UNA ESCENA DEL “ANTIPERONISMO”: LA “PRIMAVERA ROJA” DE 1955
Manuel Chaves, cada
mañana, subía los escalones de la Escuela Normal de la ciudad de Azul y se
encaminaba hacia la izquierda. A unos diez metros de la galería principal se
encontraba su puesto de trabajo: la Biblioteca del colegio.
Un escritorio de roble,
una decena de vitrinas repletas de libros –entre los cuales destacaban Los nueve libros de la Historia de
Heródoto, Historia de la Guerra del
Peloponeso de Tucídides y los Epigramas
de Marco Valerio Marcial, de la colección editada en 1890 por la Librería de la
Viuda de Hernando y C.a –, junto a los ficheros dispuestos en varios
pequeños cajones con herrajes de bronce y tarjetas alfabéticas, constituían la
Biblioteca. Dos ventanas permitían abrir sus celosías hacia la avenida 25 de
Mayo y, gracias a esa simple acción, bendecir la sala con una inundación de sol.
Allí cumplía Chaves, de
lunes a viernes, las labores habituales de clasificación, ordenamiento,
préstamos y devoluciones de material bibliográfico. Servía en esa tarea tanto a
profesores como a los alumnos de la institución educativa que se había erigido,
pomposamente, en tiempos del Centenario de la nación argentina.
Era un ávido lector
Chaves, no sólo un bibliotecario que cumplía con su trabajo. Aunque desde la
irrupción del fenómeno peronista –en el que incursionó tempranamente–, a las
lecturas de clásicos sumó el material partidario, como también el diario Democracia y, a partir de 1951, el
rotativo expropiado La Prensa.
El bibliotecario se afilió
al gremio de los estatales, como poco antes lo había hecho al flamante Partido
Justicialista que, luego de las elecciones de 1946, fundó el coronel Juan
Domingo Perón.
Chaves abrazó la causa política como se abraza a un amigo que, aunque no lo sepamos aún, lo será para toda la vida.
Chaves en un acto de la CGT regional en Azul, al promediar la década del 50.
El
pibe estudioso
La década de 1940 no
concluía. Faltaban unos años, quizá seis o siete, para que Chaves fuera
acribillado durante el golpe de Estado que derrocó al presidente Perón en
septiembre de 1955 y, de un plumazo, hollara las esperanzas de un amplio margen
del pueblo que tenía al peronismo por religión.
No es esto último una
exageración. Por el contrario, el diario El
Tiempo de Azul publicó en su portada el 29 de marzo de 1950 la siguiente
frase del presidente Juan Perón: “Nuestro gobierno no es socialista sino
espiritualista”. Unas semanas antes, el 5 de marzo, durante su visita a la
ciudad de Azul la esposa del presidente, Eva Perón, afirmó en su discurso: “Los
peronistas no concebimos el cielo sin Perón […] Para nosotros, el general Perón
es sagrado. Por esta circunstancia, al levantarnos nos acordamos de él, porque
sabemos que se ha acercado tanto a lo perfecto, que ya está en la inmortalidad.”
Manuel Chaves nació en
General Guido, distrito agrario de la región bonaerense de Argentina, el 18 de
julio de 1913. Josefa Mateo y Jorge Chaves fueron sus padres. Jorge era
cocinero de estancias –una de ellas “La Quinua”, del terrateniente pampeano Pedro
Luro– y Josefa se ocupó de otros quehaceres domésticos. El matrimonio tuvo tres
hijos: Paulina, Manuel y Josefa Antonia.
Manuel creció en General
Guido. Se lo recordó ayudando a sus padres, carpiendo la quinta y aportando su esfuerzo
en actividades del hogar, más que jugando al fútbol en los potreros en los que
los niños de su edad, en la primera juventud, se distraían día a día.
A él le atraían más los
libros que el balompié. Fue un alumno aplicado en la Escuela N° 1 “General San
Martín” del poblado de Guido. Al término de los cursos, debió encolumnarse en
las filas de los jóvenes trabajadores: había que aportar económicamente al
hogar y el pueblo sólo ofrecía reparticiones públicas y tareas rurales. Manuel
ingresó como escribiente en la comisaría. Por entonces abundaban los
analfabetos en Guido —como en vastas regiones del país—, por lo que no halló
demasiados escollos a la hora de obtener el empleo. Allí se enfrentó por
primera vez con una máquina de escribir y, con pasión, aprendió dactilografía.
