Opinión
El Datazo: Tía María, un juego de tronos
Lo último de la coyuntura política de manera resumida.

Hace pocos días se llevó a cabo el evento minero PERUMIN en la ciudad de Arequipa. En éste, fuimos testigos de cómo el premier Alberto Otárola desautorizaba a su ministro de Energía y Minas afirmando que uno de los proyectos más importantes del país no podía ejecutase mientras no se solucionaran los conflictos sociales. Estos conflictos no son de ahora sino de muchos años atrás, desde el gobierno de Ollanta Humala, quien, junto al entonces congresista Fredy Otárola —hermano de actual premier y asesor en la sombra de Alberto—, elaboraron la famosa ley de la Consulta Previa, que en vez de beneficiar al país lo ha perjudicado. Pero ¿qué hay detrás de la conflictividad social de Tía María? Hace algunos años nos informaron que la DINI habría realizado una investigación y detectado que, a través de oenegés chilenas, se pagaba a los famosos dirigentes sociales para que el proyecto minero no se desarrollará. ¿Por qué los chilenos se opondrían al desarrollo minero peruano? Simplemente, porque si no nos detienen, nuestro país se convertiría en el primer productor de Cobre del mundo, lo que perjudica los intereses de nuestro vecino del sur. Se han preguntado, por ejemplo, ¿de qué viven los dirigentes antimineros?, el único argumento que esgrimen para paralizar el proyecto de Tía María es que el impacto ambiental sobre la agricultura se verá afectado. No importa lo que se le diga, así la empresa encargada de la explotación demuestre que usará una tecnología de punta en el proceso extractivo, a estos señores no les importa… POR ESO, CHILE SIGUE SIENDO EL PRIMER PRODUCTOR DE COBRE EN ESTA PARTE DEL CONTINENTE. LÍDERES ANTIMINEROS COMO MARCOS ARANA Y VLADIMIR CERRÓN, INCURSIONAN EN POLÍTICA PERO NO PARA BENEFICIO DE LA POBLACIÓN, SINO PARA BENEFICIO PERSONAL. SU AGENDA SIEMPRE ACABA DONDE TERMINA SU PELLEJO. ESOS SON NUESTROS SOCIAL CONFUSOS. PROVECHO, OENEGÉS DE LA CUECA, PO’.
TÍA MARÍA: UN JUEGO DE TRONOS I
Para Chile no es nada alentador que el Perú esté construyendo el mega puerto en Chancay. En diversos programas de opinión del país mapo, son varios los políticos, empresarios y lideres de opinión que señalan la necesidad de que el gobierno chileno acelere las ampliaciones e inversiones sobre los puertos de San Antonio y Valparaíso. Con Chancay en operaciones, en tan solo 30 días, barcos de gran escala podrán cruzar el océano Pacifico (¡en treinta días!), sin cruzar incluso por el canal de Panamá, lo que perjudicará enormemente el tráfico portuario chileno, quedando fuera de las rutas comerciales importantes de la región, y el Perú convertido en el Ámsterdam de Sudamérica de cara a Asia. El lema es «de Shanghái a Chancay», barcos con una inmensa capacidad de tonelaje surcando nuestros mares convirtiéndonos en la puerta de entrada y salida de Sudamérica para los asiáticos. Al parecer, el 2024 nuestro país será la cereza del pastel en el continente y seremos reconocidos como un país imprescindible para realizar comercio exterior y posibilitar la inversión en la región… CURIOSAMENTE, ALGUNOS DIRIGENTES LIGADOS A LA IZQUIERDA YA CUESTIONAN LA CONSTRUCCIÓN DE ESTE MEGAPUERTO. ¿QUIÉN LOS FINANCIA? OENEGÉS INTERNACIONALES ¿OTRA VEZ, LOS CHILENOS? ASÍ NO JUEGA PERÚ.
TÍA MARÍA: UN JUEGO DE TRONOS II
No cabe duda de que el proyecto portuario de Chancay ha puesto inquietos a nuestros vecinos del sur, pues parece que no contaron con la celeridad y decisión con la que se construyó en plena pandemia, de suerte que esta vez los hemos sorprendido con los pantalones abajo. Pero las posibilidades portuarias del Perú no se quedan allí. ¿Se imaginan un puerto con diez veces más capacidad que el puerto de Chancay, y con una profundidad mayor que permita el atraque de barcos de gran calado, que no atracan en este momento en Sudamérica? Pues, como diría Blanca Varela, «ese puerto existe» (y, si no existe, puede existir en las costas de Islay). Sí, pues, Chancay junto al proyecto del mega puerto de Corío (que el Gobierno Regional de Arequipa viene proponiendo desde hace 2 décadas atrás), lo que consolidaría en el sur el tridente portuario Ilo-Corío-Matarani, sumados a la conversión de la base aérea de La Joya como un aeropuerto internacional civil-militar, al ferrocarril del Sur que une Matarani con Arequipa, Puno y Cusco (y que puede vincularse a la red ferroviaria de Bolivia y Argentina), además de la carretera interoceánica que va de Mollendo a Arequipa, Puno, Cusco, Madre de Dios y Brasil, además de que se logre que Arequipa se consolide como plataforma logística integrada de la vía interoceánica del sur, son los fundamentos para que el Perú pueda ser, ya sin ninguna duda, la puerta de entrada y salida de Sudamérica de cara al Asia, con lo cual le ganaríamos el posicionamiento comercial a Chile por muchísimo tiempo. Luego de casi 150 años, reviven los temores chilenos que dieron lugar a que se opusiera a la confederación Perú-boliviana y luego propiciaran la guerra del pacífico (como lo reconocen sus propios historiadores). los puertos peruanos eliminando del mapa comercial marítimo del Pacífico Sur a los puertos chilenos. chúpate esa, condorito.
