muy lamentable que nos llena de consternación a todos los que estamos involucrados con los temas culturales, con el patrimonio arqueológico y su protección. Y en realidad, pues, esta situación hace que miremos hacia atrás y digamos: «¿Qué hemos hecho en estos casi 25 años de existencia del Ministerio de Cultura?»

Yo creo que antes, cuando era Instituto Nacional de Cultura, se tomaban medidas y acciones más efectivas para proteger el patrimonio. El Mincul ahora es una institución que se está llenando de burocracia y es más lo que pone trabas. El Ministerio de Cultura se está convirtiendo en el perro del hortelano, porque no defiende el patrimonio, no toma acciones ni deja que otras entidades las tomen. Porque solamente pone trabas administrativas a todos los procesos.

Ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja.

Esta reducción del perímetro de la línea de Nasca al final favorece a los mineros informales. Se habla de una presunta negociación política, ya que el alcalde de Nasca hace tres meses solicitó terreno de las Líneas de Nasca a la Superintendencia de Bienes del Estado.

Sí, pues esta es una situación sorprendente. No tenemos nosotros esa información del alcalde, pero sí, sabemos que en la zona, y el mismo Ministro de Cultura lo ha manifestado, operan mineros informales.

Hace unos meses él mismo hizo la denuncia señalando que las líneas de Nasca corrían peligro justamente por la presencia de la minería ilegal. Y hoy, tres meses después, saca esta normativa que a muchos nos crea suspicacia y llama mucho la atención.

La exigencia de la renuncia del ministro, ¿crees que será abordada por la presidenta Dina Boluarte?

Mira, nosotros venimos pidiendo la renuncia del ministro desde hace mucho tiempo. Desde enero y febrero son casi cuatro meses que nosotros venimos pidiendo y con un pronunciamiento solicitamos esto.

¿Por qué?

Porque el ministro de Cultura, más allá de velar por el patrimonio cultural, se estaba interfiriendo en los asuntos internos de nuestro colegio profesional. Entonces, después de ello hemos pedido una serie de reuniones conjuntas para plasmar nuevamente en las mesas de trabajo, que ya las habíamos planificado desde la anterior gestión, cuando estaba de director el arqueólogo Martín Córdoba, para ver diversos temas como la modificatoria del reglamento de intervenciones arqueológicas, ver la modificatoria a la ley de patrimonio y otros aspectos que competen también al colegio. Pero, lamentablemente, el señor ministro no nos ha querido dar ninguna reunión.

Mucho peor la viceministra Moira Novoa. Ella, pese a que es arqueóloga y miembro del colegio, que asumió la Dirección General de Patrimonio Arqueológico, no nos ha querido dar la cara. No ha querido tener una reunión con nosotros.

Cuando subió de viceministra, peor, la última reunión que aceptó fue para el jueves de la semana pasada, pero lamentablemente dos días antes nuevamente y por quinta vez nos canceló la reunión. Entonces, ese tipo de acciones, pues, sin transparencia, sin capacidad de diálogo, hacen ver que esta gestión está yéndose para abajo. Y el resultado es esto que estamos viendo con esta resolución viceministerial que tanto y tanto defiende el ministro.

Las líneas de Nasca son un sitio tan representativo, tan importante de la arqueología peruana, que, pues, hoy estamos frente al atropello y a la vulnerabilidad de este sitio patrimonio mundial. Imagínate, mañana será Caral, pasado mañana será Machu Picchu y así.

La crisis de esta gestión se ve a nivel nacional…

¿Cuántos sitios se vienen destruyendo cada día por la inacción del Ministerio de Cultura? La ciudad de Huari, por ejemplo, que se encuentra abandonada, se encuentra a su suerte. Ha tenido una serie de afectaciones. Durante las lluvias y diversos problemas. Y el Ministerio de Cultura no hace nada, a pesar de que hace tres años ha sido declarado en emergencia por Defensa Civil. Miren lo que pasó con el sitio de Vilcashuamán. ¿Qué es lo que ha pasado con el puente de Qeswachaka, en Cusco? O sea, estamos frente a diversas situaciones y la inacción del Ministerio de Cultura es total. Por eso el Colegio de Arqueólogos pidió, pide y se ratifica en pedir el cambio del ministro y el cambio de la viceministra a la presidenta Boluarte.

Has mencionado que la viceministra Moira Novoa Silva es parte del Colegio de Arqueólogos, ¿desde el colegio habrá alguna sanción disciplinaria? ¿Están viendo ese tema?