Tiempo después se
enamoró de la hermana de un compañero de trabajo y, a poco de casarse la pareja
resolvió radicarse en el centro de la provincia de Buenos Aires. Esa ciudad fue
Azul y el año del acontecimiento, 1945. No sólo eso: Chaves también cambió su
empleo. En Azul ingresó como bibliotecario escolar en el sistema público.
Manuel ya había pasado
los treinta años de edad y tenía cuatro hijos con su esposa, Amalia Mármol.
Desde su nuevo puesto de trabajo fue testigo de la irrupción de un fenómeno político de masas sin precedentes en Argentina: el peronismo. Le agradó a Manuel ese coronel que le hablaba al pueblo de manera campechana, sin firuletes lingüísticos.
Manuel Chaves y Amalia Marmol, recién casados. Fotografía gentileza de la familia Chaves.
La
causa común
El desempeño en la
Biblioteca de la Escuela Normal le permitió a Chaves, en primer lugar,
afiliarse a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), fundada en 1925. El
gremio se había expandido desde el barrio porteño de La Boca, al igual que las
pinceladas de Quinquela Martín.
En segundo lugar, su
labor como bibliotecario en pocos años le permitió ingresar a las filas que
condujeron el gremio estatal. Los cuadros más antiguos le vieron la cepa:
indudablemente, Chaves tenía condiciones para la conducción sindical. En los
inicios de los años cincuenta, fue electo secretario general de ATE en Azul y,
desde ese ámbito, comenzó a participar en las reuniones del secretariado de la
Confederación General del Trabajo (CGT), la central obrera nacional.
En 1954, Manuel Chaves
triunfó en las elecciones cegetistas y llegó al máximo cargo: la Secretaría
General de la Regional Azul. Desde ese momento, el crecimiento político fue
constante. Para 1955 asumió, luego de elecciones municipales, como concejal por
el Partido Justicialista. De todas maneras, fue un año interrumpido por ataques
de opositores al gobierno nacional y, en consecuencia, a todas sus estructuras,
inclusive las regionales de pueblo.
El 16 de junio de 1955
llovieron bombas sobre Plaza de Mayo y provocaron un río de sangre. Los
golpistas no pudieron eliminar a Perón durante el ataque aéreo, pero bombas de
cien y quinientos kilos masacraron a inocentes que, bajo la llovizna del
mediodía, circulaban por la emblemática plaza argentina.
No lo supo Chaves: ese
día su Azul tuvo un victimario y una víctima durante el atentado sobre Plaza de
Mayo y Casa de Gobierno. Murió el médico Roberto L. Cano alcanzado por las
esquirlas, y uno de los bombarderos más aguerridos, al mando de un Gloster
Meteor, fue el capitán Carlos “Curro” Carús, un azuleño que continuó disparando
las ametralladoras de su avión cuando se había ordenado el “cese el fuego”. Tras
un último vuelo rasante sobre la Casa de Gobierno, el piloto voló hacia su
autoexilio en Uruguay.
Tres meses después, el
golpe final contra el gobierno del presidente Perón se consolidó. El 16 de
septiembre comenzaron los primeros desplazamientos de tropas antiperonistas y
el 19 el jefe de Estado firmó una nota que se interpretó —a manos de los
cabecillas de la autodenominada “Revolución Libertadora”— como un
renunciamiento.
El
fusilamiento
La noche del 22 de
septiembre de 1955 Manuel regresó a su casa, cenó con su esposa y sus cuatro
hijos. Rubén, el hijo mayor de Chaves, recordó en una entrevista con el autor
de este artículo que “papá alquilaba esa casa donde vivíamos gracias al
sueldito que tenía como bibliotecario de la Escuela Normal, porque no cobraba
ni como sindicalista ni como concejal.”
Antes de la medianoche,
cuando la familia Chaves compartía un té preparado en jarro, nítidamente se
escuchó, desde la vereda, que alguien golpeó las manos.
En la vivienda irrumpió
un piquete de la Marina —fuerza militar que protagonizó el golpe de Estado de
1955—, ingresó a empujones a la mujer de la casa y sus cuatro hijos en una habitación
y ejecutó a Manuel Chaves. Primero lo tumbó hiriéndolo en una pierna y luego
fue rematado con tres disparos calibre 45 en la cabeza.