TIA MARIA: UN JUEGO DE TRONOS III
Estas prácticas oscuras, en las que los servicios de inteligencia chilenos conspiran y meten su cuchara en la realidad peruana no son nuevas, se remontan al siglo XIX. Como lo reconocen los mismos historiadores chilenos, como Eduardo Cavieres Figueroa y Gonzalo Serrano del Pozo (profesores de Historia de las universidades de Valparaíso y Viña del Mar, respectivamente), la participación chilena boicoteando la Confederación Perú-boliviana fue resultado de su preocupación por el desarrollo que estaban teniendo los puertos peruanos en la tercera década del siglo XIX, lo que amenazaba el desarrollo comercial de Chile, que dependía totalmente de sus puertos. La alianza Perú-boliviana ponía en peligro la viabilidad de Chile como país. Así de serio veían ellos el tema. Pero la cosa no queda allí. Guillermo Parvex, en su obra Servicio secreto chileno en la agenda del Pacífico, cuenta con detalle y con información desclasificada de los propios servicios chilenos, cómo, en 1873, mientras crecía la tensión entre Chile y sus vecinos, los chilenos formaron una red de espías (entre chilenos y extranjeros), que involucraba a militares, civiles, hombres de letras, ingenieros, mujeres, etc. Estiman que fueron más de setenta en Perú y Bolivia, y una cantidad similar en Centroamérica, Estados Unidos y Europa. Con esa red, Chile boicoteó la compra peruana de blindados, un acorazado, dos fragatas y una decena de torpederas, anulando el envío de fusiles, artillería y ametralladoras. Por eso, la explotación de Tía María les preocupa tanto, y por eso la posibilidad de Chancay y, peor aún, el eventual desarrollo del proyecto portuario de Corío, en el sur del país, les aterra… AHORA, EN EL SIGLO XXI, ESA RED TIENE OTROS ROSTROS, PERO LA LABOR DE BOICOT A TODO EMPRENDIMIENTO PERUANO QUE SUPONGA EL DESARROLLO DE NUESTRO PAÍS, SIGUE EN MARCHA. PARECE QUE PARA LOS CHILENOS QUEDA CLARO QUE SU DESARROLLO DEPENDE DE QUE EL PERÚ NO CREZCA. PARECE SER FUNDAMENTAL TENERNOS ADORMECIDOS PARA QUE ELLOS PUEDAN BRILLAR. LA ESTRELLA DEL SUR QUE APARECE EN SU ESCUDO NO SOPORTA EL BRILLO DEL SOL PERUANO. SOMOS MUCHO CUANDO DESPERTAMOS. ¿LO HAREMOS?
¿QUIÉN ESTÁ TRAS LOS ATAQUES CONTRA EL PRESIDENTE DEL CONGRESO?
El deber de la prensa es mantener a la ciudadanía enterada con información veraz. Lamentablemente, en los últimos años un sector de los profesionales de la información se ha convertido en sensacionalista, a tal punto, que incluso lapida moralmente con sus afirmaciones, sin importarles que los temas que denuncian se hallen todavía en etapa de investigación en la Fiscalía. Ellos son fiscales, jueces y verdugos con la guillotina moral en sus afiladas lenguas viperinas. Aquí no existe el debido proceso y la presunción de inocencia. Simplemente, ejercitan su lengua y hunden sus colmillos cargados de cicuta en cada uno de sus comentarios públicos. El abogado cusqueño Alejandro Soto Reyes ha sido cuestionado desde que asumió la presidencia del Congreso, sin que se haya brindado espacio público para dar a conocer alguna noticia positiva con respecto a su gestión al frente del Congreso. Nada de lo que hace existe para esta prensa enemiga de la institucionalidad y de color amarillo patito. Todo hace suponer que en su fuero interior no les importa lo que diga o haga, pues, una vez más, ya sentenciaron, así que en su agenda no hay más que hacerlo parecer como un incapaz. No importa qué haga, no importa qué diga, lo único que les importa es golpearlo. Sin embargo, «El Datazo» no se casa con nadie y observamos con ojo crítico todo. Más aún cuando de por medio está la defensa de la institucionalidad del país. La verdad es que este señor ha demostrado ser un político trejo con correa ancha que no se desespera, pasSa su balón y toca la pelota con paciencia. Ante los ataques de los amarillos, su silencio ha acallado, primero, y alterado, después, a sus detractores… PERO, COMO NO PUEDEN POR UN LADO, VAN POR EL OTRO. RESULTA QUE AHORA, EL DECANO DE LA FACULTAD DE DERECHO PRETENDE DENUNCIARLO POR UN SUPUESTO PLAGIO DE SU TESIS DE MAESTRÍA. CABE PRECISAR QUE NO ES LA ESCUELA DE POSTGRADO (INSTANCIA ACADEMICA ANTE LA QUE SE PRESENTÓ LA TESIS DE MAESTRÍA) LA QUE HACE LA DENUNCIA. PERO LO CURIOSO ES QUE ESTE DECANO ALUNADO QUIERE TRAMITAR SU DENUNCIA ANTE LA OCI DE SU UNIVERSIDAD, DESCONOCIENDO LOS PROCEDIMIENTOS ACADÉMICOS BÁSICOS DE SU PROPIA INSTITUCIÓN. EL PASADO ROJO DE ESTE DECANO NOS MUESTRA QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE ESTE INCUBO: LA CAVIARADA.
