Opinión
De inga y de mandinga
Lee la columna de Raúl Villavicencio

Por Raúl Villavicencio
Puede que muchos, en algún momento de sus vidas, se hayan sentido discriminados o menospreciados por su color de piel, su apellido no compuesto, la manera en que hablan o las costumbres que traen de familia; podría decirse que a la gran mayoría de peruanos le ha pasado. Ello puede ocurrir en el centro de trabajo, en el colegio, en la calle o quizás en un espacio público como una playa de nuestro litoral. En fin, en realidad en cualquier lado donde vean a alguien como un ‘bicho raro’.
La discriminación no apareció recientemente en nuestra sociedad, sino que se remonta de siglos pasados, amoldándose a la actualidad gracias a las redes sociales que otorgan cierto manto protector al emisor de los comentarios.
Ese mal que impide el normal desarrollo de la personalidad del individuo también se puede ver reflejado en los propios medios de comunicación que intentan solo mostrar a determinadas personas con rasgos físicos ‘aceptables’ por una minoría, pero es esta la que impone sus gustos a la sociedad. Ya las portadas de revistas de moda o los anuncios publicitarios se encargan de sugestionar a las masas a aspirar a cierta forma de vestir o hablar.
Ese sesgo muchas veces afecta de tal manera al sujeto en su vida laboral, dificultándole su normal desenvolvimiento, limitándolo o estancándolo en un puesto, haciendo imposible que obtenga un mejor salario y por ende una mejor calidad de vida.
No todos se sinceran cuando les preguntan si en alguna ocasión uno cometió algún acto racista en la calle o en algún otro lado, la mayoría responderá de manera negativa, pues de contestar de afirmativamente recibirán el rechazo de todos; sin embargo, en su interior respondieron que sí. Ese ‘cholo de m…’ o ‘serrano de …’ quedará en el inconsciente de muchos sin medir lo que podría afectar en el otro.
Perú de todas las sangres y colores, repiten muchos de la boca para afuera, solo para quedar bien, pero vale preguntarse qué tanto estamos haciendo para que realmente seamos una sociedad tolerante, sin caretas ni hipocresías, donde verdaderamente se permita, sin que uno se sienta obligado o condicionado de hacerlo, a recibir y aceptar al otro con todas sus diferencias, de todo corazón. ¿Será eso posible alguna vez?
(Columna publicada en Diario UNO)

Por Edison Mamani
Rosselli Amuruz es un cuadro de derecha que pertenece a la llamada “tecnocracia”, y se encuentra en la bancada Avanza País, que es la preferida por una parte del sector empresarial. Tiene la nota de 15, a pesar de los errores políticos, las denuncias que ha recibido y los escándalos en los que se ha visto involucrada. Sobresale ligeramente por encima de sus compañeros de bancada, aunque Karol Paredes tiene mayor potencial político y mejores resultados, considerando que partía de una posición más baja.
Amuruz ha mostrado su intención de volver a ser parte de la mesa directiva, pero en la llamada lista 2, liderada por José Cueto, recibiendo el mote de ser “la vocera de Cueto”, luego que el grupo que controla el Congreso, desde hace dos semanas, ha dejado de lado a Avanza País y ha preferido a Acción Popular, en la llamada lista 1, liderada preliminarmente por José Jerí.
Sin embargo, esta situación de alarma en el bloque que controla el Congreso, es consecuencia no solo de la voluntad de Amuruz, sino también de otros factores. Primero, se debe tomar en cuenta la postura del partido Avanza País, con Phillip Butters: También quieren ser una «oposición responsable», pero eso no es compartido por todos los miembros de la bancada. Segundo, esta indecisión se debe a la falta de liderazgo y a la división interna en la bancada, pero que no viene de ahora sino desde julio 2021. José Williams podrá ser un gran héroe, pero nunca ha tenido el liderazgo necesario. Tercero, recordar que Avanza País tiene una ideología de derecha, pero también progresista de derecha (caviar de derecha). Son muy tibios o muy ambiguos en algunas decisiones importantes, pero en otras son muy radicales.
