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Dina Boluarte, Vladimir Cerrón y el Congreso (Parte 2)

Lee la columna de Edison Mamani

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Por Edison Mamani

En la primera parte hemos analizado lo que pasó en la Comisión de Fiscalización, ahora nos toca ver lo que sucedió en el pleno. El jueves 7 de noviembre el Pleno del Congreso no aprobó iniciar la investigación a Dina Boluarte por el caso de “El Cofre”, respecto a una supuesta ayuda al prófugo Vladimir Cerrón mediante el uso del vehículo presidencial. Juan Burgos no pudo conseguir los 46 votos necesarios para aprobar la moción del pedido de facultades de comisión investigadora. Solo se lograron 23 votos a favor de 130, que representa el 18% del pleno, mientras que en la Comisión de Fiscalización se había conseguido 11 votos a favor de 20, que representaba el 55% de la comisión, lo que evidencia que lo que pasa en una comisión no necesariamente refleja totalmente lo que podría pasar en el pleno. Otro marco de referencia fueron los 41 votos con los que se aprobó la moción de interpelación al ministro del Interior. El argumento, por parte de la derecha y el centro, para rechazar la investigación a Dina Boluarte, fue fundamentalmente el riesgo de un adelanto de elecciones, pues a sus ojos tener una comisión investigadora implicaba una “moción de vacancia encubierta”, o una minivacancia, y el riesgo de una salida de Dina podría haber significado no solo una convocatoria a elecciones presidenciales sino generales. En el caso de una parte de la izquierda y progresistas de izquierda, el argumento del rechazo fue no profundizar una supuesta persecución política a Cerrón. Entonces, desde el principio esto solo fue una agenda personal de Juan Burgos, que no tuvo el consenso de la derecha, la izquierda, el centro, los progresistas, ni mucho menos de su propia bancada.

¿Se podría haber conseguido los 46 votos en otra coyuntura? En el transcurso de las dos últimas semanas, han existido rumores de que se podría haber conseguido los 46 votos necesarios para aprobar la admisión de la moción de Burgos, y que por eso Salhuana no lo ponía al voto. Es posible, pero este escenario fue forzado torpe y paradójicamente, por el propio Gobierno, dejando algunas dudas incluso después de haber corregido el error político. Es decir, en la proyección de votos era difícil que se apruebe investigar a Dina Boluarte, sin embargo, por un momento la temperatura en el Congreso fue de incertidumbre, indecisión y desconfianza, cuando el premier Gustavo Adrianzén, intencional o negligentemente, contradice la versión del vocero del Despacho Presidencial, Fredy Hinojosa, sobre la presencia de Dina Boluarte en Mikonos. Incluso después de que el premier corrija su error había un poco de tensión en los pasos perdidos, que se expresaba, por ejemplo, en las palabras de Patricia Juárez, principal representante del fujimorismo, cuando señalaba indirectamente, con una molestia evidente, que lo que se le pide al Gobierno, por lo menos, si no es una versión pública, directa y contundente de Dina, es que no haya una contradicción interna.

¿Cómo votaron las bancadas? En los medios de comunicación se afirma equivocadamente que solo 9 de las 13 bancadas del Parlamento rechazaron la solicitud de la Comisión de Fiscalización. En realidad, fueron 11 de las 13 bancadas. Solo 2 bancadas votaron a favor mayoritariamente del pedido de Burgos, Renovación Popular (8 a 2) y el Bloque Democrático (3 a 2), lo que evidencia una votación dividida. Ninguna bancada votó en bloque a favor. Las ausencias y las abstenciones fueron mayoría. En resumen, casi todo el Congreso rechazó investigar a Dina Boluarte por el caso de “El Cofre”, ya sea de forma directa, votando en contra, o de forma indirecta, votando en abstención, incluso de forma temerosa, no ejerciendo su voto. Veamos la votación en el pleno y en la Comisión de Fiscalización, sin perjuicio de recomendar revisar mi MAPA POLITICO DEL CONGRESO

Fuerza Popular, la bancada más disciplinada, en esta oportunidad estuvo un poco desordenada, porque si bien votaron en abstención, solo fueron 12 de los 21, los 9 restantes no votaron, lo que evidencia que la intención era apoyar a Dina, pero no abiertamente, ocasionando con ello indisciplina interna, aunque relativamente controlada, porque nadie votó a favor. En la comisión también había pasado algo parecido, todos votaron en abstención menos Magally Santisteban, quien votó a favor y, como dije anteriormente, luego le llamaron la atención, porque en el pleno no votó favor, simplemente no votó. Me imagino que tiene esta actitud por ser una parlamentaria novata.

