Actualidad
Un virus recorre el mundo: 58 millones de contagios, más de 2 millones de muertos

Desde su brote, a finales de diciembre de 2019, en la lejana ciudad china de Wuhan, el avance del COVID-19 prosigue. Prácticamente todos los países del planeta han sido afectados. La Tierra continúa bajo su asedio, y en estos instantes –primeros meses del 2021– ya hay más de cincuenta y ocho millones de contagiados y cerca de tres millones de decesos. No es la primera vez que los efectos provocados por la aparición de un virus se han diseminado a una escala global. Hace poco más de cien años ocurrió con la llamada «gripe española». Sin embargo, y aun siendo aquella mucho más letal que el virus que ahora nos asola, lo que cuenta es que esta es «nuestra» situación, se trata de «nuestra» vida puesta en los aledaños del riesgo y la extinción, es la posibilidad real de que «nosotros» nos contagiemos y por un caprichoso azar (que nos sitúe entre la población de riesgo o entre aquellos que sencillamente no resisten) sucumbamos.
La sabiduría popular siempre es inapelablemente certera: «Ojos que no ven, corazón que no siente». Hoy nuestros ojos ven lo que ya otras generaciones de gentes vieron y ante lo cual experimentaron, de seguro, el mismo estremecimiento. Hoy nos tocó a nosotros. Y aquello que no habríamos podido (y seguramente no nos habría interesado) sentir si solo hubiésemos escuchado hablar de aquel virus y de los estragos que causó en aquel remoto pasado a personas de las que no tenemos rastro alguno, lo estamos sintiendo ahora, cara a cara, lanzados a lidiar ante un nuevo embate de la naturaleza que una vez más revela nuestra ridícula fragilidad: algo que sabemos, pero casi nunca estamos dispuestos a reconocer. Decía el filósofo norteamericano Stanley Cavell: «Nada es más humano que el deseo de negar la propia humanidad».
Quizá lo tremendo de esta situación, si la comparamos con escenarios semejantes en otros momentos de la historia, es que la estamos viviendo como personajes de un tétrico espectáculo en formato digital: nos enteramos del avance de este inopinado enemigo minuto a minuto a través de las pantallas de nuestros gestores multimedia. Las noticias fúnebres de latitudes distantes, muy distantes, y los datos acerca del incremento de las cifras alrededor del mundo están ahí siempre; las imágenes con los rostros compungidos de médicos y autoridades políticas recorren el ciberespacio a cada instante; las actualizaciones –un entresijo de información veraz y fake news– circulan vertiginosamente en redes sociales. Toda esa masa de información por la que somos asediados nos empuja hacia ese centro que está en cualquier parte, en que se anudan el miedo, la incertidumbre y la tóxica sobreabundancia de datos con sus inevitables dosis de desinformación. Virtualmente, en cualquier lugar del planeta se puede estar al tanto de lo que está pasando: hay una hiperestesia informativa que incrementa la angustia e incuba la delirante sensación de que el desastre final es inminente. Es esta la experiencia de una paradoja macabra: estamos inmersos en una realidad virtual pero no simulada.
Paseándome por las páginas iniciales del nuevo libro de Jaron Lanier, cabeza visible de la revolución digital de los ochenta, me encuentro con unas ideas acerca de la realidad virtual. Ellas, sin referirse a este atroz panorama, poseen un tono de inquietante coincidencia: «Nunca un medio ha sido tan capaz de belleza ni propenso a caer en lo repugnante. La realidad virtual nos pondrá a prueba. Amplificará nuestro carácter más de lo que cualquier otro medio lo ha hecho jamás». La pandemia ha obligado a buena parte del mundo a recluirse en el entorno virtual; el ecosistema de recursos digitales se ha transformado en el principal medio de interacción con el «exterior», para muchos. Frente a la pantalla, quizá uno se sienta inclinado a pensar en la sofisticación de la comunicación digital, tanto como a considerar por analogía la perfección de la estructura de un virus. Y su eficaz capacidad de destruir a otros organismos. La información fluye a través de la autopista de datos. También hay información replicándose en el ácido nucleico de un microorganismo viral. He ahí los prodigios de la naturaleza y la magia de la alta tecnología, ambas dimensiones bañadas de luces y sombras. Pensar en ello nos puede llevar a ver un punto de encuentro, punto nefasto, ciertamente, para nuestros intereses, pero punto de encuentro al fin. Belleza y repugnancia anudadas. En la vida, la maravilla coexiste con el horror (lo acabo de leer; Savater dice esto refiriéndose a la visión que de este mundo tenía Cioran). Esta realidad, atravesada de tecnología digital y minúsculas porciones de material genético amenazante, nos está poniendo a prueba, sin duda.
Realidad y ficción
En ocasiones, cuando el mundo en que vivimos desafía nuestros marcos de orientación y nos enfrenta a eventos que parecieran haber sido proyectados desde un ámbito de contornos irreales o fantásticos –recordemos Chernobyl, el 11-S y Fukushima; el Holocausto, Hiroshima y Ruanda; en fin, tantos otros desastres naturales o sociales que han impactado la conciencia colectiva– sentimos que el límite entre lo real y lo inconcebible no existe. Repetir aquel tópico acerca de que la realidad supera la ficción en estos momentos resulta escalofriantemente cierto. Una vez más comprobamos que los Cisnes Negros surgen allí donde menos lo pensamos. Un suceso que jamás imaginamos (es decir, que no concebíamos que podría sucedernos-a-nosotros) he aquí que arremete: «La lógica del Cisne Negro –nos dice Nassim Taleb, autor de un sugestivo libro sobre el tema– hace que lo que no sabemos sea más importante que lo que sabemos. (…) [M]uchos Cisnes Negros pueden estar causados y exacerbados por el hecho de ser inesperados.».
Recordémoslo: un Cisne Negro, según Taleb, es un evento que se encuentra fuera del círculo que trazamos alrededor de aquello que consideramos razonablemente posible. No se trata solo de eventos que no podamos imaginar: es, sobre todo, el territorio de aquello que por altamente improbable, consideramos que nunca ocurrirá. Craso error. Son esos eventos, más bien, los que en buena cuenta marcan la senda que siguen nuestras (impredecibles) vidas o la ruta (incierta) por la que la historia se encamina. Son las hondas fallas geológicas sobre las cuales, en nervioso equilibrio, está emplazada nuestra existencia. Dice Taleb: «La idea del Cisne negro se basa en la estructura de lo aleatorio en la realidad empírica. (…) [N]uestro mundo está dominado por lo extremo, lo desconocido y lo muy improbable (improbable según nuestros conocimientos actuales), y aun así empleamos el tiempo en dedicarnos a hablar de menudencias, centrándonos en lo conocido y en lo repetido. Esto implica la necesidad de usar el suceso extremo como punto de partida, y no tratarlo como una excepción que haya que ocultar bajo la alfombra. (…) [E]l futuro será progresivamente menos predecible, mientras parece que tanto la naturaleza humana como la «ciencia» social conspiran para ocultarnos tal idea».
Son Cisnes Negros los que aparecen en dos historias de ficción; una, situada a finales del siglo XIX; la otra, en el XX. Veamos esta, en primer lugar.
En esta inquietante coyuntura, se escucha con cierta insistencia mencionar La peste, célebre novela de Albert Camus, el filósofo existencialista francés. Se llama la atención sobre la repentina actualidad de la historia: su siniestro paralelismo con la actual pandemia es notorio. La novela de Camus presenta una situación extrema. En medio del dolor y el miedo cerval ante la inminente posibilidad de la muerte, un cronista, el doctor Bernard Rieux (personaje de su propio recuento), reflexiona en torno a la condición humana sobre el trasfondo de una vida acosada por el sinsentido del sufrimiento surgido repentina e inexplicablemente. Pues eso es lo que él advierte con escalofriante agudeza. Ante la embestida de la naturaleza, la pregunta por el porqué de aquel inaudito flagelo recibe, al final de la narración, como irónico corolario, la respuesta formulada por un anciano asmático que tendría que haber sido uno de los primeros en sucumbir y que sin saber cómo ni por qué sobrevive: «¿Qué quiere decir la peste? Es la vida y nada más».
En efecto, la aparición de la peste es la enseña tétrica, para expresarlo en clave existencialista, del absurdo que rige en esta comarca del cosmos que nos tocó habitar. Así como la furia de los elementos desencadena con exasperante neutralidad destrucción, dolor y muerte, la peste –o, a la postre, cualquier suceso de orden natural o antropogénico que sacude el ritmo de lo cotidiano con la inesperada violencia del desastre– surge sin previo aviso, no discrimina entre clases, preferencias o colores, y con la pasmosa indiferencia con que la naturaleza cobra sus deudas, extiende su abrazo letal sin que haya allí algún rescoldo de maldad (suponer lo contrario sería producto de una vana ensoñación antropocéntrica): la peste, tal como la presenta Camus, es la simbólica manifestación del carácter nivelador y ciego del absurdo. Convertirse en objeto de la agresión biológica no es cuestión de injusticia, como no es justicia lograr escapar azarosamente de ella; no es un castigo el que determina su llegada, ni una señal que indique una recompensa celestial el hecho fortuito de que se logre escapar a su azote. Como apareció, sin anuncio ni explicación, repentinamente, y cediendo extrañamente a procedimientos médicos ante los cuales antes avanzaba incontenible, el microorganismo invasor disipa su potencia letal hasta adormilarse por quién sabe cuánto tiempo. He allí otra manifestación del sinsentido en que el hombre se debate. Al observar el festejo reinante en la ciudad, al sospechar ya las gentes que la plaga ha cedido, se lee en la crónica del doctor Rieux: «La verdad, era difícil saber si se trataba de una victoria [sobre la peste]. Únicamente estaba uno obligado a comprobar que la enfermedad parecía irse por donde había venido».