Todo lo anterior puede servir de justificación para que los parlamentarios de Avanza País utilicen la duda metódica, sin embargo, se enfrentan a una cruda realidad: Actualmente solo tienen 6 integrantes y ya pocos lo toman en serio al momento de las negociaciones. Es el patito feo del bloque que controla el Congreso. En ese sentido, otro argumento válido al momento de tomar una decisión será que nadie apunta a perdedor. También es necesario recordar que la bancada siempre ha estado distante del partido, así que las decisiones de este último poco influyen al primero. El partido al que ellos respetaban se fue con Hernando de Soto.
Finalmente, una pequeña aclaración con respecto a Acción Popular. Hay rumores de que ambas bancadas están jugando con la lista 1 y la lista 2, sin embargo, la situación interna de ambas es distinta. En Acción Popular no hay división insalvable porque al final manda el partido. En Avanza País la división es consistente en el tiempo y el partido no es un referente. En Acción Popular ya tienen definido a su candidato preliminar. En Avanza País no se sabe nada porque cada quien dice algo distinto. En Acción Popular están muy confiados en conseguir una vicepresidencia, incluso inicialmente pensaban en la misma presidencia. En Avanza País ya se están conformando poco a poco de que este año no habrá vicepresidencia para ellos, aunque tal vez comisiones importantes. Sin embargo, nada está dicho en política.

Por Edison Mamani
Artículo publicado el 16 se mayo de 2025.
En diciembre me hicieron esa pregunta y yo respondí, José Jerí (Somos Perú). Luego de la denuncia de violación el panorama cambia. Actualmente, tengo dudas. En consecuencia, si no estamos seguros de quién será presidente, podríamos analizar quién no será presidente.
Primero, tengamos claro el mapa general. Son 13 bancadas y 6 no agrupados. 130 otorongos.
Segundo, descartemos a la izquierda y progresistas. Perú Libre, Juntos por el Perú, Bancada Socialista y Bloque Democrático.
Tercero, analicemos el caso especial del Bloque Magisterial, quienes si bien son una bancada de izquierda han demostrado en la práctica ser oficialista en el 50+1 de los casos más relevantes. Además, existe una figura interesante, Alex Paredes.
Cuarto, ahora veamos las 4 bancadas de centro: Alianza para el Progreso, Somos Perú, Acción Popular y Podemos Perú. Los tres primeros son centro derecha. Podemos Perú es inestable. En el caso de APP sería ridículo pensar que le darán el poder por cuarta vez, sobre todo por las últimas críticas de copamiento. En Somos Perú no hay cuadros relevantes excepto José Jerí, que está golpeado por la denuncia de violación, pero si su tema se archiva podría tener una oportunidad, siempre con el argumento de que ya no hay más alternativas. Acción Popular ya ejerció una vez el poder. Sin embargo, a falta de propuestas podrían aprovechar la coyuntura complicada, y el hecho de que ahora son una bancada unida bajo el liderazgo del partido y tienen una inclinación de centro derecha (ya no centro izquierda). Finalmente, Podemos Perú, tiene 14 integrantes, empatando con APP en ser la segunda fuerza política del Congreso, que el año pasado mostró sus músculos en las elecciones, pero que al final quedó en nada. El problema es que es una bancada semáforo e inestable, donde hay derecha, Izquierda, centro y progresistas, creando desconfianza en la opinión pública, y en la derecha misma. No sabemos cuál será el rumbo del Congreso en manos de un congresista populista sin consistencia ideológica. Mañana podría pedir una revolución, pero pasado mañana una contrarrevolución, o ambas cosas a la vez. Podrían y deberían aspirar a tener una vicepresidencia.
Quinto, las bancadas de derecha: Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular y Honor y Democracia. Los 2 primeros forman parte del llamado pacto por la gobernabilidad (con APP y Somos Perú). Los 2 últimos están alejados del poder, a pesar que son de derecha, porque los primeros los catalogan de «derecha radical», indirectamente están utilizando la llamada cultura de la cancelación para sacarlos del juego. Lo curioso es que Renovación Popular hizo lo mismo con el partido de Antauro. Por otro lado, Fuerza Popular siempre ha merecido ocupar la presidencia por ser la primera fuerza política, pero tienen temor de que puedan despertar el «sentimiento anti». Avanza País, ya ha ocupado la presidencia, y ahora son solo 6 integrantes, es decir, cuentan con pocos recursos si quisieran repetir el plato, pero estamos en una situación de emergencia.