Alianza para el Progreso, al ser la bancada más oficialista y a la vez de centro, era indudable que apoyarían abiertamente a Dina votando en contra, pero solo lo hicieron 8 de 14, porque los 6 restantes no votaron y, a diferencia de Fuerza Popular, en este caso sí merecen ser resaltados: los congresistas que se rebelaron al partido y no votaron fueron María Acuña, Lady Camones, Edhit Julón, Juan Lizarzaburu, Roberto Chiabra y Eduardo Salhuana. En el caso de Chiabra es comprensible porque es un independiente encubierto, y sobre Salhuana también era esperado porque es el presidente de la mesa. Por otro lado, recordar que en la comisión Jorge Marticorena había votado a favor y, como dije anteriormente, luego le llamaron la atención, porque en el pleno sí votó en contra. Me imagino que tiene esta actitud por ser un progresista de izquierda, con el dogma de la “lucha contra la corrupción”, pero como ahora está en una bancada de centro oficialista, debe alinearse en lo posible, y eso le causa una crisis existencial.

Podemos Perú, tampoco apoyó a Juan Burgos, presidente de Fiscalización, a pesar que era su grupo parlamentario, tal y como lo dijimos una y mil veces. Solo 3 de 13 votaron a favor: Digna Calle, Jorge Flores y el mismo Burgos. Recordar que, en la comisión, además de Burgos, votó a favor Ariana Orué, incluso leyendo un “libreto de lucha contra la corrupción”, pero como lo señalamos anteriormente, por ser novata y de centro podría cambiar de opinión, y eso efectivamente ocurrió. En conclusión, esta votación es la mejor prueba que este tema era una agenda personal de Juan Burgos.

Perú Libre, no apoyó porque era indudable la defensa a Vladimir Cerrón, aunque se argumentaba que había un sesgo y animadversión en la indagación de parte de Juan Burgos (presidente de Fiscalización), hacia Cerrón, lo cual hasta cierto punto era una justificación válida. La única rebelde fue Milagros Rivas, que votó a favor. Si revisan mi Mapa Político del Congreso podrán darse cuenta que no era totalmente sorpresivo ese único voto. José Balcázar votó en contra porque es un independiente en los hechos. Cabe resaltar que en la comisión también se había votado de forma desorganizada, Isaac Mita votó en contra, mientras que Segundo Montalvo no votó. La voluntad de la bancada era no apoyar la investigación, pero no abiertamente, para lo cual se debía votar en abstención, sin embargo, es innegable el desorden de toda la bancada.

Renovación Popular, en esta oportunidad, fue la bancada más opositora al Gobierno, porque votaron mayoritariamente a favor: 8 de 10. Solo fueron 2 las congresistas rebeldes que no apoyaron al no votar: María Córdova y Cheryl Trigozo, tienen antecedentes de tener un “voto tibio”. En la comisión, Noelia Herrera había votado en contra, mientras que Norma Yarrow en abstención. Esta última porque su actitud frente a la investigación fue crítica, pero también confusa, porque quería buscar la verdad, sobre todo de Cerrón, pero también era consciente que no debía generar inestabilidad sobre Boluarte. Al final ha primado la postura del partido y no de la bancada, y por ello el cambio de posiciones de Herrera y Yarrow. Es necesario recordar que Renovación Popular siempre se ha diferenciado con el grupo de Fuerza Popular, Avanza País, Alianza para el Progreso y Somos Perú, sin embargo, en esta coyuntura la divergencia fue mucho más marcada. Ahora quieren dar la imagen de ser una bancada de oposición, lo cual podría ser cierto en esta votación, pero si revisamos sus antecedentes, siguen siendo una bancada oficialista, pero con sentido crítico, que no pertenece al grupo de “Fuerza Popular y compañía”.

Acción Popular, como bancada de centro, no apoyó la investigación porque la consideró como una minivacancia. De los 10, ningún voto a favor, solo 1 voto en contra, y los demás en abstención o no votaron. Cabe recordar que en la comisión habían votado a favor Marleny Portero y Elvis Vergara, sin embargo, como congresistas de centro que son se dejaron convencer por el Ejecutivo, con el argumento de que Dina es un mal necesario.

Bloque Magisterial, como la bancada de izquierda más oficialista que es, tampoco apoyó investigar a Dina. De los 8, votaron 7 en abstención. El único que no votó fue Germán Tacuri. En la comisión ya se había manifestado esta postura en abstención con Elizabeth Medina, incluso el vocero natural Alex Paredes ya había defendido verbalmente al Gobierno.  

