Cultura
El imaginario popular y la literatura

¿Cuándo se inició la narrativa oral? Seguramente en cualquier noche del Neardenthal, cuando un cazador anónimo empezó a relatar a la tribu las peripecias de sus afanes o quizá una mujer les fue contando a sus compañeras del clan las aventuras de otros miembros, adornando esa primigenia narración con gestos, sonidos y muchísimas anécdotas como milenios después lo harían las abuelas para tener en suspenso a los nietos.
Lo cierto es que con el avance de la historia humana,las grandes obras literarias se han sustentado siempre en las narraciones populares, leyendas y mitos que fueron recogidos y recreados por autores de renombre como William Shakespeare, Stendhal, los hermanos Perraul y otros.
En el Perú, circulan historias y personajes que han servido de base a extraordinarias obras literarias y llevados a la pantalla grande como por ejemplo el Jarjacha, el Kharisiri, el pishtaco oñakaq, este último es un asesino, el degollador de los Andes centrales como Junín, Huánuco, Pasco, Ancash y la sierra de Lima. El enfrentamiento de la guerra interna, sirvió para metamorfosear e identificar a este ser con los terroristas. Una manera de realizar la catarsis popular para superar el dolor por tanto sufrimiento.

Entre los escritores que lo hicieron protagonista de sus obras están Mario Vargas Llosa con su “Lituma en los Andes” ,Dante Castro y “Pishtaco”. El teatro como el grupo Yuyachakani, con el montaje “Contra el viento”.
El “sacamanteca” viene a ser un émulo del pishtaco y servía a las abuelas para meter susto a los nietos rebeldes. Porque también la narrativa ha servido como regla de conducta en la comunidad.
Pero los motivos mutan. No sabemos qué personaje o personajes nacerán o ya caminarán sobre la faz de la tierra, como consecuencia de la pandemia. Seguramente la sabiduría del pueblo peruano habrá creado a un ser terrible y poderoso para representar al virus Covid 19. Eso lo sabremos cuando algún narrador nos presente un cuento, o una novela con el nuevo propiciador de nuestros temores.
Jorge Terán Morvelli, es un investigador de las narrativas orales, egresado de San Marcos. Sus trabajos coinciden con una realidad que hemos vivido hace tiempo: la modernización del lenguaje mestizo en las literaturas orales.
Esta vez, decidimos conversar con el joven profesional para ampliar este complejo y siempre importante tema pues forma parte de nuestro ideario popular y de nuestra misma nacionalidad. Jorge Terán nos da en esta coloquial entrevista, una visión amplia y completa sobre la oralidad, siendo uno de los pocos especialistas en este interesante capítulo.
1.- La narrativa oral es tan antigua como el hombre y sirvió de base a grandes obras de la literatura universal, pues sin los relatos que circulaban en Inglaterra Shakespeare no sería Shakespeare, como Andersen en Dinamarca o los hermanos Grimm en Alemania no hubieran podido darnos las obras que nos dieron. Sin embargo estamos acostumbrados a ver solo el resultado mas no el origen de esos grandes relato, que no disminuyen en absoluto la calidad de sus recreadores. Con esto se trata de no opacar el genio de esos autores (y de otros) o es minimizar el valor de esos relatos orales)
Como se ha establecido, la literatura oral antecede, en cualquier cultura –occidental, latinoamericana, africana, etc.- a la literatura escrita, si la pensamos en un plano histórico. Pero, además,, una vez que llegamos a la segunda, consecutivas y cancelatorias sino que se producen simultáneamente. Por ello, es interesante lo que señalas de las influencias de la narrativa oral en la escritura, en tanto estas dos literaturas, que se soportan en distintas tecnologías de la palabra, tienen relaciones muy fluidas, que van en ambas direcciones; dígase, de mutua influencia. Es cierto, la oralidad alimenta a la escritura literaria, pero, también, a su vez, la escritura alimenta la literatura oral. Además, no solo en en los casos europeos que señalas, sino, como se desprende, en las literaturas en general. Pensemos en el caso peruano. El sustrato oral que las narrativas de autores contemporáneos como Marcos Yauri, Julián Pérez u Óscar Colchado poseen -apelan tanto a la estructuras como a los contenidos provenientes de cuentos, leyendas y mitos- ha sido destacado por la crítica especializada. Desde luego, el caso contrario es también posible. Recuerdo un caso reciente, compartido por un amigo antropólogo, sobre relatos orales en el sur peruano en los que al lado de personajes locales aparecían personajes clásicos como Aquiles o Ulises, producto, me comentó, de las lecturas que la profesora del lugar impartía a los niños.
Cabe señalar que asumir este diálogo fluido, ese transitar, para el caso de nuestra literatura, es un paso necesario para revalorar no solo los relatos orales sino las culturas que recurren a ellos, culturas que, como la andina, hacen uso tanto de la oralidad como de la escritura desde una visión, también, bastante dinámica. (En sentido estricto el relato oral no es exclusivo de las sociedades y culturas mencionadas; las escritas también apelan a ella, pero estamos pensando en, para el caso, las primeras, donde esa relación es, de pronto, más evidente).

