Comentario sobre el libro «Revolución Caliente», de Rodolfo Ybarra
Una profunda mirada a los personajes drogadictos ochenteros o subtes inmersos en lo que parece ser una revuelta anarquista a nivel nacional que nadie sabe de dónde viene.
Revolución caliente de Rodolfo Ybarra, publicada en diciembre de 2020, año de la rata, es una novela que trata de una comuna de drogadictos ochenteros o subtes inmersos en lo que parece ser una revuelta anarquista a nivel nacional que nadie sabe de dónde viene. Son 590 páginas, 217 breves y variados episodios donde se dan lugar las aventuras y evolución de esta pandilla que se radicaliza y deviene anarquista autodenominada La Alcantarilla.
También podemos encontrar crítica a los distintos gobiernos que pueden ser tratados como el mismo gobierno desde la independencia y antes incluso, lo cual también se ve reflejado en el célebre libro que todo peruano debería leer: “Historia de la corrupción en el Perú” del historiador Alfonso Quiroz quien remonta la tragedia nacional de la corrupción y antipatriotismo a la colonia; también encontramos escenas a las que ya Ybarra nos tenía acostumbrados en sus otros libros en los que muestra la descarnada, cruda y salvaje naturaleza de los defensores y padres de la patria, entre otros altos dignatarios que deberían más bien ser la más ponzoñosa vergüenza de nuestra identidad, entre manifiestos, cancioneros y diarios que bien podrían haber sido escritos por cualquier superviviente de los márgenes de la Ciudad de los Reyes, que es donde gran parte de la trama acontece.
Mención aparte merece el tratamiento a Anarquímedes líder casi desconocido e inubicable por las fuerzas del estado del Partido Anarquista Nacional, quien dirige y orquesta las acciones revolucionarias del partido.
El subtítulo del libro es: Una historia del Perú. Ya hay precedentes de este tipo de literatura en nuestro territorio. Están: “Generación cochebomba” de Martín Roldán Ruiz e “Incendiar la ciudad” de Julio Duran, incluso el libro de Enrique Verástegui “Teorema del anarquista ilustrado” creo que vendría a ser el antecedente de esta literatura anarquista y en un registro ya más liberal y pequeño burgués “Nuestros años salvajes” de Carlos Torres Rotondo. Todos hablan acerca de un grupo de amigos haciendo su inútil lucha contra el estado viendo a los rojos desde afuera. En la novela de Duran hay miembros del partido comunista infiltrados en la comuna o agrupación anarquista o subtes como le dicen en Lima. Ybarra es a mi parecer el autor más leído por ser el más prolífico de este grupo y por eso su libro me parece fundamental.
Recién lo estoy comenzando pero tengo la impresión que ha sabido recoger de muchas fuentes y él mismo aunque no lo dice mucho se considera ácrata. Yo me lo he encontrado varias veces protestando a viva voz en manifestaciones. Bueno a mí me interesa mucho la literatura local y más si es anarquista o libertaria. No estoy mencionando poesía porque no sé mucho, solamente he mencionado novelas.
Valdría la pena decir que RC es en cierta forma un homenaje a Mañana, las ratas del escritor alemán que publicó su obra en nuestro país José B. Adolph, entre otros como Gregorio Martínez y el poeta poco conocido en nuestro país a pesar que algunas calles llevan su nombre: Nicanor Della Roca de Vergallo.
También sería bueno en un futuro estudio analizar la relación que esta literatura anarquista peruana del inicios del siglo XXI que acabamos de mencionar (Ybarra, Roldán y Duran) tiene con el neorrealismo urbano que estalló con los escritores de la década del 50, época de las grandes migraciones a la capital: Congrains, Reynoso, Jara y en menor medida Vargas Llosa, Ribeyro. Pero ellos no son propiamente anarquistas. Los inocentes podría ser un antecedente ya que es acerca de una collera o patota de amigos. Siento que lo que tienen en común todas estas novelas que llamo anarquistas es que tratan de grupetes de jóvenes autodenominados anarquistas o subtes o rebeldes o furiosos o lo que sea pero las historias tratan acerca del devenir comunitario de ellos, no son pocos personajes los que se relacionan en estas comunidades y sus gustos ocupan todo el espectro del rock.
Esta simple organización de grupos de afinidad reflejados en la literatura es lo que me hace pensar que sí son literatura anarquista. Ya que el grupo de afinidad es la unidad mínima de organización anarquista. Me gustaría saber si en los demás países latinoamericanos hay novelas de este tema. Me parece que en Colombia, Mario Mendoza podría ser, pero solo leí Buda Blues y pues me pareció más la historia de un renegado anarcoindividualista que la de una comuna. Igual no la terminé, pues la leía cuando trabajaba en una librería. El libro era caro.
