Generalmente, cuando estamos a inmediaciones del termino del año en curso, pensamos en lo bueno y en lo malo que tuvimos durante los últimos 365 días y nos proponemos despedir el año viejo y preparamos la antesala para el año nuevo que se viene, para una vez más, proyectarlo como el más próspero, venturoso y feliz —aunque en la práctica— no siempre resulta como uno se propone. Y así sucesivamente, realizamos la misma dinámica, año tras año.
Sin embargo, en el mundo de los niños y de los más jóvenes, había otra manera de echar al año viejo —pero no precisamente para enfocarse en el venidero— porque cuando éramos párvulos, ni siquiera proyectábamos qué ocurriría en el futuro.
Quién diría que así pequeños, con los mocos rebosados y los vaqueros mugrientos (prácticamente, nuestro “campo de diversiones” era la calle) estábamos más conectados con la política y la coyuntura, a niveles insospechados. Incluso, teníamos en la memoria el significado de los símbolos patrios, el pabellón nacional, y la existencia de un librito rojiblanco, de nombre Constitución Política del Perú —y aunque repetíamos los datos como un loro— tampoco era menos cierto, que, en el fondo, tener ese elemental bagaje era todo un mérito.
A ver—ahora—vaya usted a preguntar a los pulpines de hoy ¿qué es todo eso del civismo? Y quizá le respondan, que es todo lo relacionado al “Honda Civic”.
Pero, volviendo al asunto del año viejo —en efecto— nos encargábamos de mandarlo muy lejos, hasta dejarlo hecho “cenizas”. Así todos los 31 de diciembre, diversos “personajes”, generalmente de la política, desfilaban bien vestidos y acicalados hasta la hoguera instalada en plena calle, y antes de la cero horas del nuevo año en curso, ya estaban ardiendo en su propia pira. Esa era la tradición desde que tuvimos uso de razón, y teníamos que cumplir con la quema de muñecos, para eliminar todo lo malo del año que acababa.
Nuestra misión, durante todo el mes de diciembre desde que salíamos del colegio, era organizarnos para recolectar ropa en buen estado —sacos, gabanes, camisas, zapatos, bufandas, medias, corbatas, correas, chompas y sombreros—. Aunque, pocas veces, rebuscábamos vestidos y zapatos de mujer, pues, raramente, surgía un personaje femenino que negativamente llamara la atención —quizá si habría existido en esa época una Nadine, Zoraida, o Dina— habría puras muñecas femeninas.
Así armábamos con antelación un sinnúmero de muñecos de trapo, en tamaño real, entre 160 y 175 centímetros, dependiendo del personaje. Esta liturgia la ejercíamos entre varios amigos del barrio. Éramos más de docena y media de adolescentes, los que recolectábamos las prendas de vestir para armar a los muñecos, que tenían que quedar perfectos —como una escultura—con ropa ceñida y sus manos intactas —para eso empleábamos guantes y simplemente los rellenábamos— asimismo, el rostro tenía que quedar bien delineado, con expresiones verosímiles. Desde luego, no necesitábamos un estudiante de Bellas Artes; generalmente en el barrio teníamos “Picassos” de sobra, para darle el toque facial al muñeco que iba a ser quemado en el año viejo.
Los muñecos que calcinábamos y que rellenábamos con cantidades industriales de cohetecillos, representaban a los políticos, gobernantes y personajes impopulares que todo el mundo repudiaba, por sus malas acciones y falta de empatía.
Recuerdo, que en uno de esos años, quemamos al general Juan Velasco Alvarado, en un afán de solidarizarnos con parte de la clase pudiente que fue despojada de sus tierras —aunque en el fondo— en el populorum, la gente hablaba bien del dictador militar, porque si bien, mandó al tacho al país, por lo menos reivindicó a los pobladores de las zonas más vulnerables del Perú.
Así fueron quemados muchos muñecos que personificaban a los personajes más negativos e impopulares de la escena nacional.
Por la hoguera de las calles, desfilaron Abimael Guzmán, Víctor Polay, Cerpa Cartolini, Elena Iparraguirre, y muchos terroristas más. Asimismo, el muñeco del aprista Felipe Santiago Salaverry que había presidido el IPSS con insanía, porque se burlaba públicamente de los asegurados, terminó en cenizas en varias calles de Lima. Increíblemente, en la vida real, a ese señor, en abril de 1990 Sendero Luminoso lo dinamitó en la Panamericana Sur.
Muchos apristas de la primera “era” de Alan García, también, pasaron a ser muñecos para incinerar durante el año viejo. Además, del propio García Pérez, también, pasaron a ser cenizas, Abel Salinas, Jorge del Castillo, Luis Alva Castro, Rómulo León y otros.