2.-El relato oral ha variado de país a país y de épocas. Refiriéndonos a nuestro entorno, no son los mismos aquellos que surgieron durante la Colonia, la Independencia y los primeros años de la República. ¿Juega un papel de catalizador de emociones colectivas? ¿Es una forma de catarsis, de cura social?
Los relatos orales resultan van asociados a la memoria oral, al registro del pasado –una historia alternativa a la oficial- puesto que las comunidades, las sociedades tradicionales han apelado a ella a través de los distintos periodos de nuestra historia que señalas, aunque de ella solo han quedado rastros a través de la escritura. De esta manera, en los relatos orales se halla la memoria de los pueblos, el registro a través de la palabra, de su historia –que es distinta a la oficial, a la que permanece en los archivos escritos, la que se asocia a la escritura-; es, en ese sentido, historia viva; es aparato endoculturador; el relato oral rememora el pasado, reitera las normas de convivencia que garantizan la continuidad de la cultura; cuentos, leyendas y mitos son memoria y ética de la cultura. Además, la memoria oral es más maleable: el pasado se puede reformular, adaptar para la supervivencia del grupo socio-cultural; y ello se aprecia en los cambios en los relatos orales. Es un modo de procesar el entorno, la realidad cambiante. En esa misma línea, dicha recuperación del pasado, se puede entender, también, como –si no exactamente cual catarsis o cura social- sí como procesamiento de eventos traumáticos.
3.- Tomando este axioma, podríamos decir que figuras como el jarjacha, el temido pishtaco o kharisiri, han sido utilizados como representaciones diabólicas durante el conflicto armado, tanto de Ayacucho como Ancash, Huancavelica, la sierra de Lima, precisamente en donde se desarrolló el terrorismo. ¿Fue una manera de interpretar estos hechos a la luz del imaginario popular?
Como acabamos de apuntar, la memoria oral, el imaginario popular procesa los eventos traumáticos y los canaliza a través -entre otras prácticas culturales, entre otros soportes de la memoria como el arte popular (retablos ayacuchanos, tablas de Sarhua, tejidos, mates burilados)- de la palabra, de los relatos. El imaginario popular, canaliza, entonces, recurre a estas expresiones, para el caso el relato oral, para dar cuenta de la realidad asfixiante, de los momentos de crisis social, económica, política e, incluso, cultural. El caso del conflicto armado interno es evidente. Cabe señalar, no obstante, que este fenómeno no es exclusivo de las regiones que señalas, sino en general de nuestro país y de diversos y distintos acontecimientos y periodos críticos. Recordemos la Lima de finales de los años ochenta, en medio de la violencia de Sendero Luminoso, el accionar represor del Estado, la crisis financiera, política y social del primer gobierno aprista, aparecen los sacaojos, versión migrante del pishtaco o naqaq. En general son personajes, seres de la noche que atentan contra el mundo andino y el mundo migrante, elementos desorganizadores provenientes de mundos foráneos, de una realidad que hiere, ataca y, en ese sentido, se trata de comprender la naturaleza de esa violencia a través de la lógica que actualizan los relatos orales.
4.- ¿Cuánto de valor tienen esos relatos que siguen circulando por los pueblos?
Una palabra complicada la de valor. Podemos pensarla, primero, en el sentido que propones y, enseguida, ensayar otros tipos de valor, complementarios a la naturaleza del relato oral en sí y su importancia en nuestro país. De esta manera, el valor se vincula con su importancia para los sectores populares -andinos, amazónicos o costeños-, que es la de depósito, archivo de la memoria de los pueblos. Tienen, en ese sentido, una función cultural y social, integradora y reproductora de la cultura y sus normas. Si pensamos en su valor desde un punto de vista estético es claro que, en principio, la función social es eje central, pero no va separada de una dimensión estética que también poseen los relatos orales, pues, en tanto acto, en tanto performance, se necesitan determinadas cualidades para, por ejemplo, relatar un cuento; no cualquiera puede hacerlo: se debe ser ágil con la palabra, poner en ejecución no solo la palabra sino los gestos, el cuerpo en general para relatar una historia que recurre a onomatopeyas, voces, historias que en sí, producen, también, además de conocimiento el placer de oír estos relatos; asimismo, además, de la performance, la misma estructura del relato oral es necesaria para su buena enunciación. Por último, si consideramos su valor en el panorama en general de la narración en nuestro país es objeto, desde luego, de la antropología, así como objeto de estudio también de la literatura y es parte de nuestra historia literaria, no solo como punto de partida sino en su continuidad y vigencia.
5.- Con la pandemia, seguramente se ha recreado su origen y terribles efectos de manera simbólica. ¿Crees que a partir de estos tiempos, surgirán nuevos personajes que asimilen la figura del virus?
Es muy posible. La memoria oral se expresa y reformula los eventos a través de ambientes, personajes, historias, si queremos, tradicionales, o puede crear otros nuevos. Aún no tenemos noticia de ello, dado lo reciente de esta crisis, pero que no nos asombre –es parte de la misma dinámica de la tradición oral-, si se ha adaptado en otros momentos, con el ejemplo que hemos señalado de los sacaojos o con la aparición en momentos de crisis de los pishtacos y las sirenas, que suceda lo mismo –más exactamente, de modo semejante- en nuestro contexto actual o tras superar este caos.
6.- ¿Qué enseñanzas nos trasmiten los relatos orales?
Como hemos señalado, ya en un plano pedagógico, la dimensión que poseen los relatos orales al interior de las culturas que los enuncian promueven los valores de dichas comunidades, aseguran la difusión, el aprendizaje de las normas necesarias para la convivencia en ellas, para su funcionamiento y reproducción. Si lo pensamos para un público en general, en principio, acercarse a ellos es reconocer ya sea nuestros lazos con las culturas populares, nuestra pertenencia o, si no somos parte de ellas, la posibilidad de aprender a comunicarnos, de aprender a respetarnos y apreciarnos en nuestra diferencia, en nuestra diversidad.
TERÁN MORVELI JORGE ADRIAN
Magíster en Literatura con mención en Estudios Culturales, y Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Docente Asociado del Departamento de Literatura de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la misma universidad. Con estudios de Doctorado en Literatura Peruana y Latinoamericana en la Unidad de Postgrado de la UNMSM. Codirigió la revista de literatura y cultura Lhymen. Es colaborador de diversas revistas especializadas. Sus intereses académicos giran en torno a las literaturas orales y la narrativa andina contemporánea. Ha publicado: Literaturas regionales. Narrativa huaracina reciente (2013) y ¿Desde dónde hablar? Dinámicas oralidad-escritura (2008). Y ha editado los volúmenes Cuadernos Urgentes: Julián Pérez Huarancca (2018) y Cuadernos Urgentes: Cronwell Jara Jiménez (2019).
Cultura
Trabajadores del Ministerio de Cultura de Cusco anuncian la toma de Machu Picchu [VIDEO]
La ciudadela inca se encuentra en una lista negra y a punto de ser tomada por los propios trabajadores del Ministerio de Cultura del Cusco ante la inoperancia del ministro Fabricio Valencia.