Conclusiones: La premisa es que en esta última legislatura la ideología de centro derecha seguirá manejando el Congreso, a pesar del contexto de las elecciones del 2026. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que ya no hay bancadas disponibles totalmente. Entonces, debido a la presión de la coyuntura, se podrían plantear diversos escenarios. Descartemos de plano a las 4 bancadas de izquierda y progresistas (que dicen que son de izquierda). Te quedan 9 bancadas. Ahora descartemos a las llamadas bancadas de “derecha radical”, Renovación Popular y Honor y Democracia. Te quedan 7 bancadas. Ahora a Podemos Perú, por ser inestable, y Alianza para el Progreso, porque ya estuvo tres veces en el poder. Te quedan 5 bancadas: Fuerza Popular, Avanza País, Acción Popular, Somos Perú (José Jerí) y Bloque Magisterial (Alex Paredes). Esa es mi proyección, pero obviamente hay mucho camino por recorrer.
Opinión
Podemos Perú es el principal promotor de la precandidatura de José Cueto
Lee la columna de Edison Mamani

Por Edison Mamani
Estando julio de 2025, no julio de 2021, donde un análisis equivocado podría tener justificación, anunciar públicamente que Podemos Perú votará en bloque es no haber leído mi Mapa Político del Congreso. Tal vez voten en mayoría, 7 a 6, 8 a 5, etc., pero en bloque es una palabra que solo compete a una bancada que tiene una ideología y una disciplina partidaria, como Fuerza Popular, por ejemplo, no cuatro ideologías a la vez: centro, izquierda, derecha y progresistas. No estoy afirmando que no se pueda dar, mañana también puede caer un meteorito, solo estoy señalando que la probabilidad es muy baja.
Cuando hay ideologías distintas priman más los intereses individuales que la postura de grupo, y nadie vota a perdedor sino a ganador, teniendo en cuenta que no solo está en juego la presidencia del Congreso sino las presidencias de comisiones, incluso hasta puestos de trabajo. La repartición de la torta es muy amplia y variada.
No sé lo que ha pasado, sin embargo, tengo buena imaginación, y casi siempre acierto, además he leído todos los datos que se han propalado y propagado desde hace dos semanas, llegando a la siguiente novela: Podemos Perú quería llegar al poder, pero les dijeron que no, o simplemente querían asumir la narrativa de una «oposición responsable». Ambas hipótesis son válidas. Entonces se pusieron a pensar en la mejor opción, y dijeron que si apoyaban a alguien de izquierda o a un progresista nadie lo tomaría en serio porque no tendría los votos, lo cual es evidente, luego pensaron en alguien del centro, descartando a Alianza para el Progreso y Somos Perú, porque forman parte del bloque que controla el Congreso, quedando solo Acción Popular, pero no era confiable porque jugaba con ambos bandos, y en todo caso decidieron seguirles la corriente pero solo para una vicepresidencia. En ese sentido, solo quedaba dos bancadas de derecha que no formaban parte del bloque que controla el Congreso, porque tenían el mote de «bancada radical», o simplemente también querían ser una «oposición responsable». Esas bancadas eran Renovación Popular y Honor y Democracia, la segunda consecuencia de la primera, ambas promueven la vida y la familia. Ya antes el primero había dicho que no participaría (López Aliaga se lanzará a la presidencia de la República, aunque lo niegue). Solo te queda Honor y Democracia. Preguntaron a Jorge Montoya y luego a Gladys Echaíz, incluso a Héctor Acuña, pero fueron rechazados, porque o bien no creían que tenían posibilidades o bien no querían «quemarse» viendo las elecciones 2026. En ese sentido, el elegido fue José Cueto.