La guerra de los mundos es otra historia en que microorganismos letales han tenido singular protagonismo. Herbert George Wells, escritor inglés del siglo XIX, cultor de ese género defectuosamente traducido al español como «ciencia ficción», publicó la novela en 1898. Wells nos relata la invasión de la Tierra por parte de una civilización procedente de Marte, a inicios del siglo XX. La tensión aparece desde las primeras páginas. Observaciones astronómicas efectuadas por científicos notables registran cambios extraños en la superficie de aquel planeta, pero sin sospechar que se deben a la venida de los marcianos hacia nuestro planeta, huyendo de la destrucción del suyo. A intervalos regulares, a lo largo de algunos días, impactan contra la superficie de Inglaterra extraños y descomunales cilindros. De un momento a otro, sus ocupantes premunidos de armas desconocidas inician el ataque. A pesar de los esfuerzos heroicos de las fuerzas militares de enfrentar la agresión, la resistencia terrícola es sometida con relativa facilidad. Hay focos de resistencia que poco a poco ven mermada su voluntad de enfrentar a los conquistadores, y los ejércitos no tienen suficiente capacidad de respuesta para contrarrestar tamaña arremetida. En medio de este apocalipsis, grandes masas de personas huyen sin rumbo ni destino. El terror y el caos se enseñorean de las ciudades y villas inglesas atacadas por los invasores. La tecnología bélica empleada, de una potencia destructora desconocida hasta entonces, arrasa con todo a su paso: edificaciones, animales y hombres son destruidos casi al instante.
Hasta que ocurre lo menos esperado. Un musgo rojizo, rápida y repentinamente, se extiende por suelos, árboles, casas y avenidas. Las propias naves del enemigo extraterrestre son poco a poco cubiertas por esta peregrina vegetación, y de un momento a otro las razias que los intrusos ejecutaban sin contemplaciones, equipados con sus enormes y atemorizantes armaduras montadas en trípodes móviles, cesan. Domeñando el intenso miedo que los tiene atenazados y guarecidos en sus escondites, aquellos que lograron ponerse a buen recaudo van asomando la cabeza al exterior, poco a poco. Hasta que se enteran: los extraterrestres han perecido. Sus extraordinarios ingenios tecnológicos no sirvieron de nada frente a un enemigo imperceptible. No estaban preparados para lidiar contra un arma biológica cuya aparición no tuvieron el acierto de prever: sus organismos han sido minados por los microbios terrestres. En el terreno de la ficción, eran aliados del hombre. Ahora, en medio de esta agobiante realidad, son nuestros enemigos.
El narrador, hacia el final de la historia, reflexiona sobre la infernal destrucción y la radical conmoción que ha resquebrajado la confianza de la especie tras el contacto con seres venidos del exterior para exterminarla y apropiarse de la Tierra. Lo dicho en ese contexto adquiere un tono que, mutatis mutandis, calza perfectamente con el balance que bajo la sombra de la experiencia extrema que estamos viviendo ahora quizá podría formularse en parejos términos: «(…) esperemos o no nuevas invasiones, estos acontecimientos nos obligan a modificar grandemente nuestras miras sobre el porvenir de la humanidad. Hemos aprendido a no considerar en lo sucesivo nuestro planeta como segura e inviolable morada del hombre; nunca sabremos prever qué bienes o qué males invisibles pueden sobrevenirnos del espacio». Imagina Wells la pavorosa destrucción provocada por un enemigo externo que ataca a la especie; nosotros vivimos en la hora presente un ataque que proviene de un habitante de nuestro planeta.
Hombre y naturaleza
Como aquellos visitantes del espacio que en la novela de Wells son derrotados por los microorganismos terrestres, ahora nosotros estamos ante una amenaza que, invisible a los ojos, rompe las defensas del organismo sigilosamente. Y no solo eso. La devastación social y económica que una guerra podría ocasionar con estrépito y a un plazo que podría juzgarse medianamente extenso, el virus ha probado que también la podría generar en algunos pocos meses. El levantamiento de la cuarentena a nivel mundial, después de plazos variables, según los países, y la reactivación de buena parte de la maquinaria productiva, fueron medidas tomadas ante la presión de la debacle económica. Como ya había ocurrido antes –recordemos, además de la gripe española, y yendo mucho atrás en el tiempo, la peste que arrasó con Atenas en la época de Pericles y aquella otra que se cebó en Europa en la Edad Media, solo por mencionar eventos que se sabe fueron especialmente pavorosos–, hoy, una vez más, la humanidad ha sido puesta en jaque por el poder de lo inmensamente pequeño.
¿Es la naturaleza que enfila sus armas contra sí misma, contra una parte de ella, esto es, contra el hombre? ¿O, simplemente, es la naturaleza actuando, sin finalidad valorativa, con la frialdad de una «sabia» inconsciencia? ¿O, acaso, es el costo de haber el hombre querido dominar la naturaleza, «aquello» que desde el siglo XVII ve «objetivamente» e intenta doblegar y someter a sus designios recurriendo a procedimientos que desequilibran la armonía que quizá sin su presencia podría haber sido conservada por mucho más tiempo? Este último interrogante nos sitúa frente a algunas ideas que se encaminan en esa desalentadora dirección, según lo que podemos leer en el último Informe de Desarrollo Humano hecho público por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés). Al principio de este se dice: «La pandemia del Covid-19 es la más reciente y terrible consecuencia de desbalances a gran escala. Los científicos hace tiempo han advertido que patógenos desconocidos habrán de emerger más frecuentemente como producto de las interacciones entre humanos, ganado y vida salvaje, (…) interacciones que se han incrementado constantemente en escala e intensidad, ejerciendo, a la larga, presión sobre los ecosistemas locales tan violentamente que virus mortíferos se han diseminado. El nuevo coronavirus podría ser el más reciente en comportarse así, y a menos que atenuemos nuestro control sobre la naturaleza, no será el último».
La naturaleza –aquello que vemos como extraño a nosotros, «animales culturales», seres que hacemos un mundo a nuestra medida, Marx dixit– es desconcertante. El hombre, presuntamente una de sus más altas expresiones (el embalaje antropocéntrico de esta asunción es evidente), ha logrado domesticar su entorno y ha impuesto su obra –a eso, precisamente, se denomina «cultura»– trastocando los límites que sí operan sobre otras especies. Ha erigido ciudades enormes, pobladas de edificios inmensos, y echado a andar poderosas industrias, emporios financieros y una red de centros de comercio abarrotados de productos diversos y sofisticados; ha levantado fábricas y complejos tecnológicos, y construido carreteras enormes por las que se desplazan millones de automóviles que se renuevan a cada momento, y también autopistas –esta vez virtuales– que trasladan datos a toda velocidad haciendo posible transmitir información en segundos y tender puentes de comunicación inmediata con zonas alejadísimas entre sí; ha inventado la cura para miles de enfermedades, entre ellas, aquellas también provocadas por virus que son controlados o neutralizados eficazmente, y bacterias que puede destruir e incluso erradicar. Y ya tiene en su poder buena parte de las herramientas que han de permitirle modificar la estructura genética del propio hombre. Y, sin embargo, aún es presa indemne de aquellos minúsculos habitantes que moran al lado de nosotros, que sin plazos ni anuncios, replicándose y modificando eficazmente su estructura para burlar las defensas inmunológicas, tan silenciosa como letalmente, colonizan nuestros espacios y amenazan contantemente nuestras vidas.
El hombre ha hecho todo lo posible por desbordar los límites que a naturaleza le ha impuesto. La tecnología –el producto más deslumbrante de la investigación científica– ha posibilitado el control del entorno en una medida impresionante. El hombre es la única criatura que ha creado cultura. Pero sigue siendo parte de la escala zoológica. Se dice que se encuentra situado en la cúspide de esa escala. Y si eso es cierto, lo es, justamente, porque ha demostrado que puede adaptarse artificialmente al medio que lo rodea. La paradoja es esta: vive, se adapta y sobrevive, yendo en dirección contraria a su condición natural. Así es, solo puede vivir (es decir, confortablemente y extendiendo su expectativa de vida más allá de lo que dictaría nuestra condición «natural»), si fabrica herramientas para defenderse y edifica para resguardarse de la intemperie; solo si inventa medicinas para combatir, entre otras amenazas, a aquellos seres que también forman parte de la naturaleza, exactamente como nosotros: aquellos seres que a despecho de su microscópica extensión pueden acabar con aquel otro ser que actúa como dueño del planeta. Situaciones límite como la que estamos viviendo hoy –en que un habitante de este mundo, sin más equipamiento que su propia estructura genética, nos acosa «inmisericordemente»– nos conducen a dudar (para parafrasear a Max Scheler) del puesto que ocupamos en el cosmos: ¿es el hombre realmente aquel ser que ocupa la cúspide de la escala zoológica? ¿No vendría bien un poco de humildad?
