En esta APEC han estado todos los importantes desde la maléfica jefa del FMI, Cristine Lagarde, hasta el todopoderoso señor de la guerra Vladimir Putin, así como el geek número uno de las redes y amigo de Toledo, Marc Zubkerberg, y también el futuro desempleado Barack Obama. Solo faltó uno, la única persona de la que todos en el mundo y sobre todo en el APEC hablan, Donald Trump.
Mientras esta cumbre aglutinó en Lima una veintena de líderes mundiales de la cuenca del pacifico así como altos dignatarios corporativos y de organizaciones supranacionales; la auténtica cumbre del futuro reordenamiento mundial se realiza a puerta cerrada tras la Trump Tower de Nueva York.
Desde hace dos semanas Donald Trump está encerrado en su torre de marfil revestida de oro por dentro recibiendo a líderes mundiales uno por uno, como el primer ministro japonés Shinzo Abe, o haciendo llamadas de larga distancia por cobrar a Macri de Argentina, o no dejando de reírse de Clinton y de Obama con su amigo Putin, seguramente por WSP mientras reactualiza el estado de su muro de Facebook. Eso si todavía no hay tweet a la vista. Él que no dejaba de retuitear incluso sentado en su inodoro enchapado en oro.
Porque la verdadera cumbre que definir el orden del mundo los próximos años está dándose en la torre Trump y no aquí en Lima, que tanto nos hemos engalanado para recién darnos cuenta que el foco periodístico global está concentrado en otro lugar. En cuanto noticia nuestra APEC apenas y es mencionada escuetamente en los diarios internacionales si es que se le menciona, recién se darán algunos reportes a partir de la reunión de hoy en donde se reunirán los principales líderes y apenas solo para la foto de postal.
Y es que el triunfo de Trump opaca todas las cumbres, y todo lo que pueda decir el saliente presidente Obama ya no tiene mayor relevancia, además el clima es de tensión, preocupación y miedo entre los asistentes. Temor para China frente a una guerra comercial que podría estallar a partir del 20 de enero del 2017, terror de México ante el desplome de su moneda y la próxima quiebra de su industria, angustia de Japón ante el naufragio del TPP y sus intenciones comerciales de mayor integración en la región, paranoia en Korea del Sur ante la victoria de un candidato que gusta de elogiar al dictador de su vecina y gemela maléfica, Korea del Norte.
Hay todo un jaleo dentro de este APEC, detrás de las sonrisas y mensajes optimistas de Obama subyace el miedo. Esta cumbre es sin lugar a dudas la CUMBRE DEL FIN DEL MUNDO. Estamos siendo testigos y anfitriones del último año de una era y no nos la creemos.
El presidente PPK se ve tranquilo pero no deja de ser cierto el cambio de los vientos. Ante una oleada de proteccionismo sus planes comerciales y de desarrollo habrán de verse seriamente afectados. El proteccionismo que se viene afectara a todas las economías y podría complicar la existencia de la misma APEC. Me pregunto si PPK tendrá un plan B en su programa económico en caso de imprevistos como lo actual.
SEÑALES. FACEBOOK CON CORBATA
A su llegada Obama dio un discurso en una concentración de jóvenes becarios beneficiados por un programa estudiantil para jóvenes latinoamericanos. En su discurso mismo estilo Kennedy defendió los valores demoliberales que hasta este año han regido el mundo. Se refirió a no temer y ser optimista y trato de calmar los ánimos señalando que las instituciones son más fuertes que los gobernantes y que no se iban a realizar grandes cambios de parte del nuevo gobierno.
Por su parte Marc Zukerberg, el amigo de Toledo, apareció en el Apec con su mismo rollo tecnológico de siempre, pero esta vez con una diferencia, Marc apareció vestido con terno y corbata y no como normalmente vendía su imagen, con polos y zapatillas. Se nota en este detalle de vestuario el cambio tan grande que significa el arribo de Trump al poder. Tomar en serio una situación que hace solo dos semanas se creía solo como una broma. Ese detalle lo decía todo.
El estilo despreocupado de los capitalistas geek y hipsters de antes ha sido superado por la actual coyuntura del Trump Style. Solo le faltó a Marc ponerse un gorro rojo.
De hecho esta cumbre no va significar nada, cualquier proyecto de colaboración e integración través de libre mercado es estéril ahora. Todos los proyectos se postergan indefinidamente. Los líderes de los países miembro vienen apurados viendo la manera de adaptarse al nuevo discurso proteccionista que se implanta desde la Trump Tower de Nueva York. Ya 26 líderes mundiales se han reunido o comunicado con Trump.
Mientras otros hacen cumbres, Trump negocia bilateralmente, de cara a cara con sus futuros socios. Mientras los bloques económicos se resquebrajan, Trump va armando su grupo de conversación de WSP. Su estrategia de negociación opaca toda cita oficial. Los organizadores del APEC no cursaron invitación al presidente electo y por ello esta cumbre pierde brillo ante la ausencia de la única presencia que todas las cámaras ansían.
¡SON LAS NACIONES, ESTUPIDOS!
La palabra más repetida como padrenuestro en el APEC como viene siéndolo durante muchos años, ha sido economía, crecer y defender la Globalización. El único credo de este espacio de integración de ideología neoliberal ha sido siempre la economía. Y ahí yace la razón de su derrota global. El enfocarse únicamente en la economía en lugar de la identidad, en centrarse en la globalización y el multiculturalismo hasta el punto de pretender diluir la tradición cultural de las naciones es el quid del asunto del triunfo del movimiento antisistema desde el Brexit hasta Trump, y mañana Le Pen en Francia.
El APEC no representa a las naciones que se divisan en sus banderas enarboladas en oropel, sino a los intereses de sus corporaciones y grupos de poder, en nuestro caso de los caciques de la CONFIEP. ¿Pues qué tiene que hacer Facebook en esta cumbre? No es una cumbre de pueblos, es una cumbre de presidentes sin sus pueblos, negociando la venta de la fuerza laboral de estas gentes, solo visualizadas y valoradas en tanto como mercado de consumo. El APEC es la defensa dogmática de la ideología de libre mercado, hoy siguen diciendo lo mismo pero sin mayor convicción ante la realidad que se ha impuesto.
Obama tiene la desfachatez de decir hoy en la APEC que el mundo ha mejorado respecto a las décadas anteriores, como si el problema medioambiental, de desempleo, de la riqueza concentrada en pocas personas no fuese la verdad. Díganselo a España, a Grecia o a Islandia donde todavía se lamen las heridas de la crisis de 2008. Díganselo a los pobres sirios e iraquíes víctimas de una fratricida guerra de intereses de las potencias. Díganselo a los rehenes todavía cautivos de las FARC, díganselo a los disidentes amordazados y golpeados por el régimen castrista.
Díganselo a los manifestantes indignados por la corrupción de los partidos en Brasil. Las cosas no han mejorado como dice el todavía presidente Obama. Si se eligió el BREXIT en UK y a Trump en USA, es porque los pueblos han gritado que el mundo ha empeorado con la Globalización y el libre mercado. La ceguera de Obama es la ceguera de un sistema que hace agua, incapaz de ver la realidad, que es exactamente lo que Le Pen señaló la semana pasada ante el triunfo de Trump: “Este no es el fin del mundo, sino el fin de un mundo”.