“Antes de pensar en vivir feliz, hay que pensar en vivir” Jean-Jacques Rousseau
“Toda fabulación es una meditación ética” Michel Houellebecq
Sin importar la crudeza de los temas abordados o las
concesiones al esteticismo, todo novelista comparte con sus pares de oficio la
vocación literaria por ofrecer su literatura como el diagnóstico definitivo sobre
la realidad y los desencuentros con ella. Esa misión cercana al deber moral,
impone a la figura del escritor un riguroso sentido de pertenencia a la causa
común de ofrecer un retrato honesto y revelador del rostro verdadero de la
Humanidad. En ese proceso franco, la imaginación literaria jamás puede
desvincularse del propósito oculto de elevarse por encima de las mezquindades
de la sociedad y los silencios incómodos que la asfixian. En este sentido, la
historia de la literatura demuestra cómo el peso de la tradición se manifiesta
muy a pesar de las reticencias y apegos rupturistas de cualquier carrera
literaria. Un escritor francés jamás saldrá airoso de sus intentos de desviarse
del cauce marcado por figuras canónicas de la talla de Flaubert, Proust o
Balzac. Resulta casi imposible para cualquier novelista francés actual desligarse
de cierta ortodoxia y alzar su voz original sin hacerse eco de cinco siglos de
riqueza cultural. Al asumir el estilo satírico y humor negro con acento francés
abarca un recorrido involuntario por la pluma de Rabelais, Pascal, Molière y Voltaire.
Las novelas de Michel Houellebecq no escapan de ese impulso paradójico. El
escritor francés adopta un tono réprobo y cínico que a fin de cuentas termina
por hacer justicia reverente a la tradición cultural.
La obra singular del escritor Michel Houellebecq ha
sido prolija en afilados diagnósticos sobre la vigente coyuntura civilizatoria
de la cultura occidental y estancamiento moral de sus valores más entrañables. El
talante distópico de sus juicios sobre el presente, sin duda apuntan a brindar un
cuadro desesperanzado sobre la existencia banal del ser humano moderno, por eso
cualquier aproximación a su literatura debe tener en cuenta la revelación intimista
de las miserias del hombre común. Su trayectoria literaria abarca una serie de
novelas destinadas a servir de maniobras para quienes no tienen escrúpulos en
sumergirse en las fuentes del malestar en las sociedades occidentales. Cada una
de sus novelas parece alimentarse del anhelo de servir de guía a espíritus perplejos
dispuestos a emprender un descenso a los infiernos de la mano de un cínico
psicopompo. Las andanzas del héroe en sus novelas toman forma de viaje desvelado
en busca de revelaciones y verdades incómodas sobre el itinerario de la agonía
cultural de Europa. Ese declive y agotamiento vital de la tradición europea ha
sido lento, pero sin duda fue anticipado años atrás por muchos intelectuales.
En entrevistas el autor ha declarado, con su desenfado
proverbial, que la condición de poeta es asimilable a los trastornos de un
enfermo incurable, cuyos síntomas oscilan entre la amargura y la angustia, sólo
en estados de abandono pasajero de estos signos visibles del padecimiento se encuentra
la lucidez necesaria para la escritura. Tal vez esa fuente de inspiración y la polémica
carrera literaria han cedido espacios a una nueva concepción de la literatura comprometida.
En tiempos de Sartre, el compromiso del intelectual con la realidad y sus problemas
se concebía desde la plataforma ideológica de la lealtad y la fe a ideas
políticas, pero desde la mirada de Houellebecq el compromiso con la realidad se
expresa no mediante el apego a causas políticas o la denuncia, sino en la
adopción de la literatura provocadora y su uso satírico para exponer con ironía
las tendencias peligrosas del presente. En su caso, el compromiso ético con la
libertad de pensamiento supera cualquier adscripción ideológica o defensa a
ultranza de ideales abstractos, su causa pone en evidencia la desvergüenza de los
defectos de los actuales ejercicios de la democracia y los riesgos de mantenerse
en silencio mientras se extiende la dictadura de la corrección política.
A principios de año, el heterodoxo y provocador
escritor francés, volvió a irrumpir en la escena literaria con la aparición de
su nueva novela. La obra tiene por título, Serotonina, haciendo propio
el nombre de la famosa hormona de la felicidad. Es una sátira moral sobre la
felicidad artificial y las desventuras de los horizontes abiertos durante la
edad madura. El hastío de vivir es la consecuencia inevitable del paso del
tiempo, porque la vida adulta nos obliga a asumir con naturalidad el abismo
cotidiano que significa vivir sepultado bajo las capas de carne, porque tu
cuerpo sobrevive sin reparar en la pérdida de la capacidad de sentir placer.
