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Dennis Arias Chávez «Desde las primeras líneas de mis cuentos pretendo no darle espacio al azar: construyo el porqué de las cosas.»

«Somos una familia que ha decidido desaparecer. Nadie lo sabe pero no descartamos que existan sospechas. Quizá hemos dado razones para ello; sin embargo, no estamos en condición de darle explicaciones a nadie. Somos libres de hacer lo que queramos dentro de nuestra casa, y aunque sabemos que los vecinos nos observan, nada impedirá que cumplamos nuestro objetivo», así empieza «Reunión familiar», el primer cuento de Ciudad Lineal (La travesía Editora, 2013), publicación que marca el debut narrativo de Dennis Arias Chávez.
A pesar de lo truculento e insólito que, de saque, nos anticipa el narrador, es una historia que podemos calificar de realista. Este relato viene a ser el punto de partida para empezar a indagar sobre lo fantástico. El personaje, antes de «desaparecer» pinta —escribe un mensaje rotundo y procaz— en las paredes de los vecinos. ¿No es quizá, de una manera oculta, una muestra del deseo del escritor de dejar un mensaje, algo escrito, antes de irse?
Entonces le pregunto al autor qué desea hacer antes de lo que algún día nos ocurrirá a todos: desaparecer.
—Creo que todos tenemos la necesidad de generar mensajes, ya sean ocultos o visibles, durante nuestra vida. Como personas tenemos propósitos claros, algunos aparentemente más simples como ser felices, otros más complejos como trascender. La literatura está llena de símbolos, estos símbolos van tomando formas y sentidos en la mente de los lectores. El escritor empieza con una idea, le da forma, la pule, junta sus piezas (las palabras) y las une. Esa idea crece como una semilla con un único fin: quedarse en la mente de los lectores, y es ahí cuando viene el punto de quiebre. El mensaje del escritor desaparece para quedar solo el mensaje que el lector halle en su obra. Ahora, bien, soy un tipo simple: solo busco dejar una historia que pueda ser contada, que entretenga, que intrigue, que alegre. Es complejo, porque no todo alegra, entretiene e intriga en esta vida.
Tanto en «Parches» como en «Vita Merlini» hay un vínculo: la mascota. Mascotas extravagantes como un cerdo alimentado de una manera muy singular o Abuelo que, según nos cuentan, vendría a ser el hijo del mismísimo demonio. Mascotas que ocultan lo maléfico. Acá ya introducimos a un ámbito preñado de fantasía. ¿Cómo marcas el límite entre lo posible y lo imposible?
—La diferencia radica en el grado de verosimilitud de los hechos. «Parches» es una historia fantástica, pero real, es posible, en nuestro mundo las perversiones existen y no es difícil darse una extravagancia de ese tipo. Además, en «Parches» el horror del personaje es sobre lo extraño del lugar y de los criadores. Sin embargo, para los criadores, no hay terror, solo naturalidad, normalidad. Si este cuento nos genera estertores es porque siempre queremos ser normales, lo anormal se nos ha impuesto. «Vita Merlini», por su parte, escapa de toda razón. Abuelo es la imagen de Merlín, mago que fue creado como correlato del Rey Arturo ante la necesidad de un pueblo por encontrar su identidad (Gran Bretaña). Juego con ello, entonces ¿Abuelo resulta siendo fantasía pura, desprovista de cualquier atisbo de lógica? Pues sí.
En el cuento titulado «Redada» los animales siguen teniendo un notorio protagonismo: ahora se trata de ovejas hablantinas pero, sobre todo, violentas. Acá ya exploras la violencia que azotó a nuestro país. ¿Acaso no es «Redada» una historia surrealista que pretende hablar de los años de la violencia política donde el fanatismo animalizó a muchos peruanos («programados para matar» como las ovejas de la historia)?
—Si tuviéramos que elegir como depredador a algún animal de este ancho mundo, es obvio que no elegiríamos a las ovejas, ya sabes, por toda la tradición religiosa y moral que las rodea. Ahora, por supuesto, es esa vuelta de tuerca la que me gusta de ese cuento, uno de mis favoritos, sin duda. Al leer la primera parte, las primera líneas de los cuentos del libro te darás cuenta que no dejo mucho al azar, construyo el porqué de las cosas, así la trama sea porque a alguien se le dio la gana de desaparecer por simple hartazgo («Reunión familiar», mi primer cuento). Viví los últimos años del senderismo y, claro, en esta historia tomo algunas impresiones de mi vida en Huancavelica.
¿Tienes alguna fijación con los «Paraguas»? ¿Te gusta escribir microrrelatos?
—Escribo microficción, mucha microficción. La mayoría de estos cuentos empezaron siendo historias de 100, 50 y hasta de 20 palabras. Es curioso, el microcuento que mencionas lo escribí un febrero, al llegar a la oficina todo mojado porque no tenía un dichoso paraguas.
Mientras leía «Muñeca rota» no dejaba de pensar en Amy Winehouse. ¿Ese fue el punto de partida para contaminar una realidad real con tu poderosa imaginación?
—Definitivamente, sí. «Muñeca rota», un cuento borgeano en su manejo, resulta para mí un homenaje antinatural, pues no hay reivindicación en la historia, solo una alegoría al poder del arte. Creo que así le habría gustado a Amy que se contara su historia. En todo caso, si a alguien le incomoda, entonces lamento tomarme esta atribución.
¿Te obsesiona quizá la mitología que tiñe la vida y la «muerte» de ciertos artistas como Elvis y Jim Morrison? Acá hallo un vínculo: la muerte como ensayo o teatro, una mentira, y la puesta en escena de la muerte en tu primer relato, «Reunión familiar».
—Es difícil hablar de la muerte, y más si te la tomas en serio. Es más fácil hablar de la muerte por medio de la literatura, porque, aunque ésta (la muerte) sea terrible, las personas que se acerquen a ella a través de un cuento o una novela, la asumirán solo como una ficción. Pienso que la muerte, el sexo, el miedo, la traición, deberían enfocarse o tomarse al puro estilo de Woody Allen: riéndonos de estos temas y también de nosotros mismos.
¿Crees que la muerte puede ser un instrumento definitivo de emancipación para ciertos seres humanos?
—Sin duda, es una opción valedera, pero también es la más difícil de aceptar. Créeme, que, parafraseando a Camus, la moral no nos deja ser libres.
En «El manuscrito» narras otro hecho insólito con un final no menos sorpresivo. ¿Qué hay detrás de este cuento que, sin duda, también es un homenaje?
—Mi fijación y la de mis contemporáneos por mitificar la obra del buen Roberto Bolaño. Lo leí en la universidad, lo leí en España. La última novela que leí de él fue Los sinsabores del verdadero policía, la cual me pareció ponderable en todos los sentidos. «El manuscrito» es un cuento testimonial ya que transmite lo que sentí cuando regresé al Perú y no conseguía trabajo.
En «Apuntes para una telenovela mexicana» hay una tácita ironía sobre los manidos melodramas. ¿Qué te movió a escribir esta historia?
—Mira, he visto muchas telenovelas mexicanas (lamentablemente era lo único que llegaba a Huancavelica por entonces) y no podemos negar su influencia en nuestro medio (sino preguntémosle a Thalía). Ahora, claro, las telenovelas de los 50, con las cubanas como referente preclaro, pasando por las venezolanas, las colombianas y, por supuesto, en otra categoría, qué duda cabe, las brasileñas. Todas ellas nos han regalado joyitas nada desestimables. El maniqueísmo latente en las telenovelas mexicanas me resulta divertido. Es un hecho que la vida matrimonial tiene mucho de melodrama.
En «Búsqueda» insistes con el tema amoroso. Esa historia también se puede leer como una carta de amor con un arranque espléndido. La vida es volver a empezar. ¿Escribir es, en muchos casos, desempolvar emociones y recuerdos?
—Escribir es viajar y dejarlo todo por la travesía. Soy un neófito en poesía y si la estudié fue solo para aprobar los cursos. Sin embargo, todo escritor es sensible y la prosa también resulta siendo también un ejercicio poético en el que se entremezclan técnica y canto. «Búsqueda» es precisamente eso: la búsqueda de la técnica y el canto. También de la loca manía que tengo de echar mano de lo que queda dentro de mi baúl de los recuerdos.
A partir de «Noche serrana» muchos de tus cuentos van a ser reos de la nocturnidad. La noche como escenario perfecto para mostrar la violencia terrorista, las creencias y mitos andinos. ¿Siempre te ha cautivado la noche? ¿Cuánto ha influido tu infancia en Huancavelica para las historias como «El jala alma»?
—La noche me sabe a agüita de muña, tostado* y un buen cuento de terror en la voz de una de mis tías. De niño pasaba las vacaciones en Moya, un pueblo que queda entre Huancavelica y Huancayo y donde no había ni televisión ni radio. En Huancavelica, mi madre aplacaba el sonido de las balas en las noches de toque de queda con sus cuentos de los hermanos Grimm, en tanto que mi hermana y yo nos cubríamos los rostros con las frazadas Tigre y Tumi (ya no sé si existan aún estas últimas), tratando de olvidar el exterior. El Jala Alma existió, y si tan solo hubiera grabado todo lo que me dijo de este personaje mi finada abuela, tendría para escribir una trilogía.
¿Te interesaría contar más sobre los años de la violencia quizá en una novela?
—Sí, aunque desde un enfoque fantástico que es donde me muevo mejor.
¿Qué autores han sido decisivos para llegar a «Ciudad Lineal»?
—Hay muchos: Julio Ramón Ribeyro, Primo Levi, Jorge Luis Borges, Antonio Tabucchi, Roberto Bolaño, Paul Auster, Woody Allen, Michael Ende… en fin, la lista es inmensa.
Por último, ¿escribir puede llevarnos a perdernos en un enorme y monstruoso laberinto?
—Claro que sí, aunque estoy convencido de que el hilo de Ariadna es la disciplina.
*Nota del entrevistador: “tostado” simplemente, o “maíz tostado”, es lo que en Lima se conoce como “canchita”, que acompaña platos típicos como el ceviche. Entre los arequipeños mayores de treinta años (y los serranos, en general) todavía se le llama “tostado”.
Reunión familiar
Por Dennis Arias Chávez