Encontrado el objetivo, Podemos Perú, convocó a diferentes reuniones a las bancadas de izquierda y a los progresistas, junto a Renovación Popular, pero estando a pocos días de las elecciones no hay nada definido todavía, solo promesas y narrativas creadas más que resultados. Desde hace dos semanas la lista 1 tiene de forma preliminar nombres en la presidencia y en las tres vicepresidencias, pero la lista 2 ninguno.
La crítica principal a José Cueto no viene de la izquierda, sino del lado caviar. Cueto es un anticaviar, convicto y confeso. La probabilidad de que Ruth Luque vote por José Cueto es de 0.1%. Es más fuerte el caviarismo que el antifujimorismo: Esa es la verdadera razón de la lista 3. Paradójicamente, Carlos Zeballos, no es caviar propiamente, ha estado en 5 bancadas, es progresista de izquierda, progresista de derecha, centro izquierda o derecha, o todos a la vez, porque es muy pragmático, incluso apoyó a Pedro Castillo y a Dina Boluarte, con sus acciones y omisiones: Solo está aprovechando ese caviarismo a su favor. Una especie de Vizcarra del Congreso.

Por Jorge Linares
Este fin de semana, los ánimos se encendieron en la selva. Personajes ligados a la política, chaperones y oportunistas prontuariados de la construcción civil con tufillo político se pronunciaron ante el robo del cetro a nuestra hermosa representante peruana en el certamen de belleza de la “Confraternidad Amazónica”. El título ya estaba perdido y, como era de esperarse, las redes sociales desbordaron frases que iban desde chauvinistas hasta racistas contra las participantes. Sin duda, un hecho lamentable.
Sin embargo, más allá de este desenlace bullanguero, hubo un viaje silencioso y sospechosamente sincronizado. Un grupo de 13 personas de la Gerencia Regional de Salud de Loreto decidió trasladarse “coincidentemente” en las fechas de la celebración colombiana para realizar inspecciones en los dos centros de salud I-3 de nuestra triple frontera: Santa Rosa y Yavarí.
Desde gobernantes regionales anteriores hasta el actual, hoy dirigido por un médico de profesión, se viene robando el derecho fundamental a la salud a más de seis mil pobladores de Santa Rosa de Loreto y casi trece mil del Yavarí. Pero, claro, en Iquitos y menos aún en los pasillos del Gobierno Regional de Loreto, esto no es relevante ni genera escándalo. Al final, se trata de personas que viven en la frontera y, políticamente, no suman votos.
Esta práctica se ha convertido en una rutina para la GERESA LORETO, institución que debería velar por el bienestar y la salud de los peruanos más vulnerables. Para muestra, basta un botón: en 2024 también vimos a una cuadrilla de 24 ilustres “turistas” de esta misma gerencia, repitiendo la modalidad.
Así funciona: los “tramitadores documentarios” llegan, pegan sus papelotes en los murales de los centros de salud, cruzan el río y chapalean hacia Leticia (Colombia) o Tabatinga (Brasil), donde llenan sus bolsos y maletas con chocolates, garotos, perfumes, zapatos y ropa. Después, retornan plácidamente a Iquitos, misión “cumplida”.
Sabemos que esta semana deberán rendir cuentas de sus viáticos otorgados por el Estado, presentando actas, fotos y toda evidencia para justificar su viaje. Sin embargo, si realmente quisieran aportar algo en estas inspecciones, deberían saber que ambos centros de salud carecen de un médico especialista en cirugía general y menos aún de un ginecólogo, a pesar de la alta demanda de partos en la zona. Los jóvenes médicos que realizan su SERUMS están a punto de regresar a sus ciudades, y mientras tanto atienden un promedio de 30 a 40 pacientes por día.
Además, los equipos de rayos X y los esterilizadores están casi obsoletos. No cuentan con electrocardiógrafos, unidades electroquirúrgicas, respiradores artificiales (urgentes para niños), máquinas de anestesia para procedimientos menores, mesas quirúrgicas ni implementos básicos para emergencias como un coche de paro. Todo esto ha sido reportado una y otra vez por los propios médicos residentes a los burócratas de GERESA.