Luego del controversial éxito de Sumisión (2015), una premonitoria
fabulación política de corte futurista, donde exploraba las implicaciones de
que facciones moderadas del islam llegaran al poder en Francia por la vía electoral,
existía gran expectación en la opinión pública sobre el rumbo de su narrativa,esa obra había sidopublicada días antes del ataque terrorista a la
revista satírica Charlie Hebdo. Sin duda, esos dotes de augur de pesadillas probables,
permitió al autor francés hacerse de un lugar dentro de la opinión pública, sin
ser un escritor de demasiados libros. Su fama ha crecido a la par de una
reputación de enfant terrible de las letras francesas. Sin duda, su
figura de intelectual ha estado revestida de un estilo controversial que, en
todo momento no ha dejado de avivar encendidos debates y hacerle su sitio
dentro de la sociedad francesa como agitador de consciencias y polemista
incómodo. Su humor satírico y ánimo desenfadado ha brindado nuevos horizontes a
la hora de abordar la actual coyuntura de la civilización occidental y el
futuro de Europa. Es una voz disonante que ha encontrado inspiración, desde
hace tiempo, en la apropiación de los sentimientos colectivos de disconformidad
y desconcierto que tienen su raíz en el malestar cultural frente a las
tendencias impuestas por fenómenos tan diversos como la globalización, el
transhumanismo, el multiculturalismo y la islamización de Europa.
Houellebecq, casi sin proponérselo, es heredero
involuntario de la tradición novelística francesa, en parte gracias a ello no
escapa del todo del peso de la historia y patrones establecidos por el canon.
La novela Serotonina, lanzada al mercado cuando el autor ya es considerado escritor de renombre, aborda la historia de un hombre de mediana edad, sumido en la depresión, que decide darse a la fuga de su aborrecible vida actual. Desaparece voluntariamente de su entorno conocido para hundirse en un proceso introspectivo sobre su pasado, ese viaje retrospectivo lo lleva a examinar amores y desamores de su itinerario sentimental, con miras a pasar revista de las oportunidades desperdiciadas de ser feliz. Podría establecerse paralelismo con los ejercicios de memoria involuntaria descritos en las páginas de En busca del Tiempo perdido de Marcel Proust, pero en este caso el estímulo exterior no es el sabor de panecillo de magdalena, sino un fármaco antidepresivo de última generación. Todo el curso de la novela de Houellebecq puede considerarse el Itinerarium mentis o circunloquio de un hombre deprimido, luego de llegar a la certeza de que nada, y mucho menos nadie, prepara al ser humano para sobrellevar la vida posterior a la pérdida de la vitalidad. El retrato agónico de la “muerte en vida” a la que sume la depresión al individuo moderno encuentra su explicación en la historia del protagonista Florent-Claude Labrouste. Este personaje adopta el tono confesional y reniega de sí mismo, desde las primeras líneas de la novela, apelando al prosaico lugar común de describir por qué detesta el nombre dado por sus padres.
Ese es el simbolismo inicial de su lucha interna contra el determinismo biológico y el pulso con la muerte de un hombre en descomposición. A lo largo de esta autopsia espiritual de la vida de hombre de 46 años, la pérdida de la libido se convierte en fuente de inspiración, cuando pasa revista de los amores del pasado y las oportunidades desechadas se cuestiona respecto a las indecisiones que pudieron salvarlo de la soledad. Sin embargo, una idea omnipresente parece apuntar hacia reprochar a la sociedad y el entorno social de conspirar contra cualquier posibilidad de ser feliz y sentirse amado por alguien. Estamos programados para trabajar y dar cuerda a nuestra propia desdicha, como si el impulso de aniquilación fuese el claroscuro del instinto de supervivencia. Mientras el curso del tiempo nos sorprenda con vida y el cálculo egoísta reproduzca el automatismo que solemos denominar “ganas de vivir”, la calidad de nuestros cuerpos de acumular experiencia se resiente hasta perder la sensibilidad y la capacidad de sentir el placer. La interrogante fundamental del libro tiende a identificar como error aferrase a falsas esperanzas de felicidad cuando el cuerpo transita fuera de los linderos de la juventud.
En uno de sus soliloquios, la crisis existencial del
personaje construye imágenes poderosas para el retrato de su desamparo y
desarraigo. Apelando a paralelismos con el mundo polar del Ártico, se advierte
en un episodio, que cuando la noche se cierne sobre la conciencia y la
oscuridad se han hecho cerradas en una cabeza abocada a la introspección, el
recuerdo de la luz del sol sólo existe como maquinación mental elaborada al
servicio de la autocompasión. El miedo al futuro y sus incertidumbres son
angustias de juventud, en realidad la edad madura convierte al pasado en el
verdadero fantasma y agente de presión de la conciencia. Acaso “morir de pena” manifiesta
su condición de insano determinismo en momentos en que tu cuerpo carece de
reservas para sentir otra cosa que no sea dolor físico.
La sensibilidad peculiar de la depresión abre
horizontes que hacen posible cualquier táctica de evasión. En Houellebecq, la
depresión oscila entre dos concepciones contradictorias: la expresión en el
hastío y el inesperado estado de iluminación, pero en realidad el examen
testimonial que hace el personaje sobre la enfermedad de los taciturnos termina
por tornarse en reproche a la excesiva expectativa de felicidad, cuando no es
posible disfrutar la vida en el estricto sentido de su dimensión material y
biológica. Un verdadero error de concepto y fuente hemorrágica de la desdicha nos
lleva a vivir ignorantes del mecanismo vital más connatural: la falta de
esperanza no corroe tanto como el exceso de ella. Tener esperanza puede ser un
vicio adictivo alimentado por la nostalgia. Abandonar el deseo de ser feliz y
trocarlo por estrategias de evasión del dolor son las prédicas del narrador, entre
líneas se lee el influjo agrio de Schopenhauer.
