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Cultura

Congresista Cabrera: “He mandado a hacer una auditoria al Fondo Editorial del Congreso y se han encontrado cosas delicadas”

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María Teresa Cabrera Vega es congresista de República de la bancada Podemos Perú, actualmente ocupa el cargo de Tercera Vicepresidente de la Mesa Directiva del Congreso de la República y, además, tiene a su cargo el Fondo Editorial del Congreso.

Antes de llegar al parlamento ocupó diversos cargos administrativos y jurisdiccionales como Secretaria y Juez de diversos juzgados entre 1993-2019. Como jueza destacan sus Megaprocesos: “Lunarejo”, “Turbo”, “Dirincri vs Contrainteligencia”, “Romina”, “La mujer del martillo”, “secuestro a la catedrática Heidi Spitzer”, entre otros.

Hoy, en medio de la pandemia la encontramos en su oficina ubicada en el segundo piso del Palacio Legislativo, luego de esperar unos minutos, la congresista nos atendió para responder sobre el trabajo que se viene realizando con el Fondo Editorial del Congreso, su labor parlamentaria y nos comenta sobre el caso Richard Swing, el cual generó una crisis política.

Además, nos revela información de la auditoría realizada al Fondo Editorial del Congreso, y nos explica el motivo de la salida del señor Dante Trujillo, quien fue el ex jefe del FEC.

¿Cómo se viene desarrollando el trabajo en el Fondo Editorial del Congreso?

Se está trabajando en digitalizar los libros, aparte también estoy haciendo un ciclo de conferencias todos los viernes que se llama “Puentes hacia el Bicentenario”, que es para tratar temas que no son muy conocidos, pero que son totalmente relevantes. Por ejemplo, esta semana vamos a tratar un tema relacionado al secretario de prensa del General San Martín, y esto lo haremos porque el primero de octubre es el Día del Periodista. Desde el Congreso siendo la presidenta del Fondo Editorial, quiero también trabajar los temas culturales. Hemos hecho convenio con el Fondo Editorial del Poder Judicial, El Fondo Editorial de San Marcos, el Fondo Editorial de la Universidad de Lima y de la PUCP. Igualmente, en esta primera etapa hemos trabajado lo de la tienda virtual, para que las personas desde la comodidad de su hogar puedan adquirir el libro de su preferencia.

Dentro de las publicaciones emblemáticas para el Bicentenario ¿Qué libros han publicado?

Tenemos un libro: “Mariano Melgar, poesías completas”, “El centro del debate constitucional en 1993”, “El Perú en el bicentenario” y un libro sobre “Francisco Javier Mariátegui”, entre otros. Aparte del interés de haber hecho la tienda virtual, también me interesa que tengamos los libros digitales. Este año hemos logrado incluir estos libros en la Feria Internacional del Libro de Lima y que fue tedioso por esta coyuntura; pero a pesar de todo lo logramos. Ahora también, a través del Fondo Editorial del Congreso quiero ver el tema de los museos. Quiero que la página web también ayude a las personas, para que todos los peruanos conozcan los museos. Es por eso que desde que llegué he estado enfocada en que se restaure el Museo del Congreso.

Libros publicados por el Fondo Editorial del Congreso.

Ese museo está a solo unos metros del Congreso, pero está abandonado…

Está abandonado hace casi tres años. He pedido el expediente técnico y también se lo hice llegar al presidente del Congreso y sé que están viendo el tema del presupuesto. Está bien lo que es legislar, pero este tema cultural es muy importante. Aparte que era un museo donde no se cobra. Entonces, eso es un servicio a la ciudadanía; el COVID va a tener que pasar, y tenemos que estar preparados para la llegada del Bicentenario, y cómo un museo emblemático va a estar así.

Con respecto al Fondo Editorial del Congreso, en un momento se habló que el señor Antonio Jáuregui Silva no tenía la capacidad para estar como jefe del FEC. ¿Cuál es su opinión al respecto?

El señor Antonio Jáuregui es un profesional idóneo para el cargo, y en poco tiempo estamos haciendo más cosas que no se han hecho en 23 años. Ese es un reconocimiento que ha sido público y que ha salido hasta en el canal del Congreso. El señor Jáuregui es muy calificado, ha trabajado en la PCM, también en la Oficina de Imagen del Poder Judicial, estuvo en la ONPE y en el Jurado Nacional de Elecciones y también ha trabajado para los Juegos Panamericanos. Precisamente yo busqué una persona que no sea amiga, sino, una persona que aporte.

¿Me está diciendo que normalmente en las instituciones del Gobierno contratan a los amigos?

Sí, yo he visto que hay personas en todas las instituciones públicas. Por ejemplo, hay congresistas que tienen a sus familiares trabajando en el sector público. Cuando uno habla de querer reformar, o en mi caso, yo hablo de querer homologar los sueldos del sector público. No está bien que el Contralor gané más de 30 mil soles y pida control concurrente y encima un porcentaje. Si ya está ganando un sueldo así, y tantos peruanos viven con un sueldo mínimo. Cómo es posible que el presidente de la República gane 15 mil soles y el Contralor gane más que él. Entonces estas personas vienen viviendo del aparato estatal y al final llegan a ser congresistas para cuidar el trabajo de su familia, y eso no debe ser.

¿Cuál fue el motivo del cambio del anterior jefe en el Fondo Editorial del Congreso?

Yo designé a Antonio Jáuregui porque había una persona que era el señor Dante Trujillo, a quien la verdad yo no conocía, pero tenía muy poco tiempo, y lo habían nombrado a pesar que no cumplía los requisitos. Pero bueno, quise ver su trabajo y estuve averiguando; yo he sido juez y es bien difícil que me engañen. Entonces, pude advertir que no había un verdadero compromiso de trabajo, y lo poco que pudo hacer lo hacía por encimita, me mandaba mensajes de WhatsApp; y el señor vino a conocerme, pero a mí no me basta que me soboneen. A mí lo que me gusta es ver trabajo y ver acción, para eso el Estado te paga. Cuando trabajas para el Perú, tienes que hacerlo con honor y eficiencia. Entonces, con este señor no me equivoqué. He mandado a hacer una auditoria y han encontrado cosas muy delicadas, no solamente de la gestión del señor Dante Trujillo, sino, de la gestión anterior a él. Me comentan en los avances, que hubo un pago del libro de la gestión anterior a Trujillo, pero él no hizo nada, cuando han pagado más de 65 mil soles por un libro que nunca se ha editado, ni ha salido publicado; entonces, quién paga a alguien por algo que no se realizó. Después encontré un libro inapropiado. El señor Dante Trujillo no ha venido a recoger sus cosas, ni hacer entrega del cargo en su momento. Me parece que mandó a un familiar y a esa persona se le entregó el libro inapropiado; la verdad que deja mucho que desear, inclusive se le encontró una botella de licor. Uno en las oficinas del Estado no viene a hacer eso; uno viene a trabajar con seriedad. He encontrado también mediante un backup que se le ha hecho a la computadora, pues yo he sido juez penal… se ha encontrado que se habían hecho trabajos y ofrecido trabajos para El Comercio, para la clínica San Felipe, para el PNUD (Programa de la Naciones Unidad para el Desarrollo); entonces allí está, no lo digo yo. Ese es el motivo por el cual he pedido la auditoria; es más, esto no es nada. No me equivoqué en mi olfato, ya que se han encontrado más cosas. Entonces, estoy esperando el informe final.