Somos una familia que ha decidido desaparecer. Nadie lo sabe pero no descartamos que existan sospechas. Quizá hemos dado razones para ello; sin embargo, no estamos en condición de darle explicaciones a nadie. Somos libres de hacer lo que queramos dentro de nuestra casa, y aunque sabemos que los vecinos nos observan, nada impedirá que cumplamos nuestro objetivo.
No tenemos aún claro como lo haremos, carecemos de originalidad, así que nos hemos impuesto la tarea de buscar ideas sobre sacrificios efectivos, de esos que no persiguen la leyenda elegíaca, sino más bien, la contundencia de lo pragmático. Mi hermano mayor nos comparaba con aquellos obsesos entusiastas que quieren bajar de peso pero que no saben cómo hacerlo. Mi madre, más delicada y romántica que el resto, nos comparaba con una pieza de Beckett; pero su idea del absurdo nos hacía reír.
Somos cuatro y vivimos en la calle Cortaderas.
Como en cualquier hogar, en el nuestro existían también los deberes, aunque en estos últimos días habíamos perdido el entusiasmo por hacerlos. Mi madre apenas si cocinaba y mi padre gastaba sus últimos minutos en beber y en ver la televisión. Solo mi hermano mayor estaba empeñado en regar los geranios del jardín y en mantener el patio libre de hojas y polvo. Yo le ayudaba con la segunda planta. Sacudía los cojines de nuestros muebles, tendía las camas y limpiaba los pasadizos. Mis padres no hablaban mucho, el abandono ya es parte de ellos. Contar lo que hacemos es apenas una manera de llenar los vacíos de nuestra existencia. Ya no hay carcajadas ni reclamos, tampoco mandatos ni planes para el futuro, la sensación de estar haciendo las cosas por simple inercia se apodera de nosotros, y solo cuando alguien nombra nuestro trágico plan, sonrisas tímidas llegan acompañadas de entusiasmo. Hace poco vimos a un vecino decidirse a construir una piscina. Empezó cavando un inmenso hoyo, de seis metros por ocho, en el patio de su casa. Vimos también como desenterraba huesos de lo que parecían animales y fue cuando se nos ocurrió enterrarnos vivos. Era una opción macabra pero a la vez efectiva. Solo quedaba la cuestión de saber quién sería el que diera las últimas lampadas. Mi madre fue la primera en negarse, aducía que aunque le entusiasmaba ser la última en concretar el plan, le aterraba la idea de ser poseía por el instinto maternal. Mi padre solo quería recostare y sentir como la tierra lo sofocaba. Mi hermano mayor no estaba dispuesto a dejar de lado el placer de sentir el golpe de la tierra sobre su cuerpo, así que la responsabilidad recayó sobre mí. Ideé un plan ingenioso que consistía en construir una especie de trampa hecha con maderas que al ser activada por una palanca liberaría una gran cantidad de tierra mezclada con cal. En el fondo me importaba muy poco ser el último, lo único que valía la pena era saber que nuestro fin se concretaría, nada más que eso.
Nuestra casa no tenía un patio inmenso como las otras de Cortaderas. No era tan grande ni vistosa, pero sí poseía una inmensa sala cubierta de adoquines de vidrio que dejan traslucir la claridad del día. Esa sería nuestra tumba. Para llegar a la puerta que daba a la calle se tenía que atravesar una inmensa cochera llena de cachivaches, lo que impediría que cualquiera viera nuestras acciones. «Empezamos este fin de semana», ordenó mi padre. Nos procuramos de lampas y carretillas que compramos en la avenida Mariscal castilla. Yo iba con mi padre. Mi madre y hermano, en tanto, se dedicaron a desocupar la sala al ritmo de las canciones de Inti Illimani y Quilapayun. Por cuenta de mi padre corría los bufets de pollo a la brasa y anticuchos; yo dibujé los planos de mi trampa final, discutía con mi hermano sobre su diseño y sobre la calidad de los materiales. Recuerdo las ideas de mi padre, muy comprensible él supo ofrecerse a cargar la trampa con la tierra y cal. Adustamente me dio un abrazo al final de nuestra charla y del brazo me llevó a la cocina donde mi madre se entretenía soltando las costuras del vestido que usaría para el entierro.
Empezamos a romper las losetas de la sala un viernes en la noche, después de las caparinas. Y aunque tratamos de pasar desapercibos, nunca faltaron los curiosos. Dejamos que sospechasen, después de todo, a lo más que podrían llegar era a pensar que estábamos remodelando algún espacio de la casa. El primero en querer saber de nuestras actividades fue la bodeguera. Vino una tarde a preguntar si estábamos tumbando alguna pared porque, si era así, ella conocía a un buen albañil. Me sorprendió la tranquilidad con que mi madre le aceptó el número telefónico del hombre. Con el trascurrir de los días se acercaron más vecinos: la coja de la esquina, la anciana que regaba de manera obsesiva su jardín, el taxista que alguna vez me llevó al hospital por un problema con la
vesícula. .Todos querían meter sus narices en nuestra casa. El lunes dejamos la excavación y mi padre se fue a hacer sus labores (el hecho de morir no significaba que uno tenga que dejar de cumplir sus obligaciones). Tenía su propio centro de fotocopiado en un centro comercial. Mi madre continuaba deshaciendo su vestido y mi hermano en ordenar su habitación. Yo era el único que seguía trabajando en la trampa. Durante la cena nos divertíamos con las historias de cómo mi madre conoció a mi padre. Afuera, los vecinos seguían obsesionados por saber que pasaba adentro, sobre todo cuando vieron acumularse excesivo polvo en nuestro pórtico. Entre el rumor y el frío de la noche, nuestra tumba empezó a tomar forma. Una semana después acabamos con la fosa: tres metros de profundidad y lo suficientemente amplia como para toda la familia. Dos días después la trampa también quedó lista.
Llegados a este punto, no pudimos evitar que la gente se diera cuenta de lo que estábamos haciendo. Algunos impertinentes amenazaron con denunciarnos ante la municipalidad por el exceso de ruido que hacíamos y por el polvo que, supuestamente, llegaba hasta sus habitaciones. Todo era completamente falso, lo que buscaban era molestarnos, pero o que no sabían era que cada reclamo suyo era como una brisa reveladora que nos convencía aún más de dejar este mundo. Un conato de violencia se formó alrededor de nuestra casa cuando un estúpido quiso meterse para ver de qué tamaño era la construcción. Mi padre tuvo que sacarlo a patadas de la cochera, amenazando con llamar a la policía y denunciarlos a todos por intentar robarnos (si vieran los rostros de indignación que teníamos). Solo así pudimos calmarlos. Al día siguiente vinieron dos policías en momentos en que desayunábamos. Mi hermano fue quien los atendió. Hablaban con bastante calma y aunque en un inicio trataron de amenazarnos con elevar el asunto a una denuncia, pronto se vieron convencidos después de que mi hermano les pusiera un billete de doscientos soles entre las hojas de su agenda. «Trabajamos en algo pequeño, jefe, que poco o nada afectara a la constitucionalidad del país». Algunos vecinos oteaban desde sus ventanas, derrotados. Todo lo que podía hacer un billete de doscientos soles.
Nuestra última noche cenamos un cordero a la olla. Jamás el cordero me supo más delicioso que esa noche y más refrescante y dulce la coca cola. Un viento fresco entraba a la casa esparciendo un olor a tierra húmeda. Después de cenar instalamos con mi padre la trampa. Mezclamos con cal la tierra y cargamos la rejilla con ella. Comprobé que la palanca que soltaría la carga no estuviera trabada y luego subí a mi habitación. Los vecinos empezaron a apagar sus luces. Después de una oración en familia nos fuimos a nuestras camas, pero yo no podía dormir, la rabia que tenía me ascendía por el pecho hasta la garganta. Quería venganza. La luna bañaba las fachadas de las casas dándoles un tono fantasmal. Fui hasta la cochera, tomé dos tarros de pintura y me arrebujé con una frazada muy cerca de la ventana. Esperé a que cayera la madrugada para pintar en la paredes de las casas «Púdranse, hijos de puta». Luego de mi travesura regresé triunfal a la cama, más tranquilo y dispuesto a disfrutar de mis últimas horas de sueño. En el silencio que siguió, la luna se vio opacada por unas espesas nubes y la oscuridad llegó con su pesado manto. Unas horas después mi padre nos despertaba. Ya vestidos con nuestras mejores ropas nos dirigimos a la que sería nuestra tumba. Días antes habíamos decidido ingerir somníferos para ahogar el instinto de supervivencia que de seguro afloraría durante el rito. El hoyo húmedo como si de unas fauces se tratará nos tentaba. Primero vino mi madre, se recostó serena sobre el suelo y cerró los ojos. La vimos tan tranquila, como un ángel dispuesto a sacrificar su vida por todos los hombres de la tierra. Esperamos unos minutos hasta que los medicamentos hicieron efecto y luego empezamos a cubrirla. Mi padre sería el siguiente. Ya la claridad del amanecer se filtraba por nuestras ventanas. Debía darme prisa. Mi hermano se despidió de mí con un fuerte estrechón de manos y saltó a las fauces. Lo cubrí con alegría. Un gritó me alertó. ¿Se habrían dado cuenta ya de mi venganza? Tragué rápidamente el resto de pastillas que quedaban y me acosté, tiré de la palanca y la tierra cayó pesada sobre mi cara. La desesperación se apoderó de mí, empecé a agitarme y a abrir la boca. Sentí el sabor ferroso de la tierra en mi garganta, en mis pulmones y en mis ojos. Pasaron algunos minutos antes de que las pastillas me calmaran. En los últimos segundos que me quedaba rogué a Dios porque los vecinos no derribasen la puerta antes de que el aliento se me vaya. Soñé con animales y casas. También con los vecinos que de seguro estarían rabiosos al ver sus paredes decoradas con mi obra. Quedó el recuerdo de mi última cena, de mi última conversación con mi padre. Soñé con mi familia entera y con la puerta de la cochera que no había asegurado tras volver de mi fechoría.
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Minedu separa a más de 1000 docentes y administrativos por violación, terrorismo y otros delitos
Medida forma parte de la estrategia Escuelas Seguras, impulsada por el Gobierno para garantizar entornos escolares libres de violencia.