Paradójicamente, es el Hospital San Rafael en Leticia (Colombia) y el Hospital de Tabatinga (Brasil) los que muchas veces reciben a los peruanos de esta frontera, brindándoles atención solidaria y desinteresada, estabilizando a los pacientes críticos para luego derivarlos a Iquitos.
La salud no debería ser un privilegio ni un favor político; es un derecho. Mientras tanto, en esta triple frontera, nos arrebatan no solo coronas, sino vidas. Ojalá algún día, más allá de cetros, los gobernantes devuelvan la dignidad que nos han robado.
Opinión
Liderazgo: Ricardo Belmont en Perú y ayer Miguel Ángel Cornejo en México
Lee la columna de Rafael Romero

Por Rafael Romero
En medio de un mundo generalmente apático, indiferente y mezquino, donde muchos quieren “servirse sin servir”, aparecen algunos idealistas y soñadores que se resisten al “status quo”, que buscan la transformación de miles o millones de seres humanos como premisa para el cambio social y la innovación.
Por fortuna, Perú tiene todavía vivo a un ciudadano, Ricardo Pablo Belmont Cassinelli, que práctica el arte de la contradicción, de la dialéctica y la conversación mayéutica para llegar al fondo del alma y la verdad, para preguntarse dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Esa es la base de una filosofía de vida que incluye y engloba a la filosofía política.
En el hermano país latinoamericano de México, en el campo formativo del liderazgo, apareció un Miguel Ángel Cornejo con más de 3,000 charlas dictadas, fallecido en agosto del 2015, a la edad de los 69 años, curiosamente contemporáneo de Ricardo Belmont, peruano que en la fecha tiene 79 años, pero quien, al menos desde la fundación de “Habla el Pueblo”, el 18 de enero de 1973, sin contar sus otros programas de radio y televisión, dirigió más de 30,000 mensajes al público, destacando sus contenidos para el alma, para la superación personal, y ahí está su libro, titulado “Pastillas para levantar la moral”,
De manera que, en el plano de las conferencias, como vehículo para llegar a la mente y el espíritu de las personas, hay dos latinoamericanos con convicciones y amor por el prójimo. Uno de ellos es el peruano Ricardo Belmont, con su bíblico segundo nombre de Pablo (Saulo), quien desde muy joven o adolescente, allá por los años cincuenta del siglo pasado, bebió del carácter de su padre, Augusto Belmont Bar, y de sus radios y televisora, aunque mucho antes ya tenía su destino comprometido con los apotegmas filosóficos, con los pensamientos y las frases célebres de los sabios plasmados por su abuelo Alejandro Belmont Marquesado en el libro “Máximas y mínimas”.
Dicho sea de paso, el abuelo de Ricardo es el sobrino tataranieto del Mariscal Ramón Castilla y Marquesado, expresidente y estadista del Perú.
Pues bien, esta columna rinde homenaje póstumo a la vida y obra de Miguel Ángel Cornejo en su tarea formadora de muchas generaciones en matera de capacitación y motivación. Pero, también resulta muy significativo saludar y reconocer la biografía de un peruano vivo, como RBC, que a su estilo y según su espacio-tiempo continúa con la formación de lideres, a través de sus programas periodísticos, de sus editoriales y conferencias radiales o televisivas, especialmente con su más reciente radio digital, sobreponiéndose al ataque y el despojo del que ha sido objeto por gente joven ambiciosa, codiciosa y avara.
En Perú, la mentoría de Ricardo Belmont, egresado de la Universidad de Lima, exdirectivo del CADE, promotor de la Teletón; y ayer de Miguel Ángel Cornejo, desde México, resulta hoy interesante estudiarla y destacar el legado que encierran mediante sus libros, los programas de TV y los editoriales entre los más jóvenes, entre los estudiantes, los adolescentes y el público en general, en materia de liderazgo, carácter, valores morales, lucha contra la adversidad y estoicismo.
Lamentablemente, suele decirse que “el enemigo de un peruano es otro peruano”, y también sabemos, desde tiempos antiguos, que “nadie es profeta en su tierra”.