A estas alturas, la investigación científica ha dado ya sus frutos. Varios laboratorios han logrado desarrollar diversas versiones de la vacuna para contrarrestar los efectos de este mal. Los esfuerzos lentamente están dando algunos resultados y la esperanza despunta poco a poco en el horizonte sombrío que tenemos delante. Aunque el proceso de vacunación ya ha comenzado en varios países del mundo, la incertidumbre con respecto a las posibilidades de que las dosis se apliquen a todos (presente sobre todo en nuestros agobiados países tercermundistas) y el temor –infundado quizá, pero de todos modos comprensible– a los efectos colaterales que el remedio pudiera provocar más adelante aún no se disipan.
La filosofía y el virus
La muerte, según veía el asunto Arthur Schopenhauer, ha sido el motivo inspirador de la reflexión filosófica. El temor reverente del hombre frente a esta extraña portadora de la nada –imposibilidad de todas las posibilidades, según Heidegger– que en algún momento, tarde o temprano, lo terminará abatiendo, es una constante en todas las culturas. Y he aquí que nos encontramos situados ante un horizonte de espanto: esta amenaza, que en la vida diaria suele soslayarse como tema y ser puesta de lado por los diversos mecanismos sociales y psicológicos que promueven un olvido de la finitud definitoria del hombre –publicidad, consumo, confort–, se cierne ahora sobre el mundo todo, sobre todos nosotros, con una cercanía asfixiante; su sombría proximidad nos agobia; casi se palpa algo así como su gélida textura: no solo en el impacto que supone la partida de aquellos (familiares, amigos o extraños) que fueron tomados por el invasor y no resistieron, sino cotidianamente a través de los noticiarios y periódicos en redes sociales, de las sirenas de las ambulancias, que ya forman parte habitual del rumor de la ciudad, de las medidas de seguridad impuestas, que parecieran ser expresión de una compulsión obsesiva, pero que son solo los gestos obligados, necesarios, imprescindibles, para resguardarse del contagio o de la posibilidad de contagiar a amigos, parientes o conciudadanos.
En un contexto de este tipo la filosofía se pronuncia. Los pensadores toman la palabra y tratan de explicar los cambios que esta pandemia está generando y el impacto que se seguirá de ella una vez que su oscuro reinado termine; intentan dar respuesta a los interrogantes que la naturaleza ha planteado, una vez más, a la especie.
Algunos meses después de despertar dentro de esta pesadilla (expresión que podría parecer figurada, pero de cuya justeza nos persuade esta intempestiva irrupción de lo tremendo), y casi al mismo tiempo en que se decretaba entre nosotros el confinamiento obligatorio y el distanciamiento social, se puso en circulación a través de las redes un curioso libro de distribución libre, editado en formato digital por el comunicador y activista político argentino Pablo Amadeo, que reunía colaboraciones de diversos filósofos aparecidas en medios virtuales acerca de la pandemia. Su título no podía ser menos alusivo e irónico: Sopa de Wuhan. Aunque en conjunto no contiene estudios precisamente académicos, sino artículos publicados sobre la marcha a propósito de la propagación del virus y de la transformación de esta enfermedad en una pandemia, expresan, sin duda, el esfuerzo esclarecedor de sus autores, que evalúan con agudeza reflexiva y radicalidad crítica las aristas de este problema. Entre otros allí presentes, dos de los intelectuales más reputados del actual panorama del pensamiento filosófico, formulan sus perspectivas. Frente a lo que podría verse como un utopismo de izquierda, planteado por Slavoj Žižek, se planta la distopía posmoderna de Byung-Chul Han.
Žižek piensa que el virus ha puesto en serios aprietos al sistema revelando sus debilidades: el majestuoso orden capitalista, acosado por este ataque viral, muestra sin afeites ya las fisuras de su estructura y las falencias de los procesos y formas de vida que promueve. El capitalismo global podría estar a un paso del colapso: la alusión de Žižek al golpe mortal que ejecuta con maestría Beatrix Kiddo, la Mamba Negra (personaje interpretado por Uma Thurman), en Kill Bill: Volumen 2(el filme de Quentin Tarantino), alude a un desenlace de ese tipo: «La epidemia del coronavirus es una especie de ataque de la “Técnica del corazón explosivo de la palma de cinco puntos” contra el sistema capitalista global, una señal de que no podemos seguir el camino hasta ahora, que un cambio radical es necesario». El filósofo esloveno se muestra convencido de que las posibilidades de fundar un nuevo orden están asomando en el horizonte. Y si bien su diagnóstico no deja de ser coherente, al llamar la atención sobre aquello que merced al embate del virus se ha hecho más evidente que nunca, esto es, los extravíos éticos y las perversas miserias que definen un orden como este, centrado en el poder económico y asentado en el egoísmo, no deja de ser sorprendente (por la extraña ingenuidad que conlleva) el optimismo que lo embarga al concebir la posibilidad de que la catástrofe que en este momento azota el mundo conduzca a pensar, «(…) en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de la solidaridad y cooperación global». He ahí la utopía que este pensador de perfil contracultural otea en el horizonte de la humanidad.
Byung-Chul Han no comparte esta asunción: «Žižek afirma que el virus asesta un golpe mortal al capitalismo, y evoca un oscuro comunismo. Se equivoca». El coreano opina exactamente lo contrario: el sistema saldrá fortalecido. Aun cuando Occidente y Oriente ven el mundo desde una óptica cultural substancialmente distinta, hacen suyo el credo del mercado.
Europa ha puesto un torpe énfasis en el control de las fronteras y sus recursos sanitarios no han sido adecuadamente gestionados. Su inoperancia a este nivel ha dejado paso a la rápida propagación del virus, a diferencia de la efectividad mostrada en esta lucha por las naciones orientales. El modelo asiático podría llevar a los países europeos, en orden a salvaguardar la permanencia del sistema, una vez ya superada la pandemia, a adoptar las estrategias que estos países, formados tradicionalmente en un contexto cultural con una acusada tendencia al autoritarismo, han impuesto, y en el caso particular de China, aplicando una política de hipercontrol dirigida por un «Estado policial digital».
En efecto, el método chino ha mostrado ser eficaz en el empleo de tecnología digital para el procesamiento intensivo de datos –lo que llaman Big Data–: el mapeo segundo a segundo del movimiento de sus ciudadanos y el control sistemático a través de cámaras y rastreo digital las 24 horas del día de sus conductas de compra, interacción en redes sociales y desplazamientos en la ciudad –en un escenario que trae ya a la esfera de lo real lo que nació como sombría ficción anticipadora en Un mundo feliz o 1984– ha sido una estrategia que ha probado ser altamente efectiva en el combate emprendido contra el virus. El espíritu colectivista del ciudadano asiático y, por ello, su escasa o nula renuencia a dejar expuesto aquello que en Occidente se considera parte de la inviolable esfera privada, ha contribuido al éxito de este modelo cuya normalización en un futuro Byung-Chul Han vaticina con inquietud. Un control basado en la biopolítica digital podría ser adoptado por los gobiernos del mundo para implementar una nueva modalidad de soberanía.
Pero ni aun bajo la sombra de esta presunción, el pensador coreano puede evitar que lo embargue una dulzona esperanza (algo que, bien miradas las cosas, lo aproxima a la ilusión que desliza Žižek en su balance). Un tono moralizante asoma, incluso. Su artículo termina con unas líneas de un candor desconcertante: «Somos NOSOTROS, PERSONAS [sic] dotadas de RAZÓN [sic], quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta».
Pareciera que mostrarse optimista en las arenas públicas es tan políticamente correcto, que dos de los más perspicaces pensadores de la filosofía actual no pueden sustraerse a esa demanda cívica. Imposible recordar en este punto, por contraste, al desengañado y radical escéptico de Rasinari, Emil Cioran. Es difícil sustraerse a la tentación de recordar alguno de sus incómodos aforismos. Aquí uno de ellos, inoportuno y demoledor: «Salir indemne de la vida –eso es algo que podría suceder pero que sin duda no sucede jamás».
Hay un pasaje en las líneas finales de La peste –para volver a la novela de Camus– en que asoma un relumbre de esperanza al constatar el efecto transformador que un suceso funesto e intempestivo, inexplicable y devastador, puede obrar en la naturaleza moral de los hombres. Las plagas, dice el doctor Rieux, cronista de los hechos, nos dejan una lección, y es esta: «(…) que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio».
Es desolador sospechar que aquella constatación solo pueda hacerse en tiempos de desastre. Justo como ahora: con un virus poniéndonos contra la pared.
Actualidad
Profesor de Bellas Artes amenaza con querellar a sus colegas por difundir publicación periodística
Mauro Yrigoyen Fajardo, docente y esposo de la directora de Bellas Artes, ha amenazado con denunciar a profesores que compartieron una nota periodística que lo vincula a millonarios beneficios judiciales.