El expediente comenzó a
instruirlo la Justicia Federal aunque, al haberse interrumpido el régimen
constitucional, de manera automática el trámite pasó a la esfera castrense.
Ese sumario se “extravió”
durante décadas. Fue recuperado en 2014: estaba entre los papeles privados del
almirante Isaac Rojas, uno de los cabecillas, junto a los generales Lonardi y
Aramburu, del golpe contra Perón en el ’55. Rojas había custodiado el
“expediente Chaves”, en su archivo personal, prácticamente seis décadas.
No es para menos. Rojas
tenía sus motivos.
Allí, en una foja del documento,
el médico forense Aldo Soriani redactó una descripción minuciosa de las heridas
en el cuerpo de Chaves: “Señor Comisario: Informo a Ud., bajo juramento de ley,
que he examinado al cadáver de Manuel Chaves, el que presenta las siguientes
lesiones: herida de bala con orificio de entrada en la región axilar derecha
con una dirección de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda con orificio
de salida a nivel del cuello en su cara lateral derecha y siguiendo la
trayectoria penetra nuevamente en el cuello cerca de la región maxilar
inferior, atraviesa la base del cráneo y tiene su orificio de salida en la
región parieto-frontal izquierda; heridas de bala con orificio de entrada en
región frontal derecha, región frontal media y región maxilar superior
izquierda con orificios de salida en la región occipital. Además, presenta una
herida desgarrada en región posterior del muslo izquierdo. La causa de la
muerte se halla claramente establecida ya que cualquiera de los impactos ha
sido mortal en forma instantánea provocando el estallido del cráneo, por lo que
no se hace necesaria la autopsia médico-legal”. El informe fue fechado el 23 de
septiembre de 1955.
Horas antes de producirse ese informe médico, el comisario de policía Ignacio Laurentino Curtoy había llegado al domicilio de la familia Chaves, Córdoba 869, alertado por el llamado telefónico de un vecino del barrio San Antonio que informó escueta y nerviosamente: un hecho de sangre había ocurrido allí.
El cortejo fúnebre del 23 de septiembre de 1955, luego de la ejecución del bibliotecario estatal.
Otras
pruebas
Un gran observador el
comisario. Baquiano, además. Se detuvo en la vereda de los Chaves y calculó que
el tapial de la casa tenía un metro treinta de altura. Vio, además, que en la
parte superior se habían dispuesto vigas de caño. Allí, habitualmente, jugaban
los niños del sindicalista.
Curtoy, el comisario de
Azul, los había visto antes de llegar al número 869: parapetados en la calle
Córdoba, montaban guardia varios infantes de Marina del Arsenal Naval Azopardo,
armados hasta los dientes.
El comisario ingresó al
corredor de la casa y en seguida se topó con un cadáver. Lo halló sobre un piso
de mosaicos, en medio de un gran charco de sangre. Se había dispuesto un
cubrecama de color blanco para cubrir el cuerpo. Restos de masa encefálica se
habían adherido a la pared, desde el piso hacia el metro de altura, formando un
macabro arcoíris.
Conocía el procedimiento
Curtoy. Tenía que verificar la identidad y, con ese único fin, requirió la
presencia de un testigo. El que accedió a la escena fue Joaquín Matta. Dijo que
era argentino y que tenía treinta años de edad. También declaró que era casado,
instruido y sastre de profesión. Vecino de Chaves. Vivía enfrente, en Córdoba
880.
El comisario quitó el
cubrecama y Matta confirmó la identidad: el muerto era el secretario general de
la CGT Regional Azul, Manuel Chaves, de 42 años de edad.
El comisario se apuró en
redactar: “A esta altura se establece que allí se encuentran presentes los
Tenientes de Corbeta Miguel Alfredo Ferreyra y Alberto Rafael Heredia”. Este
último, que portaba una pistola 45 y un fusil, fue quien efectuó los disparos contra
Chaves y así lo reconoció en su declaración en el expediente de trámite
castrense.