Mira, nosotros estamos prestos a cualquier denuncia. El otro día, en redes sociales, se han pronunciado varios sectores de nuestro colegio pidiendo una investigación y no podría yo adelantar opinión, pero, sin embargo, estamos prestos a recibir cualquier tipo de denuncia y será sometido al Tribunal de Ética y Disciplina como corresponde y ellos, con la autonomía que tienen, verán si es factible o no aplicar una sanción.

Minería ilegal en Nasca.

Explica al público la importancia de las Líneas de Nasca y el daño que se le hace con esta reducción del perímetro.

Las Líneas de Nasca son un sitio emblemático de la arqueología peruana; como dije, es un sitio de patrimonio mundial. Es un complejo arqueológico que es la evidencia tecnológica, cultural y religiosa de los antiguos Nasca, una de las sociedades que se desarrollaron en la costa entre el año 200 y el año 700 d.C. Y las líneas de Nasca guardan todavía información de la idiosincrasia de estas antiguas poblaciones que supieron dominar el desierto y sacar adelante una civilización de tanta complejidad cultural. Entonces, sabemos que, en los últimos años, salvo los estudios realizados por los japoneses de la Universidad Yamagata y algunos estudios realizados por algunos arqueólogos peruanos, no se han realizado investigaciones. Pero nos llama la atención que el Ministro de Cultura tome y cite los estudios de los japoneses de Yamagata, de los arqueólogos de Japón, como base a partir de la cual han hecho ellos este recorte.

Puesto que estos estudios son precisos y han abordado algunos polígonos dentro de la gran poligonal de Nasca. Pero ellos lo han dado a conocer hace un año, el descubrimiento de geoglifos muy importantes. Y que salen justamente del área considerada como el área nuclear, el área tradicional, con una gran cantidad de motivos diseminados por diversas secciones de la Pampa de Nasca. Entonces, ¿por qué el ministro Valencia Gibaja toma este tipo de actitudes?

¿Qué ha hecho el Ministerio de Cultura en los últimos años por las Líneas de Nasca?

No ha hecho nada. Tiene una dependencia encargada de velar por la protección, pero no ha hecho ningún tipo de trabajo de investigación. No tiene ninguna publicación, no tiene ninguna excavación, no ha hecho nada. Y esto está a cargo del arqueólogo Jhony Isla. Entonces, si el Estado peruano no ha invertido para conocer cuál es el significado, cuál es la extensión real de la línea de Nazca, ¿cómo puede sacar una resolución así de manera tan arbitraria?

Y esto también hay que investigar, qué es lo que está pasando en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica. Existen múltiples denuncias y quejas sobre el accionar de esta DDC. Pero, lamentablemente, se hace caso omiso. Es necesaria una intervención urgente en esta DDC y verificar, pues, qué es lo que está pasando acá. Yo creo que ya es momento de que la Contraloría entre a tallar, cumpla sus funciones, intervenga esta dependencia para identificar posibles irregularidades que se estén dando.

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Cultura

Ministerio de Cultura mutila la protección de las Líneas de Nasca

Fabricio Valencia y Moira Novoa deben responder ante la historia y un país que no tolera el canje político del patrimonio cultural material.

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Una de las joyas del patrimonio mundial, las Líneas de Nasca, ha sido objeto de una mutilación disfrazada de “ajuste técnico”. La resolución firmada por la viceministra Moira Novoa Silva, y avalada políticamente por el ministro de Cultura Fabricio Valencia, ha reducido el perímetro de protección de esta zona sagrada sin justificación científica creíble. Pasamos de 297 km a 249 km de área resguardada, con una simple firma. ¿Coincidencia? Improbable.

Lo que a primera vista se presenta como una medida administrativa, en realidad abre peligrosos “accesos” para intereses privados. El trazo milenario de Nasca no fue alterado por el tiempo, sino por la mano interesada de quienes hoy habitan el poder. Y detrás de esta maniobra, asomarían los tentáculos de Alianza para el Progreso (APP), partido liderado por César Acuña, quien no esconde —más bien blanquea— su afinidad con los mineros informales.