El alegato inserto en Serotonina, no se entrega a
explicaciones, pero describe bien cómo en el contexto de una sociedad hedonista
marcada por el materialismo moderno la pérdida de la capacidad de disfrutar la
vida equivale a un estado de muerte absoluta o vida vegetativa. Bajo la
perspectiva del escritor francés, la naturaleza destructiva de la depresión del
hombre moderno oculta su verdadero rostro absurdo detrás del contrasentido de llamar
asesinato o suicidio a un crimen perpetrado con la intención arrebatarle la
vida a quien ya ha muerto.
La tentación de perderse en los vértigos abiertos por los abismos de la madurez no conoce freno y significa adentrarse en un espejismo que no permite distinguir los matices. Entre otras cosas, el envejecimiento nos convierte en testigos ineptos de la juventud y la belleza, manifestaciones ambas de la otredad y conceptos equivalentes que son reducidos por obra del tiempo a la condición de sinónimos superpuestos hasta la indistinción. Por otro lado, resulta casi un tópico literario usar la muerte o asesinato de un niño para hacer el retrato de la pérdida de la inocencia, Houellebecq en Serotonina propone el recorrido inverso, su pesimismo se vale del retrato del ocaso de la juventud como la mejor analogía para la denuncia del colapso y desgaste de la civilización occidental. Una civilización, en sus palabras, asqueada de sí misma, exhausta del escrutinio de la autoconciencia y arrinconada por el miedo a las nuevas amenazas exteriores que tocan a su puerta, por enemigos que intuyen los evidentes signos de su decadencia. Cuáles son las condiciones de vida de un individuo, y por extensión toda una sociedad, cuando el porvenir se revela escaso y reduce tus expectativas a la existencia post-mortem sobrevenida de la conciencia del propio fracaso y el abandono manifiesto de la vitalidad.
El historiador británico Sudhir Hazareesingh asumió la tarea de catalogar a la nueva generación de intelectuales franceses que tiene en Houellebecq su más genuino estandarte. Según su parecer el peso de la grandeza de la sabiduría de los antepasados y la monumental obra filosófica de Rousseau, Voltaire o pensadores de la talla de Descartes sólo ponen en evidencia la decadencia cultural y la pérdida de los intelectuales franceses de su capacidad de ejercer influencia de vanguardia, o simplemente reclamar su sitial como faro de las ideas del mundo. Hazareesingh identifica a Houllellebecq con parte de una atmósfera literaria o momento cultural en Francia en el cual cierta “sensibilidad mórbida” parece copar la esfera intelectual. Ese estado de sensibilidad es el resultado de la enorme consciencia de la degradación cultural o decaimiento histórico que abate a la civilización occidental.
La condición de vulnerabilidad de los valores de la cultura francesa encuentra su expresión en un enfermizo regusto por exhibir sin pudor la incurabilidad de los síntomas y la conciencia de la agonía traída por el agravamiento del cuadro y el pésimo pronóstico de la crisis. La muerte y los signos de decadencia de una cultura que parece exhausta y agotada de su propia longevidad, paradójicamente parece dar señales de identidad a la última generación de intelectuales franceses. Por eso el retrato de un hombre deprimido, elevado a la categoría de antihéroe cínico, da muestras de la insuperable enfermedad colectiva y el impulso seductor del vértigo de quien percibe placentera la caída. Se juzga más digno sumergirse en el éxtasis contemplativo de describir con frialdad el patetismo de la propia ruina. El reblandecimiento del vigor y el abandono de la aspiración a la felicidad del personaje forman parte de una alegoría que sirve de analogía del quiebre civilizatorio que implica la pérdida de la universalidad de la cultura occidental. Es el retrato de un hombre superfluo, que abraza con ánimo conformista la pérdida de su libido, es decir, los atributos de su virilidad, la mejor baraja para denunciar cómo solo existen curas imperfectas al declive físico y la carrera hacia la indignidad que significa la aceptación de la obsolescencia de su presencia en el mundo.
Probablemente, en Serotonina, cuando se
acaricia la idea del suicidio, vendida como única alternativa digna a la muerte
interior, se tiene la pretensión de ironizar sobre el sentido del honor
involucrado en el acto de acabar con la propia vida. Se trata del mejor
epitafio a la juventud perdida o un recurso desesperado de quien sobrevive a la
contemplación obligada de los signos evidentes de la decadencia. Todos los antihéroes
las novelas de Houellebecq tienen en común su corrosivo cinismo. El heroísmo
del cínico reside en enorme capacidad para desnudar con desvergüenza el
carácter mezquino y precario de las falacias del mundo circundante. Colmado por
la asfixia, la toma de conciencia del héroe cínico, forma parte del paso febril
hacia adelante en una ascesis autodestructiva, que encuentra inspiración en la propia
condición de enfermo.
De igual forma, la historia de Serotonina revisita muchos los planteamientos del libro más célebre de Aldous Huxley, Un mundo feliz (Brave New World, en su idioma original), en el cual dentro de una atmósfera distópica se trazaban las coordenadas de una sociedad futurista marcada por la hiperorganización, dirigismo social y la reproducción asexual. Uno los elementos llamativos del relato de Huxley es la anticipación del papel de los antidepresivos y la bioquímica como herramienta de control social y manipulación de las emociones entre los espíritus más inconformistas. Uno de los personajes en la novela abre los ojos frente al Estado fascista y lo hace mientras reclama su derecho a sentirse enfermo y vociferar las razones de su desdicha. La pastilla de la felicidad que permite inducir un estado pasajero de amor y beatífica alegría se llama “Soma” y vende en sus dosis la posibilidad de tomarse unas vacaciones de la realidad.