¿Para qué fecha estaría listo el informe final de auditoria?

Me imagino que ya debe estar para este mes de octubre, porque han hecho una revisión exhaustiva. Como digo, no solamente es la gestión anterior, sino, también las otras. Porque también te hace cómplice y lo digo de manera general, cuando conoces un hecho y no lo denuncias te vuelves parte de eso, o lo estás encubriendo. Entonces, lo que yo he querido es poner orden; mi cargo también tiene que ver con la oficina de enlace con el ciudadano. También por ese lado estoy trabajando fuerte; en el Fondo Editorial del Congreso no era justo que haya personas que no realicen su trabajo a la altura de las circunstancias y sobre todo en esta coyuntura, porque si el señor Trujillo fue nombrado el 30 de septiembre y que diga que no pudo hacer nada en octubre, noviembre, diciembre, enero, y luego vino la pandemia y se fue a su casa a descansar y de allí ya no vino más. Que yo sepa, no era una persona vulnerable; yo he estado viniendo todos los días y no me he enfermado, y vengo hasta los sábados y a veces los domingos porque se tiene que venir. No solamente un grupo puede trabajar y los otros descansar. En cambio, el compromiso con el señor Antonio Jáuregui es constante, y el cambio es notorio. Hemos presentando un proyecto, un expediente técnico a la mesa directiva, porque queremos ampliar la librería para que la librería sea más grande; y en el altillo donde funcionaba la oficina pondremos también libros para que la gente se pueda sentar a leer; es decir, tomar un café y estar en el centro de Lima leyendo dentro de la librería del Fondo Editorial del Congreso.

Luego de esta crisis política que se está viviendo, ¿cuál es su mirada personal?

Mi mirada personal es siempre actuar de acuerdo a mis convicciones. En el Poder Judicial siempre he resuelto como creo que deben ser las cosas, yo no he venido al Congreso a defraudar a nadie; al contrario, he venido a hacer un buen trabajo, ser una persona ecuánime, razonable, objetiva, y solamente ver el bien general sobre el particular, que es lo que más necesita el país. Yo estoy sacando leyes de lucha contra la corrupción, por ejemplo, cuando fui víctima de la mafia de Orellana y estuvo involucrado el doctor Enrique Mendoza, que es el Presidente de la Suprema, yo lo denuncié ante el CNM (Consejo Nacional de la Magistratura) y yo ofrecí hacerme la prueba del polígrafo y lo invité, pero él se negó. Entonces, cuando uno decide ser autoridad sabes que debes de tener una conducta intachable, porque no es tu horario de 8 a 5 y de ahí hago lo que quiero, eso no; porque tienes que ser un ejemplo para que no te cuestionen. Yo tengo la resolución del CNM, donde dice que se declara improcedente porque es no aceptable. He presentado un proyecto de ley, para que se incluya en la Junta Nacional de Justicia la prueba del polígrafo, muy a tono ahorita con el tema de Cuellos Blancos. También la disminución de la pensión para los servidores y funcionarios públicos que cometen delito en la administración pública, porque cuando trabajas para el Estado y cometes un delito de corrupción estás traicionando a la patria. Mi proyecto va en ese sentido, por ejemplo, los jueces tienen la Ley 20530 en la Suprema. El señor Hinostroza ha cobrado en diciembre del año pasado como 31 mil soles, y eso es porque él está en la 20530, que es la ley de la cedula viva, y eso es un mal mensaje. Mi proyecto de ley propone una remuneración mínima vital como muchos peruanos, porque si una persona llega a los 30 años de servicio y ese es su sueldo porque ya no te van a aumentar, por qué razón te estarías quedando. Muchos se quedan para quizá tener la cuota de poder y seguir generando un dinero extra y seguir llenando sus arcas ilícitamente. Y saben que si los descubren no les va a pasar nada porque son cedula viva, o sea, los botan, pero se van con su sueldo íntegro. En cambio, sí saben que hay esta ley que van a perder todo su tiempo de servicio lo va hacer pensar, es una ley disuasiva.

¿Qué piensa de lo que viene sucediendo con el caso Richard Swing?

Como exmagistrada y teniendo la experiencia, ese tema va a crecer muchísimo, es como una bola de nieve. Se ha hecho bien en hacer que esas señoras renuncien, ya que no dan la talla para los cargos. Es una lástima, pero también es mucha responsabilidad del presidente Vizcarra por llevar gente así. Cuando ocupas un cargo no se trata de hacer un club de amigos, uno va a trabajar, y si vas a trabajar lleva gente honorable, gente técnica, creo que, en esta difícil coyuntura, si yo fuera Vizcarra, hubiese recurrido a la gente especializada que hay en el país, hubiera recurrido a los colegios profesionales para que ayuden a gobernar y hacer mesas de trabajo. Por ejemplo, en temas de leyes lo que necesitamos para el deshacinamiento de los penales. Pero qué ha hecho el Estado, por qué ha aumentado la delincuencia. Hubieron dos días de Pleno, y aquí en el Congreso quisieron sacar unas leyes para deshacinar los penales que mandó el Ejecutivo; yo me opuse, fui la única, había un dictamen de mayoría, hablé con mi bancada y les dije iba a ser un dictamen en minoría, donde proponía que saliera gente procesada de hasta por seis años. En el dictamen por mayoría iba a salir gente hasta por veinte años si tuviera COVID, y el COVID a muchos no los mata, Imagínate tú como víctima, una chica que es violada y después ver a tu violador afuera. Entonces, yo decía que no entienden la transcendencia, y siempre es el interés general sobre el particular, si están ahí es porque hicieron algo. Es muy lamentable lo del COVID, pero hay otras medidas. Entonces, presenté un dictamen en minoría donde dije que se libere a las personas hasta por seis años pero que están con prisión preventiva, porque son personas procesadas a las que les asiste el derecho de la presunción de inocencia, es muy distinto al del proyecto en mayoría, donde se consideraba excarcelar a gente sentenciada bajo la figura jurídica de la remisión de la condicionalidad de la pena, hecho que seguramente muchos congresistas no sabían, pero como sonaba bonito, entonces tuve que explicar y me entendieron, y se archivó. Ahí el presidente me dijo, doctora, ahora vamos a poner su dictamen, y yo le pedí a mi bancada que yo iba votar en contra, porque le dije: “no he venido acá a liberar nadie”.

La parlamentaria es la Tercera Vicepresidente de la Mesa Directiva del Congreso de la República.

Congresista veo su labor muy activa en las calles, hace unos días estuvo en un operativo en San Juan de Lurigancho.

Sí, la verdad es que, como magistrada, he sido una jueza de megaprocesos como Aerocontinente, de Turbo, de Dirincri vs Contrainteligencia y bueno siempre me relacionan con el tema de Paolo Guerrero y Magaly Medina, inclusive yo soy la que le dio la detención a Papita en el tema de Romina, la mujer del martillo, o sea, tengo bastantes casos y bastante experiencia. Mi preocupación es como le dije a la Ministra de Justicia, que no solamente la gente va a morir de COVID o de hambre, sino también mueren víctimas de la delincuencia. Por eso me fui al Frontón con el congresista Urresti, fuimos a verificar la factibilidad. Lo que se tiene que hacer es el censo de la población penitenciaria. Las cárceles no pueden quedar dentro de la ciudad. Las visitas deben ser solo una vez al mes.