No es menor el detalle de que el alcalde de Nasca, Wilman Bravo Quispe (de APP), pidió gratuitamente a la Superintendencia Nacional de Bienes Nacionales (SBN) un terreno de 600 mil m² en plena zona arqueológica de Poroma. ¿El objetivo? No fue declarado, pero la ubicación revela el interés: liberar tierras estratégicas en zonas ricas en minerales. El pedido fue archivado, pero semanas después se inició el proceso para modificar la delimitación patrimonial. ¿Casualidad? Cuesta creerlo.

La resolución viceministerial de Moria Novoa se basa en informes contradictorios y desoye las recomendaciones de la propia Dirección de Sitios del Patrimonio Mundial. No se respetó la sugerencia de incluir toda la zona de amortiguamiento. Además, dentro del nuevo polígono aún existen bienes sin sanear, es decir, legalmente desprotegidos. Prácticamente, se ha abierto la puerta al saqueo moderno.

No cabe ninguna duda de que esto no es torpeza; es cálculo. Porque lo técnico ha sido subordinado a lo político, y lo político al interés económico. Desde el Ministerio de Cultura Fabricio Valencia y Moira Novoa tienen mucho qué responder y deberán rendir cuentas no solo ante la historia, sino ante un país que no puede seguir permitiendo que su patrimonio cultural material sea moneda de cambio partidario.

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Cultura

FIL de Lima, en la cola de las ferias del libro de la región [VIDEO]

Una comparación de la Feria del Libro de Lima con otras ferias de la región. Aquí el resultado.

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Las ferias del libro son eventos culturales temporales dedicados a la exposición, venta y promoción de libros. Se realizan en lugares públicos como centros de convenciones, plazas o escuelas, y reúnen a editoriales, librerías, escritores, lectores y profesionales del mundo del libro.

Hay muchas ferias del libro importantes en todo el mundo. Entre ellas destacan: la Feria del Libro de Frankfurt en Alemania; la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en México; la Feria del Libro de Londres, en Reino Unido; la Feria del Libro de Bolonia en Italia; la BookExpo América en Estados Unidos; el Salon du Livre de París (Salun di libro de parrís) en Francia; y la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en Argentina.

En Latinoamérica, la FIL de Guadalajara es la feria del libro más importante en el mundo de habla hispana y una de las más grandes del mundo. Se realiza cada año en México, usualmente entre noviembre y diciembre y reúne a más de 800 mil visitantes, con autores y editoriales de todo el mundo y cada año tiene un país o región invitada de honor.

La FIL Lima también reúne a escritores, nacionales e internacionales; sin embargo, no suele invitar a literatos de la talla de un Nobel. Por otro lado, hay que reconocer que viene posicionándose cada vez mejor en la región y en 2024 registró un récord de más de 530,000 asistentes, superando la cifra del año anterior en un 23%. Y para la edición de este año 2025 se prepara un Homenaje que será dedicado al escritor peruano Mario Vargas Llosa, en reconocimiento a su legado literario.

En resumen, las ferias del libro son más que simples eventos comerciales: son celebraciones de la lectura, la cultura y el pensamiento. En esencia, nos recuerdan que leer es una forma de libertad y que los libros siguen siendo herramientas poderosas para entender el mundo y transformarlo.

Aquí el podcast de Lima Gris con todos los detalles de la FIL de Lima.

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Cultura

San Juan de Lurigancho se convierte en un “Museo al Aire Libre” con más de 20 artistas urbanos

Arte en las calles del distrito más poblado del Perú.

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En conmemoración del Día Internacional de los Museos, el distrito de San Juan de Lurigancho se prepara para acoger un evento que promete transformar su paisaje urbano en una explosión de color y creatividad. Los días 24 y 25 de mayo, la estación Bayóvar de la Línea 1 del Metro de Lima será el escenario de “Museo al Aire Libre”, una intervención artística sin precedentes organizada por POPULART, colectivo reconocido como Punto de Cultura por el Ministerio de Cultura.

Más de 20 artistas y colectivos del arte urbano peruano —entre muralistas, ilustradores, diseñadores y gestores visuales— se reunirán para convertir muros grises en lienzos vibrantes. La propuesta va más allá del arte: busca reivindicar el espacio público como un lugar de encuentro, memoria e identidad, acercando el arte a la comunidad como herramienta de inclusión y transformación social.

Entre los nombres confirmados destacan reconocidos referentes de la escena urbana como Ilustronauta, Jimbo, Jhoel Mamani, Roberto Peremese, Huansi, Majez, Robin Vela, Kaer y Blue Stef. Junto a ellos, propuestas innovadoras como Módulo.Lab, Gatonegro, y artistas emergentes como Crocketa, Sukey y Murgamdh, conforman un mosaico de estilos y generaciones que dialogan en un mismo espacio.