Posteriormente, Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, no fueron la excepción y también pasaron por la hoguera callejera —solo por mencionar a los más mediáticos— porque en suma, había muñecos para todos los gustos, incluso faranduleros.
Las calles, durante el primero de enero… todos los años amanecían con escombros de cenizas y llamaradas tenues; incluso, durante los últimos tiempos, a falta de creatividad, generalmente quemaban llantas.
Estas quemas, solamente se daba en los barrios más populares de Lima y también en las periferias. En La Victoria, no había calle que no estuviera flanqueada de muñecos ardiendo durante la madrugada del primero de enero. En Mendocita, en El Porvenir, Humboldt, Parinacochas, 28, Bolívar, Huascarán, La Católica, y todas las demás, amanecían destelladas.
En el Rímac, en Pizarro, Leoncio Prado, La Chira, Necochea, Salmón, Próceres, El Muñoz. Asimismo, en Barrios Altos, Breña, El Callao —antes que exista Barrio King— también quemaban a sus impresentables personajes.
Lo mismo, en Villa El Salvador, San Juan de Miraflores, y San Juan de Lurigancho, incluso, durante la época del alcalde farandulero que le acuñó el nombre: “El Nuevo San Juan”. Aquel distrito inacabable del cono este, amanecía con cientos de muñecos ardidos.
Fueron tiempos épicos, para los que pudimos vivirlo—digamos—desde el punto de vista más subjetivo—sin embargo, también existe la otra cara de la moneda.
Me refiero al lado más estructural del civismo y la sana convivencia. Es cierto, que estas practicas no eran correctas, porque colisionaban con el verdadero concepto de hacer ciudadanía, y de pronto, con las buenas costumbres.
Porque también, se incurría en la posibilidad de atentar contra la seguridad pública —de repente— por incurrir en delito de peligro común —porque en el peor de los casos— se pudo haber ocasionado una reacción en cadena, con probables incendios, que quizá pudieron alcanzar a inmuebles y algunos vehículos.
Felizmente, no me enteré de esas situaciones. Pero confieso, que una prueba de mi molestia posterior —ya en mi etapa de adulto— sucedió cuando cada fin de año, durante la antesala de la celebración de año nuevo —era obvio que no me perdía ninguna fiesta con cotillón— y cuando me desplazaba con mi auto por cualquier arteria limeña, a excepción de San isidro y Miraflores (excepto en inmediaciones de Santa Cruz, Enrique Palacios, Mendiburu y La Mar, de esas épocas), no paraba de refunfuñar, porque tenía que sortear cada escombro de muñecos en llamas, incluso, llantas incandescentes a montones, que bloqueaban las calles.
No tenía otra opción, que realizar maniobras temerarias como el slalom (esquives de obstáculos) para salir de aquella “ciudad perdida”. Incluso, me dio la impresión que estuve inmerso en la era Mad Max, mezclada con Blade Runner y Calles de Fuego, por la intensa penumbra, la ceniza y el humo que invisibilizaban la mole urbana.
Actualmente, eso, ya no existe. Ya nadie hace quema de muñecos, porque está prohibido, porque hay coerción. La Policía Nacional con apoyo de la Fiscalía de Prevención del Delito, simplemente, interviene ante estas acciones. De lo contrario, para quemar el año viejo 2023, ya se habrían armado muñecones con la fisonomía de Vizcarra, Castillo, Aníbal, PPK, Sagasti, Toledo, Cerrón, Boluarte, Otárola, Reynoso, Soto, Zoraida, Benavides, Alva, Bermejo, Sigrid, Susel, Chirinos, Lozano, Gorriti, Oxenford, Vela, Pérez, Tarache y Wanda.
Sin embargo —como premio consuelo— como para depurar todo lo negativo del 2023, en el Mercado Central y en Mesa Redonda, están vendiendo piñatas con los rostros de políticos, faranduleros, entrenadores y deportistas que se portaron mal durante todo el año, y están listos para ser despedidos a punta de palazos y patadas.
Luis Felipe Alpaca es egresado de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas y estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza; asimismo estudió en la Escuela de Escritura Creativa del CCPUCP, y tiene un Diplomado de Especialista en Derecho Comercial por la Escuela Superior de Negocios. Ha sido Editor de Cultura del Diario 16, y actualmente es Editor General del Grupo Editorial Lima Gris, y es conductor del programa radial Lima Gris Radio por La estación Planicie 91.5 de la FM. Como gestor cultural ha organizado y curado exposiciones de arte y eventos ligados a los derechos culturales. Asimismo es corrector de estilo, y ha escrito más de 400 artículos relacionados a cultura, actualidad y política. Como activista social ha sido miembro de la Red del Patrimonio Cultural con el afán de defender patrimonios inmateriales y materiales como el desaparecido Palais Concert, y el Complejo Arqueológico Puruchuco. Actualmente es miembro del Colectivo Antropoceno Identidad, y ha recorrido distintas regiones del país para brindar apoyo, encuentros y conferencias en universidades con temas relacionados al arte ancestral y la cultura originaria.