La ingesta de drogas es sinónimo de aceptación conformista del aborrecible status quo y las injusticias de una sociedad esclava sumida en la estupidez. De manera semejante, el protagonista de Serotonina asume el costo de la falsa cura a su cuadro crónico de depresión tomando la única alternativa brindada por el sistema: los fármacos de la felicidad. En realidad, el fracaso del personaje en la superación de su decadencia confirma el alegato más crudo de Houellebecq contra la sociedad de nuestro tiempo. Parece querernos alertar, al horadar con deliberación la grieta del inconformismo, que la única forma de felicidad posible es aquella que se vale de los atajos artificiales. Desde su perspectiva, la desdicha es nuestro destino y estado natural. Ambas obras literarias coinciden en abordar la enfermedad de la tristeza como representación de la toma de consciencia y método involuntario para la revelación de la naturaleza verdadera del mundo y sus engranajes despreciables. La lección desmoralizante es que la única manera de seguir amando el mundo es cerrar los ojos, es decir, entregarse a los paraísos artificiales de drogas, todas ellas diseñadas como estrategias de poder para adormecer las ganas de sentir y sumir al individuo en la existencia sonámbula de la inhibición de cualquier deseo.
En uno de los episodios memorables de la novela, el
protagonista hace una analogía entre los mecanismos de concentración del
francotirador y la práctica del yoga. Quien apunta a la diana y templa el pulso
antes de disparar debe meditar valiéndose del control de la respiración. Como
si la convergencia del espíritu de aniquilación y la paz necesaria para el
ejercicio sereno del amor propio bebieran de la misma fuente nutricia. El amor
por la vida y el instinto de muerte mantienen un pulso, largo e infatigable,
que parece confirmarnos la naturaleza vana de cualquier esperanza de eludir la
derrota definitiva de nuestro cuerpo. En igual medida, la supervivencia de la
lucidez y la apuesta por la conciencia parecen depender de ese extraño balance
entre el deseo de vivir y las pulsiones autodestructivas. Es difícil vencer a
la esperanza cuando en tu interior siempre prevalece un indescifrable instinto
de autoconservación.
En el camino de la construcción del desenlace,
Houellebecq se vale de las ideas del filósofo Blaise Pascal y su famosa comparación
entre los ángeles y los animales para definir la condición humana. Según él, el
espíritu habita en esa zona gris intermedia en la cual los naturales impulsos
egoístas del ser humano son devorados por el exceso de esperanza y buenas
intenciones. Houellebecq reinterpreta la frase del filósofo Pascal “Quien desea
obrar como ángel termina por actuar como animal” en el ánimo de exponer los
males evidentes de todo optimismo y los efectos perjudiciales de las
expectativas en el accionar humano. Todas las reflexiones de la novela Serotonina
se hacen eco del juicio de Pascal sobre la identificación del dolor y la
infelicidad como fuentes esenciales de la naturaleza humana. Porque la lucha
contra la depresión del hombre moderno es una causa perdida. A su modo de ver
la desdicha tiene su origen en la esperanza de satisfacer deseos imposibles. La
aspiración a elevarse como ángeles más allá de las posibilidades materiales sólo
aporta revelaciones sobre los instintos terrenales que gobiernan nuestra
voluntad, porque caemos presos de la búsqueda ideal de alternativas de escape y
nos entregamos a vanos intentos de apartarnos demasiado del suelo.
El tema del suicidio también es recurrente en los
derroteros que acompañan la travesía del personaje. Pero el abordaje de la
acción suicida a lo largo de la novela se aproxima a la apuesta existencialista
de despreciar la vida por razones de índole filosófico. La valoración del acto
de terminar la vida por propia mano se convierte en proclama de renuncia y
desprecio a los términos que manejan el mundo. Una alternativa desesperada de
escape a los callejones de la supervivencia adquiere el valor de acto de
rebeldía y valiente paso adelante. El sentimiento de no pertenencia en un mundo
carente de sentido personal, convierte al suicidio en un juicio filosófico sobre
la realidad. Resultado de un cálculo
mental y material, su perpetración fría se convierte en el símbolo perfecto para
el retrato de las razones lógicas para el abandono del mundo. El suicidio
filosófico es la consecuencia lógica del deseo de libertad, resultante de una
apuesta definitiva por recobrar la dignidad perdida. Por ello, la idea
seductora del suicidio se presenta en el personaje como el curso inevitable de
un viaje de emancipación, es decir, el manifiesto de un individuo humillado que
busca despojar al mundo de sus máscaras, al extremo de decidir dejar de tomar
parte de la lógica farsante de las condiciones externas al individuo, la exacerbación
del sufrimiento o la pérdida de horizontes vitales. En realidad, el acto de
acabar con la propia vida, sea por razones de ética o bien producto del
arrebato, tienen su origen en el contrasentido de hacer del nihilismo una
postura de defensa de la autenticidad. Esta postura forma parte de una
tradición literaria que acaricia esa posibilidad, encarnada de forma indirecta
en las voces de personajes de diversa estirpe como es el caso de Iván de Los
Hermanos Karamazov o la absurda inmolación de Meursault en El extranjero
de Albert Camus. Esta perspectiva intelectual del suicidio es fruto de la
convergencia entre el desprecio por la vida y el juicio axiológico sobre los
entramados de la realidad. Como si el gesto teatral de despedida de una voz,
solitaria y cínica, emitiera su fallo solemne sobre la inhumanidad del mundo y,
al mismo tiempo, buscara enfatizar con el gesto la negativa del individuo a
seguir pagando el precio de permanecer con vida.