Algunas ideas sueltas
González Prada puede ser un buen comienzo. Incluso en Amauta Mariátegui publicó algunas cosas anarquistas, pero tendría que revisarlo bien. No entiendo cómo puede haber críticos culturales que no reconozcan a los herederos de tremenda vena que nos dejaron Congrains, Reynoso, Gutiérrez e incluso algunos momentos de Ribeyro y Vargas, respecto a la crítica social. Y que se ha desarrollado al punto de proponer un nuevo orden en las voces de los jóvenes marginales, subtes, anarcos, o como se les quiera llamar. Me parece que comunistas libertarios sería la palabra adecuada pues son comunistas pero no autoritarios, sino libertarios: anarquistas.
Y esa vena no ha muerto, solamente se ha contaminado de liberalismo pequeño burgués y la brutal homogenización de los medios y sistema educativo.
Pero los jóvenes siguen buscando como las ratas ver por dónde se puede seguir erosionando este sistema, con libros y risas, con drogas pero también con solidaridad aunque sea así nomás entre patas ayudándonos a sacar la cabeza del wáter. No como se pintan los grandes solidarios de mierda que salen en la tele regalando tapers o loncheras. No entiendo cómo puede haber tan poca gente echando espuma por la boca. La propaganda liberal nos tiene anestesiados.
Ya llegará el momento de la conexión, de la sincronía. Y absolutamente nada de lo que conocemos hoy por política será necesario. Pues el mundo se gobernará por democracia directa e inmediata a través de internet. Ojalá pudiésemos acelerar esta hiperconexión social mundial.
Los chicos que están haciendo caer la bolsa de valores en estos momentos quizás lo logren. Igual todo esto de la hiperconexión, como la amistad, el amor y la anarquía son utopías cristianas a las que tal vez nunca llegaremos pero por las que vale toda la pena morir. El poeta Elio Osejo habla de que veremos a nuestros mejores poetas transmitir su muerte por televisión (YouTube o FB entiendo).
Y creo que se trata de eso esta agonía. Ya las últimas palabras que usaremos para expresarnos serán nuestros cadáveres: los libros.
¿Cómo hace para no perder la calma sabiendo que el tiempo es un reloj de arena que nunca podremos dar vuelta?
Yo me muero de la desesperación. Oh Scorza, quise leer sus obras completas en la casa de la literatura pero en un solo día solo pude con el primer tomo: su poesía. No podré leer todo lo que quiero, ya me resigné.
Siempre estoy en modo delirante porque me encanta gozar las visiones. Y este libro va ser una cuenta más en el glorioso rosario que nuestra literatura nacional dará al mundo del mañana sin países ni estados, solo gente organizada en cooperativas o sindicatos o asambleas virtuales en apps de democracia directa.
Lo que veo es que higienizará las mentes de los artistas que no saben qué hacer y radicalizará a esa izquierda cucufata que sigue pensando en la vía electoral. Men, me siento muy triste por este bicho de mierda que nos han tirado como si fuese DDT.
Gracias Rodolfo por ese par de grados extra de fiebre para curar el covid! ¡Gracias por este llanto que me despeja las vías respiratorias! Y por la rabia para seguir en la revolución de lo cotidiano, de la educación y la cultura. Nunca te olvides que en el futuro todos tendrán sus cinco minutos de gobernantes La hiperconexión de la humanidad traerá de la mano a la democracia directa planetaria Esto es algo inevitable. Algo que solamente se puede aplazar o A C E L E R A R
Finalmente, viendo lo aletargada que es la gente. Expresar el deseo de que este libro sea parte del plan lector escolar. Es más la currícula escolar debería cambiar en función al libro. Los niños deberían ser instruidos para entender el campo de batalla en el que estamos como nación en este mundo. Se debería enseñar la unión, la cooperación, la sincronización y la hiperconexión, todos principios básicos del anarcomunismo o comunismo libertario o anarquismo.
RESPAWNING SECONDS DICE:
Tiene mucha información relevante acerca del ANARQUISMO. Que todo el mundo debería conocer para después no andar diciendo estupideces como que la anarquía es caos o eso de mejor chola conocida que gringa con sida. Lectura obligatoria de colegio debería ser.
Es más la currícula escolar debería estar basada en ese libro y los autores que son mencionados como si fuesen los aportantes a la paideia de este anarquista. En el colegio de debería nada más que leer y estudiar a la serie de autores mencionados en ese libro, que son docenas, por cierto.
Cuenta al menos dos historias paralelas, en pequeño la historia de La Alcantarilla, una camarilla anarquista de subtes (pastrulos desarraigados, prácticamente chiquillos con problemas como la mayoría de gente que no puede o no soporta llegar a ser pequeño burgués que es lo que se espera de la gente «de bien») contactados por el partido anarquista nacional para ser entrenados y llevar a cabo acciones directas.
Y de otro lado la historia de Anarquímedes, líder por cuestión de organización y no de autoridad, del PAN y cómo comienza la revolución nacional anarquista desde la clandestinidad. Ahora, si mal no recuerdo en Teorema del anarquista ilustrado de Enrique Verástegui también hay un personaje que se llama igual. Lo que me hace pensar que este ha comenzado a ser un ser mitológico dentro de nuestra literatura. Inalcanzable por la policía mental. Un genio con coludidos en su conspiración metidos en todas partes como ratas jugando billas en las alcantarillas.