En el marco de las acciones orientadas a garantizar espacios seguros para los estudiantes, el Ministerio de Educación (Minedu) separó, entre el 1 de abril de 2024 y el 19 de junio de 2025, a 1031 personas (889 docentes y 142 trabajadores administrativos) que tienen condenas o procesos en curso por delitos como violación a la libertad sexual, terrorismo, homicidio, feminicidio, parricidio, entre otros. Estas personas ejercían funciones en 897 instituciones educativas públicas y 134 privadas en todo el país.
Del total, 163 personas con sentencia firme del Poder Judicial fueron separadas definitivamente del sistema educativo. Asimismo, 868 personas con procesos judiciales vigentes fueron separadas de manera preventiva, conforme a la normativa vigente.
El delito con mayor número de implicados corresponde a violación a la libertad sexual, con 868 personas (755 docentes y 113 administrativos). Le siguen los delitos de terrorismo y apología del terrorismo, con 80 personas (67 docentes y 13 administrativos), y el tráfico ilícito de drogas, con 22 personas (18 docentes y 4 administrativos).
“El Minedu trabaja de manera permanente para identificar y retirar del sistema educativo a quienes representen un riesgo para nuestros estudiantes. Nuestro compromiso es claro: las escuelas deben ser espacios seguros y protegidos”, afirmó el ministro de Educación, Morgan Quero.