La problemática del Ministerio de Cultura se intensifica. No solo hay cuestionamientos contra el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja. Además, los empleados de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, exhaustos y humillados, claman a la presidenta Dina Boluarte que lo reemplace. Y como si el drama fuera aún poco, lo último que se sabe es que estos trabajadores planean tomar Machu Picchu. No por vandalismo, sino por desesperación. Porque el Estado los ha dejado solos, igual que al Santuario.
A esto se suma que Machu Picchu ha sido incluida en la lista negra por el portal Travel and Tour World, que recomienda no visitar la ciudadela inca.
Mediante una comunicación telefónica, Andy Ancasi, representante del Sitracas, nos da todos los detalles de lo que viene sucediendo en Cusco.
Aquí el video del programa.
Cultura
Julio Barco Premio Juegos Florales de la UNI
El poeta peruano recibe reconocimiento en los Juegos Florales Túpac Amaru de la UNI.

En una ceremonia cargada de símbolos y solemnidad, el poeta Julio Barco fue galardonado con el segundo puesto en los Juegos Florales La Familia Túpac Amaru, organizados por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), una de las instituciones académicas más prestigiosas del Perú. El reconocimiento fue acompañado por un premio de S/. 4,000 y una ovación cálida por parte del jurado, autoridades y asistentes.
La distinción no solo celebra el talento literario de Barco, sino también la creciente necesidad de reconciliar la ciencia con la sensibilidad, la técnica con la poesía. Que una universidad dedicada históricamente a la formación de ingenieros rinda homenaje a la palabra escrita es, sin duda, un signo de que el arte aún pulsa en los espacios más racionales del país.
Con más de treinta libros publicados, Julio Barco ha construido una obra intensa, vital, crítica. Su participación en este certamen reafirma su compromiso por llevar la poesía al centro del debate cultural peruano. «Este premio me impulsa —dijo al recibir el reconocimiento—. Tengo tantos proyectos para revolucionar el arte en nuestro país. La poesía no ha muerto, solo está esperando que le hablemos desde otro ángulo».
El evento se realizó el 27 de junio de 2025 en el campus principal de la UNI. La entrega de premios fue precedida por palabras de homenaje a la familia Túpac Amaru, símbolo de lucha, dignidad y resistencia cultural —valores que resuenan también en la poesía de Barco—.
Con esta distinción, el autor de Me da pena que la gente crezca y Cantar de Chancay suma un nuevo capítulo en su incansable travesía por devolverle a la poesía peruana su fuerza originaria.
Cultura
MINCUL: La cuestionada designación del CAS de Karla Alarcón
¿Cómo ganó el concurso? la arqueóloga Alarcón no cumple con el requisito clave: haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia se limita al trabajo técnico de oficina dentro del Ministerio de Cultura, sin evidencia de liderazgo en campo ni dirección de PMA, evaluaciones o gestiones de CIRA.

