Cultura
Alfredo Alcalde e Ivette Taboada: un vals para dos
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2 años agoon
Él era un pintor metafísico, ella una joven investigadora de la realidad a través del arte. En 1980 Bellas Artes era una ebullición de talento en medio de la miseria, la violencia y los atentados, sin embargo los buscadores de la belleza se abrían paso por entre una ciudad abarrotada de ambulantes con un fondo de música chicha, mientras estos dos jóvenes pintores leían a poetas turcos, iban a la búsqueda de un maestro caído en desgracia por calumnias entretanto conocían a otro gran maestro, Víctor Humareda, que les mostraba sus pinturas con una vela. La presente historia no es una pobre historia de éxito, o una crónica salvaje del mundo de los pintores, es una historia de dos vidas que se trenzan en un único compromiso: el arte. Una historia de amor al arte que cuarenta años después sigue tan joven como en 1980.
En una casa en el recóndito distrito de Magdalena del Mar, desde donde se ve la cúpula de la basílica más hermosa de Lima, viven dos pintores. En su casa no se sabe si hay más pinturas que plantas y flores. Eso sí, domina un color: el verde. A lo largo de un pasillo con olor a primavera se suben unas gradas que dan al gran taller de pintura. El ambiente es oscuro y silencioso. Hay piezas de grandes dimensiones y muchos bocetos y esbozos de próximos trabajos. Un retrato de un Quijote en azul, con la barba flotante empujada por el viento.
A Alfredo Alcalde se le conoce internacionalmente, no hace mucho fue noticia en México entre otras cosas por ganar premios, reconocimientos, pero también porque en su casa en el DF entraron unos ladrones que lo único que se llevaron fueron sus cuadros. Que te roben tu pintura, Sancho, es señal de que avanzamos.
Pero no siempre fue así.
Alfredo: la búsqueda de la imagen
“Gran parte de mi producción al inicio tiene una armonía verde casi en su totalidad”. Precisamente su casa en el DF la eligió por eso en San Miguel, por el predominio del verde en su paisaje, su color favorito. Alfredo nació en Chimbote, a dos cuadras del mar. A la edad de cuatro años la familia de Alfredo se desplaza a la campiña de la ciudad, una franja verde entre el mar y la arena del desierto. Entre campos de algodón, de frutales y sobre todo cerezas se desarrollará ese primer contacto, casi idílico, con la realidad. Una relación más hacia con el campo que con el mar o la ciudad. Pero será recién a los 9 años que nazca el pintor Alfredo, con el gran terremoto de 1970: “porque ahí recién desperté a ver el drama humano que estaba en primera fila”, cuenta Alfredo. De los escombros y muertes de aquella tarde, mientras temporalmente vivían en una casita armada de esteras forrado de papel periódico, el destino de la vocación se le revelará. “Es ahí donde veo las primeras obras de arte porque mi hermano era pintor y le gustaba pintar en las paredes paisajes con tigres. Fue él quién empezó a adornar las paredes de esa casita de esteras”. Cómo las pinturas rupestres la vida de pintor de Alfredo arrancaría entre ese imaginario que envolvía su vista al despertar y al irse a dormir durante aquellos recios días posteriores al terremoto. Así como admiraba la obra de su hermano también por esos tiempos empezó a admirar la obra de un amigo y vecino, Víctor Barrionuevo, quien pintaba réplicas de la Gioconda y La última cena, a quien Alfredo iba a mirar pintar.
Hijo de un arguediano y dirigente sindical (que ganó el primer puesto en un concurso de poesía en el norte del Perú) que no vio con malos ojos en su hijo la vocación de pintor, lo animó a acercarse a la alta cultura de la mano de buenas lecturas y la Enciclopedia de Oro, dónde Alfredo empezó a aproximarse a las grandes obras de arte de todos los tiempos. En palabras de la periodista Ruth Enciso: “el entorno que rodea forma el destino de un niño”. Y en efecto la presencia de un vecino pintor, un padre poeta, un hermano que pintaba tigres en las paredes o una abuela aprista (en el sentido revolucionario del nombre), solo podían apuntar a un único destino de ese niño. A medida que crecía empezaba a conocer a otros artistas de la región como Julio César Salamandra, un pintor surrealista que para Alfredo era “con él la mística del pintor se radicalizó porque para él la pintura era creación”. A partir de esta amistad y de otras amistades como el de un par de discípulos del pintor Azabache, Alfredo consolidará su vocación y se propondrá su primer viaje a Lima, rumbo a Bellas Artes.
Después de un viaje de un día y en medio por carretera, en un camión que transportaba harina de pescado conducido por su tío, Alfredo llegó a Lima, o a las afueras de Lima. Desde una de las panamericanas Alfredo tomo su primer autobús rumbo a la Av. Abancay. El primer pie en Lima fue con desconfianza, recordaba lo que le había dicho todo el mundo cuando les contó que iría a Lima: ten cuidado, en Lima mucho roban, y cosas por el estilo. Su impresión felizmente no fue el de un robo sino el de estar en una gran ciudad. Después de desempacar sus cosas en la casa de un amigo en el Rímac, se fue directo a Bellas Artes, en pleno corazón de Barrios Altos, “y apenas entré a Bellas Artes me chupe. Yo creí que sabía algo pero comparado a los estudiantes yo era una nulidad, porque mi profesor surrealista y el otro tenían sin embargo sus limitaciones”. Pero no se amilanó. “Yo venía con la intención de conocer a Humareda”. Fue en sus tiempos de estudiante en la ESEP que Alfredo supo de Humareda gracias a un raro libro editado por un tal Juan Villacorta Paredes sobre pintores peruanos, “y ahí estaba dedicado cuatro páginas a Humareda, una dedicada a su biografía con su retrato en terno todo serio, y tres cuadros en blanco y negro: Las brujas, El tango y La muerte. Yo Vi ese libro y me dije, este un artista famoso. Yo venía de admirar la pintura figurativa de Goya, Velásquez, Van Gogh, y en ese libro Humareda hablaba de estos pintores». Pero volvamos a Lima en 1980. En una pensión que compartía, Alfredo se dedicaba en las mañanas a estudiar en Bellas Artes mientras el resto del día trabajaba para una librería haciendo reproducciones de Renoir. En las noches en la soledad de su pensión con vista a un callejón la mejor compañía eran los poemas de un poeta turco.
Ama la nube, la máquina y el libro
Pero ante todo, ama al hombre
Siente la tristeza
De la rama que se seca
Del animal inválido
Pero siente ante todo la tristeza del hombre.
Nazim Hikmet.
Ivette: la mujer que mira
-¿A qué has venido aquí?
-A estudiar derecho- le mintió su hija.