¡Todos somos Anarquímedes cuando luchamos por nuestra libertad como las ratas, los perros, los gatos y las plantas!
Está muy bueno el libro son más de 200 breves capítulos de entre media y 4 páginas cada uno que se dejan llevar como cualquier otro panfleto o fanzine anarquista o anarcófilo. Para nuestro país de mierda que confunde el ANARQUISMO con el caos esta obra es trascendental.
Se parece a Generación cochebomba e Incendiar la ciudad por el hecho de tratar sobre manchitas de subtes que se alzan en rebeldía contra el estado.
REVOLUCIÓN CALIENTE ya está en librerías. Aquí los puntos de venta, primeras expresiones sobre RC, tráiler del libro, artículos periodísticos sobre RC., etc.:
-Virrey de Miraflores, Bolognesi 510 Miraflores.
-Librería SUR, av. Pardo y Aliaga 683 San Isidro.
-Librería Escena Librs, Camino Real 1075 San Isidro.
-Virrey de Lima. Psje Nicolas de Rivera El Viejo 106-115 Lima.
-Communitas. Av. Dos de Mayo 1690 San Isidro.
-Librería Book Vivant, Miguel Dasso 111 San Isidro.
-Libreria LANCOM, av. Petit Thouars 5556 Miraflores.
-También estamos en la librería virtual Libros Peruanos.com de Virginia Vilchez (solo tienen que pedirlo por internet y el libro estará en su casa en menos de 48 horas).
*Primeras impresiones sobre Revolución Caliente, novela total:
-Giancarla Di Laura: “Revolución Caliente, una historia del Perú. Es la nueva entrega del polifacético autor Rodolfo Ybarra, acordémonos que Rodolfo Ybarra también ha escrito poesía, cuentos, ensayos, es muy activo en todas las artes. Se trata de una novela que nos lleva a los ochenta y noventa y nos recuerda lo difícil que era vivir en esa época, configurada por tres partes, llamadas periodo autóctono, periodo colonial y periodo de independencia. En cada una de ellas encontramos la vida contracultural de ciertos artistas de distintos géneros musicales como el rock, el subte, el metal, la fusión, los cuales van recobrando vida de acuerdo con la perspectiva con que el narrador protagonista relata ciertas actitudes.
Revolución Caliente surge de un pregón popular que se encuentra como epígrafe de la novela: “Revolución caliente, música para los dientes. Azúcar, clavo y canela para rechinar las muelas. Por esta calle me voy, por la otra me doy la vuelta, la chinita que me quiera, que me deje la puerta abierta”. Es decir, esa incertidumbre que podemos inferir en el epígrafe, el tedio vital, la desesperanza, la falta de decisión y de control, son motivos literarios que se perciben a través de toda la historia. Definitivamente esta novela nos sumerge en los problemas
-Miguel Ildefonso: “Aparentemente estamos en una historia carnavalesca, pero esto no se da como estrategia literaria para parodiar, sino más bien es la realidad misma, es la realidad peruana retratada, explicada y fundamentada aquí en sus múltiples dimensiones sociales, encarnadas, por supuesto, en esas caricaturas de líderes políticos, resultando, finalmente, un gigantesco retablo de lo grotesco.
¿Está siempre el Perú empujado hacia la revolución? ¿Y la revolución siempre estará condenada al fracaso? Son dos de las muchas preguntas que uno se hace en la lectura de Revolución caliente.”
-Arturo Delgado Galimberti:
“Novela-artefacto, novela vanguardista y a la vez posmoderna, en tanto fragmentaria, plurivalente, construida sobre retazos (…) una obra que, seguro, con los años ganará un séquito fiel de lectores”.
-Jorge Luis Roncal Rodríguez
“Llevando el género hasta el límite, Rodolfo Ybarra ha compuesto una partitura del ser nacional no apta para espíritus complacientes. Ajuste de cuentas y al mismo tiempo admonición, balance y liquidación, Revolución Caliente es un desafío para elevar más aún, con los pies sobre la tierra, las banderas que conquisten una situación histórica de plenitud humana”.
-Pedro Escribano:
«El poeta y escritor Rodolfo Ybarra tenía una novela dormida como un volcán. La acaba de publicar con el título Revolución Caliente (Ed. Arteidea). Como ha dicho el autor, ‘fue escrita en los ochenta y noventa, años aciagos, años en que parecía que no llegaríamos al final del milenio, tanto así que uno de los grupos poéticos que dirigí en ese tiempo se llamaba AEDOSMIL como un deseo a sobrevivir tantas muertes y asesinatos’.