UNA FIESTA SINIESTRA
La madrugada del sábado, en una casa en el distrito de Lince, se produjo un homicidio. En la fiesta que tuvo lugar en ese inmueble, habían asistido varios políticos y ex políticos para agasajar a un personaje de lo mas cuestionado. En Acción Popular —el ex partido del cumpleañero homenajeado— lo recuerdan como un sujeto violento y ambicioso. Es más, su amigo de barrio en el puerto bravo del Callao —que llego a ser regidor por la municipalidad chalaca—, Manuel Neciosup, hoy está preso en el penal Canto Grande. Según nos dicen en Acción Popular, el homenajeado en cuestión, García Oviedo, fue denunciado en el 2,019 ante el Ministerio Público como presunto responsable de haber presentado firmas falsas en el proceso electoral interno del partido de la lampa para convertirse en el secretario general de Acción Popular, llegando después a ocupar una curul en el Congreso. Nunca respondió cuál era la procedencia del dinero empleado en su campaña, dejando un turbio rastro de dudas en su camino. Hoy, el cuestionado Paul García nuevamente se ve envuelto en líos de las paginas policiales y no políticas, involucrando a la tercera vicepresidenta del Congreso quien, en vez de ayudarse con sus declaraciones se ha condenado solita. Hoy, por lo pronto, ha trascendido que la hermana de Paul García trabajaría en el Congreso, en un área que depende directamente de la tercera vicepresidencia, sin contar con ninguna experiencia, ni cumplir con los requisitos mínimos de la meritocracia. Según comentan, está allí solo por ser la hermana del que sería novio de la congresista Roselli Amuruz… MUCHOS SE HAN PRONUNCIADO EN CONTRA DE LA CONDUCTA DE LA CONGRESISTA ROSELLI AMURUZ, INCLUSO CONDUCTORES QUE LA INVITABAN CASI SEMANALMENTE A LA TELEVISIÓN —COMO BETO ORTIZ Y CARLA GARCÍA—LE HAN PEDIDO QUE RENUNCIE. SI ESTO SIGUE ASÍ, LO MÁS PROBABLE ES QUE LA SEÑORITA SEA REMOVIDA DEL CARGO, PUES NADIE LA VA A DEFENDER. UN CONSEJO, ALEJESE DE LAS MALAS JUNTAS, NO SÓLO HAY PERSONAJES INVOLUCRADOS EN CORRUPCIÓN A SU ALREDEDOR, SINO TAMBIÉN EN ORGANIZACIÓN CRIMINAL, Y TODOS SON CERCANOS AL TAL PAUL GARCÍA. PREOCUPA QUE LA TERCERA VICEPRESIDENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA PUEDA TENER ENTRE SUS JUNTAS A GENTE PRONTUARIADA QUE RESUELVE SUS ENTRIPADOS A PUNTA DE PISTOLETAZOS Y MUERTES. POR FAVOR, QUE ALGUIEN LE META ESO EN LA CABECITA LOCA A LA CONGRESISTA DEL BAILE DEL PERRITO.
UNA FIESTA SINIESTRA I
Por si Roselli Amuruz no nos cree, vamos con más detalles, fina cortesía de la prensa que hasta hace poco le servía como caja de resonancia, invitándola a declarar por cualquier cosa. Según un programa televisivo, Angie Gómez Acosta —esposa de la víctima de la fiesta de Lince, Christian Enrique Tirado— y el hermano de la víctima, Erick Alejandro Enrique Tirado, ingresaron a trabajar al Congreso de la República, en la Oficina de Imagen del parlamento, en agosto último, justo días después de que Roselli Amuruz asumiera la Tercera Vicepresidencia del Congreso… AHORA, QUE NO DIGA LA CONGRESISTA QUE ELLA FUE A LA FIESTA COMO UNA INVITADA MÁS, PERO QUE NO CONOCÍA A NINGUNO DE LOS INVITADOS. QUEDA CLARO QUE LOS DE LA MENTADA REUNIÓN FESTIVA ERAN DEL ENTORNO POLÍTICO CERCANO DE LA CONGRESISTA Y DE SU SUPUESTA PAREJA SENTIMENTAL. PERO NO SOLO ESO, SINO QUE QUEDA CLARO TAMBIÉN SU MEDIACIÓN PARA UNA LA CONTRATACIÓN DE DICHAS PERSONAS EN EL CONGRESO. ¿Y LA MERITOCRACIA?
