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Chacalón / EL GORRIÓN QUE BAJÓ DE LOS CERROS

Chacalón ya no canta pero su voz además de seguir perpetuando un estilo para los provincianos de la Lima, informal y achichada, hoy habita en los fastos de los prodigios y hasta le quieren construir un parque. Hace milagro también, dicen, si le rezas con fervor. «Chacalón» fue el artista que vivió en el magma de la pobreza más cruel y hoy sigue siendo un paradigma de los desterrados, que a más de una década de su muerte hoy lo consideran un santo y ocupa la versión masculina de otro personaje venerado por los humildes, los ladrones y las prostitutas, Sarita Colonia.
Tibio todavía, entre visiones difusas y el olor al alcanfor final, Chacalón había distinguido aún las facciones de Dora Puente, su esposa, pero apenas alcanzaba a descifrar lo que entre gemidos ella le decía. En el breve espacio de la sala de la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Javier Prado, Lorenzo Palacios Quispe, «Chacalón», recién tuvo la certeza de que se moría y ya casi embalsamado en los atonales himnos de ronquidos quiso pedir agua, aire, por favor, un poco más de vida. Era la media tarde de un 26 de junio de 1994, e injusto el silencio absoluto de pronto lo dominó y la parca se encargó de entonarle su punto final.
A Lorenzo Palacios Quispe lo siguen llamando «Chacalón» como si estuviese vivo. Para sus devotos, aquello de que el hombre está muerto son pamplinas. Su leyenda ahora tiene de mito religioso. “El Faraón” – así el decían los locutores– de la cumbia peruana que dejó este mundo físico cuando había cumplido 44 años, vive a regañadientes en los páramos del cementerio El Ángel en los viejo Barrios Altos limeños.
Ese día había muerto «El Faraón de la cumbia peruana», el ser de la alegoría del provinciano en Lima, su emblema y paradigma; pero desde aquella vez, su linaje había procreado al mito, al personaje que devino en predestinado santo, en un ídolo de contraseñas, en un virtuoso venerable. Su vida misma le había inventado la leyenda y esta tenía sus consignas. Que fue alcohólico, que vivía de las mujeres, que era lo que dicen un «achorado» de marca mayor, y él apenas era el artista popular que cantaba junto a los cerros que estrangulan la capital para sobrevivir fotografiado a las angustias familiares sin etiqueta.
Tenía 44 años cuando lo enterraron. Y esa despedida fue memorable incluso sobre las cicatrices que dejan el barrio y sus albañales. Qué de multitud no llegó hasta el camposanto, qué de rituales bajopoblanos no se exhibieron aquel atardecer. Su pueblo, embriagado por el dolor contenido, no halló mejor oportunidad para que ahí, en el cementerio El Ángel, cuartel Santa Glicenia 33-B, se cortara los brazos y garabateara sus tatuajes. Y el ataúd, lanzado por el gentío, estrujado por el amor a navajazos que transportaba como un Cristo y a duras penas al ídolo muerto de un paro cardiaco y más muerto todavía de vida desmesurada se marchaba para siempre. El parte médico hablaba de un coma diabético y de una sangrante úlcera gástrica y hasta de un virus inclasificable en ese momento. Luego se sabría que «Chacalón» había fallecido de rabia, pena y añoranzas.
Una voz contra las miserias
Para aquellos que lo conocimos, «Chacalón» fue ese ser necesario para el imaginario del pobre y el desarraigado sin horizontes. Y daba la talla porque cantando resolvía como una válvula de escape la frustración nacional de los peruanos marginales, aquellos que todavía habitan en la bienaventuranza de lo prodigioso, esos que horadan las márgenes de la informalidad. Por eso construyó su propia estampa para enarbolar las insignias de una cultura ilustrada en la hibridez: la cultura chicha. Expresión celebrada del provinciano conquistado por la megalópolis limeña y que resignan su sino al nudo o trenza capitalino que los atrapa y los mimetiza con la magia miserable de la sobrevivencia a tal punto que son muy pocos aquellos que retornan a sus pueblos. Peruanos de fronteras adentro, cultura del interregno y pesadumbres, costumbres del tráfago de la postración.
Su madre, doña Olimpia Quispe, había llegado a Lima desde Huamanga en el invierno de 1942 y aún adolescente se empleó como sirvienta en el barrio de Santa Beatriz. Dicen que sus paisanos le anunciaron a los gritos que tenía muy buena voz, y era cierto porque la joven Olimpia poseía un timbre que le hacía cantar los huaynos de su tierra aternurados entre sus llantos tutelares y las melancolías que canonizaban el aroma a las retamas. Un domingo debutó en el Coliseo Nacional de la avenida Bolívar en La Victoria, y Luis Pizarro Cerrón, el empresario avieso, la bautizó con el nombre de “La Huaytita”. Así quedó, así, jovencita y todavía extraviada, así se fue ganando la vida, «sola, siempre sola…» como cantaba la Flor Pucarina, en un mercado donde los hombres imponían el rigor del trago y la violencia despótica del macho.
En ese ambiente doña Olimpia conocería a Lorenzo Palacios Huaypacusi, huancaíno y cargador de La Parada. La música, el zapateo y las cervecitas hicieron lo demás. De aquel breve amor embriagado nacería Lorenzo Palacios Quispe, esa criatura que cuando vio la luz del mundo, sin embargo, no tuvo la suerte de conocer al hombre que doña Olimpia le dijo que era su padre. Luego le sucedieron otros hermanos y aún cuando niño fue conociendo a otros tantos padrastros. La mamá ahora vendía anticuchos y habitaban en un atropellado cuarto de un callejón del cerro San Cosme. El niño Lorenzo jamás se dio cuenta cómo un hombre de carácter férreo, Silverio Escalante, de pronto fue el tipo extraño a quien él debía decirle «papá» y así creció, entre las carencias y las broncas, los rostros extraños y los excesos de los mendrugos.
En la geografía de la pobreza
Entre los cerros San Cosme, San Pedro, El Pino y El Agustino existe el lugar sin dueño, la zona más violenta de los extramuros limeños. La gente es hosca y sin escrúpulos. Campea la delincuencia, las drogas y la prostitución. En los albores de los años cincuenta, como bien refiere José Matos Mar [1], la presencia de los provincianos en Lima alcanza proporciones demográficas inconmensurables. La Carretera Central, la principal vía que comunica a la capital con los pueblos de los Andes centrales, desemboca precisamente en ese cuadrante de la marginalidad. Hasta ahí llegaron esos peruanos desalojados de sus querencias y fueron a dar a las cumbres de la miseria desde donde se puede ver el mar. Invadiendo los cerros, se fueron haciendo al principio de casas de esteras en un aglutinamiento urbanístico sin orden ni concierto. Ahí creció Lorenzo Palacios Quispe.
Entre Manzanilla y el jirón Sebastián Barranca la vida no vale nada. Aquí las prostitutas y sus cafichos, más allá los borrachos bebiéndose la existencia alcohólica y sus últimos suspiros metílicos. Ahí, el Lorenzo niño tenía que sobrevivir ahora robando frutas de los camiones, ahora de «campana», ahora de aguatero de burdel y lo sabían, y quisieron corregirlo a correazos y dicen que se arrepintió. Y entonces desde los 7 años tuvo que trabajar de lustrabotas, de ambulante, de ayudante de cocina y hasta fue ‘pájaro frutero’ [2]. En la casa, los hermanos seguían llegando así como cuanto extraño se aparecía por el callejón.
Según me confesó en la entrevista que le hiciera en una tarde de julio de 1989 [3], él nunca supo con certeza cuántos hermanos fueron porque era tal la promiscuidad en la familia que Lorenzo no supo diferenciar quién era su pariente, quiénes sus tíos, quiénes sus primos. Cuando estuvo en edad escolar lo matricularon en un colegio fiscal de la avenida San Pablo. Lorenzo tenía habilidad para cualquier cosa menos para los libros. Su padrastro –contaba «Chacalón»– lo encontró una vez jugando fútbol en vez de estar en clases. Esa noche lo flagelaron. Lorenzo no lloraba pero le dijo al padrastro que prefería el trabajo a los cuadernos y desde aquella vez lo emplearon en un taller de zapatería. No obstante, un rencor inconfesable lo había marcado para siempre y su destino le había cancelado su inocencia. Ese invierno sin abrigo le cambió la vida y se hizo hombre sin recargos.
El artista de los necesitados