El informe policial,
incluido en el peritaje que se ocultó durante seis décadas, el comisario detalló:
“[…] Se observa junto al cuerpo de Chaves tres baldosas picadas al parecer de
reciente data por impactos de proyectiles, secuestrándose de ese lugar dos
plomos que se encontraban en el piso, al parecer correspondientes a pistola
calibre 45 mm., como así también cuatro cápsulas de este último calibre y tres
cápsulas pertenecientes a fusil o carabina, al parecer calibre 7,65 y en los
alrededores, es decir a unos cuatro metros de donde se encontraba el cuerpo de
Chaves rumbo a la calle se encuentran sobre el piso, que lo es de tierra y
entre los pastos y plantas dos cápsulas más de pistola 45 mm. y dos más del
mencionado fusil”.
Ambos elementos, el informe médico y el relevamiento policial en la escena del crimen, demuestran que el bibliotecario de la Escuela Normal y dirigente gremial de los estatales Manuel Chaves, la noche del 22 de septiembre de 1955 fue ejecutado cuando se encontraba en el suelo. En ese momento, a escasos cuatro metros, su esposa y sus pequeños hijos habían sido testigos del fusilamiento. Estaban horrorizados y enmudecidos: el marino Heredia, luego de la balacera, les dedicó sólo una frase: “Se callan o los matamos a todos”.
(Texto publicado en la revista impresa Lima Gris N° 16)
Durísima sanción. Seis meses de prisión preventiva de la libertad dictó ayer el Poder Judicial (PJ), a través de la Corte del Cusco, contra Gabriel Mariano Roysi Melanio, de 30 años, investigado por atentar contra la Piedra de los Doce Ángulos en el centro histórico de la ciudad del Cusco.
La decisión fue dispuesta por el Segundo Juzgado Penal de Investigación Preparatoria Transitoria de Flagrancia del Cusco.
Será investigado por el delito de destrucción de bienes culturales, daño ocasionado con un martillo. Cabe recordar que la ciudad del Cusco es protegida al ser Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972 y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1983.
Por su parte, el Ministerio de Cultura (Mincul), a través del procurador público Henmer Alva Neyra, solicitó como reparación civil e indemnización 5 millones 350,000 soles al imputado de dañar con un martillo la Piedra de los 12 Ángulos.
El fiscal del caso sustentó la medida coercitiva a partir de las pericias del Mincul y de la Policía Nacional que confirman que tras el impacto metálico hubo pérdida de material y hendiduras, que fue calificado como “muy grave” al haber “alteración irreversible en un bien arqueológico de alto valor histórico y cultural”.
Además, hubo “una alteración en la fisura superficial comprometiendo la estabilidad del elemento y exponiendo a un deterioro. El daño compromete no solo la integridad física del bien, sino también su valor histórico, estético cultural al modificar su percepción visual y su autenticidad”.
fuente: tv peru.
El dato:
Un turista que observó los daños reportó la agresión a una tienda de la zona y tras visualizar los registros se constató que Roysi Melano golpeó tres veces el bien cultural y luego se fue. El mismo día, alrededor de las 10:40 horas, la Policía Nacional y la fiscalía ubicaron y detuvieron al causante en la calle Suytuhatu del barrio de San Blas.
Luego de varias protestas por parte de los transportistas que usualmente se dirigen hacia el norte del país, denunciando que la empresa concesionaria Norvial aún continuaba cobrando el peaje en la Variante de Pasamayo y el Serpentín de Pasamayo, pese a que más adelante se encuentra derrumbado el puente Chancay, Norvial informó la suspensión temporal de dicho cobro.
La concesionaria de la Red Vial 5 de la Panamericana Norte precisó que la medida estará vigente por seis días calendario o hasta que se culmine con lainstalación del puente modular que permita recuperar la transitabilidad en el kilómetro 76+200 donde se ubicaba el colapsado puente Chancay.
Sostuvo que la medida se adoptó en virtud del Oficio N° 0658-2025-MTC/19 expedido por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en aplicación del numeral 9.9 del Contrato de Concesión.
A través de su cuenta oficial en Facebook Norvial dio a conocer este comunicado donde reiteró su compromiso por la seguridad y transitabilidad en la vía.
Como se recuerda, el jueves 13 de febrero, cerca de la medianoche, se produjo el colapso de una de las vías (de norte a sur) del puente Chancay lo que provocó la caída de un bus interprovincial lleno de pasajeros y de un automóvil particular. El accidente dejó tres personas fallecidas y cerca de 40 heridas, algunas de ellas aún se encuentran internadas.