La convocatoria CAS N.° 216-2025-MC, lanzada en abril de 2025 por el Ministerio de Cultura (Mincul), tenía como objetivo contratar a un(a) Coordinador(a) para la Dirección de Certificaciones. Se trataba de un puesto clave, pues esta dirección es responsable de coordinar, planificar y ejecutar acciones orientadas a preservar, proteger y conservar el patrimonio arqueológico inmueble del país.

Fuente: Mincul.
Entre sus principales funciones, figura la revisión, aprobación y seguimiento de Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y de los Planes de Monitoreo Arqueológico (PMA), documentos indispensables para el desarrollo de proyectos de inversión pública y privada.
Concluido el proceso en mayo, la arqueóloga Karla María Alarcón García fue anunciada como la ganadora del concurso. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Sin embargo, una revisión detallada de los requisitos y de la trayectoria de la ganadora revela una serie de inconsistencias que comprometen la transparencia del proceso y siembran dudas sobre su legitimidad.

¿Se cumplían los requisitos?
El perfil exigido para el cargo incluía, como mínimo, título universitario en arqueología con colegiatura vigente, formación complementaria en gestión o patrimonio cultural, así como experiencia general de al menos siete años en el sector público o privado. Más aún, se pedía una experiencia específica de al menos cuatro años en funciones vinculadas al cargo, o tres años en el sector público en áreas similares. Pero lo más importante: el postulante debía acreditar dos años de experiencia en la dirección de Planes de Monitoreo Arqueológico y/o Proyectos de Evaluación Arqueológica y/o gestión de CIRAs.

Karla Alarcón no cumple con requisitos de 2 años como directora de PMA y CIRA.
Este último punto no es un detalle menor. Se trata de un filtro clave, pues quien asume la coordinación de la ‘Dirección de Certificaciones’ debe tener conocimiento de campo y experiencia comprobada en dirigir intervenciones arqueológicas. No basta con conocer los documentos, hay que haber estado en terreno. De otro modo, resulta inviable liderar técnicamente la instancia más estratégica del sector.
¿Y cómo pasó Karla Alarcón la evaluación?
Según los documentos revisados, la arqueóloga Karla Alarcón no cumple con el requisito específico de haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia laboral no evidencia dirección alguna de PMA, proyectos de evaluación ni gestiones de CIRA en campo. Es más, su trabajo ha sido siempre de oficina, como técnica dentro del propio Ministerio. Sin embargo, en su ficha de postulación, consignó haber ejercido la “gestión de CIRAs”, una frase y/o formulación ambigua que se asemeja a una leguleyada y parece haber sido suficiente para que pasara la evaluación curricular, etapa que por norma es eliminatoria.

Karla Alarcón se amparó en una palabra, para validar su postulación.
Aquí surge la primera gran interrogante: ¿cómo validó el comité evaluador esa experiencia? ¿Desde cuándo dar conformidad a documentos administrativos desde un escritorio equivale a dirigir una intervención arqueológica en el campo?
La respuesta no es técnica, es política. Lo que aquí se ha validado es una interpretación forzada del término “gestión”, que abre peligrosamente la puerta para que personas sin experiencia real en campo postulen y ganen puestos clave, mientras otros profesionales con trayectoria probada quedan fuera.

Una plaza con nombre propio
El contexto del concurso no ayuda a disipar las dudas. Según fuentes cercanas al proceso, la convocatoria habría estado originalmente dirigida a Ruth Quispe Calderón, amiga cercana de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa Silva. Sin embargo, ante la filtración de esta información, se habría descartado ese nombramiento para evitar un escándalo mayor. Como alternativa, se habría optado por Karla Alarcón, quien ya se desempeñaba como directora encargada de la Dirección de Certificaciones y, por tanto, era una figura “de confianza” dentro del sector.

Viceministra Moira Novoa, la misma que firmó la Resolución Viceministerial para el recorte de las Líneas de Nasca y Palpa.
En este punto, el proceso se vuelve aún más cuestionable. La convocatoria fue ganada por Luis Felipe Mejía Huamán, pero mediante una fe de erratas se corrigió el resultado, otorgándole el puesto a Alarcón García en calidad de accesitaria. Mejía no habría llegado a firmar el contrato, y en un giro curioso pero conveniente, Alarcón asumió el cargo de forma oficial, pasando de ganar S/4,500 a más de S/11,264 mensuales.

El CAS fue ganado por Luis Felipe Mejía Huamán, pero luego corrigieron el resultado.
¿Quién dio la orden?
La pregunta es inevitable: ¿quién intervino para asegurar que Karla Alarcón se quedara con el puesto? Todo apunta a decisiones tomadas desde las más altas esferas del Mincul. Tanto la Oficina General de Recursos Humanos como la Alta Dirección —es decir, el ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa— estarían al tanto del proceso. Con el nombre de Ruth Quispe ya comprometido, y para no arriesgar la llegada de un profesional externo, se habría optado por consolidar a una figura que ya venía ejerciendo el cargo sin concurso y que, además, respondería fielmente a los intereses de quienes manejan el sector.