Opinión
Feria Internacional del Libro de Lima y el intento de legitimar al MRTA
Se canceló la presentación del libro del terrorista del MRTA. Historiador Antonio Zapata fue el autor del prólogo.

La Feria Internacional del Libro de Lima (FIL- Lima) programó la presentación del libro Revolución en los Andes (2020) para hoy 29 de julio de 2025, testimonio del terrorista Víctor Polay Campos, líder del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), condenado por terrorismo. Sin embargo, gracias a la presión mediática se canceló este vergonzoso evento.
Lo que debería ser una fecha para celebrar la independencia, iba a ser el evento que daría voces al análisis de un texto que justifica la barbarie disfrazada de testimonial. Para quienes no tienen memoria o son muy jóvenes para recordarlo, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru surgió en 1982 con Polay como su mando principal fue el responsable de la toma de la embajada del Japón en diciembre de 1996 y la muerte muchos peruanos inocentes.
¿En qué momento decidimos que era aceptable legitimar el relato del comandante del MRTA organización armada que cometió secuestros, asesinatos y actos de violencia contra los peruanos? ¿Qué clase de memoria se está escribiendo cuando se le cede la palabra a un condenado por terrorismo, sin que medie crítica, sin contexto, sin un mínimo de dignidad hacia las víctimas? O es que luego de aprobar la ley de amnistía para quienes causaron el terror desde el estado peruano, en la FIL- Lima creyeron que los peruanos quedamos desmemoriados por decreto. No señores, y lo más cuestionable es ¿Quiénes presentarían el texto publicado en plena pandemia? El historiador Antonio Zapata, la antropóloga Natalí Durand y el analista político César Coca.

El prólogo del libro de Play lo escribió el propio Antonio Zapata, quien dejó clara su postura:
“La invitación de Víctor Polay para escribir el prólogo de su testimonio fue una agradable sorpresa”, tiene derecho a sentir agrado por un terrorista o por sus ideas. Pero eso no lo exime de la responsabilidad de lo que implica eso. En el ensayo escrito, Zapata lo describe como un “romántico revolucionario”, “valiente” y “elegante”. Nunca lo llama terrorista. Nunca lo juzga. Se limita a explicar, matizar. Dice que no pensó en el largo plazo.

Además, confiesa simpatizar con alguno de sus actos “me gustó la campaña del Nor Oriente porque fue alegre y desenfadada”, madre mía, simpatizar con lo hecho por el MRTA. Zapata quizás se refiera a la toma de Tabaloso y Soritor (San Martin) en 1990, liderados por el frente nororiental de Víctor Polay Campos, quien junto a su destacamento subversivo tomaron ambas ciudades luego de atacar el puesto policial. Marcando el inicio de su lucha terrorista. ¿Qué tiene de alegre el inicio del MRTA señor Zapata?
Jóvenes, Víctor Polay no es un perseguido o condenado por sus ideas. Es un preso por hechos concretos: asesinatos, secuestros extorsivos, atentados contra gente inocente. Una cifra desgarradora destacada por Zapata: “En el razonamiento de Polay, ahí está la causa del bajo número de víctimas causadas por el MRTA; según las cifras de la CVR (Comisión de la verdad y reconciliación) algo menos del 2%”. Esto nos hace recordar al vocero Jorge Trelles del fujimorismo quien en un exceso de sinceridad nos recordó en el 2011: «En todo caso, nosotros (el fujimorismo) matamos menos, menos que los dos gobiernos que nos antecedieron». Es el mismo razonamiento, los dos lados del terror en los noventas dando él su testimonio.
Polay no está preso por pensar distinto. Está preso por haber dirigido una organización armada terrorista.

Nos queda reflexionar que, a pesar de la cancelación del evento, existió la pretensión de presentar este libro en un espacio público como la FIL Lima, no es una mera coincidencia o un error de los organizadores, es un acto político auspiciado por el Ministerio de Cultura, la municipalidad de Jesús María, entre otros, justo en el último año del gobierno de Dina Boluarte. Es un intento deliberado de insertar la narrativa del MRTA en el debate cultural, con el aval de académicos y editoriales que deberían, al menos, tener la decencia de reconocer la gravedad del personaje al que le están prestando su voz. Creo que seguirán buscando espacios, este libro ya ha encontrado espacios en Chile del lado del MIR.
¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando esta amnesia selectiva? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que la cultura sirva como escudo para blanquear relatos violentistas?
No intentemos reconstruir la historia. La memoria no se negocia. Se construye con verdad, con justicia, pero también con límites.