Ayer, me reuní con tres asesores del Congreso de la República en un famoso chifa del Barrio Chino. Iba con la ilusión de saborear el pato pekinés y el arroz chaufa especial, que son deliciosos. Mis amigos llegaron puntuales, y mientras almorzábamos con entusiasmo, les pregunté: “¿Tenemos posibilidades de que puedan presentar un proyecto de ley para modificar la Ley de Bancos, fomentar la competencia financiera y defender a los peruanos?” Los tres se rieron como si les hubiese contado un chiste del Chato Barraza.
Uno de ellos me dijo: “Tú eres cojudo, o no te das cuenta de que el Congreso está tomado por el crimen organizado, aliados de los grupos de poder económico. No tienes idea de cómo el fujimorismo ha impuesto la ley del hampa. Todo se vende, todo en el Congreso es corrupto. Siento vergüenza de trabajar en una institución tan degradada, pero no tengo otra alternativa”. Sus palabras me quitaron el apetito.
Iván, quien trabaja en el Parlamento desde la década de los noventa, me dijo: “Lo que dice Carlos es cierto, pero esta gente es capaz de traicionar al Perú. Se venden por viajes al extranjero o por un ceviche en un restaurante de Gastón. Mira cómo quieren destruir el país. Los chinos han metido, a través del Ministerio de Energía y Minas, un proyecto de ley sobre el uso de paneles solares, vendiéndonos el cuento de la energía limpia. Lo cierto es que la energía eléctrica peruana es la más limpia del continente; lo que pasa es que esos pendejos han sobreproducido paneles y los quieren imponer al mercado peruano. ¿Te acuerdas de ese congresista de Acción Popular invitado por Huawei? Ese lumpen y otros promueven el lobby chino”. Nadie ha denunciado esto, les dije con indignación.
Iván se reía a mandíbula batiente y me respondió: “No seas huevón, tu portal ‘Lima Gris’ lo denunció en agosto, e incluso ‘El Comercio’ y otros medios de comunicación lo sacaron, pero a estos tipos no les entra bala. Te explico cómo funciona esto: Alemania ha gastado más de 750 mil millones de euros (equivalente al costo de 100 refinerías de Talara) en el desarrollo de plantas de energía solar, y sin embargo sus tarifas son las más altas de Europa. Aún hoy tienen problemas de abastecimiento de electricidad. Chile produce electricidad con petróleo y gas importado (muy caro) y con energía solar (barata en la mañana, ausente el resto del día). La producción de electricidad en Chile es 4 a 6 veces más cara que en el Perú. ¿Te das cuenta de que son traidores?”. Entonces, estos tipos están comprados por los chilenos, con los que competimos en agroindustria, textiles, calzado, alimentos, cerámicos, cemento, acero, pesca (harina de pescado), puertos y minería.
Carlos, entre indignación y resignación, dijo: “Lo que quieren los chilenos es que no tengamos energía barata y, por lo tanto, que nuestra economía no sea competitiva. Si se aprueba el proyecto que modifica la Ley 28832, entonces se elevarán los costos de producción de toda la industria peruana, algo similar a lo que sucede con Alemania, que dejó de comprar gas barato a los rusos y ahora los huevones están en crisis por el alto costo de la energía. Los yanquis les venden gas y petróleo carísimo con el cuento de la guerra de Ucrania”. No aprendemos, ni vemos lo que pasa en el mundo.
“No tienes ni puta idea de cómo el fujimorismo ha convertido al Congreso en un nido de criminales, donde la ley del hampa es la única que se respeta”, les dije. No les hace mella el desprecio de la gente, porque representan al crimen organizado, y todos los grupos parlamentarios, de derecha o izquierda, están subordinados a sus intereses. Nada nuevo bajo el sol, les dije, “La ira popular está a punto de estallar, y cuando lo haga, no habrá refugio ni perdón para los traidores.”
Pensemos en el siguiente experimento: se eligen poemas de autores humanos y de la inteligencia artificial con el fin de analizar cuáles gustan más. Después, a un grupo de 700 personas, sin formación literaria previa, se les consulta sobre sus favoritos. El resultado da por ganador a la IA.