El 11 de junio convocaron como ganadora a Karla Alarcón García.
El cargo más codiciado
No se debe olvidar que la Dirección de Certificaciones es la joya de la corona del Ministerio de Cultura. Por esa oficina pasan todos los proyectos de inversión del país que requieren una evaluación arqueológica previa: minería, infraestructura, hidrocarburos, construcción, telecomunicaciones. Cualquier obra pública o privada necesita un CIRA o un PMA. Es decir, quien dirige esa oficina no solo tiene poder técnico, sino capacidad de incidencia en decisiones multimillonarias.
Por eso resulta tan preocupante que el proceso de selección no haya sido riguroso, ni transparente. En lugar de optar por la meritocracia, se ha preferido perpetuar prácticas que favorecen el amiguismo y el control político de una dirección técnica. Y si se valida como experiencia el trabajo administrativo desde una oficina, pronto veremos a otros funcionarios, sin experiencia real, disputando cargos estratégicos bajo el mismo criterio.
¿Y ahora qué?
Lo ocurrido en la convocatoria CAS N.° 216-2025-MC debe ser revisado con seriedad por los órganos de control del Estado. No se trata solo de un concurso más, sino de un proceso que compromete la legitimidad del sistema de contrataciones públicas, la credibilidad del Ministerio de Cultura y, sobre todo, la adecuada protección del patrimonio arqueológico del país.
Porque si quienes deben garantizar la conservación del patrimonio no saben ni siquiera cómo se ejecuta una intervención en campo, ¿Qué nos queda como ciudadanos? Solo mirar desde lejos cómo el poder se distribuye a puertas cerradas, mientras las formas legales se ajustan, como siempre, al tamaño de los intereses.
Cultura
Machu Picchu en la lista negra: el precio de la desidia
Machu Picchu, orgullo milenario del Perú, se tambalea bajo el peso de su propio éxito: hoy, más que una joya cultural, es una advertencia global sobre el turismo desbordado.

El esplendor de Machu Picchu, esa ciudadela suspendida entre la niebla y el abismo, ha dejado de ser solo un símbolo de orgullo nacional para convertirse, lamentablemente, en ejemplo de lo que ocurre cuando el patrimonio se subordina al lucro. La reciente inclusión del santuario inca en la lista de destinos que “ya no valen la pena visitar”, elaborada por la publicación internacional Travel and Tour World, es mucho más que una advertencia: es un grito de auxilio.
Junto a destinos igualmente emblemáticos como Venecia o Bali, Machu Picchu aparece ahora en un índice vergonzoso: el de los sitios donde el turismo masivo ha comenzado a erosionar lo que una vez se admiró. Las razones son contundentes: sobresaturación de visitantes, tarifas desproporcionadas y un impacto ambiental alarmante. A ello se suma la advertencia de la Unesco, que evalúa declararla Patrimonio en Peligro si el Estado peruano no actúa con urgencia y decisión.
No es una exageración. Según informes recientes, rutas diseñadas para no recibir más de 450 personas al día han llegado a registrar hasta 700 ingresos. El resultado es predecible: senderos desbordados, piedras milenarias al borde del colapso y una experiencia cada vez más parecida a la de una feria caótica que a la contemplación sagrada de un legado ancestral.
La Contraloría General de la República, por su parte, ha emitido un informe demoledor: aforos incumplidos, ausencia de fiscalización y una Aguas Calientes convertida en una máquina de exprimir turistas, donde los precios suben, pero la calidad se desploma.
El problema, claro está, no es el turismo, sino su pésima gestión. Especialistas en conservación han exigido una reestructuración del sistema de ingreso, la implementación de límites reales y no simbólicos, y un nuevo modelo de turismo sostenible que reconcilie el desarrollo con la protección. No se trata de clausurar el acceso a la maravilla, sino de salvarla de su propia fama.
La inclusión de Machu Picchu en esta lista negra debe interpelarnos como país. ¿Vamos a permitir que uno de nuestros mayores legados se pierda en manos de la improvisación y la codicia? ¿O tendremos, al fin, el coraje de actuar antes de que la historia nos pase la factura?
Mientras tanto, el ministro Fabricio Valencia continúa en su búnker solucionando sus problemas y haciendo seguimiento a la investigación de la fiscalía por el caso Shirley Hopkins.
Cultura
Ministerio de Cultura de Ica: ¿concursos CAS a medida?
Nuevas movidas en la DDC de Ica buscan coronar la dedocracia.