Ivette en 1980 era una chica que se había escapado de su casa en Huánuco para venir a Lima a estudiar pintura. Cuando su papá descubrió la verdad fue a su pensión para señoritas dónde le comunicaron que su hija no estaba en la universidad sino en Bellas Artes. «¿Bellas Artes?» Se preguntó incrédulo. Fue hasta allá de inmediato, no planeaba quedarse mucho tiempo en Lima, seguro le horrorizaba que su hija estuviese sola en una ciudad tan grande y ajena, es que en Lima mucho roban, y por Bellas Artes no escasean los pirañas. Allí la encontró, a su hija pintando feliz. Apenas reconoció a su padre, ella corrió a abrazarlo mientras se le caían las paletas y los pinceles de la mano. Con sequedad él le dijo: «vine a verte como estás andando”. Una pausa seca para voltear a ver el lugar con desdén, definitivamente no le encontraba belleza. “Estás estudiando está porquería con todos estos mequetrefes» le espetó mientras miraba a sus compañeros de pelo largo y pantalones acampanados. «Tú sabes que yo amo la pintura» fue lo primero que le respondió firmemente su hija. «Siempre has hecho lo que te dió la gana. Eres muy caprichosa». Mientras continuaban conversando padre e hija, se acercó un compañero de Ivette, un escultor con su mandil todo manchado de yeso, a saludarla. «Hola Ivette», y ella le respondió el saludo con «hola Tiburón». El papá impresionado le dijo a su hija: «¿Qué has dicho? ¿Para eso te hice estudiar? ¿Para hablar jerga? Y ese mequetrefe es tu amigo. Bien Ivette, o te regresas conmigo a Huánuco a estudiar cualquier cosa y te sigo manteniendo, o te quedas acá pero solo te mando para que sobrevivas y no te mando para tus estudios». «Me quedo, y no me mandes para nada», le respondió su hija. Y así empezó su destino de pintora.
«Ibamos mi amiga Keiko y yo por el centro de Lima a buscar a los poetas malditos, a los intelectuales”. Lima entonces era una ebullición. Además de pirañas si uno se descuidaba se encontraba con Ribeyro, Oswaldo Reynoso o algún famoso pintor. ¿Y a ti y a tu amiga las gileaban? Le pregunto. «Algunos nos gileaban, pero entre mi amiga y yo repartíamos golpes» me responde entre risas. Keiko fue su primera amiga en Bellas Artes, una chica extraña que pasó de repartir volantes de ETA en el sur de Francia a estudiar pintura. Ivette por otro lado era una chica con consciencia política que se hacía muchas preguntas en una época en que no era seguro hacerlo. «Ivette vamos pero no hables cojudeces, aburres a los chicos», le reclamaba su amiga cuando salían los sábados. Ivette no tenía remedio, le gustaban los libros y la política. Entonces como ahora muy pocos comprendían ese extraño afán. Como estudiante inquieta que era en una época inquieta, Ivette quería saber más, no solo pintar con una técnica limpia sino también con un sentido limpio, honesto, saber que su arte era un surco como trinchera desde donde combatir para contribuir a los demás. Un día se le acerca al maestro Revolledo diciéndole: «maestro yo quiero que usted me enseñe la hermosura de los trazos. Quiero que me enseñe a pintar”. Revolledo entonces era una de las máximas autoridades en grabado y uno de los primeros pinceles del Perú. “Y él me queda mirando, y me pregunta ¿Quién es tu maestro? Pancho Izquierdo, le respondo, a lo que el maestro me dice: lleva todas sus enseñanzas pero no su amor europeo».
En el techo de un taller Pancho Izquierdo le enseñaba a pintar a Ivette. A la sazón entonces Izquierdo estaba en romances con la amiga de Ivette, Keiko, que para evitar la oposición de sus tradicionales padres japoneses lo tenía escondido en el taller donde les enseñaba a pintar a Ivette y a Keiko a la luz de las velas cuando un atentado dejaba en apagón la ciudad. Más tarde en la noche iban a Palermo con apagón o sin apagón. Eran días sin plata ni para los cigarrillos. Vida de estudiante. En esas salidas a Palermo el maestro Izquierdo le comentaba a Ivette: «hay un gran pintor, se los voy a presentar». Poco después en la escuela Pancho les presenta a Víctor Humareda.
Bellas Artes: un juego de abalorios
«Alfredo era un pintor muy callado», es la primera impresión que Ivette tuvo de Alfredo, «pero bien dedicado. El mejor del salón. Llamaba la atención». Un día en que Ivette que veía a sus compañeros que no iban a almorzar, su buen corazón le hizo repartir entre ellos el manicito y habitas que había comprado en la calle. En eso cuando ya no tenía nada más para comer, salvó una manzana roja, ve a Alfredo, pintando callado y pálido, entonces se dió cuenta que no le había convidado a él. «Que voy hacer, le di mi manzana», me cuenta Ivette. Y Alfredo lo recibe con gratitud diciéndole: «que chica tan buena». Quizás ese fue el primer diálogo que tuvieron en Bellas Artes. Mientras Alfredo estaba absorbido por lo espiritual, Ivette estaba preocupada en investigar, qué estaba pasando en el país, por qué el Perú estaba así, por qué había tanta pobreza y qué se podía hacer para cambiarlo. Ivette leía a Lenin, al Che, a Nietzsche, a Allan Poe, a Vallejo, las cartas a Theo. En fin, era otra juventud. «Y encima sufríamos lo que leíamos, lo que vivíamos», cuenta Ivette. Mientras ella leía a Lenin, Alfredo estaba más interesado por los Krishna. Más opuestos no podían ser. Fue a través de una especie de sacerdote socialista, un profesor de Bellas Artes en que los destinos de Ivette y Alfredo se trenzarían definitivamente. «El maestro Félix Rebolledo hablaba con tanto amor, quería tanto a la gente con su humanismo, que su salón se llenaba durante sus clases, había que escucharlo desde los pasillos o desde las ventanas agazapándonos solo para verlo hablar.” Rebolledo tiene el cariño de los alumnos, como quien dice del pueblo, pero no de los otros docentes y maestros en la institución, como quien dice del Poder. “Entonces cuando se postula para director de Bellas Artes es que lo calumnian de senderista». Sorprende recordar que entonces era bien peligroso pensar en voz alta. Si hoy es fácil que acusen a un hombre de violador, ayer era más fácil ser acusado de terrorista o simpatizante de terrorismo. A pesar de su inocencia como Jean Valjean, Félix fue recluido en el Frontón. Eran años de plomo.
La política, las ideas, las vivencias, las cosas fuertes como las llama Ivette alimentaban el arte de esos años entre los estudiantes. «La pasión por el otro en Bellas Artes era muy fuerte entonces», agrega Alfredo. Mientras que para algunos pintar a los campesinos bastaba para hacer del arte una pintura socialista, para otros se trataba de ir más allá: pintar un mar bravo era mejor metáfora, porque el Perú estaba así. «Un mar azul embravecido y una avecita roja volando, eso tenía un profundo sentido», dice Ivette. «Entonces llegaban muchas voces, el simbolismo estaba muy fuerte» menciona Alfredo, quien añade, «en esa época había un poeta turco que nos alimentaba mucho la parte humana, Nazim Hikmet, que gracias a ediciones populares que sacó Pancho Izquierdo llegaron a oídos de los artistas. De manera que todas las artes se conjugaban en esas ansias de dignificación del ser humano».