La novela aparece ahora también en tiempos oscuros. Por un lado, la corrupción desbordante y, por otro, la crisis de la pandemia, que ha puesto, socialmente, en blanco y negro, quiénes están instalados en un lado y quiénes en el otro. (…) Una novela que germinó en los años cuando el país convulsionaba en alta temperatura social…»
-Víctor Campos Ñique:
“Y es que uno puede discrepar con el autor y hasta le puede caer mal, escribiéndolo bien lo que expresa, pero se tiene que reconocer el valor inmenso que “Revolución Caliente” aporta a la bibliografía peruana. He mencionado en más de una ocasión que la obra póstuma de Gregorio Martínez debiera considerarse como lectura, si acaso hay una lista de libros para el Bicentenario, pues bien, el libro de Rodolfo Ybarra tendría que ocupar un lugar privilegiado”.
-Gonzalo Portals Zubiate:
“En esta Revolución Caliente, versión ucrónica para Educación Básica Regular, tal como su autor la denomina, Ybarra, fiel a su disciplina de cilicio, no transa con nada ni con nadie, ni siquiera con alguno de sus alter egos travestidos. Su factura está hecha de cuatro partes (periodo autóctono, colonial, de independencia y post scríptum), y en todas ellas el afán didáctico no cunde, se esclerotiza, se ralentiza en unas formas y lenguas corrosivas que, en su (im)pertinencia, dinamitan cualquier estímulo de superación y sepultan bajo lajas cruciformes cualquier antídoto contra la desesperanza. Incluso en los textos dedicados al encuentro íntimo y último de los seres que conforman el colectivo denominado La Alcantarilla, las más intensas secciones de este tratado de la abulia reconfortante, el discurso literario que domina la trama se torna casi tan ríspido y fermentado como los tiempos de los que trata y que nos han tocado vivir y seguir padeciendo».
**Primeras reseñas:
-Reseña en el diario La República: https://web.facebook.com/photo.php?fbid=10225113698125558&set=pb.1112237568.-2207520000..&type=3
-Reseña en el diario Expreso: https://web.facebook.com/photo?fbid=3716011018455822&set=a.461590927231197
-Gracias por la Revolución Caliente y felices fiestas: https://limagris.com/gracias-por-la-revolucion…/…
***Tráiler de Revolución Caliente realizado por la artista y poeta Lúcia Mendo:
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PD: Para los interesados (mientras se regulariza la situación del Covid y mientras se distribuyen los primeros libros), Revolución Caliente tiene un costo de 49 soles (incluido el envío a casa o en el centro de Lima. Para el envío a provincias o al extranjero consultar inbox). Cabe anotar que este volumen alcanza las 600 páginas y el precio en librerías será mayor. Les dejo aquí las cuentas, también hay Yape!
-BCP, cuenta en soles: 193-00510831-0-90
(Código interbancario: 00219310051083109013)
Rodolfo Valentino Ybarra Pinto
-Scotiabank, cuenta en soles: 946-0190813
Rodolfo Valentino Ybarra Pinto
Yape y Plim al teléfono: 916304153 Enviar, por favor, una captura de pantalla (al WhatsApp 916304153) y aseguramos el envío
En un emotivo evento celebrado en el Hotel Crowne Plaza de Miraflores, el periodista y escritor peruano Richard Morris Riofrio fue reconocido con dos distinciones internacionales por su novela histórica de ficción, “Rosalba de Altagracia”. La Lic. Issa Arguetas tuvo el honor de entregar estos prestigiosos reconocimientos, uno otorgado por la Real Academia de Arte y Literatura, Filial de los Estados Unidos de América, y el otro por el Consejo Mundial de la Paz, en el marco de su participación en el 1er Congreso Mundial de la Paz y las Artes celebrado en Michoacán, México, en 2024.
Richard Morris, quien también es Mensajero para la Paz de la ONU, se encuentra en el proceso de lanzamiento de su nueva novela de autoficción, “La Noticia Inversa”, un proyecto que promete generar un gran impacto en la comunidad literaria. Su compromiso con la paz y la promoción del arte continúa marcando su carrera como escritor.
Por su parte, su hija, Kiara Morris Rodríguez, a sus 13 años, ya es una figura destacada en el ámbito literario. Actualmente, es embajadora cultural del Bicentenario y recibió la Distinción Internacional Infantil Líder de Paz en Ecuador, otorgada por su contribución a la paz y la cultura. Su obra “Érase una vez en Moore” ha sido adaptada al teatro, lo que subraya su talento y su capacidad para conectar con diferentes públicos a través de las artes.
Ambos escritores representan un claro ejemplo del potencial creativo peruano, mostrando que la literatura puede ser un vehículo poderoso para la paz y la cultura. Richard y Kiara se han comprometido a seguir promoviendo el arte y la literatura, con la esperanza de inspirar a las futuras generaciones.
Hijo de Mario Vargas Llosa afirma que su padre está bien de salud
Tras la cancelación del viaje de MVLL a Madrid para recibir un homenaje, y luego de filtrarse información que indicaba que su estado de salud se encuentra en un nivel muy delicado, su hijo Álvaro ha salido a responder que el Nobel ha tenido que reducir sus actividades debido a su avanzada edad.