La estrategia Escuelas Seguras es una prioridad del Gobierno de la presidenta de la república, Dina Boluarte, para garantizar aulas libres de violencia y asegurar la integridad de nuestros niños, niñas y jóvenes. Por ello, desde el primero de enero a la fecha se ha separado a más de 1819 docentes y personal administrativo con sentencia firme o procesos judiciales abiertos por delitos graves, como violencia sexual, homicidio y terrorismo, consolidando así una política firme y sostenida de protección a los estudiantes.
Adicionalmente, el Minedu mantiene bloqueados en el Sistema de Administración de Plazas a más de 2000 docentes denunciados por presuntas faltas muy graves, como violación sexual y terrorismo. Esta medida impide su contratación o nombramiento en instituciones educativas del país, como parte del compromiso del sector con la seguridad e integridad de los escolares.
Estas acciones se desarrollan en cumplimiento de la Ley 29988, que establece medidas extraordinarias para separar del servicio a personal docente y administrativo implicado en delitos de terrorismo, violación sexual y tráfico ilícito de drogas en instituciones educativas públicas y privadas.
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Guerra entre hermanos: Arturo y Carlos Álvarez se lanzan ‘puyazos’ por su progenitor
Arturo no le perdonaría que su hermano haya difundido un informe psiquiátrico sin su autorización, acusándolo de ser un “trome” para la imitación: “Es hora de quitarle la careta”.