Lorenzo ya había cumplido los 15 años y entre otras cosas había aprendido también la técnica fina en la elaboración de zapatos para damas. Fue así que me contó en aquella conversación en su casa y entre vasos de cerveza y aguardiente cómo se inició en el canto: «Una tarde en el campo del colegio Labarthe, allá por la avenida México, en un festival musical deportivo, yo estaba jugando fútbol. Era un campeonato relámpago y yo era arquero del club Juventud Chacapampa. Mis compañeros, mis patas, que sabían que yo cantaba en las cantinas, me animaron a subir al escenario porque había un pequeño concurso para principiantes. Subí al estrado que estaba detrás del arco y donde un rato antes habían cantado mis ídolos del folclore. Era domingo y recuerdo clarito, ahí estaba Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Princesita de Yungay y otras estrellas del huayno. Yo estaba picado, ya nos habíamos tomado casi dos cajas de cerveza, pero no desentoné y me aplaudieron y de futbolista pasé a ser cantante profesional. Como nosotros éramos pobres y misios, al menos esa noche llevé alguito para la comida, para la olla de la casa».
La música folclórica, a partir de los años 60 había encontrado un amplio nicho tanto en la radio como en los discos. «Picaflor de los Andes» era un ídolo de multitudes y llenaba cuanto festejo o fiesta se realizaba en los coliseos [4]. Ya en esos años, otro artista andino, «El Jilguero del Huascarán», era quien más discos vendía en el país. Pero el Perú estaba invadido por los ritmos tropicales, la Sonora Matancera y las cumbias de Tulio Enrique León. Así, producto de esa influencia, en 1965 aparece un grupo nacional distinto: Los Pacharacos de Fredy Centi, quienes ‘tropicalizaban’ los huaynos que tenía origen en el valle del Mantaro. La mezcla sonaba rara pero enganchaba con los públicos migrantes. Luego irrumpen dos bandas típicas de esa misma zona de la sierra peruana: Los Demonios del Corocochay y Los Demonios del Mantaro. Estos últimos imponen el tema «La Chichera». Para muchos estudiosos del fenómeno ‘chicha’, este es el momento en que se gesta el género y que abriría las puertas a una transformación en los gustos y las modas y que traspuso el umbral de lo puramente musical para convertirse en un hito sociocultural en el Perú [5].
El laberinto de la «choledad»
Pero en aquel tiempo Lima se sofisticaba –como afirma el sociólogo Eduardo Arroyo– siguiendo las pautas del american way of life. En la capital aparecen discotecas, supermarkets, snack bars, fuentes de soda. Surgen a imagen y semejanza de los mall americanos tiendas como Sears Roebuck y grandes almacenes por departamentos, y hasta se pone de moda un deporte: el bowling. El país y la capital pasan de aristócratas a plebeyos. Simultáneamente, la cultura criolla se torna agresiva y aparece un término para denominarla con propiedad: «Lima se achora» [6].
En esa Lima de contrastes y transfiguraciones, Lorenzo Palacios ya está convertido en un maestro en el taller de zapatería donde se hace de un amigo entrañable, Mauro Puente. Con él asisten a cuanta fiesta hay en el barrio y acompañan a sus ídolos –en aquel tiempo ya estaba de moda el grupo Los Destellos del guitarrista Enrique Delgado– hasta las fiestas más lejanas de Comas y San Martín de Porres. Son, pues, Los Destellos los precursores de la cumbia peruana, híbrido musical que al fusionarse con los aires andinos cuaja perfectamente a tal punto de quitarle popularidad al huayno y al huaylash que, como géneros masivos, integraba a la mayor cantidad de provincianos serranos de la capital. Mauro Puente tenía una hermana, Dora, y ella también los acompañaba con sus amigas a aquellos bailes donde la gente bebía hasta perder el conocimiento. Lorenzo Palacios, una noche de esas, no pudo más contra los arrebatos de su corazón y tuvo que confesarlo. Estaba enamorado de Dora, y de la declaración de amor, su matrimonio civil y el nacimiento de su primer hijo, el mismo «Chacalón» cuenta que él mismo no sabe qué tiempo pasó y apenas le pareció un instante.
Era el tiempo de la insurgencia de otros grupos como «Los Diablos Rojos» de Marino Valencia, «Manzanita y su conjunto», «Pedro Miguel y sus Maracaibos». Desde la selva llegaba «Juaneco y su Combo» y «Los Mirlos», dos conjuntos que llegaban con las mismas ganas de conquistar la capital. Luego aparecerían «Los Ecos» de Edilberto Cuestas y el Grupo Celeste de Víctor Casahuamán. Es con el «Grupo Celeste» que Lorenzo Palacios debutaría en una fiesta tropical en el local «Mi Huaros Querido» de San Luis. En este conjunto cantaba «Chacal», el hermano de Lorenzo, pero esa noche no llegó. Así, cuentan que el director, Víctor Casahuamán, observó que ahí se encontraba Lorenzo tomándose unas cervezas con sus amigos, lo llamó a un apartado y le propuso que cantara en lugar de su hermano. Lorenzo cantó y no desentonó pero aún no tenía nombre artístico. Terminado el espectáculo le dijo al director, casi en secreto: «Si mi hermano es Chacal, entonces yo seré Chacalón».
Muchos investigadores del fenómeno «chichero» afirman que con «Chacalón» se inicia la verdadera «chicha», la ortodoxa y genuina. Es decir, como afirma Wilfredo Hurtado Suárez [7], que la «Chicha» es el primer producto cultural que genera la migración y que perfilan los avatares de la asimilación de los provincianos a los desafíos de la gran ciudad. «Chacalón» así, es el paradigma. Sin duda, los éxitos de sus temas [los de corte romántico, los del recuerdo al terruño, los del despechado y los del «achorado»] se expandieron en el ámbito nacional homogenizando amplios sectores urbanos y rurales. «Chacalón», no obstante, coexiste al mismo tiempo y es popular sin desplazar radicalmente las múltiples expresiones andinas más antiguas y las nuevas representaciones del folclore tanto así que hoy, casi una década después de su desaparición, en programas radiales, clubes provincianos, campos deportivos, restaurantes-recreos y carpas, cantantes como Max Castro o Dina Páucar siguen teniendo su público como la chicha –con nuevos grupos y cantantes— también tienen el suyo.
El huayno se hace electrónico
Es verdad, con «Chacalón» comenzó a perfilarse un nuevo estilo de cantar y tocar la cumbia peruana. Por eso, aquellos músicos criollos del género tropical sintieron que, en el fondo, Lorenzo Palacios estaba cantando un nuevo tipo de huayno, con el agregado de la percusión caribeña pero con un gemir casi genético que se le escapaba del alma. De ahí que lo llamaran peyorativamente «cantante chichero». No obstante, fue «Chacalón» quien le puso a la chicha el aliento de barrio serrano, del cerro cholo y también le dio un himno a todos los migrantes de la urbe: en el tema «Soy provinciano», que pertenece a Juan Rebaza, y que por esos enigmas y argucias que tienen los músicos aparece como autor el mismo «Chacalón», este dice: «Soy muchacho provinciano,/ me levanto muy temprano,/ para ir con mis hermanos,/ a trabajar…/ No tengo padre ni madre,/ ni perro que a mí me ladre,/ sólo tengo la esperanza,/ de progresar…». Era un himno reivindicativo y un lamento de un destino inmisericorde. De esta manera y no de otra, su cantó prendió en el corazón de su pueblo y de ahí que los promotores y locutores acuñaran esa famosa frase que se entonaba a los gritos en cuanto ‘chichódromo’ se presentaba Lorenzo Palacios: «Cuando canta Chacalón, bajan los cerros». Y cuánta verdad había en aquella sentencia.
En los años ochenta, el Perú retorna a la democracia luego de 12 años de dictadura militar. Surgen nuevos íconos y aparecen otras tendencias. El clima de libertad se siente también en las zonas marginales, que con la llegada de Alfonso Barrantes a la alcaldía metropolitana de Lima, sectores siempre marginados se ven representados en sus más amplias aspiraciones. En la sierra, al contrario, el clima violento impuesto por Sendero Luminoso genera un desplazamiento masivo a las urbes. Es a partir de esa época que «Chacalón» consolida su estilo. Sus temas «Por ella la botella», «Viento», «Sufrir, llorar para qué» y la ya famosa «Soy provinciano» le otorgan una popularidad inusitada. Hacía buen tiempo se había separado del Grupo Celeste y formó otros conjuntos como El Súper Grupo hasta encontrar los acompañantes adecuados –‘su mancha’ como él decía– para integrar «La Nueva Crema», el grupo que lo encumbró como a nadie.
Entonces se muda del cerro de San Cosme e inaugura su casa en el complejo residencial Los Incas en el barrio de Santo Cristo. El grupo graba para el sello Horóscopo de Juan Campos y después el mismo «Chacalón» crea su sello porque le advirtieron que los empresarios chicheros lo estaban estafando. Hoy, su viuda Dora Puente reconoce que el cantante jamás ganó una fortuna, como aseguraban algunos. Por el contrario, afirma que los que hicieron dinero con él fueron los empresarios que lo manejaron. El propietario de la promotora El Pacífico, Juan Ortiz Ñauri, el ya mencionado Juan Campos del sello Horóscopo y los dueños de la Promotora Markahuasi. De Víctor Casahuamán, el director del «Grupo Celeste» la señora dice que este lo explotaba y que lo hacía cantar a diario con una paga miserable. Dora Puente asegura que al momento de morir «Chacalón» sólo dejó deudas, por lo que tuvieron que vender las combis, el auto de uso personal y la casa de Los Incas. Hoy, la viuda de «Chacalón» habita en una modesta vivienda en San Juan de Lurigancho, casa que le compraron sus tres hijas que siguen viviendo en los EE.UU.