Por Luis Huertas
Desde hace años, las convocatorias CAS en el Ministerio de Cultura, tanto en la sede central como en sus Direcciones Desconcentradas, han sido señaladas por beneficiar a personas del entorno de confianza de ciertos funcionarios. Lo preocupante es que esta práctica no parece detenerse, y ahora el foco está sobre la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Ica.
Surgen preguntas inevitables: ¿Desde cuándo la DDC Ica ha sido terreno fértil para estas maniobras irregulares?, ¿A quién favorecen realmente estas contrataciones?, ¿Por qué en medio de la grave crisis por las Líneas de Nasca, se lanza una convocatoria que despierta tantas sospechas?
Primer intento: CAS N°072-2025-MC
El 4 de febrero de 2025, se publica en la web del Ministerio de Cultura un concurso CAS para cubrir el cargo de subdirector/a de la DDC Ica. El puesto exigía un perfil técnico exigente, con experiencia específica, título en arqueología y colegiatura vigente. El sueldo: S/ 6,906 nuevos soles. Todo parecía estar en regla, hasta que el concurso desapareció.
Fuentes internas revelaron que, el concurso fue retirado tras una denuncia desde la misma DDC Ica, advirtiendo que la subdirección es un cargo de confianza y no debería concursarse vía CAS. Así, el proceso fue abruptamente anulado. Coincidentemente, semanas después, el entonces director Alberto Martorell presentó su renuncia mediante Resolución Viceministerial N° 069-2025-MC. ¿Este CAS era algún premio, orquestado por algunos “amiguitos” para cierto funcionario de la sede Ica? Y todo con el aval del ex director Martorell, hoy involucrado en algunos chats internos con el ministro Valencia. Luego de su renuncia, asume el abogado Víctor Injante la dirección de la DDC Ica y, sorprendentemente, se vuelve a insistir con el mismo CAS pero maquillado con otras aristas.

Fuente: Ministerio de Cultura.
Segundo intento: CAS N°296-2025-MC
El 10 de junio —en plena tormenta por la reducción del área protegida de las Líneas de Nasca y la crisis de gestión en la DDC Ica— se lanza una nueva convocatoria. Esta vez, el puesto se denomina “Coordinador/a de Subdirección de Patrimonio Cultural, Industrias Culturales e Interculturalidad”. En la práctica, el mismo cargo de subdirección, pero con otro nombre. Lo curioso es que los requisitos ahora son más flexibles:
- Experiencia general: de 6 a 5 años
- Experiencia específica: de 4 a 3 años
- Experiencia en el sector público: de 3 a 2 años
- Sueldo: de S/ 6,906 a S/ 6,000

Fuente: Ministerio de Cultura.
Como para hacerlo más accesible, solo se exige haber sido “especialista” durante un año. ¿Coincidencia? Difícil de creer. Todo apunta a que, presuntamente, esta nueva convocatoria estaría hecha a medida para la actual subdirectora Jeanette Gutiérrez, quien pasaría de ganar S/ 3,000 a S/ 6,000, con una plaza concursada y mayor estabilidad. Algunos señalan que podría incluso pedir licencia sin goces de haber, de su puesto actual y postular, sin riesgo alguno. Desde hoy se puede postular a este CAS, y todo puede pasar.

Fuente: Ministerio de Cultura.
¿Puestos a la carta?
Lo más preocupante es el trasfondo: ¿Por qué insistir tanto en este puesto? ¿Por qué reducir los requisitos? ¿Por qué en medio de una crisis de credibilidad en la gestión cultural? La DDC Ica no necesita una coordinación adicional, ya que la actual subdirectora cumple esas funciones. Entonces, ¿por qué insistir?
Mientras los titulares nacionales apuntaban al escándalo de las Líneas de Nasca, en silencio se gestaba una convocatoria que huele a favoritismo. El patrón es claro: flexibilización de requisitos, coincidencias con cargos en funciones, y beneficios personales.
Una llamada a la reflexión
Este tipo de maniobras no son nuevas en el aparato estatal, pero es hora de ponerle freno. Si el Estado sigue siendo usado para beneficiar a ciertos círculos de poder, sin meritocracia ni transparencia, estamos condenando la institucionalidad.
La ciudadanía exige respuestas, pero sobre todo decencia en la gestión pública. Desde Lima Gris seguiremos vigilantes. Porque el patrimonio no solo se protege en el terreno, también se defiende en la transparencia de quienes lo administran.
Cultura
Presentación del libro «El misterio de las aves kanchu» de Lizbeth Pretell Romero
El miércoles 25 de junio en la Casa de la Literatura Peruana se presentará el libro “El misterio de las aves kanchu” de Lizbeth Pretell Romero, gestora cultural e investigadora luriganchina, y publicado por el sello editorial Jukucha Ediciones.