¿A qué se debe este fenómeno? Por un lado, consideremos el desafío de leer un poema: es un salto a la otredad, un vínculo mental con un desconocido. ¿Cuántos estamos dispuestos a escuchar al otro? Pongamos una prueba. Voy a citar dos poemas sin mencionar la autoría y comprobar si hay o no un reto lector que condiciona lo que entendemos por gusto. Veamos:
Cual mi explicación.
Esto me lacera de tempranía.
Esa manera de caminar por los trapecios.
Esos corajosos brutos como postizos.
Esa goma que pega el azogue al adentro.
Esas posaderas sentadas para arriba.
Ese no puede ser, sido.
Absurdo.
Demencia.
Pero he venido de Trujillo a Lima.
Pero gano un sueldo de cinco soles.
Si bien los últimos versos son frontales, los primeros resultan desafiantes, tanto en su forma como en su estilo. La idea de “corajosos brutos como postizos” puede no definirse bien, y ser un tema para trabajos hermenéuticos. Ahora, leamos:
Amanecer de carbones
Llora el tambor del alba,
un ojo de leche cuaja en la grieta del luto,
el aire, ciego, tropieza con los escombros del canto.
Se quiebra la espina de un reloj en su jaula:
¡tic! la sangre late,
¡tac! un grito mastica el polvo,
y al fondo del pecho,
los carbones dibujan un sol hambriento.
Todo es hambre aquí,
menos el eco, que devora su sombra.
En este poema encontramos dos imágenes: el alba y el tiempo. La primera imagen nos habla cómo en este espacio, tanto físico como interior, se produce el canto, o poema. El tiempo surge como imagen condensada en el latido del corazón, que se devora a sí mismo, es decir, es péndulo de vida y muerte.
Si bien el poema tiene imágenes oscuras, la idea es simple y directa: en la vida (el amanecer) se canta, aunque el tiempo nos aniquile. De ahí que el título “Amanecer de carbones” sean una imagen paradójica: el amanecer como inicio y el carbón como fin. Por otro lado, en el primer poema la estructura es ondulante: se pasa de la confesión desgarrada a las imágenes herméticas.
Si a usted, lector, le gustó el primer poema entonces prefiere la poesía de César Vallejo, pero si el segundo verso le fascinó entonces si elección es por el Chat GPT.
¿Cuál es mi punto de vista ante esta coyuntura? Primero, que la poesía es un género que implica concentración, estudio, rigor.
Muchos libros, como Trilce o Contranatura, los leí durante años y hasta ahora encuentro nuevas rutas interpretativas. Lo difícil es hermoso, aunque nos cueste más. Si bien hay poetas que tienen la claridad como espada, hay otros más exigentes. En la actualidad, gracias a las redes sociales, hay mucha poesía en diversos estilos y formatos.
En esta diversidad, es fácil notar que los poemas con mayor favoritismo suelen ser los que trabajan los ejes del amor, de manera más simple, sin exigencias. En ese sentido, el Chat GTP usa formas concretas para crear sus poemas, sin aquel “nervio humano”, que se siente en la poesía de mayor atrevimiento.
Por todo lo leído, podemos concluir que la poesía escrita de manera virtual no agota todos los registros y tonalidades humanas. Es obvio. Incluso hay otro factor: el gusto políticamente correcto, es decir, sin riesgos. El resultado de la IA no es imparcial, dado que se condiciona por algoritmos determinados. En ese sentido, el gusto no es sinónimo de calidad: la poesía de Góngora no gustó mucho en su tiempo, y hoy es parte del canon universal.
China pone un pie y pisa fuerte en Sudamérica, sin embargo EE.UU. busca cerrar la puerta. Perú se acerca peligrosamente a una situación volátil que puede repercutir en toda la región.
El objetivo de China es simple, control sobre las líneas de suministro. Para esto necesita acelerar el comercio para asegurar su posición y erosionar a las potencias rivales.
La experiencia imperial japonesa y la poderosa colonia china
China aprendió del error del Japón imperialista, que no obstante de hacerse con el control de la mitad del Pacífico, no pudo tener el aseguramiento de los suministros necesarios de petróleo. Su expansión se vio detenida primero por las sanciones de Roosevelt que les cerraron el acceso a los hidrocarburos necesarios para su industria. Luego Pearl Harbor, después la invasión de Java para hacerse con las reservas de crudo, pero el contraataque estadounidense le arrebató las fuentes de energía que requería. Luego la guerra se prolongó tres años más con un resultado ya previsto.