El escritor Mario Vargas Llosa no asistió a la gala de la ‘Catedra Vargas Llosa’ en San Lorenzo de El Escorial en Madrid, en la cual iba a ser homenajeado y se quedó en Lima tras cancelar su viaje. En tanto, en su representación asistió su hijo Álvaro Vargas Llosa, quien aprovechó para afirmar que su padre, se encuentra bien. A pesar que su familia desde hace algunos meses se ha resistido a comentar sobre su real estado de salud.
«Mi padre tiene casi 89 años, está en el umbral de los 90 años, es una edad a la que uno tiene que reducir un poco la intensidad de sus actividades y él lo ha hecho», afirmó el hijo del Nobel de Literatura en un acto público.
Álvaro, además mencionó que la familia está “muy unida” y que su madre Patricia, “está muy pendiente de su padre”, y que “probablemente estará en Perú hasta fin de año” y que no puede dar una fecha exacta para su próximo viaje.
Contra todo pronóstico, la Academia Sueca decidió otorgarle el Premio Nobel de Literatura a la escritora surcoreana Han Kang, quien fue galardonada “por su intensa prosa poética, que saca a la luz traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”, según declaró el secretario permanente de la Academia, Mats Malm.
Para los miembros del jurado, la autora ilumina la “conexión entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos”, y su “estilo experimental” supone una innovación en la prosa contemporánea.
La escritora de 53 años es hija del también escritor Han Seung –won. Nació en Gwangju en 1970, pero creció en Seúl desde los once años. Estudió Literatura Coreana en la Universidad Yonsej de Seúl y se licenció en 1993. Debutó con poemas que aparecieron en la revista Literatura y Sociedad, pero se dio a conocer como prosista.
En 1994, ganó el premio literario del periódico Seoul Shinmun. Posteriormente, publicó varios volúmenes de relatos. En 1999, ganó el premio a la mejor novela coreana. En 2000, el «Premio para Jóvenes Artistas de Hoy», del ministerio de Cultura y Turismo. Y, por último, en 2005, el premio de Literatura Yi-Sang.
La reciente galardonada con el Nobel de Literatura ha trabajado como periodista para las revistas Water of the Deep Spring, Journal of Publications y Spring. Su primera novela, La vegetariana (2007), fue llevada al cine en 2010 y recibió el prestigioso premio Booker Internacional en 2016. Está traducida al castellano, al igual que otra novela suya, La clase de griego. En la actualidad, Han enseña escritura creativa en el Instituto de las Artes de Seúl.
Un galardón inesperado
Como todos los años, las especulaciones sobre los posibles galardonados no se hicieron esperar. El chino Can Xue, la canadiense Anne Carson, el escritor indio-británico Salman Rushdie y el japonés Haruki Murakami eran considerados candidatos prometedores. Algunos se consideran ya eternos favoritos y, una vez más, se han ido con las manos vacías.
Después del Nobel de la Paz, el de Literatura es el más reconocido. Los galardonados y sus editores también se benefician de ello gracias al aumento de la demanda de libros.
Según contó Mats Malm, secretario permanente de la Academia Sueca, cuando llamó a la autora para comunicarle la buena noticia, Han Kang estaba almorzando con su hijo. La escritora ha prometido acudir a Estocolmo para la ceremonia de entrega del galardón, el 10 de diciembre.
Sus primeros diez años los pasó en las alturas de La Oroya (Pasco), entre recios obreros de la mina como su padre, bares de mala muerte donde no era extraño ver a uno que otro borrachín, olor a azufre y tierra recién escarbada. La madre de Jack Martínez siempre quiso una mejor vida para su menor hijo; es así que no lo pensó dos veces cuando la empresa donde laboraba su esposo le ofreció vivir en la capital.
Fue así que el pequeño Jack, ya de 11 años, y su madre llegaron al convulso y desordenado distrito de San Juan de Lurigancho (SJL).
“La primera vez que llegué nos bajamos en lo que era el último paradero de ese arenal, que hoy es la estación Santa Rosa. No recuerdo una noche tan oscura. Sin luz eléctrica, eran chozas y había que tantear con los pies para avanzar y así fue que llegamos. Al día siguiente, al despertar, lo primero que sentí fue el sol terrible sobre la arena (era verano). Fue un choque fuerte. No solo en lo material, sino también en lo cultural”, recuerda Jack.
De esta etapa rescata que pudo conocer un micropaís ahí y crecer con ellos positivamente; “había gente que venía del norte, del sur, de la selva. Gente que se veía diferente a mí y yo diferente a ellos. Crecí junto con el distrito. Recuerdo la primera vez que pusieron el agua y desagüe, fue una fiesta para todos”, relata el escritor para la agencia Andina. Hasta los 16 años, Jack fue parte de la educación estatal, y aunque su vocación y talento no afloraron de inmediato, fue la tradición oral la que lo hizo acercarse a este mundo.