En un ambiente estudiantil inquieto, ansioso de buscar nuevos caminos y encontrar respuestas a un país ensangrentado, en un contexto peligroso, con presencia de policías infiltrados como estudiantes, en Alfredo comienza a operarse un acercamiento a los problemas concretos del Perú de los ochentas sin dejar de lado su profundidad espiritual. Es entonces cuando la relación de Ivette y Alfredo se ata definitivamente como un poema de Nazim Hikmet. «Cuando a nuestros maestro lo toman preso nos íbamos los dos a la cárcel a llevarle víveres», cuenta Ivette, «pero el maestro descentralizada la poca comida que llegaba para sus compañeros de prisión. Al maestro lo movía un espíritu de comunidad». Cómo Jesús, Rebolledo reparte la comida que le traen a sus compañeros. Como Jesús muere entre delincuentes siendo inocente. Faltando una semana para que salga se da la infame matanza del Frontón. Cómo Jesús resucita si no en la carne, si en quienes lo reivindican.
Lo máximo que se puede enseñar es a formar un ser humano. Se forma con palabras, pero sobre todo con el ejemplo. Rebolledo supo dar las dos cosas con generosidad.
Humareda: el oficio de pintor
«Un hombre muy inteligente, muy gracioso y muy sarcástico”, recuerda Ivette de la primera vez que lo conoció. “Me acordé que en quinto de secundaria lo había estudiado, pero en ese momento no le di mucha importancia. Otro día en la escuela yo sentía que llegaba porque escuchaba su carcajada, y todos los chicos de Bellas Artes le seguían como procesión. Apenas escuchaba su carcajada yo también arrojaba mis pinceles y bajaba a unirme. En la cafetería íbamos a escucharlo hablar. Él hablaba de los grandes personajes, de Víctor Hugo, de Gauguin, Shakespeare, Sartre, Van Gogh, Vallejo. Y un día el me pregunta ¿donde pintas? En el segundo piso, le digo, y él me dice: vamos a ver tu trabajo. Subimos. Lo vio y siguió mirando. Está bien, me dijo, vamos a seguir hablando. Salía de la escuela y me lo encontraba y lo primero que me decía era: ¿ya has terminado de pintar? Luego iba, veía mi trabajo y me daba sugerencias. Luego me invitaba a tomar un café en el centro. Entonces yo no lo llamaba maestro todavía, y tanto nos hicimos amigos que yo le llamaba Víctor, Victoloncito, Victolin, Victolito, porque era como un niño, era muy gracioso y nos divertíamos mucho. En la plaza 2 de mayo hacíamos que nos pusieran un tango y bailábamos en la calle. Y un día Víctor me queda mirando y me dice: «Ivette, tu vas a ser famosa”.
La primera vez que yo Hans Alejandro Herrera escuché de Víctor Humareda fue en la clase de mi malvada maestra de arte, allá por 1999. A Humareda lo llamaba cuellosucio y a nosotros, estudiantes de colegio estatal, nos llamaba Humaredas si notaba una pizca de sudor o mugre en el cuello de nuestras camisas. Para mí desgracia a mí me tocaba su clase siempre después de recreo. No recuerdo que nos hablara más de él.
Corbata roja, un tongo y un pañuelo blanco sobresaliendo del saco como si fuera un lirio. Esa es la imagen que se tiene de Humareda. Esa, y el dejarle con la mano en el aire al mismo Szyszlo cuando se la tendió para saludarle. “Pregúntame si conozco a Vargas Llosa. Por supuesto que no, porque soy amigo de Sartre”, recuerda Ivette le dijo Humareda el día que la llevó a la galería a conocer sus pinturas.
“Un día me invita a una exposición de sus cuadros. Él me dice, mira estas son mis obras. Y yo me quedé mirándolas, sentí como si mi cuerpo se hubiera congelado de solo verlas. Y él me preguntaba ¿qué te parece? Y yo no le respondía nada. Me acerco a otra obra y el me vuelve a preguntar ¿qué te parece? Y no le respondía nada. Y terminamos de ver toda la muestra y él otra vez: ¿qué te parece? No le respondí nada. ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? Me pregunta con preocupación. Me le quedé mirando en silencio. Había cambiado para mí”. Y esa fue la primera vez que Ivette llamó a Humareda maestro. Desde entonces Ivette se vuelve alumna de Humareda, quien le enseña los misterios de la pintura que en Bellas Artes no se enseñan.
“Para mí tú eres el hijo que nunca tuve.”
La trayectoria de la línea
“Nuestra amistad está condicionada. Tu ten su cuerpo, que yo me quedo con su espíritu”. Fueron las palabras de Humareda a Alfredo cuando se enteró que era novio de Ivette, y además que iban a ser padres. Para Humareda, la vocación de Ivette era un deber ser. Una entrega absoluta al arte para el arte, pero Ivette y Alfredo se habían enamorado y sus destinos eran pintar juntos. Humareda aunque enojado y algo decepcionado, lo aceptó.
Muchos años después y con dos hijos, Ivette fue a pedirle permiso al colegio para que sus hijos pudieran viajar con ellos a Europa para conocer de primera mano las obras maestras del arte en un viaje que tenían programado. El director accedió a darle ese permiso a cambio de una condición: que le dejé una rosa de parte suya a la tumba de Sartre.
Años atrás en Lima y con solo un niño todavía en pañales, Humareda era parte de la familia de Ivette y Alfredo. Humareda compartía el día con ellos, incluso comía la comida del bebé. Cómo un abuelo con su nieto.
En Amsterdam frente a un autoretrato de Van Gogh, Ivette quedó anonadada, no podía dejar de verlo y sentirlo en profundidad. Era la misma sensación cuando años atrás supo que Humareda era un Maestro. Después de un largo rato de estar de pie frente al cuadro, Ivette notó que sus manos se estaban mojando. Bajo la vista y vio que estaban húmedas. Estaba llorando y no se había dado cuenta. Con cierta sensación de vergüenza corrió al baño de mujeres para lavarse la cara, allí otra mujer que se miraba frente al espejo la vio entrar, reconoció esas lágrimas, también estaba llorando, fue al encuentro de Ivette y se abrazaron. Dos desconocidas que no compartían ni siquiera el idioma se abrazaban llorando. Casi cien años después Van Gogh era comprendido en toda su dimensión.
“El arte es la religión del sentimiento” , Juan Manuel de Prada.
Años antes Humareda visitaba por última vez a Ivette, hablaron poco o mucho, no importa. Humareda sabía que era su última visita cuando se subió al taxi y desde ahí se despidió con un largo adiós. Murió pocos días después.
De vuelta a París, Ivette y Alfredo fueron al cementerio a cumplir su palabra al director del colegio. Mientras buscaban la tumba de Sartre se encontraron con un viejo compatriota de sus años de estudiantes. Frente a la tumba de César Vallejo, Ivette se puso a llorar. La rosa que era para Sartre se quedó con Vallejo.