Usted dice que las cárceles no pueden quedar dentro de la ciudad, pero en San Juan de Lurigancho tenemos dos penales: Castro Castro y el Penal de Lurigancho ¿Cuál sería su propuesta?

Cuando estuvo a cargo el anterior Ministro de Justicia le dije por qué no hace un censo de la población penitenciaria y me gustó porque lo anotó, pero creo que ahí nomás lo cambiaron. También se lo he comentado a la actual ministra, le dije que era necesario. Yo como ministra me iría al penal en vez de estar en la oficina. Porque no me van a estar engañando, por ahí es un tema de Policía, INPE y Poder Judicial. Entonces, lo que se tiene que hacer es el censo poblacional y reclasificar y ver quiénes están en el Consejo Técnico Penitenciario que son los que evalúan a los internos, ellos son lo que te dicen si son peligros, de mediana peligrosidad o mínima, y de acuerdo a eso los clasificas. Hay penales que no están llenos y acá los seguimos manteniendo. Hay presos en Lurigancho y Castro Castro que son peligros, que han matado gente y que podrían irse a Challapalca o Yanamayo. Ahí deberíamos revisar si es que está viendo un tráfico de influencias para esas personas de peligrosidad. Actualmente estoy variando un artículo del Código de Ejecución Penal, porque actualmente con el Código de Ejecución Penal las personas eligen si trabajan o estudian dentro del penal. Entonces eso no debe ser así; eso tiene que ser una obligación, porque ellos no están de vacaciones. Al delincuente que no le das trabajo está maquinando qué cosa puede hacer desde adentro con sus secuaces que están afuera, entonces se le tiene que tener ocupado.

Penal de Lurigancho. Foto: Rodrigo Abd.

También está el tema de la reparación civil que nadie paga.

El tema de la reparación civil está ligado a las cárceles productivas que también yo he propuesto. El Estado tiene que realizar una pequeña fundación, porque si mataste a alguien vas a tener que pagar; a veces me dicen que soy muy draconiana, pero yo soy así. O sea, uno tiene que ponerse del lado de la víctima. Cuando violan a tu hija, matan a tu hijo y vas a verlo que está haciendo dibujitos y florecitas, pues esos son cuentos. Después sale con un certificado que ya trabajó y estudió por eso que no se resocializan, en cambio si el Estado hace una verdadera política penitenciaria y hace una pequeña inversión, por ejemplo, en lavanderías y mecánica. En lavandería que vaya toda la ropa de cama de los hospitales, sería un ahorro para todos los peruanos, aparte le damos trabajo a esta gente en el penal, a estas personas se les abre una cuenta en el Banco de la Nación, y de esa cuenta el preso puede disponer de la mitad y lo otro se queda, y cuando tu egresas del penal vas a salir con tu pequeño ahorro, no vas a salir con las manos vacías, y le das la opción a las personas de que salgan con un trabajo real.

Muchas veces el Ejecutivo utiliza la publicidad Estatal para golpear al Congreso, ¿Ha pensado en regular eso?

Sí, en realidad he estado bastante abocada al tema de la justicia, la lucha contra la corrupción y el tema de seguridad, pero también me he enfocado en ese tema. Estoy haciendo una evaluación porque creo que en ese sentido debemos legislar desde el Congreso para que no se den esos excesos, porque todo lo que es en exceso es malo, entonces, tenemos que buscar el punto medio para que el Estado ni el gobierno de turno este utilizando de esa manera el presupuesto, porque eso se llama peculado de uso, porque estas usando el dinero del Estado para servirte de otros bienes, entonces eso no se debe permitir. También estoy trabajando otra Ley sobre la figura de la difamación, en el caso de que exista un beneficio o lucras por difamar o hablar mal de alguien y ganas dinero.

Se viene las elecciones ¿cómo ve el terreno político?

Vivimos en una democracia y hay que respetar eso, imagino que mucha gente por esta crisis está queriendo aportar algo, siempre he querido ver las cosas de manera positiva y no criticar al que hace algo, y felicito a todas las personas que tienen esa iniciativa, pero que sea de corazón, que realmente quieran hacer el cambio.

¿Es difícil para usted estar de acuerdo con su bancada, y sobre todo con el silencio que debe haber con algunos temas que no tocan, por ejemplo, el tema de Educación?

Tengo un proyecto sobre el tema de educación para las personas que son bachilleres, la idea es facilitarle el tema de su título. Hay muchos extranjeros que han venido y les han facilitado las cosas y los han colegiado rápido, pero en cambio a los peruanos no. Mi proyecto iba por ese lado, pero como en la bancada se decidió no tocar el tema de educación, yo me he abstenido de presentarlo, pero es una propuesta que la voy a mandar directamente al gobierno, porque yo fui quien mandó la propuesta para considerar a los Policías y Fuerzas Armadas héroes, y el gobierno lo cogió y es por eso que el ministro me agradeció en el Pleno. Es por eso que lo voy a enviar directamente, aparte que yo soy muy técnica, he venido a trabajar de manera técnica. Es más, yo ni he movido mis redes, las que lo están moviendo son las chicas acá en la oficina, y ellas son abogadas, no saben tampoco, recién desde el Partido me están diciendo, así que recién me voy a preocupar, yo lo que he hecho es venir a trabajar y con el favor de Dios, ni me he enfermado.

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Edwin Cavello Limas. Periodista y cinéfilo. Es CEO y director de la revista, radio y TV Lima Gris. Fue editor de la revista ONCE, Actualmente es columnista del diario La Razón, Editor de Cultura de Diario UNO y conductor del programa Lima Gris que se transmite por Radio Planicie 91.5.FM.

Cultura

Un amigo escritor para Hitler: El obituario del Premio Nobel 

Lee la columna de Hans Herrera Núñez

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Si usted cree que Vargas Llosa es controversial, es porque no conoce a Knut Hamsun. Se cumplen 80 años en que el 30 de abril murió Hitler en la Cancillería de Berlín. Una semana después, en Noruega, la leyenda de la literatura escandinava, Hamsun, escribiría un obituario en honor del Gran Dictador de Europa.

Hamsun en 1945 tenía 86 años, el famosos novelista y premio Nobel, era una leyenda viviente entonces, autor de obras maestras como Hambre y Pan que desarrollan la novela psicológica heredera de Dostoievski en una exploración acertada del monólogo interior de sus protagonistas.

Durante el ascenso de Hitler y luego durante la ocupación de Noruega por Alemania, el inmortal escritor se mostró favorable a Hitler.

El obituario de Hitler

Knut Hamsun escribió en mayo de 1945, estando la guerra perdida, un obituario de Adolf Hitler en el periódico Aftenposten. El panegírico de Hamsun a Hitler sirvió como artículo principal del periódico colaboracionista sobre la muerte de Hitler.

El breve obituario dice en su totalidad:

«No soy digno de hablar en nombre de Adolf Hitler, y su vida y sus acciones no me incitan a ninguna provocación sentimental. Hitler fue un guerrero, un guerrero por la humanidad y un predicador del evangelio de la justicia para todas las naciones. Fue un reformador de primer orden, y su destino histórico fue actuar en una época de brutalidad sin igual, que al final le falló.