El evento cuenta con el respaldo de aliados como Línea 1, Barrroco, Colombia Tools y Canal Museal, y forma parte de una apuesta por la descentralización cultural, que busca llevar el arte a todos los rincones de Lima Metropolitana, más allá del circuito tradicional.

“Museo al Aire Libre” es de ingreso libre y abierto a todo público. La ciudadanía está invitada a ser parte de esta experiencia que hará de San Juan de Lurigancho una galería viviente y una referencia cultural en la ciudad.

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Cultura

Dibujar las sombras

Crítica literaria al poemario Sombra Celeste de Ximena López Bustamante por Julio Barco (1)

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Interior VI

“Mañana salgo de viaje enviaré una postal desde el centro del fuego” nos dice la voz poética de Interior VI técnica mixta (Aletheya, 2022) de Ximena López Bustamante y acaso nos manifiesta la construcción de una poética como un relato ardiente. Así, en este libro es latente la energía telúrica, un desborde que propicia la escritura fluida del poema en prosa. A este ir y venir, se añade la imagen que se sitúa de una frase versal a otra generando, siempre en fragmentos y destellos (como en Joyce) y propicia una caligrafía automáticamente mental: “(…) como quien anda con el corazón hecho polvo una gran culpa transformar las cenizas extinguir el nombre multiplicar el polen dejarlo en el aire en el intento por prescindir la palabra…” (pág. 6).    
      La emotividad del sentimiento genera un desborde musical y ético: detrás de la cantata hay un deseo de extender la bondad, la poesía y la libertad. Y poner, “todo mi amor reproduciéndose mil veces por segundo” (pág. 12)
       Sin embargo, también se permite paisajes más existenciales: ¿Por qué escribir? / ¿Así de doloroso es cuando te crecen alas? / ¿Quién sino tuya? / ¿Cómo sino poseída por unamisma? (pág. 28). Así, el subtítulo del libro se comprende como una advertencia de las diversas técnicas literarias que aborda: prosa poética, poemas con versos reflejados y encadenados a los dos puntos (:); o poemas con forma de carta. 

Sombra Celeste

     Por otro lado, en Sombra Celeste (Comba, 2025) recorremos por un trabajo repleto de nocturnidad y creación. Ahora estamos frente a un poemario de breve aliento: las imágenes del desborde se contienen. La búsqueda similar: la luz y sombra de la individualidad.  En ese sentido, se acerca a poetas como Pizarnik o Varela que se perfilan por una búsqueda intrapersonal. Además, se trata de un trabajo sistemático: todos los poemas llevan el rótulo de noches.

     Es un escenario determinado: de la noche diecisiete a la noche veinticinco observamos la germinación de mirada particular. En medio de su búsqueda, se inclina por “la lluvia del aire teje desobediencia para zurcir eso/que tampoco entendemos/salvo la pasión qué entendemos salvo la pasión salvo la/pasión.” (pág. 18) Si para los poetas de la Edad Media la noche se situaba como síntoma de la libertad y el desparpajo, o para Novalis solo la noche era infinita, para la poeta es el espacio de liberar la enfermedad: el cuerpo y el síntoma. Entonces cada noche es un espejo, un medio (y médium) de permear las energías líricas. Y es esa pasión la que crea la posibilidad del andamiaje poético, donde los recuerdos y los suplicios se tornan poiesis: éste es el primer verso/donde serás carbón de tortura (pág. 20), porque, así como la poesía es reflejo, también se convierte en una hoguera donde el fuego (¿acaso el que buscaba en su primer poemario?) regresa como quehacer emancipador y significativo.

     El fuego y la palabra liberan. Los que juegan con esas energías, hacen saltar las chispas de las palabras: así nace el fuego. Sin embargo, en la noche diecinueve se advierte: éste debe de ser / el suplicio contemporáneo (pág. 25). Reconocimiento, aceptación, tortura. Es decir, la afirmación de que el vacío —ese síntoma moderno (ese cisne negro) — se cristalice con su terror.