Cuando nació Diego, el primer hijo de Alfredo e Ivette, fue puesto en una incubadora. Humareda le pregunto por qué, y el médico le contesto que estaba prematuro. “¿Prematuro para ver a las chicas a las 5:30?” le dijo Humareda. El primer día de vida de Diego Alcalde Taboada, el pintor Humareda se dedicó a dibujarlo.
De Ivette y Alfredo se pueden contar muchas más historias, sus vidas dan para un libro o dos, historias tantas que apenas me atrevo mencionar una de cuando se fueron a vivir a la sierra de Lima mientras pintaban pueblitos, y como la gente más sencilla comprendió el valor de su oficio al punto de pedirles que les pintasen su casa, o de niños que se paraban largo rato frente al paisaje que retrataban para poder aparecer en sus cuadros. A ninguno de ellos les importaba cuánto valiese el cuadro o que famosos serían los pintores, pero si entendían lo mismo que el Papa Julio II cuando mando a Miguel Ángel pintar la Sixtina, y es la importancia del arte, lo que significa un paisaje, un retrato y aparecer ahí. El aliento de un instante congelado en la belleza de un trazo. El arte es un oficio cruel, porque duele al artista sacarlo de dentro y duele también al espectador al comprenderlo. Porque los artistas son los guardianes de la belleza, belleza que no se puede explicar, solo vivir, como Víctor Humareda que hizo de su vida una obra de arte.
HANS HERRERA NÚÑEZ. (Lima, 1985). Vivió parte de infancia en Costa Rica, de regreso a Perú estudio Derecho en la Garcilaso y luego literatura. Se especializa en la obra de Roberto Bolaño y Chesterton. Ha colaborado con Dedo Medio y actualmente escribe en Lima Gris. También co-conductor del programa en radio Lima Gris de "Mirada Critica". Además ha aparecido en el celebrada película de ficción de Gustavo Meza, "Ciudad Ausente" (2015).
Cultura
Braedt lanza “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”, campaña que busca revalorizar la experiencia de compartir y conectar con el público
La reconocida marca peruana líder de embutidos Braedt regresa con una propuesta única en esta temporada colmada de reuniones y celebraciones: “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”. Campaña que busca darle un sabor especial a cada reencuentro donde apuesta por revalorizar la experiencia de compartir, conectando con el público de una manera auténtica y significativa en esta época del año.
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2 días agoon
20/11/2024Desde 1885, Braedt forma parte de una tradición de calidad y sabor que llegó desde Alemania y se ha renovado constantemente para consolidarse como una de las marcas de embutidos y quesos favoritas de las familias peruanas. Hoy, sus productos están presentes en las mesas de todo el país, aportando sabor y tradición a cada celebración.
Braedt ha vuelto su mirada hacia sus consumidores, otorgando el “junte” un rol especial en su estrategia siendo hace unos meses, proclamados «Líderes del Junte».
Con la convicción de celebrar la esencia de estar juntos, Braedt invita a sus consumidores a vivir experiencias diseñadas para conectar, celebrar y disfrutar. ¡Este fin de año, el «junte» lo pone Braedt! y que estará vigente hasta diciembre del 2024, desplegándose en un formato 360° que incluye televisión, medios exteriores (OOH), plataformas digitales y puntos de venta.
Un Junte para cada ocasión
Braedt entiende que noviembre y diciembre es el mes de los reencuentros, y lo importante de esta temporada no son los regalos, sino los momentos compartidos. En Perú, disfrutamos desde parrillas con amigos hasta reuniones laborales y momentos familiares. Por eso, Braedt ha pensado en soluciones para cada ocasión, presentando propuestas como el Junte Parrillero, el Junte Amigo Secreto y el Junte Familiar, celebrando así la diversidad de nuestros encuentros en esta temporada especial.
Una dinámica de participación que acerca a todos
La campaña incluye una promoción especial: al comprar S/29.90 en productos Braedt y enviar el ticket de compra al WhatsApp de la marca, los consumidores ingresarán automáticamente al sorteo para ganar uno de los tres «juntes». Además, podrán obtener un Raspa y Gana para la oportunidad de ganar al instante entre más de mil premios.
Braedt ha diseñado tres opciones de «junte» para esta temporada: el Junte Amigo Secreto, ideal para compartir con compañeros de trabajo; el Junte Familiar, perfecto para esos momentos en casa; y el Junte Parrillero, pensado para disfrutar con amigos. Cada opción incluye una selección de productos Braedt, asegurando momentos únicos, llenos de sabor y conexión.
«Juntos, sabe mejor»
La esencia de la campaña se alinea con el claim de Braedt, “Juntos, sabe mejor”. Porque, al fin y al cabo, el fin de año sabe mejor cuando estamos juntos. Braedt reafirma así su compromiso de ser la marca que potencia los momentos compartidos. “Queremos ser quienes faciliten esos momentos de conexión y alegría que son tan importantes en estas fechas y en la vida cotidiana. Desde Braedt, nuestra misión es inspirar nuevas formas de estar juntos,” afirma el equipo de Marketing de Braedt.
Para más información: IG: https://www.instagram.com/braedt.peru/ y
https://www.youtube.com/watch?v=Dm83Y7FKGYg . Una campaña liderada por Sergio Serván Del Valle, Gerente de Marketing y Liliana Mondragón, Brand Manager.
NDP Se ruega su difusión Paola Suárez Rey | 946285140
Cultura
Carta pública al ministro de Cultura sr. Fabricio Alfredo Valencia Gibaja
“Señor ministro de Cultura, salvemos Kuélap” ¿Ya retiró el horrible cerco de fierro y cemento que rodea a Kuélap?
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4 días agoon
19/11/2024Mediante esta carta pública, y como ciudadanos amazonenses, nos dirigimos a usted Ministro de Cultura, Sr. Fabricio Alfredo Valencia Gibaja, para manifestarle nuestra preocupación por nuestro principal monumento histórico-cultural y recurso turístico de Amazonas, el Complejo Arqueológico Kuélap. Señor Ministro, lo que viene ocurriendo con Kuélap es una agonía ininterrumpida por malas gestiones de los últimos 30 años, y que tuvo como corolario, la caída de sus muros en abril del 2022.
Desde esa fecha, se han agudizado las pésimas gestiones en nuestro principal monumento cultural y turístico. Usted señor Ministro, antes de ocupar su cargo, también tuvo una opinión EN CONTRA de las acciones que se vienen realizando en este ícono cultural. El 10 de abril del presente año, en la Revista Lima Gris, usted con gran acierto manifestó que “las estructuras de metal y concreto instaladas por el Ministerio de Cultura en la fortaleza Kuélap, son un DESPROPÓSITO NEFASTO, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”. (Para hacerle recordar, su opinión completa en el siguiente enlace de la Revista Lima Gris: https://limagris.com/fabricio-valencia-sobre-kuelap-las-estructuras-de-metal-y-concreto-atentan-contra-la-carta-de-conservacion-de-venecia/)
En dicha oportunidad usted agregó: “no entiendo cuál es la necesidad de utilizar estructuras de concreto y acero inoxidable, porque al parecer son estructuras de acero inoxidable. No se integran visualmente bien con el monumento, es groseramente discordante con la arquitectura original.