Visto así, China busca asegurarse de los suministros de recursos humanos. De Sudamérica lo que busca son el litio, el cobre y otros minerales. También está buscando asegurarse de un mercado tan ineficiente como el venezolano por el evidente tema del Petróleo. Ya corren rumores de que los magnates del petróleo han conversado con Trump para evitar sanciones a Venezuela, en busca de una relación más suave que les asegure el suministro del crudo. Esto con el fin de sacar a China de en medio y arrebatarle un recurso más en esta guerra por los suministros y las materias primas.
China comprende que ha entrado en un juego en que se juega no solo la lucha por la primacía global sino su propia existencia. Quien crea que el comercio internacional es solo liberalismo de mercado no ha entendido nada. El mercado con características chinas no es otra cosa que una teología política de la seguridad. Cumplir el Mandato del Cielo (según la tradición china) a través del control del comercio.
Se habla que China no tiene experiencia como colonizadora, pero eso es falso. Basta con ir al sudeste asiático y ver a las fuertes minorías chinas controlar el comercio y las finanzas de otras etnias. Algo así como los judíos entre nosotros, los chinos, pero en mayor número y con mucho corazón y alma, han avanzado durante siglos hasta consolidarse en Malasia, Singapur, con minorías fuertemente activas en lo comercial en la ex Indochina Francesa, Myanmar, etc.
Un caso importante de la financiación china en el Asia se dio en Sri Lanka al que se le financió un puerto que luego no pudo pagar, a lo que China respondió con un nuevo contrato a cambio de reestructurar la deuda, por el cual Pekín asumía el control portuario y Sri Lanka renunciaba a su soberanía. Un control sobre el puerto por ¡99 años!
El puerto en cuestión tiene un valor estratégico al ser un punto de tránsito que asegura los suministros de crudo del golfo y de tierras raras del África, en el marco de un conflicto todavía tibio en lo comercial con una ascendente India.
Chancay y la guerra comercial
La sugerencia de un asesor de Trump de responder a la presencia china en Sudamérica con altos aranceles, se basa en la preocupación de que el puerto, que está siendo desarrollado y controlado por el gigante asiático, podría convertirse en un punto de entrada de productos de bajo costo provenientes de China, lo que perjudicaría el comercio de Estados Unidos. El exdirector principal para el hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, indica que su propuesta busca frenar el transbordo y reducir la influencia económica de Beijing en América Latina. Pero lo que no se menciona es el peso geopolítico y militar eventualmente en que puede traducirse lo comercial.
Si China en su momento decide o solicita permisos para militarizar dicho puerto, en un contexto caliente que no es nada descabellado, ¿qué podrá decirle el gobierno peruano? Francamente poco o nada.
Habría que preguntar también sobre la empresa peruana Volcan que el copropietaria del puerto con un 40% de inversión. ¿De dónde sacó el dinero Volcan, de que agencia bancaria se prestó el dinero? Por más minera que sea como toda empresa obtiene dinero de la banca ¿Pero de qué bandera?
Un antiguo líder del PC chino dijo que no importa de que color sea el gato en cuanto cace ratones. Aquí el color del gato y su hambre definirá no solo el destino de Perú sino también de sus vecinos.
La inauguración del puerto de Chancay ha generado por otra parte no solo preocupaciones económicas sino también de seguridad. Laura J. Richardson, ex jefa del Comando Sur del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, expresó en una entrevista con el Financial Times que el puerto podría albergar, en un futuro, buques de guerra de la marina china, lo que convertiría a la instalación en un punto estratégico dentro del Plan de Expansión Militar de China en la región.
Desde una perspectiva económica, la presencia de China en Perú a través de proyectos como Chancay podría aumentar la dependencia económica de Perú con el país asiático. La creciente interdependencia con China es vista con cautela por expertos, quienes temen que Lima pueda volverse aún más vulnerable a los intereses comerciales de Beijing.
El puerto de Chancay es solo una parte de una serie de proyectos estratégicos de China en América Latina. En Argentina, la estación espacial en Neuquén ha sido objeto de críticas por su uso exclusivo por parte del ejército chino. En Ecuador, la construcción de represas hidroeléctricas ha generado tensiones por su impacto ambiental y social. Mientras tanto, en Chile y Bolivia, las operaciones mineras de China para extraer litio han causado preocupación por el control de recursos estratégicos.
Mientras el comité central del partido comunista chino promueve una defensa férrea del libre mercado (bajo características chinas, por supuesto), el gobierno electo de EE. UU. A través de un asesor de Donald Trump, anuncia severas represalias arancelarias de hasta el 60% en productos chinos o que provengan de puertos afines. La guerra comercial se calienta entre libres mercantilistas y aranceralistas. Si estuviera vivo Marx ya se hubiese suicidado y Milton Friedman se habría arrancado los ojos.