Avanza País, es una bancada de derecha, aunque con un tinte progresista. Llama la atención que 3 de los 8 votaran a favor: Rosselli Amuruz, Edward Málaga y Karol Paredes. Málaga, de vez en cuando, aunque con sentido de oportunidad, tiene su “dogma contra la corrupción”, pero en el caso de Amuruz y Paredes, lo más probable es que el Gobierno no haya tenido la capacidad de convencerlas con la teoría del mal necesario. También es necesario resaltar que el resto no haya votado. Lo disciplinado hubiese sido que voten en abstención. Por otro lado, es necesario señalar que en la comisión no votaron porque no tienen representantes.

Juntos por el Perú, bancada de izquierda y progresista de izquierda. Solo Víctor Cutipa votó a favor, teniendo en cuenta que son 8 integrantes. Votaron en contra, Jorge Coayla, Hamlet Echeverría y Elías Varas, y en abstención de Roberto Sánchez. Este último supuestamente está promoviendo una moción de vacancia. Cabe resaltar que en la comisión no votaron porque no tienen representantes.

Somos Perú, como bancada de centro, y oficialista, apoyó a Dina, pero no de forma abierta y directa, sino siguiendo la teoría del mal necesario. De los 7 todos votaron en abstención menos Alfredo Azurín, quien votó en contra, reafirmando que siempre ha sido un voto duro de derecha. En la comisión, Héctor Valer había votado en contra, pero me imagino que por la coyuntura contra Dina ahora votó en abstención.

Bancada Socialista, progresistas de izquierda que no apoyaron la investigación. Solo Pasión Dávila votó a favor. De los 4 restantes, Jaime Quito y Silvana Robles, votaron en abstención, mientras que Alex Flores y Alfredo Pariona, no votaron. Cabe resaltar que Dávila también había votado a favor en la comisión.

Honor y Democracia, como bancada de derecha y oficialista, apoyaron a Dina. José Cueto y Jorge Montoya, con una posición más firme, votando en contra, mientras que Gladys Echaíz y Héctor Acuña, con una postura no tan comprometedora, votaron en abstención. Javier Padilla no votó. Cabe recordar que en la comisión José Cueto había votado a favor. Es decir, que le hicieron cambiar el voto.

Bloque Democrático, bancada progresista que curiosamente estuvo dividida. De los 5, solo 3 votaron a favor: Susel Paredes, Edgard Reymundo y Sigrid Bazán. Isabel Cortez y Ruth Luque no votaron. Cabe resaltar que en la comisión Reymundo también había votado a favor.

VER LA PRIMERA PARTE / Dina, Vladimir y el Congreso: crónicas en la Comisión de Fiscalización

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Schmeerguntz, de Gunvor Nelson y Dorothy Wiley (1965)

Lee la columna de Mario Castro Cobos

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¿Perdió el filo, o todavía no? -También parece un slogan-. Quien domina las imágenes domina el mundo. Es verdad, claro, y parece que casi no sirve de nada saberlo. ¿Y entonces, qué se puede hacer? Si algo muestra Schmeerguntz es lo que esconde la palabra o el concepto ‘ideal’ en las imágenes que nos venden, que nos introducen por todos los orificios, en el estilo de vida que nos ordenan vivir, o desear, sin poder por definición nunca llegar a conseguir; así que la lluvia radioactiva publicitaria si bien puede tener una apariencia paradisíaca (sensualidad apetitosa y cliché) muestra al mismo tiempo lo monstruosa que es. Y por cierto, lo más monstruoso de todo tal vez sea que hemos dejado de sentir la esencia de la monstruosidad en la que estamos metidos. Y eso que quien escribe no intenta ser moralista.

Las imágenes machaconas de una vida irreal incluso para quienes pueden procurársela. Mujeres esbeltas, maquilladas y bonitas, concursantes (a miss lo que tú quieras) como marionetas… Tan dúctiles. La mentira, la operación indesmayable de la reducción de las mujeres a papeles y funciones de adorno y esclavas, de tan escandalosa y grosera, pero de bombardeo abrumadoramente incesante necesitaba contra ella una incisión, un hueco, una disonancia, un respiro de aire fresco, una película collage (casi sientes las tijeras y la goma en varios momentos) que con su aspecto de artesanía inocente, de pequeño mecanismo que rasguña como puede, sea totalmente incisiva, política, y feminista en el mejor sentido posible.

¿Podemos hacer algo para que las imágenes de los mercaderes no nos destruyan? (esos a quienes se cuenta que Jesucristo expulsó por haber convertido al templo de su padre en una cueva de ladrones). ¿O ya estamos destruidos y solo nos dedicamos a contemplar con mayor o menor lucidez nuestra propia destrucción? Alguien irónico replicaría. A nivel de constelaciones de dioses falsos, el cine experimental y/o de vanguardia se reclama como el único y verdadero dios. Idea ridícula, dirán. Pero el cine es un campo de batalla. Si no lo es, es publicidad del poder.  