Una reciente publicación de Lima Gris titulada: “Directora y profesores de Bellas Artes tras más de 5 millones de soles por beneficios judiciales” ha reavivado tensiones dentro de la Universidad Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (UNABAP). El informe periodístico revela que la actual directora general, Eva Dalila López Miranda, su esposo, el profesor Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo, y un grupo de docentes cercanos a la gestión, interpusieron demandas judiciales para obtener millonarios pagos por presuntos beneficios laborales, pese a que existirían fundamentos administrativos que cuestionan la legalidad de tales compensaciones.

Directora General de Bellas Artes, su esposo Mauro Yrigoyen y un grupo de docentes obtienen millonarios pagos, tras demandar a la institución donde laboran
Frente a la difusión de esta información —de acceso público y de interés institucional— el profesor Yrigoyen Fajardo ha optado por una respuesta que ha sido calificada por sus colegas como intimidatoria: ha amenazado con querellas por difamación a quienes compartan o comenten el contenido de la mencionada nota.
«Dejen de replicar una nota que la hace suya al publicarla y que no se ajusta a la verdad, o les haré una querella por difamación», se lee en el mensaje del docente Mauro Yrigoyen.

La advertencia se realizó en un grupo de WhatsApp denominado “DOCENTES_ENSABAP”, donde participan profesores de la casa de estudios. En dicho espacio, Yrigoyen Fajardo afirmó que las demandas iniciadas en 2014 por un grupo de 22 docentes —incluyéndose él mismo— fueron procesos ganados legalmente y que aún se encuentran en etapa de liquidación. También señaló que no se ha percibido monto alguno, y que el desembolso no le corresponde a la universidad bellasartina, sino al Ministerio de Educación y a la Procuraduría General del Estado. Además, alegó que se está atentando contra su honor por bajezas personales.
Actualidad
Directora y profesores de Bellas Artes tras más de 5 millones de soles por beneficios judiciales
La Directora General de Bellas Artes, su esposo Mauro Yrigoyen y un grupo de docentes obtuvieron millonarios pagos tras demandar a la institución donde laboran. A través de procesos judiciales, lograron beneficios que, en algunos casos, superan el medio millón de soles por persona. En total, los requerimientos económicos de este grupo ascienden a la millonaria suma de más de 5 millones de soles.

La actual directora general de la Universidad Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (UNABAP), antes Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), Eva Dalila López Miranda, su esposo Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo y un grupo de docentes allegados, han protagonizado una serie de demandas judiciales contra la institución. A través de estas acciones legales, han obtenido y buscan obtener millonarios pagos por supuestos beneficios laborales, pese a que existen fundamentos legales y administrativos que indicarían que tales compensaciones no les corresponden.
Una estrategia judicial
Desde hace varios años, un grupo de docentes vinculados a la Dirección ha instaurado una práctica sistemática de llevar al ámbito judicial diversos reclamos laborales. Esta tendencia, definida por trabajadores internos como el “modus operandi de judicializar todo”, ha resultado en múltiples juicios contra Bellas Artes, los cuales han permitido a los demandantes obtener beneficios económicos que en condiciones regulares serían improbables.

Mauro Yrigoyen, Eva López y Antonio Pimentel.
Entre los casos más llamativos se encuentra el uso de demandas judiciales para obtener grados académicos sin haber cumplido los requisitos establecidos por ley. En algunos expedientes, jueces han ordenado que se reconozca el grado de bachiller a docentes que solo contaban con un título profesional a nombre de la Nación, sin tesis ni el proceso universitario correspondiente. Es la primera vez que un juez dispone homologar un título profesional como equivalente al grado académico de bachiller sin sustentación de tesis.

Grado de Eva Dalila López Miranda (Directora General de Bellas Artes).

Grado de Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo (Esposo de la Directora General).

Grado de Herminio Andía Chávez (Director de Centro Pre Bellas Artes (Cepreba).
Demandas por beneficios millonarios
El patrón se repite en el terreno económico. Eva López Miranda, en su rol de directora general, junto con su esposo Mauro Yrigoyen Fajardo y otros colaboradores cercanos, han interpuesto demandas para exigir pagos por nivelación de sueldos, bonificaciones por preparación de clases y otros conceptos. Algunos de estos montos alcanzan cifras que superan el medio millón de soles por persona.

