Por Rafael Romero
El Partido Cívico OBRAS (PCO) no es un vientre de alquiler. Tiene un valor diferencial al de cualquier otra agrupación, empezando por contar con un líder, con bases provinciales auténticas, jamás compradas por un plato de lentejas ni con táperes y menos metiéndole las manos al presupuesto del Estado, como se ha visto en la generalidad de seudo partidos que pululan en el Perú.
Pero sin ánimo de profundizar en más aspectos diferenciales, hoy basta ponderar en esta columna el peso de un líder con su mensaje central: “sin filosofía no se hace política” y “no se ama lo que no se conoce”. En este contexto, bueno sería que, tras la lectura de este artículo, los peruanos, los emprendedores, CEO’s y dirigentes en general, pasen a la acción decidiéndose a aprender, meditar o cultivar la filosofía.
Ricardo Belmont ha ido construyendo una filosofía política desde 1989, cuando crea el entonces Movimiento Cívico Obras. Sin embargo, desde el 2007 a la fecha articula y cohesiona sus ideales provenientes desde la primera emisión de su programa Habla el Pueblo, allá por el 18 de enero de 1973. De manera que ha estado ensamblando coherentemente un “continuum”, un “corpus”, correspondiente a lo que hoy es la filosofía, doctrina e ideología humanista que el PCO propugna para el Perú y América Latina.
No obstante, el camino no es fácil y no está exento de la indiferencia, del silenciamiento practicado por medios de comunicación manejados desde las grandes corporaciones globales. Esa clase de vetos ha existido en la historia nativa y universal, por ejemplo, en el caso de Haya de la Torre, el siglo pasado (desde 1931 hasta 1977), y hace 17 siglos con el neoplatónico Plotino en el imperio Romano.
No hay nada peor para los medios o la academia, pues se devalúan, que la mediocridad y la autocensura. Esto ocurre cuando decretan la muerte civil para algunos. Empero la inscripción oficial del PCO, el pasado 15 de julio, planteó una dificultad a quienes han querido silenciar a Ricardo Belmont, al menos desde 1995, cuando él se enfrentó al fujimontesinismo y fue vencido por el fraude (“Más vale perder con honra que ganar sin ella”).
Pero la etapa posterior de persecución solo ha servido para templar el músculo y el nervio espartanos; y para fortalecer una filosofía estoica y humanista, cuyo eje central es el hombre porque, como dice RBC, “nada de lo que es humano nos es indiferente” y “el hombre es la mejor OBRA de Dios”. Así, la ventaja de esta filosofía es que está expuesta en el trajinar de sus luchas y tareas, desde el 18 de enero de 1973, en plena dictadura militar.
Dado los márgenes limitados de un artículo, por ahora solo cabe decir sucintamente que su filosofía humanista está ahí, y es un libro abierto como el oráculo griego o el Talmud hebreo, teniendo como hilo conductor el programa periodístico Habla el Pueblo, desde donde RBC confeccionó una doctrina, grosso modo, en más de 10,000 alocuciones audiovisuales (durante 52 años y el número sigue creciendo), en una veintena de Teletones y en más de 150 mítines de campaña política de 1989, 1992 y 1995.
En síntesis, esa disciplina espartana, esa austeridad cristiana, el amor por la patria y el prójimo se resume en estos 10 principios para un Perú justo, libre, sano, fuerte y feliz, los que se complementan con las 10 vigas maestras que documenté en un artículo anterior (“El pueblo en primera vuelta por la Segunda República”, del 02-08-2024, https://limagris.com/el-pueblo-en-primera-vuelta-por-la-segunda-republica/https://limagris.com/el-pueblo-en-primera-vuelta-por-la-segunda-republica/):
1.- Nos entregamos incondicionalmente al niño, respetamos a la mujer y reconocemos al anciano.
2.- Defendemos a las instituciones tutelares de la República.
3.- Promovemos la cultura, la educación y el deporte.
4.- Hacemos empresa para dar trabajo y bienestar.
5.- Promovemos ideas positivas en busca de la paz y el progreso.
6.- Fomentamos la solidaridad y la amistad entre los peruanos.
7.- Nuestra fe nos impulsa, la esperanza nos sostiene.
8.- Somos independientes. Nuestra preocupación es el desarrollo del país.
9.- Apoyamos las obras de bien común.
10.- Difundimos la palabra al servicio de la nación, diciendo siempre la verdad.
Como se puede apreciar, la filosofía y doctrina se resume en 10 vigas maestras y en los 10 principios que acabamos de informar. Como dice Ricardo, para ser espartano basta un apretón de manos y la mirada firme en señal de transparencia, siendo sencillo abrazar esta “buena nueva” o evangelio, claro está, conociendo y estudiando esos 20 planteamientos, a lo que se suman dichos de gran profundidad para reconstruir el Estado: “Lucha, estudia, trabaja, produce, haz mejor tu labor y tendrás un Perú mejor”; o el dicho aquel: “Queremos que se nos recuerde por algo que hemos dicho, o que se nos abandone por lo mismo”.