Álvarez contra Álvarez. En pantallas todo es risa y espectáculo, pero apagadas las luces los hermanos Arturo (54) y Carlos Álvarez (61) no pueden verse frente a frente por unas recientes declaraciones del candidato a la presidencia de la República, quien dejó muy mal parado al progenitor de ambos, calificándolo como un “lastre” y resaltando sus problemas con el alcoholismo durante toda su vida.
Ante ello, Arturo, comediante e imitador al igual que su hermano, salió en defensa de su padre fallecido, acusando a su hermano que en realidad todos los actos que viene realizando, supuestamente benéficos, tienen un trasfondo calculador, dirigidos para mejorar su imagen en campaña. “Mi hermano ayuda mucho a los niños, no sé si para tener réditos o lo hace de corazón”, indicó.
Mientras que Arturo ha decidido mantenerse en el mundo del espectáculo y la comedia, su hermano Carlos durante los últimos meses viene probando suerte en la política, anunciando su candidatura presidencial. Al respecto, Arturo viene mostrando su desacuerdo con la idea de que la gente vote por su hermano solo porque es un gran artista, sin considerar su esfera privada, la misma que viene siendo revelada por su propio pariente.
“Muchos lamentablemente votan porque como es un gran artista debe ser presidente, entonces disculpa, yo tengo amigas, entonces mi amiga la Pánfila va a ser ministra”, expresó Arturo con ironía.

La situación ha pasado de ser un mero conflicto familiar a una disputa judicial cuando se supo que Carlos le habría entregado un informe psiquiátrico de su hermano a un programa de farándula, con la intención de desacreditarlo.
“Es un golpe bajo y un delito que mi abogado va a tomar cartas en el asunto. Me duele porque lo hace gente de su campaña. Pero si él está jefaturando esto, él debe dar el visto bueno a eso (…) No es malo. Creo que estamos en una sociedad enferma. Lo malo sería no acudir estando mal”, indicó.
“Más que en contra mía, está en contra de todo lo que le impida llegar al poder. Carlos es un trome en la imitación, entonces mucho ojo, oiga con lo que voy a decir. Es muy trome, pero es hora de quitarle la careta”, advirtió Arturo sobre su propio hermano, deslizando la idea de que efectivamente todo se trataría de una enorme puesta en escena para ganarse el apoyo de los ciudadanos en su postulación.
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Perú al borde del abismo: solo un milagro la mantiene con vida rumbo al Mundial 2026
La blanquirroja en la cuerda floja.