La fortuna que jamás existió
Paco Pajuelo, su amigo y guardaespaldas, recuerda que a partir de 1984 había actuaciones todos los días. Luego comenzaron las giras y llegó la fama. No obstante, niega que «Chacalón» organizara sus propias fiestas y él mismo invirtiera en cerveza. Al contrario, él sólo ganaba por cantar y ese dinero servía para mantener a su organización artística de 12 personas. Cierto que vivía en los fastos de la popularidad pero que aquello lo obligaba a donar, obsequiar y reconfortar a los menesterosos que lo seguían. Por algo no era amigo del animador Augusto Ferrando quien lo invitaba a su programa de Panamericana Televisión, y su mundo, aunque se fue agrandando hasta convertirse en una mega estrella de la canción popular, en el fondo no era un ser feliz –secuelas traumáticas de su infancia hubiera afirmado un sicólogo— a pesar de que lo reclamaban en Bolivia y también en Ecuador y hasta tuvo oportunidad de actuar para la colonia peruana residente en Nueva York.
Lorenzo Palacios, sin embargo, era un tipo calmo y de vida familiar. Ya tenía siete vástagos e hizo todo lo posible para que sus hijas residan en los EE.UU. Ahora, algunos podían decir que tenía dinero y que la prosperidad le sonreía. Que fue cierto que invirtió en autos y las combis para que trabajen en el servicio urbano. Pero marcado por ese estigma del pobre, el dinero se le iba como agua entre los dedos. Por eso para muchos resulte extraño que un día se le ocurrió ingresar a estudiar cosmetología junto a su esposa –«Sabes, era para no perder el tiempo porque yo sólo trabajaba por las noches», me contó– y al tiempo era ya un señor peluquero. Poseía también un diploma de sastre y él mismo mandaba a diseñar sus trajes. Todos eran brillantes, con lentejuelas, de colores chillones. «Así se viste mi pueblo» decía y seguía acumulando trabajo y amigos, los de verdad y esos que se chupaban su plata. El ambiente que frecuentaba, paradójicamente, él mismo lo había construido y entonces no podía escapar del alcohol y de las vedettes y los hampones que se aprovechaban de su fama.
Ahí comenzaron los problemas familiares porque la prensa amarilla hablaba que a «Chacalón» lo habían visto en restaurantes y hostales con una y con otra. Además, como reconocería después la esposa, muchos de sus amigos sólo estaban cerca de él porque el hombre tenía dinero y hasta le hacían firmar documentos cuando «Chacalón» estaba ebrio. Guillermo de la Riva, su amigo desde la niñez, recuerda que todos le decían que deje ciertas amistades y que no frecuente ciertos lugares de mala reputación. «Chacalón» no hacía caso. Nadie se explicaba por qué había cambiado tanto y ya no era ese hombre generoso que oía a sus verdaderos amigos y estaba atento a su vida familiar. Cierto, la factura que luego le pasó la fama fue cruel porque en ese tiempo aparecieron otros grupos más jóvenes con igual arraigo masivo. Los Shapis, Vico y su grupo «karicia», y el «Grupo Alegría» del gran Alín y otros más y que no sólo tocaban muy bien sino que habían introducido mejores arreglos e instrumentos electrónicos que nadie sospechaba su hubieran podido utilizar en este tipo de música. Entonces la competencia se hizo dura y había que dar la batalla.
Cervecita, licor amargo
Todos están de acuerdo que era en las fiestas de «Chacalón» donde la gente consumía más licor. Según el mismo De la Riva, un domingo en una fiesta se vendía mil docenas de botellas de cerveza. Los otros grupos no llegaban ni a la mitad. Pero otro aspecto era cierto: cada vez había que estar a la vanguardia porque los jóvenes habían comenzado a «rockear» o «salsear» los ritmos chicheros y habían ganado nuevos públicos. Entonces, la Lima de los provincianos vivía para la música y la insurgencia del sector informal se fusionó a este movimiento. Las playas de estacionamiento del Centro de Lima los fines de semana eran convertidas en salas de baile y otros locales dedicados sólo al negocio folclórico tuvieron que modernizarse, cambiar de equipos porque aquella música que había patentado «Chacalón» se había vuelto del gusto masivo, había invadido toda la capital y hasta el mundo académico, el intelectual y los políticos se preguntaban qué estaba pasando.
Don José Irei, el dueño de Radio Inca, recuerda que cierta vez le preguntó a «Chacalón» por qué en sus fiestas todos bailaban con los dedos en punta. «Chacalón» le confesó que era porque todos querían demostrar que portaban navajas o cuchillos. Y no le faltaba razón, esa fanaticada de avezados, drogados y ebrios y a punto de los diablos azules sacaban sus cuchillos frente al escenario y se cortaban los brazos en señal de compromiso con su ídolo. Una cosa de locos, decía Irei quien cuenta ahora que sus seguidores, aunque parezca mentira, han aumentado. «En el tanque que está sobre el cerro San Cosme la gente llega en peregrinación, rezan frente a varias imágenes –fotos y dibujos– del cantante y hasta le piden milagros».
«Chacalón» contaba que la gente pobre pero honrada tiene en este país dos únicas misiones: «La chamba y el vacilón. No hay más. Si no chapamos para nosotros la mitad de cada una estamos fregados. Hay que saber, hay que encontrar el secreto para chambear contentos. Uno no puede sacrificar la chamba o la pendejada. Tenemos que agarrar la mitad de cada uno. Porque uno puede tomarse su trago, puede jaranearse, puede tener un montón de mujeres, aunque yo siempre digo: hay que tener tres canales como máximo, pero tienes que sacarte la mugre trabajando para darte esos lujos. Si no, agarramos, formamos nuestra banda y nos ponemos a asaltar bancos». Esa era su filosofía. Por eso, desde el estrado, él metía un carajo cuando comenzaban las broncas y más parecía un sacerdote. Por eso para muchos era «Papá Chacalón». Y así lo llamaban porque siempre estaba demostrando que se trataba de un ser sencillo y humilde. «Trabajo con mi gente en lugares pitucos o en mercados de unos asentamientos humanos. No me hago problemas. Yo pude quedarme en los Estados Unidos. Pero estoy aquí, con mis cholos. Yo soy fanático del Alianza Lima y del Señor de los Milagros. Por eso soy feliz porque tengo un chupo de ahijados».
Era sabio, a su manera, que dos meses antes de morir presentó en un baile a su hijo José María como su sucesor. En ese entonces el chico apenas tenía 12 años y hasta hoy sigue cantando sin mayor fortuna como un fantasma que sólo hace extrañar al ídolo. Otro de sus hijos, Juan Carlos salió malo y hace unos años fue liquidado por la policía cuando robaba un auto. «Chacalón» fue sabio a su manera que el mismo preparó su entierro como si fuera una fiesta. Querido como ninguno, esa tarde del 26 de junio de 1994, dos días después de su muerte, la multitud, su gente, lo dejó arrebatada para siempre en su última morada. Lloraban y se cortaban y borrachos tropezaban como una danza demoníaca que hasta hoy no acaba.
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[1] Matos Mar, José. Desborde popular y crisis del Estado: el nuevo rostro del Perú en la década de 1980. Perú Problemas. IEP. Lima 1984.
(2] Sobrenombre que se le da a los niños que viven por su cuenta y tienen que alimentarse con lo que roban. Hoy se les suele llamar «pirañas».
[3] Revista «Festival», número 6, publicada por IDESI. Lima, julio de 1989.
[4] La institución «Coliseo» –suerte de carpa de circo— fue el primer escenario artístico para los artistas provincianos. Famoso fue el coliseo Manco Cápac en los años 40 y el coliseo Nacional en los 50.
[5] Carlos Iván Degregori, «Huayno, chicha: el nuevo rostro de la música peruana». IEP. Lima, 1997.
[6] «El achoramiento» deviene del término «choro» [ladrón] y que a su vez se deriva del lunfardo argentino «chorro» de igual implicancia.
[7] Wilfredo Hurtado Suárez. «La música y los jóvenes de hoy: los hijos de la chicha» En «Lima, aspiraciones, reconocimiento y ciudadanía en los noventas. Carmen Rosa Balbi, editora. Fondo Editorial PUCP. Lima 1997.
(Texto tomado del libro PROVINCIANO SOY – Historias de la cumbia peruana, que se publicaran en el 2013)
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Profesor de Bellas Artes amenaza con querellar a sus colegas por difundir publicación periodística
Mauro Yrigoyen Fajardo, docente y esposo de la directora de Bellas Artes, ha amenazado con denunciar a profesores que compartieron una nota periodística que lo vincula a millonarios beneficios judiciales.