Hace unas semanas, el poeta Kenneth O’Brien presentó una muestra individual de pinturas en la casa Poco Floro del centro de Lima a la que tituló “Atávicos & cromáticos” con cuadros de diferentes formatos y soportes, en su mayoría reciclados de las calles, cartelones, triplay, mapresa, pedazos de cuna y demás con colores vivos y resaltantes.
Quizás las obras que más llaman la atención sean: “La Pelirroja”, “Un largo y hondo desprecio por la humanidad” o sus bicicletas o motos a lo Chagall o Basquiat con un toque callejero o suburbano o un descafeinado Duchamp-Humareda-Polanco, etc.
Queremos confesar que vimos la exposición a destiempo, aunque ya habíamos apreciado en su casa (la que ahora tiene en La Punta) algunos de estos trabajos, siempre con una aureola de locura, excentricidad o atrevimiento y más en estos tiempos en que lo conceptual está inhabilitando la capacidad de crear o por lo menos aprobar la perspectiva.
Pero Kenneth es sobre todo un poeta en color y en libros como OS o esa antología poética titulada La Bestia Ambulante. En un texto inédito que nos pasó hace unos meses, se puede leer: He visto escaleras vacías/Ni subían, ni bajaban (…) Como corcheas o ropa mojada/Que tendidas en un pentagrama/Hacen una sinfonía a la nada. O este otro donde vomita su estro: Habría que escribir los malditos poemas/Como un hada catastrófica/Mitad rata, mitad Dios/Habría que construirlos/Como quien se muda de una a otra casa…
Este escriba le ha seguido el rastro estos últimos dos años con sus recitales en “Rayuela”, un bar contracultural en “Chorranco” donde bajaban personajes de la fauna literaria o bohemios bebedores de cerveza; espacio que luego se mudó a la avenida Terán donde discurría la poesía como un río desbordado, la música selecta en estéreo (Nicolás Duarte, Humberto Campodónico, Blanca Galdos, etc.), y las buenas conversas; así como también extendidas partidas de ajedrez que tenían una trampa porque después que logras ganar algunas partidas te chocas con una pared, un amigo que tiene un Elo de 2000 y pues ahí se acaban todos los sueños de opio ajedrecero, sobre todo para los que aprendimos de pie en las mesas del parque Universitario.
Y Kenneth O’Brien ríe a mandíbula batiente, no se hace problemas. Es más, los necesita. Es soñador con un cigarrillo en las manos siempre planeando nuevos trabajos y nuevas formas de hacernos ver el (su) mundo.

Desde niño me enseñaron que los símbolos patrios eran sagrados. Representaban no solo la grandeza del Perú, sino también el reflejo de lo que podíamos ser como ciudadanos; personas justas, trabajadoras y con identidad. Recuerdo con cariño los cursos de Cívica y Formación Laboral, donde más allá de la teoría, aprendíamos a respetarnos, a pensar en el bien común y a sentirnos útiles como parte de una patria compartida.
Cada 28 de julio era una verdadera fiesta. No por las bandas o los desfiles oficiales, sino porque en el corazón de cada peruano palpitaba el orgullo de ser parte de esta tierra. Y aunque éramos muy jóvenes, no nos faltaba sentido crítico. Preguntábamos y queríamos entender qué pasaba en el país. Mientras otros jugaban en el recreo, yo leía el periódico. Así me enteré que el crimen en Perú siempre existió, conocí nombres como el ‘Loco Perochena’ o ‘Django’, y también descubrí el dolor de las pérdidas, como la muerte de Elvis. Fue en esas páginas impresas, donde me enteré de que Perú apoyó a Argentina en la Guerra de las Malvinas y donde encontré el humor político de ‘Monos y Monadas’, revista que años después me uniría en una entrañable amistad con Nicolás Yerovi.
Mi amor por el himno nacional y la bandera no se ha desvanecido, aunque hoy muchos miren con escepticismo esos valores. Es cierto, vivimos en la era del TikTok, de los influencers y youtubers, que con palabras soeces y chacota desmedida trivializan el respeto y banalizan la realidad. Pero eso no significa que el patriotismo sea un falso valor y mucho menos anticuado. Al contrario, hoy es más necesario que nunca.
A las nuevas generaciones les digo: —en tiempos difíciles, amar al Perú es construir solidaridad desde lo cotidiano, participando, informándose, respetando al otro, y cumpliendo a cabalidad las leyes. Si los gobiernos de turno no promueven masivas campañas de valores, hagámoslo nosotros desde casa, desde las aulas, desde el trabajo, desde las redes—.
No dejemos que la decepción y el desencanto nos robe la esperanza. El Perú no es solo su caótica clase política. El Perú somos nosotros, porque somos más grandes que cualquier transitoria crisis. Y por eso, hoy y siempre, con orgullo, emoción y firmeza, grito:
¡Feliz 28 de julio… Felices Fiestas Patrias!

Por Juan José Sandoval
Tuve que ir obligado por una chamba a la Feria Internacional del Libro de Lima, cuyo pago era equivalente al costo de la entrada, un libro de remate, un café y una lata cerveza. Nada más, bueno tampoco había que hacer mucho en la labor encomendada, reducida a aplaudir a los autores de una presentación de libro, además de transmitirlo por redes.