Así puede el ciudadano europeo occidental mirar a Adolf Hitler. Y nosotros, sus seguidores más cercanos, inclinamos la cabeza ante su muerte”, escribió Knut Hamsun.

El obituario se publicó la noche del 7 de mayo de 1945, una semana después de la muerte de Hitler.

Cuando su hijo Tore le preguntó sobre el motivo de este obituario, Knut Hamsun respondió: “Fue un gesto de caballerosidad hacia un gran caído”.

Para el propio Hamsun, el obituario y otras declaraciones y escritos llevaron a su arresto poco después del fin de la guerra. Sin embargo, los cargos en su contra se suavizaron cuando el profesor Gabriel Langfeldt y el médico jefe Ørnulv Ødegård determinaron que tenía “capacidades mentales permanentemente deterioradas”.

Antes de morir fue acusado de traición y finalmente fue seriamente multado y calificado de loco. En 1948, tuvo que pagar una suma ruinosa al gobierno noruego de 325.000 coronas (65.000 dólares o 16.250 libras esterlinas en aquel entonces) por su presunta afiliación al Nasjonal Samling y por el apoyo moral que brindó a los alemanes, pero fue absuelto de cualquier afiliación nazi directa. Si era miembro del Nasjonal Samling o no, y si sus capacidades mentales estaban deterioradas, es un tema muy debatido incluso hoy en día.

Hamsun declaró que nunca migró a ningún partido político. Escribió su último libro a los 90 años, Paa giengrodde Stier (Sobre senderos cubiertos de maleza), en 1949, un libro que muchos consideran una prueba de su capacidad mental.  En él, critica duramente a los psiquiatras y a los jueces y, con sus propias palabras, demuestra que no está enfermo mental. Hamsun murió en 1952.

Después de la guerra, los noruegos quemaron libros de Hansum y su recuerdo sigue siendo espinoso entre sus compatriotas. Como dijo una escritora de su país, ningún noruego habla abiertamente de Hansum pero todos tienen al menos un libro suyo en casa.

El autor danés Thorkild Hansen investigó el juicio y escribió el libro “El juicio de Hamsun” (1978), que causó revuelo en Noruega. Entre otras cosas, Hansen declaró: “Si quieres conocer idiotas, ve a Noruega”, pues consideraba indignante ese trato al veterano autor ganador del Premio Nobel. En 1996, el cineasta sueco Jan Troell basó la película “Hamsun” en el libro de Hansen. En “Hamsun”, el actor sueco Max von Sydow interpreta a Knut Hamsun; su esposa, Marie, es interpretada por la actriz danesa Ghita Nørby.

El profesor Atle Kittang, de la Universidad de Bergen, escribió sobre el legado de Hamsun en el sitio web del Centro Knut Hamsun. Afirmó que existían razones complejas detrás de la publicación del obituario por parte de Hamsun. Señala que, tras su único encuentro en 1943, Hitler no ocupaba un lugar destacado en la evaluación de Hamsun. En consecuencia, Kittang cree que el obituario debería considerarse parte de la necesidad de provocación de Hamsun, como lo demuestran su vida y obra.

Hamsun, la leyenda de la literatura

Más de medio siglo antes, un joven Hamsun se oponía al realismo y al naturalismo. Argumentaba que el objeto principal de la literatura modernista debía ser la complejidad de la mente humana, que los escritores debían describir el «susurro de la sangre y la súplica de la médula ósea». Hamsun se convertiría muy pronto hacia 1800 a ser considerado el «líder de la revuelta neorromántica de principios del siglo XX». 

Entre sus admiradores se encontraban Thomas Mann, Hermann Hesse, Robert Musil, Arthur Schnitzler, Jakob Wassermann, Stefan Zweig, Martin Buber, Arnold Schoenberg y Alfred Einstein. Todos ellos contribuyeron a la publicación conmemorativa que se publicó en Alemania con motivo del 70º cumpleaños de Hamsun. Al Festschrift publicado en Noruega con el mismo motivo también contribuyeron Maxim Gorki, Gerhart Hauptmann, Heinrich Mann, Tomáš Garrigue Masaryk y André Gide. Otros admiradores incluían a Ernest Hemingway, Franz Kafka, John Galsworthy, Henry Miller e incluso el joven Bertolt Brecht. Uno de los periodistas y escritores más conocidos de Alemania en aquel momento, Kurt Tucholsky, también confesó en un breve artículo en el Vossische Zeitung del 1 de enero de 1928: “Kurt Tucholsky ama… a Hamsun”

Todo empezó en 1888, cuando el barco de vapor danés Thingvalla en que viajaba un Hamsun pobre y desconocido se encontraría con la musa. Fue en ese viaje en que su barco estuvo amarrado en Kristiania durante un día en su camino de EEUU a Copenhague, que dicha ciudad danesa le trajo recuerdos desagradables del año 1886, cuando tuvo que soportar allí un duro período de hambre, sin trabajo. Hamsun no abandonó el barco y esa noche escribió las primeras líneas de la novela, que ya capturan la atmósfera opresiva de todo el libro: 

«Fue en ese tiempo cuando yo vagaba y me moría de hambre en Cristianía, en esa ciudad extraña de la que nadie se va hasta que ha sido marcado por ella”.

En Copenhague alquiló una habitación en el ático y, padeciendo nuevamente hambre, continuó escribiendo. Presentó el manuscrito inacabado a Edvard Brandes, el editor de arte del periódico Politiken. Profundamente conmovido, Brandes persuadió a Carl Behrens para que publicara partes del libro de forma anónima en la revista danesa Ny jord (Nueva Tierra) en noviembre. La obra llamó inmediatamente la atención por la radicalidad de su representación y su ruptura con el concepto aún joven del nuevo realismo. La revista Dagblad pronto reveló el misterio que rodea la identidad del autor. Hamsun continuó trabajando en la obra, que fue publicada íntegramente, aunque todavía de forma anónima, en 1890. Ese mismo año fue publicada en traducción alemana por Samuel Fischer.

Hambre narra en primera persona el declive físico y psicológico de un joven escritor y periodista fracasado en Kristiania, la actual Oslo. De vez en cuando logra vender un artículo a un periódico, pero sus ganancias rara vez son suficientes para cubrir comida y alojamiento, por lo que deambula por la ciudad hambriento y a veces incluso sin hogar. Al intentar ocultar su precaria situación, el narrador en primera persona la empeora aún más. Describe su estado mental con gran detalle y de forma vívida; Su estado de ánimo fluctúa entre la depresión, la euforia, la desesperación y la vergüenza.

El narrador anónimo en primera persona sale de su habitación y camina sin rumbo por Cristianía. Cuando conoce a un hombre pobre, a pesar de su propia situación, empeña su chaleco y le da la mayor parte del dinero que recibe. Poco después, persigue a una mujer,  luego busca un empleo y fracasa, después se le ocurre un texto brillante y escribe lo que intuyo es una obra maestra, envía el manuscrito a un editor, sin un centavo y viviendo en la calle se le ocurre entrar furtivamente a la habitación que alquilaba y de donde lo echaron por deudor, y es entonces que descubre una carta, su libro tiene suerte y le han adelantado 10 coronas. Aquí empieza la historia.

El autor y crítico danés Erik Skram elogió la obra como un “acontecimiento literario de primer orden”, y el crítico noruego Carl Nærup escribió en 1895 que “sentó las bases de una nueva literatura en Escandinavia”. Muchos críticos consideran que la novela es la mejor obra de Hamsun. El autor se hizo famoso de la noche a la mañana, fue un invitado bienvenido en los círculos intelectuales y fue invitado a dar lecturas en los EE.UU.