Desde otro punto de vista, Houellebecq con toda
deliberación e intencionalidad hace suyo las maneras y estilos del “cuento filosófico”,
un singular sub-género novelesco, de marcado influjo en la opinión pública, ahora
obsoleto, pero cultivado durante la Ilustración francesa en tiempos de los
grandes enciclopedistas. Esa época que parece existir para recordar la
decadencia de la cultura francesa a los intelectuales actuales. La presencia
tangencial de las maneras de la Ilustración sirve de recordatorio de la nula
influencia de los pensadores franceses actuales en el mundo de las ideas y cómo
cada uno hace poca justicia a la sabiduría de sus antepasados. Sin duda,
Voltaire, el gran agitador de consciencias, es el máximo exponente del cuento
filosófico, a medio camino entre el Tratado filosófico y la novela de
aventuras, que tenía por variante estilística fundamental valerse de una trama
insólita para usarla de pretexto al servicio de la demostración de una idea. En
el Cándido de Voltaire, mediante el ardid de una fabulación intrincada, se
verifica la invalidez e irrelevancia de una idea, en particular la refutación
de las doctrinas optimistas de Leibniz y su frase “Vivimos en el mejor de los
mundos posibles”. Desde este ángulo inusual, la historia del Cándido
pasaba a un segundo plano dando mayor protagonismo al proceso digresivo de argumentación
y contraargumentación, dentro de un juego de esgrima intelectual inclinado a
revelar luces y sombras de una postura filosófica. Quizás en Serotonina
la vocación caustica y el desenfado del protagonista brindan pocos indicios de
ese linaje estilístico y, ciertamente, podría considerarse las trazas y ecos de
Voltaire muy sutiles, pero ciertamente ambas novelas transitan el lenguaje
común de dos escritores franceses convencidos en sacar brillo a la lógica del
pesimismo y su amplio valor de lucidez clarividente.
Alertan que fresas contienen un alto nivel de pesticidas en cinco mercados de Lima y Callao [VIDEO]
Más mercados de la ciudad estarían vendiendo fresas con niveles alarmantes de agroquímicos; en cambio las que exportamos sí cumplen con todos los estándares sanitarios.
Mucho cuidado con lo que nos llevamos a la boca, especialmente si es una fruta de temporada de sabor agradable que le encanta a grandes y chicos. Cómo no disfrutar de un jugo de fresas, o agregarla a nuestra ensalada de frutas, o tal vez licuarla para disfrutarla en los populares ‘marcianos’, creyendo que estamos comiendo saludablemente, sin embargo, los resultados del Tercer Monitorio Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos nos van a quitar la venda de los ojos.
Según el informe, realizado en cinco conocidos mercados de Lima y Callao, casi la mitad de los productos analizados superar enormemente los Límites Máximos de Residuos (LMR) establecidos por la normativa, resaltándose los altos niveles de pesticidas en las fresas.
El estudio, liderado por el ex congresista Jaime Delgado en colaboración con el laboratorio Mérieux Nutrisciences, publicado en Salud con Lupa, analizó fresas de mercados como Lobatón (Lince), San José (Jesús María), Magdalena (Magdalena del Mar), el Mercado Mayorista de Frutas (San Luis) y Minka (Callao).
Entre las sustancias detectadas, el clorfenapir y el fipronil destacan por su alta toxicidad. El clorfenapir está vinculado a riesgos cancerígenos, mientras que el fipronil puede causar daño a la tiroides, riñones y hígado. Además, el isocloseram y el lufenurón, aunque menos estudiados, generan preocupación por su capacidad de bioacumulación y efectos sobre órganos clave.
Jaime Delgado advirtió que estos alimentos no son aptos para el consumo humano y cuestionó la falta de fiscalización en el uso de agroquímicos. “El abandono de los agricultores y la omisión de funciones por parte de las autoridades agravan esta crisis alimentaria”, afirmó. La falta de acción concreta del gobierno pone en riesgo la salud de millones de consumidores, mientras el uso indiscriminado de pesticidas continúa afectando la calidad de los alimentos y la seguridad pública.
🚨🍓Un análisis de laboratorio a 5 muestras de #fresas recogidas en los mercados Lobatón (Lince), Mayorista de Frutas (San Luis), Magdalena (Magdalena), San José (Jesús María) y Minka (Callao) revela la presencia de altas cantidades de residuos de #pesticidas en estas frutas.👇 pic.twitter.com/8LMLUd0R5h
Paro Nacional de EsSalud contra gobierno de Dina Boluarte [VIDEO]
Los profesionales de la salud marchan para exigir la derogatoria del reciente Decreto Legislativo 1666 emitido por el Ejecutivo, que privaría a EsSalud de su autonomía administrativa, financiera y presupuestal, porque sus fondos pasarían a ser administrados por el MEF.