Una reciente publicación de Lima Gris titulada: “Directora y profesores de Bellas Artes tras más de 5 millones de soles por beneficios judiciales” ha reavivado tensiones dentro de la Universidad Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (UNABAP). El informe periodístico revela que la actual directora general, Eva Dalila López Miranda, su esposo, el profesor Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo, y un grupo de docentes cercanos a la gestión, interpusieron demandas judiciales para obtener millonarios pagos por presuntos beneficios laborales, pese a que existirían fundamentos administrativos que cuestionan la legalidad de tales compensaciones.

Directora General de Bellas Artes, su esposo Mauro Yrigoyen y un grupo de docentes obtienen millonarios pagos, tras demandar a la institución donde laboran
Frente a la difusión de esta información —de acceso público y de interés institucional— el profesor Yrigoyen Fajardo ha optado por una respuesta que ha sido calificada por sus colegas como intimidatoria: ha amenazado con querellas por difamación a quienes compartan o comenten el contenido de la mencionada nota.
«Dejen de replicar una nota que la hace suya al publicarla y que no se ajusta a la verdad, o les haré una querella por difamación», se lee en el mensaje del docente Mauro Yrigoyen.

La advertencia se realizó en un grupo de WhatsApp denominado “DOCENTES_ENSABAP”, donde participan profesores de la casa de estudios. En dicho espacio, Yrigoyen Fajardo afirmó que las demandas iniciadas en 2014 por un grupo de 22 docentes —incluyéndose él mismo— fueron procesos ganados legalmente y que aún se encuentran en etapa de liquidación. También señaló que no se ha percibido monto alguno, y que el desembolso no le corresponde a la universidad bellasartina, sino al Ministerio de Educación y a la Procuraduría General del Estado. Además, alegó que se está atentando contra su honor por bajezas personales.
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Directora y profesores de Bellas Artes tras más de 5 millones de soles por beneficios judiciales
La Directora General de Bellas Artes, su esposo Mauro Yrigoyen y un grupo de docentes obtuvieron millonarios pagos tras demandar a la institución donde laboran. A través de procesos judiciales, lograron beneficios que, en algunos casos, superan el medio millón de soles por persona. En total, los requerimientos económicos de este grupo ascienden a la millonaria suma de más de 5 millones de soles.

La actual directora general de la Universidad Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (UNABAP), antes Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), Eva Dalila López Miranda, su esposo Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo y un grupo de docentes allegados, han protagonizado una serie de demandas judiciales contra la institución. A través de estas acciones legales, han obtenido y buscan obtener millonarios pagos por supuestos beneficios laborales, pese a que existen fundamentos legales y administrativos que indicarían que tales compensaciones no les corresponden.
Una estrategia judicial
Desde hace varios años, un grupo de docentes vinculados a la Dirección ha instaurado una práctica sistemática de llevar al ámbito judicial diversos reclamos laborales. Esta tendencia, definida por trabajadores internos como el “modus operandi de judicializar todo”, ha resultado en múltiples juicios contra Bellas Artes, los cuales han permitido a los demandantes obtener beneficios económicos que en condiciones regulares serían improbables.

Mauro Yrigoyen, Eva López y Antonio Pimentel.
Entre los casos más llamativos se encuentra el uso de demandas judiciales para obtener grados académicos sin haber cumplido los requisitos establecidos por ley. En algunos expedientes, jueces han ordenado que se reconozca el grado de bachiller a docentes que solo contaban con un título profesional a nombre de la Nación, sin tesis ni el proceso universitario correspondiente. Es la primera vez que un juez dispone homologar un título profesional como equivalente al grado académico de bachiller sin sustentación de tesis.

Grado de Eva Dalila López Miranda (Directora General de Bellas Artes).

Grado de Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo (Esposo de la Directora General).

Grado de Herminio Andía Chávez (Director de Centro Pre Bellas Artes (Cepreba).
Demandas por beneficios millonarios
El patrón se repite en el terreno económico. Eva López Miranda, en su rol de directora general, junto con su esposo Mauro Yrigoyen Fajardo y otros colaboradores cercanos, han interpuesto demandas para exigir pagos por nivelación de sueldos, bonificaciones por preparación de clases y otros conceptos. Algunos de estos montos alcanzan cifras que superan el medio millón de soles por persona.