Ante estas oportunas y acertadas declaraciones suyas, nos dirigimos para manifestarle lo siguiente:
- La mayoría de ciudadanos amazonenses, estuvimos de acuerdo con su opinión técnica, y nos sirvió como defensa para abordar la construcción innecesaria de esos cercos de fierro y concreto al frente de las murallas de Kuélap; por tal razón, y ahora que está dirigiendo el máximo sector en cuanto a Cultura, solicitamos y exigimos a usted RETIRAR DICHAS ESTRUCTURAS DE CONCRETO Y FIERRO, porque como manifestó en su momento y estamos de acuerdo con su análisis técnico, “son un despropósito nefasto, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”. Palabras de usted Sr. Ministro.
- Sabemos que usted y su gestión, están realizando cambios en su sector, es la oportunidad para realice los ajustes necesarios en cuanto a los funcionarios del Sector Cultura que tienen que ver con nuestros recursos arqueológicos y quienes gestionan el Complejo Arqueológico Kuélap. No es posible que las mismas personas que han sido funcionarios en anteriores oportunidades, y han llevado a la situación lamentable de lo que hoy es Kuélap, sigan CIRCULANDO Y LABORANDO, en diversas áreas de gestión, que tiene que ver con el Sector Cultura en Amazonas y principalmente el PRIAK. Señor Ministro, con estos funcionarios/as, padecemos malas experiencias, no siga ratificándolos a pesar de sus pésimas gestiones.
- Esperamos Sr. Ministro que la gestión cultural en Amazonas y la gestión de nuestro Complejo Arqueológico, sea llevada a cabo por personas conocedoras de la cultura, historia y gestión cultural. Así como se invierte para promover el comercio y desarrollo turístico, con la misma dedicación y fortaleza, deberían invertir en nuestras manifestaciones culturales, su respeto y puesta en valor, como lo necesitan Kuélap, Ciudad de los Muertos, Carajía y muchos otros. Para ello se necesita de PERSONAS IDÓNEAS Y CON EXPERIENCIA EN GESTIÓN CULTURAL. Elegir funcionarios Sr. Ministro, que estén comprometidos con nuestra cultura, y no sólo la explotación turística.
- Señor Ministro, también le solicitamos que los trabajos que se viene realizando en el Complejo Arqueológico Kuélap, se realicen oportunamente y que no tengan retrasos. Nosotros como ciudadanos, vemos todos los años agonizar a Kuélap, porque los trabajos se retrasan, se solicitan ampliaciones de presupuesto sin ningún tipo de control, muchos personajes con “consultorías y planillas doradas”, vegetan en sus puestos sin hacer nada en favor de nuestro Complejo Arqueológico. Solicitamos mayor presupuesto y acelerar los trabajos de recuperación y puesta en valor de Kuélap y otros monumentos arqueológicos.
- Adjuntamos a esta carta, imágenes de las innecesarias acciones que se viene realizando en Kuélap, por ejemplo: paraderos que esconden la grandiosidad de las murallas en Kuélap o insertar elementos exógenos, como “tapitas fosforescentes” que rompen con el escenario cultural e histórico que representa el Complejo Arqueológico Kuélap. Acciones innecesarias que ya usted en su debido momento ESTUVO EN TOTAL DESACUERDO, y esperamos que siga con esa línea de opinión técnica, para aplicar las correcciones ahora que está en el cargo máximo del sector Cultura.
ORGULLOSAMENTE AMAZONENSES
RUDECINDO VEGA CARREAZO DNI: 08585154 | ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO DNI: 10166020 |
JINDLEY VARGAS ZUMAETA
DNI: 33407029
Cultura
«Meses de Incertidumbre y Aversión», nuevo libro de Hélard Fuentes se presenta en Arequipa
La nueva publicación cuenta con dos fechas de presentación en la ciudad blanca.
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5 días agoon
18/11/2024Arequipa invita a todos los interesados a conocer la obra “Meses de incertidumbre y aversión. La ocupación chilena en Arequipa” del historiador Hélard Fuentes. Este libro ha sido galardonado con los Estímulos Económicos 2024 del Ministerio de Cultura del Perú, y será presentado en dos fechas especiales en la ciudad de Arequipa.
La presentación del libro se llevará a cabo en los siguientes lugares y horarios:
- Jueves 21 de noviembre, 11:00 h
Primer Patio de la Municipalidad Provincial de Arequipa
Participarán como comentaristas: Jorge Bedregal, Carlos Meneses Cornejo y Patricia Roberts. - Viernes 22 de noviembre, 19:00 h
Biblioteca Mario Vargas Llosa (Sala 308)
Comentarios a cargo de Raúl Fernández Llerena, Pablo Nicoli Segura y Alfredo Herrera Flores.
Sobre el libro
En «Meses de Incertidumbre y Aversión», Hélard Fuentes ofrece un análisis detallado de los meses de ocupación chilena en Arequipa tras la firma del Tratado de Ancón, abordando la complejidad política, social y militar de esa época. A través de sus 13 capítulos, Fuentes destaca la resistencia del pueblo arequipeño frente a la ocupación y las tensiones generadas en la ciudad.
Historiadores como Cristóbal Aljovín de Losada señalan que la obra «enriquece nuestra lectura del complejo y contradictorio fenómeno de la Guerra del Pacífico, en clave regional». Por su parte, Juan Castañeda Murga resalta que el libro «revindica el rol del pueblo arequipeño en esos días aciagos», mientras que Raúl Fernández Llerena considera que Fuentes «nos entrega la verdad de un pueblo con dignidad».
Con este trabajo, Fuentes contribuye significativamente al entendimiento del impacto de la ocupación chilena en la región y la historia de Arequipa durante la Guerra del Pacífico.
Cultura
Kinra, la premiada película cusqueña llegó a los cines
La premiada película peruana llega a la pantalla grande en varias regiones del Perú.
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1 semana agoon
15/11/2024KINRA, el viaje de Atoqcha, la ópera prima del cineasta cusqueño Marco Panatonic, ya se puede ver en cines de Lima, Cusco y Arequipa. La película que obtuvo el trofeo Astor Piazzola en el Festival de Mar del Plata y se llevó seis premios en el último Festival de Cine de Lima, se estrenó respaldada por excelentes comentarios de la crítica local e internacional. El film fue realizado por un equipo quechuahablante, íntegramente regional y con equidad de género.
Protagonizada por actores naturales de Chumbivilcas, la película narra la historia de Atoqcha (zorrito en quechua), un joven quechuahablante astuto e inquieto, que deja la casa donde vive con su madre en Chumbivilcas, para viajar a Cusco en busca de nuevas oportunidades. En la ciudad, es acogido por un amigo que lo ayuda; encuentra trabajo y está dispuesto a estudiar para ser ingeniero. Pese a que las cosas empiezan a acomodarse en su vida, Atoqcha siente que hay algo que no encaja; tiene el corazón dividido. También quiere estar con su madre y su hermana en su terruño. Sus raíces lo llaman. Tendrá que tomar una decisión para definir su futuro y afirmar su identidad.