Influenciado por la psicología de Dostoievski (el narrador recuerda ciertos rasgos de Raskolnikov, el antihéroe de Crimen y castigo, pero también protagonista de El sótano) y por el naturalismo de Zola, Hamsun, en Hambre, prefigura también los escritos de Kafka y de la literatura existencialista del siglo XX.

Recepción en el siglo XXI: En su novela de 2017 Suleika abre sus ojos, Gusel Jachina retoma una imagen de Hamsun: la gente intenta superar el hambre cortándose con un cuchillo y chupándose la sangre de los dedos.

Respecto a esta raza de artistas vagabundos descrito en Hambre, Virginia Nicholson escribe en Among the bohemians: Experiments in Living 1900-1939:

«Después de cincuenta años podríamos juzgar que la pobreza de Dylan Thomas era noble, mientras que la de Nina Hamnett no tenía sentido. Sin embargo, una artista menor y sin dinero se vuelve igual de famélica que un genio. ¿Qué los impulsó a hacerlo? Creo que tales personas no sólo escogieron el arte, sino también la vida de artista. El arte les ofreció un estilo de vida diferente, uno que creyeron les compensaba de la pérdida de comodidades y respetabilidad».

Tal vez Hamsun viera en Hitler a aquel artista frustrado que como él vivió el hambre y la soledad del anonimato en esa otra Christiania llamada Viena.

«En aquel tiempo tenía hambre y vagaba por Christiania, esa extraña ciudad de la que nadie sale sin llevar sus marcas…»

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Cultura

El poeta y el mimo

Lee la columna de Edwin Sarmiento

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Por Edwin Sarmiento

(Estando yo en un pueblito, por las alturas de Lima, y sin Internet, se murió mi amigo Jorge Acuña, el mimo más grande que tuvimos en la década del 70 en el Perú. Se nos fue a la edad de 94 años. Las redes sociales se llenaron de nostalgia al informar de este desenlace. Y pensar que Jorge era un tipazo fuera de serie. Hace cuatro años yo publiqué en mi muro una semblanza de dos amigos: el poeta Reynaldo Naranjo y el mimo Jorge Acuña, con quienes aparezco en una fotografía de esas que nos tomamos, casi siempre, con el corazón. Muerto Naranjo, hace unos años, y ahora Acuña, hace unos días, deseo compartir este texto a modo de homenaje a ambos y a esas épocas doradas que nos tocó vivir)

I

Debió ser en la Casa de la Literatura, al costado de Palacio de Gobierno, cuando algún amigo nos tomó esta fotografía. No recuerdo, exactamente, el año. Aquí estoy junto al poeta y periodista Reynaldo Naranjo y el actor peruano, mimo y promotor del teatro de la calle, Jorge Acuña (al centro y de pelo cano). Él debe estar cumpliendo, ahora, 91 años, en Suecia, donde radica, mientras que Naranjo nos dejó cuando tenía 84, hace dos años, al ser atropellado por un camión, cuando cruzaba, una mañana, la avenida Benavides, en Miraflores. Con ambos alterné en situaciones distintas de mi vida. Al poeta lo recuerdo con la sonrisa y picardía criolla, permanentes. Fue uno de los mejores tituleros que tenía el periodismo de los 70. Convivieron en él la creatividad del poeta social, con la neurosis de los cierres de edición en las salas de redacción de diarios y revistas, en los cuales trabajó como periodista. Cuando coincidíamos en el bar Palermo de la Av. Colmena, yo recitaba este poema, escrito en 1968:  (A un edificio en construcción) “Obreros y cemento/ curiosos e ingenieros/ ingresan a la gran mezcladora// Mientras el ruido gira/ va naciendo el gigante/ hijo robusto/ que ha de crecer/ hasta el veintavo piso// Danza de músculos/ de cerebros y días// Nos pararemos/ en el piso más alto/ tal los conquistadores/ de las altas montañas// Alzaremos los brazos/ para tocar el cielo/ y el flamante ascensor,/ como nave dorada,/ nos dejará en la tierra/ con las manos vacías// Vendrá la burocracia// Gerentes, policías,/ padrinos y ahijados// Contratarán porteros/ y nos serán cerradas/ las puertas que pusimos” Luego de un reverencial silencio, yo preguntaba, ¿recuerdas quién escribió este tremendo poema? Y él, soltando esa carcajada que llegaba hasta la Casona de San Marcos, decía, creo que fue un tal Reynaldo Naranjo. Y yo gritaba: ¡respuesta correcta! Junto a César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Mario Razzeto fue una las figuras representativas de la denominada generación del sesenta. Naranjo, Calvo y el poeta uruguayo Alfredo Zitarrosa fundaron, en algún momento, la Casa de la Poesía, en el distrito de Barranco. Luego, grabaría con Calvo y el músico Carlos Hayre, el disco Poemas y Canciones, que los muchachos de entonces, escuchábamos en el LP que circulaba de mano en mano, prestadito nomás.

II

Jorge Acuña es un tipazo, un actor de primera, un mimo que empezaba su función, al aire libre, en la plaza San Martín, a las tres de la tarde. Lo hacía colocando, primero, un letrerito sobre cartón y escrito a plumón que decía: «Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él” (César Vallejo). Luego, procedía, lentamente, a maquillarse la cara, mientras los curiosos se iban aglomerando, formando un semicírculo que él había trazado, previamente, con tiza, muy cerca del monumento al libertador San Martín. Las tardes, si eran de invierno, empezaban a calentarse a medida que la gente, mayormente de rostro cobrizo, empezaba a compactarse codo a codo, hombro a hombre, uno detrás de otro, hasta que empezaba la función. El mimo iniciaba su trabajo con una explicación sobre el teatro, señalando la función del artista en un país pobre como el nuestro, la necesidad de que el buen arte debería salir a las calles a buscar al pueblo, lejos de esperar en salas pequeñas y selectivas, sólo al alcance de quienes podían pagar una entrada y en este chamullo, que la gente escuchaba en silencio, el actor terminaba citando a Vallejo, a Mariátegui, también al Che Guevara, a Marx y a un largo etcétera marxista, maoísta, pensamiento Mao Tze Tung. Y sus amigos, que no éramos pocos, nos arrancábamos con unos aplausos, seguidos por un público que por casualidad pasaba, esa hora de la tarde, por la plaza San Martín. Ya en el “tempo” exacto del buen arte, Acuña se arrancaba con su lenguaje corporal moviendo manos, brazos y piernas, o abriendo los ojos, lo más que podía, o cerrándolos, si sus historias tenían que ver con trepar las paredes, abrir las puertas, cocinar una sopita, asombrarse de algo o soportar el terror de una mala noticia, en fin. El público reía a rabiar, comentaba en voz alta, aquello que el mimo los iba describiendo, en silencio, sólo con el movimiento de su cuerpo. Dos horas más tarde, el público seguía aplaudiendo y él decía que al artista no había que explotarlo, porque era un trabajador como cualquiera y tenía derecho a ser recompensado. Aclaraba que esa recompensa sería voluntaria y gracias por su apoyo, compañeros. Es cuando sus ganchos, o sea, nosotros, le ayudábamos a pasar el sombrero entre el público que iba soltando un sol, dos soles, una china, a veces un caramelo, como después descubriríamos al hacer el recuento en el bar Palermo, a eso de las seis de la tarde, cuando, en una mesa, hacia el extremo del bar, nos instalábamos para acompañarlo hasta pasada la medianoche. Él formaba montoncitos de diez soles cada uno y cuando ya no había nada que contar, Acuña, separaba la mitad de lo que había en la mesa, lo guardaba en un bolsillo y decía que el resto sería para disfrutar la noche y así era.  Ahora que ya no estará con nosotros, me viene la nostalgia. Fue un tipazo.