La selección peruana atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente en las Eliminatorias Sudamericanas. Con los resultados de la fecha 16 ya definidos y el empate sin goles ante Ecuador en el Estadio Nacional de Lima el pasado 10 de junio, la Bicolor se encuentra en una situación desesperante que requiere de un verdadero milagro para mantener vivas sus aspiraciones mundialistas. Al 13 de junio de 2025, Perú ocupa la novena posición de la tabla con apenas 12 puntos, producto de dos victorias, seis empates y ocho derrotas en 16 partidos disputados. La diferencia de gol de -11 refleja las dificultades ofensivas que han caracterizado el proceso dirigido por Óscar Ibáñez.
El nuevo panorama sudamericano
El panorama actual de las Eliminatorias Sudamericanas presenta un escenario donde solo Argentina ha asegurado matemáticamente su clasificación al Mundial 2026, liderando la tabla con 35 puntos y una diferencia de gol de +19. Detrás del combinado albiceleste, Ecuador y Brasil están bien posicionados en la tabla, pero aún no han asegurado matemáticamente su pase al mundial tras el empate conseguido en Lima, sumando 25 puntos que los mantienen en los primeros lugares. La nueva realidad del Mundial de 48 equipos ha ampliado las posibilidades para Sudamérica, que ahora cuenta con seis cupos directos más uno adicional para el repechaje intercontinental, una ventaja que paradójicamente no ha beneficiado a Perú debido a su pobre rendimiento.
Paraguay ocupa la quinta posición con 24 puntos, mientras que Uruguay se ubica cuarto con la misma puntuación pero mejor diferencia de gol. Colombia, que empató 1-1 con Argentina en la misma fecha, mantiene 22 puntos en el sexto lugar, cerrando momentáneamente la zona de clasificación directa. Venezuela, con 18 puntos en la séptima posición, controla actualmente el cupo del repechaje, seguida por Bolivia con 17 puntos. La eliminación matemática ya tocó la puerta de Chile, que suma apenas 10 puntos tras su derrota 2-0 ante Bolivia en El Alto, convirtiéndose en el primer país sudamericano prácticamente fuera de la carrera mundialista.
Las casas de apuestas internacionales han ajustado dramáticamente las cuotas relacionadas con las posibilidades peruanas de clasificación, reflejando el pesimismo generalizado tras los últimos resultados. Las probabilidades de clasificación directa de Perú han caído por debajo del 5%, mientras que las opciones de alcanzar el repechaje oscilan entre 15% y 20% según diferentes operadores. Betano, una de las plataformas más populares entre los aficionados peruanos, ha lanzado promociones especiales para atraer nuevos usuarios durante esta fase decisiva de las eliminatorias, ofreciendo bonos de bienvenida atractivos para quienes se registren durante junio. Los interesados pueden acceder a estas ofertas revisando el código promocional Betano términos y condiciones, donde se detallan los requisitos y beneficios disponibles para apostadores primerizos. Estas estimaciones reflejan tanto el rendimiento reciente del equipo como las proyecciones de los modelos estadísticos utilizados por las casas de apuestas.
La ecuación matemática casi imposible
La matemática cruel muestra que Perú necesita una combinación casi perfecta de resultados para mantener vivas sus esperanzas. Con solo dos fechas restantes en las eliminatorias, la selección nacional debe ganar sus dos partidos restantes (ante Uruguay de visita y Paraguay de local). Sin embargo, estos resultados por sí solos no garantizan nada, ya que Venezuela debe tropezar significativamente en sus compromisos pendientes para que Perú pueda desplazarla del séptimo puesto que otorga el repechaje.
El equipo dirigido por Ibáñez ha mostrado cierta solidez defensiva en condición de local, manteniendo la portería en cero en tres de sus últimos cinco partidos en Lima. Pedro Gallese continúa siendo una figura confiable bajo los tres palos, liderando las estadísticas de pases completados entre los arqueros de la competición con 34 intentos exitosos en la última jornada. La dupla defensiva central formada por Carlos Zambrano y Renzo Garcés ha demostrado experiencia y carácter, aunque la falta de gol sigue siendo el talón de Aquiles de un equipo que promedió menos de un tanto por partido durante todo el proceso eliminatorio.
Venezuela, el principal rival directo de Perú en la lucha por el repechaje, afronta sus partidos restantes con la ventaja psicológica de manejar su destino. La Vinotinto recibe a Paraguay y visita a Colombia en sus dos compromisos finales, encuentros donde un triunfo y un empate le garantizarían mantener su posición privilegiada. Bolivia, aunque matemáticamente viva, enfrenta un calendario complejo que incluye visitas a Brasil y Argentina, lo que reduce considerablemente sus opciones reales de alcanzar los 20-21 puntos que históricamente han sido suficientes para el séptimo lugar.
La historia no acompaña a la Bicolor
El factor histórico tampoco favorece a Perú en esta recta final. La selección nacional no logra vencer a Uruguay en Montevideo desde 1999, mientras que Paraguay siempre se ha mostrado como un rival incómodo en Lima. Ecuador, que ya tiene su clasificación prácticamente asegurada, podría presentar un equipo alternativo en la última fecha, aunque tradicionalmente los equipos sudamericanos mantienen la competitividad hasta el final de las eliminatorias por respeto al torneo y a sus propios procesos formativos.
Un futuro incierto
La realidad indica que las posibilidades peruanas de clasificar al Mundial 2026 son mínimas, requiriendo una conjunción de resultados favorable que bordea lo imposible. La eliminación matemática podría confirmarse incluso antes de la próxima fecha si Venezuela suma puntos ante Paraguay. Para una selección que alcanzó el repechaje en dos procesos consecutivos bajo la conducción de Ricardo Gareca, la actual situación representa un retroceso doloroso que obliga a una reflexión profunda sobre el futuro del fútbol peruano y la urgente necesidad de renovación generacional que permita recuperar el nivel competitivo perdido en los últimos años.
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Estudiantes de la UNFV toman desde anoche la sede principal [VIDEO]
Universitarios denuncian que muchos de ellos hasta la fecha no aparecer registrados como matriculados, y exigen una mayor celeridad de parte de la administración de esa casa de estudios para regularizar sus matrículas.