Esposo de la Directora General de Bellas Artes demandó a la escuela por nivelación de sueldos.
Por ejemplo:
Mauro Jacobo Yrigoyen Fajardo (esposo de la directora) ha solicitado el pago de S/ 484,519.74.

Herminio Andía Chávez, actual director del Centro Pre Bellas Artes (Cepreba), exige S/ 573,641.92.

Antonio Pimentel Nieto, exdirector de dicho centro, demanda S/ 326,068.74.

A esto se suma un juicio global por S/ 2’898,987.44 ya en etapa de ejecución.
En total, los requerimientos judiciales interpuestos por Mauro Yrigoyen Fajardo y este grupo ascenderían a aproximadamente S/ 5,374,502 (cinco millones trescientos setenta y cuatro mil quinientos dos soles), monto que representa una carga presupuestal que afectaría las arcas de la institución universitaria.
¿Les corresponde por ley?
La base legal a la que apelan estos docentes para justificar sus demandas es la Ley N.º 29944, Ley de Reforma Magisterial. En particular, argumentan tener derecho a beneficios señalados en el artículo 41° de dicha ley, como vacaciones, asignaciones, compensaciones por tiempo de servicio, subsidios por luto y otros.
Sin embargo, existe una omisión crucial: el artículo 4° de la misma norma establece como requisito indispensable para acceder a estos beneficios ser profesional de la educación, es decir, contar con título de profesor o licenciatura en educación, con calificaciones y competencias debidamente certificadas.
Al revisar la situación académica de los demandantes, se observa que muchos no cumplen con este requisito. Según información de SUNEDU, ni la directora Eva López Miranda, ni su esposo Mauro Yrigoyen, ni sus funcionarios cercanos como Herminio Andía Chávez y José Lino Ayala, cuentan con títulos pedagógicos que los acrediten como profesionales de la educación.
En consecuencia, su inclusión en el régimen de la Ley 29944 es jurídicamente cuestionable. De hecho, por no cumplir con los requisitos mínimos exigidos por ley, los beneficios reclamados no deberían ser reconocidos. Más aún, se sostiene que parte de lo ya cobrado podría haber sido obtenido de manera irregular y, por tanto, debería ser devuelto.
Reincorporados, no nuevos contratados
Otro punto crítico es el régimen laboral al que pertenecen estos docentes. Según la Ley N.º 26860 de 1997, que reorganiza la Escuela Nacional de Bellas Artes, el personal que ingresó a laborar después de su entrada en vigencia se sujeta al régimen laboral de la actividad privada. Sin embargo, los docentes demandantes no ingresaron como nuevos contratados, sino que fueron reincorporados o repuestos por orden judicial, lo cual implica que mantienen su régimen original: el del Decreto Legislativo N.º 276 (administrativo público).
Como se recuerda, el 27 de junio de 2012, una sentencia del Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de amparo presentada por Mauro Yrigoyen Fajardo y otros docentes, por despido arbitrario. En consecuencia, se ordenó a la Escuela Nacional de Bellas Artes la reposición de Eva Dalila López Miranda, Herminio Andía Chávez, Serafín López Fabián, José Lino Ayala, Juan Marcelino León Dextre y Martina Martínez Rodríguez. Este grupo de docentes ha mantenido una relación muy estrecha y “coordinada” desde entonces.

Sentencia del TC falló a favor de la “cofradía” de docentes bellasartinos.
Pese a ello, en sus demandas utilizan como argumento la Ley del Profesorado N.º 24029, que también requiere título profesional de profesor para pertenecer a la carrera pública. Una vez más, muchos de los demandantes no cumplen ese requisito básico, por lo que su inclusión en dicha carrera y los beneficios asociados también carecerían de sustento legal.
En busca de más millones
La controversia alcanzó un punto álgido con la Resolución N.º 33 del 28 de diciembre de 2023, emitida por el juzgado que atiende el pedido del Sr. Mauro Yrigoyen Fajardo. En dicha resolución, se autoriza el embargo en forma de retención de hasta S/ 2’898,987.44, ordenando que la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú retenga fondos no ejecutados del presupuesto 2023 para cubrir el pago.


Resolución N° 33 que atiende pedido de Mauro Yrigoyen y se autoriza embargo.
Este hecho se torna aún más preocupante cuando se revela que el propio demandante conocía con anticipación el monto no ejecutado en el área de Recursos Humanos. Tal como consta en documentos oficiales, el presupuesto del área en 2023 fue de S/ 2’495,048, de los cuales solo se ejecutaron S/ 1’107,088, quedando S/ 1’387,960.46 sin usar.


Resolución 34 que se integra como parte de la Resolución 33.
El 28 de marzo de 2025, mediante la Resolución N.º 38, el juzgado aprobó las pericias de parte de los demandantes y otorgó un plazo de diez días para que Bellas Artes cumpla con abonar los siguientes montos:
Mauro Yrigoyen Fajardo (esposo de la directora López Miranda) : S/ 484,519.74


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Mauro Yrigoyen Fajardo.
Serafín López Fabián: S/ 479,368.34


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Serafín López Fabián.
Herminio Andía Chávez: S/ 573,641.92


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Herminio Andía Chávez.
Antonio Pimentel Nieto: S/ 326,068.74


Cuadro de reintegro e intereses a favor de Antonio Pimentel Nieto.
Estas cifras no incluyen los S/ 611,919.88 ya cobrados entre 2011 y 2014 (según se indica, en promedio 27 mil soles por persona, (incluida la directora López Miranda), ni el juicio general de casi tres millones en ejecución.
Total estimado:
S/ 5,374,502 (cinco millones trescientos setenta y cuatro millones) en beneficios judiciales.


Resolución N.º 38 que ordena a Bellas Artes abonar cientos de miles de soles a los docentes demandantes.
¿De dónde saldrá el dinero?
El origen de los fondos para cubrir estos pagos ha generado alarma. Documentos judiciales demuestran que la Dirección de Planificación de Bellas Artes liderada por el señor Alfredo Ocrospoma proporcionó a la Secretaría General de la escuela mediante el FUT N.º 8643, información detallada sobre la ejecución presupuestal de los años 2016 al 2023. Esa data fue utilizada para identificar los saldos disponibles, los cuales están siendo comprometidos judicialmente para pagar los beneficios en litigio.
Por ejemplo, del presupuesto 2023 de S/ 2’495,048 asignado a Recursos Humanos, solo se ejecutó S/ 1’107,088, dejando disponible S/ 1´387,960.46; cantidad suficiente para cubrir lo solicitado judicialmente.
Una ejecución presupuestal en crisis
La ejecución presupuestal general de la institución también ha sido motivo de pronunciamiento por parte del Sindicato de Trabajadores Administrativos. En un comunicado fechado el 24 de junio de 2025, el gremio alerta que “la ejecución presupuestal se hace agua”.

Pronunciamiento del Sindicato de Trabajadores de Bellas Artes.
Según el portal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Bellas Artes ha ejecutado apenas S/ 4´133,880 de un presupuesto total de S/ 14´687,497, es decir, menos del 30% a mitad de año.
El sindicato se pregunta con ironía si la razón detrás de esta baja ejecución es el deseo de reservar fondos para el cumplimiento de sentencias judiciales como las aquí descritas. Mientras tanto, los recursos que deberían invertirse en mejoras académicas, obras, equipos, atención estudiantil y otros fines prioritarios, siguen sin ejecutarse. ¿Será que no hay ejecución para luego pagar millonarios beneficios que están judicializados?
Un detalle importante, aquí la directora Eva López sería juez y parte, ya que ella dirige Bellas Artes, y al mismo tiempo impulsa procesos judiciales que la benefician directamente.