     Pero, para no naufragar, el poetizar se transforma en ritual. Así, aparece, por ejemplo, la voz de la abuela, y entonces “(…) alumbra/ versos hambrientos” (pág. 48). Son esos versos, cargados de un lirismo velado, de sugerir antes que mostrar, los que manifiestan la creación de una mirada propia, es decir, una voz identificadora, o, como señala la poeta, un “morar unamisma”. Como un conflicto entre la danza del cuerpo y la expansión panteísta de la mente, oscilan los versos de Sombra Celeste.

      ¿De qué sombra hablamos entonces? De la sombra de la creación de una identidad a través de un oxímoron (sombra, como conflicto; celeste, como purificación) Esta sombra celeste es un telón a desplegar: ahí yace el corazón y su canto. Y esto genera una suerte de noche oscura del cuerpo, donde se intuye la pasión y la gracia, el desgarro de ser y estar. Es decir, se trata, como en Edipo Rey, de un descubrimiento de la identidad última: ahí la sombra, ahí lo celeste. ¿Y qué es ese lugar? Es el poema el lugar donde la poeta se hace materia de sí misma, conflicto y mutación.

Reflexión final

Finalmente, adentrándonos en la poesía arequipeña (donde podríamos encajar a Ximena, como también en la poesía escrita en el siglo XXI, en la poesía de menores de cuarenta años, etc) encuentro que su voz mantiene y explora el perfil subjetivo de las poetas sureñas (Medina Rondón, Román, entre otras) que buscan una redención interior en versos gráciles y amargos. Como en el ecuánime Alberto Hidalgo, la poesía brota del geiser del ser.

  • Autor de más de 33 libros, profesor, columnista y dirige Café Barco, programa cultural.
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Cultura

Julio Hevia: el psicoanalista que caminó la ciudad con alma de calle

Julio Hevia pensó al Perú, lo caminó, lo escuchó y lo acarició con palabras. Desde su mirada profunda nos enseñó que la calle es la verdadera escuela de sabiduría, y que la eternidad pertenece a quienes piensan con belleza y verdad.

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Cómo no recordarlo. Cómo no pensar en ese andar ágil pero pausado, esa mirada escudriñadora de niño rebelde, ese verbo certero con el que diseccionaba la ciudad y sus habitantes. Este 20 de mayo, Julio Hevia Garrido-Lecca habría cumplido 72 años. Setenta y dos vueltas al sol que, de haber continuado, sin duda seguirían alumbrando con lucidez las veredas del pensamiento peruano. Pero un día gris, el 27 de junio de 2018, mientras permanecía internado en una clínica limeña, Julio partió. Y con él, una voz entrañable del psicoanálisis y de la reflexión crítica sobre el Perú urbano.

El velorio tuvo lugar en la iglesia Virgen de Fátima, en Miraflores. Allí acudieron sus alumnos, colegas, lectores y amigos. Algunos llevaban libros subrayados; otros, anécdotas en el bolsillo. Todos, sin excepción, llevaban dentro el eco de sus ideas lúcidas.

Julio era barranquino no solo por dirección postal, sino por identidad profunda. Su casona de estilo republicano, ubicada en una arteria tradicional del distrito, parecía brotar del mismo espíritu del barrio: bohemio, culto y resistente. Allí vivía con su familia. Y allí, además de libros y conversaciones, también florecía otra de sus pasiones: la pintura y el dibujo. Porque sí, Julio Hevia también dibujaba y pintaba durante años. Lo hacía con la misma intensidad con la que pensaba, con una línea vibrante que dialogaba con sus obsesiones teóricas. Años después de su partida, se organizó una muestra póstuma que reveló esa veta poco conocida, pero profundamente auténtica.

Obra de Julio Hevia.

Aunque académico de formación, Julio fue, sobre todo, un observador. No del tipo que se oculta tras el vidrio de una biblioteca, sino el que recorre mercados, conversa con las caseras, con choferes, y escucha sin prejuicio. Fue una especie de sociólogo fáctico por vocación, y psicoanalista por convicción, pero por encima de todo, fue un amante de la polis: de sus lenguajes, tensiones, afectos y contradicciones.

Sus libros —“El limeño como estereotipo” (1988), “Pantallas, frecuencias y escenarios” (1994), “Lenguas y devenires en pugna” (2002) y “¡Habla, jugador!” (2008)— son, en el fondo, mapas del inconsciente colectivo limeño. Un archivo afectivo de nuestras maneras de ser, hablar, chonguear y sobrevivir.