Sin embargo, nada de eso detendrá la grandeza de la creación, del optimismo por la vida, de la mentalidad ganadora y la llegada de nuevos lideres que hagan grande al Perú y México, cuando no al mundo entero, más allá del vacío existencial y de los vicios materialistas o consumistas que se engullen a millones de personas a diario, pues el futuro pertenece a los innovadores, a los idealistas y guerreros que se esfuerzan por construir una sociedad superior y mejores naciones, pues el éxito de una persona o grupo humano es la actitud y su elevado propósito.
Gracias por llegar hasta aquí, comparte este artículo.

Por: Maruja Valcárcel
¿Por qué esta visión de un mar inmenso y azul? Fácil, porque es lo primero que me quedó en la retina cuando vi en la pantalla del televisor (que evito mientras puedo…) una verdadera costra azul sobre la ciudad, en el centro de Lima, en plena avenida Abancay, frente, nada menos que al Palacio Legislativo, el reino nuevo de las nuevas energías iconoclastas.
O sea, —todo pasa para que nada pase—. Se moriría de risa el Conde de Montelusa, autor de El Gatopardo, sancta sanctorum de quienes estudian ciencias políticas. Bien, salgamos de la Academia que viene teniendo cada vez menos credibilidad, porque una izquierda que no cree ni en sí misma la está desprestigiando para llorar a gritos.
Y regresemos a la Avenida Abancay, que conforme iba pasando la tarde se iba tiñendo de un cierto color acaramelado, porque Lima es mujer y es caprichosa; de manera que cuando tenía que haber sido terriblemente gris y con garúa tormentosa era medio aterciopelada por un sol extraño y engreído.
El caso es que el televisor me mostraba además de cientos, quizás luego miles de supuestos mineros con nuevecitos y relucientes cascos azules, amén de ropas bien abrigadas, botas fuertes, abrigadoras tiendecitas para pasar la noche, sillitas de plástico por si alguna señora mayor (que fueron también, a pesar de que no habían pisado en su vida una mina) se cansaba, inmensas ollas de acero inoxidable bajando de camiones procedentes de la periferia de la ciudad, donde se fabrican de mejor calidad, y listas para emplearse cuando decidan quedarse por un tiempito, para preparar lo que llaman ‘ollas comunes’.
Y así, no mencionaré lo que pregonaban los dirigentes con sus altoparlantes, ni lo que decían en las televisoras los reporteros, porque nada es verdad. Nada.
Se trata del “Oro”, así, en mayúsculas. Todo vale, no es la primera vez que hay una fiebre del oro, es más de lo que se pueda imaginar. Es decir, la primera vez que un hombre que sólo ha visto su campo y sus ovejas, tiene un problema para vender lo poquísimo que produce, simplemente porque el sistema está hecho para eso, para que no crezca, ni desarrolle. Y por ahí le dicen que podrá ser rico, que el oro está en la tierra, en la ribera de los ríos y que podría tener el mundo en sus manos, aunque él no entienda qué significa el mundo, pues se lanzará a ello, romperá los cerros y horadará la tierra a la que antes llamaba Mamapacha…
Así será, y así harán de sus manos—que producían alimentos—herramientas que horadarán la bendita tierra y seguirán febrilmente rompiendo todo para tener, aunque sea un pedacito de oro. Mientras tanto, su familia lo echará de menos. Y el sistema pérfido creado y manejado desde el Congreso y el Ejecutivo festejará. Quizás la vida les dé un tiempo para que entiendan de qué se trata. ¡Los abrazo!
En verdad… ¿Van a seguir lo que les dicen y mandan estos seres extraños que habitan el Palacio Legislativo y nuestra inconmensurable presidenta?
Opinión
Ama a tu perro como a ti mismo
No hay ser más fiel, más leal, ni amor más puro que el de un compañero como él.

No cabe duda de que el tiempo no pasa en vano. En el Perú de hace algunas décadas, los perros eran vistos como simples animales utilitarios. En los campos, cuidaban sembríos y pastaban ganado. Eran centinelas silenciosos, guardianes que velaban bajo la luna, atentos al ladrido del peligro, a los pasos del abigeo.