La salida es ser prosaico, crudo, directo, un inodoro, una mujer vomitando, una mujer desnuda con un tampón, bebés cagando y siendo limpiados, imágenes en principio tan inocuas, toman venganza de las otras, mientras seguimos entre embrujados y hartos.

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https://m.ok.ru/video/7176083081758

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Perú y la piratería en streaming

Lee la columna de Anìbal Mamani

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En 2024, Perú cerró el año con una estadística negativa. Indecopi ordenó el bloqueo de más de 400 sitios web que ofrecían ilegalmente contenido protegido, incluyendo películas, series, música y eventos deportivos. Esta medida se enmarcó en la séptima fase de la iniciativa internacional «Operación 404», con la participación de autoridades de Brasil, Paraguay, Argentina y Reino Unido.

Muchos usuarios optan por ingresar a páginas de streaming para ver películas al estilo Netflix o transmisiones de partidos de fútbol de la liga peruana. Sin embargo, la piratería no solo implica la descarga o visualización ilegal de contenido, sino que también expone a los usuarios a serias amenazas cibernéticas, incluyendo la instalación de virus y malware. También existen muchas ofertas de suscripción pirata a plataformas como Netflix, Disney+ o Prime Video, de forma compartida, con un pago mensual o único. En la mayoría de los casos, estas terminan en estafas.

Es común encontrar múltiples botones de «Play» o «Descargar». Algunos de estos botones están diseñados para ejecutar scripts que instalan malware en los dispositivos de los usuarios al hacer clic. Las personas que acceden a contenido pirata no solo enfrentan riesgos legales por infringir derechos de autor, sino también la posibilidad de que sus dispositivos sean infiltrados y utilizados para actividades delictivas sin su conocimiento.

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Fiesta en el lado oscuro: las mafias celebran

Todo nace del Tribunal Constitucional, convertido en apéndice de las mafias, estos «tribunos de la Cosa nostra» han firmado el acta de defunción de la justicia peruana.

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Por Jorge Paredes Terry

El Tercer Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional tomó la decisión de declarar nulo el juicio oral contra Keiko y su organización, decisión cuestionable, no solo porque representa una burla a las víctimas de la corrupción, sino que sienta un precedente peligrosísimo para la impunidad en el país.

Su reciente resolución por el caso «Cócteles» que ordena su retroceso a la etapa intermedia, es un golpe devastador para la lucha contra la corrupción y una victoria resonante para las fuerzas del crimen organizado.

La resolución, amparada en supuestas «irregularidades» en la acusación, ignora la montaña de evidencia que vincula a Fujimori y a su presunta organización criminal con el lavado de activos y la financiación ilícita. No se trata de una simple anulación técnica; es una maniobra calculada para dilatar el proceso indefinidamente, enterrando bajo el peso del tiempo la posibilidad de una condena justa. La resolución se apoya en el precedente del caso José Chlimpler, un precedente que, lejos de ser un faro de justicia, se erige como un ejemplo de la manipulación del sistema judicial para proteger a los poderosos.

Es crucial entender que esta decisión no implica la inocencia de Keiko Fujimori ni el archivo del caso «Cócteles». La resolución anula el juicio oral, pero la acusación sigue en pie, la evidencia sigue existiendo, y la sombra de la preesunta corrupción sigue planeando sobre la lideresa fujimorista y su entorno. Intentar presentar esta resolución como una absolución es una manipulación descarada de la verdad. Es una victoria pírrica para las mafias, una victoria que se celebra en la oscuridad, mientras la justicia peruana agoniza.

El Tribunal Constitucional, con la resolución sobre el caso Chlimpler, se convierte en cómplice de la impunidad. Su responsabilidad histórica será inmensa, su legado, una mancha indeleble en la historia del Perú. La lucha contra la corrupción no se detiene con esta resolución; al contrario, se intensifica. La sociedad civil, los fiscales y los jueces honestos deben redoblar esfuerzos para contrarrestar este golpe y exigir la rendición de cuentas de aquellos que se creen por encima de la ley. La impunidad no es una opción; la verdad, sí. La lucha continúa.

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El Paul McCartney, de Arturo Delgado Galimberti

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Arturo Delgado Galimberdi nos sorprende con este libro sobre la vida, discografía y demás hechos resaltantes en la vida de Paul McCartney (PM). Ya antes ha escrito Karma instantáneo para Jhon Lennon donde nos plantea una ucronía exquisita: Lennon vive y McCartney muere. Eso aparte de otros libros importantes como La Ruptura, una novela corta que trata sobre el padre y Los espejos de infierno, otro texto urbano donde se filtra un manifiesto de vida y que tuvo elogios de Oswaldo Reynoso entre otros destacados escritores.