El director Marco Panatonic recuerda que KINRA, el viaje de Atoqcha surgió inspirada en la experiencia de vida de su abuelo, quien trabajando en la ciudad optó por volver a su tierra, decepcionado al ser injustamente acusado de ladrón. “A partir de la reforma agraria quechuas, aymaras, amazónicos nos hemos asimilado culturalmente hasta cuestionar nuestra identidad con la excusa de la modernidad, creciendo así en un medio que contradice nuestro modo de vida, nuestras raíces, nuestros idiomas, nuestros colores de piel. Afectados por el racismo y el clasismo, algunos viven ajenos a ciertos espacios, otros llegan a conquistarlos a su modo, de ambas maneras el Perú es un país fracturado con un visible conflicto entre lo occidental y lo andino. Kinra retrata el viaje de Atoqcha para sentirse tranquilo con sus decisiones, que son las mías también porque soy un desplazado de segunda generación que felizmente aún hablo quechua”, comenta.
Marco Panatonic, al igual que el personaje de su película, nació en Kinra, Chumbivilcas y es quechuahablante. Estudió Ciencias de la Comunicación (UNSAAC), participó en la gestión de cineclubes, fue asistente de producción de cortometrajes y videoclips. Ha realizado los cortometrajes Q’ellucha (2017) y Cuando ya no estemos aquí (2016). Aprendió cine en espacios como TransLAB, Corriente, Talents Buenos Aires, EdocLAB, EICTV, Escuela Transfrontera. Participó en los cortometrajes La Final (César Venero, 2014) y Heroínas (Marina Herrera, 2022). Fue parte de la coproducción Fiebre (2022), de Elisa Eliash. Kinra es su primer largometraje y ha sorprendido por su mirada honesta y auténtica.
“En el contexto peruano, el cine y la televisión tienen la tendencia de retratar el universo andino desde la bondad e inocencia, vestidos con trajes típicos y una relación armoniosa con la naturaleza o en una situación de pobreza extrema y una tristeza genética. La mirada paternalista e idealizada no propone una mirada más compleja ni cercana. KINRA busca contradecir estos estereotipos reconociendo a las personas no solo como personajes en la película sino tomando en cuenta sus experiencias de vida como parte de la narrativa de la película, buscando la autorepresentación”, explica Panatonic acerca de cómo su película nos acerca al universo andino.
La vida cotidiana en las comunidades andinas, el espíritu colectivo, la solidaridad, los rituales, la fuerza de la mujer, y la conexión con la tierra y la naturaleza, están retratados en la película con gran honestidad. Los actores quechuahablantes, sin experiencia actoral previa, pero con una buena dirección, han logrado una interpretación que contribuye a darle una autenticidad especial a la película.
Cabe destacar el trabajo colectivo del equipo diverso que se formó para la película, con participación desde Arequipa, Puno, Cusco y Lima. Integran el elenco: Raúl Challa como Atocha; Yuri Choa, Tomasa Sivincha Huamaní, Marcosa Huamaní, Aurelio Quispe, Lisbeth Cabrera y Jorge González. En la parte técnica: Dirección y guión, Marco Panatonic; Producción General, Walter Manrique; Producción, Gladis Florez, Maykon Lope; fotografía, Alberto Flores y Pierre Pastor, y la distribución está a cargo de V&R Films.
Mira el tráiler aquí:
Cultura
Offscreen: Un puñado de historias de guerra
Perú se hace presente en el Festival Internacional con proyecto de largometraje.
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1 semana agoon
14/11/2024En la 35ª edición del Festival de Cine de Estocolmo nuestro país se hará presente gracias al trabajo de los cineastas peruanos Oscar Zemarti y Ursula Pizarro, seleccionados para presentar su proyecto de largometraje titulado Offscreen: Un Puñado de Historias de Guerra (título original: Offscreen: Kourallinen Sotatarinoita) en la competición Nordic Wave del evento cinematográfico. La jornada de pitch se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia).
Esta coproducción de Finlandia y Perú, que actualmente se encuentra en fase de desarrollo, es una película de ficción que combina comedia negra y fantasía. El proyecto será presentado ante un jurado y un público de profesionales del sector, compitiendo por un premio destinado a la postproducción de la película. Entre los cinco proyectos seleccionados, Offscreen es la única propuesta en representación de Finlandia y gestado por cineastas peruanos.
Escrita por Oscar Zemarti y la escritora y periodista finlandesa Kukka-Maria Ahokas – quien debuta en el guion cinematográfico con esta obra- nos cuenta la historia de Kasimir (27) y Arno (33), un director y un camarógrafo que, al explorar un bosque para filmar un documental sobre los remanentes de una guerra pasada, se encontrarán con un tanque abandonado. Su curiosidad los lleva a filmarlo, pero son interrumpidos por Charlotte (55) una refugiada francoparlante que vive dentro del tanque. A medida que los conflictos se intensifican, el grupo se ve envuelto en una trama más profunda que involucra a veteranos de guerra que patrullan el área, lo que los obliga a colaborar de maneras inesperadas.
Oscar Zemarti, director del proyecto, comenta: “la guerra ha sido retratada en el cine durante mucho tiempo, planteando importantes preguntas éticas. En Offscreen: A Handful of War Tales, mi intención es explorar el papel que juegan los cineastas en mostrar las duras realidades del posconflicto, utilizando la comedia negra y el realismo mágico como herramientas para examinar la delgada línea entre la ética y el arte desde perspectivas poco convencionales”.
Por su parte, Ursula Pizarro, productora del proyecto, agrega: “nuestra película busca cuestionar las miradas tradicionales sobre la guerra, enfocándose en las experiencias de aquellos que han quedado al margen, resistiendo en los vestigios de la violencia pasada. Este enfoque invita a la audiencia a reflexionar sobre las implicaciones éticas de la representación artística en entornos marcados por un conflicto bélico. Ante las tensiones inminentes en Europa, Offscreen adquiere relevancia como un comentario sobre el legado persistente de la guerra y la violencia en nuestra sociedad contemporánea”.
Esta selección no solo destaca el talento peruano en el ámbito cinematográfico internacional, sino que también resalta la importancia de la colaboración internacional en la creación de narrativas que resuenan a nivel global. La revista del Festival (Stockholm Industry Guide, página 31) les brinda un espacio en su edición de este año.
El Festival de Cine de Estocolmo es conocido por celebrar la diversidad y la innovación en el cine, y ha contado en su programación con directores de renombre como Quentin Tarantino, Yorgos Lanthimos, Lars von Trier y Roy Andersson,consolidando su reputación como un espacio internacional para el talento cinematográfico. Este año, el festival también reconocerá a Sean Baker y Steve McQueen con el premio ‘Visionary Award’, destacando su compromiso con una cinematografía que desafía los límites convencionales.
La sección Nordic Wave es una plataforma de proyección para talentos emergentes de los países nórdicos, dentro de los Industry Days del Festival de Estocolmo. La jornada de pitch para Offscreen se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre, de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia), ofreciendo una oportunidad única de interacción entre profesionales de la industria y nuevos talentos del cine.