Ante el colapso del puente, que obligó a suspender el tránsito en ese tramo de la Panamericana Norte, el titular del MTC, Raúl Pérez Reyes, anunció que un puente modular reemplazará a la infraestructura dañada. La instalación del citado puente demandaría entre ocho a 15 días.
fuente: exitosa.
Ante la suspensión del tránsito vehicular en Chancay, los transportistas que salen o se dirigen a Lima toman como ruta alterna el camino que conduce a la ciudad de Huaral para luego dirigirse a Aucallama y en este lugar retomar la Panamericana Norte.
Siguen cobrando pese a un servicio deficiente. El director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte (CIT), Martín Ojeda, denunció que se sigue cobrando peaje a pesar de las limitaciones del tránsito vehicular, tras el colapso del puente Chancay, en Huaral, que se registró la noche del jueves, 13 de febrero.
En entrevista para RPP, Ojeda señaló que persiste el cobro en los peajes de Ancón y Huacho, por lo que exigió la suspensión del pago hasta que culminen los trabajos de remediación después la caída del puente Chancay, a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte.
También dijo que los transportistas son desviados del peaje de Ancón hacia Huaral, por una vía de trocha que dificulta el tránsito y, además, genera una congestión vehicular de entre una a cuatro horas.
fuente: exitosa.
Para ejemplificar el panorama que brindó Ojeda, un conductor se comunicó en vivo con RPP y relató que, en su trayecto de Lima a Chancay, estuvo más de tres horas atascado en el tráfico.
“Y en el mejor de los casos, cuando no hay tráfico, se demora hora con veinte minutos. Y el día de ayer, en la noche, se ha demorado de tres a cuatro horas. Hay una larga fila de buses porque nos meten por calles que no son carreteras, no son autopistas, es una ciudad… lo peor de todo, que nos cobran los peajes”, declaró Martín Ojeda.
“La fluidez y la conectividad se rompió y están cobrando el peaje de norte a sur y de sur a norte en Huacho; y están cobrando el peaje en Ancón, norte y sur, sur y norte”, agregó.
El director de la CIT comentó que en los peajes se cobra 10.40 soles por eje y los camiones tiene hasta seis; por lo que un transportista podría llegar a pagar 62.40 soles.
“Eso es lo que nos están cobrando: por nada”, enfatizó.
‘La piedra de los doce ángulos’ forma parte de un Palacio Inca en la calle Hatun Rumiyoq y hoy fue seriamente vandalizada por una persona que con un objeto contundente la golpeó fuertemente. Como se recuerda, hace 11 años dos vándalos chilenos pintaron el gran bloque e hicieron un grafiti con sus iniciales.
La madrugada de este martes la ‘piedra de los doce ángulos’ ubicada en la zona monumental de la ciudad de Cusco, sufrió un grave atentado. Lima Gris accedió a imágenes exclusivas del momento del acto vandálico, cuando una persona en aparente estado de ebriedad golpea fuertemente la piedra con un objeto sólido que sostiene en su mano. Funcionarios del Ministerio de Cultura llegaron hasta el lugar para evaluar los daños.
¿Dónde está ubicada exactamente la ‘Piedra de los doce ángulos’?
La piedra de los doce ángulos es un bloque de piedra de la cultura inca que forma parte de un palacio ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Hatun Rumiyoq (que junto con otras calles se unen a la plazoleta de San Blas con la plazoleta de la Almudena) en la zona monumental de Cusco, Perú.
El gran bloque de arquitectura inca y que está compuesta por una formación diorita presenta un gran acabado y bordeado perfeccionista, al no existir asimetrías en sus uniones. Y actualmente es considerado Patrimonio Cultural de la Nación del Perú. Asimismo, la piedra forma parte de la sede del Palacio Arzobispal de Cusco, que anteriormente fue la residencia de Inca Roca, el sexto soberano del Curacazgo del Cusco.
Hace 11 años sufrió un acto vandálico
Como se recuerda, el 8 de marzo de 2014 la piedra sufrió un grave atentado mediante una irresponsable pinta que significó un acto vandálico, pese a la constante vigilancia de los ciudadanos cusqueños. En dicha fecha, dos sujetos chilenos desadaptados hicieron un grafiti con sus iniciales. Felizmente, los servidores de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco lograron borrarlas sin dañar la superficie.
Lima Gris accedió a estas exclusivas imágenes captadas por Darwin Santander.