Eva López.
El caso de la UNABAP revela un patrón preocupante: el uso del aparato judicial para obtener beneficios económicos personales a costa del presupuesto público, incluso cuando existen fundamentos legales para cuestionar dichas demandas. La falta de títulos pedagógicos, el régimen laboral inaplicable, el conocimiento previo del presupuesto disponible y la sospechosa inejecución de fondos institucionales conforman un escenario que merece la atención de las autoridades fiscalizadoras.
Lima Gris intentó comunicarse vía telefónica con Mauro Yrigoyen Fajardo, su esposa Eva Dalila López Miranda, Antonio Pimentel Nieto, Herminio Andía Chávez, y Serafín López Fabián, para que brinden sus descargos respectivos, y se les dejó un mensaje en el chat del WhatsApp.
Hasta el cierre del informe la única funcionaria que respondió el mensaje fue la directora general Eva Dalila López Miranda; sin embargo, se abstuvo de responder las preguntas que se le formuló y únicamente indicó que todas las consultas le sean derivadas a la secretaria general de la UNABAP, Mabel Lizarzaburu Rodríguez, con quien luego de entablar comunicación se le formuló las preguntas correspondientes; sin embargo, tampoco respondió las mismas.
Mientras tanto, la universidad más importante de formación artística del país enfrenta una crisis financiera que afecta directamente su misión educativa. Finalmente, el Ministerio de Educación, hasta el cierre de este informe, tampoco se pronuncia oficialmente sobre este escandaloso caso.
Actualidad
El controvertido viaje de la alcaldesa de Barranco a Israel
Mientras Barranco afronta caos urbano y obras inconclusas, su alcaldesa Jessica Vargas hará una gira a Israel para asistir a la MUNI EXPO 2025. La agenda incluye visitas a zonas de conflicto, memoriales de ataques terroristas y encuentros políticos. Es decir, será parte de la campaña proisraelí.

El pasado 7 de julio, la Municipalidad Distrital de Barranco recibió una invitación del Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado de Israel dirigida a la alcaldesa Jessica Vargas Gómez, para participar en la MUNI EXPO 2025. El evento, organizado por la Federación de Autoridades Locales de Israel, se llevará a cabo entre el 12 y el 19 de julio en Jerusalén y Tel Aviv. La invitación fue canalizada por la Secretaría General a través de Jorge Luis Rey de Castro y remitida a la Gerencia Municipal para su evaluación.

Invitación a la alcaldesa de Barranco Jessica Vargas para viaje a Israel.
Desde el primer momento, el procedimiento burocrático siguió su curso. El gerente municipal, Manuel Milenco Espinoza Loarte, solicitó un dictamen legal a la Gerencia de Asesoría Jurídica, bajo la dirección de Jorge Aurelio Alferrano D’Onofrio, para determinar la procedencia del viaje. En su informe, Alferrano concluyó que el Consejo Municipal debía autorizar o rechazar la solicitud, dado que los costos del viaje (pasajes aéreos, alojamiento, alimentación, visitas técnicas, transporte interno y entrada al evento) serán asumidos por los organizadores, a excepción del seguro médico y de viaje.

Memorándum enviado por el Gerente Municipal al Gerente Legal de la MDB.
No obstante, en un matiz significativo, el asesor legal recomendó que, en caso de no obtener la autorización del Consejo, la alcaldesa podía optar por hacer uso de su descanso vacacional para asistir al evento, siempre que se dejara constancia oficial de la encargatura del despacho edil al teniente alcalde, Jaime Chihuán León.


Informe del Gerente Legal, que eleva autorización de viaje al Consejo Municipal.
¿Un viaje de “interés nacional”?
Más allá de los tecnicismos legales, el informe jurídico de Alferrano citó la Ley N° 27619, que regula los viajes al exterior de servidores y funcionarios públicos. Esta norma establece, en su artículo 2°, que los viajes deben estar debidamente sustentados en un interés nacional o institucional. La pregunta inevitable es: ¿responde este viaje a una necesidad urgente del distrito o representa un genuino interés institucional? ¿O estamos frente a otro caso de turismo diplomático disfrazado de gestión pública?

Informe del abogado Alferrano señala que viaje obedece a un interés institucional.
La agenda oficial del evento deja dudas razonables. Incluye actividades con un marcado tinte político e incluso militar, como visitas a zonas afectadas por ataques con misiles iraníes, recorridos por kibutzim atacados por Hamás el 7 de octubre de 2023, y encuentros con sobrevivientes de estos eventos, como la fatídica Fiesta Nova.

Itinerario a seguir el 14 de julio en Israel.
También se contempla un diálogo con el periodista Henrique Cymerman, especialista en temas de Medio Oriente, y recorridos por lugares históricos y turísticos como el Monte Bental, la Galilea, el Mar de Galilea, Cesarea Marítima, y el Museo del Holocausto Yad Vashem.

Itinerario a seguir el 16 de julio en Israel.
Uno se pregunta: ¿qué beneficio directo o indirecto obtiene el distrito de Barranco de estas actividades geopolíticas? ¿De qué manera la visita a un sitio de conflicto bélico en el Mediterráneo oriental se traduce en mejoras para la congestión vial, la seguridad ciudadana, el ordenamiento urbano o la gestión ambiental de este pequeño distrito limeño?
Un distrito que espera soluciones
Mientras la alcaldesa prepara su maleta, Barranco sigue sumido en problemas urgentes y cotidianos. Las obras inconclusas en la avenida 28 de Julio y Alfonso Ugarte mantienen cerradas vías clave del distrito, generando congestionamiento vehicular, desvíos improvisados y el malestar creciente de los vecinos. Se han tenido que habilitar ambos sentidos en la avenida Grau como medida de emergencia, un reflejo claro del desorden urbano. La paciencia de los barranquinos se agota ante demoras sin explicación técnica clara ni cronogramas realistas de ejecución.
La sensación general es que la gestión edil prioriza el protocolo internacional por encima de las urgencias vecinales. En un contexto donde cada día de inacción pesa sobre la calidad de vida de los ciudadanos, la imagen de una alcaldesa ausente en una gira que difícilmente se traducirá en mejoras concretas para su distrito no es bien recibida.
Sesión extraordinaria y votos divididos Ante la solicitud de autorización del viaje, el Secretario General, Rey de Castro convocó a una sesión extraordinaria del Concejo Municipal, celebrada el miércoles 9 de julio por la mañana.

Secretario General Rey de Castro convocó a Sesión de Consejo para tratar autorización de viaje.
El resultado no fue unánime, pero bastó para aprobar la solicitud. Cuatro regidores votaron a favor del viaje: Juan Mariluz, Aldair Santa Cruz, Cristina Vásquez y Marcos Montes de Oca. Tres se pronunciaron en contra: Jaime Chihuán, Katia Tataje y Fiorella Muñoz. Resulta particularmente llamativo que dos de los votos en contra provinieran de regidores afines a la actual administración (Chihuán-Tataje), lo cual sugiere un posible desacuerdo interno.
Esta división política no es menor. Revela que, incluso entre los aliados, existe incomodidad sobre la forma en que se priorizan las actividades de la alcaldesa. Para muchos, el mensaje es claro: se está más interesado en las relaciones internacionales que en los vecinos de siempre.
¿Turismo disfrazado de gestión?
El itinerario de la alcaldesa Jessica Vargas en Israel refuerza la impresión de que el viaje tiene más de turismo que de gestión municipal. Desde cenas de bienvenida hasta visitas a sitios religiosos, memoriales del Holocausto, mercados y calles históricas, la agenda está salpicada de actividades de carácter más simbólico y cultural, que técnico o administrativo. Aunque se prevé la asistencia a la MUNI EXPO y algunas reuniones con autoridades israelíes, la proporción de actividades turísticas parece desproporcionada para un viaje que se ampara en el supuesto “interés institucional”.
El viernes 18 de julio, por ejemplo, la agenda incluye visitas al Monte Bental, un volcán en inactividad en el Golán; y a lugares cristianos en Galilea, como Capernaum, Tabgha y Yardenit en el Río Jordán, donde se realizan bautismos simbólicos. Un día después, la alcaldesa paseará por las ruinas de Cesarea Marítima, ciudad portuaria construida por el rey Herodes hace más de 2000 años. ¿Cuál es el valor técnico de esta experiencia para la administración de un distrito de 3 km² al sur de Lima?