Esta vez, ADG solo firma como A. G. Galimberti y nos lleva como por un tobogán para mostrarnos al verdadero líder de The Beatles. (Los derechos de autor todavía se siguen discutiendo si se firma Lennon-McCartney o McCartney-Lennon). Tanto así que parece un texto escrito por un fan y no precisamente por un novelista. Pero Galimberti que es versado en el tema, nos demuestra que las cosas no son tan así de fácil. Por algo no ha tenido programa de radio dedicado al rock y ha escrito en su blog La Secta del Ruido y reseñado decenas de artículos sobre el género en diferentes medios periodísticos.

El libro repasa de manera erudita apelando a una amplia bibliografía sobre el tema e incide en esa competencia natural entre los dos másters de The Beatles, incluso después de separarse. Lennon con con Yoko Ono y McCartney con Linda y los Wings. Y las demás grabaciones con otros músicos destacados como Michael Jackson, Stevie Wonder, los exnirvanas o el “The-Ballad-Of-Skeletons”, un poema político de Allen Ginsberg: “El-esqueleto-de internet-dijo:-Cree-mentiras./-El-esqueleto-de-la-publicidad-dijo:-¡No-seas-sabio!”. Así como una discografía completa en las que se incluyen títulos que pirateados por la banda nacional We All Together.

El autor nos recuerda que PM es “un hijo de la clase trabajadora de Liverpool” y le dedica el primer capítulo a ello, pero no hay un capítulo a su nombramiento como “Sir” por parte de la reina Isabel II. Y aunque PM y los Beatles rompieron récords tanto en conciertos como en las listas nros unos; también es cierto que otros músicos más humildes y con menos recursos como, por ejemplo, Dámaso Pérez Prado con su pieza “Patricia” (usado en la Dolce Vita) y otras más estuvo casi 15 semanas en el Hit Parade de Estados Unidos arriba de Elvis Presley y The Beatles.

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“La Vorágine”: así se celebró los 100 años de su publicación

Lee la columna de Jorge Linares

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Por Jorge Linares

La asociación Iquitos Cultural junto al consulado de Colombia en la ciudad de Iquitos y la Logia Masónica 5 N° 25, presentó este pasado 30 de diciembre de 2024 un conversatorio con motivo del centenario de la publicación de esa novela de José Eustasio Rivera. Este evento cultural daba apertura a los 161 años de aniversario como puerto fluvial a la ciudad de Iquitos.

La Vorágine es una novela que nos invita a reflexionar cien años después de su primera edición sobre la situación real de nuestras fronteras, cuánto hemos avanzado como sociedad, si el Estado tiene presencia efectiva en estos territorios y si sus habitantes llevan una vida digna con los servicios básicos de agua, desagüe, electrificación, tecnología, salud, educación, entre otros beneficios.

El Dr. Carlos Barreto Vargas, Encargado de las Funciones Consulares del Consulado de Colombia en Iquitos, saludó fervorosamente que se realicen este tipo de eventos que fortalecen los lazos de buen entendimiento y hermandad entre los países de Perú y Colombia. Asimismo, comprometió a las nuevas generaciones a despertar el hábito por la lectura de otros autores como Gabriel García Márquez que también nos habla de este tipo de realidades.

El profesor universitario de Lengua y Literatura, especialista en Crítica Literaria, Dr. Manuel Marticorena Quintanilla, asumió la responsabilidad de hacer un resumen de la obra de José Eustasio Rivera, concluyendo que la forma como está publicada es una imitación a la obra del Quijote de la Mancha ya que el novelista colombiano coincide con Cervantes aseverando que él no escribió la obra, sino que fue Arturo Cova, protagonista de la novela. El autor más que novelista es poeta y en esta obra vamos a encontrar esa calidad poética hermosísima a lo largo de toda la novela. La visión del escritor es inmensurable, se hizo mucha propaganda cuando la publicaron en la Unión Soviética, estigmatizándola como socialista, y no es así, pues tiene una visión enteramente cristiana, comenzando por el aspecto formal, es decir la forma como está escrita. La obra se divide en tres partes: la sierra, la selva y el llano, son tres regiones que pertenecen a Colombia que equivalen a lo que Dante Alighieri describe en “La Divina Comedia” el infierno, el purgatorio y el paraíso; y en esta novela es al revés, comienza con el paraíso y termina en el infierno. El crítico literario Seymour Menton menciona que en diferentes espacios de la novela se encuentran agrupaciones de tres y que ratifica que hubo señal de una visión cristiana.