Cultura
Abdulrazak Gurnah: crecer para entender la vida
Lima Gris conversò con el Premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, en la ciudad de Arequipa donde se realizò el Hay Festvial.
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1 semana agoon
13/11/2024Por: Hélard Fuentes Pastor
Abdulrazak Gurnah es un hombre astuto, de mirada firme y penetrante, cuyas respuestas resolutivas y determinantes revelan a un escritor que guarda los recuerdos más íntimos de su vida en la subjetividad de su mente. Los demás deberíamos ser un poco como Abdulrazak: cautelosos, pero receptivos; profundos, pero precisos; pacientes, pero sinceros. Así fue nuestro diálogo, en una esquina del lobby del hotel Casa Andina Premium con motivo del Hay Festival Arequipa, bajo la tenue iluminación de las sombras del día, con un par de dispositivos que tanto él como yo no sabíamos cómo manejar, y que llevaba consigo una traductora limeña, con quien minutos antes establecí un entretenido diálogo sobre algunos menesteres de la educación y la cultura en el país.
Mi función en una entrevista es poner en aprietos a la gente ―ratifiqué de principio a fin―. Así que, al finalizar nuestra conversación, le entregué un libro sobre Arequipa. Me dijo que no sabía castellano, que no lo podría leer, pero respondí que las imágenes también hablarían. No hubo más que decir, solo agradecer y despedirse.
En el momento en que nos dábamos la mano, pensé que aquella situación, cotidiana en Abdulrazak y bastante especial para mí, comenzó de la misma manera en que acabó: en una suerte de confesión del entrevistador sobre los tópicos comunes de la memoria, la búsqueda de identidad y los duelos personales. Y solo un buen entrevistado puede lograr esa sensación.
Cuando preparé las preguntas, decidí enfocarme en un aspecto muy curioso y poco conocido del Premio Nobel de Literatura 2021: su niñez y su familia. Por ese motivo, comencé planteando que la niñez es una etapa fundamental en la persona, donde surgen heridas, e incluso hay quienes consideran que define al hombre.
―La niñez ―me dijo― es un momento importante. No estoy seguro de que defina a la persona, pero simplemente creo que los acontecimientos que le ocurren a un niño, las memorias de un niño, duran para siempre ―afirma Gurnah en un acto de interiorización que marcó la entrevista―. Sin embargo, a mí me parece que a medida que vamos creciendo como persona, volvemos a examinar nuestra niñez y la reinterpretamos, la entendemos de manera diferente también. Entonces, no estoy seguro de que sea lo que define a la persona, porque la persona crece hasta el punto en que puede entender su propia vida viendo atrás, revisando lo que le ha pasado. Pero sí, la niñez es de suma importancia.
Es públicamente conocido que Abdulrazak abandonó su tierra natal, Zanzíbar, cuando solo tenía 17 años; es decir, apenas era un adolescente cuando se aventuró en suelo inglés. Pero, ¿cómo fue su niñez? Le preguntamos al autor de Paraíso, un libro que, a grandes rasgos, ha inspirado este diálogo.
―Fue como la de cualquier niño ―sonríe―. Mi niñez estuvo bien. ¡Jugar, jugar, jugar! Todas las cosas que se esperarían de un niño, que dan alegría, que dan un aprendizaje, y no entender muchos asuntos también.
―¿Y recuerdas algún juego en especial?
―Recuerdo ir correteando, jugando a los policías y ladrones, entre otros, nada en especial. Mi niñez fue perfectamente bien. De niño, uno no entiende completamente lo que está ocurriendo. Uno no se da cuenta de los peligros. Justamente a eso me refiero cuando digo que al mirar hacia atrás vemos cosas de las que no nos dábamos cuenta. Bueno, lo veíamos, pero no lo entendíamos.
Me detengo un momento aquí, porque, a pesar de los kilómetros de distancia, de las diferencias culturales, del idioma y de la brecha etaria —Abdulrazak ronda los 75 años y yo los 34—, hemos jugado, relativamente, lo mismo: a los policías y ladrones. Con sus variantes, sí; pero al fin y al cabo, todos nos correteamos en la niñez. La niñez es una carrera, y por definición, esta carrera implica muchos tropezones.
—Abdulrazak, ¿y si pudieras encontrarte con el niño que fuiste, qué le dirías?
—Yo le diría que sea más duro —respondió.
—¿¡Cómo a tus personajes!? —pensé—. A lo largo de tus novelas has creado protagonistas complejos, marcados por el sufrimiento, la pérdida o esa búsqueda de identidad. ¿Cuál de todos crees que mejor refleja estas experiencias?
Abdulrazak, como buen oyente, me devolvió la pregunta: “¿Qué personaje?”, me dijo con perspicacia.
—¡Yasuf! —mencioné—. En “Paraíso”.
—No, exactamente, porque creo que tiene diferentes circunstancias y cuestiones. Pongamos a Yusuf como ejemplo. Para mí, él es un niño. Como dije antes, a menudo los niños no entienden lo que está sucediendo; él no está entendiendo lo que pasa. Entonces, yo hablaría de esa sorpresa, que es una palabra importante. Por su propia naturaleza, era una persona gentil, amable, que tenía que aprender a lidiar con estas dificultades. Es tierno, más o menos, por decirlo así, en su relación con las personas. Él no piensa en ambiciones ni dice ‘quiero ser esto’, pero su búsqueda es encontrarse a sí mismo, encontrar una forma de salvarse a través de eso, sin hacer de ello un sufrimiento enorme. Más bien, él quiere realmente atravesar las circunstancias que se le interpongan. Se trata de examinar, de tratar de entender cómo los adultos, especialmente los padres, tratan a los niños; los patriarcas, por decirlo de alguna manera. A lo que me refiero con esto no es que esté estableciendo su identidad, sino que busca quedarse con algo que aún le pertenezca a medida que avanza.
—¿Es tu personaje más logrado?
—Me gustaría poder decir que también he tenido personajes igual de logrados que este, pero en diferentes temas.
—¿Y cuál es el personaje más difícil que has creado en una historia?
—Todos tienen sus propias dificultades. Hay que llegar a entender a las personas de las que estoy tratando de escribir. Algunas te caen bien y otras no te caen bien, pero aun así, las tenemos que entender. Tenemos que entender lo que motiva el bien y el mal. Todos tienen sus dificultades específicas.
Gurnah ha tenido que enfrentar múltiples dificultades en su vida. Según lo que hemos indagado, vivió momentos de opresión y persecución de los ciudadanos de origen árabe en Zanzíbar, su tierra natal, y muy probablemente experimentó el abuso racial en un país como Inglaterra, donde comenzó su carrera de escritor. Pero una cosa es saberlo y asumirlo como una realidad porque lo hemos leído en La Vanguardia o The New York Times. Entonces, abordamos este aspecto, y la primera premisa que surgió fue: ¿cómo escritor o como ser humano? Y yo le insistí: “Como escritor”.