Una conversación en Barranco

Un buen día, cuando yo editaba la sección de cultura de un diario local, decidí escribir sobre él y de sus filudos trabajos y publicaciones que siempre le median el pulso a la ciudad y a los habitantes de Perusalén. Y como buenos vecinos nos encontramos en el corazón de Barranco para dar rienda suelta a nuestra conversa, que primero empezó con rígidos enfoques metodológicos de academicismo y terminó con un lenguaje tan coloquial, en una charla chispeante, muy a lo “chocherita” como se decía antes, o a lo “brother”, como aún se sigue diciendo hasta hoy. La entrevista que le realicé en el mes patrio del 2015, la titulé: Julio Hevia: «Tener calle, ya es un valor positivo».

Aquella mañana, hablamos de Lennon, de Kubrick, del cine y de Freud. Saltamos de los barrios bravos del Llauca, la Rica Vicky y el Rímac, a la sabiduría “cayetana”.

Algo que siempre perdurará en el tiempo, es ese principio de la pedagogía fáctica, que nos predica: “Si quieres romper las reglas, primero apréndetelas”. Y entonces le pregunté: si tú fuiste un maestro de cátedras y le rendías tributo a la academia y a la metodología de la investigación, ¿cómo es que tienes tanta calle? Y con la frescura de quien nunca necesitó impostar sabiduría, Julio empezó a romper algunos sagrados mitos y agregó: “Los teóricos de gabinete no sirven de nada si no salen a la calle a contrastar sus epistemes”.

Una mañana de 2015 con Julio Hevia en Barranco. Foto: Luis Felipe Alpaca.

Las calles fueron su aula

Cuando le pregunté sobre su recorrido callejero, él recordó: “Yo siempre pisé la calle, porque tampoco me acomodaba por mi propio estilo al almidón académico, y ahí también experimenté anticuerpos. Yo he caminado mucho en la calle, y el primer libro que publiqué está hecho de experiencias que yo detecté en la calle”.

Fue entonces que le lancé la pregunta que había estado rondando mi mente… ¿si de niño alguna vez jugó la canga, matagente, y el trompo? su respuesta fue honesta: “Yo jugaba canicas. No era muy bueno, y me acuerdo que tenía un vecino que me andaba quebrando las canicas. También he sido pelotero de la calle toda la vida, y además aprendí que yo tenía que ser más rápido que el otro, porque yo no era muy grande”.

Su relato tenía la precisión de una escena de cine neorrealista: sudor, barro, y una pelota improvisada como centro de todo.

Julio Hevia era tan carismático y entrador, que tenía ese raro don de caer bien. Y aquel día me contó entre risas, que una vez subió a un taxi y empezó a hablar con el chofer. Al poco rato, el taxista detuvo el auto, lo miró y le dijo: —“Bájate”—. Sorprendido, Julio preguntó ¿por qué? —Porque yo te iba a cuadrar —le respondió el conductor—, pero me has caído bien. Así que bájate nomás—”.

Hoy, su voz sigue viva en sus textos, en sus otroras alumnos de la universidad de Lima que aún citan sus frases en sus vidas profesionales. En esa muestra pictórica que dejó como legado silencioso, y en esa casona de Barranco que aún parece esperarlo con la puerta entornada.

Julio Hevia no solo pensó al Perú. Lo escuchó, lo caminó, lo acarició con las palabras. Y desde ese lugar profundo —el de los que no se conforman con mirar desde la ventana—, nos enseñó que la calle no es solo un espacio geográfico, sino una gran escuela de sabiduría.

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Cultura

Luiz Carlos Reátegui: «Es necesario democratizar la literatura peruana» [VIDEO]

Nuestro invitado vive entre la literatura y la política. En esta entrevista nos cuenta su experiencia literaria y su incursión en la arena política peruana. Además, conversamos sobre lo bueno y lo malo de la FIL de Lima.

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A dos meses de que se inicie la Feria Internacional del Libro de Lima, tuvimos como invitado en el podcast de Lima Gris a Luiz Carlos Reátegui, un talentoso escritor que en el 2018 ganó el Premio Copé con su cuento La casa abuela. Además, con su relato Prohibido besar a las cholas obtuvo el premio internacional Planeta Cuba. Una historia que se volvió viral, agotando el libro a pocos días de su presentación en la FIL de ese mismo año.