Este libro nos permite conocer la historia de las aves kanchu, míticas aves sagradas de quienes se toma el nombre para crear el vocablo Rurikanchu, que a su vez da origen a la denominación del distrito de San Juan de Lurigancho. Un relato que muestra personajes y hechos con trascendencia histórica y ficticia; fruto de una investigación basada en los manuscritos del padre Francisco de Ávila, el libro “Ritos y tradiciones de Huarochirí”, así como en evidencias arqueológicas halladas en el distrito.
El proyecto fue concebido desde el área de museo del Centro de Cultura, Recreación y Educación Ambiental Huiracocha (CREA Huiracocha), el cual estuvo ubicado en el parque zonal del mismo nombre en el distrito de San Juan de Lurigancho. La sala permanente Ruricancho, más conocida entre sus pobladores como el museo de San Juan de Lurigancho, tuvo como propósito difundir y revalorizar la historia del distrito (ubicado en un territorio con aproximadamente 11 000 años de historia) entre sus pobladores y el público en general, mediante visitas guiadas y talleres de educación patrimonial. Gracias a estas actividades y de manera lúdica, se realizaron también jornadas de cuentacuentos para niños, con relatos basados en la historia de la comuna.
En la presentación participarán Lizbeth Pretell Romero, autora del libro; Ricardo Puga Huamán, ilustrador; y Alan Concepción Cuenca, bibliotecólogo. Además, se contará con la participación especial de Gerardo García Chinchay, director de la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura del Perú. La cita es el miércoles 25 de junio a las 6:30 p.m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana, ubicada en jirón Ancash 207, Centro Histórico de Lima. Ingreso libre con aforo limitado.
El libro podrá ser adquirido el mismo día de la presentación o a través de las redes sociales de la organización cultural Quebrada Canto Grande.
Cultura
Escándalo en el Ministerio de Cultura: ¿Un Convenio Extraterrestre?
Desde Cusco exigen la anulación del convenio y denuncian la incongruencia del Ministerio de Cultura.

Un nuevo escándalo remueve los cimientos del Ministerio de Cultura del Perú. El 24 de septiembre de 2024, esta institución firmó un convenio con la Asociación Pi Rambla Heritage, dirigida por el conocido español Anselmo Pi Rambla. ¿El propósito? Avalar “investigaciones” que rozan la pseudociencia, en sitios arqueológicos del Cusco.
Pi Rambla sostiene que los muros del Coricancha datan de hace 4000 años y fueron construidos por una «sociedad solar, intraterrestre». Afirmaciones sin sustento arqueológico, que niegan el legado de los pueblos andinos, y reescriben la historia con relatos místicos de civilizaciones perdidas y leyendas celtas. El retorno de su proyecto “Avalón en los Andes”, impulsado hace más de dos décadas, plantea serias amenazas al patrimonio cultural peruano, disfrazadas de exploración científica.
Sorprendentemente, el convenio fue realizado por el exdirector de la DDC de Cusco, Régulo Gilberto Franco Jordán, quien luego de firmar mencionó: “Mediante este convenio estamos impulsando la investigación interdisciplinaria para continuar ampliando los conocimientos de las culturas pre incas e inca que habitaron en la ciudad de Cusco”.

Cuestionado arqueólogo Régulo Franco.
Desde Cusco señalan que esto no se trata de un simple debate académico. Es una ofensiva simbólica que intenta reemplazar la historia real de las civilizaciones precolombinas con relatos foráneos sin base científica. Es una forma de neocolonialismo cultural. El Ministerio de Cultura, en lugar de rechazar estas ideas, ha abierto las puertas a una organización esotérica que ya ha causado daños documentados al patrimonio.

Páginas 26 y 27 de la revista Mas Alla, correspondiente al N°144/ 2/ 2001, nótese a Anselm Pi presidente de la empresa Boric Ruz SAC , el buscador del Avalón.
Entre 2001 y 2003, Pi Rambla lideró excavaciones en Cusco en busca de «tesoros», actividades que terminaron siendo denunciadas por el propio Instituto Nacional de Cultura ante la UNESCO. Aquella intervención fue paralizada por los daños que generó, pero hoy, más de 20 años después, se le otorga nuevamente carta blanca para operar.
La Asociación de Comunidades Campesinas del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán ha levantado la voz. Exigen la anulación del convenio y denuncian la incongruencia de un Ministerio que se supone custodio del patrimonio, pero que termina validando delirios ufológicos. ¿Qué intereses se esconden detrás de esta decisión?