Como una amenaza de la mafia, así se siente la venganza estadounidense, un mensaje que tiene ecos en la región semejante a “o estás conmigo o estás con ellos”. Cualquiera que se asocie con China en materia de infraestructura marítima se expone a una primera represalia comercial. Quien conoce la historia de Latinoamérica comprenderá que ahí no acaba la cosa.
Una oportunidad para Chile
La situación, sin embargo, podría beneficiar a una ralentizada economía chilena de ser vistos sus puertos con interés por la nueva administración de EE.UU. De cerrarse el comercio con Perú, Chile volvería a tener ventaja ya que EE.UU. es el segundo socio comercial de Latinoamérica. Además, los puertos de San Antonio y Valparaíso cuentan con infraestructura desarrollada, aunque trabada por la burocracia que frena sus mejoras, de centralizarse la autoridad de los puertos, se podría lograr hacerla atractiva esto en vistas a una guerra comercial en marcha y también a una posible guerra de puertos.
El puerto de Chancay significa NO más exportaciones marítimas directas de Chile a China. La ruta marítima futura sería, Chile – Chancay – China. ¡Y lo mismo para todo el Pacífico Sur! Incluso podría amenazar a Panamá en cuanto al comercio de Brasil o México. Cabe recordar, que los puertos chilenos son de diseño y tecnología muy atrasada. Chancay se construyó de cero con diseño y tecnología del siglo XXI. Pero Chancay no estará terminada realmente antes de cuatro años. Primero porque no tiene vías de comunicación, las carreteras son pésimas, hace falta vías férreas, en resumen, se ha hecho un puerto que en realidad es una isla encerrada en la tierra por la brecha en infraestructura que tiene Perú. Este punto débil podría ser debidamente aprovechado por Chile si quiere remontar el futuro que se le escapa.
Declaración de guerra arancelaria
Los aranceles deben aplicarse a las mercancías procedentes de China o de países de Sudamérica que pasen por el nuevo puerto de Chancay, dijo Mauricio Claver-Carone, asesor del presidente electo Donald Trump a la revista Bloomberg después de la inauguración del puerto de capitales chino que se erige como el nuevo ombligo del pacífico occidental. El asesor insto a poner aranceles del 60% a todos los envíos, pero no solo del puerto de Chancay.
«Cualquier producto que pase por Chancay debería tener un arancel del 60%» declaró. Propuso aplicar un elevado arancel a todos los productos provenientes de China pero también de otros países de América Latina que pasen por el puerto de Chancay, en Perú. Esto viene en consonancia con las amenazas de Trump durante su campaña de colocar más barreras a una Latinoamérica que en la última década se ha vuelto el trampolín de la producción china a partir de la aplicación de los TLC que los mismos EE. UU. en la época promovieron como un catecismo para la salvación de las economías en subdesarrollo.
Claver-Carone, quien también fue director principal para el hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, argumentó que cualquier mercancía que pase por el puerto de Chancay debería ser tratada como si proviniera directamente de China, dado que el puerto es una infraestructura clave dentro de la estrategia de Beijing para expandir su influencia en América Latina.
Mauricio Claver-Carone es un inversor de capital privado estadounidense y un veterano asesor de Donald Trump. Ha sido funcionario del Departamento del Tesoro y del Consejo de Seguridad Nacional, abogado y lobista, y fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo desde octubre de 2020 hasta el 26 de septiembre de 2022.
“Cualquier producto que pase por Chancay o cualquier puerto de propiedad o controlado por China en la región debería estar sujeto a un arancel del 60%, como si el producto fuera de China”. Si esto no es una declaración de pre guerra, entonces qué.
Sin la presencia del ministro, durante la sesión de la Comisiòn de Energìa el congresista Morante cuestionò los subsidios a las energìas renovables y la parlamentaria Diana Gonzaáles señaló que el ministro Mucho sigue sin sustentar la ley MAPE.
A pocas semanas de acabar el año legislativo en la comisión de Energía y Minas, el ministro del sector, Rómulo Mucho no apareció, lo cual generó una incomodidad entre los parlamentarios que lo esperaban para hacerle muchas preguntas.
A un día antes del pleno, la Comisión de Energía y Minas volvió a reunirse con la pesada ausencia del ministro Mucho. A propósito, el congresista Quiroz refirió la situación de cientos de mineros protestando en la Av. Abancay frente al congreso, de mineros artesanales que reivindican su derecho al trabajo.
Por su parte la congresista Diana González —que ayer tuvo un fuerte trajín entre comisión y comisión— mencionó que la «sustentación del ministerio no ha sustentado la política pública del sector y hemos aprobado que el señor venga a sustentar la ley MAPE».