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Cultura

Rodolfo Muñoz, un modelo desnudo lleno de historias [VIDEO]

Un recuerdo del querido personaje bellasartino.

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El jueves 24 pasado se conoció el fallecimiento del Hércules de Bellas Artes. Rodolfo Muñoz trabajó por más de 60 años en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, su trabajo era despojarse de su ropa para que los alumnos de la ENSABAP lo inmortalicen con sus primeros trazos.

En el reciente podcast de Lima Gris, Edwin Cavello y Luis Felipe Alpaca recordaron lo entrañable del querido personaje que fue pintado por maestros como Humareda, Szyszlo, Tilsa, Tola, Ángel y Gerardo Chávez, entre otros.

Aquí el podcast especial sobre Rodolfo Muñoz.

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Cultura

Falleció Jorge Acuña, el mimo que habló con el alma

Su familia confirmó el deceso. El extrañable personaje falleció a los 94 años en la ciudad de Estocolmo en Suecia.

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El Perú ha perdido una de sus almas más silenciosas. Jorge Acuña, el emblemático mimo peruano que durante varios años convirtió la Plaza San Martín en un escenario de poesía muda, falleció recientemente, según confirmó su familia. Tenía el don raro de decir mucho sin palabras, de conmover sin un solo sonido. Hoy, el eco de sus gestos queda flotando en el aire como un susurro entre adoquines y palomas.

Acuña fue más que un artista callejero; fue un testigo del tiempo. A finales de los años sesenta, cuando el país se debatía entre la incertidumbre política y la efervescencia cultural, él apareció como un oasis de belleza en medio del caos. Su rostro pintado de blanco y sus movimientos precisos eran una forma de resistencia, una poesía viviente que se ofrecía gratuitamente a todo transeúnte que supiera detenerse a mirar.

“Ser mimo no es disfrazarse, es desnudarse”, dijo alguna vez en una entrevista para Lima Gris. Esa frase —que hoy resuena con una fuerza mayor— resume la filosofía de vida de Acuña: el arte no como espectáculo sino como verdad desnuda, como entrega absoluta. En esa misma entrevista, también confesó: “La calle me enseñó a ser humilde, pero también me hizo fuerte. No hay escenario más honesto que el pavimento”.

Jorge Acuña dedicó más de cuatro décadas a su arte. Viajó, enseñó, formó discípulos en talleres y escuelas independientes, pero nunca se desligó de la calle, su primer amor y su escuela más sincera. “Podría estar en un teatro con luces y telón, pero prefiero el aplauso de una niña que me mira desde la vereda”, dijo con una sonrisa tímida, sin quitarse el maquillaje.

Sus personajes —el anciano que lucha contra el viento, el niño que juega con una mariposa invisible, el obrero cansado que carga el peso del mundo— no eran simples pantomimas. Eran espejos de un país que muchas veces no se detiene a mirarse. Y él, sin pedir nada a cambio, ofrecía esos reflejos todos los días, bajo el sol o bajo la llovizna limeña.

La noticia de su muerte ha conmovido a quienes lo conocieron y a quienes alguna vez se detuvieron, siquiera por un instante, a contemplar su arte. No hay grandes homenajes, no hay titulares ruidosos. Pero en la Plaza San Martín, donde tantas veces detuvo el tiempo con un gesto, alguien ha dejado una flor. Y eso basta.

Porque Jorge Acuña no ha muerto del todo. Vive en cada silencio que conmueve, en cada gesto que dice más que las palabras, en cada niño que se detiene a mirar a un artista callejero con los ojos bien abiertos.

Su cuerpo se ha ido. Su arte perdurará.

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Cultura

Czar Gutiérrez autor de Bombardero: «Nunca me sentí influenciado por la prosa de Vargas Llosa» [VIDEO]

En un nuevo episodio del podcast de Lima Gris, conversamos con el escritor y periodista cultural César Gutiérrez.

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Czar Gutiérrez es ampliamente reconocido como uno de los más destacados periodistas culturales del país, pero también —y quizás con mayor intensidad— como un escritor de singular talento que, durante años, ha mantenido un silencio tan enigmático como elocuente. Gutiérrez Rivas no es un autor cualquiera: en 2008 dejó una marca indeleble en la literatura peruana con la publicación de Bombardero, una obra que reveló su formidable capacidad narrativa y lo consagró como una de las voces más potentes y originales de su generación.

Con su libro Bombardero, Czar Gutiérrez irrumpió en la literatura peruana con una prosa que desafía las convenciones, un torrente verbal tan desbordante como preciso, que evoca y provoca vértigo narrativo.

En una reciente entrevista para el podcast de Lima Gris, conversamos con Czar Gutiérrez sobre su silencio literario, Mario Vargas Llosa y el periodismo cultural. El autor de Bombardero no se calla nada. Aquí la entrevista completa.

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Cultura

Xavier Bacacorzo: un retrato íntimo

Lee la columna de Hélard Fuentes Pastor

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Por: Hélard André Fuentes Pastor

Recuerdo el día que lo conocí con la nitidez propia de mis veinte años. En ese entonces, presidía el Centro de Estudios Históricos para el Desarrollo Social (CEHDES) “Guillermo Galdós Rodríguez”, que organizó una única actividad: el Primer Congreso Regional de Historia del Arte Popular en la Alianza Francesa de Arequipa.

Durante la organización del evento, y motivado por razones familiares, propuse la participación del doctor Xavier Bacacorzo como ponente magistral. Una noche, lo visité en la Facultad de Filosofía y Humanidades, donde dictaba cátedra. Me acerqué con la ingenuidad de un universitario, mencionando que había sido profesor de mi padre y tras una breve conversación evocando ese recuerdo, respondió a la invitación con una serie de quejas sobre el funcionamiento de la Universidad de San Agustín, cuyo letargo, como lo viví después, ha generado impotencia y frustración en más de uno.

Recuerdo la expresión de decepción en su mirada cuando me dijo: “Participaré cuando estemos en la Católica con doble C”, dando a entender que el evento lo organizaba San Agustín y prefería no asistir. No quise ser cargoso; porque insistir o explicarle ―pensé―, lo impacientaba aún más.

Siempre lo vi y leí con admiración, y quizás por eso, a lo largo de estos catorce años, mi sentimiento de reconocimiento hacia su obra se mantuvo intacto. Su legado no solo se refleja en cerca de una decena de títulos, sino también en una actividad cultural impresionante, especialmente a mediados del siglo XX, y en una valiosa contribución periodística como columnista en diversos medios, entre ellos Arequipa Al Día. Este sentimiento persiste en mí, a pesar de los encuentros y desencuentros que vivimos, tan propios de los intelectuales, artistas y literatos.