Esposo de la Directora General de Bellas Artes demandó a la escuela por nivelación de sueldos.
Por ejemplo:
Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo (esposo de la directora) ha solicitado el pago de S/ 484,519.74.

Herminio Andía Chávez, actual director del Centro Pre Bellas Artes (Cepreba), exige S/ 573,641.92.

Antonio Pimentel Nieto, exdirector de dicho centro, demanda S/ 326,068.74.

A esto se suma un juicio global por S/ 2’898,987.44 ya en etapa de ejecución.
En total, los requerimientos judiciales interpuestos por Mauro Yrigoyen Fajardo y este grupo ascenderían a aproximadamente S/ 5,374,502 (cinco millones trescientos setenta y cuatro mil quinientos dos soles), monto que representa una carga presupuestal que afectaría las arcas de la institución universitaria.
¿Les corresponde por ley?
La base legal a la que apelan estos docentes para justificar sus demandas es la Ley N.º 29944, Ley de Reforma Magisterial. En particular, argumentan tener derecho a beneficios señalados en el artículo 41° de dicha ley, como vacaciones, asignaciones, compensaciones por tiempo de servicio, subsidios por luto y otros.
Sin embargo, existe una omisión crucial: el artículo 4° de la misma norma establece como requisito indispensable para acceder a estos beneficios ser profesional de la educación, es decir, contar con título de profesor o licenciatura en educación, con calificaciones y competencias debidamente certificadas.
Al revisar la situación académica de los demandantes, se observa que muchos no cumplen con este requisito. Según información de SUNEDU, ni la directora Eva López Miranda, ni su esposo Mauro Yrigoyen, ni sus funcionarios cercanos como Herminio Andía Chávez y José Lino Ayala, cuentan con títulos pedagógicos que los acrediten como profesionales de la educación.
En consecuencia, su inclusión en el régimen de la Ley 29944 es jurídicamente cuestionable. De hecho, por no cumplir con los requisitos mínimos exigidos por ley, los beneficios reclamados no deberían ser reconocidos. Más aún, se sostiene que parte de lo ya cobrado podría haber sido obtenido de manera irregular y, por tanto, debería ser devuelto.
Reincorporados, no nuevos contratados
Otro punto crítico es el régimen laboral al que pertenecen estos docentes. Según la Ley N.º 26860 de 1997, que reorganiza la Escuela Nacional de Bellas Artes, el personal que ingresó a laborar después de su entrada en vigencia se sujeta al régimen laboral de la actividad privada. Sin embargo, los docentes demandantes no ingresaron como nuevos contratados, sino que fueron reincorporados o repuestos por orden judicial, lo cual implica que mantienen su régimen original: el del Decreto Legislativo N.º 276 (administrativo público).
Como se recuerda, el 27 de junio de 2012, una sentencia del Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de amparo presentada por Mauro Yrigoyen Fajardo y otros docentes, por despido arbitrario. En consecuencia, se ordenó a la Escuela Nacional de Bellas Artes la reposición de Eva Dalila López Miranda, Herminio Andía Chávez, Serafín López Fabián, José Lino Ayala, Juan Marcelino León Dextre y Martina Martínez Rodríguez. Este grupo de docentes ha mantenido una relación muy estrecha y “coordinada” desde entonces.

Sentencia del TC falló a favor de la “cofradía” de docentes bellasartinos.
Pese a ello, en sus demandas utilizan como argumento la Ley del Profesorado N.º 24029, que también requiere título profesional de profesor para pertenecer a la carrera pública. Una vez más, muchos de los demandantes no cumplen ese requisito básico, por lo que su inclusión en dicha carrera y los beneficios asociados también carecerían de sustento legal.
En busca de más millones
La controversia alcanzó un punto álgido con la Resolución N.º 33 del 28 de diciembre de 2023, emitida por el juzgado que atiende el pedido del Sr. Mauro Yrigoyen Fajardo. En dicha resolución, se autoriza el embargo en forma de retención de hasta S/ 2’898,987.44, ordenando que la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú retenga fondos no ejecutados del presupuesto 2023 para cubrir el pago.


Resolución N° 33 que atiende pedido de Mauro Yrigoyen y se autoriza embargo.
Este hecho se torna aún más preocupante cuando se revela que el propio demandante conocía con anticipación el monto no ejecutado en el área de Recursos Humanos. Tal como consta en documentos oficiales, el presupuesto del área en 2023 fue de S/ 2’495,048, de los cuales solo se ejecutaron S/ 1’107,088, quedando S/ 1’387,960.46 sin usar.


Resolución 34 que se integra como parte de la Resolución 33.
El 28 de marzo de 2025, mediante la Resolución N.º 38, el juzgado aprobó las pericias de parte de los demandantes y otorgó un plazo de diez días para que Bellas Artes cumpla con abonar los siguientes montos:
Mauro Yrigoyen Fajardo (esposo de la directora López Miranda) : S/ 484,519.74


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Mauro Yrigoyen Fajardo.
Serafín López Fabián: S/ 479,368.34


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Serafín López Fabián.
Herminio Andía Chávez: S/ 573,641.92


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Herminio Andía Chávez.
Antonio Pimentel Nieto: S/ 326,068.74


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Antonio Pimentel Nieto.
Estas cifras no incluyen los S/ 611,919.88 ya cobrados entre 2011 y 2014 (según se indica, en promedio 27 mil soles por persona, (incluida la directora López Miranda), ni el juicio general de casi tres millones en ejecución.
Total estimado:
S/ 5,374,502 (cinco millones trescientos setenta y cuatro millones) en beneficios judiciales.


Resolución N.º 38 que ordena a Bellas Artes abonar cientos de miles de soles a los docentes demandantes.
¿De dónde saldrá el dinero?
El origen de los fondos para cubrir estos pagos ha generado alarma. Documentos judiciales demuestran que la Dirección de Planificación de Bellas Artes liderada por el señor Alfredo Ocrospoma proporcionó a la Secretaría General de la escuela mediante el FUT N.º 8643, información detallada sobre la ejecución presupuestal de los años 2016 al 2023. Esa data fue utilizada para identificar los saldos disponibles, los cuales están siendo comprometidos judicialmente para pagar los beneficios en litigio.
Por ejemplo, del presupuesto 2023 de S/ 2’495,048 asignado a Recursos Humanos, solo se ejecutó S/ 1’107,088, dejando disponible S/ 1´387,960.46; cantidad suficiente para cubrir lo solicitado judicialmente.
Una ejecución presupuestal en crisis
La ejecución presupuestal general de la institución también ha sido motivo de pronunciamiento por parte del Sindicato de Trabajadores Administrativos. En un comunicado fechado el 24 de junio de 2025, el gremio alerta que “la ejecución presupuestal se hace agua”.

Pronunciamiento del Sindicato de Trabajadores de Bellas Artes.
Según el portal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Bellas Artes ha ejecutado apenas S/ 4´133,880 de un presupuesto total de S/ 14´687,497, es decir, menos del 30% a mitad de año.
El sindicato se pregunta con ironía si la razón detrás de esta baja ejecución es el deseo de reservar fondos para el cumplimiento de sentencias judiciales como las aquí descritas. Mientras tanto, los recursos que deberían invertirse en mejoras académicas, obras, equipos, atención estudiantil y otros fines prioritarios, siguen sin ejecutarse. ¿Será que no hay ejecución para luego pagar millonarios beneficios que están judicializados?
Un detalle importante, aquí la directora Eva López sería juez y parte, ya que ella dirige Bellas Artes, y al mismo tiempo impulsa procesos judiciales que la benefician directamente.