Diversos gremios de profesionales pertenecientes al sector salud acatan este miércoles 20 de noviembre en los exteriores del Hospital Almenara un paro nacional para exigir al gobierno de Dina Boluarte la derogatoria de la ley (Decreto Legislativo 1666) publicada en el mes de septiembre, denominada ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’, que en realidad vulnera sus derechos laborales.
La protesta social del personal de salud inició en horas de la mañana y durará 24 horas. Según los trabajadores, esta huelga responde al Decreto Legislativo del gobierno que privará a EsSalud de su autonomía administrativa financiera presupuestal.
«Hoy, los gremios unidos del Seguro Social, estamos realizando esta medida de fuerza como es una huelga nacional de 24 horas. Estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666, que en el mes de septiembre el Gobierno de Dina Boluarte ha indicado que EsSalud va a pasar a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas», declaró Manrique Puelles y luego advirtió: “Nosotros tenemos autonomía de acuerdo a lo que establece la Ley de Creación del Seguro Social de Salud (EsSalud Ley N° 27056). Por ello estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666”.
¿Qué dice el Decreto Legislativo 1666?
La norma firmada el 24 de septiembre de este año por la presidenta Dina Boluarte, el premier Gustavo Adrianzén y el ministro de Economía y Finanzas José Arista, se denomina ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’ y textualmente señala lo siguiente:
“El presente Decreto Legislativo tiene por objeto consolidar el marco normativo vigente para fortalecer la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público, así como regular sobre la asignación y utilización eficientes de los fondos públicos destinados a los ingresos correspondientes a los recursos humanos del Sector Público, la Planilla Única del Sector Público y otros aspectos relacionados con la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos, en el marco de la sostenibilidad y responsabilidad fiscal”.
Los trabajadores de EsSalud sostienen que el Gobierno de Dina Boluarte pretende que los fondos económicos del Seguro Social sean administrados por el Ministerio de Economía y Finanzas. Así, EsSalud sería considerado como una entidad pública lo cual «perjudicaría en un mal manejo de las aportaciones». La lista de hospitales que han decidido acatar esta huelga incluye al Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, Hospital EsSalud Alberto Sabogal Sologuren y Hospital Edgardo Rebagliati Martins, así como todas sus redes. Cabe precisar que, en caso de no ser escuchados, prolongarían a un paro indefinido.
Por su parte, EsSalud lanzó un comunicado mencionando que han adoptado todas la medidas necesarias para asegurar el funcionamiento continuo de los servicios en todos los establecimientos.
Un paseo por la tierra del Sol Naciente. Tuvo que salir el ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, para confirmar la información sobre la eliminación del requisito de visado para ingresar a Japón. Cabe precisar que esa modificación corresponde a la visa de turismo para los ciudadanos peruanos que posean pasaportes ordinarios. Asimismo, esta noticia también fue ratificada por el primer ministro japonés Shigeru Ishiba durante la visita oficial del mandatario japonés a Palacio de Gobierno el pasado 17 de noviembre.
“Japón ha anunciado que ha levantado unilateralmente esa condición (visa) para poder ingresar a su país para aquellos detentores de los pasaportes ordinarios y para visitas de corta duración, lo que nosotros conocemos como visita de turismo”, dijo Schialer a RPP.
Según el canciller, la implementación de esta medida podría tardar un par de meses debido a los ajustes necesarios en los sistemas administrativos y migratorios de Japón, conocidos por su alta eficiencia. El canciller peruano expresó su expectativa de que la medida entre en vigencia antes de marzo de 2025.
“Toma un par de meses para poder implementar todo esto en los sistemas administrativos y de migraciones japoneses. Los sistemas japoneses de migraciones y administración interna son altamente eficientes. Agradecemos la decisión de levantar la necesidad del visado en los pasaportes peruanos ordinarios”, manifestó al mencionado medio.
El regreso de la exención de visa supone una señal de fortalecimiento en las relaciones entre Perú y Japón, países que comparten una larga historia de cooperación en diversas áreas, desde la migración japonesa a territorio peruano a inicios del siglo XX, hasta proyectos actuales en economía, tecnología y cultura.
Los animales y trabajadores estuvieron en riesgo tras la propagación de un incendio forestal en las áreas verdes del rio Rímac muy cerca al hoy denominado ‘Parque de las Leyendas’ de Huachipa. Los Bomberos tuvieron que utilizar agua del río Rímac para enfrentar el siniestro.
Hoy en horas de la mañana, un incendio forestal causó preocupación y alarma entre los trabajadores del zoológico, hoy denominado ‘Parque de las Leyendas’ de Huachipa, porque puso en riesgo a los animales que viven y reciben cuidados al interior del recinto. Se conoció que el siniestro se produjo inicialmente en las áreas verdes cercanas al río Rímac que se encuentran junto a las rejas que rodean todo el perímetro del concurrido parque, según la noticia emitida por TV Perú.
Por su parte, el supervisor del Serenazgo de Carapongo, Javier Marquiño, brindó declaraciones al respecto, y aseveró que personas de mal vivir habrían prendido una fogata que luego no pudieron controlar. «Había un grupo de consumidores de sustancias tóxicas que han prendido una pequeña fogata y no la han apagado, ocasionando que la maleza seca afectada por el fuego crezca», afirmó Marquiño.
Durante el siniestro, las llamas inmediatamente se propagaron generando una densa humareda que ingresó a las instalaciones del zoológico, lo que puso en peligro la vida de los primates, cocodrilos y otras especies más que se hallaban cerca al punto del incendio.