—Posiblemente, fue cuando regresé a mi parte del mundo después de muchos años y luego escribir acerca de ese período. Fue así que surgió “Paraíso”. Yo creo que esto me llevó a una dirección ligeramente distinta en mi escritura. Entonces, no fue una decisión difícil, pero sí importante.
—¡Tus novelas tienen contenido histórico!
—”Paraíso” tiene contenido histórico, es probable que “Deserción” o “La vida, después”, también sea así; pero los otros son relativamente contemporáneos. No solo escribo cosas históricas. Eso es lo que he dicho, justamente porque he regresado y he viajado, por eso quería escribir sobre ese panorama, de ese tiempo. Yo escribo también acerca de otros temas.
Siempre tengo la mala costumbre de preguntar a los entrevistados, qué mejor aún, a un Premio Nobel, qué anécdota podría contar, cuál elegiría para este momento de diálogo. Abdulrazak, riendo y pensativo a la vez, dijo algo para asombro mío y de la traductora:
—¡Esa es una pregunta imposible! La memoria, especialmente para un escritor, es un recurso; es un volumen enorme que está en mi mente, entonces ni siquiera podría escoger.
—¿Y cuál crees que fue el periodo más interesante de tu vida?
—Todos han tenido su propia belleza. Quizás entre los veintitantos e inicios de los treinta, cuando tienes claro qué vas a hacer con tu vida, hacia dónde la vas a dirigir.
Arequipa es una ciudad especial para todos los visitantes. En ese contexto, y cerrando este inolvidable diálogo, no pude dejar de preguntar sobre su percepción. Bien es cierto que Abdulrazak apenas ha estado en el hotel y ha caminado por la Plaza de Armas, como él mismo manifestó, pero no dejó de asaltarnos aquella curiosidad:
—Ahora que estoy viajando mucho, lo primero que la gente me pregunta es: «¿Es tu primera vez aquí?» Y la segunda pregunta que me hacen es: «¿Qué te parece?» Y solamente vine por un día. Me voy a quedar aquí hasta ir a Machu Picchu y a Lima. Pregúntame cuando me haya quedado dos semanas; después de eso, te cuento —comenzó a reír—. Porque ahora estoy disfrutando el momento, la comida es muy buena, he caminado por la plaza, todo aquí es muy bonito. Es lo único que te puedo decir.
—Esto significa que tendremos un diálogo pendiente.
Abdulrazak no dijo mucho, aunque pensándolo bien, lo dijo todo.
Cultura
¡LA ZARZUELA VUELVE A LIMA! DESDE ESPAÑA LLEGA EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS
La Municipalidad de Lima presenta El Barberillo de Lavapiés, una de las zarzuelas más populares, en el icónico Teatro Principal Manuel A. Segura.
Published
2 semanas agoon
12/11/2024Conmemorando 150 años desde su estreno, la Municipalidad Metropolitana de Lima presenta El Barberillo de Lavapiés, en el Teatro Principal Manuel A. Segura.
Concluyendo una temporada de grandes presentaciones, la Municipalidad Metropolitana de Lima trae de vuelta la zarzuela al Centro Histórico, con un espectáculo de primer nivel.
El Teatro de la Zarzuela de Madrid llega con El Barberillo de Lavapiés, zarzuela en tres actos, con música del maestro Francisco Asenjo Barbieri y libreto de Luis Mariano de Larra.
Historias de intriga, amor y política que se desarrollan de manera expresiva a través de las impecables coreografías y un notable elenco internacional con más de 100 artistas en escena.
De España llegan Javier Franco, Cristina del Barrio, Pancho Corujo, Begoña Quiñones, Verónica Garzón, con la dirección de escena de Alfredo Sanzol y coreografía de Antonio Ruz, Tania Solís y Rodrigo Urrutia.
Acompañados por la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal de Lima, bajo la dirección de Matteo Pagliari y el Coro del Teatro Municipal de Lima, con la dirección de Armando Vértiz.
Una extraordinaria producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, para cerrar a lo grande la exitosa temporada 2024 de los Teatros Municipales de Lima. Los invitamos a disfrutar de un espectáculo inigualable los días 13, 15 y 17 de noviembre con El Barberillo de Lavapiés en el Teatro Principal Manuel A. Segura, el teatro de la zarzuela en el Perú.
Consigue tus entradas vía Teleticket: https://teleticket.com.pe/barberillo-de-lavapies
REEL PROMOCIONAL EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS: https://bit.ly/4hmpQdz | https://bit.ly/3UyHTDl
Cultura
El latido de las ‘Ruinas Circulares’: Manongo Mujica presenta shows gratuitos en Lambayeque y Lima
Dos conciertos con toda la magia de uno de los percusionista más importante del país.
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2 semanas agoon
08/11/2024Manongo Mujica, músico, percusionista y un explorador de lo intangible, presenta Ruinas Circulares, ciclo de conciertos gratuitos y al aire libre, un encuentro profundo con la historia a través de la música en dos escenarios icónicos: las pirámides de Túcume en Lambayeque y el complejo de Mateo Salado en Lima. Con cada presentación, Mujica busca hacer que estos espacios ancestrales se conviertan en el epicentro de una experiencia sensorial que traspasa lo visual y lo auditivo.
Estos lugares no solo actúan como escenarios; son protagonistas silenciosos. Manongo, junto a músicos como Fil Uno, Gabriela Ezeta y Terje Evensen, crea una atmósfera en la que los sonidos dialogan con el entorno, como si cada interpretación trajera consigo fragmentos de épocas pasadas, permitiendo que el espectador sienta una conexión íntima con esas voces que aún parecen susurrar en el viento.
Inspirado en el cuento de Borges, Mujica convierte la creación musical en un ritual de memoria y presencia, donde cada interpretación establece un diálogo entre el pasado y el presente. Mujica invita al oyente a no solo escuchar, sino a percibir cómo la música se convierte en un vehículo para entender y recordar, con cada compás cargado de simbolismo y propósito.
Este ciclo de conciertos, impulsado por Luis Alvarado de Buh Records y en colaboración con el Complejo Arqueológico de Túcume, representa un compromiso por difundir el arte en entornos patrimoniales, fusionando conservación y creatividad. Los asistentes también podrán explorar los sitios a través de actividades complementarias que los ayudarán a vivir el lugar en toda su dimensión histórica.
Proyección de cortometrajes
Como complemento, entre septiembre y noviembre se realizarán proyecciones itinerantes de los cortometrajes «Escucha Paisaje Escucha» y «Ruinas Circulares». Estos trabajos, producidos por Mujica y dirigidos por V. Checa y Diego Cendra W., serán presentados en ciudades como Chachapoyas, Trujillo, Chiclayo, Puno, Cusco, Arequipa e Ica, gracias a una alianza con Edward De Ybarra, director de Corriente – Encuentro Latinoamericano de Cine No Ficción.
FECHAS CLAVE
Concierto «Ruinas Circulares»
-Túcume (Lambayeque): 17 de noviembre
– Mateo Salado (Lima): 21 de noviembre
“Proyecciones de cortometrajes”
-Lima: 8 de noviembre (CCPUCP)
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