El Dr. Fernando Bravo Reátegui hizo una breve reseña de la vida del autor de la novela que se empezó a escribir en 1922, indicando que “José Eustasio Rivera nació en un ambiente campestre en Neiva; su niñez fue fecunda ya que abrazó su amor por la naturaleza, tuvo un padre muy correcto, se crió en un ambiente propicio para ejercer su vena literaria; luego, paso a estudiar la Normal en Bogotá, ejerciendo la carrera de profesor, y posteriormente se recibió de abogado. Siendo profesor ocupó cargos administrativos donde quiso innovar cambios y recibió resistencia, esto motivó para que predominara en su vida la profesión de abogado y ahí encuentra una brecha para la política, llegando a ser miembro del parlamento colombiano donde hace escuchar su voz ante los abusos de la clase dominante hacia los más desvalidos, haciendo eco de las denuncias del periodista peruano Benjamín Saldaña Roca hacia la casa Arana en el Putumayo; eso le valió muchos enemigos a tal punto cuando es publicada La Vorágine, es desmerecida por vacíos que argumentaban sus oponentes. Sin lugar a duda, esta novela marca un hito en la literatura latinoamericana porque aglutina una mixtura de géneros como el periodismo, la poesía, la naturaleza, el paisaje, la fotografía, una obra novedosa para la época escrita con un lenguaje elegante, engolado y depurado. Muere muy joven a los 40 años dejando un gran legado para recordar a este escritor con mucha satisfacción que se enfrentó y denuncio al régimen, apoyando y solidarizándose ante esas minorías que estaban rezagadas en la selva, haciendo que tengan voz, eso es meritorio y trascendente”.

José Eustacio Rivera.

El Venerable Maestro Menotti Yáñez Ramírez saludó la presencia de todos los participantes y enalteció lo dicho por el Dr. Marticorena, más aún, cuando se refirió a la carrera de ser profesor; “es una profesión tan venida a menos últimamente, pero sino fuera por los maestros el futuro no estaría garantizado y muchas veces nos olvidamos de ellos, es un honor ser maestro; probablemente, en el estatus profesional de la cultura oriental, precisamente en Japón, el ser maestro está en el pináculo de la sociedad en el lugar más alto porque en ellos se confía el futuro del país sobre todo en los maestros de primaria porque ahí se sientan las bases para el futuro sin desmerecer a los docentes universitarios que también hacen un esfuerzo orientando a la juventud. Esta noche estamos reunidos para celebrar la centuria de la novela La Vorágine, si José Eustasio Rivera pudiera vernos estaría más que regocijado de saber que nos hemos reunido para conmemorar lo que él hiciera un día. Esta novela ha pasado por prohibiciones y creo que a muchos no nos gusta. Cien años después podemos ver que el argumento de la novela sigue siendo tan potente, las denuncias hechas, la defensa del indígena que le generaron grandes conflictos personales como a muchos otros que en la época del caucho levantaron su voz, y para ello cito el poema Enemigo mío del poeta escocés Charles Mackay. El Dr. Marticorena se refirió a una trinidad en la novela a un profundo contenido cristiano: amor, dolor y muerte, trilogías en las cuales me voy a soportar en una trilogía masónica: libertad, igualdad y fraternidad que no es exclusivamente nuestra, sino que muchas culturas la tienen como postulado y José Eustasio Rivera habló de la libertad como facultad natural, habló de la igualdad en una época que era impensable y casi pecaminoso decir que todos debíamos ser iguales y habló de la fraternidad de la necesidad de ser respetuosos, tolerantes unos con otros y solo así haremos de este mundo un mundo mejor; por tanto, quiero desde aquí brindar un fuerte aplauso para don José Eustasio Rivera para que sepa que estamos conmemorándolo sentando las bases de un futuro y un país mejor donde ser libre sea indispensable, donde ser tolerantes y respetuosos sea la consigna permanente y donde ser fundamentalmente iguales porque somos seres humanos y merecemos ese legado para lo que hoy día estamos reunidos. Asimismo, agradezco a la asociación Iquitos Cultural por haber elegido este lugar que muchas veces es visto como cueva de demonios, piensan que la masonería está distante de la sociedad cuando está mucho más próxima a lo que se puedan imaginar, este es un lugar que nos sirve a los masones como punto de encuentro y también para este tipo de eventos que promueven y fomentan la cultura como es la Logia Unión Masónica 5 N° 25 que tiene fecha de fundación el 24 de junio de 1869”.

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100 años de Martha Hildebrandt

Lee la columna de Edwin Sarmiento

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Por Edwin Sarmiento

Hoy, 13 de enero, la Dra. Martha Hildebrandt habría cumplido 100 años. Falleció cuando tenía 97 años. Guardo, de ella, los mejores recuerdos de mi vida laboral. Fui su asesor de prensa durante ocho años en el Congreso de la República, luego que ella me convocara sólo para trabajar tres meses. Y eso, con muchas dudas por ser periodista. Recuerdo aquella mañana en que, a su pedido, me presenté en su casa portando mi hoja de vida que resumía, en 12 hojas, mi experiencia personal. Ya había sido asesor de varios ministros de Estado, jefe de comunicaciones en el Congreso de la República, Presidencia del Consejo de Ministros, director en varios ministerios, periodista en los más importantes medios de información en Lima de los 70 para adelante. Luego de hojear lo que yo consideraba un contundente currículo, se detuvo, cerró el fólder, me miró fijamente y preguntó.