Afortunadamente los Bomberos apagaron las llamas tras utilizar agua del río Rímac
Debido a que la maleza y hierbas secas encendidas propiciaron inmediatamente la propagación del fuego que se extendió alrededor de dos cuadras, miembros del Serenazgo de Carapongo y personal de Cuerpo General de Bomberos acudieron a tiempo y tuvieron que utilizar una motobomba para extraer agua del río Rímac y por ello lograron apagar las llamas que amenazaban con dañar a las especies animales que viven dentro del zoológico. Y tras casi de dos horas de labor, finalmente los bomberos controlaron el incendio forestal que afortunadamente no dejó víctimas mortales ni animales afectados.
Como se sabe, el Parque de las Leyendas – Sede Huachipa, ubicada en el distrito de Ate, anteriormente era llamado «Zoológico de Huachipa», antes de pasar a la administración de la Municipalidad de Lima en 2023.
No pasa ni una mosca. Como parte de las exhaustivas medidas de seguridad implementadas por el Perú para garantizar el desarrollo de la cumbre del APEC 2024, el espacio aéreo alrededor de las zonas de reunión de líderes internacionales ha sido objeto de vigilancia estricta, siendo “neutralizados” al menos 35 drones.
En declaraciones para Canal N, el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), General del Aire Carlos Enrique Chávez Cateriano, señaló que se han establecido restricciones significativas sobre el uso de drones en esas áreas, contando con tecnología y personal especializado para interceptar cualquier intento de violar las estrictas medidas de seguridad.
En ese sentido, el oficial de la FAP señaló que estas disposiciones buscan preservar la integridad de los líderes visitantes y asegurar un ambiente seguro para el desarrollo del importante evento internacional que se desarrolla en Lima.
De acuerdo con el General del Aire se detectaron un total de 42 drones en áreas restringidas durante los días previos y en el marco del evento. De estos, se logró neutralizar 35 drones, mediante sistemas de interferencia y otras medidas disuasivas.
“Está terminantemente prohibido el uso de vehículos aéreos no tripulados alrededor de los lugares donde se están reuniendo los líderes que nos visitan. A pesar de haber informado y advertido públicamente que los drones serían interceptados, perturbados o neutralizados, hemos interceptado 42 drones entre ayer y hoy. Se sabe que algunos de estos drones eran operados por aficionados, aunque ha habido de todo.”, detalló para el citado medio.
La FAP ha reiterado su llamado a los propietarios de drones para que respeten las restricciones impuestas, advirtiendo que cualquier dispositivo no autorizado que ingrese al espacio aéreo restringido será interceptado. La autoridad aérea peruana subrayó que cuenta con la orden de interferir en el vuelo de los drones con el fin de mantener el control de la seguridad durante el foro.
“Hago un llamado para que no se acerque ningún drone a esta zona porque tenemos nosotros la orden de perturbar para interferir en su en su vuelo y garantizar con esto la seguridad de todas las personas”, finalizó.
La misma historia de todos los años. Mesa Redonda, en estas fechas, es prácticamente una bomba de tiempo. La informalidad, el comercio ambulatorio, almacenes abarrotados de material inflamable, la condescendencia de las autoridades municipales encabezada por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, que prometió durante su campaña poner orden de una vez en ese importante emporio comercial, pero que a la fecha sigue igual o peor.
Las tragedias rondan por cada tugurizada calle del Cercado de Lima donde se dificulta transitar con un vehículo ya que los comerciantes informales invaden las pistas y veredas, siempre en complicidad de los fiscalizadores.
Un incendio se ha reportado en un edificio de seis pisos ubicado entre los jirones Huanta y Cusco. El siniestro fue reportado a las 10:30 de la mañana, movilizando a desplegar al menos 20 unidades de bomberos para sofocar el incendio, pero que ven complicada su labor por la falta de hidrantes.
Hasta el momento se ha decidido cerrar toda la avenida Huanta, así como también las avenidas Nicolás de Piérola, Huallaga y Paruro, con la finalidad que la labor de los hombres de rojo se realice sin obstrucción.
En las primeras imágenes difundidas se aprecia que el cuarto y quinto piso del edificio que serviría de almacén se encuentra envuelto en llamas. De acuerdo a testigos, en el interior de ese inmueble se almacenaría geles de alto contenido inflamable.
Mario Casaretto, gerente de Gestión de Riesgo de Desastres la MML, señaló que el último piso funcionaba como un depósito y que sí cuenta con licencia de funcionamiento. Este espacio pertenece a la empresa de Exportaciones Peruanas.
Hasta el momento no se registran heridos o fallecidos.
Hassanal Bolkiah, el Sultán de Brunéi más rico del mundo [VIDEO]
Es uno de los monarcas más longevo en la actualidad. Su fortuna se estima en unos 20 mil millones de dólares y está en el Perú por el APEC en un avión que parece un ‘palacio con alas’.
César Acuña, al lado del Sultán de Brunéi, es un mendigo con sastre, pues la fortuna de Hassanal Bolkiah resulta incomparable con lo que han amasado los hombres más ricos del Perú.
El Sultán de Brunéi lleva más de medio siglo en el trono de su país, convirtiéndolo en uno de los monarcas más longevos en la actualidad. Su ascenso se dio el 5 de octubre de 1967, tras la abdicación de su padre Omar Ali Saufunddien III.