Taxis y malestas, sí, pero ahora solo falta cómo ingresar. La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) informó el pasado fin de semana que los taxis por aplicativo sí podrán ingresar al nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez, que se inaugura este 30 de marzo.
A través de un comunicado, precisó que este tipo de autos sí podrán ingresar con pasajeros al nuevo terminal de Lima y que “el control y la seguridad de estos vehículos estarán a cargo tanto de la entidad como de la Policía Nacional del Perú”.
Es así que vehículos de los aplicativos como como Uber, Yango, Cabify, Didi y Easy Taxi podrán ingresar al terminal con pasajeros.
Para operar en el nuevo terminal aéreo, los taxis por aplicativo deberán cumplir con varios requisitos de seguridad y formalización. Las unidades deben estar debidamente identificadas con la placa correspondiente al servicio de taxi y contar con la autorización de la ATU.
Además, los conductores deberán tener una licencia de conducir vigente, contar con el SOAT obligatorio y pasar una inspección vehicular actualizada. Entre los implementos de seguridad exigidos se incluyen un botiquín de primeros auxilios, un extintor y señales distintivas como casquete y cartilla informativa.
Detalló asimismo que los buses de “Aerodirecto” son vehículos de transporte público urbanos de pasajeros, como los que prestan servicio en la ciudad, en los cuales está permitido el traslado de maletas tipo carry on (con ruedas) y mochilas de viaje, es decir, el equipaje que suele ir en la cabina de los aviones”.
Finalmente, la ATU reiteró su compromiso de apoyar los servicios de movilidad urbana hacia y desde el nuevo aeropuerto Jorge Chávez dentro de los estándares de formalidad que la autoridad exige, a la par de ir implementando nuevos servicios que permitan un desplazamiento seguro de los ciudadanos y visitantes.
Dar el “sí, acepto” es una de las decisiones más importantes de la vida y para muchos se tienen que dar ciertas condiciones para pasar el resto de sus vidas que su ser amado. Los tiempos han cambiado y ya no se frecuenta ver bodas entre jóvenes veinteañeros, sino a dos adultos de 35 años para arriba.
Y es que varios factores entran a tallar para la unión ante Dios. Muchos jóvenes dan prioridad a su vida profesional y laboral, dejando en segundo plano las nupcias. Otro factor importante es el soporte económico ya que muchas de las nuevas parejas buscan un hogar donde habitar que no sea el segundo piso de la casa de sus padres. Otro detalle a considerar es que muchos de los encuestados no se sienten emocionalmente preparados para “dar el salto” a la fila de los recién casados, prefiriendo entre otras cosas su libertad como solteros, su juventud y su etapa donde no son tan responsables.
Según información del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec)en 2024 se han registrado 68,559 matrimonios; lo que indica una recuperación con respecto a los números prepandemia. En 2019 la cifra fue de 73,802, y evidentemente por la coyuntura de la crisis por Covid-19 en 2020 se redujo a 43,608 bodas. En años posteriores la cifra se fue recuperando, teniendo un pico alto en 2022 con 80,605 matrimonios.
En los años posteriores esa cifra no se mantuvo, reduciéndose considerablemente: 2023 con 66,142 bodas, y 2024 con 68,559.
El año anterior más de 39 mil peruanos se casaron entre los 30 y 59 años; siendo Lima, Arequipa y Cusco las regiones que lideran este ranking por rango de edad.
Ciudadanos ahora priorizan otros aspectos de su vida como la profesional, emocional o económica antes de casarse. Foto: El Peruano.
Día del Amor, día de casarnos
Por otro lado, Reniec informó que en el 2024 se registraron 757 matrimonios el 14 de febrero, fecha en la que se celebra el Día del Amor o Día de San Valentín. Esto representa una disminución del 25.6% versus el 2023, cuando se casaron 1018 parejas a nivel nacional.
En comparación con el año prepandemia (2019), se experimentó una caída del 38.7% en el número de matrimonios inscritos que fueron 1234.
Reniec también señaló que, en los últimos seis años, un total de 4892 parejas eligieron contraer matrimonio el Día de San Valentín.
Las parejas que han unido sus vidas y sellado su amor en esta fecha especial son las siguientes: en 2019 (1234), 2020 (1476), 2021 (14), 2022 (393), 2023 (1018) y en 2024 (757).