Eva López.
El caso de la UNABAP revela un patrón preocupante: el uso del aparato judicial para obtener beneficios económicos personales a costa del presupuesto público, incluso cuando existen fundamentos legales para cuestionar dichas demandas. La falta de títulos pedagógicos, el régimen laboral inaplicable, el conocimiento previo del presupuesto disponible y la sospechosa inejecución de fondos institucionales conforman un escenario que merece la atención de las autoridades fiscalizadoras.
Lima Gris intentó comunicarse vía telefónica con Mauro Yrigoyen Fajardo, su esposa Eva Dalila López Miranda, Antonio Pimentel Nieto, Herminio Andía Chávez, y Serafín López Fabián, para que brinden sus descargos respectivos, y se les dejó un mensaje en el chat del WhatsApp.
Hasta el cierre del informe la única funcionaria que respondió el mensaje fue la directora general Eva Dalila López Miranda; sin embargo, se abstuvo de responder las preguntas que se le formuló y únicamente indicó que todas las consultas le sean derivadas a la secretaria general de la UNABAP, Mabel Lizarzaburu Rodríguez, con quien luego de entablar comunicación se le formuló las preguntas correspondientes; sin embargo, tampoco respondió las mismas.
Mientras tanto, la universidad más importante de formación artística del país enfrenta una crisis financiera que afecta directamente su misión educativa. Finalmente, el Ministerio de Educación, hasta el cierre de este informe, tampoco se pronuncia oficialmente sobre este escandaloso caso.
Actualidad
El controvertido viaje de la alcaldesa de Barranco a Israel
Mientras Barranco afronta caos urbano y obras inconclusas, su alcaldesa Jessica Vargas hará una gira a Israel para asistir a la MUNI EXPO 2025. La agenda incluye visitas a zonas de conflicto, memoriales de ataques terroristas y encuentros políticos. Es decir, será parte de la campaña proisraelí.

El pasado 7 de julio, la Municipalidad Distrital de Barranco recibió una invitación del Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado de Israel dirigida a la alcaldesa Jessica Vargas Gómez, para participar en la MUNI EXPO 2025. El evento, organizado por la Federación de Autoridades Locales de Israel, se llevará a cabo entre el 12 y el 19 de julio en Jerusalén y Tel Aviv. La invitación fue canalizada por la Secretaría General a través de Jorge Luis Rey de Castro y remitida a la Gerencia Municipal para su evaluación.

Invitación a la alcaldesa de Barranco Jessica Vargas para viaje a Israel.
Desde el primer momento, el procedimiento burocrático siguió su curso. El gerente municipal, Manuel Milenco Espinoza Loarte, solicitó un dictamen legal a la Gerencia de Asesoría Jurídica, bajo la dirección de Jorge Aurelio Alferrano D’Onofrio, para determinar la procedencia del viaje. En su informe, Alferrano concluyó que el Consejo Municipal debía autorizar o rechazar la solicitud, dado que los costos del viaje (pasajes aéreos, alojamiento, alimentación, visitas técnicas, transporte interno y entrada al evento) serán asumidos por los organizadores, a excepción del seguro médico y de viaje.

Memorándum enviado por el Gerente Municipal al Gerente Legal de la MDB.
No obstante, en un matiz significativo, el asesor legal recomendó que, en caso de no obtener la autorización del Consejo, la alcaldesa podía optar por hacer uso de su descanso vacacional para asistir al evento, siempre que se dejara constancia oficial de la encargatura del despacho edil al teniente alcalde, Jaime Chihuán León.


Informe del Gerente Legal, que eleva autorización de viaje al Consejo Municipal.
¿Un viaje de “interés nacional”?
Más allá de los tecnicismos legales, el informe jurídico de Alferrano citó la Ley N° 27619, que regula los viajes al exterior de servidores y funcionarios públicos. Esta norma establece, en su artículo 2°, que los viajes deben estar debidamente sustentados en un interés nacional o institucional. La pregunta inevitable es: ¿responde este viaje a una necesidad urgente del distrito o representa un genuino interés institucional? ¿O estamos frente a otro caso de turismo diplomático disfrazado de gestión pública?

Informe del abogado Alferrano señala que viaje obedece a un interés institucional.
La agenda oficial del evento deja dudas razonables. Incluye actividades con un marcado tinte político e incluso militar, como visitas a zonas afectadas por ataques con misiles iraníes, recorridos por kibutzim atacados por Hamás el 7 de octubre de 2023, y encuentros con sobrevivientes de estos eventos, como la fatídica Fiesta Nova.

Itinerario a seguir el 14 de julio en Israel.
También se contempla un diálogo con el periodista Henrique Cymerman, especialista en temas de Medio Oriente, y recorridos por lugares históricos y turísticos como el Monte Bental, la Galilea, el Mar de Galilea, Cesarea Marítima, y el Museo del Holocausto Yad Vashem.

Itinerario a seguir el 16 de julio en Israel.
Uno se pregunta: ¿qué beneficio directo o indirecto obtiene el distrito de Barranco de estas actividades geopolíticas? ¿De qué manera la visita a un sitio de conflicto bélico en el Mediterráneo oriental se traduce en mejoras para la congestión vial, la seguridad ciudadana, el ordenamiento urbano o la gestión ambiental de este pequeño distrito limeño?
Un distrito que espera soluciones
Mientras la alcaldesa prepara su maleta, Barranco sigue sumido en problemas urgentes y cotidianos. Las obras inconclusas en la avenida 28 de Julio y Alfonso Ugarte mantienen cerradas vías clave del distrito, generando congestionamiento vehicular, desvíos improvisados y el malestar creciente de los vecinos. Se han tenido que habilitar ambos sentidos en la avenida Grau como medida de emergencia, un reflejo claro del desorden urbano. La paciencia de los barranquinos se agota ante demoras sin explicación técnica clara ni cronogramas realistas de ejecución.
La sensación general es que la gestión edil prioriza el protocolo internacional por encima de las urgencias vecinales. En un contexto donde cada día de inacción pesa sobre la calidad de vida de los ciudadanos, la imagen de una alcaldesa ausente en una gira que difícilmente se traducirá en mejoras concretas para su distrito no es bien recibida.
Sesión extraordinaria y votos divididos Ante la solicitud de autorización del viaje, el Secretario General, Rey de Castro convocó a una sesión extraordinaria del Concejo Municipal, celebrada el miércoles 9 de julio por la mañana.

Secretario General Rey de Castro convocó a Sesión de Consejo para tratar autorización de viaje.
El resultado no fue unánime, pero bastó para aprobar la solicitud. Cuatro regidores votaron a favor del viaje: Juan Mariluz, Aldair Santa Cruz, Cristina Vásquez y Marcos Montes de Oca. Tres se pronunciaron en contra: Jaime Chihuán, Katia Tataje y Fiorella Muñoz. Resulta particularmente llamativo que dos de los votos en contra provinieran de regidores afines a la actual administración (Chihuán-Tataje), lo cual sugiere un posible desacuerdo interno.
Esta división política no es menor. Revela que, incluso entre los aliados, existe incomodidad sobre la forma en que se priorizan las actividades de la alcaldesa. Para muchos, el mensaje es claro: se está más interesado en las relaciones internacionales que en los vecinos de siempre.
¿Turismo disfrazado de gestión?
El itinerario de la alcaldesa Jessica Vargas en Israel refuerza la impresión de que el viaje tiene más de turismo que de gestión municipal. Desde cenas de bienvenida hasta visitas a sitios religiosos, memoriales del Holocausto, mercados y calles históricas, la agenda está salpicada de actividades de carácter más simbólico y cultural, que técnico o administrativo. Aunque se prevé la asistencia a la MUNI EXPO y algunas reuniones con autoridades israelíes, la proporción de actividades turísticas parece desproporcionada para un viaje que se ampara en el supuesto “interés institucional”.
El viernes 18 de julio, por ejemplo, la agenda incluye visitas al Monte Bental, un volcán en inactividad en el Golán; y a lugares cristianos en Galilea, como Capernaum, Tabgha y Yardenit en el Río Jordán, donde se realizan bautismos simbólicos. Un día después, la alcaldesa paseará por las ruinas de Cesarea Marítima, ciudad portuaria construida por el rey Herodes hace más de 2000 años. ¿Cuál es el valor técnico de esta experiencia para la administración de un distrito de 3 km² al sur de Lima?