Usualmente llego a la FIL con nulas expectativas. Lo que quiero está caro o no hay. Pero vi mucha producción peruana de cómics y literatura de géneros como la ciencia ficción y el horror.
Me consta que la producción editorial independiente es mucho más atractiva que la oferta librera de las grandes cadenas, que usualmente acaparan los reflectores.
Sé de buena fuente también, que las ganancias son bajas, a pesar de las grandes cifras récord que los organizadores anuncian cada año.
Eso se refleja también en que cada vez ganan más presencia los influencers, cuyos stands no sólo venden libros sino también merchandising exclusivo.
Genera gracia que haya un síntoma mediático de que en el Perú se celebra la cultura con la FIL. Pero preocupa que no se note a la hora de elegir a nuestros gobernantes, cuyas políticas públicas taclean la expresión de arte que emerge de la ciudad, como lo hacen los alcaldes de Miraflores y La Molina, que pertenecen al grupo celestial del alcalde de Lima, posible candidato presidencial.
A saber del vocabulario político que manejan estos dueños de pequeñas parcelas de la patria, muy poco o nada han de leer para desafiar a la ignorancia.
La otra vez di en obsequio un libro de Vargas Llosa a un empresario fujimorista y lo tomó como una ofensa. Yo siento que leer a MVLL es no solo crecer en ideas, sino también conocer el Perú en sus relatos. Lamentablemente la mitad del país se siente a gusto siendo analfabeta e incluso con prepotencia para argumentar.
Por eso, a pesar de que me aburre y desprecio la FIL, voy porque tengo que chambear, tengo que chismear y de paso otear el paisaje literario.
En ese sentido, el panorama es bastante repetido, las mismas caras en diferentes mesas hablando lo de siempre. ¿No somos acaso un país innovador? Uno de los libros más disruptivos de la historia lo hizo un puneño, Carlos Oquendo de Amat. Eso fue hace cien años. Su libro se vende a 20 soles, versión Universidad Ricardo Palma, y 10 soles versión Contracultura. A propósito del stand de este último, aún quedan ejemplares de David Galliquio, que es uno de los ilustradores más corrosivos de esta parte del continente.
Quizás la zona que más me llamó la atención fue la de los fondos editoriales universitarios, donde se puede apreciar la producción intelectual por la que apuestan las casas de estudios.
Sorpresa no menor fue el stand de la universidad César Vallejo, del empresario César Acuña. Intrigado me acerqué pensando que encontraría investigaciones plagadas de inexactitudes con alto grado de turnitín, o alguna tesis que sobrevivió a los huaicos.
Por el contrario, vi un catálogo bastante atractivo en cuanto a literatura. Donde esperé encontrar mediocridad intelectual, vi títulos de escritores como Villoro y Piglia. Colecciones de gran factura de la cultura peruana, literatura infantil y ediciones de lujo de la obra de Vallejo.
Haciendo gala de mi momento DBA, quise payasear con uno de los editores de la universidad con la pregunta: ¿dónde está el libro «Plata como cancha»? Buscando saber sobre aquel trabajo periodístico que detalla cómo el dueño de la universidad fue construyendo un imperio a base de perro muerto y arreglos millonarios bajo la mesa, como las cláusulas de confidencialidad que mantiene de por vida con su hermano Virgilio, con el profesor al que le robó la tesis y con su primera esposa.
Acuña ha buscado por años encarnar el personaje del emprendedor provinciano que vino de abajo a conquistar el mundo. Muy lejos de aquel político que manda en el país a punta de maletinazos.
Mantengo la hipótesis que César Acuña posee un inescrupuloso plan a largo plazo, con el que busca apropiarse de la imagen del creador de «Los heraldos negros», y que las nuevas generaciones comiencen a ver a este diminuto picapiedra como el vate que revolucionó la lírica de la palabra.

Por estos días de julio, cuando los peruanos deberíamos izar la bandera en señal de orgullo y memoria por nuestra república, la Feria Internacional del Libro de Lima —esa vitrina de la cultura— ha decidido brindarle micrófono, auditorio y solemnidad a uno de los personajes más siniestros de nuestra historia reciente: Víctor Polay Campos, cabecilla del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), grupo armado que sembró muerte, secuestro y destrucción bajo el disfraz de una falsa revolución.
El libro Revolución en los Andes: desde la prisión, Víctor Polay responde; no es literatura: es una operación ideológica disfrazada de testimonio. Es la puesta en escena de una voz que jamás pidió perdón, que jamás renunció a la violencia como vía para imponer su voluntad, y que ahora, desde la cárcel, busca reescribir la historia con tinta y papel lo que antes pretendió imponer con fusiles y dinamita.