Soñaba con ser periodista deportivo y Ovación era su dial favorito. La academia preuniversitaria era el paso obligado si quería estudiar Comunicación Social en la Universidad San Marcos.
Sin embargo, tuvo un extraordinario profesor que les narraba con gran habilidad diversos contenidos y que una vez delante del jovencísisimo Jack recibió su paga en efectivo.
“Dije , ¡wao! yo quiero que me paguen así… quiero ser profesor. Y comencé a leer. Así postulé a Literatura e ingresé… mis compañeros venían de distintas realidades. Fue impactante ver a compañeros que en lugar de una mochila llevaban sus libros en bolsas de plástico negras y otros que gozaban de muchas comodidades y vivían en lugares que jamás había visitado”. Fueron encuentros que la vida le planteó.
Sin tenerla fácil, en plena crisis, Jack tuvo en aquel entonces trabajar también como mototaxista para solventarse, contando con el apoyo familiar.
De ahí, el Icpna le abriría sus puertas y conocería el mundo de las exposiciones y así pasaron cinco años.
“Un amigo regresó al Perú tras estar becado y él me guió por ese camino y decidí apostar”. Dejó la zona segura, la locura de dejar todo lo establecido e irse a estudiar. “Creo que mi familia pensaba que bromeaba y no me tomaban muy en serio. Igual seguí adelante y cuando llegó el momento le dije a mi novia ´(hoy mi esposa) que me iba y si quería irse también”, recuerda.
“Después de seis años de ese primer viaje, logré invitar a mi mamá. Antes creía seguro que trabajaba en algo más y que lo de la beca era un invento para dorar la píldora, pero luego vio que todo era real”, señala con orgullo tras culminar su maestría en la Universidad de Connecticut.
Al año siguiente, obtuvo otra beca para el doctorado en Northwestern (Chicago). Durante sus años de doctorado, además de investigar y escribir la tesis, publicó su primera novela, Bajo la sombra (2014), que tuvo excelente recepción crítica. En el 2017 se gradúo como doctor y publicó su segunda novela, Sustitución. También ese año empezó como profesor en la Universidad de Hamilton, en Nueva York.
En el 2024 acaba de publicar su tercera novela, Te he seguido. En la Universidad de Hamilton enseña escritura creativa, formando jóvenes escritores. También enseña literatura peruana, promoviendo nuestra rica tradición en los estudiantes estadounidenses.
Cerca de la 1:00 p.m., las colas del comedor seguían aumentando (por la puerta posterior, lateral y frontal), el sol radiante quemaba el rostro y cabeza de los comensales, los gritos bulliciosos: zampón, haz tu cola; amiga, despierta, no dejes que se metan; seguro son los de facufide; las antisonantes voces acompañadas de un megáfono y banderola en son de protesta.
Tres de la tarde, ni un alma en los alrededores del comedor.
El jefe del comedor estaba fumando cuando tocaron la puerta.
_ Pase _ ordenó
Entró una señorita de buen porte y sonriente le dijo:
_ Buenas tardes, licenciado Abel, quisiera conversar con usted.
_ Sí, dígame
Mientras la coqueta y pícara estudiante se presentaba: me llamo Marifé, soy consejera de la Facultad de Inicial, y miembro de la comisión de almuerzos por el aniversario de mi facultad; quisiera saber qué documentos debo traer para que nuestro pedido sea atendido.
Con la mirada embobada, el jefecito del comedor, escuchaba atentamente el discurso de ese monumento de mujer que tenía en frente: blanquiñosa ella, de ojos grandes y claros, labios carnosos y sensuales, cabellera larga de color castaño, angosta cintura, caderas anchas al igual que sus pechos (todos los hombres son iguales, cuando ven carne blanca hasta podrida la consumen, y si tienen un buen derrier y busto, mejor).
Marifé, inmediatamente notó al hombre de enfrente completamente absorto con su presencia, y en un cruce de miradas hizo que el rostro del licenciado Abel se ruborizara y dibujara un mohín con sus labios (solito se delataba).
_ Ok, señorita, entiendo. Entonces, puede usted presentar un oficio del decano dirigido a mi persona, solicitando la cantidad de almuerzos que necesitan, adjuntar la resolución de aniversario de decanato y la relación de alumnos matriculados en su facultad.
Tres días después, cerca de las 6:00 p.m., se apareció Marifé por detrás del jefe del comedor, sorprendiéndolo en el momento en que abría la puerta de su carro.
_ Hola, Abel. Perdón, perdón, quise decir licenciado Abel. Veo que ya se va, y justo hoy el profesor de estadística se extendió con su clase. Mañana tendré que regresar para presentar la solicitud de almuerzo.
_ No te preocupes, déjamelo y yo mañana lo veo.
_ Qué lindo, gracias. Mmmm, sería mucha molestia si me da una jaladita hasta la puerta de la universidad. Lo que pasa es que ya está oscureciendo y me da miedito bajar sola.