–Oiga, ¿usted sabe escribir?– me dijo.

–Claro que sí, doctora—respondí muy seguro de mí.

–¿Por qué cree que sabe escribir?– inquirió. Vi, entonces, que sus ojos hincaban a los míos con intriga.

–Es que soy periodista—manifesté

–Mierda, entonces usted no sabe escribir– retrucó, deteniendo, por suerte, mi autoelogio que comprendía los cargos que había ocupado como redactor, editor, editorialista y un largo etcétera.

–El lunes lo espero en mi despacho a las nueve. Y gracias por acompañarme sólo por tres meses—dijo, extendiéndome la mano al despedirse. A los dos días de estar con ella comprendí, efectivamente, que no sabía escribir…con el rigor que ella exigía en la redacción y el uso correcto del lenguaje. Me alegré de que no haya podido escuchar mi autobombo y, con el tiempo, los tres meses se extendieron, por decisión de ella, a ocho años, los más productivos para mí y creo que para ella también, porque nos llevamos muy bien, sin correcciones de fondo, a los que sometía todos los días a sus otros asesores, tanto que ellos eran despedidos con relativa frecuencia. Lo que sí no aceptaba es que, le tomaran la delantera, renunciando. Ella los tenía que destituir.

Los asesores le duraban, en promedio, unos meses: eran licenciados por ella y otros, optaban por la hábil retirada para recuperar la paz. Pero, ni aun así, se escapaban del amargo trance del despido. En una ocasión, uno de ellos, formado en la PUCP, decidió marcharse a la semana de haber llegado al congreso. El estilo Hildebrandt no iba con él. Y se fue, como llegó, sin avisar, de puro corajudo. Además, llevaba un apellido aristocrático, como era del agrado de la parlamentaria. Entonces, la Dra. Hildebrandt era presidenta del congreso. Una mañana, en que yo despachaba entrevistas pendientes con ella, pidió a la secretaria llamar al doctor xx. No está doctora, respondió la secretaria. ¿Qué?, ¿dónde está?, indagó la presidenta. Renunció ayer, doctora, ya no vino, explicó la secretaria. ¡Ah, no. Qué se ha creído!. Llame, usted, al abogado y que venga mañana a las nueve, ordenó a gritos. Al día siguiente, nos encontrábamos, algunos asesores, despachando con ella, cuando la secretaria anunció que había llegado el abogado a la hora indicada. Que pase, ordenó. Cuando el renunciante intentaba acercar una silla para sentarse, la doctora lo detuvo en seco: así nomás, dijo. No es necesario que tome asiento, señaló, moviendo los dedos de izquierda a derecha y viceversa ¿De manera que, usted, renunció al trabajo?, continuó. Y antes de escuchar la respuesta, en medio de un sepulcral silencio, su voz retumbó:  sepa, usted, que a mí nadie me renuncia. Soy yo quien decide cuándo se va. Está, usted, despedido. Puede retirarse, sentenció, moviendo los dedos de atrás para adelante.  Martha Hildebrandt no aceptaba que otros decidan por ella.

Hoy que la recuerdo, me viene a la memoria tantos hechos que, convertidos en anécdotas, me hacen sonreír con gratitud. Fue una intelectual brillante, reconocida por el mérito de sus investigaciones en los principales foros del mundo. Su labor académica fue reconocida con distinguidas menciones. Premio Nacional de Cultura en 1949, Premio Nacional de Ensayo en 1961, Premio Nacional de Fomento a la Cultura Javier Prado en 1969. Orden de las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta en 1999, Medalla de Honor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el grado de Gran Cruz, Medalla de Honor del Congreso de la República del Perú en el grado de Gran Cruz, Condecoración Orden Cultural Andrés Bello de Venezuela, Condecoración Orden al Mérito Cultural de Polonia. Dirigió el Instituto Nacional de Cultura en el Perú, fue subdirectora general de la UNESCO y congresista de la República en varios períodos, además de autora de numerosos libros de su especialidad, en el campo de la lingüística y de la cultura y mejor paro de contar.

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Interestelar y las relaciones humanas

Lee la columna de Edwin Cavello

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El cineasta Christopher Nolan, estudió literatura antes de sumergirse en el mundo del cine, de ahí nacería su exigencia por el desarrollo de los guiones. Su filme Interestelar que acaba de cumplir 10 años, es un viaje épico entre agujeros negros y ecuaciones gravitacionales. A pesar de que ha pasado una década de su estreno, su película sigue emocionando y cuestionando las relaciones humanas y la fragilidad de nuestra existencia.