El viernes 18 de julio la alcaldesa visitará el volcán Bental y el Río de Jordán.
¿Una nueva tendencia en la política local?
Este tipo de viajes internacionales no es un fenómeno aislado. En los últimos años, varios alcaldes y autoridades locales han aprovechado invitaciones diplomáticas para justificar desplazamientos al extranjero, muchas veces sin resultados tangibles. La ciudadanía empieza a ver con escepticismo estos periplos, que suelen coincidir con periodos de crisis interna o baja aprobación política.

Alcaldesa Jessica Vargas viajó en marzo de 2024 a Punta Cana con invitación falsa.
En el plano nacional, es inevitable recordar el caso de la presidenta Dina Boluarte, cuyas prioridades personales —como cirugías estéticas, viajes oficiales y aumentos de sueldo— han sido objeto de crítica por parte de la opinión pública, mientras el país enfrenta problemas estructurales profundos. ¿Está ocurriendo lo mismo en la escala distrital? ¿Se está replicando esta lógica—al estilo Boluarte—de desconexión entre la agenda del poder y las necesidades del pueblo?
La alcaldesa de Barranco, Jessica Vargas Gómez, viajará a Israel con la venia del Concejo Municipal. Sin embargo, su decisión revela una preocupante desconexión con la realidad de su distrito. El contexto no acompaña: grúas implacables que aún operan pese a la ilegalidad de sus operaciones; calles colapsadas, obras sin terminar y vecinos molestos por la falta de respuestas concretas. Mientras tanto, se opta por asistir a un evento en el extranjero cuyo impacto en la gestión local es, como mínimo, cuestionable.
En una época donde se demanda austeridad, eficacia y transparencia, la autoridad edil parece seguir una ruta contraria. La interrogante sigue en el aire: ¿estamos ante un viaje institucional o ante un sofisticado periplo turístico financiado en parte por terceros, pero legitimado por la estructura del Estado?
Actualidad
Pataz se levanta: Rondas campesinas inician paro indefinido y bloquearán vías clave
Anunciaron que el paro será indefinido. Exigen al Gobierno central atención urgente a sus demandas.

En un acto de protesta contundente, las Rondas Campesinas de la provincia de Pataz, en la región La Libertad, han anunciado e iniciado un paro indefinido que incluye el bloqueo de puentes estratégicos y aeródromos usados por empresas mineras. La medida fue formalizada mediante un comunicado firmado por la Central Única de Rondas Campesinas de Pataz, con el respaldo de sus principales dirigentes.
El paro, según el documento difundido este martes, surge como respuesta a lo que consideran una sistemática exclusión de los pequeños mineros del proceso de formalización, así como una política estatal que favorece abiertamente a las grandes compañías mineras en desmedro de las comunidades locales.
Entre los puntos de bloqueo mencionados se encuentran el Puente Mamahuaje, Puente Antonio Raimondi, Puente Calemar y Puente Marcos. Asimismo, las Rondas de los distritos de Pías y Huayo han anunciado que tomarán control de los aeródromos utilizados por las empresas mineras, interrumpiendo así el tránsito aéreo relacionado con estas actividades.
“Alertamos a la población a abastecerse de alimentos y medicinas, pues no habrá paso para vehículos de carga de las empresas mineras”, advierte el comunicado, dejando entrever la magnitud de la paralización.

Exigencias al Estado
Las Rondas Campesinas exigen al gobierno central y al Congreso de la República la atención urgente de tres demandas concretas:
- La exclusión arbitraria de pequeños mineros en el proceso de formalización. Exigen que se revise y corrija lo que consideran una marginación injusta, que deja fuera a gran parte de quienes dependen de esta actividad para sobrevivir.
- La aprobación de una ley que beneficie a la mayoría de pequeños mineros del país, garantizando su derecho al trabajo frente a la hegemonía de la gran minería y la minería transnacional.
- El derecho al trabajo digno para las familias de la provincia de Pataz, que actualmente se ven perjudicadas por decisiones centralistas y políticas que no consideran la realidad local.
Con el lema “¡Basta de saqueo y mentiras!”, las Rondas han declarado que no cederán hasta obtener respuestas. “Si no hay solución, no habrá producción minera en Pataz”, enfatiza el comunicado. Se trata, según sus palabras, de una lucha justa y legítima en defensa de la dignidad de la provincia.

Un paro con raíces sociales y económicas
La provincia de Pataz ha sido históricamente una zona de intensa actividad minera, tanto formal como informal. Sin embargo, el proceso de formalización iniciado por el Estado en los últimos años ha dejado fuera a decenas de pequeños productores, que ahora enfrentan criminalización y pérdida de sustento. Para muchos de ellos, la minería artesanal es su única fuente de ingreso.
La Central Única de Rondas Campesinas denuncia que, mientras las grandes corporaciones continúan explotando los recursos con protección estatal, los pequeños mineros son acosados, perseguidos y privados de sus derechos. En ese contexto, el paro representa no solo una protesta económica, sino también una reivindicación social frente a lo que consideran un modelo extractivista excluyente.
La medida ha generado expectativa y preocupación en toda la región, especialmente por el posible impacto en el abastecimiento de bienes y en la operatividad de las empresas mineras, muchas de las cuales podrían paralizar su producción debido a los bloqueos logísticos.
Desde Lima, hasta el momento, no ha habido un pronunciamiento oficial por parte del Ministerio de Energía y Minas ni de la Presidencia del Consejo de Ministros, a pesar de la advertencia explícita de que el paro será indefinido.
El comunicado concluye con una promesa firme: “Defenderemos nuestro derecho al trabajo amparado en la Constitución”. Las Rondas Campesinas, organizadas y determinadas, han dejado claro que no abandonarán su lucha hasta lograr una respuesta estatal concreta y satisfactoria.
Actualidad
Condenaron a 20 años de prisión a integrantes de ‘Los injertos del Tren de Aragua’
Proxenetas venezolanos pensaron que en el país la impunidad aún manda.

Creyeron que en el Perú todo se podía hacer sin consecuencias. Pero no fue así. Cuatro integrantes de la banda criminal venezolana ‘Los injertos del Tren de Aragua’ fueron condenados a 20 años de prisión por el delito de explotación sexual de 10 mujeres extranjeras en el distrito limeño de San Martín de Porres.
Tony Suárez (22), María Griman (27), Izmaury Galindo (26) y Yohan Pedra (34) deberán además pagar, de forma solidaria, una reparación civil de S/ 20 000 a favor de las víctimas, según informó la Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Trata de Personas de Lima Norte.

La investigación reveló que las mujeres habían sido engañadas con la promesa de trabajo en Chile. Pero al llegar a Lima, se les informó que no podían continuar su viaje. Allí comenzó la pesadilla: fueron retenidas y obligadas a ejercer la prostitución, bajo amenazas de muerte.
Ante la gravedad de los hechos y tras recibir pedidos de auxilio, las autoridades lograron ubicar el 3 de septiembre de 2022 un inmueble en la urbanización Fiori, en Lima norte, donde operaba esta red criminal. Allí fueron detenidos los delincuentes venezolanos y se rescató a las víctimas.
La fiscal Luisa Inés Quispe Asmat presentó pruebas contundentes en el juicio: peritajes psicológicos, testimonios, actas de intervención, informes policiales y documentos incautados. Todo confirmó el accionar violento y sistemático del grupo criminal.
Este caso deja una lección clara: el Perú no es tierra sin ley, y quienes llegan del extranjero a delinquir creyendo que no habrá castigo, se equivocan. La justicia puede tardar, pero llega. Y en este caso, fue firme contra quienes buscaron lucrar con el sufrimiento humano.
Actualidad
Más de 140 mil escolares se benefician con mejoras en 168 colegios
El Ministerio de Educación invierte más de 14 millones de soles para garantizar ambientes seguros y adecuados para el aprendizaje.