El viernes 18 de julio la alcaldesa visitará el volcán Bental y el Río de Jordán.
¿Una nueva tendencia en la política local?
Este tipo de viajes internacionales no es un fenómeno aislado. En los últimos años, varios alcaldes y autoridades locales han aprovechado invitaciones diplomáticas para justificar desplazamientos al extranjero, muchas veces sin resultados tangibles. La ciudadanía empieza a ver con escepticismo estos periplos, que suelen coincidir con periodos de crisis interna o baja aprobación política.

Alcaldesa Jessica Vargas viajó en marzo de 2024 a Punta Cana con invitación falsa.
En el plano nacional, es inevitable recordar el caso de la presidenta Dina Boluarte, cuyas prioridades personales —como cirugías estéticas, viajes oficiales y aumentos de sueldo— han sido objeto de crítica por parte de la opinión pública, mientras el país enfrenta problemas estructurales profundos. ¿Está ocurriendo lo mismo en la escala distrital? ¿Se está replicando esta lógica—al estilo Boluarte—de desconexión entre la agenda del poder y las necesidades del pueblo?
La alcaldesa de Barranco, Jessica Vargas Gómez, viajará a Israel con la venia del Concejo Municipal. Sin embargo, su decisión revela una preocupante desconexión con la realidad de su distrito. El contexto no acompaña: grúas implacables que aún operan pese a la ilegalidad de sus operaciones; calles colapsadas, obras sin terminar y vecinos molestos por la falta de respuestas concretas. Mientras tanto, se opta por asistir a un evento en el extranjero cuyo impacto en la gestión local es, como mínimo, cuestionable.
En una época donde se demanda austeridad, eficacia y transparencia, la autoridad edil parece seguir una ruta contraria. La interrogante sigue en el aire: ¿estamos ante un viaje institucional o ante un sofisticado periplo turístico financiado en parte por terceros, pero legitimado por la estructura del Estado?
Actualidad
Pataz se levanta: Rondas campesinas inician paro indefinido y bloquearán vías clave
Anunciaron que el paro será indefinido. Exigen al Gobierno central atención urgente a sus demandas.

En un acto de protesta contundente, las Rondas Campesinas de la provincia de Pataz, en la región La Libertad, han anunciado e iniciado un paro indefinido que incluye el bloqueo de puentes estratégicos y aeródromos usados por empresas mineras. La medida fue formalizada mediante un comunicado firmado por la Central Única de Rondas Campesinas de Pataz, con el respaldo de sus principales dirigentes.
El paro, según el documento difundido este martes, surge como respuesta a lo que consideran una sistemática exclusión de los pequeños mineros del proceso de formalización, así como una política estatal que favorece abiertamente a las grandes compañías mineras en desmedro de las comunidades locales.
Entre los puntos de bloqueo mencionados se encuentran el Puente Mamahuaje, Puente Antonio Raimondi, Puente Calemar y Puente Marcos. Asimismo, las Rondas de los distritos de Pías y Huayo han anunciado que tomarán control de los aeródromos utilizados por las empresas mineras, interrumpiendo así el tránsito aéreo relacionado con estas actividades.
“Alertamos a la población a abastecerse de alimentos y medicinas, pues no habrá paso para vehículos de carga de las empresas mineras”, advierte el comunicado, dejando entrever la magnitud de la paralización.

Exigencias al Estado
Las Rondas Campesinas exigen al gobierno central y al Congreso de la República la atención urgente de tres demandas concretas:
- La exclusión arbitraria de pequeños mineros en el proceso de formalización. Exigen que se revise y corrija lo que consideran una marginación injusta, que deja fuera a gran parte de quienes dependen de esta actividad para sobrevivir.
- La aprobación de una ley que beneficie a la mayoría de pequeños mineros del país, garantizando su derecho al trabajo frente a la hegemonía de la gran minería y la minería transnacional.
- El derecho al trabajo digno para las familias de la provincia de Pataz, que actualmente se ven perjudicadas por decisiones centralistas y políticas que no consideran la realidad local.
Con el lema “¡Basta de saqueo y mentiras!”, las Rondas han declarado que no cederán hasta obtener respuestas. “Si no hay solución, no habrá producción minera en Pataz”, enfatiza el comunicado. Se trata, según sus palabras, de una lucha justa y legítima en defensa de la dignidad de la provincia.

Un paro con raíces sociales y económicas
La provincia de Pataz ha sido históricamente una zona de intensa actividad minera, tanto formal como informal. Sin embargo, el proceso de formalización iniciado por el Estado en los últimos años ha dejado fuera a decenas de pequeños productores, que ahora enfrentan criminalización y pérdida de sustento. Para muchos de ellos, la minería artesanal es su única fuente de ingreso.
La Central Única de Rondas Campesinas denuncia que, mientras las grandes corporaciones continúan explotando los recursos con protección estatal, los pequeños mineros son acosados, perseguidos y privados de sus derechos. En ese contexto, el paro representa no solo una protesta económica, sino también una reivindicación social frente a lo que consideran un modelo extractivista excluyente.
La medida ha generado expectativa y preocupación en toda la región, especialmente por el posible impacto en el abastecimiento de bienes y en la operatividad de las empresas mineras, muchas de las cuales podrían paralizar su producción debido a los bloqueos logísticos.
Desde Lima, hasta el momento, no ha habido un pronunciamiento oficial por parte del Ministerio de Energía y Minas ni de la Presidencia del Consejo de Ministros, a pesar de la advertencia explícita de que el paro será indefinido.
El comunicado concluye con una promesa firme: “Defenderemos nuestro derecho al trabajo amparado en la Constitución”. Las Rondas Campesinas, organizadas y determinadas, han dejado claro que no abandonarán su lucha hasta lograr una respuesta estatal concreta y satisfactoria.
Actualidad
Condenaron a 20 años de prisión a integrantes de ‘Los injertos del Tren de Aragua’
Proxenetas venezolanos pensaron que en el país la impunidad aún manda.

Creyeron que en el Perú todo se podía hacer sin consecuencias. Pero no fue así. Cuatro integrantes de la banda criminal venezolana ‘Los injertos del Tren de Aragua’ fueron condenados a 20 años de prisión por el delito de explotación sexual de 10 mujeres extranjeras en el distrito limeño de San Martín de Porres.
Tony Suárez (22), María Griman (27), Izmaury Galindo (26) y Yohan Pedra (34) deberán además pagar, de forma solidaria, una reparación civil de S/ 20 000 a favor de las víctimas, según informó la Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Trata de Personas de Lima Norte.