Lo más escandaloso no es que el libro exista —la libertad de expresión admite incluso a los monstruos—, sino que sea promovido en una feria con auspiciadores desde instituciones gubernamentales, privadas, diplomáticas, y donde incluso participa la embajada de Japón (residencia que fue tomada por el MRTA en 1996). Le preguntamos a la Cámara Peruana del Libro. ¿Dónde está el criterio moral? ¿Quién decidió que la historia de un terrorista debía presentarse el mismo 29 de julio, en pleno aniversario patrio, como si se tratara de un tributo alternativo al Perú?
Y peor aún, ¿por qué figuras como Antonio Zapata, Natalí Durand y César Coca prestan su voz a este acto de apología al terrorismo? La gran pregunta es: ¿Lo hacen en nombre de la pluralidad académica o de una militancia camuflada de neutralidad?
La Fiscalía ha solicitado ampliar la investigación por apología del terrorismo. Ojalá la justicia llegue antes de que la historia se contamine aún más.
El MRTA no fue una utopía extraviada ni una noble causa mal ejecutada: fue una organización terrorista. Y Polay no es un pensador: es un reo por delitos de lesa humanidad. Convertir su palabra en “memoria” es una ofensa para sus víctimas. Y permitir que se presente como autor en una feria cultural es simplemente obsceno.
Seguro Francisco Sagasti estará en primera fila solicitando un nuevo autógrafo o, como a él le encanta decir, “diploma de rehén”.
Opinión
El peor Congreso de la historia elige una Mesa Directiva a su medida
Fujimoristas conversos, falsos marxistas, niños y un acusado por delitos graves, esa es la mesa directiva que este Congreso se merece.

Por: Jorge Paredes Terry
El Congreso de la República, esa institución que debería ser el reflejo de la voluntad popular y el equilibrio democrático, ha vuelto a superar sus propios récords de indignidad. Con un 4% de aprobación, sumido en escándalos de corrupción, acusaciones de tráfico de influencias y una absoluta desconexión con las necesidades del país, este desprestigiado Legislativo ha elegido una mesa directiva que es el fiel reflejo de su decadencia: ilegítima, cuestionada y, sobre todo, hecha a la medida de los intereses más oscuros de la partidocracia corrupta y delincuente.
No es exageración decir que es un parlamento de la cloaca. Este es, sin duda, el peor Congreso de la historia reciente. Sus integrantes han sido señalados por presuntos delitos, sus bancadas se fragmentan en luchas de poder mezquinas y su labor legislativa se reduce a blindar impunidades y repartirse prebendas. Mientras el país clama por soluciones a la crisis económica, la inseguridad y la corrupción, nuestros «honorables padres de la patria» (¿honorables?) se dedican a negociar votos bajo la mesa para asegurar puestos clave.

La mesa directiva que nadie quería pero que ellos y solo ellos buscaban, fujimoristas conversos, cerronistas y niños, todos comiendo en un solo plato.
Está elección no ha sido más que un reparto de cargos entre los mismos de siempre. Los nombres que hoy ocupan la presidencia y las vicepresidencias no representan a la ciudadanía, sino al reparto de favores que solo buscan controlar la agenda a su conveniencia. ¿Democracia? Aquí solo hay un pacto de sinvergüenzas.
Y lo peor es que todo huele a ilegalidad. Denuncias de compra de votos, de presión a congresistas disidentes y de maniobras al límite del reglamento, han marcado este proceso. Pero, ¿qué podemos esperar de un Congreso donde la ética es un concepto ajeno y vacío y el servicio público un negocio privado?
Un insulto a la ciudadanía
Mientras millones de peruanos luchan por sobrevivir en medio del desempleo y la precariedad, este Congreso se encierra en sus juegos de poder. La mesa directiva elegida es el símbolo perfecto de esta podredumbre: un grupo que no tiene la más mínima legitimidad moral para dirigir el Legislativo, pero que, eso sí, sabe muy bien cómo repartirse los privilegios.
¿Habrá consecuencias? Difícil. En un sistema donde la impunidad es la norma, estos actos quedan en la indignación momentánea y luego… nada. Pero el pueblo no olvida. Y aunque hoy esta casta política crea que puede seguir burlándose de la democracia, la historia los juzgará como lo que son: cómplices de la decadencia nacional.
Este Congreso no nos representa
No hay otra forma de decirlo: este Congreso y su nueva mesa directiva son una vergüenza. Son el resultado de un sistema corrompido, de una clase política que ha convertido el servicio público en un botín. Y mientras ellos celebran sus acuerdos en la sombra, el país se hunde.
Pero que no se confíen. El desprecio ciudadano ya los alcanzó, y aunque hoy crean que pueden actuar sin consecuencias, el tiempo y la memoria de un pueblo harto, les pasará la factura. Este es el Congreso que se merecen… pero no el que nosotros merecemos.
Basta ya!
Opinión
Verástegui eterno

El calendario no miente: este 27 de julio se cumplen siete años de la muerte de Enrique Verástegui. Y hoy que suenan los cantos escolares por fiestas patrias y el sol irrumpe por
los vericuetos de la casa, hago un tiempo para pensar en él. Ahí lo veo, desgreñado y taciturno, sentado en su casa repleta de libros o en un bar del centro de Lima, sorbiendo un poco de café expreso y en profunda meditación consigo mismo.