Casa tomada. Ya estamos a mitad de año, pero increíblemente decenas de estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) se encuentran en una condición sui géneris. Van a clases, rinden exámenes, ingresan a sus facultades con sus libros y anotaciones, pero en papeles ¡no son estudiantes de esa casa de estudios!
A pesar de que las clases en la sede de la UNFV, ubicada en la avenida Nicolás de Piérola, iniciaron en el mes de abril, increíblemente los universitarios no cuentan con una matrícula formal y es que, según cuentan los manifestantes, el área administrativa de esa universidad no los tiene registrados. Ellos, explican, que esto le trae una serie de inconvenientes como el acceso al comedor universitario o el beneficio del medio pasaje en el transporte público que le otorga su carné universitario.
“Estamos a mitad de año, ya pasaron los exámenes parciales y aún no se ha abierto la matrícula para estudiantes de segundo a quinto año en la Facultad de Humanidades. Sin matrícula, nuestros esfuerzos no serán reconocidos, perderemos el acceso a servicios y corremos el riesgo de perder el año académico”, expresó uno de los dirigentes estudiantiles a través de un megáfono durante la protesta.
Pero eso no es todo. Los manifestantes sostienen que ese problema también se da en la facultad de Ciencias, donde se estarían perjudicando alrededor de 300 estudiantes de esa universidad nacional.
Los estudiantes indicaron que tras varias semanas de marchas pacíficas y reclamos decidieron tomar una medida más drástica para exigir una mayor celeridad en la regularización de sus matrículas. Indicaron que esperan en la brevedad un pronunciamiento de la rectora Cristina Alzamora, caso contrario continuarán de manera indefinida con la toma de esa sede.
Además, mostraron preocupación por las próximas elecciones estudiantiles, ya que no existe un padrón claro de alumnos habilitados para participar. “Se vienen las elecciones a cogobierno y no se sabe quiénes son oficialmente los estudiantes. Ya hicimos más de tres plantones, pero las autoridades no nos dan solución, por eso tomamos la sede central”, indicaron.
Por su parte, la UNFV anunció a través de su página oficial en Facebook que las clases se desarrollarán de manera remota hasta el domingo 22 de junio, como medida temporal para evitar mayores inconvenientes en las actividades académicas y administrativas mientras se resuelve el conflicto.
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En menos de tres meses, mueren profesor y estudiante tras caídas en la UTEC de Barranco [VIDEO]
La UTEC asegura activar protocolos de seguridad, pero en poco más de dos meses hay dos fallecidos. Mientras tanto, la universidad guarda silencio, limita la información pública y alega que los casos aún están en investigación.

Un nuevo incidente enluta a la comunidad de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). Un estudiante falleció este miércoles 19 de junio tras caer desde un piso alto dentro del campus ubicado en el jirón Medrano Silva, en el distrito de Barranco. La noticia fue confirmada por la propia universidad mediante un breve comunicado en sus redes sociales, donde anunció la suspensión de todas las clases presenciales y virtuales por dos días.
“Dada esta triste situación, hemos activado los protocolos correspondientes”, indicó la institución, agregando que las actividades se retomarían de forma virtual el sábado 21 de junio. Además, señalaron que “se continuará colaborando con las autoridades para esclarecer los hechos”.

No obstante, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el manejo comunicacional ha sido altamente hermético. No se han brindado detalles sobre las circunstancias del suceso, ni se ha explicado qué tipo de protocolos se han activado específicamente. Esta falta de transparencia genera preocupación y desconcierto, especialmente considerando que este es el segundo caso similar en apenas dos meses y medio.
En abril pasado, un docente también falleció al caer desde uno de los edificios del mismo campus. En esa ocasión, la UTEC emitió un comunicado casi idéntico, anunciando una investigación, suspendiendo clases y expresando condolencias, pero sin ofrecer explicaciones claras ni asumir responsabilidad alguna.

Ambos casos, aunque en investigación, reflejan un patrón preocupante. Si la universidad asegura seguir protocolos de seguridad, ¿por qué no se han reforzado las medidas preventivas en los diferentes pisos y estructuras del campus?
Las muertes trágicas de un profesor y ahora un estudiante no pueden quedar reducidas a comunicados breves y silencios institucionales. La comunidad universitaria y la opinión pública merecen respuestas claras, acciones visibles y un compromiso real con la prevención y la seguridad.
Estudiante de la UTEC cae al pavimento en las instalaciones de la universidad y fallece. @UTECuniversidad pic.twitter.com/HF9l8aZOVV
— Revista Lima Gris (@Limagris) June 19, 2025
Actualidad
Jesús María vivió su propia Champions League: exitosa primera edición reunió a más de 200 vecinos
16 equipos compitieron por la Copa “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚”.

Con emoción, goles y espíritu vecinal se vivió la primera edición del campeonato relámpago “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚!”, organizado el pasado sábado 14 de junio como parte de las celebraciones por el Día del Padre. El evento, que congregó a más de 200 vecinos y vecinas, se convirtió en una verdadera fiesta deportiva con transmisión y narración en vivo, almuerzo comunitario y una final de infarto definida por penales.
Aunque inicialmente se tenía previsto realizar el torneo en las canchas del Club Lawn Tennis, los equipos fueron sorprendidos al llegar y encontrarse con la negativa de uso del espacio por “orden superior”, sin explicación clara. No es la primera vez que ocurre algo similar: ya durante el Día de la Madre, otra actividad vecinal programada en el restaurante “Megapollo” fue suspendida tras una clausura de última hora por parte del área de fiscalización del municipio. Sin embargo, gracias a la rápida reacción y buena organización del equipo de Luiz Carlos Reátegui, aquella actividad logró realizarse exitosamente en otro local, reuniendo a más de 600 madres jesusmarianas.

Este campeonato relámpago pese a los intentos vanos de impedirlo y obstaculizarlo, siguió adelante gracias a la buena predisposición, apoyo, cariño, respaldo vecinal y el entusiasmo de los participantes. En total, más de 16 equipos de categoría libre (conformados por vecinos de distintas edades y zonas del distrito) disputaron partidos intensos y llenos de camaradería. La gran final fue digna de una Champions League: ambos equipos ingresaron en formación por el centro de la cancha, ante los aplausos de los asistentes, y el título se definió con goles que son amores, elevando la emoción al máximo.
El evento fue transmitido en vivo a través de la fanpage oficial de Luiz Carlos Reátegui, quien además animó la jornada junto al narrador deportivo del evento, con humor, cercanía y mucho carisma. El stream(transmisión) obtuvo miles de reproducciones.