Un país sin puentes. Resulta sumamente preocupante la falta de planificación y monitoreo de los puentes del país. Han pasado más de dos años y un puente en Huachipa aún no se puede terminar de construir; peor aún, no existe un puente de acceso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez; diversos puentes vienen siendo golpeados en sus bases por buses y tráileres de carga pesada, dificultando la transitabilidad de los demás vehículos; y qué decir de los demás puentes en el interior del país que cada año son debilitados tras la llegada de un huayco, sin que exista un control posterior de las autoridades competentes sean distritales, regionales o centrales; y ahora último el Puente de Chancay se ha caído al río, llevándose consigo dos personas inocentes fallecidas.
De acuerdo con información del titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), Raúl Pérez – Reyes, un bus interprovincial cayó a las aguas del río Chancay a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte, luego de que el puente se desplomara. Posteriormente, se tuvo conocimiento de que un auto particular también cayó a la corriente fluvial.
El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:55 p.m. del último jueves, cuando la infraestructura cedió justo en el momento en que una unidad de la empresa Cruz del Norte y un automóvil de color negro transitaban por la vía.
Bomberos y agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) trabajaron en conjunto para rescatar a los pasajeros atrapados dentro del ómnibus, algunos de los cuales quedaron entre los fierros retorcidos. Con herramientas especializadas, lograron abrir paso entre los restos del vehículo, mientras otros socorristas brindaban primeros auxilios. Los afectados fueron trasladados a los hospitales de Chancay y Huaral.
Por otro lado, se conoció que en el mes de noviembre se realizó mantenimiento al puente derrumbado, sin embargo, no se han brindado mayores detalles sobre el tipo de mantenimiento. Desde el año 2003 la empresa encargada del mantenimiento del puente es Norvial.
fuente: latina.
Ministro de Transportes acudió hasta el puente derrumbado
Ante esta emergencia, el ministro de Transportes llegó hasta Chancay en horas de la madrugada para intentar buscar alternativas de vías de comunicación debido a que se ha paralizado la carretera en sentido norte a sur producto del colapso del puente.
Los pobladores de la zona se mostraron totalmente indignados con su presencia y llegaron a increparle en el lugar. Sin embargo, el titular del MTC se concentró en mencionar que lo importante era salvaguardar la vida de las víctimas.
Usuarios del Metropolitano se bajan de los buses debido al asfixiante calor [VIDEO]
Unidades de transporte no cuentan con aire acondicionado, eso sumado a la gran conglomeración en hora punta hace que muchos de esos vehículos vayan repletos de pasajeros.
El sofocante calor se siente en muchas partes de la capital, registrándose en algunos distritos temperaturas por encima de los 30 grados, teniendo sensaciones de calor los 33 o 34 grados. Si eso calor se suma estar en un lugar cerrado y con poca ventilación como los buses del Metropolitano dicha temperatura fácilmente puede bordear los 37 o 38 grados, resultando para muchos una “olla a presión”.
Anoche, en la estación Naranjal del Metropolitano, decenas de usuarios de ese servicio de transporte no pudieron más el intenso calor y decidieron bajarse de las unidades a modo de protesta por la escasa implementación de aire acondicionado o sistemas de ventilación.
Y a pesar que anoche se registró una intensa lluvia en gran parte de la capital, la sensación de calor no se redujo, teniendo una media de 25°C incluso hasta altas horas de la noche.
“No es ventilado, la verdad. Como todos los días, es algo normal que haya aglomeraciones. El calor está muy fuerte”, dijo a Panamericana TV una pasajera que aguardaba abordar en la estación Naranjal. Otra usuaria agregó: “Es un horno estar en el trayecto. La gente está apiñada, no hay ventilación. Las ventanas no sirven de mucho porque son pequeñas y algunas están malogradas”.
fuentes: bdp.
En esa estación los pasajeros debieron esperar al menos 45 minutos debido a la congestión generada por el mal tiempo. Sin embargo, el panorama se replicó en otros puntos, donde usuarios reportaron que la lluvia generó desorden y acumulación de suciedad en los embarques.
Los peatones también manifestaron que las estaciones no están diseñadas para soportar precipitaciones prolongadas. En varias de ellas, se registró acumulación de agua en el piso, lo que dificultó el acceso y generó riesgo de resbalones.