Parte del Movimiento Hora Zero, sus motivos no solo fueron literarios, sino también lingüísticos, económicos, esotéricos o matemáticos. En su escritura hay un afán totalizador, interdisciplinario y altamente reflexivo. Por ejemplo, en Motor del deseo (1987) maneja variables determinadas para comprender la creatividad y composición poética. Propone que un poema, en realidad, es una máquina de significados que produce cortocircuitos o “desajustes” a la máquina social. En ese sentido, la ecuación verásteguiana sería “Poema = Cuerpo y Cuerpo= Poesía”. La correlación entre hablar y escribir recupera una necesaria unión entre palabra y humano: gracias al poema, el hombre puede resignificar su máquina mental, es decir, el poema es una forma de hackear la maquinaria social y liberar el cuerpo.
Por otro lado, sobre la integridad de diversos saberes en el discurso poético afirma: “el texto no es más que la articulación de los diversos discursos (…) desde la matemática a la música, desde la economía a la filosofía y desde ésta a la antropología y la físico-química más la biología pasando por la astronomía”. Amplificando los géneros, también brinda una explicación sobre las “medidas de fuerza de los códigos académicos” que dictan las formas posibles y aceptadas de la escritura poética. Así funcionan como medios de mantener un canon determinado mediante medidas de austeridad homólogas a las dictaminadas por los gobiernos y el Estado; por eso, los poetas que buscan la “pureza del lenguaje” solo se aprovechan de la “plusvalía” que les brinda el gusto estético aprobado.
Murió en Lima en el 2018. En la víspera, leyó Maitreya: Florecí más que nadie/pero perfidia cayó sobre mí,/doblándome como una flor,/herrumbrándome, y fui silenciado. /Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la /vida,/¿no dan ganas de llorar?
Opinión
29 Festival de Cine de Lima: Punku, un cine experimental tedioso
Lee la columna de Edwin Cavello

Hay películas que se parecen a sueños mal recordados: fragmentarios, inconexos, cargados de símbolos que no conducen a ninguna parte. Punku, del director Juan Daniel Fernández Molero, es una de esas películas. Pretende ser un portal hacia un cine nuevo, “descolonizado”, libre de las ataduras narrativas del occidente, pero acaba siendo un callejón sin salida donde se acumulan pretensiones estéticas y un experimentalismo vacío que confunde lo críptico con lo profundo.
La cinta, ambientada en la ciudad de Quillabamba, se presenta como un retrato caleidoscópico de personajes locales. Pero lo que se vende como observación poética es en realidad un catálogo de anécdotas deshilachadas, carentes de conflicto, emoción o siquiera una mínima intención dramática. El espectador se ve obligado a contemplar una sucesión de imágenes que más parecen material de archivo que cine en sentido pleno. ¿Dónde está la historia? Ni siquiera el exotismo, que tantas veces ha sido el salvavidas de ciertas películas tropicalistas, aparece aquí con algún vigor.
Fernández Molero parece obsesionado con la ruptura: rompe con la estructura narrativa, con la continuidad visual, con la lógica emocional. Recurre a múltiples formatos —Super 8, 16 mm, digital— como si el mero cambio de textura pudiese suplir la ausencia de contenido y de talento. El resultado es un ejercicio que no dialoga con el público, sino que lo margina, como si la incomprensión fuese parte del mérito.
Lo más preocupante, sin embargo, no es la audacia formal, sino la costra de seudo-intelectualidad que recubre cada plano. Punku no invita a pensar; obliga a soportar. Ni siquiera el desfile del concurso de Miss Sirena —que en otra película podría ser un momento de humor o crítica social— logra romper la monotonía general. Todo permanece encapsulado en una solemnidad forzada, como si el director temiera ser entendido.
¿Qué hace esta obra en la competencia de ficción del festival? No lo entendemos, pero Fernández Molero, sigue atrapado en el umbral de una idea que nunca llega a desarrollarse, continúa explorando un cine que parece escrito en clave, y que desprecia al espectador.
Punku significa puerta, pero esta puerta no se abre ni conduce a ningún lado: es un muro disfrazado de cine.
-
Política5 años ago
Las licencias de Benavides [VIDEO]
-
Política5 años ago
La universidad fantasma de Benavides
-
Actualidad5 años ago
Richard Swing: «Con esta conferencia he dado un gran aporte a nuestra institución y a la humanidad»
-
General5 años ago
Dan ultimátum de 48 horas al presidente Sagasti para derogar Decreto que atenta nuestra Soberanía Nacional
-
Política4 años ago
Altos oficiales de FF.AA a través de comunicado exigen la salida de Jorge Luis Salas Arenas
-
Actualidad2 años ago
Carlos Alcántara: «Crees que voy a pretender hacer una película como Tarantino. Hay que ser huev… para pensar que voy a querer algo así»
-
Cultura5 años ago
MINISTERIO DE CULTURA PAGÓ 175 MIL SOLES AL CANTANTE RICHARD SWING
-
Cultura4 años ago
«Es que somos muy pobres», por Juan Rulfo