Durante la premiación, los campeones alzaron la Copa a escala real en medida y peso oficial de la Champions League, que simbolizó el esfuerzo y la pasión de todos los vecinos participantes. Luiz Carlos Reategui cerró el evento anunciando que este campeonato se repetirá cada año, como parte de su propuesta de convertirlo en una tradición deportiva para Jesús María durante su próxima gestión.
El equipo de Reátegui de la mano de su liderazgo ha vuelto a salir airoso una vez más, demostrando con resultados evidentes la capacidad de dirección, organización y gestión.
Actualidad
Paro Nacional de Transportistas: más asesinatos y un gobierno ausente
Mientras las mafias siguen matando a transportistas en todo el país, Dina Boluarte guarda un silencio cómplice. La falta de acción y de liderazgo ha convertido las carreteras en territorios sin ley. Los transportistas paralizarán el país este 18 de junio exigiendo lo que siempre se les garantizó: seguridad y justicia.

Los gremios de transportistas han anunciado un paro nacional para este miércoles 18 de junio, en protesta por la alarmante ola de violencia que azota a su sector. La medida, que iniciará a las 00:00 horas y se extenderá hasta las 23:59, incluirá concentraciones en puntos clave de Lima, Callao y otras regiones.
La Confederación Nacional de Transportistas del Perú (CNTP), la Asociación Nacional de Transportistas (ANTRA) y otros colectivos lideran esta jornada de protesta, tras registrar al menos 15 conductores asesinados en lo que va del año. Las mafias que cobran cupos y extorsionan operan con total impunidad en las rutas del país, mientras el Ejecutivo, encabezado por Dina Boluarte, guarda un silencio cómplice.
Los puntos de movilización en Lima incluyen el Óvalo Santa Anita, el puente Los Ángeles (SJL) y la Plaza Bolognesi. En el Callao, el Óvalo La Perla será el epicentro. El impacto será grave: rutas interprovinciales y urbanas paralizadas, con serias consecuencias para el transporte de pasajeros y mercancías.
Los gremios exigen un plan nacional de seguridad para el sector transporte, mayor presencia policial en zonas críticas y, sobre todo, una respuesta política firme. Pero hasta el momento, el Gobierno no ha emitido ningún pronunciamiento, demostrando su total desconexión con la realidad que viven miles de trabajadores diariamente.
El silencio del Ejecutivo frente a las extorsiones, asesinatos y amenazas sistemáticas refleja una grave irresponsabilidad. Dina Boluarte ha optado por mirar a otro lado, mientras los transportistas mueren en las carreteras y los ciudadanos quedan a merced del crimen organizado.
La protesta no es solo por ellos, advierten los voceros de los gremios. La seguridad en las vías es un problema nacional que afecta la economía, la movilidad y la vida misma de todos los peruanos. Si no hay una respuesta inmediata, el paro podría volverse indefinido.
La indiferencia del Gobierno de Dina Boluarte ya no es tolerable. La ciudadanía exige acción, no excusas.
Actualidad
¿Se cae Larcomar? Municipalidad de Miraflores clausura temporalmente centro comercial
Tras inspección municipal se detectaron grietas, instalaciones expuestas y fallas en medida de seguridad.

El sismo de magnitud 6.1 ocurrido el pasado domingo afectó a todos los limeños sin distinguir clases social o distrito. Varias viviendas, colegios, instituciones públicas y centros comerciales resultaron afectados de manera diversa. A propósito de los últimos, la Municipalidad de Miraflores empezó a realizar inspecciones inopinadas en diferentes lugares de su jurisdicción.
Tras la inspección de Visita de Inspección Seguridad en Edificaciones (VISE) personal de la municipalidad identificó grietas en zonas de tránsito de visitantes, instalaciones eléctricas expuestas y deficiencias en la implementación de medidas de seguridad, entre otros problemas.

Al respecto, señalaron que estas observaciones ponían en riesgo la integridad física de los vecinos, turistas nacionales y extranjeros, por lo que también se revocó el certificado ITSE (Defensa Civil) de Larcomar.
En tanto, el municipio miraflorino anunció que ampliará las inspecciones a otros espacios públicos del distrito, como la Huaca Pucllana, el café Buenavista, el Beso Francés, playas de estacionamiento y locales ediles, con el objetivo de verificar el cumplimiento de las normas de seguridad.

Estadio Manuel Bonilla bajo riesgo de colapso
Otro emblemático centro miraflorino que se encuentra muy cerca del acantilado es el Coliseo Niño Héroe Manuel Bonilla, que hasta la fecha se encuentra clausurada de manera permanente por detectarse severos problemas en el suelo del recinto deportivo, haciendo casi imposible cualquier plan para su refacción. Es más, expertos indican que probablemente esté al punto del colapso.
Uno de los principales obstáculos para la recuperación del coliseo Manuel Bonilla es la presencia de corrientes de agua y humedad bajo el suelo, lo que complica cualquier intento de remodelación. Según explicó el asesor legal de la municipalidad de Miraflores, Lino de la Barrera, estas condiciones requieren una cimentación profunda y especializada, lo que eleva los costos de reparación a aproximadamente 50 millones de dólares. Este monto, según indicó, está fuera del alcance del presupuesto municipal actual.

Durante décadas, el coliseo Manuel Bonilla funcionó como un importante escenario deportivo y cultural. Este espacio fue utilizado para diversos eventos, como competencias de voleibol, básquetbol, boxeo y actividades culturales, siendo uno de los recintos más representativos de la ciudad.
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