_ Sí, claro, sube. Por dónde vives?
_ En Huaycán, cerca a la Plaza de Armas de Huaycán, en la Av. 15 de julio, cuadra 10. Por lo general me vengo a la universidad con los colectivos y de regreso en combi, pero si tengo suerte, hoy puedo regresar en una camioneta Chevrolet (sonrió la pendeja).
El jefecito del comedor no pudo evitar los ojos brillosos, mejillas sonrojadas y el alargamiento de sus labios, al momento de sonreír.
_ ¿Te molesta si te tuteo?
_ No, total ya estamos fuera de la universidad.
_ ¿Y tú por dónde vives?
_ En Tarazona
_ Qué pena.
_ ¿Por qué?
_ Porque unos metros más y ya me tengo que bajar. Entonces, mañana te busco para recoger la copia de mi solicitud con el sello de tu oficina (despidiéndose aparentemente con un beso en la mejilla, pero se lo dio en la comisura de los labios).
Al día siguiente, 4:30 p.m., Marifé se acercó al container que fungía como oficina del jefe del comedor, llevando Caramandungas para tomar lonche, pues días anteriores la ofrecida esta se había percatado de la cafetera y hervidora que descansaban en una mesita, ubicada fijamente en una de las esquinas del vagón.
Abel la miró y sonrió, se sacó los lentes y se restregó los ojos. Luego cortó un pedazo de papel higiénico y limpió las lunas con esmero (mientras pensaba qué decir). Los trabajadores se iban retirando con un hasta mañana jefe, todo limpio jefe, todo cerrado jefe, que descanse jefe, cuidado jefe.
_ Gracias por las rosquitas Marifé, pero ya me tengo que ir. Te prometo que mañana temprano me los como en el desayuno.
En el marco de la 28° Feria Internacional del Libro de Lima (FIL), gracias a la librería Contragolpe, se llevará a cabo la presentación del libro Gaza ante la historia, del reconocido historiador Enzo Traverso. El evento se realizará el lunes 29 de julio, en el auditorio José María Arguedas, a las 3 p.m. La presentación del libro estará a cargo del politólogo Alberto Adrianzén y la artista Daniela Ortiz.
¿Es la destrucción de Gaza una consecuencia del ataque del 7 de octubre o el epílogo de un largo proceso de opresión y erradicación? ¿Tienen los palestinos derecho a resistirse a la ocupación? ¿Hablar de genocidio es antisemitismo? En Gaza ante la historia, Enzo Traverso, uno de los historiadores más autorizados de nuestro tiempo, va a la raíz del conflicto israelopalestino poniendo en cuestión la historia del conflicto y ofrece una interpretación crítica que da la vuelta a la perspectiva unilateral desde la que nos hemos acostumbrado a observar lo que ocurre en Gaza.
Se suele describir a Israel como una isla democrática en medio de un océano oscurantista y a Hamás como un ejército de bestias sedientas de sangre. La historia parece remontarse al siglo XIX, cuando Occidente perpetró genocidios coloniales en nombre de su misión civilizadora. Sus supuestos esenciales siguen siendo los mismos: civilización frente a barbarie, progreso frente a atraso. Junto a las declaraciones rituales sobre el derecho de Israel a defenderse, nadie menciona nunca el derecho de los palestinos a resistir una agresión que dura desde hace décadas. Pero si en nombre de la lucha contra el antisemitismo permitimos que se desate una guerra genocida serán nuestras propias orientaciones morales y políticas las que se vean empañadas, serán los supuestos de nuestra conciencia moral los que se verán socavados: la distinción entre el bien y el mal, el opresor y el oprimido, los perpetradores y las víctimas.
Fecha: lunes 29 de julio
Hora: 3 pm
Lugar: auditorio José María Arguedas de la FIL (Parque Próceres de la Independencia, Jesús María, alt. cd. 16 de av. Salaverry)
Te miro por el face y vienen a mí los años de esplendor al lado tuyo. Una relación amorosa de tres años: compartiendo anécdotas, viajando juntos, experimentando emociones, conociendo un poco de ingeniería mecánica y tú aprendiendo un poco más sobre el sistema de la lengua (tú en la UNI y yo en la UNE-Cantuta). Dé repente, tu ausencia se empezó a justificar porque tenías que estudiar para tus prácticas calificadas, luego los trabajos de grupo y, finalmente, tus exámenes parciales y finales. Un par de meses después me dijiste haber conocido a una chica (rubia superficial, por cierto, tez blanca, delgada, caderona y bien tarrajeada; la típica mujer por la que el 99.9 % de hombres pierden la cabeza). Enamoramiento que te duró menos de un año, puesto que tu nueva conquista terminó yéndose con un hombre, muchos años mayor que tú; interesante cargo en la política de la universidad y de atractiva billetera. Supongo que mi poco atrevimiento sexual y la falta de coquetería fueron en gran parte, también, las causas del enfriamiento sentimental, razones por las que terminaste conmigo.