Xavier Bacacorzo no era cortesano; no esperaba caer bien ni mal. Comunicaba lo que pensaba, lo que había leído o lo que intuía a través de los astros y sus conexiones espirituales, aunque a veces no lo hacía de la mejor manera.

Un día lo encontré caminando por el Portal de Flores, con una visible cojera que, sin embargo, no le impedía recorrer largos tramos del Centro Histórico. Me acerqué a él, mencionando mi nombre, pero al alzar la mirada, con sus ojos esquivos, no respondió a mi saludo. Esta vez, porfiado, insistí un par de veces, y cerca del quiosco de periódicos en la intersección con la calle Mercaderes, le dije:

—Soy el autor del libro del 50… La lucha del pueblo arequipeño (…).

Con eso, arranqué de sus labios una respuesta.

—Por cierto —dijo—, muy mal escrito.

Yo sonreí y, sin perder el ánimo, le pregunté las razones por las que pensaba eso. Entonces, señalándome el McDonald’s, me dijo:

—¿Tienes tiempo?… Vamos por un café.

Conversamos mucho. Le conté que su hermano Jorge había dado por muerto a un niño en un poema. Le mencioné que había leído sus artículos sobre el movimiento popular de junio de 1950 y que incluso había empleado su división cronológica en mi libro. Creo que también se lo entregué ese día.

Hablamos de poesía, de un poemario que estaba por publicar. Corrigió algunos versos de mi poema Noctámbulo. También conversamos sobre mi tío abuelo, Pedro Luis González, de quien —según me contó— había sido jurado de tesis y quiso sorprenderlo con un trabajo voluminoso (con un “sillar”).

En medio de todo, me preguntó por mi signo zodiacal, entre otras cosas. Luego, avanzamos hasta una fotocopiadora, donde hizo copiar algunos de sus artículos, uno sobre la visita de Pablo Neruda a Arequipa —a quien había recibido personalmente—, y otra a color de una pintura en honor a Francisco Mostajo, a quien retrató en vida.

Antes de despedirse, me dijo:

—Serás mi discípulo.

Yo, que no creía mucho en esas cosas, porque no son de mi tiempo, solo sonreí y le respondí:

—Doctor, creo que cada quien hace su propio camino, pero es un honor escucharlo.

Me lo encontré incontables veces en el Panorámico, en Mercaderes y en San Francisco. A veces, acompañado de su esposa, María Esther Basurco. En una de esas ocasiones, nos detuvimos a conversar sobre Mariano Melgar. Unos estudiantes de antropología lo habían invitado a dar una charla sobre el vate arequipeño.

Me preguntó:

—¿Irás?

—No puedo, doctor, porque en las mañanas enseño en un colegio. Allá… en Mariano Melgar —respondí.

Luego, me preguntó qué tema me gustaría que tratara, y yo le dije:

—Quizás sobre la naturaleza fenotípica o étnica de Melgar, recordando los dibujos que lo representan como un europeo y aquellos que lo muestran como un hombre mestizo con rasgos predominantemente andinos.

La ocasión más difícil ocurrió un atardecer en Mercaderes, a la altura de una sede de la Librería San Francisco. Me acerqué para saludarlo, pero cuando escuchó mi nombre, visiblemente molesto, me dijo que no quería saber nada de mí. Me dejó consternado.

Resulta que unos amigos suyos, abogados, le dijeron que yo había escrito un libro sobre Melgar, cosa que nunca ocurrió, y que, además, no citaba su trabajo. Entonces, traté de aclararle la situación, y creo que logré demostrarle que lo único que había escrito sobre Melgar era un artículo que aparece en mi obra sobre el Cementerio de la Apacheta, y que, aunque no tenía su libro, sí lo citaba. Le expliqué que cómo no lo iba a citar si alguna vez nos habíamos encontrado y conversado al respecto.

—¡Evento al que no asististe! —me dijo.

Y yo le respondí:

—Estaba trabajando, doctor, como le mencioné en aquella ocasión.

Se tranquilizó. Sin embargo, debo confesar que en ese momento experimenté desconcierto. Preocupado por su edad y por el impacto que mi acercamiento pudo haber tenido, decidí alejarme.

Años después, en 2018, organizamos un homenaje a Carlos Meneses Cornejo, con la publicación de un libro sobre su vida y un opúsculo de saludos. Sabiendo que María Esther había publicado en Arequipa Al Día (que dirigió don Carlitos), la invité a escribir unas palabras de homenaje. Grata fue mi sorpresa cuando respondió, además, con un segundo texto suscrito por los hermanos Gustavo y Xavier Bacacorzo. ¡Genial! Y aún más grato fue que asistiera al evento, realizado en la Biblioteca Mario Vargas Llosa, espacio vinculado a un novelista del que discrepó y renegó en más de una ocasión. En medio de la incertidumbre que domina los sentidos, me acerqué y el doctor me saludó con familiaridad. Le dije: «¿Y usted cuándo se deja hacer un homenaje?», mientras me mostraba, de un cartapacio que llevaba en las manos, una serie de artículos y algunas biografías de él, pues su trayectoria aparece en diccionarios locales y nacionales.

Lo más inolvidable aún fue el abrazo que se dieron con Eusebio Quiroz, con quien habían tenido una serie de polémicas académicas sobre temas como la Guerra del Pacífico o la llamada “Revolución del 50”. Ambos se preguntaron cómo estaban y se desearon lo mejor.

Luego llegó la pandemia, y no volví a verlo. Supe de él por los correos electrónicos que compartimos con su esposa, cuando lo invité a participar en el libro Voces de la poesía peruana (Parihuana, 2021).

En ciertos libros, he leído que nació en 1931. En mi antología aparece el año que consulté en registros oficiales, 1930. Sin embargo, en una de nuestras comunicaciones, María Esther me comentó que fue en 1932. Todo en él siempre fue un misterio, lo que lo convierte en un intelectual único, sin igual.

Xavier fue un personaje excepcional por múltiples razones; pero era, en esencia, hombre; un hombre de letras, y ser un hombre de letras implica profundas lecturas, inolvidables diálogos, polémicas, reflexiones humanísticas, aciertos y desaciertos. Por eso, resulta más sencillo comprender al hombre que fue, al que hoy recordamos, porque la congoja y el pesar que acompañan el ocaso de la existencia, nos permiten entender de mejor manera el orden de las cosas, asimilar los recuerdos con reconciliación y valorar esos buenos momentos, apreciando cada circunstancia de aprendizaje, cercanía y alejamiento en nuestras vidas. Xavier fue uno de los personajes de la vieja escuela, cuya obra es clave para comprender los procesos históricos-literarios del siglo XX y una época crucial en nuestra ciudad.

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Cultura

Álvaro Vargas Llosa: su pareja lo deja, la ex contraataca y Bayly opina

Un dolor de muelas en el corazón. Así es la vida amorosa de Álvaro, quien ha tenido que vivir un duelo doble, primero por la muerte de su padre nuestro premio Nobel, y después la ruptura relámpago de su pareja de origen libanés. Aquí los pormenores.

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¿Cuándo se jodió Álvaro? Quizás fue en este 2025 cuando su romance terminó de manera inesperada. O tal vez en 2021 cuando dejó atrás la solidez de un matrimonio de casi treinta años por la aventura de rejuvenecer con una nueva pareja. Sea que Álvaro esté mirando la Gran Vía de Madrid o desde la Diagonal de Barcelona, es muy seguro que ve al mundo desde donde esté como la Avenida Tacna, sin amor.