Por su parte, el parlamentario Darwin Espinoza, mencionó «Hasta cuando vamos a esperar que el Ejecutivo envíe lo que se ha comprometido hace semanas. Nosotros estamos esperando pacientemente que ellos hagan su trabajo y no lo hacen. Ni siquiera el ministro ha llegado a la comisión. ¿A qué estamos jugando? En todo caso debemos tomar alguna sanción contra un ministro que no hace su trabajo y tampoco acude a la comisión a explicar las políticas de su sector. Creo que la comisión debería tomar ya medidas drásticas con un ministro que simplemente no le importa participar o hacer su trabajo y menos aún dar cuenta al congreso (…) Hasta cuándo vamos a esperar que el ministro haga lo que se le da la gana y no cumpla sus compromisos y que no se atreve a venir a la comisión a explicar tanto que tenemos por recordar».
Por otro lado, el congresista Morante refirió los hechos de derrames de petróleo que también están en el ámbito de responsabilidad preventiva del ministerio en cuanto a controles se refiere. Morante señaló «todos pusimos los ojos cuando sucedió lo de la Pampilla, todo el mundo se enteró que en Perú hay derrames de petróleo. En la Amazonía eso lo sabemos siempre. En mi región hay más de 500 derrames».
Morante también se refirió sobre la financiación de pequeños reactores nucleares que se unirían a un plan energético integrado a los ya cuestionados subsidios a las renovables, «ya había pedido un cuarto intermedio porque hay temas que ver cómo es el tema del subsidio. Porque ya este tema del subsidio se le carga al ciudadano no es un fondo propio del Estado (…) No creo que debamos dejarlo así nomás y ver qué pasa en el pleno (…) Deberíamos ir a un cuarto intermedio y a partir de ahí verlo con el propio Ministerio porque los costos para desarrollar un reactor nuclear son muy altos (…) Ese tema de generación de energía nuclear con los fondos que están para los RER no tienen ningún sentido. El ciudadano no tiene porque estar cargando con el costo de inversión de un privado. Cargar esto a un recibo de luz es demasiado. Qué fácil es si me van a pagar el negocio a través de la tarifa de la luz de la gente lo que va ser mi inversión, así cualquiera sería empresario».
Ayer el día avanzó lento, sin asomo de respuestas a inquietudes que se vienen postergando a vísperas del pleno que definirá el destino de muchos. Mientras tanto en la calle la gente segue protestando.
En la red profesional LinkedIn todo es correcto y nadie suele hacer una crítica a nadie, hasta que ves los comentarios en la red social del Ministerio de Energía y Minas de Perú, y comienzan a visualizarse comentarios duros ante anuncios muy optimistas y poco realistas según profesionales expertos en el sector.
En la cuenta oficial de LinkedIn del Ministerio de Energía y Minas se compartió durante la semana del APEC un muy optimista anuncio de una reunión bilateral (más con sabor a chicha que a limonada) con muy poco sustento de lo que se iba hacer. El post era el siguiente:
«Junto a la presidenta de la República Dina Boluarte Zegarra, el ministro Rómulo Mucho participó de una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a fin de impulsar inversiones, con especial énfasis en el sector de minerales críticos y energías limpias».
Usuarios en la red LinkedIn comentaron:
«MAPE hoy. Luego lo demás. Mientras haya el nivel de INFORMALIDAD e ILEGALIDAD en los sectores extractivos peruanos, la economía pierde la posibilidad de ser sustentada. Prioridades, urgencias, como suspender de inmediato las exploraciones y la incipiente extracción de crudo, para concentrar esfuerzos en el cambio de Matriz Energética GN al 2030. Mientras transitamos a la ERNC el 2050 es la tarea de gobierno. Fin de Petroperú, compañía estatal obsoleta.» César Enrique José Alvarado Icaza. 2° Gerente en Alica SAC I & I Suppliers
Más duro fue un profesional del sector extranjero:
«12 meses para obtener un contrato de arrendamiento y 1-2 años para obtener la aprobación de un programa de perforación. Trabaja en eso. Los apretones de manos no logran mucho. Y a veces hay que pagar dos veces por la misma tierra… Y a veces 2 años es un plazo muy optimista… y en el último día algunas personas te dan una huelga extorsiva, siempre resuelta material e ideológicamente por marxistas verdes». lan Dreyer. 2° Andes Mining Services.
O este otro:
«…que ha hecho por el desarrollo del país? Este señor, como otros que ocupan carteras muy importantes les falta capacidad de gestión. Solo se dedican a seguir el abecedario de la rutina… nada más… y ver de dónde agarrar… Qué lástima… para nuestro país». Fernando Aquije.