Anoche vi a Javier -me contó Mary-. Pensé que eras tú la que estaba con mi primo (estos chicos no cambian, terminan y luego regresan -me dije-…). Yo estaba comprando salchipapas en la esquina de mi casa, cuando pasaron por detrás mío, y mi primo ni cuenta se dio, y al voltear miré a la chica, quien tenía tu misma estatura, el cabello negro y lacio como lo tienes tú, y de perfil muy parecido a ti (pudiendo tener una original, se buscó una copia), pero por la oscuridad no la pude ver con exactitud. Sin embargo, esa relación no le duró mucho tiempo, porque luego lo vi salir con su actual pareja, un poco feíta la nueva prima, pero es odontóloga. Ni modo amiga, será mi primo pero que se joda… Mejor estabas tú.
A la industria editorial en crisis: lo primero es tomar por sorpresa a la hegemonía con un ramo de dientes de león. Luego, al ver los rostros entre la confusión y el estupor, soplar con dulce violencia cada una de las partículas que componen la flor. Esa es la fuerza literaria de Julio Barco (1991), señoras y señores. El poeta de El Agustino que viste y calza. No me detendré en la identidad de qué género o de qué tipo es el último libro publicado. Lo cierto es que Chaufa es un homenaje a la opacidad de la palabra y el lenguaje. En sus páginas se narra, se ensaya, se canta, se baila y se come. Como si la literatura peruana y su estado actual fuese el tema de un banquete digno de Platón, una reunión que armoniza reflexión y sentimiento.
A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, huelga deciros que este libro es una incisión en las maneras de leer el insalvable abismo entre lo popular y lo culto; entre la periferia y el centro; entre el margen y el cuadro. Al mismo tiempo, su prosa nos muestra a un escritor audaz y resiliente ante el histórico vapuleo contra quien no tiene santos en la corte. Un escritor que se desenreda, como si fuera un ovillo de lana, para golpear la mesa y declarar una nueva profesión de fe literaria. Tal vez, señoras y señores de la industria editorial en crisis, la literatura que os presentáis es, a grandes rasgos, ominosamente homogénea y continúa a mostrarnos un Perú desconectado de sus bases. Puede que esta afirmación categórica se malinterprete, pero ante un mar de literatura pituca y aspiracional en que la finalidad es conmover o divertir con historias más o menos fascinantes, escribir desde las entrañas de nuestras ciudades es un ejercicio de resistencia y estrategia. Chaufa articula la palabra como un antídoto contra la apatía que vuestra literatura vierte sobre la clase trabajadora peruana.
En un hadiz islámico se lee que el estómago es el centro de todas las enfermedades. Desde ahí, una ética del cuidado de lo que se come. En el Perú, no obstante, todavía se habla de hambre; todavía hay poblaciones enteras donde escasea la comida y no solo por el aumento en el costo de la vida ni por la falta de empleos, sino por el individualismo y, además, la insuficiencia de las políticas públicas para llegar a cada rincón de una escandalosa, pero preciosa geografía. Recuerdo un dossier de 2018, publicado en Unidiversidad, una revista de pensamiento y cultura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y titulado “Perú: los poemas del hambre”. Paolo de Lima, el compilador, enfatiza el hambre como tópico en los versos de un considerable número de autores. Y esos poemas y poetas no son los primeros que orbitan en torno a la comida, también obras como “Primicias de cocina peruana” (2005) de Rodolfo Hinostroza, “Comer en los mercados peruanos” (2019) de Mirko Lauer o incluso “Tratado de la yerbaluisa” (2012) de Enrique Verástegui son ejemplos del vínculo entre literatura y comida. El estómago se conecta con el corazón y el cerebro, ¿y ustedes señoras y señores de la industria editorial qué hacen al respecto con las problemáticas sociales de las mayorías? Una paradoja: Perú, potencia gastronómica a nivel mundial e incapaz de erradicar el hambre en su territorio.
Barco nos encuentra en el Chifa, aunque puede que otros platos que nos acomunan sean el ceviche o la salchipapa. Lo encomiable está en el imaginario popular que este escritor construye: precisamente, en ese punto en que todos los archivos se tocan y donde no originan una identidad que confronta los ánimos, sino una capaz de generar una potencia solidaria donde el Perú se construye con tradiciones, afectos y palabras. Barco apuesta, en definitiva, por un manifiesto que conjura un sentimiento social, bullendo desde un problema inmanente y trascendente: el sentido de seguir luchando juntos por un mejor Perú. A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, ¿cuántos libros tenéis que ingeniosamente pueden remecer a los sectores más populares? Una fuerte resistencia contra la literatura pequeño-burguesa, tanto como guiones que tienen éxito en Netflix y Hollywood. Barco escribe como se prepara un chaufa. Auguro que su lectura tendrá sabor a la simpleza y santidad de ese plato. Girados y apreciad la maestría del verbo. Chaufa es imperdible en este 2024 de las letras peruanas. Imperdible.