En la obra de Reátegui se destaca su aguda sensibilidad social y su capacidad para retratar las tensiones culturales del Perú contemporáneo. Su trabajo ha sido celebrado por su autenticidad, su mirada regional y su compromiso con las voces marginadas del país. A lo largo de su carrera, Reátegui ha cultivado diversos géneros, desde el cuento hasta la novela, como su obra histórica Isabella Nápoles, siempre con un estilo evocador y honesto que interpela al lector.

Su literatura no solo narra, sino que también denuncia, reflexiona y rescata, convirtiéndose en una herramienta de memoria y resistencia cultural.

En esta entrevista nos habla de su experiencia como escritor, su incursión en la política y su búsqueda por el sillón municipal de Jesús María. También lanza algunos dardos sobre la gestión de la Feria Internacional del Libro de Lima y recomienda algunas mejoras que debería hacer la Cámara Peruana del Libro.

Aquí el podcast completo por Neo TV.

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Cultura

Geometría y acero bajo el mismo cielo

El hombre Pentágono y el misterio de las formas: esa es la nueva bipersonal de Mónica González Tobón y Percy Zorrilla. Va en La Galería de San Isidro hasta el 6 de junio.

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En su taller de Cieneguilla el silencio se quiebra solo con el sonido del metal al ser moldeado. Mónica González Tobón y Percy Zorrilla han construido algo más que esculturas: una vida. Ella, colombiana de nacimiento y peruana por elección; él, limeño de raíces andinas. Ambos, nacidos en 1971, se conocieron en las aulas de la Facultad de Arte de la PUCP.

Desde entonces, Mónica —ganadora del Primer Premio en Escultura— y Percy —destacado por su audacia en pintura y volumen— iniciaron un viaje creativo que hoy, tres décadas después, desemboca en El hombre Pentágono y el misterio de las formas, bipersonal que inauguran el 14 de mayo en La Galería de San Isidro.

Ambos —ella con nueve individuales y premios en Dubái y Alemania, y Percy, con obras en Vietnam y Argentina— representan esa rara conjunción de talento y tenacidad. «En los 90, el arte en Perú era un acto de fe», recuerda ella, mientras señala los certificados de sus logros: el Premio Hobart (2013) por una escultura pública en San Miguel, o su mención en el Museum of Americas (2007) por explorar lo femenino en el acero.

Percy, por su parte, acumula distinciones como el Premio Nacional de la Juventud (2003) y participaciones en diferentes bienales, desde el Chaco hasta Da Nang. «Nuestras obras viajan más que nosotros», bromea, refiriéndose a las piezas que habitan plazas en Lima, Büdelsdorf y Buenos Aires.

-Cosmogonía de metal-

La muestra —que incluye una pieza conjunta, seis esculturas de Mónica y cuatro de Percy— es un homenaje a la geometría sagrada. «El pentágono es el hombre buscando su lugar en el universo», explica ella, mientras ajusta un relieve que parece flotar. Para Percy, el material es un aliado: «El acero nos permite vencer la gravedad, como si las leyes físicas cedieran ante lo espiritual».

Influenciados por Oteiza y Winternitz, pero también por los frisos Ychsmas de Cieneguilla, sus obras son «vacíos activos» que dialogan con Kandinsky y Turrell. «No es minimalismo —aclara Mónica—, es lenguaje del alma».

La dinámica de creación es tan singular como su historia: cinco hijos, árboles plantados juntos y discusiones sobre ángulos y vacíos. «Nuestra pieza colaborativa (‘El hombre pentágono’) es como nuestro matrimonio: dos visiones que se complementan», confiesa Percy. Mónica añade: «Él piensa en grande; yo, en lo esencial». Esta síntesis se plasma en la distribución de la muestra, donde sus obras no compiten, sino que «orbitan como planetas», según el curador.

-Ritual de lo habitual-

Así, desde el 14 de mayo San Isidro será testigo de cómo el acero se vuelve poesía. Entre las piezas destacan “Microcosmos” (Mónica), una estructura que atrapa la luz del atardecer, y “Tawantinsuyu” (Percy), un homenaje a la cosmovisión andina. «Queremos que el público sienta que el arte es un ritual», dicen.

Con esta exposición —que luego viajará a Alemania—, los Zorrilla no solo celebran su trayectoria, sino que desafían la indiferencia hacia el arte público en Perú. «Seguiremos plantando esculturas como si fueran árboles», prometen. Y uno les cree: después de todo, ya lo han hecho en medio mundo. Aplausos.

Lugar: La Galería

Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro

Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 pm. Sábados de 3 a 7 pm

Hasta: 6 de junio.

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