Lo curioso de estas críticas no es que se den, sino que ocurran en una red social profesional caracterizada por la discreción y la buena onda. Este estallido de críticas más bien nos hace inferir cierto hartazgo de los profesionales del sector que no ven el MINEM avance, y en dónde un aparente clima de inversión no termina de convencer cuando los actuales proyectos yacen empantanados.
Al parecer no solo los militantes de Patria Roja estuvieron complacidos por la visita de Xi Jinping, presidente de la República Popular China, la superpotencia de moda de la actual globalización económica. Como si se tratara de una metamorfosis kafkiana, los cruzados ultras de ayer –que vociferaban públicamente la muerte al comunismo y sus aliados criollos– se volvieron practicantes de la realpolitik. Se olvidaron convenientemente de las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas por el gigante asiático, denunciadas no solo por las ONG “caviares”, sino por la misma ONU. En realidad, un régimen autoritario y sus aliados del mismo talante no deberían tener muchos escrúpulos para reclamar el respeto irrestricto de los derechos humanos a un régimen ejercido con mano férrea por el Partido Comunista de China.
Y en un acto surrealista el cruzado que tenemos por alcalde declaró huésped ilustre y le entregó las llaves de la ciudad al presidente de la República Socialista de Vietnam. ¿Realpolitk o vil conveniencia para distraer a los electores?
Con esto quedó demostrado que el anticomunismo y la intransigencia de la ultraderecha peruana no son genuinos; su audaz lucha a favor de la democracia y en contra del comunismo es algo declarativo, un mal chiste: lo que impera es un oportunismo descarado y un clasismo decimonónico (y discriminación). Las élites criollas siguen pensando como antes de 1960. Para ellos una real democratización de la sociedad peruana no es factible, pues atentaría contra las jerarquías y el buen abolengo. Los de abajo no deben olvidarse nunca de su lugar o posición social. Irónicamente, hay muchas analogías con el comunismo autoritario y enemigo de la disidencia.
A mediados de los ochenta e inicios de los noventa, antes de la invasión de los betamax, los vhs, dvds o la televisión por cable, hubo una efervescencia de los cineclubs. Muchos jovencísimos escritores, artistas y demás culturosos, nos lanzamos al ruedo para espectar, en pantalla grande, películas de los más afamados y controversiales directores de cine.
Quizás el más abanderado de estos espacios era la Filmoteca del Museo de Arte que empezó a funcionar en 1986 y que te entregaba su cartilla con los ciclos importantes a seguir. O el BCR que organizaba conversatorios sobre cada película que proyectaba. Recuerdo las colas inmensas y donde los amigos nos reservaban espacio (el poeta Juan Vega siempre nos guardaba un lugar). Y de ahí nos íbamos a tomar un café para asentar las ideas y continuar con la magia del ecran.
También eran los tiempos del Santa Elisa (post-Manrique y CLAE) que cobraba un sol la entrada, el Ministerio de Salud, el Cinematógrafo de Barranco (donde vimos The-Rocky-Horror-Picture), la Biblioteca Nacional, el IPP (con Eslava que se atrevió a proyectar Barfly, la película de Bukowski), el colegio Raymondi, el Goethe con su ciclo de cine alemán y donde vimos todas las películas de Win Wenders; el ICPNA, el Británico, la Alianza Francesa, la Casa España con sus películas de Berlanga, Almodóvar, etc. Un circuito que se hacía con amigos de la poesía y donde todo el mundo fungía, a las patadas, de crítico de cine.
En esos años, el único cineasta peruano que brillaba en estos cineclubs era Armando Robles Godoy con su imponente La Muralla Verde. 1969 (En cine abierto se estrenaba Gregorio. 1985).
Tiempo después, en el cineclub Invisible de Herbert Bazán, dirigí al ciclo «Guerra o aniquilación del sistema» donde proyectamos La Batalla de Argel y Hobo with a Shotgun (o Vagabundo Armado) con Rutger Hauer, entre otras. También acompañé a Jerónimo Centurión para un reportaje subterráneo en un medio holandés y que, por diversos motivos, no llegó a emitirse. Nuestro personaje no resultó tan radical como uno que vivía bajo un puente en Londres.
Hoy que todo es Netflix, HBO, Prime Video, Starz, etc., o multicines comerciales, se hace necesario recordar que hubo una generación que acudía al cine como ir a misa y que un beso de Ingrid Bergman con Humphrey Bogart en Casablanca era suficiente para sentirse enamorado/a o en estado de ataraxia.