Hassanal Bolkiah es uno de los monarcas más ricos del mundo debido en parte a las reservas de petróleo y gas natural de su país. Bajo su liderazgo, Brunéi ha mantenido una política de neutralidad y estabilidad, y el país ha disfrutado de altos estándares de vida gracias a los ingresos derivados de los hidrocarburos.
Además de ser el sultán, Hassanal Bolkiah -de 78 años- también ocupa varios cargos, como el de Primer Ministro, Ministro de Defensa y Ministro de Finanzas, lo que le otorga un control absoluto sobre el gobierno y la economía del país. Su liderazgo se basa en una combinación de monarquía islámica y tradicionalismo.
En términos de su vida personal, la autoridad es conocida por su estilo de vida lujoso, que incluye una flota de automóviles de lujo y una gran colección de propiedades. También ha sido una figura polémica debido a las leyes estrictas que ha implementado sobre la religión y la moralidad, incluido el establecimiento de la sharía (ley islámica) como parte del sistema legal en el país.
Como no podía ser de otra manera, el Sultán Hassanal Bolkiah llegó a nuestro país en un imponente avión de su propiedad.
Cerca del mediodía, la imponente aeronave del sultán de Brunéi, un Boeing 747-430 apodado el ‘palacio volador’ debido a su lujo y exclusivos detalles, aterrizó en el Grupo Aéreo N.º 8. Tras ello, se instaló la escalera de embarque, con el fin de que el monarca descendiera.
Se estima que esta exclusiva nave aérea está valorada en 220 millones de dólares. Su interior, diseñado con sumo lujo, resplandece con detalles en oro.
El sitio web Anfrix detalló los lujos que ostenta este jet privado, el cual cuenta con varias oficinas completamente equipadas con internet y teléfonos satelitales, además de múltiples dormitorios. “Su interior no solo está tapizado con las más finas alfombras persas, sino que sus grifos y piletas, incluso las tinas, son todas de oro macizo”, se lee.
El avión privado del sultán de Brunei cuenta con una cocina de alto nivel diseñada para que chefs con estrellas Michelin, que suelen acompañarlo en sus viajes, puedan preparar exquisitos platillos tanto para él como para su séquito.
Todo sobre la ley que regula fumar o vapear en espacios públicos cerrados
La norma señala que todos los lugares, establecimientos y medios de transporte público deben de tener carteles que diga “Está prohibido fumar y vapear en este establecimiento por ser dañino para la salud”.
A fumar a otro lado. Resulta sumamente incómodo recibir de manera indirecta el humo o el olor de un cigarrillo cuando uno se encuentra caminando por la calle o dentro de establecimiento público. Los vapeadores tampoco se salvan, pues, a pesar de que parezcan inofensivos y de un grato olor, también resultan dañinos a largo plazo para los pulmones.
A propósito de ello, el Congreso de la República promulgó la Ley N.° 32159 que dispone una serie de medidas para el “control del consumo de productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos para la protección de la vida y la salud”. La citada norma fue publicada hoy en el diario oficial El Peruano.
La ley busca «proteger la salud de las personas, la familia y la comunidad de las graves consecuencias derivadas del consumo de los productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos, y de la exposición al humo de tabaco y otras emisiones del cigarrillo electrónico con o sin dispensación de nicotina y productos de tabaco calentado».
Además, señala que busca «prevenir el desarrollo de enfermedades no transmisibles producidas por los productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos».
Cabe resaltar que este dispositivo legal modifica las anteriores normas referidas al control de consumo de tabaco, y es el primero en regular los cigarrillos electrónicos.
Aspectos resaltantes de la nueva Ley que regular fumar o vapear
La norma prohíbe fumar o vapear «en establecimientos dedicados a la salud o a la educación, en las dependencias públicas, en los lugares de trabajo, en los espacios públicos cerrados y en cualquier medio de transporte público, los que son considerados ambientes cien por ciento libres de humo de tabaco».
Asimismo, señala que en todos los lugares, establecimientos y medios de transporte público deben colocarse carteles, en un lugar visible, que indiquen: «Está prohibido fumar y vapearen este establecimiento por ser dañino para la salud. Este ambiente es cien por ciento libre de humo y emisiones de vapeo”.
También dispone la prohibición total de publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco o sus sucedáneos. En esa línea, señala que está «prohibida toda forma de publicidad directa e indirecta, así como la promoción y patrocinio» de dichos productos, «incluso de los que tengan alcances transfronterizos».
Además, establece restricciones como «la publicidad, promoción o patrocinio de productos de nicotina en televisión de señal abierta, radio u otro medio similar»; o la presencia de esta «en establecimientos dedicados a la salud o a la educación, sean públicos o privados; en las dependencias públicas; y en un radio de 500 metros alrededor de centros educativos donde asistan menores de edad«.
Respecto a la comercialización, la ley establece la prohibición de «venta de empaques de productos de tabaco y sus sucedáneos de menos de diez unidades«, y que aquellos que «usen saborizantes o aromatizantes» no deben utilizar «nombres de golosinas o postres que sean atractivos para menores de edad».
Finalmente, se prohíbe «la entrega a menores de edad de productos promocionales, muestras o regalos» de estos productos, así como su venta «en máquinas expendedoras ubicadas en locales cuyo acceso no esté limitado a mayores de 18 años».