El Ministerio de Educación (Minedu) ha destinado más de S/14 millones para mejorar las condiciones de 168 colegios públicos en 31 distritos de Lima Metropolitana, beneficiando directamente a casi 140 mil escolares. Esta intervención incluye desde reparaciones estructurales hasta la entrega de mobiliario escolar, con el objetivo de asegurar entornos seguros y funcionales para estudiantes y docentes.
Las obras se vienen realizando de forma progresiva durante todo el año y contemplan la instalación de mallas raschell contra la radiación solar, renovación de carpetas, sillas y mesas, mantenimiento de estructuras metálicas, y acondicionamiento de puertas, ventanas y otros ambientes. Ante las lluvias persistentes, se ha priorizado la atención en los distritos más afectados, como San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo. En estos sectores ya se trabaja en instituciones como Sol de Los Milagros, Juan Guerrero Quimper, José Olaya Balandra y Bartolomé Mitre.
La intervención se ha dividido en cuatro etapas. Las dos primeras, desarrolladas entre marzo y mayo, beneficiaron a más de 57 mil estudiantes en 61 colegios con una inversión de S/4.5 millones. Actualmente, se ejecuta una tercera fase en 51 instituciones, con S/4.7 millones destinados para mejorar la educación de más de 40 mil escolares. A partir del 7 de julio, arranca una cuarta etapa que atenderá a 56 colegios adicionales, con una inversión similar y más de 41 mil beneficiarios.

Estas acciones del Minedu se respaldan en las leyes 32272 y 32260, que permiten intervenciones inmediatas y financiamiento directo en instituciones educativas públicas afectadas por daños estructurales o emergencias climáticas.
Los colegios intervenidos están ubicados en distritos como Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Lurín, Ate, Los Olivos, Comas, Chorrillos, Ventanilla, entre otros, abarcando un amplio sector de Lima Metropolitana.
Actualidad
Mineros informales bloquean siete carreteras tras ser excluidos del REINFO
La exclusión de más de 50 mil mineros del REINFO expone el fracaso de una política de formalización que nunca llegó a los territorios.

Las tensiones en el sector minero estallaron este lunes 7 de julio, luego de que el Gobierno excluyera a más de 50.000 mineros de la pequeña minería y minería artesanal del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO). La medida ha desencadenado bloqueos en al menos siete vías nacionales, interrumpiendo el tránsito en regiones clave como La Libertad, Arequipa, Cusco e Ica.
El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, señaló que solo 31.500 mineros han cumplido parcialmente con los requisitos del REINFO y deberán completar cinco etapas adicionales antes de diciembre de 2025. Estas incluyen la formalización laboral, acuerdos de acceso a superficie, firma de contratos con los titulares de concesiones y la incorporación al nuevo Fondo Minero, un mecanismo diseñado para canalizar recursos hacia el desarrollo sostenible del sector.
Por su parte, la presidenta Dina Boluarte justificó la exclusión afirmando que cerca de 45.000 mineros llevaban más de cuatro años sin avanzar en su formalización, a pesar de una prórroga otorgada desde noviembre de 2024. Además, se identificaron 1.500 casos de uso irregular de permisos, incluyendo su alquiler o tercerización en zonas ya concesionadas, lo que habría generado conflictos legales y sociales.
Siete carreteras bloqueadas
De acuerdo con el último reporte de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), todas las interrupciones en vías nacionales están vinculadas directamente a protestas por parte de mineros informales y pequeños productores. El monitoreo realizado en coordinación con la Policía Nacional, Defensa Civil y concesionarias viales muestra las siguientes rutas afectadas:
Trujillo – Agallpampa – Quiruvilca (km 121), La Libertad: interrumpida por huelga de mineros.
Longitudinal de la Costa Sur (km 443), Ica, Nasca: bloqueada por protesta de la Confederación Nacional de Pequeña Minería.
Mara – Velille (km 37+600), Cusco, Chumbivilcas: vía cerrada por manifestación de mineros artesanales.
Mara – Velille (km 121), Cusco, Chamaca: nuevo punto de bloqueo reportado por la misma confederación.
Costa Sur (km 619), Arequipa, Chala: interrupción por movilización de pequeños mineros.
Costa Sur (km 782), Arequipa, Camaná: manifestación de pobladores vinculados a la minería informal.
Sierra Norte (km 129+500), La Libertad, Quiruvilca: protesta de mineros artesanales.
La situación genera serias afectaciones al transporte de carga, alimentos y personas, además de evidenciar un problema estructural no resuelto: la informalidad minera y la incapacidad del Estado para implementar una política de formalización efectiva y sostenida en el tiempo.
Desde el Gobierno, el mensaje es claro: quienes no cumplan con los pasos establecidos quedarán fuera del proceso. Sin embargo, la falta de acompañamiento técnico, la demora institucional y la débil presencia estatal en zonas mineras explican en parte el fracaso de la formalización. Hoy, esa deuda estalla en las carreteras.
Actualidad
Miguel Ángel Requejo: una ‘tentativa de homicidio’ que exige justicia
La jueza Kharla Orellana Sánchez dictó nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo, acusado de embestir con su camioneta en el restaurante ‘El Charrúa’.

En un país donde la impunidad muchas veces se confunde con indulgencia, el Poder Judicial ha ordenado nueve meses de prisión preventiva contra Miguel Ángel Requejo Astochado, el sujeto imputado por tentativa de homicidio calificado, omisión de socorro y otros cargos, tras haber embestido con su vehículo el restaurante «El Charrúa», en La Molina. Este hecho, que dejó cuatro heridos y cuantiosos daños materiales, pudo haber terminado en una tragedia de dimensiones mayores.
La noche del miércoles 2 de julio, Requejo Astochado —según la acusación fiscal— condujo y estrelló su automóvil directamente contra el establecimiento gastronómico, poniendo en grave riesgo la vida de comensales y trabajadores. Entre los lesionados figuran Augusto Fernando Ramengui Quintanilla, Mario Rodolfo Barbacci Quintanilla, Aníbal Aliaga Masías y Dante Ricardo Consiglieri Chávez. Más allá del impacto físico y económico, lo ocurrido revela una profunda irresponsabilidad criminal que hoy intenta disfrazarse de arrepentimiento.
Durante la audiencia, la fiscal Karen Rosario Cueva Quispe fue categórica: el acusado no solo huyó de la escena sin brindar auxilio a los heridos —lo cual evidencia su desprecio por la vida ajena— sino que además tiene antecedentes por lesiones dolosas. A pesar de autodenominarse empresario, no presentó prueba alguna de arraigo laboral. ¿Cómo confiar entonces en que no intentará fugar del país?
Lo más llamativo, sin embargo, fue el cambio de actitud del imputado al escuchar la decisión de la jueza Kharla Orellana Sánchez, quien finalmente acogió el pedido fiscal, dictando 9 meses de prisión de preventiva y dispuso su reclusión hasta abril de 2026. En ese momento, el acusado rompió en llanto y pidió perdón entre balbuceos, apelando a la conmiseración con frases como «El restaurante es como mi casa» o “no sé qué pasó, perdí mis lentes”.
-
Política5 años ago
Las licencias de Benavides [VIDEO]
-
Política5 años ago
La universidad fantasma de Benavides
-
Actualidad5 años ago
Richard Swing: «Con esta conferencia he dado un gran aporte a nuestra institución y a la humanidad»
-
General5 años ago
Dan ultimátum de 48 horas al presidente Sagasti para derogar Decreto que atenta nuestra Soberanía Nacional
-
Política4 años ago
Altos oficiales de FF.AA a través de comunicado exigen la salida de Jorge Luis Salas Arenas
-
Actualidad2 años ago
Carlos Alcántara: «Crees que voy a pretender hacer una película como Tarantino. Hay que ser huev… para pensar que voy a querer algo así»
-
Cultura5 años ago
MINISTERIO DE CULTURA PAGÓ 175 MIL SOLES AL CANTANTE RICHARD SWING
-
Cultura4 años ago
«Es que somos muy pobres», por Juan Rulfo