Amselmo Pi excavando Coricancha.
¿Red de corrupción y destrucción Patrimonial?
El problema no es nuevo. El 14 de diciembre del 2000, el diario El Comercio denunció que Boric Ruz S.A.C., empresa vinculada a Pi Rambla, realizaba intervenciones destructivas en el Coricancha. En lugar de sancionar, el Estado salió a defender. Luis Enrique Tord, entonces director del INC, viajó a Cusco a justificar las acciones de la empresa, desestimando las advertencias de profesionales del propio ministerio, entre ellas la destacada antropóloga Arminda Gibaja, madre del actual ministro de Cultura.
¿Qué clase de funcionario defiende a quien atenta contra uno de los templos más importantes de la civilización inca? La respuesta puede encontrarse en la densa red de favores y corrupción del gobierno fujimorista.
Hay más. Pi Rambla, en sus declaraciones, decía estar tras “un inmenso tesoro” oculto en el Coricancha. Poco después, en octubre del 2000, Vladimiro Montesinos huía del país en el velero Karisma, que unos años antes había sido propiedad de Anselmo Pi pero terminó en manos de José Lizier Corvetto. ¿Coincidencia? Cuesta creerlo. Lo que se dibujaría es un entramado de encubrimiento y complicidad que permitió a Pi actuar con total impunidad.
Este caso no solo revela negligencia institucional. Devela un patrón: la permisividad del Estado frente a intereses personales que se disfrazan de investigación, mientras destruyen, roban y tergiversan. Es urgente saber quiénes autorizaron este nuevo convenio y por qué. Sabemos que Régulo Franco recibió la orden pero ¿Quién ordenó?
No se trata de una simple polémica académica. Es una agresión directa contra nuestra historia, una amenaza al patrimonio y una muestra del desprecio por la verdad histórica. El Perú no necesita buscar Avalon. Necesita proteger Machu Picchu, Sacsayhuamán y el Coricancha. Y necesita, sobre todo, autoridades que entiendan la diferencia entre ciencia y superstición.
Piden que convenio sea derogado
Mediante un oficio enviado al ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja el 03 de enero pasado, la Unión de Comunidades de Indígenas del Parque Arqueológico Sacsayhuamán señaló: «Hemos tomado conocimiento que la persona que ha firmado el convenio y es el que dirige dicha asociación es el señor Anselmo Pi, quien en el año 2000 junto con el arqueólogo Ernesto García Calderón puso en peligro el templo de Santo Domingo por hacer excavaciones de manera indiscriminada, por tal motivo el Instituto Nacional de Cultura suspendió dichas excavaciones«.
Además, agregan: «No es posible que el Ministerio de Cultura se esté prestando para avalar cuestiones de ufología, lejanas de la ciencia académica de la arqueología. Por tal motivo, pedimos señor ministro, que dicho convenio sea derogado, así también solicitamos que no se le dé ningún permiso de excavación a la referida asociación».
Primero fue el recorte de las Líneas de Nasca y Palpa, ahora nos quieren sorprender con un convenio.
Mientras todo esto ocurre, el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja se niega a dar una entrevista a Lima Gris.

Cultura
Diego Lazarte presenta su novela “Última salida de Palomino”
El autor conversará con Mónica Delgado Ch. este sábado 28 de junio a las 6.00 p. m. en la Librería de Lima.

En Última salida de Palomino, Kennedy, su joven protagonista, ve alterada su tranquilidad con la llegada de Dulcinea, un personaje tan excéntrico como inquietante, que habla con impostado acento español, y que irrumpe en su casa y transforma su rutina en una lucha por recuperar su espacio. Con una prosa cargada de imágenes urbanas, humor corrosivo y referencias al cine slasher y la cultura pop, esta novela nos invita a recorrer una Lima mítica, marginal y brutalmente desbordada por la violencia de sus habitantes.
El escritor Diego Lazarte presentará su primera novela junto a la crítica de cine, comunicadora social, docente universitaria y directora de Desistfilm Mónica Delgado Ch. este sábado 28 de junio a las 6.00 p. m. en la Librería de Lima, Jr. Cailloma 843, Centro Histórico de Lima. El cierre musical estará a cargo de la banda de indie rock Electroma.
Sobre la novela, el escritor español Alberto Girao ha dicho: “Escrita con una valentía impropia de una primera novela, Lazarte combina gracejo quijotesco y desenvoltura quinqui para componer una obra memorable y divertida. El lenguaje se tensa en la impureza, articula argot, videojuegos o cinefilia; todo ello ensamblado en diálogos ingeniosos y frenéticos. Y, al fondo, siempre Lima: paisaje crudo sobre el que se tejen los retratos de personajes tiernos e incisivos a partes iguales”.
Por su parte, la escritora Paloma La Hoz, afirma: “Es una novela sobre crecer entre ruinas, reírse del caos y encontrar ternura en lo improbable. Poblada de antihéroes de los márgenes limeños, para quienes perderse no es un error, sino el único camino posible. Porque en esta ciudad, sin el humor como forma de resistencia —como diría La Polla Records—, no somos nada”.
Diego Lazarte (Lima, 1984) retornó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos luego de dos lustros, y amenaza con egresar de la Escuela de Derecho y vestir ternos en 2025. Ha transcurrido veintidós años desde La clavícula de Salomón, su ópera prima en poesía, y dos desde la reedición de su séptimo libro, Calaveras retóricas, publicado en México. Aprendió a escribir esta novela leyendo a Dostoyevski y viendo maratones de películas slashers y de serie B, durante su autoexilio en el piso 15 de un condominio en Lima Norte.
Actualmente es director del Festival de Poesía de Lima y de la productora audiovisual Cinemapoesía. Tiene en desarrollo documentales sobre los poetas peruanos Enrique Verástegui, José Ruiz Rosas y Juan Cristóbal.
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