Nada se va, Nada se fue

 En una carta publicada en el diario El País, el conferencista reveló que su pareja lo abandonó en el momento más difícil de su vida. Según relató, mientras él lidiaba con el dolor de la muerte de Su padre, Mario Vargas Llosa, Nada regresó a su país natal sin ofrecerle ninguna explicación, poniendo fin a su relación de cuatro años.

“Pues te cuento, ya que el diálogo continúa, que, como todos los dramas, el tuyo tiene un toque tragicómico: mientras tú agonizabas, morías y se iniciaba mi duelo, mi pareja… regresó a su país para siempre sin que medie una conversación de despedida”, escribió Álvaro en una carta abierta en El País, titulada “Elogio fúnebre de mi padre”. El ensayista de 59 años no solo rinde homenaje al legado intelectual y humano de Mario Vargas Llosa, sino que también comparte con los lectores el doloroso momento personal que le tocó vivir paralelamente al duelo familiar. En el texto, da entender  que Nada se fue sin ofrecer una despedida o una explicación clara.

De inmediato como si fuesen las mismas Erinnias de Esquilo, aparecieron como glosistas de la carta su ex mujer y su ex amigo (¿?).

La ex esposa contraataca

Con garbo y elegancia, Susana la ex de Álvaro, lanzó un tweet que hace volar la imaginación de los internautas: 

«Dos palabras: Efímero: pasajero, de corta duración y Mentecata: tonto, fatuo, falto de juicio, privado de razón.  A buen entendedor, pocas palabras»

Álvaro Vargas Llosa y Susana Abad.

No solo eso, la ex esposa de Álvaro Vargas Llosa reconfiguró su biografía  en Instagram, llamando la atención de los usuarios en lo que obviamente es una clara indirecta hacia su exesposo: “El mundo es redondo y da muchas vueltas”.

Además, compartió una serie de imágenes acompañadas de frases reflexivas, como “Confía en la intuición, te avisa antes que la razón”, “Que la sed no te haga beber del vaso equivocado” y “Cada uno da lo que tiene en su corazón”.

Álvaro Vargas Llosa y Susana Abad se casaron en 1992 y, fruto de su romance, nacieron tres de sus hijos: Julio, Leandro y Aitana. Sin embargo, después de dos décadas de matrimonio, la pareja decidió separarse en 2021, sorprendiendo al público. La noticia se dio a conocer de manera insólita y poco convencional: Susana, en lugar de hacer un comunicado o de hablar con la prensa, cambió su biografía en Twitter, afirmando que estaba en “proceso de divorcio”.

Como si no hubiera quedado suficientemente claro que su relación con Álvaro Vargas Llosa había llegado a su fin, Susana Abad compartió un mensaje revelador: “Una vez le dijeron: eres muy bella para estar sola. Ella respondió: Nada de eso, soy demasiado maravillosa para estar con cualquiera”. A lo que añadió: “Pues eso”, subrayando de manera definitiva que no había marcha atrás en su decisión.

Una vez consumado el divorcio, no pasó ni un mes para que el hijo mayor de Mario Vargas Llosa presentara públicamente a su nueva pareja: Nada Chedid, una traductora libanesa a quien conoció en 2006 y con la que retomó contacto en 2020, justamente cuando aún estaba casado con la madre de sus hijos. En ese momento, comenzaron a circular rumores que sugerían que la relación con Nada había sido un factor decisivo en la disolución definitiva de su matrimonio.

Nada Chedid y Álvaro Vargas Llosa.

Y para colmo Bayly 

Para el periodista, la revelación de Álvaro resulta inoportuna, y es que no fue el momento para dar un anuncio como este por lo que lo calificó de ‘desatinado’.

“Es una carta preciosa, un texto muy bien escrito y seguramente muy bien leído. Pero, ¿tenía que revelar Álvaro, al final de esta carta de despedida a su padre, que su novia lo había despedido? Yo creo que fue un paso en falso. Creo que fue un anuncio desatinado, inoportuno en esa circunstancia”. Y luego agregó: “Álvaro no debió contar algo tan íntimo, tan personal, en los funerales de su padre. Y es evidente, para mí, que si ya lo había contado y luego tomaba la decisión de publicar el discurso en el diario El País de España, pudo haber suprimido esas tres líneas quejumbrosas. Me parece un paso en falso”.

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Cultura

Día Internacional del Libro 2025: en promedio, menos de dos libros al año lee un peruano

Este 23 de abril se celebrará importante fecha en distintos países del orbe y en comparación con otros países de la región estamos muy por debajo en lectura.

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Uno de los inventos más grande de la humanidad no requiere de electricidad, ni de modernas tabletas, y tampoco del pago de una suscripción, solo sostener en sus manos aquellas hojas que conforman una historia fascinante, misteriosa, reveladora o sumamente intrigante.

Cada libro es una historia diferente, puede que el tema sea el mismo, pero la manera y estilo de escribirlo, y sobre todo de imaginar cómo se desarrolla la trama, hace que ninguno de ellos sea idéntico. También influye la etapa en que lo leamos, ya sea de muy jóvenes, ya adultos o en nuestros años otoñales.

En épocas de inteligencias artificiales, mega computadoras, plataformas que encadenan a las personas a deslizar su dedo de abajo hacia arriba, los libros han quedado relegados en algún rincón de la casa. Ya pocas personas se toman el tiempo de ‘desconectarse’ de la vorágine del mundo entrampado a un enchufe y una conexión a internet; podría calificarse como ‘rara avis’ a aquellas personas (hombres, mujeres o niños) que están en la calle concentrados en algún capítulo de su novela favorita.

A propósito del Día Internacional del Libro a celebrarse este miércoles 25 de abril, cabe recordar que menos del 50 % de peruanos ha leído un libro, según la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) realizada en el año 2022, teniendo como universo de encuestados a personas entre los 18 y 64 años.

En estricto, de acuerdo a las cifras arrojadas por la ENL, el peruano en promedio lee 1.9 libros al año, cifra sumamente baja a comparación de otros países en la región. Por ejemplo, en Argentina sus ciudadanos leen 6.4 libros año, de acuerdo a la Cámara Argentina del Libro. En tanto, en Brasil se lee 4.7 libros. Nuestro vecino país de Chile lee en promedio 3.9 libros al año, de acuerdo a data recabada por la Biblioteca Nacional de Chile.

Nuevas generaciones optan por los contenidos digitales. Foto: Gobierno del Perú.

Factores del bajo nivel de lectura en el Perú

Una crítica que se tiene que realizar a todos los padres de familia es el no acostumbrar a sus hijos a coger un libro en su tiempo libre, optando por entregarles un celular para su distracción lo que hace que a la larga se pierda el hábito de la lectura de manera voluntaria.

Otro de los factores es la aparición de distintos medios digitales. Los peruanos se han ‘mal acostumbrado’ a leer solo las portadas y un poco de texto, desechando cualquier otro tipo de información más detallada.

Y cómo no soslayar el hecho de los altos precios de algunos libros, espantando a muchos ciudadanos de querer adquirirlos. Cabe recordar que nuestro país es mayoritariamente informal y acceder a un libro, ganando solamente el sueldo mínimo, puede representar un gasto considerable en la economía de una persona.

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