La investigación reveló que las mujeres habían sido engañadas con la promesa de trabajo en Chile. Pero al llegar a Lima, se les informó que no podían continuar su viaje. Allí comenzó la pesadilla: fueron retenidas y obligadas a ejercer la prostitución, bajo amenazas de muerte.
Ante la gravedad de los hechos y tras recibir pedidos de auxilio, las autoridades lograron ubicar el 3 de septiembre de 2022 un inmueble en la urbanización Fiori, en Lima norte, donde operaba esta red criminal. Allí fueron detenidos los delincuentes venezolanos y se rescató a las víctimas.
La fiscal Luisa Inés Quispe Asmat presentó pruebas contundentes en el juicio: peritajes psicológicos, testimonios, actas de intervención, informes policiales y documentos incautados. Todo confirmó el accionar violento y sistemático del grupo criminal.
Este caso deja una lección clara: el Perú no es tierra sin ley, y quienes llegan del extranjero a delinquir creyendo que no habrá castigo, se equivocan. La justicia puede tardar, pero llega. Y en este caso, fue firme contra quienes buscaron lucrar con el sufrimiento humano.
Actualidad
Más de 140 mil escolares se benefician con mejoras en 168 colegios
El Ministerio de Educación invierte más de 14 millones de soles para garantizar ambientes seguros y adecuados para el aprendizaje.

El Ministerio de Educación (Minedu) ha destinado más de S/14 millones para mejorar las condiciones de 168 colegios públicos en 31 distritos de Lima Metropolitana, beneficiando directamente a casi 140 mil escolares. Esta intervención incluye desde reparaciones estructurales hasta la entrega de mobiliario escolar, con el objetivo de asegurar entornos seguros y funcionales para estudiantes y docentes.
Las obras se vienen realizando de forma progresiva durante todo el año y contemplan la instalación de mallas raschell contra la radiación solar, renovación de carpetas, sillas y mesas, mantenimiento de estructuras metálicas, y acondicionamiento de puertas, ventanas y otros ambientes. Ante las lluvias persistentes, se ha priorizado la atención en los distritos más afectados, como San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo. En estos sectores ya se trabaja en instituciones como Sol de Los Milagros, Juan Guerrero Quimper, José Olaya Balandra y Bartolomé Mitre.
La intervención se ha dividido en cuatro etapas. Las dos primeras, desarrolladas entre marzo y mayo, beneficiaron a más de 57 mil estudiantes en 61 colegios con una inversión de S/4.5 millones. Actualmente, se ejecuta una tercera fase en 51 instituciones, con S/4.7 millones destinados para mejorar la educación de más de 40 mil escolares. A partir del 7 de julio, arranca una cuarta etapa que atenderá a 56 colegios adicionales, con una inversión similar y más de 41 mil beneficiarios.

Estas acciones del Minedu se respaldan en las leyes 32272 y 32260, que permiten intervenciones inmediatas y financiamiento directo en instituciones educativas públicas afectadas por daños estructurales o emergencias climáticas.
Los colegios intervenidos están ubicados en distritos como Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Lurín, Ate, Los Olivos, Comas, Chorrillos, Ventanilla, entre otros, abarcando un amplio sector de Lima Metropolitana.
Actualidad
Mineros informales bloquean siete carreteras tras ser excluidos del REINFO
La exclusión de más de 50 mil mineros del REINFO expone el fracaso de una política de formalización que nunca llegó a los territorios.

Las tensiones en el sector minero estallaron este lunes 7 de julio, luego de que el Gobierno excluyera a más de 50.000 mineros de la pequeña minería y minería artesanal del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO). La medida ha desencadenado bloqueos en al menos siete vías nacionales, interrumpiendo el tránsito en regiones clave como La Libertad, Arequipa, Cusco e Ica.
El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, señaló que solo 31.500 mineros han cumplido parcialmente con los requisitos del REINFO y deberán completar cinco etapas adicionales antes de diciembre de 2025. Estas incluyen la formalización laboral, acuerdos de acceso a superficie, firma de contratos con los titulares de concesiones y la incorporación al nuevo Fondo Minero, un mecanismo diseñado para canalizar recursos hacia el desarrollo sostenible del sector.
Por su parte, la presidenta Dina Boluarte justificó la exclusión afirmando que cerca de 45.000 mineros llevaban más de cuatro años sin avanzar en su formalización, a pesar de una prórroga otorgada desde noviembre de 2024. Además, se identificaron 1.500 casos de uso irregular de permisos, incluyendo su alquiler o tercerización en zonas ya concesionadas, lo que habría generado conflictos legales y sociales.
Siete carreteras bloqueadas
De acuerdo con el último reporte de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), todas las interrupciones en vías nacionales están vinculadas directamente a protestas por parte de mineros informales y pequeños productores. El monitoreo realizado en coordinación con la Policía Nacional, Defensa Civil y concesionarias viales muestra las siguientes rutas afectadas:
Trujillo – Agallpampa – Quiruvilca (km 121), La Libertad: interrumpida por huelga de mineros.
Longitudinal de la Costa Sur (km 443), Ica, Nasca: bloqueada por protesta de la Confederación Nacional de Pequeña Minería.
Mara – Velille (km 37+600), Cusco, Chumbivilcas: vía cerrada por manifestación de mineros artesanales.
Mara – Velille (km 121), Cusco, Chamaca: nuevo punto de bloqueo reportado por la misma confederación.
Costa Sur (km 619), Arequipa, Chala: interrupción por movilización de pequeños mineros.
Costa Sur (km 782), Arequipa, Camaná: manifestación de pobladores vinculados a la minería informal.
Sierra Norte (km 129+500), La Libertad, Quiruvilca: protesta de mineros artesanales.
La situación genera serias afectaciones al transporte de carga, alimentos y personas, además de evidenciar un problema estructural no resuelto: la informalidad minera y la incapacidad del Estado para implementar una política de formalización efectiva y sostenida en el tiempo.
Desde el Gobierno, el mensaje es claro: quienes no cumplan con los pasos establecidos quedarán fuera del proceso. Sin embargo, la falta de acompañamiento técnico, la demora institucional y la débil presencia estatal en zonas mineras explican en parte el fracaso de la formalización. Hoy, esa deuda estalla en las carreteras.
Actualidad
Miguel Ángel Requejo: una ‘tentativa de homicidio’ que exige justicia
La jueza Kharla Orellana Sánchez dictó nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo, acusado de embestir con su camioneta en el restaurante ‘El Charrúa’.

En un país donde la impunidad muchas veces se confunde con indulgencia, el Poder Judicial ha ordenado nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo Astochado, el sujeto imputado por tentativa de homicidio calificado, omisión de socorro y otros cargos, tras haber embestido con su vehículo el restaurante «El Charrúa», en La Molina. Este hecho, que dejó cuatro heridos y cuantiosos daños materiales, pudo haber terminado en una tragedia de dimensiones mayores.
La noche del miércoles 2 de julio, Requejo Astochado —según la acusación fiscal— condujo y estrelló su automóvil directamente contra el establecimiento gastronómico, poniendo en grave riesgo la vida de comensales y trabajadores. Entre los lesionados figuran Augusto Fernando Ramengui Quintanilla, Mario Rodolfo Barbacci Quintanilla, Aníbal Aliaga Masías y Dante Ricardo Consiglieri Chávez. Más allá del impacto físico y económico, lo ocurrido revela una profunda irresponsabilidad criminal que hoy intenta disfrazarse de arrepentimiento.
Durante la audiencia, la fiscal Karen Rosario Cueva Quispe fue categórica: el acusado no solo huyó de la escena sin brindar auxilio a los heridos —lo cual evidencia su desprecio por la vida ajena— sino que además tiene antecedentes por lesiones dolosas. A pesar de autodenominarse empresario, no presentó prueba alguna de arraigo laboral. ¿Cómo confiar entonces en que no intentará fugar del país?
Lo más llamativo, sin embargo, fue el cambio de actitud del imputado al escuchar la decisión de la jueza Kharla Orellana Sánchez, quien finalmente acogió el pedido fiscal, dictando 9 meses de prisión de preventiva y dispuso su reclusión hasta abril de 2026. En ese momento, el acusado rompió en llanto y pidió perdón entre balbuceos, apelando a la conmiseración con frases como «El restaurante es como mi casa» o “no sé qué pasó, perdí mis lentes”.
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