Con su estreno en el 2014, Interestelar logró que masivamente el público se haga preguntas filosóficas y científicas, pero también abrió algunas heridas como la del llamado padre ausente.  En el filme, a través de los años, la ausencia del padre se convierte en un vacío que Murph intenta llenar con ciencia, ira y, finalmente, perdón. En este sentido, Nolan nos recuerda que el tiempo es una fuerza implacable que puede golpear los lazos más fuertes, pero también puede sanar heridas cuando se atraviesa con amor.

La película plantea preguntas sobre la naturaleza del tiempo, la gravedad, la posibilidad de vida más allá de nuestro planeta y sobre las emociones humanas: ¿qué estamos dispuestos a sacrificar por aquellos que amamos? ¿Cómo lidiamos con la pérdida y la ausencia? ¿Qué nos motiva a seguir adelante cuando todo parece perdido?

En el aspecto científico, Interestelar ha seguido siendo relevante. La representación del agujero negro Gargantúa se basó en cálculos del físico Kip Thorne, asesor de la película y ganador del Nobel en 2017. Con el tiempo, los avances en astronomía han confirmado la precisión de varios elementos del filme, aunque algunas cuestiones siguen siendo materia de debate. ¿Es posible realmente viajar a través de un agujero de gusano? ¿Podremos algún día manipular el tiempo y la gravedad a nuestro favor? La ciencia avanza, pero las grandes preguntas aún siguen sin respuesta.

Una década después, Interestelar continúa siendo una obra que nos obliga a mirar más allá del horizonte y a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo. En un mundo donde la tecnología y el conocimiento avanzan a pasos agigantados, la película nos recuerda que, en realidad, seguimos siendo niños explorando el desconocido infinito.

Al final del filme Murph está feliz de que su padre (Cooper) regresó pero ella le dice que se vaya de todos modos, diciéndole que “Ningún padre debería verse obligado a ver morir a su propio hijo”. 

(Columna publicada en Diario UNO)

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Qué bello es vivir

La obra maestra de Frank Capra que se convirtió en un clásico cinematográfico.

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Hace unos días un entrañable amigo me comentó que en compañía de su familia volvió a ver la película ‘Qué bello es vivir’. Repetir la experiencia como espectador del filme de Frank Capra le hizo recobrar más razones para vivir, considerando que la historia del joven George Bailey no solo es inspiradora, sino aleccionadora, ya que nos habla de los sueños que siempre debemos alcanzar, aunque surjan obstáculos y distractores. Sin embargo, el idealismo no llegará solo y para cristalizarlo solamente hay que hacer y obrar. Es decir, si creemos en nuestras ideas trabajemos en ellas hasta que se hagan realidad. Curiosamente el cine, desde la perspectiva que tomemos, también influye en nuestras ganas de emprender para nuestras vidas un enfoque holístico y espiritual.

Podemos mencionar más joyas cinematográficas como ‘Ángeles con caras sucias’, ‘Cinema Paradiso’, ‘La vida es bella’, ‘Forrest Gump’, ‘La sociedad de los poetas muertos’, ‘Sueños de fuga’, y ‘En busca de la felicidad’, entre tantas otras que nos dicen en nuestra propia cara: —no te rindas, tú puedes porque tienes una misión—pero tampoco es menos cierto que la realidad supera a la ficción. Si bien, el instrumento del séptimo arte logra sublimarnos y eventualmente consigue elevarnos, al mismo tiempo se convierte en un esbozo. Significa que, si no iniciamos un “emprendimiento”, quizá las ganas e ilusiones se nos escurrirán entre los dedos de las manos. Entonces ¿tendríamos que espectar una película inspiradora cada hora o cada día para no matar la motivación?

No cabe duda que la riqueza existe y el dinero es importante, y quizás podrás ganar más dinero, pero no podrás ganar más tiempo. Por lo que más allá del aspecto pecuniario, uno de los mayores regalos de la vida y que nos convierte en personas ricas es la capacidad de dar a los demás sin esperar algo a cambio. Basta dar un minuto de nuestro tiempo y de nuestra atención, y estaremos brindando una pequeña parte de nuestra vida. Con una palabra de aliento y mostrando una sonrisa conseguiremos que alguien sea feliz. Y si el escenario cotidiano se muestra desolador por razones de pobreza, corrupción y crimen, nuestra misión es afrontar la vida con el mayor de los optimismos. Solo siendo generosos y altruistas asumiremos un liderazgo y le daremos un sentido a nuestra existencia.     

(Columna publicada en Diario UNO)

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