En las ciudades, la historia era otra. Las calles de Lima estaban pobladas por jaurías errantes, perros sin nombre a los que se les decía “chuscos”, y que vivían entre la indiferencia y la hostilidad. De vez en cuando, la temida “perrera” —ese oscuro Centro Antirrábico de Chacra Ríos— irrumpía con violencia, atrapando cuanto perro callejero encontraba a su paso. A veces, en su caza ciega, incluso se llevaban a los que sí tenían hogar. El dueño entonces corría, desesperado, con menos de 24 horas para rescatar a su compañero antes del sacrificio.
Era otra época. Las veterinarias eran escasas, y los perros parecían inmunes a casi todo. No se les amaba como hoy. Eran parte del paisaje, tal vez un complemento del hogar, pero pocas veces considerados familia. Las leyes los trataban con frialdad: agredir o matar a un perro apenas era una falta, un acto sin consecuencias reales.
Hoy, por suerte, el amor ha evolucionado. La justicia también. Quien maltrata a un perro puede ir a prisión. Quien lo adopta, lo cuida como a un hijo: vacunas, alimento especial, visitas al veterinario. Veterinarias hay por todos lados, aunque algunos han hecho de su vocación un negocio sin alma, recetando tratamientos innecesarios, lucrando con el dolor.
A pesar de eso, algo ha cambiado para bien: más gente los ama, los comprende, los abraza. Ya no son “mascotas”, ahora muchos los llaman “hijos”. Y eso, para ellos, lo es todo. Porque los perros sienten alegría, tristeza, miedo, ansiedad… y un amor sin condiciones.
Mientras escribo esto, pienso en Picasso, mi eterno amigo. Estoy seguro de que me espera, tranquilo, más allá del arco iris. Y cuando llegue el día, correrá hacia mí, moviendo la cola, como siempre lo hizo.

Recorriendo la Feria Internacional del Libro de Lima el fin de semana, pude observar algunos cambios que se hacen más notorios año a año. El principal y más preocupante para los lectores es que los libros van perdiendo espacio. Años anteriores y sobre todo en esta edición, vemos stands dedicados a la venta de ropa, cuadros, juegos u otras chucherías que no forman parte del ecosistema de los libros.
En ese espíritu utilitario y superficial, los escritores han comenzado a ceder el lugar que durante décadas les perteneció. Hoy se los ve desplazados por youtubers, tiktokers y celebridades de las redes sociales cuya única obra publicada suele ser una biografía prematura, escrita al calor de algún escándalo o viralidad digital. Se trata de personajes que poco o nada entienden del oficio literario, pero que, a cambio, garantizan algo que la Cámara Peruana del Libro parece valorar más que la calidad: público.
Es decir, la FIL, económicamente hablando, ya no se preocupa por los escritores y el sector editorial nacional; ahora la FIL funciona como espacio de espectáculo donde se vende de todo. Este giro no es gratuito ni inocente. Responde, en parte, a una transformación profunda en los hábitos de consumo cultural. El libro físico ha sido arrinconado por pantallas y formatos efímeros. A esto hay que agregar que los precios de los libros no son de feria, ya que la gran mayoría de ellos incluso los encuentras igual o a menor precio en internet. Entonces, ¿para qué pagar 10 soles por ingresar a la FIL?
Tal vez pagamos eso por costumbre, o porque quizá la FIL aún sigue siendo una excusa nostálgica para reencontrarnos con amigos y con algunos escritores. A pesar de que vivimos en tiempos tecnológicos, esta edición de la FIL continúa postergando nuevas propuestas digitales para los nuevos lectores.
Italia, país invitado, ha pasado desapercibida. Su presencia parece más una obligación diplomática que un homenaje cultural. Algunos cierran incluso antes de las siete de la noche, como el stand de Comunicarte Editores, y otros —como el de la Casa de la Literatura— ofrecen muestras que parecen concebidas por amateurs sin más criterio que el de rellenar espacio.
Lo único que salva esta feria es la presencia de las editoriales independientes como Trazo, que nos dan a conocer la buena literatura regional.
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